INTRODUCCIÓN
CUADERNO DE CAMPO
PARQUE NACIONAL SIERRA DE GUADARRAMA
PARQUE REGIONAL DE LA CUENCA ALTA DEL RÍO MANZANARES
En este documento se describen los principales valores ecológicos de La Pedriza, así como aspectos curiosos sobre su geología, flora y fauna.
LOS ORÍGENES DE LA PEDRIZA
Características del granito de La Pedriza
Aunque resulte difícil de imaginar. La Pedriza no ha estado siempre donde hoy la vemos. Esto no quiere decir que La Pedriza se mueva y cambie de sitio, sino que hubo una época en la que no existía.
El granito suele presentar cuarzo, feldespato, biotita, mica y, a veces, moscovita y con tamaños de grano medio a grueso. El predominio de feldespato y cuarzo hace prevalecer el color grisáceo claro.
El espacio que ocupa La Pedriza, al igual que la mayor parte de las zonas del Planeta, ha presentado aspectos muy diversos a lo largo del tiempo.
Formas graníticas en La Pedriza
Ni siquiera puede decirse que este espacio estuviese siempre ocupado por tierra firme: en otra época, donde ahora está la Península Ibérica, hubo mar. Sin embargo, para explicar la formación de La Pedriza basta con remontarnos "solo" a unos 290 millones de años atrás. Por aquel entonces los movimientos de la corteza terrestre dieron lugar a la gran "Cordillera Hercínica". Esta cordillera dejó de existir hace unos 65 millones de años. Se calcula que la erosión necesitó unos 200 millones de años para arrastrarla. El proceso erosivo permitió que quedaran al descubierto algunas rocas de origen magmático que habían permanecido encajadas entre las montañas de la gran Cordillera Hercínica. Esas rocas de origen magmático, entre las que se encuentra el granito, procedían del límite entre la corteza y el manto terrestre a una profundidad de entre 100 y 300 km. Allí, debido a las altas temperaturas, se encontraban en estado de fusión. Los movimientos que se dan en el interior de la tierra las empujaron hacia arriba, donde las menores temperaturas las permitieron pasar al estado sólido y cristalizar. Como consecuencia de la erosión, puede decirse que los terrenos que hoy ocupa la Sierra de Guadarrama eran una extensa llanura. A partir de ese momento, las fuerzas naturales y las características propias de cada roca actuaron juntas para darle a La Pedriza el aspecto que presenta en la actualidad. ¿Cuáles son esos factores naturales y qué características propias de la roca hay que tener en cuenta para explicar las caprichosas formas que observamos en La Pedriza?
Hay que distinguir entre formas mayores y formas menores. Las formas mayores existen desde el momento en que la roca afloró a la superficie. Estos procesos pueden generar nuevas figuras, a las que se denomina formas menores.
Formas mayores Domos: son grandes rocas de contorno curvo casi lisas, si bien, dan lanchas que resaltan sobre el conjunto del domo porque se encuentran en diferentes planos. En realidad, un domo está constituido por un conjunto de lanchas. Los más frecuentes en La Pedriza tienen planta elíptica, aunque presentan una gran variedad de aspectos. Algunos de los mayores domos de La Pedriza son: el Yelmo, el Pájaro, Cancho Losillo y Peña Sirio.
El Yelmo
Crestas y aristas: las crestas son formas irregulares. Generalmente dan grandes paredes muy verticales. Cuando se presentan varias crestas juntas, forman las aristas, en La Pedriza, las aristas se pueden observar sobre todo en las zonas más altas, como son los riscos de Prado Pollo, Las Torres y la Cuerda de las Milaneras.
Berrocales: es la forma granítica más común. Se les puede considerar como el resultado de la agrupación de: domos, crestas, lanchas, bolos, etc. Pedrizas: son un caso particular del berrocal. Se diferencian únicamente en que los bloques que lo constituyen muestran signos evidentes de haber sufrido desplazamientos. Por tanto, pueden considerarse cómo un berrocal degradado. Lanchas o lanchares: son superficies planas de variada dimensión e inclinación. Las lanchas se encuentran sobre todo en los domos.
Formas menores Pilancones y aros de piedra: los pilancones son una especie de “bañeras” que se producen en superficies horizontales o casi horizontales. Pueden tener dimensiones muy distintas, desde el tamaño de una mano hasta varios metros de largo y ancho. Su origen hay que buscarlo en la infiltración de agua en puntos débiles de la roca. El agua excava en la roca provocando la descomposición y desagregación de los minerales, que se disuelven en ella o son expulsados cuando el agua rebosa. Pero, puede ocurrir que el material disgregado tape los poros de las paredes del pilancón, haciéndolas más resistentes a la acción del agua. Entonces, los tramos de roca que rodean al pilancón son los que sufren más la descomposición y desagregación provocada por el agua y los demás
agentes naturales. Con el paso del tiempo, se “hunde” más la roca alrededor del antiguo pilancón que este, con lo cual, se forman los aros de piedra que no son otra cosa más que los antiguos pilancones que ahora están más elevados que el resto de la roca. Marmitas de Gigante: son oquedades labradas en la roca viva del cauce de los ríos. Su origen se debe al desgaste que producen en la roca los materiales que arrastra el río al imprimirles la corriente de agua un flujo helicoidal, es decir, en forma de hélice a modo de pequeños remolinos. Estos remolinos dan lugar a las marmitas de gigante al trabajar sobre partes de la roca del lecho del río, previamente desgastadas o que presentaban irregularidades. Tafonis: son cavidades de diferentes dimensiones que se producen en las paredes de las rocas. Son consecuencia del escurrimiento de agua por la pared y/o la concentración de humedad a través de ella o en su base. La progresión del agua y la humedad desagrega y descompone la roca, labrando pequeñas hendiduras y hoyos. Pedestales y piedras caballeras: estas dos formas suelen ir asociadas, ya que la piedra caballera se apoya en el pedestal. Este sobresale de la caballera y sobre él, se apoya en un llamativo equilibrio un bloque de piedra. A veces, la caballera no se apoya en un pedestal sino en una masa de piedra no diferenciada. Bloques hendidos y/o separados: los bloques hendidos se caracterizan por presentar una hendidura que los parte en dos porciones. Cada porción se desplaza ligeramente abriendo el ángulo que forma la hendidura, logrando una posición más estable. La hendidura se produce a través de fracturas latentes originadas por la humedad y las oscilaciones de temperatura diarias.
Los bloques separados se presentan en grupos. Se encuentran segmentados como consecuencia de la generación de fracturas por la penetración de agua y la consiguiente disgregación.
LA VEGETACIÓN EN LA PEDRIZA La vegetación se encuentra también determinada por el clima. La Pedriza disfruta de un clima mediterráneo continental. Al ser un clima mediterráneo las precipitaciones no son abundantes, y la temperatura media anual tiende a ser cálida en comparación con otras zonas montañosas. Su situación en la vertiente sur del Sistema Central acentúa el clima mediterráneo y limita las influencias atlánticas que, sin embargo, sí pueden encontrarse en las laderas norte del Sistema Central. En la mayor parte de La Pedriza, la actual etapa de la sucesión es la que corresponde al dominio de jaras, cantueso, tomillo y romero. Pinos, encinas y melojos, junto al enebro mediterráneo, son las especies vegetales dominantes que, de forma natural o inducida por el hombre, se encuentran en La Pedriza formando bosques, retazos de bosque o en la base de La Pedriza, dehesas, en las que también interviene el fresno. Los pinos se encuentran en La Pedriza desde las zonas más altas a las más elevadas, ya que han sido plantados en áreas donde había encinas, enebros y melojos. Son plantas de crecimiento muy rápido y de gran longevidad. Los pinos más frecuentes en La Pedriza son el pino albar, el pino resinero y el pino laricio. Pero junto a estas especies dominantes o principales encontramos otras como el acebo, abedules y tejos. Siguiendo nuestro camino descendente, a partir de media ladera, empieza el dominio de las plantas aromáticas como el romero, los tomillos y mejoranas, el cantueso y, sobre todo, la jara.
El mundo de las plantas ofrece un sinfín de singularidades, derivadas de las diversas formas que utilizan para adaptarse a su entorno. La más general de esas adaptaciones es la de los árboles y arbustos de hoja perenne, cuyas hojas poseen unas capas cerosas que reducen la pérdida de agua al dificultar la evapotranspiración (la evaporación del agua retenida por las plantas a consecuencia del calor). Otro llamativo grupo de plantas son las aromáticas y medicinales. Las aromáticas tienen siempre alguna utilidad medicinal, mientras que las medicinales, no siempre son aromáticas. En La Pedriza abundan las labiadas. A esta familia pertenecen los tomillos y mejoranas, el romero, orégano, menta, salvia, etc. Son utilizadas en perfumería, cosmética, alimentación (como especias) y medicina. También, la jara pringosa produce un aroma que aún hoy se emplea para hacer perfumes de alta calidad. Las setas, como el boleto y el níscalo, abundan en el pinar durante el otoño. Algunas, como las dos citadas, son comestibles, pero existen otras venenosas como la falsa oronja, una bonita seta con el sombrero rojo escarlata, que es frecuente también en el pinar en los meses de otoño.
LA FAUNA EN LA PEDRIZA La Pedriza conserva una rica fauna, más de lo que a primera vista le puede parecer al visitante. No todas las especies animales son fáciles de observar, pues muchas de ellas tienen hábitos nocturnos y además, sus colores les ayudan a mimetizarse entre la vegetación y el paisaje. Por esta razón, conocer los rastros y huellas de los animales es de gran utilidad para el naturalista, ya que a veces, es la única forma de averiguar la presencia de determinadas especies en un lugar. El corzo, el jabalí, el zorro, el tejón, la garduña, el gato montés, el turón y los micromamíferos como los topillos, las musarañas y los ratones, son habitantes de La Pedriza que pasan desapercibidos para el visitante. Sus huellas, excrementos y restos de comida les delatan. Algunos de estos animales, como el jabalí y el zorro se encuentran en expansión en muchas zonas de España. Las huellas de este último, a pesar de ser similares a las del perro, son inconfundibles. Si trazamos una línea por encima de sus dedos traseros esta no corta a los delanteros, al contrario de lo que ocurre con las huellas del perro. En La Pedriza se han extinguido especies como el oso, el lobo, el lince o la nutria víctimas de la acción del hombre.
Un mamífero muy común en los pinares de La Pedriza es la ardilla, animal que a veces es muy confiado y deja multitud de piñas roídas como señal inequívoca de su presencia. También, los ratones de campo roen a veces las piñas dejando marcas distintivas. Las aves son animales muy llamativos y fácilmente observables. Hay multitud de especies, algunas de las cuales se diferencian de otras muy parecidas por pequeños detalles. En La Pedriza el roquedo facilita la presencia de grandes aves que encuentran en él espacio para anidar. Es el caso del buitre leonado, el águila real, y de otras más pequeñas como el halcón peregrino y la chova piquiroja. Las rapaces son aves de dieta predominantemente carnívora para cuya diferenciación en vuelo, hay que atender al tamaño y a su silueta. Entre ellas, se encuentra en La Pedriza además del águila real, el buitre leonado, el halcón peregrino y el águila culebrera. Esta águila está
presente durante el verano, y se alimenta fundamentalmente de reptiles que encuentra en el roquedo. Otras aves carnívoras son las rapaces nocturnas. La mayor de ellas es el búho real. Por la noche, caza mamíferos y aves de tamaño mediano. Mucho más pequeños son el mochuelo y el autillo, este último, presente sólo en verano. Se alimentan fundamentalmente de insectos, aunque también cazan roedores y algunos pequeños pájaros. Diferentes especies de lagartijas, lagartos y culebras encuentran entre las hendiduras de las rocas refugio donde permanecer aletargados los días fríos de invierno. También habita en La Pedriza la víbora hocicuda. Es inconfundible por el pequeño hocico que muestra en el extremo de la cabeza. Los reptiles de mayor tamaño son la culebra bastarda y la de escalera, además del lagarto ocelado que, incluyendo la cola, puede pasar del medio metro de longitud. Este lagarto se muestra agresivo cuando se siente atacado, pero no es peligroso para el hombre, ni tampoco las demás especies de reptiles, salvo la víbora. Los invertebrados son, sin duda, la clase de animales más abundante. Aquí citaremos sólo algunos de ellos como la mariposa Apolo, que habita en las zonas más altas y se encuentra en peligro de extinción. La mariposa Vanesa, por el contrario, es bastante común. También, en charcas y estanques habita un insecto, el dístico, que se alimenta de otros invertebrados. BIBLIOGRAFÍA Geología, flora y fauna de La Pedriza del Manzanares Cuaderno del Profesor Primera edición: Marzode2008 ©CopyrightAsociaciónReforesta