Revista de bioética

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Ética y Bioética Mayo 2015

Inseminación artificial y FIV


En sus manos tienen, queridos jóvenes lectores, un breve Safari que quiere ayudarte a reflexionar sobre un tema controversial e interesante. Se trata de dar un paseo por el tema ético de la reproducción asistida y la fecundación in vitro, tan sonadas hoy en día. Buscamos también generar preguntas y ofrecer pautas para la reflexión y juicio ético sobre el tema. Es por ello que se mostrará, en primer lugar, un caso reciente en relación al tema, se reflexionará en las causas y problemas generados y, finalmente, se darán pautas para un juicio ético del tema.


CASO: MUJER ISRAELÍ ENGENDRA DOS HIJOS DE PADRES DIFERENTES


A mediados de abril de este año una mujer dio a luz en Israel a un par de mellizos de dos padres diferentes. Este proceso, fue realizado gracias a un procedimiento de fecundación in vitro (FIV) después de un complejo proceso de fertilización que corrió a cargo del Dr. Ilya Bar, director del Centro Médico de Fertilidad de Tel Aviv; para lograrlo se necesitó la intervención de dos mujeres y dos hombres; una de las cuales llevó a cabo la gestación. El proceso tuvo origen después de que los padres, de los cuales se omite el nombre pero que rondan los 30 años de edad, manifestaran su deseo de tener hijos al mismo tiempo. “En nuestra conversación inicial, ambos futuros padres expresaron su deseo de llevar un embarazo combinado de los dos padres, por lo que trabajamos para hacer verdad su deseo, y estoy contento de que lo hemos logrado después de su primer tratamiento aquí.”, mencionó el Dr. Illya Bar. Al no poder realizar la FIV en Israel por la prohibición de la ley, el procedimiento se llevó a cabo en un laboratorio de Europa del Este donde el Dr. Bar también colabora. "Es la primera vez que escucho de una gestación de este tipo. Estas intervenciones están prohibidas en Israel, pero en los países en los que no es así se pueden realizar", señaló el profesor Fuad Azam, presidente de la Fundación de Fertilidad de Israel. Se separaron óvulos de una mujer en dos grupos y y procedieron a ser fecundados con el semen de los varores; los embriones fueron sometidos a estudio cinco días en elabatorio para examinar su calidad y se seleccionó al embrión más apto de cada varón para implartarlos en la mujer que prestaría su útero.

La implantación de los embriones en el útero de la mujer fue exitoso pero no fue fácil, como puntualizó el mismo Dr. Bar "este tratamiento especial requirió una tasa de éxito del 200 por ciento, debido a que cada fertilización tuvo que tener éxito en un 100 por ciento." De hecho, el procedimiento final fue precedido de varios intentos anteriores que no habían sido exitosos. Y la clave, proporcionada por el mismo doctor, fue el estudio escrupuloso de numerosas pruebas durante un mes. Las pruebas examinaron el estado reproductivo de cada uno de los cuatro padres involucrados, incluyendo la genética de los espermatozoides de los dos padres, los óvulos de la madre, y la capacidad de absorción para el embarazo en el útero. El Dr. Bar explicó que "en ninguno de los casos ser quería implantar más de dos embriones, para evitar un embarazo fetal múltiple, que no es recomendable bajo ninguna circunstancia”. Una vez concluídas las pruebas se procedió al tratamiento fruto del cual, hace menos de dos meses, nacieron dos hijos: "A finales del mes de las pruebas nos decidimos por un tratamiento y sólo entonces empezamos a trabajar", concluyó el Dr. Bar, señalando que esta estrategia es diferente del método común para la mayoría de los centros de tratamiento de la fertilidad del ensayo y error. "No hay nadie más feliz que nosotros en este momento. Es un milagro porque nuestra solicitud era complicada y ya habíamos pasado por otros médicos sin resultado", concluyeron los padres de los niños.

“No hay nadie más feliz que nosotros en este momento”


PENSANDO EN LAS CAUSAS DE ESTE Y OTROS CASOS “La fecundación en laboratorio se relaciona con problemas de esterilidad e infertilidad. Mientras la primera dificultad apunta a una situación considerada definitiva, la segunda apunta a una situación teóricamente provisional, pero ambas son motivos de frustración para acerca del 20% de matrimonios.“ Mientras en un pasado no muy lejano las personas se conformaban u optaban por una posible adopción hoy, alimentados de los admirables avances de la genética, se sienten impelidas a buscar una solución que responda a sus deseos. La cultura del deseo se ha hecho tan fuerte, que fácilmente se transforma en un derecho que debe ejercerse a cualquier costo. Se puede incluso hablar de una verdadera obsesión por generar un hijo y por motivos no siempre razonables. Con la misma obsesión que antes algunas personas evitaba el embarazo, ahora otras corren en su búsqueda a cualquier costo, también económico. Una verdadera patología invade a muchos matrimonios deseosos de tener un hijo suyo, a su medida y bajo sus condiciones, lo que ha hecho que, en ciertas situaciones, la infertilidad parezca ser más una condición social que biológica. De este modo se explican las largas colas de los laboratorios de fertilidad con sus elevados costos, fraudes, errores de diagnóstico y presión mercadológica; por otro lado, los hijos e hijas de laboratorio no pocas veces se acaban transformando en un verdadero calvario para los padres y para la sociedad. La búsqueda compulsiva de un hijo se transforma en una especie de hipertrofia del deseo y acaba provocando un ansia terapéutica que perjudica sobre todo la salud de la mujer y perturba la propia estructura familiar.

Estética y evitar enfermedades Aunque la esterilidad y la infertilidad se presentan como las razones principales para la manipulación de los embarazos, hay preocupaciones genéticas e, incluso, estéticas que se presentan en un segundo bloque de razones. Las preocupaciones genéticas tienen que ver con numerosas enfermedades de carácter hereditario. En este caso, la reproducción asistida tendría un carácter terapéutico. Se trata, como dicen algunos, de “jugar

a ser Dios” creando seres tal a la medida de los deseos de los padres y ajenos a toda imperfección humana. Pero existe otra preocupación, en el sentido

prospectivo, de mejoramiento del patrimonio genético tanto la inseminación como la fecundación in vitro son antecedentes por una selección que recuerda la selección de las especies: Los gametos problemáticos se descartan con lo que el riesgo de tales enfermedades es prácticamente nulo, los gametos que encierran un potencial más rico son cuidadosamente seleccionados y conservados para posibles situaciones. Sobre todo, tratándose de la fecundación artificial, por lo tanto, en el laboratorio el desarrollo de los embriones puede seguirse con atención para posibles intervenciones. Se trata de un verdadero monitoreo y disposición del material genético de parte de los doctores. Además, para la selección de los mejores gametos se aportan razón comúnmente denominadas estéticas. Normalmente prohibidas por la legislación de varios países, no dejan de ser una posibilidad y una tentación: Elegir características que se refieren a la apariencia. En esta línea estarían los rasgos relacionados en el fenotipo: el tipo de persona, estructura, color de ojos, de cabello, etc.


Problemas Técnicos

“La inseminación artificial en sí misma es un proceso relativamente simple: consiste en monitorear los óvulos hasta que uno de ellos esté maduro, colectar el semen e introducirlo en el cuello del útero o en las trompas”

Algunas de las cuestiones que plantea la

INSEMINACIÓN artificial

Así, si los gametos son de lo buena calidad, teóricamente no habrá mayores problemas. Sin embargo, se sabe que los fracasos son bastantes frecuentes, incluso en la inseminación más simple. Una primera causa de ello la podemos encontrar en la dificultad real de monitorear, no solo el óvulo, si no todo el organismo de la mujer, para tener la seguridad de que todo está preparado. El cuadro se torna un poco más complicado cuando se trata de la fecundación in vitro, pues en este caso existe una serie de definiciones previas que hay que hacer, comenzando por cuestiones terminológicas, que naturalmente llevan consigo interrogantes que superan el plano técnico. Una vez aclarada la terminología comienza la serie de cuestiones técnicas. En primer lugar, es preciso intentar descubrir si se halla en el hombre o en la mujer. Son necesarias algunas elecciones relacionadas con el espermatozoide: ¿semen del compañero, o adquirido de un banco de esperma? Aquí surge un hecho que complica las cosas: en muchos países la legislación prevé que el donante permanezca en el anonimato. Es en este punto donde surge una cuestión importante: no sobre la calidad biológica del semen, si no sobre eventuales rasgos hereditarios del donante. Concretamente recurrir a un donante anónimo será jugar con la suerte, y recurrir a un donante conocido siempre será un riesgo desde el punto de vista del equilibrio de la pareja y del posible descendiente.


Problemas Éticos Desde el punto de vista de la fecundación, bajo el punto de vista de la mujer que va a ser madre, se plantean también algunos desafíos relacionados a la bioética: Disponer de un laboratorio y de profesionales competentes, disponer incluso de un banco de esperma. Sabemos que en muchos países la legalidad de este tipo de procedimientos y de laboratorios no está probada por lo que muchos deben acudir a doctores, clínicas y procedimientos fuera de la ley. Batería de tests para ver las condiciones generales de salud de los interesados: si conservar células como óvulos y espermatozoides puede parecer sospechoso, conservar embriones, en cualquiera de sus formas, es clara y moralemente controversial.

Otra batería de tests de naturaleza diversas, sobre todo biológica y psicológica, intentando ubicar el problema. Tratamiento hormonal para lograr el mayor número de ovocitos, dado que se debe recurrir, como mínimo a 4 embriones para esperar algún éxito: la paradoja de quitar vida para darla. Recolección de los ovocitos considerados maduros. Selección de los ovocitos recogidos para quedarse con los mejores. Procedimientos prácticos para realizar la fecundación in vitro en el laboratorio. Decisión sobre quién será la madre que gestará este embrión en su seno, ya sea la madre biológica o la madre contratada ya que no siempre la madre biológica está en condiciones favorables para ello. En caso de que se trate de una madre alquilada, se impone una serie de estudios de orden biológico, psicológico, económico y social para ver si esta persona corresponde a las expectativas de las personas interesadas. Se requiere de cierta habilidad para que con la ayuda de un cánula o catéter, se proceda a la transferencia del embrión hasta el útero de la mujer entre las 12 y 24 horas después de la fecundación Una vez tomadas las decisiones anteriores comienza la fase más difícil, que es la del monitoreo de la evolución del embrión, de la implantación hasta el nacimiento de la criatura. Además no hay que olvidar que los mayores problemas técnicos aparecerán precisamente después del nacimiento: los padres biológicos o no, necesitaran un acompañamiento psicológico cuidadoso para evitar una serie de traumas, tanto para ellos como para que nace y se está desarrollado.


¿Por qué ante tantas complicaciones, ante tantas dificultades técnicas ya constatadas anteriormente tan poca gente se cuestiona? A comienzos del siglo y del milenio, con la clonación de la oveja Dolly y varios anuncios acerca de la clonación humana, se suscitaron muchos debates sobre este punto específico. Sin embargo, no puede decirse lo mismo sobre la reproducción asistida, tanto por medio de la inseminación como de la fecundación artificial. Sobre este particular, a pesar de toda oposición de la iglesia católica, ya existe una práctica más o menos aceptada tanto por los médicos como por gran parte del público. En términos generales, ya no se cuestiona la transmisión de la vida en el laboratorio ni hay controversias acerca de los métodos contraceptivos. En la práctica ya hay una rutina aceptada por todos, sin que se suscite otra pregunta que no sea si se “resuelve” o no el problema de quien no quiere tener hijos. En el caso de la reproducción asistida, la postura es la misma ¿resuelve el problema? Ahora bien, este pragmatismo silencioso resuelve merece ciertamente algunas reflexiones de fondo. Con esto la cuestión de los inconvenientes que se puedan presentar en el ámbito conyugal y familiar que la reproducción asistida trae consigo no son tenidas en cuenta; como tampoco son tenidas en cuenta otras cuestiones que ocasionan rupturas profundas: con respecto al estado de la persona interesada es embarazarse: si es viuda, madre soltera, lésbica, homosexual, si existe un núcleo estable, si el padre o la madre pasaron ya de una edad razonable para tener prespectivas de criar y educar a una criatura procedente del laboratorio. Estas son cuestiones que no deben pasarse por alto. Por otro lado, es preciso reconocer que la ausencia de interrogantes apunta también al hecho de que las personas se guían hoy más por la legislación (incluso si esto ocurre por temor eventuales castigos) que por principios morales. Como en la mayoría de los países existen ya normas jurídicas que regulan los procedimientos y comisiones de ética que acompañan las actividades, la mayoría de las personas no ve razones para muchas preguntas ni quieren planteárselas.


Problemas Éticos ¿Cómo realizar un juicio ético sobre un caso así? A la hora de juzgar un caso como el presentado en unicio debemos tener presentes los aspectos más importantes en juego que respectan a la ética:

1 2

El respeto del embrión humano

La naturaleza de la sexualidad humana

3

La unión de la familia


La FIV es inmoral porque divide en el acto sexual conyugal la dimensión unitiva y la procreativa. 1. La naturaleza del sexual desde el punto de vista filosófico implica la inseparabilidad del acto sexual y la proceación, siendo necesaria la implicación de toda la persona. El hijo es un don no un derecho ni un producto. No es lo mismo desechar un embase de agua que una embrión pues la diferencia ontológica y real de estos entes es radicalmente diferente. Estamos tratando de un ser en sus primeras etapas (persona) y de una cosa. Tampoco es admisible, por tanto la técnica de sacrificar numerosos embriones con el fin de salvar uno. Como persona, y no como cosa, este embrión no es propiedad de alguien como lo es una cosa; por eso es antiético tratar al embrión como un objeto de diseño: un producto que podamos modelar a nuestro modo. El hecho de estar restringido por nuestras funciones no nos hace blanco de decisiones sobre nuestro nuestro cuerpo de parte de otras personas. La dignidad del hijo requiere que no sea querido ni concebido como resultado de técnicas médicas ni biológicas, haciendo depender así su existencia de condiciones de eficiencia técnica, valorables según parámetros de control y dominio. La generación de una persona es un acontecimiento unitario en le que la dimensión espiritual esta intrínsecamente unida a la biológica; engendrar a un hijo es crear y acoger a una persona, corpore et anima unus.

2. La dignidad de la persona implica que sea fruto de una entrega en el amor entre los padres y no tanto un producto de la ciencia y de la técnica. No se lucha contra

la técnica sino que se le da su lugar y la técnica no tiene que ver

con el amor.

3. Reducir el acto procreativo a un proceso científico genera una despersalización y desnaturalización del mismo: no es así como los seres humanos funcionamos. 4. Por tanto, la falta a la moral no viene de preceptos religiosos sino de la visión correcta e integral del hombre. De lo contrario continuaríamos desmembrando al hombre y separando sus dimensiones y su unidad.

En una fecundación de este tipo la intervención de varias personas en un mismo parto viola las relaciones paterno-filiales naturales: la mujer que presta su vientre se transforma en “una nadie” para los hijos una vez que estos han nacido. La figura misma de los padres es reducida en parte a la de procuradores de genomas, de dispensadores de la corporeidad y a agentes principales del proceso. Más que un hijo parece perseguirse un sueño, sin importar los costes económicos, morales y de personalidad que puedan producir.


Conclusión

La reproducción asistida no solo se ha convertido en uno de los temas

más sonados de esta rama de la ética que denominamos bioética, sino que es, sin duda, un campo de numerosas y marcadas contradiccio nes.

Si, por un lado, la lucha contra la esterilidad y la infertilidad es más que justa, la ansiedad que hoy reina es más que sospechosa; si el deseo de un descendiente puede Lorem ipsum ad his scripta blandit partiendo, eum fastidii accumser noble, no puede verse de una manera san euripidis in, eum liber hendrerit an. Qui ut wisi vocibus susciparticularizada cuando sabemos piantur. que millones de niños sin padres viven en las calles de las ciudades de todo Quo el mundo mundi lobortis reformidans eu, legimus senserit definiebas an eos. Eu sit tincidunt incorrupte definitionem, vis mutat affert perciy conocemos los problemas familiares pit cu,un eirmod consectetuer signiferumque eu per. In usu latine y psicológicos que puede traer equidem procedimiento genético. Aunque la dolores. Como sea, la adopción tampoco este exenta de reproducción problemas, siempre puede ser una asistida es un fenómeno manera de enriquecerse a sí destinado a permanecer y sofisticarse mismo enriqueciendo a los pero, así como el progreso humano es algo demás.

constante, se espera que las cuestiones

y reflexiones ofrecidas en estas líneas sea también permanente en las mentes de nuestros lectores.


Créditos Titular de la Materia

Director de la Revista

Elaboración de Contenido

Edicción

Cinthya Cruz Cortés

Carlos Arturo García Gómez

Gabriela Jarquín Ramos Maribel Vásquez Cruz Wilver Román Martínez Vargas Antonio Guzmán Ricardez Yanin Nuxcanda Zendejas Rojas


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