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Capítulo 48:Champiñones deliciosos y el escenario de verano.................................Pp

CAPÍTULO 48 %

CHAMPIÑONES DELICIOSOS Y EL ESCENARIO DE VERANO

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Una vez que llegaba el verano, incluso la aldea remota en el país de la nieve disfrutaba de los brillantes rayos de sol. El bosque estaba teñido con un deslumbrante matiz verde y las flores brotaban atractivamente.

El día de hoy recolectare champiñones con Sieg. Estaba lleno de energía desde la mañana para hacer el almuerzo que llevaremos al bosque.

El platillo de hoy serían empanadas de crema de salmón.

Comencé con la base de la empanada. En un recipiente coloqué sal, harina y mantequilla, luego los mezclé bien con una cuchara de madera. Frecuentemente rociaba harina sobre la mantequilla para que la superficie quedara bien cubierta.

En esta temporada, los productos básicos se podían adquirir a precios baratos en las tiendas, así que no me contuve con la mantequilla.

Cuando la mantequilla se desengrosó, me lavé las manos con agua fría. Después, guardé la masa en una bolsa de tela limpia y la dejé reposar en la bodega fría por una hora.

Mientras la masa reposaba, preparé el relleno de crema de salmón. Utilicé un salmón importado que compré de la tienda. Como solo necesitaría la parte superior, dejé el resto para la familia Rango.

Saqué el salmón que había sido salado de la bodega fría y lo sumergí en leche para eliminar el olor. A continuación freí los champiñones, cebollas, zanahorias y patatas hasta quedar suaves. En otra cazuela derretí mantequilla y añadí harina. Acto seguido agregué leche y revolví. Una vez que la harina ya no tenía grumos y la mezcla era suave, retiré la cazuela del fuego. Mezclé los vegetales que acababa de cocinar y la salsa de crema, añadí el sobrante de la sopa de ayer y especias para ajustar el sabor. Finalmente, agregué el salmón y lo cociné hasta que la humedad desapareció.

Cuando terminé con el relleno cremoso, la masa que estaba reposando en la bodega fría también estuvo lista.

Utilizando un rodillo repetidas veces realicé el proceso para darle forma a la masa húmeda.

La masa de la empanada lista para ser usada la coloqué sobre una tela. En un extremo de la masa con forma cuadrada acomodé los ingredientes, luego lo doblé para formar un triángulo. En cuanto a los bordes los uní con firmeza para que la crema no saliera. Después, usé huevos batidos para cubrir la superficie y darle brillo.

Apliqué aceite sobre un plato de metal y luego acomodé las empanadas terminadas para que se cocinaran unos minutos. Finalmente tenía empanadas de crema de salmón listas para ser servidas.

Durante el invierno, las empanadas recién hechas y crujientes eran buenas; pero, en esta temporada calurosa nadie deseaba comer empanadas calientes.

Cuando se enfriaron un poco, las guardé en una canasta. El almuerzo estaba terminado.

Después de eso, desayuné con Sieg y nos dirigimos al bosque.

—Qué inusual, te levantaste temprano hoy.

—Estaba preparando un almuerzo para llevar.

—¿En serio?

El almuerzo estaba guardado en la canasta. Me pregunto si estará feliz Sieg. Mientras pensaba eso, seguí recorriendo el camino.

—¡Ah, aquí está!

El objetivo de hoy eran unos champiñones amarillos llamados kantarelli19 .

—Suenan venenosos.

—Lo son.

— … —No hay problema siempre y cuando no comamos muchos.

Kantarelli son unos de los champiñones más preciados en el mundo aparte de los cultivados.

En cuanto al veneno, bueno, deberíamos estar bien. Probablemente.

—Suena sospechoso.

—¡Está bien, está bien! Papá lo dijo, así que estoy seguro que no habrá problemas.

El Kantarelli tiene un aroma refrescante similar a los albaricoques. Le pedí a Sieg que se acercara para que los oliera.

19 N. de la T. Kantarelli: en es pañol s e l e conoce comúnmente como rebozuel o, anacate o chantarel a.

—Ciertamente tiene un aroma así.

—¿Verdad? ¡Estos son sabrosos, sabes!

Sieg también pareció rendirse y comenzó a recolectar los champiñones.

Cerca de una hora más tarde juntamos una cantidad bastante buena y dejamos de tomarlos. En el área había moras azules, así que decidimos agarrar algunas.

—¿Por qué no tomamos un descanso, Sieg?

¿No estás cansada? Incluso cuando le pregunté eso, Sieglinde respondió que estaba bien con una expresión despreocupada. Había una hoja sobre su cabello, por lo que me acerqué para quitarla.

Como había un río por aquí cerca, optamos por almorzar allí. Humedecí los pañuelos que traía en la canasta en el río y le entregué uno a Sieg.

El bosque era fresco; pero, mientras recogíamos diligentemente las bayas, sudamos. Se siente bien limpiarse el rostro con un pañuelo frío.

Cuando eché un vistazo a Sieg, estaba en medio de limpiar su cuello con el pañuelo. La ropa tradicional era de cuello cerrado, así que estaba sudando innecesariamente.

Logré tener un pequeño vistazo de su cuello blanco y, por alguna razón,la forma en que se limpiaba el sudor era sexy, así que inconscientemente solté un «¡Ooh!».

Fue un acontecimiento que no podría haber visto si estuviera sentado junto a ella. Gracias Dios por tu bondad.

—Ritz.

—¡¿P-presente?!

—¿Qué pasa?

—No, nada.

Sieg se dirigió a mí sin verme, así que me sorprendí. Ella solo quería decir «Hace calor hoy» y nada más.

Estaba actuando de un modo sospechoso, por lo que Sieg me miraba incrédula.

—¿Hiciste algo?

—Ah, eeh, no.

Al final, confesé honestamente.

—Eeh,estaba viendo como limpiabas tu sudor desde atrás.

—¿Te parece divertido eso?

—Más que divertido, es insoportable~ o algo así.

— …

Recibí miradas de reprobatorias. Aun así, me gustaba cuando Sieg me miraba así, así que me excité un poco. Sin embargo, no quiero que Sieg se moleste.

—L-lo siento, Sieglinde-san… Luego de eso, tomé la decisión de que ya no espiaría a Sieg.

❄❄❄ ¡Para el almuerzo teníamos las empanadas de crema de salmón que preparé en la mañana! Esperaba que Sieg me elogiara, así que declaré que me había despertado temprano y que me esforcé en prepararlas.

—¡Mira, Sieg! Trabajé duro desde la mañana.

—Eso es asombroso.

Me preguntaba si acariciaría mi cabeza, así que coloqué las manos sobre las rodillas y bajé mi postura; pero Sieg solo me dio una palmadita en el hombro. Qué lástima.

Como estaba hambriento, decidí seguir adelante. Las empanadas triangulares eran un poco más grandes que nuestras palmas. Tomé una con ambas manos y mordí un extremo.

El exterior de la empanada era crujiente, mientras que el interior suave gracias a la crema. El salmón tenía un sabor ligeramente salado, así que sabía incluso más rico. El sabor de la crema grumosa era consistente y los vegetales que se cocieron hasta quedar blandos, también amenizaba la lengua. Cuando mastiqué el champiñón que recogimos hace poco, el sabor me inundó.

Las empanadas hechas a partir de las bendiciones del verano fueron muy satisfactorias.

—Estuvo delicioso, Ritz. Gracias.

—De nada~.

A Sieg también le gustaron. Bien. Valió la pena despertarse temprano.

—Ahora que lo pienso, ¿cómo preparas los hongos venenosos?

—Los kantarelli, eh.

Los hongos venenosos, es decir, los kantarelli poseen una textura crujiente, saben ligeramente a pimienta y tienen un aroma abundante.

Freírlos en mantequilla y comerlos sobre un pan es bueno, también saben bien si los agregas a una sopa de leche. Se pueden usar como ingrediente para las tartas, o cocinar con las albóndigas y van bien en la salsa para el pescado a la parrilla.

—Pues, los métodos de preparación son los mismos que los de un hongo normal.

—Entiendo.

—También saben bien con alcohol.

—Esperaré con ansías eso.

Opté por reflexionar sobre mi tendencia a espiar del día de hoy y me esforcé por servir las bebidas.

…Bueno, aunque ya había servido la bebida de Sieg porque me gustaba hacerlo.

Luego de regresar a casa, entregué la mitad de los kantarelli recolectados a Ruruporon y en cuanto al resto, le quitamos la tierra y los dejamos secar en las canastas. Los champiñones secos son importantes para el invierno.

—¿Qué deberíamos hacer con las moras azules, Sieg?

Ya había hecho suficiente mermelada, salsa y jugo para veinte. Antier horneé tarta. Había muchas maduras, así que terminé recogiendo bastantes, por eso estaba agonizando sobre lo que debería hacer.

—¿Qué tal Lassi?

—¡¿Qué es eso?!

—Una bebida a base de yogurt.

—¡Eeeh, suena delicioso!

Por lo visto, Sieg lo bebió durante sus días en el ejército cuando no tenía mucho apetito. Al parecer era una bebida saludable de otro país.

Había ingredientes en casa, así que Sieg dijo que ella lo haría y ofrecí mi ayuda.

Para no estorbar a Ruruporon mientras cocinaba, la preparamos sobre la mesa.

—Podrías moler las moras azules, por favor, Ritz.

—Está bien.

Mientras aplastaba las moras azules, Sieg hizo otra cosa. En un recipiente mezcló yogurt, jarabe con limón y leche. Luego exprimió las moras azules aplastadas con una tela para conseguir solo el jugo.

—Una vez que agregamos el jugo de las moras azules está listo.

—Eeeh~.

Probé la bebida fresca.

—Ah, está fría y deliciosa.

El sabor dulce de las moras azules y el agrio del yogurt iban bien juntas. Tenía un sabor limpio, así que tal y como dijo Sieg me podía imaginar bebiendo esto cuando no tenía mucho apetito.

Mientras hacíamos eso, la cena fue servida. Como era una noche fría, cerré las ventanas.

El clima estaba dando señales de cambiar de verano a otoño.

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