APUNTES ESCOLARES
Juan Manuel Rodríguez Delgado Carlos Cañas Dinarte
Nació en San Salvador, el 31 de diciembre de 1771, como descendiente de la unión extramarital de Josefa Rodríguez y el panameño Pedro Delgado (padre del también independentista Dr. José Matías Delgado y de León). Fue uno de los principales dirigentes del movimiento insurreccional de San Salvador, iniciado el 5 de noviembre de 1811, donde cumplió importante papel en la difusión del manifiesto y proclama de ese intención emancipador entre otros ayuntamientos de la provincia e intendencia de San Salvador. En 1813, junto con José Matías Delgado y de León y Santiago José Rubí de Celis, redactaron una carta dirigida al independentista y sacerdote mexicano José María Morelos y Pavón, con la finalidad de acercar a ambos movimientos libertarios. Este documento se constituyó en una de las pruebas en su contra, en el juicio por infidencia seguido por las autoridades imperiales españolas.
En esta pintura alegórica al movimiento insurreccional de San Salvador, en noviembre de 1811, pintada entre 1957-1959 por el chileno Luis Vergara Ahumada, Rodríguez Delgado aparece al lado derecho de Manuel José Arce y Fagoaga (con el sombrero de copa en alto).
Electo alcalde primero de San Salvador, jefatura que detentó en compañía de Pedro Pablo Castillo, ambos dieron notable impulso a un nuevo intento insurreccional el 24 de enero de 1814. Controlado el movimiento por las autoridades españolas, sus cabecillas tuvieron que fugarse –como fue el caso de Castillo- o ser reducidos a prisión tras los juicios respectivos. Seis años permaneció Rodríguez Delgado en la cárcel, pero su salida casi coincidió con la firma de la segunda acta de independencia en la Nueva Guatemala de la Asunción, por lo que su nombre figuró como vocal de la Diputación Provincial que se instaló en San Salvador, a partir de noviembre de 1821. Sin embargo, la anexión de Centro América al Imperio del Septentrión, encabezado por el brigadier mexicano Agustín de Iturbide y Aramburu, impidió el funcionamiento pleno de esa asamblea regional a partir del 22 de enero de 1822.
Ante esa anexión forzosa, Rodríguez, Arce, Rafael Castillo, Cayetano Bedoya y otros marcharon hacia Filadelfia y Washington D. C., a fin de solicitar la inclusión de la antigua intendencia de San Salvador en los Estados Unidos de América, gestión diplomática que no progresó más debido a la caída de Iturbide y su Imperio del Septentrión (1823). En abril de 1824, Rodríguez fue electo como jefe político de El Salvador, desde cuyo cargo dispuso la aplicación del decreto de abolición de los esclavos, promulgado en el último día de 1823, la instalación del Tribunal Supremo de Justicia y la redacción y promulgación de la primera Constitución salvadoreña, elaborada en el antiguo convento de San Francisco (ahora Mercado ExCuartel). Además, junto con su hermano José Matías promovieron el ingreso de la primera imprenta de mano con que contó el país (junio de 1824) y en la que se editó el primer periódico nacional, “Semanario político mercantil de San Salvador”, aparecido el 31 de julio de 1824 y dirigido por el presbítero, político, diputado federal y nacional Miguel José de Castro y Lara de Mogrovejo (1775-1829). Con amplias garantías para los ciudadanos, Rodríguez Delgado convocó a elecciones, en las que resultaron electos Jefe y Vicejefe de Estado Juan Vicente Villacorta y Mariano Prado, quienes empezaron a fungir en diciembre de 1824.
Sello postal conmemorativo, emitido en San Salvador, en 1961.
Tras militar durante años en el partido de los “fiebres” (liberales) y desempeñar el cargo de inspector general de Hacienda y Rentas Federales Estancadas, Rodríguez se retiró a la vida privada. Soltero hasta sus últimos años, residió en su hacienda San Jerónimo, jurisdicción de Cojutepeque, donde vistió el hábito de terciario franciscano, se entregó a obras de caridad y murió el 12 de junio de 1847. Sepultado en el cementerio de la parroquia local cojutepecana, su defunción fue asentada en los archivos eclesiásticos locales por Blas Roca. A mediados de la década de 1960, ese documento fue descubierto por el investigador salvadoreño Julio Escamilla Saavedra.