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Capítulo 34:Pesca...................................................................................................................................Pp
from Hokuou Kizoku 1
CAPÍTULO 34 %
PESCA
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Era el tercer día desde que el abuelo llegó.
Esta mañana dijo que quería intentar usar ropa tradicional, de modo que le presté una mía. Por fortuna, nuestra estatura era similar, así que le quedó bien. —Entonces, nos vemos después. —Qué les vaya bien. Por favor cuida del abuelo, Sieg. —Está bien.
Los dos irán de pesca el día de hoy. Al parecer, mi abuelo sale de pesca en sus días libres, así que estaba emocionado de ir a un lugar nuevo.
Teoporon los acompañara como su guardaespaldas y estarán en el río del bosque.
Ahora que ya no había nadie más en casa, comencé a trabajar.Empecé alimentando a los pollos. La comida era una mezcla de hierbas del bosque y granos secos. Mientras los pollos estaban concentrados con el alimento, limpié el gallinero. Una vez que reemplacé el heno con uno nuevo y volví a llenar el bebedero con agua limpia, finalicé.
Cuando estaba a punto de regresar, una gallina, justo después de terminar su desayuno, puso un huevo. Agradeciendo eso, lo recogí luego de limpiarlo con un paño limpio.
No siempre ponen huevos por la mañana. Escuché que tarda un día con una hora para que se forme un huevo. Todos los días es un poco diferente, por lo que no ponen a la misma hora en cada ocasión. La otra gallina debería poner su huevo más o menos al medio día.
Ahora que ya había terminado con eso, me dirigí al bosque con Miruporon a fin de talar árboles para hacer leña.
También recolecté tantas ramas como pude y las coloqué en el trineo. Una vez que encontré un árbol adecuado, lo corté con un hacha y lo derribé.
El árbol caído lo corté con una sierra en pedazos lo suficientemente pequeños para que entraran en el trineo. Luego de eso, de regreso en casa, comencé a trabajar en retirar las cortezas, las cuales, después de que son cocidas con hierbas para mejorar tanto la durabilidad como la suavidad, se pueden usar para fabricar canastas.
—Entonces, Miruporon, por favor te encargo que cortes la leña.
La valiente chica se golpeó su pecho a modo de respuesta. Además, la leña que cortemos hoy será usada en invierno. Los árboles contienen mucha humedad, por lo que deben secarse por al menos medio año. Debido a eso, la leña que empleamos durante las temporadas frías se reúne desde finales de invierno hasta principios de primavera.
La siguiente tarea involucraba trabajar en la cocina exterior. Los ingredientes fueron patatas queacababan de ser cosechadas. Se prepararon de antemano para utilizarlas ahora.
Comencé cortando las raíces y pelando la piel. La cantidad era considerable así que me tomó bastante tiempo. Los primeros que termine empezaron a cambiar de color, pero continúe de todas formas. Acto seguido, las machaqué hasta formar una especie de puré.
Después, rompí los dos huevos que pusieron ayer y hoy y los mezclé con harina, sal, miel, leche de reno y el puré de patatas.
La harina blanca es cara; pero la compré porque creí que sería bueno variar un poco. También había pan suave después de mucho tiempo durante el desayuno. No obstante, en el país de Sieg y mi abuelo al parecer también disfrutan del pan de centeno, así que comió el pan suave con una expresión decepcionada. Tuve el impulso de disculparme por eso.
Engrasé una sartén grande y poco profunda con mantequilla y freí tres piezas al mismo tiempo cuando mucho. De esa forma, hice pequeños panqueques pegajosos.
Cuando terminé, había una montaña de panqueques. Por si acaso, probé una. Era más pequeña que la palma de mi mano, así que terminé de comerla en dos mordidas. La superficie frita era crujiente, mientras que el interior chicloso, más orientado a pulposo. Creo que fracasé en medir la cantidad de harina. El sutil sabor dulce y salado de las patatas se mezcló bien, así que se podía comer en cualquier momento. Por supuesto, cabía la posibilidad de solo comerlas acompañadas de café; pero, quise tratar de poner algo en medio de ellas a modo de emparedado.
A continuación cocinaré salmón (lohi) que un mercante trajo esta mañana. Luego de remover las escamas con el lado sin filo del cuchillo, limpié la superficie con agua limpia. Acto seguido, corté la cabeza y lo destripé abriéndolo por el estómago. Una vez que lo volví a lavar con agua para quitar la sangre, lo corté en dos con un cuchillo empezando por donde estaba la cabeza. Finalmente, quité los huesos de en medio.
Después, despellejé al salmón que corté en dos. Entonces, lo sazoné con especias y sal. Las rebanadas de salmón las sumergí en la mezcla de antes, la cual diluí con agua, y las freí muy bien. Encima de los panqueques que hice antes, coloqué rebanadas delgadas de queso, vegetales y el salmón bien frito, después los bañé con la salsa tártara especial de Ruruporon. Los productos terminados los envolví con papel y los guardé en una canasta.
Cuando fui a la cocina, Ruruporon estaba vertiendo café en botellas. También me entregó el almuerzo de Teoporon, quien comerá los platillos hechos por su amada esposa.
Con el almuerzo de todos, me dirigí al río.
El bosque estaba abundante en colores, listo para recibir el verano. El día de hoy había una ligera brisa, la cual creaba un placentero ruido al mover las hojas.
Luego de transitar una ruta sin sendas, arribé al río. A lo lejos podía oír voces enérgicas, inusuales para la pesca. Cuando llegué a un espacio abierto tras caminar por el pasto, un pescado voló y cayó frente a mí. —¡¿Q-qué está pasando?!... —Qué, solo es Ritzhard. —Ah, abuelo.
Un poco más lejos estaba el abuelo, quien vestía la piel de oso blanco por algún motivo, y Sieg. Los dos se encontraban en una postura como si solo miraran al río. —¿Qué sucedió aquí? —No mordían el anzuelo por un buen rato, así que eso hombre oso saltó al río.
Mi abuelo sacó una red del río. Dentro había unos cuantos pescados de agua dulce. Mientras charlábamos. Teoporon salió del río. Luego arrojó los pescados que atrapó con su arpón a la orilla del mismo. Los pescados capturados cayeron ordenadamente sobre el suelo, demostrando unas grandiosas habilidades para lanzar. —Ooh… —Ese hombre es descabellado.
No podría estar más de acuerdo. Hablé con Teoporon y luego decidimos almorzar.
Teoporon colgó sus ropas mojadas sobre una gran roca con el objetivo de que se secaran. En cuanto a las partes importantes, las ocultó con la piel de oso. —¡¿No está demasiado vulnerable ese hombre?!
— …
Sin darle importancia a la gente que lo rodeaba, comenzó a comer en silencio el almuerzo que preparó su esposa. La piel tenía un nudo flojo, asíque estaba preocupado de que se pudiera ver todo desde ciertos ángulos específicos.
Extendí una manta sobre el pasto y me senté en un ángulo que ocultara el frente de Teoporon antes de comer. Cuando abrí la canasta, el abuelo observó el pan envuelto. —¿Y esto qué es?
—Panqueques de patata con salmón frito. —Ooh.
Mi abuelo abrió el papel envoltorio y miró adentro con una mirada intrigante. Ya que no había pasado mucho tiempo desde que los hice, seguían calientes.
Luego de ver a Sieg comerlos, él hizo lo mismo. Tenía un poco de salsa tártara cerca de la boca, así que le pasé una servilleta. —Fumu. Nada mal.
—Me alegra oír eso.
Sieg parecía como si quisiera preguntar algo, así que le dije si había algún problema. —No, solo me preguntaba si los hiciste tú, Ritz.
Cuando le contesté que sí, murmuró: —Como lo pensé. —¡Así que tú los preparaste! —Tras escuchar la pregunta de Sieg, mi abuelo también se sorprendió—. Eres muy hábil —dijo mientras pedía otro.
La comida que hice con mucho esfuerzo dejó satisfecho las papilas gustativas de mi abuelo. También compartí un poco con Teoporon que estaba sentado detrás de mí. El honorable hombre trató de ponerse de pie y golpear su pecho, pero la piel que tenía atado en su cintura se aflojó así que se le complicó hacer esa maniobra.
Luego de almorzar, regresamos a casa. Como Teoporon hizo un gesto de que me quedara con la pesca del día, acepté felizmente.
Les quité la cabeza y los intestinos, luego los dividí en dos. Llevé tres a la cocina y el resto los cubrí con una capa de sal y los puse afuera a secar sobre una caja de malla.
La cena se compuso de los pescados que atraparon hoy, lentejas y una sopa de carne de jabalí ahumada.
Hoy tuvimos otro día muy ajetreado.