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Capítulo 09: El primer día en el País de la Nieve..................................................................Pp
from Hokuou Kizoku 1
CAPÍTULO 09 %
EL PRIMER DÍA EN EL PAÍS DE LA NIEVE
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Las mañanas en el País de la Nieve comienzan a oscuras, como si fuera de noche.
Tal vez gracias a que estaba cansado por todo el viaje de ayer, dormí profundamente. Cuando me levanté de la cama, me puse un abrigo antes de encender una lámpara usando el fuego de la chimenea. Luego apagué el fuego de la chimenea con el atizador.
Me cambié y fui al lavabo. La casa se encontraba sorprendentemente cálida gracias al fogón especial en la cocina. Estando anexa a la pared, actúa como una estufa al tiempo que calienta la casa por medio de los ductos de ventilación que la recorren. Requiere de una gran cantidad de carbón, pero es necesario para superar el clima ártico.
Me lavé el rostro y cepillé mis dientes. También peiné mi cabello alborotado y lo trencé. Cuando me vi en el espejo, noté una expresión adormilada, así que me di unas pequeñas bofetadas para despertar.
Cuando fui a la sala-comedor, Sieg ya me esperaba allí. —Buenos días, esposo. —Buenos días, esposa.
Estoy feliz de que pueda saludar normalmente en la mañana. Por desgracia, la familia de raza marcial no tiene la costumbre de saludar por las mañanas.
De verdad estoy muy feliz de haberme casado.
Al parecer Sieg estaba pasando el tiempo con el libro que le di ayer y me hizo unas preguntas sobre las dudas que tenía.
Ya que me senté junto a ella, miré directamente a Sieg. Es la primera vez que puedo examinar su ropa con tranquilidad. La vestimenta de un azul profundo complementaba su cabello color cobrizo. También quería ver el largo; pero, ya que en estos momentos estaba sentada no fui capaz de hacerlo. —¿Qué significa esto? —Ah, eso es.
Siego acercó su rostro al mío; sin embargo, debido a que estaba concentrada en el libro, no le tomó ni un poco de importancia. Me sentí algo deprimido ante el hecho de que no estuviera consciente de mí, pero hay que ver el lado positivo. Su nariz tenía
pequeñas pecas. No sería capaz de apreciarlas sino miraba de cerca y eso me hizo extrañamente feliz.
—…Entonces, sobre las marcas de propiedad sobre los renos. — … —¿Sucede algo? —¡!
Ya que estaba distraído contemplando sus pulcros lóbulos de la oreja, reaccioné tarde. Para disimular eso, desvíe la mirada hacia la habitación. Sieg no señaló mi sospechoso comportamiento y volvió a preguntar. —Ah, lo siento. ¿Decías? —Me gustaría saber más sobre las marcas en los renos. —Ah~ la marca de las orejas.
Para protegerlos de los animales dañinos, los renos son criados en una gran área cercada. Ya que todos los renos de la aldea están allí, marcamos sus orejas para mostrar el derecho de propiedad. Tallamos las marcas con nuestros propios cuchillos y cada familia tiene su propio patrón distintivo, de ese modo todos pueden saber de quién es cada reno.
—¿Todos los renos? —Sí. En caso de que alguien encontrara uno sin marca, entonces puede marcarlo y quedárselo.
—Ya veo.
Prestando atención a mi explicación, Sieg escribió notas impecablemente. Mientras charlábamos así, el desayuno fue servido: tortitas de papa; una sopa sencilla con tubérculos, especias y carne de venado; sopa de leche servida en pan de centeno y jabalí rostizado con especias. Una comida pesada para comenzar el día. Esto era lo normal para mí, así que me sorprendí bastante cuando solo recibí pan y café en el desayuno durante mi estadía en el país de Sieg.
Las otras mujeres que traje mostraron su descontento de que no necesitaban tanta comida en la mañana; sin embargo, Sieg no se quejó e incluso dijo: «Luce delicioso», antes de empezar a comer.
Sin lugar a dudas una mujer militar. Viendo lo bien que comía, me enamoré de ella una vez más.
Luego del desayuno, tuvimos un pequeño descansoy aproveché para contarle a Sieg sobre la agenda de hoy. —El día de hoy te llevaré a conocer la aldea, luego iremos a cazar al bosque.
Iba a ser un plan bastante ajetreado para el primer día; no obstante, en este lugar tenemos que trabajar como esclavos todos los días.
Después de un rato, salimos. Para empezar, nos dirigimos a la aldea, la cual ahora iluminada con la luz del sol se veía muy diferente al día de ayer que era de noche.
En la plaza de la aldea había niños jugando. Era un juego dónde una persona se agachaba y se ponía una cornamenta de reno sobre la cabeza, mientras que los otros trataban de atraparlo usando cuerdas.
Sieg parecía perpleja cuando vio eso. Bueno, no la culpo. En realidad es un ejercicio para atrapar renos y no un juego normal. —¡¡Ah, es el Lord~!! —¿Qué pasa? ¡¿Vino a jugar con nosotros otra vez?!
Cuando nos vieron, corrieron hacia nosotros. Los abracé y levanté muy en alto para revisar cómo habían crecido. Cuando les mencioné que no jugaría con ellos el día de hoy, parecíandecepcionados. —Eh~ hay una persona que no había visto antes~ —Oh, es verdad~
Tras notar a Sieg, los niños se mostraron fascinados. —Ella es mi esposa. Traten de hablar con ella en el idioma extranjero que aprendieron.
Los niños tan adorables como unas hadas vacilaron mientras veían a Sieg, así que ella se agachó y dijo: —Hola, ¿no tienen frío? —¡H-hola! —¡No hace frío! —Menos mal.
Todos hablaron y lucieron felices de poder comunicarse con ella.
Más tarde, la guíe a la única tienda de la aldea y le presenté a la dueña, quién también provenía del mismo país que Sieg. Le dije que podía confiar en la dueña si tenía problemas con algo. También hay una posada y un restaurante; sin embargo, ya que los turistas no vienen en esta época se encuentran cerrados.
Después, traje un trineo de perros, coloqué un cuchillo en mi cinturón, conseguí unas cuantas sogas y un rifle de caza, y salimos.
La nieve suele acumularse mucho en el bosque, así que puse unas tablas de madera bajo mis pies y me deslicé sobre la nieve usando bastones. Luego de viajar un rato por el bosque, llegamos a una cerca de madera.
—Este es el bosque de los renos.
Esta cerca abarca una extensa área. Asimismo, fue construida por nuestros antepasados y tallaron sobre los tablones las enseñanzas del Espíritu para alejar a las plagas. Hay comederos en los límites del bosque. Allí los aldeanos colocan comida todos los días.
Los renos pueden desenterrar musgo bajo la nieve usando sus pezuñas. Aun así, ya que no es suficiente con eso, les damos comida adicional.
Conforme caminábamos, nos encontramos con un reno. Estaba algo lejos, así que no nos había visto.
—Tratemos de atraparlo.
Enterré los bastones en el suelo, le pasé el rifle a Sieg y agarré las cuerdas. Después de hacerlas girar, las arrojé apuntando a las cornamentas y el reno fue capturado sin oponer mucha resistencia. Sin embargo, no todos los renos son así de dóciles. Algunos son muy agresivos, de modo que las sogas siempre son necesarias.
Jalé la cuerda e hice señas para que se acercara el reno. —Ah, este tiene dueño.
Podía ver una marca.
—La marca de este es muy notoria. —Sí, pero a los renos no les duele mucho.
Caminamos un poco más en el área cercada y nos fuimos.
Finalmente, nos detuvimos en el bosque para cazar. Solo tomé un perro para jalar el trineo y le ordené al otro que esperara.
En el bosque hay conejos, linces, jabalíes, venados, zorros y hasta osos. Ya que no hay muchos que tengan pelaje blanco, pusimos una restricción sobre ellos, a tal grado de que debían de informar si atrapaban a uno. —Tenemos que ser cuidadosos con los osos, aunque ellos no suelen aparecer por aquí.
Los osos con pelaje blanco usualmente no hibernan. Se dice que viven en lugares con arroyos; pero, por algún motivo, también se pueden encontrar por aquí. Siendo omnívoros, a veces cazan animales de tamaño mediano como venados y jabalíes, pero también comen pescado, cortezas y bayas.
Mientras hablaba sobre los osos, un animal saltó desde los arbustos.
—Ah, un conejo —murmuré eso, apunté con el rifle y jalé el gatillo. Las dos balas dieron en su cabeza.
El conejo no era blanco, sino marrón, pero tenía manchas blancas sobre su estómago. Los conejos tienen mejor sabor en invierno. Además, su piel es suave, así que los usamos para gorros y guantes.
Guardé al conejo muerto en mi bolsa de piel. Dura alrededor de cuatro días para que se fermente y si no tengo cuidado, el gas podría acumularse en su interior, arruinando el sabor.
Después buscamos un poco más por el bosque; pero, ya que el sol comenzó a ponerse, decidimos regresar a casa.
CAPÍTULO 10 %
EL PRIMER TRABAJO EN EQUIPO DE LA PAREJA
Cuando llegamos a casa, el sol ya se había puesto y daba la sensación de que era noche; aunque la hora del reloj todavía marcaba que era la tarde.
Llevé al perro a lacabaña y le entregué las herramientas a Teoporon que estaba allí por casualidad. Luego tomé al conejo de la mano de Sieg y lo coloqué en un tazón seco. Después salí y recogí algo de nieve, usando la bolsa de piel, para ponerla sobre el vientre del conejo.
El conejo se dejará así por otros tres días, tras los cuales finalmente lo procesaremos. —¿No le extraerás la sangre? —Así es. En invierno, la sangre de conejo es muy buena.
En esta temporada, la sangre de conejo huele especialmente bien. Ya que la usamos al cocinar, no drenamos forzosamente la sangre. No obstante, si no se remueve la sangre, el gas se acumula adentro, así que usamos nieve para mantener una temperatura adecuada para el primer estado de preservación.
Cuando Sieg dijo que entraría a la casa, finalmente pude ir a la bodega.
Dentro de la cabaña almacenamos animales sin procesar. Necesito destripar hoy al conejo que cacé antier. Ese día, pude cazar hasta cinco animales.
Dentro de poco, llegaran los días en el que sol no sale. Debido al peligro de cazar en la oscuridad, tenemos que hacerlo ahora tanto como sea posible para elaborar más comida preservada y ganar más dinero, así que las cosas se pondrán más ajetreadas de ahora en adelante.
La caza del día de hoy no fue buena; no obstante, a veces hay días en lo que no se puede cazar nada, por eso no le di mucha importancia.
Cuando regresé, Sieg todavía me esperaba, afirmando que no podría estar solo ella en un sitio cálido. De verdad es caballerosa.
Tras entrar a la casa, Ruruporon parecía que ya nos estaba esperando y sirvió la comida.
También para el almuerzo hubo una gran porción.
Estofado de conejo con especias sobre una cama de puré de papa. Había albóndigas en salsa de mora servidas en una tazón hondo de madera. El pan era de centeno como de costumbre. Quizá porque ahora estaba tostado, las rebanadas eran más gruesos de lo normal. La tarta de sopa de champiñón, horneada hasta conseguir un hermoso tono marrón, te llenaba de felicidad cuando masticabas la crujiente superficie y la espesa crema. El pescado blanco gratinado se derretía deliciosamente en la boca.
Sieg elogió enormemente la comida, al punto de afirmar que era más deliciosa que en su país. Tomando en cuenta que la comida en mi casa era la única fuente de orgullo, una sonrisase formó en mi rostro.
Aunque son elaboradas con ingredientes caros que conseguimos de los mercantes, decidí que no escatimaría en dinero para tener comidas deliciosas. —¿Qué haremos en la tarde? —Estaba pensando en procesar al conejo que cacé hace tres días.
Ya que me sentiría mal si le enseño cómo se destripa cuando apenas llegó ayer, le dije que podía hacer lo que quisiera. —En ese caso, me gustaría ver como lo procesas. —Ah, ¿te parece bien? —El tiempo libre no me sienta muy bien. Si hay algo más que necesites hacer, no dudes en decírmelo.
—No-no, nada más.
Miruporon se encarga de cortar la leña, cepillar y limpiar a los animales, mientras que Teoporon hace el mantenimiento de las herramientas y las bodegas. Además, ya que la cocina es el santuario de Ruruporon, ni siquiera yo, el dueño de la casa, puede entrar. Aun si me pide otra tarea, en realidad no hay ningún trabajo que pueda hacer.
A final de cuentas, me acompañó.
Una vez que digerimos la comida, partimos.
Llevé al conejo que había estado fermentándose por tres días en la bodega hasta la carnicería.
—El día de hoy procesaré al conejo que atrapé antier. —Entendido.
Pensé que sería nauseabundo para ella ver cómo destripaba a un animal de cuatro patas de repente; sin embargo, puesto que no había otro animal apropiado, opté por respetar sinceramente su deseo.
Sobre la pared hay casi unos cien cuchillos. La mayoría de ellos son de la colección de mi abuelo y gracias a que Teoporon los limpia regularmente, todos tienen un brillo intenso.
—Este podría servir~
Escogí un cuchillo pequeño, después de todo bastaba con usar un cuchillo para procesar a un conejo. De modo que tomé un cuchillo familiar del gancho de la pared y lo puse sobre la mesa de trabajo.
Cuando me giré para ver a Sieg, noté que seguía tranquila. Aunque la habitación está limpia, el olor de la sangre no desaparece rápidamente. Encima de eso, ayer Teoporon procesó a un animal grande, así que todavía huele. Le pregunté que si estaría bien, ella asintió con la cabeza y contestó que sí.
En cuanto terminé de realizar los últimos chequeos, empecé a procesar al conejo. —Primero desgarramos los tendones de Aquiles…
Corté ambas partes y sujeté las piernas traseras mientras introducía el cuchillo preparándome para despellejarlo…. A partir de allí, deslicé el cuchillo por el muslo y continúe hasta las posaderas. Luego, empecé a remover con cuidado la piel. —En este punto debes ser cuidadosa de no cortar los testículos.
Si uno terminaba cortándolos, el olor impregnaría a la carne, arruinándola.
Luego de eso, lo despellejé descaradamente usando fuerza y técnica. El vientre apenas tiene algo de carne, así que debo de tener cuidado para no dañar el filo del cuchillo. Finalmente, se retira la piel fácilmente al tirarla mientras se sostiene de la cadera.
—…Bien, eso es todo. —Parece fácil, pero en realidad debe ser difícil. —Umm, buena pregunta. Creo que depende de qué tan habilidoso sea uno.
El procesamiento de animales es una técnica que aprendí cuando era niño. La primera vez que me mostraron cómo destripar aves, quedé tan traumatizado que sufrí pesadillas. Es un recuerdo entristecedor. —En cuanto a la piel, tengo que hervirla en agua con hierbas, pero eso será más tarde.
Despellejar es la parte más importante. La piel es importante para nuestra vida diaria, así que equivocarse no es aceptable.
Luego de retirar la piel, proseguí a sacar las tripas. Quité las vísceras del conejo desnudo siendo cuidadoso de no cortar la uretra. La sangre no se limpia fácilmente, así que no importa ser pulcros. Extraje los órganos internos y los clasifiqué. Después, corté en varias partes diferentes para decapitarlo. Una vez que cercené las patas delanteras y traseras hasta separarlas del cuerpo, se termina de procesar. —Se deja fermentar una semana más, entonces podemos comerlo. —Es bastante tiempo.
—Así es.
Tras observarme procesar tres conejos, Sieg dijo que quería tratar de hacer el último; de modo que nos encargamos del último juntos.
Cuando me percaté de que nuestro primer trabajo en equipo fue destripar, me arrepentí de no haber hecho algo más impresionante.
❄❄❄
Por la noche, lentamente me sumergí en el baño que Miruporon preparó.
Antes creía que comer y tomar un baño eran las únicas dichas en la vida.
Sin embargo, ahora es diferente. No podía esperar a charlar con Sieg. Había estado comiendo solo hasta el día de hoy. Es extraño cómo la comida sabe mejor cuando hay alguien con quien compartirla.
Luego de que terminara de bañarme, cenamos y Sieg me invitó a jugar. Por supuesto que acepté, ademásno tenía nada que hacer.
Sobre la mesa de la sala estaba el artículo que compramos en la tienda de juguetes.
El juego se componía de piezas blancas y negras sobre un tablero con cuadros. Los jugadores tomaban turnos para colocar las piezas blancas y negras sobre el tablero hasta rodear el color del oponente y al final la persona con más piezas de su color ganaba6 .
Jugué varias rondas con Sieg, pero no pude ganar ni una sola vez. —¡Una vez más!
Comencé relajado, pero en poco tiempo me puse serio. Aun así, no pude ganar.
—Otra vez perdí… —Bueno, yo llevó más tiempo jugándolo.
El juego es del país de Sieg y ya que lo juega desde que era niña conocía todas las tácticas.
Cuando vi que Sieg comenzó a bostezar, decidí detenerme por ahora. —Ganaré mañana… —Acepto el reto. Sieg no cedía hasta en los juegos.
6 N. de la T. Por s i ti enen curi os i dad es tán jugando Othel l o o Revers i .