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ENRIQUE GARCÍA
from Cosas Marzo 2022
BOLIVIA DEBE ADAPTARSE A LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Por Carla Tejerina/ Foto Alejandra Reznicek
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l sentido del humor y la simpatía es lo que caracteriza a Enrique García, quien deja de lado el esquema tradicional de una entrevista para convertirla en una enriquecedora conversación llena de anécdotas y experiencias. Los cargos que ocupó, o más probable la capacidad innata de generar amistades, le permitieron relacionarse con más de 90 líderes latinoamericanos, ser amigo de presidentes sin importar su tinte político y protagonista de momentos históricos. Hoy, de regreso a Bolivia, Enrique continúa activo y propositivo como a él le gusta. Cosecha amistades, se involucra en el ámbito académico, viaja por el mundo y, sobre todo, conserva esa perspectiva de analizar las cosas desde una mirada vanguardista y global.
UNA MIRADA A LA REGIÓN
En los años 60, si uno miraba el mundo, América Latina era la región en desarrollo más exitosa. ¿Qué ha sucedido en todo este tiempo?, hemos perdido importancia. Citando algunos datos, si comparamos Corea del Sur en los 60, el ingreso per cápita era un tercio que el de América latina y hoy lo triplica. El comercio de China, en los años 50, representaba el 1% del comercio mundial y hoy tiene el 14%.
Otro de los problemas es la inestabilidad política, yo los llamo los “ismos”; el refundacionalismo, cada nuevo gobierno (sobre todo en Bolivia) el primer día de mandato dice: “hoy comienza la historia” y, consecuentemente, no hay continuidad; luego, el triunfalismo, que aprovecha los tiempos de las vacas gordas; seguidamente, el dogmatismo, que existe en los extremos del
La experiencia de Enrique García como presidente ejecutivo del Banco Latinoamericano de Desarrollo (CAF) por 25 años, sumada a representaciones en el Banco Mundial, el BID, el Fondo Financiero para el Desarrollo de los países de la Cuenca del Plata (FONPLATA), entre muchas otras, le permiten una amplia soltura al abordar temas económicos desde una perspectiva global. Habla, en entrevista con COSAS, sobre el valor de la institucionalidad y la necesidad de pensar en una Bolivia que vaya a la par del desarrollo tecnológico y científico del mundo.
pensamiento político, se habla de derechas e izquierdas cuando el mundo ya no es así.
BOLIVIA HACIA EL FUTURO
El caso de Bolivia es delicado porque el alto crecimiento económico con reducción de pobreza entre 2005 y 2014, que fue posible gracias principalmente a la bonanza generada por el precio elevado de las materias primas y por la reducción de la deuda externa lograda a principios de este siglo, ha tenido un giro negativo en los últimos años. Lo anterior, por el cambio en el escenario internacional, por la inestabilidad política y por el impacto de la pandemia. No hay duda que esta situación demanda la urgente adopción de una estrategia integral de largo plazo. Es decir, que vaya mas allá de la consideración de aspectos macroeconómicos —déficit fiscal, tipo de cambio,etc.— a la incorporación de temas críticos como son las prioridades de inversión, la productividad y competitividad, así como la inclusión social y sostenibilidad ambiental. En este contexto, no hay duda de que las estrategias de digitalización, innovación y formación de recursos humanos con criterios compatibles con la Cuarta Revolución Industrial, son críticos dentro de este enfoque.
LA IMPORTANCIA DE LA INSTITUCIONALIDAD
La institucionalidad es el tema delicado. Es importante despolitizar los cargos públicos, contar con una base de funcionarios de carrera y tener una visión a largo plazo.
Los últimos índices de Competitividad Global 4.0 del Foro Económico Mundial (2019), que incluyen estabilidad macroeconómica, institucionalidad, infraestructura, tecnología, educación, salud, relaciones público privadas y más, sitúa a Bolivia en la posición 107 de 142 países y entre los indicadores más débiles se encuentra la institucionalidad.
Es muy importante, sin ser dogmático, la relación de los países con los organismos multilaterales, porque no solamente traen recursos y financiamientos, sino son una garantía ya que —en caso de financiar proyectos— exigen estudios integrales de factibilidad, aspectos técnicos, económicos, financieros; otra ventaja es que requieren que haya transparencia en la adquisición de bienes y servicios a través de licitaciones internacionales y concursos abiertos, entre otros, y finalmente hacen seguimiento a los programas y proyectos. ¿Cuáles son las causas?, es que en Latinoamérica hubo falta de continuidad en las cosas, una alta dependencia de las materias primas y escasa inversión en innovación y los insumos que hacen la diferencia en un modelo de desarrollo.
Esto abre la puerta para que otros financiadores privados pongan interés ya que, de otra manera, existe el peligro de que los países consigan financiamientos bilaterales en los que muchas de estas reglas no se aplican y, como consecuencia, no exista transparencia o se elijan proyectos que no son factibles.
¿ABRIRSE A LA INVERSIÓN EXTRANJERA?
El país que ha utilizado mejor la inversión extranjera en el mundo ha sido la China donde, posterior a Mao, en un régimen que no era liberal, se crearon condiciones favorables para atraer inversión extrajera de alta calidad de países como Estados Unidos y de Europa. Aquí en Bolivia, si se quiere hacer transformación de inversión, se debe establecer reglas del juego claras y dejar de lado ese ADN nacionalista, estatista que nos ha caracterizado por años.
El Estado tiene que dejar claro el rol del sector privado y el público, las alianzas público-privadas en áreas en las que se puede hacer un avance muy grande en la inversión de recursos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la mayor parte de los bolivianos.
A mi juicio, lo que toca es restablecer las relaciones con las multilaterales y trabajar para volver a encontrar un nivel de riesgo apropiado que le permita a Bolivia una presencia en los mercados de capital.
CALIFICACIÓN DE RIESGO PARA BOLIVIA
Conozco la importancia de los mercados de capital ya que, cuando trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo BID, donde llegué a ser tesorero, tenía relación directa con las agencias de calificación de riesgo y emisión de bonos.
Una cosa es trabajar en el Banco Mundial o en el BID —que tienen una calificación de riesgo A, o triple A—, y otra con países que no la tienen.
En Bolivia hubo siempre una resistencia a las agencias de rating, pero con el tiempo logró una calificación. Un país tiene que estar en los mercados de capital y —aunque el momento actual para Bolivia no es fácil porque, en primer lugar, su calificación de riesgo es muy baja y la percepción de riesgo es muy alta—, se hizo un esfuerzo, se emitieron los “bonos soberanos” y no se colmaron las expectativas.
Un país debe combinar seriamente el manejo de los recursos internos, los recursos del Banco Central del sistema financiero en general y, luego, un acceso externo diversificado en el que están los multilaterales tradicionales, los bilaterales que son los organismos de apoyo, y el sector privado. Todo esto es una cosa integral que tiene que vincularse con políticas y visión de largo plazo que tienen que ver con la calidad de la inversión que se plantea.
EL ENRIQUE GARCÍA DE HOY Y DE MAÑANA
Actualmente estoy vinculado con actividades a nivel internacional, localmente soy vicepresidente del directorio del grupo BISA, en SOLIDEZ, en la Universidad Privada Boliviana. En las instituciones en las que tengo presencia es porque tienen que ver mucho con los temas que estamos hablando.
También está la cátedra en la Universidad de Sao Paulo, profesor visitante en el London School of Economics y también en la China. Pero, como boliviano que ha acumulado experiencia, no estoy en el juego político por lo que puedo ser un interlocutor válido, que respeta las diferencias y que procura mostrar un panorama más amplio del mundo. Si uno tiene una opinión sesgada no puede ser interlocutor válido.
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