Grupo 3 reseña 1 luttecke corregida

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1 Alexandra López Pablo Lozada Katherine Zoé Pérez Leishla Pérez Ángela Vargas LITE 4285 Prof. Rabell 9 de septiembre de 2014 Luttecke, Francisco. “'The Oxford Scholar’s Tale': la version disidente de Chaucer”. Ficciones legales. Ensayos sobre ley, retórica y narración. Ed. Carmen Rabell. San Juan; Santiago de Chile: Maitén III, 2007. 14pp. ISBN 978-0-9796877-0-5 En el ensayo “’The Oxford Scholar’s Tale’”: la versión disidente de Chaucer”, Luttecke plantea que la versión chauceriana de Griselda propone un argumento “convincente pero nunca comprometedor” con la intención de hacer una crítica social acerca de la opresión que sufre el campesinado y las mujeres por parte de la clase social dominante (Luttecke 125). Según Luttecke, Chaucer hace este comentario político de manera explícita al utilizar varios discursos retóricos y su conocimiento del código matrimonial vigente, siempre enmarcado dentro de la sociedad inglesa de la época. Luttecke justifica su comparación del relato de Chaucer con la versión de Boccaccio, tomando en cuenta que el mismo narrador de la versión de Chaucer menciona que conoce de la historia gracias a Petrarca, quien tradujo la versión de Boccaccio al latín. Luttecke pasa a comparar ambos relatos bajo la noción de que difieren en cuanto a la perspectiva del autor y sus fines particulares, ya que Chaucer intenta


2 adaptar la historia a un público inglés. Sin embargo, concede que el comentario social de Chaucer es una radicalización de un mensaje que Boccaccio plantea más disimuladamente. El autor parece inferir que la elección del relato de Griselda por parte de Chaucer se debe a su agenda subversiva haciendo hincapié en que Griselda representa doblemente el sujeto subalterno por ser campesina y mujer (Luttecke 133). Luttecke evidencia muy bien este discurso en Chaucer al comparar ambos relatos desde el motivo primordial que inicia la trama hasta las escenas finales constituidas por discursos retóricos y comentarios progresistas. Las similitudes entre ambos relatos son múltiples. En ambos relatos el marqués utiliza el mismo pretexto para hacerle creer a Griselda que matará a sus hijos, y para justificar su decisión de divorciarse de ella. A saber, complacer a sus vasallos que piden que su descendiente no lleve sangre campesina. La reacción casi sentenciosa de estos actos por parte de los súbditos frente a la admiración que éstos sienten hacia Griselda parece ser un cuestionamiento abierto a la herencia del poder basada en el linaje y al código matrimonial de ambas sociedades (florentina e inglesa). De la misma manera, la descripción de la partida de Griselda parece recalcar la nobleza intrínseca de la campesina, quien (en la versión de Chaucer) retiene su porte de nobleza a pesar de perder la vestimenta propia de esta clase social. Según Luttecke, la agenda revolucionaria de Chaucer se anuncia desde el motivo principal que inicia la trama: la razón por la cual el marqués rehúsa casarse (126). En Boccaccio, el marqués declara que no se casará por la naturaleza lasciva y engañosa de las mujeres. Por su parte, el marqués en la versión de Chaucer reta la


3 idea de que la nobleza sólo existe en el linaje. Algo que Luttecke demuestra con unas líneas del principio del relato en donde el narrador erudito declara que toda la bondad viene de Dios y no del “stock” que puede traducirse como linaje, o ascendencia (Luttecke 126). Pero es en la extensión de la descripción de la capacidad y potencial gobernante de Griselda donde Chaucer (y en su estudio, Luttecke) mejor argumentan la injusticia que existe entre la relación de géneros y las clases sociales. Además, la Griselda de Chaucer participa mucho más activamente del diálogo que en la versión de Boccaccio. La versión de Chaucer presenta una Griselda con talentos políticos que transgrede la tradicional socialización de la mujer de la época, la cual proclama que la elocuencia de la mujer yace en el silencio; socialización que tiene sus raíces en el pensamiento de la época, tal como lo expone el pensador y autor de libros de conducta, Francesco Barbaro y como explica Constance Jordan en su ensayo “The Terms of the Debate” (Renaissance Feminism: Literary Texts and Political Models, Ithaca, London:,Cornell UP, 1990, 45). La participación del narrador implícito (en el caso de este relato, el erudito) es mucho mayor en la versión de Chaucer. Y como Luttecke plantea desde el principio, el argumento de Chaucer es convincente, pero nunca comprometedor. Luttecke evidencia esto mediante el distanciamiento que se crea entre el narrador empírico y el narrador del relato dado que se describe al erudito como “demasiado poco mundano para ejercer un empleo” pero con palabras que “impulsaban hacia las virtudes morales” (Chaucer 73-74). Más aún, el erudito soñador y poco mundano cuenta su relato “a un grupo de reputación bastante dudosa” (Luttecke 129).


4 Lo que más llama la atención en este artículo es el análisis del final del relato de Chaucer como una peroratio que se extiende al mismo epílogo. Luttecke lo describe como “una amalgama de recursos retóricos” que incluye discurso forense de acusación y la retórica del caso ficticio; discurso ceremonial de elogio y de censura; al igual que discursos aristotélicos, entre otros (Luttecke 129). Para Luttecke este entretejido de discursos es paralelo a la manera en que se “entrecruzan los espacios de poder (la casa y el Estado; el cuerpo de la mujer y del subalterno; la cabeza de la casa y la del Estado) y las discursividades que las sostienen” (133). Otra manera en que Chaucer enmarca su relato es a través de su conocimiento de los códigos matrimoniales de la época. Según Luttecke, en aquella época y sociedad particulares se exigía la sumisión de la mujer y su integración total a la identidad y existencia legal de su esposo (134). Citando a Diefendorf, Luttecke afirma que en el caso particular de Inglaterra, la noción imperante de que cada matrimonio tenía una sola cabeza corría paralelo a las leyes que regían el derecho a la propiedad del campesinado en la Inglaterra medieval. Es así como “las mujeres y el campesinado sufrían, pues, la ‘incorporación’ casi literal a los dictámenes de la cabeza de un solo señor”, algo que resulta en la impunidad de la clase noble y una capacidad de ésta de poder manipular la ley a su favor (Luttecke 136). Esto se demuestra cuando el marqués falsifica documentos y elabora una mentira que envuelve el acto definitivamente ilegal de asesinar a sus hijos. Si bien hay elementos de retórica por todo el relato, como bien demuestra Luttecke, el propósito de estos discursos es “el rechazo general al orden feudal que


5 [Walter] representa” (Luttecke 131). Durante todo el ensayo, el autor argumenta muy claramente a favor de la propuesta revolucionaria que Chaucer construye con su relato y responde a todas las preguntas que abre al principio de su discusión. Sin embargo, no queda muy clara la insinuación de Chaucer en cuanto a la situación análoga de la mujer y el campesinado, algo que Luttecke intenta mostrar con las líneas “And so whereas his people had before/ Loved him opprobrium of his ill fame / Made them begin to hate him more and more […] / But for no consideration all the same / Would he give over his merciless plot” (Citado en Luttecke 132). A pesar de esto, el ensayo cumple con su propósito de pintar a “The Oxford Scholar’s Tale” como una versión radical pero nunca comprometedora del relato tan afamado de Griselda.


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