S E V I L L A †
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Cada año, desde el siglo XVI, se celebra en Sevilla la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Durante una semana, el dolor y la culpa son los protagonistas en la vida de los sevillanos. Quieran o no. El amor se representa con un objeto de tortura: la cruz. La generosidad con ostentosos altares de oro y caros ornamentos. El respeto brilla por su ausencia.
Violentas mareas de hipocresía enmascaradas de fe y tradición invaden la ciudad. La libertad de culto de unos, anula cínicamente el derecho a circular libremente de otros. Los niños, con su habitual inocencia, disfrutan de los rituales y ceremonias teatrales sin percatarse de su sutíl adiestramiento como nue vos “soldados de la fe”. C.
Sevilla, abril de 2007.