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Capítulo 16:Convivencia.....................................................................................................................Pp

CAPÍTULO 16 %

CONVIVENCIA

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A medida que las noches polares se acercaban, la duración de la luz del sol también se acortaba. Durante esa época, paso el tiempo vendiendo la carne procesada y las pieles a los mercantes o haciendo más comida preservada.

Usualmente conservo la comida en botellas. El proceso lo realizo en la mesa de trabajo exterior que se encuentra en la parte trasera de la casa. Se trata de un lugar donde puedo procesar a los animales salvajes resueltamente y con libertad gracias a que no es parte del santuario de Ruruporon.

El curso de hoy será una botella de paté de hígado de perdiz blanca, el cual es un platillo de temporada. Limpié con cuidado la sangre y grasa de varios hígados, luego los mariné en leche para deshacerme del olor. A la mañana siguiente, puse en baño María los hígados con vegetales y salsa de soya; añadí especias, alcohol y huesos de ave en polvo para sazonarlo. Luego, dejé hervir la pasta hasta que toda la humedad se evaporara, después agregué mantequilla. Finalmente la coloqué en una bolsa de piel y lo machaqué con todas mis fuerzas. Una vez completado el paté de hígado de perdiz blanca se puede acompañar con pan o galletitas. Tras ponerlo en una botella esterilizada, lo sellé al vacío para hacer posible almacenarlo por largos periodos de tiempo.

En cuanto terminé de elaborar el paté de hígado bajo el clima helado, Sieg regresó de ayudar a Miruporon en el bosque y se acercó para ver que estaba haciendo. —¿Qué hiciste? —Estaba procesando a las perdices blancas para que se conserven. ¿Te gusta el hígado?

Escuché que a muchas mujeres no les agrada; no obstante, Sieg dijo que le encantaban. Así que recogí un poco delpaté de hígado que acababa de hacer y lo coloqué sobre el dorso de la mano de mi esposa.

Luego, Sieg lo llevó a su boca y lo probó. Acto seguido, dijo una sola palabra. —Delicioso.

—¿En serio? —Ajá. Cocinas muy rico.

Debido al inesperado halago, mis mejillas se aflojaron un poco. Considerando que solo yo lo había probado, era emocionante escuchar la opinión de alguien más.

Lo siguiente es curar la carne de pato en grasa. Primeramente, la carne es sazonada por completo con sal y clavo. Entonces, luegode agregar unas especies, se deja reposar por un día. Después se hierve en aceite a fuego lento y lo embotellamos. Posteriormente, con la grasa del pato se llena la botella. Se requiere de una gran cantidad de grasa, a pesar de eso la carne tiene un saborinesperadamente limpio. Se puede acompañar con salsas de baya amarga o salada, esto se convierte en una exquisitez durante la vida diaria en las noches polares.

La comida se almacena en el sótano. Al ver las botellas alineadas, pensé para mí lo bien que se veían para auto-satisfacerme. Ya que me esforcé más que el año pasado, me relajé al saber que las noches polares de este año también pasarían sin ningún problema.

Sin embargo, no solo teníamos que preparar esto para las noches polares.

Durante nuestro receso vespertino, le comenté a Sieg sobre el horario de mañana. —Me gustaría que ayudaras otra vez a Miruporon mañana. —Está bien.

—En cuanto a mí, mañana…

Ya que en realidad no quería hacerlo, terminé suspirando un poco antes de continuar.

—¿Qué pasa? —No, es que mañana, iré por la aldea revisando que todos estén preparados para las noches polares.

Aun si no inspecciono a los aldeanos, la mayoría de las casas están perfectamente preparadas. No obstante, hay casos raros donde los hombres de la casa se lastiman o colapsan debido a una enfermedad antes de las preparaciones. De acuerdo a nuestras costumbres no solemos confiar en los demás, por lo que, incluso si llegara a suceder esto, no muchos estarían enterados de ello.

Estoy al tanto de las noticias de la aldea gracias a los mercantes viajeros; pero, incluso ellos no saben todo lo que sucede aquí, por eso tengo que ir.

Si una casa tiene problemas, tenemos que apoyarlos financieramente así como repartirles comida. Esto fue decidido por mi abuelo cuando era el Lord.

No es difícil bajar la cabeza; pero, aun así el trabajo es duro. Se trata de un evento depresivo que ocurre cada año.

Cuando se lo expliqué a Sieg, hizo una propuesta inesperada. —¿Puedo acompañarte?

—¡¿Eh?!... No, no creo que sea una buena idea. —¿Por qué no? —Los aldeanos son poco amistosos, incluso conmigo que soy de esta aldea; entonces, si un extranjero los visita podrían ponerse innecesariamente hostiles.

— …

En cuanto al motivo de que yo no les agrade, creo que se debe a que tengo sangre mixta. Además de un par de cosas más. Como mi padre.

Mi padre era un aventurero que viajaba por todo el mundo, así que conocía a muchas personas diferentes, aunado a que tenía un valor misterioso y poseía el espíritu libre propio de un trotamundos. Se crío en tierras extranjeras y tenía una mala puntería que nunca mejoró. Al final, se fue de viaje alrededor del mundo con mamá. Era un hombre problemático con el corazón de un niño.

Bueno, aunque fue gracias a sus orígenes que pude obtener conexiones en la alta sociedad de un país extranjero. —Umm.

Aun cuando tenía una expresión apenada, Sieg continuó con la cabeza ladeada a modo de pregunta. Traté de explicarle lo terrible que eran las personas mayores; a pesar de eso, Sieg todavía quería acompañarme durante la inspección.

Por un lado deseaba alardear sobre Sieglinde. Sin embargo, lo que nos esperaba no eran bendiciones sino maldiciones de aldeanos viejos y xenofóbicos. —Me gustaría recordar al menos una persona más de la aldea. —Aun sí dices eso.

—Por favor.

— …

Si me lo pide con una expresión tan apasionada como esa, no hay forma de que pueda negarme. —Está bien; pero, tienes que permanecer detrás de mí. —Gracias.

— …

Qué pasa con esta conversación que parece entre un superior y su subordinado. ¡Quiero charlas más atrevidas!

Tras discutir sobre el horario de mañana, comenzamos a platicar sobre jabalís.

No me refería a esto... Cuando dije atrevido, no quería esto. Me gustaría algo más como de parejas.

—¿Qué debería hacer si un jabalí me embiste? —Cuando eso pase tienes que saltar a un lado poco antes de que te pueda golpear. Los jabalís no pueden girar de inmediato. —Ya veo.

— …

Estaba deliberando cómo podría transformar esto en una atmósfera dulce; sin embargo, por culpa de Sieg que empezó a conversar sobre técnicas para destripar, me rendí. —Últimamente, la carne de jabalí macho parece oler un poco más fuerte, ¿es por un motivo en específico? —Ah, puede que estén en celo. —¿De verdad? —Por el momento, deberíamos dejar de cazar jabalís. —Entendido.

— … Me cuestioné varias veces cómo es que llegamos a esto.

Al día siguiente.

A fin de patrullar la aldea, salimos a primera hora de la mañana. Detrás de mí, Sieg me seguía de cerca. ¿Debería ir primero a una casa que me odia? O, en lugar de perder la moral desde el principio, ¿debería ir a una casa relativamente amistosa?

Consideré una y otra vez qué hacer; sin embargo, a final de cuentas terminé por ir a la primera casa que vi.

La primera vez. —Ah, es verdad~. Sobre las preparaciones para las noches polares.

Me cerraron la puerta en la cara. Eso significa que no tienen problemas y que debería irme. Giré y me encogí de hombros, a lo cual Sieg me dio pequeñas palmaditas en la espalda sin decir una palabra.

La segunda vez. —¡Aaah, no tenemos ni un solo pequeño problema, así que vete de una vez!

—Ah, sí.

— …

De nueva cuenta, cerraron la puerta con frialdad. Lo mismo sucedió la tercera y la cuarta vez.

Hay alrededor de setenta casas en total. Ya que son demasiadas para recorrerlas en un solo día, terminé por el día de hoy. —Sieg, lo siento. —…No…

Hubo algunas personas que lanzaron insultos a Sieg. Por esa razón no quería que me acompañara; a pesar de eso, dijo que iría otra vez conmigo mañana. —Te lo suplico, ¿no te quedarías en casa mañana?

— …

Aunque le rogué que no lo hiciera, ella no respondió.

Hablaba en serio, pero Sieg simplemente se cruzó de brazos y no movió ni un solo músculo de su cara.

Pensé en actuar lindo para convencerla; sin embargo, solo de imaginarme haciendo eso, me sentí asqueado, de modo que no lo hice. Ya casi tengo treinta, estoy a punto de convertirme en un oji-san. Debo ser más consciente de cómo actúo o hablo. —Está bien, Sieg, no te puedo ganar. —¡!

Esa noche, no jugamos juntos como de costumbre y nos fuimos a dormir temprano.

No es que estuviera molesto con Sieg, sino exhausto de escuchar insultos todo el día.

Cuando me sumergí en la cama, mi consciencia rápidamente fue arrastrada por el sueño.

A la mañana siguiente.

Ya que me había levantado temprano, fui a la sala; sin embargo Sieg, que siempre despertaba antes que yo, no estaba allí.

Mientras pensaba que era un suceso extraño, vi el diario de intercambio sobre la mesa.

De nueva cuenta, esperaba el «Nada fuera de lo normal» de costumbre; sin embargo, cuando abrí la última página estaba repleta con oraciones.

Aunque Sieg estaba sorprendida por la actitud de los aldeanos que visitamos ayer, no se sentía incomoda. A pesar de eso, escribió que sintió algo indescriptible cuando me vio a mí, el Lord, siendo reprendido y la subsecuente depresión por ello. Sin embargo,

estaba aliviada al ver que regresaba a la vida cuando hablaba conmigo. Luego, anotó con palabras corteses que le gustaría acompañarme otra vez el día de mañana.

«Todavía no tengo la experiencia para ayudarte con la aldea; sin embargo, al menos quisiera apoyarte a ti desde las sombras»

Eso me conmovió hasta el punto de llorar.

Mientras leía el diario una y otra vez, Sieg despertó. Sus ojos parecían cansados, puede que se haya quedado despierta hasta tarde para escribir esto. Ante esa idea, mi corazón se tranquilizó y se llenó de calidez. —Sieg, gracias.

Cuando le expresé mi gratitud todavía sujetando el diario, mi concisa esposa solo respondió brevemente.

Esa mañana, deseé abrazarla.

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