Revista M.U.J.E.R

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M.U.J.E.R Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparaci贸n

Junio de 2013


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Investigación y textos Maria Catalina Beltrán Lozano

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Fotografías Maria Catalina Beltrán Lozano Juan Camilo Aguirre Garzón

Asesoría de Investigación John Harold Giraldo

Diseño gráfico Carolina Muñoz Céspedes

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SUMARIO PRESENTACIÓN

4 CAPÍTULOS

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I. ¿Por qué las mujeres son víctimas en el marco del conflicto armado colombiano? II. De víctimas a sujetas políticas III. Mujer y legislación en el marco del conflicto armado en Colombia IV. Las mujeres quieren paz

BIBLIOGRAFÍA

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MUJERES VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO. Fotografía: Mariel Bejarano Vásquez


PRESENTACION

Un país desgastado por el conflicto armado genera víctimas, las sobrevivientes en su mayoría son mujeres atravesadas por una guerra que no eligieron vivir, manifestada en diversos tipos de violencia contra ellas, afectando su memoria, cuerpo y proyecto de vida. En este sentido, la presente investigación visibilizará las mujeres víctimas del conflicto armado colombiano.

fica de las Mujeres, en la asistencia psicológica y jurídica, la formación para reconocerse como víctimas y asumir una posición para convertirse en sujetas políticas; la legislación que acompaña y vela por los derechos de las mujeres a una vida libre de violencias, y la manifestación de las leyes 975 y 1448.

En esta revista encontrará tres historias de mujeres que han padecido la aflicción de la violencia en diversas partes del país. Ellas decidieron narrar y compartir sus experiencias. Estas madres resisten y se encuentran encaminadas en la búsqueda de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Además, en este espacio las mujeres sueñan, plasman sus voces, pensamientos y deseos. Expresan su anhelo de una sociedad diferente, un país en paz, equitativo y libre de violencia. Este documento busca contribuir desde la labor periodística, a la construcción de memoria histórica del país y a resarcir el deterioro social causado por la guerra.

Así mismo, la investigación expone el contexto de las mujeres víctimas en el conflicto armado y los actores que forman parte de él; la importancia de las organizaciones sociales, en este caso la Ruta Pací-

Finalmente, esta revista es para las mujeres resistentes y valientes, que a pesar de las adversidades, batallan por sus derechos, la verdad y la justicia, mujeres que sueñan y no desean más violencia.


capítulo I ¿POR QUé LAS MUJERES SON VíCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO?

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Durante 50 años, Colombia ha sido un país atravesado por la violencia. Un conflicto armado que ha destrozado la integridad de civiles, cuerpos, memorias y esperanza. Despojando seres humanos de sus tierras. Es así, como esta problemática se ha instaurado en el país, consecuencia de los grupos armados legales e ilegales; son estos los protagonistas de la historia bélica colombiana, donde la impunidad es la palabra que secunda a la guerra, que ha marcado la vida de las víctimas.


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En Manaure Balcón del Cesar, un municipio de clima cálido ubicado al noroccidente del departamento del Cesar, Dahiana y su familia vivían tranquilos trabajando en su granja integral. Un día al salir el sol llegaron las amenazas golpeando su puerta, eran los paramilitares pidiendo el desalojo de la tierra, reclamando el terreno como suyo. Los grupos guerrilleros surgieron en la década de 1960 con una orientación marxista – leninista, el más

adoctrinaron a los habitantes de los pueblos, ejerciendo así un significativo control sobre la población civil. Actualmente, el ELN tiene presencia en los departamentos de Arauca, Boyacá, Casanare, Chocó, Santander, Cesar, Cauca, Norte de Santander y Nariño. De la misma manera, las FARC – EP se mantienen presentes en departamentos como Meta, Guaviare, Casanare, Vichada, Arauca, Caquetá, Putumayo, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Su presupuesto continúa dependiendo de los secuestros, ex-

“SEGÚN UN INFORME DE LA SIMCI (SISTEMA INTEGRADO DE MONITOREO DE CULTIVOS ILÍCITOS) – ONU EN COLOMBIA ESTÁN DESTINADAS 64.000 HECTÁREAS (640 KM2) PARA LA COCA, ES DECIR, CASI DOS VECES EL TAMAÑO DE MEDELLÍN.” numeroso de ellos, bajo el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC – EP) que sigue siendo el grupo guerrillero más antiguo de América Latina con 8.500 combatientes, sin contar los miembros de las milicias. Por otra parte se encuentra el Ejército de Liberación Nacional (ELN) con un número más reducido de 2.000 combatientes.

torsión, el narcotráfico y el gramaje (impuesto que cobran por cada gramo producido por los campesinos cocaleros). Según un informe de la SIMCI (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos) – ONU en Colombia están destinadas 64.000 hectáreas (640 km2) para la coca, es decir, casi dos veces el tamaño de Medellín.

Durante décadas ambos grupos armados se apoderaron de las zonas rurales del país, lugares en los cuales

Otro de los grupos armados que constituyen la triada bélica, son los paramilitares, estos surgen en

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Fotografía: Ruta Pacífica de las Mujeres

la década de 1960 conformados por civiles armados por los hacendados, como estrategia para contrarrestar la lucha insurgente de la misma época. Bajo la dirección del ejército, además del apoyo y financiación de narcotraficantes, grupos de intereses económicos, terratenientes y capitalistas del sector agrario; los paramilitares continuaron creciendo en distintos grupos, todos con el mismo fin: realizar operaciones militares contra simpatizantes de los grupos insurgentes y proteger a la población civil de la supuesta persecución guerrillera.

Semanas después los paramilitares regresaron a reclamar lo que consideraban suyo, Dahiana una mujer de un metro y 51 centímetros de estatura, cabello ondulado oscuro, tez trigueña y rostro alargado, sentía como el ocaso del día esta vez venía acompañado con el final de su felicidad.

En esa puesta de sol a mediados de mayo de 2005 se escuchó un disparo que venía de las afueras de su casa, al salir vio el cuerpo de su hermano mayor tendido en el suelo unos pasos más allá de la puerta bajo la mirada de sus verdugos. Su padre corrió para Impregnaron de miedo a millones de colombianos por sus crue- intentar socorrerlo y deseando contar con el hada protectora de les métodos, llevaron a cabo pinocho que le diera un corazón masacres, desapariciones forzade fantasía a su hijo, es devuelto das, desterraron civiles y fueron a la realidad por un golpe que responsables de violaciones a Derechos Humanos y al Derecho fractura su maxilar. Internacional Humanitario.

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Actualmente la violencia atribuida años atrás a los paramilitares, se la delegaron a las bandas criminales “Bacrim” — nombre atribuido por el gobierno— vinculadas con el narcotráfico, las cuales siguen cumpliendo la estrategia contrainsurgente. Estos neoparamilitares, continúan controlando el territorio y utilizando los mismos métodos para promover sus objetivos militares y políticos, recibiendo el apoyo de las fuerzas armadas, adicionalmente sus víctimas continúan siendo las mismas contra las que atentaban en el pasado, ahora con la modalidad de ‘limpieza social’ en las zonas urbanas.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), sugiere que los “grupos narcoparamilitares” cuentan actualmente con unos 7.000 combatientes y con una red de apoyo de entre 8.200 y 14.500 personas. En 1988, Urabá se encontraba colmada por miles de soldados para realizar inteligencia en una región adoctrinada por los guerrilleros. Varios de los militares se involucraron con los paramilitares de Fidel Castaño. «La inteligencia llegaba a decir: “Estos trabajadores son simpatizantes”, pero para detenerlos se necesi-

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“EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS, EL CONFLICTO ARMADO HA COBRADO LA VIDA ALREDEDOR DE 70.000 PERSONAS.” taba un trabajo de inteligencia más concienzudo y también cierta protección jurídica. Entonces algunos jefes simplemente les daban a las autodefensas —que ya estaban en auge— la lista de la gente que simpatizaba en las fincas y les decían: “Ustedes actúen”. Y como a los militares siempre se les exige bajas...» (...) «Como no había suficientes paramilitares, la misma tropa hacía las masacres. (...) podían cometer masacres porque llevaban quince o veinte hombres en helicópteros, mataban a la gente y volvían a salir». Documenta en su libro ‘País de plomo’ Juanita León. Siendo las fuerzas armadas de seguridad, el tercer actor armado en la historia bélica de Colombia.

de personas desplazadas desde 1985. Además de desplazados, el conflicto ha ocasionado muerte,

En los últimos 20 años, el conflicto armado ha cobrado la vida alrededor de 70.000 personas. La población civil ha sido la más afectada, no sólo porque suele ser torturada, asesinada e intimidada, sino porque se encuentra en medio del fuego cruzado de la batalla de los grupos armados por las tierras.

Fotografía: Ruta Pacífica de las Mujeres

La situación ha impactado de manera incesante los cuerpos, memorias y vidas de los colombianos, dejando entre tres y cinco millones

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desolación, crímenes de guerra y mujeres víctimas, las cuales han sido incluidas dentro de los procesos de violencia de manera particular. Los humanos se dividen entre hombres y mujeres, los cuales se diferencian de dos maneras. El género, es la dimensión cultural y social. A nivel biológico se denomina sexo. Al hablar de violencia de género se refiere al comportamiento que cau-


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sa violencia, a través de amenazas, ofensas, lesiones físicas, trabajos forzados y abusos sobre un género específico, con el fin de humillar, intimidar, subordinar y vulnerar a la integridad del individuo. La violencia contra cualquier persona que se presenta en el marco del conflicto armado y en la vida cotidiana, se convierte en una herramienta de

intimidación. Las formas de violencia de género son: violencia física, psicológica, económica, y sexual. Gloria Inés Es-

cobar, activista social dice que “la población en general sufre violencia, pero se habla de violencia de género en el sentido que a las mujeres no sólo las golpean y las matan en la misma situación de conflicto, sino que abusan sexualmente de ellas”. La violencia sexual es el método por el cual vulneran a las mujeres, esta se puede presentar en diferentes facetas: Abuso sexual, explotación sexual, incesto, mutilación genital y violación sexual. La Primera Encuesta de Prevalencia de Violencia Sexual promovida por OXFAM (Oxford Committee for Famine Relief) y realizada por la Casa de la Mujer revela que el 82,1% de las mujeres encuestadas no denunciaron los hechos victimizantes a los cuales fueron sometidas. Según el estudio “Saquen mi cuerpo de la guerra” realizada por OXFAM y nueve organizaciones de derechos humanos y mujeres de Colombia, publicada en el año 2009, afirma que en promedio cada 44 minutos una mujer fue violada por actores del conflicto armado,

“AL HABLAR DE VIOLENCIA DE GÉNERO SE REFIERE AL COMPORTAMIENTO QUE CAUSA VIOLENCIA, A TRAVÉS DE AMENAZAS, OFENSAS, LESIONES FÍSICAS, TRABAJOS FORZADOS Y ABUSOS SOBRE UN GÉNERO ESPECÍFICO, CON EL FIN DE HUMILLAR, INTIMIDAR, SUBORDINAR Y VULNERAR A LA INTEGRIDAD DEL INDIVIDUO. ” 11


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“CADA 44 MINUTOS UNA MUJER FUE VIOLADA POR ACTORES DEL CONFLICTO ARMADO, CON UN RESULTADO DE 26.453 MUJERES EMBARAZADAS ENTRE LOS AÑOS 2001 Y 2009.” con un resultado de 26.453 mujeres embarazadas entre los años 2001 y 2009. Ellas también son punto de mira de todos los tipos de violencia, 43 de cada 100 mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia en el marco del conflicto armado según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Dahiana angustiada al ver la cruel escena en la que se encontraba su familia, sin pensarlo emprende una carrera con su madre para auxiliar a su padre. Mientras ocurría esto en las fincas aledañas no era muy diferente, sólo se escuchaban gritos… uno de ellos cogió a mi mamá por la espalda, se la llevó y la encerró en la casa con mi hermanito que tenía en brazos, no le hicieron nada. A mí me cogieron por detrás de la blusa y el cabello, me tiraron boca arriba en el suelo y los paramilitares empezaron a ofenderme, me apuñalaron varias veces… en el rostro, cuello, pulmón, tráquea, me cortaron las manos. Fueron varias puñaladas que destrozaron su cuerpo, tras este acto de violencia Dahiana pierde la conciencia.

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Otra de las formas de violencia contra las mujeres es el feminicidio, término que no es reconocido por la Real Academia de la Lengua, pero Gloria Escobar lo define como “un tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres, que llega a la muerte, que se ejecuta contra ellas por el hecho de ser mujeres”, este tipo de violencia no sólo ocurre en el marco del conflicto armado, es una realidad que se asoma en cada esquina de América Latina. Está claro que las mujeres en el marco del conflicto armado no viven la violencia de la misma manera que los hombres, ellas se convierten en objetivos militares de los grupos armados por el rol que representa la mujer dentro de una comunidad. Tradicionalmente las mujeres se dedican al cuidado del hogar e hijos, mientras su compañero labra la tierra y desempaña labores para conseguir el sustento del núcleo familiar.


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Según el informe “Eso es lo que nosotras exigimos que se haga justicia” Impunidad por los actos de violencia sexual cometidos contra las mujeres en el conflicto armado de Colombia. Anmístia Internacional 2011 “Para las mujeres, la experiencia del desplazamiento forzado puede ser más traumática debido al papel tradicional que desempeñan en la familia y la comunidad. Muchas mujeres desplazadas se han visto obligadas a huir de sus casas en el campo con sus hijos, abandonando su ganado y sus pertenencias. El refugio que ofrecen los barrios marginales y las ciudades suele ser poco seguro y económicamente precario”. Las mujeres son uno objetivo de los grupos armados por motivos diversos: Las convierten en instrumentos para dominar al hombre, humillando a los presuntos simpatizantes del adversario. Son utilizadas además para sembrar terror en una comunidad actuando de forma bárbara sobre ellas. Son usadas como esclavas sexuales y agredidas. Éstas se encuentran profundamente quebrantadas y silenciadas por fusiles que apuntan a sus cuerpos.

Lo que caracteriza los conflictos armados son los ataques cometidos contra civiles y las secuelas que penetran y perduran en sus memorias. La violencia contra las mujeres en particular es una epidemia que las deteriora en cada acto. Días después de lo ocurrido en su parcela, Dahiana despierta en el hospital y recuerda con dolor cuando salió corriendo detrás de su padre, con nostalgia expresa, esa gente no tiene corazón ni compasión. A su hermano lo habían enterrado, no tuvo la oportunidad de darle el último adiós y

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Fotografía: Rodrigo Grajales

acompañar a su familia en ese momento. Le habían realizado una traqueostomía, su cuerpo estaba adolorido e inflamado mientras que a su padre le habían practicado una cirugía de reconstrucción maxilofacial. Su madre ya no se encontraba en la parcela, los vecinos la habían auxiliado esa trágica tarde, estaba muy afectada por lo ocurrido, Dahiana dice, fue muy difícil para ella y para todos, pero ella tuvo un trauma mucho tiempo, no se recuperaba, estaba muy mal. Los actores armados implementan la discriminación de género que ha estigmatizado a las mujeres y niñas históricamente, como la manipulación de sus cuerpos. Son secuestradas para someterlas a prestar servicios

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Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación domésticos forzados, les imponen patrones de conducta dentro de una comunidad, prohibiéndoles utilizar determinadas prendas. La violación sexual, el aborto y toma de anticonceptivos forzados, son prácticas utilizadas frecuentemente por los paramilitares en compañía de las fuerzas de seguridad o por el adversario guerrillero. Estas escenas de violencia contra las mujeres son uno de los flagelos que ha enmarcado este país en guerra. Actos cometidos a través de la fuerza, como estrategia para difundir terror, humillar, someter y dominar una comunidad, incrementando el desplazamiento masivo. También son objetivos militares de los grupos armados las personas LGTBI (Lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexulaes) y presuntos portadores de VIH, violando los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario sin represalia alguna. Éste es el sello de guerra colombiana, la impunidad. Los homicidios, amenazas y abusos cometidos contra líderes comunitarios, sindicalistas defensores y defensoras de Derechos Humanos, son la continuación del conflicto. Estos son tildados de colaboradores de la guerrilla, se han caracterizado por que les realizaron investigaciones penales en su contra por ser activistas, a pesar de la insistencia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para eliminar la falsa información, el gobierno colombiano no

ha realizado avances en la petición. Actualmente la violencia no cesa en el país, continúa cobrando la vida de las mujeres por sus trabajos como líderes y defensoras de Derechos Humanos que no optaron por el silencio, decidieron denunciar y visibilizar la cruda realidad de las víctimas en Colombia. El ocho de febrero de 2013, ElEspecatdor.com publicó, “Los relatos de los sobrevivientes y testigos de la masacre de Trujillo (Valle), una matanza que se prolongó por cuatro años y dejó más de 300 víctimas, estremecieron al país cuando, en 2008, la Comisión de Memoria Histórica reconstruyó los hechos. Hoy, tristemente, tenemos que decir que el título que se le asignó a esa publicación fue acertado: “Trujillo, la tragedia que no cesa”, ya que el pasado 7 de febrero, Alba Mery Chilito, una de las lideresas de este municipio aporreado por la violencia, fue asesinada a pocas cuadras del parque construido en honor a las víctimas de la violencia paramilitar y narcotraficante, que hasta de agentes del Estado se sirvió”. Gloria Escobar, considera que muchas mujeres se han convertido en líderes no solo para denunciar el atropello del que son víctimas, sino para denunciar todo lo que han soportado en la violencia debido a los actores armados legales e ilegales, porque han padecido violencia desde los militares, los paramilitares y la guerrilla, entonces ellas tienen

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“LÍDERES COMUNITARIOS, SINDICALISTAS DEFENSORES Y DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS, SON LA CONTINUACIÓN DEL CONFLICTO. ESTOS SON TILDADOS DE COLABORADORES DE LA GUERRILLA” un papel heroico en varios aspectos. Tienen que asumir entre otros factores el soporte de sus familias, se han convertido en líderes de todos estos movimientos de desplazados que surgen como consecuencia del conflicto, han tenido un papel de liderazgo innegable. Angélica Bello, defensora de Derechos Humanos, sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica y varias veces desplazada, una mujer decidida y fuerte que utilizaba su voz, las leyes y la valentía para hacer memoria y denunciar las adversidades a las cuales están sometidas las víctimas en este país. Quien antes de emprender estos caminos, vivió experiencias amargas e imborrables. El paramilitar Martín Llanos, se-

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cuestró a sus hijas en el año 2000, la mayor fue víctima de violación sexual, al igual que ella por su trabajo altruista. Esta mujer fue víctima de un atentado, generándole una discapacidad física, varias veces intentaron silenciarla, acallar su voz de resistencia, pero era más fuerte su convicción que el miedo que querían imponer en ella. En diversos espacios, visibilizó el delito de violencia sexual en el marco del conflicto armado, además dirigió la Fundación Nacional Defensora de los Derechos de la Mujer. Su última aparición en público fue con el presidente de la república, en el marco del Comité Ejecutivo para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, le pidió la implementación de programas de atención psicológica y social a las


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víctimas de violencia sexual. El 16 de febrero de 2013, en Cesar, Angélica según la versión oficial, se quitó la vida con el arma que sus dos guardaespaldas se turnaban para protegerla. Es una situación extraña y difícil de creer, personas cercanas a ella sugieren que fue asesinada debido a las recientes amenazas. Escenas como la de Angélica y Alba son tristes y cotidianas, una realidad que asfixia un país en conflicto, evidencia la ineficiencia del aparato judicial y de garantías de reparación integral y protección. Ellas representan las historias de miles de líderes, defensoras y defensores de Derechos Humanos que olvidan las adversidades en las que

“EL 70% DE LAS VÍCTIMAS SOBREVIVIENTES EN COLOMBIA SON MUJERES MARCADAS CON LAS HUELLAS IMBORRABLES DE LA GUERRA”

están inmersos y continúan resistiendo, para formar un país diferente, justo y reparado. El 70% de las víctimas sobrevivientes en Colombia son mujeres marcadas con las huellas imborrables de la guerra, atravesadas por un conflicto armado que ha impactado en sus cuerpos y memorias. Las desapariciones de sus seres queridos, el reclutamiento forzado, masacres, retenciones masivas, el despojo de sus tierras y violaciones, son las secuelas en las vidas y sueños de millones de colombianos, ubicados en las zonas rurales más olvidadas por el Estado. Esto evidencia la fuerte problemática de subyugación a la que es sometida la mujer y la ineficiencia de la justicia en Colombia, donde la cifra de impunidad es del 97%. Las mujeres víctimas han estado ocultas tras las sombras de la impunidad. Las aterradoras cifras de su realidad en Colombia lo demuestran. Liliana Salamanca, politóloga de la Universidad Nacional de Colombia explica que, “el cuerpo de

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las mujeres se convierte en botín de guerra, en un premio que se pelean los enemigos, (…) porque el mundo patriarcal nos ha cosificado, entonces hacemos parte del premio”. Esta guerra en Colombia desata un gran impacto social sobre aquellos que fueron despojados de sus tierras y que no han recuperado el hogar que habitaban. Ellos, los desplazados, son algunas vidas golpeadas del conflicto armado. Por amenazas, por miedo de tanta violencia como relata Dahiana, decidieron partir de su cálida Manaure Balcón del Cesar sin mirar atrás, sus tres hermanos, sus padres y ella dejaron todo. Su granja, sus animales y pertenencias quedaron en el olvido a disposición de los paramilitares como las habían reclamado en un principio. Huyendo del terror encuentran refugio en una ciudad costera, mientras su padre consiguió un trabajo, su madre se dirigió a la UAO (Unidad de Atención a la Población Desplazada) y presentó una declaración de los hechos que generaron el desplazamiento. La Cruz Roja Colombiana les brindó asistencia y les proporcionó víveres y demás implementos para el hogar. Cuando pensaban que todo estaba volviendo a la calma que solían tener en su hogar, las amenazas regresaron a sus vidas... otro de los hermanos de Dahiana se encontraba intimidado por los ‘paras’ debido a lo ocurrido el día de la puesta de sol

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en la granja, además ella recordaba los rostros de los perpetradores del crimen. Según la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) en el estudio “¿Consolidación de qué?” Informe sobre desplazamiento, conflicto armado y Derechos Humanos en Colombia en 2010 documenta que las catorce áreas comprendidas del denominado Plan Nacional de Consolidación Territorial, como complemento de la política de Seguridad Democrática que se centró en la lucha contra las guerrillas. El 32,7% de los desplazados (91.499 personas) son originarios de esas zonas que se encontraban en manos de los grupos armados y luego de la fuerza pública. Entre los 32 departamentos en Colombia, 86 municipios son objetivos de desplazamiento e inversiones en minería, aún en ellos militan los actores armados.

La familia de Dahiana se movilizó a la UAO, para solicitar protección debido a las amenazas, les ofrecieron vigilancia policial permanente, sin embargo lo pensaron detenidamente y llegaron a la conclusión que no tendrían la vida tranquila que la violencia les había arrebatado. La UAO le había otorgado a la madre de Dahiana un subsidio para vivienda, así que decidieron escapar de nuevo de la sombría violencia, con el dinero deseaban comprar una casa en una zona diferente a la que se encontraban que ofreciera el sueño de paz y vida tranquila, eligieron una región en el centro del país. Esta situación transforma la vida de las víctimas, se ven obligadas a emprender un camino diferente por el cual trazar su nueva vida, se dirigen a regiones receptoras con el fin de encontrar otras opor-

Departamentos como Putumayo, Guaviare, La Guajira, Chocó, Caquetá, Arauca, Vaupés, Vichada y Guainía son los más afectados por desplazamiento forzado por el conflicto armado que vive el país. Las regiones receptoras donde han encontrado refugio la población migrante son Risaralda, Quindío, Huila, Cundinamarca, Meta, Atlántico, Bogotá y Valle del Cauca.

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tunidades buscando el sustento para ellos y sus hijos. La mayoría se ubican en un sector marginal de la ciudad, en situaciones económicas precarias y deben recurrir a trabajos forzados y mal pagos, en ocasiones las mujeres no pueden evitar someterse a explotaciones sexuales para sustentar sus familias. Pasaron siete años desde que aquel amargo ocaso cambió para siempre la vida de Dahiana y su familia, la guerra dejó huellas en su piel y en la de su padre, los recuerdos son dolorosos e imborrables, sus memorias no olvidan lo que ocurrió ese día y lo que ocasionó. Sin embargo desde su nuevo y tranquilo hogar, Dahiana manifiesta, ahora somos felices, estamos juntos, tenemos casa y todos los días se lucha por el día a día. Esta nueva madre de dos niños, no niega que le gustaría regresar a su parcela con su familia, pero sabe que no es posible debido a la violencia que perdura en el país. Actualmente, la madre de Dahiana recibió reparación administrativa por la muerte de su hijo, además de ayudas humanitarias, ella se encuentra en ese proceso con su padre por ser víctimas de violencia física en el

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conflicto armado de Colombia. Esta mujer desea construir un nuevo proyecto de vida, por esa razón se encuentra validando bachillerato para lograr resarcir el terror que vivió hace unos años anhelando empezar de nuevo. Ella representa la tenacidad de muchas mujeres víctimas del conflicto, quienes por encima de la guerra que ha impactado sus vidas, desean continuar luchando por una vida libre de violencia.


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capítulo ii De víctimas a sujetas políticas

Los movimientos sociales de víctimas en Colombia se han establecido y organizado con el fin de visibilizar, asistir y velar por los derechos de las personas. De allí que partan de la premisa de transformar, y obtener justicia, verdad y reparación, dignificando la vida de las víctimas. La Ruta Pacífica de las Mujeres es un movimiento feminista que nace en el año 1996, en solidaridad y respuesta a la fuerte situación de violencia que vivía en ese momento el área del Urabá. Hace 17 años La Red Nacional de Mujeres se reunió en Bogotá, en esa ocasión se enteran por medio de una asistente que

en Apartadó, Antioquia además de estar asesinando hombres, estaban violando y desplazando a las mujeres de esa región. Las asistentes en ese entonces deciden crear una ruta Apartadó y viajar a aquella región en latente conflicto, cada región del país se encuentra liderada por una mujer, la cual invita a más cómplices para sumarse a la idea, de esa manera consiguen medios de transporte y recursos ignorando los comentarios desalentadores y negativos de las personas.

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“LAS MUJERES DEL CHOCÓ, VÍCTIMAS DE LA LUCHA QUE LOS ACTORES ARMADOS HAN LIBRADO EN SUS TERRITORIOS, HAN TENIDO QUE PROTAGONIZAR HISTORIAS QUE NO ELIGIERON: EL DESPLAZAMIENTO, EL CONFINAMIENTO, LA POBREZA HISTÓRICA DE SU DEPARTAMENTO, HACEN PARTE DE ESA REALIDAD QUE NO DEBE SUGERIR RESIGNACIÓN SINO RESISTENCIA” La entonces alcaldesa Gloria Cuartas, tuvo que desplazarse desde Apartadó –porque allí se encontraban los grupos paramilitares organizados– hasta Mutatá, otro municipio del departamento de Antioquia situado a 831 kilómetros de Apartadó, en este lugar recibió a 2000 mujeres para dar inicio a una movilización en la cual manifestaron su resistencia frente a la guerra. Pacíficamente vociferaban la realidad que estaba atravesando un país en conflicto, la situación que vivían las mujeres, niñas, niños y ancianas, un drama que no respetaba generación y no excluía edad, invitándolas a no optar por el silencio.

ruta es un movimiento de mujeres contra la guerra, que hace 17 años está trabajando en el país, haciendo trabajo de formación, de movilización, de concientización y de incidencia política para las mujeres víctimas del conflicto armado”.

A partir de ese momento, el 25 de noviembre de 1996 se funda la Ruta Pacífica de las Mujeres, con nueve sedes regionales situadas en Antioquía, Bogotá, Bolívar, Cauca, Chocó, Putumayo, Risaralda, Santander y Valle del Cauca.

De esta manera, la ruta empezó a generar recordación e impacto a lo largo y ancho del país. Con sus movilizaciones impulsó a miles de mujeres a marchar por sus derechos, con la idea principal de decirle NO a la guerra, desde entonces todos los 25 de noviembre de cada año se hace efectivo el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, un dato curioso que sucedió en la celebración de esta fecha es que en el año 2002, la alianza de distintas organizaciones de mujeres hizo posible que se manifestara una movilización masiva en Bogotá que contaba con la presencia de 35 mil mujeres.

Sonia Pachón, coordinadora regional de Risaralda expresa que “la

Igualmente en el año 2005 en Chocó, se realizó una movilización en

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compañía de otras organizaciones feministas, bajo el lema “Por la desmilitarización del territorio y la vida civil. Ni guerra que nos destruya, ni Paz que nos Oprima”. Unas 3000 mujeres participaron en solidaridad con las poblaciones de dicho sector, las cuales resisten ante el desplazamiento, la pobreza, la guerra y el olvido. Sus voces unidas, en compañía del río Atrato, exigían al gobierno local medidas que detuvieran la gran crisis humanitaria que vivían. “Las mujeres del Chocó, víctimas de la lucha que los actores armados han librado en sus territorios, han tenido que protagonizar historias que no eligieron: el desplazamiento, el

confinamiento, la pobreza histórica de su departamento, hacen parte de esa realidad que no debe sugerir resignación sino resistencia”. Se lee en la Ruta Pacifica de Mujeres. Este mismo año en el que la Ruta se movilizaba, Eliza una pereirana con una mirada que refleja la intensidad que le produce hablar de su pasado, tez trigueña, estatura mediana y cabello corto oscuro a la altura del cuello, sufría el dolor inesperado que trae consigo el conflicto. Durante toda su vida ha vivido en Pereira, su familia se conforma por cuatro hijos varones y su compañero, todos han saboreado el trago amargo de la guerra en Colombia. El 12 de

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mayo de 2005, Eliza se encontraba en su trabajo, de repente alguien llegó a buscarla para informarle que uno sus hijos no llegaba a la casa. Relata ella sentada en la silla del comedor, rodeada de las fotografías de sus hijos, colgadas una seguida de otra horizontalmente en una pared amarilla. Los compañeros con los que había salido un día antes su hijo hacia Zarzal, se encontraban muertos en Cartago y faltaban dos por reconocer. Su mirada se torna baja, pareciera que al recordar su pasado un trozo de su alma se desvaneciera, Eliza agrega, nos fuimos hasta Cartago y era él, era mi hijo uno de ellos. Los habían dado de baja, según el informe entregado por el Ejército, porque eran guerrilleros. A partir de ese momento la vida de Eliza y su familia se transforma para siempre, Ella se encontraba impactada, destrozada e inundada por una tristeza inmensa porque yo sé que hijo tenía y yo sé que en ningún momento era cierto lo que el ejército decía. Entre pausas y moviendo

presenta unas fuerzas militares que supuestamente nos cuidan?. Diversas inquietudes que una madre sin miedo expone de la realidad política de un país. En este mismo sentido Eliza expresa, uno termina por darse cuenta que está engañado y que lo que cometieron fue unos crímenes atroces con esos muchachos, aparte de que fueron también torturados, eso le genera a uno una angustia existencial. La Ruta Pacífica de las Mujeres bajo su posición ideológica de mujeres contra la guerra, es pacifista, feminista y antimilitarista, su trabajo de visibilización de los efectos de la guerra en el cuerpo y en la vida de las mujeres, enmarca sus pasos y discursos en su apuesta política en la construcción de la paz y la justicia en el país. Así mismo, el lema que encuadró su horizonte y camino, desde esa primera movilización en Mutatá es “las mujeres no parimos hijos e hijas para la guerra”. En el año 2008, la Corte Constitucional dicta la resolución el Auto 092,

“¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ HACIENDO EL ESTADO CUANDO NOS PRESENTA UNAS FUERZAS MILITARES QUE SUPUESTAMENTE NOS CUIDAN?” constantemente sus manos, narra las preguntas que le surgieron en ese amargo momento como, ¿Será que no me di cuenta? ¿Qué es lo que está haciendo el Estado cuando nos

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éste protege y reconoce los derechos de las mujeres en situación de desplazamiento. Consiste en 13 programas que brindan asistencia educativa, el acceso a la tierra, la


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Fotografía: Ruta Pacífica de las Mujeres

promoción de la salud, la asistencia a mujeres desplazadas indígenas y afrodescendientes, la violencia sexual, la prevención de la violencia contra mujeres líderes, la asistencia psicosocial y el derecho a la verdad, la justicia y la reparación. Para el Auto 092, según Sonia Pachón “nos unimos con otras organizaciones para presentarle a la Corte Constitucional las obligaciones que el Estado tiene. ¡Obligaciones! que ya tenía, con un eje diferencial que no fuera ‘los desplazados de este país’, sino algo que tuviera que ver con las mujeres”. Esta herramienta jurídica, ha sido muy útil para las organizaciones de mujeres, ya que con ella protegen y garantizan los derechos de las mujeres desplazadas.

Los 183 casos de violencia sexual que la Corte Constitucional ordenó investigar a la Fiscalía General de la Nación anexados al Auto 092 han tenido pocos avances en las investigaciones, en 2010 sólo habían concluido cinco y en cuatro de ellos los autores eran civiles. Ese mismo año las Madres de Soacha lideraron una batalla jurídica para que las muertes de sus 19 hijos no quedaran bajo el ala sombría de la impunidad colombiana. En el momento en que se hizo visible por los medios nacionales el incidente de los falsos positivos, la hermana de Eliza se encontraba mirando un noticiero, al instante la llamó para informarle que en los medios se estaba confirmando su sospecha, me llamó y me dijo dónde está, ponga

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M.U.J.E.R Después de la muerte de su hijo, Eliza y su familia quedaron desorientadas, con el dolor y las dudas de este hecho acechando cada noche. Cuando se pensaba que lo peor había pasado, llegan de nuevo las fauces del conflicto a tocar su puerta. El hijo menor de Eliza, quien aún no podía superar la muerte de su hermano, pasaba todos los días a trabajar hacia el barrio contiguo al suyo, el cual era controlado por un grupo armado diferente al que regía las calles de su vecindario, esta situación se prestó para malas interpretaciones de un supuesto tráfico de información.

Fotografía: Rodrigo Grajales Las madres del silencio

las noticias, mire las noticias y pues sí. Me fui a mirar las noticias y estaban hablando de los falsos positivos. Bueno ahí ya quedamos clarísimos, porque que yo haya aceptado que mi hijo era guerrillero eso si olvídese, y fueron tres años día y noche preguntándome, ¿oiga y este muchacho cuándo se había vuelto un guerrillero? no es posible. Pero uno en esa incertidumbre cómo que hago por dónde me meto, entonces ya ese día eso me dio mucha claridad, listo arranquemos pues que por aquí fue…

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Eliza, con voz pausada revive el momento, entonces como dicen ellos vulgarmente por sospecha lo mataron, entonces yo denuncié. En consecuencia de su denuncia, la amenazaron y se vio obligada a desplazarse con su familia dos veces dentro de su ciudad, sin embargo con firmeza y decisión dice, de acá no me muevo, si aquí me voy a morir, aquí me muero, porque yo no corro más, ¿por qué tengo que correr? La Ruta Pacífica, publica investigaciones con cierta frecuencia, lo hace por medio de unos informes que exponen estadísticas de instituciones gubernamentales como organizaciones sociales, historias de mujeres, situación política de las mujeres, contexto del conflicto arma-


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación do en Colombia y herramientas de naturaleza jurídica para reclamar sus derechos como víctimas de la violencia.

que ver con la autonomía, es decir, una decisión personal, un acto de conciencia, con lo que yo soy frente a lo que me sucede, entonces hay algunas mujeres que lo que he-

“DE ACÁ NO ME MUEVO, SI AQUÍ ME VOY A MORIR, AQUÍ ME MUERO, PORQUE YO NO CORRO MÁS, ¿POR QUÉ TENGO QUE CORRER?”. El último informe que publicó la Ruta en el año 2011, tiene por nombre “Verdad. Justicia y Reparación, una deuda pendiente con las mujeres víctimas de la violencia”. En éste informe la Ruta realizó una exhaustiva investigación en los procesos de exigencia, Verdad, Justicia y Reparación actuales, además de un contexto detallado de la Ley 975 de 2005 y recomendaciones para aquellos procesos.

mos evidenciado, empiezan a contextualizar y a ser conscientes de lo que pasó en su alrededor y, cuando hacen eso muchas deciden asumir una posición, (…) empiezan a tomar una actitud de pensarse lo público, que sería lo político, y decir ‘mi aporte es valioso para que las mu-

Con estos informes la Ruta ha logrado transmitir conocimientos a una gran cantidad de mujeres y con esto ejercer presión sobre el Estado, visibilizando la realidad de un país en conflicto y los derechos de las mujeres como víctimas de una guerra que no eligieron vivir. Además de apostarle a las investigaciones, el movimiento ha trabajado con unas bases de formación como pilar fundamental para la incidencia política. Liliana Salamanca agrega “construirse como sujeto político es algo que tiene

Fotografía: Rodrigo Grajales Magdalenas

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jeres dejen de pensar que aquí no pasa nada, por ejemplo incentivarlas a que denunciemos, por ejemplo nos tenemos que organizar para que no nos violen los derechos’ entonces, dejan de ser una víctima cualquiera a entender de que hay que hacer cosas para todos, para la transformación de lo público, que eso sería básicamente la subjetividad política”. El objetivo de La Ruta Pacifica, es generar un espacio para la capacitación psicológica y jurídica de las mujeres pertenecientes al movimiento para que éstas se preparen y aprendan de sus derechos como ciudadanas y víctimas, respondiéndoles diversos interrogantes como: qué sucede en el país, cómo actuar políticamente, deliberación, movilización, denuncia pública de los efectos de la guerra en sus cuerpos y memoria, entre otras.

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Adicionalmente, en el proceso de la construcción de las sujetas políticas, surgen más cuestionamientos de su papel como mujer en la sociedad, esto se resuelve a través de los talleres que les brindan, aclarando y formándose para conocer y transformar la realidad en la que se ubica la mujer, ejerciendo mecanismos de presión en otros escenarios. Las mujeres en el marco de la agenda para la paz que se está manejando actualmente, informan e inciden en otros espacios a los cuales también pertenecen, como partidos políticos y organizaciones en las que lideran o pertenecen. De esta manera se genera una dinámica de formación política que apuesta a una Colombia diferente y equitativa, que reconozca a las mujeres como sujetas políticas para la transformación de un país desfigurado por la violencia.


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación

Después de atravesar esos episodios que cambiaron su vida, Eliza encontró asesoría en un partido político al cual su familia ha pertenecido durante toda su vida, ellos le brindaron orientación jurídica con un grupo de abogados para enfrentar la angustia que la había acompañado tres años y que estaba a punto de denunciar, para no pertenecer a la escandalosa cifra de impunidad que enmarca la ininterrumpida aflicción histórica de Colombia.

rídico y a trabajar con comunidades, pero sobre todo encontró solidaridad por parte de esas mujeres y su lucha incansable por la paz.

Las mujeres en la Ruta trabajan hombro a hombro, así lo define Eliza con vehemencia. Cada paso lo caminan juntas y se capacitan en talleres, aprenden cada día y trabajan con las comunidades indígenas quienes han sido una población vulnerada en el conflicto. En esa medida se va y se sale a socializar con Por otra parte, Eliza encontró en otras mujeres, todo ese conocimienla Ruta cuatro elementos funda- to que uno adquiere allí con ellas, mentales, la asistencia psicológica por ejemplo lo de la Ley 1257, me por parte de las jóvenes que per- parece es muy triste que tantas mutenecen al movimiento, se formó jeres que son víctimas de violencia y aprendió a manejar el marco ju- no la conozcan, entonces yo donde

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puedo hablar de la ley lo hago, yo las invito y entonces hay otras que saben más y vamos informando, es eso, ir construyendo, afirma Eliza. En ocasiones, olvida aquellos discursos que suele manejar para divulgar sus conocimientos sobre las leyes para formar e informar a otras mujeres, debido a que se sumergió en una gran depresión, que le ocasionó dificultades para recordar fechas, nombres y palabras. Estuvo hospitalizada en diferentes ocasiones, por más que uno quiera estar parado y fuerte, no es sencillo pero hay que ponerle el pecho a esta situación, porque es que yo no me la puedo dejar correr tan fácil, es que eran mis dos hijos. En consecuencia fue tratada con un medicamento para la esquizofrenia, su psiquiatra de ese entonces, le suministró unas dosis bastante altas que le afectaron de alguna manera su memoria. Sin embargo, las secuelas no han detenido a Eliza, ella encontró soluciones para el mal que aqueja sus recuerdos, se ha dedicado a escribir todo para así leerlo, informarlo y no olvidarlo, de esa manera, con la libreta en su mano y su voz emitiendo sus pensamientos escritos no ha permitido que su afectada memoria opaque su fuerza y valentía. El proceso legal que ha emprendido esta mujer, lo ha llevado y documentado un colectivo de abogados, quienes indagan cada día, soportan-

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do sus investigaciones sobre pruebas y leyes, buscando que el Estado acepte que fue un crimen de lesa humanidad cometido por ellos y sus fuerzas armadas. En un inicio, recién se transmitió por televisión las adversidades de las Madres de Soacha, Eliza comenzó a exigir justicia en la Procuraduría, en la Fiscalía, en la Defensoría del Pueblo y en la Personería, no dejaría que sus hijos hicieran parte penosa

Esto no detuvo a la mujer de mirada fuerte, por el contrario fortaleció la valentía que estaba adquiriendo con cada paso y acto trazado, se documentó, exigió y usó derechos de petición, asesorada por su grupo de abogados. Al esclarecerse poco a poco los impunes hechos, conoce los nombres de aquellos hombres que le arrebataron a su hijo, empieza a encontrar una luz en el difícil y espinoso ca-

“POR CUENTA DE UNA INTERPRETACIÓN PUESTA EN MARCHA EN LA PROCURADURÍA -DESDE HACE DOS AÑOS-, SOBRE EL MANEJO DE LOS EXPEDIENTES CONTRA MILITARES POR EL ESCÁNDALO DE LOS LLAMADOS ‘FALSOS POSITIVOS’, LAS INVESTIGACIONES DISCIPLINARIAS POR ESTOS HECHOS SE REDUJERON DE 1.274 A MENOS DE 500.” del silencio impune como tres años atrás, en esos espacios le manifestaban, ¿usted está segura?, sí, que sí. Y me dijeron “señora, ¿usted está desgastando cinco instituciones del Estado por ese caso?” y le dije, “desgasto el Estado completo, pero yo necesito que alguien me aclare esta situación”. Porque a mí me dijo una persona, un funcionario público, “señora deje eso calladito no diga nada, mire la pueden matar”, y es que a mí me vale que me maten, mientras a mí me maten haciendo justicia, aquí nadie la va a hacer por mí.

mino, después de tantas lágrimas, angustia e incertidumbre se encontraba más tranquila, segura y con sus ideas despejadas. Cuando uno empieza a obtener resultados, descansa, me dio un respiro inmenso y la familia también. A este Estado no le debo nada, me deben dos vidas. Yo no me puedo quedar callada, porque a mí no me van a matar los hijos, entonces, ¿al Estado le debo la muerte de mis dos hijos porque están dentro de un conflicto armado?, pero por qué tenemos que pagar nosotros los civiles, y sobre todo nosotras las mu-

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jeres las que más llevamos ahí pues del arrume, porque nosotras ponemos los maridos, ponemos los hijos, ponemos los muertos y ¿encima de eso me tengo que quedar callada?, pues NO. Eliza, una mujer valiente, decidida y sin miedo, que resistió en medio de la adversidad y la angustia, después de varios años puede dormir un poco más tranquila porque sabe que lo que le ocurrió a su hijo: son crímenes de lesa humanidad, y hasta que no sean reconocidos como tal, son crímenes de Estado o ejecuciones extrajudiciales.

intervención de la Corte Penal Internacional. “Si no agilizamos, caminaremos hacia la impunidad y correremos el riesgo de una intervención de la Corte Penal”, aseguró”.

Con una sonrisa dibujada en sus delgados labios, recuerda a sus nietas, las hijas de sus dos hijos víctimas de una guerra que no eligieron y que Eliza tuvo que protagonizar, esas niñas son su gran alegría, no ElTiempo.com publicó el cinco de puede evitar reír al hablar de ellas, noviembre de 2012, “Por cuenta de lo mucho que las quiere y el de una interpretación puesta en gusto que le da pasar tiempo de marcha en la Procuraduría -desde calidad con ellas. hace dos años-, sobre el manejo de los expedientes contra militares Espera algún día contarles cómo por el escándalo de los llamados hizo justicia en los casos de sus pa‘falsos positivos’, las investigaciones dres, por ahora continúa el proceso disciplinarias por estos hechos se re- y las investigaciones, a pesar de los dujeron de 1.274 a menos de 500. grandes avances, Colombia es un país que carece de justicia, es un Esta situación se conoce en momen- país que se caracteriza por abrazartos en que el fiscal general, Eduar- se con la impunidad, sin embargo do Montealegre, ha alertado que Eliza resiste, es inquebrantable, no “los pobres resultados” en las inves- se rinde, no es una opción para ella, tigaciones penales y disciplinarias busca verdad y justicia. de estas muertes podrían poner al país ante un escenario crítico: una

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Fotograf铆a: Rodrigo Grajales Las madres del silencio

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capítulo iii Mujery legislación en elmarco del conflicto armado en Colombia

En un pueblito de clima cálido en el Eje Cafetero dominado por paramilitares en donde Petra padeció los estragos del conflicto, vivió situaciones que no quisiera recordar. Esta mujer con su sonrisa, rasgo que la caracteriza, sus pestañas largas y abundantes, su tez blanca y palabras firmes, relata cada detalle de las adversidades que ha vivido desde el 2007, en consecuencia de su labor como defensora de Derechos Humanos. Como si hubiera pasado ayer, Petra recuerda con su mirada fija puesta en el cielo, el agrado que le producía

ayudar en su pueblo a los abuelos, a los niños y a las mujeres, sacarles una sonrisa dentro de esa vigilancia permanente a la que se sometían cada día. Todas las sonrisas y actos de bondad fueron atravesados y destruidos el 14 de febrero de 2007; días antes debido a su gran corazón, devoción y deseos de siempre ayudar a los demás, hospeda un hombre de manera gratuita y por hospitalidad en su hogar, ese día se entera por boca de sus vecinos que el individuo que habita en su casa, además de ser pariente de paramilitares, había

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M.U.J.E.R abusado sexualmente de su niño de ocho años.

acontecimiento fluya como el agua del río.

Antes había notado cambios en su hijo, como malas calificaciones, rebeldía y agresividad, yo le preguntaba al niño ¿qué le pasaba? (...) mi hijo se asusta, el niño me dice “no, mami no pasa nada”, y ya me voy dando cuenta y le pregunto más. Petra hace una pausa prolongada y parece sentir un dolor que la aflige. Petra se detiene en su relato, pasados unos segundos, continúa en el momento que sus lágrimas se asoman en sus ojos. Su hijo tenía temor de contarle le decía, “no mami, yo no le cuento más porque yo sé cómo es usted”, el niño me empieza a contar con ingenuidad, lo que el tipo le hacía, sin darse cuenta que al decirme esas palabras me estaba partiendo el corazón. Las amenazas del perpetrador habían impedido que su hijo le contara la verdad, lo intimidaba diciéndole que mataría a su madre o le haría lo mismo a su hermanita.

Esta mujer de mediana estatura, obtiene fuerzas de donde no creía tenerlas, lo tumba de la silla, y lo golpea, no olvida y rememora con satisfacción, se quedó mirándome y entonces me dijo “perra” y saqué la mano derecha y tas de ida y devuelta, le chorreaba sangre, le dije “a partir de hoy me convertí en la enemiga número uno suya, despantalonado, falta de cojones, porque yo soy una

A Petra sus gestos de benevolencia se le transforman en ira y desesperación, sale en busca del hombre que hurtó la dignidad de su hijo, lo localiza en la taberna que solía frecuentar, lo encara y le reclama por lo que hizo, en ese momento las personas en la plaza principal se reúnen alrededor de la discusión, le dicen a Petra que no busque problemas – porque es una mujer apreciada en su pueblito¬, el hombre admite su acto aberrado, las miradas se concentran en la reacción de ella, los espectadores no dudan en apoyar su posición, pero nadie interfiere, esperan que el

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mujer pero aquí estoy frente a vos que sos un paramilitar del pueblo”. Conocedora de su labor como defensora de Derechos Humanos y más en el caso de su hijo, que no entiende cómo una persona puede realizar esos actos de barbarie contra un niño. Decidida y sin temor, ahora viviéndolo en carne propia, como dice ella, empieza su incesante búsqueda y reclamación de la justi-


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación cia, empleando la ley y exigiendo los derechos de su hijo. Sólo encuentra, que todo el pueblo estaba comprado por los paramilitares y que empezaría un difícil y cruel camino para ella y su hijo. Se dirige a contarle al cabecilla del pueblo lo que le había ocurrido a su niño, la respuesta que encuentra es, no digas nada que tú no sabes. Su sentimiento de madre la impulsa

y denuncia, encuentra apoyo en una fiscal que le llevó todos los procesos. Días después de enterarse de lo que ocurría en su hogar mientras salía a defender a los ciudadanos, Petra agota todos los escenarios para denunciar y visibilizar lo que había sucedido a sus espaldas, aparece en medios de comunicación como prensa y radio, manifiesta que se encontraba amenazada, que la querían asesinar por sus acciones de de-

nuncia en el caso de su hijo. A partir de ese momento, se intensifican las amenazas y los hostigamientos en la vida de esta inquebrantable mujer. En aquellos opacos días, recibe una llamada del exterior, se asombra porque no conoce a nadie en esas tierras lejanas; es la madre del vulnerador de su hijo, le ofrece dinero por su silencio, para así no continuar divulgando su crueldad, tratando de resarcir el daño causado, en respuesta Petra le dice, la dignidad de mi hijo no vale ningún dinero, con voz fuerte menciona la frase. La madre del exterior la amenaza diciéndole, que no sabía a quién se enfrentaba, desconocía con quién se estaba metiendo, un poco molesta la mujer de largas y abundantes pestañas le responde, tú tampoco. Petra recuerda con una sonrisa tímida aquel episodio. La historia de ella es un reflejo de la desgracia y el horror, los acontecimientos siguen y Petra como víctima es una voz que no se calló.

“LA DIGNIDAD DE MI HIJO NO VALE NINGÚN DINERO”

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LEY 975 DE 2005, LEY DE JUSTICIA Y PAZ En Colombia se vive un conflicto armado hace ya varias décadas, incluso antes del conflicto armado reconocido actualmente, hubo algunos episodios de violencia como el bipartidismo, el cual se extendió

“HASTA CIERTO PUNTO ERA UN GRUPO LEGAL POR EL DECRETO 3398 DE 1965, QUE PERMITE A CIUDADANOS USAR ARMAS DE USO PRIVATIVO DEL EJÉRCITO Y GENERAR AUTODEFENSAS” desde 1840 hasta el 2002, y si nos remontamos más en la historia encontraremos muchos más episodios de guerra en Colombia. A pesar que este país ha sido atravesado por varios conflictos, sólo hasta el 2005 la legislación colombiana empezó a interesarse por tomar una perspectiva que abriera posibilidades a una salida política. Lo primero que surgió apuntándole a esto fue la Ley 975, más conocida como la Ley de Justicia y Paz. La ley se empezó a gestar en el año 2002, cuando el presidente del momento Álvaro Uribe Vélez y el Alto Comisionado para la Paz Luis Carlos Retrepo concibieron un marco

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jurídico que abriera puertas para la paz. En el 2003 se firma un acuerdo con los paramilitares y se avanza un poco más en el proceso, pero es retirada rápidamente debido a la ausencia de participación de las víctimas en la ley. Finalmente, en el 2005 se aprueba y pasa a ser la Ley 975 que fue la primera ley totalmente creada para solucionar los problemas del conflicto armado en Colombia. La Ley de Justicia y Paz, buscaba a grandes rasgos que los paramilitares y eventualmente si se llegaba a algún acuerdo con la guerrilla, entregaran las armas y se generara un cese de actividades delictivas, y darles ciertas prebendas a los actores armados que accedieran a desmovilizarse. Otra parte del compromiso por parte de los grupos ilegales era confesar todos los crímenes, lo que se suponía iba a ser parte de la reparación a las víctimas, a las cuales se les prometía verdad, justicia, reparación sumado a unas garantías de no repetición. En el momento que se lleva a la práctica la ley, resulta contraproducente, una de las razones por las cuales no funcionó, fue porque no existía coherencia entre la ley y el conflicto en varios aspectos, uno de


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ellos era una norma que había sido redactada para facilitar la paz con un grupo que, aunque era un actor armado, actuaba más en colaboración del Estado en la guerra contra insurgente que contra el Estado mismo. Y hasta cierto punto era un grupo legal por el decreto 3398 de 1965, que permite a ciudadanos usar armas de uso privativo del ejército y generar autodefensas, por esta razón la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano, y lo responsabilizó de la existencia de los grupos armados paramilitares. Otro de estos aspectos es que mientras se adelantaban los diálogos de paz con el paramilitarismo colombiano hubo unas 3000 desapariciones, lo que dificulta bastante que se pudiera hablar de una justicia y una paz reales y alcanzables. Un aspecto inconcluso de la ley, fue que mientras se implementaban las versiones libres (método por el cual los jefes de los actores armados aceptaban la responsabilidad y daban cuenta de sus crímenes) empezó una ola de extradiciones de los paramilitares a Estados Unidos de América, a pesar de las garantías que el país del norte daba para que ellos continuarían con sus confesiones y versiones libres, la realidad era otra. De las 1200 que iniciaron este proceso, en el 2008 a tres años de haber iniciado a regir la ley, sólo cuatro habían terminado

Fotografía: Rodrigo Grajales Las madres del silencio

las confesiones, las cuales para el 2011 estaban condenadas, versus 4.346 postulados. Y hasta hoy, como dicen los analistas, la verdad se exportó y muchas víctimas no conocieron la verdad. Continuando con las complicaciones que se presentaron con esta ley, la extradición masiva de jefes paramilitares a Estados Unidos impidió la culminación de la mayoría de las versiones libres, lo que incumplía los estatutos de la ley 975, la situación en alguna medida los liberaba de la carga de los delitos de lesa humanidad.

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ElEspectador.com publicó el 15 de noviembre de 2007, “Para el presidente de la Comisión Nacional de Juristas, Gustavo Gallón, desde que inició la aplicación de la ley de Justicia y Paz, en Colombia han sido asesinadas más de tres mil personas en desarrollo de este proceso. Agregó que hasta ahora la reparación a las víctimas de los ‘paras’ no se ha llevado a cabo.

res supieran de ello, ella después de denunciar y realizar todos los procesos, logró que el perpetrador sexual de su hijo lo condenaran a pocos 26 meses de prisión. La penalización ocasionó que su vida se encontrara en un peligro cada vez más latente.

Un día el personero del pueblo, la llevó a una supuesta audiencia en su automóvil, Petra se da cuenta que el camino que había tomado no era (…) El coordinador de Política Inter- el que estaba trazado para ese día, nacional y Derechos Humanos de la llegan a un sitio a las afueras del coalición española Izquierda Unida pueblo donde sólo se escuchaba el (IU), Francisco José Pérez, dijo que “el fluir del río, mezclado con el llanto. Gobierno de Uribe protege el paramilitarismo con esta ley de impunidad”. Allá se encontraban los grupos al margen de la ley, el cabecilla la estaEn el pueblo de Petra, no había nada ba esperando, la cogieron dos homque ocurriera sin que los paramilita- bres de los brazos para inmovilizarla,

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para permitir que presenciara como con motosierras mutilaban y asesinaban a personas que ella conocía del pueblo, cuenta con el dolor que refleja su mirada, esa gente no tiene ni alma ni corazón. En el instante que llegó le estaban realizando la despiadada e inhumana práctica a la sobrina del que aguardaba su arribar. La amenazaron, la estaban previniendo para que apagara su voz y resistencia. La madrugada del 25 de mayo de 2007, Petra se dispone a salir de su casa poco antes de que rayara el sol. Se dirige al hospital del pueblo para solicitar una cita para su hija de cinco años que padece varias enfermedades. En su camino es asaltada por un carro negro de vidrios polarizados, la suben y le dicen, “vámonos que te

necesitan”. Debido al largo trayecto, entre los nervios y el temor le pedía a Dios no haber cruzado la línea invisible que separaba un escarmiento de la muerte segura. No sabía dónde se encontraba, ni quiénes eran su desagradable compañía, debido que un negro pasamontañas cubría su rostro. Al paso por un lote, súbitamente el carro detiene su marcha, se abren las puertas y es lanzada a la vegetación mientras le dicen, “y esto te lo vamos a hacer porque fulano (cabecilla del pueblo), te lo mandó a hacer para que veas que te tienes que quedar callada, eres una perra, una basura, no ha querido aprender, no ha querido entender, porque tienes que quitar la denuncia, sacar a aquel hombre que abuso de su hijo de la cárcel,

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M.U.J.E.R porque te tienes que quedar callada, porque no tienes que volver a defender a nadie”. Relata su experiencia traumática con pausas prolongadas, de nuevo su mirada se pierde en un horizonte colmado de aflicción, las lágrimas brotan incesantes, el pasado se convierte en un amargo momento en que le arrancaron las vestiduras y la dignidad una y otra vez.

de las sonrisas arrebatadas, en esa oportunidad la golpean con sevicia hasta el punto de perder su bebé.

Al finalizar de contar esta parte de su difícil historia, no puede evitar llorar incansablemente, minutos después sus enrojecidos ojos por el llanto, tratan de sobreponerse. Coge fuerzas y aliento y continúa relatando con decisión sin mirar La transportaron a otro sitio, deján- atrás, intentando pasar la página de dola semidesnuda en la carretera, ul- ese complicado capítulo de su vida. trajada, golpeada y destruida por las escorias que esfumaron su sonrisa, Las amenazas nunca pararon. Petra como si se tratase de un ángel de la se encontraba oficialmente en la lista guarda… una persona del pueblo la negra –los que deben desaparecer– reconoce, la auxilia y lleva a su casa. cada día era más difícil para ella y Petra sentía vergüenza, asco, la tris- su familia, debido a esa situación inteza la invadía, coge un cepillo, una gresó al programa de protección de botella de límpido y una esponja, se la Fiscalía General de la Nación. Días lavó una y otra vez esa mañana, no antes del 7 de julio de 2007, la familia podía detenerse, sus manos repetían de Petra regala algunas cosas de su una, dos, tres veces la misma acción. hogar, otras se las iban a llevar, pero no tuvieron tiempo, tan sólo con la No se sentía en la capacidad de con- ropa que ostentaban ese día huyen tarle a alguien lo que había padeci- de la muerte segura, un automóvil de do, como muchas mujeres víctimas la Fiscalía irrumpe rápidamente en de violencia sexual, utilizada como su puerta, todo transcurre en pocos arma de guerra por los actores del segundos por la inseguridad que perconflicto armado, las mujeres sien- meaba el pueblo. No tuvo tiempo de ten vergüenza, temor de la reacción despedirse de su madre, de contarle de sus familiares, viven en el silen- lo que ocurría. Los trasladan al aerocio, ocultan tras sus lágrimas la vio- puerto, con tiquete de ida sin regreso, lencia cometida contra sus cuerpos. a una ciudad fría, lejana y desconocida del país. A partir de ese momento iniMes y medio después de la cruel- cia la interminable carrera por la vida. dad, Petra se encuentra embarazada, hecho que aumenta su desasosiego, no sabía cómo contarle a su pareja, sin embargo los personajes tenebrosos de esta historia actúan nuevamente contra la mujer

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Fotograf铆a: Rodrigo Grajales Las madres del silencio

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LEY 1257 DE 2008 La Ley 1257 de 2008 se establece por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias, busca y dicta normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres.

En el 2006 se reunieron las congresis- para los Derechos Humanos entre tas con el fin de promover una ley que otras entidades. Es entonces como incluyera los intereses de las mujeres. se logra aprobar la ley 1257, la cual se expide el 4 de diciembre de 2008. Con ese claro propósito se creó la “bancada de mujeres del Congre- El Congreso de la República recoso”, la comisión está constituida por noce que una de cada tres mujeres ellas, pertenesufre violencia cientes a difísica y dos de versos partidos cada tres vio“EL CONGRESO DE LA políticos, con lencia psicolóREPÚBLICA RECONOCE QUE posiciones e gica por parte UNA DE CADA TRES MUJERES ideologías disde su pareja, tintas, pero reconoce que SUFRE VIOLENCIA FÍSICA Y unidas por su el acoso seDOS DE CADA TRES VIOLENCIA condición de xual existe en PSICOLÓGICA POR PARTE género. Las diversos esceiniciativas lenarios. De esta DE SU PAREJA” gislativas para manera se degarantizar muestra púlos derechos de las colombianas, blicamente que la violencia contra trascendieron y se conformó una las mujeres es inaceptable. Obliganmesa de elaboración, basándo- do a las instituciones colombianas se en la escandalosa cifra de vio- a prevenir y sancionar la violencia. lencia que padecen las mujeres. Existen diversos aspectos fundamenLa mesa se consolidó y elaboró el tales de soporte de la ley: El reconotexto del proyecto de ley, igual- cimiento de la autonomía y la libermente se acompañó con diversas tad de las mujeres en la toma de organizaciones de mujeres, Fiscalía decisiones, la violencia contra las General de la Nación, Naciones Uni- mujeres es una violación a los Deredas, Oficina de la Alta Comisionada chos Humanos y las violencias con-

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tra las mujeres pueden ser físicas, psicológicas, sexuales, patrimoniales y económicas, además se protegen sus derechos como víctimas.

Las mujeres las protege la ley, con el derecho a no divulgar su nombre, a que se le respete su privacidad, pueden exigir contar lo que ocurrió al funcionario(a) que la asistirá, en un lugar aparte para que nadie la escuche, no la pueden obligar a conciliar ni ir a la audiencia.

Con esta Ley, la Defensoría de Pueblo debe brindar asesoría jurídica y acompañamiento sin ningún costo. En caso de violencia sexual, la entidad que asista a la víctima, debe Todas las demandas de las mujeres, informarle sobre sus derechos como: deben ser atendidas por las institu-

Fotografía: Mariel Bejarano Vásquez

“ TODAS LAS DEMANDAS DE LAS MUJERES, DEBEN SER ATENDIDAS POR LAS INSTITUCIONES EN LOS JUZGADOS, EN LA FISCALÍA O EN LAS COMISARÍAS DE FAMILIA” anticoncepción de emergencia, interrupción del embarazo y prevención de enfermedades de transmisión sexual, al igual que conserva el derecho a elegir si la examina un médico/a.

ciones en los juzgados, en la Fiscalía o en las Comisarías de Familia, no deben ir donde los jueces de paz, ellos no se involucrarán en estos casos.

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M.U.J.E.R tivamente nace de la reclamación de las mujeres organizadas de este país”. Al encontrarse en la fría y agitada ciudad, a las víctimas les prohíben todo tipo de comunicación con familiares y amigos, les quitan sus celulares, no pueden hacer uso de internet por motivos de seguridad, pasados unos días son encontrados por sus acechadores, la Fiscalía los traslada para Santa Martha y posteriormente para otro lugar al norte de Colombia, en la calurosa ciudad Petra solicita asistencia psiquiátrica para su hijo, quien se encuentra to-

Fotografía: Rodrigo Grajales

Las mujeres víctimas de la violencia, pueden pedir una medida de protección inmediata, acciones que las deben realizar las instituciones del Estado. Les deben garantizar hospedaje y alimentación para ella y sus hijos en caso de violencia, esto lo debe pagar el sistema de salud al que pertenece. Las víctimas tienen derecho a la verdad, a que se haga justicia y se repare el daño causado y se les garantice no repetición. Ese es el ideal, quizás la realidad sea otra. Liliana Salamanca, agrega que la ley 1257 “es una presión que hacen los movimientos sociales de mujeres y defensoras de derechos frente a los partidos políticos, (…) esa ley tiene una ganancia y es que efec-

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“¿TÚ CREES QUE YO ME VOY A QUEDAR CALLADA, ME VOY A MORIR PARA QUE OTRO VIVA?” mando medicamentos en consecuencia de los grandes e imborrables traumas que ocasionó el perpetrador. El niño aún batallaba con los amargos momentos que vivió en su antiguo hogar, en diversas ocasiones tomaba cuchillos para quitarse su vida y lloraba desesperado, no podía controlarse, estando en la ciudad del norte, Petra cuenta como su hijo cogió soda caustica y le decía, “mami tomémonos esto mi hermanita, usted y yo para acabar con este sufrimiento”, pero ellos nos sabían que yo también había sido abusada, ahí fue cuando mi hijo se enteró que yo también había padecido lo mismo que él


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación y le dije, “¿tú crees que yo me voy a quedar callada, me voy a morir para que otro viva?”. Le contestó la mujer persistente, que estaba dispuesta a dar las batallas que fueran necesarias por la verdad y la justicia. Para su pareja de ese entonces –el padre de sus dos hijos–, se le hizo muy difícil enfrentar que su esposa hubiera sido abusada por varios hombres, para contrarrestar lo ocurrido decía, que ella se le había ofrecido a ellos, sumado a ese señalamiento en cada realojo le comunicaba a su familia dónde se encontraban, eso complicó la situación de seguridad. Como consecuencia él dejó de viajar con ella y sus hijos. Sus niños constantemente se deprimían, Petra corría con ellos de un lado para el otro, huyendo, escondiéndose, protegiéndose, parecían pelotas rebotando en un partido de tenis, era una carrera por la vida. Perdían sus nuevos amigos y debían adaptarse rápidamente a espacios diversos a pesar de encontrarse en el mismo país, ellos le decían, “Odiamos que usted sea Defensora de Derechos Humanos, que usted sepa todo eso”, pero como les dije en esa ocasión, “Eso me gusta, eso me nace y no voy a dejar de ser lo que soy, porque esa es mi esencia”. Contesta con su delicada voz, golpeada por el conflicto, pero fuerte ante cualquier adversidad. Después de constantes viajes por diversas regiones del país, regresan a la fría ciudad, han pasado seis

meses desde que partió del pueblito que quiere y recuerda; en esa oportunidad conoce una organización de mujeres, quienes se enteran de la violencia a la cual fue sometida Petra en el Eje Cafetero por parte de los paramilitares. Denuncian su violación y agresiones, es llamada a testificar en su antiguo pueblo, el fiscal que la cita se comunica con el autor intelectual y éste le dice, “todavía esa fulana sigue con ganas de vivir” me dijo el fiscal, y le dije, “ahora más que nunca, quiere más verdad, más justica y más paz”. Menciona Petra esta frase con firmeza y seguridad, para esa ocasión ella no tiene ningún encuentro con el jefe paramilitar.

Fotografía: Rodrigo Grajales Magdalenas

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Sin embargo, poco se avanzó en su caso, hecho esperado en un país como Colombia, donde son pocas o nulas las garantías de verdad y justicia. En septiembre de 2008, la presión que ejerció la organización de mujeres hizo que el caso se trasladara a la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación en Bogotá. A pesar de los esfuerzos y acciones altruistas de la ONG, la Unidad nunca se comunicó con Petra para testificar, en agosto de 2010 el fiscal que llevaba el proceso fue retirado del caso, y el nuevo que entró a reemplazarlo no lo ha revisado. En cada desplazamiento estaban custodiados con vigilancia permanente, situación que causaba curiosidad a cada sitio que llegaba ella y sus dos hijos. En alguna oportunidad, en uno de los 32 departamentos de Colombia, Petra denunció la muerte de una persona, esto oca-

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sionó la persecución de una banda criminal, de igual manera le sucedió en una ciudad costera, pero esta vez se trató de un hecho relacionado con un accidente y su hija, posteriormente el intento de reclutamiento forzado de su hijo por parte de una banda criminal, su espíritu de madre y defensora no permitieron que ocurriera esto, acción que desató problemas y un abuso sexual sumado a la lista de violencias cometidas contra ella. Los barrios donde la ubicaban, eran zonas de alto riesgo, ella expresa que, la Fiscalía me metía a la boca del lobo. Su labor de acompañamiento y protección, no se brindaba de manera eficiente como debía ser.


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Fotografía: Ruta Pacífica de las Mujeres

“LA FISCALÍA ME METÍA A LA BOCA DEL LOBO.”

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LEY 1448 DE 2011, LEY DE VÍCTIMAS Y RESTITUCIÓN DE TIERRAS Después del 2005 la Ley de Justicia y Paz se vino aplicando con ciertos problemas, aunque logro alguna efectividad en la parte judicial y le sirvió de lobby a algunas negociaciones, esta no pudo cumplir las expectativas en el marco de la atención a las víctimas, lo que dio lugar a fuertes críticas que demostraron que una nueva ley era necesaria.

Estas críticas venían de parte de algunas organizaciones no gubernamentales que se dedicaban principalmente a defender los Derechos Humanos, en muchos casos con víctimas que después de ser asistidas se vinculaban a la organización y colaboraban con ella. Esta fue la primera vez que las víctimas se hicieron participes en la exigencia de una ley que las apoyara. Así nace la Ley 1448 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Esta nueva ley se dedica única y exclusivamente a la anhelada tierra prometida de las víctimas, y cuando se dice “tierra prometida” es parcialmente literal, ya que además de darles por derecho una reparación integral a las víctimas, que ayudará en gran medida a la construcción de un nuevo proyecto de vida, también obliga al Estado a devolver o al menos entregar una parcela equivalente de tierra a aquellas personas que la hayan perdido enzarzada en el conflicto.

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A pesar que el conflicto armado viene dejando una estela de víctimas desde hace más de medio siglo, sólo repara económicamente desde el 1 de enero de 1985, antes de esta fecha las víctimas serán apoyadas en la búsqueda de la verdad y la no repetición, pero no tendrían una reparación económica. Debido a sentimientos de exclusión, el parágrafo en el que se establece esta fecha fue demandado ante la Corte Constitucional, pero no pudo ser revocado debido que la decisión fue tomada por consenso y si se repara económicamente desde antes de esta fecha podría haber serios inconvenientes con la sostenibilidad fiscal de la ley. La norma considera víctimas a todas las personas que hayan recibido daños producto de la violación a los Derechos Humanos o el Derecho Internacional Humanitario, de la misma manera se considera víctima a el/la compañera. Se incluyen también a los familiares en


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación primer grado de consanguinidad, lo que fue demandado ante la Corte Constitucional porque excluía a los otros grados y violaba el derecho a la igualdad, pero no fue modificado ya que la Corte dictaminó que todas las personas que podrían sufrir algún daño de los contemplados de la ley, quedaría cobijada en este grupo. Esta norma está redactada con un enfoque diferencial, esta característica le da a la ley la capacidad de apoyar a las víctimas dependiendo de su situación y de la repercusión del conflicto armado en sus vidas, sumado a esto tiene en cuenta si pertenecen a minorías o si son mujeres.

del conflicto. Otras reparaciones son de tinte simbólico, consisten en que por medio de monumentos, exención del servicio militar, y días cívicos entre otras, el gobierno reconoce y valora el dolor y las dificultades vividas por el pueblo colombiano. Por otra parte, crea un Centro de Memoria Histórica donde se recopila información y se organiza para la reconstrucción del episodio de conflicto armado en Colombia. Y finalmente la ley ofrece la parte de asistencia. Esta sección se preocupa por suplir las necesidades de salud tanto psicológica como física, y ayuda a la persona a generar unas nuevas bases para entablar

“LA NORMA CONSIDERA VÍCTIMAS A TODAS LAS PERSONAS QUE HAYAN RECIBIDO DAÑOS PRODUCTO DE LA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS O EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO” Aplicando el enfoque diferencial, el gobierno empieza a reconocer las situaciones de cada víctima para darles acceso a la reparación adecuada. Reparaciones que son algunas de tipo económico, lo que permitía a la víctima recibir una parcela si la había perdido en el conflicto, y también una indemnización. Esta parte de la ley en algunos casos es desechada por las víctimas, porque ven en ella un intento del gobierno de tapar con dinero los vacíos afectivos consecuencia

sus relaciones sociales. También la ley procura facilitar los medios de educación necesarios a los afectados. Previendo que no todas las personas que son cobijadas por la ley saben cómo reclamarla, se incluye en la norma la creación de un programa llamado Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, estas 47 entidades a nivel nacional se dedican a implementar la política pública de atención y

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asistencia integral a las víctimas, en función de instruir y acompañar. El punto más preocupante de la ley, paradójicamente no es un punto. Las madres, padres y hermanos de los ‘falsos positivos’ no están incluidos, a pesar de esto, la ley no ha sido demandada ante la Corte Constitucional como en otras ocasiones. La razón que se da para que no se incluyan es que no son víctimas del conflicto, ya que no son víctimas directas de los combates entre los actores armados, esto lo explicó Ernesto Castaño, abogado de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Lo que excluye a las personas que son asesinadas por fuera de combates y luego presentadas como falsos positivos de apelar a reparaciones, y reduce el conflicto armado al mero escenario de combate, lo que es bastante preocupante.

“LA FISCALÍA HA HECHO LO QUE SE LE DA LA GANA. ”

Después de pertenecer al programa de protección de la Fiscalía General de la Nación, Petra dice, la Fiscalía ha hecho lo que se le da la gana. Como testigo activa le prohibieron hablar con otra entidad, éstas en diversas ocasiones se ofrecieron para brindarle garantías de seguridad

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y bienestar a ella y sus hijos, pero quienes la protegían en ese momento no lo permitieron. Me ha acompañado la Fiscalía, pero la fiscalía es… digámoslo así abiertamente: Es una entidad hipócrita, solo quiere que tú le apoyes, tengo varios procesos en los cuales estoy vigente, pero la fiscalía ni siquiera me ha llamado, la Fiscalía está buscando verdad, pero ¿qué verdad busca si a los testigos no nos llevan?, o sea, si yo soy testigo activa ¿qué pasa que no me llevan? ¿Por qué pierdo el derecho de saber la verdad en los procesos, a poder decir yo estaba, yo vi, por qué lo hicieron? ¿Quién lo hizo? Pero no, ellos no te permiten, o te sacan, te excluyen o simple y llanamente te esconden. Con disgusto e indignación, Petra expresa su posición. Esta mujer hace una retrospectiva, sus ojos denotan tristeza ante todo lo que le ha ocurrido en los últimos seis años, se considera un N.N, perdió su identidad, no puede trabajar, su nombre no puede figurar en ninguna parte, corre el riesgo que la encuentren de nuevo y sumarle a sus 22 desplazamientos forzados uno más. En diciembre de 2011 la Fiscalía la alojó en una región de Colombia, debido a la inseguridad se trasladó a una ciudad y después de transcurrir tres meses la Fiscalía reaparece en el momento que desean. Petra lleva casi un año a la deriva,


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sólo puede estar en tres partes del país por seguridad y actualmente no se encuentra en ninguna de ellas, pudo reencontrarse con su madre y abrazarla de nuevo, sin embargo hace unos meses se vio obligada a separarse de sus hijos, el motor de su vida, por protección para ellos. Actualmente, el jefe paramilitar del pueblo se encuentra extraditado y no puede ser juzgado por los crímenes de lesa humanidad en el país, Petra continúa esperando que la Fiscalía se pronuncie, cumpla y le brinde garantías de seguridad, verdad y justicia.

“ELLOS NO TE PERMITEN, O TE SACAN, TE EXCLUYEN O SIMPLE Y LLANAMENTE TE ESCONDEN. ” Hace poco le diagnosticaron una enfermedad, producto del primer abuso sexual, se encuentra batallando con ella, confiando en Dios, en que sanará y estará saludable para sus hijos, para compartir más años con ellos, ayudando y apoyando a su pequeño. Petra no desea adjuntar más denuncias de las violaciones sexua-

Fotografía: Rodrigo Grajales Las madres del silencio

les que ha sufrido, amenazas y hostigamientos, hace dos años maneja un bajo perfil en su trabajo como Defensora de Derechos Humanos, en el sitio que se encuentra cada día identifica problemáticas, pero ya me dan miedo hasta los problemas. No obstante, esta resistente mujer considera que, son cosas de la vida y gajes del oficio. A los líderes de Derechos Humanos, nos tienen miedo porque saben que nosotros no le

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tememos a ellos (…) Yo creo que en estos juicios y en estas vicisitudes de la vida, lo que estamos buscando más bien, es que pare la violencia para las mujeres, o sea a mí me pasó, pero no quiero que le pase a otra, y así sucesivamente. Saco valor de las cosas malas que me han pasado, aunque sí…a veces me atormenta, pero hay una cosa muy importante en la vida y es que de los malos ratos y de las malas experiencias siempre salen bonitas cosas, todavía encuentro sonrisas, todavía tengo sonrisas para dar. Petra, la mujer que valiente, la flor que sigue en pie pese a las adversidades que han atravesado y marchitado su vida, finaliza su relato con los ojos resplandecientes, anteponiendo la gran sonrisa que se dibuja en su rostro al caer el sol.

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“HAY UNA COSA MUY IMPORTANTE EN LA VIDA Y ES QUE DE LOS MALOS RATOS Y DE LAS MALAS EXPERIENCIAS SIEMPRE SALEN BONITAS COSAS, TODAVÍA ENCUENTRO SONRISAS, TODAVÍA TENGO SONRISAS PARA DAR. ”

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capĂ­tulo iv las mujeres quieren paz

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Fotografía: Mariel Bejarano Vásquez

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Fotografía: Ruta Pacífica de las Mujeres

Los diálogos de paz que se adelantan en La Habana, Cuba, iniciaron en septiembre de 2012. Según la encuesta ‘Colombia Opina-Especial Proceso de Paz’ adelantada por la firma Ipsos Napoleón Franco para la Gran Alianza de Medios: RCN La Radio, RCN Televisión, La FM y la Revista SEMANA, arrojó que el 77% de los colombianos dijo aprobar la decisión del Gobierno Nacional y las FARC-EP de adelantar las negociaciones de paz. Se realizaron 1.012 encuestas entre hombres y mujeres mayores de 18 años, de estratos uno a seis, residentes en 13 ciudades capitales del país con más de 200.000 habitantes, lo que equivale a una muestra representativa del 67% de la población urbana adulta. Con la intención de ponerle fin al conflicto armado en Colombia, las conversaciones en la mesa de negociación se darán bajo el principio que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. De esa manera los puntos a desarrollar en la agenda son los siguientes: Política de desarrollo agrario integral, par-

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ticipación política, fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas y víctimas. El pueblo colombiano está positivo, anhela que se enfríen los cañones de los fusiles. Hace ya bastante tiempo que no se veían unas propuestas de ideología en una mesa de negociación como está, lo que sin asegurar nada, es muy esperanzador. Para garantizar una amplia participación, se implementaron mecanismos para recibir propuestas de los ciudadanos y organizaciones, sobre los puntos de la agenda a través de medios electrónicos y físicos. La participación de las víctimas en sus mesas regionales están siendo leídas en La Habana. Ellos han enviado desde diversas partes del país propuestas para exigir sus derechos y aportar a los diálogos de paz. Este tipo de actos demuestran que en Colombia, por primera vez en mucho tiempo, se están incluyendo a los ciudadanos, organizaciones y víctimas del conflicto, en los proce-


Mujeres Unidas por la Justicia, Equidad y Reparación sos políticos para la construcción de un país en paz. “Yo soy muy optimista porque yo nací dentro del conflicto. Mi familia fue víctima de esta guerra, entonces uno quisiera como colombiano que esto ya fuera el postconflicto, este país se lo merece. Con más de 50 años en este conflicto, necesitamos subsanar la guerra y empezar a construir equidad para que este país sea el mejor vividero del mundo” agrega Mónica Gómez Marín, consejera para la paz de Risaralda. Petra, con una mirada que refleja la esperanza por la paz expresa, esperemos que de esa mesa de negociación en La Habana, salga alguna cosita buena, porque por lo menos lo grupos dijeron allá, “escuchemos a las mujeres a ver qué dicen”, ya por lo menos estamos en la cabeci-

ta de alguno de ellos, que eso es un paso muy grande. Por lo menos ya saben que existimos en Colombia.

“SE ESTÁN INCLUYENDO A LOS CIUDADANOS, ORGANIZACIONES Y VÍCTIMAS DEL CONFLICTO, EN LOS PROCESOS POLÍTICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN PAÍS EN PAZ.”

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¿LA REPARACIÓN INTEGRAL ES POSIBLE?

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La reparación se define como las medidas de asistencia a las víctimas sobrevivientes del conflicto, para ayudarlas a reconstruir su proyecto de vida. El objetivo es deshacer los daños causados durante el acto que las convirtió en víctimas. Se debe abordar en lo posible todo el sufrimiento padecido. Ana Bahena, psicóloga de la Universidad Católica de Pereira, perteneciente a la Ruta Pacífica de las Mujeres afirma, “lo que dice la ley es que las víctimas tienen derecho a una verdad, una justicia, una reparación y unas garantías de no repetición. Para que haya justicia y reparación primero tiene que haber verdad, se debe rescatar esa verdad y esa memoria de las mujeres para no caer en el olvido. Existe la reparación simbólica, la indemnización, medidas de rehabilitación, de satisfacción y las garantías de no repetición para las víctimas. La reparación integral de una víctima no es posible, porque es todo el conjunto, se puede dar desde una medida u otra, sin embargo es muy complicado. El Estado o bien les pagan y se olvidan que necesitan una atención psicológica, que necesita un empleo entre otras cosas. Hay casos en los que las víctimas se quedan sólo con lo que el Estado les dé, pero si en muchos ocasiones no se da la atención completa que deberían tener las víctimas de nuestro país”.

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Ilustraci贸n: Francisco Javier Parra

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Eliza: El día que el Estado acepte: “Sí, nosotros ma-

tamos esos muchachos, no eran guerrilleros, pero teníamos que cobrar la platica, eran órdenes del señor Uribe entonces eso había que hacerlo, pero señora su hijo no era un guerrillero” ese día me reparan a mí. No busco ninguna reparación económica, buscar una indemnización por parte del Estado es hacerlo más fuerte a él. ¡Listo! matemos toda esa gente, les damos dos pesos de lo que ellos mismos pagan y se hace más fuerte el victimario y esa no es mi idea. (…) Yo nunca voy a volver a ser la misma de antes. Mi vida cambió totalmente, en mi relación con las personas, con los otros hijos, con la vida misma, porque miedo no tengo, yo ya tuve que enterrar mis dos hijos, con mi alma entera se fueron, de ahí para adelante lo demás vale nada.

Petra: No nunca habrá reparación integral, ni la

mía ni la de nadie. Primero los desplazamientos, es el dejar de ser tú misma, todo lo poco o lo mucho que tú poseas, (…) ¿y a dónde voy a llegar?, voy a llegar como un N.N porque nadie me conoce. Volver a mi tierra es no poder, porque si yo llego allá me van a matar; qué me van a dar un dinero, con eso no me quitan la intranquilidad que tuve todos estos años, las enfermedades que haya cogido, el terror que viví durante este tiempo, entonces digamos daños psicológicos sí, físico moral, verbal de todo, eso no lo va.

Dahiana: Pues... la reparación económica sí ayu-

daría mucho porque nosotros lo perdimos todo y con ayuda de psicólogas podría ayudar a repararme, pero... son cosas que no se pueden olvidar, eso no recupera la vida de mi hermano, eso fue muy duro para nosotros. Es tan horrible recordar eso.

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LOS SUEテ前S DE LAS MUJERES...

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Eliza: Estoy dejando que mis sueños sean más

grandes que mis miedos, y que mis acciones sean más fuertes que mis palabras. Mi mayor sueño es lograr ver el día en que se haga justicia y se reconozcan los crímenes de lesa humanidad y violación de Derechos Humanos. Los sentimientos que me bloquean son el odio y la tristeza. No hay que quedarse callado, el silencio nos mata uno a uno, porque se calla la verdad, no hay justicia, y siguen haciendo lo que les da la gana con uno.

Dahiana: Mi sueño sería tener unos ingresos para

tener mi propia microempresa para laborar. Estoy validando, me encuentro en octavo y noveno, estoy muy cerca de obtener mi bachiller y salir adelante. Además quisiera estudiar en el Sena, estoy muy contenta porque me gusta estudiar.

Petra: Sueño con resarcir el daño que tenemos

mi familia y yo, para estar en tranquilidad. Fueron muchos años separados, años donde había odio y rencor. Quiero poder estar en paz, estar con mis hijos y con mucho amor servirle a Dios de corazón.

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¿QUÉ PAÍS SUEÑAN TODOS?

Fotografía: Mariel Bejarano Vásquez

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Dahiana: Me sueño un país sin guerra, sin conflicto, sin importar donde esté viviendo, quiero un país en paz.

Gloria Escobar: No un país, si no un mun-

do. Yo me sueño un mundo en el que no exista la propiedad privada. Un mundo en el que no exista la diferencia entre seres humanos. Un mundo en el que las personas podamos desplegar las potencialidades que tenemos. Un mundo en el que no existan fronteras. ¡El planeta es de todos!. Donde tenga libertad de viajar y alimentarme de lo que produce la tierra, donde cada cual pueda realmente vivir con dignidad, ese sería el mundo que yo soñaría.

Eliza: Yo sueño un país donde no haya ningún tipo de violencia, porque no puede ser que vivamos en un país de tanta violencia, en el hogar, en las calles, es terrible. Un país con condiciones para vivir, para poder vivir en democracia, y la frase de moda ‘justicia social’. Un país donde haya igualdad de derechos, un país que sea de todos y de cada uno, para esos niños que se están criando, por eso que bueno un país sin violencia para esas nuevas generaciones. Que la lucha de las mujeres sea incluir lo femenino, es necesario reclamar el lugar que finalmente le corresponde a todas las mujeres del mundo, que como género se nos respete, porque las mujeres hemos hecho un trabajo en toda la historia que no ha sido reconocido, entonces se debe reconocer el trabajo de la mujer.

Sonia Pachón: Me sueño un país con oportuni-

dad de trabajo, un país con justicia, con educación, donde la tierra sea equitativamente repartida entre hombres y mujeres, porque el conflicto

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armado de este país es por la posesión de la tierra y la falta de oportunidades, y la posibilidad de decir voy a vivir en una ciudad tranquila.

Liliana Salamanca: Yo me sueño con una

Colombia, donde lo único que sea radical sea la democracia, yo considero que esa es la democracia que debemos implementar. Una Colombia donde todas las posiciones del mundo puedan caber, no van a ser amigas todas y lo sabemos, pero tenemos que tener unos mínimos donde podamos convivir. Entonces…a mí me gustaría salir a un proceso electoral, donde hayan banderas de todos los colores, con todos los símbolos y con todas las perspectivas políticas e ideológicas y uno pueda estar tranquilo y estar parado donde quiera. Donde no sea asustado porque tiene un color verde, rojo, amarillo o el que tenga, pero sobre todo donde la gente no se muera de hambre, donde la gente pueda tener la capacidad de estudiar y cuando estudie pueda tener la capacidad de decidir que quiere hacer con su libertad política. Donde las mujeres seamos tan válidas como los hombres y los niños como los adultos y los niños como los viejitos, donde hayan muchas formas de hacer el mundo y de ver la vida. Donde los homosexuales si se quieren casar, se casen y si no pues que no se casen, pero que no se les persiga por una cosa o por la otra. Donde si hay concepciones de que sanar la vida tiene que ver con meditar pues que lo hagan, y si sanar la vida tiene que ver con hospitalizarse y ponerse medicinas pues también que se pueda hacer, pero que no tengamos que ser perseguidos por ninguna de esas libertades, yo creo que eso es lo que es vivir.

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Petra: Un país donde haya paz, justicia, verdad

y equidad. Donde todos los seres humanos, seamos vistos a la misma medida y con los mismos derechos. Donde las mujeres puedan sonreír y las familias se puedan integrar. Habiendo paz y justicia es un país donde hay alegría. Donde los niños ríen, donde no van a haber armas. Donde no va a haber nada malo, todo va a ser bueno.

Ernesto Castaño: Yo aspiro que de pronto mis hijos que ya están grandes y ya son otra generación, que han conocido el conflicto armado, y de pronto los hijos de ellos, logren un país con total paz, sobre todo en esos lugares donde se llevó tanta barbarie y tanto derrame de sangre, puedan convivir en paz. Se va a dar un cambio muy grande en nuestro país cuando verdaderamente llegue la paz. Uno aquí en las capitales pues de pronto nos vamos a alegrar, pero ellos que lo han sufrido, que puedan transitar libremente, que puedan transitar sus ganados, que no sean víctimas de extorsión, ni de amenazas, ellos si van a sentir el cambio y seguramente eso va a hacer que Colombia sea un país más próspero y más agradable.

Ana Bahena: Yo sueño un país donde haya jus-

ticia social, donde hombres y mujeres podamos convivir libres, donde las víctimas no sean víctimas sino que sean personas resilientes de una guerra y que a partir de esa resiliencia y de esa sobrevivencia logremos construir un mundo mejor para los niños y niñas que van a seguir transformando lo que nosotros hacemos. Sueño con menos pobreza, porque considero que si la pobreza no existiera no habría violencia, y sueño con muchas mujeres de todos los colores siguiendo enrutadas caminando y acompañando con abrazos de sororidad a quienes los necesitan siempre, sueño con un país lleno de muchos colores.

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Mónica Gómez Marín: Un país donde el

conflicto armado cese, donde las posibilidades para todas las personas sean las mismas, (…) yo me sueño con que en este país todo el que quiera hacer algo, lo pueda hacer. Y que la diversidad la entendamos como una ganancia más del país, que si aquí hay indígenas, que si hay afros, que si hay personas con diferenciación sexual, religiosa, política, sea comprendido como una forma de enriquecernos. Colombia es un país desgastado por la guerra y la impunidad. Los ciudadanos desean paz y para construirla es necesario que a las víctimas del conflicto armado se les brinde garantías de verdad, justica, reparación y no repetición. Mujeres como Dahiana, Petra y Elisa tienen algo en común, fueron atravesadas por la angustia, la tristeza y el dolor, en situaciones que no eligieron vivir. Las huellas de la guerra están plasmadas en sus memorias y cuerpos, sin embargo son valientes y resisten ante las adversidades. Ellas reflejan las historias de miles de hombres y mujeres en Colombia que buscan verdad y justicia. Son mujeres que sueñan, no desfallecen, son inquebrantables, desean una vida libre de violencia y un país justo, equitativo y reparado.

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AGRADECIMIENTOS Julián Jaramillo Calderón Juan Camilo Aguirre Garzón Ana María Flórez Bueno Francisco Javier Parra Mariana Jaramillo Carolina Muñoz Céspedes Abelardo Gómez Molina Mariel Bejarano Vásquez Diana Cristina Hernández Liliana Salamanca Gloria Inés Escobar Rodrigo Grajales Sonia Pachón Ernesto Castaño Mónica Gómez Marín Ana Bahena Eliza Petra Dahiana Ruta Pacífica de las Mujeres Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas

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Fotograf铆a: Rodrigo Grajales

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Fotograf铆a: Rodrigo Grajales

Comunicaci贸n Social y Periodismo. Universidad Cat贸lica de Pereira. Junio, 2013


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