Agradecimientos ISA!_SY por colorear las ilustraciones, ¡Son hermosas!
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Capítulo 1 ¡Aquella personita dentro de Barbara-san! ¿Una razón para vivir? Desde luego, como ustedes sabrán, mi sueño es diseñar un traje de baño competitivo tipo polaina (con el pecho al descubierto) para así convertirme en el Cristóbal Colon del mundo de la natación... a pesar de ello, cuando le pedí a Tsukiko-chan que sirviera como la modelo de mi primer prototipo, la moza amenazó con tomar acciones legales, así que por más que quisiera tuve que abstenerme de dar a la prensa mi Magnus Opus. Siendo así, aparte de los trajes de baño— ¿Cuál es mi razón para vivir? Últimamente he estado reflexionando mucho sobre esa pregunta, y aunque es la clase de cosas que verías escritas en el diario de un mocoso de secundaria, que les puedo decir. De igual modo, estoy seguro de que al menos alguno de ustedes anhela una ilusión romántica como:
—¡Vivo para estar junto a la persona que amo! ¡Construiremos un nido de amor como una golondrina al inició de la primavera!
Es más, mi pregunta surge porque precisamente conozco a una chica que piensa así. Esta polluela había besado a su Príncipe, y experimento el milagro del... crecimiento de pechos. Como consecuencia, se convirtió en una golondrina feliz y se elevó hacia el sol brillante con sus nuevas alas. Y así como las alas de Ikaros (el cual nació durante la era de los dioses) o el desastre del transbordador espacial Challenger1 (que aconteció en la época de nuestro seno), mi miedo surge debido a que las batallas de la humanidad contra la gravedad comúnmente acaban con un Bad End de lo más funesto. No puedo permitir eso... La duda me carcome, y en respuesta a ella me pregunto ahora; ¿Qué se supone que debo hacer si realmente quiero hacerla fel—? —♪ ♪ ♪ ¡TU PUEDES HACERLO, YO-KO-DE-RA! ¡UNA VUELTA MÁS, NO TE RINDAS! ¡CHA CHA CHA! ♪ ♪ ♪
1 El Transbordador Espacial Challenger fue el segundo orbitador del programa del transbordador espacial en entrar en servicio. Sin embargo, es más conocido por el accidente del 28 de enero de 1986, en donde se desintegro a los 73 segundos de despegar (provocando la muerte de todos los tripulantes).
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Estaba completamente perdido en mi intento de reflexión filosófico, cuando escuché una voz ovacionando desde una de las esquinas del campo deportivo. Obligado a quemarropa a poner mis pies sobre la realidad, vi como el sol otoñal de principios de noviembre brillaba a través de las aberturas del muro, tiñendo de rojo a los miembros del Club de Atletismo. Las sombras de dichos miembros se extendían por el suelo, y me pregunté si estaban tirando de las sombras o las sombras estaban tirando de ellos. En medio de este mundo taciturno rojizo, la única distinción entre humanos y sombras eran los quejidos saliendo de las bocas de los activos. Sin embargo, hubo una cierta persona que destacó esa tarde. —♪ ♪ ♪ ¡Puedes hacerlo, Yo-ko-de-ra! ¡¡Corre y corre Y RESISTE HASTA EL FINAL!! ♪ ♪ ♪ La chica en cuestión— Azuki Azusa —brillo radiante mientras era bañada por los rayos del sol poniente. Ella sostenía un megáfono en una mano y andaba equipada con una diadema. Ya tenía lista una toalla de mano y una lonchera, y danzaba salvajemente como una mánager porrista, dirigiéndose para animarme solamente a mí. —Maldita sea, ya terminé mi carrera...
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El trote de hoy llegó a su fin, y gradualmente me detuve. No quiero presumir, pero soy bastante bueno en las carreras a larga distancia. ¡Todo se lo debo a los trajes de baño! ...aunque no es como si realmente pudiera presumir de ello. Traté de esconderme cerca del muro de concreto que dividía los terrenos deportivos de la piscina, pero Azuki Azusa caminó hacia mi dirección sin darme un respiro. Lenta pero insistente, incluso pude imaginármela meneando animosamente una colita castaña de izquierda a derecha. —¡Excelente trabajo en la pista! Toma, esto es para ti, ¡Hoy prepare limones bañados en miel! —Y~Yay... gracias, como siempre… —Está bien~, no tienes por qué apenarte. ¡Verte correr hace que mi corazón se acelere! —Ya veo... ¿Qué es lo que más te gusta? —¡Estoy segura de que así es como debe sentirse una gacela cuando está siendo perseguida por un guepardo astuto!
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—Oh. ¿Es así? ¿Y qué tiene que ver esto con que me devoren? —Es solo que el patio me recordó muchísimo a la Sábana en África. Lo imaginé, y decidí que preferiría ser la que está siendo cazada… —.......................lo siento, Azuki Azusa. No entiendo muy bien lo que estás tratando de decir. Mi razonámiento no da para más... —¡Está bien! ¡Las gacelas se sienten felices cuando son devoradas!
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Las mejillas de Azuki Azusa estaban tan rojas como el ocaso, y soltó una risita avergonzada mientras no paraba de mirarme. Podría parecer una charla jovial entre dos jóvenes estudiantes de preparatoria, pero en realidad, ella estaba humanizando el horror de la vida salvaje. ¿Si sabes que nuestro club alguna vez fue la morada final del romanticismo? Por el amor de dios... Luego de nuestra última ‘cita’ en el parque temático, ella comenzó a actuar extremadamente pegajosa. Ya llevamos varios días desde aquello, e indiferente de la furia del Señor Demonio negro azabache, el Yate Azuki siguió navegando perdiz por el océano de la felicidad. Y, por si fuera poco, su ruta comenzó a volverse más agresiva. O para ponerlo en términos simples —yo, un miembro tentativo del Club de Atletismo, ahora tenía algo así como una esposa que se paraba en medio de la práctica para apoyarme día tras día. Dicha esposa lucía un largo cabello rizado, y se meneaba elegante con los movimientos de una flor de cerezo. Al mismo tiempo, cierta área de su cuerpo comenzó a crecer en proporción a su devoción, e incluso se ve que ha intentado fortalecerla utilizando almohadillas para el pecho.
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Azuki Azusa verdaderamente se ha vuelto más encantadora... en especial la parte de los pechos. —¡Woah, pero cuanto sudor! —Entré un poco en pánico mientras ella limpiaba el sudor de mi cara, lo que la hacía lucir aún más linda. —A~Azuki Azusa... —Y~Yokodera... Los dos nos miramos de reojo. Solo una página común en el libro de la juventud. Otra escena de una comedia romántica en desarrollo. Ahh. ¡Qué maravillosa vida color de rosa...! Sin embargo, eso no cambia el hecho de que mi juventud y mi vida escolar se estaban convirtiendo en una comedia romántica de la nada... por cierto, tan solo imagina que hay una linda chica de primera categoría en tu escuela. Ahora imagínate que estas en medio de una agotadora práctica, y esa misma chica no para de mimar al compañero incomprendido de la clase; si eso sucediera dentro de un club (que depende en gran medida de la coordinación y el trabajo en equipo) probablemente estarías cabreado, ¿Verdad? Cualquiera estaría cabreado. Incluso yo lo estaría.
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—Últimamente... —¿...no se ha vuelto un poco arrogante? —Se ve como una completa basura... —¿Por qué el Príncipe no puede darse prisa y regresar a su propio país? Sentí como sus miradas se clavaban en mi espalda, provocándome escalofríos. No solo las chicas me miraban con desprecio, sino que incluso los chicos estaban resentidos conmigo como si hubiera roto alguna clase de credo o algo por el estilo. Mi afecto con ambas partes definitivamente había disminuido. Supongo que cualquier relación diplomática con el Reino Pervertido se ha vuelto imposible. E~En otras palabras, básicamente me he convertido en un solitario... Lo más probable es que Azuki Azusa no tuviera conocimiento de ello, ni fuera su intención en absoluto. De todos modos, estoy bastante seguro de que ella ya estaba acostumbrada a este tipo de cosas. Bueno, un verdadero solitario es el tipo de persona más fuerte... o al menos eso fue lo que dijo el gran Hachiman-sensei2 en su pauta sobre las comedias románticas juveniles. 2 Hachiman Hikigaya, protagonista de Yahari One no Seishun Love Comedy wa Machigatteiru (o Oregairu para los cuates).
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—Ejejeje. Seguro que hace calor hoy. —Aunque escuche por ahí que la madrugada de hoy sería la mejor de toda la temporad— —¡Que acalorado~! ¡Como el corazón~! ¡De una gacela~! —Veo que no podremos discutirlo aquí... La realidad personal Azuki Azusa bloqueó el mundo que la rodeaba, dejándome en agonía. En serio, realmente tengo que hacer algo. ¿O alguien más puede hacer algo al respecto? ¡Porque este Yokodera-kun no está progresando de ninguna manera! ¡Sálvame Superman! ¡¡Necesito tu ayuda—!! —Hey. Ya párenle con eso. De repente, una voz fría se interpuso entre nosotros. —Las personas ajenas no deberían interferir con las actividades del club. ¿Siquiera entiendes cómo haces sentir a los demás? Pues entiéndalo. Entiéndalo ya. ¿Ya lo entendiste—? —Tsunderu-san...
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La supermujer que había aparecido era alguien que no esperaba. La que rompió la barrera inexpugnable de Azuki Azusa no fue otra que la vicepresidenta, cruzando los brazos con expresión severa. Su camiseta tenía un rey león grabado. ¿Personalizó su uniforme, eh? Es algo muy propio de su parte. —Ya solo dígaselo, pervertido. Dígaselo con un bang. Si eres un hombre. O un pervertido. Deberías ser bueno para hacer cosas con un bang y un boom. Justo como hiciste con los calcetines de alguien. Tan sólo escupa el bang y el sploosh— —Como odio interrumpir tu monólogo, ¿Pero podrías dejar de decir cosas que nunca sucedieron? ¡Guarda tus fantasías para el baño o lo que sea! —Si no vas a decirlo, entonces lo haré yo. TU. ESTAS. SIENDO. UNA. MOLESTIA —La cola de caballo de la chica se agitó con el viento cuando envió una mirada penetrante a Azuki Azusa. Dado que Acero-san, quien normalmente era la persona que daba las advertencias, se ausentó hoy, todo parecía indicar que Tsunderu-san se estaba esforzando para mantener una atmósfera cómoda en el club.
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Aun así... —¿N~No estás yendo demasiado lejos? —Me paré entre la vicepresidenta y Azuki Azusa. No importa de qué se trate, Azuki Azusa es una chica tímida. Si dices demasiado, ella romperá en llanto de inmediato. Hasta podría visualizar la escena 100 veces en mi cabeza antes de que sucediera. Quiero decir, incluso ahora, ella se estaba mordiendo el labio, preparándose— —Ajajaja~ supongo que fui un poco insensible. Sin embargo, al final no lloró. —En realidad no entiendo del todo este tipo de cosas, así que podría haberme emocionado un poco. Lo siento. En cambio, bajó la cabeza y cerró los ojos con una sonrisa amarga. Era una leve sonrisa que parecía que se rompería si la tocabas, como una flor cosmos solitaria. Ahh, vamos. ¿Lo ven? Es por esto. Por eso ser como Yokodera-kun no es saludable.
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No puedo decirle que no si me muestra una cara así. —¡...e~está bien! No me estás molestando en lo más mínimo... —¿E~En serio? Pero... —¡Tranquila! La vicepresidenta tiende a decir exactamente lo contrario de lo que quiere decir. ¡Es lo que llamaría una Tsunderu-san! —Hey, tú. ¿Qué estás diciendo? ¿A quién llamas una tsun—? —¿Lo ves? Justo acaba de decir: ¡No sólo no me
molesta que vengas a las actividades del club, sino que quiero que seamos amigas ☆! ¡Quiero ser taaaaaaan amiga tuya, Azuki-chan ♪! ¡Llámame DereDere! ♡ —Pervertido. ¡Oye—! —¡Ya veo! ¡Estoy ansiosa por llevarme bien contigo, DereDere-san! —El rostro de Azuki Azusa se iluminó de inmediato, y sonrió como una flor floreciendo mientras estrechaba la mano de la vicepresidenta. Je, como ¡Facilonga—!
una
cachorrita
sin
colmillos.
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Bueno, estrictamente hablando, yo soy el fácil. Yokodera-kun definitivamente es una causa perdida. Jamás podría hacer llorar a una chica, pero haría cualquier cosa con tal de verla sonreír. Para mí, la sonrisa de una chica hermosa siempre ha significado el principio de un fin. —¡Hey! ¡Esperen! ¡Pervertido y su novia! ¡Oye...! DereDere-san me lanzó una mirada de odio, murmuró “—...ya no me importa”, y regresó con los miembros del club. ¿Quién lo diría? A final de cuentas es una chica amable... eso creo. Al mismo tiempo, Azuki Azusa se puso inquieta por las palabras de DereDeresan: “—...e~ella... ¡¡Ella me llamó tu novia!!”, repitió una y otra vez, convenciéndome cada vez más de que yo era el único ser humano cuerdo en mi círculo de amigos...
—No exagero cuando te digo que la señorita Komame-chan puede ser muy frustrante. Será mejor que te prepares. Hace un tiempo la amiga de Azuki Azusa, Moriisan o Moriya-san o como se llame, me dijo eso.
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Recuerdo haberle respondido que yo era bien consciente de ello, pero veo que todavía me faltaba el conocimiento y la certeza. Quiero decir, la mitad del tiempo Azuki Azusa parecía estar sonriendo alegremente, o al menos así era en la escuela. Y como resultado de sus abrazos, siempre que este compañero de clase se pusiera agresivo conmigo, también tendría que aguantar a su kouhai. Las golondrinas viven para volar por el cielo. Tumbar de su ilusión a la chica que finalmente había logrado volar... me asusta pensar que las cosas podrían estar bien si simplemente las dejo así.
A las 5:40 pm, la torre del reloj de estilo italiano en el séptimo edificio hizo sonar sus campanas para anunciar el final de las actividades del club. Gracias a eso, una vez más pude escapar de la barrera aislada que me asfixiaba. Si esas campanas no sonaran así, podría haber pasado el resto de mis días junto con Azuki Azusa. Por supuesto, luchar dentro del cuadrilátero no es tan malo, pero quedarse solo es una bendición en tiempos asfixia.
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Hice esperar a Azuki Azusa y limpié los útiles que había utilizado. Y como era de esperarse, halle un fantasma a una esquina del almacén deportivo. —...la práctica finalizó... Una vez más, Acero-san se encontraba sentada a una esquina del polvoriento cobertizo, oculta en la sombra. —.............. Apoyando su barbilla entre sus rodillas, estaba absorta en sus pensamientos mientras fruncía el ceño. Fue el único movimiento que hizo. —Presidenta del club... Incluso cuando la llamé o me paré a su lado, no hubo respuesta. Esta es la razón de que alguien tan impetuosa como Azuki Azusa haya podido acercarse siquiera a la práctica. Aunque Acero-san es la presidenta del club, últimamente ha estado algo descolocada con sus responsabilidades. Siempre aparecía al comienzo de la práctica, solo para marcharse a paso tambaleante momentos después. Extraño.
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Así como a Yokodera-kun le apasiona eliminar mosaicos de sus videos de chicas, ella es el tipo de persona que debería apasionarse por el Club de Atletismo... por alguna razón siento que esa comparación estuvo un poco fuera de lugar, pero como sea. Si tuviera que adivinar, algo sucedió. ¿Acaso volvió a comer un hongo que encontró de camino a casa porque pensó que “sabría a Tsukikochan”? A pesar de que su hermana menor le dijo que no comiera cosas extrañas. —Regresemos, Presi. ¿No se siente bien? No me molestaría hacer una parada en la enfermería. —...ah. Yokodera, ¿...huh? —¿Que paso? Sabes, todo el mundo está preocupado por ti... Cuando traté de tirar de su brazo y obligarla a ponerse de pie, Acero-san lentamente levanto la cabeza. Su cola de caballo, atada con una cinta blanca para el cabello, brillaba incluso en la oscuridad. Sus ojos vagaron por todo el lugar.
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—Yo... si yo me fuera hacia a una tierra lejana, atravesando ríos y montañas como Sansen Banri, ¿Te pondrías triste? —¿Hm? ¿De qué estás hablando—? —Nada. Olvida lo que dije. Fue solo un desliz de mi lengua. Parece que necesito disciplina... disciplinarme... —Murmuró. La alguna vez majestuosa leonesa negó patéticamente con la cabeza. —...lo que sea. Venga presidenta, vámonos ya a casa. Venga. Up, up, hurry up. —Up... up... ¿Apupu...? —¡¿ERES UN ANIMAL?! ¡Estoy diciendo que te levantes! ¡¡Esa es la clase de inglés que le enseñan a los niños de primaria!! ¡¿Podrías estudiar un poco más?! —Grrr... soy la número uno del país, así que está bien... —¡¿La número uno en qué?! ¡Regresa a la realidad! —Puse a Acero-san en posición vertical, casi cargándola en mi espalda —Si hay algo de lo que necesites hablar, por favor, dímelo. Estoy aquí para escucharte.
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—...no me hagas caso. Eso no tiene nada que ver contigo... —...bueno, si tú lo dices. Sentí la carne de dos frutas golpeando mi espalda, y de repente me encontré ocupado tratando de expulsar cualquier pensamiento impuro de mi cabeza como un animal salvaje en la sabana africana. Esta onee-san realmente puede ser un bebé grande a veces. Algún día, las cosas se pondrán peligrosas. Ella provocará el nacimiento de dos Yokodera-kun's diferentes...
...bueno, basta de disimulos. Hasta aquí llega toda la buena fe que puedo mostrar. Hablando con total sinceridad, sé que ella está ocultando algo. Pero no importa cuántas veces le pregunte al respecto, recibo una respuesta del estilo “—Es un problema que no está relacionado contigo”, lo que básicamente significaría “—Metete en tus asuntos”. Sin embargo, me hallé haciéndole la misma pregunta una y otra vez...
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Si yo fuera el guapo protagonista de alguna novela ligera dirigida a un público shonen, probablemente podría levantar una bandera con una chica siendo así de entrometido, del mismo modo que pudiera hacer lo que quisiera con sus pechos si se tratara de uno de mis videos. Solo asoma la cabeza por allí sin preocuparte demasiado, me diría a mí mismo. Lamentablemente, no estaba en uno ni en el otro, por lo que utilicé las negativas de Acero-san como una excusa para evitar el problema. Por esa razón dediqué todo mi tiempo a Azuki Azusa. Hoy, iremos al aula— Hablaremos; atravesaremos el portón de la escuela juntos; hablaremos; caminaremos por el distrito comercial y comeremos crepes; hablaremos; nos dirigiremos a la estación de tren; hablaremos; volveremos a nuestras casas. Repasando mi apretado calendario, no puedo evitar pensar que no es mucho, pero al menos es trabajo honesto... aunque es cierto que no debería priorizar esta clase de cosas. ¡Simplemente hay veces donde no se puede evitar!
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Tengo que ocuparme de un problema a la vez, porque si no lo hago, nadie será feliz. ¿Así son las historias realistas, no? ¿No...?
Esto sucedió después de que me despedí de Azuki Azusa en la estación de tren. Había pasado un tiempo, pero tomé un desvío atravesando el ya familiar parque infantil. En momentos como estos, cuando realmente quería que Ponta me diera un consejo, no estaba por ningún lado. Lo único que pude oír fue el crujido del columpio agitándose por el viento. —...bueno, cosas como esta pasan. Él está en su propio mundo y tiene sus propias preocupaciones sobre las que pensar. Seguimos siendo independientes uno del otro, incluso como amigos, y nuestra amistad no es algo de lo que solo podamos aprovecharnos todo el tiempo. Además, últimamente, ha estado ocupado trabajando en su extraño ‘yacimiento’ de flores. Creo que lo está usando para algunas cosas sospechosas... no haría lo que creo que está haciendo, ¿Verdad...?
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—¿Puedo irme ya a casa, oficial? Le juro que no se nada, ¡Ni siquiera conozco a este sujeto! Jijiji, ¡Sin duda el mundo es un lugar impredecible y aterrador! Aunque es cierto que en realidad no sé absolutamente nada de lo que está pasando a mi alrede— —¿Mmm...? Una coneja de orejas largas estaba sentada en la parte superior de un banco, en este parque que de otro modo estaría vacío. Era Yaji-san, la coneja de Ponta. Ella es una profesional huyendo de casa. Probablemente se había escapado de nuevo... pero sólo estaba ahí, inmóvil, sentada en esa banca. Hasta daba la impresión de estar esperando por algo. —Raro... Pero cuando traté de acercarme, mi teléfono vibró. Era un correo electrónico de Mamá.
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—[¿Cuándo vendrás a casa? ¿O acaso ya no tienes tiempo para
tu primera chica?]
Y justo cuando me preguntaba de qué diablos me estaba hablando, la pantalla se iluminó de nuevo, informándome de otro correo electrónico no leído. Lo abrí: —[Soy Tsutsukakushi-san. Ha pasado un tiempo. ¿Cómo estás?
Tengo algo importante de lo que hablar, ¿Podría ir a tu casa ahora mismo? Saludos...] —Urk... Todas mis preocupaciones anteriores fueron eclipsadas en el instante en que me di cuenta de que este correo electrónico había llegado hace unas dos horas. Esto es malo. ¡Sideralmente malo!
Excepcionalmente
malo.
¿Qué está mal, preguntas? Por la forma en que estaba redactado el mensaje, me di cuenta que había pasado un largo tiempo— casi demasiado —desde la última vez que vi a Tsutsukakushi. Ahora ella me estaba tratando como a un extraño.
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¿Qué les digo? ¡La presión de Tsukiko-chan es mayor a la atracción ejercida por el centro del universo!
Preso del pánico, corrí a casa y encontré un pequeño par de zapatos en la entrada. Según mi Mamá, se topó con ella mientras llevaba a cabo sus compras, así que la invitó a pasar. —¿Acaso le hiciste algo a la pobre? —Eh, ¿P~Por qué? —Hace un tiempo, solía venir aquí todas las mañanas, pero no la he visto desde hace unas semanas. Nos hemos quedado sin mermelada de manzana. Mil lanzas de Gungnir atravesaron mi pecho. Jajá. ¿No es graciosa mi madre? Puede que la relación con mi querida kouhai haya terminado, pero tú sabes ¡Lo importante es que se terminó la mermelada de manzana...—! Ni siquiera tengo ganas de bromear al respecto. Últimamente las cosas han sido súper incómodas entre los dos. Sé que Tsutsukakushi está de mal humor. Sé la
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razón por la que está de mal humor. Pero no entiendo a qué viene todo ese enfurruñamiento de su parte. Es como si la estuviera persiguiendo dentro de una piscina cubierta de niebla espesa, y seguíamos perdiéndonos mientras dábamos vueltas... fue una analogía ilógica ¿No es así? Bueno, ¡Va a juego con toda la situación! Necesitaba pensar rápido en una excusa que explique de forma aceptable porque no revise mi correo durante dos horas y por qué no fui a visitarla en toda la semana. Fue así como tanteando de ‘reflexión sin sentido’ a ‘reflexión sin sentido’, no me di cuenta de que mis pasos se volvían cada vez más lentos. Al final, me aproximé sigilosamente a mi habitación, solo para detenerme en seco frente a la puerta. Escuché una voz débil. —¿...es así? No, realmente no me importa de ninguna manera. Era Tsutsukakushi. La voz de Tsukiko-chan.
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Ella parecía estar hablando con alguien por teléfono. —...si. Soy demasiado indulgente. A fin de cuentas, tengo un corazón lo suficientemente grande como para rellenar mi enorme pecho, así que te perdonaré. Si tiene la suficiente confianza para bromear sobre el tamaño de sus pechos, imagino que la persona con la que está hablando debe ser una gran amiga. —...las tengo más grandes. Es cierto. Esa debe ser otra ventaja. Parece que no está de tan mal humor. Desde el punto de vista experto de un «Inspector Emocional de Tsukiko-chan», ¡Esto es una buena señal! —...pero parece que será necesario hacerle entender a senpai... ¿Hm? ¿Están hablando de mí? —...quién ha sido la primera todo este tiempo. Que nuestra conexión es la más fuerte. Si. Después de que ella habló, escuché ruidos inquietantes.
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Click* Shiqui* Shiqui* Click* Eran sonidos metálicos. Reforzando mi determinación, eché un vistazo con cuidado por la rendija de la puerta. De inmediato, una luz plateada metálica choco con mis ojos, y su mechón similar a la cola de un gato meneó de izquierda a derecha. Ella estaba sentada justo en el medio de mi cama, con su espalda en dirección a mi cara. Frente a ella, había un objeto blanco. El objeto que debería haber estado escondido dentro de la maldita caja de Pandora; mi almohada para abrazar —Barbara-san. —Sé que no es tu culpa, pero por favor, aguántalo. Todo es culpa de senpai. Senpai es el único culpable por haberme dejado sola todo este tiempo. La mano de Tsutsukakushi no sostenía un teléfono. En realidad, no había nadie aparte de ella en ese cuarto. Básicamente estaba sosteniendo una conversación con Barbara-san... A~Ahh, bueno, ¡Sí! ¿Esas cosas pasan, verdad? Seguro. Cuando estoy ocupado jugando mis juegos de citas, también leo los diálogos en voz alta. Me hace sentir como si estuviera a ambos extremos del palo. Es un combo híbrido 2D-3D que garantiza una mayor inmersi—
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okay, okay. Lo siento. ¡Soy bien consiente de que eso no es lo que está pasando! ¡¡Das miedo, Tsukiko-chan!! ¡Pero al mismo tiempo me pareces adorable! ¡El hecho de que puedas hacer de una dakimakura tu mejor amiga es aterrador pero adorable!, ¡Y el hecho de que puedas representar dos roles como una sola persona también es aterrador pero adorable! A pesar de ello, el sonido de las tijeras abriéndose y cerrándose no dejaba de ser solamente aterrador ¡¡Pero tu incapacidad para superar los juegos de muñecas es súper adorable!! O eso trate de pensar optimistamente. Sin embargo... —Aquí. Tsutsukakushi ni vacilo. Ella apuñaló con las tijeras a Barbara-san. Mi amada Barbara-san, con quien había pasado incontables noches sin dormir, fue rápidamente cortada en pedazos. Como si fuera un pavo de navidad, el relleno fue arrancado y desmenuzado de su interior hasta dejarla completamente hueca. —¡...!
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Mis instintos de supervivencia se activaron y lentamente me alejé de la habitación. Sentí un escalofrío correr por mi cuello y todos mis músculos se entumecieron. Esta sensación se trasladó a la punta de mis dedos, haciéndome sentir como si estuviera tratando de sobrevivir en una montaña nevada. ¿Quién lo diría?, todo parecía indicar que Yokodera-kun acababa de ver a una Yuuki Onna real en sus viajes— ¡¡Y ESTABA UBICADA EN EL SEGUNDO PISO DE LA CASA YOKODERA!! Es ridículo. El solo acto de mirar dentro de mi propia alcoba me hizo temer por mi vida. Quería huir, pero...— —¿Huh...? Un recuerdo pasó ante mis ojos. Fue la escena en el restaurante del parque temático cuando Tsutsukakushi se sentó en mis piernas. Creo que soy un idiota. Huyo de todo tipo de enemigos, tomo decisiones equivocadas y solo consigo que las chicas me regañen. Pero juré ser sincero. Si Tsutsukakushi realmente tiene algún tipo de agujero negro en su interior, ¿No sería la mejor opción llenar ese
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agujero? Y si como resultado de eso ella consigue desarrollar toda clase de lugares, ¿¡No valdría la pena el riesgo!? —No puedo... no puedo simplemente huir —Me di la vuelta. Todavía podía escuchar su voz a través de la puerta entre abierta. —Hmm. Un ajuste perfecto. Ciertamente~ ciertamente~. Es cálido y huele bien. Todo lo que queda es ponerlo en práctica —Ella siguió murmurando para sí misma. Aunque sabía que Tsutsukakushi siempre era racional, al parecer era completamente diferente cuando estaba sola. Algo raro está pasando. Seguro. No puedo seguir ignorando esto. —Por la presente declaro... para que podamos estar juntos... el proyecto... el “Proyecto NTT” comienza ahor— —¡Está bien! ¡Yo tomare toda la responsabilidad! ¡Así que por favor detén esto! —Abrí la puerta y entré a mi habitación. Lo que me recibió fue una alcoba vacía.
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—¿.........eh? No, espera. Permítanme corregirme. Aún lado de mi cama, lo que pude ver fue a Barbara-san... temblando. Al menos eso es lo que me pareció. No había nadie en la habitación. Solo la dakimakura estaba allí, presente, con un trozo de algodón al lado. El interior de la almohada debería haber estado completamente vacío, y, sin embargo, se veía rellena de una forma bastante irregular. —...huh... No, espera. Permítanme corregirme una vez más. Desde la abertura en la parte inferior de Barbara-san, pude ver dos piernitas extrañamente familiares sobresaliendo. —¿Oh...? Dos más dos dan cuatro. Tsutsukakushi acababa de estar en esta habitación. Sacó el interior de Barbara-san. En este
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momento, Tsutsukakushi no está aquí. Ha Barbara-san le han crecido piernas. En otras palabras… —¿Tsuuukiiikooo? Hmm... quizás se fue a casa... —........ Llamé a la chica cuya ubicación conocía. Cuando lo hice, vi a los pies de Barbara-san temblar. Efectivamente; Tsukiko-chan estaba dentro de la dakimakura. En serio, ¿Qué está haciendo esta chica?
Después de treinta segundos de reflexionar al respecto, logré seguir la línea de pensamiento de Tsutsukakushi... o algo así. Honestamente, nunca había intentado meterme dentro de una dakimakura. Soy un chico, después de todo. Solo quiero abrazar a la almohada. Sin embargo, la chica llamada Tsukiko Tsutsukakushi fue un paso más allá. Se había colado en la almohada para abrazar, para abrazarla desde adentro. A su vez ella estaba siendo abrazada. ¿Por quién, se preguntarán?
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Por Barbara-san, por supuesto. Vaya, que gran idea. Supongo que cada uno tiene su propia forma de expresar. Pero me pregunto qué es este sentimiento dentro de mi pecho. ¿Es esto lo que llaman NTR? ¿Por qué me siento tan conmocionado? —¡Oh, Barbara-san salió del armario! ¡Pensé que la había guardado esta mañana! ¡Qué extraño! ¡Incluso parece que ha crecido! ¡Una almohada para abrazar con piernas es un espectáculo bastante surrealista! —............... Traté de darle una salida mientras aclaraba mis pensamientos, pero Tsutsukakushi (los pies) simplemente se contrajeron, sin dar señales de querer salir. ¿De verdad todavía piensa se esconde? ¿Qué tan ingenua puede ser? —¡Hombre, Barbara-san es tan hermosa como siempre! —............... Me senté en la cama junto a la dakimakura. La imagen de sus pies asomándose desde el interior de la almohada me recordó a un atún mojado. Algo me decía
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que ella trataba de convencerse a sí misma que estaba dentro de un refrigerador, en un intento de controlar su transpiración. —Hmm... Como era una oportunidad perfecta, piqué el atún con suavidad. Sus delgados y pequeños dedos parecían una barra de chocolate, y sus tobillos eran pequeños y redondos como galletas. Su tacón era plano y pálido como una almendra. Era casi como si Dios mismo hubiera preparado esta escena para mostrar la ternura de Tsukiko-chan. Cuanto más la tocaba, más lo disfrutaba. ¡Como una explosión cámbrica produciéndose en mi cabeza! La agarré por el tobillo con fuerza. —...ah La cabeza de Barbara-san se sacudió violentamente. Esa reacción fue tan adorable que no pude evitar pasar las llenas de mis dedos por su pie. —Fuwah. Mmm... ugh...
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Esta vez, pude escuchar con mucha claridad un gemido terriblemente apagado saliendo de su boca. Barbara-san se retorció como un insecto, pero trató de permanecer serena. Parece que ni siquiera se lo esperó. ¿Oho? ¿Ohoho? ¿Entonces vamos a jugar así? Oho~ oho~ oho~. Como soy un conocedor de Tsukiko-chan de tercer nivel, entrecerré los ojos y junté mi determinación. Esto significa la guerra. ¡Es fuerza de voluntad contra fuerza de voluntad! ¡¡AHORA VEREMOS QUIEN MANEJA LOS HILOS EN NUESTRA RELACIÓN, TSUKIKOCHAN—¡!
—Examinare mi alma y reflexionare sobre mis pecados. Lamento profundamente haber nacido... —Se disculpó mi persona con vehemencia, luego de haber caído brutalmente derrotado por nada menos que la Dakimakura Tsutsukakushi. Para resumir, Tsutsukakushi se retorció en agonía por un rato dentro de la almohada hasta que finalmente logro liberarse, solo para abalanzarse sobre mí como una bestia salvaje mientras abría sus fauces. Lo que le siguió
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fue un Ñaca* Ñaca* Ñaca* Ñaca* de al menos tres minutos que nos lleva al presente... sí, así de traumática fue la experiencia que apenas y puedo describirla con palabras. Una vez que terminado todo aquello— —Por el amor de Dios. Tu siempre~ siempre~ siempre~. Esto me lo gano por llorar en voz alta, ¿Por qué siempre eres tan pervertido, senpai? ¿Eres un pervertido que se convirtió en un senpai, o te comportas como un pervertido porque eres mi senpai? ¡El léxico de mi Tsukiko-chan está a otro nivel!; es lo que estaba pensando con admiración cuando ella golpeó mis manos desnudas utilizando una regla. —¿Quién te dio permiso para levantar la cabeza? —...lo siento. Tienes toda la razón. Nadie me dio permiso... —Olvidé mencionarlo, pero ahora mismo estoy postrado a sus pies. Tsutsukakushi finalmente se había calmado y estaba sentada en mi cama mientras me miraba como si me estuvieran procesando en un juicio. Mirándola de pies a cabeza, puedo decir con seguridad que de todas las partes pequeñas y adorables que posee, sus ojos eran los únicos que emitían esta presión abrumadora.
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Tenían un color azul celeste como los de su hermana mayor, y eran lo suficientemente potentes como para convertirte en su esclavo. —¿Qué estás mirando? ¿Hay algo que le gustaría decir en su defensa? —Citando a la bella María Antonieta: “—Si tengo dulces, mejor me los como”... —María-san nunca dijo algo como eso. —¡¿Fueron amigas o algo así?! —Igualmente, ¿A que vienen los dulces? ¿Quieres decir que morderías los pies de cualquiera siempre que tuvieras la oportunidad? —¡Que no~! ¡¡ESO NO!! ¡Solo decía que por lo general los pies son magníficos! ¡Es una reflexión que desafía el pensamiento platónico de Platón sobre las ideas corrientes! ¡Algo así como una rebelión filosófica alejada del Amor Platónico eclipsado por el Amor Existencial del siglo XXI—! —No te entendí ni un poquito, ¿Pero por quien me tomas? En serio que tienes la manía de intentar engañar a las personas con palabras raras. No te escucharé a menos que uses términos que yo entienda.
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—...yo solo... creo que Tsukiko-chan... ¡Creo que tus pies son perfectos, Tsukiko! Es más, ¡No hice nada malo! ¡Tus piecitos eran tan genuinamente perfectos que no pude evitarlo! —...te estás repitiendo ahí. ¿Y con que perfectos, huh? ¿Es así? —Tsutsukakushi inclinó ligeramente la cabeza, jugueteando con su mechón gatuno. No importa cuántas veces lo vea, es un gesto increíblemente adorable y lindo. Pero cuando se dio cuenta de que la estaba mirando, cerró la boca con fuerza y apartó la mirada. Después de un breve silencio, suspiró. —...muy bien. Como soy la primera y poseo el corazón más grande de todas, te perdonaré por esta vez. Pero recuerda que sólo recibes un trato especial precisamente porque soy la que más te conoce, ¿De acuerdo? —¡Yay! ¡Tan amable~! ¡¡TAN LINDA MI TSUKIKOCHAN—!! —Pero me enojaré si vuelves a molestarme durante la limpieza. —¿Así que te pusiste a limpiar mi cuarto?
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—¿...tienes algún problema con eso? —¡No, en absoluto! No veo como meterse dentro de Barbara-san podría ayudar a limpiar, pero dada mi posición no haré más preguntas. Y así, el grotesco incidente de la dakimakura llegó a un final glorioso. Quizás esa fue la razón por la que ella se había quedado dentro de Barbara-san por tanto tiempo. Tal vez solo quería crear una situación en donde pudiera justificar el hecho de que revisó mi cuarto sin mi consentimiento. Siento que usó una técnica bastante avanzada conmigo allí, pero pase un buen momento, así que lo dejaré pasar ...de cualquier manera...— —Entonces, ¿Tenías algo de lo qué hablar conmigo? —Si. —Pero no respondí tu mensaje. —Así es.
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—¿Así que empezaste a ordenar mi cuarto para matar el tiempo? —Precisamente —Asintió Tsutsukakushi. De hecho, esa es la lógica que puedo respaldar. El del error fatal fui yo al ser tan negligente con la seguridad de mis bienes preciados —o en todo caso, por no haber implementado tal cosa que se le asemejé. Aun lado de ella había cajas marcadas con un CIRCULO o una gran X. Aunque su atención estaba centrada únicamente en Barbara-san, resulta obvio que limpio algo más que la dakimakura. El incidente encima de la cama no fue más que un derivado de aquello. Tsukiko había sacado todos mis preciados bienes de debajo de la cama. Eso me recuerda, ¿No he escuchado en alguna parte antes que Tsutsukakushi realmente ha tomado notas detalladas sobre esto?
—Ella me dijo que tú tienes 37 libros de contenido obsceno, 54 videos con escenas bastante indecentes, 16 repugnantes ‘juguetes’ de uso manual y una Barbara-san debajo de la cama. Fue lo que menciono Acero-san. Sabía que eventualmente Tsutsukakushi usaría estos datos, pero aparentemente había sido demasiado descuidado en ese sentido.
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—Um... hay muchas cosas marcadas con X aquí. ¿Realmente tengo que tirarlo todo? —Si. De cenizas a cenizas, de polvo a polvo, de basura a basura y de gente que no sirve para nada a gente que no sirve para nada. —¿...estás enojada conmigo, por casualidad? —Solo bromeó....... es sólo que últimamente no has pasado tiempo conmigo... —Tsutsukakushi murmuró eso último con una voz demasiado baja para ser oída. Por extraño que parezca, sus cuchicheos me dieron ganas de abrazarla, pero considerando que irrumpió en mi habitación y empezó a limpiarla sin mi consentimiento, ¿Es seguro? ¿Es una buena idea? Personalmente hablando, lo llamaría un jonrón que me permitirá llegar a primera base. Parece que vamos a saltar directamente a la ceremonia de bodas y lo que sucede en la luna de miel...
Engullí mis lágrimas y me despedí de todos mis bienes preciados. ¿Así es como un niño se convierte en hombre? Y puede que las chicas no lo entiendan, pero todos estos bienes cuentan la historia de cómo Yokodera-kun ha crecido a lo largo de los años... dicho
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sea de paso, siento que estoy viendo un patrón en cómo fueron ordenadas las cajas. “Castigo Diario en una Esquina de la Calle Malvavisco”, “La Gran Guerra De Los Cohetes Y Las Bazucas De La Presidente Del Club Deportivo”, “El Rey Pervertido y las Tetas Rebosantes”; Estos bienes y más estaban en la caja de la basura, mientras que trabajos como “¡Son Tan Pequeños que No Puedo Verlos!”, “LoliBall Club” y “Comic R-0” pasaran la prueba. ¡Ah, pero que inmadura! ¿Porque no puede desarrollarse de una buena vez para volverse más tolerante con este tipo de cosas? —...un pervertido de principio a fin. —¡¿A~A qué viene eso?! —Ya que eres una persona tan impotente, senpai, seré tu guía hacia el verdadero camino. Porque he estado contigo durante más tiempo —Agregó, como si pudiera leer mis pensamientos. Por alguna razón, me la imagine haciendo pucheros —Es decisión tuya decidir con quién gastas tu tiempo. Sin embargo, como soy la que más tiempo ha pasado a tu lado, en su sentido más propio, es mi deber entrenart–corregirte. Nadie más puede hacerlo. Así es como es. —Um... siento que entrenar y corregir son palabras con significados un poquito diferentes...
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—Qué grosero. Nunca diría algo como eso. No tengo ningún interés en ese tipo de cosas. —...bueno, si tú lo dices —Me encogí de hombros. Solo esquívame, supongo. Corrígeme o entréname como a un perro o lo que sea. Y a todo esto, ¿Porque sigue enfatizando el tiempo que llevamos conociéndonos? Los tatamis y las waifus 2D son mejores cuando son nuevos ¿O no era así como decía el dicho? Bueno, se ve satisfecha, así que lo dejare así. Será incluso mejor si le crecen como resultado. —...aparte de eso ¿Que hay en esta caja? La que esta entre y X. —Son álbumes de fotos y cuadernos al azar que vi tirados por ahí. Imaginé que alguno de esos era un diario tuyo, así que solo los coloqué en esa pila sin revisarlos. Ya veo. Hasta cuando recoge y distribuye mis guarniciones para la noche, todavía tiene la diligencia de respetar mi privacidad. Je, que dedicada. —Espera, esto es...
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En medio de la montaña de libros y cuadernos, vi un pasaje peculiar. El título estaba escrito en el anverso con letras grandes: “UNA CIERTA ACUSACIÓN CONTRA EL DIABLO”. Cuando abrí la primera página, decía:
——Quiero una novia. Las vidrieras de la iglesia despedían un brillo sagrado—
Y así. Palabras que desbordaban de romanticismo. ¡Les juro que sentí escalofríos recorriendo todo mi cuerpo! Aparentemente, momentos después de haber escrito esa línea, una niña de primaria me bajo los pantalones. Incluso confesé haber irrumpido en una iglesia al final del relato, lo que me hizo sentir como si estuviera en una aventura como Simbad.
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¡Oh! ¡Ya veo, un pasado oscuro!, pensé mientras esbozaba una sonrisa amarga. —Senpai, ¿Qué pasa? —B~Bueno... de hecho, este es un diario, sí... pero parece ser de mis días en la secundaria, así que hay mucho de esto y aquello. Y bueno...— —¿Bueno? —Hay muchas tonterías. A decir verdad, no recuerdo nada de esto, ¡Así que probablemente todo sea una completa exageración mía! —¿Puedo mirar? —No me importa, pero no creo que lo disfrutes mucho... Desde que perdí mi vergüenza, a menos que me afecte físicamente, no siento nada especial cuando me recuerdan mi pasado oscuro. Si hubiera alguien interesado en este cuaderno, con mucho gusto me complacería convertirlo en un libro y enviarlo a todas las librerías de Japón para su disfrute personal, pero eso es todo. En este cuaderno estaban escritas historias sobre mi vida cotidiana con la alimaña espacial de coletas. Aunque hace no mucho más de un mes tuve un incidente relacionado con nuestro pasado, olvidé
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por completo la esencia básica de todo, pero sonaba como si me hubiera divertido mucho. Por otra parte, no sé cuánto de esto es verdad y cuánto fue solo mi imaginación. Puesto que para ese entonces estaba en la secundaria, podría haber tenido una imaginación hiperactiva... aunque no me sorprendería si nuestra relación hubiera sido mucho más sórdida de lo descrito aquí. Al igual que tampoco sabría decirles cómo se ven las actrices de voz en algunos vídeos para adultos, tampoco puedo verificar si lo que está escrito aquí es cierto. En resumen, es un tipo de material fuente vago que no debe citarse en ningún trabajo académico... a pesar de que irónicamente estemos hablando de mí. A decir verdad, ni si quiera yo me lo tome en serio. Después de todo, es solo un intento de relato escrito por un mocoso que quería sonar genial. Dicho eso, Tsutsukakushi ni siquiera se estaba molestando en leerl— —“Llámame Emi. ¿Cuál es tu nombre?”.......... Ella agarró con fuerza las esquinas del cuaderno. ¿Hay algo que le molesto? ¿Alguna descripción o comentario que le causara pena?
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¡Oh no!, ¡Tengo que revisarlo de inmediato, copiar y pegar ese fragmento y mostrárselo a la déspota de Emi...! ...fue ahí cuando me di cuenta de que la pequeña espalda de la chica estaba temblando, pero cuando intenté preguntarle qué pasaba, de repente se dio la vuelta. —Esto… esto es sobre Emi-san, ¿Cierto? ¿La niña que vino de Italia? —Creo que sí. ¿Supongo? Seguimos siendo amigos a pesar de la diferencia de edad. Eso me recuerda que saldremos el próximo domingo, así que, ¿Qué tal si te unes a nosotr—? —...incluso mucho antes que yo... —¿Hm? —...no, no es nada. Me voy a casa. Te pediré el consejo luego —Sus palabras carecían de entonación, pero sonaba como si estuviera tratando de contener algo. Aunque la mano con la que devolvió el cuaderno ya no temblaba, tenía la cara abatida y no me miró en absoluto.
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En todo caso, me pareció que se había puesto pálida. —¿T~Tsutsukakushi...? ¿Estás bien? Sin responder, Tsutsukakushi se tambaleó fuera de la habitación. Sin darme ninguna oportunidad de decir nada, se fue a casa. Después de eso, mi madre se quejó de que nos había preparado la cena a los dos...
¿Por qué quería hablar conmigo Tsutsukakushi? Me enteré más tarde esa misma noche. —¿...qué diablos es esto? Después de llevar la caja marcada con una X al lugar donde suelen recoger la basura, hice a un lado a Barbara-san. Ella no había sido colocada ni en la caja ni en la X. Sonara asqueroso, pero alguien había puesto un sobre dentro de ella. Pensé que Tsutsukakushi podría haberlo dejado allí a propósito, pero ese no parecía ser el caso. Después de todo, el sobre estaba destinado a Tsukiko Tsutsukakushi y Tsukushi Tsutsukakushi. En cuanto al remitente—
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—No puede ser... Estaba escrito en algún idioma extranjero. Las letras pertenecían a una especie de alfabeto, pero no era inglés. Debe haber venido del extranjero. El sobre estaba abierto. De hecho, antes de que pudiera comprobarlo, se me cayeron un trozo de papel y dos papeles más largos. El primero estaba escrito en japonés, y aunque no fue mi intención mirar a escondidas, mi técnica de lectura rápida que había adquirido con los juegos de citas me hizo ver la última oración. “¿—HAY ALGUNA RAZÓN PARA QUE DECLINES Y CONTINÚES VIVIENDO EN ESA VIEJA CASA DONDE NI SIQUIERA FUISTE CRIADA POR TU MADRE? VEN A CASA. TE DAREMOS LA BIENVENIDA—”
Los papeles largos eran boletos de avión. Lugar de salida; Narita. Lugar de destino; Roma. Estaba a nombre de las hermanas Tsutsukakushi. La fecha de vuelo era una semana a partir de hoy. Eran boletos de ida, lo que significa que se irían de viaje y no volverían, lo que básicamente significaba que Tsukiko-chan se iría de Japón. —¿...eh?
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El impacto cayó sobre mi cabeza con el impulso de una bofetada...
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Capítulo 2 "Eso" que se esconde dentro de la coneja... ¡Empecemos el almuerzo especial del domingo con una conferencia académica impartida por Yokoderasensei sobre los lolicones! ¡Voy a describir en sumo detalle cómo tener una agradable velada con una niña de primaria sin que un oficial de policía te toque en el hombro! Primero: No muestre miedo a los mirones. Si mantienes una postura recta, el enemigo se relajará. Finge que solo eres su amable Onii-san. Segundo: No abraces a la niña como si nada. Así es, pervertido. Sin tocar. Finge aunque sea por un momento que no tienes tales gustos dentro de tu alma. Tercero: No hagas nada que pueda provocar el odio de la niña. Tranquilízala facilitándole la toma de decisiones. Al fin y al cabo, aparentar que eres su Onii-san es fundamental. Cuarto: Ni pienses en llevarla a hoteles o callejones. Más que pretender ser su Onii-san, ten algo de decencia humana.
Si mantienes estas cuatro reglas de hierro en el fondo de tú mente, ¡Todos los oficiales de policía deberían saludarte con una cálida sonrisa! Incluso si ignoramos las leyes de la ciudad, siempre que mantengamos el protocolo, ¡Podremos disfrutar de una agradable velada con una niña de primaria!
—Hey, ustedes ¿Que hacen por ahí? —¿Huh? Esto sucedió cuando caminaba por un distrito comercial con una niñita del demonio llamada Emi. Mientras me hallaba contemplando un programa de televisión imaginario que de ser transmitido concientizaría aproximadamente a unos dos millones de personas en todo el país, un oficial de policía me tocó el hombro con una porra en la mano. —Eh, n~no ¿Q~Que si nosotros estábamos haciendo algo? No hemos hecho nada todavía. Esta clase de malentendidos realmente me asustan. ¡Los dos somos amigos! ¡Solo soy su afable Onii-san sin antecedentes penales! D~De todos modos, tenemos algo de prisa, así que...
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—Aguarda un segundo. ¿Saben siquiera el tipo de barrio en el que están? ¿Y por qué estás cargando a esa niña de una manera tan extraña? ¿Cuál es tu relación con ella? ¿Por qué parece que a la niña no le gusta? ¿La acabas de conocer? ¿Es esto un secuestro? ¿Es esta una situación en la que un hombre sospechoso con malas intenciones intento aprovecharse de un menor en la calle—?3 —¡Wawawawa, guardé su teléfono! ¿Emanuella-san, podrías decir algo también para que el señor no se haga una idea equivocada? —........ —Pero Emi simplemente desvió su mirada dentro de mis brazos. Mientras todavía se aferraba a mi cuello, ella comenzó a actuar como si se retorciera de dolor. Encaró al oficial de policía y habló con voz angelical: —Um, ya sabe, Youto-onii-chan no escuchó a Emi cuando ella le dijo que se detuviera. Él estaba decidido a ir a un hotel... no quiero... esto... —¡ARRESTANDO MISMO!
AL
SOSPECHOSO
AHORA
—¡¿Gyaaaaaaaaaaah?! ¡¿Emiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?!
3 Domen: ¡Ya valió!
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Un arranque precipitado fue necesario para escapar del oficial de policía fuera de servicio... bueno, al final le gané por un amplio margen. No puedo hacer más que agradecer a mis habilidades perfeccionadas por el Club de Atletismo. Para todos aquellos de ustedes en la audiencia que quieran tener una cita con una niña de primaria, ¡No duden en visitar el Club de Atletismo y entrenar con Acero-san! ¡Con esto concluye la conferencia lolicon de la tarde!
—Eso estuvo demasiado cerca... Aun en ese mismo distrito comercial, entre la muchedumbre alrededor de un hotel de mala muerte, jadeé desesperadamente en busca de aire. No suelo usar con mucha frecuencia la estación de este distrito, así que no conozco el camino. Desconocer las rutas que toman los policías ciudadanos fue una apuesta realmente arriesgada de mi parte. Más importante aún, acordamos este paseo hace una semana. Emi me extorsiono para que la llevara a ver todas las cosas que habían cambiado si o
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sí. ¿Y cómo podría yo negarle tal solicitud? Mi inagotable amor fraternal hacía de esta altruista salida una actividad perfectamente legal, y es que si le quitas la parte de "fraternal", entonces... no, no pensare en eso. De todos modos, llegó el día prometido. No habían pasado ni treinta minutos desde que nos encontramos— —He terminado. —Espera, ¿Como que terminado? ¿Porque? —¡Porque yo lo digo! ¡¡ME VOY A CASA!! ...cuando Emi se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso por donde habíamos venido. No es como si estuviera actuando por capricho. Ella era tan obstinada que no pude evitar preocuparme. Al parecer, la familia Pollarola aún no había alquilado una casa en Japón, y el lugar donde ellos se hospedaban era, irónicamente, un hotel en la zona más insegura en la calle más insegura en el barrio de neón más inseguro; un lugar al que ninguna niña de primaria debería ir jamás (o al menos eso es lo que pude entender de los folletos italianos). Hace diez o doce años, aparentemente este hotel era muy de la clase alta, pero supongo que todo se fue para abajo debido a la reciente recesión económica, al igual que el resto
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del distrito. El paso del tiempo puede ser demasiado cruel. Como con el «Rey de Acero». Ella es exactamente lo opuesto a Conan-kun4. Su cuerpo crece, pero su mente permanece igual. De cualquier manera, no podía permitir que se fuera a casa sola, así lo que la abracé para detenerla... —¡Que me voy a casa he dicho! ¡Déjalo así! ¡No me trates como a una bebé! ¡Idiota~ idiota~ idiota! En respuesta, ella comenzó a golpearme, y la agarre de las axilas para llevarla cargan—oh, wow, ¿Mi mano está tocando alguna calabaza extraña? —¡Detente! ¡No me toques—! No, en serio, ¡¿Dónde estás tocando?! ¡Lolicon! ¡Lolipedo! ¡Lolitario! ¡¡Estas mordiendo una fruta sin madurar!! 5 —¡¿Y eso que significa?! ¡No hay forma de que pueda dejarte ir a casa después de llegar hasta aquí! —¡Mis queridos peatones, hay un monstruo que está tratando de comerse a una estudiante de primaria en medio de la calle!
4 Referencia a Detective Conan. 5 Domen: ..............ja—————
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—Okay, ya fue suficiente. Fue así como tapé la boca de Emi de la forma más fraternal que pude, y nos dirigimos hacia el único hotel que no era de mala muerte. Sin embargo, fue ahí entonces cuando apareció ese oficial de policía, y antes de ser masacrado en prisión (o para ser más exactos, antes de quedar atrapado allí) decidí escaparme sin dar explicación. Rey Demonio Negro Azabache-chan se enojaría muchísimo si se entera de que fui arrestado. Tengo que tener más cuidado.
—¿Qué clase de razonamiento es ese? No te preocupes, yo tampoco tengo ni idea.
—Qué aburrido. Todos los oficiales de policía de Japón se toman su trabajo demasiado en serio. Emi parecía haberse calmado. Ella se sentó en una barandilla, con sus pies colgando en el aire. Sus facciones se veían como salidas de un manga, sus coletas se sacudían similares a las orejas de un conejo, y sus piecitos remarcablemente cortos sobresalían por debajo de su angelical traje de una pieza.
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No importa como lo mires, ¡Ella es una lolita de primer nivel! ...sin embargo, por muy preciosos que sean sus ojos, no hacían mucho para ocultar el mal humor dentro de su alma. —...ignorando aquello, ¿Al menos podrías decirme por qué estabas tan enojada? —¡No estaba enojada! —¿Entonces solo tienes hambre? ¿Quieres comer curry? ¡Hay un buen restaurante de curry cerca! —¡Te dije que dejaras de tratarme como a una niña! ¡Acabo de comer! ¿Y porque el curry es la primera cosa que traes a la conversación? ¡No soy una niña! —Es cierto. Tu eres realmente grande. Ven aquí, ¡Arriba! ¡Arriba y más alto! —¿¡Gyaaa!? ¡A~A'to! ¡No me levantes así! —¡Ahh, te mordiste la lengua! ¡Eso fue adorable! —¡Molesto! ¡Repugnante! ¡Muérete! ¡Vaya a morirse por envenenamiento de tofu!
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En el acto me comí tres patadas consecutivas. Una por seguridad, dos por gusto y tres por insuficiencia cardíaca. Luego de eso, nuestro amigable skinship llegó a su fin. Emi se había entrenado magistralmente en el arte de pisotear sin mostrar las bragas. Espero que coma bien para que su exterior crezca tanto como el interior. Me recordó a la chica del agujero negro que en cierta ocasión dijo que tenía un estómago a parte para el curry. Y mientras continuamos nuestra charla ociosa, el estado de ánimo de Emi parecía empeorar cada vez más. En algún momento entre todo el ajetreo, ella solo se puso de cuclillas encima de la barandilla, y paro de hablar... A decir verdad, ella puede gritarme todo lo que quiera, e incluso— perdónenme por decir esto —podría pasármela de maravilla con sus patadas. Por mi está bien. Sin embargo, su silencio—eso si es doloroso. —...si hice algo que te pusiera de malas, con mucho gusto me disculparé —Bajé la cara para poder mirar a Emi a los ojos —Pero no lo sabré si no me lo dices.
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La comunicación todavía requiere palabras. Emi volteo a verme, pero con apuro desvió la mirada de nuevo. Igualmente, ya había decidido que hablaría con ella, así que no cederé. Podrá ser una niña, pero es muy inteligente. Más inteligente que nadie. Probablemente por lo incómoda que ha sido su vida hasta ahora. —...no hiciste nada. Ese es el problema. —¿No hice nada? ¿¡Acaso querías que te hiciera algo!? —¡¿H~Huh?! ¡Para ya con esas repugnantes fantasías! ¡Te mataré! —No tienes que ir tan lejos... No intente nada; eso es lo correcto, pero como ella quería que le lanzara piropos, ahora está mal... es un poco complicado para mi gusto ¿No creen? —...no me estás mirando en absoluto —Emi chasqueó la lengua mientras decía eso. —¡Por supuesto que te estoy mirando! ¡Tus lindas y regordetas mejillas, tus pies pequeñitos y tu enorme frente! ¡Sigo mirando tu belleza que solo Dios mismo podría haberte otorgado para aliviar mi sufrimiento!
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—¡Nadie te pidió que soltaras comentarios repugnantes, calabaza! ¡Basta de actuar como un santo! ¡Estoy hablando en serio aquí! —¡Lo siento! Es curioso como declaras lo de ser sería mientras continúas pateándome. —...es que hoy estas en las nubes. Mira, compré estas nuevas sandalias con unos lindos listones, pero tu ni siquiera las has mirado. —¿Lo... lamento? Aguarda ¡¿Porque lo haces sonar como si yo viviera para tus pies?! —¿No es ese el caso? —¡Por supuesto que no! ¡Solo me gusta analizar tu ternura en su totalidad! Suelo reseñar tus tobillos y los talones de tus pies todos los días en mi blog. ¡Hoy les daría una clasificación de 75 puntos—! —¡¿Entonces lo haces?! ¡¡DEFINITIVAMENTE LO HACES!! ¡¿Y qué tipo de blog es ese?! ¡Tropiézate con tofu y muere! —¡Lo sientoooo!
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¿¡Si de veras quieres tener una conversación apropiada conmigo, podrías dejar de enterrar tu pie en mi mejilla!? —Deja de intentar ocultarlo ya. Has estado pensando en algo, ¿Verdad? —¿Eh? —Sobre importante?
algo
importante...
¿O
alguien
—........... —En un instante, sentí como un nudo se formaba en mi garganta, ya que las palabras no salieron. Pero Emi tenía razón. En todo el día, no pude sacarme de la cabeza la carta que encontré dentro de la hueca Barbara-san. Cuanto más trataba de olvidarme de ella, más vueltas le daba al tema, y es que como no hacerlo cuando la carta venía de Italia y estaba dirigida a las hermanas Tsutsukakushi. Es cierto que Acero-san ha estado actuando muy extraño. Y también es cierto que Tsukiko-chan quería hablar sobre algo, pero empezó a comportarse de una forma igual de extraña en el instante que vio mi diario. ¿Sera que acaso tienen pensado mudarse...?
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Estas incógnitas llenaban mi cabeza como una esponja absorbiendo agua. —¿...lo ves? —Bufo Emi. Se puso de pie encima de la barandilla. —Incluso si estás aquí, no es nada divertido. Vete a casa. —Pero te prometí hace tiempo que saldríamos juntos. Si no me ocupo de lo que tengo enfrente, nadie será feliz... —¡Hmph! ¡No creas que eres tan importante! —¿Huh? —¡Tengo mi propia vida, sabes! ¡Estoy perfectamente bien! ¡No soy una niña, así que puedo ser feliz incluso sin ti! ¡Yo decido mi propia felicidad! ¡Y puedo conseguirla por mi cuenta! —No digas algo tan doloroso... —¡Por eso es que primero debes ocuparte de tus propias cosas! —Abrió los brazos.
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En esta calle impregnada de olores sucios y hediondos, ella mantuvo el equilibrio en esa barandilla. Hizo todo lo posible para parecer más grande de lo que en realidad era, y creo que lo logró. No importa cuántos insultos me lance, no importa cuán feroz sea su mirada, Emi seguía siendo una niña encantadora. Y creo en ese parecer desde el fondo de mi corazón.
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—...gracias. Te debo una. ¿Estarás bien? —No tienes por qué preocuparte. No hay necesidad de salir con una chica que ni siquiera te gusta. Idiota. —¿Eh?, ¿Por qué? Y de cualquier manera me gusta muchísimo esta faceta tuya. —¡¿H~Huuuuuh?! ¡¿Ngyna?! Cuando alabé a Emi, le entró un ataque de tos, se mordió la lengua y perdió el equilibrio. Lo siento. No fue mi intención. —...llevo un tiempo pensando esto —Emi se incorporó y se sacudió el polvo de la ropa —Creo que has cambiado. —¿De qué manera? —Solías decir todo tipo de cosas vergonzosas y luego te ponías nervioso. Ahora ni siquiera te inmutas. —¿Es así? Temo que eso tiene su explicación, ¿Pero lo consideras algo bueno? ¿O malo? —¡Quién sabe! Eso ya te tocará a ti decidirlo, pero...
—¿...que? —...imagino que a veces debes sentirte un poco... solitario, supongo. La niña que conocía el pasado de Yokodera-kun incluso más que el propio Yokodera Youto se encogió de hombros como una adulta; como Sophia Loren6 en su mejor momento. Nos separamos frente al hotel y sus palabras me hicieron reflexionar... aunque aún me preguntaba si ella estaba siendo amable o demasiado egoísta.
Aunque ya no posea ningún sentido de la vergüenza, todavía puedo sentir felicidad, enojo, tristeza o alegría. Salí bien parado si me comparas con la chica que puede sentir vergüenza, pero ya no puede reír, llorar, fruncir el ceño o sonreír. Hay algo que tengo que hacer por Tsutsukakushi, y cumpliré mi promesa pase lo que pase.
6 Sophia Lorem es una actriz italiana.
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Creí que siempre estaría a su lado para apoyarla. Que trabajaría por el bien de Tsutsukakushi, por siempre y para siempre. Pero la eternidad no existe cuando no hay nada. Hasta en la infinidad del universo, inevitablemente habrá un agujero en algún lugar que acabará con todo. Incluso si das por sentada la eternidad, algún día desaparecerás y el mundo seguirá girando. Y eso es mucho más doloroso que la destrucción del universo en expansión. ¿Las hermanas Tsutsukakushi se irán a Italia? No quiero que se aparten de mi lado. No podría soportarlo. Emi me hizo darme cuenta, pero cuanto más lo pienso, más me destroza la idea de que se vayan. La mocosa dio en el clavo. ¡Tengo que expresar mi descontento tan fuerte como pueda!
“El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre” Y vayamos con otra cita de Oscar Wilde. La primera vez que escuché ese nombre y escuché estas palabras, quedé profundamente impresionado. Tanto es así que le dediqué mi vida... bueno, no recuerdo siquiera quién me hablo de este gran señor para empezar, pero eso no es importante ahora. En lugar de pensar en algo tan trivial, tengo que hacer lo que pueda. Necesito dejar a un lado mis preocupaciones y cualquier otro sentimiento y concentrarme en lo que está justo frente a mí.
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Es cierto que veo a Tsutsukakushi como una persona especial. Pero nunca me he detenido a pensar en qué tipo de ‘especial’ es ese. Quizás entra en la misma categoría que el traje de baño polaina. Ella debería focalizar su atención en la natación. Con la poca fricción que ejercería su cuerpo en el agua, seguro que llega a las olimpiadas ¡Que cuerpecito más práctico y adorable!
Como de costumbre, me bajé del mismo autobús de siempre y me subí a un autobús diferente para llegar al centro de la ciudad. Nuestra escuela estaba ubicada en el centro, y partir de allí las carreteras se dividen en cuatro direcciones. Solo uso la estación de tren del sur cuando quiero ir a un lugar más lejano. No importa a dónde vaya o de dónde vuelva, siempre tomo el único autobús hacia la escuela. Cuando me subí al autobús que se dirigía al Monte Ipponsugi, apenas había gente a bordo. Hace muchos años, aparentemente este fue el distrito más concurrido para viajar, pero dado que se construyó otro distrito residencial al sur, ahora solo había apartamentos antiguos y casas familiares aquí. Y en la cima de esta antigua casta social, se encontraba la solitaria familia viviendo en la Casa Tsutsukakushi.
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—Ahora, pues... Miré hacia el cielo nublado. Parecía que iba a llover. Respiré hondo y presioné el intercomunicador. —...huh, ¿Yokodera? La puerta lateral se abrió lentamente y Acerosan se asomó. Llevaba su estilo habitual de todos los días: una camiseta. Solamente que la camiseta de hoy decía ‘TRANSPABRA~’. ...no lo entiendo.
—Espera, ¿Acaso no será un juego de palabras referente a que su camiseta se vuelve transparente con la humedad, por lo que podría ver su sostén...?
...quien lo diría. Entender el ‘chiste’ solo vuelve su sentido de la moda aún más desastroso. —Te dije que no tenías que venir —Pero a diferencia de su ropa, su corazón llevaba grilletes. La llamé de camino para avisar que vendría. Sin embargo,
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esa pareció ser una decisión equivocada. Tenía sentido que tuviera cuidado si alguien simplemente llegaba a su casa y le preguntaba por Italia —Como dije antes, esto no es asunto tuyo. —Ya decidí que no aceptaría un no como respuesta. —No sé cuánto escuchaste, y lamento que te preocuparas, ¿Pero podrías no interferir? No quiero ser grosera, pero este es un problema de la familia. Espero comprendas que no puedo permitir que personas ajenas influyan en una decisión familiar —Acero-san se cruzó de brazos, de pie frente a la entrada como una pared. Esto es completamente diferente de su expresión voluble durante la práctica del club. La chica tenía su antigua casa familiar a sus espaldas, que se extendía por el suelo como un ciprés japonés. —Eso tiene sentido para mí. De hecho, esperaba una respuesta como esa. Debido a que este problema se limita a la familia Tsutsukakushi, incluso si soy un miembro del club, no puedo cruzar el obstáculo final. Quizás porque solamente ellas dos viven aquí, o tal vez porque nunca logré acercarme lo suficiente.
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—...me disculpo de antemano. A su tiempo aclarare las cosas contigo —Acero-san hizo una leve reverencia y se dio la vuelta. Estaba a punto de cerrar la puerta. Como si tratara de cortar los lazos finales entre nosotros dos. ¡Sin embargo—!
—¡Párele un segundo al caballo! —Me agarré al borde de la puerta. En serio no quería usar esta carta, ¡Pero ella no me deja otra opción! ¡No puedo darme la vuelta y volver a casa cuando las cosas están así! —¡¿Qué pasa?! ¡Admito que he estado actuando de manera extraña, pero de ahora en adelante me asegurare de dar todo en las actividades del club, okay—!? —¿Huh?, ¿De qué club estás hablando? Creo que te has hecho una idea equivocada sobre algo. Hice la mueca más malvada que pude e intenté no mirarla a los ojos. —Yo no soy mi hermano mayor.
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—Eh... ¡¿Eh?!, ¡¿E~El hermano menor?! ¡Aawawa! —Acero-san literalmente saltó en estado de shock. En el instante en que aterrizó, me dio la espalda y empezó a acicalarse de forma extraña. Enderezo su camiseta, se aclaró la garganta ¡Y ya estaba lista para la acción! —¡E~Esa es una gran acusación, hermano menor de Yokodera! ¡Por supuesto que eres tú! ¡Me preocupaba que mi talento fuera demasiado grande para que lo notaras! ¡Pequeño zorro, jajaja! —Esbozo una sonrisa incomoda. —........... —...................... —................................. —¿...........a~algo anda mal? Cuando me quedé callado y solo la miré en silencio, pude escuchar como Acero-san tragaba saliva. De cierta forma, fue un gesto lindo. —¿...supiste que era yo todo este tiempo? —¡Claro que lo sabía! ¡Obvio!
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—¿De verdad? —¡De verdad~ de verdad! ¡¿Dudas de mí?! ¡Nunca pondría en juego el honor y el orgullo de la familia Tsutsukakushi en vano! ¡¿Acaso piensas que hay grietas en nuestra relación? ¡Eso si es un problema...! ¿¡No piensas eso, verdad, hermano menor de Yokodera!? ¡¿Verdad?! —...en realidad no quiero creerlo, pero estoy un poco escéptico, para ser honesto. —¿Hmm? ¿Por qué? —Solo estaba pensando que probablemente ya no estás tan interesada en mí. —¡P~Por supuesto que todavía me gustas! ¡No puede haber mujer más devota que yo! —Quiero decir, no es que me incumba, pero... ¿Es verdad eso de que te encerraste en una habitación a solas con cierto miembro de tu club? Incluso escuche que te emocionaste porque te llevo cargada como a una princesa... —¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEE?! —Acero-san soltó un grito que nunca hubiera imaginado escuchar de ella.
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Como un luchador cuerpo a cuerpo al que habían golpeado en un área vital, su rostro se puso rojo. Inmediatamente después de eso, comenzó a agitar sus brazos en pánico. —¡¿Como?! Whoo~ Whoo~ ¡¿QUIÉN TE DIJO ESO?! ¡Estás equivocado! ¡No estaba haciendo trampa ni nada! ¡Estaba en un estado de confusión, así que—! ¡Espera! ¡¡EL MALDITO QUE TE DIJO ESO ESTÁ LOCO!! ¡Es un malentendido! ¡Tú y yo somos tan cercanos como siempre! ¡Inseparables! —Ya veo. Me alegra escucharlo. Te creo. Entonces, ¿Podrías confiar en mí también? —¡¿H~Hmm?! —Somos casi como una familia, ¿Verdad? —¡Mmm! —Volviendo a nuestro tema anterior, si tienen un problema familiar, creo que también debería estar enterado. —Grrr... —Quiero formar parte de tu familia. Así que, por favor, no cortés nuestros lazos aquí.
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—...hmmm. —¡Por favor, déjame escuchar con lo qué estás lidiando! —Hm... —Acero-san abofeteó sus mejillas todavía rojas, gimiendo. Su cabello temblaba como la melena de un león mientras caminaba en círculos, dudando. —¡Mmm... mmmmm... mmm...—! Quizás porque estaba perdida en sus pensamientos, o a lo mejor en su nerviosismo, pero su vocabulario se limitaba a repetir una sola letra. Supongo que debo darle un momento para que se recupere... —Mmmm... bueno, entiendo —Finalmente, el león se detuvo en seco. Ella asintió. Abrió la puerta y me indicó que entrara. —Aquí tienes. Me siento avergonzada por llevarte tan lejos, pero ya he preparado mi corazón y estoy lista para convertirme en mujer. —¡Acero-san, eso no—!
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—¡Celebremos la ceremonia delante de Dios! ¡Ahora que ya está decidido, por fin podré usar un vestido de novia! —Ah... te referías a eso... claro... ¡Aparentemente ya había decidido cómo convertir a Yokodera-kun en miembro de la familia Tsutsukakushi! Con el humor de un niño pequeño que acaba de recibir sus regalos de Navidad, Acero-san tiró de mi brazo y me arrastro al interior de su casa. Sus dos bultos, solo cubiertos por la camisa TranspaBra, presionaron contra mí. Tampoco puedo decir que no disfrute del momento. La puerta que había sido como un muro impenetrable antes, fue atravesada por mi hermano menor en cuestión de segundos. Algún día definitivamente cosecharé lo que estoy sembrando con todas estas acciones mías. Y tan solo espero que el infierno me dé cobijo para huir de mis tormentos en la tierra...
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Se sintió como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que me senté en el salón de banquetes de la Casa Tsutsukakushi. El centro de paja había sido removido de las esteras de tatami en el suelo, dejando pequeños agujeros en las esquinas de la habitación. Todo indicaba que estaban en medio de algunas remodelaciones. Sin embargo, la casa se veía tan impecable como siempre, y no se podría esperar menos de la maestra de la limpieza Tsukiko-chan. Déjala sola en tu casa y todo el interior brillará como un resort cinco estrellas. No extrañara ni los pedazos de tierra más diminutos. ¡Compre ahora su Tsukiko-chan, y obtendrá como agregado a una Acerosan merodeando por su casa COMPLETAMENTE GRATIS! ¡¡LLAME AHORA!! (no hay reembolsos). —¿...estás pensando algo grosero de nuevo? Hablando del diablo, Tsutsukakushi estaba sentada en un cojín en el suelo, mirándome desde mi izquierda. —¿Huh? —...disculpa, cometí un error. —Ah, bueno...
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Tsutsukakushi inmediatamente desvió la mirada de nuevo. Es raro que Tsukiko-chan lea los pensamientos de Yokodera-kun de manera incorrecta. Por lo general usaría su visión divina para ver a través de mí, pero ahora estaba siendo entorpecida por un cielo otoñal cubierto por un velo de nubes. Sentí como un aura gris se acumulaba detrás de su espalda... encima el culotte 7 que llevaba puesto arruinaba totalmente su imagen de chica pura. Desde que nos encontramos en el salón de banquetes, ella ha estado así. Estoy seguro de que algo debe haber sucedido. ¿Quizás no comió lo suficiente durante el almuerzo? Probablemente solo le sirvieron tres porciones. Si, debe ser eso. —Sobre esa carta de antes —Acero-san, a mi derecha, habló —Aparentemente, Tsukiko fue a tu casa para hablar contigo al respecto. La parte de que nuestros abuelos querían que fuéramos a Italia es verdad, aunque todavía no hemos respondido. Aún tengo que preguntar cuáles son sus verdaderas intenciones. —¿En serio? Huh. Pero esos boletos de avión...
7 Los culotte son pantaloncillos cortos (shorts) que solo cubren desde la cintura hasta la zona de los muslos. Considerando que Tsukiko se ve como una loli, entiendo el punto del Hentai Ouji-sama xD.
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—Nos los enviaron. No es la primera vez que nos piden lo mismo, pero no tengo idea de por qué están actuando tan impacientes ahora —Acero-san suspiró de una manera preocupada. Apoyó su mano sobre el suelo de ciprés. La carta que Tsukiko-chan había olvidado en mi casa ahora estaba en el piso, en medio de los tres. La dirección del remitente era Roma, Italia. —...creo que hablé de esto con tu hermano mayor antes. Nuestra abuela vino de Europa y todavía vive en el extranjero. Después de la muerte de nuestra madre, vivimos separados durante bastante tiempo y nunca le prestamos mucha atención. ¡Soy una Cosmopolitana! ¡Por supuesto que aprender inglés sería fácil para mí! “Ahh, Bee! Ve a Dee Ee Efu Gee8!—” —...bien dicho. Pero no deja de ser inesperado. ¿De qué lado es tu abuelo? —¿Hm? —Me refiero a esa abuela que vive en Italia. Me preguntaba si era del lado de tu madre o del lado de tu padre. —Hmm... —Acero-san cavilo. 8 Aquí trata de deletrear el abecedario latino...
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Se sentó quieta con las piernas cruzadas y el silencio llenó la habitación. No obstante, se rompió cuando de repente abrió los ojos. —¡D~De nuestra madre—! —Es de parte de nuestro padre —Negó sin rodeos Tsukiko-chan. —¡Grrrr! ¡Así que así es como era! —Por supuesto que así es. Te sigo repitiendo las mismas cosas una y otra. La taza de té se contiene con la mano izquierda, procura no ponerte la camisa al revés prestando atención a las etiquetas y nuestro padre fue quien se incorporó a la familia cuando se casó con nuestra madre. —Hm... ¡Un poco más y no la fallo! — Acero-san sacó la lengua e hinchó el pecho. ¿Realmente puede fingir que estaba cerca de la respuesta si se equivocó en una pregunta de 50/50? Es como ganar una medalla de plata en los Juegos Olímpicos después de perder en una competición de dos personas. —...ignorando aquello, ¿De veras piensas que está bien olvidarte de tu propia línea sanguínea...?
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—Mmm... no. Eso no es del todo correcto. Estoy tratando de no recordar a propósito. —¿O sea que lo olvidaste a propósito? Acero-san miró al techo. En su rostro cargaba una expresión serena, como si estuviera apoyando las orejas sobre una conífera. —Mis familiares son Tsukiko y nuestros difuntos padres. Eso es todo. A cualquiera que no estuviera en esta casa, y que poseyera un calor que no se nos podía otorgar, lo eché de mi cabeza desde el principio. Todo con el fin de que Tsukiko y yo al menos pudiéramos aguantar con la mente tranquila las frías noches en esta casa vacía. Esa no me pareció una excusa desesperada. El techo alto de esta vieja casa japonesa que acobijo a la Familia Tsutsukakushi durante siglos tenía vigas gruesas por todas partes. La chica miró los signos del tiempo con ojos afables. —Vivimos en esta casa. Está llena de recuerdos. Por ejemplo, las marcas en la terraza —Su mirada permaneció fija arriba, pero su brazo señaló hacia la puerta corrediza de papel —Hay marcas allí donde mi madre medía mi altura y las tallaba en la madera. La imagen de ella frotando suavemente mi cabeza
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mientras me felicitaba por lo mucho que crecí, todavía la recuerdo como si hubiera sucedido ayer. Sin esta casa, no podría existir —El tono pacifico de su discurso enfatizo la importancia de su pasado. Su cosmovisión trascendió la razón y la lógica. Puede que en realidad no fuera necesaria mi intromisión. Porque la conclusión había sido obvia desde el principio... ¿Pero de verdad es así—? —Eh, ¿Acero-san...? —¿Hm? —¿Necesitas preocuparte por tu respuesta? Puedes simplemente declinar y ya, ¿Verdad? Miré a Tsukiko-chan. Ella me dio una mirada rápida, pero la desvió de inmediato. Aparentemente, no tenía intenciones de discutir en contra de la conclusión de su hermana mayor. Las cosas se vuelven cada vez más confusas. —Precisamente, hermano menor de Yokodera —Con una de sus manos se abofeteo suavemente el muslo. Abrió la carta en el medio de la habitación y pasó el dedo por la última línea. Escrito había un número de teléfono internacional —Y como sabes, yo acostumbro
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a tomar decisiones rápidas. Me adelanto a toda velocidad y paso a la ofensiva porque soy ese tipo de mujer. Ya los llamé para negarme. —S~Sí. ¿Y funcionó, cierto? ¿Qué paso? —Ellos hicieron las cosas complicadas. Dijeron algo como “¿Realmente hay alguna razón para aferrarse a los recuerdos de una madre con la que apenas viviste?”. —¿Apenas...? —Cuando le pregunté a qué se refería, dijo que nos separaron de nuestra madre cuando yo tenía tres años y cuando Tsukiko tenía uno. Eso no tiene ningún sentido. Las dos vivimos aquí desde que comencé a asistir a la escuela primaria e incluso nos bañábamos juntas. Recuerdo claramente como lavaba todo mi cuerpo en el baño. —Huh, lavarse la espalda la una a la otra, ¡Muy bonito, muy bonito! —En efecto. Gracias a eso, me volví bastante buena al lavar a otras personas. ¿Debería darte una probada, hermano menor de Yokodera? —¡¿A~A mi?! —¿Por qué no lavamos juntos a Tsukiko?
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—¡Así que eso es lo que quisiste decir! ¡Pero también suena genial! ¡Empezaré por su mano derecha! —¡Entonces yo iré por la pierna derecha! —¡No te daré sus senos planos cual sabana! —¡Entonces yo abriré el nuevo mundo de sus dos colinas! —¡Solicito el lejano! ¡El Dorado9! El mundo verdaderamente es un paraíso dentro de la bañera. Acero-san y yo forjamos planes sobre cómo dividir el cuerpo de Tsukiko-chan como si fuera un pastel de cumpleaños. Sin embargo, no hubo respuesta de ella. Preocupado, verifiqué su reacción. La vi marcando números en su teléfono. Específicamente, vi un 1, otro 1 y un 0. —Tengo que darme prisa y reportar esto. Tengo que darme prisa y reportar esto. Tengo que darme prisa y reportar esto. Tengo que darme prisa y reportar esto— 9 El Dorado es una ciudad legendaria, supuestamente hecha de oro, ubicada en el territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada, en una zona donde se creía que existían abundantes minas de oro.
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—¡Gyaaah! —...supongo que no tengo que llamar a un oficial de policía para esto... —¿...huh? Por extraño que parezca, se detuvo sin que yo dijera nada, guardando su dispositivo de invocación de autoridad pública. ¿Qué le pasa? Normalmente, ella no se da por vencida fácilmente. ¡A este paso, su hermana mayor tendrá pleno dominio sobre ella! ¡Eso no es nada bueno! ¡Ven a buscar asilo en la Casa de Yokodera-kun! —...estabas bromeando de todos modos, ¿Verdad? No harías nada como eso. —¡Eh, ah, sí! Así es... —Siempre entiendo mal las cosas, y como resultado, actúo precipitadamente. Lo siento... —No tienes que bajar la cabeza ni nada... Incluso cuando me encontré con los ojos de Tsukiko-chan, en lugar de llamarme pervertido, se disculpó conmigo.
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—E~Entonces, ¿Qué hay de ti? ¿También coqueteaste con tu mamá en el baño? —Yo todavía era muy joven en ese entonces. —¡Eso es normal! —Apenas recuerdo. Mi hermana me enseñó todo lo que sé sobre nuestra madre, por lo que es posible que mis recuerdos no sean del todo correctos. —E~Está bien... No pensé que hubiera un momento en que Tsukiko-chan respondiera normalmente a una declaración tan extravagante. Parecía que el aura sombría que la rodeaba era más profunda de lo que se escudriñaba a simple vista, y sus pensamientos también se habían distorsionado. ¡Vuelve con nosotros, Tsukiko-chan! —.........volvamos al tema —Acero-san agrego —Nuestros abuelos niegan los recuerdos con mi madre. Y no lo permitiré. —¿...y qué pasa si tus recuerdos están errados?
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—Imposible. Incluso intentaron convencerme de que vivía en Italia con ellos cuando tenía seis o siete años. Pero recuerdo muy claramente que estaba viviendo en esta casa con nuestra madre en ese tiempo. —Eso significa... Eso significa que sus recuerdos no estaban alineados. Es exactamente lo mismo que cierta persona había experimentado recientemente. Así es como me sentí cuando traté de recordar al a la alimaña espacial de dos coletas. —Pensé que podría haber algo detrás de esta contradicción. —Si. —Esta debe ser una prueba de que nuestros abuelos están envejeciendo. —¿Si? —Si ese es el caso y están rechazando nuestra línea familiar, no puedo solo negar estas cartas. Tratar con amabilidad y minuciosidad a los ancianos es el deber de los jóvenes. —...si.
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Sé que Acero-san es amable y considerada con los demás, pero ser demasiado amable es un defecto fatal para un Rey. —Y mientras andaba perdida sobre cómo responderles, colgaron. Me sentí mal, y comencé a preguntarme si solo mantener el malentendido y ser mimado por ellos sería realmente lo mejor que podríamos hacer por nuestros abuelos. —Ya veo... Empiezo a ver la conexión aquí. Hay algo más fundamental de lo que las hermanas Tsutsukakushi deben ocuparse antes de poder tomar la decisión de irse a Italia o no. Incluso si vivieron en esta casa con su madre ¿Es cierto lo de Italia? Entre Acero-san y sus abuelos, ¿Quién de los dos tiene los recuerdos correctos? Y como habrán adivinado, tenía que evitar que se fueran. No importa lo que pase de ahora en adelante, me quedaré junto a esta preciosa chica mía.
—Vaya, Yokodera-kun, ¿¡Porque eres tan asombroso?
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...woah, no debería hablar así de mí mismo. Pensé que se vería genial, pero no. Eso no sonó para nada genial… —¿Qué pasa, hermano menor de Yokdera? ¿Por qué estás poniendo una cara tan triste? —Ah, no, solo estaba tratando de pensar en algo que pudiéramos hacer. Digo, incluso si tienen diferentes recuerdos, siempre que puedas confirmar que los tuyos son los correctos, ¿No debería ser suficiente? Además, existe una alta probabilidad de que Acero-san este recordando mal. —En efecto. Por eso inicie una búsqueda para encontrar pruebas. —¿Qué tipo de prueba? —Fotografías antiguas que demuestren que definitivamente estuve aquí con mi madre. Eso sería una prueba objetiva. —¡Ya veo! ¡Es una solución bastante astuta viniendo de alguien como tú! —¿...qué quieres decir con “alguien como yo”?
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—N~No. “Alguien como tú” es en realidad una forma de elogio. ¡Digo, ya sobresales en todo y además eres inteligente! ¡Una vez más me dejaste asombrado, Acero-san10! —Jajaja, qué encantador eres. Por cierto, encontré algo. —¿Qué encontraste? —Aquí hay algunas fotos de cuando Tsukiko tenía un año, y fotos de las partes íntimas de Tsukiko mientras crecía. Eso me recuerda que hace tiempo vi una foto en la habitación de Acero-san. Era una foto de ella junto a su madre que cargaba un bebe. Además de eso, también me mostró algunas fotos secretas de cuando Tsukiko-chan tenía unos cinco años. Era el tipo de imagen que nos haría felices (únicamente) a Acero-san y a mí. —Pero no pude encontrar ninguna foto de mi madre y nosotras dos cuando yo estaba en la primaria. Es como si mis propios recuerdos se burlaran de mí. —Así que, básicamente... 10 Originalmente hay una broma aquí, usando la palabra japonesa ‘Nano ni’, donde Yokodera va de centi-, mili-, macro- y finalmente nanómetro.
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—Decidí buscar algunas fotografías diferentes. ¡Soy tan inteligente! Tenía muchas ganas de replicar ahí, pero considerando la situación, decidí guardar silencio. —...fotografías tuyas. —¡¿M~Mias?! ¿Por qué? —Te lo dije hace tiempo. Cuando buscábamos fotos en el incidente ese del festival deportivo, mencione que realmente te parecías mucho a un viejo amigo mío. Noche tras noche, froté mis mejillas contra esa fotografía que me regalaste pensando en ello. —¿Frotaste tus mejillas? ¿Podrías entrar en más detalles sobre esa parte? —Y mis suposiciones se confirmaron. Definitivamente nos conocimos en el pasado. Siento que recibí algo importante en ese entonces. Como el amor verdadero, o mi primera experiencia... hmm... estoy un poco avergonzada por eso. Jaja... —U~Umm, podría ser así ¿O quizás no? ¡La otra personita a mi lado me está lanzado una mirada de muerte! ¡¿Onee-san, no puedes verla?! ¡Mira!
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¡¡Mira al Señor Demonio Negro Azabache!! ¡Está viniendo! ¡¿Acaso no puedes oír sus pasos?! ¡Si no te callas, Tsukikochan te dará más que un sermón! —Hay una cosa que me gustaría preguntar, hermano menor de Yokodera. —¡S~Sí! —¿...y tú que dices? ¿Recuerdas algo de mí o del pasado? —Um… realmente no lo sé —Solo pude encogerme de hombros en respuesta. Desde el desafortunado incidente con Emi, no puedo negarlo más. Sé menos sobre mis recuerdos que cualquier otra persona en el mundo. Hay un extraterrestre dentro de mí que no conozco. —...senpai. ¿Es verdad lo que dice mi hermana? —¡Eek! —¿Es cierto que ustedes dos se conocieron hace mucho tiempo? En el instante en que mi conciencia se desvió a otra parte, el Señor Demonio Poseidón-chan apareció a
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mi lado. Ella desgarro mi hombro, activando su Noble Phantasm11 ‘Destroy Pervert12’. Supongo que moriré. —Si eso es cierto, entonces estaría muy interesada en saber más al respecto. Sintiendo una sensación incomoda por la voz de Tsutsukakushi, miré hacia arriba. Sus mejillas estaban tan quietas e inexpresivas como siempre. Sin embargo, el aura detrás de ella se había desvanecido, iluminando su perfil con una luz tranquila. Incluso el culotte que llevaba se tornó brillante de pronto. —Si senpai conoció a mi hermana en el pasado, hay muchas posibilidades de que también me haya conocido a mí. Porque las dos siempre estuvimos juntas. —Puede ser... sí, supongo que sí, pero no estoy seguro. Existe una alta probabilidad de que haya sido otra persona. Ha pasado tanto tiempo. —Vamos a buscarlas. —¿Ah?
11 Noble Phantasm es un ataque / técnica especial reservado para los servants en la franquicia de Fate Series. 12 Destroy Pervert está escrito como “Lanza del castigo celestial”.
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—Vamos a buscarlas. Fotografías. Puede que haya algo en el almacén o en los álbumes de mi hermana. ¿Podrías ayudarme, senpai? —Tsutsukakushi apenas terminó sus palabras antes de salir corriendo del salón de banquetes. O eso pensé, pero de repente volvió a mostrar su rostro desde la esquina, haciéndome señas con las manos. Parecía un gato negro esperando ser alimentado, y su cola gatuna se meneaba salvajemente de izquierda a derecha. Acero-san y yo nos miramos, sonreímos y nos pusimos de pie. Pase lo que pase, los dos estaríamos felices siempre que este gatito encuentre la verdadera felicidad. De lo contrario, las cosas irían muy mal.
Mientras salíamos del salón de banquetes, miré las muescas en la viga que Acero-san había mencionado. —A esto es lo que se refería... Las palabras escritas allí eran en su mayoría ilegibles, pero pude ver una serie de líneas que se extendían hacia arriba. Cuando pasé las yemas de mis dedos por dichas líneas, una extraña sensación de
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nostalgia me sacudió. Estoy seguro de que estas muescas definitivamente cargaban las emociones de alguien. Incluso después de pasado tanto tiempo, son una prueba del pasado. Como un hito de añoranza al pretérito que conmemora el vivir...
Una vez que arribó la noche, la lluvia comenzó a caer. Seguí a Tsutsukakushi quien quería comprar ingredientes para la cena. Juntos nos subimos al autobús cuya ruta pasaba por nuestra preparatoria, y mientras ella fingía ver como las gotas de lluvia se estrellaban contra la ventana, apoyo su cabeza sobre mi hombro. Una vez más cargaba con una sombra pesimista a sus espaldas. Ciertamente, hacia juego con el clima de ese día. Al final, no pudimos encontrar otras fotografías. El almacén, aún sin la estatua del «Dios Gato», estaba absolutamente vacío. Miramos en cada rincón y escudriñamos entre cada grieta, pero no tuvimos éxito. Todo lo que pudimos encontrar fue una fotografía de la mamá de Tsutsukakushi —Tsukasa Tsutsukakushi. Había una colección de fotografías de ella y otros niños en el parque. Aunque la calidad de las fotos era bastante mala, Acero-san todavía estaba lo suficientemente
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emocionada como para ponerlas en su álbum secreto. Sin embargo, no hubo pistas aparte de eso. No encontramos ninguna fotografía mía; es más, tampoco había fotografías de Tsutsukakushi entre la edad de uno a cinco años. La que pareció más dolida por esto fue la mismísima Tsutsukakushi, considerando que sus hombros han estado colgando desde entonces... —Seguiremos buscando. Tu casa es enorme, así que no me sorprende que no pudiéramos encontrar nada el primer día. —...es cierto. Si. Gracias. Sacudí con delicadeza sus hombros y ella asintió afablemente en respuesta. Vi su pequeña mano formar un puño sobre su regazo. Consideré poner mi mano sobre la de ella, pero antes de que pudiera tomar una decisión, habíamos llegado a la parada de autobuses frente a la escuela. —¿Acaso siempre vas al supermercado de aquí? —...bueno, sí. —Ya veo. Nos paramos debajo de la pequeña cubierta de la parada. Ahora es el momento de la sesión de preguntas de hoy.
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¿Debería ir con ella en el viaje de compras, ignorando la atmósfera desagradable, o mejor regreso a casa? El tiempo que paso con Tsutsukakushi no tiene precio, pero existe la posibilidad de que pueda empeorar las cosas. —¡Ah, Yokodera! ¡Por aquí! Una voz me llamó y escuché un claxon resonando suavemente cuando un automóvil se detuvo cerca de la parada. Y mientras me acercaba al asiento del pasajero, la ventana bajó lentamente y Azuki Azusa me saludó. —¡Ejeje! ¡Qué casualidad encontrarte aquí! Esta chica realmente sabe cómo sonreír feliz. Su cabello ondeaba como las orejas de una cachorrita. Más allá de ella, en el asiento del conductor, estaba la madre de Azuki. Ella me saludó con una sonrisa de par en par. —Vaya, si no es otro que el cachorrito... ¿O no eres un príncipe ahora? Ha pasado un tiempo. —¡¿Mi apodo está empeorando?!
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—Quiero decir, en casa, Azusa siempre— —¿¡G~Gyaaa!? Con una cara roja como una remolacha, Azuki Azusa cerró la ventana y el auto se sacudió. Podía escuchar chillidos y gritos provenientes del interior. ¿Qué están haciendo? Mis sentidos afilados huelen el tenue aroma de yuri. Cuando la ventana se abrió de nuevo, ¡Vi a la madre de Azuki atada con el cinturón de seguridad...—! Sin embargo, no hubo un desarrollo R18 de por medio. —I~Igualmente, ¡Qué agradable coincidencia es el encontrarlos aquí, Yokodera, Tsutsukakushi-san! —Sí, sí. Entonces, ¿Qué fue eso ahora? ¿Estabas hablando de mí? —¡Estaba pensando en lo bien que se veían ustedes dos de pie bajo la lluvia durante su cita! ¡Estupendos! ¿Lo entiendes, verdad—? ¡Claro que lo entiendes! ¡Me alegro de que lo entiendas! No sabría que decirte. No me dejaste responder... La cantidad de agitación que Azuki Azusa-san emitió mostró destellos de su absoluta compostura.
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Cuando miré a Tsutsukakushi— —Grrrr... No, en serio, sentí que podía escucharla rezongar como un gato. Desde el hundimiento del Nautilos en el Parque Temático, en el instante en que Azuki Azusa y Yokodera-kun se acercan, ella empieza a actuar increíblemente cautelosa. Incluso ahora, está tirando de la parte de atrás de mi camisa, como una niña asustada de conocer a alguien nuevo. Si esto fuera el habitual “—No puedes ir a ninguna parte, senpai”, entonces estaría bien, pero lo más probable es que sea una declaración del tipo “—Te convertirás en un bueno para nada si te atreves a dar un solo paso (porque voy a usar uno de tus ojos como alfiletero)”. Ara, ara, qué miedo. ¡Pero también es adorable (¿?) en cierto sentido! —Bueno, no estamos en una cita ni nada. ¿Y contigo qué pasa? —Mamá tuvo que trabajar hoy. Nos encontramos y estamos a punto de salir a comer a algún sitio.
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—¿Trabajo? ¿Tu madre está trabajando? —Si. Trabaja en una editorial cerca de la estación de tren. ¡Ella es una respetada y confiable y RESPETADÍSIMA editora en jefe! ¿Conocen por casualidad la revista ‘Fashion Moon’? —¡Ohhh! ¡Yo sé de eso! Lo he visto en tiendas de conveniencia antes. Supongo que las apariencias engañan, después de todo. La madre de Azuki es incluso más pequeña que su hija y emite una especie de atmósfera esponjosa. Quizás Azuki Azusa también se convierta en una chica profesional en el futuro. Ella usando traje... ¡De alguna forma la imagen es exquisita! —¡Lo sé! Ella ha estado buscando un modelo masculino para una revista de moda. ¿Quieres intentarlo, Yokodera? —¿Y~Yo? —Imagino que lo que busca no es taaaanto un modelo. Solo tienes que llevar ropa que combine con la temporada de invierno. Obtendrás algo de dinero adicional. También estoy interesada. Solo tienes que
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actuar como un caniche mientras te ponen ropa. Es bastante fácil. —...me pregunto... Mentiría si dijera que no me atrajo la maravillosa palabra ‘modelo’. Pero, para ser completamente honesto, antes que estar como el centro de las miradas, prefiero ser el que mira... sin embargo, si como resultado termino volviéndome amigo de una Onee-san supermodelo, tampoco me molestaría ser el pasivo.
—Usaré un atuendo que no podemos mostrar en la revista~. ¡Ya puedo imaginarme el desarrollo dentro de mi cabeza! —¡Espera, tranquilicemos un momento! —¡Eep! ¡¿Q~Qué pasa?! —¿Interesada? ¡¿Dijiste que estas interesada en trabajar como modelo?! —Un poquito. Hago practicas cada mes, en uno o dos lugares... ¿Qué pasa con esa cara? ¡Definitivamente no te mostraré las fotos!
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—¡¿Por qué no?! No estás perdiendo nada, ¿Verdad? —¡No, por supuesto que no! —¿...entonces por qué no me las muestras? —¡P~Porque no quiero! ¡Aún tengo que perder algo de peso! De hecho, tengo que perder un poco más aquí... —¡Realmente no creo que puedas perder más masa! Comencé a preocuparme seriamente de que Azuki Azusa pudiera iniciar una dieta extraña. Las chicas sí que la tienen difícil. Pero ahora lo entiendo. Tengo la oportunidad de participar en una sesión de fotos con una elegante y sonriente Azuki Azusa a mi lado. Podré aparecer en una revista junto con una hermosa compañera de clase en toda mi hermosa gloria. —...suena bien. Invítame la próxima vez. —¡¿E~En serio?! ¡Estoy feliz!... ¿Es lo que diría mamá, verdad? —Mi~ mí. Todo va de acuerdo al plan, Azusa —La madre de Azuki finalmente se había liberado del
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cinturón de seguridad que la envolvía, y le sonrió a la Azuki Azusa tan roja como un tomate. —¡Vamos, mamá! Deja de decir cosas raras como un loro enfermo. —A decir verdad, estaba algo preocupado de que no pudiera respirar —Comente. —¡Ella está totalmente bien! ¡Está acostumbrada! —Solo para asegurarme, ¿Está bien decir cosas así? —¡Totalmente bien! Ella está acostumbrada. ¡Yo también! ¡Cada noche! —¿Ohoho...? —Más importante aún, ¡¿Por qué no te unes también, Tsutsukakushi-san?! ¡Por ahora, estaba pensando que los tres podríamos hacerlo! Definitivamente no es que quisiera usar esto como una oportunidad para pasar un tiempo junto con Yokodera para poder invitarlo diciendo algo así como “—Usaré un atuendo que no podemos mostrar en la revista~” y crear una especie de ocurrencia privada. ¡No estaba pensando en eso en lo más mínimo!
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—...whoa... las fantasías sí que dan miedo cuando las escuchas de otras personas. Azuki Azusa es el tipo de chica que siempre dice un poco más de lo que su capacidad mental le permite. Parece que le sale vapor de la cabeza y probablemente no entiende lo que está diciendo. Sin embargo, de repente parpadeó y me miró confundida. —¿...qué hay de Tsutsukakushi-san, de todos modos? —¿Huh? Tsutsukakushi había desaparecido sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Solo quedaron las arrugas de mi camisa. Hombre, ella es realmente adorable. Cuando levanté mi paraguas y miré a mi alrededor, vi un autobús que acababa de detenerse en la parada en la que estábamos esperando. También— —Siento interrumpirte. Hay un autobús atrás pidiendo paso. —T~Tenemos que irnos también. ¡Siento detenerte así! —Dijo Azuki Azusa.
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—No, disfruté escuchándote. Cuéntame más sobre eso cuando estemos en la escuela... ...vi a una chica con culotte entrando en dicho autobús, el cual parecía dirigirse hacia donde estaba mi casa. —¿Eh...? ¿Por qué ella...? ¡Lo siento! Yo también tengo que subirme a ese autobús —Dije. —¡Sí, te veo luego! —Azuki Azusa me hizo un gesto con la mano. Observé cómo se alejaba el automóvil y luego corrí hacia el autobús. Cuando subí, Tsutsukakushi estaba sentado en el asiento del fondo. ¡Deja de adelantarte y agárrate a mi ropa de nuevo! Pensé mientras me sentaba a su lado, pero la chica no dijo una sola palabra después de eso.
Cuando bajamos del autobús en la parada cercana a mi casa, pasamos por un parque infantil. Era el parque en el que Ponta y yo solíamos encontramos, solo que ahora estaba todo lodoso por la lluvia. Como si estuviera mirando una reliquia religiosa de un mundo
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diferente, Tsutsukakushi contemplo los pilares de la entrada. Inclino la cabeza con leve extrañeza. —Me pregunto por qué vine aquí. —¡Qu...! ¡Eso mismo quiero saber! ¿Por qué subiste a ese autobús? —...por un capricho. —¡¿Un capricho?! ¡Se supone que los humanos actúan de acuerdo a la lógica y la razón! —Vi que te divertías mientras hablabas con Azuki-san, así que me subí al autobús por capricho y fui a donde quería por capricho. —...bueno, a veces también tenemos que actuar de acuerdo a nuestras emociones, supongo... —...... —...... —...... —......lo siento.
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—No, está bien —Tsutsukakushi negó con la cabeza, escondiendo su rostro bajo su paraguas. La lluvia seguía cayendo sobre el asfalto en gigantes gotas negras. Con todo ese sonido de fondo, Tsutsukakushi habló en voz baja. —...soy una chica horrible —Murmuro —Aunque no pueda mostrar mis emociones abiertamente, actúo de acuerdo a ellas. Eso fue egoísta. Cuando te vi hablar con Azuki-san así, me dieron ganas de hacer una rabieta. Mis sentimientos fueron incluso peores que en el parque temático. Sé que no puedo seguir haciendo esto, pero estas emociones simplemente me están superando. —¡Eso no te convierte en una persona horrible ni nada! —Te equivocas. Incluso ahora, tengo muchos más sentimientos feos dentro de mi mente, pero me doy aires para que no me odies. Las cosas son así. No puedo transmitir todos mis sentimientos solo con palabras. Cada vez me siento más como una manipuladora. Soy una lamentable calculadora, mis modales son terribles y tengo una personalidad horrible. —Eso no es cierto... —Azuki-san es hermosa. No le llego ni a los talones. Puede que simplemente no se haya dado cuenta,
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pero no puedo evitar sentir envidia cuando hablo con ella. No tengo nada con lo que pueda ganar. —¡Para ya! ¡Tienes muchas cosas en las que eres mejor! ¡Como la forma de tu ombligo! ¡Es demasiado sexi! —Qué pervertido eres. A pasos lentos, Tsutsukakushi se adentró en el parque, que bajo la lluvia se sentía como una jungla. Una vez que llegamos al medio del todo, se detuvo en seco, y su cola gatuna se agitó de izquierda a derecha. —...y es qué tú eres tan amable. Pero está bien. Me conozco mejor que nadie. Por eso pensé que todo estaría bien si encontrábamos algunas fotos antiguas en nuestra casa —Tsutsukakushi apoyo su mano libre sobre la mano que sostenía el paraguas. Era casi como si hubiera puesto un problema sobre la mesa que solo ella entendía. —Creí que la mejor manera de establecer un vínculo emocional con senpai sería siendo la persona que lo conoció por más tiempo. Pensé que ese era el único punto en el que había ganado con certeza. Pero
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no fue así. Emi-san ha estado contigo por mucho, mucho más tiempo. Por eso estaba tan sorprendida después de leer mi diario. —Pero si tuviera una foto, sería una prueba de nuestro pasado juntos. El pasado es algo escrito en piedra. No importa cuán horrible sea una chica, no importa cuánto me odie senpai; incluso si fueras feliz con otra persona, al menos compartiríamos un pasado. Eso es algo que no se puede cambiar —Tsutsukakushi miró un juego de pasamanos con sus ojos transparentes —De esa manera, siempre podría seguir siendo la número uno de senpai. Negué con la cabeza. Ese camino no tiene futuro. Número uno, o número dos... nunca pensé mucho en ese tipo de cosas. No quería. Hablar con Azuki Azusa era divertido. Me tranquilizaba. Soy feliz cuando hablo con Acero-san, aunque siempre me desgasta el corazón. Hablar con Emi también era divertido. Y siempre que hablaba con la vicepresidenta... bueno, umm, la discusión se ponía un poco loca. De todas formas, ¿Poner números y rangos a las chicas para tomar decisiones sesgadas realmente traerá un Final Feliz? Así es como funcionan los juegos,
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y eso está perfectamente bien allí. Pero vivimos en la historia llamada realidad. En esta realidad que nunca acaba, tenemos que seguir viviendo. Nadie estaría contento con una etiqueta de ‘número uno’ o ‘número dos’. Pero Tsutsukakushi es diferente. Ella dice que quiere convertirse en la número uno a toda costa. Ya que había jurado hacer lo que fuera necesario por su bien, ¿Debería hacerlo ahora mismo? Todavía tengo una deuda con ella. Me lo contó en el parque temático. Algo de lo que hablamos hace mucho después de que yo saliera de un matorral, pero no pude entender a lo que se refería. Si no puedo retractarme, al menos debería encontrar una manera de confirmar el pasado— —...es una broma —Tsutsukakushi se encogió de hombros y se giró hacia mí —Amanecí un poco sensible hoy. Solo ignora lo que dije. —Tsutsukakushi... —Debo estar algo deprimida porque no pudimos encontrar ninguna fotografía. Desearía que pudiéramos confirmar directamente lo que sucedió en el pasado, pero eso solamente es...
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—Ji, ji. Qué maravilloso deseo. Tus plegarias han sido escuchadas. —Una risa ominosa y desagradable atravesó la atmosfera.
—¡¿Qu—?! Como si hubieran disparado una bala al aire, Tsutsukakushi y yo miramos hacia arriba. Más allá de la lluvia y toda la bruma, encima del pasamanos oxidado, pude ver las orejas de un conejo balanceándose. Ella nos miró con los ojos rojos de un depredador. —¡¿Yaji-san...?! ¡No, espera—! —¿No crees que cuestionar la identidad de uno mismo es un acto terriblemente vulgar? Durante los viejos tiempos de los guerreros, nunca te nombrarías a ti mismo, aunque no soy quien para juzgarte. No somos lo suficientemente cercanos como para considerarnos amigos. Yo solo soy yo, y tu solo eres tú. Algo así. ...y acechando en las profundidades de esos ojos, se escondía la silueta de un gato. La coneja que conocía tan bien tenía una expresión que nunca antes había visto. Nos estaba sonriendo. No cabía duda. El Gato que no Sonríe estaba actualmente dentro de Yaji-san. El «Dios Gato» nunca
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regreso al almacén. También había desaparecido del interior de Azuki Azusa. Como no pudimos encontrarlo en ninguna parte, asumimos que se había ido y dejamos de buscar. Nunca pensé que aparecería en un momento como este— —Aunque hay muchas cosas de las que me gustaría hablar, mi venganza es lo primero. Mi corazón baila cada vez que pienso en la humillación que me hiciste pasar antes. No puedo evitarlo. ¿Por qué no concedo ese deseo tuyo ahora mismo? —¡Espera, no te muevas! ¡No hables! ¡No hagas nada—! —Hasta entonces, adiós. El «Dios Gato» concedería todo deseo que se le pidiera, pero nunca de la forma que uno lo espera. Dado que Tsutsukakushi había deseado una forma de ‘confirmar lo que sucedió en el pasado’, ¿con que nos saldría esta vez? —¡¡...!! Traté de saltar hacia el pasamanos en un intento de agarrar a Yaji-san, pero el peldaño donde coloqué mi mano se derritió como un caramelo. Perdí el equilibrio, y justo cuando estaba a punto de aterrizar en el suelo,
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escuché otro sonido, cuando el suelo se derritió en espuma. Ya no hay nada aquí. Todos los objetos a nuestro alrededor fueron desguazados, derretidos y desintegrados; solo la risa del «Dios Gato» llenó mis oídos. Una función de onda que ni siquiera puedo describir atravesó el espectro electromagnético, rompiendo los límites de la física de partículas. El mundo se estaba derrumbando y fuimos tragados por el plano imaginario.
Todo el sonido se desvaneció; todo el color se condensó en uno. Toda la luz se convirtió en oscuridad, ya que el aire había sido aspirado. Todo giraba, giraba, giraba y giraba aún más, como si estuviera dentro del tambor de una lavadora hecha para gigantes. Tsutsukakushi estaba conmigo en este mundo, girando al igual que yo. —¡Tsu... ki... ko...—!
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Como último recurso, la agarré desesperadamente del brazo. La abrase con fuerza y luego mi conciencia también fue tragada...
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Capítulo 3 Érase una vez dentro de la Casa Tsutsukakushi —Senpai. Despierta. Por favor despierta.
En la bruma de mi conciencia, escuché una voz y sentí como alguien me sacudía. Dudé en abrir mis pesados párpados y en su lugar pretendí que dormía. La acción de despertarse es similar a acabarse un plato repleto de comida en un restaurante. Tengo que disfrutar muchísimo de la cena si de verdad quieren que la termine. Por ejemplo, no me importaría que una cariñosa hermanita me levantará mientras dice “—Oniichan, despierta. Por favor, despierta”. Pero incluso si puedo escuchar su voz, tengo que contenerme. Eso es lo importante.
—...senpai, ¿estás fingiendo que todavía sigues dormido? Si no despiertas, te dejare atrás.
Después de lo anterior, ella diría “—Onii-chan,
¿Estás fingiendo que todavía sigues dormido? ¡Si no
despiertas, te dejare atrás!” mientras hace pucheros con una voz enojada. Ese sería el hors d'oeuvre13 anterior al platillo, como dirían los franceses. Pero ahora que he pasado por allí, tocaría un fabuloso: “—¿De verdad estás durmiendo...?”.
—¿De verdad estás durmiendo...?
Ah, todas las hermanitas aman a sus hermanos mayores. Está en su ADN, o al menos eso dicen todos los libros que he leído. Apuesto a que dirá algo como “— Nadie está mirando, ¿verdad...?” con un suspiro, seguido por el susurro de mi camisa siendo levantada.
—Nadie está mirando, ¿verdad...?
¿Lo ven? Ahí está. Puedo sentir un peso ligero cual plumas presionando contra mi estómago. Su calor 13 Hors D'oeuvre es un entremés, aperitivo o entrante en un pequeño plato que se sirve antes de una comida en la cocina europea. Algunos entremeses se sirven fríos, otros calientes. Los entremeses se pueden servir en la mesa de la cena como parte de la comida, o se pueden servir antes de sentarse, como en una recepción o cóctel.
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corporal diluyéndose sobre mi vientre me llenó de paz, y percibo su suave fragancia deslizándose desde arriba. Lenta pero constante, ella me estaba montando, o eso intuía del tibio aliento cosquilleando contra mi pecho. De ahora en adelante, un llano “—¿Un poco debería estar bien, verdad...?” no sería más que una pobre excusa. Naturalmente, sería un fracaso como hombre si negara sus insinuaciones. Todo lo que tenía que hacer era esperar por el platillo principal.
—¿Un poco debería estar bien, verdad...? Tortura con agua.
Y finalmente, mi hermanita me abrazaría para despertarme de la mejor manera posi—espera, ¿qué acaba de decir? ¿Agua? Me incorporé de un salto y me di cuenta de que estaba recostado en una banca en el parque, con Tsutsukakushi encima. Ella me había montado como un caballo, tenía levantados ambos brazos y se congelo in fraganti. Sostenía una regadera. —.........
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—......... —........um, ¿qué fue eso de la tortura con agua...? —.................. —.................. —...fue una broma —Tsutsukakushi respondió con una cara seria y se me quito de encima. Sus hombros estaban caídos, y dejó la regadera en el lugar que le correspondía. Parecía decepcionada por algo. Eso estuvo cerca. No hay forma de que la inteligente Tsukiko-chan dispare una escena de fanservice en público, ¿verdad? Fui demasiado ingenuo...
Y olvidé un detallito importante, pero dependiendo de la personalidad de tu hermanita (o de quien consideres digno del título), tus resultados pueden variar bastante. Procura no morir mientras duermes.
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Aparentemente, Tsutsukakushi se había despertado unos momentos antes que yo. Yaji-san ya no estaba encima del pasamanos, y la lluvia también se detuvo. Según mi teléfono, la hora no había cambiado demasiado. Sin embargo, el cielo azul se estaba tiñendo de un leve rojo; como si no hubieran quedado ni rastros del anterior clima nublado... Mientras me sentaba en posición vertical sobre el banco, el cuerpo de Tsutsukakushi comenzó a temblar por la brisa fría. —...parece que el «Dios Gato» ha cambiado bastante desde la última vez que lo vimos. —Así parece. Si... —Parecía guardarte bastante rencor. ¿Le hiciste algo a ella? —¡¿Y~Yo?! ¡No recuerdo haberle hecho nada! Y en todo caso, preferiría que mi cuerpo se olvidara de ese beso. Ambos comprobamos nuestros alrededores. Tsukiko no llevaba ningún tipo de traje de baño ajustado y todavía seguíamos en el parque cerca de la Casa Yokodera. Ella es mi kouhai y yo su senpai.
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Estábamos a finales de otoño y el sol se estaba poniendo por el oeste. Okay, parece que no ha cambiado mucho. —¿...entonces qué fue todo eso? Era como si el mundo entero estuviera girando. —De verdad se sintió horrible. Yo que soy sucesible a los mareos casi me desmayo. Fue como si algo me estuviera arrastrando —Tsutsukakushi negó con la cabeza y se frotó el codo —...pero no estaba asustada debido a que cierto alguien se aferró con fuerza. Gracias por eso. —Bueno, era mi deber como caballero —Le di una sonrisa vigorizante, y me dispuse a abrazar gentilmente los hombros de Tsutsukakushi... solo para que ella se escape con apuro de mí —¿Eh? ¿No era nuestro momento? —Nada de eso. Ya veo como es, tu solo eres un pervertido con la máscara de un caballero. —¡Eres demasiado cautelosa! Prueba bajar un poco la guardia cuando demuestre mis destrezas caballerescas. Tan solo bájala~ ¡Como una falda! —Eso no sucederá. Todo lo que conseguirás será un buen puñetazo.
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—¿O sea que tienes un problema conmigo? Aparente sublevación cautelosa = vocabulario de juego de batalla. ¿Es positivamente buena en ambos juegos y en el combate real? —Por cierto, senpai, tengo una solicitud que hacerte —Tsutsukakushi puso algo en mi palma abierta. Era su teléfono. Como fondo de pantalla tenía una foto de un terror funky. ¿Qué diablos es esto? Da miedo. No sé cómo sentirme por sus intereses... por otra parte, el fondo de mi teléfono es una imagen suya estornudando— que obtuve de Acero-san, por supuesto —así que no puedo decir mucho sobre los intereses de otras personas. Ejeje. —¿Qué pasa? —No tengo recepción. —Oh. Tienes razón. Decía que estábamos fuera de alcance. Traté de sostenerlo por encima de mi cabeza y agitar a izquierda y derecha frente a mí, pero nada cambió. Lo mismo sucedió con mi teléfono. No mostraba ningún signo de conexión.
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—Es raro. Nunca antes había tenido problemas de recepción en este parque... Una vez más observé nuestro entorno. Los arbustos del jardín estaban alineados como siempre, y los columpios se agitaban con el viento. Había un tobogán plateado y el pasamos no mostraba señales de óxido. Incluso el tablón de anuncios cercano me resultaba familiar. Este parque parecía que podría estar en cualquier zona del país, y mantenía una atmósfera pacífica, inmóvil bajo el sol poniente. Tsutsukakushi observó esto con ojos tranquilos y se dio la vuelta. —Me gustaría consultar a mi hermana solo para asegurarme. ¿Estaría bien pedir prestado el teléfono fijo de tu casa, senpai? —¿Ah? seguro. No me importa. Y no tienes que ser tan tímida. ¡Mi mamá te conoce muy bien! —Incluso si la conozco, puede haber una posibilidad de que ella no me reconozca en estos momentos. —¡Jajaja, eso no es cierto!
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Mi mamá tiene una memoria perfectamente normal, a diferencia de mí. Tsutsukakushi saltó del banco y se dirigió hacia la salida del parque. Curiosamente, daba la impresión de estarse divirtiendo. Casi parecía estar saltando sobre las piedras. Sin tener en cuenta el incidente con la regadera, parece que su estado de ánimo ha mejorado drásticamente. Un color normal también había regresado a sus ojos, reemplazando el miasma oscuro que me tenía tan preocupado. —...gracias a Dios. Suspiré de alivio, aunque no entendía porque ahora estaba de tan buen humor.
Nuestra casa ‘Domino’ está localizada en la calle junto a una hilera de casas prefabricadas. Parecía que habían implementado una operación de limpieza en el tiempo que estuvimos fuera, porque las casas se veían nuevas y relucientes. Casi me hizo sentir como si hubiera tomado un camino equivocado. Mientras los dos caminábamos hacia mi casa al final de la calle, Tsutsukakushi me miró.
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—¿Has vivido en la misma casa toda tu vida, senpai? —Um... no, creo que nos mudamos aquí cuando estaba en la primaria. —Con que la primaria, huh... —En realidad no recuerdo la fecha exacta. Hubo una inundación gigante hace un tiempo, ¿No? Por eso nos mudamos. Sin embargo, nuestra casa anterior estaba en esta ciudad. Es bastante vieja ahora, pero en ese entonces nuestra nueva casa estaba recién construida y era bastante cara, o eso me dijeron. Como fanática de los viejos tiempos, ocasionalmente mamá miraba algún que otro folleto sobre bienes raíces para comparar los precios con el pasado. Como resultado, está bastante informada sobre el coste de las viviendas. —¿Por qué preguntas? —...no, no es nada —Tsutsukakushi negó con la cabeza. Pero parecía como si estuviera contando algo con los dedos. Me pregunto qué será.
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Jeje, ¿Estará contando los segundos para abrazar con fuerza a Yokodera-kun? ¡No hay por qué avergonzarse! ¡Salta a mi pecho, mi amada! ¡Te amaré tanto como quieras! —Supongo que~ Pervertido-san– ir a tu casa~ Pervertido-san– no funcionara~ Pervertido-san– después de todo~ Pervertido-sa— —Escucha~ Tsutsukakushi– lamento haber imaginado eso~ Tsukiko-san– pero todas esas palabras innecesarias~ Tsuu-chan– ¿Podrías parar con ellas~? hermana mía– porque realmente duelen~ Moon Childchan— —Oh, no digas eso~ Pervertido-san– Pervertidosan– Pervertido-san– Pervertido-san— —¡Okay, esto ya no es divertido! —¿Así que prefieres que te diga pervertidosenpai?, ¿Es así?, ¿Ha? —¡¿Por qué insistes en que soy un pervertido?! ¡E incluso si lo fuera, no soy un mal pervertido! —No existe tal cosa como un buen pervertido. Todos los pervertidos del mundo son ruines malvados que merecen ser reprendidos como los canallas perversos que son.
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—¡Está empezando a dolerme seriamente ahora, en especial si lo dices con un tono tan poético! Tsutsukakushi señaló mi bolsillo. —Si de verdad fueras un buen senpai, ¿Por qué tendrías esa foto como fondo pantalla? De todas las fotos mías ¿Por qué tenías que elegir esa? —Bueno, esta foto es demasiado linda... espera, ¡¿Lo sabías?! ¡Pero si nunca te la mostré?! —Es que puedo ver a través de ti como un libro abierto, Pervertido-senpai. Parece que sus superpoderes telepáticos se han vuelto aún más fuertes, y también parece que Tsukikochan se ha recuperado por completo. Así es como se supone que debe ser. Ser abusado mientras estamos cara a cara es lo que me anima— —...espera, ¡Eso no! ¡¡NO!! ¡¿Por qué dices que ir a mi casa no funcionara?! —Básicamente, lo digo por esto, Yokoderasenpai. Tsutsukakushi pronunció mi nombre lentamente y se detuvo, señalando. Cuando miré hacia
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donde estaba apuntando con su dedo, pude leer el extraño apellido ‘Higuchi’ escrito en una placa colgando de una puerta al frente de la casa donde debería residir la familia Yokodera. —¿Eh...? —Me froté los ojos. Cuando la miré más de cerca, la casa estaba más limpia y era más nueva de lo que recordaba. Casi como si hubiera sido reconstruida... o recién construida. —¿Qué diablos es esto...? ¿Me equivoqué de calle? ¿Tsutsukakushi—? Y mientras me daba la vuelta, escuché una mezcolanza de voces jóvenes calle abajo. Un pequeño grupo de niños caminaba frente a la valla publicitaria del vecindario. Por su estatura, diría que eran estudiantes de primaria. Había un niño más joven que actuaba como la vanguardia, sosteniendo un palo y dando órdenes. —Todavía tenemos tiempo hasta que oscurezca, ¡Así que juguemos un poco más!
—Pero tengo que irme a casa ahora... —Y ni siquiera tenemos una pelota.
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—Ya no hay tiempo. —¡¿Por qué?! ¡Si no es suficiente, entonces no están planeando lo suficiente! ¿No saben lo que esto significa? Incluso si no tenemos tiempo o una pelota, con querer es suficiente para ganar, ¿Verdad? ¡Les mostraré una partida de sumo!
—¡Ehh, no quiero! —De todos modos, nunca podremos ganar. —¡Suena aburrido! —¡Sí, sí, les enseñaré a ganar hoy! Lo aprendí en Hawái— Aturdido, vi a los niños huir. Ese mocoso al frente... esos ojos, esas cejas, esa forma de hablar. No importa cuánto lo pensara, era la viva imagen de mi amigo de la infancia, Ponta— la única diferencia fue que se veía mucho más joven. —¡Espera! Espera. No me digas, ¿Esto es...? —El «Dios Gato» concederá cualquier deseo que le pidas, ¿No es así? —Tsutsukakushi comenzó a caminar de nuevo. Se detuvo frente a la valla publicitaria y me hizo señas para que avanzara —Lo
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lamento, senpai. Parece que mi deseo ha sido concedido. Y de una manera bastante increíble... En dicha valla colgaban carteles electorales para elegir al nuevo alcalde de la ciudad junto con la fecha de la elección. La fecha mostrada allí era diez años antes de lo que debería haber sido...
Si ella deseo confirmar el pasado, entonces solo había una forma 100% infalible de confirmarlo: trayendo el pasado mismo a nosotros. Tenía perfecto sentido cuando lo pensaba, pero una vez más me sorprendió cuan poderoso podía llegar ser este «Dios Gato». A decir verdad, fue un poco difícil de creer. Había viajado en el tiempo con Tsutsukakushi. ¿Esa cosa incluso puede ignorar las Leyes de la Entropía y la Teoría de la Relatividad y todo? El «Dios Gato» está escupiendo directamente en la cara de Einstein. El paisaje de la ciudad era el mismo de siempre, pero al mismo tiempo se sentía como si algunas cosas hubieran sido editadas con algún tipo de software de
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edición. Este cartel, esos barandales, los propios alrededores; todo era un poco diferente de cómo lo recordaba... en contraste a eso, supongo que ahora era un extraterrestre tanto por dentro como por fuera. Lo único que no había cambiado en este mundo era Tsutsukakushi. Ella miró la valla publicitaria. —Y pensar que el alcalde de la ciudad pronto será destituido por un escándalo de corrupción relacionado con las elecciones municipales. Sin embargo, las personas aquí no tienen ni idea de ello todavía... ¿No es increíble? —No tengo idea de por qué piensas eso. Además, ¿No estás demasiado tranquila con todo esto? —Ya me había preparado mentalmente. Cuando le pregunté a qué se refería, mencionó que ya tenía sus sospechas desde que se despertó por primera vez en el parque. —El óxido en el pasamanos había desaparecido y el tobogán estaba impecable. Sin mencionar que todo se hallaba seco, a pesar de que antes estaba lloviendo. —¡Seguro que tienes buen ojo! Pero podrías habérmelo dicho antes...
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—Es que no tenía forma de confirmarlo. Pensé que sería mejor averiguar cuántos años retrocedimos primero. Su lógica tenía sentido, pero aun así no pude evitar angustiarme un poco. —¿Realmente importa la cantidad? ¡Quiero decir, lo importante aquí es que—! —No hay porque acelerarnos. El ocio es el postre del corazón. —¡Esa es una gran línea, pero no es el momento! ¡¡ESTAMOS EN EL PASADO!! Esto es como en la trilogía de “Volver al futuro”, “La Máquina del Tiempo” de HG Wells, o “La Chica que Saltaba a Través del Tiempo” ¡Pero no tenemos una bicicleta voladora o una máquina del tiempo o alguien del futuro que pueda guiarnos! De ahora en adelante, lo más razonable que podríamos hacer Tsutsukakushi y yo sería formar nuestra propia familia en este mundo. ¡Digo, dadas las circunstancias seria el hilo de los eventos más lógico, por un demonio! ¿Todavía puedes ir a la escuela mientras crías a tus hijos? ¿Tsukiko-chan podrá llevarse bien con las otras madres? ¡¿Tsukushi-san asaltara a su sobrina si se parece a Tsukiko-chan—?! No, espera. No creo que ese sea el problema aquí...
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Como nunca antes había viajado a través del tiempo, nada de esto me parecía real. ¿Hay algún compañero de viaje en el tiempo que pueda darme sugerencias aquí? —Todo estará bien. —¿Eh? —Según lo que me dijiste, los deseos relacionados con el «Dios Gato» siempre tienen reglas asociadas, ¿Verdad? No solo puedes desearlo, sino que también puedes devolverlo todo. —...a~ahh! ¡Sí! Podemos cancelarlo, ¿Verdad? —Exactamente. Una vez que retires tu deseo, todo volverá a la normalidad. El pasado se pondrá en su lugar y podremos volver. —¡Genial! ¡Entonces vayamos a buscar al «Dios Gato» de inmediato! —No quiero. —¿Huh? —Senpai, piénsalo —Tsutsukakushi levantó un dedo frente a sus labios —Mientras tengamos la
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opción de cancelar mi deseo, no hay nada que temer. Si podemos regresar cuando queramos, entonces no hay necesidad de hacerlo ahora, ¿Cierto? —Ehhhh... —¿No crees que esta es la oportunidad perfecta para confirmar si tú y yo nos hemos conocido en el pasado? De esta manera puedo demostrar que fui la primer– que los recuerdos de mi hermana son correctos. Así tendremos verdaderas bases para convencer a nuestros abuelos de que queremos seguir viviendo en Japón —Tsutsukakushi remarco con entusiasmo. —Bueno, supongo que sería un desperdicio no aprovechar esta oportunidad... —Sí, claro que lo sería14. —Pero prométeme algo. —¿Que? —En primer lugar, si las cosas se ponen peligrosas, cancela tu deseo de inmediato.
14 Según Batoolo en esta parte hay una especie de juego de palabas que no funciona en inglés, pero en sus palabras; “Me ahorrare el terrible esfuerzo que requerirá transmitirlo”.
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—Está bien. Incluso si estamos diez años en el pasado, cosas como los ogros y los demonios no existen. —En segundo lugar, si quiero irme a casa, lo cancelas. —Por supuesto. No quiero que me odies ni nada. —¿Eh...? Pero me acabas de negar hace solo un segundo. —Aparte de eso— —¡¿Me estas ignorando?! Tsutsukakushi abrió la palma de su mano y me la tendió. Sentí una sensación de deja-vu, y asumí que ella sacaría unas tijeras. Pero, como no pasó nada, puse mi mano sobre la de ella. Su pequeña palma se sentía cálida. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos tomamos las manos de esta manera. —...senpai. —¿Hm? —...de ahora en adelante, es una aventura solo para nosotros dos —Habló en voz baja y se rascó la
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mejilla después, aparentemente un poco avergonzada por sus palabras.
Como resultado de su razonamiento, decidimos echar un vistazo rápido a la Casa Tsutsukakushi para confirmar si Acero-san y Yokodera-kun tenían alguna conexión durante estas fechas, e irnos a casa inmediatamente después. Fui yo quien insistió en la segunda parte. —...pero ya que estamos aquí, también podríamos ver cómo era el árcade hace diez años, disfrutar de algunas malas películas de terror, aprender del pasado en tiendas de ropa~ —Menciono la enfurruñada Tsutsukakushi mientras pateaba una pequeña piedra en el suelo. Después de todo, el mundo de hace diez años es totalmente normal y la sociedad no ha cambiado en absoluto. Realmente no había nada grandioso que podamos descubrir aquí. Aunque siendo justos, quizás me hubiera dado el tiempo de reunir algunos artículos útiles para el futuro, como bombachos, trajes de baño de la vieja escuela y ese tipo de cosas. ¡Algo que realmente puede hacer avanzar a la sociedad humana en su conjunto!
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Pero ahora mismo tenia alguien a quien proteger a toda costa. Somos recién llegados en este momento, así que no sé cuándo llegará la patrulla para arrestarnos... bueno, a fin de cuentas, este es un mundo ilusorio creado por Dios (Gatuno). No me sorprendería que sucediera algo como eso. —...aunque finalmente estamos a solas... —¡No~ no~ no!, ¡No puedes pensar eso en una situación como esta! —.......... —¿Tsutsukakushi? —¿Es así? Creo que sí. Parece que soy la única que lo pensó —Pateó la pequeña piedra con intención asesina. La enérgica pateadora Tsukiko-chan agacho la cabeza. —¡A pesar de ello eres muy encantadora, Tsukiko! ¡Pero no estoy seguro de que sea buena idea dejarnos tentar así por el «Dios Gato»! ¡Si es posible, me gustaría que estuviéramos juntos en una situación en la que ambos podamos estar a gustos! ¡¿Correcto?!
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—¿...es así? Ya veo. La gran arquera Tsukiko-chan se acercó, recogió la piedra que había pateado y la devolvió a su lugar original. —En realidad sentí lo mismo. Vayamos rápido a mi casa para volver a nuestro tiempo. —...no te pareces mucho a tu hermana mayor, pero de cierta forma son extrañamente similares. —¿Qué quieres decir con eso? No entiendo. ¿Eres un pervertido? —¡No quise decirlo de una manera pervertida! Solo estaba hablando de cómo piensas y tu personalidad. —¿O sea que estás siendo grosero? —¡¿La grosera no serias tu por llamar grosero que te comparen con tu Onee-san?! —¿Es así? Entonces me equivoqué. Por fuera, mi hermana y yo nos vemos exactamente iguales, así que no es nada grosero.
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—Ah, de verdad estas siendo un poco grosera con tu Onee-san. Y con respecto a ciertas partes de su cuerpo y todo eso... —¿Ves? Sabía que eras un pervertido. —¡¿Sabías cómo respondería, verdad?! ¡Me trague el cebo por completo! —Todo lo que puedo ver es un pervertido con demasiadas excusas. La pescadora de primera categoría siguió pisándome los pies todo el trayecto de camino a la parada de autobuses, y hasta mientras íbamos dentro. Gracias a eso, incluso durante algunas frenadas y giros bruscos, nunca perdí el equilibrio. Olvídense de los cinturones; ¡Tsukiko-chan es el mejor mecanismo de seguridad! —¿Mi... mi~ mi~ mi—? De hecho, hasta terminé ayudando a una pequeña familia sentada a mi lado. —Lo siento, y gracias. Era una Onee-san tranquila y relajada. Su cabello era ondulado y llevaba una pieza larga. Su pequeña
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estatura femenina, que apenas sobrepasaba el dobladillo del traje de una pieza, hacía que fuera fácil malinterpretar por completo su edad. En su pequeño bolso había una montaña llena de revistas de moda, pero no parecía preocupada en absoluto por lo que los demás pudieran pensar al respecto. —A-chan, agradece apropiadamente a este Oniichan, ¿De acuerdo? Aferrándose a esa Onee-san estaba una niña con una gran cinta en la cabeza. Parecía un cachorrito recién nacido y estaba temblando. —...muchas... gracias... —Dejó escapar una voz débil. ¡Esto puede ser un poco repentino, pero creo que es hora de la segunda conferencia de Yokodera-kun para lolicones! ¡Esta chica tímida seguirá acicalándose ahora para convertirse en una belleza en el futuro! Por favor, esperen a A-chan dentro de diez años. —¿...por qué la estás mirando? ¿Eres ese tipo de persona? —En el instante en que bajamos de la parada de autobuses frente a la escuela, Tsutsukakushi comenzó a susurrarme. —¡N~No! “¿No solamente se pueden contemplar las flores de cerezo cuando están en pleno florecimiento?;
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¿No que lo idóneo sería únicamente vislumbrar la luna cuando está despejada?” ¿Es lo que dicen, verdad? —¿De qué estás hablando? —El verso 137 del Tsurezuregusa15, escrito por el monje Kenkou. Ver una flor de cerezo ya fulgurante y la luna llena es genial, pero a veces tenemos que admirar las cosas cuando aún están verdes y subdesarrolladas. Querer ver a una niña crecer sana es un sentimiento natural, ¿Cierto? —Ya veo, un pervertido armado con lógica. ¿Sera que te entrené– corregí demasiado tus gustos? —...y~yo solo estaba bromeando, ¿De acuerdo? —Por supuesto. Yo también estaba bromeando. —Jajaja... Me reí; Tsutsukakushi no lo hizo. Sus ojos tampoco lo hicieron. No se preocupen que últimamente este tipo de cosas me suceden con demasiada frecuencia...
15 O Ensayos de la Ociosidad en español, es una colección de ensayos japoneses escritos por el moje Yoshida Kenkö entre 1330 y 1332. Es considerada una joya de la literatura japonesa.
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De cualquier manera... —¿Huh...? Esta es nuestra preparatoria de hace diez años. Absorto en mis pensamientos, miré el portón de la escuela que paulatinamente estaba siendo iluminado por el sol de la tarde. También pensé en hacer una pequeña parada para visitar el cedro en la cima del Monte Ipponsugi, aunque no me convencía del todo la idea de ver al Daruma con Mostacho en su mejor momento, cuando supuestamente era popular entre los estudiantes de nuevo ingreso... ¡Ah, aguarda un segundo! Si las cuentas no me fallan ¿No se supondría que esa odiosa directora, la Señorita Añeja, debería de ser una Onee-san en estos momentos? ¡Eso significaría que ella todavía está en mi zona de strike! ¡Los dos podríamos tener un encuentro predestinado, desencadenando un romance que atravesara las barreras del tiempo! ¡¿Oh, como acabara esta tragedia?! ¡Incluso tenemos escenas de cama—! —...senpai. Senpai... —¡No, no puede haber más que una escena de cama en toda mi vida!
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—¿De qué estás hablando? Senpai, mira eso. Cuando me tomo del brazo, temí por mi vida y pensé que el Señor Demonio-chan me iba a castigar por todas las idioteces en las que estaba pensando. Afortunadamente, Tsutsukakushi ni siquiera estaba mirando el portón de la escuela, sino en la dirección opuesta, más allá del cruce peatonal, detrás de un matorral que rodeaba la Escuela Primaria Tsukimi. Ese lugar daba la sensación de ser un verdadero oasis lleno de angelitos. —Ese niño de allí... Tsutsukakushi apunto a un niño que estaba parado a un lado de los matorrales. Llevaba una sudadera con capucha naranja y unos pantalones chinos de moda. A pesar de que solo podía ver su espalda, desprendía una especie de sentimiento vigorizante e inteligente, y su peinado no hacía más que afianzar esa imagen de respondón. Imagino que era algún estudiante de esa escuela de párvulos. Todos los niños a esa edad son demonios. Tienes que arrancarles los colmillos venenosos ahora, o arruinarán la vida de todos en el futuro. —¿Qué te pasa?
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—Senpai. ¿Acaso no lo reconoces? Después de todo... él es... muy joven... ¿Sabes? —¿Tsutsukakushi...? —Ya lo entenderás. Te ves exactamente... increíble, increíble, asombroso, asombroso, asombroso, asombroso, asombroso~ asombroso~ asombroso— —¡¿O~Ouch?! Extrañamente, Tsutsukakushi respiraba con dificultad, como un atleta olímpico justo después de la práctica. Tenía problemas para formar oraciones compresibles, y aún más importante, estaba tirando del cuello de mi camisa con tanta fiereza como para casi estrangularme. ¿Qué está pasando? Además, en realidad no creo que mirar la espalda de este niño sea suficiente para reconocerlo. —Este es un milagro que me fue obsequiado por los dioses de arriba. Es el evento más grande en la historia de toda la humanidad. Tengo que hablar con él. —¡Ahh, espera un segundo! En el instante en que el semáforo del cruce peatonal se puso verde, Tsutsukakushi comenzó a
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correr. Como un gatito al que le habían dado hierva gatuna, ella corrió hacia al niño con la animosidad de un guepardo. Esta es la primera vez que la veo correr tan rápido. Ella toco al niño por el hombro, intercambiaron algunas palabras y el rostro del niño también se iluminó luego de que Tsutsukakushi lo sacara de la escuela. Como todo sucedió muy rápido, solo pude mirar con asombro como Tsutsukakushi se daba la vuelta y regresaba con el niño. —Déjame presentarte. Este es el hijo mayor de la madre que ambos conocemos muy bien —Ella respiró hondo —El Yokodera Youto-kun de seis años. Estos mundos prohibidos se metieron en mis oídos, casi aplastando mi cabeza por el impacto.
Yokodera Youto; seis años. Mide alrededor de 120 cm de altura y pesa apenas 20 kg. Su punto encantador es su peculiar cabello felino. Su pasatiempo: leer libros. Su habilidad especial: ser realmente intenso todo el tiempo.
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Su comida favorita: el estofado de carne y patatas de su madre. Su frase favorita: ¡Inspiremos a todos con valentía honesta!
Esta era la cara que había aparecido innumerables veces en mis álbumes del pasado, cuando recién comenzaba a asistir a la escuela primaria. La silueta promedio de un niño que podrías ver en todas partes, y ahora me estaba sonriendo. —¿Así que eres familiar de mi madre? ¡Pero Oniichan, te pareces muchísimo a mi padre! ¡Aunque eres mucho más increíble que él! —El niño me dio un saludo soprano. Estoy justo ahí. Estoy moviéndome. Estoy hablando. ¡El pasado Yokodera-kun que había perdido estaba justo frente a mí, rebosante de energía! Una gran ola de sudor comenzó a brotar de mi cuerpo y tiré del brazo de Tsutsukakushi.
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—¡E~Espera un segundo! ¡¿Qué es esto...?! —Básicamente, el senpai de hace diez años estaba merodeando los alrededores de la guardería. Espere tanto por esto. Y pensar que llegarías tan temprano... —¡¿De qué estás hablando–?! ¡Espera! ¡¡Eso no es lo importante ahora!! Dándole la espalda al niño, que claramente estaba confundido por nosotros, Tsukiko y yo tuvimos una junta improvisada. —Se supone que este soy yo del pasado, y dado que lo conocí...... ¡¿Si sabes lo que eso significa, verdad?! —Ah, ¿Te refieres a una paradoja? —¡Sí! ¡¿Por ejemplo, qué pasaría si matara al yo más joven aquí mismo?! —¿Y tienes planes de hacerlo? —Q~Quiero decir... tu sabes. No, pero me gustaría vivir una vida larga y pacífica... —Entonces las cosas deberían estar bien.
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—¡Tal vez sea así ahora! ¿Pero no habrá algunos cambios drásticos en el futuro si converso de forma tan descuidada con mi yo pasado? —Pero senpai, de todos modos ¿No se supone que tu no recuerdas nada del pasado? —¡Ah, sí! La sabiduría de Tsutsukakushi-san es casi como la de un sabio... aun así, hubiera sido de muchísima ayuda repasar algunas de las exposiciones de ciencia ficción más recientes como “La Desaparición de Quien~ruhi Que~sumiya” o “Algo´s; Gate16”. De cualquier manera, Tsutsukakushi encaro al joven una vez más. —Lo siento por eso, Youto-kun. Eres tan educado que este Onii-chan rarito que me acompaña se sorprendió. Eso es todo. —¡Ajaja, no es cierto! ¡Estoy más sorprendido de que una Onee-chan preciosa me hable de repente! ¡Eres tan hermosa como mi verdadera Onee-chan!
16 Eso sí, recomiendo muchísimo que le den un vistazo a las de novelas de La Melancolía de Haruhi Susumiya y al anime de Steins;Gate. No sean incultos como Hentai-san xD
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—Hmm... ya veo que realmente sabes cómo manejar tus palabras... —Acariciando con dulzura la cabeza de niño, Tsutsukakushi dejó escapar un suspiro de alegría. Pero de repente se detuvo e inspeccionó de cerca la mano con la que toco al niño. —¿T~Tsukiko? ¿Algo anda mal? —No. Senpai, ¿Podrías agacharte un segundo? —Obedecí sus demandas. Con brusquedad, ella me jalo del pelo— ¡Y lo hizo con tanta fuerza que me produjo un dolor demencial! ¡Me está arrancando el cabello de raíz! Y mientras yo estaba ocupado tratando de adivinar la razón de este repentino ataque, mi cabeza fue bajada a la altura de Tsukiko. Ella empezó a olfatearla. —Um, ¿Qué estás haciendo?
Sniff* sniff* —No, esto no se puede evitar. Esto realmente no se puede evitar.
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—¡¿Qué no se puede evitar?! —Esto es exactamente como dijo ese tal Kenkou-san: “¿Debemos mirar las flores de cerezo en pleno florecimiento, y la luna solo cuando no haya nubes?”. Tengo que probar las dos flores de cerezo aquí. Es como si tuviera una flor en cada mano... —¡No entiendo lo que estás diciendo! ¡Vuelve con nosotros, Tsukiko-chan! —Ah... ¿Qué estaba haciendo? Como un gatito que acaba de recuperarse de una sobredosis de hierba gatera, Tsutsukakushi se frotó los ojos. —Es que el joven senpai... el joven Youto-kun... hmm... Cada vez que el joven, una cabeza completa más bajo que Tsutsukakushi, entraba en su campo de visión, ella volvía a ensancharse y procedía a acicalarlo. Era realmente aterrador ver un bucle sin fin en una realidad como esta. No tenía idea de que alguien como Tsutsukakushi pudiera emocionarse tanto. Parece que tengo que volver a escribir el manual de usuario.
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Al mismo tiempo, el niño que tenía la cabeza alborotada... —¡O~Onee-chan! Um... esto es... un poco vergonzoso... —Habló con la cara de una enredadera de hiedra.
HNNNGH* Escuché un sonido. Dicho sonido provino del corazón de Tsutsukakushi-san. Perdiendo el equilibrio por un segundo, Tsukiko onee-chan apenas logró mantenerse de pie y se agarró el pecho. Luego miró al niño, me miró a mí y volvió a mirar al niño. —Si encerramos a este niño bajo tierra y lo criamos con cuidado en un ambiente estéril, es posible que no se convierta en el Hikaru Genji17 del futuro. —¿Onee chan? —No me hagas caso. Realmente eres un buen niño, Youto-kun. —¡Sí! ¡Gracias! —Pero te pido terminantemente, sin importar las circunstancias, que permanezcas justo como estás ahora.
17 Para más información, volver a leer el volumen 1.
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Aléjate de las revistas raras y nunca te conviertas en un pervertido, ¿De acuerdo? —¡O~Okay! —Júramelo. Si rompes esta promesa, el futuro Youto-kun tendrá que tragarse mil agujas gigantescas. —O~Okay... ¡Haré todo lo posible para convertirme en alguien genial como tú, preciosa Oniichan! —Luego el niño se giró y me sonrió con una mirada preocupada. ¿Está preocupado porque me termine quedando fuera de la conversación, o solo era su forma de decir que me vaya preparando para tragar mil agujas? Porque en serio, ¡¿Por qué un niño de seis años está siendo considerado conmigo?!
Yokodera Youto; 16 años. Su pasatiempo: Mirar chicas. Su habilidad especial: Tiene la euforia de un caballo de carreras (en su imaginación...).
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Su comida favorita: Chicas pequeñas (aunque no es como si las hubiera probado) Su frase favorita: ¡Pero que hermosa damisela! (básicamente solo porque tiene la palabra ‘damisela’)
...este niño de seis años, es perfecto. ¿De verdad soy yo? ¡¿Puedo rehacer los últimos diez años de mi vida, por favor?! —¿Estás esperando a tu madre, Youto-kun? —¡No! ¡No es eso! —¿Es así? ¿Pero no deberías dirigirte ya a tu casa? —Tsutsukakushi comento, claramente intentando sonar como una Onee-san responsable. A esta hora del día, cuando las ingrávidas luces del alba eran remplazadas por las cortinas de la oscuridad, apenas y se podían escuchar voces en la guardería. Solo permanecían los pasos de algunos pocos maestros que ya estaban por irse. —¡Esperaré aquí hasta que el último se vaya a casa!
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—¿El último? —¡Una vez que eso suceda, Tsukasa-san terminará su trabajo y saldrá! —Dijo el joven con un tono suave. Tsukasa-san terminará su trabajo y saldrá... ...no diría que fue demasiado, pero si es cierto que nos tomó algunos segundos a Tsutsukakushi y a mí el darnos cuenta del verdadero significado detrás de sus palabras. La fotografía que encontramos dentro del almacén mostraba a la madre de Tsutsukakushi rodeada de muchos niños. No vimos a este niño en esa foto, pero... —...ya veo. —Sí, yo también lo veo. Tsutsukakushi y yo asentimos al unísono. Yokodera-kun y la familia Tsutsukakushi tenían una conexión que cruzaba el tiempo. —...así que Tsukasa-san trabajo aquí como una maestra de jardín de niños.
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—¡Así es! ¡Me sorprende que lo sepas, Oniichan! ¡Ella era mi maestra cuando estudiaba aquí! —¿Huh...? ¿Así que estabas bajo su cuidado? Debió haber sido una experiencia maravillosa. Si combinas la actitud cariñosa de Tsukiko-chan y el buen cuerpo de Acero-san, sumado al atributo divino de ser la docente de un jardín de niños... wow. Más que una maestra, esa mujer debe ser una verdadera santa. —Así que mi Ma... Tsukasa-san está trabajando aquí... —Tsukiko-chan comenzó a temblar. Le temblaban sus delgadas piernecitas y no podía moverse hacia adelante, pero tampoco retrocedería. Como si buscara ayuda, se encogió detrás de mi espalda. Actúe como su apoyo e intente echar un vistazo a través de la puerta, cuando... —¡Ah, aquí viene! —La voz del niño hizo que mi corazón casi saltara de mi pecho. ¿Sera un encantador manojo de nervios como Tsukiko-chan antes de perder su sonrisa? ¿O será una vaga como Acero-san que se pasea todo el día por su casa en lugar de estudiar? ¿O será una mujer de aspecto joven como la madre de A-chan?
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Lo único que sabía con certeza era que definitivamente tendría que ser una belleza, considerando los genes que le dio a sus hijas. Chispas de esperanza corrían por mi cuerpo, y miles de presentaciones hipotéticas se aparecieron ante mí, y es que, en efecto— ¡¡DEFINITIVAMENTE LA IMAGINACIÓN ES EL LIMITE...—–!!
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—...así que viniste de nuevo, mocoso de mierda18. Una mujer con una mirada horrible, voz grave y un cigarrillo en la boca se paró frente a nosotros.
18 Domen: Pufff jajajajajaja… (continuará)
—¿...huh?, ¿Quién es esta...? —Me froté los ojos. Después de todo, a veces el mundo muestra los polígonos incorrectos. Lo primero que vi fueron unos jeans hechos jirones y su cabello negro revuelto. Encima de eso llevaba un delantal todo descolorado, que esporádicamente se movía hacia un lado para revelar un cinturón y un accesorio plateado. Tenía las cejas muy arrugadas y ni siquiera trató de ocultar la hostilidad que emanaba de la profunda oscuridad en sus ojos azules. Una belleza sigue siendo una belleza, pero no es exactamente lo que estaba imaginando. Es como si hubiera solicitado una maestra de primaria, pero en su lugar me hubieran entregado al yankee del vecindario que encima procedió a asaltarme. Solicito una repetición. Por favor, saquen a la verdadera madre de Tsutsukakushi la próxima vez. No hay forma de que alguien tan aterradora como ella pueda ser la santa que había estado admirando hace unos instantes.
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—¡Mira, Onii-chan! ¡Esta es mi fantástica tía Tsukasa Tsutsukakushi! Pero las palabras del niño de inmediato hicieron añicos toda mi esperanza.
—No recuerdo haberle dado a un niño jodido como tú el derecho de llamarme ‘tía’ como si fuéramos familia. —¡Lo siento, tía Tsukasa! ¡Cometí un error, tía Tsukasa! Ahh, ¡¿Espera, tía Tsukasa?! ¡¡Parece que lo volví a hacer—!! —¿En qué andas? ¿Cómo se supone que eso es mejor? No es nada mejor. No cambiaste nada. —¡Pero si tú eres la tía Tsukasa! —¿Y porque lo dices como si yo fuera la irrazonable, renacuajo de mierda...? —La mujer se rascó la cabeza mientras miraba al niño con los ojos afilados de un erizo. Después de chasquear la lengua, miró a Tsukikochan. En el segundo en que sus ojos se encontraron, tomó deliberadamente el cigarrillo en su boca, como para emitir más presión. La imagen que había tenido hace unos momentos de ella como una santa se partió en miles de pedacitos. Por supuesto que se parecía a Tsukiko-chan, aunque no podría ser más diferente. La compararía con el «Rey de Acero» cuando recién me acababa de unir al Club de Atletismo. Sin embargo, ella no se veía tan aterradora; es solo que su mirada se sentía demasiado aguda para su propio bien...
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—¿Qué quieres esta vez? Será mejor que no sea para lo que creo que es. —¡Síp! ¡Mis padres no estarán en casa hoy, así que me pidieron que fuera a cenar contigo, tía Tsukasa! ¡También dijeron que con algo de suerte tendrías un cuarto desocupado! —Bueno, mala suerte. El destino te fallo esta vez. Mi casa no es una guardería, y tampoco soy alguna especie de niñera para estar cuidando de un parasito como tú. Te graduaste de esta escuela, así que no tengo la obligación de ayudarte. —¡No es por obligación! ¡Del mismo modo que el amor, estoy seguro de que el chocolate ablandara su corazón! —Deja de hablar al azar, mocoso de mierda. Odio a los niños y en especial a ti. —Whoa... —La mejor maestra de todo el mundo... Con un niño frente a ella, la maestra de primaria usó un lenguaje claramente inapropiado para su ocupación e hizo la vista gorda.
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Imagino que la brecha entre estos dos no era del tipo que pudiera arreglarse fácilmen— —Entonces... ¿Está bien...? —Que molesto. Eres una molestia, así que vete a casa ya. —¡Okey! ¡Entonces me iré a casa—! —...bueno, si eres tan inflexible al respecto, puedes quedarte. Aunque sólo por esta noche. —¡Okey! ¿...huh? No veo cómo eso tuvo sentido. El niño era todo sonrisas, pero luego se giró y nos miró. —¡Ya se~!, ¿Qué tal si Onii-chan y Onee-chan también vienen? ¡Cenamos juntos! —¿E~Eh? ¿Nosotros? —¡La tía Tsukasa está sola todo el tiempo! ¡¿Cómo suena eso, tía Tsukasa?!
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—Ahora no te subas a un caballo tan alto. No puedes simplemente invitar amigos a la casa de otra persona. ¿Qué te enseñan en la escuela? —¡Okey! ¡Olvídalo entonces! —...solo por hoy. No habrá una próxima vez. —¡Okey! Sin darnos a ninguno de los dos una oportunidad para hablar, la maestra y el niño decidieron nuestros planes para la noche. —Ahora tengo que pensar en un menú para la cena de hoy...— Murmuró Tsukasa-san como si la hubieran obligado a hacerlo, y retorció el extremo blanco del cigarrillo con la punta de sus dedos. ...no sabía que los cigarros se mordían... oh, no es un cigarrillo; es solo una chupeta común. ¿Qué pasa con esta mujer? No puedo decir si es aterradora o demasiado amable. —¿...huh? De repente, me di cuenta de que todavía podía sentir el calor de Tsukiko-chan pegándose a mi espalda, y que ella no se movía en absoluto. Dándome la vuelta, vi al pequeño gatito, tan pálido como un terrón de
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azúcar. Cuando suavemente toqué su vientre, ella cayó a un lado. Aparentemente, la tensión le había afectado y ni siquiera pudo reaccionar. Para ser honesto, no pude culparla. Su madre era demasiado diferente; más de lo que cualquiera de nosotros pidiera haber imaginado...
Por cierto, ¿Alguna vez uno de ustedes ha llegado a contemplar un shunga19 del período Edo? Incluso si los describiera de la manera más genérica posible, se sentirían eróticos en estos tiempos. Todavía lucirían eróticos. Y es que, en efecto, atraviesan las fronteras del tiempo. Solo unos pocos años no serían suficiente para afectar este medio... ¿De qué estaba hablando? Ah, bueno. Creo que intentaba establecer un paralelismo con el exterior de la Casa Tsutsukakushi. Después de bajarnos del autobús (que había estado un poco más lleno que en nuestro tiempo), caminamos por el barrio residencial, (que a su vez también era un poco más ruidoso y molesto que en nuestro tiempo), y finalmente llegamos a la residencia japonesa rodeada por el muro de piedra. Para ser honesto, se veía casi exactamente igual que como se 19 Estampados de madera eróticos o pornográficos.
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vería dentro de diez años en el futuro. Estaba tan tranquilo y silencioso como siempre, a lo que Tsukikochan y yo suspiramos. Aparentemente, eso había ayudado a aliviar algo de su tensión. Nos guiaron a la mitad delantera del salón de banquetes. De alrededor de quince metros cuadrados, el salón de banquetes ahora estaba dividido en dos por una puerta deslizante, con un lado bloqueado y el otro lado utilizado como espacio habitable— —Huele a moho aquí... Tsutsukakushi y yo intercambiamos miradas y retraímos nuestros suspiros de alivio. A diferencia del salón de banquetes vacío que tan bien conoceríamos dentro de una década, el de ahora no mostraba signos de haber sido limpiado adecuadamente. Los futones se habían enrollado al azar. Las ropas que no estaban tiradas por el suelo se hallaban apretujadas en un rincón. Floreros vacíos se encontraban esparcidos por el suelo, llenos de telarañas. Encima de ellos había shung... no, pinturas al óleo, plagadas de agujeros. Incluso había una donde ni siquiera podía distinguir si se trataba del cuadro de una mujer o una grúa manual.
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—Está bien. Puedo conseguir cuadros nuevos cuando quiera —Tsukasa-san dijo en un tono molesto, llenando sus mejillas con gyudon20. El ‘Menú para la cena’ del que Tsukasa-san había hablado aparentemente no era más que comprar comida rápida en una tienda cercana y llevársela a casa. Sin embargo, ella se comió el suyo ahí mismo. Ni siquiera se molestó en tirar la basura. Me imagino que el interior de la Casa Tsutsukakushi no podrá pasar a la siguiente era... En cuanto al monstruo de la limpieza Tsukikochan, silenciosamente desvió la mirada de todo eso, dedicando todo su ser al jugoso butadon21 con cebollas. A partir de ahora, la verdadera naturaleza de la siempre saludable chica llamada Tsukiko Tsutsukakushi no era más que la de una feroz devoradora de comida. Una vez que tiene comida frente a ella, come. Eso es todo lo que puedo decir al respecto. —...um, ¿Tsukasa-san? Por lo tanto, la única persona dispuesta a iniciar una conversación fui yo.
20 Arroz cubierto con carne de res en rodajas y verduras. 21 Arroz cubierto con cerdo y verduras.
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Incluso si estaba podrida hasta la médula, ella seguía teniendo la sangre de la Familia Tsutsukakushi corriendo por sus venas. No había nada que temer. —Perdone si soy grosero, ¿Pero puedo preguntar por su familia...? —¿Huh? Ella me miró con la cara de una loca. Olviden lo que dije; esta mujer realmente es aterradora. —Antes de preguntar por la vida de las demás personas, ¿Por qué no primero me dices tu nombre? —¡Es tal y como dice! ¡Soy Yokode–fueah! —La personita indiscreta a mi lado estrello mi cabeza contra el tatami. —Gracias por la comida, estaba deliciosa —Al mismo tiempo que hacia eso, Tsukiko-chan terminó de comerse todo el tazón sin dejar un solo grano de arroz. “—No podemos decirle nuestros nombres”; ella susurró a mi oído mientras se frotaba los muslos con el arma homicida. “—Todavía hay demasiadas cosas que no entendemos. Déjame esto a mí”.
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Sí, eso tiene sentido. Esta Casa Tsutsukakushi de hace diez años no mostraba signos de que alguien además de Tsukasa-san estuviera viviendo en ella. No hubo sonidos de la joven Tsukiko, ni de Tsukushi. Solo silencio puro. Esto es claramente diferente. Antes de hacer cualquier otra cosa, sería mejor dejar que la situación se desarrolle. Tsukiko-chan infló su pecho para mostrar lo confiable que era. —Mi nombre es Kikko Y. Azukiella. Este de aquí es mi hermano mayor Toyo T. Azukiella. Somos buenos amigos de la madre de Youto-kun... además, dije que somos hermanos, pero en realidad somos hermanastros. Por eso no nos parecemos el uno al otro y la ley tampoco se interpone en nuestro camino. ...esta chica podrá crear historias completas con ilustraciones y todo, pero su sentido de los nombres es totalmente horrible. Además, ¿Qué necesidad había de agregar esa información final? —Vinimos aquí con la esperanza de poder quedarnos en casa de Yokodera-san, pero como ella no está en casa hoy, para ser honesta estábamos un poco
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preocupados. Lamento que tuviéramos que confiar en su amabilidad y la de Yokodera-kun. —Puedes decirlo las veces que quieras. Esto no es más que una molestia total para mí —Tsukasa-san chasqueó la lengua —Ya terminé. ¿Aun tienes hambre, verdad? Necesitas desarrollarte. Más de la mitad de su comida todavía estaba en el tazón. Sin embargo, la empujó hacia Tsukiko-chan. —...muchísimas gracias. Nunca olvidaré esta deuda —Los ojos de Tsukiko-chan se iluminaron, y la devoradora de comida se preparó para su siguiente mundo. Observando las mejillas de la chica llenarse como las de una ardilla recolectando nueces, Tsukasasan se tronó el cuello. Al mismo tiempo, el joven a su lado levantó la mano. —¡Yo también~! ¡Yo también quiero una segunda porción! —Eres un mocoso insolente. No te creas especial. —Uf, lo siento... —Elige un helado más tarde. Tengo muchos, pero no te congeles el estómago, ¿Okay?
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—¡Hurra! ¡Gracias, tía Tsukasa! —Ya te dije que no soy tu tía. El joven abrió alegremente el plástico que cubría el helado. En realidad, no puedo sacar nada de su relación. La forma en que Tsukasa-san actúa y habla es como la de una verdadera yanqui, y esta casa encaja perfectamente con esa imagen, pero no puedo evitar sentir nostalgia en lugar de miedo. —¡Pero tengo que disculparme con Onii-chan y Onee-chan! —Dijo el niño con la cabeza baja mientras saboreaba su helado —¡Mis padres salen de casa muy a menudo! ¡Lamento que no pudieran verlos! —Sí es cierto. Si. —¿Tienen algún lugar para pasar la noche? ¡Si no es así, pueden quedarse aquí! —Me sentiría mal haciendo eso... —¡Está bien! ¡La tía Tsukasa siempre está sola! —¡¿Huuuuh?! —Tsukasa-san dejó escapar un grito bastante grave, como el de un erizo al que acababan de pisar —¿Crees que puedes hacer lo que quieras solo porque te mostré un poco de bondad? No sé
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quién te disciplino, ¡Pero claramente cometieron un gran error! —¡Lo siento! ¡Me equivoqué! —Tengo mis manos llenas contigo, mocoso, así que no hay forma de que pueda permitir que otros dos se unan a este lío. Entiende tu posición. —Está bien, me rindo. —...bien, porque tengo algunos asuntos que atender mañana. —¡Okey! ¡Dejaré de preguntar! —De nuevo, son asuntos muy importantes... —¡Ya veo! ¡Dejaré de preguntar! —Asuntos... —¡Comprendido! ¡No preguntaré más! —...tengo una habitación libre que pueden usar. —¡Hurra! ¡Gracias! ¡Te amo, tía Tsukasa! —¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así, mocoso de mierda?!
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—¡Lo escucharon! ¡Siéntanse como en casa, Oniichan, Onee-chan! ...sí, realmente son cercanos. Como si fueran verdaderos padre e hijo.
—Me retiro por hoy. Les dejo el resto a ustedes. Después de que terminamos nuestra modesta cena, Tsukasa-san se recostó de lado sobre las esteras de tatami. Debajo de la camisa arrugada que llevaba, pude ver la piel blanca como la nieve, así como el atractivo y erótico valle de sus pechos. Ella se veía como un salmón asesinado por un cocinero inexperto. Incapaz de contenerme, decidí sermonearla sobre usar ropa interior linda. Supongo que el espacio vital de una persona en realidad se asemeja muchísimo a su personalidad. Observándola bajo la luz de las linternas a nuestro alrededor, pude ver las miradas de las hermanas Tsutsukakushi aquí y allá en su rostro. La figura de sus ojos, que parpadeaban lánguidamente debido a su somnolencia, se parecían bastante a los de ellas. Además de eso, su estilo me recordó un poco al de Acero-san. Pero ni su ropa ni su cabello mostraban
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signos de haber recibido algún tipo de tratamiento. Honestamente hablando, me pareció un desperdicio. ¿Acero-san habría crecido así de no ser por su cariñosa hermanita? Solo pensar en eso me asusta. Al mismo tiempo, hace que Tsukiko-chan se vea más admirable que nunca. —¡Tía Tsukasa, cogerás un resfriado si duermes así! Y justo cuando pensé que había desaparecido del salón de banquetes, el joven yo regresó, arrastrando un manta detrás suyo. —¡Y un baño! ¡Tomemos uno y luego vayamos a la cama! —Estoy bien por hoy. Tomaré uno mañana. —¡No puedes hacer eso! ¡Al menos tienes que cambiarte! Tsukasa-san apartó la manta, pero el joven no se rindió y eventualmente logró cubrir sus huesudos hombros. Luego de eso, como si estuviera tratando de confortar a la mujer quejumbrosa, gentilmente coloco sus brazos dentro de la manta.
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...nada mal, niño de seis años. Seguramente crecerás para convertirte en un buen hombre. O puede que ya lo hayas conseguido en el futuro... lo siento, jovencito, pero tus esfuerzos son en vano. Si me disculpan, quiero ir a llorar a un rincón.
—¡Entonces, Onii-chan, Onee-chan, los guiaré a su habitación! ¡Deberíamos tener algo de ropa que puedan usar también! Salimos del salón de banquetes y recorrimos los pasillos empañados por la oscuridad. El niño nos guio con pasos cómodos y acostumbrados. Naturalmente, Tsutsukakushi y yo conocíamos esta casa también. Incluso ahora, era demasiado grande y demasiado vieja para el bien de los huéspedes. El piso crujía cada vez que dábamos un paso, las puertas corredizas dejaban entrar aún más oscuridad desde el exterior, los pasillos interminables daban a callejones sin salida... y todo esto, el joven lo ignoró felizmente mientras atravesaba las sombras dando saltitos como si estuviera en su elemento. —¡...saben, Tsukasa-san se veía verdaderamente feliz hoy! —Una vez que estuvimos a una buena
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distancia del salón de banquetes, el niño se detuvo y habló. —¿E~Ella, dices...? En realidad, yo lo percibí como que no podría estar de peor humor. —¡Sí! ¡Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que habló tanto! Por lo general solamente somos nosotros dos los que comemos aquí, y eso solo es en los días que vengo. La cara que hizo cuando vio comer a Onee-chan también fue muy amable. ¡Así que quería darles las gracias por quedarse aquí! —Con una sonrisa rebosante de energía, el joven agarró con fuerza las manos de Tsutsukakushi y luego las mías. Aunque sus manos eran tan pequeñas, tenían una calidez insustituible. —Así que son solo tú y ella los que viven aquí... ¿De verdad es así? —¡Um, por cierto! Como Tsutsukakushi aparentemente había escuchado algo que no le gustó, con algo de prisa cambié de tema.
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—Acabas de referirte a Tsukasa-san como ‘Tsukasa-san’, ¿Así la llamas normalmente? —¡Síp! —¿Entonces por qué agregas el ‘Tía’ cuando estas con ella? No pareciera que le guste. ¿Por qué no mejor llamarla ‘Onee-san’ o algo así? —¡Pero Tsukasa-san se ve feliz cada vez que lo hago! —Oh... ¿A ella le gustan ese tipo de cosas? —¡Tsukasa-san es un poquito rara! ¡Aunque creo que estaría aún más feliz si alguien la llamara de otra manera! —¿Qué la llamen cómo? —...mama Tsukasa —El joven bajó la voz y sonrió con desconsuelo. Como un caballero luchando solo, puso una cara valiente.
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—Tsukasa-san vive sola... en realidad, está sola todo el tiempo. Por eso tengo que trabajar aún más duro. —...entiendo esos sentimientos —Asintió con calma la chica que había pasado muchísimo tiempo viviendo sola en esta casa con su hermana mayor. Ese gesto, lleno de melancolía y acuerdo, cambió cuando se mordió el labio frente a su propia fortuna actual. Ella se sentía sola porque no poseía recuerdos de su familia. Y como se sentía sola, quiso sentarse a jugar a las cartas por siempre y para siempre en un día lluvioso. Su invitación de esa vez, que sonó como el maullido triste de un gatito abandonado, todavía se aferraba a mí más de lo que cualquier otro recuerdo lo haría. A pesar de que no debería mortificarme por una herida cubierta de costras... La pesada conversación que mantuvimos quedo enterrada en la oscuridad. —Algún día, esos sentimientos desaparecerán gracias a un héroe como tú, así que no te preocupes — Sin expresión todavía, Tsutsukakushi frotó amablemente la cabeza del niño. Una y otra vez, como para crear un puente feliz entre el yo pasado y el yo futuro.
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—Ajaja, de verdad te gusta darme palmaditas en la cabeza, Onee-chan. —Eso no es cierto. Recibir un trato como el tuyo por parte de los mayores es un derecho especial de los jóvenes. —Entonces, ¿Quién quieres que te dé una palmadita en la cabeza, Onee-chan? —...hmm, ¿Quién sabe? —Tsutsukakushi me miró y luego rápidamente desvió la mirada de nuevo. Oh, ¿Es esta una de esas miradas ‘llenas de deseo’ de las que tanto he oído hablar? Por otra parte, si me equivoco, probablemente me muerdan en represalia. Aun mantengo fresca en mi mente la escena con la dakimakura. Sin embargo, con mucho gusto agregaré estos datos a mi disco duro mental. —Suficiente sobre mí. Tú eres el que está recibiendo palmaditas en la cabeza en este momento, Youto-kun. —Uuu... —Incapaz de apartar a Tsutsukakushi, enfurruñado, el joven yo bajó la cabeza. Incluso pude
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ver como las curvas de sus ojos se estaban tornando ligeramente rojas. A lo que súbitamente, se levantó de un salto y me agarró del brazo derecho. —¡Préstame tu mano, Onii-chan! —Tiró de mi brazo y puso mi mano sobre la cabeza de Tsutsukakushi. —¡Ahora Onee-chan está recibiendo su parte de Onii-chan22!.............. e~en realidad solo fue una broma... —.......... —.......... —.......... —...um, lo siento. No fue mi intención... A pesar de que él fue quien lo inició, el joven comenzó a sonrojarse furiosamente y se giró hacia mí con la cabeza cabizbaja. Si lo dejábamos solo, probablemente moriría. Por lo tanto, decidí seguirle el juego e intenté frotar la cabeza de Tsutsukakushi con mi mano. Dependiendo de cómo vaya esto, podría ser yo quien muera.
22 Krienled-san: Por el amor de dios ¡¡COMO AMO A ESTE NIÑO!!
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Con solo pasar suavemente mi mano por su cabello negro, que era delicado como si lo hubieran rociado con agua, mis dedos quedaron envueltos en su dulce aroma. ¿Saben qué?, incluso si muriera definitivamente podría irme satisfecho.
ahora,
—.......... Tsutsukakushi no intentó morderme. En todo caso, su cuerpo solo temblaba suavemente, y continuó frotando la cabeza del niño sin mostrar ninguna reacción que diera a entender si lo estaba disfrutando o no; a la vez que yo acariciaba su cabeza; a la vez que el niño me agarraba del codo con dedos temblorosos. —.......... —.......... —.......... Nadie dijo nada y un misterioso silencio cayó sobre todo. ...en cierto sentido, gracias a que le dieron unas palmaditas en la cabeza a mi yo de seis años, ahora le estoy dando a Tsukiko-chan unas palmadas en la cabeza. Si piensas en esto como una paradoja de tiempo,
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¡Entonces Tsukiko-chan me está dando palmaditas en la cabeza a la vez que yo le estoy dando palmadas en la cabeza! ¡Gaaah, ahora habrá dos Tsukiko-chan! ¡¡Se va a multiplicar!! ...por supuesto que nada de ese tipo sucedió en realidad. —¡Está bien! Como ya hemos terminado aquí, ¡También podríamos hacer otra Tsukiko-chan! ¡Un plan familiar delicioso! —.................... Traté de abrazar a Tsutsukakushi por los hombros para llevarla a la cama, pero ella respondió con silencio, tirando de mi oreja casi lo suficiente como para arrancarla.
La luna es hermosa esta noche. La deslumbrante luz de la luna se reflejaba en la superficie del estanque en el patio. Aquí hay dos lunas llenas; la que se alza sobre el cielo despejado y la que reposa sobre el estanque. ¿Pero cuál es la real? ¿O acaso las dos lo son? ¿De ser así, no
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habría otro Yokodera-kun viviendo en ese mundo espejo, mirando la luna desde su lado al igual que yo? —...qué pensamiento más extraño —Me reí para mí mismo. Después de bañarme, di un paseo por el patio y tiré del cuello de la camiseta que llevaba. Antes, o más bien diez años después de esto— estaré usando esta misma camiseta. Era sencilla y sin olor. El área alrededor de la cintura me quedaba holgada. El joven me entrego esto por mera coincidencia, pero parece que he estado extrañamente relacionado con esta camiseta. Realmente estoy empezando a apreciar al padre de Tsutsukakushi, aunque nunca lo he conocido. Sin embargo, me encantaría conocerlo; estaba pensando eso cuando de repente vi una extraña criatura sentada en el corredor— Era la silueta de una rata gigante. —¡¿Woah?! ¿Fue un invitado de Disneylandia, o era el ataque de los monstruos Pikachu?
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Me había preparado para interceptar cualquier ataque, pero el campeón del mundo de los roedores no se movió ni un centímetro. De hecho, estaba ocupado leyendo una revista hecha para humanos, por extraño que parezca. Cuando miré más de cerca, resultó ser Tsukasa-san. Y no, no estoy siendo sarcástico en el sentido de que la madre de Tsukiko-chan se veía como una ratona o una rata de alcantarilla. Realmente era una rata gigante. Llevaba un disfraz. Parecía el tipo de disfraz que a las chicas de secundaria les agradaría. Tenía una capucha adjunta y lo cubría todo, desde la cabeza hasta los pies. Incluso la cola pequeña y delgada cerca de su trasero estaba temblando. Para enfatizar lo surrealista de la escena frente a mí, había una Onee-san que estimo tenía alrededor de 24 años, vestida con un disfraz de rata mientras leía una revista de moda para niños pequeños. Cuando me acerqué lentamente a ella, el sonido de mis pasos crujiendo la grava hizo que Tsukasa-san levantara la cabeza con un “—¿Hm?”, y me saludó con otra chupeta en la mano. —Um... ¿No se suponía que tenías que descansar?
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—Cuando me puse mi ropa para dormir, terminé despierta de nuevo, así que no me hagas caso. —Ahh, entonces eso es un pijama después de todo. Hm... —¿Si? No tengo muchos pares de ropa. ¿Tienes algún problema con eso? —¡Por supuesto no! ¡Se ve muy linda! —¿...linda? No lo entiendo —Tsukasa-san se encogió de hombros y volvió a bajar la mirada a la revista. Me quedé quieto en el patio, intentando trazar un plan sobre cómo podría hacer más ratas con la mama ratona, cuando el caramelo dentro de su boca comenzó a temblar. —...no me mires así. —¿Por qué? Creo que se ve linda. —...mierda, no debí haberme cambiado hoy. A pesar de que no la había molestado por su ropa, Tsukasa-san enterró su rostro dentro de la revista de moda, dejando escapar un gemido.
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Si la llamas linda, comenzará a sonrojarse de inmediato. ¿Una Onee-san de 24 años con una debilidad por los halagos? ¡Qué extraña cualidad! ¡¡Por alguna razón me hace pensar en el matrimonio!! —¿Por qué estás leyendo una revista de moda infantil? ¿Estás buscando nuevos disfraces? Personalmente, creo que un disfraz de gato sería bastante bueno. ¡Iría acorde con tus genes! —¿Qué quieres decir con eso? Además, deja de hablar del maldito disfraz. —¡Está bien! ¡Definitivamente te queda lindo! ¡Eres una Onee-san, pero te hace parecer una chica de secundaria! —En serio, deja de hacer eso ya... —Se cubrió la cabeza con la capucha marrón y no se movió ni un centímetro. Esta ratona realmente se pone nerviosa fácilmente. Puede actuar fuerte como un erizo, pero es débil para ser provocada. Espera, ¿Eso no significaría que solo actúa fuerte? Estoy confundido por mi propia línea de pensamiento. Decidí probar mi teoría.
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—No lo dije para que te sientas apenada. Es solo que tiendo a decir lo que sea que pienso. —Como si me importara. Solo vete a casa ya. Estoy cansada. —¡Por favor, charla conmigo un poco más! ¡Platiquemos de hacia dónde se dirige el futuro de la industria indumentaria dirigida a las mujeres menores de veinte! —¿Y por qué le pusiste un límite de edad? Ahora ni siquiera puedo participar. —¡Por supuesto que sí! ¡Eres tan bella que dejas babeando a las mocosas de veinte23! —...hey, ya cállate de una vez. ¿Estás buscando pelea conmigo? ¿La estas buscando, verdad? —Volviendo al tema, realmente me gusta la idea de agregar un sistema que estimule a la persona dentro del disfraz cuando tocas la cola. —No vuelvas al tema–en realidad, ese ni siquiera era el tema del que estábamos hablando. ¿Qué planeas aquí? Y deja de mirarme de forma extraña… — La ratona escondió su cola mientras hablaba. 23 Domen: ¡Este tipo es mi héroe! ¡No sólo a las hijas sí no que también a la Mamá!
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Síp, honestamente me dan ganas de embestirla contra el suelo. En comparación a cuando está con el niño, es mucho más fácil de manejar. Ella responde con sinceridad, buena entonación, y lo más importante, sus ojos no dan miedo de ninguna manera. Si hubiera sido así desde el principio, mi ‘Medidor de Intimidad’ se habría llenado casi al instante ¡Tal vez hasta me hubiera esforzado más en describir sus pechos! —Um... por qué estás tratando de intimidar a ese joven...... ¿Y~Yokodera-kun...? más de lo necesario —Agité mi mano frente a la ratona gigante. Sus ojos finalmente me miraron. —Tengo que hacerlo. El que yo les caiga bien a esos mocosos... eso no traerá nada bueno. Especialmente con este mocoso de mierda. —¿Pero no es un buen niño? Me encantaría seguir criándolo para siempre en un bucle sin fin. —¿Por qué harías algo tan cruel con ese niño...?
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—Además, ¿No lo estas mimando demasiado, Tsukasa-san? —Hmph... —Dejó escapar un suspiro parecido al de cierta persona con rostro de acero, solo para volver a superponer su facha severa debajo de la capucha —¿Qué te hace pensar eso? —¡Cualquiera podría verlo! Ustedes son completamente cercanos, y él mismo probablemente sea consciente de ello. —...cállate —Tsukasa-san jugó con su cabello, enterrando su cara nuevamente dentro del disfraz. Ella de verdad se veía como un erizo cavando su madriguera para refugiarse en su interior. —Es por su bien. Él tiene sus propios problemas, así que debo cuidarlo. Sin embargo, sería malo si le diera una idea equivocada, ¿No es así? Esto parece extrañamente similar a lo que dijo el joven. —¿Y entonces como llamarías a su relación...? ¿Ni una cosa ni la otra? ¿Obtienes lo que pides? —¿Qué tipo de relación es esa...?
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—¡Ah, dar y recibir! —De verdad que no puedo seguir tu hilo de pensamiento. —Estoy tratando de decir que solo tienes que ser honesta. Entonces ambos serán felices. —Te sigo diciendo que es imposible. —¿Cómo es imposible? —¿Estarías feliz siendo criado por alguien que arruino una familia? —Hablaba como si hubiera comentado el tiempo. —...n~no creo que eso sea cierto. ¿Me estás diciendo que tú, la madre de Tsukikochan, arruinaste a la familia? Apenas logré evitar preguntarlo. No podía cruzar esa línea, sin importa qué. —...está bien. —¿Huh?
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—No tienes que ser considerado. Ya debiste de haber imaginado que esta casa era demasiado grande para que solo viviera una persona dentro. —B~Bueno, pensé que quien sea que la mantuviera limpia debe tener bastantes problemas con ella... —En el pasado, había muchas más personas que vivían aquí. Hasta mis propias hijas. Dos de ellas. Eran bastante pegajosas conmigo antes de que la familia se convirtiera en un desastre. En serio, son lindas —Ella arrojo la revista a un lado y soltó una leve risita. La revista aterrizó en una esquina del corredor. El nombre, ‘Petit Moon’, se podía leer con claridad. Era una revista de moda para niños pequeños, y había fotografías de niños sonrientes en la portada. En el centro de la misma estaba una niña de cabello negro bastante similar a alguien que yo conocía. Cuando vi eso, perdí mi compostura. —...no arrojes palabras como ‘arruinar’ y ‘desastre’ tan a la ligera. —¿Huh?
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—Estoy seguro de que tus hijas todavía te quieren, incluso ahora —Las palabras con las que debería haber tenido cuidado ahora salían a borbotones de mi garganta —No destruiste nada. Incluso en cinco; diez años, no destruiste nada. Seguirán viviendo, sin importar cuán solas, heridas o tristes estén. Y vivirán con los recuerdos de su familia. —Lo dices como si realmente lo hubieras visto. —¡Eso es porque yo lo he visto! —Cuando vi los ojos de Tsukasa-san abrirse de par en par, me di cuenta de que prácticamente le acababa de gritar. Me acordé del tifón que nos había asaltado dentro de la Casa Tsutsukakushi durante las vacaciones de verano. De todas las personas en el mundo, ella no debería estar diciendo eso. No sabe cómo se sienten sus hijas por ella y, especialmente, no debería hablar de ellas en tiempo pasado como si ya no la quisieran. —¿Lo viste? ¿Qué quieres decir con eso? —Yo umm... jaja... —..........
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Un breve silencio reinó entre nosotros, como si estuviera adivinando mis intenciones. —¿Eres un rarito, huh? La mujer que vivió hace diez años en el pasado dejó escapar un suspiro, y negó pausadamente con la cabeza. Fue un suspiro largo– terriblemente largo. —...lo siento. Pero, por favor, dígame por qué ya no vive con sus hijas —Pregunte yo. —...sabes, no es nada interesante... Ya ni siquiera dijo que me callara. —Hace cuatro años, mi esposo regresó con su familia en Italia debido al trabajo. Tuvimos nuestro propio problema con la herencia aquí, así que me quedé sola —Hablaba con prisa, como si estuviera tratando de sacar las palabras de su boca lo más rápido posible. Casi como para borrar ese largo suspiro de hace un momento. —¿Conoces un documento antiguo llamado ‘Musashi Fudoki’? Probablemente no, pero en realidad somos una familia con raíces antiguas. Una vez que terminas siendo una familia distinguida como la
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nuestra, obtienes algunas riquezas, parcelas de tierra, un par de parientes molestos y algo de folclore heredado. —¿...folclore heredado? —Un gato. De todas formas, esa parte no interesa. Lo importante es que se fueron a Italia. Problemas aquí, problemas allá, y en eso pasamos dos años. Luego murió mi esposo y pensé que finalmente podría recuperar a mis hijas, pero ya sabes. Esa gran inundación ocurrió. Los abuelos de parte de mi esposo se pusieron difíciles al igual que la lucha por la custodia. Y ese es el final de la historia. ¿Terrible, verdad? —.......... —Anda, ríete. Yo también me río. La burla de Tsukasa-san me recordó a la primera vez que nos conocimos. Su comportamiento contenía un distanciamiento brusco, lo que dificultaba acercarse a ella. De nuevo, me halle imaginándola como un erizo. Se enrolló, mostrando sus agujas y púas para protegerse. ¿Pero ese es realmente el final? ¿No hay algo que debería permitirle recuperar a sus hijas? Cueste lo que cueste: postrarse, recuperarlas por la
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fuerza. A Tsukiko-chan realmente le encantan esas películas de Hollywood con temática de rescate. No hay forma de que ya sea demasiado tarde— —Es demasiado tarde... —Tsukasa-san puso sus manos detrás de ella, y se apoyó para mirar al cielo. Con solo una redonda y brillante luna, la noche aún estaba despejada. Solo un cielo otoñal inalcanzable, como un mundo de espejos reflejado en el agua. —Y~Y... ¿Y si yo fuera alguien de otro mundo...! —¿Huh? —¿Y si le dijera que puedo reunirla con sus hijas de nuevo? —Te respondería que no estoy de humor para bromas. —¡No es una broma! ¡Estoy hablando en serio aquí! —Bueno... si lejos de aquí existiera un mundo diferente, entonces me gustaría ir allí. Y luego, esta vez, yo...
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SPLASH* Un sonido resonó desde el estanque en el interior del jardín, como si un pez hubiera saltado del agua. Fue un sonido frio, como el de un cuchillo cortando la conexión entre la realidad y un sueño, y poco después le siguió una voz ronca... —Ahh... me siento como una idiota. ¿Qué estoy pensando...? — Con un suspiro, Tsukasa-san se recostó de lado sobre el corredor. Debe ser su forma de decir que esta conversación había terminado. La brisa que paso junto a nosotros debió haber estado soplando sobre ella, pero siendo insuficiente para molestarla, simplemente cerró sus párpados. Este es un mundo muerto. No tenemos forma de cambiar el mundo. Todo lo que podemos hacer es sufrir a través de la realidad del pasado, viendo cómo se desarrolla frente a nosotros. Las páginas de la revista lejana revoloteaban con el viento, reflejando a los niños a la luz de la luna, como si pertenecieran a un mundo diferente...
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La temperatura se enfrió rápidamente. En momentos como estos, todo se trata de la facilidad con la que uno puede conciliar el sueño. Si sueñas con chicas lindas, tu estado de ánimo se recuperará. ¡Más aún si empiezan a desnudarse! Cuando llegué al cuarto que nos habían dado a los dos para pasar la noche, vi al niño con un palo en la mano. Se veía como uno que utilizarías para las artes marciales. Estaba parado frente a la puerta corrediza como un guardián. —¿Qué estás haciendo? ¿Entrenamiento? —¡Ah, Onii-chan! ¡Onee-chan me ha dado un rol importante! ¡Así que estoy haciendo mi mejor esfuerzo! No tengo ni idea de lo que está hablando. ¿Algún tipo de juego de roles? ¿Acaso fui fanático de la actuación? Sin duda se ve bastante feliz por hacerle los encargos a una Onee-chan mayor... qué diablos, estas cosas todavía me suceden incluso ahora. Es más, esa alegría no tardará mucho en volverse una recompensa. Hasta lograre despertar las inocentes llanuras de una jovencita. Tsukiko-oneesan es una mujer bastante pecadora.
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Volví a mirar al joven. En este mundo muerto del pasado, solo ese niño parecía estar vivo. Tan solo estar cerca de él envolvía mi cuerpo en una calidez esperanzadora. Ese calor hizo que me agradara su presencia. —¿Dónde vas a dormir? Si quieres, puedes pasar la noche con nosotros. —¿Eh? ¿P~Pero está bien? ¿No voy a molestarlos a los dos...? —¿De qué estás hablando? Sería como una pareja de jóvenes recién casados con su hijo, ¡Nada me haría más feliz! —¿Y~Yay? ¡Gracias! ¡Nunca antes me había dormido con amigos! A pesar de que era una invitación sin importancia, el niño dio saltitos de alegría, sonriendo de oreja a oreja. Es demasiado puro. Esto es malo. Siento que despertaré en él una emoción que nunca debería ver la luz del día. Tengo que esconderlo en mi futon pronto y desterrar todos los pensamientos impuros de su mente. —Entonces, vayamos a la cama ahora. ¡Ambos somos chicos! ¡No hay nada indecente en eso!
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—¡E~Espera, Onii-chan! ¡Ahora mismo no es un buen—! —No tienes que reprimirte. ¡Está bien! No hay nada de lo qué tener miedo. —¡Tú eres el que da miedo, Onii-chan! ¡Además, realmente no puedes entrar porque Onee-chan est—! Atravesé la inexistente barrera del niño avergonzado y abrí la puerta. En el momento en que lo hice, una hermosa nube blanca me saludó. Difícilmente cubría las fresas silvestres. O para decirlo en términos menos líricos, Tsutsukakushi estaba completamente desnuda. Ahora estaba en medio de quitarse las bragas con diseño de fresa. Debajo de ella, en el suelo, había una montaña de ropa interior. Se paró frente a un gran espejo, que tenía un ángulo tal que básicamente podía ver todo. Si tuviera que adivinar, probablemente estaba eligiendo algo de la ropa interior de Tsukasa-san para usar debajo de su pijama. Era como si estuviera organizando un concurso de moda ella sola. Alrededor de un tobillo, flotando en el aire, sostenía las bragas, mientras que el otro pie estaba en el suelo. En esa posición desequilibrada, la permanente ganadora del derbi al cuerpo desnudo se quedó inmóvil como un flamenco. Debajo de la luz tenue, las tenues protuberancias rojas creaban un contraste maravilloso, y las puntas de color fresa en la parte superior de estas
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protuberancias enfatizaban cuán blanco era realmente su cuerpo. Siempre pensé que Tsutsukakushi estaba demasiado indefensa. Al mismo tiempo, ¿Por qué siento que ya he visto esto demasiadas veces?
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—¡O~Onii-chan! ¿E~Está todo bien...? —¡Estoy bien! —¡¿Hyau?! El joven asomó su rostro por detrás de mi espalda, así que rápidamente cubrí sus ojos. Lo empujé fuera de la habitación, cerré la puerta y respiré hondo. Ahora solo estábamos Tsutsukakushi y yo. —¡Uf! Eso estuvo cerca. —........................senpai —Tsutsukakushi abrió lentamente la boca —Solo para referencia posterior, ¿Por qué te ves tan aliviado? —¡El niño protegerá la puerta desde afuera y yo la protegeré desde adentro! ¡Los dos somos un muro impenetrable! ¡Ahora nadie podrá pasar por aquí! —Ya veo......... —¡Ahora adelante y termina de cambiarte, Tsukiko-chan! —¿Es así?
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Mire a la chica a los ojos. Ella me miró intensamente, e incluso llegue a pensar “—¿Qué pensara Yokodera-kun?”, como si fuera el problema de otra persona. Si es posible, me gustaría que me dieran una excusa aquí. Yo mismo estoy igual de confundido y sobresaltado. No esperaba que la búsqueda de fresas del año comenzara en un lugar así. Al mismo tiempo, el ángulo desde el que podía ver el cuerpo de Tsutsukakushi hacía que se viera más hermoso que cualquier obra de arte que hubiera visto antes, y no tenía sentimientos ilícitos en absoluto. Incluso más que eso, sin embargo, estaba fascinado. —...parece que encargar a alguien que vigile la puerta no fue suficiente —Una voz tranquila–casi demasiado tranquila, llegó a mis oídos. Y como si fuera el acto más natural del mundo, Tsutsukakushi se agachó lentamente. —Asumiré la responsabilidad de esto. El joven Youto-kun no tiene ninguna la culpa. En lo más mínimo. Tampoco tú, senpai. Nadie tiene la culpa aquí. —¡Esa es Tsukiko-chan! ¡¡Tan amable!! ¡Soy inocente! —Odia al pervertido, no a la persona. Perdona sus pecados, pero nunca perdones al pervertido. Nunca perdones al pervertido—
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—¿Tsukiko-chan...? —Ahora dictaré el juicio —La chica completamente desnuda se sentó encima del tatami. Se estiró y, mientras mostraba su piel blanca, alcanzó el palo que acababa de dejar caer el joven yo. Erigió el martillo del castigo divino tan alto que atravesó el techo y los cielos, pareciendo la hija de Yama-sama, la que juzga a los muertos. No recuerdo lo qué pasó después.
Cuando volví a mis sentidos, ya estaba recostado dentro de mi futon. Dentro de la habitación a oscuras, encima de las sábanas, como un tronco. —Extraño. Lo último que recuerdo es que fui obligado a pasar por un adiestramiento infernal mientras era linchado por un demonio. —¿Quizás tuviste una pesadilla?
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Escuché una voz indiferente que venía de otro rincón de la habitación. Eso tiene sentido. Ningún ser humano podría sobrevivir a un castigo tan severo. El joven no estaba por ningún lado. Lo más probable es que me haya abandonado al ver como la Onee-san era poseída por un demonio. Lo que significa... que solo somos nosotros dos... —.......... —.......... Siguió un largo silencio. —......solo para estar segura —Tsutsukakushi fue la primera en hablar —El hecho de que estemos solos juntos en una habitación por la noche no significa que puedas agredirme en aproximadamente una hora cuando definitivamente no estaré dormida. Me enojaré mucho, ¿Okay? —¡¿Por qué estás especificando la hora así?! —Dije que me enojaré, ¿Okay? —La voz de Tsutsukakushi sonaba lejana. Probablemente estaba lo más lejos posible de mí, usando el futon como mecanismo de defensa.
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—¡Y~Yo no te agrediría! ¡Jamás! —¿En serio? —¡En serio! ¡Sin importar lo que pase, juro por los cielos que nunca te pondría ni un solo dedo encima! Después de todo, del infierno no se escapa dos veces. —¿Es así...? —Tsutsukakushi murmuró algo. Sonaba como si se hubiera enrollado dentro de su futon. Suspiró para sí misma, pero no se puede hacer nada al respecto ya que su madre está durmiendo bajo el mismo techo, y este tampoco es el momento de apresurar las cosas. ...su madre, ¿Huh? Cerré los ojos y traté de olvidar la conversación que acababa de tener con ella. No podía decirle a Tsutsukakushi que su madre se había rendido. Afuera soplaba el viento de finales de otoño. Escuché crujidos desde el techo, como si un animal
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pequeño corriera por él. Por un tiempo, obligué a mis oídos a escuchar los sonidos de la noche. —...esta casa es demasiado grande como para que alguien viva aquí sola —Justo cuando pensé que escuche ronquidos desde su dirección, ella habló — Creo que mi madre está haciendo todo lo posible por aguantarlo... aunque no me gusta que lo haga. ¿Por qué no estamos aquí con ella? —Ese es... —La realidad es fácil de adivinar con solo dar un vistazo a esta desastrosa casa. Mi madre vive aquí sola, sin nadie más que la acompañe. Senpai y yo no tenemos ninguna conexión en el pasado. La verdad es que no tenía ningún derecho a considerarme especial. Eso es lo único que entendí de todo esto. ...no puedo negar eso. Los recuerdos de Acerosan estaban equivocados. Los recuerdos correctos eran los de sus abuelos. En este momento, las hermanas Tsutsukakushi estaban lejos de su familia. No había ningún punto que nos conectara a Tsukiko-chan y a mí. —P~Pero incluso si no tienes derecho a ello, eso no está relacionado con nada...
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—Eso puede ser cierto, pero también puede que no lo sea. Pienso con mi propia lógica, mientras que Senpai piensa con la suya. No hay garantía de que lleguemos a un acuerdo. —Tsutsukakushi... —Mi madre era completamente diferente a quien yo pensaba que sería. Mi hermana nunca me dijo nada de esto. Si tan solo nunca hubiera querido confirmar el pasado... —El final de la oración se desvaneció, y se intercambió con un suspiro y un abrupto cierre. Tsutsukakushi no habló más. El silencio llenó de nuevo la habitación. Por un segundo, pensé que tal vez ya no había ninguna razón para permanecer en este mundo. Todo lo que teníamos que confirmar se había hecho. Incluso las cosas que no queríamos saber, las descubrimos. Si decía “— Vámonos a casa”, entonces Tsukiko-chan podría cancelar su deseo. Pero ahora mismo… Agarré el cuello suelto de mi camiseta y le recé a la persona que había vivido antes en esta casa.
—Por favor, dame fuerzas. Fuerza para
otorgarle a Tsukiko-chan la felicidad que se merece.
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Estoy seguro de que el tiempo y la paciencia serán un factor determinante en estos momentos. Para profundizar en este pasado, hace diez años; para encontrar algo crucial, aún faltaba que hagamos nuestros preparativos y los preparativos de la Casa Tsutsukakushi. Creí que una vez que llegara el mañana, seguramente podríamos resolver esto de una forma satisfactoria. No tenía ninguna base para ello. Y por supuesto, ese fue un error fatal.
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Capítulo 4 ¿Hay algo dentro del corazón de Yokodera-kun...? Nuestro desayuno de la mañana siguiente consistió en pan dulce comprado de una tienda. Tres panes para tres personas. —Digo, sigue siendo bueno, pero... —Las mejillas de la conocedora de comida Tsukiko-chan estaban llenas hasta el tope. Aparentemente, ella había querido preparar una deliciosa comida casera para que el niño creciera grande y fuerte, pero para sorpresa de nadie, los ingredientes necesarios no estaban disponibles en la casa. Y lo que es más; ni siquiera pude encontrar un refrigerador. Parece que a la morroñosa ama de casa le tomará un tiempo satisfacer sus necesidades con la cocina... —Ma... Tsukasa-san, ¿Ella todavía no se ha levantado? —Su alarma sonó, pero hasta cuando sacudí su cola, tiré de sus orejas y le arranqué la piel, nada funcionó. Ella simplemente la apagó y se dio la vuelta. —Um, estoy hablando de un ser humano...
—¿Eh? Aunque también estaba hablando de Tsukasa-san. Tsutsukakushi y yo nos sentamos en el corredor, con el niño entre los dos. Debido a la ropa holgada que llevaba, ella se veía mucho más joven de lo que en realidad era. Probablemente fue una blusa que le había pedido prestada a Tsukasa-san. Tanto el dobladillo como las mangas no habían sido planchadas en un buen tiempo, y le quedaba tan grande que incluso el cuello de la camisa se resbalaba por sus hombros, pero lo que más llamó mi atención fue el encantador moño en el área del pecho. —Onii-chan, ¿Tu y Tsukasa-san estuvieron hablando hasta altas horas de la noche? —El joven me miró. —¿...estuvo mal? —Bueno... ¡De todos modos dudo que Tsukasasan sea capaz de levantarse temprano! —¡¿Esa mujer está bien?! —Por lo general se levanta al amanecer, pero no se puede evitar. A veces simplemente no puede dormir —Dijo el niño rebosante de energía mientras esbozaba una sonrisa confusa.
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Lo entenderás cuando crezcas. Algún día te toparas con una o dos chicas que no te dejarán dormir hasta la mañana. Sin embargo, la presencia de Tsukasa-san no hizo mucho para ofuscar el silencio sepulcral que cayó sobre el salón de banquetes. Me sentí como si estuviera atestiguando una tumba. Nuestro único consuelo fueron los leves estornudos de la somnolienta que interpretamos como señales de vida. —Lo que me recuerda, ¿No dijo ella que tenía un asunto importante que atender hoy? —Cuando mencione aquello, el joven se incorporó de un salto. —¡Ah! ¡Es el día en que siempre medimos mi estatura! —¿Tu qué? —¡Aquí~! ¡Aquí~! ¡Aquí es donde ella mide mi estatura todos los meses! —Apoyó la espalda contra el anexo del corredor, hinchando el pecho. Un poco más abajo que la parte superior de su cabeza había una serie de muescas talladas en la madera, y las líneas se veían más recientes cuanto más alto subían.
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—¿De verdad era este el asunto importante del que hablaba? —¡Medir mi estatura es muy importante! ¡Más importante que las tres porciones del desayuno! —No entiendo bien la comparación. Parece que Tsukasa-san no es la que más come. —¡Es más importante que las tres porciones de merienda por la tarde! ¡Tsukasa-san realmente ama los bocadillos! Me hace comprar dulces para niños en el supermercado más cercano, ¡Y siempre pone algunos de los míos en su propia bolsa! ¡Eso es lo mucho que le gustan! —¡Lo único que entendí de eso es que ella es una glotona! —¡De todos modos, es muy importante! — Curiosamente, el niño parecía estar un poco enojado conmigo —Tsukasa-san dijo que va a medir mi altura. ¡Incluso cuando sea grande, no lo olvidaré! —El niño pasó el dedo por las tallas del pilar, como si conectara todos los recuerdos que había creado junto a ellos. De repente sentí que mi pecho se contraía y agarré mi camiseta. —¿...senpai? ¿Te pasa algo?
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—No es nada... Tsutsukakushi se acurrucó contra mí con un tono preocupado en su voz, pero la negué con una sonrisa. Definitivamente estuve aquí. La prueba de mi pasado está justo frente a mí, tallada en este pilar. Con solo imaginar eso, mi pecho ardió con un calor agradable y me sentí feliz. Pero al mismo tiempo—
—Hay marcas allí donde mi madre medía mi altura y las tallaba en la madera. La imagen de ella frotando suavemente mi cabeza mientras me felicitaba por lo mucho que crecí, todavía la recuerdo como si hubiera sucedido ayer. Sin esta casa, no podría existir.
Una voz de diez años en el futuro me vino a la mente de repente. ¿Acero-san, donde diablos estas?
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Fue entonces cuando escuchamos la bocina de un auto. Más allá del salón de banquetes, un automóvil se había detenido frente a la mansión. Casi se sentía como si estuvieran usando la bocina como un timbre. La tocaron dos vece–no, tres veces. Rompió por completo el silencio dentro de la casa. —¿Qué pasa ahora...? Se abrió la puerta corrediza de la segunda sección del salón de banquetes. Una Tsukasa-san, pálida hasta los huesos, se impulsó a trompicones hacia el corredor. Ya no llevaba el disfraz. —Me quedé dormida... —¡Está bien! ¡Yo nunca me escaparía! —Te agradecería si lo hicieras... pero eso no es lo importante ahora. Se suponía que me reuniría con ellas hoy...
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—¡¿Tienes invitados, tía Tsukasa?! ¡Qué raro! ¡Vamos a saludarlos, Onii-chan! El niño tiro de mi brazo con demasiada fuerza. Dejé a Tsukasa-san al cuidado de Tsutsukakushi, y acompañé al joven yo para afuera.
Un taxi se había detenido a unos metros de la entrada. Para cuando salimos a recibir a los invitados, la puerta trasera se abrió y solo una persona salió: una niña. Llevaba el pelo recogido en una coleta corta y vestía un suéter con una minifalda. A juzgar por su estatura, debería haber tenido alrededor de la misma edad que el joven Yokodera. La única diferencia entre estos dos era la atmósfera dirigente que emitía la niña. Sus ojos se sentían como lanzas mordaces apuntando a mi garganta, y casi que pude alucinar como el aire a su alrededor formaba una armadura de hierro. En composición, todo eso formaba una mirada altanera; como la de un verdadero rey. —...si hubieran salido un poco más tarde, le habría dicho al conductor que nos largáramos. ¿Qué está haciendo la propietaria de esta casa? —Habló con un tono que a lo mejor había estado practicando durante un tiempo.
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Naturalmente, conocía a esta niña. Esa mirada, la forma en que habla; ¡Ni siquiera diez años fueron suficientes para magullar su personalidad! —Tsukushi Tsutsukakushi... En respuesta a que inconscientemente susurrara su nombre, el mini Rey pareció sobresaltarse un poco. —¿Tsutsukakushi? Onii-chan, ¿Ella no será...? —Sí. Creo que es la hija de Tsukasa-san... —...no puede... El niño se frotó los ojos como si hubiera presenciado algo que no debería existir. —No había oído que ella contratara a un nuevo sirviente. ¿Quién eres tú? —Preguntó el mini rey. El joven levantó la cara para mirarla. —Y~Yo soy Youto, y este Onii-chan es... ha... ¡Toyo T. Azukiella! —¿Oh? Qué nombre tan fascinante. ¿De dónde sos exactamente?
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—¡Sí, también me he estado preguntando eso, Onii-chan! —Q~Que te digo... um... ya sabes... ¿Narnia? —Qué mentira más tonta, imbécil. El mini rey me regañó duramente. —¡¿Huh?! ¡Pero si es Narnia! ¡¡La Narnia que tanto amas...!! Ah, probablemente aún no hayas oído hablar de él. —No me subestimes. Aunque nunca respaldaré los gustos de un plebeyo como tú, al menos puedo distinguir la fantasía de la realidad. —¡Tú sabes de lo que hablo! ¡Si entras al ropero, te teletransportan a un mundo con un león! ¡¡TU ADORAS ESE LIBRO!! ¡¿Entonces qué hay de la ballena espacial?! ¡Pertenezco a las fuerzas de defensa mundiales y atravesé el cielo rosado para proteger tu mundo! ¡Démonos la mano...! —¿...cuánto tiempo vas a continuar con tu terrible intento de burla? —U~Um... ¿En serio no te gustan ese tipo de cosas?
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—Qué valiente de tu parte al tratarme como a una tonta. Tus historias son tan bobas que ni siquiera podrían engañar a un niño pequeño. —...pero esto funcionara diez años en el futuro... —¿De qué estás hablando? Se ha decidido que yo me convertiré en la Mesías que guiara este imprudente mundo. Una pérdida de mi tiempo resulta en una pérdida de tiempo para todas las cosas, y la pérdida de mis pensamientos es la pérdida de la naturaleza misma. No tengo el tiempo para gastarlo en tus estúpidas tonterías —El pequeño rey se cruzó de brazos y habló con tono altivo. Y para ser honesto, ¡No tengo ni la menor idea de lo que está hablando! —U~Um... ¿Quieres decir que quieres convertirte en la Mesías del atletismo o algo así? ¿En el sentido físico? —Tonto. Estudio y búsqueda del conocimiento. Eso es todo lo que me importa. Obtener conocimiento en todos los campos científicos es el verdadero secreto para gobernar el mundo, ¿No estás de acuerdo? —¡¿V~Vas a estudiar?!
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—Aunque no estemos hablando de una genio como yo, estudiar es el deber de los niños, ¿No crees? Parece que estás sufriendo de una tremenda falta de sentido común —El mini rey dejó escapar un suspiro de decepción. Extraño. A pesar de que es Acero-san, ahora se ve tan sabía que no puedo evitar rascarme la cabeza. Aparentemente, la Tsukushi Tsutsukakushi de siete años estaba estudiando correctamente. Si su hermana pequeña escuchara esto, probablemente organizaría la fiesta de su vida. ¿Cómo cambió tanto en diez años? —Trae a la propietaria de esta casa–mi madre–ya. Tengo derecho a saber si rompió la promesa que me hizo. —¿...rompió alguna promesa? —Por supuesto. Mis abuelos y mi madre dijeron que estaban peleando por nuestra custodia, así que, por supuesto, cruzaría los mares lejanos para venir aquí. Ella tampoco vino al hotel en el que nos hospedamos. ¿Puedo tomar esto como una declaración de ignorancia e indiferencia hacia sus hijas? —¡E~Estás equivocada! ¡Ella nunca lo haría...! Eso solo sucedió que...
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—Las palabras no significan mucho, sirviente — El rey negó cualquier intento de presentar excusas. Aunque esta debería ser la misma Acero-san con la que estoy hablando, cualquier signo de afecto o bondad que la futura Acero-san poseía se había desvanecido. Reinaba con total probidad y absoluta calma. —Tus débiles excusas dicen suficiente. Si realmente pensara que yo soy importante, resistiría cualquier dificultad para llegar hasta mí. ¿O me equivoco? —No... —Solo pude apretar los dientes. —¿Entonces por qué prometió si ni siquiera puede reservar el tiempo para el que hizo esa promesa? Un papel de prueba juzga la sinceridad, y una prueba de tubercul~ululina juzga cuán cierta es su determinación. —¿...hm? —Me detuve. ¿Se mordió la lengua con una palabra así? —¿Qué quieres decir con “Hm”? No necesito reacciones mandrias como esa.
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—Umm... ¿Qué fue eso? ¿Prueba de tuberculululina? ¿Te refieres a una prueba de tuberculina? —............ —La mini Acero-san se quedó en silencio —Prueba de Tu... tuber... culin... es lo que dije. ¿Tienes algún problema con eso? Parece que no estás muy familiarizado con las técnicas médicas del extranjero —Ella desvió la mirada y se quedó completamente en silencio. Cuando la consolé con una mirada condescendiente, pisoteo el suelo con fuerza. —¡¿Qué pasa con esa mirada?! ¿¡Tienes un problema!? —Umm... ¡Repite después de mí! —¿Huh? —¿Prueba de tuberculina? —¡Prueba de tubercul~uluina! —¿Tratado de Tordesillas? —¡Tratado de Tordesi~sillya! —¿Universidad de Massachusetts?
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—¡Universidad de Massachu~chu! —¿Sri Jayawardenepura Kotte24? —¡S~lijafawaru—! ¡Ay...! Parece que de verdad se mordió la lengua con bastante fuerza allí. Apretó las manos en puños temblorosos y las lágrimas se acumularon en las esquinas de sus ojos. Huh. Sigue siendo igual de mala con las palabras extranjeras. Supongo que ella realmente es Acero-san en ese sentido. Estoy contento. —Lo siento, debe haber dolido. No quise forzarte. —Mmm... ¡Muu...! Cuando froté suavemente su cabeza, las lágrimas se desvanecieron y su rostro comenzó a iluminarse, lenta pero constantemente. Es menos como si fuera una niña y más como si estuviera tratando de gustarle al hijo de un animal salvaje.
24 Capital de Sri Lanka. Krienled-san: ¿Y cómo carajos se pronuncia esa mierda?
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Sin embargo, ese alivio solo duró un breve momento. El Rey miró mi amable sonrisa y me quitó la mano moviendo la cabeza. Después grito con la cara roja como una remolacha. —¡Insolente tonto! ¡¿Tienes la intención de burlarte de mí?! ¡¿Eres consciente de lo que me acabas de hacer?! —Um... ¿te di unas palmaditas en la cabeza? —¡N~No lo describas de una manera tan indecente! ¡Lo hiciste en mi cabeza! ¡La única cabeza que reina soberana sobre las nubes! ¡Con tu mano! ¡La frotaste! ¡Con tenacidad! ¡Eres una persona despreciable! ¡Hombre sinvergüenza! ¡Villano! —¡N~No lo digas así! ¡¿No estabas feliz?! —¡Cállate~ cállate~ cállate! Qu~Quien... ¡Quien estaría feliz de perder su orgullo! ¡Falta de respeto! ¡Descarado! ¡Nunca te perdonare! ¡¿Quién te crees que eres?! —¿Si sabes que ya te dije mi nombre?
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—¡Eso no es lo que quise decir! ¡¿Cuántas veces necesitas humillar a alguien antes de detenerte?! —¿Pieter van den Hoogenband25? —¡Pie~tato ban~ ban–! ¡No, banda—! —Ohh, te corregiste a ti misma. Buena niña~ buena chica. —Urk. Otra vez con la cabeza —El mini Rey pisoteó de nuevo; las lágrimas se acumularon de nuevo —¡Ya no puedo ignorar este trato contra la gran Mesías! —Se agachó para recoger una pequeña piedra a sus pies. —¿Oye, qué haces con eso? ¡¿Qué vas a hacer con esa piedra?! ¡Un Mesías no haría lo que creo que vas a hacer! —¡Imbéciles como tú merecen el castigo divino! ¡Muéstrame la mejilla izquierda una vez que te parta la derecha! —¡¿No crees que es una práctica religiosa demasiado espartana?! El mini rey cerró los ojos y arrojó la piedra tan fuerte como pudo. 25 Un ex nadador holandés, triple campeón olímpico
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—¡¿Woah?! —¡Bastardo! ¡¿Por qué estás esquivando?! —¡Por supuesto que lo esquivaría! ¿¡No te enseñó tu madre a no tirarle cosas a la gente—!? —¡¡YO NO TENGO UNA MADRE!! —¡Por supuesto que sí! ¡La tienes completita! ¡Ella está en esta casa ahora mismo! —¡Ni una sola vez pensé en esa mujer como mi madre!! —¿Eh? —¡Ella nos abandonó! ¡No tiene derecho a llamarse nuestra madre! —¿Q~Qué estás...? Solo tenía la intención de jugar con esa linda niña torpe, pero por casualidad acabe pisando una mina terrestre...
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Reflexionándolo un poco, comprendí de inmediato que su orgullo no tenía sentido. Le había dado la espalda a sus abuelos y vino a la Casa Tsutsukakushi. ¿Por qué llegar hasta aquí por alguien a quien ni siquiera considera su madre? —¡No tengo madre! ¡¡SI ELLA DICE QUE NO NOS NECESITA, LA RECHAZARÉ CON TODO LO QUE TENGO!! Pero, por supuesto, separar los sentimientos honestos de una fachada nunca es tarea fácil. Tanto para los adultos como para los niños. —........... Y sin que me diera cuenta, la puerta de la entrada se abrió y alguien apareció a mis espaldas. Permaneció ahí, escuchando cada una sus negaciones. Quiero creer que el mini rey no la vio. —¡¡Come esto, y esto, Y ESTO!! Un aluvión de pequeñas piedras voló hacia mí, volando a mi lado— —......ouch...
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Por supuesto, el resultado obvio fue que uno de ellas golpeó a Tsukasa-san en la cabeza.
Una raya de sangre comenzó a bajar por su frente, coloreando su pálida mejilla de un fino rojo. —......bien... Tsukasa-san suspiró y se limpió la sangre con la manga de su camiseta. Fue una herida bastante leve. Algo que podría arreglarse con una simple curita para niños. Pero para el mini rey, era una clara indicación de que había cruzado una línea. Se puso pálida, comenzó a temblar ahí mismo. Sus pequeños labios se abrieron de golpe y trató de decir algo. —Ah... l~lo sie— —...sí, en realidad no tengo ningún derecho a considerarme tu madre... —La interrumpió Tsukasa-san, ridiculizándose a sí misma con una leve risa.
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Afirmó las palabras y acciones de su hija. Con eso, el Rey perdió el empuje para desahogar su ira. No es como si estuviera satisfecha; las ganas de culpar a su madre, pero también de disculparse, corrían salvajemente dentro de ella, pero tuvo que colgarlo todo de golpe. En cambio, se mordió el labio y se dio la vuelta. —...y~yo–me voy a casa... —¡Espera! ¡¿No había algo que necesitabas decirle?! —¡N~No! ¡No tengo nada de eso! ¡No soy yo quien tiene la culpa! No soy... —¡No seas ridícula! ¡¿O eres el tipo de persona que huiría así?! —¡No me importa~! ¡No me importa, ¡¡COMO SI ME IMPORTARA!! ¡Viviré con mis abuelos por el resto de mi vida! ¡No tengo conexiones con mi madre, ni con esta casa! —Se tapó los oídos, negó con la cabeza y se echó a correr. —¡Ah, Tsu~Tsuku...! Tsukasa-san trató de llamar a su hija—
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—¡Adiós! ¡No nos volveremos a ver! ...pero ella interrumpió a su propia madre, saltó al asiento trasero del coche y cerró la puerta de golpe como para negar cualquier intento de comunicación. Incluso si está siendo arrogante; incluso si es como Acero-san solía ser, esta Tsukushi Tsutsukakushi solo tiene siete años. Ella es mucho más joven que la que conozco. No estoy seguro de cómo tratar con ella...
El sonido del coche se disipo gradualmente en la distancia. —......dijo que no nos volveríamos a ver nunca más... eso no es algo que escucharías de un niño... — Tsukasa-san esbozo una risa tenue —Seguro que creció mucho en el tiempo que estuve ausente... Ella no las persiguió. Ni siquiera trató de detenerlas. Tsukasa-san solo permaneció ahí, bañándose en la culpa... —Regresemos adentro. Hace frío aquí afuera. ¿Ven lo que digo?, el mocoso está temblando...
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—Tía Tsukasa... ¿Estás de acuerdo con esto? ¿Tú de verdad estás... de acuerdo con esto? —Dices eso como si yo supiera a qué te refieres —Ella dio la espalda al asfalto como si quisiera escapar rápido de la situación. —Oye, Tsukasa-san... —...eres una fracasada. Pero cuando traté de llamarla, alguien más me interrumpió. Tsukiko-chan estaba de pie sobre la grava, mirándola. Se quedó mirando a su madre, que ni siquiera había intentado perseguir a su propia hija. —¿...huh? Veo que piensas lo mismo que mi hija... —Cualquiera pensaría lo mismo. Si de verdad eres una madre–su madre, deberías atesorar a tus hijas más que a nada en el mundo. —...por supuesto que las atesoro. —¿Entonces por qué no las abrazas, les frotas la cabeza y les dices cuánto la amas?
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—............ —Si no puedes hacer eso, entonces eres un remedo de madre —Tsutsukakushi ni siquiera trato de ocultar su decepción y enojo. Esta podría ser la primera vez que criticaba a otra persona directamente. Quiero decir, ella me llama pervertido todo el tiempo, pero esto es completamente diferente. Estoy seguro de que debe haberse reprimido desde que conoció a Tsukasa-san. Los recuerdos de su madre fueron traicionados por la realidad, y tuvo que desahogar esa frustración reprimida de alguna manera. —H~Hey, no peleen... —El joven yo se paró entre Tsutsukakushi y Tsukasa-san. —...lo siento. Dije demasiado... —...no, está bien —Dijo Tsukasa-san con la cara todavía abatida. La atmósfera era insoportablemente pesada. Todo; todo en este mundo era un desastre gigante. Si no hubiéramos venido hasta aquí–si yo hubiera sido más firme en mi resolución inicial, quizás Tsukiko ni nadie habría tenido que experimentar esto.
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Pero ya no podíamos renunciar. Si cancelábamos el deseo ahora, todo lo que conseguiría es un nuevo dolor de pecho; Tsukiko volvería al presente, desilusionada; Tsukasa-san continuaría viviendo sola por el resto de su vida; Acero-san podría no venir aquí de nuevo. Puede que no vuelva a Japón nunca más. No asistirá a nuestra escuela preparatoria por seguir viviendo en Italia y— —...e~espera... ...si Tsukiko-chan cancelara su deseo ahora mismo; si regresáramos al presente ahora mismo, ¿Se reescribirá el pasado y todo sería como si nada hubiera sucedido? La residencia se convertiría en una casa desierta. Se pondría a subasta y el Monte Ipponsugi se volvería un territorio libre. El monarca absoluto se iría y el Club de Atletismo se pudriría antes de nacer. Yo crecería como un adulto sin haber experimentado nunca el desastre de perder mi fachada— Y pasaría el resto de mis días sin haberme cruzado con aquella chica y su mechón parecido a la cola de un gato... —...no hay forma de que pueda permitir eso...
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En algún lugar lejano, pude escuchar la risa pesada y desagradable de ese maldito Gato que no Sonríe...
Si me pidieras que enumerara las mayores bromas ocurridas después de un banquete a lo largo de la historia humana, te daría la siguiente lista: Primero sería la fiesta que armo el caballo de madera luego de que los troyanos lo dejaran pasar. Después estaría el banquete de Alejandro Magno durante la quema de Persépolis. Y por último sería este mismo día, hace diez años.
—Esos bastardos de la familia de mi esposo dijeron que no saldría nada bueno si nos casábamos mientras estábamos en la preparatoria. Ni siquiera intentaron escucharnos. Y cuando mencioné la idea de fugarnos, me miraron como si fuera un pedazo de mierda. A partir de ahí, las cosas se fueron cuesta abajo~ —Dijo Tsukasa-san en su monologo rancio, mientras se tomaba una lata de cerveza de un sorbo y hacia un gran esfuerzo por reír a carcajadas.
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Se apoyó contra mi espalda, tarareando en voz alta. Casi que parecía estar de buen humor, y siguió repitiendo la misma historia una y otra vez, pero después de contarle que ya la había escuchado por tercera vez, me di por vencido. —Y~Yo... soy un ni~ño, ya sa~bes... esto es simplemente extraño... Cerca estaba el joven yo, con el pelo recogido mediante una cinta blanca. Tsukasa-san lo había obligado a usar un vestido de una pieza con calcetines hasta las rodillas, y ahora estaba parado frente a un espejo, mientras temblaba salvajemente de la vergüenza. Y a juzgar por los boxers que yacían tirados en el suelo... no, olviden eso. A veces es mejor no revelar la verdad. —¿Por qué siempre eres tan egoísta? Te lo repito una y otra vez. Si necesitas comportarte como un pervertido, tienes que ponerlo en escrito por adelantado. A partir de ahí, seré yo quien juzgue. ¿Okey? Solicitud y consentimiento. Esas son las normas de la sociedad— En el otro extremo de la habitación estaba sentada Tsukiko-chan, dando un sermón a alguien imaginario. A pesar de que habló con bondad y razón
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en su voz, el pergamino que colgaba de la pared solo respondió con silencio. El salón de banquetes se llenó con una montaña de latas vacías y el olor a alcohol nunca abandonó mi nariz. El suelo estaba empapado de rastros de cerveza y había manchas dondequiera que mirara. Todos estaban borrachos menos yo, lo que me hizo sentir como el único ser humano cuerdo en medio de un manicomio. Ni siquiera necesite provocar una paradoja del tiempo para ver el apocalipsis.
¿...cómo terminaron las cosas así?
Quien trajo la idea de beber alcohol fue Tsukasasan. Luego de que Tsukiko-chan le recriminara lo de sus hijas, se hundió en un profundo estado de estupor deprimido. Justo cuando pensé que no se levantaría en toda la tarde, ella regresó al salón de banquetes en su traje de erizo, cargando consigo latas de cerveza. —¡T~Tu no puedes, tía Tsukasa! ¡El médico te dijo que no tomaras alcohol!
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—Está bien. Todo está bien. No me pasará nada bueno, incluso si lo escucho... —¡Waaaaah! ¡No pongas esa cara! ¡Lo entiendo! ¡¡Lo entiendo, okay!! —El pequeño yo tomó la mano de Tsukasa-san —¡Entonces yo seré tu reemplazo—! Sin embargo, antes de que pudiera terminar su oración, Tsukiko-chan le quito la lata de cerveza y la sostuvo frente a su cara. —¡No puedes sobornar a los niños con bebidas alcohólicas! —No lo estoy sobornando. Solo trato de explicarle que solo podrá probar esto cuando se convierta en un adulto... sí, como yo. —¡¿Qué estás diciendo?! ¡La que está actuando como una niña eres tú! —Entré en pánico y arrebaté la lata de cerveza a Tsukiko-chan —¿Si sabes que los peces de acuario no deben beber más que agua limpia? —Pues sucede que todos los peces de este acuario son budistas, así que con mucho gusto asumiré la culpa —Y a su vez Tsukasa-san me arrebato la lata a mí —Bien entonces. Es hora de brindar por este fracaso de ser humano...
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—¡Waaaaah! ¡Tía deberías estar bebiendo!
Tsukasa,
realmente
no
—Y un niño no debería interponerse entre un adulto y su merecida bebida. —¡¿Y por qué estás actuando como una adulta ahora?! ¡¿Por qué estás de mal humor?! —¡Gaaaaah, cállate ya! La gente está triste aquí, ¡Así que solo déjame ahogar mi dolor! —Tú... tú... ¡IDIOTA, TÍA TSUKASA! —No hagas una rabieta ahora. Las cosas se pondrán peligrosas si lo haces. —¡Ahhh, cuidado!
Psssh* Los cuatro tiramos de la lata; yo la sostuve por la lengüeta, y todo el líquido color ámbar se desparramo por el suelo... claro, no sin antes dejar secuelas. La primera en ser golpeada por esta ducha de cerveza fue Tsukiko-chan, quien aún sostenía la lata vacía en sus dos manos.
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—Hm.......... Desde la parte superior de su cabeza hasta el final de su rostro, estaba empapada. La punta de su nariz burbujeaba, mientras el líquido aun chorreaba por sus mejillas. Todo lo que hizo fue mirar fijamente la lata vacía... —¡L~Lo siento, Onee-chan! ¡Iré a buscar una toalla! El joven salió corriendo y Tsukiko-chan resopló. —Hmph —Después de eso, sacó la lengua para lamer la cerveza alrededor de su boca —...al menos esta deliciosa... La chica más hambrienta del mundo parpadeó y dejó escapar un audible sorbo...
De regreso al presente, el joven inocente había sido arrastrado a un mundo subterráneo y cuando despertara se daría cuenta de que le habíamos arruinado la vida... dicho sea de paso, para que nadie venga a cazarme luego, quiero dejar en claro que el niño no tomo
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ni una sola gota de alcohol, sino que solo se había emborrachado por el olor en el aire. No hace falta decir que la fecha de esas latas también parecía terriblemente sospechosa. ¿Y Tsukiko-chan? ¡Por supuesto que no bebió nada!... de forma intencional. Darle de beber alcohol a un menor de edad es ilegal. Bastante ilegal. Quiero enfatizar eso. ¡Confió en ustedes! ...de todos modos, eso no quita que ante mí un niño en realidad estaba siendo obligado a vestirse como una niña, o al menos eso intuye luego de ver la forma en la que cruzaba las piernas. Lo peor de todo es que el erizo gigante contemplaba este espectáculo complacida. Y como cereza del pastel, la pequeña gatita parecía tener problemas para pararse sobre sus propias patas. —Waah... tantos frijoles corren tras de mí... Esta vez, agitó sus brazos alrededor de sí misma salvajemente, como si tratara de ahuyentar a un insecto. Las cosas empeoraron cada vez más, hasta que finalmente se emborrachó por completo sin siquiera tomar más de un sorbo.
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—No importa cuánto los empuje hacia abajo, siguen volviendo a levantarse... son tan fuertes... —T~Tsukiko-chan, creo que deberías sentarte... Cuando sacudí sus hombros, Tsutsukakushi se giró lentamente hacia mí. Su rostro estaba tan inexpresivo como siempre. Sin embargo, su cabeza se ladeaba hacia arriba y hacia abajo, y note como las comisuras de sus ojos se tornaban tenuemente rojas. —¿Youto-kun, verdad? Hm... no te he visto en un tiempo. Has crecido bastante hasta convertirte en un buen hombre. —¿Eh? —¿Fuiste criado adecuadamente bajo tierra, usando una mascarilla y audífonos todo el tiempo, para mantenerte igual de puro que en tu niñez? —¡Tienes a la persona equivocada! —¿Es esa la actitud que debes adoptar hacia tus mayores? Qué niño tan malo eres —Tsukiko-chan me agarró del codo y empezó a tirar de él, arrastrándome lejos de Tsukasa-san y del joven —Esto es un castigo. Empujó mi pecho y caí de espaldas sobre el suelo.
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Agarró la cremallera de mi camiseta con manos temblorosas y comenzó a abrir el frente. Esto se siente más fresco— —¡Espera, eso no es importante! ¡¿Qué estás haciendo?! —Solo hay una razón para quitarle la ropa a un hombre. —¡¿Ehhh?! ¡Ah, ya lo entiendo! Vamos a limpiar el baño, ¿verdad? ¡Papá hará todo lo posible por ayudarte! —Ya veo. Te estás haciendo el idiota. —¡¿De qué estás hablando?! ¡Tu padre no recuerda haberte enseñado palabras así! Mientras despertaba a mi papel de padre, la parte delantera de mi camiseta estaba completamente abierta. Y luego... —Hm... —Tsukiko-chan se acurrucó dentro y cerró la cremallera. Ahora tenía a un pequeño gatito olfateándome desde adentro de mi ropa.
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—Youto-kun tiene un olor agradable. Frotó su mejilla contra mi pecho, pero no se movió ni un centímetro. Esto casi se siente como si estuviera marcando su aroma. —U~Um... siento interrumpirte, pero, ¿Podrías quizás echar un vistazo más cercano a mi cara...? —Mm...
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Cuando le di unos golpecitos en la espalda, la chica que yacía en mi pecho finalmente se movió y asomo su cabeza por el cuello de mi jersey. Ella me miró con grandes ojos redondos. —...me equivoqué. Tú no eres Youto-kun. —¡¿A~Ahora lo entiendes?! ¡Bueno, no es que me importe demasiado! —¿Eres MI Youto-kun, verdad? Mi precioso Youtokun~ —¡¿Eso es en lo que te estás corrigiendo?! ¡Sabes, no me importaría en absoluto que las cosas terminasen extrañas! —Si tan solo... el otro no fuera... un pervertido...— La voz de Tsukiko-chan se apagó como si se hubiera quedado sin baterías, y procedió a dormirse. Ahí mismo. Dentro de mi ropa. ¡Se había quedado dormida dentro de mi suéter! Su mejilla, sus pechos y su estómago estaban prácticamente pegados a mí. Podía sentir cada línea de su cuerpo, el ritmito de sus latidos, y el calor de su respiración diluyéndose sobre mi cuello... tampoco voy a decir que no es agradable, ¡Pero se siente como si se me fuera a quemar un fusible...!
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¡Supongo que es como estar entre las puertas del cielo y el infierno—! Y así, el placer y la incomodidad siguieron su curso tomados de la mano, hasta que al final se convirtieron en uno. ¿Por cuánto tiempo duro? No sabría decirles. Y tampoco me importa. Si pudiera disfrutar del momento para siempre, no me importaría que el mundo se acabase ahí mismo. O al menos eso pensé, ignorante del pasado que no podía desplazarse de su rumbo...
Paso mucho tiempo antes de que pudiera sacar al gatito borracho del interior de mi camiseta. No le hice nada a Tsutsukakushi. Les juro que no lo hice. Si la situación no es la apropiada, simplemente no hago nada, incluso si resulta conmigo tosiendo sangre. Soy demasiado caballero para hacerlo. Y estoy seguro que, de haber visto la escena con mayor detalle, habrían premiado mi fortaleza mental; ¡Algunos incluso me ascenderían a la posición de un santo patrono! ¡E imagino que Tsukiko-chan se convertiría en la sacerdotisa del Santuario de Yokodera!, ¡¡Ahí sí podría hacerla toda mía!! De cualquier manera, volviendo a la historia, la fuerte brisa de la tarde hizo temblar las puertas
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corredizas. Agarré una manta que estaba tirada en el salón de banquetes y la puse sobre los hombros de Tsukiko-chan. —Huh. Ustedes dos seguro que son cercanos... — Tsukasa-san dijo ente bostezos. En su espalda cargaba al niño, que también parecía haberse quedado sin baterías. La ropa que había estado usando anteriormente se había desvanecido por completo, pero oh dios, se vio terriblemente lindo con ellas. Un vestido de una pieza, una falda, un pijama para niñas con huellas de gato, un bolero, una enagua... con la cara al rojo vivo, se había visto obligado a llevar todo tipo de atuendos mientras modelaba frente a un gran espejo. No puedo esperar a ver el tipo de pervertido en el que se convertirá. —¿Te sientes mejor ahora? —Mmm. Para empezar, nunca había bebido tanto en toda mi vida... —Mirando a la montaña de latas vacías, Tsukasa-san se encogió de hombros. ¿Entonces de dónde salieron todas esas latas vacías? —Ya estoy llena... —Tsukiko-chan se frotó la barriga y gimió.
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Tsukasa-san puso al niño a un lado de Tsukikochan, cubriéndolo también con una manta. Los dos se veían como un par de hermanitos y sus mejillas se enrojecieron levemente cuando empezaron a acurrucarse. Luego de todo el desastre previo, fue grato contemplar una escena tan afectuosa, y por la manera amable en la que acaricio la cabeza revuelta de Tsutsukakushi, diría que no guardaba rencores. —...las chicas son geniales. Puedes jugar con su cabello de esta forma... —Ella cambió el peinado de Tsukiko-chan de una sola coleta a dos moños. ¡¿Qué diablos es esto?! ¡Es taaaaan adorable! —...gracias por lo de antes. —......... El susurro de Tsukasa-san llegó a Tsukiko-chan, y sus párpados temblaron. —¿Qué quieres decir? —Pregunté en su lugar. —Sobre lo que pasó en la puerta. Era como si mi propia hija se estuviera enojando conmigo. —¿...no se supone que el deber de una madre es enojarse con sus hijos?
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—Es solo que no estoy acostumbrada. En el jardín de niños recibí una reprimenda de mis superiores precisamente porque soy incapaz de tratar a los niños como si fueran mis propios hijos. Simplemente me falta algún tipo de experiencia... —Soltó un leve bufido. Pero continuó cambiando hábilmente el peinado de Tsukiko-chan con sus delgados dedos blancos como la nieve. Cada vez que sus dedos pasaban por la cabeza de la chica, su boca se relajaba en algo mucho más cariñoso. La palma de Tsutsukakushi se movió suavemente a lo largo de la manta. Y probablemente de manera inconsciente, agarró el dobladillo de la ropa de su madre; la que ya no debería haber podido tocar— Si... era solo la vista de una madre mimando a su hija cualquier día de la semana... —...me hubiera encantado criar a mi propia hija... Hablo añejamente en tiempo pasado. Con una voz que ya había renunciado a cualquier posibilidad. Tsutsukakushi también soltó su agarre en ese mismo instante... —Bueno, ya es demasiado tarde. —¿Por qué sigues diciendo cosas así, Tsukasasan?
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Ella conocía el sabor de aquella uva lejana. Pero a pesar de amar tanto a sus hijas, ni siquiera se molestó alcanzarla. —¿...por qué no las buscaste? —Me sorprendí a mí mismo por lo irritada que estaba mi propia voz. No puedo evitarlo cuando habla de esa manera justo en frente de Tsukiko-chan. —...me equivoqué desde el principio. —¿Sobre qué? —Sobre mi decisión... —Tsukasa-san habló con frialdad. Como si hablar de eso fuera demasiado molesto. Escupía sus palabras con la pesadez de un suspiro, sin poner ninguna emoción en su voz. —No puedo entender lo que quieres decir si eso es todo lo que vas a decir. —Hoy estoy cansada. Es suficiente. —No fisgoneé mucho ayer. No puedo contenerme más. Tiraré de la cola de tu disfraz hasta que me hables.
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—¿...por qué mencionaste de nuevo el disfraz? ¿Por qué estás tan obsesionado con la cola? —Porque la Ratona Tsukasa se me esta insinuando. —¿Quién se te insinúa? Nunca lo hice. Ahora suenas como un pervertido. —¡Guau! ¡La forma en que lo expresaste fue tan amable! —...no estaba tratando de ser amable de ninguna manera. ¿Por qué estás tan acostumbrado a que te llamen pervertido? ¿Cómo has vivido tu vida hasta ahora? —Tsukasa-san se estremeció de disgusto y se frotó la cintura con la palma de la mano. Esta Onee-sama está demasiado consciente de su cola. Combina perfectamente con mis gustos. Es casi demasiado perfecta. Como quisiera conquistarla aquí mismo con la determinación de ofrecerle el resto de mi vida. Finalmente, el erizo dejó escapar un suspiro. —Aquí tienes un ejemplo. Si tuvieras que elegir entre lo más importante para ti y algo que no puedes sacrificar sin importar qué, ¿Que elegirías? —Ella pregunto.
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—No quiero elegir. —Pero tienes que. —No puedo. —¿Y si alguien te obligara a decidir incluso si supieras que no puedes? —Ejercería mi derecho cívico según la Ley de Normas Laborales26. —No involucres al gobierno en esto... —Entonces buscare a alguien que defienda mi caso. —No quise decir que pudieras involucrar a organizaciones no gubernamentales... —Di lo que quieras. Incluso si el mundo entero se vuelve en mi contra, nunca me harán elegir. —No creo que las cosas lleguen tan lejos...
26 Según el artículo 1 de esta Ley, su objetivo es asegurar que “las condiciones de trabajo sean las que satisfagan las necesidades de los trabajadores que vivan una vida digna de los seres humanos”.
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Tsukasa-san suspiró como si estuviera harta de mí. Pero esos eran mis verdaderos sentimientos. Yo no quiero ni puedo elegir entre ellas. Entre la gatita que es lo más importante para mí y el cachorro que simplemente no puedo abandonar. Dar órdenes a las cosas a menudo genera un punto de vista más claro, pero a veces es imposible usar una lista de prioridades para tomar una decisión. —Bueno, pensé que dirías eso —Después de respirar, Tsukasa-san negó con la cabeza —Sentí lo mismo que tú y tomé la decisión equivocada. —¿Huh? —Traté de quedarme con las dos. Mis hijas y mi herencia familiar. Me dispuse a arreglar el asunto. Elegí resolver mi problema con la herencia y también vivir feliz con mi familia. Intenté poner en orden algo que estaba perdido. Pero después de la enfermedad de mi esposo y la inundación, todo ha sido horrible... y aquí me vez ahora, sola, con solo una de esas dos cosas — Un calor lúgubre parpadeó dentro de los ojos de Tsukasa-san. Incluso si usas el tiempo como medicina, algunas heridas nunca desaparecerán. No importa cuántos años pasen; como el problema estaba en su
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cabeza, le acechaba todos los días, desde que se levantaba hasta la hora de acostarse. Así de enorme fue su lamento. Sus ojos, que se parecían a la chica que mejor conocía, ahora se entrecerraron con tristeza. —Debería haber elegido lo más importante desde el principio. No sé qué tipo de opciones tienes, pero te recomiendo que hagas lo mismo, rápido. Imagino que nunca te detuviste a pensar en lo mucho que te agradan, ¿Verdad? —¡Las quiero como no tienes idea! ¡¡Que puedes saber tú!! —Así es como funciona este juego. Te das cuenta de lo arrogante que fuiste al querer mantenerlo todo igual, te retuerces de agonía por la vergüenza y finalmente te la tragas para decidir. Sin la vergüenza que te permita decidir cuál te gusta más, nunca lo entenderías. Toda vergüenza me ha sido arrebatada. Pero, de todos modos, ¿Qué hay de malo con eso? ¿Está diciendo que no poder sentir vergüenza todo el tiempo es malo, y tengo que arreglar eso si de verdad quiero tomar la decisión correcta?
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—Hey dime —Los ojos tristes del erizo me miraban —¿Cuál es tu razón para vivir? Me apuñaló en el corazón con una voz tranquila. —¡Eso es–! ¡¡¿POR QUÉ NO MEJOR TE HACES ESA PREGUNTA TU MISMA, TSUKASA-SAN?!! ¡¿No puedo preguntarte exactamente lo mismo?! No importa cuán arrogante seas; no importa cuán problemático sea, ¡Tienes que cruzar esa línea de vergüenza que te hace retorcerte en agonía y luchar por tus hijas! —Porque para mí ya es demasiado tarde. —¡Nunca es tarde para hacer algo en esta vida! —No lo entiendes... yo ya no tengo... tiempo—— Toda la luz desapareció de los ojos de Tsukasasan y se cerraron abruptamente— Su cuerpo colapsó al suelo. Su respiración comenzó a perder ritmo y el sudor se acumuló en su frente. —¡¿Tsukasa-san!? Toqué su frente—
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...estaba muy caliente...
Escrito en una pequeña nota de papel al lado de su futon, se hallaba el número telefónico del consultorio médico en el que ella estaba registrada. —Parece ser otro de sus ataques de pirexia — Aclaro el médico —No hay nada de qué preocuparse hoy. Aumentaré la dosis de su medicamento. Eso fue todo lo que dijo luego del chequeo. Ni siquiera menciono si estaba mejorando o empeorando. Su trabajo terminó y se largó. Verlo me recordó a un conductor que solo se concentraba en conducir por una carretera recta. Todo lo que pudo hacer fue cambiar la velocidad cerca del final de la carretera, sin nunca cambiar de carril. —...Tsu... shi... —Tsukasa-san estaba acostada en su futon, vestida con su disfraz, mientras deambulaba por el laberinto de los sueños. Solamente palabras débiles; casi gemidos, escaparon de sus decaídos labios. Esto debe ser algo que ya venía sucediendo con bastante frecuencia.
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Según el joven yo, ella incluso se toma un día libre cada semana de su trabajo en la guardería. —Parece que algo de moho empezó a crecer en las pareces luego de la inundación hace un tiempo. Podría haberse ido, pero se quedó aquí todo este tiempo. Es porque ella no podía irse de la casa en la que había vivido con su familia... que las cosas solo resultaron así, o eso dijeron. ...no pregunté qué quiso decir con ‘resultaron así’. No se levantaba temprano por la mañana, siempre se acostaba de inmediato y trataba a todos como si fueran una molestia. Ya ni siquiera hablemos de todas las cosas a las que renuncio. ¿Fue todo porque las cosas ‘resultaron así’? ¿Se dio cuenta de que el tiempo que le quedaba no era suficiente, por lo que dejó de intentar recuperar a sus hijas? Eso es demasiado idiota... y desgarrador.
Después de eso, un sentimiento de soledad cayó sobre el sobre el salón de banquetes. Mientras la habitación dividida en dos era gobernada por el silencio, el exterior se tiño de la solitaria oscuridad del atardecer.
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Los dos idiotas que habían estado inconscientes antes se habían recuperado muy bien. Tsukiko-chan estaba comprando los materiales marcados en el recetario que nos dejó el doctor. Cuando yo le dije que iría a comprarlos... —Senpai, tienes que quedarte aquí. Por el bien de Tsukasa-san. Y también por el bien del joven Youto-kun. —Pero... ¿Ese no era tu papel? —No. Ni siquiera sabría qué tipo de cara debería poner. La pequeña gatita, que era buena fingiendo dormir, sonaba como si experimentara una mescla entre tristeza e ira, pero no podía hacer ninguna expresión. Es por eso que ella me inculcó esta responsabilidad... aunque no puedo evitar pensar que debimos haber cambiado papeles. —Tsu... ko... La enferma y el joven quejumbroso... ¿Qué se supone que debo decirles?
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—...a pesar de que estoy a su lado... no puedo hacer nada para ayudarla. Huh, lo mismo de siempre...... —El que murmuró esas palabras fui yo. El otro yo. —¿Eh? —Solo soy un niño. No importa lo que haga, soy un niño. No puedo hacer nada —El joven Yokodera-kun se agarró las rodillas con fuerza. —Tsu... sai... lo... lo siento... —Las palabras entrecortadas de Tsukasa-san llenaron el silencio entro sus oraciones. Un hilo de lágrimas corrió por su mejilla. El niño trato de limpiarlas— —Tsukushi... Tsukiko... donde... dónde... Pero al escuchar esas palabras; esos nombres que no eran el suyo, el niño se detuvo. La fuerza que puso en sus manos mientras se agarraba a sí mismo se hizo más fuerte, y no intentó tocarla de nuevo. Me di cuenta de que en realidad solo había una cosa que yo podía hacer por Tsukasa-san: traer a sus hijas aquí. Ellas tenían que verse. Eso tendría el mayor efecto para ambas partes—
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Pero al mismo tiempo, expondría al joven a una dura y cruel realidad. —...tal y como imagine, no puedo reemplazar a sus hijas. —............ Quería decirle que estaba equivocado, pero no pude. Todo lo que pude hacer fue contemplar la mirada triste del niño. Era la misma expresión que había visto anoche; una que no encajaba en absoluto con su edad. Su pelo todavía estaba atado con una cinta para el cabello. Se parecía mucho a un muñeco mal arreglado. —Um, Onii-chan. Estaba realmente feliz en ese entonces. —¿...cuando? —Cuando Tsukushi-san se fue sin entrar a la casa. Deseaba que nunca volviera a venir —Su rostro joven estaba distorsionado por la culpa. A diferencia de cómo solía rebosar de energía, se sentía como si estuviera dejando al descubierto las profundidades más insondables de su alma.
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—A pesar de que vive tan lejos; a pesar de que ni siquiera tiene recueros con Tsukasa-san... todavía la llama ‘madre’. Es algo que ni yo mismo puedo atreverme a hacer. Es demasiado injusto. Esto incluso sucedió en un sueño mío... —El joven ya no se atrevía a alcanzar a Tsukasa-san con su mano. Solo podía mirarla, apretando con fuerza sus propias rodillas. Sus pequeños puños temblaban. —¿Por qué no soy lo suficientemente bueno? ¿Por qué Tsukasa-san todavía sueña con su hija? ¿Por qué, por qué, por qué...? A pesar de que esos puños no podían estar dirigidos a nadie. —...ajajajaja. Lo lamento. Estoy seguro de que Tsukasa-san se sentiría decepcionada si escuchara eso de mí. Soy todo menos un ‘niño bueno’... —Está bien. Eso es normal. —¡No lo es! ¡Dije que haría todo lo posible por Tsukasa-san, pero aquí me vez quejándome! Sé que no debería estar diciendo todas estas cosas. Pero es que en serio ¡Odio a esa niña...! —“El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre”.
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—¿...huh? Yo era el más sorprendido por la forma en la que murmure esas palabras. Me miré a mí mismo a los ojos. Las palabras solo salieron como si las hubiera tenido listas desde hace mucho tiempo. —...una persona llamada Oscar Wilde dijo eso. Es un genio capaz de desentrañar todas las cosas invisibles en este mundo. Él puede criticar honestamente los sentimientos honestos y las fachadas de las personas. ...sí, dioses en el cielo que me juzgan. Yo mismo soy consciente de que no estoy en condiciones de decir eso. Pero al menos permítanme actuar con un poco de calma frente a mi pasado. Después de todo, soy mayor que él. Permítanme fingir que soy un adulto. —El descontento y la insatisfacción te hacen crecer. Odias a la hija de Tsukasa-san, te quejas, te odias a ti mismo cada vez más y, sin embargo, sigues avanzando. De esa manera, tu–nosotros, podremos convertirnos en adultos. Como si estuviera tratando de hacerme oír estas palabras; como si estuviera usando estas palabras para
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motivarme, seguí hablando. Miré directamente al rostro del joven Yokodera-kun. —...expresar mis quejas... es algo bueno... —El niño parpadeó varias veces —Siento que no veré esas palabras en ningún libro de texto. Mi profesora podría enojarse conmigo si digo cosas así —Dio una opinión honesta, típica de un estudiante de primaria. —B~Bueno, supongo que sí... —...pero me gusta. El descontento es el primer paso... si —Murmuró el joven para sí mismo, repitiendo las palabras que le acababa de decir. Todavía estaba agarrando sus propias rodillas, pero parecía que se había relajado un poco. Finalmente, se frotó los ojos y sonrió serenamente. —¡Gracias, Wilde-Onii-chan! ¡Recordaré estas palabras para siempre! —De nada... espera, no soy Wilde. En realidad, no soy tan elocuente. —¡Entonces es un secreto entre nosotros dos! ¡Toyo Oscar T. Wilde Azukiella-onii-chan! —El joven me miró como si fuera una especie de superhéroe.
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...bueno, esto está bien, supongo. Si su corazón continúa floreciendo a través del Wildismo, entonces puedo vivir con eso. Con el tiempo, crecerá, retrocederá en el tiempo y le enseñará a su propio yo más joven las grandes palabras de Oscar Wilde. Y así el mundo continuara girando. —De todos modos, ya regreso. —¿A dónde vas, Onii-chan? —Voy a traer a la hija de Tsukasa-san aquí. ¿Estás de acuerdo con eso? —.............sí. Se puso de pie, pero no me detuvo. Me quité la camiseta holgada y la deje tirada a un lado de Tsukasasan. Me puse mi propia ropa y volví a ser el de siempre. Tengo que terminar lo que empecé. Si el hecho de que estuve en la Casa Tsutsukakushi causó algún tipo de influencia, entonces citare a la niña aquí una vez más. Antes de partir, tengo que asegurar el paso. —Cuida de Tsukasa-san, ¿De acuerdo?
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—¡Déjamelo a mí! —El joven asintió con determinación y extendió su mano hacia Tsukasa-san. Amablemente, seco sus lágrimas. Era tan pequeño, y, sin embargo, protegía a su Alicia como un caballero de brillante armadura.
Salí corriendo de la Casa Tsutsukakushi y me subí al autobús más cercano. Después de montarlo por un tiempo, me bajé en la rotonda frente a la estación de ferrocarril privada. Crucé el camino subterráneo hacia el distrito comercial y entre a un cierto edificio frente a la estación de tren, terminando algunos asuntos que tenía pendiente. Desde allí, salté a una cabina telefónica pública familiar. Hojeando la guía telefónica, busqué el número del hotel. Después de hablar con la Onee-san en el mostrador de recepción, rápidamente me contó sobre la habitación donde se estaban quedando Tsukushi Tsutsukakushi y los demás. —[¡Aquí la recepción! ¡Hemos recibido su llamado emergencia! Como soy una trabajadora a tiempo parcial actuando como mediadora, aun no es seguro si su persona importante le responderá. ¡Sin embargo, no pierda la esperanza!]
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—........ —[¿E~Eh? ¿F~Fui demasiado animada...?] —Lo siento, pero tengo prisa. ¿Podrías conectarme con ellos? —[...entiendo... sniff*~] Estoy seguro de que era una buena persona, pero ya no tenía las células cerebrales ni el tiempo para seguirle el juego. Aunque debo admitir que tiene la voz tranquilizadora de una Onee-san. Y dentro de lo que cabe, se ve que toma en serio su trabajo. Encajaría perfectamente narrando informes meteorológicos. De cualquier manera, hice que me conectara con la habitación, y la voz que me saludó sonó demasiado familiar. —[...bastardo. ¿Cómo supiste que estaba aquí?] —Buena intuición y un poco de suerte. ¿Supongo? —[Hay una gran cantidad de otros hoteles como este en el distrito. No debería haber dejado ninguna pista]
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—¿A quién le importa eso? ¿No dijiste que no creías ninguna de mis tonterías? —[Urk...] Incluso el sabio Rey no pudo evitar quedarse callada luego de eso. Tampoco es que mis cualidades detectivescas sean tan buenas. Los emigrantes de Italia que transitan por este distrito suelen hospedarse en este hotel. O al menos eso fue lo que cierta niña me dijo... la imagen de la alimaña espacial, bailando sobre una barandilla mientras sus coletas se mecían, me vino a la mente.
—¡Por eso es que primero debes ocuparte de tus propias cosas!
Estas fueron las palabras de Emi, quien era más fuerte e independiente que cualquiera de nosotros. La próxima vez que la vea seguro que acariciare su cabeza. Pero primero tengo que ocuparme de mis cosas. —Tsukushi Tsutsukakushi, tengo una solicitud que hacerte. —[¿...qué?]
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—Quiero que veas a Tsukasa-san una vez más. —[¡Dije que no quería volver a verla!] —Por favor. Piensa en ello como si me pisaras la cara. —[¡¿Qué ganaría exactamente con eso?!] —¿De verdad quieres un final como este? ¡Porque verdaderamente no miento cuando digo que no tenemos tiempo! —[...es una pena] —¿Huh? —[El tiempo para volver a casa se está cerrando. El coche ya ha sido llamado para que venga a buscarnos. Solo pasarán unos minutos más antes de que llegue] —¡Si tenemos unos minutos, estará bien! ¡Estoy frente a la estación de tren y me dirijo hacia allí ahora mismo! —[Idiota. ¿Sabes qué tan lejos está eso? No tienes un coche de carreras contigo, así que, ¿Cómo pretendes llegar a tiempo?]
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—Es una pena. —[¿Hm?] —Temo decirte que mis piernas son bastante rápidas. Puedes culpar de eso a la negligencia de tu alma. —[De nuevo con las ridículas mentiras...] —¡De todos modos, solo espera en la entrada del hotel! —[Hmph...] Terminé la llamada y comencé a correr. Haciendo mi camino hacia el centro, andando rápido, las caras pasan, y estoy en el hotel. Las farolas de neón iluminaban mi camino en esta ciudad por la noche. El viento golpeando mi pecho y mis pies golpeando el asfalto se sintieron muy bien. Ahora mismo soy la locomotora humana Zátopek 27 . No perderé contra nadie en este momento. La gente corre con los demás, por causa de los demás, viviendo para los demás. En este momento, el Yokodera-kun que había sido entrenado por Acero-san ahora estaba usando sus piernas entrenadas para 27 Un corredor de fondo checoslovaco que ganó 1052 medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Verano.
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atrapar a la mini Acero-san. Una vez que alguien te salve, eventualmente salvarás a esa misma persona. No permitiré que nadie se quede infeliz. Ya sea que tenga vergüenza o no, esa es la única cosa en la que nunca me rendiré.
La operación para transportar al mini Rey a la Casa Tsutsukakushi no tomó mucho tiempo. Agarré a la niña (que estaba parada frente al hotel), la arrojé dentro de un taxi cercano y le dije al conductor el destino. Una ejecución de tres etapas, limpia y sin cabida para las quejas. —¡Q~Qué estás–! ¡¿Mguh?! ¡¡¡¡¿MUGHGH?!!!!! El hecho de que cubrí la boca de la niña con mi mano tan solo fue una medida especial de mi parte. —Perdón por esto, pero tenemos prisa. ¿Dónde están tus abuelos? —¡Mmm! ¡¿Mmm?! ¡¡¡MMMMMM!!! —¿Así que no querían que volvieras allí, eh? Lo entiendo. Nos comunicaremos con ellos más tarde. —Mmm. ¿Mmm?
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—No, está bien. No te llamé para reclamarte por la pedrada. Debes haber estado preocupada por eso, ¿Verdad? —¡Mmm! Mmm... ¡¡MMM!! —Si. No es tu culpa. Lo siento mucho. —Mmm... —La mini rey se quedó en silencio con eso. Ella estaba sentada encima de mis rodillas, con sus brazos y piernas restringidos y su mirada baja. Pero aun así logramos llegar a un entendimiento. Ya puedo avistar en la distancia el futuro tratado de paz entre Japón y el Reino Rey28. Sin embargo, el taxista nos miró a través del espejo con una expresión preocupada. —...puedo solo controlar el volante mientras me veo obligado a presenciar el asalto del joven...
28 Domen: Aquí es “King Country”, pero no entiendo la referencia. Corrector-san por favor encárgate. Krienled-san: Mmmm... creo que sería algo así cuando Yokodera dice “Reino Pervertido” para referirse a su situación social. También es posible que sea otra referencia a la novela “País de Nieve” de Yasunari Kawabata (ya la ha referenciado en volúmenes anteriores). Pero como no encontré esa novela en español para confirmar, supongo que tomaremos la primera alternativa xD
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Cambió a una marcha más alta mientras narraba la situación como si fuera una especie de reportaje periodístico. El taxi se sentía como una habitación cerrada, y prácticamente me hallaba entre una niña sometida y un conductor amante de las entrevistas... por alguna razón, esto se siente nostálgico. Hace un tiempo, o en realidad diez años en el futuro, me subí a un taxi cuando Acero-san me perseguía. Incluso si alguien me dijera que sucedería una situación como esta, no les habría creído. Pero a diferencia de ese entonces, Tsukiko-chan me acompañaba. No como ahora, donde solo estoy con Acero-san—o al menos eso era lo que pensaba. —...aguarda. ¿Quién es esta niña? Finalmente noté a una niña en miniatura sentada al lado del mini Rey. Llevaba un trajecito de una pieza como los que verías en un jardín de niños, y ahora estaba mirando hacia afuera por la ventanilla del taxi. Debido a su complexión pequeña y al hecho de que sostenía la ropa de Acero-san, debí haberla tratado como si fuera un equipaje y la arrojé dentro del taxi con las demás cosas... está bien. Otro pecado a mi lista de agravios, pero ya estoy acostumbrado. —¡Mmm!
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—¡Ah, es tu hermanita! ¡Entonces vino contigo...! Con todo, se ve más diferente de lo que esperaba. Cuando la miré más de cerca, su característica cola gatuna se agitaba a un costado de su cabeza. Sus ojos tenían exactamente la misma forma, pero la fuerza que emanaba de ellos era completamente diferente. —...fuwah... —¿Q~Qué pasa, Tsukiko-chan? —......mariposa... Incluso mientras balbuceaba, no aparto la vista de la ventana. No tenía presencia alguna. Hasta cuando la arrastré al interior del taxi por accidente, no causó ningún escándalo. Esta calma es definitivamente el verdadero convenio. Es casi como si estuviera dormida. Pero cuando la abracé para celebrar la ocasión, me sentí abrumado por sentimientos de amor paternal. ¡Siento que seré un gran padre! ...como nota al margen, cuando le hable a Tsukiko-chan sobre esto más tarde... —¿Que pretendes contándome esto? ¿Quieres que esté enojada, feliz o que levante una denuncia?
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—¿Quizás es solo un llamamiento para que seas más tolerante...? —¿Es así? Entonces no estabas pensando en nada. Tendremos una severa charla sobre ética más tarde. ...las cosas se convirtieron en un gran lío, así que tengan cuidado al tratar con niñas pequeñas, ¿De acuerdo?
Nos bajamos del taxi y entramos en la Casa Tsutsukakushi. Estaba pensando que las cosas iban muy bien, pero en el instante en que llegamos a la entrada principal, los pasos del mini Rey se volvieron más pesados. Echó la cara hacia abajo y se quitó los zapatos, pero eso le llevó muchísimo tiempo. En su lugar— —.........comida... ...se escuchó un único sonido. La Tsukiko-chan en miniatura paso de largo. —¿Qué...? ¿A dónde vas?
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—......huele... Incluso cuando la llamé, no escuchó ni se detuvo. Ella solo tenía una expresión en blanco en su rostro cuando dobló la esquina y se dirigió hacia la cocina. Se veía como si no estuviera pensando en nada, simplemente moviéndose por sus instintos como un gatito. —¡Tu hermanita se adelantó, así que tenemos que seguirla! —No, estoy bien… puedes irte. —¿Qué ocurre? ¿Tienes algo más que necesites hacer? —Un inculto como tú no lo entendería. Mi insondable genio solo apunta a la verdad. —¡Ya veo! ¡Así que tienes que orinar! El baño está al final del pasillo, a la vuelta de la esquina. —¡Tonto! ¡Imbécil! ¡Cerdo! Justo cuando pensé que estaba siendo considerado, ella comenzó a insultarme. Las chicas son realmente difíciles.
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—Sé dónde está el baño. Viví aquí hace cuatro años... es solo... —¿Es solo? La mini Acero-san entrecerró los ojos, mirando el pasillo en el que se había desvanecido su hermana pequeña. Como si estuviera siendo repelida por una barrera invisible. —...cuatro años es mucho tiempo. ¿De verdad se me permite caminar por esta casa? —Te estás preocupando demasiado. Tsukasasan te está esperando. —Ahí es donde te equivocas... —Murmuró la mini Acero-san —Ella nunca vino directamente a buscarnos. Por eso tus palabras suenan falsas. —¡¿De qué estás hablando?! ¡Estás aquí, así que entra ya! —Sin embargo, la verdad es que no he pasado los últimos cuatro años aquí. ¿No me tratará mi madre como una molestia? —¡¿Eso es lo que te preocupa?! ¡Te dije que todos los problemas con la herencia y la inundación se superpusieron en el peor momento posible!
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—Escuché mucho de mis abuelos. Pero hablar es barato. No hay ninguna prueba. ¿Realmente quiere que su hija se quede desde el fondo de su corazón? ¿O en realidad no se preocupa por mí? Parecía que se quedaría en silencio de inmediato si no tenía nada que decir. Se movió nerviosamente, se miró los dedos y siguió retorciéndose en un vano intento de calmarse. Recordé que Acero-san siempre trazaba una línea cuando su familia estaba involucrada. —...pero quieres verla, ¿No es así? —Mmm... —¿Quieres verla y hablar las cosas con ella, verdad? —...quiero verla. Sí, pero... Con la mirada aún abatida, no podría estar más lejos de un Mesías. Era solo una frágil niña. No importa lo importante que se haga parecer, si su estatura no alcanza lo que tiene en diez años, su corazón tampoco puede ser tan terco como en diez años. Ese es el error que cometí. Sabía lo fuerte que sería Acero-san en el futuro, y proyecté eso en ella. Esta chica es todavía una niña. No poder vivir con su madre durante varios años
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debe haber tenido algún tipo de impacto en su corazón. Detrás de un farol siempre hay ansiedad. Como su madre no vino al lugar donde se suponía que se iban a encontrar, se preocupó y vino ella misma. Si tan solo su madre la hubiera abrazado cuando fue golpeada con la piedra, se habría salvado... habiendo dicho esto, también hubiera sido demasiado cruel exigirle más a Tsukasa-san. Nadie está equivocado aquí. Es una historia teñida de desgracia. Todavía necesito algo para el empujón final. Algo decisivo que ella no puede ignorar. ¿Pero que—? —...Senpai. ¿Dónde estabas? Tsukiko-chan vino caminando desde el pasillo. O sea, la Tsukiko-chan de la escuela preparatoria. La de cara más adulta, cintura más angosta y pechos más grandes... bueno, tal vez no. A decir verdad la diferencia tampoco era tan perceptible a simple vista. De cualquier manera, parecía que había regresado de estar ocupada preparando comida. Llevaba un delantal y sostenía una cuchara en la mano derecha y un huevo en la izquierda. Se veía nerviosa por alguna razón. —Se presentó un problema. Una niña rara apareció de repente dentro de la cocina. Empezó a comer mientras yo cocinaba. Definitivamente no tiene nada de modales y dudo que pueda hacer algo por ella.
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—¿...de veras es tan rara? —Incluso si no lo es, sigue siendo un problema. ¿La conoces? Ni siquiera me escucha. Ayúdame, senpai —Tsukiko-chan agacho la mirada. La mini Acero-san sostenía mi ropa, escondiéndose detrás de mi espalda. Solo su pequeña y temblorosa cola de caballo sobresalía de mi silueta. —¿...la trajiste aquí? Her... quiero decir, Tsukushi-san... —Sí —Asentí brevemente. Tsukiko-chan agarró la cuchara con fuerza. Parecía que se estaba reprimiendo de darle una palmadita en la cabeza a su pequeña Onee-san. —Estoy seguro de que Tsukasa-san estará feliz. Aunque parece que todavía está dormida. Tenemos que despertarla. —Mmmm... —¿Algo anda mal? —Mmmmmmmmm... —La mini Acero-san desconfiaba de la ‘rara’ frente a ella.
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—Ahh, sobre eso —Me interpuse entre las dos y confirmé algo. —Antes de dejarla ver a Tsukasa-san, estaba pensando en darle un poco de preparación mental. —¿Qué? —Ayer tomaste prestada ropa interior de la habitación de Tsukasa-san, ¿No es así? ¿Puedes decirme dónde la puso? Tsukiko-chan me había estado mirando con curiosidad, pero rápidamente se congeló en su sitio. —...senpai, ¿De qué tipo de ‘preparación’ estás hablando? Dependiendo de la respuesta, es posible que nos veamos en unos diez años. —¡Espera! ¡No tiene que ser ropa interior! ¡Cualquier tipo de ropa! ¡Lo que sea está bien! ¡Si no quieres puedes decirme donde guarda su ropa! —Eres un pervertido. Ya veo. —¡No lo digas como si fuera un hecho! ¡Al menos formúlalo como una pregunta! Además, solo estaba preguntando por el bien de esta niña, ¿Okay?
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—Hm... —Tsukiko-chan tenía una expresión como si entendiera lo que quise decir desde el principio; o al menos eso fue lo que vi en sus ojos. No es como si ella pudiera gesticular...
Tsukiko-chan me guio por el pasillo hacia la otra mitad del salón de banquetes, a la cual ni siquiera había entrado todavía. Como Tsukasa-san no podía limpiar lo que ensuciaba, pensé que el lugar donde guardaba su ropa interior era también el lugar donde guardaba el resto de su ropa, pero... —Vaya que es desordenada... Toda la ropa y los disfraces que deberían haber estado cuidadosamente guardados en armarios y cajones se hallaban esparcidos al azar por toda la habitación. Pero gracias al tercer evento de juerga más grande del mundo, fue fácil encontrar lo que estaba buscando y regresé a la entrada. —Mira esto. Dejé caer una gran cantidad de ropa frente a la mini Acero-san, que todavía no se había movido ni una pulgada. Un mono, una falda, un vestido, un pijama, un bolero, una enagua... varias prendas de vestir para una
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niña de su edad. Todas las cosas que el joven se había visto obligado a usar antes. —Todos estos pertenecen a Tsukasa-san. A pesar de que aquí no viven niñas. —Ah... Antes de que su hermana mayor en miniatura pudiera decir algo, Tsukiko-chan dejó escapar un sonido, como si se diera cuenta de algo. Asentí. —Estoy seguro de que ella debe haber querido que usaras estas ropas. —¿...y qué hay de esto? —Mini Acero-san dio un paso hacia mí, agarrando la enagua. Luego de eso, aparto la mirada. —Sé lo que estás tratando de decir... pero no creo que sea prueba suficiente. No hay garantía de que esto no estuviera aquí desde antes. —Sí, eso es lo que pensé también. Por eso investigué. —¿Hm? Saqué una revista enrollada de mi bolsillo.
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‘Petit Moon’—era el nombre de una revista de moda infantil que había escuchado antes. Por eso, antes de dirigirme al hotel, hice una breve parada en la editorial cerca de la estación de tren. —Dios mío, ¿Estás aquí para visitar nuestra empresa? Si tiene alguna pregunta, continúe y pregunte. Una editora esponjosa a la que sabía muy bien cómo tratar me saludó en ese entonces, dándome una cálida bienvenida. De ella, recibí el número de la revista que Tsukasa-san había estado leyendo. Vestidos de una pieza, faldas, camisetas, pijamas, boleros, enaguas; todas estas prendas se exhibían en esa revista. —Básicamente, se imaginaba a sus preciosas hijas usando esta ropa y seguía comprando más y más. Tenía muchas ganas de traerte a casa. ...sigo pensando que debió ocuparse de otras cosas en su lugar. Al fin y al cabo, sigue siendo una adulta inútil. Supongo que será un ejemplo de Acerosan en el futuro. —...una persona indefensa —Tsukiko-chan suspiró con incredulidad. Pero al mismo tiempo, parecía aliviada. Estoy seguro de que debe haber aceptado a esta mujer como
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su madre, incluso si tenía muchas partes buenas y malas. —Mmm, aunque estas ropas realmente no se adaptan a mis gustos... La futura— buena para nada —Acero-san se acercó a mí con otro paso. Recogió la ropa que debería haber sido suya y la abrazó con fuerza. Con su cara todavía apartada, dijo— —...pero con lo mucho que hablas, sería de mala educación rechazarlas... —Habló a propósito de manera indirecta mientras se rascaba la mejilla. Finalmente se quitó los zapatos y fue entonces cuando dio un paso. Un paso, un segundo paso, y empezó a correr por el pasillo. Su propia casa todavía estaba allí después de tanto este tiempo. Se le había ofrecido un encuentro casual, y ahora lo iba a aprovechar. Con una leve sonrisa, la perseguí. Se dirigió hacia el salón de banquetes. La habitación más simbólica y feliz de su cabeza. Puso la mano en la puerta corrediza y la abrió— —¡Soy yo! ¡Acabo de llegar–! ¿...a casa? Y se quedó sin palabras, viendo a su madre enferma recostada en su lecho...
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Fue después de ser separada de su familia que las cosas resultaron así para Tsukasa-san. Naturalmente, la mini Acero-san no sabía de su enfermedad. Incluso luego de verlo con sus propios ojos, la realidad no se había establecido. El silencio termino siendo ocupado solamente por las débiles respiraciones de su madre enferma. Cerca de ella estaba el niño, que actuaba como enfermero a cargo. Y a un lado del futon, yacía el pálido brazo de la enferma. Todo esto golpeo a la niña que no tenía ni idea... —¿...es mi culpa? —Con pasos temblorosos, ella entró al salón de banquetes y se agachó junto al futon —¿Pasó esto porque la golpeé...? —¡No, no, no~!, ¡¡De ninguna manera!! La mini Acero-san dejó escapar un suspiro de alivio. —...entonces ella debería poder recuperarse pronto, ¿Verdad? —¿Eh...? —Me di cuenta de que mi rostro se había tensado, y sentí como mis tripas se retorcían
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dentro de mi estómago. La cuestión es que trate de ignorar este hecho, atiborrando mi cabeza con toda clase de pensamientos, pero la realidad era dolorosamente simple—
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Tsukasa-san va a morir pronto...
Su fecha aproximada de muerte ya había sido establecida. Ella no experimentara una vida larga junto a sus hijas. Las hermanas Tsutsukakushi se verán obligadas a vivir en esta casa oscura y vacía, únicamente ellas dos, aprendiendo cada una a lidiar con su duelo. Eso era algo seguro... —Por qué... ¿Por qué no estás diciendo nada? — Mini Acero-san me miró —Si no es una lesión, ¿Es una enfermedad? ¡La curaré! ¡Utilizaré en persona todo mi conocimiento! ¡Cuidare de ella día tras día! Nuestros abuelos podrán enojarse conmigo, pero eventualmente de seguro lo entenderán, ¿Verdad? ¡¿Verdad?! —...n~no... —¿Y luego llegará un momento en que podremos curarla, verdad? Podremos vivir juntas de nuevo, como lo hacíamos antes, ¿Verdad...? Si no fuera para eso... la única razón por la que regresamos a Japón sería tan insignificante como estallar pompas de jabón... Hay momentos en los que es demasiado tarde. No puedes cambiar el pasado. El pasado está escrito en piedra.
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—¡¿Por qué no dices nada?! ¡Di algo! No importa lo malo que haya sido el pasado, todos podemos arreglarlo. ¡Podemos superar este largo tiempo que hemos estado separadas y volver a ser una familia! ¿Por qué no puedes estar de acuerdo conmigo...? El yo adulto no podía encontrar las palabras y me quedé callado. ¿Cómo podría? El pasado irreversible estaba justo frente a nosotros. Yo solo vine a confirmar el pasado que ya se conocía; ¿Qué podría decirle a la niña que lo está sufriendo? —Llevaba dos años sin ver a mi madre. Quiero que ella me alabe más. Quiero que se enoje más conmigo. Quiero probar más de su cocina. Quiero que ella me enseñe más. ¡Quiero pasar más tiempo junto a mi madre...! Estoy seguro de que esas palabras le sonaron terriblemente familiares a Tsukiko-chan. Más~ más~ más—junto a su madre. Ese también debe ser su deseo. Algo que nunca podría ser concedido... —¡No quiero que mi madre se vaya sin que yo sepa nada! ¡Si hice algo mal, lo arreglaré! Dejaré de tratarla mal. Haré deporte. Mimaré a mi hermanita. Haré lo que sea... así que por favor—— La voz de la Mini Acero-san se quebró.
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Con las lágrimas acumulándose, sus ojos azul celeste se convirtieron en grandes cuentas redondas. Corrieron por su mejilla. —¡Quiero más recuerdos de mi madre...! Me pregunto quién gritó eso. La niña que lloró con todo su corazón, o la niña que ni siquiera puede llorar. Aunque las hermanas Tsutsukakushi no eran las mismas aquí, eran muy similares. —...llorona. Una voz vino a un lado de la mini Acero-san. ¿Cuánto tiempo había estado allí? No lo sabía. Todo lo que supe era que miraba directamente a Acerosan. —Tanto que te hacías la dura, pero solo eres una llorona. —¿Qué...? —Ofendes a los demás, pero eres una llorona. —¿Qué...? ¿Y tú que...?
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—Tenemos la misma edad, y aun así eres una llorona. Los hombros de la mini Acero-san comenzaron a temblar de ira, y el joven le sacó la lengua. —¡T~Tú...! —Odio a las lloronas. Odio a las niñas arrogantes... ¡Y en especial te odio a ti por ser la hija malagradecida de Tsukasa-san! —¡N~No digas eso! ¡Tienes el pelo recogido como una niña! ¡Te odio aún más! —¡Bueno, yo te odio aún más! ¡Barrera contra el odio! —¡Te odio incluso más de lo que me odias a mí de lo que te odio a ti de lo que me odias a mí! ¡Tú odio es inválido! —¡No puedes simplemente borrar el odio! ¡Pondré una barrera contra tu invalidación de odio! —¡Puedo! ¡No hay odio! ¡¡Odio odiar a las personas!! —La mini Acero-san gritó hasta por los ojos mientras sus hombros se agitaban con rabia.
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Todo el descontento y la tristeza reventó. En el verdadero sentido de la palabra, fue una pelea de niños. A pesar de que el joven había sido un niño tan bueno, supongo que estaba tratando de hacer alarde de su superioridad hacia una niña de su edad... o eso pensé hasta que vi lo que sucedió. —...te odio. Pero más allá del odio, amo a Tsukasa... no, la tía Tsukasa es la persona más importante en todo el mundo. Por eso te salvaré —El joven agarró la palma de la mini Acero-san mientras hablaba. —¿...cómo? —Esta casa tiene un «Dios Gato». ¿Has escuchado sobre ella? La tía Tsukasa me lo contó. Un gato que toma cosas y un gato que da cosas. —No me gustan las historias de fantasía... —Pero esta es de verdad. Ese gato concederá todo lo que le pidas, pero nunca de la manera en la que uno se lo espera. —¿...qué pasa con el otro gato? —El gato que da cosas es un gatito simpático. Aunque no pueda darte cualquier cosa.
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—¿...y porque dices que es un buen gatito? —En lugar de solo tomar cosas, toma algo que no necesitas y se lo da a alguien que sí lo necesita. De esa forma todo está equilibrado. Darle a alguien algo que no necesitas para ayudarlo es una buena acción. El niño tomó la palma de la mini Acero-san, y tiró de su brazo hacia su pecho. —Quieres recuerdos de la tía Tsukasa, ¿No es así? Entonces yo te daré los míos. Porque ya no los necesito. —¿Los tuyos...? —Sabes, mis recuerdos son increíbles. Ella me consintió muchísimo. Me elogió cada que pudo, se enojó conmigo muchas veces, me trató como a una molestia, nunca perdió las oportunidades de burlarse de mí y perdí la cuenta de las veces que midió mi estatura–si lo que de verdad quieres son recuerdos, te daré los que necesites. —¿P~Pero entonces que va a pasar contigo...? —Probablemente me voy a sentir un poco solo en el futuro, pero no me importa demasiado el pasado. Lo más importante es la chica que llora ahora frente a mí. Vi llorar a la tía Tsukasa. Me di cuenta de que nunca
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debería hacer llorar a una chica. Eso es lo que me juré a mí mismo. El niño se quitó el listón blanco y este aterrizo sobre la palma de Acero-san. No se lo dio directamente. Simplemente flotó hacia su mano a través de una fuerza misteriosa. Casi como para simbolizar el paso de los recuerdos...
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Y así, el joven Yokodera perdió sus recuerdos. Ese día—y a partir de entonces. El poder del gato es absoluto. Ya que le oró y dijo que no necesitaba recuerdos, cualquier cosa análoga a sus memorias le será arrebatada para siempre. No solo los recuerdos del pasado, sino los que guardara en el futuro. Incluso si llegara a encontrar a alguien importante; alguien a quien atesorara desde el fondo de su corazón, esos sentimientos solo serían temporales. Solamente sería capaz de recordar a aquellos con quienes contactaba a diario. Y una vez que desaparezcan de su entorno, eso marcaría el final de todo. En el instante en que estos sentimientos se conviertan en recuerdos, se desvanecerán como una burbuja al estallar. Eventualmente, los problemas familiares del niño solitario se resolverán—se mudará a la casa dominó y olvidará todo lo que sucedió en esta casa. Sobre la niña que conoció en una iglesia en algún lugar. Sobre el maravilloso mes que paso con aquella chica oni fuera de cierta guardería. Sobre el intercambio casual que tuvo con otra chica de camino a la enfermería... incluso todo sobre la tía Tsukasa-san, a quien amaba como a la madre que lo trajo al mundo. Todavía me siguen siendo arrebatados los recuerdos de absolutamente todo...
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Escuché el retumbo del mundo distorsionándose. La luz comenzó a iluminar nuestro entorno. —...senpai, esto es... no... Tsukiko-chan se quedó quieta en este mundo maquinado. Me di cuenta de que sus cuerdas vocales estaban vibrando. Ella estaba gritando con todo lo que su condición le permitía, y era algo que solo yo podía entender. Pero no tenemos ningún derecho a evitarlo. —Esto está mal. Esto no está bien. Esto es... — Tsukiko-chan negó con la cabeza una y otra vez. Se aferró a mi ropa, sacudió mi cuerpo y protestó. —Todavía podemos cambiar esto. Es posible que aún podamos hacer algo. Intentó correr hacia el joven, como si fuera a cambiar el pasado—ella no puede hacer eso. La agarré del brazo.
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—Senpai, ¿Por qué...? El pasado ya está decidido. Negar el pasado aquí sería como un sacrilegio hacia el presente. La agonía con la que mi yo cargo; la determinación con la que yo 29 cargué, todo sería en vano. —Pero si termina así, nunca podrás recordar... y al final te olvidarás de mí. Junto al niño y la mini Acero-san, los dos peleamos con oraciones tranquilas. Quiero cambiar el pasado. Pero no podemos. ¿Por qué—? Porque no podemos. Quiero cambiarlo. No quiero cambiarlo. ¡Vamos a cambiarlo! No vamos. Vamos a casa–no quiero. Rezar. No lo haré—al final, le pedí a Tsutsukakushi que cancelara su deseo. Pero ella no me escuchó. Y justo cuando nuestra discusión se convirtió en una pelea... El mundo volvió a gritar en distorsión; otra luz, idéntica pero diferente, se superpuso a la anterior.
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Los dos yo aquí están escritos de manera diferente en japonés, para diferenciar el pasado y el presente de Yokodera.
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—...esto es... —¿Por qué...? Finalmente me di cuenta de que nuestro campo de visión se había deformado, al igual que cuando inicio todo. Como si el mundo hubiera cumplido su propósito, los tatamis, el anexo y todo se desvaneció. Ya no había nada aquí. Todos los objetos que nos rodeaban fueron desguazados, derretidos y desintegrados. Una onda electromagnética que ni siquiera puedo describir destrozó el mundo, rompiendo los límites de la física de partículas. El mundo se estaba revirtiendo. Todo tipo de sonidos comenzaron a entrar en mis oídos y el color se extendió por todas partes. La luz se esparció por el aire y el aire se esparció por todas partes. Todo giraba, giraba, giraba, giraba aún más, como si me hubieran dado la vuelta en el tambor de una lavadora gigante. Mientras el mundo se derrumbaba, Tsutsukakushi presionó su mano contra su pecho y me miró con los ojos bien abiertos. —...yo no cancele mi deseo...
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Y era cierto que no lo hizo. El que había deseado que se cancelara fui yo. En el instante en que lo hice, el deseo se deshizo. Y ante esto, la primera persona en desear que volviéramos al pasado— —Por qué, por qué, Mam—— El suspiro sollozante del gatito se cortó...
Permítanme reiterarlo una última vez. Solo puedo recordar el mundo en el que estoy ahora. Esa es la razón por la que Tsutsukakushi y yo nunca podremos encontrar un apoyo común contra la erosión del porvenir. Nada es seguro. No hay ningún soporte que garanticé que nuestra relación sobrevivirá más que la determinación del ahora... aun si esto no es más que una de las bromas del «Dios Gato» o solo una ilusión mía, todavía pensé que no era tan malo.
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—...oigan, mocosos. Una presencia que gemía en el centro del salón de banquetes de repente se levantó. —Una aquí esperando su turno para hablar y la acaban matando. ¿Porque las caras largas?, si nadie aquí se ha muerto... —El erizo sonrió con amargura. En respuesta, el rostro del joven se iluminó. —¡¡Así que estas despierta, ti–Tsukasa-san!! — Apenas logró contenerse para no saltar sobre ella —...vamos para allá, ¡Así que no te levantes todavía! — En cambio, respiró hondo y empujó a la Mini Acero-san hacia adelante. —¡Wah! ¿Eh? ¡¿Qué estás haciendo?! Ah, me estoy cayendo... Cayó hacia adelante desde bastante lejos, aterrizando directamente en el pecho de su madre. Sorprendida, Tsukasa-san puso su mano sobre la cabeza de la niña, y la mini Acero-san se congeló. —¿Q~Qué le estás haciendo... a la gran Mesías...? —Umm... ¿Darte unas palmaditas en la cabeza?
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—M~Mmm... Era un espectáculo incómodo, pero ninguno de los dos trató de separarse. El joven miró esto con una sonrisa. —¡La próxima vez, invitemos al abuelo y a la abuela también! ¡Entonces todos podremos vivir aquí juntos! —No me opondría... pero considerando que ambos me odian, dudo que funcione. —¡Entonces, una vez que te sientas mejor, puedes ir a Italia! —Esa tampoco es una mala idea... pero también están Tsukushi y Tsukiko, y me sentiría mal por tenerlas transferidas... —¡Gaaah, excusas y más excusas! ¡Este es un mal hábito tuyo, Tsukasa-san! —El joven abrió los brazos de par en par, como si estuviera hablando con los cielos — ¡Entonces puede ser después de que Tsukushi-san se gradúe! ¡Este es otro deseo para el «Dios Gato»! ¡Una vez que ella crezca, espero que todos podamos ir juntos a Italia!
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—No solo desees lo que te venga a la mente...— Tsukasa-san se rio como si no le creyera al niño. Fue un círculo feliz. Casi como una familia real. La puerta corrediza se abrió lentamente y entró la Tsukiko-chan en miniatura. —Achoo... —Oye, te salen mocos de la nariz... La pequeña Tsukiko-chan estornudó en el instante en que entró, por lo que Tsukasa-san se sobresaltó un poco y la ayudó a limpiarse la nariz. Después de eso, tomo una camiseta a un lado de su futon. —Ponte esto, ¿okay? Era la misma camiseta que hace unos momentos se había quitado cierta persona. Como la estuvo utilizando durante dos días, lo natural es que le hubiera pegado su olor. La Tsukiko-chan en miniatura se quedó quieta mientras se la ponían. Enterró la cara en el cuello y lo olió como lo haría un niño.
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—...phew... —Ella entrecerró los ojos con comodidad y abrazó el cuello. Se acostó de lado y le tomó menos de un minuto conciliar el sueño. —Sheesh. Mi hermana pequeña gravemente del conocimiento que yo poseo...
carece
—...hey, no deberías decir eso. Tu eres la Oneechan —Tsukasa-san golpeteo suavemente a la mini Acero-san en la cabeza. Lo hizo con el porte natural de una madre. —¡¿Huuh?! —Tienes que atesorar más a tu hermanita. Lo mismo con tus amigos. Tampoco puedes ser grosera con las personas mayores que tú. —Y~Yo no... —El lema de nuestra familia es “El hombre que te ha deshonrado una vez, tiene que asumir la responsabilidad por el resto de su vida”. Al mismo tiempo, si deshonras a alguien, debes asumir la responsabilidad. Así que nada de tirarle piedras a la gente, ¿De acuerdo? —M~Muu...
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—No ‘muu’. ¿Cuál es tu respuesta, Tsukushi? —...sí. A pesar de que estaba siendo regañada, la mini Acero-san se veía extrañamente emocionada. —Tengo que enseñarte muchas cosas de aquí en adelante. En primer lugar, cómo cuidar a tu hermanita. —Yo soy la futura Mesías, así que tengo que concentrarme en mis estudios... —¿Huuuuuh? —Y~Yo estaba bromeando... madre... querida madre... mamá... por favor, enséñame mucho, ¿Okay? ¡No voy a estudiar nada más! —...e~está bien, ¿Creo...? La madre frotó tiernamente la cabeza de su hija. El joven vio esto desde la distancia, con una sonrisa solitaria. —...las familias seguro que son agradables. —¿Y tú que tanto balbuceas? —Tsukasa-san soltó un bufido —Debe hacer frío allí. Ven con nosotras.
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—¿...de verdad puedo? —¿Por qué no? Después de todo, eres parte de nuestra familia. —¡Okey~! —El joven saltó hacia la familia feliz. —Eso me recuerda que ya casi es hora de almorzar. —¡Yo también tengo hambre! —...gruhhh*... —Oh, sí, hay un olor agradable en el aire. ¿Quién preparo la comida? El salón de banquetes fue iluminado por una luz amable. Las voces alegres se volvieron cada vez más distantes y se cerraron las puertas.
A pesar de todo por lo que pasara mi familia—a pesar de lo desolador que podría parecer el porvenir, al menos permítanme reventar estar burbuja en un instante dichoso del tiempo...
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Capítulo 5 Al otro lado de los recuerdos La lluvia tenue empapó el parque infantil municipal... —No quiero cancelar mi deseo. Aguarda. Por favor espera. Mami. Mami. Estoy aquí... justo frente a ti... —Me llegaron los gritos de Tsutsukakushi, desprovistos de volumen y entonación. ¿Cuánto tiempo llevamos parados en este parque? Tsutsukakushi miró hacia el cielo lúgubre. A mi lado estaba el pasamanos. No había nadie más alrededor. Este era el parque infantil cerca de la Casa Yokodera. Los dos estábamos uno frente al otro; nuestros hombros empapados por la lluvia, nuestros paraguas tirados sobre el suelo. Era el escenario de diez años en el futuro—el tiempo era el presente. El mundo de la burbuja ilusoria se había desvanecido, y las cosas estaban tal y como deberían estar. —¿Porque...?, ¿Porque...? Tsutsukakushi martillo mi pecho–
—Sin
fuerza,
Con su madre en mente, a quien no pudo abrazar hasta el amargo final; con Yokodera-kun en mente, quien estaba desprovisto de recuerdos; con todo ese tiempo
que había estado añorando el pasado en impotencia— ella tomo todo eso y lo estrello contra mi pecho... ...incluso si no saldrían lágrimas, sabía que estaba llorando. —Lo siento... No había nada más que pudiera decir. Solo la abrace. Tsutsukakushi negó con la cabeza como para protestar, pero no le hice caso. Aun si no tengo ningún derecho a hacerlo, hay momentos en los que un hombro para llorar es suficiente. Incluso si empieza a odiarme por mi hipocresía, si no la consuelo ahora, no sería un hombre.
Después de pasado un rato, Tsutsukakushi estornudó. Aparto su rostro de mi hombro y trato de recoger uno de los paraguas tirado cerca. —...estoy bien. Lo siento. Ya puedes dejarme ir. —Pero... si estaba tan cómodo... —Senpai...
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Ignorando su débil voz, la abracé aún más. —...oh, por mí~. Lamento tener que interrumpir su diversión de esta manera. Una voz llena de regocijo corto el rollo entre los dos. En la parte superior del pasamanos todavía se encontraba la coneja con el «Dios Gato» en su interior. Como si estuviera imitando a un ser humano, la coneja hizo una mueca. —¿Disfrutaste de mi pequeña devolución por la última vez? —Con que de eso se trató todo... —Me di cuenta de una cosa. El objetivo de su venganza siempre fui yo. Yo mismo nos traje el pasado. Dado que tanto Tsutsukakushi como yo habíamos deseado confirmar el pasado, no fue sino hasta que yo mismo desee que el mundo se cancelara que todo volvió a la normalidad. Esa debe haber sido la lógica detrás de esta situación. ¡Eso resuelve el misterio! Ahora ya no tengo porque tratar con esta maldita cosa...
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—Dios Gato-sama, ¿podrías venir aquí un momento? —Oh, parece que finalmente reconoces mi grandeza. Pero no te vez muy sincero. ¡Si pretendes disculparte desde el fondo de tu corazón, procura hacerlo de una manera apropiada! Cuando le indiqué que se acercara, el «Dios Gato», todavía en la forma de Yaji-san, se aproximó dando saltitos ligeros entre las agarraderas del pasamanos. Casi que se veía como un niño pequeño, reflejando la ingenuidad de un párvulo que no había aprendido absolutamente nada... Agarré a la coneja por el cuello. —¿Qué? ¿Eh? ¡Ah—! La acerqué a mi boca e intercambiamos un apasionado beso. Como era la segunda vez que hacíamos esto, ya me había acostumbrado. —¡¿Qué...?! ¡No...! ¡Detente! ¡Gahh! ¡¿Mmmmm?! El Gato que no Sonríe se estremeció violentamente, pero no lo deje moverse ni un centímetro. Esta vez, no me contuve. Y no sentí nada especial aparte del aguado raspor en mi lengua.
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¿Quién lo diría?, no sabía que las lenguas de los conejos fueran tan ásperas. Ahora puedo vanagloriarme de saber cómo se siente un beso francés con un conejo. Supongo que a la larga mi técnica mejorara con esto... Después de pasados unos tres minutos, eventualmente saque mi lengua de la boca del conejo. —¡Uuuuu! ¡¡T-TE JURO QUE NO OLVIDARE ESTO...!! —Dijo Yaji-san mientras comenzaba a llorar (o al menos lo habría hecho si pudiera) y a saltos largos salió del escenario. ¿Se supone que esa cosa es un dios? Bueno, al Cesar lo que es del Cesar... —...se ve que ustedes dos son bastante íntimos... —Tsutsukakushi se encogió de hombros y comenzó a enfurruñarse. Parece que ya no tenía ganas de afligirse bajo la lluvia. Me relajé un poco y ella aprovechó la oportunidad para escapar de mis brazos. —...se siente como si nos hubiéramos ido por mucho tiempo. Tengo que volver. Mi hermana debe tener hambre. —Sí...
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Dicho esto, todavía no tenía ganas de soltarla.
Hace diez años y en el presente. ¿Cuántas veces he tomado este autobús y cuántas veces he caminado por el mismo camino? Al final, siempre damos vueltas. A diferencia de los juegos de citas, no hay una ruta segura que te lleve a un final. La vida está plagada de callejones sin salida y giros confusos. La noche ya había caído para cuando llegamos a la Casa Tsutsukakushi. Pasamos por la entrada que no había cambiado en los últimos diez años, caminamos por el sendero delantero limpio y ordenado y atravesamos la puerta magullada por los azotes del tiempo. —Hermana, lo siento por llegar tarde. Incluso después de que Tsutsukakushi alzó la voz, nadie vino a saludarnos. Tampoco recibió alguna respuesta cuando la llamo a su teléfono. ¿No se habrá muerto de hambre, verdad? No me digan que ahora nos toparemos con su cadáver pudriéndose...
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Los dos caminamos por el pasillo con una pizca de ansiedad, y luego escuchamos sonidos provenientes del salón de banquetes. —¿Qué pasa? Cuando abrimos la puerta corrediza, lo que nos recibió fue—
...un erizo gigante.
Cola larga y delgada. Orejas y bigotes redondos. Piel esponjosa—un disfraz rodaba por el suelo del salón de banquetes. —....... Tsutsukakushi tragó aliento y comenzó a correr. Ella pateó el suelo y se lanzó directamente sobre el erizo. —¡¿Mugh?! Un gemido de agonía vino del disfraz mientras soportaba la presión corporal de Tsutsukakushi. El pequeño gatito se aferró desesperadamente al erizo como si no quisiera dejarlo ir nunca más.
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—¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí? ¿Paso algo? No importa. Mientras estés aquí en este mundo, todo estará bien. —M~Mm... ya veo. Así que ahora estamos en una relación mutua... —¿Eh...? —Acepto tus sentimientos, Tsukiko. Ya no iré a la universidad. —............. —Sabes, obtuve el primer lugar en los exámenes intensivos de la escuela. Claro, si empiezas la cuenta desde abajo. Jajaja. Me preguntaba qué debería hacer, pero ahora mis preocupaciones se han desvanecido. ¡Estemos siempre juntas! ¡¿Okey?! —................ Tsukiko-chan se alejó lentamente del erizo y se levantó con cuidado. Vi un aura oscura construyéndose lentamente detrás de su espalda. Sentí que tenía mucha experiencia con dichas auras oscuras. La persona del disfraz se quitó la capucha y, naturalmente... era la Acero-san adulta. —...hermana. ¿Qué estás haciendo?
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—¡Te amo, Tsukiko! —Eso no es lo que quise decir. No podría importarme menos si me amas o no. —¿E~Es así...? —¿Por qué llevas ese disfraz? ¿Dónde lo conseguiste? —Traté de buscar alguna pista de que habíamos vivido en esta casa con nuestra madre, porque hay lugares a los que podría buscar solo si tú no estuvieras cerca. Y no te sorprendas, ¡Pero de hecho encontré un tesoro escondido en el entrepiso del entrepiso! Podemos usar esto para nuestra lucha. Así como por los recuerdos de nuestra madre. —Recuerdos... —Por supuesto. Serán nuestra arma. Está el disfraz, las marcas en el pilar... no hay otra forma de verlo. Los cuatro éramos una familia —Acero-san le sonrió a Tsukiko-chan, tocó su pecho y luego me miró– ¿A mí? —Espera, contando?
¿cuatro
personas?
¿Me
estás
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—¿Qué estás diciendo tan tarde en el juego, hermano menor de Yokodera? ¡Te dije que eres parte de mi familia! —¿...estás segura? —No hay nada sobre lo qué estar segura. Has sido parte de este lado desde hace mucho tiempo —La chica que vestía el disfraz de erizo habló exactamente como lo haría su madre. —...sí —Sonreí y me froté los ojos. —Daré a nuestros abuelos otra llamada sobre nuestra familia. Hablaré con ellos tantas veces como sea necesario. Si hablamos las cosas, llegaremos a un entendimiento. Tenemos palabras que podemos usar, podemos usar nuestras voces y transmitir nuestros sentimientos. Estoy segura. —Acero-san... —Por eso no hay necesidad de estar triste solo porque no pudimos encontrar ninguna fotografía. Al menos eso es lo que quería decirte, ¡Pero parece que se han animado solos! ¡Hoy te abrazaré tanto como quieras, Tsukiko! —Acero-san se giró hacia su hermanita con una mirada admirable.
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Se veía como alguien que realmente disfrutaba de su vida. Ya no había rastros de aquella chica ahogada en preocupaciones, y su cola de caballo, atada con un brillante listón blanco para el cabello, se agitaba con cada movimiento. —¡Nunca pensé que te gustaran tanto los ratones! ¿Vendrás siempre a abrazarme si me pongo este disfraz? Eso significa... si voy a la escuela con esto, ¿Tsukiko estará conmigo incluso durante las clases...? —...hermana, tengo que preparar la cena ahora... —¿Mmm? —Hasta que termine de cenar, repetirás tus lecciones de vocabulario en inglés y escribirás un informe sobre por qué obtuviste el último lugar en el examen nacional. Espero al menos 30 páginas con letra pequeña. —¿Q~Qué...? —Si no lo haces, nunca volveré a hablarte. —¡Una hazaña fácil, de hecho! —Acero-san se quitó el disfraz terriblemente rápido y salió corriendo del salón de banquetes.
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¿...así es su vida cotidiana?
En el suelo se colocó la piel de un erizo. —...huh. Así que esto sobrevivió todo este tiempo —Así parece. Cuando recogí el disfraz, algo parecido a una corriente eléctrica corrió por mis dedos. Emitían una vibra familiar— La imagen de Tsukasa-san. La imagen de la chica Oni. El yo dentro de mí, y el yo al otro lado de los recuerdos. Todos ellos estaban grabados en mi corazón. No hay nada que no se pueda recuperar. Lo importante no se queda en mi cabeza, sino en mi corazón. Incluso si ella no tiene expresiones que la acompañen, todavía puedo adivinar lo que siente la chica inexpresiva. —Realmente no sé mucho sobre el pasado. Como si el disfraz me impulsara a seguir adelante, mi boca se movió. Tenemos palabras.
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Podemos usar nuestras voces para transmitir nuestros sentimientos. Enterremos el pasado y centrémonos en el futuro.
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—Incluso si no eres la persona que conozco desde hace más tiempo, nunca dejaría que eso decida nada. Más que todos los recuerdos que he reunido hasta ahora, los sentimientos que tengo en el presente son mucho más fuertes. No importa lo que suceda en el futuro–siempre estaré a tu lado. Eres lo más importante para mí.
Sonreí; Tsutsukakushi no lo hizo. —...hablas mucho... —¿Hm? —...todo el mundo puede hablar... ¿Por qué tan seria?, ¡ni siquiera sonrió por dentro! —¿Oh...? ¿No se suponía que esa línea genial me llevaría directamente al final feliz? Tsutsukakushi poso sus dedos por encima del tatami. —Eso no tiene nada que ver con nada. —¿E~Es así? —Y parecías llevarte bastante bien con el «Dios Gato». —¡¿Con esa cosa?! ¡¡NUNCA!! ¡¿Cómo se vio así?! —Incluso si fue como un conejo, la besaste. Y justo en frente de mí.
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Dependiendo de mi respuesta, podría ocurrir una gran masacre encima de estas esteras de tatami. —Eso me recuerda que Azuki-san también mencionó algo. —...... —Que la habían besado... —............ —Y de una forma bastante tosca. Hubo lengua, ¿verdad? —.................. —¿Fue tan apasionado? Eventualmente, toda su palma se estrelló contra el tatami. —¿Estoy en lo correcto al asumir que lo hiciste con otra persona sin que yo lo supiera? —...... —Por supuesto, no soy quien para juzgar, así que no me importa en absoluto.
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—...... —Pero, como la que más te conoce y la número uno, creo que merezco un trato que se adapte a mi puesto. Pienso que tienes que mostrar tus sentimientos con acciones, y no solo con palabras.
Pum* Pum* Pum* Sus ojos enojados me miraron, mientras continuaba golpeando el suelo. Se veía como un gato moviendo la cola. Hace un tiempo... no, hace diez años, Tsukasasan me dijo algo.
—Te das cuenta de lo arrogante que fuiste al querer mantenerlo todo igual, te retuerces de agonía por la vergüenza y finalmente te la tragas para decidir.
Lo que me espera por delante podría ser un infierno pantanoso. Hacer feliz a alguien puede no ser lo mismo que hacer felices a todos. Solo por casualidad, ¿cuál es mi razón para vivir? Para qué—¿para quién estás viviendo?
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Todavía no sé la respuesta a eso. Aun así, independientemente de lo que me espere, daré este primer paso—
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Afterword En el idioma indonesio, “Esperanza” significa “¡Mengharapan30!” ............ ¿Ya saben a dónde quiero llegar con esto, verdad? Como cuando acabas de romper el hielo con una adorable chica indonesia...
—Oye, ¿Cuál es tu palabra favorita? —Es un poco vergonzoso, pero creo que probablemente serian “Sueño” o “Futuro”. —Fufu, qué romántico... creo que podríamos ser una buena pareja. —Eso espero. ¿Cuál es tu palabra favorita...? —¡Harapan! —¿Eh? —¡A mal clima, la harapan siempre es la solución! 30
En las raws, solo dice 'Harapan', que es como un puñetazo en el estómago.
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—¿Eh? —¡Sacar la panza y cargar hacía el futuro con harapan! Si me acompañas en mi viaje, estaría más que complacido. —¿Eh...? Y así, la linda chica indonesia se acercará sigilosamente al joven, lista para dar un fino golpe en el estómago, cuando ella... espera, ¿Que está haciendo, Editor-san? ¡¿Por qué me mira como si fuera indigno de ser humano?! ¡Sé que no fue mi mejor chiste, pero tampoco es como para arrojarme a la habitación blanca! ¡¡Espere, suélteme!! ¡H~HENTIKAN! ¡¡Hentikan Hentai!! (Y este sería el saludo de esta ocasión). Buen día a todos, soy Sagara Sou. ¡Logramos publicar con seguridad el quinto volumen de “El Príncipe Pervertido y el Gato que no Sonríe'! Todo gracias a mis queridos lectores. Muchísimas gracias. Este ha sido el volumen donde nuestros protagonistas confirman el pasado. Este fue un enorme
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punto de inflexión para la historia— o al menos así lo pensó mi editor —y me preguntaba si lograron disfrutarlo. Estaba pensando en lo bueno que sería si el próximo volumen pudiera armar el escenario para una fangosa y turbulenta batalla de comedia romántica, pero nunca se sabe lo que nos traerá el futuro. Todo lo que puedo decir es que intentaré entregarlo lo antes posible. Adicionalmente, hoy me han entregado el segundo tomo de la serialización al manga. Escuché que podrías recibir algo grandioso si compras este quinto volumen y el segundo tomo juntos, así que échale un vistazo para obtener más información. En ese sentido, realmente estoy al cuidado de Okomeken-sama y Yamada-sama. Puedo disfrutar de la historia como un lector por primera vez cada nuevo mes. ¡Me encantaría volver a cenar con ustedes! En cuanto a Kantoku-sama, sus ilustraciones fueron tan lindas como siempre. Te agradezco desde el fondo de mi corazón. Como dijo mi editor hace tiempo: “—Ese Kantoku-sama claramente es una A, pero tenía que trabajar también con una B desesperada, ¿No es así?”
—Pero Sou-san, ¿Qué significan estos dos términos? Bueno, permítame iluminarles.
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Ejemplo 1: A protege el horario, mientras que B no lo hace. Ejemplo 2: A es bueno en su trabajo, mientras que B es un bueno para nada. Ejemplo 3: A es un hombre súper guapo, mientras que B es... creo que se entendió el punto. Empezaré a llorar de verdad. De todos modos, tengo mi más profundo respeto por ti. Haré todo lo posible para no ser una molestia. Al mismo tiempo, me gustaría agradecer a los autores Fuyuki Fuyuki-san, Murasaki Yukiya-san y a mi amigo personal H-kun. Estuve bajo su cuidado mientras escribía este volumen. Gracias~ gracias~. Además, mi editor Iwaasa-san pasa día tras día trabajando conmigo en “SawaNeko 31 ”. Lamento aumentar siempre su carga de trabajo. Haré todo lo posible de aquí en adelante. Para terminar, me gustaría dar las gracias a mis lectores. Si este volumen les ha dado un poco de alegría, estaría encantado. Espero que podamos encontrarnos de nuevo.
31 Sawa
para el “pervertido”.
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¡Hentikan Hentai! (Adiós), y hasta la próxima.
Sagara Sou—
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Comentarios de Staff ¡¡Y TENÍAS QUE ACABAR EN ESA M@##%&@ ESCENA—!! Un gusto a todos. Aquí Krienled al habla para entregarles el quinto volumen de “Hentai Ouji To Waravanai Neko”. Ara~ Ara~, parece que en esta ocasión solo me tomo un mes entero sacar este volumen. Se que no es nada cuando lo comparas con monstruos como #Batoolo (que en ese tiempo ya habría publicado 3 novelas en paralelo) o el administrador de #Yumeno_Subs (que publica un volumen a la semana...); ciertamente no es mucho, pero al menos es trabajo honesto, y estoy feliz con ello (¿eso creo?) y todo esto fue gracias a la colaboración de muchas personas que ayudaron a traer este nuevo capítulo de HenNeko al español. Sé que solo somos un puñado los que leemos esta novela, pero todos los que trabajamos aquí adoramos al Príncipe Pervertido, y si aun con todos sus fallos y aciertos pudieron disfrutar de nuestra traducción aficionada, entonces todo valió la pena. Hablando de la trama, en esta ocasión Yokodera tuvo que encarar su pasado. A mitad de volumen la historia toma un rumbo muy al estilo HenNeko, si me
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permiten decir, desencadenando una escena que en mi opinión fue la más emotiva de toda la novela hasta la fecha. Las referencias tampoco se hicieron esperar; no solo a la cultura popular sino al propio mundo de esta historia. Literal entendí referencias por las que nunca creí que me emocionaría. Si me pidieran enumerar a fondo lo que más disfrute del volumen, diría que fue la presencia de Tsukasa-san, y por lo visto en la Raw, esto no será lo último que veamos de la Mama Erizo fracasada. Empezando con el listado, quiero agradecer a #Domen de Domen Traslations por colaborar conmigo. Él se encargó de traducir TODO el volumen, relegándome al cargo de corrector. Cuando le ofrecí que colaboráramos no creí que se involucrara tanto al proyecto más allá de los EPUD´s, pero al igual que yo, se vio seducido por las desventuras de nuestro desvergonzado príncipe. En estos momentos el ya debería estar trabajando en el volumen 7, por lo que me tocara meterle turbo para tener listo el volumen 6 para el próximo mes. Una historia de nunca acabar, ¿no es así? Luego esta #Batoolo de Claw Traslations. El hombre de la visión que hizo posible este proyecto. Sin su traducción al inglés, ni siquiera sabría por dónde comenzar. No puede faltar #ISA!_SY, que en esta ocasión nos deleitó con sus preciosos coloreos. La emoción de ver las
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ilustraciones coloreadas no me la quita nadie, y espero que podamos colaborar para el siguiente volumen xD. También quisiera dar una mención especial a las chicas de Gekota Scans. Probablemente trabaje con ellos en algunos proyectos bastante interesantes. Entre ellos la novela de una detective hikkikomori que muchos recordaran del repertorio de JC.Staff. ...como dije, hubo muchas personas detrás de esto. Y eso me aumenta la moral para continuar hasta el final. Espero que el tiempo me dé para acabar esta historia. Y sino, bueno, que sea lo que dios quiera. Me despido, y hasta la próxima...
¿...vienes del Culto de Spoilers Ligeros? ¡¡Eso significa que mi spam funciono—!! ¡¡¡HENTIKAN HENTAI!!!
Krienled [Fabian Estanga]—
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