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4.1. Introducción

4.1. Introducción

población, destacan también los hogares cuya persona sustentadora principal trabaja (8,6%), los hogares en los que no hay presentes menores de edad (9,1%) y los que no experimentan situaciones de pobreza (10%).

GRÁFICO 9. Porcentaje de población de Euskadi afectada por la exclusión social, según diversas características individuales, de la persona sustentadora principal y del hogar (2021)

Total 65 y más años 65 y más años [SP] Estudios superiores [SP] Pre o jubilado/a [SP] Trabaja [SP] Ningún <18 años en hogar Ausencia de pobreza Española Española [SP] Área semiurbana Hogar de 2 a 4 personas Bachiller, BUP o FP [SP] No es hogar monoparental Hogar unipersonal Hombre [SP] Solo ingresos actividad Mujer Hombre 45-64 años Área rural Área urbana 45-64 años [SP] Mujer [SP] Ingresos actividad y protección 30-44 años Otras situaciones [SP] 18-29 años ESO o Bachiller Elemental [SP] 2 o más <18 años en hogar <45 años [SP] Solo ingresos protección <18 años 1 persona <18 años en hogar Hogar monoparental Sin estudios o incompletos [SP] Hogar de 5 o más personas Extranjera Extranjera [SP] Pobreza pero no severa Sin ingresos Busca empleo [SP] Pobreza severa 2,2 16,3

3,5 3,9 4,2

8,6 9,1 10,0 12,1 12,2 12,8 12,9 13,6 13,7 13,8 15,5 16,0 16,2 16,4 16,6 16,7 17,4 17,5 18,1 18,9 19,7 21,2 21,3 21,6 24,4 25,4 27,3 27,4 28,2 31,7

44,7 49,2

5,8 59,6

82,1 84,6

91,4

98,3 0% 20% 40% 60% 80% 100%

SP: alude a las características de la persona sustentadora principal del hogar. Fuente: EINSFOESSA 2021

Se observa por otra parte que hay cinco variables que determinan los niveles de exclusión de los hogares. Se trata, por tanto, desde esta perspectiva —y al margen de análisis estadísticos más exhaustivos que puedan tener en cuenta el número de categorías de cada variable, la distribución de la población en función de esas categorías y la existencia de posibles relaciones ocultas con otros facto-

res no observados—, de variables especialmente determinantes en lo que se refiere al riesgo de exclusión, puesto que entre sus categorías se observan grandes diferencias. Estas variables, en gran medida relacionadas entre sí, son: el tipo de ingresos, el nivel de pobreza, la situación ocupacional, el nivel de estudios de la persona principal, el tamaño del hogar y la nacionalidad(14).

Lo anterior no implica que no se produzcan diferencias de importancia en lo que se refiere a otras variables, como el sexo o la edad (ya sea de cada persona en particular o de la persona sustentadora principal), la presencia de menores de edad en el hogar o el tipo de hábitat. En esa línea, cabe destacar algunos de los datos de la tabla 8:

— La edad sigue constituyendo un factor claro de riesgo de exclusión social, tanto en el País Vasco como en el conjunto de España, de forma que, a medida que crece la edad de la persona, se reduce la prevalencia de las situaciones de exclusión, con un salto especialmente acusado a partir de los 65 años.

— El sexo de las personas no implica muy diferentes niveles de exclusión (la prevalencia de la exclusión es del 16,4% para los hombres y del 16,2% para las mujeres).

Si se tiene en cuenta el sexo de la persona sustentadora principal, las diferencias son algo mayores, pero en cualquier caso reducidas: las situaciones de exclusión afectan al 15,5% de la población que reside en hogares cuyo sustentador principal es un hombre y al 18,1% de las personas que residen en hoga-

res cuyo sustentador principal es una mujer. Las diferencias son más claras en el caso español, con tasas de exclusión del 20% en el caso de los hogares sustentados por hombres y del 29% en el caso de los hogares sustentados por mujeres.

— La nacionalidad, tanto de cada persona del hogar como de la persona sus-

tentadora principal del mismo, sigue jugando un papel clave a la hora de

explicar las situaciones de exclusión, de forma que la prevalencia de la exclusión entre las personas de nacionalidad extranjera multiplica por cinco la de las personas de nacionalidad española.

— Junto al tipo y el tamaño del hogar, la presencia de menores de edad también se relaciona claramente con la prevalencia de las situaciones de exclusión:

(14) En el caso del empleo, por ejemplo, los hogares con una persona sustentadora en busca de empleo multiplican por 10 la tasa de exclusión de los hogares con sustentadores ocupados.

en los hogares sin menores de edad la tasa de exclusión es del 9,1% y en los que viven dos o más niños, niñas o adolescentes, del 24,4%.

2.3. La exclusión crece entre la población pobre o sin ingresos, en las familias numerosas y entre la población extranjera

Más allá de cuáles sean los colectivos o perfiles con tasas de exclusión más elevadas en 2021, ¿en cuáles ha crecido y en cuáles se ha reducido más la prevalencia de la exclusión desde 2018? De acuerdo con los datos del gráfico 10, también recogidos en la tabla 8, los principales incrementos se producen en el caso de las personas en situación de pobreza pero no severa (pasan del 54,8% al 82,1%), los hogares encabezados por personas sin estudios o con estudios incompletos (del 17,5% al 44,7%) y entre las familias numerosas (de más de cinco miembros), cuyas tasas de exclusión pasan del 32,4% al 49,2%. También aumentan de forma importante las tasas de exclusión en el caso de los hogares sin ingresos, los encabezados por personas que están buscando empleo, quienes solo tienen ingresos asistenciales y entre las personas de nacionalidad extranjera y/o que viven en hogares cuya persona sustentadora principal tiene nacionalidad extranjera.

En sentido contrario, aunque siguen estando entre las más elevadas, las tasas de exclusión se han reducido considerablemente en el País Vasco en el caso de los hogares en los que conviven dos o más menores de edad (del 33,8% al 24,4%). También se han reducido entre los hogares cuya persona sustentadora principal tiene más de 65 años (del 10,8% al 3,5%), los encabezados por personas jubiladas o prejubiladas (del 18,0% al 7,3%) y en el caso del conjunto de las personas de más de 65 años, con tasas de exclusión que pasan del 6,9% al 2,2%. También se producen reducciones de las tasas de exclusión de cierta importancia entre los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer, una persona con estudios superiores o una persona que trabaja.

Es también destacable, por otra parte, la situación de determinados colectivos o perfiles, cuyas tasas de exclusión apenas han variado, ya sea al alza o a la baja en este periodo marcado por la crisis socioeconómica y sociopolítica. Entre ellas, cabe destacar el caso de las personas de nacionalidad española, de los hogares sin menores de 18 años, los hogares de tamaño medio (de 2 a 4 personas) o los que residen en áreas semiurbanas.

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