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Capítulo 25:Trabajo de primavera...............................................................................................Pp
from Hokuou Kizoku 1
Por supuesto, la savia no se puede usar así como está. Necesitamos filtrar las impurezas con un fino trozo de tela.
Pasé todo un día filtrando la savia. Además, como no se conservan por mucho tiempo, teníamos que trabajar rápido. La savia se puede usar como producto de belleza solo por unos días. Por lo tanto, se combina para formar jabón, se bebe tal y como está, o se usa para cocinar. —¿Puedo tener un poco? —Claro.
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Le entregué una pequeña botella llena de savia de abedul. —¿Lo vas a usar para lavarte la cara? —Sí, pensé que podría hacer desaparecer mis pecas. —¡¿Eh?! ¡¿Vas a deshacerte de tus pecas?! ¡¿Por qué?! ¡Son lindas!
— …
Sieg estrechó los ojos como si me estuviera condenando. —Tus pecas… son tan sutiles que tienes que estarcerca para verlas; así que no creo que sea necesario eliminarlas.
— … —Dime, Sieg, ¿sabe rica la savia cuando la bebes?
— …
Sieg me seguía viendo con una mirada rígida. Jamás diré que una Sieg preocupada por sus pecas era linda incluso si fueran a romperme la boca. —¿Cuándo revisaste mi piel? —Me pregunto cuándo~.
Lentamente fui retrocediendo, planeando mi escape. —Bueno, ya me tengo que ir. —¡Espera!
Di media vuelta y estaba a punto de salir cuando me atrapó por el cuello de la camisa.
Después, recibí un estricto interrogatorio de Sieg, la cualhabía regresado a ser un soldado.
CAPÍTULO 25 %
TRABAJO DE PRIMAVERA
El día de hoy salí a primera hora de la mañana con Sieg, y viajamos en un trineo de renos hasta un lago cercano.
El lago todavía se encontraba congelado y tenía una fina capa de nieve. —¿Es seguro?
Sieg estaba preocupada de caminar sobre el lago. Aunque el hielo sí adelgazó cuando aumentó la temperatura, todavía no era lo suficientemente delgado para que se agrietara si una persona caminaba sobre él. Sin embargo, por si acaso, di un paso al frente para revisar si era seguro. Como nos encontrábamos en la temporada del deshielo, el hielo en la superficie estaba mojado. Se trataba de algo que experimentaba cada año.
—Es seguro.
— …
Sujeté lasmanos de mi esposa aun preocupada y comencé a caminar sobre el lago congelado. —¿Qué hay del reno, Ritz? —Es uno listo, así que no te preocupes. —Si tú lo dices.
Separé al reno del trineo para que se moviera libremente. No irá muy lejos, además le expliqué a Sieg que osos, linces y carcayúes no viven alrededor de esta área.
Al principio, Sieg estaba preocupada sobre el hielo; sin embargo, una vez que comenzó a caminar sobre él, dio pasos con mucha confianza. A pesar de eso, no dejó de sostener mi mano. Si bien era por encima de los guantes, mi rostro se relajó por el hecho de que podía tocarla.
Como estaba viendo mi perfil interesadamente, sin perder el tiempo saqué un nuevo tema de discusión.
—¿Alguna vez has hecho pesca en hielo? —Es mi primera vez.
La pesca en hielo se realiza perforando un orificio a través del hielo y pescando allí. Durante el invierno, el hielo es demasiado grueso para romperlo, así que lo hacemos a principios de primavera. —En la época de frío, las truchas árticas son las mejoras.
Tienen un tono rosado y saben bien. Además, en esta temporada tienen más grasa así que su sabor es más rico. Como también quisiera saltear y humear algunas, espero pescar varias de ellas, pensé mientras perforaba un orificio en medio del lago.
Conformé sacaba las herramientas de la bolsa, Sieg limpió la nieve de la superficie. Usando un pica-hielo, apunte la punta hacia el hielo y suavemente golpeé hacia abajo hasta crear un orificio. Si lo hacía muy fuerte, existía la posibilidad de que todo el hielo alrededor de esa zona colapsará, así que debo ser cuidadoso.
El hielo era más grueso de lo que pensé. Rotando turnos entre Sieg y yo, finalmente hicimos un orificio redondo en el hielo. El hueco era lo suficientemente grande para que una gran trucha pasará por allí, también hice otro agujero un poco más lejos.
Ahora que las preparaciones habían terminado, todo lo que restaba era pescar. Los señuelos eran cebos falsos hechos a mano, los coloqué en un extremo de la cuerda y los metí al agua. —¿No sientesfrío, Sieg? —No, estoy bien. —Entendido.
Aunque la temporada del frío extremo ya pasó, todavía nuestro aliento salía en bocanadas blancas y el rostro expuesto dolía. Sin embargo, el cielo estaba despejado y azul, así que no me sentía deprimido.
Sieg fue la primera en atrapar uno. La mejor pescadora en la aldea sin duda alguna, la elogié en mi mente. —¿Esto qué es? —Una perca. Ten cuidado con las espinas en la aleta de la cola.
Sieg atrapó uno que tenía rayas negras. Ya que hay espinas puntiagudas en la aleta de su cola, tenemos que cortarlas con tijeras. Aunque ya pasó su mejor temporada, todavía sabe muy bien si se fríe a la parrilla con especias hasta que tenga una superficie crujiente.
Después, por una hora, no atrapamos nada. Le ofrecí alcohol a Sieg, que yo no podía soportar, para mantener su cuerpo caliente. —No creo que podamos pescar más, Sieg~. ¿Regresamos? —Quedémonos un poco más. —¿De verdad? ¿Te parece bien eso?
—Sí, siento que puedo pescar algunos si lo hago un poco más.
Mientras charlábamos de esa forma, mi cuerpo protestó que estaba hambriento. Revisé la hora con mi reloj de bolsillo y era pasado el mediodía.
De almuerzo tuvimos el pan de centeno que Ruruporon hizo con carne ahumada y queso. Mientras comíamos, Sieg sugirió que usáramos trozos de pan como cebo y funcionó de maravilla.
Justo después de eso, logré pescar hasta cinco truchas árticas. —En ocasiones no se tiene una buena pesca. Así que a veces es duro estar de guardia. —Entiendo.
Sieg atrapó una pequeña parca, una locha y una trucha ártica. Para ser su primer intento estuvo genial. Llené la bolsa con nieve para mantener a los pescados frescos y regresé a casa.
Cuando soplé el silbato, el reno trotó hacia aquí.
Luego de regresar, le entregué los pescados a Ruruporon, quién los recibió muy contenta. De alguna forma logré comunicarle que podía llevar tres truchas árticas a su casa y que usará el resto para la cena.
En la cena.
Los platillos del día de hoy fueron hechos usando pescado fresco como señal de que había llegado la primavera. La parca y la locha fueron rellenas con hierbas y asadas a la parrilla con sal. Una trucha fue servida en sopa de leche de reno, papas y hierbas. Mientras que la otra fue asada en salsa de cítricos. Todo se acompañaba muy bien con pan. —Me gustaría ahumar unos cuantos pescados; así que, ¿podemos ir otra vez mañana?
—Sí, no hay problema.
Gracias a mi generosa dama, se decidió la agenda de mañana.
Al día siguiente, quizá porque bajamos las cuerdas encima de un cardumen de peces, conseguimos una gran pesca de dieciocho pescados con solo dos personas.
Sin embargo, como no podíamos comernos todo ese pescado por nuestra cuenta, vendimos la mitad en la aldea antes de humear el resto.
Primero, destripamos y limpiamos el pescado, luego lo cortamos en dos piezas. Después, aplicamos sal arriba de ellos y los dejamos así un tiempo. A continuación, los marinamos en una sopa de hierbas y alcohol. Para finalizar los dejamos secar antes de ahumarlos.
Estoy usando un método llamado “ahumado en frío” para preservarlos por más tiempo; además, de rejillas para ahumar caseras. Ya que la temperatura tiene que ser
controlada, se realiza en un sitio separado para ahumar carnes. Empleando astillas de abedul y hierbas que se han dejado secar por medio año, se deja ahumar por un mes. —Parece que va a tomar mucho tiempo. —Sí. Hacemos esto para tener comida durante el invierno.
Considerando que no cazamos en primavera, usualmente este es el tipo de trabajo que realizamos.
Ahora que la tierra se ha descongelado, tenemos que cultivar. Generalmente plantamos tubérculos como papas, nabos y zanahorias, junto con cebollas, semillas de colza, centeno y cebada. Las semillas se plantan durante la primavera, luego son cosechadas en verano u otoño. En el invierno se ponen en nieve. Esto se debe al hecho de que permite que se conserven por más tiempo y a que el frío de la nieve también vuelve más dulce a los vegetales.
Una vez que pasa el deshielo, todos los hombres en la aldea ayudan en los campos, como están ubicados afuerade la muralla se convierten en una horrible vista luego del invierno; así que hay trabajo duro esperándonos para labrar el campo desde el principio.
No es que se planeara con antelación; pero, los aldeanos se reúnen de manera natural para limpiar la nieve y labrar los campos. Por culpa de la presión de la nieve acumulada, la tierra se vuelve dura así que es un pesado trabajo manual.
Continuamos en silencio a retirar las piedras, raíces y orugas de la tierra. Mientras trabajaba, un chico curioso de la aldea me dirigió la palabra. —Disculpe, mi lord, ¿no se encuentra con su enorme esposa el día de hoy? —Enorme esposa, eso es cruel. —Pero ella casi tiene la misma estatura que usted. —Sí, tienes razón.
Mi enorme esposa, Sieglinde, está trabajando en la aldea realizando las preparaciones para los turistas. Mientras los hombres trabajan en los campos, las mujeres toman las medidas necesarias para recibir a los extranjeros: limpian el hotel, lavan los juegos de cama, cocinan bocadillos y fabrican recuerdos.
Sieg dijo que le gustaría apoyar con el trabajo en el campo porque creía que no sería de mucha ayuda en la aldea. Sin embargo, ya que labrar la tierra produce ampollas en las manos a diferencia de cazar, la persuadí para que asistiera a las mujeres en la aldea. —¿Qué pasa con mi esposa? —Nada, mi mamá estaba celosa.
—¿De qué?
—De que siempre estén juntos. —Ah, algo como eso.
En la aldea, el trabajo de los hombres y mujeres está segmentado. Generalmente los hombres realizan actividades en el exterior, mientras que las mujeres en el interior del hogar o en la aldea. Gracias a que tengo sirvientes que se encargan de las tareas domésticas, tengo la fortuna de trabajar junto a Sieg. —Ah, hablando del rey de Roma. —¿Eh?
El chico apuntó hacia la entrada de la aldea. Desde allí podía ver a Sieg que venía hacia aquí.
Mi esposa me trajo el almuerzo.
Era por la tarde y como estaba planeando regresar a casa ahora, me sorprendió este repentino giro de los acontecimientos.
Los aldeanos a nuestro alrededor estaban comiendo en silencio el pan que habían traído de sus casas. Después de todo, las mujeres de la aldea estaban ocupadas, así que comían en los campos para no molestarlas. —¡Gracias, Sieg!
Sieg también quería comer conmigo y para que no se mojara, coloqué enel suelo una bolsa de piel para que se sentara sobre ella.
Mientras charlaba alegremente con Sieg, disfruté de una sopa caliente de legumbres, pan recién horneado y café recién hecho.
Luego de terminar de comer, y en medio de mi segunda taza de café, Sieg dijo algo al tiempo que sus ojos brillaban de modo penetrante. —Por cierto.
—¿Um? —Siento que nos están observando. —Bueno, eso es porque…
No había mujeres en la aldea que vinieran de visita como Sieg. Sin lugar a dudas, los hombres estaban comiendo sus panes fríos mientras pensaban: «Espero que explote ese tipo». Cuando me vino eso a la mente, sonreí avergonzado. —¿Está prohibido que las mujeres vengan aquí? —No, nada eso. Simplemente están celosos. —¿De qué? —De que esté comiendo con mi esposa.
Luego de eso, resumimos nuestro trabajo.
Era una labor muy extenuante; a pesar de eso, sorprendentemente después del almuerzo toda mi fatiga había desaparecido.
Pasé los días contento, pensando que la primavera de este año era más cálida que de costumbre.