Nuestra historia Solidaridad en Marcha (SEM) es una asociación del Movimiento de Vida Cristiana, que como porción de la Iglesia Católica, quiere promover la solidaridad cristiana en el horizonte del llamado a la nueva evangelización. Para ello SEM sale al encuentro de los pobres y necesitadas, a fin de realizar proyectos de evangelización y promoción humana, que dispongan a la persona, la familia o la comunidad a ser agentes solidarios y organizados de su propio desarrollo integral. Bajo este horizonte, y enraizado en los principios del pensamiento social católico, Solidaridad en Marcha implementa numerosos programas y servicios en las áreas prioritarias de salud, educación, familia, proyección comunitaria y ayuda solidaria. Todo esto se hace posible gracias a la cooperación de voluntarios, empresas e instituciones que buscan vivir la caridad y la solidaridad con los pobres, y que fomentan que ellos la vivan entre sí, construyendo así una cultura de solidaridad cristiana, más fraterna, justa y reconciliada. Junto con otras iniciativas apostólicas, Solidaridad en Marcha forma parte de la Familia Sodálite.
Solidaridad en Marcha (SEM) surgió en 1988, promovida por laicos profesionales, voluntarios y jóvenes que buscan crear condiciones de vida digna para los pobres, realizando trabajos de evangelización y promoción humana, en zonas de pobreza extrema. SEM surgió con el fin de promover el desarrollo integral de las personas más necesitadas, alentando en ellas la vivencia de la solidaridad y buscando que sean protagonistas de su propio desarrollo mediante una participación activa. Los trabajos se iniciaron cubriendo las necesidades básicas de alimentación, vestido, salud física, desarrollo espiritual, trabajo, educación y promoción de la familia.
campañas de material de estudios y becas solidarias. Desde las escuelas solidarias ofrece también cursos de capacitación en asistencia geriátrica, dental e infantil, y en especialidades de salud. En los últimos años se han organizado los cursos de cómputo, administración, idiomas y los centros de enseñanza para la construcción y la alimentación.
El trabajo de voluntarios y profesionales que impulsaba el programa de salud primaria e integral en las zonas marginales de Lima y Callao, llevó luego a la construcción de centros de salud y la organización de una red de botiquines populares y postas de salud en Lima, Callao y Arequipa. Ante la necesidad de llegar a zonas de escasa atención médica surgieron las unidades móviles de salud. En el año 2001 se inauguró el Centro de Rehabilitación Germán Doig, recordando así a quien fuera un gran impulsor de las obras de SEM. Actualmente se brinda cerca de 300,000 atenciones médicas al año a través de los servicios médicos que organiza en Perú, Colombia, Ecuador, Brasil y Costa Rica. En las favelas de Rio de Janeiro SEM construyó escaleras públicas y repartía subsidios alimenticios, para luego extenderse a las ciudades de Niteroi, Sao Paulo y Petrópolis en Brasil. En 1990, en medio del terrible shock económico en el Perú, SEM implementó más de 100 comedores populares, para atender a 50,000 personas por día. Al tiempo que distribuía almuerzos en la calle en zonas tugurizadas del puerto del Callao, implementó el Albergue San Lucas, para acoger enfermos terminales y ancianos abandonados en 1993. La ayuda se fue extendiendo con nivelación escolar, talleres infantiles, alimentación a través de comedores populares, capacitación laboral y organización de microempresas. La ayuda solidaria se fue acompañando con centros de educación inicial, escuelas para padres, y programas de educación, alimentación y alojamiento de manera temporal para niños en abandono económico y moral. Hoy SEM brinda servicios en las áreas de educación inicial, escolar, laboral y técnica, además de apoyo a miles de familias a través de
En la lucha contra la pobreza, SEM ha implementado en estos años obras de infraestructura urbana y comunitaria en poblaciones necesitadas , alentando las iniciativas de los pobladores y su participación en las mismas. También ha ayudado a través de campañas de donación, programas de padrinazgo, préstamos para la microempresa y bancos de materiales. En el año 2002 Solidaridad en Marcha recibió el Premio Esteban Campodónico por su aporte de servicios a la sociedad, y afirman valores de solidaridad y convivencia que se encuentran en la identidad cultural. En los últimos años la labor de SEM se ha ido desarrollando a través de los Centros Solidarios, que constituyen espacios de acogida y encuentro para los más necesitados. Iniciados en Colombia, estos centros se han organizado también en Brasil, Perú, Ecuador y Costa Rica A lo largo de estos años la asociación Solidaridad en Marcha ha implementado múltiples proyectos y servicios de ayuda solidaria en los diferentes países donde está presente el Movimiento de Vida Cristiana, involucrando personas e instituciones que han aportado su grano de arena en la tarea de construir una cultura de solidaridad cristiana.
QUÉ QUEREMOS Queremos crear condiciones de vida dignas para todas las personas cuya dignidad y derechos humanos se encuentran amenazados, atendiendo sus necesidades de manera integral.
Los programas de Solidaridad en Marcha buscan atender de manera integral las realidades y necesidades más importantes y urgentes de la persona, la familia y la comunidad.
Queremos difundir el pensamiento social católico, porque en su rica trayectoria encontramos los fundamentos para una acción solidaria y eficaz. Queremos construir una Cultura de Solidaridad Cristiana, donde se viva el amor, especialmente el amor por los más necesitados.
La acción social de SEM se canaliza principalmente a través de los Centros Solidarios. Los programas que se desarrollan en ellos buscan atender todas las realidades y necesidades de la persona, comprendiendo al ser humano como una unidad integral. A través de grupos de trabajo y la organización comunitaria en los Centros Solidarios los pobladores trabajan conjuntamente con voluntarios de SEM, organizando servicios de atención, proyectos sociales y labores comunitarias buscan construir el bien común. Así han surgido iniciativas como tiendas solidarias, repartición de alimentos, talleres de alfabetización, brigadas de salud, escuelas de padres, consejería familiar y psicológica, consultorios profesionales, servicios médicos, educativos y otros orientados a cubrir las carencias que se encuentran en la comunidad.
Los servicios de salud con los que SEM atiende a las poblaciones más pobres están compuestos por Policlínicos y Centros de Salud, con amplias especialidades, servicios, unidades quirúrgicas y grupos de promotoras de salud; Centros Materno-Infantiles creados para la atención de mujeres gestantes y recién nacidos de escasos recursos; Centros de Rehabilitación donde se brinda terapia física, terapia de lenguaje, terapia de aprendizaje y terapia ocupacional; Unidades Móviles en oftalmología, servicio dental y medicina general; Brigadas de Salud que organizan
campañas de prevención, promoción y atención primaria en salud; y el servicio Buen Samaritano que permite acompañar integralmente al enfermo, anciano o discapacitado y su familia, brindando atención, consuelo y solidaridad a quienes se encuentran en condiciones de fragilidad.
integral pre-escolar a niños de poblaciones pobres entre los 3 y 5 años de edad; organizando los Talleres de Alfabetización que se orientan a las primeras letras, el refuerzo académico o el acompañamiento del aprendizaje en la escuela; ofreciendo formación en Talleres San Pablo para niños y jóvenes de escasos recursos a través del desarrollo de habilidades y actividades recreativas; educando los Talleres Laborales en oficios, artes y manualidades, que permiten mejorar las condiciones de vida; y desarrollando programas especializados en los Centros de Estudios Solidarios de asistencia geriátrica e infantil, auxiliares de salud, computación, administración, idiomas, y técnicas de construcción y alimentación.
La dimensión educativa es otra necesidad que Solidaridad en Marcha viene atendiendo a través de Centros de Educación Inicial que ofrecen educación
NUESTROS FUNDAMENTOS La persona Porque el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, posee una dignidad única como persona, como ser abierto a la comunicación, capaz de escucha y respuesta, de diálogo y comunión. La promoción de la familia Porque no existe verdadera promoción humana, ni amor preferencial por los pobres, si no se parte de los fundamentos mismos de la persona y del ambiente en que tiene que desarrollarse según el proyecto del Creador: la familia. La comunidad solidaria Porque la comunidad constituye el entorno inmediato al que la persona y la familia se integran respondiendo a la naturaleza social de todo ser humano, donde todos están invitados a ser generosos y contribuir con la forja del bien común.
La familia es uno de los pilares del trabajo solidario de SEM, porque constituye la primera y fundamental sociedad en la que la persona descubre la dimensión de convivencia. Por ello la familia es alentada por SEM impulsando las Escuelas para Padres orientada a los padres y madres de familia en la relación de pareja, la educación de los hijos y la administración del hogar; ofreciendo el servicio de Consejería y Orientación Familiar con asesorías, consejería y acompañamiento psicológico en los diversos temas relacionados al proceso de maduración de los esposos y padres, de sus hijos y familias; brindando orientación y apoyo integral a las personas y familias en la comprensión de sus derechos y obligaciones mediante la Asesoría JurídicoLegal; y fortaleciendo la formación integral de la niñez con el Club de Niños.
En la lucha por la pobreza SEM promueve la participación de las personas en las obras comunitarias dotando de infraestructura urbana y social en las áreas de saneamiento, servicios comunitarios e infraestructura ambiental; proporcionando a las comunidades de lugares dignos para celebrar la fe y lograr un fortalecimiento espiritual; colaborando en la construcción de viviendas que permitan elevar las condiciones de vida de sus integrantes; y contribuyendo a la investigación que permite orientar los esfuerzos de manera orgánica para un desarrollo integral.
El trabajo solidario de SEM articula una serie de servicios dirigidos a atender las necesidades de alimentación, vestido, albergue y catequesis. Por ello viene implementando los Consultorios profesionales que brindan ayuda de modo personalizado; involucrando a los
Apóstoles de la aurora, que ofrecen un servicio de acompañamiento a niños, jóvenes, adultos de la calle y en la calle; organizando Pan para mi Hermano, servicio que proporciona un suministro semanal de un complemento de la canasta básica familiar; administrando las Tiendas Solidarias, mediante una campaña permanente de recolección, adecuación y venta subsidiada de prendas de vestir y artículos nuevos y usados en buen estado; ofreciendo en los Comedores Comunitarios un complemento alimenticio a los más necesitados; trabajando de manera integral la calidad de vida en los Talleres para Ancianos; y ofreciendo vivienda y protección a quienes están en situación de abandono en los Albergues para Ancianos. SEM llega también a lugares alejados de difícil acceso y escasa cobertura de servicios básicos para brindar salud, educación y formación laboral en los lugares rurales más pobres.
Ser voluntario es una experiencia gratificante de servicio desinteresado y mucha generosidad. En Solidaridad en Marcha hay varios modos de vinculación para realizar un voluntariado: ya sea contribuyendo desde la profesión prestando servicios profesionales de modo personal o comunitario en todos los servicios de SEM; cuidando personas mediante el acompañamiento a niños, jóvenes, madres gestantes, ancianos o discapacitados; colaborando en campañas solidarias, mediante la convocatoria, difusión y recolección de víveres, ropa, útiles, equipos, y cualquier otra necesidad; y finalmente formando un grupo de trabajo, que puede colaborar en la planificación de un proyecto conjunto, en un Centro Solidario y en la ejecución de actividades en una o varias de las áreas prioritarias de SEM.
En la Cadena de Solidaridad de SEM, reúne a numerosas empresas, instituciones y personas jurídicas que sensibles con la carencia y el dolor humanos asumen el compromiso por cooperar en la construcción de una cultura de solidaridad cristiana. Esto viene realizándose a través de convenios de cooperación con diversas instituciones que han permitido a SEM implementar servicios y proyectos mediante el financiamiento de instituciones locales y agencias internacionales; logrando compromisos de apoyo económico entre las instituciones locales o internacionales y los diversos servicios y proyectos que SEM administra; recibiendo los servicios profesionales que las distintas empresas o instituciones puedan brindar en los distintos proyectos o en la organización general; y acogiendo también donaciones en dinero, materiales o servicios, de empresas e instituciones para cualquier proyecto que pueda constituir un espacio para vivir la solidaridad.
De manera muy sencilla, mediante el compromiso personal de un padrino SEM busca ayudar a personas que requieren de una mano solidaria. Por ello viene ofreciendo programas como Adopta un abuelito, que atiende las necesidades básicas de un anciano en estado de abandono, para ayudarlo a conseguir condiciones dignas en la última etapa de su vida; las Becas Solidarias, que consiste en becas escolares para niños de escasos recursos cuyos padres no pueden pagar su educación inicial; y Una vida en tus manos, dando respuesta a las necesidades espirituales y materiales de muchas mujeres jóvenes que esperan un bebé y ofuscadas por el momento piensan que el aborto puede ser una alternativa, ayudando a nacer al niño.
Solidaridad en Marcha, organiza campañas de donaciones, invitando ya sea personalmente, con compañeros de estudio o trabajo, o a través de instituciones o empresas a participar solidariamente. Así organiza la Campaña del Kilo que recolecta alimentos no perecibles en lugares de acopio en distintas instituciones, para ayudar a familias en condiciones de pobreza extrema; la Caja del Amor, por la que una familia dona una caja de víveres a una familia pobre para compartir la alegría de la Navidad; Abrigando Corazones, dotando a ancianos durante el invierno de sábanas, colchas y frazadas para los meses fríos del año; y Caritas Felices o Educando Sonrisas, por las que niños de escasos recursos reciben mochilas, cuadernos, lapiceros, y otros útiles básicos para que puedan así iniciar sus estudios escolares.
Solidaridad en Marcha busca tender “puentes de solidaridad” para contribuir a la reconciliación social de las personas y comunidades, generando una corriente de solidaridad cristiana que se extienda a todas las naciones. En la construcción de estos puentes de solidaridad ha sido y viene siendo fundamental la colaboración de personas, grupos e instituciones que desde los países desarrollados han venido prestando su trabajo voluntario, su asesoría, su apoyo financiero. Invalorable es también la ayuda en oraciones e intenciones que permiten sostener con el auxilio divino todas las obras encomendadas. De esta manera Solidaridad en Marcha viene trabajando por una corriente que se funda en la comunión entre las personas, los pueblos y naciones que prestan su ayuda solidaria de unos hacia otros, buscando la construcción de una cultura de solidaridad cristiana, donde se viva la justicia, la fraternidad y la reconciliación.