Reflexión sobre la política pública de protección para niños, niñas y adolescentes en Colombia y el desarrollo humano de los jóvenes egresados de protección: el caso de Cali, Colombia en el período 2006 – 20161
Por: Carolina Escobar Victoria Trabajadora social de la Universidad del Valle, Colombia. Especialista en Desarrollo Humano de FLACSO, Argentina. Asesora de la Asociación Colombiana de Egreso de Protección Estatal - ASCEP.
“Egresar debería ser un motivo de orgullo que tú hayas salido de ahí y no un motivo de preocupación. Debería haber algo que haga sentir que diste un nuevo paso y que va a ser mejor” (Joven egresado de protección estatal del año 2007, entrevista 2019)
Ante testimonios como los de este joven que creció y egresó del sistema de protección colombiano, cabe preguntarse: ¿Cuáles son las relaciones entre en la implementación de la política pública de protección para niños, niñas y adolescentes y la generación de capacidades para el desarrollo humano, especialmente las de tipo educativo y laboral, en los jóvenes egresados de protección en Cali, Colombia?
Para responder al interrogante planteado, se deben puntualizar varios elementos importantes sobre la discusión.
En primer lugar, se puede afirmar que a través de diferentes voces consultadas se reconoce que la política pública de protección en Colombia ha tenido avances significativos en materia de la preparación y acompañamiento. Durante seis años (2010 – 2016) se han desarrollado de acciones y programas desde el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en materia de educación y empleo, siendo el proyecto “Sueños: oportunidades para volar”, el ejercicio más claro en términos de recursos, esfuerzos y responsabilidades institucionales específicas. Estos desarrollos se relacionan directamente con las transformaciones de la población objetivo de la política pública de protección, en la cual luego de varios años de sanción, se hace
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Esta reflexión hace parte de la tesis “la política pública de protección para niños, niñas y adolescentes en Colombia y el desarrollo humano de los jóvenes egresados de protección: el caso de Cali, Colombia en el período 2006 – 2016” finalizada en 2019 para optar por el título de magíster en Desarrollo Humano de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, Argentina.
referencia a jóvenes en proceso de egreso, en preparación para el egreso y vida independiente.
No obstante, en la implementación de la política, diferentes hallazgos muestran que a pesar de contar con lineamientos claros, entre los centros de protección han existido prácticas heterogéneas de preparación para el egreso, lo que generó una diversidad de resultados en relación a la vida de los jóvenes; unos más orientados a fortalecer principalmente sus aspectos académicos, y otros, en función de la formación en oficios no cualificados. Sin embargo, un aspecto común fue la prevalencia de lineamientos y prácticas
de
protección
en
ámbitos
institucionalizados,
interpretadas
como
infantilizantes y por ende, como limitantes para el desarrollo de acciones autónomas por parte de los jóvenes.
Teniendo en cuenta lo anterior, puede afirmarse que en la implementación de la política pública de protección aún persiste una construcción social de niños, niñas y adolescentes visto como poblaciones dependientes en el sentido utilizado por Ingram, Schneider y Deleon (2010): un grupo que necesita recibir apoyo y contar con una imagen positiva socialmente, pero que no representa un papel determinante en la creación de riqueza nacional. De allí que se generen acciones de cuidado y no necesariamente de preparación progresiva para el egreso y la vida adulta durante el período de protección. Por esto también se explicaría la inexistencia de formas de capturar información, hacer seguimiento o rastrear de manera sistemática las trayectorias de la vida de los jóvenes luego de egresar de protección.
De acuerdo a lo anterior, se podría problematizar la influencia de la política pública de protección y los ámbitos o modalidades institucionales que se disponen para su implementación, especialmente si se revisa en relación al desarrollo humano y desde el enfoque de capacidades propuesto por Amartya Sen (1999).
Si bien, en el lapso de una década se ha logrado que dentro de la política de protección sea visible una población que requiere de mayor preparación para el momento de su egreso, los hallazgos muestran que de alguna manera, los jóvenes se han ajustado a cumplir con su ingreso a estudios superiores o programas de formación para el trabajo, para no ser expulsados de los programas sin que necesariamente esto los lleve a
generar los funcionamientos que, real y expresamente, ellos consideran valiosos para sus vidas.
En este sentido, la política de protección, desde el enfoque de capacidades, no tendría una influencia contundente en el desarrollo de capacidades educativas y laborales para los jóvenes en protección, en tanto no facilita los espacios deliberados a través de los cuales pueden identificar cuáles son las elecciones y metas valiosas para sus vidas, ni los recursos o factores de conversión que pueden utilizar para lograrlas (Deneulin, 2015). En este sentido, se desconocería un elemento clave de las políticas públicas para el desarrollo humano como es la especial atención de proteger la libertad de elección de las personas (Nussbaum, 2012).
Los objetivos de una política pública para el desarrollo humano debe orientarse al logro de “las capacidades y no los funcionamientos, puesto que son aquellas las que garantizan la existencia de un espacio para el ejercicio de la libertad humana” (Nussbaum, 2012, p. 45). Si la educación formal a nivel universitario como en este caso, ha sido el fin de los programas derivados de la política pública de protección, termina siendo el único apoyo al que tienen acceso los jóvenes; así que, ingresar a una universidad, es asumido como el único funcionamiento valioso al que tienen derecho, dejando de lado su libertad de elegir si es la mejor alternativa para sus vidas.
No se desconoce que los jóvenes logran mejores niveles educativos en su paso por protección, sin embargo, no existe a nivel formal ningún mecanismo, servicio o apoyo de carácter público o de trato preferente que le permita a los jóvenes egresados de protección, tener la seguridad de continuar desarrollando sus capacidades educativas una vez son adultos.
De manera similar, si bien a través de la política de protección, los jóvenes han tenido acceso a la formación en oficios o para el trabajo y para el desarrollo de sus capacidades laborales, no se encuentran en los informes institucionales ni en los comentarios de los jóvenes, referencias a los resultados concretos y demostrables sobre su incorporación o sostenimiento en la vida laboral, así que no se puede asegurar que una vez egresan cuentan con un perfil laboral cualificado o acceden fácilmente a actividades productivas. De hecho, los jóvenes consultados evidencian que su primera
experiencia laboral se relacionó con algún oficio poco cualificado, de bajos ingresos y asumido por obligación, no por elección. La situación social y económica de los jóvenes en la ciudad de Cali puede agravar aún más la situación para el egreso de protección, pues los índices de violencia, pobreza y las barreras para ingresar a la educación superior o a un trabajo son muy altas en comparación con los jóvenes en otras ciudades del país. Los jóvenes egresados caleños conocen de al menos un compañero de los centros de protección que ha pasado por situación de calle, ha tenido vínculos con grupos delincuenciales o ha experimentado otras situaciones que atentan contra su dignidad y sus derechos. A pesar del efecto determinante del contexto en la situación de los jóvenes, no se encuentra una referencia explícita de cómo se contextualizan los procesos de preparación y acompañamiento para los jóvenes en protección o cómo se abordan las situaciones sociales o económicas particulares del lugar de implementación de los programas y proyectos de la política de protección, pues su diseño se realiza de manera centralizada en la capital del país.
Así las cosas, la implementación de la política pública de protección se realiza de manera homogénea y uniforme sin cuestionar las relaciones sociales ni las dimensiones colectivas del bienestar que tienen influencia en el futuro de jóvenes que tuvieron que ser protegidos por el Estado desde temprana edad. Se concibe a los jóvenes como individuos aislados de relaciones y de ámbitos diferentes a los de los centros de protección, especialmente si estos son de carácter institucional y no familiar. En estas condiciones, se asume que, si a todos los jóvenes en protección se les garantiza un mismo punto de partida, cantidad o cualidad de beneficios, “sus logros serán el reflejo de variables que están bajo su control: el esfuerzo y la responsabilidad individual” (Mora, 2019, p. 206).
Bajo estas premisas, el desarrollo de capacidades educativas y laborales de los jóvenes no sería suficiente para el desarrollo humano porque la política pública de protección estaría generando beneficios diferenciados sin cuestionarse cómo las condiciones de un contexto producen o generan mayores barreras y exclusiones sociales que no pueden superarse solo con la voluntad y el logro de lo que cada joven valore o le sea significativo a nivel individual.
La política pública de protección para niños y jóvenes bajo estas condiciones ha promovido intervenciones en las que el Estado se ha hecho presente de manera muy fuerte durante el período de institucionalización y protección de los jóvenes, pero que al egresar no reconoce ni realiza esfuerzos para ampliar oportunidades ni ayudar a los jóvenes para lograr la vida que quieren. Por el contrario, tolera igualdades sociales mínimas y desigualdades máximas entre los jóvenes, sin tener ningún mecanismo de respuesta para ello (Andrenacci y Repetto, 2003).
Si bien el fin del desarrollo humano es la persona, no se podrían olvidar las relaciones sociales que producen o promueven las condiciones sociales que los niños, niñas y adolescentes viven y les llevan al sistema de protección. Tampoco se podría dar por sentado que sólo tener una política de protección o para el egreso de protección es suficiente, porque de alguna manera se estaría naturalizando que cada vez más niños y jóvenes lleguen a vivir a centros de protección, sin hacer esfuerzos por fortalecer las familias y comunidades en las que se producen vulneraciones que tal vez trascienden la voluntad de estos grupos sociales.
Estas cuestiones abren nuevas líneas de investigación sobre las políticas de protección de los niños, niñas y jóvenes. Y especialmente, vale preguntarse sobre los efectos diferenciados que tiene el proceso de protección y egreso de protección en términos de género, especialmente si se tienen en cuenta que muchas de las vulneraciones se presentan más en las mujeres que en hombres o que los procesos de acompañamiento no contemplan el abordaje de la diversidad sexual, esencial para que los jóvenes puedan construir sus identidades y asumir una vida conforme a sus elecciones.
De manera enfática y urgente es importante indagar sobre la construcción que los niños y jóvenes en protección hacen de sí mismos como actores políticos o sujetos de derechos, reconociendo las limitaciones que experimentan para elegir libremente el curso de su vida.
Referencias Andrenacci, L. y Repetto, F. (2006) Universalismo, ciudadanía y estado en la política social
latinoamericana.
Washington
D.C.:
INDES.
Disponible
en
http://www.rau.edu.uy/fcs/dts/Politicassociales/Andrenacci_Repetto.pdf Deneulin, S. (2015). Aportes del enfoque de las capacidades a políticas en América Latina. Notas para clase de Flacso del 25 de abril 2015. Ingram, H., Schneider, A. y Deleon, P. (2010). La construcción social y el diseño de las políticas en teorías del proceso de las políticas públicas ed. Sabatier, Paul. Buenos Aires: westview press, 2007. Ingram, H. (1990). Implementation: a review and suggested framework. En Wildasky, L. (Dir.) Public Administration. The State of the Discipline. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/259843177_Implementation_A_Review_a nd_Suggested_Framework Mora, C. (2019). La exclusión y la desigualdad. Transformaciones desde la política social. Universidad Nacional de Colombia. Nussbaum, M. (2012). Crear capacidades. Propuesta para el Desarrollo Humano. Ediciones Paidós. España. Sen, A. (1999). Desarrollo y Libertad. Editorial Planeta. Buenos Aires.