MÁQUINA DE CUENTOS

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CIENTO Y UN DÍAS Hace muchos, muchos años, vivió una princesa llamada Esmeralda que creció feliz junto a su madre, la reina Aldara y su hermano, el príncipe Arturo. El príncipe era jefe del ejército real y un día tuvo que irse a combatir una batalla. Antes de partir, le dio a su hermana un anillo mágico que había pertenecido a su abuelo. Ese día parecía que iba a ser un día como otro cualquiera en el castillo de aquella ciudad medieval. Pero pronto por la mañana una doncella entró gritando en la habitación de la reina. Le dijo que había visto cómo un gran dragón con alas había cogido a la princesa que estaba asomada en la ventana y se la había llevado volando. La reina se disgustó mucho y enseguida pensó que un noble malvado la había secuestrado y que su hija estaría triste y sola y pasándolo mal en las mazmorras de su castillo. Este noble quería casarse con la princesa, pero ella le había rechazado hacía poco tiempo. Ante esta situación, la reina llamó al mejor caballero que tenían en el castillo y le pidió que, junto con su escudero, fueran a rescatar a la princesa. Era una tarea difícil y, sobre todo, muy peligrosa, y por eso la reina le dio al caballero la mejor armadura que tenían en el castillo, la más segura. Pero también le entregó un mapa donde se explicaba claramente cómo llegar al castillo del noble malvado y, lo más importante y que tenía que cuidar mucho, un anillo mágico. La reina tenía uno y la princesa otro. Se los había regalado el rey cuando la princesa cumplió diez años, y tenían el poder de que un anillo siempre localizaba al otro, así las dos podían estar siempre conectadas y saber dónde estaban.


Pues con todas las cosas, el caballero y su escudero salieron al rescate de la princesa. En cuando Notch creía que era el fin, el dragón atacó por detrás a Herobrine y él no creyó lo que pasaba, su poder había desaparecido, Notch aprovechó lo que le pasó y tiró el anillo mágico al infinito lo cual era como si tirase a Herobrine, el escudero no vio a herobrine en el mapa mágico solo se vio a él, a Alex, a Steve y a Notch. De Herobrine solo vieron sus blancos ojos y oyeron decirle que volverá. Mientras ellos ya tranquilos iban al portal de vuelta, la Ciudad Medieval con la princesa era atacada por los Vindicadores con sus aliados: los Saqueadores y los Invocadores y sus caballos de carga de la fuerza de un titán: los Devastadores. Cuando Notch con sus aliados, Alex y Steve ganaron la guerra contra los Vindicadores y los demás. Días después fueron a las mazmorras, iban a sellar el portal al End pero les sorprendió una cosa al lado del portal, en la penumbra vieron unos ojos blancos muy familiares con su armadura reluciente.


El ANILLO DE NEWCASTLE Érase una vez, en el castillo inglés de Newcastle donde vivía el rey Edward y su mujer la reina Elisabeth. El rey, era un hombre fuerte y valeroso, la reina, no tenía muchos conocimientos sobre gobernar, más bien era una persona avariciosa y materialista. La hija del rey y la reina, la joven princesa Eleonor, de cinco años nada más, era alegre, curiosa y juguetona. El rey había marchado hace poco, junto con su ejército, a ayudar a los franceses en la guerra en el este. Por lo que estaban solas la princesa y la reina en el castillo. Un día, la princesa Eleonor se encontraba explorando los salones del castillo, cuando, de una puerta entreabierta del fondo de un corredor, salía un extraño resplandor verde bosque. La princesa quedó hipnotizada por aquella extraña luz, y curiosa se acercó a investigar, de qué se trataba. Entró en la sala, al principio quedó cegada por la intensidad de la luz, ya cuando sus ojos se adaptaron, vio que se encontraba en una sala desconocida, con grandes retratos de personas de las que nunca había oído hablar, y entre todo, en el centro de la sala, un cofre. La princesa se acercó a él, mientras caminaba parecía que los retratos le seguían con la mirada, abrió el cofre y se encontró un anillo resplandeciente… Debido a la envidia que la reina tenía a la princesa, encerró a esta en la torre más alta del castillo. El cual estaba rodeado de un foso y custodiado por un furioso dragón. En la parte de abajo del castillo se hallaban las mazmorras, donde la reina tenía preso a un importante caballero llamado Henry que llegó allí hacía ya dos meses.


Henry había aparecido en el castillo guiado por un antiguo mapa donde la historia contaba que vivía una hermosa princesa, llamada Rosalía a la que no dejaban salir de allí. Él quería pedir su mano, así que se llevó un anillo mágico que nada más ponérselo la princesa se enamoraría de él para siempre. La reina le dejó entregarle el anillo a Rosalía y el hechizo hizo su efecto, pero después encerró al caballero en las mazmorras y a ella en la torre. Lo que la reina no sabía es que el escudero del caballero, se quedó fuera del castillo guardando su armadura. Tanto tiempo pasó fuera esperando que se hizo muy amigo del dragón, que ya no estaba furioso sino encantado de tener un amigo. Entonces… Una vez que regresaron de su largo viaje, la reina, el caballero y la princesa fueron al castillo de la ciudad medieval. Todo el mundo de ahí les recibió con un gran desfile, se despistaron tanto que no se dieron cuenta que la princesa se había perdido y cuando se enteraron fue todo en su búsqueda. Después de un gran largo tiempo buscando vieron una cosa voladora, era el dragón otra vez. La reina llamo al caballero, el que lo había derrotado anterior mente, pero este dijo que el dragón era más fuerte de lo normal. Estuvieron pensando un rato hasta que vieron a un escudero, con armadura incluida, que iba a salvar a esa doncella, pero al poco tiempo fallo y el dragón lo derrotó. Al día siguiente la reina estaba buscando algo para poder salvar a su hija y encontró un mapa que llevaba hasta ella, ya que se


había ido muy lejos. Avisó al escudero y aparte de la armadura cogió un extraño anillo mágico. Una vez ahí consiguieron derrotar al dragón y misteriosamente lo trasladaron al anillo era un extraño objeto que servía de mazmorras para los seres mitológicos. Nunca más volvió a aparecer ningún ser extraño por ahí.


EL DRAGÓN Y EL CABALLERO INICIO Érase una vez en un castillo de una ciudad medieval, en la que iba todo bien hasta que un dragón decidió atacar a la ciudad para conseguir alimento. Un día que el dragón estaba más aburrido decidió secuestrar a una persona de la ciudad y secuestro a la princesa del castillo. Cuando el rey y la reina vieron que el dragón secuestra a su hija decidieron que un caballero tendría que salvarla. El caballero aceptó, pero pidió que su escudero le pudiera acompañar porque no quería ir a las mazmorras fuera de la ciudad dónde vivía el dragón solo, tras esta petición del caballero, los reyes aceptaron y se prepararon para el día siguiente empezar la aventura. A la mañana siguiente, estaban casi preparados y el caballero se estaba poniendo su anillo de la suerte, creía que era un anillo mágico porque era de su padre y le dejo una gran armadura a su escudero porque ya que la acompañaba en esa peligrosa aventura quería que estuviera protegido, ya que eran íntimos amigos. Cuando iban a salir en sus caballos la reina preocupada por su hija dijo que por favor la trajeran sana y salva que la quería mucho y quería que fuera una buena reina cómo lo estaba haciendo ella en su ciudad. Mientras montaban en sus caballos dirigiéndose hacia su objetivo, se encontraron a un pobre hombre y le preguntaron si sabía algo sobre las mazmorras, el hombre les dijo: os doy un mapa del lugar si me dais un poco de comida y me decís dónde


está la ciudad más próxima, el caballero y el escudero aceptaron y siguieron su camino. Cuando el caballero y el escudero llegan a las mazmorras ven que está todo oscuro a sí que se hacen unas antorchas para iluminar, cedidos del mapa para no perderse el caballero y el escudero escuchan al dragón, seguidos de los sonidos y del mapa llegan a un balcón en el que abajo ven que el dragón está con la princesa. Deciden bajar a por ella yendo por otro camino. Ya abajo el dragón se altera y echa a la princesa atrás y se pone de cara al caballero y su escudero, al encontrarse frente a frente el anillo que lleva el caballero en su dedo empieza a brillar a brillar a brillar hasta que sale un destello y de repente puede entender al dragón… sin entender nada el dragón les dice que no quería hacer daño a la princesa solo se la había llevado porque se sentía aburrido ahí quería jugar con alguien. Cuando el dragón dijo eso y el caballero lo entendió le dijo que podría quedarse en la ciudad sin causar destrozos y vivir en comunidad con sus habitantes. La reina malvada quería el anillo mágico que tenía el dragón por lo que contrató al caballero más valiente del reino para que se lo robara. Y para ello le dio un mapa y una armadura dorada. Cuando salía de su preciosa ciudad medieval se encontró, para su sorpresa, a la princesa escapándose y decidió no preguntarla.


Siguió el mapa, tenía mucha hambre así que decidió buscar una taberna, donde pasó la noche hasta que le entro el sueño y se fue a una posada a dormir. Por la mañana siguió en busca del dragón, y al atardecer lo encontró tumbado en su nido hecho de paja dorada. El caballero se imaginó que el dragón como siempre iba a ser malo y desenvainó su espada, pero como no; se sorprendió. Vio a la princesa que estaba al lado del dragón y guardó su espada. Preguntó a la princesa que hacía allí, y la princesa respondió que proteger al dragón y a su anillo y que no dejaría que nada ni nadie lo cogiera. Así que el caballero robó el anillo por la noche, pero el dragón se despertó y le dijo:” ¿para qué quieres mi anillo?”. El caballero dijo que la reina le había enviado, pero que él quería el anillo para que con su poder liberar a su escudero de las mazmorras. Esto convenció al dragón que decidió darle el anillo. El caballero muy agradecido fue a la ciudad y directo a las mazmorras a salvar a su escudero. Pero pobres de ellos, la reina se había enterado. El caballero no sabía qué hacer, quizás si negociaba con la reina podría salvar a su escudero a cambio del anillo… O quizás podría utilizar el poder del anillo… El caballero decidió que esta opción era la mejor, por lo que engañó a la reina para acercarse a ella y poder congelarla.


El tiempo pasa mientras la princesa Lucía de la Ciudad de Blaviken estaba encerrada en la torre gracias a su malvada madrastra (La Reina) la enveneno. Mientras Ajax el caballero seguía encerrado en la mazmorra, pero veía algo sospechoso entre las rendijas de los barrotes, una sombra que se acercaba... ¡Era Arlequín, su fiel compañero, que venía a rescatarle! Juntos consiguieron liberar a Ajax. Pero la ciudad estaba muy lejos, pero conseguirían llegar gracias a un mapa que Ajax encontró en la mazmorra. Cuando se suponía que estaban a punto de llegar... ¡Todo era una trampa, llevaba a un lugar en el que estaba Áncalon el Terrible! (El Dragón de la madrastra de Lucía). Ajax junto a Arlequín empezaron a luchar con Áncalon, desenvainaron sus armas y comenzó la batalla. Hasta que... derribaron a Arlequín y Áncalon devoro la espada de Ajax. Ajax preocupado por su compañero saco un anillo mágico que le daba unas habilidades increíbles, muy pronto derroto a Áncalon. Muy preocupado por su compañero le miro y vio que... estaba en perfectas condiciones ¿¡Como era eso posible!? Arlequín confeso que en realidad era un hada, pero no cualquiera era el Rey Hada. Pero dice que eso lo explicara en otro momento. Tomaron un atajo por el Bosque de Brokilón y al fin llegaron a la Ciudad de Blaviken y rescatar a la princesa.


EL DÍA QUE SE COMIERON A DRAKE. Había una vez una reina que vivía en una hermosa ciudad medieval, la reina tenía una hija, una joven princesa de ojos verdes y pelo castaño, ella era muy hermosa y todos los caballeros la pedían matrimonio, sin embargo, esta siempre los rechazaba, pues por muy lujoso que fuera el anillo, la princesa buscaba a alguien que la quisiera por su buen corazón, no por su belleza… Era una tarde normal y corriente en la ciudad medieval de Mondoñedo. En palacio se encontraba nuestra reina Isabella, viuda de don Ramón, en sus aposentos mirando por el balcón a su dulce hijita Elena; que se encontraba correteando por el jardín. Mientras jugaba y exploraba fuera, se encontró a uno de los caballeros de la corte, que recibía el nombre de Drake. Al verla, este llamó corriendo a su escudero: - Uuuukkkkk!!!!!!!!! Uk, su escudero acudió corriendo. La princesa se sorprendió al ver a Uk, un niño flacucho moreno y casi desnutrido que al llegar se sorprendió y con voz fatigada le dijo: - sí, señor, ¿que desea? Drake le miró con una mirada cómplice le hizo una pequeña seña dirigiéndose a la princesa y dijo: - Acompáñeme, debemos preparar nuestros caballos nos llevamos a la princesa Elena al pueblo; si ella lo desea claro. Elena la princesa siempre había tenido el deseo de ver el pueblo, ya que su madre no la dejaba salir de palacio. Pues decía que no era lugar para la realeza. – Emm ¡claro! Respondió Elena me encantaría. Así Drake y Uk se dirigieron al establo para poner a punto a los


caballos durante el corto pero caluroso trayecto ambos hombres no podían pensar en otra cosa que en la princesa Elena, que si era guapísima, delgada, de pelo pelirrojo y con esos brillantes tirabuzones, esos ojos color miel que a la luz tenían reflejos verdosos y azulados ese vestido color agua que le sentaba de maravilla con su aterciopelada y muy clara piel, con los labios color rosa finos y brillantes, con pequitas en la cara y lunares en los brazos, ambos dos estaban locos por Elena y harían lo que fuese por agradarla. Al fín llegaron al establo después de un incómodo encuentro con la reina a la que tuvieron que mentir por supuesto pues no debía enterarse de que iban a sacar a su hija de palacio. Llegaron al establo y Drake la dijo a Uk: - Uk prepara los dos mejores caballos que tengamos en la cuadra. Pero había un problema, y es que Uk también deseaba salir de palacio con la princesa Elena, pero mantuvo silencio y obedeció. Drake le pidió a Uk un poema que había escrito él días antes, pero Uk se confundió y en vez de un poema manuscrito que haría emocionarse a Elena le metió un mapa de las mazmorras de palacio. Y menudo susto que se daría Drake… También le pidió al herrero la mejor armadura que tuviese y que marcase en el pecho de la armadura su nombre. Ya estaba todo a punto cuando llegó la princesa Elena y esta vez tenía algo diferente, tenía un gran anillo de color agua en su dedo índice de la mano izquierda y menudo anillo, grande; y brillante muy muy brillante al verlo Drake y Uk se sorprendieron, se miraron mutuamente y dijeron: ¡El anillo mágigo! Elena se sobresaltó y


les dijo ¿pero ¿qué pasa? Los dos sobresaltados dijeron: ¡Pues que tienes el anillo mágico! ¿El anillo mágico? –Preguntó Elena ¿y eso que es? Los dos hombres se miraron y perplejos dijeron: tienes puesto el anillo mágico es un anillo que te otorga el poder de la transformación en los animales que quieras ya sean fantásticos o reales a todo esto respondió Elena. - Emmm bueno entonces me lo quitaré y lo guardaré bueno… ¿Nos vamos ya? Si no mi madre nos va a ver. Dicho esto, Drake y Elena partieron en sus caballos rumbo al pueblo y… nudo Un día soleado, el mensajero de la Reina le dijo al caballero: “La princesa ha sido secuestrada por un dragón infernal que escupe relámpagos. La Reina cuenta contigo y tu compañero en rescatar a la princesa y también recuperar el botín que ha robado.” Al oír esto el caballero llamó a su escudero, qué tenía gran parecido con el jorobado de Notre Dame. Ellos se fueron corriendo al castillo, una vez allí la Reina les dijo lo que necesitaban saber. “El lugar que buscáis es la mazmorra KLOTCHID se encuentra a dos días de marcha a caballo hacia el oeste. Tomad el mapa de KLOTCHID, lo consiguió mi abuelo tras duro batalla con el enemigo, y le indica el sitio exacto donde encontrar la morada del dragón. “


La princesa, seguía pidiéndole ayuda al caballero para que le salvase del dragón y el caballero prefería salvarse él, que salvar a la princesa y el noble escudero cogió en brazos a la princesa y se la llevó, pero la princesa se acordó de que faltaba su madre, la reina. Entonces el escudero fue a por la reina y se la llevó con su hija y las dejó en un refugio de paja. Entonces cogió el mapa para ir a por el anillo antes de que lo cogiese el dragón y vio que estaba en las mazmorras. Al instante observó al caballero en el suelo muerto, lo había matado el dragón. El escudero cogió la armadura del caballero y se dirigió hacia la mazmorra, allí estaba el dragón apunto de coger el anillo mágico, pero dio un salto y cogió el anillo y uso sus poderes contra el dragón. En un instante vio al dragón en el suelo ¡Había matado al dragón! Llego al pueblo y todos sus habitantes empezaron a aplaudirle Y hicieron una paella para todos Unos meses después el escudero le pidió matrimonio a la princesa y se casaron y vivieron felices.


EL ANILLO MÁGICO Érase una vez en un lejano pueblo llamado Chamberlain. Era un lugar situado encima de una montaña con una gran muralla que rodeaba el pueblo, las casas eran de ladrillo blanco y el tejado, todo lo contrario. Era un pueblo bonito, medieval y de tamaño mediano, donde en un hermoso castillo, una Reina y su hija la princesa vivían. Desgraciadamente, el rey falleció y antes de morir le regaló su anillo a su hija, la princesa Eloisa. El anillo era de oro con un gran diamante que reflejaba todos los colores del arcoíris, pero la princesa no sabía que ese anillo era misterioso y mágico... Un día, la Reina y su hija estaban tranquilamente tomando un té cuando, de repente, todo el pueblo empezó a temblar, ¿Qué estará pasando?, se preguntaba la princesa a la vez que se asomaba al balcón para investigar que está sucediendo y… ¡Ve un dragón enorme que se dirige hacia ella! El dragón la cogió de la pierna y se la llevó a su escondite… Todo estaba en manos de la princesa Kiara, esa noche mientras dormía se le apareció el espíritu del escudero que había muerto defendiendo a su apuesto caballero y le dibujo el mapa que la llevaría a la mazmorra donde la malvada reina Mia tenia preso al caballero Apolo, solo pensar en lo que podría hacerle la reina le provocaba escalofríos por la columna. Al amanecer se enfundo su armadura más brillante y cogió el anillo mágico que la protegería cuando nadie más pudiera


ayudarla, se subió a su dragón para llegar lo antes posible al castillo de la Ciudad Blanca. Atravesó la solitaria ciudad derruida y aterrizo en el patio del castillo. Con mucho sigilo y siguiendo siempre el mapa fue pasando por los tenebrosos pasillos del castillo, no quería despertar a la malvada reina Mia que podría matarla con la mirada. Justo cuando pasaba por el salón del trono sintió que la sangre se le congelaba en las venas, la reina Mia la estaba mirando fijamente desde el trono, ahora veríamos si el anillo realmente iba a proteger su vida… En ese momento el príncipe se llenó de ira y cogió su espada muy decidido, la alzo en el aire y cuando le iba a cortar la cabeza dragón se oyó un: - ¡NOO! Todos se giraron hacia el lugar de donde salió el grito, y vieron a la reina con una armadura de oro. - ¿Madre? -dijo la princesa- Sí hija, soy yo, lo que pasa es que me quedé aquí encerrada porque vi como el escudero Manolito obligaba a el dragón a comérselo para hacer creer al príncipe que el dragón era malo, y así acabar con la última especie de dragón morado y gris que queda en el mundo.


Después de esto el pueblo medieval volvió a ser alegre como siempre, todo volvió a la normalidad y así es como acaba esta historia.


EL DRAGÓN Y EL CABALLERO Érase una vez en un castillo de una ciudad medieval, en la que iba todo bien hasta que un dragón decidió atacar a la ciudad para conseguir alimento. Un día que el dragón estaba más aburrido decidió secuestrar a una persona de la ciudad y secuestro a la princesa del castillo. Cuando el rey y la reina vieron que el dragón secuestra a su hija decidieron que un caballero tendría que salvarla. El caballero aceptó, pero pidió que su escudero le pudiera acompañar porque no quería ir a las mazmorras fuera de la ciudad dónde vivía el dragón solo, tras esta petición del caballero, los reyes aceptaron y se prepararon para el día siguiente empezar la aventura. A la mañana siguiente, estaban casi preparados y el caballero se estaba poniendo su anillo de la suerte, creía que era un anillo mágico porque era de su padre y le dejo una gran armadura a su escudero porque ya que la acompañaba en esa peligrosa aventura quería que estuviera protegido, ya que eran íntimos amigos. Cuando iban a salir en sus caballos la reina preocupada por su hija dijo que por favor la trajeran sana y salva que la quería mucho y quería que fuera una buena reina cómo lo estaba haciendo ella en su ciudad. Mientras montaban en sus caballos dirigiéndose hacia su objetivo, se encontraron a un pobre hombre y le preguntaron si sabía algo sobre las mazmorras, el hombre les dijo: os doy un mapa del lugar si me dais un poco de comida y me decís dónde


está la ciudad más próxima, el caballero y el escudero aceptaron y siguieron su camino. Cuando el caballero y el escudero llegan a las mazmorras ven que está todo oscuro a sí que se hacen unas antorchas para iluminar, cedidos del mapa para no perderse el caballero y el escudero escuchan al dragón, seguidos de los sonidos y del mapa llegan a un balcón en el que abajo ven que el dragón está con la princesa. Deciden bajar a por ella yendo por otro camino. Ya abajo el dragón se altera y echa a la princesa atrás y se pone de cara al caballero y su escudero, al encontrarse frente a frente el anillo que lleva el caballero en su dedo empieza a brillar a brillar a brillar hasta que sale un destello y de repente puede entender al dragón… sin entender nada el dragón les dice que no quería hacer daño a la princesa solo se la había llevado porque se sentía aburrido ahí quería jugar con alguien. Cuando el dragón dijo eso y el caballero lo entendió le dijo que podría quedarse en la ciudad sin causar destrozos y vivir en comunidad con sus habitantes. Un día la reina se cansó del apuesto caballero que la escoltaba; él no tenía sentido del humor. Entonces decidió utilizar su anillo mágico para invocar a un dragón y una princesa con armadura (pues la reina era estéril y lo aprovechó para tener una hija). El dragón llegó hasta el mismísimo castillo, y el caballero le dijo a su reina: “Necesitaré un escudero”. Y ella se lo dio. Su escudero salió pitando en cuanto vio las inmensas fauces del


dragón. Entonces, el caballero le dijo a su reina: “Que esta vez sean dos, pues así tendré garantías”. Y la reina pensó: “Pues sí que tiene sentido del humor, retorcido, pero lo tiene”. Y se los dio, pero desgraciadamente estos no tuvieron la oportunidad de salir huyendo; a uno se lo comió el dragón, y el otro quedó aplastado bajo un pie escamoso. Entonces una bella dama atravesó un portal, justo a tiempo para que al dragón se la tragara junto al caballero. Estuvieron cayendo horas y horas, pues el dragón era enorme. Ella le dijo que solo había una manera de salir de las llamadas mazmorras del dragón, que eran un laberinto y su estómago. “¡Con este mapa cambiante!”, chilló. Cuando por fin se dieron un porrazo, se pusieron a andar, y a andar, hasta que llegaron a unos toboganes rociados de algo marrón.


LA PRINCESA Y EL DRAGÓN Hace mucho, mucho tiempo en una ciudad medieval de Castilla, la reina Margarita celebraba su 50 cumpleaños junto a toda la corte. La reina Margarita, muy querida en toda la comarca, disfrutaba haciendo fiestas y campeonatos populares en el castillo, no solo con miembros de la nobleza, clero y otros reyes invitados. La joven princesa Chusina, estaba bailando con el famoso e intrépido caballero Timoteo rodeados de muchos escuderos. Chusina, con 14 años, destacaba por su belleza, largo cabello, educación y generosidad. El escudero Timoteo, que siempre había sido inteligente y había dado muestras de valentía, recitaba poemas en la torre mientras vigilaba que no hubiera incidentes… Hace tiempo convivían en una paz limitada por un dragón nada amistoso. Aunque nadie podía confirmarlo, todos pensaban que algún percance mágico tenía algo que ver con ese carácter. Al caballero le metieron a condena de muerte por (supuestamente) decir falso testimonio. El escudero lloro día y noche hasta que una chica encapuchada le dijo que su amigo tenía razón se le apareció a la noche y le dio un mapa de un reino perdido donde hay se hallaba una armadura legendaria la leyenda dice que quien posea la armadura se hará invencible. Los dos muchachos fueron en busca de la armadura, pero…


¡Un ogro se les apareció! dijo que si no le daban todo lo que tenían los iba a matar. La chica encapuchada se iba a rendir fácilmente así que le apuntó con una espada muy afilada en el ojo (donde era su punto débil) entonces el ogro se rindió y se hizo de su equipo fueron en busca de la armadura tuvieron que pasar muchos obstáculos, pero nunca se rindieron. La chica encapuchada sentía mariposas en el estómago cuando estaba cerca del escudero, y en realidad la chica encapuchada era la princesa. Decidió decir lo que sentía al escudero y entonces… Cuando la reina fue a visitar a la princesa no la encontró solo estaba la armadura con una nota puesta diciendo: Mamá si lees esto dale la armadura al caballero y dentro estará el anillo mágico que le dirá en un mapa donde me encontrará. La reina con grande desgracia de que a su hija la hubieran secuestrado aviso al caballero y este hizo lo que ponía en la nota. Mientras tanto en la mazmorra con el escudero y la princesa, el escudero le dijo a la princesa: hola prisionera te presento a mi gran amigo Llamas el dragón que será tu nuevo marido, ¡esta tarde tendremos boda! Así que ponte esto que estarás más cómoda. Cuando el caballero llegó a las mazmorras con el anillo mágico y la armadura se dio cuenta que alguien le seguía, efectivamente le estaban siguiendo, pero no sabía quién podría ser, si algún guardia o un sirviente del escudero, pero no le dio importancia. Cuando entró en la mazmorra se encontró con la boda estaban todos reunidos, ¡todos los de la corte, incluso la


reina! La reina le explico de que ella había organizado todo solo por el bien de su reino, aunque la princesa se negara. Cuando por fin el caballero lo entendió decidió que era lo mejor, cuando acabó la boda todo el reino se alegró ya que si la princesa se casaba con el dragón todo volvería a la normalidad después de la muerte del rey.


EL MISTERIO DEL ANILLO Érase una vez una reina que vivía en una ciudad del medievo, conocida como Óbidos. Era una ciudad muy conocida por su grandes y fuertes murallas que les habían defendido desde los más peligrosos malhechores, hasta los seres místicos más temidos del lugar. El rey, había muerto en un peligroso viaje en el que se encontró con una fiera criatura. La ciudad supuso que había sido un dragón el que había acabado con el rey, ya que cuando fueron a buscarlo solo encontraron su armadura y su mapa, con grandes quemaduras y arañazos. Desde ese día la reina ordenó a su más fiel caballero acompañado de su escudero para proteger a la princesa. Esta echaba mucho de menos a su padre que solo le había dado como recuerdo antes de emprender su viaje, un anillo mágico que quien lo llevara puesto sabría quién le mentía o quién le decía la verdad. La princesa decidió usar el anillo en el momento adecuado, así que para protegerlo del alcance de otras personas lo ocultó en un lugar seguro, las mazmorras. Su padre había construido una cámara subterránea que solo ellos sabían de su existencia, así


que sigilosamente escondió el anillo en la cámara, ahora tendría que esperar el momento oportuno para utilizarlo. Y la princesa se quiso escapar con el anillo mágico e hizo un plan con la ayuda del dragón para salir de las mazmorras, los dos corrieron hacia el bosque. La reina enseguida se dio cuenta de la hazaña y avisó al escudero al que ordenó seguir el mapa del castillo y este corriendo se puso en camino para su búsqueda. Ya habiendo avanzado por el bosque, la princesa y el dragón se chocaron con un caballero y su gran armadura… ‘Bueno, menos mal que nos hemos librado de aquel dragón,’ dijo muy cansada la princesa Elías. ‘Ya lo creo,’ dijo su padre, el rey Florencio mientras descansaba sentado en un gran pedestal. ‘Ya, ¡ay! Aquel caballero, ¡qué valiente! Se ha quedado para luchar con el dragón en vez de huir con su familia,’ dijo la princesa medio enamorada. ‘¡Ay!’ gritó la reina ‘Me van a salir ampollas en los pies…’ ‘Bueno su señoría, si quiere la llevo a espaldas,’ dijo el escudero poniéndose en pie. ‘Ay si por favor,’ le respondió la reina.


Mientras emprendían de nuevo la marcha siguiendo el mapa que les había dado el mago, el valiente caballero distraía a el dragón para que la gente del pueblo y los sirvientes del castillo que se habían quedado para repartir comida para el viaje, pudieran escapar. ‘A si que quieres pelearte conmigo,’ dijo el dragón enseñando sus colmillos aterradores y afilados. ‘Me da igual que me mates mientras esa gente inocente pueda escapar de tus garras,’ le contestó el caballero mirando hacia la gente que se dirigía al bosque. ‘Eso no lo creo yo,’ dijo el dragón dirigiéndose hacia ellos. El caballero, con un fuerte lanzamiento, hirió al dragón en el pecho causándole un grito de furor. El dragón se dio la vuelta. ‘Te recomiendo que no te metas conmigo,’ dijo el dragón mientras se sacaba la lanza del pecho. ‘Cuando te mate, te encerraré en las mazmorras del castillo y haré que la gente te humille pasando por encima para ver tu cuerpo derrotado mientras tú te das cuenta del fallo que tuviste al no dejar a mi gente en paz,’ dijo le caballero muy convencido por su elección y sus palabras. ‘Pues empecemos y acabemos ya,’ dijo el dragón mientras le miraba con furor. La lucha había comenzado, el dragón se abalanzaba hacia el valiente caballero mientras el hacía que le persiguiera.


‘¿Es eso todo lo que tienes?’ le dijo el caballero mirándole con cara chula. ‘Eso es lo que tú te crees, ¿seguro que no quieres rendirte?’ dijo el dragón. ‘No, no y no,’ dijo el caballero muy convencido. ‘Pues prepárate para lo que te viene ahora,’ dijo el dragón. Al dragón le salió fuego, al caballero se le borró la sonrisa, pero aun quería derrotarle. De repente, el dragón le cogió con su enorme mano y le hizo humillar delante de la gente que estaba escapando. ‘¿No deberíamos ayudarle?’ pregunto uno de los mayordomos del castillo. ‘No, dijo que pase lo que pase, no volviésemos a por él ya que el dragón nos mataría a no ser que le derrotase,’ le respondió el sabio del pueblo. ‘Hace tiempo me compro un anillo, decía que sería el anillo para su futura mujer, pero no sabía que ese anillo era un anillo mágico, yo se lo dije, espero que se acuerde y lo utilice para su defensa,’ ‘¡Deja me salir!’ grito el caballero que estaba atrapado. ‘¡Nunca!’ grito el dragón orgulloso por su presa.


De repente, el caballero se acordó de las palabras de aquel viejo sabio del pueblo al que le había comprado el anillo. ‘Bueno, puede que funcione,’ se dijo a si mismo el caballero. Mientras el caballero buscaba entre su armadura a aquel preciado anillo, la familia real continuaba con la aventura hacia el pueblo vecino. ‘¡Ay!, no aguanto más, vamos a volver a por él, una princesa debe de proteger a su pueblo, cosa que no estoy haciendo,’ dijo la princesa a sus padres. ‘Si no queréis venir, delante, si no lo consigue, lucharé por mi pueblo, si lo consigue, utilizaré la paloma consejera y os daré un mensaje diciendo que el dragón ha sido capturado,’ ‘Hija mía, te estás haciendo toda una reina,’ le dijo su padre convencido por las palabras de su hija. ‘Yo voy contigo,’ ‘Y yo también,’ le dijo la reina a su marido. ‘¡Ah!, y por supuesto, tú no te escapas mi fiel escudero, tu vienes conmigo y me llevas a espaldas…’ ‘Sí señor,’ dijo el escudero ocultando su cansancio. ‘¡Ya está!, dijo el caballero mirando a el anillo. ‘Con esto puedo escapar y hacerte una herida tan grande que te dejará inmóvil para toda tu vida, te lo has merecido,’


Se acordó de las palabras que le dijo el sabio para activar su poder. ‘¡Impotrus Mágicus!’ gritó el caballero. Del anillo salió un resplandor que casi dejo ciego a los dos, le había hecho invisible y gracias a la luz, había escapado de las garras del dragón ya que se tapó los ojos para no cegarse. ‘Sabes que con un minúsculo anillito no me vas a hacer nada,’ le dijo el dragón. ‘Eso es lo que tú te crees, pero este anillo tiene más poder de lo que tú te crees,’ le contesto el caballero mientras se dirigía a por su lanza sin ser descubierto por el dragón. ‘Mira, padre, madre, ¿dónde está el caballero?’ dijo la princesa muy alterada al no ver a su protector. ‘¿Se lo habrá comido?’ La princesa se acercó al dragón muy decidida. ‘Eh tú, aquí abajo, aun no has acabado, me tienes a mí,’ le dijo furiosa la princesa al dragón. ‘Jajajajajajaja,’ grito el dragón mirando a su siguiente oponente. ‘Mira caballero, tu amada está aquí para protegerte,’ ‘Ni se te ocurra tocarla,’ dijo el caballero escondido detrás de unos barriles.


‘No, como no salgas, me la como de un mordisco y adiós a tus sueños,’ le dijo el dragón imaginándose su nuevo plan. ‘Vale, pero antes déjala junto a su familia,’ dijo el caballero. Mientras el dragón dejaba a la princesita irse junto a su familia buscaba al caballero. ‘Escaparos al bosque, si le derroto, os buscaré,’ dijo el caballero apareciendo desde detrás de los barriles. ‘¡No!, no le hagas daño,’ grito la princesa mientras era parada por sus padres. De repente, el caballero se lanzó en una de las piernas del dragón y le clavó su espada. El dragón cayó al suelo ya que no podía mantenerse en pie. ‘Vete de aquí y nunca vuelvas o si no cumpliré mi promesa y hare que te humillen durante toda tu vida,’ le gritó preparando su lanza para el último golpe. ‘Nunca, no me iré hasta que te mate o me mates,’ le contestó el dragón mirándole con furia. ‘Pues tú has elegido,’ le dijo el caballero. El caballero se lanzó sobre el dragón y le hirió muy gravemente cerca del corazón. ‘Has tenido lo que tú has querido, no morirás, ya que no mereces tan gran castigo, pero quedarás inmóvil para toda tu


vida y vivirás en las mazmorras,’ le dijo el caballero orgulloso por su caza. Un mes después, los ciudadanos fueron avisados de su encierro y volvieron a sus casas, la princesa se casó con el valiente caballero y vivieron felices para siempre, pero esto no había acabado, el dragón recuperaría la salud al cabo de unos años y recurriría a la venganza. El anillo mágico, fue entregado al sabio para que cuidase de él y para ver si algún día otro joven tuviera que utilizarlo en caso de peligro, y así es como acaba esta historia.


EL ANILLO DEL DRAGON En las mazmorras profundas había un anillo mágico muy poderoso protegido por una bestia con forma de dragón que evitaba el ansia de los caballeros por hacerse con él para regalárselo a sus princesas con el fin de cumplir con la dote matrimonial y así poder casarse con ellas. Eran tiempos difíciles en el que la vida no se apreciaba y solo se miraba por tener más poder que los demás. Muchos escuderos buscaban los mapas donde encontrar el anillo arriesgando sus propias vidas ya así contentar a sus caballeros A la mañana siguiente, hubo otro encarcelado en la mazmorra, Pablo Jiménez era un caballero muy leal, hasta que robó del castillo una pieza de oro, le estuvieron persiguiendo durante una semana y media, hasta que, por fin, le encontraron. Estaba en un bosque muy oscuro, pero seguro, llevaba viviendo en los varios días, hasta que se le encontró. Ahora está en la mazmorra. La reina y la princesa le ofrecieron un trato: Si vas a la cueva del diamante, donde habita el dragón Filemón y me traes el anillo mágico, te daré la oportunidad de liberarte – dijo la reina. Al día siguiente, Pablo, solicitó hablar con la reina y la princesa Rosa, y les dijo: aceptaré si después de traerte el anillo, tenga una cena con la princesa. La reina y la princesa aceptaron, ya que les parecía una buena oferta.


A la mañana del día siguiente, el caballero Pablo, partió hacia las cuevas con su escudero, su caballo, la armadura y un mapa. Después de que la reina llamara al caballero a su presencia para que pudiera liberar a la princesa de las garras del dragón que se encontraba escondido en algún lugar de las montañas y que con el mapa que le entrego la reina tenía la obligación de traer de vuelta a la princesa, así como quitar el anillo mágico al dragón. Salió el caballero del castillo montado en su blanco caballo con su armadura reluciente y acompañado de su fiel escudero aplaudiendo a su salida todo el castillo, y así inicio su viaje para encontrar las montañas donde se escondía la princesa con el dragón. Después de caminar todo el día el caballero ve salir humo y llamas desde una cueva situada él lo alto de una montaña. El caballero se bajó del caballo y se lo dejó al escudero para poder entrar en la cueva del dragón, con la espada en alto vio donde estaba el anillo mágico y al quitárselo al dragón este perdió todos sus poderes así libero a la princesa y encadenado llevo hasta el castillo para encerrarlo en las mazmorras al dragón. La reina al verlos llegar mando tocar las trompetas en señal de felicidad por ver que la princesa entraba en el castillo sana y salva. La reina en agradecimiento ofreció en matrimonio a la princesa con el caballero.


DĂ­as despuĂŠs celebraron una gran boda en el castillo invitando a todos los cortesanos y fueron muy felices y comieron muchas perdices.


LA PRINCESA EN APUROS Érase una vez hace mucho tiempo, que había un enorme castillo perdido entre el temido Bosque de la Luna. Allí había una princesa que llevaba cien años encerrada por culpa del hechizo de un malvado dragón. El dragón tenía una armadura mágica y un ejército de malvados caballeros y su perversa esposa, la reina Dracona, poseía un asombroso anillo mágico que podía paralizar el tiempo. A miles de millas del Bosque de la Luna se encontraba una ciudad medieval llamada Alcatifa. Después de que el dragón malvado entrara en el castillo de la reina y robara el anillo mágico, que estaba en la sala secreta, la reina estaba muy preocupada por si la pasaba algo a la princesa, a si que llamo a los guardias para que la escondieran en el lugar más seguro del castillo, en las mazmorras. También les ordenó que llamaran al mejor caballero, conocido como Felipe el valiente. Felipe mandó buscar a su mejor ayudante, el escudero Rodrigo, y le encargó que preparara su mejor armadura y el mapa donde estaba dibujado toda la provincia, incluido la cueva del dragón. Felipe y su escudero cabalgaron durante tres días y dos noches por el bosque maldito hasta que vieron a lo lejos desde sus caballos la ciudad medieval. Entraron en la ciudad abandonada y vieron una vieja posada donde alojarse; comieron carne, y bebieron vino. Después durmieron toda la noche para al día siguiente nada más salir el


sol dirigirse a la entrada de la cueva del dragón malvado para conseguir el anillo robado y… La princesa y la reina se encontraban desesperadas en su castillo rodeado por grandes muros medievales, en lo alto de los muros de la torre daban vueltas a la cabeza sobre como rescatar al caballero y a su escudero que fueron secuestrados por el dragón, que a cambio de su libertad pedía que le entregaran el anillo mágico que le daría poder sobre el Reino, pero sabían que si se lo entregaban el mal iba a caer sobre ellos. Las dos mujeres empezaron a planear el rescate pero necesitaba el mapa de las mazmorras del catillo del dragón, se fueron rápidamente a la biblioteca y tras buscar por todos los libros o encontraron en un libro de poesía así que se pusieron rápidamente sus armaduras y se montaron en sus caballos camino del castillo del dragón, cuando llegaron allí, entraron por los túneles y rescataron al caballero y a su escudero pero cuando iban a salir del castillo el dragón les sorprendió y tras una dura batalla el dragón murió y el caballero y la princesa se enamoraron y la reina se enamoró del escudero y todos se casaron y se fueron en un barco a unas islas del Caribe.


EL ANILLO DEL DRAGÓN S. XII, Francia está dividida en tres partes, una de ellas es inglesa. La princesa Morgana de Bretaña, futura reina de los territorios del Norte, tiene 18 años y dos hermanas pequeñas: Blanche y Camile. En el salón del trono, se está dando la bienvenida a los caballeros franceses, que junto a los bretones lucharán contra las tropas inglesas que ya se encuentran cerca. El caballero Guillaume, adelanta el paso, arrodillándose ante la Reina madre Alizee, a la que ofrece lealtad. A su derecha, la joven princesa observa atenta la escena, fijándose en el anillo que porta al cuello el caballero, cuyo fulgor dorado, deja ver el dibujo de un dragón. La batalla será difícil, y necesitarán una buena estrategia. Debe de ser ella la que consiga que Guillaume le cuente los planes, su madre ha perdido vista en los últimos tiempos, y, aunque procura que no se note, no es capaz de ver los mapas con claridad, aunque con sus primeras palabras el caballero del dragón parece sincero. En la ciudad había de todo: unos campesinos humildes, unos comerciantes que poco tenían para vender, unos niños corriendo de un lado a otro, un carruaje noble arrastrado por cuatro caballos... Había también un hombre pequeño y


gordinflón vestido con una armadura, seguido de un segundo hombre, que era mucho más alto y flaco. Éstos dos parecía que buscaban algo y murmuraban: “Esto está mal” o “¿cómo puede estar vivo?”. En realidad, no eran solo ellos, la gente estaba cerrando las puertas y ventanas de sus casas, además de decirles a sus familias: “todo va a salir bien, no os va a pasar nada”. La gente iba nerviosa de un lado a otro sin seguir unas trayectorias lógicas, y allí, en medio de ese caos apareció Miguel. Un muchacho de poca edad, recién llegado a aquella ciudad, no tenía nada que comer ni sitio donde dormir aquella noche, solo contaba con algunas monedas y un anillo viejo y desgastado que le había regalado su padre antes de morir. El chico aprendía rápido y tenía muchas ganas de trabajar, pero al quedarse solo en el campo decidió probar fortuna y trasladarse a un lugar donde aprender un oficio y empezar una vida nueva. Aunque Miguel no lo sabía, ese anillo sería el que cambiaría su vida. El caballero con su armadura encontró las mazmorras con la ayuda de un mapa mágico. Luchó con el dragón y se dio cuenta de que era noble y bueno, y al instante eran amigos. El dragón le conto que tenía un escudero malvado de dueño y quería el anillo mágico. La princesa y el caballero se enamoraron y se casaron.


El día de la Boda, la Reina acompañada del escudero vestido con la armadura Real, les sorprendieron con un regalo muy especial…. el Anillo Mágico Medieval.


LA PRINCESA QUE BUSCABA CABALLERO Érase una vez una princesa muy rubia y alegre con 22 años de edad que se llamaba Paula y tenía una mascota que se llamaba Raúl era un dragón azul y con tonos verdes muy bonitos. Ellos vivían en una ciudad medieval llama Latinman era una ciudad de pocos habitantes, pero igualmente era muy bonita y alegre, Paula tenía como madre a la reina llamada Carolina y a su novio Carlos, que era un caballero de la ciudad, que llevaba una gran armadura. Hasta que un día se encontró un mapa y un anillo tirado en las mazmorras del castillo y pensó El caballero llegó a la mazmorra, ve en la puerta un gran dragón. Enorme y tenebroso durmiendo, pasó por encima de su cola y después de pasar dio un respiro, después se giró para verlo y descubrió que lo estaba mirando fijamente. El caballero corrió hasta la puerta y se tiró de cabeza por las escaleras para que el dragón no le pillara. Pero por suerte el dragón se ha quedado atrancado en la puerta. Después de buscar por todas las mazmorras es la última estaba la princesa esperando. Se saludan, se dan la mano…. Se encontraban encerrados en aquella sucia y oscura mazmorra, ¿cómo iban a salir de allí? ¿se iban a rendir? -No podemos rendirnos - dijo el caballero mientras se le iluminaba la cara con una idea, recordó los poderes de anillo y se dispuso a cortar los barrotes de la mazmorra con su anillo


mágico, después el caballero, la princesa, la reina, y el escudero salieron de la cueva en la que se encontraba la mazmorra. -Tenemos que darnos prisa, Reyina no tardara en darse cuenta de que no estamos. -Dijo el escudero. -Cierto-Se percató la reina - Esa malvada, rencorosa y envidiosa bruja no tardará en venir. Entonces la princesa de un silbido llamó a Furia Luminosa, (su gran dragón). -Rápido Furia, tenemos una ceremonia de la armadura a la que llegar. -Dijo la princesa. - ¿Alguien sabe dónde estamos? -Preguntó la princesa Y entonces el escudero se acordó de que entre los papeles que le había dado el duende se encontraba un mapa. Se lo dio a la princesa y se fueron volando. Más tarde: - ¡Mirad las grandes murallas de la ciudad medieval! -Dijo el caballero. Unas horas después, ya en la ceremonia... -Me complace anunciarles la entrega de esta fabulosa armadura a nuestro mejor y más valiente caballero del reino por su fabulosa defensa en las murallas, y por ser el fiel protector de la familia real-Anunció el escudero.


-Me gustaría compartir este honor con la princesa, la reina, y el escudero por nuestra última hazaña. -Anunció el caballero. Después de todo esto fueron felices y comieron perdices.


EL DRAGÓN DEL VIRUS Había una vez una ciudad medieval rodeada de una alta muralla; sus casas eran pequeñas y estaban hechas de piedra, igual que sus pequeñas callejuelas empedradas. Allí no vivía mucha gente, y las personas y animales más importantes de la ciudad medieval eran: La princesa Matilda, que era la hija de la reina Petra que siempre era muy justa y bondadosa. A Matilda le encantaban las armas que utilizaba su padre en las guerras y siempre le mandaba al escudero fabricarle escudos de adorno con los que jugaba y se imaginaba que era una gran guerrera. La reina Petra tenía un caballero que la protegía siempre y sobre todo de un pueblo que estaba en guerra con la reina y toda su ciudad. La reina era la que controlaba todas las guerras desde su castillo y planeaba las estrategias y el rey siempre iba a luchar, era un guerrero extraordinario. La reina también contaba con la ayuda de un dragón que era el encargado de proteger a la ciudad medieval, era muy fuerte; y contaba con una súper fuerza y lanzaba fuego por la boca. Una mañana lluviosa Matilda se empeñó en salir a pasear y la reina le encargó a su guerrero que la acompañara. Llegaron a un tenebroso valle y mientas la princesa y el caballero


caminaban por él encontraron un mapa del tesoro que les guiaba hasta un anillo mágico…. La princesa estaba paseando cuando de repente y de la nada encontró un anillo, pero no era un anillo corriente era un anillo precioso de oro que brillaba como la luz del sol. De repente los ojos se le empezaron a nublar, hasta que no veía nada, al fondo de la neblina encontró un escudero con una armadura de metal que parecía sorprendido. El escudero se le iba acercando hasta que le vio perfectamente, el caballero rápidamente le contó una historia relacionada con un anillo mágico y un mapa, y que ella iba a ser su única salvadora del hechizo de la maléfica reina. También le dijo que le dejaría su dragón valiente y humilde. La princesa valiente puso marcha a su búsqueda del mapa que le enseñaría a seguir el camino correcto, pronto la princesa encontró el mapa, pero lo que no sabía es que detrás tenía a unos caballeros dispuestos a enterrarla en las mazmorras ha orden de la reina maléfica. La princesa luchó como pudo, pero los caballeros sin compasión la metieron en las mazmorras. Solo quedaba un único golpe por parte del dragón para vencer aquella batalla. El caballero estaba en el suelo, aturdido y herido. No sabía cuánto tiempo más podría aguantar el escudo que había creado gracias al anillo mágico. Estaba débil, apenas podía mantener el escudo en pie. ¿Era ese su destino? Acabar


luchando contra una gran bestia, salvar a un miembro de la realeza o defender con éxito la ciudad de enemigos invasores era el sueño de todo caballero, pero… ya ni siquiera había ciudad que proteger ni una victoria aparente que conseguir. Pero él nunca había sido igual que el resto de los caballeros, no, él no buscaba quedar bien ante la multitud, él no buscaba tener una medalla, él buscaba proteger a todas aquellas personas que estaban a su alrededor. Niños, campesinos, damas, nobles… y su escudero, él que no buscaba más que un “gracias” por todo lo que hacía, aunque fuese digno de medalla. Estaba ahí detrás, abatido, con los ropajes manchados y rasgados y su mirada perdida. El caballero lo pensó, ya lo tenía todo para rescatar a aquella princesa, allí, a apenas treinta metros de distancia de encontraba la mazmorra en donde se hallaba la princesa. El problema es que estaba entre un millón más y la reina la necesitaba allí, necesitaba que el anillo que ahora tenía en sus manos la sanaran de la forma en la que solo la princesa sabía aunque tenía el mapa. Llegó el momento, el escudo ceso y el dragón le tiró más lejos de donde estaba, su momento había llegado… Espera, seguía vivo, la armadura le había protegido lo suficiente como mantenerlo vivo. El dragón se sorprendió. - ¡Aquí! – gritó su fiel escudero lanzándole la espada a su caballero y, sin penárselo dos veces le clavó la espada en el


corazón dejándolo indefenso, era increíble el giro que había dado la situación. El joven, sin perder ni un instante fue a la carrera hacia las mazmorras. Seguía dolorido, pero pensar en que lo necesitaban le dio las fuerzas necesarias para avanzar hacia la entrada. Era oscuro y siniestro, pero siguió el mapa. - ¡Princesa! ¡Princesa! –gritó con sus últimas fuerzas. - ¡Aquí! –gritó una voz cercana. La princesa estaba allí, esperándole. La liberó y la llevo al castillo, le dio el anillo y se desmalló. Cuando se despertó vio a su escudero, a la princesa y a la reina observándole. La princesa había curado a la reina, y a él también. Se levantó de la cama en donde le habían acomodado y observó por la ventana. Sí, la ciudad estaba destrozada, pero algo raro ocurría, los nobles estaban ayudando a los campesinos a reconstruir sus casas, las damas estaban sanando heridos y los niños estaban recogiendo escombros todos juntos. Se froto los ojos, no se creía que estuviese pasando aquello. De inmediato miró a la princesa. -A mí no me mires, les has inspirado tú –respondió. Un gran sentimiento de orgullo se invadió del caballero, incluso los trolls a los que había ayudado estaban allí. La princesa se le acerco, le puso una mano en el hombro y le sonrió, también se acercaron la reina y el escudero. La vista que había ante sus ojos


no era bonita en aspecto, pero era preciosa. Las cosas iban a cambiar mucho para todos, pero ese era el Ăşnico sueĂąo que habĂ­a tenido el caballero en su vida.


UNA HISTORÍA INTERMINABLE Érase una vez un mago, el más poderoso del reino de las nieves. El antes de morir creó un anillo mágico con todos sus poderes; pero era peligroso porque cualquiera que lo encontrase podía controlar todo el reino de las nieves, y también tenía una maldición, así que decidió esconderlo, allá donde no yace la luz; con el fin de que nadie se lo pusiera. Pasados unos años en una ciudad medieval un escudero de la realeza encontró el anillo ya que lo vio en las mazmorras del castillo. Así que pasaron unos cuantos meses y el escudero no se quitaba el anillo así que en vez de darle poderes le dejó una maldición, y el escudero decidió emprender su nueva vida en el bosque Perdido, en lo más profundo de la ciudad medieval; pasaron los años y el escudero empezó a convertirse en un monstruo. Y esa información llegó a Whiskers otro mago así que no le gustó lo que oía y decidió idear un plan para rescatar el anillo. Después de que el dragón malvado entrara en el castillo de la reina y robara el anillo mágico, que estaba en la sala secreta, la reina estaba muy preocupada por si la pasaba algo a la princesa, a si que llamo a los guardias para que la escondieran en el lugar más seguro del castillo, en las mazmorras. También les ordenó que llamaran al mejor caballero, conocido como Felipe el valiente.


Felipe mandó buscar a su mejor ayudante, el escudero Rodrigo, y le encargó que preparara su mejor armadura y el mapa donde estaba dibujado toda la provincia, incluido la cueva del dragón. Felipe y su escudero cabalgaron durante tres días y dos noches por el bosque maldito hasta que vieron a lo lejos desde sus caballos la ciudad medieval. Entraron en la ciudad abandonada y vieron una vieja posada donde alojarse; comieron carne, y bebieron vino. Después durmieron toda la noche para al día siguiente nada más salir el sol dirigirse a la entrada de la cueva del dragón malvado para conseguir el anillo robado y… La princesa caminaba cabizbaja al lado de su madre la reina, todo estaba perdido. La ciudad medieval quedaba atrás, huían después de que el caballero no regresara. En ese momento del vestido de la princesa cayó la carta que el caballero le escribió tiempo atrás y en ella decía: “regresaré y si en tres lunas no he vuelto mandaré recado de mi situación por una paloma” Supo sin lugar a duda que, si no había podido regresar ni mandar recado, sólo podría estar en un sitio: en las mazmorras del castillo del dragón.


Ese era el lugar más temido en toda la ciudad, donde la gente entraba para no volver a salir y ahí es donde nuestra protagonista se dirigiría sin lugar a duda ayudada por el mapa. Tras encargarle al escudero que acompañara a la reina sana y salva hasta su destino final en la ciudad de las nieves, se despidió. Rasgó sus lujosos vestidos para quedarse con vestiduras más humildes y no llamar la atención y encaminó sus pasos hacía el lugar que conocía bien porque era parte de las pesadillas de todos los niños. Una hora después vio la silueta del castillo del dragón, de sus mazmorras surgían aterradores aullidos de las personas que allí sufrían. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero nada la echaría atrás. Tocó su mano donde aún conservaba el anillo mágico que le permitía hacerse diminuta, ahora era el momento de utilizarlo. Lo rozó suavemente tres veces y al momento su tamaño quedó reducido al de una mosca, eso le permitió colarse a través de los barrotes que cerraban los ventanucos del suelo que comunicaban con las mazmorras. Agarrándose en los salientes de las paredes de piedra logró llegar al suelo y empezó a recorrer el pasillo con las mazmorras a los lados.


En una de ellas le pareció escuchar la voz del caballero, que murmuraba, miró por la rendija de la puerta y allí estaba él. La princesa gracias a su diminuto tamaño se coló por la rendija de la puerta y se puso encima de la mano del caballero, que la miraba atónito. El caballero dijo. - ¿esto es un sueño o realidad?; la princesa respondió. -soy real y he venido a liberarte. El caballero le explicó que el carcelero dormía en la celda de al lado con las llaves colgadas de la cintura. La princesa no perdió ni un segundo, lanzó un beso al caballero y corrió hasta donde se encontraba el carcelero. Aprovechándose de su pequeño tamaño llegó sigilosa hasta él. Cogió las llaves del llavero y corrió junto al caballero. En ese momento usó el anillo para volver a su tamaño y llegar a la cerradura sin problemas. La puerta se abrió chirriando y al instante oyeron un terrible gruñido que provenía del fondo del corredor. Un calor insoportable llegaba desde el pasillo, sin duda el dragón se acercaba. No tardaron en ver una llamarada enorme que se aproximaba y un rugido ensordecedor llegó a sus oídos.


El caballero agarró su armadura y se dispuso al combate, la princesa se volvió pequeña de nuevo. El dragón llegó enfurecido y el caballero apuntó con su espada, la espada quemaba tanto por las llamas que el dragón desprendía que el caballero supo que no aguantaría mucho. La princesa entonces de un salto comenzó a escalar por las piernas del dragón provocándole unas tremendas cosquillas que le obligaban a reírse incontrolable. En una de esas risas el dragón perdió el equilibrio y cayó con estruendo al suelo. Ese momento lo aprovechó el caballero para encaramarse y cortarle la lengua al dragón, dejándole sin posibilidad de llamear. La princesa y el caballero dejaron al dragón encerrado en la celda con las llaves que habían arrebatado al carcelero. Abrieron las puertas de los demás inocentes encarcelados. Cuando princesa y caballero salieron juntos del castillo, todos los habitantes de la ciudad medieval que se habían enterado de su heroicidad estaban esperándolos para proclamarles como sus nuevos reyes. El castillo fue reconvertido en un parque de atracciones para los niños de la ciudad y la principal atracción era la de dar de comer al, ahora pacífico, dragón que se había convertido en vegetariano.


La princesa, ayudada por el caballero, gobernĂł por muchos aĂąos la ciudad medieval con bondad y sabidurĂ­a.

Fin


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