CAPÍTULO 34
% PESCA
Era el tercer día desde que el abuelo llegó. Esta mañana dijo que quería intentar usar ropa tradicional, de modo que le presté una mía. Por fortuna, nuestra estatura era similar, así que le quedó bien. —Entonces, nos vemos después. —Qué les vaya bien. Por favor cuida del abuelo, Sieg. —Está bien. Los dos irán de pesca el día de hoy. Al parecer, mi abuelo sale de pesca en sus días libres, así que estaba emocionado de ir a un lugar nuevo. Teoporon los acompañara como su guardaespaldas y estarán en el río del bosque. Ahora que ya no había nadie más en casa, comencé a trabajar. Empecé alimentando a los pollos. La comida era una mezcla de hierbas del bosque y granos secos. Mientras los pollos estaban concentrados con el alimento, limpié el gallinero. Una vez que reemplacé el heno con uno nuevo y volví a llenar el bebedero con agu a limpia, finalicé. Cuando estaba a punto de regresar, una gallina, justo después de terminar su desayuno, puso un huevo. Agradeciendo eso, lo recogí luego de limpiarlo con un paño limpio. No siempre ponen huevos por la mañana. Escuché que tarda un día con una hora para que se forme un huevo. Todos los días es un poco diferente, por lo que no ponen a la misma hora en cada ocasión. La otra gallina debería poner su huevo más o menos al medio día. Ahora que ya había terminado con eso, me dirigí al bosque con Miruporon a fin de talar árboles para hacer leña. También recolecté tantas ramas como pude y las coloqué en el trineo. Una vez que encontré un árbol adecuado, lo corté con un hacha y lo derribé. El árbol caído lo corté con una sierra en pedazos lo suficientemente pequeños para que entraran en el trineo. Luego de eso, de regreso en casa, comencé a trabajar en retirar las cortezas, las cuales, después de que son cocidas con hierbas para mejorar tanto la durabilidad como la suavidad, se pueden usar para fab ricar canastas.
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