1 El Siglo de las Luces: Ilustración, Clasicismo, Neoclasicismo: Apuntes de la profesora Carmen Rabell. Fuente principal de estos apuntes: Gay, Peter. The Enlightment, an Interpretation. New York: Knopf, 1969. Ideas generales sobre la Ilustración El Siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces, va a caracterizarse por la exaltación de la razón. Si bien se podría afirmar que la mentalidad moderna empieza a cuajar desde el Renacimiento, que coloca al sujeto y la experiencia como instancia de comprobación (como lugar desde el cual se valida el conocimiento), es en la Ilustración cuando ese “yo” va a ser claramente definido como un sujeto racional que podría ser capaz de descubrir las leyes de la naturaleza y utilizarlas para vivir en su entorno social y desarrollar una tecnología que vehicule su “progreso”. Los ilustrados van a creer firmemente que la verdad de la naturaleza se descubre a través de la razón. Esta nueva mentalidad empieza a gestarse desde finales del Siglo XVII, cuando personajes como Descartes, John Locke e Isaac Newton, comienzan a colocar a “la razón” como paradigma central de la cultura occidental. Descartes, por ejemplo, articula el “método científico” (la idea de que el conocimiento se deriva de la observación, elaboración de hipótesis y experimentación) en su libro El discurso del método. En el campo de la física, la aplicación del método científico lleva a Isaac Newton a descubrir las tres leyes de mecánica, la ley de gravedad, a contribuir en el entendimiento del color y la luz, de la mecánica del movimiento de los planetas y en la creación de las bases del cálculo. En el campo de lo que hoy denominaríamos Ciencias Sociales, John Locke, en su libro Essay Concerning Human Understanding, formula la hipótesis de que el hombre en su estado natural es una “tabula rasa” que va siendo marcado por la sociedad y sus instituciones. Locke plantea la idea de que en el estado natural no existen las jerarquías sociales y que el poder, contrario a la creencia predominante desde la Edad Media hasta la cultura del Barroco, no deriva de Dios sino de la comunidad. Esta idea va a originar la creencia de que la democracia sería el sistema de gobierno más compatible con la “naturaleza”. En el campo de la religión, habría que mencionar que la aplicación del método científico en el estudio de las religiones (la interpretación crítica de las escrituras y la religión comparada) lleva a un debilitamiento de la ortodoxia. De modo que el racionalismo que surge a finales del Siglo XVII en Europa va a germinar en el Siglo XVIII, produciendo una cultura que cree firmemente en el poder de la razón y en la posibilidad de hallar una explicación racional a los problemas humanos. Los sujetos de este periodo se conciben en el umbral de una cultura iluminada, que sale de las tinieblas de la superstición, la ignorancia, el conocimiento tradicional y las “verdades aceptadas”. El credo de la Ilustración es la búsqueda científica; el universo es regulado por leyes que pueden descubrirse a partir del método científico. La búsqueda del conocimiento se concibe como una puerta que abre a cada sujeto la capacidad de ejercer la razón. Los ilustrados intentan combatir los errores de la antigüedad que habían traído la superstición y la persecución. Por esta razón, creían en la tolerancia y en la libertad de conciencia. En el campo de la economía, Adam Smith plantea también la idea de la “libertad de comercio” (“laissez faire”). En el campo de la religión, aquellos ilustrados que eran deístas, conciliando el común denominador de las religiones, concebían a Dios como una hipótesis racional de existencia. Sin embargo, rechazaban la milagrería y las revelaciones como supersticiones irracionales. Los deístas pensaban que