La Ronda, la revista de la comunidad de Cuarto Creciente. Diciembre 2013

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Año 6 Número 3 - Diciembre 2013

Somos todos parte de un organismo vivo

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Egresados Sexto A単o Cuarto Creciente 2013


Me niego a someterme al miedo que me saca la alegría de mi libertad, que no me deja arriesgar nada, que me torna pequeño y mezquino, que me amarra, que no me deja ser directo y franco, que me persigue que se ocupa negativamente de mi imaginación, que siempre pinta visiones sombrías. Sin embargo, no quiero levantar murallas por miedo al miedo. Yo quiero vivir y no encerrarme. No quiero ser amigable, por miedo de ser sincero. Quiero pisar firme porque estoy seguro y no para encubrir mi miedo. Y cuando me callo quiero hacerlo porque amo y no por temer las consecuencias de mis palabras.

No quiero doblegarme, sólo porque tengo miedo de no ser amable. No quiero imponerle algo a otros, por miedo de que puedan imponerme algo a mí. Por miedo a equivocarme, no quiero tornarme inactivo. No quiero huir de vuelta para lo viejo, lo inaceptable, por miedo de no sentirme seguro con lo nuevo. No quiero hacerme importante, porque tengo miedo de ser ignorado. Por convicción y amor quiero hacer lo que hago y dejar de hacer lo que dejo de hacer.

No quiero creer en algo, sólo por el miedo de no creer.

Al miedo, quiero arrancarle el dominio y dárselo al Amor. Y quiero creer en el reino que existe en mí.

No quiero filosofar, por miedo de que algo pueda golpearme de cerca.

Rudolf Steiner

Índice Los niños necesitan verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Ya no soy y todavía tampoco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Una bandera una promesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 La Expo Feria Nacional de la Sustentabilidad y las diversas formas de desatar cosas nuevas. . . . . 11 Gestión de Diseño Responsable y Proyecto da+ . 14 Árbol amigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

Hicieron esta revista Florencia Barcas Mariangeles Ferreyra Carolina Berdiñas Dibujos de Francisca Alí y Mariano Tokatlian Gracias a Pía Berdiñas

Del dicho al hecho, de la teoría a la práctica, del aire a la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 ¿Por qué la música pentatónica en el primer ciclo? . 18 Ritmo diario en casa y su relevancia en la vida adulta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Cuentos y labores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Recetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34


NOTA INFA NC IA Y V ERAC IDA D

Los niños necesitan verdad La quintaesencia de toda relación humana. La verdad es indispensable para los niños. Esto se ve claramente cuando un niño está enfermo y siente que los adultos le ocultan algo. Si el niño se da cuenta que el adulto no lo toma en serio y no lo cree capaz de soportar la verdad, indistintamente de la edad, siente un gran dolor. Porque cuando se trata de la verdad, los niños son extremadamente perceptivos; se dan cuenta inmediatamente cuando algo no está bien. Como pediatra he vivido esto muchas veces y siempre sucede de nuevo: llega al consultorio un bebé gritando y se calma cuando el médico lo recibe de los brazos de su padre o madre. La seguridad del médico y su actitud tranquiliza al niño de inmediato. Los padres pueden hablarle con voz totalmente calma, pero el niño no percibe las palabras sino la intranquilidad, la preocupación y el miedo que se esconden detrás de ellas. Es la honestidad lo que más ayuda a los niños en situaciones difíciles. No hacen falta largas explicaciones o muchas palabras, que el niño con frecuencia no puede

comprender; lo decisivo es que lo que diga el adulto coincida con su actitud. Cuando los niños perciben esa coherencia, se sienten cobijados y seguros. Recién en los últimos 25 años, la psiconeurología y la así llamada «investigación del apego» descubrieron que este aspecto era una condición decisiva para la salud del ser humano: cuanto más veraz es una persona en llevar adelante su vida, cuanto más su pensar y su actuar coinciden, cuanto más dice lo que piensa y también lo hace, tanto más equilibrada es en su ser y por ende tanto más sana. Esto es fácilmente comprensible dado que, cuando las funciones en un organismo no se cumplen armónicamente, cuando los procesos no interactúan regularmente, se instala el desequilibrio y la enfermedad. Cuanto más coinciden la vida espiritual y anímica con el bienestar físico, tanto más sano y centrado en sí mismo puede sentirse un ser humano.

La importancia de una buena relación Además de este aspecto de la veracidad en el trato con uno mismo, que promueve una buena salud, hay otro aspecto que se ha puesto de manifiesto al ocuparse de él la investigación sobre el desarrollo de las relaciones interpersonales: la influencia que tienen estas relaciones en el desarrollo del carácter del niño. Este aspecto aún no se tomaba en cuenta cuando yo estudiaba medicina en los años sesenta del siglo pasado. Aprendí que el carácter humano es conformado por la herencia y la educación, es decir, por la genética y el medio ambiente, algo que como convicción subsistió sin cambios desde Aristóteles hasta el siglo XX, y que recién ha comenzado a cambiar realmente en los años ochenta. En ese entonces, los conductistas y los psicólogos investigadores del comportamiento humano debatían cuál de ésos dos factores tenía más influencia sobre el desarrollo del niño, la herencia o el entorno social, y llegaron a la conclusión de que se les debía dar igual valor a ambos. Pasó bastante tiempo hasta que los investigadores se dieran cuenta que esto no podía ser cierto, porque de ser así, los hermanos, en los que la masa genética es idéntica en más del 75% y que se educan mayormente en el mismo entorno social, deberían parecerse mucho más unos a otros. Aunque exteriormente los hermanos con frecuencia se asemejan bastante, también en su timbre de voz y otros rasgos de su constitución, interiormente son totalmente distintos. Por otro lado se puede dar que personas no emparentadas ni vinculadas genéti-


NOTA INFA NC IA Y V ERAC IDA D

camente, estén más cerca de uno y más «emparentados» que los propios hermanos. Cuando se comenzó a preguntar qué influencia sobre la formación del carácter podían tener las experiencias de vida, se puso en evidencia un tercer factor de peso: el vínculo. Puesto que la forma en que una persona aprende a manejar problemas con su entorno, traumas, agresiones, vivencias negativas con vecinos, en el colegio, en la casa, trabas en la constitución o barreras impuestas por problemas de salud, depende de las relaciones humanas en las que está inmersa y cómo éstas le enseñan a sobrellevar los problemas. Cuanto más el adulto le transmite al niño que está bien tal cual es, cuanto más se le pueda conceder libertad de movimiento para su desarrollo, tanto más claramente el niño se podrá encontrar a sí mismo. En la medida en que el adulto acepta al niño, en esa misma medida el niño se aceptará y hará lo mejor de sí y de su situación. Visto desde este ángulo, la buena relación humana es en realidad el verdadero hogar del niño. Si en su entorno siente protección, seguridad y aceptación, puede desarrollar confianza y sobre ésta construir la propia identidad. Como próximo paso, a los investigadores les interesó averiguar qué factores condicionan una buena relación interpersonal. Y en el transcurso de la indagación encontraron que los tres elementos centrales de la personalidad humana, que se conocen como tales ya desde épocas precristianas — el amor a la verdad, el amor al amor mismo y el amor a la libertad— revisten una importancia decisiva. El grado de presencia de estos tres valores humanos determina si una relación se considera buena o en vías de serlo. Si uno valerosamente y con sinceridad anhela poder disponer de estas cualidades y se empeña una y otra vez por hacerlas realidad, se forma una atmósfera en la que los niños se sienten cobijados. Para el niño es decisivo sentir que, cuando se equivoca, el adulto se da cuenta, pero en vez de enojarse lo comprende, pues él mismo se esfuerza por ser veraz y ansía ser comprendido amorosamente. Así, el niño y el adulto pueden construir un piso en común, por más que el camino por delante parezca difícil y espinoso. Ahora bien, si la veracidad, la sinceridad y la constante búsqueda de la verdad son factores tan esenciales en la relación humana, se plantea la pregunta si se pueden aprender y cómo.

Observación sensorial exacta Existe un nivel en el cual se puede ejercitar el amor a la verdad: el nivel de la exacta observación de nuestro entorno a través de los sentidos. No se puede discutir por ejemplo el hecho de que ante nosotros hay una silla. Si alguien quisiera sostener lo contrario, se corregiría muy pronto frente a los hechos. La percepción sensoria a nivel de lo real y concreto es un maravilloso educador para la veracidad. Pero hete aquí que hoy en día existe en este nivel un grave problema: los niños tienen cada vez menos oportunidad para moverse en el mundo real y hacer experiencias con él. Las percepciones sensorias ya casi no se ejercitan. Visto tan sólo en términos de tiempo, el niño se encuentra cada vez menos con la realidad de un mundo ver-

dadero y auténtico y en vez de ello cada vez más con la pseudo realidad de un mundo artificial, como la que proporcionan los juegos electrónicos, los videos, la televisión y todos los demás medios tecnológicos que se perfeccionan día a día. Los niños se familiarizan con un mundo en el que los hechos concretos y las impresiones sensoriales se pueden modificar a gusto porque ya no existe una relación directa entre ellos y el mundo real. Aun así se busca transmitir la impresión de que se trata de imágenes reales. Que esto es falso sólo lo saben los adultos o jóvenes mayores, porque pueden reconocer claramente a lo que apuntan estas imágenes. Para ellos no es problema poner ese mundo artificial de los medios en relación con el mundo real, porque disponen de una experiencia con el mundo de los sentidos y pueden corregir con el pensar, diferenciando lo aparente de lo verdadero. Pero si el niño no ha podido vivenciar diariamente experiencias sensorias nuevas, el cerebro no ha podido internalizar las características de una realidad genuina y carece entonces de un patrón para valorarla y juzgarla. Para un niño así, las vacas son de color violeta y las figuras de los comics son reales. Se encuentra pues turbada su relación con las cosas de su entorno y entorpecida la posibilidad de elaborar las experiencias cotidianas. También para nosotros los adultos las experiencias que nos transmiten los sentidos son un buen medio para educarnos nuevamente a la veracidad. Un ejercicio útil y placentero puede consistir en copiar fielmente una obra de arte como podría ser «El sembrador» de van Gogh, un cuadro de Monet o una pintura abstracta del arte moderno. Se tratará solamente de pintar al detalle lo que se ve. Este ejercicio permite percibir con cuánta atención hay que observar para poder apreciar la composición artística, el uso de colores y formas, el sentido de las proporciones —y así se comenzará a apreciar el mensaje esencial de la pintura, que sólo se abre a los sentidos despiertos. Una observación esmerada también se puede ejercitar en


NOTA INFA NC IA Y V ERAC IDA D

los momentos de espera: contemplar una persona, un suceso, un árbol o una sola hoja, luego cerrar los ojos y representarse interiormente lo observado. Finalmente se puede mirar nuevamente el objeto o suceso exterior observado, para asegurarse de que la representación interna se correspondía con la realidad. En el nivel de la verdad lo que importa es la exactitud. A la par de una reproducción fiel de hechos externos se puede ejercitar una amorosa inclinación al detalle, a lo pequeño, a los pormenores de la vida. Se puede, por ejemplo, hacer una retrospectiva al final del día y llamar a la memoria ciertas impresiones de la jornada, reproduciéndolas con la mayor minuciosidad posible: ¿Con qué vestimenta vino hoy el compañero de trabajo con el que tuve un problema? ¿Cómo eran sus zapatos? La persona que se ocupa de observar también los detalles aparentemente poco importantes, agudiza su sentido de la verdad, de veracidad en el plano físico, puesto que en este plano, la realidad se nos transmite a través de los sentidos.

Un pensar claro Una efectiva educación hacia la verdad también se da en un próximo nivel al que no tienen acceso nuestros sentidos físicos, que es el nivel del pensar. En la matemática, en la geometría, en la lógica o en la comprensión de leyes naturales nos encontramos con pensamientos que son simplemente verdaderos, que puede entender por sí mismo todo aquel que sabe pensar. Son las grandes verdades que comparte toda la humanidad. Es un nivel en el que no se puede discutir, donde dos más dos es incuestionablemente cuatro, un nivel regido por lo exacto y seguro y verificable en todo momento; no hay controversia posible en el nivel de la verdad en el pensar. Pero precisamente estos dos campos esenciales de ejercitación para el sentido de la verdad —una exacta observación sensorial y un claro pensar— son los que encuentran poca atención en muchos de los sistemas educativos actuales. Ya en los primeros años escolares se suplanta la realidad por imágenes artificiales que no permiten experiencias sensorias reales; se les transmite a los niños información, conocimientos y el manejo de leyes, pero no el pensar propio, autónomo, creativo, ni tampoco el interés por descubrir leyes por sí mismos. De este modo el saber se impone como la gran autoridad, pero le falta el piso firme, por lo que no puede promover el amor a la verdad. Haría falta una revolución en el ámbito de la enseñanza, como para que los alumnos aprendan en cada hora de clase a observar por sí mismos, a pensar por sí mismos. Solamente así pueden ser educados para la verdad.

Una coherente vida del sentir El tercer nivel de la educación del amor a la verdad se refiere al ámbito de los sentimientos, que se vincula directamente con el de las observaciones sensoriales y del pensar. Todos conocemos la alegría que nos invade cuando lo que elaboramos en el pensar resulta ser correcto o cuando vemos algo bello. Del mismo modo sufrimos cuando no comprendemos algo o cuando sentimos que algo es feo, malo o destructivo. Nuestros sentimientos se desarrollan en estrecha relación con los otros dos niveles de la actividad sensoria y del pensar, pero

tienen un alcance mucho mayor. En el campo del sentir descubrimos que no nos encontramos sobre suelo firme. Si queremos educarnos en el amor a la verdad en este campo, nos damos cuenta de que es casi imposible. Por un lado uno confía en su sentimiento y piensa que está en lo correcto con lo que siente, y es cierto y válido para ese momento. Pero también sabemos, ante todo los que somos algo mayores, que cuando éramos jóvenes sentíamos de un modo muy diferente, y que eso siguió cambiando de etapa en etapa. Cuando uno toma un libro que ha leído hace varios años, en el que marcó pasajes importantes, se extraña mucho viendo que ahora, lo que pareció importante en otro momento de la vida, ya no lo es. Lo que sucede en este nivel es que vivimos en constante transformación frente a todo lo que nos acontece y con lo que nos confrontamos. Por ello, cuanto más el ser humano está en condiciones y dispuesto a exponerse a lo que le viene al encuentro, a reaccionar en forma razonable y digerir y asimilar adecuadamente lo vivido, tanto más cambia su mundo del sentir y con ello también él mismo. Es que la vida anímica ofrece un ámbito propicio para aprender constantemente de la vida. La investigación moderna dedicada a la salud, la «salutogénesis», ha constatado la importancia de este ámbito y describe cómo el desarrollo (hacia la salud) se da en tres pasos: • Posibilidad de comprender: en una primera instancia se trata de aprender a comprender los acontecimientos que a uno le depara la vida —buscar entenderlos y vislumbrar su alcance. • Posibilidad de asignar sentido: el próximo paso es darle sentido a los sucesos de la vida, aceptarlos e incorporarlos; un proceso más difícil, que requiere tiempo y paciencia, porque no está dicho que a todo lo que uno comprende también le puede encontrar sentido o coherencia. • Posibilidad de trasladar a la práctica: el último paso consiste en aprender a manejar algo de lo reconocido como sensato, es decir, intentar asir las conclusiones alcanzadas para llevarlas a la práctica —aunque sólo sea en el ámbito de los pensamientos y sentimientos. Es mucho lo que se puede lograr de este modo aunque se pueda incidir poco en el medio externo. Lo que importa es haber alcanzado interiormente un acceso a lo que se ha reconocido como válido. Si se logran efectuar estos pasos de aprendizaje una y otra vez, frente a cada nueva situación, uno se siente bien, va camino a sentirse en este mundo como «en casa». En términos salutogenéticos se conoce esta sensación como «sentimiento de coherencia», una sensación de pertenencia, de disponer de la capacidad para relacionarse con uno mismo, con otros seres humanos, con el mundo. Pero quien no comprende lo que le sucede, no aprecia su significado y por tanto tampoco actúa y obra en concordancia, queda al margen de la corriente de la vida cotidiana y se separa de su destino —tanto de su mundo interno como también del mundo que lo circunda.

Michaela Glökkler Revista «Erziehungekunst» (El arte de educar), Nº 3, marzo de 2001.


NOTA A D O L ESC ENC IA

Ya no soy y todavía tampoco El dilema adolescente (o ¿cómo dejar de serlo?) Mariano Kasanetz. Extraído de la Revista El Puente La adolescencia es vista desde la pre pubertad y desde la opaca adultez como un mundo de experiencias intensas, muy personales, inaugurales de una vida propia, así anhelada y algo imitada tanto por pequeños como por grandes. Los pequeños adelantan vivencias anímicas que les quedan grandes y hieren su desarrollo a causa de la precocidad y los grandes se estancan añorando esa vida viva que ya no gozan. La perspectiva del joven acerca de su propia adolescencia es un poco diferente a lo que los niños se imaginan y los adultos (con mala memoria) ilusionan. El adolescente, para empezar, es alguien. No es un cúmulo de vivencias idílicas ni una entidad molesta que perturba el orden logrado con tanto esfuerzo por ex adolescentes envidiosos, ¡Es alguien! Un ser humano que busca la armonía perdida a causa de una transformación tan intensa como el nacimiento o la muerte: la pubertad. En la vida de un niño irrumpe un cambio radical que lo llena de experiencias nuevas, lo ataca desde adentro. Le han cambiado el cuerpo sin pedirle permiso y de un momento a otro. El niño pierde la candidez celestial y las hormonas mandan. Sus vivencias pendulan entre alegrías y tristezas extremas que no puede elaborar, sólo sufrir. Se siente a la

deriva entre simpatías y antipatías. Ama y odia. No hay centro. O mejor dicho, la unidad del ser infantil se rompe dejando el centro vacante. ¿Quién lo habitará? Esa es la pregunta existencial del adolescente. ¿Quién soy? Y para responderla recurre a preguntas más periféricas como ¿qué?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿cuándo? Buscando equilibrar la marea de vivencias recurre a identificarse con personalidades bien contorneadas, busca ídolos, de carne y hueso o no. El parecido físico a los padres, la pesadez, el desconcierto del erotismo, la incomodidad física, la soledad, todo esto busca una forma de elaboración. Y esa es «la habitación del adolescente». Aparece una necesidad imperiosa de privacidad. Es un gesto que le permite al niño desplegar literalmente sus vivencias en las paredes y mirarlas a distancia. El adolescente las elabora proyectándolas, jugando con ellas hacia afuera, como cualquier niño pequeño elabora sus vivencias en el juego. Es su mundo interior el que está allí expuesto. Cualquier comentario es recibido hipersensiblemente por el niñoadolescente (siempre recordemos que el adolescente es todavía en parte un niño). En la puerta de su habitación aparecen carteles de alerta, previniendo al visitante que se acerca a una obra en

construcción, hay peligro de derrumbes y tropiezos a cada paso. Y lo más importante es que se está penetrando en su interior. Su sensible espacio interior en formación. La intensa animosidad del adolescente busca convertirse en alma. Busca conformarse en una interioridad habitada por un sí mismo. Este proceso necesita tiempo, años. Busca orientarse encontrando adultos que trabajen en la integración de su propio ser. Entonces, la manera más directa y realista de ayudar a un alguien en formación, es ofrecerle otros álguienes ya más formados en su entorno. O sea, nosotros. ¡No abandonarlos! Padres, docentes, adultos que se tomen la vida en serio y tengan el coraje de vivirla a la vista del adolescente. Ese es nuestro desafío. Seremos percibidos en nuestra autenticidad o falsedad, en nuestra actitud de vida. El grado de desarrollo de nuestro propio alguien será sensiblemente tanteado. Y en la medida en que seamos alguien y no sólo algo, en que podamos ofrecerles veracidad, honestidad, límites genuinos y pudorosos, reales y no arbitrarios, que podamos ofrecerles nuestra integridad como la hayamos logrado hasta el momento, ellos podrán orientarse en la conformación de su propia integridad. Ésa es su esperanza.


UNA BANDERA Y UNA PROMESA Yanina Martul, Maestra de 4º año, Escuela Waldorf Cuarto Creciente pasos como parte de la Por acá, por estas Abril, Agustín, Caetano, Camila, comunidad, como ser tierras del sur de social, otorgándole un América, hay una Catalina, Dante, Gerónimo, Iván, valor a la palabra. tradición escolar que Nada debe hacerse en reglamentó una Josefina, Juana, Juan Ignacio, Laula vida porque sí, disposición del año mucho menos una 1957. Al llegar a cuarto taro, Milagros, Milena, Melisa, Mora, promesa. Así que grado, emulando Nicolás, Patricio, Rafael, Rafael Iñaky, bandera y promesa, aquel juramento de había que entender de lealtad que su creador, Santiago, Simón, Valentino, Violeta y qué estábamos Manuel Belgrano, hablando. Empezamos hiciera a la bandera a Yo llegamos a cuarto grado. por una historia, una orillas del río Pasaje, imagen que abriera el cada niño escolarizado de la Argentina que ronda los nueve camino para que cada uno años, debe cumplir el ritual de hacerle la misma pudiera sumergirse en la vivencia. promesa a la bandera. Y así, la compartí con los niños de cuarto grado: Transitando la etapa del Rubicón, el niño de nueve En el año 2001, que fue un año muy difícil en la años descubre su interioridad. Puede ahora albergar historia de nuestro país, mi hermano se quedó sin pensamientos, está listo para conceptualizar, porque trabajo y decidió ir a probar suerte a España. ya puede tomar distancia del mundo que lo rodea, Guardó unas pocas cosas en la valija, agarró sus ya puede “ir hacia adentro”. ahorros, tomó un avión y cruzó todo el Océano Qué importante, entonces, encontrar el camino para llegar hasta otro continente, a Europa, a la correcto hacia lo que significa una promesa, para tierra de mis abuelos. que el momento quede impreso en el alma como Estuvo mucho tiempo allá, lejos de casa y las cosas verdadero y así, la acción de prometer se impregne no le fueron fáciles. Caminaba durante muchos días de su significado en el alma del niño para guiar sus buscando un trabajo que no aparecía, iba de una


NOTA P RO MESA A L A BA ND ERA

entrevista a la otra, mirando desde el cielo “No matarnos entre nosotros; estar con poco dinero y hacia Brasil. poca suerte. Cada Leímos que el color rojo siempre juntos, evitando entre noche, al volver representaba el coraje, cansado y algo triste a la sangre, la fuerza; que nosotros la maldad, la crueldad y la la habitación que el color blanco alquilaba, sin haber pretendía pureza; que a guerra; cuidarnos los unos a los otros; encontrado lo que veces las estrellas buscaba, no tenía con representan a la hacer brillar nuestros colores; quién compartir la libertad. Entonces, nostalgia y, entonces, una bandera parecía ser tratarnos bien; no mentir; no la carga se hacía algo algo lleno de símbolos más pesada, más con los cuales un traicionarnos; no traicionar a los difíciles de sobrellevar país se siente la distancia y las representado, animales; protegerte de cualquier ausencias. Un día, expresadas sus virtudes mientras paseaba o sus cosas daño, agradecerte por darnos coraje, suspirando hondo, vio importantes. Entonces, de pronto flameando fuimos en busca del nunca negarte, y no prometer lo que sobre la puerta de un significado de un bar, una pequeña símbolo. no podamos cumplir” bandera celeste, Cada cual buscó blanca y celeste. Y entonces, contaba él, se le aquellos colores y aquellas cosas que sentía que lo encendió un calorcito en el medio del pecho y representaban, aquellas cosas que, según su propia sonrió por primera vez en un tiempo largo. Era una mirada, expresaban su identidad. bandera argentina. Se acercó entusiasmado y Cada cual entonces buscó sus propios símbolos y ,cuando abrió la puerta, vio que dentro, en el creó su propia bandera. mostrador, estaban tomando mate. Veinticuatro obras increíbles, llenas de significados, Esa bandera, decía él, fue como un faro, una de emblemas. Cada cual hurgó en sí mismo, y los lucecita indicadora, fue como una manta, fue como resultados fueron muy profundos. un fuego encendido para que se encontrara más Entonces, vimos que podíamos hacer entrar a cada cerca, menos solo. Y en rondas de mate y de una de nuestras banderas personales dentro de otra chistes, cuando estaba con aquélla gente, se sentía mayor, la de la familia o la de nuestra clase de 4º un poco más cerca de casa. año. Y a la vez, todas las familias bajo la bandera de Y después de la imagen, una pregunta que nos un barrio, y las distintas clases dentro de la bandera disparara las ganas de saber: de la escuela y esa también en la del barrio. Y en ¿Qué es una bandera? ¿Para qué sirve? ¿Qué una mamushka incesante, terminamos representa? comprendiendo qué es lo que hay debajo/adentro Para encontrar respuestas, les mostré las rutas que de una bandera. yo seguía en el gordísimo diccionario enciclopédico La matria, la patria, la madre patria, la madre tierra, que ilustraba mi infancia sin Google y encontramos el origen, la tribu, la nacionalidad, la identidad, la la página central con el dibujo de todas las sangre, las banderas. banderas del mundo. Un concepto inmenso, pero lo hemos comprendido. Los colores y los diseños nos encantaron. Algunas Lo hemos pasado por nuestra propia historia, por el eran muy parecidas, otras eran tan singulares que filtro de nuestra propia vida pequeña. llamaban la atención entre las otras. Sus dibujos Y ahora que comprendíamos que una bandera eran variados, simples o difíciles de descifrar. somos nosotros ¿cuál sería nuestra promesa? Cada uno (incluyéndome) investigó cómo se había Sólo puede prometerse lo que se está dispuesto a inventado la bandera de algún otro país que no cumplir. Entonces, ellos mismos decidirían qué fuera el nuestro y aparecieron curiosidades de todo prometerle, qué prometerse. tipo: La bandera de Granada, por ejemplo, tiene una En una mañana de rico intercambio, expresando nuez moscada, que es el producto base de su ideas y dialogando desde todos los puntos de vista, producción; la bandera de Cuba fue creada en los niños del 4º grado acordaron hacerle/hacerse Nueva York; el cielo estrellado que aparece en la esta promesa a la Bandera. bandera de Brasil es la formación de estrellas que Yo creo que es una promesa que habría que recitar se veían el 15 de noviembre de 1889, fecha en que en cada casa antes de salir a la calle a vivir en esta se proclamó la república, vista desde arriba, sociedad de cada día que supimos construir. .


Pía Berdiñas

La Expo Feria Nacional de la Sustentabilidad y las diversas formas de desatar cosas nuevas

Esta frase de Eduardo Galeano resume el espíritu que siento que inspiró el desafío de la ExpoFeria. Me apasionó la idea de una comunidad que decidía dar un salto para alcanzar un sueño tan difícil como construir una escuela y, en el medio, construirse a sí misma. Me entusiasmaron la libertad y la valoración de cada una de las personas con las que se encaró el proyecto, las ideas nuevas, el entusiasmo y la alegría. La propuesta de armar una muestra de sustentabilidad en tan poco tiempo y con cero recursos fue mi parte del gran desafío, una muestra para pensar juntos sobre las distintas posibilidades de acercarnos al tema de la sustentabilidad, a pensar un mundo en donde entremos todos en armonía con el entorno y que a la vez fuera, en sí misma, un acto de ello. No quise quedarme en las tres R, las famosas reducir, reciclar, reutilizar. Si bien es muy importante la conciencia ambiental individual creo que las soluciones pasan por lo macro, por un cambio en

la producción industrial, en la sociedad, la economía y en la cultura general. Hay que tener conciencia cuando hablamos de ecología y reciclados de qué es lo necesario en cada nivel, sin poner toda la carga sobre la conducta individual. También desde la conducta individual, como consumidores y como inversores, cada vez que elegimos un producto, elegimos y propulsamos un modelo productivo u otro, uno que se preocupa por las fuentes de recursos, que respeta a sus trabajadores y el medioambiente en que sucede, que procura generar menos desechos o todo lo contrario. Y eso, es un acto de poder. Comencé la muestra con el arte, porque encuentro que abre un lugar de creación, de alegría y posibilidad. Cada vez que comienzo a inventar algo, a dibujar, a escribir, a pintar, me conecto con una parte mía que crea sin saber bien qué, pero que

me lleva mucho más lejos, más bella y eficientemente que lo que haría mi mente, tal vez a crear algo que ni soñaba alcanzar. Crear a partir de lo que hay a la mano es un desafío a la imaginación, a la flexibilidad, a nuestras destrezas y además es divertido. Si por un lado es una manera de enfrentar limitaciones materiales, por otro es una experiencia que enriquece la mirada del mundo, concibe autonomía del mercado y despierta posibilidades de creación. No se trata de reemplazar materiales, sino de incorporar nuevas posibilidades generando libertad y creatividad y, a la vez, caminar hacia una cultura sostenible. Luego siguieron los juguetes, porque encuentro que el juego pone en marcha el motor del placer, que, como dice Tonucci, es mucho más poderoso que el del deber. Los objetos utilitarios realizados reciclando o reutilizando materiales


NOTA EXP O FER IA

“Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos” Eduardo Galeano de descarte permitieron pincelar el tema de la basura. Hacer zapatos, cuadernos o muebles a partir de materiales disponibles y, por lo tanto limitados, es un desafío muy interesante, la posibilidad de descubrir nuevas técnicas y materiales y un ejercicio de responsabilidad con el planeta: Usar lo que hay, sin generar nuevos descartes ni usar recursos nuevos, trabajando sobre la huella que ya está. Carteras de bolsa de harina, de manguera, sombreros de sachet de leche o paraguas, sillas de trama de sachet y de viruta de caucho, nos mostraron nuevos-viejos materiales que abren una puerta de materiales disponibles para explorar. Dice Dina Stasta, autora de la mochila de bidón para bicicleta: “trabajo con plástico porque es un material de larga vida útil y abundante como desecho, se obtiene a partir de petróleo o gas en procesos contaminantes y se degrada a muy largo plazo causando diversos problemas ambientales”. Por otra parte en Amadora decimos que con los sombreros de lluvia le damos larga vida, bella y útil, a un material duradero e impermeable de uso efímero y

masivo. Es claro que nunca haremos tantas mochilas ni tantos sombreros como para solucionar ni un ápice del problema, pero los ponemos sobre la mesa como materiales de

ciertas cualidades disponibles para utilizar. Hernan Bressan, con sus anillos y collares de descartes electrónicos, descubrió joyas donde todos veíamos un dolor de cabeza. ¿Cuántos desechos electrónicos generamos cada año? No es una solución definitiva ni suficiente en lo más mínimo, pero colgarla al cuello nos pone a pensar en el problema. Él también nos convoca a pensar sobre la minería urbana, contándonos cuántos minerales se pueden extraer de una tonelada de basura electrónica en lugar de una

tonelada de montaña. Siguieron las alternativas verdes, las propuestas como el bambú, el fieltro, el algodón .Llegaron en representación de los materiales que no comprometen recursos escasos, no contaminan, de procesos que colaboran con la ecología. Estos nuevos materiales (¿o viejos?) nos demuestran que es posible una industria más amigable con el entorno. Dentro de esta serie, para mí fue importante mostrar una industria, Tetra, que se responsabiliza por la obtención de sus insumos con forestación certificada y desarrolla productos de construcción a partir de sus descartes y plantas de recuperación, una de ellas en Berazategui mismo. La compostera y la fuente de agua fueron alternativas de recuperación y regeneración de vida (de agua estancada, oxigenándola y de desechos orgánicos, convirtiéndolos en compost) que pincelan otro párrafo para pensar la sustentabilidad junto con la energicleta, una bici con dínamo para generar la propia energía casera para aparatos pequeños mediante el propio movimiento. Un eje central de la muestra fueron los impulsos sociales. En esta parte


relaciones sociales sino, que además, el poseer un saber, un oficio, se convierte en una nueva manera de pensarse a sí mismo y la posibilidad de generar un proyecto de vida”. Así los recuperadores urbanos y su taller de libretas, Gráfica artesanal y sus cuadernos artísticos, el centro terapéutico Tríade y sus objetos de fieltro, las

Lema de Funda ción Dinero So cial http://www.dine CREEMOS QU rosocial.org/ E UN MUNDO MEJOR ES PO CREEMOS QU SIBLE. E UNA SOCIE DAD MÁS JU CREEMOS QU STA ES POSIB E CADA PER LE. SONA TIENE CREEMOS QU CAPACIDAD E LA SOLIDA ES Y APTITU RIDAD CONT AL DESARRO DES. RIBUYE LLO DE UNA S O C IEDAD MÁS CREEMOS QU JUSTA. E EL ENCUEN T RO ENTRE PE CREEMOS QU RSONAS PER E LA TRANS MITE EL BIE PARENCIA G CREEMOS QU N COMÚN. ENERA CONF E EL MEDIO IANZA Y PO AMBIENTE D S IBILITA LA EBE SER CUID LIBERTAD. ADO.

conté con la colaboración de Daniel Zakuski, profesor del Raggio y creador de Diseño Más Acción, para quien “producir y diseñar son acciones políticas, porque de nosotros depende cambiar la realidad si no estamos de acuerdo con ella”. Los proyectos, que incluyen poblaciones que quedan excluidas por distintos motivos, nos sugieren que es posible una economía y una sociedad adonde haya lugar para todos. Como dicen en Yo No Fui, cooperativa de la cárcel de Ezeiza, “construir una identidad del trabajo, que es familiar y comunitaria, genera no solo que la persona se sienta útil e inserta en sus


cooperativas de liberados que resultaron de la constatación de que era imposible entrar en el mercado laboral sin antecedentes laborales y con antecedentes penales lo que los llevó a pensar en generar su propio trabajo. También estuvieron representadas las costureras liberadas del trabajo esclavo, la gente de la calle, las empresas recuperadas y otros, ya fuera con productos o con remeras diseñadas o serigrafiadas. Todos ellos proyectos con productos de calidad y claridad de propuestas, mostrando que la economía social puede ser sustentable, racional, de calidad además de inclusiva. Finalmente Dinero Social, una iniciativa antroposófica que propone poner transparencia en el fluir del dinero, propiciando intercambios conscientes entre el dar y el recibir, con el conocimiento certero de su origen y el compromiso real de su uso y su destino. Ellos evalúan la factibilidad y la conveniencia de proyectos que tengan un valor agregado para la sociedad, identifican las capacidades y recursos que necesitan y buscan la forma de articular con personas que puedan aportarlas para su realización. Para mí es una oportunidad maravillosa acompañar a la comunidad de Cuarto Creciente a caminar hacia el sueño del colegio secundario. Proponer la organización de una feria nacional en Berazategui, un objetivo tan difícil, parecía una locura unos meses antes y, finalmente, fue logrado con muchísimo esfuerzo, con coraje y mucha ayuda que llegaba. Y lo que más me gustó, ¡con alegría! Hace muchos años, una vez que esperaba a alguien en la escuela, leí en la cartelera un pequeño papel que me llamó la atención. Lo copié y lo tengo pegado desde entonces en la heladera. Es una frase de Murray que me conmovió y recordé muchas veces mientras armábamos la feria y descubría cuántas cosas venían en ayuda y aparecían por todas partes.

EXP O FER IA

“Hasta que uno no se compromete, hay vacilación, la posibilidad de volverse atrás y siempre ineficacia. Respecto de todo acto de creación sólo hay una verdad elemental, el ignorarla mata innumerables ideas y espléndidos planes. En el momento en que uno se compromete definitivamente, también la Providencia se moviliza. Acuden a nuestra ayuda toda suerte de cosas que de otra manera nunca hubiesen ocurrido. Una corriente de sucesos fluye de la decisión, haciendo surgir a nuestro favor todo tipo de incidentes y de imprevistos, de encuentros y de asistencia material que nadie hubiera soñado pudieran venir de ese modo. Como dice Goethe: Todo aquello que puedas hacer o sueñes que puedas hacer, comiénzalo. El coraje encierra en sí el genio, el poder y la magia.” W.H. Murray, montañista escocés.* * Nos contó Lía Tummer de El Puente que esta frase es equivocadamente atribuÍda a Goethe. La frase es de un montañista escocés llamado Murray y está inspirado en una parte del Fausto de Goethe.


EXP O FER IA

Gestión de Diseño Responsable y Proyecto da+ Cuando Pía me invitó a participar con el Proyecto da+ (diseño + acción), una iniciativa de Diseño Responsable, me pregunté para qué participar en una Feria de Sustentabilidad en un contexto donde la “Sustentabilidad” está vista casi exclusivamente desde miradas verdes y difícilmente se vea la importancia de las problemáticas sociales que sobran en nuestra sociedad. Personas que viven en situación de esclavitud en talleres textiles, personas en situación de calle, personas que luchan por mantener sus fuentes de trabajo recuperando las empresas, personas que siguen revolviendo la basura para poder vivir, personas que salen de la cárcel y por falta de oportunidades vuelve a reincidir. Justamente para eso me invitaba Pía, para sumar los proyectos con los que trabajo y ayudarla a traer la voz social y mostrar que “lo sustentable” en países como el nuestro debe, sin duda, tener un componente social muy fuerte. Por eso decidimos participar con la campaña: “Donde algunos ven ÁRBOLES, otros vemos PERSONAS” para que TODOS tengamos la oportunidad de ver ÁRBOLES y preocuparnos por las cuestiones ambientales. Dejando en claro que es difícil que TODOS podamos pensar de manera ambiental, cuando la exclusión es cosa de todos los días para muchas personas. La idea era mostrar que detrás de los productos hay gente que tiene necesidades y vivencias y que, comprando esos productos hechos por esas mismas organizaciones, grupos, emprendimientos o individuos, aportamos a resolver sus problemas. En definitiva, dejar bien en claro que el CONSUMO ES UN ACTO POLÍTICO y que debemos ejercerlo a conciencia si queremos cambiar nuestra realidad y la de muchos otros. Un ejemplo de esto son las personas de la Cooperativa Kbrones, la primer cooperativa en Argentina nacida en Contexto de Encierro. Ellos eran parte de esas 65.000 personas que están hoy en las cárceles (y que crece día a día) y a las que el sistema les brinda pocas o ninguna posibilidad de escapar de la reincidencia, ya que alguien que sale de la cárcel sin ninguna formación y posibilidades, difícilmente encuentre trabajo y termine volviendo a ella. Los Kbrones decidieron cambiar su realidad generándose su propia fuente de trabajo para escapar de ese sistema perverso y hoy, además de tomar a gente que sale de las cárceles, también enseñan el cooperativismo en contexto de encierro y apoyan a las cooperativas que se van armando en las distintas unidades carcelarias de todo el país. Hoy, Kbrones se ha convertido en un ejemplo de que, con educación y trabajo, pueden reducirse concretamente los niveles de reincidencia y, en definitiva, la inseguridad. “De nosotros depende cambiar la realidad si no estamos de acuerdo con ella”. Por eso es indispensable ser concientes que cada acto de consumo es, en definitiva, un acto político y tomarlo como tal.

Dis. Daniel Zakuski


EXP O FER IA

Árbol amigo Luis Eduardo Martínez presentó una marioneta llamada “Señor Sueño de madera” realizada con un cajón de frutas encontrado en el microcentro porteño. Este es el texto que la acompañó y que explica la búsqueda detrás de Árbol Amigo. Lo noble, bello y verdadero a veces puede estar dormido, palpitando en el interior de los materiales menos estimados, como pura potencialidad a la espera de un mimo artesano. Árbol amigo sale al encuentro de maderas descartadas y a través de un proceso de recuperación, reutilización y reciclaje, vive la asombrosa aventura de ir develando la belleza oculta de este material, como también de la antigua memoria de los árboles que le dieron vida y sentido y el reconocimiento del obrar de todos los seres que participaron en su armónico desarrollo. Atendiendo esa cooperación solidaria entre los elementos de la naturaleza, comprendemos y estimamos el tesoro de vivencias que “descansa” en cada pequeño trozo de madera. El objetivo de Árbol amigo es que, detrás de cada pequeño juguete o marioneta, se pueda percibir y valorar el legado del árbol que ofreció su ser para donarnos uno de los materiales más nobles que nos rodea y abraza. Por eso, la mayor parte de las piezas permanecen con su “piel natural” a la vista y son trabajadas con herramientas manuales, sin seguir esquemas prefijados, sino escuchando y descubriendo la poética detrás de cada madera recuperada, su “deseo de ser”.


NOTA ED UCAC IÓ N INT EGRA L D EL NIÑO

Del dicho al hecho, de la teoría a la práctica, del aire a la tierra Yanina Martul, Maestra de 4º año, Escuela Waldorf Cuarto Creciente La pedagogía Waldorf toma como materia importante en el quehacer educativo la dimensión anímica del ser humano en desarrollo. Somos cuerpo, alma y espíritu y una educación integral debe contemplar también la educación emocional como uno de los aspectos de la tarea. La intelectualización precoz localiza el foco de atención fuera del universo de las emociones. Así, la empatía se nos vuelve cada vez más difícil. El poder de la imagen es permitir que el niño pueda “ponerse en el lugar”, situarse dentro de un suceso claro, para que la comprensión se dé a través del descubrimiento propio que propicia la experiencia vivida. Al involucrarse, el niño puede construir un concepto claro basado en su propia experiencia. Steiner describe doce sentidos, doce portales por los que el ser humano deja que el mundo entre dentro de sí y comience a formar lo que será su red de conceptos, su filtro perceptivo, su manera personal de interpretar cada suceso de su vida. En tiempos en donde los modelos son agresivos, tanto los vinculares como los que se imponen también culturalmente para el tratamiento del cuerpo, nuestros niños no son a ello ajenos. Muchas veces, en su conducta vincular, manifiestan lo que cada día, a través de nuestra cultura social, han aprendido. Y es aquí donde, desde la pedagogía, se hacen presente las herramientas para el aprendizaje de algo mejor en cuanto a la construcción de los vínculos compete.

Como pasar de ser un dragón que lanza fuego a ser un constructor de nidos En la mañana del viernes los ánimos en cuarto grado estaban agitados. Las distintas realidades del día a día de la vida tenían alborotados algunos ánimos. El tránsito caótico, las corridas, el cansancio, los horarios imposibles de nuestra vida diaria “de los grandes” a veces los tiene yendo y viniendo, siempre en velocidad, generando tensiones que “cargan” el ánimo de velocidad. La planificación pedagógica decía que era día de trabajar plasmando en el papel una tarea que venía en curso, pero el humor de los niños parecía agobiado desde temprano. Algunas discusiones, algún malentendido, una

respuesta brusca, un volumen de voz demasiado alto, daban cuenta de que la semana había sido intensa y los niños andaban haciendo fuerza, enojados. Salimos al patio de arriba, como cada día, en silencio, escuchando los sonidos de la mañana en nuestro barrio, recorriendo el espacio hasta quedar en ronda para comenzar los saludos, cantos y danzas de la rítmica que nos prepara para la tarea diaria. Al ver los gestos sombríos y algunos puños apretados, fue claro que no podrían entregarse al trabajo pensado y ,entonces, la tarea de tomar distancia para descubrir cuál era el aprendizaje necesario dio como fruto una historia, una imagen para que cada cual pudiera verse y reparar lo que estaba atascado. Dimos la vuelta en ronda otra vez, mirando la enredadera del patio que reverdece, mientras de a poco fuimos metiéndonos en la piel de un dragón. Cada cual imaginó a ese gran animal capaz de escupir fuego por la boca. ¿Cómo se sentirá tener dentro tanto fuego? seguramente una sensación quemante, como la acidez, el ardor que se siente en el estómago cuando se está muy enojado. ¡Ay, cuánto fuego, cuanto enojo que arde y tiene a los dragones malhumorados! Entonces, enormes y pesados, los dragones se posaron, manos y rodillas en el suelo, al borde de un imaginario acantilado. Debajo, a lo lejos, un arroyo de agua cristalina atravesaba el gran cañón. Los dragones entonces comenzaron a soplar su fuego en una letra F, todos juntos hacia abajo. A medida que soplaban y que todo su fuego salía, los dragones iban volviéndose de color azul, un azul fresco y brillante como el agua del mar. Todos los fuegos juntos encendieron por allá abajo hermosas hogueras. Entonces, los humanos que vivían en las cuevas, pudieron calentar su comida. Y felices danzaron alrededor de los fuegos. Los dragones entonces se recostaron panza al suelo a mirar hacia abajo la alegría que habían encendido con sus fuegos, mientras cada vez se volvían de color más y más azul. Y para saber cuán azules estaban ahora, giraron sobre sus espaldas a mirar el cielo y así se quedaron un rato, viendo pasar las nubes sobre el patio. De pronto una calandria se asomó por la pared en donde la enredadera se está poniendo hermosamente verde de


NOTA ED UCAC IÓ N INT EGRA L D EL NIÑO

hojas nuevas y los dragones estaban tan aliviados de haber sacado su fuego, que la descubrieron y rieron por fin alegres al escuchar su saludo, su canto. Entonces decidieron hacerles a las aves cantoras un regalo. Con la fuerza de sus patas construirían nidos de barro. Bajamos caminando pesadamente, como dragones inmensos, que serenamente llegaron al patio de la entrada. Cada dragón caminó sobre la tierra hasta encontrar el lugar en donde comenzaría su trabajo. A medida que cada quién intentaba aflojar la dura tierra solo con sus manos (era la consigna) se dieron cuenta de que la tarea era muy pesada para hacerla en solitario. Entonces se fueron armando grupos pequeños, en encuentros espontáneos. Así, entre varias manos, la tierra fue cediendo y poco a poco apareció el barro necesario. ¡Hubo hasta descubrimientos sorprendentes que nos hicieron recordar que ser niño es andar con los ojos abiertos al asombro en la aventura de descubrir el mundo con las propias manos! Así, alegres de andar jugando, llegó el momento de hacer nuestro trabajo. Cada grupo, amasando el barro a la par, debía construir un solo nido. La consigna fue no hablar. No era posible manejar con la palabra la voluntad del grupo para construir el nido que cada uno tenía en mente. Cada cual tendría entonces que percibir a los demás, para que la forma del nido surgiera del trabajo conjunto. La ley fue no pelear. Un nido que se construye discutiendo o pelando, no puede albergar ni abrigar. Y después de dos horas de intenso y alegre trabajo, de exploración, de descubrimiento, de transformar la ira en fuerza constructora, volvimos al patio de arriba hechos una fiesta, a bailar y jugar celebrando que la primavera y su fuerza nos dan impulso para saber que al mundo lo cambiamos cambiando.


NOTA MÚSICA

¿Por qué la música pentatónica en el primer ciclo? Andrea Vena, Maestra de música, Escuela Waldorf Cuarto Creciente Si una mañana cualquiera entráramos como una mariposa a dar un paseo por la escuela, veríamos una ronda de niños en el patio, un grupo de pequeños sentados en un aula escuchando un cuento a la luz de una vela, otro grupo recitando con entusiasmo una escala numérica, un niño parado frente a sus compañeros recitando su lema. Lo bello comienza a expresarse en cada gesto y así, inhalando y exhalando, los niños van transitando el primer ciclo. Y en cada una de estas imágenes, diariamente acompañando cada ritmo de la mañana, la música esta presente. Desde el primer año, las melodías surgen del ritmo de la respiración y son expresadas con movimientos corporales: como el vuelo de una mariposa hacia el cielo o las gotitas de rocío que caen suavemente. De esta manera, los niños se identifican con su entorno y a la vez todo eso vibra en su interior. Esta vivencia del niño se puede resumir en una sensación sonora abierta: la que produce un intervalo musical de quinta. (Para entenderlo mejor se podría por ejemplo tocar las notas Do y Sol al mismo tiempo en un instrumento, o mejor aún, hacer la experiencia de cantar el intervalo entre dos personas: un sonido cada una al mismo tiempo.) Así resuena el niño con el mundo en esta etapa.

Junto con esta "Atmósfera de quinta" es que aparece la pentatónica, que se ha usado como expresión de los pueblos desde la antigüedad, por eso sería natural sentir un aroma oriental o folklórico en algunos de sus giros melódicos. Se trata de una escala musical formada por cinco tonos que resuenan en armonía equilibrada, sin generar la sensación de tónica, de caída a la tierra. (Existen otras escalas pentatónicas, a las que no nos referiremos aquí, que sí responden a un centro tonal que puede ser de aspecto Mayor o menor, generando una sensación muy distinta como puede ser una melodía de Blues o un carnavalito) Las melodías construidas con esta escala pentatónica abierta generalmente expresan una imagen de la naturaleza y por lo tanto su ritmo, carácter, movimiento, intensidad con la que se interpreta, todo responde a esa imagen. En la escuela, especialmente en los primeros años, las melodías

pentatónicas son cosa de todos los días, al saludarse en una ronda, al tocar la flauta, al agradecer los alimentos en la merienda, al cantar “El Angel” para despedirse. Todo resuena entre esos cinco tonos que vibran en el interior de cada niño. Y es nuestro objetivo que los niños puedan experimentar, descubrir y amar la música, cada uno a su manera y en su nivel evolutivo ya que la música es el arte por excelencia, capaz de formar las capacidades mas profundas del ser humano.


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Ritmo diario en casa y su relevancia en la vida adulta Cuando se es mamá o papá de niños pequeños uno se siente cansado, duerme poco y tiene, en consecuencia, muy poca energía. Esto genera, con frecuencia, que flaqueemos en situaciones en las que no deberíamos ceder, o que nos gane el enojo y la irritación, lo que motiva que dejemos de estar presentes y, cuando uno no está presente, los niños se salen del carril y además no nos sentimos bien con nosotros mismos. Para facilitarnos la vida diaria con niños pequeños es útil considerar tres aspectos: ser flexible, establecer límites y llevar la misma rutina todos los días. Llegar a ser flexibles es el resultado de la observación interior objetiva. Es posible ejercitar la flexibilidad mediante un trabajo interno que implique el aprender sobre nosotros mismos. En relación con los límites es necesario que cada quien los defina y establezca qué es lo que se permite a los niños en casa: la hora de ir a dormir, la hora de comer, qué comer, qué palabras se usan en familia y cuáles no, etc. Es importante definir previamente los límites para que en lugar de decir “esto no”, “aquello tampoco”, “eso menos” y llegar al enojo, uno simplemente no les permite a los niños rebasar los límites; esa es decisión del adulto y así no es necesario enojarse. Si nos adelantamos al niño y vemos venir una situación, podemos alejar esa situación con humor y el gesto o la palabra correctos y esto será posible si se ejercita la flexibilidad. Conocernos más interiormente nos da la posibilidad de adelantarnos también a nosotros mismos y, cuando se es hábil en el manejo de esta herramienta, uno puede comenzar a trabajar con los hijos de una manera más libre, gracias a que los límites han quedado establecidos. La tercera recomendación que mencionamos arriba de hacer una rutina, la misma para cada día, le da ritmo al niño. Todas las familias Waldorf probablemente sepan cómo transcurre el día en el Jardín de Niños: los niños viven a lo largo del día períodos alternados de concentración y expansión, como si fuera un ritmo respiratorio en el que hay inhalación y exhalación. En la fase de inhalación el niño dirige su atención hacia una actividad que, básicamente, lo relaciona consigo mismo. Para los niños pequeños cada período de inhalación (dibujar, pintar acuarela, tejer, comer, etc.) debe durar poco, porque los niños pequeños pueden concentrarse solo por períodos cortos de tiempo. En la fase de exhalación el niño se relaciona principalmente con su entorno (juego libre, correr libremente, etc.). Por cada período de inhalación el niño necesita uno de exhalación y así se establece un patrón. Este ritmo del Jardín de Niños es algo que podemos llevar a casa. Tenemos que averiguar cuáles de las actividades o momentos que se viven en casa son actividades donde el niño “inhala” y en cuáles del niño “exhala” y, cuando el niño está en un período de inhalación, hay que asegurarnos de estar presentes para él de tal manera que el niño sepa que efectivamente estamos ahí para él. Tras lo cual, por corto tiempo, podemos dedicarnos a nuestras tareas o pendientes en casa y podemos decirle al niño: “Tendrás que esperar porque necesito hacer tal cosa”. Esto está bien, porque sabemos que ya hemos estado presentes con el niño. Por ejemplo, revisemos la situación de cuando los padres recogen a sus hijos del Jardín de Niños: en el preciso momento que estamos recibiendo al niño, ¿suena el celular y contestamos? ¿Saludamos a las otras mamás y nos involucramos en una conversación larga o intensa? Si es así, entonces no estamos presentes para el niño. En mi última visita a México vi a muy pocos padres que realmente saludaban a los niños; la mayoría

hablaba con otros adultos, atendía asuntos de la escuela, hablaba por el celular o llegaba tarde y con prisa. Sin embargo, para el niño que ha estados lejos de su mamá o papá durante cinco horas y que realmente los necesita, los quiere…. ellos no están ahí. Así que el niño grita: “¡Quiero helado!”, “¡Quiero esto o aquello!” o comienza a correr alrededor o a caerse o se involucra en algún pequeño conflicto porque está confundido, porque no se ha reunido realmente con su mamá o papá. A diferencia de ello, si nos tomamos el tiempo (y quizá no se necesiten más de cinco segundos), nos inclinamos y le damos un abrazo y lo olemos (mmh, ¡qué agradable!) y realmente estamos ahí, sus ojos nos dirán más que las palabras cómo estuvo su día. No puede decírnoslo con palabras porque, a su edad, no puede recordar, pero sus ojos nos lo dirán todo. Después tomamos su manita y caminamos juntos (a un paso que el niño pueda seguir) y esto es maravilloso porque estamos creando una nueva situación positiva, una situación de tú y yo .Después de eso, si es necesario saludar a la gente, podemos hacerlo brevemente, pero junto con el niño, de modo que él sienta “Estoy donde pertenezco, con mi mamá (o papá).” Ésta es una situación de inhalación en la que estuvimos presentes. Luego, nos vamos al auto y a casa (exhalación) y quizá sea ya la hora de comer, que nos trae el siguiente momento de inhalación. ¿Cómo es ese momento? ¿Nos sentamos a comer junto con el niño? ¿O está el niño sentado solo mientras nosotros caminamos al tiempo que hablamos por teléfono? Si nos damos el tiempo para sentarnos con el niño, podremos enseñarle modales en la mesa mediante el ejemplo. Actualmente muchos niños no se sientan con sus padres a la mesa y no aprenden a tomar una cuchara o un cuchillo de manera apropiada. Esto es importante porque, si no se hace, cuando cumplan siete años no podrán tomar el lápiz adecuadamente y aprender a hacerlo a esa edad es mucho más difícil que a la edad de uno o dos años. Además, sentarse a la mesa y tener un proceso que tiene un inicio, un desarrollo y un final es importante porque los procesos de la vida así son, tienen un inicio, un desarrollo y un final. Pero si andamos por ahí, nos sentamos a la mesa por momentos y nos levantamos cuando nos plazca, no estamos enseñando al niño nada de esto. Quizá no nos tome más de diez o quince minutos sentarnos apropiadamente, verificar que el niño está tomando adecuadamente el vaso y bebiendo de él (niños de más de un año no necesitan usar un vaso entrenador) y que está tomando la cuchara adecuadamente. Al comer nosotros masticamos con la boca cerrada, comemos lo que está servido, etc., con lo cual estamos siendo ejemplo para nuestros hijos y ,más importante todavía, nos hemos tomado un tiempo para crear nuevamente una situación de tú y yo, además de ayudar al niño a encontrar una forma social sobre cómo nos comportamos cuando comemos juntos. Cuando terminamos de comer le recordamos al niño que tiene que ayudar a recoger la mesa y así aprende que cuando él es parte de una situación social, también debe participar del momento de la limpieza. Haciendo todo esto hemos creado una situación en la que hemos estado presentes y ahora podemos decir al niño “Ve y juega” (exhalación) porque ya hemos estado ahí para él y ahora podemos atender nuestras tareas de adulto, siempre dentro del campo de visión del niño. Esto último es importante porque un niño pequeño no puede jugar por sí solo si el centro no está ahí y nosotros, mamás o papás, somos la persona más importante para el niño, somos su centro, así que si salimos de la habitación donde él está nos va a seguir.


NOTA IMP O RTA NC IA D EL R IT MO

Puede suceder que, mientras uno está atendiendo sus propios asuntos, el niño se acerque y diga “Estoy aburrido”. En este caso, por supuesto, no encendemos la televisión ni le ponemos una película, ni caricaturas, ni música grabada. En esos momentos es válido decir “Ve a jugar tú solo”. Si sabemos que hemos estado realmente presentes podemos esperar que ellos encuentren qué hacer consigo mismos. Es muy importante no tener temor de que nuestros hijos no sepan qué hacer o estén aburridos. Es fundamental sentir que eso está bien: He estado presente con mi hijo o hija, ahora él o ella puede estar consigo mismo. Actualmente los padres de familia ofrecen a menudo a sus hijos los medios electrónicos o los involucran en actividades dirigidas por adultos porque temen que sus niños se aburran y dan por sentado que éstos no saben qué hacer consigo mismos. Esta es una situación engañosa porque si creemos que nosotros como padres tenemos que entretener a los hijos menores de siete años todo el tiempo con medios electrónicos de entretenimiento (películas, televisión, videojuegos, etc.), o con clases por la tarde u otras actividades dirigidos por adultos, entonces los niños no aprenden a jugar por si solos, no tendrán un momento en el que puedan experimentar el estado de no saber qué hacer para desde ahí avanzar a un estado en el que puedan encontrar imágenes interiores y así crear cosas desde dentro. Así que, al permitir que los niños se aburran, les estamos ayudando, porque estar aburridos les da la oportunidad de involucrarse en un proceso de creatividad interna. El hecho de que los niños puedan estar consigo mismos y puedan crear su propio juego sin la dirección de un adulto es de gran importancia, porque durante los primeros siete años de vida todo se trata sobre ser capaces de crear. Si todas las actividades que los niños hacen vienen de fuera (pantallas electrónicas, videojuegos, dirección adulta, etc.) entonces no pasa mucho en el ámbito de la creación interna. Por ello, en los Jardines de Niños Waldorf, las maestras no se sientan a jugar con los niños, sino que hacen trabajo real necesario en el salón o el área exterior, del cual los niños toman inspiración para su propio juego. En este tipo de Jardines de Niños veremos a maestras barriendo, cocinando, cosiendo, ocupándose del huerto de hortalizas, cuidando animales de granja, cortando madera o cualquier cosa que el entorno e instalaciones particulares de cada escuela permitan hacer. Igualmente uno, como mamá o papá, en la fase de exhalación, puede hacer su trabajo y los niños el suyo, es decir, jugar. Esto es posible sólo cuando los niños sienten que se han encontrado verdaderamente con su mamá o papá en una fase previa de inhalación. Lo mismo pasa cuando los niños se van a la cama por la noche. Lo que los niños aman escuchar son historias de la vida de su mamá o papá. Ni los libros, ni la radio, ni la música, ni las películas o caricaturas tiene el mismo impacto en el niño que escucha a su mamá o papá. Encontrar la propia historia para contar significa tanto y es, además, una herramienta con la que puede uno cambiar situaciones que están atoradas. Es muy difícil para los niños soltar a su mamá o papá si sienten que éstos no han estado presentes, pero si hemos abrazado al niño, le hemos soplado suavemente en su orejita, le hemos contado alguna historia desde el corazón, entonces realmente hemos estado ahí, entonces es posible darle un beso y acostarlo y sentir “Puedo irme porque ya he estado presente”. Solo así podemos esperar que el niño, duerma sin nuestra compañía y es sano que duerma solo(a). En Dinamarca, donde yo vivo, muchos padres llegan a situaciones en las que tienen que estar tomando la mano de su hijo o hija, tienen que acostarse a su lado, tienen que leer veinte historias, cantar cincuenta canciones y todo esto toma una, una y media o hasta dos horas y cuando por fin salen con sigilo de la habitación, escuchan: ¡Mami, quiero agua! Entonces entran en un estado terrible en el que quieren matar al niño. Es posible evitar esto estableciendo los límites y encontrando la manera para sentir que es razonable dejar al niño consigo mismo porque hemos estado presentes en diversas situaciones a lo largo del día. De otra manera, si no ha habido situaciones de tú y yo con

las que el niño se llene suficientemente del amor de sus padres y si, además, no se le ha dado oportunidad de jugar por sí solo, de trabajar desde dentro, no se debe esperar que pueda dormir por sí solo. Hay otro aspecto tocante al tiempo que pasan los padres con el niño después del Jardín de Niños sobre el que me gustaría llamar la atención. Si llevamos a los niños de clase en clase o los entregamos a los medios electrónicos en sus muy diversas formas para que los mantengan “ocupados”, entonces pasamos menos tiempo con los niños. Pero los niños son pequeños por muy corto tiempo. En el momento en que los son podemos pensar que es un tiempo que durará mucho, pero en menos de lo que canta un gallo veremos que ha quedado atrás. Si dejamos a los niños involucrarse en su propio juego estando nosotros cerca mientras atendemos nuestras propias tareas, y estamos realmente presentes en las situaciones de inhalación, abonaremos la confianza, que ya existe, del niño hacia nosotros. Esta confianza será muy importante el día de mañana cuando lleguen a la prepubertad y a la pubertad, porque será la que los acercará a nosotros, sus padres, cuando tengan problemas o será la que los llevará a oírnos cuando les digamos qué hacer y qué no hacer. Harán esto sólo si confían en nosotros, si hemos estado ahí para ellos, de lo contrario los hijos no vendrán a nosotros y emergerá un sinnúmero de problemas. Por eso es que los primeros siete años del niño son tan importantes, porque esa confianza plena, ese creer que el mundo es bueno es la base de su vida futura. Después de esos primeros siete años uno ya no tiene mucho que decir pues son los amigos los que importan. Su elección de amistades tiene mucho que ver con los principios morales que les hemos enseñado y hemos construido con ellos a lo largo de esos primeros siete años. Además, si a los niños se les da oportunidad de trabajar desde dentro, se conocerán a sí mismos y serán capaces de decir “No” cuando se topen con algo que no les guste y decir “Sí” a lo que si quieren. Uno es capaz de hacer una elección si se conoce a sí mismo y un ser humano que puede hacer una elección tiene una autoestima sana. En este contexto es importante cómo se relacionan entre si el Jardín de Niños y la casa: debe haber un puente entre un mundo y el otro. De cierta manera es un poco difícil para las familias que escogieron una escuela Waldorf. En el momento que escogemos la educación Waldorf para nuestros hijos nos diferenciamos de la mayor parte de la sociedad. Hemos escogido un camino difícil porque se dirá “no” a lo que es considerado como normal y esto significa que emergerán muchas situaciones en las que somos diferentes de los demás, pero hemos hecho una elección. No podemos estar con un pie en un lado y el otro pie en el otro; a veces quisiéramos, pero no es posible. Una vez que se ha tomado este camino, el de actuar con conciencia, entonces uno se fija en la comida, en los tiempos adecuados (en qué momento hago qué con mi hijo), en la crianza, en todo. Así, hacer el puente entre el Jardín de Niños Waldorf y la casa es muy importante: el niño podrá ver entonces que hay congruencia. Por ello es fundamental que haya plena confianza entre el Jardín de Niños y la familia, pues sobre esta confianza la maestra podrá apoyar la decisión de la familia de asumir una educación Waldorf y la familia, a su vez, podrá respetar lo que en el Jardín de Niños se haga, de manera que una cosa sin la otra no son nada. Tengo tres hijos de 29, 26 y 23 años, y ahora puedo cosechar los 25 años de duro trabajo y dedicación a mis hijos. Es fantástico porque puedo ver cómo ellos pueden salir a la vida con libertad y sabiduría porque ya no me necesitan, pero me aman y les gusta estar conmigo y a sus amigos también. Este es, creo yo, el anhelo más elevado que deseamos como padres: que cuando nuestros hijos sean adultos, por momentos, ellos escojan libremente estar con nosotros. Podemos descubrir con nuestros hijos una nueva forma de relación social porque tenemos una conciencia diferente que nos permitirá encontrarnos con ellos de mejor manera.

Extraído de “Daily Rhythm at Home and its Lifelong Relevance”, de Helle Heckmann


En nuestro tiempo terrenal el hombre precisa de nuevo contenido espiritual para las palabras de su hablar, pues alma y espíritu sólo conservan lo espiritual de la palabra cuando permanecen en el sueño fuera del cuerpo. Porque los hombres deben elevarse en el sueño hasta la esfera de los arcángeles, pero estos toman sólo el contenido espiritual y no material de las palabras. Cuando falta al hombre esta comunicación sufre daño en todo su ser. Rudolf Steiner

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Los Pinos, de George Dreissig

Cuando dios creó a los árboles los proveyó de raíces y ramas. Las unas se afirmaban a la tierra, las otras se elevaban hacia el cielo, pues ellos habían venido de allá y no debían olvidarse jamás de su verdadera patria. Desde entonces, los árboles tienden sus ramas hacia lo alto como una plegaria silenciosa y perpetua, recordando a su Creador. El pino, hace mucho tiempo, hacía lo mismo y, dirigiendo hacia arriba sus largas y anchas ramas dominaba incluso a los otros árboles. Pero esto es diferente hoy en día; ¿saben por qué? Ocurrió así: Una noche, María la dulce madre de Jesús y José, su marido, se encontraban en un gran bosque de pinos. Estaban lejos de toda casa y no habían encontrado albergue esa noche. Entonces se acostaron al pie de un árbol para tratar de dormir. Pero se levantó un viento fresco que se hacía cada vez más fuerte. Incluso acercándose mucho al tronco de los árboles elevados, no se estaba protegido. Entonces María, en su angustia, se puso a acariciar el tronco del árbol que le protegía y dijo: “Perdóname que interrumpa la plegaria que diriges a nuestro padre. Pero mira: Dios mismo se ha inclinado hacia la tierra. Yo llevo a su hijo bajo mi corazón. Y tiene necesidad de tu ayuda”. Con las palabras de María, un estremecimiento recorrió todo el árbol. Lentamente, muy lentamente, fue volviendo sus ramas hacia el suelo, de forma que pareciese un enorme techo. El pino había perdido sus agujillas siempre una vez al año, pero aquí comenzaron a crecer. Así, las ramas del pino sirvieron de abrigo a María y José durante la noche. Y desde ese día, el pino nunca pierde sus agujillas.


La sopa de la Mendiga, de George Dreissig EN EL PUEBLO NINGUNO ERA MÁS POBRE QUE REBECA, PUES SÓLO POSEÍA LOS VESTIDOS QUE LLEVABA. Y ESTO ERA MUY POCO. LA BLUSA Y LA FALDA ESTABAN DESGARRADAS, LAS MEDIAS Y LAS SANDALIAS LLENAS DE AGUJEROS. TODOS LOS HABITANTES DEL PUEBLO LA CONOCÍAN Y REBECA CONOCÍA A CADA UNO DE ELLOS. CUANDO TENÍA HAMBRE SABÍA DÓNDE GOLPEAR Y TENÍA LA COSTUMBRE DE DORMIR AFUERA. AÚN EN INVIERNO SABÍA DÓNDE ENCONTRAR UN REFUGIO. ¡QUÉ VIDA MISERABLE! SIN EMBARGO, REBECA LLEVABA ESTA VIDA DE HACE MUCHOS AÑOS Y NO SENTÍA ENVIDIA, NI LA NECESIDAD DE CAMBIAR LO QUE FUESE. A UN CAMPESINO QUE UN DÍA SE HABÍA APIADADO DE SU SUERTE, ELLA LE HABÍA RESPONDIDO: –TU SUERTE POR UN LADO ES MÁS PENOSA QUE LA MÍA, EN TODO CASO YO NO LA CONOZCO–. Y COMO EL CAMPESINO LA MIRABA SORPRENDIDO, LE EXPLICÓ: –TODOS USTEDES HAN SIDO MENDIGADOS POR MÍ UNA VEZ, EN CAMBIO YO NO HE SIDO MENDIGADA JAMÁS POR NADIE–. LE PUSO BAJO SU BRAZO LA HOGAZA DE PAN QUE LE HABÍA DADO Y SE FUE CON UNA SONRISA MALICIOSA. POCO DESPUÉS DE ESTA ANÉCDOTA, COMENZÓ A REINAR UNA GRAN HAMBRUNA EN EL PAÍS. LA GENTE NO TENÍA CASI CON QUE ALIMENTARSE. CUANDO LLEGABA REBECA, SU PRESENCIA PROVOCABA UNA SITUACIÓN MOLESTA Y SE LE CEDÍAN DE MALA GANA UNOS RESTOS DE COMIDA. TENÍA QUE GOLPEAR EN MUCHAS PUERTAS PARA SACIAR SU HAMBRE. UN DÍA, RECIBIÓ UN POCO DE SOPA CALIENTE QUE LLEGABA HASTA LA MITAD DEL CUENCO. ¡QUÉ SUERTE! SE HABÍA SENTADO AL BORDE DEL CAMINO PARA COMERLA, CUANDO VIO UNOS VIAJEROS QUE VENÍAN HACIA DONDE ELLA ESTABA. UN

HOMBRE, UNA MUJER Y UN PEQUEÑO ASNO. LO HAN ADIVINADO: ERAN MARÍA Y JOSÉ QUE CAMINABAN HACIA BELÉN. ¡QUE SOMBRÍA ERA LA CARA DEL HOMBRE! ¡Y LA DE LA MUJER ERA PÁLIDA Y HUNDIDA! A REBECA LE DIO PENA Y LES HABLÓ ASÍ: –¡EH BUENAS GENTES! ¿POR QUÉ ESTÁN TAN TRISTES? ¿QUÉ ES LO QUE LES PASA?– JOSÉ MIRABA A REBECA SIN DECIR UNA PALABRA. SUS OJOS FIJOS EN EL CUENCO, PARECÍAN MEDIR LA SOPA. MARÍA RESPONDIÓ DULCEMENTE: –ESTAMOS AL LÍMITE DE NUESTRAS FUERZAS. LA MARCHA ES PENOSA CUANDO NO SE HA COMIDO.– –¿POR QUÉ NO COMPRAN COMIDA?– PREGUNTÓ LA MENDIGA. –¡NO TENEMOS DINERO!– RESPONDIÓ MARÍA. –¿Y POR QUÉ NO MENDIGAN?– QUISO SABER REBECA. MARÍA RESPONDIÓ CONFUSA: –YA LO HEMOS TRATADO, PERO NADIE NO HAS DADO NADA.– LA MENDIGA ASINTIÓ CON LA CABEZA: –¡Y SÍ! ESTOS MOMENTOS SON DUROS, LA GENTE NO TIENE NADA NI PARA ELLOS.– –MIREN EL POCO DE SOPA QUE HE RECIBIDO–. Y LES MOSTRÓ SU CUENCO A MEDIO LLENAR. DE REPENTE A REBECA LA PASÓ UN PENSAMIENTO QUE TODAVÍA NUNCA LE HABÍA VENIDO: –DÍGAME–, LES PREGUNTÓ DULCEMENTE, –¿TIENEN UN

RECIPIENTE?– –SÍ, MARÍA Y JOSÉ HABÍAN TRAÍDO UNO. LA MENDIGA DIJO CON VOZ DECIDIDA: –ENTONCES, VENGAN, COMPARTAMOS MI SOPA Y SU PENA–. JOSÉ LE ALARGÓ SU CUENCO. REBECA VERTIÓ LO NECESARIO PARA ELLA. DESPUÉS EN UN ARREBATO DE GENEROSIDAD, VERTIÓ UN POCO MÁS TODAVÍA. ELLA TENÍA SU CUENCO DE FORMA QUE NI MARÍA NI JOSÉ SE DIERAN CUENTA QUE ESTABA VACÍO. AL MIRAR A LOS EXTRANJEROS COMER SU SOPA, LA MENDIGA SINTIÓ UNA ALEGRÍA QUE JAMÁS HABÍA SENTIDO HASTA AHORA. POR UN INSTANTE, SE OLVIDÓ DE SU PROPIA HAMBRE. EN UNOS MINUTOS, MARÍA Y JOSÉ HABÍAN TERMINADO SU SOPA Y YA REEMPRENDÍAN EL CAMINO. REBECA LOS SIGUIÓ LARGO TIEMPO CON LA MIRADA. ¿NO LE HABÍA REVELADO ESE LADO DE SU SUERTE HUMANA QUE ELLA NO CONOCÍA? ELLA, LA MENDIGA REBECA, HABÍA SIDO MENDIGADA POR PRIMERA VEZ EN SU VIDA. FINALMENTE SE INCLINÓ PARA AGARRAR SU CUENCO Y ¡ESTABA LLENO HASTA EL BORDE! LLENO DE UNA RICA SOPA CALIENTE, A SU GUSTO, UNA SOPA QUE SACIÓ SU HAMBRE COMPLETAMENTE.


El anciano y los cocodrilos: Una historia africana de Charles Kovacs Esta vez les contaré otra historia de África. En ese continente, ustedes podrán encontrar muchos ejemplos de personas que tienen extraños poderes sobre los animales. En África oriental hay un enorme lago, el Lago Victoria. Es tan grande que ,parado en una orilla, no puede verse la otra porque está demasiado lejos. Se podría llegar a pensar que es la orilla del mar. Pero no es un mar, es solamente un lago muy grande. En una aldea nativa, cerca de la orilla del gran Lago Victoria, había un anciano que tenía extraños poderes para llamar a los cocodrilos y muchos hombres blancos deseaban presenciar cómo los llamaba. Él estaba siempre dispuesto a hacer una demostración: Acompañaba al visitante hasta el lago y le pedía que permaneciera quieto en silencio. Luego empezaba a cantar en tonos muy graves. Era como una flauta de tonos graves. Aquellos que lo escucharon, contaron posteriormente que el sonido no provenía del anciano, sino que parecía surgir de atrás de él. Luego de haber emitido esos sonidos raros, los cocodrilos se acercaban lentamente, primero uno, dos, y luego más, hasta una docena o más. Sacaban sus cabezas por encima del agua y miraban al anciano como si esperaran alguna orden. Después, silbaba con intensidad y los cocodrilos se alejaban tal como si hubieran sido entrenados para eso. Pero no era así, pues se trataba de comunes cocodrilos salvajes. Muchas personas pudieron comprobarlo. Y cada vez escuchar al anciano decir: –El poder que yo tengo para convocar a los cocodrilos es solamente algo pequeño. Sin embargo, en tiempos pasados, antes de que viniera el hombre blanco, había mucha gente entre nosotros que tenía mayor poder. No era raro encontrar a hombres que daban órdenes a los cocodrilos como si fueran perros.– Luego, contaba esta historia: “Había una vez un joven llamado Bukango. Era un pobre pescador que no gozaba de mucho prestigio en su pueblo, pues los pobladores sólo respetaban a aquellos que tenían mucho ganado y Bukango no tenía ni

siquiera una vaca. El jefe de esa tribu tenía una hija muy hermosa. Era naturalmente una muchacha de piel oscura, pelo corto enrulado y tatuajes. Todos estaban muy impresionados con su bella apariencia y su padre ya había decidido cuál de los jóvenes de buena posición sería su esposo. El pobre pescador Bukango estaba enamorado de ella y ella, a su vez, de él. Ambos se sentían infelices de que la joven debiera casarse con otro. Un día, Bukango le habló y le dijo que ambos debían escapar a una de las pequeñas islas del lago donde nunca nadie los encontraría. –Pero, ¿qué pasará si mi padre se entera y manda a sus guerreros con sus afiladas lanzas a perseguirnos?– preguntó ella. –No te preocupes– dijo Bukango –Tengo amigos que infunden miedo aún a los más fieros guerreros de tu padre.– A la noche siguiente, la muchacha se alejó sigilosamente de la choza de su padre, la más grande de la aldea y corrió hacia el lago. Tan sólo se había alejado un poco, cuando alguien descubrió que se había ido. Se escuchó el gran tambor y de todas partes aparecieron hombres con antorchas y largas lanzas dispuestos a perseguirla. Ella llegó al lugar donde Bukango estaba esperándola con su bote, pero los guerreros ya estaban a muy poca distancia de ellos. De pronto, Bukango empezó a emitir extraños sonidos: –bu hu hu.– Centenares de cocodrilos salieron del lago y abrieron sus enormes mandíbulas con dientes infernales para recibir a los guerreros que se acercaban. Unos pocos cocodrilos no hubieran detenido a estos feroces guerreros, pero cuando vieron tantos los hombres se detuvieron, dieron

media vuelta y salieron corriendo para salvar sus vidas. Mientras tanto Bukango y su novia se alejaron remando y nadie supo nunca adónde fueron." Esta es la historia que muchas veces contó ese anciano, tal vez descendiente de Bukango.


Rodadores

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Materiales Cartón blando Tijeras Regla Lápices de colores Cinta adhesiva Canicas grandes o pequeñas. Procedimiento 1 Dibujar una línea a lo largo del cartón que tenga el alto de la bolita y un ancho que permita envolverla sin apretarla. Cortar la tira con tijeras. 2Unir ambas puntas con cinta adhesiva para formar un cilindro. 3 Dibujar un personaje con las piernas separadas. Pintarlo y recortarlo. 4 Pegar los pies del personaje en dos secciones opuestas del cilindro. 5 Poner la bolita dentro del cilindro y lanzar con fuerza para que ruede la canica por el piso. ¡Hacer dos o tres para poder jugar carreras!

Avioncito de papel con ayuda

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Materiales Rectángulos de papel de diario o revista. Procedimiento 1 Plegar el papel a la mitad como indica la figura. 2Abrir el papel y plegar las dos aletas.

3 Volver a plegar según

indica la figura. 4 Doblar la punta hacia adentro. 5 Plegar siguiendo la linea central. 6 Plegar cada mitad hacia afuera segun se indica y listo ¡A jugar!


Muñeco en la cajita con ayuda Materiales Caja de fosforos Papel azul y dorado Hilo o lana Pegamento Tijera Aguja Recortes de tela: color natural y otro color a elección. Vellón para el relleno.

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Procedimiento 1 Decorar la caja con papel, solo la parte de afuera. Pegar muy bien los bordes. Recortar y pegar estrellitas y la luna en la parte de arriba de la caja. Hacer una bolita de vellón

para la cabeza y cubrirla con la tela color natural. Atar con un hilo alrededor del cuello. 2Recortar un rectángulo de tela de otro color para la ropa, hilvanar y fruncir en el cuello, coserlo a la cabeza. Y coser la parte de atrás. 3 Colocar al muñeco dentro de la caja. 4 Sacar la cubierta de la caja y con un hilo y aguja perforar la cubierta vacía por el centro, tanto adelante como atrás. Atar los extremos con un nudo. 5 Colocar la caja con el muñeco en la cubierta. Tirar del hilo y el muñeco sale de la cama.


Bolsa de remera Materiales Una remera que no uses Tijeras Pintura para tela Esponja

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Aguja e hilo RadiografĂ­a Trincheta Fibra

Procedimiento 1 Dibujar sobre la remera las lineas de corte y costura con la fibra como se indica en la figura. Cortar las mangas. 2Coser la base. Recortar los flecos. 3 Dibujar en un papel el diseĂąo elegido para pintar la bolsa (una forma no muy compleja). 4 Trasladar el dibujo a una radiografĂ­a y calarlo con la trincheta. 5 Apoyar la radiografia sobre la remera y pintar con la esponjita.


Bizcochuelo integral

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Ingredientes 4 huevos 140 g de azúcar orgánica 2 cucharadas de aceite vegetal 1 cucharadita de extracto de vainilla 100 g de harina integral 2 cucharaditas de polvo de hornear Procedimiento

1

Entibiar los huevos con el azúcar y batir hasta lograr una preparación bien espumosa. Incorporar el aceite y unir. Perfumar con la vainilla.

2Tamizar la harina integral con el polvo para hornear. Agregar a la mezcla de huevos y unir suavemente.

3 Colocar en un molde de 22 cm

de diámetro previamente enmantecado y enharinado y cocinar en horno suave durante 45 minutos aproximadamente. Enfriar y desmoldar.

4 Si se desea hacer un

bizcochuelo de chocolate, reemplazar el equivalente a dos cucharadas de harina por cacao amargo en polvo.

Chipá

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Ingredientes 1kg de fécula de mandioca 200 g de manteca 6 huevos 300 g de queso tipo mar del plata o pategrás 100 g de queso de rallar 5 cucharaditas tamano café de sal fina 1 taza de agua tibia Procedimiento En un recipiente grande mezclar la fécula de mandioca con tres cucharaditas de sal fina y los 300 g de queso pategrás rallado grueso. Hacer un hueco en el centro y reservar.

1

2En otro recipiente derretir la

manteca, incorporar 2 cucharaditas de sal fina, los 6 huevos, los 100g de queso de rallar rallado fino y una taza de agua tibia. Mezclar hasta obtener una mezcla uniforme.

3 Volcar la mezcla de huevos y

manteca en el hueco realizado en la fécula y mezclar hasta obtener una masa blanda pero firme.

Agregar agua tibia si fuese necesario.

4 Realizar bolitas de unos 5 cm

de diámetro y disponerlas en bandejas limpias (no necesita enmantecarse ni aceitarse).

5 Cocinar en horno caliente

(180º-200º) hasta que estén ligeramente dorados y se haya formado una corteza.


Egresados JardĂ­n de infantes Cuarto Creciente 2013



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