MICHEL DE MONTAIGNE In bibliothecis immortales animae IOqUll ntur. (PLIN10, Nat. hist. 3~j,2,9)
ENSAYOS COMPLETOS
Traduccion
M ll Dolores Picazo
Introduccion, notas y traduccion de los sonetos de La Boetie
Alvaro
MuflOZ
Robledano
2003
M~~'t'ld f!lllIUU(n'lll1(~A
~"Rl1A
cATEDRA
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ENSAYOS cor- IPLETOS DE MONTAIGNE
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LIBRO PRIMERO - CAPiTULO
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seguir su amistad; estus presentarunle tres clast's ck presentes, de la for ma siguiente: «Senor, aqul tienes cinco esclavos; S1 eres un dios fiero que te alimentas de carne y de sangre, comelos y te amaremos aun mas; si eres un dios bondadoso, he aqui incienso y plunlas' si eres hombre, toma estos pajaros y estos frutos».
CAPITULO XXXI DE LOS CANfBALES
U~NDO EL REY pmr~(). PASO A ITALlA, despues ~le u~:servar el, ord~n ejeroto que los romanos envlilban contra e1, dlJu: "No se que b baros seran estos (pues los griegos lIamaban asi a todas las naciones tranjeras), mas la disposicion de este ejercito que estov viendo no es b bara en modo alguno». Lo mismo dijerun los griegos del que F1CllT hizo entrar en su pals, v Filipa, al vcr dcsc!L' un cerro el orden y la co cacion del campamento romano en su reino, bajo Publio Sulpicio Gal Vcd por ello como hemos de guardarnos de aceptar las opiniones v gares y como hemos de juzgarlas segL1l1 la razeln y no segCll1 la voz p bHca. Tuve junto a 1111 durante largo tiempo a un hombre que habla viv diez 0 doce anos en ese otro mundo descubierto en nuestro siglo, en lugar donde Villegagnon tomeS tierra y al que lImno Francia anlarli Este descubrimiento de un pais infinito parece ser considerable. No se puedo asegurar que se !laran otros en el futuro, habiendo tantos pers najes mas importantes que yo que se han equivocado en (uanto il e tema. Temu que tengamos los ojos mas grandes que el esl6mago, y m curiosidad que inteligencia. Abarcamos todo, mas solo cogemos vien Platon introduce a Solon [en el Timeo 21b-25dl, para contar como supo p los sacerdotes de la ciudad de Sais en Egipto que, antana, antes del luvio, eXistia una gran isla llamada Atlantida, exactamente en la boca d estrecho de Gibraltar, guc comprendla mas palses que Asia y Africa ju tas; y que los reyes de aguel territorio, gue no solo poselan esa isla si que habfan avanzado tan [ejos en tierra firme que llegaban a 10 ancho Africa hasta Egipto y a 10 largo de Europa hasta la 1oscana, decidier dar un saIto hasta Asia y subyugar a todas las naciones que bordean mar Mediterraneo hasta: el golfo del mar Mayor; y para clio, a travesar las Espanas, las Galias, Halia, hasta Greda, donde los atenienses los co tuvieron; mas quc, alglin tiempo despues, fueron engullidos par el dil vio, los atenienses, ellos y su isla. Es muy verosfmil que aquel enorm estrago de agua produjera cambios extranos en las regiones de la tlerr al igual que se considera que el mar arranc6 a Sicilia de ltalia,
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ENSAYOS CUMI'L.ETOS DE MONTAlGNE
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Haec loea, vi quondam et vasta collvulsi/ milia, Dissiluisse fenmt, CUIIl protinus utmquf tell us UI1lJ foret; [Cllcntiln que en vasta ruina estos paraje~:
estallaron convulsos: jtan monstruosils
lnUdanZils pucde el tiempo en largos sig!c):, I
Una cran ambas tierras: V1RC1LlU, AL'II. 3, cll_\ 16].
Chipre, de Siria; la isla de Negroponto, de la tierra firme de Beocia; y haya
juntado en otros lugares tierras que estaban separadds, lIenando de limo
y arena las fosas que habia entre elias:
sterilisque diu palus aptaque renlis Vicinas urbes alit, et grave sentit aratrUll1. lo pantano antes esteril y apto para remos illimenta ciudades vecinas y siente el peso ell'! arado: HORACia, lIrs 6::; -66]. Mas no hay grandes indicios de que esta isla sed ese mundo nuevo que acabamos de descubrir, pues tocaba casi con Es ~)ai1a y serla increible que la inundacion la hubiera apartado hasta dond,,' est,L a mas de mil doscientas leguas, aparte de que las modernas exp,:diciones han descu bierto ya casi que no es una isla, sino tierra firme, unida por un lado can las Indias orientales, y por otro con las tierras que e~tan bajo los dos po los; 0 que, si esta separada, 10 esta por un estrecho 0 intervalo tan peque no que no merece por ello Ser considerada como ish Parece que se producen movimientos, naturales ,ll10S, febriles otros, en esos grandes cuerpos, asi como en los nuestros. CUCIndo pienso en la ero sion que deja el rio Dordona actualmente por la orilla derecha al bajar, y en el terreno que ha ganado en veinte anos destruyendo la base de varios edificios, me doy cuenta de que es un movimiento e\traordinario, pues si hubiese Ilevado siempre ese ritmo 0 10 fuese a lIeVClI en el futuro, trasto carla el aspecto del mundo. Mas estan a la merced de muchos cambios: tan pronto se ensanchan por un lado, tan pronto pm otro, como se con tienen. No hablo de las repentinas inundaciones cuyas causas conoce mos. En Medoc, al borde del mar, mi hermano, sei'Ll)r de Arsac, ha visto como quedaba sepultada una de sus tierras bajo las ,il'enas que el mar vo mita ante ella; la cima de algunos edificios aim sob! esale; hanse trocado sus rentas y tierras en pobres pastizales. Dieen los habitantes que, desde hace alt)Un tiempo, eJ mar empuja can tal fuerza hacla ellos, que han perdido cuatro leguas de tierra. Esas arenas son sus prdiminares; y vemos
arandes m.onton~s Q~ ar\:1\C\ \.1\ mO'ill1l.ltl\\\J \.\ue SC' '2ll\e\aman. med.la \e gua, comiendose el pals.
EI otro testimonio de los tiempos antiguos can el que se quiere rel eionar este descubrimiento, es de Arist6teles, al menos si es suyo esc breto de Las lIIaravillas huwditas. Cuenta en el que algunos cartaginese habiendose lanzado a traves del mar Atlantico fuera del estreeho de G braltar y habiendo nave gada durante largo tiempo, deseubrieran por f una isla grande y ferti], eubierta de bosques y regada par anchos y pr fundos rlOS, muy alejada de cualquier tierra iirme; y que 121105 y despu otras, atraidos por la riqueza y fertilidad de la region, fueranse alli,eon s mujeres e hijos, empezando a acostumbrarse a ella. Los senores de Cm tago, viendo que su pais se despoblaba poco a poco, prohibieron expr samente, bajo pena de muerte, que nadie iuese mas alii y expulsaran a l nuevos habitantes, par temor, seglll1 dicen, a que con 121 paso del tiem llegaran a multiplicarse de tal forma que los suplantasen a ellos y arru nasen su estado. Este relata de Aristoteles tampoco concuerda can nue tras nuevas tierras. EI hombre que junto a l11i estaba era hombre sencillo y tosco, eondiei propia para dar testimonio verdadero; pues las gentes rcfinCidas se fij con mas agudeza y mejor en las cosas, mas las glosan; y para haccr va su interpretacion y persuadir de ellCi no pueden dejar de alterar alga la hi toria; jamas os describen las cosas en su estado pura, IuS tuercen y disir zan segun el aspecto que Ies han visto; Yt para dar credito cl su idea y atra ras a ella, adaptzll1 en esc sentido la rnateria, alargandola y ampliandola. preciso un hombre muy fiel 0 tan sencilJo que no tenga con que constru o dar verosimilitud a falsos inventos y que can nada se haya casado. A era el mio, y adem<.is presentome a menudo a varios marineros y mercad res que habia conocido durante el viaje. Por ello, contentonw con esa i formacion sin investigar 10 que dicen los cosmografos. Nos serian precisos topograios que hicieran su propia narracion de l lugares donde han estado. Mas, por tener sobre nosotros la ventaja de h ber visto Palestina, quieren gozar del privilegio de contarnos noticias d resto del mundo. Me gustaria que cada uno escribiese sobre 10 que su y cuanto sabel no solo en esto sino en cualquier otro tema: pues uno pu de tener algtin especial conocimiento 0 experiencin sobre la natuwleza un rio 0 de una fuente y no saber del resto mas que 10 que saben los c mas. Decidira, sin embargo, escribir la flsica entera para publicar ese p queno retazo. De este vicio nacen muchos y grandes perjuicios, Y el caso es que estimo, volviendo al tema anterior, que nada barba o salvaje hay en aquella nacion, segtil1 10 que me han contado, sino q cada cual considera barbara 10 que no pertenece a sus costumbres. Cie tar-n.ente parece que no tenemos mas punto de vista sobre la verdad y razon que 121 modelo y 1a idea de las opiniones y usos del pais en el q estamos. AUi esta siempre la religion perfecta, el gobierno perfecto, practica perfecta y acabac\a c\e toc\o.Tan salvajes son como los frutos a que llamamos salvajes por haberlos producido la naturaleza por 51 mis
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y en su normal evolucian: cuando en verdad, 111e)or harfamos en llamar salvajes a los que hemos alterado con nuestras artes, desviandolos del or den comun. En aquellos estc'm vivas y vigorosas la~, autenticas cualidades y propiedades mas Lltiles y naturales, las cuales en cambio hemos envi lecido en estos, adaptandolas simplemente al pl-Icer de nuestro gusto corronlpido. Y asf, sin embargo, el sabor y la suavidad de distintos fru tos de aquellas zonas sin cultivos, resultan ser eAL'elentes para nuestro gusto y mejores que los nuestros. No hay razan para que 10 artificial su pere a nuestra grande y poderosa madre naturakza. Hemos recargado tanto la belleza y riqueza de sus obras con nucstrllS inventos, que la he mos asfixiado por completo. Y aun asC ulla donde reluce su pureza, hemos de avergonzarnos extraordinariamentc de lwestras frfvolas y va nas empresas,
Et ven/unt ederae sponte sua lIIelius, Surgit et in solis fOri/lOs/or arbutlls antllS. Et volueres nulla dllleius artc call l/II t. [y como espontaneas las hiedras se repruduu'l1 rnejor, y brota d madr0l10 mas hermoso en las c'llC\,b desiertas, y muy dulcemente sin estudio alguno Call1illl los pajaros: PROPERC[() l.2llJ-11
Y 14].
Todos nuestros esfuerzos son incapaces de llei~ar a reproducir el nido del mas insignificante pajarillo, ni su textura, ni SLl belleza, ni la utilidad de su uso; ni siquiera la tela de la debil arm1a. DiLe Platon que todas las cosas han sido creadas 0 por lu naturaleza 0 por l'l azar 0 por el arte; las mas grandes y mas bellas, por uno de los dos prim,'ros; las menores e im perfectas, por el Llltimo. Esas naciones pan§cenme pOl' 10 tantu barbm,ls porque la mente hu mana las ha moldeado muy poco y estan uun mu\' cerca de la inocencia original. Rigense todavia segun las leyes naturale's, apenas adulteradas pOl' las nuestras; mas en tal pureza que me apen\t a veces que no hayan sido conocidas preferiblemente en la epoca en que habia hombres que habrian sabido juzgarlas mejor que nosotros. Me ciisgusta que ni Licurgo ni Platon las hayan conocido; pues pan2ceme quc' 10 que comprobamos por experiencio en esas naciones supera no solo todas las pinturas con las que la poesia embelleci6 la edad de oro y todas lao; creaciones para repre sentor uno feliz cundicion humano, sino incluso "I concepto y el propio Jescu de la filosofia. No pudicron inventor inocc'l1cia tan pura y simple como la que vemos pOl' expericncia; ni pudieron imaginar que nuestra so Cl(Jd;ld pudjpr.Q lTI;;)nlonon:;p con L'l.J"'l poco al·tiiicio , soldadl.lra. hunLana.
Es
u~la ~acion, di.ria.le yo a Platon, donde no cxistc n; I1gLm tipo de comercio;
nm.gun conocnmento de las letras; ninguna cienu(\ de los numeros; nin
~m nOmbr8
0.8 nnglgtrado III c\e cargo politico: ninguna costumbre de
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vasallaje, de riqueza 0 de pobreza; ningLlll contrato; ninguna SLlceSlO ningun reparto; ninguna ocupacian que no sea ociosa; ningtlll respeto parentesco que no sea com Lin; ninguna ropo; ninguna agricultura; ningL metal; ningLm uso del vino 0 del trigo. Incluso las palabras que signific mentira, traician, disimulo, avaricia, envidia, dctraccion, perdon, is inauditas! iCuan lejos de esta perteeci6n aparecerfasele la repLlblica q imagino!: «viri a diis reee/Ttl's» lvarones recienlementc salidas de manos d,' dioses: SENECA, ('pis!. 90,:.I4J. Has natl/ra nlOdos priUll/i1l dedit.
[Tal cs la triple via que Natura
establccllj al principia: VWCILlO, georg. 2, 20].
Ademas viven en una zona de paises muy grata y bien templadC1; forma que, segLlll me han dicho mis testigos, raro es vcr alli a un homb enfermo; y me hiln asegurado no haber visto il ninguno tembloroso, 1 ganoso, desdentado 0 encorvado por la vejez. Sc asicntan al borde d mar, cercados tierra adentro par grandes y elevadas montal1as que dej entre cada dos una extension de unas cien leguas de aneho. Abund pescados y carnes sin parecido alguno con los nuestros y los comen s mas artificio que la cucci6n. El primero que alii lleg6 a caballo, a pesar haberselos ganado en otros viajes, prodLljoles tal hOlTor en aque!la post ra que 10 mataron a flechazos antes de poder recon'lccrlo. Sus constru ciones son muy largas, con capacidad para doscicntCls u trescientus alma cubiertas con cortezas de grandes arboles hincadas en tierra pOl' un extr mo y sostenidas y apoyadas unas en otras en 10 alto, como algunas nuestras granjas cuyos tejados !legon hasta eI sw:do sirvicndo de flanc Tienen una madera tan dura que, cortandob, construyen con ella sus e padas y parrillas para asur la carne. Sus lechos son de un tejido de alg don, colgados cerca del techo C01110 los de nuestros barcos, y cada un tiene el suyo, ya que las mujeres duermen separadas de sus maridos. levantan con el sol y C0111en inmediatumente despues de haberse levo tado y para todo el dia, pues no hacen m,'is comida que esta. No beb entonces, como cuenta Suidas de otros pueblos de oriente que bebf fuera de las comidas; be ben varias veces al dia y a placer. Su brebaje es hecho con alguna raiz y tiene el color de nuestros vinos claretes. Solo beben tibio; este brebaje no se conserva mas que dos 0 tres dias; tiene u sabor un poco picante, no es nada espUInOSO yes saludable para el est mago y laxante para aquellos que no estc'in habituados a el; es una beb da muy agradable para eJ que esta acostumbrado. En lugar de pan, us cierta materia blanca parecida al cilantro confitado. Lo he probado: su s bor es suave y algo soso. Todo el dia se 10 pasan bailando. Los mas j6v nes van a cazar heras can sus arcos. Una patte de tas rn.ujetes oc{tpa mientras tanto en calentar la bebida, 10 que constituye su principal lab
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ENSAYO" C,J,\lPLETOS DE MONTAIGNE
Hay algtll1 anciano que por la manana, antes de cjue se pongan a comer, predica 10 mismo a toda la cabana, paseandose cic' un extremo a otro has ta dar la vuelta (pues son construcciones que tiClh:l1 mas de cien pasos de largo). Solo les recomienda dos cosas: valor contu los enernigos y amor a sus mujeres. Sin dejar de resaltar nunca en el reJran esta obligaci6n, ya que son elias quienes les mantienen caliente y sdwnada la bebida. Pue de verse en illgunos lugares, y entre otros en mj '~usa, la forma de sus le chos, de sus cuerdas, de sus espadas y brazalek" de madera con los que se cubren las munecas en el combate, y de su~ [,1rgos cayados, abiertos por un extremo, con cuyo sonido !levan el ritnw l:1l1a danza. No tienen ni un pelo en todo el cuerpo y se afeitan apmand' l l11ucho mas que noso tras, sin mas navaja que un trozo de madera () oil' piedra. Creen que las almas son etemas y que las que 10 han mercl:i,!" seglin los dioses viven en ellugar del cielo por el que sale c1 sol; las m~ilditas, dellado de occi dente. Tienen una especie de sacerdotes y de proJeldS que se presentan muy rararnente ante el pueblo, pues tienen su mmadd en las montanas. A su Ill' gada, hacen una gran fiesta y solernne asamblea de varios poblados (cada eaba11a, como ya he dieho, forma un poblado, y estan a una legua franeesa una de otra). EI profeta les habla en pljblico, exhortandolos ala virtud y al deber, mas toda su etica contiene tmilJmente esos dos artlcu los anteriores de la firmeza en la guerra y del Glrii'lo a sus mujeres. Tam bien les pronostica el porvenir y los resultados qlll' han de esperar de sus enlpresas, los empuja 0 los desvia de la guerr,]; mas, si falta en sus adivi naciones 0 les acontece algo distinto de 10 que ks pre dice, 10 despedazan en mil trozos si 10 atrapan, condenandolo cumu {also profeta. Por este motivo, at que yerra una vez, no se Ie vuclve a \ cl'. Es la adivinacion un don de Dios, par eUo lidlerla ser impostura pu nible hacer uso de ella para engai1ar. Los escil~b cuando por casualidad los adivinos fallaban, tendianlos atados de pil'S " manos sobre carros lle nos de brezo, tirados par bueyes, para ljuemml( l',. A los que manejan las cosas regidas poria inteligencia humana se les llllcde perdonar hacer solo 10 que pueden. Mas a esos otros que vicnen jan,indose de la infalibilidad de una fucultad extraordinaria que esta fuera cit' nuestro conocimiento, Gacaso no se les ha de eastigar por no cumplir sus promesas y por la te meridad de su impostura? Tienen sus guerras contra las naciones del otro lado de las montai1as, que estan mas tierra adentro, a las que van completamente desnudos, sin mas armas que unos arcos 0 unas espacias de m,ldera, afiladas par un ex tremo, como nuestros venablos. Es asombrosa fa firmeza de sus comba tes, que jamas terminan si no es can la muertc' 0 el derramamiento de gangre, PUg" no conocen ni la derrota ni e1 c'"I"'anto. Cada uno se l1eva
como troreo la cabeza de~ enemigo que ha n"lutc\c\o Y la cuelga a la l'ntra
~~ ~e ~l\ lltDl~&a. Despnes c\e hatar bien QumrM \argo tlempo a sus pd-
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sioneros con todas las comodidades que ocurrfrseles puedan, el jefe con voca una gran asamblea con sus conocidos; ata una cuerda a un brazo del prisionero, y agarrando el extremo, 10 mantiene alejado de el algunos pa sos, por miedo a que Ie ataque, y al mas querido de sus amigos Ie da el otro brazo para que 10 sujete de igual forma; y los dos, en presencia de toda la asamblea, 10 matan a golpcs de espada. Hecho esto, 10 asan y co men todos de et enviando algunos trazos a los amigos que estan ilusen tes. Esto no es, como podrfa creerse, para a1imentarse, tal y como hUcliln antano los eseitas; sino como simbolo de cxtrema venganza. Y como vie ran que los portugueses, que se habian aliado con sus adversarios, recu rrian a otra clase de mucrte para ellos cuando los cogian, lu cual consistiil en enterrarlos hasta la cintura y lanzarles violentos flechazos mientras re sistfa el cuerpo, para colg-arlos despues, pensaron que csas gcn tes del otro mundo, puesto que habic1n sembrado el conocimiento de muchos vicios entre los pueblos vecinos y dominaban mucho mejor que ellos toda suer te de maldades, no se vengarfan pOl' casualidad de aquella forma y que esta debia de ser mas dura que la suya, empezaron a abandonar su anti gua manera para adoptar esta. No me apena quc comprubemos el barba ra horror de tal aceion, mas sf que nos ceguemos ante Iluestras faltas sin dejar de juzgar las suyas. Estimo que hay mayor barbaric en el hecho de comer un hombre vivo que en comerlo 111 uerto, en desg'1uJr can torturas y tormentos un cuerpo sensible atm, asarlo poco a poco, darselo a los pe rros ya los cerdos para que 10 muerdan y despedacen (eosa que no solo hemos lefdo sino tambien visto recientemente, no entre viejos enemigos sino entre vecinos y conciudadanos y, 10 que es peor, so pretexto de pie dad y religion), que asarlo y comerlo despues de Inuerto. Crisipo y Zenon, jefes de la secta estoiea, pensaran justamente que no
habia mal alguno en servirse de nuestra carrana siempre que 10 necesita
ramos, obteniendo asi alimento; al igual que nuestros antepasados sitia
dos por Cesar en la ciudad de Alesia resolvieron saciar el hambre de aquel
cerco con los cucrpos de los ancianos, de las mujeres y de otras personas
inutiles para el combate.
Vascones, ji.1l/ll1 est, alilllentis talibus usi Produxere animas.
[Los vascones, seglin cuentan, con tales aJimentos
alargaron sus ViLlas: ) UVENAL 15,':13-94).
No temen los medicos servirse de ella para nuestra salmi, de cualquier forma, ya sea para apHemIa por dentra 0 par fuera, mas jamas existio idea tan absurda que justificara la traicion, la des1ea1tad, 1a tirania, la crueldad, que Son nuestras faltas ordinarias. Bien podemos pues !lam.arios barbaros, si consideram.os las norrnas de la razon, mas no si nos consideramos a nosotros mismos, que los supera
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ENSAYOc; , ,)}.]PLETOS DE MONTAIGNE
mas en toda clase de barbarie. Es su guerra absulLltamente noble y gene rosa, y tiene tantJ. justificacion y belleza COl1llJ csta enfermedad humana puede contener; para ellos no tiene otro fundanll:'nto ljue 121 solo celo par 121 valor. No cOl11buten para conquistar nuevas ti,~rras, pues gozan todavia de esa felicidad natural que les abastece de t(hll) 10 necesario sin trabajo ni esfuerzo y en abundancia tal que no necesl\"2I1\ pnra nada aumentar sus lil1lites. At:in estan en ese mundo feliz en quv,olo necesitan 10 que sus necesidades naturales exigen, todo 10 dem5s eS para ellos supert1uo. Ge neralmente se llaman unos a otros, los que SOll . It' la misn,a edad, herma nos; hijos, a los que estan pOl' debajo; y los anclanos son padres para to dos los demas. Estos dejan en com{m a sus hetederos esa posesion !lena de bienes pro indiviso, sin mas titulo de propieclad que 121 que la natura leza da a sus criaturas al ponerlas en 121 l11undt} Si sus vecinos pasan las montafias para atacarlos y los vencen, 121 both, ,iel vencedor es la gloria y 121 privilegio de haber sido superior en merito y \alor; pUloS, de otra forma, no sabrian que haclOr con los bienes de los vellcidos, y toman a su pais donde no carecen de nada de 10 necesario, ni Lil' eso tan grande que es sa ber gozar con ventura de la condicion de unu l(llltentandose can ella. Lo mismo hacen estos a su vez. No piden a sus !JI!o,ioneros mas pago que la confesi6n y reconocimiento de haber sido v('ll,idos; mas resulta imposi ble hallar alguno en todo un sigh que no preficra la muerte a ceder, ni de acto, ni de palabra J un solo punta de la granci'/d de un valor invencible; no hay ninguno que no prefiera ser muerto y lLJlnido a pcdir no serlo. Los tratan dejandolos en toda libertad y proporcionjlldolcs todas las comodi dades que ocurrirseles puedan, para que la viLlel les sea aun mas cara; les recuerdan regularmente con amenazas su fUlUl<l muerte, las torturas que habrein de sufrir, los preparativos que se realiz,Hl a esc efecto, 121 descuar tizal1liento de sus miembrus y el festin que be' !"lara a sus expensas. Todo esto se hace con el {mico fin de arrancar de su hJCa alguna palabra cobar de a baja, 0 de inspirarles dcseos de huir, para (,htener 121 privilegio de ha berlos atemorizado 0 de haber doblegado su ii nneza. PUloS ademas, pen sandolo bien, solo en estc punto reside la venLdera victoria:
victoria
11/1 Iiil
est
QUI/III qllllt! cOllft!ssos anil/la quaqll('.ubhlgat hastes. INo hay mayor victona que la que ,,(Jllll'te al enemigo n'eonocitindDlu til J jllieiD propio: CLAL:DIANO, HIJ!l.
cos. Vi_'-W-4';i].
Los hlll1garos, combatientes l11uy beJicosos. jamas proseguian antano la ofens iva, tras hacer entregarse al enemigct a su merced. Ya que, al arran carle esta confesi6n, dejabanlo ir sin ote I \sa alguna, sin rescate, ex cepto, como mucha, 121 obtener su palabra de ;;0 armarse contra ellos en <ldl'lanll'. ~--_.
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Bastantes ventajas tenemos nosotros sobre lluestros enemigos, qu son ventajas prestadas y no nuestras. Cualidad eS del porteador y no d valor, 121 tener mas s6lidas las piernas; cualidad l11Uertil y corporal loS agilidad; loS un golpe de suerte si el enemigo tropieza al deslumbrarle l ajos la luz del sol; es una jugada del arte y de la cicncia, y que puede re caeI' en persona cobarde y nula, el estar eapacitado para la esgrima. 5 estima y considera a un hombre por Sll valor y SLI voluntad; en ell os re side la verdildera homa; el valor es finneza, no de las piernas ni de lo brazos, sino del corajl' y del alma; no reside en la valid de nuestro caba llo 0 de nuestras armas, sino en la nuestra. EI que cae finne en su valo «si succiderit, de genu pltgllat» lsi cae, pelea incluso de rodillas: SI'NI·G\, dia provo 2,6], qUien a pesar del peligro de una muerte cercana, no cede u punta en temple; LJuien al entregar el alma mira aun a Sll enemigo ca mirada decidida y desdenosu, lOse no 11a sido vencido pOl' nosotros, sin pOl' el destino; muerto es, mas no vcneido. Los 11155 villicntes son a veces los mas desafortunados. Hay adem as derrotas triunfantes que emulan a las victorias. Ni s quiera esas cuatro victorias hermanas, las mas bellas lJue con sus ojo haya visto jam;:1s 121 sol, la de Salam ina, 1<.1 de PlatcZl, 1a de fvlicala, la d Sicilia, osaron nunca oponer toda Sll gloria a la gloria del apLast<lmient Idel rey Leonidas y de ]05 suyos en el paso de las 1ermopilas. ~Quien corri6 jamas can afan mas glorioso y Jmbicioso hacia la vic toria de un combate que el capitan Iscolas hacia su perdida? ~ Quien ase gurose de su salvacion con mayor ingenio y cuidado que 61 de su mina Tenia orden de defender cierto paso del Pelopone50 contra los arcadios Para 10 cual, viendose absolutamente incapaz de ella, dnda 13 nnturalez del lugar y la desigualdad de ful'rzas, y comprendiendo que lodos lo que hicieran frente al enemigo quedarian alIi irremisiblemente; pOl' otr parte, considerando indigno de su propio valor y grandeza y del nombr de lacedemonio no cumplir su misi6n, entre esos dos extremos tomo u partido intermedio y actuo as!: conservo para la protecci6n y servicio d su pais a los mas jovenes y prestos de la tropa, hacicndoles volver; y con aquellos cuya perdida era menos perjudiciaL resolvi6 defender aque paso, y, can su muerte, hacer que 121 enemigo cOl1lprase la ocupaci6n a pre cia mas alto posible: como asi aconteci6. Pues, rodeado par toda partes por los arc adios, tras hacer gran carniceriu, el y los suyos fueron todos pasados a cuchillo. ~Existe algem trofeo de los concedidos a lo vencedores que no les sea mas debido a esto5 vencidos? El vcrdCldero veneer tiene como misi6n el combate, no la salvadon; y cl honor del va lor consiste en combatir, no en batir. Volviendo a nuestra historia, tan lejos estan de rendirse esos prisione ros con todo cuanto les hacen, que, al contrario, durante esos dos 0 tre meses que los tienen prisioneros, hacen gala de alegre actitud; apremian a sus duefios para que se aprcsurcn a hacerles pasar pOl' e5J prueba; lo
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ENSAYOS CU~II'LETOS DE MONTAlGNE
desaffan t' injurian reprochandoles su cobardfa y i~lS inmensas batallas perdidas contra los suyos. Se de una canci6n inVenl:lda por un prisionero en la que se halla esta bravata: que todos unidos m;,'n ir a comer su cuer po y comeran con cl a sus padres y abuelos qut' Ie sllvieron de alimento y sustento. «Estos musculos -decfa-, esta carne \ estas venas, son las vuestras, pobres locos; no os percati.'\is de que lu sullstancia de los miem bros de vuestros antepasados permanece attn en (' Iios: saboreadlos bien, notareis el sabor de vucstra propia carne». Idea qUe' cn modo alguno se parece a la barbaric. Quienes describen su agolllil v reproducen el mo mento de su muerte, pintan al prisioncro escupiendu a la cara de aquellos que Ie matan y hacielldoles muecas. Ciertamentc, [1,lsta el ultimo suspiro no dejan de provocarles y desafiarles con sus paUJras y su actitud. Sin mentir, comparados con nosotros, he aqui il UIl,)S Ilombres bien salvajes; pues, verduderamente, 0 bien 10 son ellos 0 bie n III somos nosotros; ex traordinaria es la distancia que hay entre su componamiento y el nuestro. Los hombres tienen alll vurias mujeres, y tullt" mayor es su numero cuanto mayor es la fama de su valor; es notublc b.dleza de sus matrimo nios que el mismo cclo que tienen nuestras mujcI es para impedirnos el amor y amistad con otras mujeres, tiencnlo las SU\~lS para proporcionar selos. Cuidandose del honor de sus mJridos mCl~ que de ninguna otra cosa, intentan y ponen todo su interes en tener el mayor numero de com paneras, pues prueba es del valor del marido. Exclamaran las nuestras que es prodigioso, mas 110 10 es; es virtud pro piamente matrimonial y del mas alto grado. Y en 1a Biblia, Lla, Raquel, Sara y las mujeres de Jacob, cedieron a sus bellas silvientas para sus ma ridos; y Livia secunda los apetitos de Augusto Se!~ll1l su interes; y Estra tonica, mujer del rey Deyotaro, no solo otorgo a SlL marido una bellfsima camarera que la servia, sino que crio amorosamenk a sus hijos respaldan dolos para que sucedieran al padre en sus estados Y porque no penseis que todo esto 10 hacenpor simple y servil obli gacion para con sus costumbres y por el peso de b autoridad de su anti gua tradicion, sin razon ni juicio, y por tener alma tan estupida que no pueden tamar otro partido, es preciso alegar ali:,Tllllos rasgos de su inteli gencia. Ademas de la cancion guerrera de la que .lcabo de hablar, se de otra, amorosa, que empieza asf: «Culebra, detente; culebra, detente, para que mi hermana saque del patron de tus dibujos la forma y el dise110 de un nco cordon que yo dare ami amiga: que tu belleza y prestancia sean etern.mlente preferidas a las de todas las demas serpientes». Esta primera estrofa es el estribillo de la cancion. Yes el caso que ten go bastante relacion can la poesla para opinar ],) siguiente: que no solo no hay barbarie alguna en esta cread6n, sino que ademas es del todo anacreontica. 5u lenguaje, por otra parte, es dulce y de agradable sonido, parecido a las terminaciones griegas.
LIBRO PRlMERO - CAPiTULO
XXXI
Tres de elias, ignorantes de 10 que costara algtll1 dia a su tranquil y ventura el conocer las corrupciones de dCa, y de que de este trato vendra la ruina, la cllal sUjJongo se habra iniciado yu, bien miseros haberse dejado enga11ar por el dcseo de la novcdad y haber dejado la zura de su cielo para venir a vel' eJ nuestro, fueron a Ruan, en la cpoc que nuestro ditunto rey Carlos IX aliI estaba. Habloles el rey largo ti po; y se les lllostro nuestra manera de ser, nuestra pompa, la forma una hermosa ciudad. Tras ('sto, alguien pidio su opinion, queriendo sa que les habia parecido lmis admirable; respondieron tree; cosas, de cuales he olvidado la tercera, 10 que lamento profundamente; mas conservo dos en la memoria. Dijeron que, en primer lugar, hallilbilll m extrano que tantos hombres grandes y fuertes, barbados y armados, co rodeaban al rey (parece ser que hablaban de su guardia suiza), se so tieran y obedecicran a un nil'lo, en lugar de elegir mejor a alguno de e para mandar; en segundo (tienen una manera de hablar tal que llam los hombres mitad unos de otros), que hublan observado que habla e nosotros hombres ricos y colmados de toda suerte de cOlllodidades m tras sus mitades mendigaban a sus pucrtas, descarnados de hambre y breza; y que hallaban extral10 que esas mitades lllenesterosas pudie sufrir tal injusticia sin acogotar a los otros y sin pegar fuego a sus cas Hable largo tiempo con uno de ellos; mas tenia un interprete que seguia tan mal y era tan necio e inepto para en tender mis ideas que pude disfrutar con el. Cuando Ie preguntc que ventaja obtenla con 121 perioridad de la que gozaba sobre Jos suyos (pues era un capitan y nu tros marineros llam<.1banle rey), dijol1le que era el primero en l1larchar guerra; ala pregunta de cuantos hombres Ie seguian, LTLOstrome unil tension de tierra, para significar que eran tantos como podian caber en espacio, pudiendo ser unos cuatro 0 cinco mil hombres; a la de si fuera la guerra expiraba toda su autoridad, contesto que Ie quedaba el hecho que cuando visitabu los pueblos que de el dependian, abrfanle send er traves de la vegetaci6n de sus bosques por donde pudiera pasar como mente. No esta mal todo esto: mas jque decis! jNo llevan calzas!