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Capítulo 04:Un tenso viaje en carruaje y la Casa Wattin................................................Pp

CAPÍTULO 04 %

UN TENSO VIAJE EN CARRUAJE Y LA CASA WATTIN

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Han pasado tres días desde que conocí a Sieg. El día de hoy iré a visitar la casa de su familia.

Ya que toda esta dura prueba fue decidida de prisa, no tengo nada más que una escultura de madera de un oso polar; pero, ya que no había otra cosa, opté por llevarlo como regalo. Originariamente estaba en la tienda de la aldea, sin embargo, como no se vendió lo recogí. Planeaba dárselo a mi amigo o algo así.

En la estación un excepcional y excelente carruaje tirado por cuatro caballos aguardaba allí. Había escuchado que el escudo de armas de la Casa Wattin tenía franjas amarillas y negras con tiras en forma de corona, estaba seguro de que el carruaje frente a mí era el transporte de hoy.

Después, el conductor del carruaje vio a este campesino, descendió de su asiento y declaró:

—Lo esperábamos, señor. Debido a que abrió la puerta muy cortésmente, dije sin pensar una disculpa. —Buenos días.

—¡B-buenos días, Miladi!

Sentada con las piernas cruzadas, Sieg me saludó de manera concisa. Ya que mi corazón no estaba preparado por alguna razón hablé respetuosamente.

Es la segunda vez que estoycon una mujer más grande que yo, pero todavía no me acostumbro. Me senté junto a ella con una expresión tensa en mi rostro.

Agonizaba sobre cómo debería pasar las próximas tres horas; no obstante, parece que olvide que tengo una personalidad bastante simple. Tan pronto como el carruaje comenzó a moverse, también lo hizo nuestra conversación.

El tema era sobre la frontera en la que íbamos a vivir, Laponia.

Había algo de historia y costumbres que necesitábamos repasar.

En ese ambiente hostil, las personas rinden culto al Espíritu desde hace mucho tiempo. Sin embargo, hoy en día no muchos creen en él. Aunque los jóvenes todavía ofrecen sus respetos, tratan de no aprender malos hábitos.

Ese mal hábito es “No ayudar a los demás a fin de que uno pueda sobrevivir en este ambiente hostil”. Debido a este mandamiento del Espíritu, los aldeanos solo confían en sí mismos y en sus familias, rara vez interactúan con el resto.

Aunque exista dicha costumbre, los aldeanos festejan cuando nace un niño. Se dice que una nueva vida es una preciosa bendición del Espíritu.

Cuando dan luz a un bebé, los aldeanos llevan buena comida a esa casa como ofrenda para que el niño crezca saludable.

Hay muchos jóvenes que piensan «¿Estas dos enseñanzas del Espíritu no se contradicen?», pero no se puede hacer nada al respecto ya que es una tradición antigua.

Además, hay otra cosa sorprendente en relación al Espíritu.

Se trata de la familia de una raza de guerreros que mis padres trajeron hace diez años. Ni siquiera sé de donde son. Nome puedo comunicar muy bien con ellos; a pesar de eso, trabajan como sirvientes en mi casa.

Aparentemente, perdieron su tierra natal por lo que fueron al exilio; sin embargo, mis padres los convencieron para que vinieran a la frontera.

Ellos también rinden culto al Espíritu. Aunque, desde luego, se trata de un Espíritu diferente.

En su momento me esforcé por aprender su idioma y cultura, pero sin resultados. Ellos no usan mucho el lenguaje verbal para comunicarse.

Se comunican entre ellos por medio de gestos. Golpeando sus pechos, levantando los dedos, etc. Me llevó algunos años entender esos gestos. No obstante, solo transmiten ideas sencillas, así que no puedo formar oraciones complejas.

Continúe hablando sobre esas historias durante el viaje. Afortunadamente, Sieg escuchó detenidamente y no parecía descontenta.

De repente, clavó su mirada en mí, de modo que pregunté qué sucedía. —Ah, simplemente tenía curiosidad sobre si tú mismo trenzabas tu cabello.

Cuando lo afirmé, recibí un alago. —Bueno, debo de admitir que esto también es parte del culto al Espíritu.

Desde tiempos antiguos, dicen que hay un poder misterioso en el cabello. Al mantenerlo largo, supuestamente protege a las personas de los desastres.

Bueno, existe esa creencia, pero es inesperadamente cálido cuando lo envuelves alrededor de tu cuello.

—¿Has tratado de dejar tu cabello largo? —Ahora que lo pienso, nunca lo he intentado.

Así que le sugerí dejarse el cabello largo, a lo cual se rió refrescantemente, declarando que tal vez sería una buena idea.

Mientras charlábamos de esa forma, las tres horas pasaron rápidamente.

❄❄❄

La región de Thüringen, la cual regía la Casa Wattin era un lugar tranquilo rebosante de zonas verdes. Los árboles que rodeaban la ciudad se encontraban teñidos de blanco con la nieve, creando un hermoso escenario.

Luego de transitar el sendero por un rato, divisé una gran mansión. La morada de la Casa Wattin.

Sieg declaró que apenas regresaba luego de cinco años. Los sirvientes también lucían felices de verla.

Mientras esperábamos en la sala de dibujo, una de las puertas se abrió con mucha fuerza. Un chico en medio de su adolescencia entró a la habitación.

Tras ver a Sieg, el chico estalló en sonrisas. Sin embargo, lo que salió de su boca fue desconcertante. —¡Oye, abuela! ¿En serio vas a casarte?

— … Cuando miré a Sieg preocupado, sus ojos tenían el usual brillo rapaz. Afortunadamente, no parecía nada muy malo.

—Claus, estás en presencia de un invitado. Siéntate… —¿Qué clase de persona rica se casa con esta solterona?

—Claus, compórtate… —¿No tengo razón? Es el segundo matrimonio del tipo o tendrá como cincuenta años. —Claus, siéntate. —¡Eh, espera, ¿no me digas que tu esposo es este chico con cabello de chica de aquí?! —Dije que te sentaras.

—Por qué, hermano. Fuiste amenazado para… ¡¿Guaaa?!

El cuerpo del chico se inclinó hacia adelante y en un instante cayó boca abajo al suelo. Fue porque ignoró a Sieg.

Menos mal que había una alfombra suave en el piso, así que no creo que el impacto haya sido tan malo; pero, Sieg procedió a inmovilizar al chico con una rodilla y torció su brazo hacia arriba.

—¡¡Auch, se está rompiendo, se va a romper, auch, auch!! —Todavía no se rompe. —¡¡Auch, se va a romper!!

— … Escuchando las suplicas del chico, Sieg lo dejó ir. Todavía boca abajo, masculló.

—E-estúpida anciana… —Hablamos en una habitación privada, Claus.

—No… —Solo sígueme —afirmó Sieg mientras se llevaba a la fuerza al chico. Unos minutos después.

—Hola… Encantado de conocerte. Claus Von Wattin a su servicio. —H-hola… —Hablé imprudentemente antes. Me disculpo. —No hay problema… El chico fue reeducado en cuestión de minutos.

Claus es el hijo del hermano mayor de Sieg. Al parecer, está visitando la casa de sus abuelos porque está de vacaciones.

Mientras tenía una breve charla con Claus, fui notificado de que los padres de Sieg arribarían dentro de poco.

Cuando se marchaba, Claus me miró un poco incómodo. —Um, Revontulet -san. —¿Sí?

—Fui muy grosero. Lo siento. —Está bien. No te preocupes.

— …

El chico hizo una profunda reverencia y salió de la habitación. Durante la conversación, parecía algo asustado de Sieg, así que me preocupé sobre qué tipo de educación recibió en el cuarto privado.

—Me disculpo, mi sobrino Claus ha sido maleducado.

Sieg se disculpó por las acciones de su sobrino. —Hubo un tiempo en el que vivió en la ciudad, así que pienso que su comportamiento es en parte mi culpa. —Está bien. No le des importancia.

Parecía cercana a su sobrino.

Sieg todavía parecía querer disculparse; sin embargo, en ese momento sus padres entraron así que dejó de hacerlo por el momento.

Estaba nervioso por esta reunión; pero resultó que los padres de Sieg eran muy bondadosos.

Comprendieron mi situación y no se opusieron al matrimonio.

Además, por fortuna, aceptaron felizmente la escultura del oso polar.

La reunión pasó inesperadamente sin problemas. Tenía miedo que su padre fuera a golpearme, pero todo salió bien. —Entonces, ¿debería ir dentro de dos meses? —Me gustaría decir que eres bienvenida cuando quieras, pero creo que sería mejor si vinieras a principios de primavera. —Pues, si voy a vivir allí, las estaciones no importan mucho. —Bueno, tienes razón…

Recordé que una prometida anterior dijo que ese no era un lugar donde las personas pudieran vivieran.

Aun así, no me gustaría obligarla.

Si dice que no puede vivir allí, me rendiré limpiamente. —¿Qué pasa? —Nada.

De esa forma, se decidió que Sieg vendría dentro de dos meses.

❄❄❄ Mi tiempo en la mansión de los Wattin transcurrió rápidamente. —En esecaso, nos veremos dentro de dos meses.

Despidiéndonos, Sieg me ofreció su mano para un apretón. Ya que se trataba de la tercera vez, fui más precavido.

Sintiéndome travieso, quise vengarme un poco de ella. —Espero con ansias nuestra próxima reunión, ojou-san (fräulein). —¡¿?!

Sujetando sus dos manos con fuerza, la besé en la mejilla y subí al carruaje antes de que pudiera quejarse.

Desde la ventana, pude ver a Sieg aturdida, presionando su mano contra la mejilla. Ondulé mi mano a modo de despedida.

Regresé a casa mientras esperaba ansiosamente esa fecha dentro de dos meses.

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