- El Investigador OVNI NO CREE, INVESTIGA. Y para investigar debe alejarse de sus propios prejuicios que enturbian su labor. - Existe una sola clase de investigador ovni, no dos. Las investigaciones de campo y de “salon” son complementarias. - No investigamos ovnis, sinó testimonios de personas que afirman haber visto ovnis. - Los objetos voladores no identificados son nada más que ovnis, sin agregados extras. - Es imposible acceder directamente al fenómeno para poder investigarlo dado la fugacidad del mismo. - Sin testimonios no hay ovnis. Por lo tanto una huella, o cualquier otra manifestación en que no se halle presente un potencial testigo, no necesariamente nos remite al fenómeno en si.
Si deseas colaborar o contactar con Alternativa Ovni escribí a: alternativaovni@gmail.com
Colaboraron en éste número
• Alejandro Agostinelli • Andres Salvador • Luis Emilio Annino • Milton Hourcade • Rubén Morales
Si deseas colaborar o contactar con Alternativa Ovni escribí a: alternativaovni@gmail.com
Los conceptos, juicios y opiniones expresados en los artículos serán responsabilidad de los autores.
Se autoriza la reproducción total o parcial de lo publicado en “Alternativa Ovni”. Se agradecerá citar la fuente.
En los tiempos que corren realizar un boletín o revista en formato papel y más dedicado al tema ovni, parece una tarea un tanto ilógica.. Con la posibilidad que nos brinda Internet de distribuir todo más fácilmente y llegar a más personas, éste formato pareciera un “sin sentido”. Sin embargo estoy seguro que muchos sabrán apreciar el volver a tener entre sus manos el viejo y querido papel, más cuando éste viene cargado de frescas noticias y artículos. Y eso me propuse con la elaboración de éste humilde boletín. Seguramente tendrá muchas fallas que confío se irán corrigiendo en próximos números. Cómo así también la participación de interesados e investigadores en éstas páginas. Para quienes no me conocen simplemente debo decir que soy uno más entre tantos que un buen día, allá por mediados de los ´80 (en los años del globo-ovni que surcó los cielos de nuestro país y de las correrías de José De Zer en el Uritorco) reparó en un fenómeno que se sucede a nivel mundial, y quizás desde que el Hombre tiene conciencia: Las declaraciones de innumerables personas (diversas profesiones y niveles culturales) alrededor de nuestro planeta manifestando la presencia de extraños fenómenos aéreos, la visualización de “seres” anómalos, tomados muchas veces como visitas extraterrestres. La finalidad de éste boletín será el tratar de dilucidar y hallar respuestas en lo posible a éstos enigmas. Y la mejor manera, creo, es desde la sensatez, la honestidad a la hora de transmitir un hecho y aceptar (cuándo las circunstancias lo permitan) las evidencias. Sin fanatismos ni redentorismos que en más de 60 años de “existencia” del fenómeno no han aportado nada convincente. No quiero dejar de agradecer a quienes colaboraron gentilmente enviando sus artículos: Alejandro Agostinelli, Andres Salvador, Milton Hourcade, Luis Emilio Annino y Rubén Morales. Como así también a quienes brindaron apoyo con felicitaciones y palabras de aliento: Luis Burgos, Andrea Pérez Simondini, José Alberto Tunich, Pablo Omastott, Carlos Ferguson, Bibiana Bryson, Iván Orenstein, Daniela Ciancia, Marcelo Martinich, Gustavo Fernandez. Sin más, los dejo con el primer número. Espero que sea de su agrado y hasta pronto! Carlos Sainz
El alcance mundial y la profundidad histórica del fenómeno OVNI Han pasado más de 65 años del célebre avistamiento que el piloto privado Kenneth Arnold(1) tuviera el 24 de junio de 1947, a bordo de su avioneta Callair A-2, de 9 extraños objetos volando en formación en las inmediaciones de Mount Rainier, Washington, EE.UU. La prensa de la época señaló que lo observado por Arnold eran “platillos voladores”, término que alcanzó fama y enorme difusión en ese entonces, provocando una creciente acumulación de reportes de casos OVNI, no sólo en el país norteamericano, sino también en el resto del mundo. Es el incidente Arnold el que, según los ufólogos, dio inició a la era actual o contemporánea del fenómeno OVNI. Una era actual que tiene antecedentes históricos inmediatos(2) al mismo, como los cohetes fantasmas escandinavos de 1946 o los famosos Foo-Fighters observados durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) tanto en Europa como en el teatro de batalla del Pacífico. Medio siglo antes, hacia 1897, se tuvieron noticias en EE.UU. de unas extrañas naves voladoras (Airships) que asolaron el oeste de este país. Más lejos en el tiempo, algunos autores consideran que determinados restos arqueológicos, expresiones artísticas (grabados, pinturas, esculturas, etc.) y textos antiguos constituyen registros de la presencia de estos raros artilugios en la Antigüedad, tal como señalara el Dr. Richard Stothers(3) en su artículo “Unindentified Flying Objects in Classical Antiquity”.
Dado que los informes de avistamientos de fenómenos aéreos inusuales han sido recogidos en una gran parte del mundo y a lo largo del tiempo, es inevitable que surjan diversas preguntas tales como ¿qué son?, ¿para qué vienen?, ¿de dónde vienen?
La Hipótesis Extraterrestre (HET) y los OVNIs Planteadas estas preguntas, y en especial la última, se hace necesario ensayar posibles respuestas(4) sobre el posible origen de estos artefactos desconocidos, las que constituyen las distintas hipótesis explicativas del fenómeno OVNI. En primer lugar es necesario descartar todos aquellos incidentes que puedan ser explicados como vehículos aeroespaciales de manufactura humana, secretos, o al menos no conocidos popularmente (drones, aviones “invisibles”, satélites artificiales, Estación Espacial Internacional), a aquellos que respondan a alucinaciones o interpretaciones equivocadas de objetos conocidos (explicados por la Hipótesis Psico-Social o HPS), y a aquellos relacionados con fenómenos naturales meteorológicos (rayos en bola, auroras boreales, nubes lenticulares) y astronómicos (meteoritos, Venus, otros cuerpos celestes).
Una vez que se logra una explicación razonable para un determinado número de casos OVNI, los que lógicamente dejarán esa condición de “no identificados”, quedarán aquellos que contando con testigos válidos, y con suficiente y calificada información, no lograrán ser explicados con las categorías previamente mencionadas y entran en una que se la definiría como de “desconocidos”. Estos casos suelen situarse entre el 5% y el 10% de los casos denunciados según los diversos grupos y organismos de investigación de fenómenos aéreos no identificados, valores que no deben ser despreciados. Es en este punto cuando a estos “desconocidos” se les trata de adjudicar un origen posible. Para algunos se tratarían de viajeros del tiempo, para otros de avanzadas civilizaciones intraterrenas, también se señala que podrían venir de otras dimensiones de nuestro Universo o de otros universos (multiversos). Por último, está la Hipótesis Extraterrestre (HET) (5) que explica a los OVNIs como naves espaciales provenientes de otros cuerpos celestes (planetas y/o lunas) y que son empleadas por civilizaciones extraterrestres para visitar la Tierra, tal vez empleando el hiperespacio o los agujeros de gusano. Si bien la comunidad astronómica no niega la posibilidad de que exista vida en otros rincones del Universo, los astrónomos suelen argumentar que las grandes distancias
interestelares constituyen una seria limitante a la propuesta de los “visitantes de otros mundos”.
La importancia de la Astrobiología en el estudio del fenómeno OVNI y la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre Señala Juan Pérez Mercader (6) que “la Astrobiología es una nueva ciencia que surge de la necesidad de investigar el origen, presencia e influencia de la vida en el Universo. Es una rama del conocimiento relativamente reciente, pues su punto de partida se puede situar en 1998, cuando la NASA creó el NASA Astrobiology Institute (NAI)”. La Astrobiología es transdisciplinar, ya que vincula a ciencias tales como la Astronomía, la Astrofísica, la Biología, la Química, la Geología, la Informática, la Antropología y la
Por su parte, Annalee Newitz destaca (7) que si bien no tenemos evidencia directa (aún) de que hay vida en otros planetas, lunas, o en el espacio interestelar, los científicos creen que la vida está ahí, a la espera de nuestro encuentro. Y brinda algunos argumentos que son propios de la Astrobiología: 1. Extremófilas en la Tierra: ¿La vida podría evolucionar y sobrevivir en un mundo radicalmente diferente de la Tierra? La respuesta parece ser afirmativa, si se tiene en cuenta que la Tierra alberga extremófilas u organismos que pueden sobrevivir en condiciones extremas de calor, frío, productos químicos venenosos (para nosotros), e incluso en el vacío. En otras palabras, sabemos que la vida puede sobrevivir en las condiciones que hemos visto en otros planetas y lunas. Sólo que no la hemos encontrado todavía. 2. Evidencia de precursores químicos para la vida en otros planetas y lunas: La vida en la Tierra probablemente evolucionó a partir de reacciones químicas que eventualmente formaron las membranas celulares y proto-ADN. Pero esas reacciones químicas originales pueden haber comenzado con compuestos orgánicos complejos -tales como ácidos nucleicos, proteínas, carbohidratos y lípidos- en la atmósfera y el océano. Existe evidencia de que estos "precursores de la vida" están
presentes en otros mundos. Titán tiene algunos en su atmósfera y los astrónomos también los han descubierto en el rico entorno de la Nebulosa de Orión. 3. Número en rápida expansión de planetas similares a la Tierra: Durante la última década se han descubierto cientos de planetas extrasolares, algunos incluso están en la "zona de Ricitos de Oro" alrededor de sus estrellas, lo que significa que orbitan a una distancia que podría producir temperaturas similares a las de la Tierra. Parecería probable que uno de ellos acoja a alguna forma de vida. 4. Diversidad y tenacidad de la vida en la Tierra: La vida evolucionó en la Tierra en condiciones extremadamente difíciles y logró sobrevivir a megavolcanes, impactos de meteoritos, eras de hielo, sequías, acidificación de los océanos y radicales cambios atmosféricos. También hemos visto la increíble diversidad de vida en nuestro planeta en un período relativamente corto de tiempo, geológicamente hablando. La vida es muy tenaz. ¿Por qué no pudo afianzarse en una de las lunas de Saturno, o en otro sistema solar? 5. Misterios que rodean cómo se originó la vida en la Tierra: Una teoría común es que la vida unicelular simple evolucionó en otra parte -tal vez Marte- y vino a la Tierra en el interior de meteoritos. Esta teoría se llama panspermia y sugiere que la vida en la Tierra surgió debido a la vida en otros planetas. 6. Creciente evidencia de que los océanos y los lagos son comunes, al menos en nuestro sistema solar: La vida en la Tierra se originó en el océano, por lo que se deduce que este podría ser el caso en otros mundos. Ahora hay una fuerte evidencia de que el agua fluyó libremente alguna vez en Marte; y la luna de Saturno, Titán, tiene mares de metano, así como ríos que fluyen a través de su superficie. La luna de Júpiter Europa, se cree que tiene un océano enorme, calentado por el núcleo de la luna y completamente cubierto de una gruesa capa protectora de hielo. Cualquiera de estos mundos podría haber albergado vida en algún momento, o en la actualidad. Esta visión claramente optimista de los astrobiólogos nos indica que ellos consideran que la vida está allí afuera y que sólo resta encontrarla. No mencionan platillos voladores o naves extraterrestres. Pero si una civilización tecnológicamente desarrollada como la nuestra llegara un día a encontrar alguna forma primitiva de vida en otro planeta, las posibilidades de que existan civilizaciones avanzadas en el Universo se dispararían y la Hipótesis Extraterrestre (HET) cobraría fuerza, y al menos una de las preguntas, ¿de dónde vienen?, tendría su respuesta. Por lo tanto, considero necesario que los ufólogos se mantengan informados sobre los últimos descubrimientos en materia de Astrobiología, ya que en cualquier momento nos encontraremos con que la verdad, esto es la existencia de vida extraterrestre, está allá afuera, en algún lugar del vasto Universo.
(1) Project 1947. The Kenneth Arnold Page: en http://www.project1947.com/fig/1947ka.htm (consultado 19 de enero de 2013). (2) List of reported UFO sightings: en http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_UFO_sightings (consultado 19 de enero de 2013). (3) Stothers, Richard, "Unidentified Flying Objects in Classical Antiquity". The Classical Journal 103.1 (2007) 79-92": en http://rbedrosian.com/Downloads/Stothers_CJ_2007.pdf (consultado 19 de enero de 2013) (4) Hipótesis sobre el fenómeno ovni: en http://es.wikipedia.org/wiki/Ufolog %C3%ADa#Hip.C3.B3tesis_sobre_el_fen.C3.B3meno_ovni (consultado 19 de enero de 2013)
(5) Hipótesis extraterrestre: en http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_extraterrestre (consultado 19 de enero de 2013) (6) Juan Pérez Mercader, Astrobiología. "La vida como consecuencia de la evolución del Universo": en http://www.cab.inta.es/es/astrobiologia (consultado 19 de enero de 2013) (7) Annalee Newitz, “7 Good Reasons Why There Might Be Life on Other Planets”: en http://io9.com/5969106/7-good-reasons-why-there-might-be-life-on-other-planets (consultado 19 de enero de 2013)
EL 20 DE AGOSTO de 1948 el célebre astrónomo Clyde Tombaugh (4 de Febrero de 1906 – 17 de Enero de 1997) que en 1930 descubrió PLUTÓN vió en compañía de su mujer e hija un OVNI. Según el mismo refirió <<distinguí súbitamente en el cenit de seis a ocho rectángulos luminosos cuyo conjunto formaba una figura rigurosamente rígida. Aquellos rectángulos emitían una violenta luz verde y bien pronto mostraron ser los ventanales de una nave sin alas ligeramente luminosa”>>. Con la observación de Tombaugh se rompió el mito de que los observadores más cualificados como los astrónomos no veían OVNIS…
Debido al hecho de que todos hemos nacido de mujer, adquiere gran importancia la hipótesis del profesor de inglés de la Universidad de California Alvin H. Lawson, el cual en el año 1.981 y en unión del investigador W.C. Mc. Call, dieron a conocer esta hipótesis (HRP) como una teoría "comprobable" para los pretendidos secuestros por extraterrestres, ya que según esta teoría todo nacido de mujer es susceptible de sufrir una abducción, o sea esas rememoraciones inconscientes hallarían su probable origen en el trauma del
nacimiento humano. La forma circular o discoidal del ovni representaría el útero materno; los tubos y haces de luz que "absorben" a la víctima del secuestro sería el paso del feto a través de la vagina; las puertas o compartimentos observados en los ovnis podrían identificarse con la abertura del cuello uterino; los rasgos morfológicos de los raptores (pequeños, frágiles, macrocéfalos) recuerdan en cierto modo al feto humano, etc.
Jacques Vallée y Janine "Desafío a la ciencia: El enigma OVNI” de 1966 ... El hecho de que desde 1946 numerosas personas de todos los países han hecho informes detallados de los eventos que consideran extraños, misteriosos, a veces aterradores, merece atención. Aunque muchos de los informes se pueden remontar a los fenómenos naturales, tenemos la intención de demostrar que, después de los inevitables errores y los engaños obvios son eliminados, los informes revelan características comunes, poseen un alto grado de coherencia interna, y parece ser el resultado de la exposición de los testigos a un conjunto de circunstancias inusuales.
Desde que los ovnis aparecieron en la escena pública hubo entusiastas que se reunían en grupos con fines de investigación, luego vinieron congresos; redes y federaciones que buscaban generar vínculos y consensos entre esos grupos. Ahora es el turno de los "cafés ufológicos", ya han florecido diez en otras tantas ciudades argentinas: El primero surgió en Buenos Aires y se lo bautizó "RIO54" porque las reuniones se iniciaron y continúan actualmente en el Café de la Subasta ubicado en la Calle Río de Janeiro N° 54. Luego la movida se extendió a Rosario, Colón, Mendoza, Corrientes, Unquillo, La Plata, Santa Fe, Santa Rosa y no podía faltar Capilla del Monte, tratándose de este tema!. Esta nueva modalidad de encontrarse entre interesados y estudiosos de los ovnis alrededor de una misma mesa, da el marco propicio para que la charla fluya como sucede en toda reunión informal de amigos. En esencia, es un grupo de conversación al que se asiste libremente. No se trata de fijar grandes metas y definir líneas ideológicas a cumplir, sino dialogar, cada cual desde su enfoque, aceptando la diversidad de ideas, porque "pensando diferente somos iguales", así lo creímos el colega y amigo Mario Lupo y un servidor cuando en 2010 realizamos la primera reunión RIO54. Eramos sólo 4 personas y aún así la consideramos un éxito, el principio de algo que no imaginábamos. Entonces convinimos reunirnos todos los meses, convocando abiertamente a quienes quisieran sumarse. El motor de esa decisión fue romper el aislamiento individual que domina nuestra época y recuperar el gusto por las charlas de café en un clima de amistad. Bien ha diagnosticado el filósofo Noam Chomsky que "esta es una sociedad en la que la gente está sola. Es casi sociopático. La gente no se junta para hablar, quedan atrapados en la televisión, en el consumo de bienes". Internet también promueve el aislamiento, las "redes sociales" nos obligan a permanecer solos por horas frente a la pantalla en la engañosa fantasía de que compartimos con "amigos virtuales" que en realidad están en igual soledad. A menudo, la virtualidad conduce a malentendidos y agresivas polémicas, no pocas veces contra adversarios ficticios. Las redes sociales crean fuertes fantasmagorías respecto a cómo es realmente el interlocutor virtual, el que está del otro lado, fantasmagorías que solo se rompen con el encuentro directo, cara a cara, donde un gesto, una palabra, un apretón de manos nos muestran las cosas como son. Por eso en los cafés ufológicos siempre hay alguien que dice a otro con asombro: "¡Ahh! yo te tengo como amigo en Facebook, pero no te imaginaba así!". Todo el mérito de los cafés ufológicos es reunir a la gente y promover la conversación. El diálogo rompe el aislamiento individual y refuerza la identidad de cada uno al expresarnos y sentir que nos escuchan. Es dejar de ser espectadores de lo que radian masivamente los medios, para empezar a ser protagonistas de otras historias que rara vez llegan a la prensa pero son las que en verdad nos interesan.
Para lograr esos resultados, los cafés ufológicos comparten unas pocas pero efectivas reglas que sirven para sostener su continuidad en el tiempo y compartir una misma dinámica de funcionamiento, más allá de las distancias: -Periodicidad previsible. Los cafés se reúnen mensualmente con un cronograma fijo. En el caso de RIO54 el día de reunión es el primer jueves de cada mes a las 18,30. -Asistencia libre. No hace falta inscribirse, registrarse o ser invitado, tampoco es preciso justificar antecedentes en el tema. Con estar interesado y asistir en fecha y hora, alcanza. -En un local público y abierto a todos (bar, confitería, restaurant). -Sin fines de lucro. Cada asistente sólo paga su consumición. Naturalmente, a título personal pueden aprovechar la reunión para intercambiar o promocionar libros, DVDs, revistas, etc. -Isegoría. La libertad de palabra es esencial, según el antiguo principio griego de "isegoría": Todos tienen igual derecho para hablar. -Hay coordinadores, no "directores" ni "presidentes". Distribuyen la palabra uno o más coordinadores, en el empeño de que todos (todos) los concurrentes puedan expresarse libremente. -Sin condicionantes. Las reuniones no se filman ni se graban, para poder expresarnos con absoluta libertad, como corresponde a una charla informal de café. Hay tema libre y agenda abierta. Hasta puede hablarse de política o religión si el enfoque tiene algo que ver con los ovnis. -Sin censura. Cada asistente es libre de hacer los comentarios que quiera, naturalmente bajo su responsabilidad, como corresponde, aceptando las respuestas del grupo y escuchando a los demás. -Sin obligaciones ni tareas a futuro. Asistir a una reunión no implica compromiso alguno para ir a las siguientes. Uno va cuando quiere y deja de ir cuando quiere, sin necesidad de justificarse. -Informe y foto. Una vez que están todos reunidos se toma una foto grupal y se la difunde con los nombres de los participantes, así como un resumen de lo que se dijo, como testimonio de lo sucedido. En el diseño de los cafés ufológicos hemos tomado como antecedentes otras iniciativas anteriores, tales como las t e r t u l i a s R I F O ( R e u n i ó n d e Investigadores del Fenómeno Ovni) que se realizaban en el tradicional Café Tortoni de Buenos Aires en la década de 1990, coordinadas con excelencia por Jesús Roberto Róvere, así como mantuvimos largas consultas on-line con Gérard Lebat, organizador de "Les Repas Ufologiques" (Comidas Ufológicas) que han tenido mucho éxito en Francia, y también fueron bien recibidas las sugerencias de Virgilio Sánchez Ocejo que realiza encuentros de investigadores en Miami, Estados Unidos, desde hace muchos años. Los cafés ufológicos han abierto un nuevo camino para la comunicación entre interesados en el apasionante tema ovni, dando lugar a la creación de la Red Argentina de Cafés Ufológicos, que permitirá concretar proyectos en conjunto a corto plazo.
Cuando con Mario Lupo lanzamos RIO54, hace ya tres años, no imaginábamos el crecimiento sostenido en cantidad y calidad de los participantes y menos aún soñábamos que surgirían nuevos cafés ufológicos en otras ciudades del país, con la amistad y solidaridad como comunes denominadores. Finalmente, deseo expresar el más sincero agradecimiento a todos y todas quienes colaboraron de alguna manera para que esto sea hoy una realidad, así como Mario y yo alentamos a los que quieren abrir un café ufológico en sus lugares de origen y les brindamos todo el asesoramiento para realizarlo con éxito, en base a la experiencia que hemos capitalizado en este tiempo. Más información en rio54ovni.blogspot.com - rio54ovni@gmail.com
POSIBLE ASIMILACION DE LOS HUMANOIDES DEL CASO TORRENT (1965) A MODELOS MITICOS PERSISTENTES EN EL IMAGINARIO SOCIAL DE CORRIENTES Por Andres Salvador los monstruos (definidos por Bruno Roy en Aspectos de la marginalidad en la Edad Media, pág. 71, como los extraterrestres de la Edad Media)… Jacques Le Goff, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval En enero de 19651 en Estación Torrent, localidad ubicada en el Departamento General Alvear de la Provincia de Corrientes (Argentina) se habría producido un incidente con criaturas humanoides que tiene una importante repercusión en los medios2 y la literatura sobre el fenómeno OVNI3. La posterior investigación de Roberto Banchs permite establecer una sustantiva discrepancia entre la experiencia de los testigos y la información sobre esta. Con la finalidad de aportar elementos que contribuyan a explicar esta diferencia, lo que nos proponemos aquí es examinar la posible asimilación de estos humanoides a modelos míticos persistentes en el imaginario social de Corrientes, en la construcción del relato del encuentro. Los hechos de Torrent. Existen distintas versiones de los hechos de Torrent, dos de las cuales se encuentran en el libro de Antonio Ribera, América y los OVNIS (1974), de donde tomamos a título de ilustración, la presentada originalmente en el boletín de la Comisión Observadora de Objetos Voladores No Identificados (CODOVNI) de Buenos Aires4, cuyo corresponsal en Corrientes, Rialto Flores, habría conversado con Carlos Souriou, hermano de uno de los protagonistas: “Este es el relato del señor Souriou: esa noche su hermano mayor y algunos peones salieron a cazar tatú y al regresar a la casa vieron unos bultos en la oscuridad, eran bultos bajos, de medio metro, más o menos, por lo que un peón le dijo a su hermano: "son enanitos, patroncitos, vamos a atropellarles a machete", y sacando su machete intentó atacar a los "enanos". En ese momento ocurrió algo raro, el peón quedó con el brazo derecho paralizado y los "enanos" se 1
Posiblemente entre el viernes 1 y el sábado 2 de enero de 1965, sobre esto véase Banchs, 2012. La primera información es publicada por el diario El Territorio de Posadas (Misiones – Argentina) del 31 de enero de 1965, luego en Crónica, Matutina, 10 febrero 1965, y Clarín, Buenos Aires, 14 febrero 1965 (Banchs, 2012, en particular notas 1, 3 y 5). 3 Cf. Aimé Michel et al, Los Humanoides, ed. Pomaire, Barcelona, 1967, trad. cast. de Antonio Ribera, pp. 151-152; Antonio Ribera, OVNIS en Iberoamérica y España, ed. Plaza & Janes, Barcelona, 1980, pp. 134-136; y Brad Steiger, Contactos con Extraterrestres, ed. EDAF, Madrid, 1978, trad. cast. de Rafael Lassaletta, pp. 151-152. 4 “Informaciones auténticas sobre platos voladores en la República Argentina”, 1965, pp. 1-2 (Banchs, 2012: nota 4); la otra versión es la publicada por el diario El Territorio citado en nota 2 (Ribera, 1974: 84-85) que aquí solo reproducimos fragmentariamente en notas. 2
agrandaron hasta 2.50 metros o menos de alto, entonces su hermano les hizo un disparo con un rifle automático calibre 22 que llevaba consigo, y aquí ocurrió otro misterio, no salió ningún tiro a pesar de que el rifle jamás había fallado. Dice que cambiaba la bala de la recámara y tampoco salía; al verse indefensos huyeron hacia la casa y se encerraron. Otro misterio: de fuera entraba una luz a través de las paredes de madera, iluminaba todo, su hermano menor casi quedó loco de miedo, le daba ataque de nervios y le tapaban con cajas, etcétera, para que no viera la luz. Después de un rato y creyendo que se habían ido los "bichos" como decían los peones, su hermano salió para poner en marcha la camioneta que tenían frente a la casa, no vio a nadie y al llegar al coche le rodearon los hombres sin que se explique de dónde salieron. Su hermano corrió hacia la casa seguido por esos seres y los peones al oír el tropel que venía y pensando que eran los "bichos" cerraron las puertas dejándolo fuera, éste gritó y los peones abrieron la puerta en momentos en que le alcanzaron los hombres y uno de ellos le pasó la mano por la barriga y la cintura cuando él saltó adentro y volvieron a encerrarse. Después de un largo rato salieron de nuevo, los peones se acostaron boca abajo en la camioneta y se fueron a otro campo que poseen en las cercanías. Como los peones no querían ir más al campo tuvieron que trasladarlos a otro campo y a uno despedirlo porque era demasiado el miedo que tenía. Cuando estaban encerrados, los peones ofrecían cada cual más paquetes de velas a los santos. Agregó Souriou que a lo mejor los gigantes estaban al principio acostados o sentados, por eso parecían bajos y después se habrán levantado. Lo mismo los ojos, él no asegura, dice a lo mejor eran reflectores5. Hay que tener en cuenta que se burlaron mucho de ellos. Dice que contar no es nada, había que ver esos instantes horribles que pasaron. En ningún momento vieron aparato alguno. La mano que le tocó a uno no era como la nuestra, parecía de pelos o algo así, no sabe explicar." (Ribera, 1974: 85-87).
La encuesta de Roberto Banchs. En un artículo publicado bajo el título Torrent, Cts.: Estuvieron los Marcianos, Roberto Banchs (2012) presenta los resultados de una investigación del caso hecha en 1992, que lo llevó al lugar de los hechos así como a entrevistar a Luis Héctor Souriau, testigo del caso y a Carlos Souriau, presunta fuente de la información de Flores 6. De la misma surge el contraste entre la información difundida en torno al asunto y el testimonio de sus protagonistas: “El episodio de Torrent nos alerta, también, acerca del manejo poco estricto de la información y del modo en que se propalan los rumores. Justamente, a partir de la percepción de unas luces y bultos a distancia, y del comentario que de ellos se hicieron en un apartado pueblo rural7, y de los cuales abrevó un diario de la región8. Sin cerciorarse o acreditar los dichos. Logrado el asombro de aquellos lectores, los retoños irían a extenderse por el mundo (…) son tan pobres los datos registrados por los testigos, que apenas puede suponerse lo que describen: bultos, y luces inciertas a la distancia, en la espesura boscosa que rodea una laguna. En el interior de la casa, unas asustadas personas sabidas que -por aquella época- los platos voladores aparecían por todas partes” (Banchs, 2012).
La construcción social de lo real en el caso Torrent. Los resultados de la investigación de Banchs nos llevan a preguntar si la discrepancia entre la información difundida y los testimonios por el obtenidos hace necesario, en función que la realidad se construye socialmente, que se deba atender a la teoría mitológica del cosmos (Berger y Luckmann, 2011: 216) que la construcción del relato9 del caso Torrent podría tener como matriz. Si como afirman Julio Cesar Espinola y Luis G. Acosta Rivellini: “La sociedad correntina tuvo (y aún exhibe) todos los rasgos de las sociedades tradicionales. En el plano de la estatificación social, en la preservación de valores de fuerte tradición histórica y en los rasgos de una cultura con características de singularidad inconfundible” (Espinola-Acosta Rivellini, 1993: 190), es posible que estemos frente a un proceso propio de las sociedades tradicionales por el cual, según explica Mircea Eliade, debido a que en estas la memoria popular difícilmente retiene acontecimientos individuales y figuras auténticas, se reducen los acontecimientos a categorías y los individuos a arquetipos, de modo que: “El personaje histórico es asimilado a su modelo mítico (héroe, etc.), mientras que el acontecimiento se incluye en la categoría de las acciones míticas (lucha contra el monstruo, hermanos enemigos, etc.)” (Eliade, 1985: 46). Desde luego que la idea de asimilación en los términos de Eliade no deja de ser problemática ya que en la construcción del relato del caso Torrent concurren otros factores como el de la incidencia del proceso de secularización propio de la transición de una sociedad tradicional a una moderna (Germani, 1979: 89-168) y la irrupción en un medio rural de elementos típicos de la vida urbana (Recasens Siches, 1958: 442-450) y sus consecuentes resistencias y conflictos (Germani, 1979: 144-149). Así en el caso, se advierte cierto conocimiento del fenómeno OVNI (Ribera, 1974: 84). 5
En la versión de El Territorio, se describe a los humanoides “con un solo ojo a la altura de la frente y además con un artefacto ubicado en la cabeza que proyectaba un denso haz de luz” (Ribera, 1974: 84-85). 6 De la investigación de Banchs (2012) surge que Carlos Souriau no recuerda haber hablado con Rialto Flores. 7 Según El Territorio: “En Torrent estuvieron los marcianos", así decían algunos vecinos de esa cercana localidad correntina, después de lo ocurrido a un agricultor de la zona. La noticia circuló rápidamente y se formaron ruedos para comentar el caso” (Ribera, 1974: 84). 8 Sobre esto véase en Banchs (1994), La información periodística, pp. 23-42. 9 De particular valor las observaciones de Banchs (1994), La triada testigo, estimulo e informe, pp. 100-130.
Humanoides y modelos míticos. El fondo mitológico de Corrientes resulta, siguiendo a Alfredo Vara, de un proceso de sincretismo, de las viejas creencias animistas guaraníes con las creencias cristianas con: “fuertes componentes animistas subyacentes y una multitud de creencias medievales europeas, muy ligadas a la vida cotidiana y la naturaleza” que resulta “en una anónima construcción espiritual colectiva que se constituyó en la religiosidad popular campesina de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX en buena parte de la región de la Cuenca del Plata” (Vara, 1985: 28). Es a este fondo que debemos atender al examinar, en la construcción del relato del caso, la posible asimilación de los humanoides, identificados con “marcianos” (Ribera, 1974: 84)10 en lo que podría entenderse como un enmascaramiento de una figura mítica11, a modelos míticos persistentes12 en el imaginario social (Castoriadis, 2007) de Corrientes que aquel fondo informa. Para ello señalaremos aquí, aquellos isomorfismos que es posible establecer entre los humanoides y figuras míticas como el Pombero, el Yasy Yateré, el Curupí y la Pora13. En esto nos serviremos de una de las tricotomías del signo propuestas por Charles S. Pierce conforme lo usa Martha Blache en su insustituible libro Estructuras del Miedo – Narrativas Folklóricas Guaraníticas (1982: 44) 14:
1. Nivel Icónico = como se percibe sensorialmente a la figura mítica: CT: Inicialmente los humanoides son percibidos como “bultos bajos”, “enanos” de medio metro, más o menos, pero que posteriormente se agrandan hasta 2.50 metros o menos de alto, la mano “no era como la nuestra, parecía de pelos o algo así”. FM: El Pombero es generalmente pequeño y peludo pero en ocasiones se lo describe alto y a veces son percibidos como un bulto (Blache, 1982: 51); el Yasy Yateré es un ser pequeño (Blache, 1982: 64); el Curupí es un ser pequeñito (Blache, 1982: 76); la Pora es descripta como un bulto (Blache, 1982: 85).
2. Nivel indicial = como expresa su actuar: CT: En presencia de los humanoides, el brazo del peón que intenta agredirlos con un machete se paraliza, el rifle con el que se dispara sobre ellos falla, están asociados a “una luz (que) a través de las paredes de madera, iluminaba todo”, persiguen e intentan atrapar a uno de los testigos. FM: El Pombero puede tener un comportamiento agresivo (Blache, 1982: 53); el Yasy Yateré puede poner en práctica poderes destructivos o aniquiladores (Blache, 1982: 66); el comportamiento agresivo de la Pora es motivado porque el receptor le dispara, y entre las respuestas a ello, la Pora puede perseguirlo e infundirle temor (Blache, 1982: 86).
3. Nivel simbólico = como la valoriza el informante: CT: Los humanoides producen miedo, son llamados “bichos” por los peones15, la mano “no era como la nuestra”. FM: El Pombero presenta formas y características humanas pero a veces es mostrado como un animal, se lo describe como un ser peludo (Blache, 1982: 56); el Yasy Yateré puede ser muy malo (Blache, 1982: 69). La noche y la caza del tatú En el CT los hechos se producen de noche, “vieron unos bultos en la oscuridad”, precisamente esta es el actante que coadyuva a la percepción del Pombero, también denominado Caraí Phujaré = Señor de la noche (Blache, 1982: 51 y 52). En la oscuridad: “las formas se 10
Ver Banchs (1994), La alegoría marciana en la hipótesis extraterrestre, pp. 43-55. Sobre este asunto véase también de Eliade, Mito y realidad, ed. Labor, [Colombia], 1994, trad. cast. de Luis Gil, en particular el capítulo IX, Pervivencia del mito y mitos en mascarados, pp. 170-200; sobre la mitología camuflada cf. Eliade, Lo sagrado y lo profano, ed. Labor, Barcelona, 1992, trad. cast. de Luis Gil, ver Lo sacro y lo profano en el mundo moderno, pp. 169-179. De consulta necesaria sobre la relación de la creencia moderna en los OVNIS y sus tripulantes con mitos y materiales legendarios tradicionales, es el libro de Jacques Vallée, Pasaporte a Magonia, ed. Plaza & Janes, Barcelona, 1976, trad. cast. de Antonio Ribera. 12 Respecto a esta persistencia es de interés AAVV, Leyendas en historietas, Gobierno Provincial, Corrientes, s.f. 13 En punto a la relación entre secuestros realizados por entidades no humanas, como el Pombero y el Yasi Yateré, y la experiencia de abducción, véase a Juan Acevedo y Néstor Berlanda, Los Extraños, ed. Emecé, Buenos Aires, 2000, pp. 53-54. 14 Adviértase que aquí solo consideramos una de las versiones del caso Torrent (en adelante CT) así como algunas notas de las figuras míticas (en adelante FM) que presenta Blache. 15 Para esta remisión de los humanoides a lo animal atiéndase lo señalado, a propósito de la metafórica animal en la antropología clásica, por Yves Michaud, Violencia y política, ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1989, trad. cast. de Cristina Sardoy, pp. 160-161. 11
vuelven confusas e indefinidas (…) tiene connotaciones de quietud y soledad o provoca asociaciones con horas y lugares que reúnen estas características, como el monte, la siesta, los riachos o las cavidades de los árboles. La noche es lo misterioso, es el momento propicio para oir ruidos extraños (…) es muy raro ver al Pombero de día” (Blache, 1982: 52-53). La noche también es el momento coadyudante para percibir a la Pora (Blache, 1982: 85). Aun cuando la siesta es un actante coadyuvante en el caso del Yasy Yateré16, esta es una voz guaraní que significa “fragmento de luna” (Blache, 1982: 63). Un dato de no poco interés es el que los protagonistas regresaban de cazar tatú, y esto porque nos remite a la función tutelar del monte y su fauna de ciertas entidades17 como el Caá Pora, que puede presentarse bajo la forma de una mujer o de un hombre (Perkins Hidalgo, 1987: 18). Escribe Juan B. Ambrosetti: “En Goyaz (…) los indios tienen también su leyenda sobre la Caá-Porá. Cuando encuentran una piara de cerdos silvestres y los exterminan, se les aparece, montado en el último cerdo, el Caá-Porá (…) a cuya vista los matadores quedan idiotizados para toda la vida18, de modo que se guardan muy bien de acabar las piaras, y siempre dejan algunos vivos. Esta última leyenda es muy sabia, porque trata de poner freno a la destrucción completa de un animal” (Ambrosetti, 1947: 46). A modo de conclusión. De lo expuesto surge que en una primera aproximación al asunto, es posible establecer en el CT un relativo isomorfismo, en cada uno de los niveles analizados, entre los humanoides identificados como “marcianos” y las figuras míticas, probablemente enmascaradas tras ellos, que persisten como modelos. Pese al carácter problemático de la asimilación, es significativo, a partir de lo expuesto, el interés que para la investigación empírica del relato de un caso, tiene el conocimiento del universo simbólico que lo legitima (Berger y Luckmann, 2011: 229). Bibliografía Ambrosetti, Juan B. 1947: Supersticiones y Leyendas. Buenos Aires, ed. Pingüino-Lautaro, 1947. Banchs, Roberto 2012: Cts.: Estuvieron los Marcianos. en Investigación del Dr. Roberto Banchs a propósito del presunto incidente con criaturas humanoides en la localidad de Torrent en Corrientes (Argentina) en enero de 1965, OVNIS en Corrientes, 23 de junio de 2012. http://ovnisencorrientes.blogspot.com.ar - Última visita: 22/1/2013. Banchs, Roberto 1994: Fenómenos aéreos inusuales – Un enfoque biopsicosocial. Buenos Aires, ed. Leuka, 1994. Berger, L. Peter y Luckmann, Thomas 2011: La construcción social de la realidad. Buenos Aires, ed. Amorrortu, trad. cast. de Silvia Zuleta, 2011. Blache, Martha 1982: Estructuras del miedo. Buenos Aires, ed. Plus Ultra, 1982. Castoriadis, Cornelius 2007: La institución imaginaria de la sociedad. Buenos Aires, ed. Tusquets, trad. cast. de Antoni Vicens y Marco-Aurelio Galmarini, 2007. Eliade, Mircea 1985: El mito del eterno retorno. Barcelona, ed. Planeta-Agostini, trad. cast. de Ricardo Anaya, 1985. 16
Del mayor interés sobre esta figura mítica y su relación con el fenómeno OVNI, es el artículo de Ricardo Mello Vargas, Iasyiatere, en Cuarta Dimensión, nº 9, Mayo de 1974, La etimología guaraní en relación a lo insólito, Nota III, pp. 16-17; también Gustavo Fernández, ¿Dioses cosmonautas en la mitología guaraní?, Norte, Resistencia, miércoles 27 de diciembre de 2000, Textos, p. 24. 17 Agradezco al Señor Ramón de la Rosa López (79) haberme llamado la atención sobre esta relación. 18 Según el relato de Carlos Souriau recogido por Flores, “su hermano menor casi quedó loco de miedo” (Ribera, 1974: 86) y a uno de los peones tuvieron que despedirlo “porque era demasiado el miedo que tenía” (Ribera, 1974: 86).
Espinola, J. Cesar y Acosta Rivellini, Luis G. 1993: Percepciones sobre la realidad política y social de Corrientes. En Revista de Estudios Regionales, Segunda época, Nº 2, Octubre 1993, pp. 189-205. Germani, Gino 1979: Política y sociedad en una época de transición. Buenos Aires, ed. Paidos, 1979. Perkins Hidalgo, Guillermo 1987: Leyendas y supersticiones del Iberá. en Corrientes entre la leyenda y la tradición, Todo es Historia, Capitulo 7, Buenos Aires, octubre de 1987, pp.14-34. Recasens Siches, Luis 1958: Tratado general de sociología. Mexico, ed. Porrua, 1958. Ribera, Antonio 1974: América y los OVNIS. México, ed. Posada, Serie La Otra Cara - Colección Duda Semanal 95, 1974. Vara, Alfredo 1985: Corrientes en el mundo guaranítico. Todo es Historia, Capitulo 3, Buenos Aires, agosto de 1985.
ANDRÉS SALVADOR Es Abogado y Profesor de Ciencias Jurídicas. Se interesa en el Pensamiento simbólico y en el contexto de su pérdida social y sus consecuencias; asimismo se ha dedicado al estudio de la persistencia del pensamiento mitológico y su relación con el fenómeno OVNI. Es administrador del blog OVNIS en Corrientes http://ovnisencorrientes.blogspot.com.ar/ que presenta notas e información sobre el fenómeno y su manifestación en el ámbito de esa Provincia. Es responsable del Café Ufológico de Corrientes, como también miembro de la Acadèmie d'Ufologie de Francia. Está dedicado a la elaboración de un catálogo de los casos registrados documentalmente en la Provincia de Corrientes entre 1947 y 2001.
Curiosa ilustración aparecida en el Diario La Argentina del año 1910. “Aventuras en el planeta Marte” es su título. Décadas antes de la masificación de la imagen ovni y alienígena, aquí encontramos similitudes más que notables tanto en el aspecto de los seres cómo en sus naves. Imagen “rescatada” por Roberto Banchs
El campo de la Ovnilogía –o Ufología, como algunos también lo llaman-- se ha vuelto tan turbio, tan impreciso, tan mezclado y de baja calidad, que cuando miro el actual panorama, me acuerdo del tango “Cambalache” cuando dice: “¡Todo es igual!, ¡nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos, ni escalafón. Los ignorantes nos han igualao.” Y esta igualación de los ignorantes, no es hacia arriba, ascendente, tratando de llegar a lo que otros hemos llegado y a donde estamos, sino que es descendente, es hacia abajo. Cualquier improvisado, que se sintió alguna vez atraído por el tema, porque el mismo ha sido presentado como algo misterioso, como algo de otros mundos, y alrededor del mismo se han tejido innúmeras teorías conspiranoicas, ha querido meterse en el tema, y luego de leer un par de libros, verse varios documentales, y hablar con algunos amigos que más o menos piensan parecido, ha decidido “investigar” y –lo que es peor—difundir el tema Ovni. Para eso, se crea una página Web o un Blog, se suben videos a YouTube, se arma un programa de radio, o se edita un boletín. ¡Y ahí vamos!, ya sacó “patente de ovnílogo”. Es facilísimo después de todo. Desde la ignorancia todo vale, y todo sirve. Pero no le sirve al tema, no le sirve a la investigación y estudio del mismo, y no le sirve a la sociedad toda. Hay una gran confusión sobre el encare del tema en general, y sobre qué es investigar, en qué consiste la tarea de investigación, y luego la del estudio pormenorizado de un caso, y finalmente cómo se llega a una conclusión. No hay título académico La primera gran desventaja que el tema Ovni ha sufrido hasta el presente, es que no hay cursos a nivel universitario que preparen adecuadamente a investigadores. Que enseñen acerca de fenómenos naturales de tipo astronómico, meteorológico, óptico, que eduquen sobre satélites artificiales, y lanzamientos espaciales, que informen sobre las tecnologías de punta en materia aeronáutica, y de algunos otros productos de la tecnología humana. Asimismo, que den las bases para educar a los futuros investigadores acerca de su tarea específica. El material e instrumental con el que hay que contar. La técnica de entrevista a los testigos, la recolección de muestras. El posterior trabajo de análisis de materiales eventualmente recogidos, el diálogo con científicos especializados, y la reunión de todo ese material con el cual es posible abordar a una conclusión. Y finalmente, cómo clasificar al caso, dentro de una tabla de valores. El curso también tiene que preparar al investigador en el conocimiento de fenómenos psicológicos y paranormales, los efectos de campos electromagnéticos intensos sobre los lóbulos del cerebro, la generación de alucinaciones, etc. El investigador necesita también conocer la historia del fenómeno y su investigación
hasta el presente, y las diferentes personalidades y personajes que han ido participando del mismo a través de su historia. El quién es quién. Para no confundirse y seleccionar adecuadamente con quiénes se va a vincular y con quiénes no. Un curso semejante implica además, la lectura de unos cuantos libros, para tener un panorama suficientemente amplio sobre las diversas opiniones expresadas por distintos autores, sus enfoques, y un análisis crítico de dichas obras. A falta entonces de un curso semejante, cabe por un lado, destacar que hay un gran vacío que llenar. Por otro lado es bueno conocer algunas iniciativas llevadas a cabo con ese propósito. Así se puede señalar que el astrónomo Walter N. Webb, hace años, dictó cursos sobre el tema en Estados Unidos. Arthur Bray, canadiense, estudioso del tema y autor del libro “Science, the Public and the UFO” (La Ciencia, el Público y los OVNI) – Bray Book Service, Ottawa, 1967; dictó un curso de Ovnilogía en el Algonquin College. La información data de 1998. El Dr. David Jacobs, profesor de Historia, es un abductólogo y dicta regularmente un curso titulado “UFOS and American Society” (Ovnis y la Sociedad Estadounidense) en la Temple University, de Filadelfia, Pennsylvania. Asimismo en Estados Unidos, Unidos el tema OVNI aparece en ciertos cursos dedicados a otras materias, como un punto de un programa en el que se consideran las “pseudo ciencias” o “para-ciencias” como se tipifican a la acupuntura, e incluso a la parapsicología. Allí se ubica la Ovnilogía. A vía de ejemplo, a Dra. Mary Kathleen Cunningham, Profesora Asociada de Filosofía y Religión del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales perteneciente a la Universidad Estatal de Carolina del Norte, dicta un curso sobre Filosofía de la Ciencia donde analiza lo que califica de “pseudociencias” bajo las cuales incluye: Parapsicología, Ovnilogía, Sexología y Acupuntura. En Italia hubo una oportunidad en que se dio realmente un curso sobre el tema. La información que poseo indica que dicho curso lo condujo por el año escolar 2002-2003, Danilo Tacchino, quien fue anfitrión de su clase en las aulas de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Turín, para un ciclo de una treintena de lecciones sobre “La Verdadera Historia de los Discos Volantes”. El curso fue clausurado con una conferencia de Edoardo Russo sobre “Técnica y Metodología de la Entrevista a los Testigos”. Hasta donde sé, dicho curso no volvió a repetirse. En lo que a mi respecta, en 1982 dicté el primer curso teórico-practico de investigación y estudio del fenómeno OVNI, en Montevideo, Uruguay, del cual surgió la última generación de investigadores del CIOVI. (Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados) del cual fui fundador, en abril 29 de 1958, junto con otros colegas, y que permaneció trabajando durante 50 años, hasta abril de 2008, cuando cesó en sus actividades. Con el mismo propósito de contribuir a una adecuada tarea de investigación de campo, estudio y clasificación de casos, en 1989 escribí el libro “Elementos de Ovnilogía” que en su versión actualizada en 2012, estoy en condiciones de enviar por correo electrónico, gratuitamente, a toda persona que se interese en tenerlo. Este libro es una Guía para la Investigación, y comprende las técnicas de investigación, la entrevista a los testigos, el estudio y posterior clasificación de un caso.
Finalmente puedo decir que en 2012 he elaborado el material básico para un curso teórico-práctico para la formación de investigadores, que –de hacerse los arreglos adecuados—estoy en condiciones de dar cuando se me pidiera. Un curso así, en tanto no sea dado en el ámbito universitario no puede expedir un título de Experto en Fenómenos Aéreos Inusuales, o Fenómenos Aéreos Anómalos, pero sí puede expedir un Certificado de Asistencia que habilite a realizar las tareas propias de investigación y estudio del tema. Lo que ha ocurrido históricamente Ante la ausencia de cursos adecuados, y por tanto la falta de educación formal al respecto, asistimos hoy mayormente al espectáculo de una “ovnilogía” privada, que es un claro ejemplo de diletantismo. El diletante según lo define el diccionario es la persona “que practica una ciencia o un arte sin tener capacidad ni conocimientos suficientes: (es un diletante de la literatura, cree que con leer una novela ya es crítico.) ♦ Tiene un matiz peyorativo.” Es por ello que dentro del campo de la Ovnilogía, encontramos a investigadores y estudiosos serios –generalmente personas con título universitario—y un montón de individuos que crean instituciones, o grupos, que realizan ciertas actividades, sostienen un programa radial, dan alguna charla, asisten a congresos, y con eso creen ser estupendos entendidos en el tema. La cuestión no es tan sencilla ni tan simple. La mayoría de esos modernos “ufólogos” no sabe dónde se han metido. Yo puedo hablar a partir de mi experiencia en el CIOVI. Cuando comenzamos, éramos unos muchachos entusiastas –como muchos de ahora—hechizados por la idea de que extraterrestres visitaban nuestro planeta, y que investigando el tema, e intercambiando información con organizaciones de otros países, nosotros estábamos enterados de casos y cosas, que la vasta mayoría del público no sabía. Pero, en medio de ese entusiasmo, procuramos hacer todo adecuadamente. Empezamos a vincularnos con ciertas organizaciones, y descartamos otras, por fantasiosas, exageradas, por entender que no aportaban nada al tema y por el contrario creaban confusión. Era la famosa época de los contactados que se reunían todos los años en Giant Rock, California. Procuramos elaborar nuestro propio formulario de interrogatorio a los testigos, luego de conocer y analizar los utilizados por el Proyecto BlueBook de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y varios otros. En el equipo inicial del Centro contábamos con estudiantes avanzados en distintas carreras universitarias, y un ingeniero, que luego fue profesor de Astronomía con especial dedicación a la Radioastronomía. Fue becado a París, y allí se quedó para estar en el Observatorio de París, y desde hace años al frente del Observatorio Astronómico de Estrasburgo. Había también empleados bancarios y de industria. Esa participación de personas con sólida formación científica contribuyó a poner en el Centro la necesaria nota de cautela, a controlar adecuadamente el entusiasmo, a desarrollar un pensamiento analítico y crítico, que a la postre es fundamental para la tarea, cuando se quiere llevar a cabo honestamente, y se quiere llegar a la verdad que motivó una denuncia de Ovni, cualquiera sea esa verdad. A lo largo de los años, fuimos cada vez adquiriendo más experiencia en la entrevista a testigos, en por qué ir de a dos, en por qué separar inmediatamente a los testigos si hay más de uno en un caso. En estar atentos a factores como que un testigo sea miope
y no use lentes. Descreer en buena medida de las versiones que la prensa brinde sobre un caso, porque generalmente lo distorsiona para hacerlo más vendible, o captar mayor audiencia en la televisión. Darse de narices al investigar un caso en que los hechos fueron desfigurados, y en que –no obstante que algo efectivamente sucedió--, se aunaron o reunieron como partes del mismo, factores indebidamente relacionados, etc. Todo eso lo fue dando la práctica, y con ello se va acumulando experiencia sobre experiencia. Uno se encuentra con gente fantasiosa, con gente que busca notoriedad pública, con personas que buscan explotar económicamente su caso, etc. Entonces se desarrolla una necesaria actitud de escepticismo. No se puede hacer ciencia, no se puede llegar a la verdad, no se puede hacer Ovnilogía honesta, si no se maneja el escepticismo científico. ¡Cuidado! No confundir este escepticismo científico con la actitud de los llamados genéricamente “escépticos”, que tradicionalmente han negado a rajatabla la existencia de fenómeno anómalo alguno, y han desechado como inútil toda investigación. El escepticismo científico significa no creer de buena fe y tomar a pie juntillas todo lo que un testigo dice. Tener en cuenta el funcionamiento de la mente, cuánto sabe, leyó o vio el testigo sobre el tema. Qué nivel de educación tiene. Si hay alguna motivación para que haga su relato. Qué tal está su vista y muchos factores más. Tener en cuenta lo que la cultura ha instilado en el testigo como manera de interpretar lo que para él no ha tenido explicación, etc. Darse cuenta que el testigo forma parte de toda una sociedad que está contaminada por información distorsionada, falsa y exagerada sobre el tema. No se trata de poner en tela de juicio la honorabilidad de la persona o su honestidad. Se trata de conocer las razones y fenómenos de percepción, etc. por los cuales la persona cree haber visto algo extraño, que termina por no ser tal. Ese es el vasto porcentaje en que culminan las originales denuncias de Ovni. Hay quienes creen que se puede investigar por correo electrónico, teléfono, o que investigar es entrevistar a los testigos y retornar con sus relatos. La investigación de un caso, idealmente, debe hacerse dentro de las 24 horas de ocurrido, en el mismo lugar donde sucedió, efectuando una reconstrucción de los hechos. Interrogando a cada testigo por separado, verificando las respuestas obtenidas para detectar coincidencias o discrepancias, repreguntar si hay detalles que no han quedado claros, confrontar a más de un testigo si sus versiones difieren mucho, cronometrando el tiempo de duración del avistamiento (varias veces en distintos momentos del interrogatorio), haciendo mediciones lineales y angulares, etc. La complejidad del caso determinará toda la tarea a realizar, que puede llevar todo un día. Si fuésemos a aceptar las declaraciones tal cual las expresan los testigos, sin ninguna sospecha de que lo observado puede haberse tratado de algo convencional, el cielo estaría tapado de “ovnis”, pero un simple sentido común, nos indica que no es así. De esa forma, en el CIOVI, fuimos capaces de investigar, estudiar y concluir el ciento por ciento de los casos en que trabajamos. No forzamos jamás las conclusiones, y más de una vez se suscitaron animadísimas discusiones sobre cómo interpretar los datos aportados por los testigos. Pero hicimos el honesto esfuerzo intelectual por llegar a conclusiones válidas y demostrables, que se podían compartir con otros investigadores si fuese necesario. Lo otro que aprendimos es que un caso declarado como “ovni” luego de una investigación bien hecha y de un concienzudo proceso de estudio, conviene que se revea años después, para ver si entre medio, la ciencia no ha llegado a nuevos conocimientos, o si se cometió algún error en el proceso de investigación o estudio del caso. Y así nos fue posible rever dos casos caratulados como Ovni.
Uno adquirió fama internacional por el protagonista. Aceptamos décadas después clasificarlo como “datos insuficientes”. El otro definitivamente fue un helicóptero y tripulantes. Las limitaciones prácticas La extensión territorial de un país, establece limitaciones prácticas muy serias para los investigadores privados. Porque el costo de trasladarse muchos kilómetros para dar con los testigos de un caso, implica pérdida de días de trabajo –a menos que fuese posible que alguien pudiera tener una dedicación total al tema, en cuyo caso, el Estado o alguna entidad, tendría que financiar su tarea-- más el alojamiento, etc. Todo ello hace prácticamente imposible cubrir con la investigación el cien por ciento de las denuncias de Ovni, y entre ellas puede estarse perdiendo una que realmente valga la pena. En Uruguay nosotros perdimos un porcentaje de casos que no pudimos investigar por carencia de tiempo y de medios. Y eso que la extensión territorial de Uruguay es pequeña. Entonces recurrimos a un mecanismo que funcionó por un tiempo bastante bien. La creación de una Red Nacional de Corresponsales. A los corresponsales se les dieron por escrito ciertas instrucciones muy precisas sobre lo qué hacer. Si estaban de acuerdo, enviaban sus datos personales y fotografía al Centro. El Centro les proveía con un formulario muy elemental de investigación, para tener datos primarios sobre un caso. Si de la lectura de esos datos surgían elementos que lo hacían merecedor de una mayor investigación, procurábamos ir al lugar de los hechos, y allí era muy importante la labor del corresponsal por los contactos locales que tenia y el conocimiento el medio. A veces dimos con testigos reticentes a hablar, hasta que –como se conocían como vecinos con el corresponsal, éste les persuadía de que nos recibieran y colaboraran con nuestra investigación. Llegó un momento en que como principio general, los casos reportados como puntos, o luces pequeñas, dejaron ya de interesarnos, porque verdaderamente no aportaban nada especial y la experiencia nos indicaba que caían generalmente en alguna de estas categorías: meteorológica, astronómica, aeronáutica o astronáutica. Nos interesaban los casos a corta distancia. Las observaciones que describieran un objeto de considerable dimensión, donde se hubiesen podido apreciar detalles, una estructura determinada. Casos en que se hubiese detectado un fenómeno simultáneamente en forma visual y por radar. Y casos donde se denunciaran presuntas huellas dejadas por un objeto, en tanto el mismo hubiese sido visto. Así aplicamos un gran filtro, para centrarnos en las denuncias que en principio parecían valer la pena de ser investigadas, pues podían aportar algún nuevo conocimiento. Casos de supuestos aterrizajes, de huellas presuntamente dejadas, y otros por el estilo, pudieron ser todos perfectamente explicados, más allá de toda duda. Y quiero recalcar a esta altura, que una investigación seria, que respeta a los testigos, pero que busca la verdad, exige ser muy cuidadoso, y no correr a dar una explicación fantasiosa de lo ocurrido, ni a forzar una explicación convencional, por cuanto cualquiera de ambos extremos significan obrar con deshonestidad intelectual. Relaciones imprescindibles y racionalidad En ese proceso de investigación y por la seriedad con que efectuamos nuestra tarea,
en el CIOVI pudimos tener excelentes relaciones con el estamento científico. Se nos recibía bien en las Facultades a las que acudimos por ayuda. Se nos facilitaron sin costo exámenes de muestras de suelo. Dialogamos en torno a una mesa directamente con los científicos. Aprendimos de ellos varios factores importantes, como el manejo del suelo en un campo, la presencia de fosfatos y sus consecuencias en las pasturas, etc. El CIOVI también contó con el estupendo aporte del personal de Torre de Control y de Operaciones del Aeropuerto de Carrasco, que era consultado frecuentemente por alguna denuncia de OVNI, y su información nos permitió solucionar muchos casos en forma precisa, debidos a tráfico aéreo. Y en forma especial, cabe señalar el invalorable apoyo de la Fuerza Aérea Uruguaya, que casi desde el inicio del Centro, apoyó al mismo otorgando a cada miembro una tarjeta de identificación. Nunca la usamos a nivel nacional, pues no fue necesario. Pero sirvió en los contactos internacionales. Por otra parte la Fuerza Aérea nos proveía datos de vuelos militares –lo que no podíamos obtener de Torre u Operaciones de Carrasco—y contribuyó con transporte aéreo, pero mayormente con transporte terrestre. A cambio de ese apoyo, el CIOVI entregaba a la Fuerza Aérea el expediente completo de cada caso. Algunos de esos casos –de eso me vine a enterar estando en Estados Unidos y por ser miembro del Proyecto 1947 (un estudio histórico) que dirige Jan Aldrich— culminaron en los archivos del mismísimo Proyecto Blue Book. En lo personal, he escrito 4 libros, 3 en español y el año pasado uno en inglés. He dado cantidad de conferencias públicas gratuitas. He participado de innúmeras entrevistas para diarios, revistas, programas de radio y televisión, en Uruguay, Argentina y Estados Unidos. Y tengo leídos unos 400 libros sobre el tema, y temas afines (Física, Aeronáutica, Astronáutica, Psicología de la Percepción, etc). Como puede verse, un experto en el tema, un verdadero ovnílogo o ufólogo, no se improvisa de un día para otro. Lleva tiempo. Pero la ventaja que tienen los actuales ufólogos, sobre nosotros que empezamos desde cero, es que hay mucho camino hecho. Y por tanto, nosotros estamos en condiciones de transferir nuestros conocimientos y experiencias, lo cual es estupendo, porque en mucho menos tiempo, capacita a las nuevas generaciones, a saber y estar al tanto de una gran cantidad de aspectos que de otra manera, les sería difícil de acceder, o les llevaría muchos años. De cualquier manera, ser ovnílogo o ufólogo, es algo serio, y es algo muy demandante. Entre otras cosas, demanda mucho tiempo y considerable cantidad de dinero. No se vive del tema sino para el tema. No se explota comercialmente el tema y la credulidad de la gente, se trabaja con honestidad intelectual y se difunde la verdad. Y estas con condiciones éticas básicas para una tarea respetable y respetada. Por otro lado, hay que desarrollar y educarse en la aplicación del sentido común, del llamado “rasero de Occam”, de un pensamiento racional y lógico, el cual es enemigo acérrimo de la fantasía, la imaginación impulsiva, o el entusiasmo desmedido. Un reciente aporte de Helena Matute, catedrática de Psicología de la Universidad de Deusto, Bilbao, España, me parece que pone un adecuado broche a lo que vengo diciendo: "el pensamiento crítico y racional no viene instalado de fábrica, y eso es lo más importante que debemos recordar. Hay que preocuparse de instalarlo y configurarlo adecuadamente a base de mucho aprendizaje, muchas lecturas y mucho esfuerzo consciente. Y hay que actualizarlo a diario, porque no es el pensamiento crítico el sistema operativo por defecto de la mente humana, ni está pulido por el uso y por la evolución como lo está el modo automático y emocional de funcionamiento mental. El
m贸dulo racional, no nos olvidemos, es una conquista muy reciente, necesitamos acordarnos de mantenerlo conectado y de actualizarlo a diario. Para que no nos entren muchos virus de esos que atontan la mente."Publicada en El Correo.com (UNESCO)
A los distintos tratamientos que desde hace décadas se le viene dando a esta temática, se los puede agrupar en tres lineamientos:
•
• •
Dentro de la "OVNILATRIA": se encontrarían aquellos grupos que centran al OVNI, como una manifestación sublime de seres superiores, que intentan salvarnos, de un mundo cada vez más carente de valores positivos. Aquí no hay investigación de ninguna índole. Prevalecen las creencias, el misticismo, lo espiritual. Y el interés que despierta en mucha gente, suele ser aprovechado por algunas organizaciones para hacer del OVNI, un motivo de culto. A veces, como pantalla, para ocultar otras realidades (A. R. Frutos, 1991).
En las "SEUDOINVESTIGACIONES" se ubicarían:
o o o
•
La "simple o periodística": Consiste en la divulgación del suceso, la nota o el reportaje. Deja como conclusión la noticia, el interrogante. La "de salón" o "de escritorio": Son aquellas "compaginadas" precisamente "desde el escritorio" mediante la extracción de datos de trabajos ajenos. Generalmente éstos, son seleccionados especulativamente con relación al trabajo que se quiere desarrollar. La denominada "indisciplinada": Precisamente carece de metodología y procedimiento de las disciplinas científicas. Sus planeamientos investigativos no responden a una estructura lógica. No abarca el ¿Qué y para qué?, el ¿Cuándo y dónde?, y el ¿Cómo y con qué ? Ante un hecho tal, predominan sus creencias: "es más lo que ellos quieren que sea, que lo que realmente es". Es decir, sus premisas son verdades supuestas y no probabilidades comprobadas.
o En la "OVNILOGIA": Estarían aquellas investigaciones realizadas mediante procedimientos estrictamente de índole científico.
En realidad, la Ovnilogía no está aún consolidada, no existen definidamente métodos específicos y adecuados de uso generalizado para tal fin. Sin embargo, si pretendemos elaborar una metodología apropiada de índole científica investigativa como base fundamental de la Ovnilogía, rigurosamente deberemos realizarla, contemplando los conceptos y fundamentos que hacen precisamente a la Investigación Científica.
Por una de esas casualidades, hace pocas semanas me contacté con una persona que administra una página sobre actividades culturales y de recreación que tienen lugar en ésta localidad (Merlo). Pues bien, intercambiando algunas palabras ésta persona me cuenta que en el mes de Abril del 2012, un día después del temporal desatado en Buenos Aires (tornados incluidos) a eso de las 07:00 am, saca algunas fotos para documentar algunos de los destrozos ocasionados (un árbol grande que había caído) y para sorpresa al subir la toma a la PC se encuentra con ésa llamativa "mancha" casi en el centro de la foto. No sé si catalogar la imagen cómo ovni, puesto que la persona que obtuvo la foto no vió nada que llamara su atención en el momento de la toma. Podría tratarse quizás de
basura adherida a la lente de la cámara, alguna gota de agua con algo de tierra teniendo en cuenta los fuertes vientos y lloviznas que acompañaron ésos días de abril, tampoco se puede descartar a priori algún insecto. La imagen obviamente la puede analizar quién así lo desee y posea los programas profesionales necesarios. Omití en ésta ocasión aplicar los archiconocidos y coloridos filtros de Photoshop, los cuáles tengo mis dudas si en realidad sirven para ésta tarea. La imagen en color y mejor calidad la pueden ver en http://alternativaovni.blogspot.com.ar/2012/10/vecina-demerlo-obtiene-curiosa.html
Carlos Sainz
Ovnis: para armar un mito moderno El eterno retorno de una leyenda indestructible ¿Cómo surgió la expresión ‘plato volador'? Si es un fenómeno cultural, ¿por qué aparecieron a mitad del siglo XX y no antes? Sociólogos, antropólogos y ufólogos que abandonaron su fe en los extraterrestres aseguran que los ovnis reaparecen porque sigue en pie una mitología que les da un sentido religioso a estas experiencias. Esta nota –apta para partidarios y escépticos que no se toman las cosas a la tremenda– trata de ordenar algunas piezas del rompecabezas. Por Alejandro Agostinelli ¿Por qué tras años de oscuro anonimato reaparecen con esta fuerza inesperada? ¿A qué atribuir el revival de estas experiencias? Cada vez que se piensa el fenómeno de nuevo es inevitable preguntarse: ¿es pura fantasía, parte de una realidad, o el último grito de un mito construido a partir de un matrimonio interesado que oscila entre ambos extremos? El punto de arranque de los grandes enigmas culturales pasa por tantos filtros, puede contarse desde tantos puntos de vista, que los retazos de la realidad histórica se detienen en otro punto crítico: ese donde nadie sabe muy bien a quién creerle. Si los contornos del misterio son difusos –o si su perfume huele a leyenda– la dimensión del mito se consolida y la médula de la cuestión se pierde de vista. La falta de información –y lo que es peor, el desinterés en el análisis cuidadoso de los datos– hace que las polémicas alrededor de los fenómenos más extraños del siglo perduren hasta el fin de los tiempos. A pesar del llanto de los escépticos y de las sonrisas autocompasivas de los enamorados de lo oculto. La historia de los platos voladores –signada desde sus orígenes por la controversia– no es la excepción. Las versiones que naufragan en la letra impresa y en los medios audiovisuales rara vez se ajustan a esa realidad,
máxime cuando son presentadas por los propios cocineros del mito. La primera reconstrucción histórica rigurosa –alejada de la guerra de pasiones encontradas que libran promotores y detractores– fue la que ofreció el sociólogo francés Pierre Lagrange, cuando recuperó en los Estados Unidos la valiosa colección de documentos que le permitiría reescribir el amanecer dorado de la ufología.
La ufología, esa disciplina basada en una heterogénea colección de relatos pintorescos, nació cuando todavía aturdía el eco de las bombas que enlutaron a la humanidad dos años antes de la noticia del primer platillo. Justo cuando el hombre despertaba de la segunda pesadilla mundial y bendecía el sueño de la conquista del espacio. Justo cuando la templada paz de la guerra fría pendía de un hilo y ambas superpotencias se miraban de reojo. En un primer momento, la idea extraterrestre no tuvo consenso. La hipótesis de las armas secretas era la favorita. Pero si la solución del enigma estaba ahí, su destino era diluirse en el olvido: el primer desperfecto mecánico echaría a perder el misterio. Lo que la interpretación alienígena tenía de bueno era su carácter elusivo (o infalsable, que diría el filósofo de la ciencia Karl Popper), pues ofrecía la mejor garantía de origen para que la creencia fuese perdurable: no existe modo de demostrar su falsedad. EL DÍA DESPUÉS “Si sólo son fruto de la imaginación popular, ¿por qué platos voladores?”, argumentó en defensa del enigma J. Allen Hynek, el astrónomo que asesoró al Proyecto Libro Azul de la USAF cuando fue elevado al rango de máxima autoridad mundial al abandonar su toga de escéptico y apoyar la realidad de los ovnis. Precisamente esa fue la pregunta que intentó responder Lagrange. Durante el Primer Congreso Europeo sobre Fenómenos Aéreos Anómalos, celebrado en Bélgica en noviembre de 1988, presentó el borrador de lo que luego sería su tesis doctoral: el mito de los platos voladores no comenzó el 24 de junio de 1947 con la visión de Kenneth Arnold, el piloto que se haría famoso al presenciar desde su avioneta nueve aeronaves que volaban a “una velocidad sorprendente”, sino el día después, cuando un periodista apurado malinterpretaba su testimonio. Esa mañana, en la redacción del diario East Oregonian , el cronista Nolan Skiff escuchó el extraño relato de Arnold. El piloto no encontraba las palabras adecuadas y, a fin de darle una imagen del movimiento, propuso la siguiente comparación: “Se desplazaban como si lanzaras un plato sobre el agua” . Skiff confundió la metáfora con la forma de los objetos y en su crónica yerraría al escribir –por primera vez– “saucer like objects flying at incredible speed”: objetos como platos volando a una velocidad increíble. Bill Bequette, un compañero del redactor presente en la entrevista, recordaría que ambos cometieron el mismo error, pues él a su vez lo transmitió en su despacho para la Associated Press. Por su intermedio, los flying saucers (platos voladores) ganaron los titulares de diarios y noticieros de todo el mundo. Pese a que el propio Arnold señaló en 1980 que la noticia escrita por Bequette suponía un “enorme malentendido” , fue Lagrange, un investigador europeo, quien propuso reconsiderar la naturaleza del primer revolcón de la bola de nieve. “Las consecuencias de este error periodístico son demoledoras –señalaría el ufólogo escéptico Martin Kottmeyer–. No sólo apuntan sin ambigüedades el origen cultural del fenómeno sino que levantan una paradoja de primer orden ante cualquier intento de interpretar el fenómeno en términos extraterrestres. Si los ET nos visitan, ¿es lógico que rediseñen sus naves para adaptarse al error de un periodista?”. La gente comenzó a buscar platos voladores en el cielo y eso fue lo que encontró. Luego se propagaría la creencia en su procedencia extraterrestre. El contexto era favorable. Su auspiciante m s notorio fue el ex editor de fanzines de ciencia ficción, Raymond Palmer (1907-1975). Contrató a Arnold y fundó la primera revista ufológica, que alcanzó records de venta insuperables. “¿Por qué platos voladores?”, resuena la pregunta del doctor Hynek. En verdad, la forma discoidal de esos artefactos y los primeros escenarios, no eran arbitrarios. El francés Bertrand
Méheust descubrió ficciones literarias escritas hasta 40 años antes del caso Arnold. El tufillo platillista de esas historias era inconfundible. Por cierto, carecían de difusión y difícilmente iban a condicionar la oleada de avistamientos por venir. Sin embargo, eran un buen reflejo de aquello que cabía esperar de eventuales visitantes extraterrestres. ¿Cuál era la disposición emocional para recibir la nueva noticia? El antecedente inmediato era preocupante: en octubre de 1938, la adaptación radiofónica en formato de noticiero de Orson Welles de La guerra de los mundos (escrita por H. G. Wells en 1897) inquietó e incluso hizo entrar en pánico a cerca de dos millones de oyentes. Era tan sólo un anticipo del frenesí en ciernes. Por entonces, la imagen de los ET era más belicosa que amigable. Pero las corrientes cambiarían. Después de la guerra llegaron tiempos de tensa calma y el movimiento religioso que se iba forjando a su alrededor comenzó a ver en Ellos a los benefectores de la humanidad. Los dioses habían aterrizado. RECUERDOS DEL PASADO En general se atribuye al suizo Erich von Däniken la paternidad de la idea de los antiguos astronautas , a saber: los ET nos visitan desde tiempos remotos, crearon al hombre a su imagen y semejanza mediante experimentos genéticos y guiaron su evolución hasta el presente. Si bien el autor de Recuerdos del futuro (1967) fue el principal promotor de un concepto que despreciaba tanto la teoría de la evolución como la inteligencia de las culturas primitivas, su verdadero artífice fue el escritor soviético Aleksander Kazancev. A fines de 1946, en Literaturnaja Gazeta, avanzó: “Las religiones fueron fundadas por extraterrestres que los hombres luego divinizaron” . Para el sociólogo Jean-Bruno Renard, aquel temprano intento por releer en clave extraterrestre las primeras expresiones del arte religioso permitía inferir que por entonces se gestaban los preparativos para recibir el nuevo mito.
Renard encontró sugestivo que la idea surgiera en un ambiente sin religión, o en el marco de una poco reconocible religión materialista. “El papel del mito –recuerda Claude Lévi-Strauss– es resolver una contradicción” . La creencia ovni descendió sobre la Tierra cuando el mundo era sacudido por fuertes cambios culturales. La mitología ET, por lo tanto, venía a reconciliar ciencia y religión. “La solución fue la reescritura materialista de los mitos bíblicos. El mito del fin del mundo, la salvación de la humanidad, el retorno de Cristo a la Tierra y el Génesis sustituyen a Dios por los extraterrestres, y a los primeros hombres por híbridos que vienen de la cruza de omínidos con seres del espacio” . Renard compactó su idea en una frase: “Es un sincretismo científico-religioso de una religión materialista cuya divinidad son los ET”. El antropólogo español Ignacio Cabria, en Entre ufólogos, creyentes y contactados (sin duda, el mejor libro sobre el tema escrito por un autor hispano), anotó una curiosa paradoja: “Los libros de
Daniken vendieron millones de ejemplares poniendo de moda a la arqueología, una ciencia que sin embargo atacaba” . Parecido a lo que sucedió con la divulgación ovni, que despertó el interés de varias generaciones por la astronomía, la astronáutica y la búsqueda de señales inteligentes en el universo. Por vías menos ortodoxas, alentó un renacer religioso, pues el mismo clima condujo a muchos a desear el contacto con los hermanos del espacio. Para los contactados, la promesa de salvación se tornó una utopía posible. El único requisito era mostrar buena disposición. Porque para ver hay que creer. Y sino, ellos se encargarían del resto. LA CONEXIÓN RELIGIOSA La historia que despejó claramente la matriz religiosa del fenómeno plato volador fue protagonizada por el polaco-norteamericano George Adamski (1891-1965), quien mantuvo su primer encuentro con un venusino en el desierto de California en noviembre de 1952. El alienígena – hermoso y hermafrodita como un ángel– había venido para advertir que la Tierra debía cesar las pruebas atómicas y recuperar la espiritualidad que dilapidó en aras de lo material. El mensaje pacifista que le comunicó a Adamski el hombre del espacio era exclusividad de la naciente comunidad platillista: la era atómica movilizaba a los escritores de ciencia ficción en el sentido de condenar o desmitificar el progreso. Tanto en la cultura de consumo masivo como en los reductos marginales donde surgían las nuevas religiones ocultistas, las invasiones o misiones de ayuda extraterrestre eran la contracara mesi nica de la amenaza de apocalipsis nuclear. En el filme El día que paralizaron a la Tierra (estrenada en 1951, es decir, un año antes de la experiencia de Adamski), un misionero-mesías también pontificaba que la belicosidad humana amenazaba el equilibro del Sistema Solar. Si es un mito, ¿por qué se cristalizó a mitad de siglo? Las visiones de objetos no identificados fueron determinantes: confirmaron la idea de que la Tierra podía ser visitada por seres extraterrestres. La ilusión dejaba de ser un sueño místico para convertirse en una realidad verificable. “Los ufólogos –escribe el sociólogo Gordon Melton– miraron con recelo las experiencias de los contactados: en su discurso reciclaban ciencia popular con conocimientos teosóficos y espiritistas. Eran una minoría lunática que le restaba seriedad a un fenómeno que merecía la atención de la comunidad científica”. Hoy, los viejos ufólogos son cada vez más escépticos y los buscadores del contacto pierden poco a poco sus pretensiones de asir sus creencias en la ciencia. Tienden, en cambio, a consolidar nuevos símbolos religiosos: las naves son pompas de energía pura y ya no importa si los seres superiores son ET, ED (extradimensionales) o ángeles. Las jerarquías cósmicas ya no tripulan portentos de tuercas y tornillos y sus tecnologías se tornan –como deseaba Arthur Clarke– indistinguibles de la magia. Ante el escepticismo de los científicos sociales, los aficionados a los ovnis no deben tener nada qué temer: la fascinante creencia legada por la primavera de la era espacial parece tener cuerda para rato, y el desfile de científicos, profetas, creyentes, escépticos y, por qué no, de alucinados y mentirosos profesionales, promete odiseas más divertidas que el decepcionante veredicto según el cual siguen faltando las pruebas de que los ovnis son cacharros extraterrestres. Tanto en la Tierra como en el Cielo, la esperanza es lo último que se pierde. Primera publicación: Sección “En trance”, diario La Prensa, Buenos Aires, 7 de agosto de 1995.
Por Adriana Schmorak Leijnse actualidad inédito. Luego, al ser emitido en forma de noticia urgente, se creó un El cine ha reflejado el tema OVNI de dos formas opuestas: los filmes que muestran teorías conspirativas en las que los extraterrestres nos observan, nos invaden, nos dominan, intentan asimilarnos, exterminarnos o apoderarse de nuestros recursos naturales y aquellos otros que han intentado desmitificar y romper con este patrón conspirativo. Los primeros han coincidido muchas veces con épocas de guerra o preguerra, cuando la sociedad se encuentra más susceptible a creer en teorías conspirativas. Como antecedentes recordemos el serial radiofónico producido en 1938 por Orson Welles, adaptación de la novela de ciencia ficción "La Guerra de los Mundos" de H. G. Wells que fuera publicada por primera vez en 1898 en Londres y que describe una invasión masiva de marcianos en el planeta Tierra. La versión radiofónica de Orson Welles
trasladó el lugar del primer aterrizaje alienígena de Londres a New Jersey, dándole un carácter de
La Serie Roja coincidió con la etapa del macartismo, en plena Guerra Fría, y las listas negras anticomunistas. En el
estado generalizado de pánico en la población de New York y New Jersey, que obligó a Welles a dar aclaraciones y pedir disculpas para evitar que la psicosis se expandiera aún más. Analizando el episodio retrospectivamente, no deja de llamar la atención que sólo un año después la Alemania de Hitler invadiera Polonia, desencadenando la Segunda Guerra Mundial. Durante los años de la posguerra, en la década del '50, surgió en el cine americano la denominada "Serie Roja", compuesta por películas de ciencia ficción, cuyo tema recurrente consistía en la invasión de seres provenientes de otros planetas con intenciones siempre hostiles. De esta serie cabe destacar: La cosa del año '51, cuya remake fue dirigida por John Carpenter en 1982, y la versión filmada de La
Guerra de Los Mundos (1953).
inconsciente colectivo norteamericano ya no era, entonces, el nazismo el gran enemigo, sino el comunismo ruso, los "rojos", a quienes el público asociaba inmediatamente con invasores foráneos. El mismo patrón temático se repitió luego en series televisivas tales como Los Invasores (1967-1968) y V, Invasión Extraterrestre (19831985). Más recientemente, películas como El Día de la Independencia (1996) vuelven a dar otra vuelta de tuerca al mismo tema: los extraterrestres acechando la Tierra y la sombra siniestra, amenazante de sus naves, oscureciendo las huellas que el hombre ha dejado sobre la superficie lunar. La especie humana pasaría así a convertirse de explorador de otros mundos a criatura en estado de indefensión frente a la superioridad tecnológica de seres más evolucionados. La historia es prácticamente la misma que la de La Guerra de los Mundos, pero con algunas diferencias: lógicamente los
efectos especiales son mucho más sofisticados en una película de los '90 que en una de los '50, las transmisiones distorsionadas son radiales en el primer caso, mientras que en el segundo caso son televisivas; el virus que elimina físicamente a los alienígenas en el '53 se transforma en el '96 en un virus informático que logra penetrar las defensas armamentistas enemigas. Algunos han querido ver en El Día de la Independencia una anticipación de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en el World Trade Center, debido a las escenas de pánico en las calles de Nueva York y Washington y al desmoronamiento de edificios públicos y rascacielos. Otros filmes y series de TV, sin embargo, han intentado transmitir un mensaje radicalmente opuesto al antes descripto. En 1951, en plena etapa macartista, Robert Wise filma El Día que paralizaron la Tierra.
Allí un grupo de alienígenas, en nombre de una federación intergaláctica que ha estado monitoreando las emisiones
radiales terrestres, solicita un encuentro con los gobernantes de la tierra para convencerlos de detener la carrera armamentista que amenaza la existencia misma de la especie humana. Para ellos esta amenaza a la paz es un problema de carácter universal, intergaláctico, más allá de los mezquinos intereses terrestres. El mensaje adquiere un tinte casi religioso de salvación universal. De hecho, el ser ultramundano que transmite el mensaje es el emisario de un Ser Superior que nunca aparece en pantalla, casi en el nivel de un dios. La película lleva, así, un mensaje de paz a escala mundial. El otro hito de la cinematografía que trata el tema OVNI desde un punto de vista pacifista es Encuentros cercanos del tercer tipo (Steven Spielberg, 1977).
Basado en un libro de Allen Hynek, un astrónomo que trabajó para el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea Norteamericana -proyecto que documentaba los casos de avistamiento y contacto con Ovnis-, el film hace referencia a una investigación realizada por un grupo internacional de científicos que intentaron ir más allá de la información
oficial que el gobierno americano les proporcionaba. Lo interesante del film es el tema de la comunicación interestelar que trasciende la palabra, la idea original de comunicarse a través de luces y sonidos, lo cual contradice en cierta forma los testimonios de quienes dicen haber visto naves espaciales sin haber percibido sonido alguno durante estos avistamientos. En cuanto a las series de televisión, las sagas de Viaje a las Estrellas (19661969),Viaje a las
Estrellas: La Nueva Generación (1987-1994), Deep Space Nine (19931999), Voyager (19952001) y Enterprise (20012005), además de todas sus versiones producidas para la pantalla grande, son las más fieles defensoras de una posible pacífica convivencia entre culturas intergalácticas, que pasarían a formar parte de una confederación de planetas (acaso una metáfora de la globalización post-guerra fría). Ya fuera del género puramente ficcional, el telefilme El caso OVNI (1975) intentó documentar un caso real de avistamiento y contacto con seres extraterrestres basándose en el testimonio de Betty y Barney Hill, una pareja de New Hampshire que declaró haber sido secuestrada por naves interestelares provenientes del sistema binario Zeta Reticuli. Por su parte El Misterio
de Roswell (1994) es un telefilme cuya historia se basa en el relato de cientos de testigos que dicen haber participado, directa o indirectamente, de la
recuperación de los restos de un objeto volador no identificado, que se habría estrellado cerca de la ciudad de Roswell, en Nuevo México, en el año
1947. Este filme, protagonizado por Martin Sheen y Kyle Mac Lachlan, fue nominado para uno de los premios Golden Globe, en 1995.
Museo ovni de Victoria Lueg o d e per m a n e c e r c err a d o por vario s m e s e s , nu e v a m e n t e s e en c u e n tr a en activid a d el Muse o Ovni d e Victoria, llev a d o ad el a nt e por Silvia y Andre a Pér ez Sim o n dini. Lo pue d e n visitar en San Miguel y Rond e a u S/N, Victoria, Entre Rios, Argentin a.
Andres Salvador nuevo representante de MUFON en Argentina. Felicitaciones al destacado investigador correntino por tan notable nombramiento
Revista Cuarta Dimensión on line Ya tenés la posibilidad de leer online algunos números de la legendaria revista Cuarta Dimensión creada en los ´70 por Fabio Zerpa. Tenés que ingresar en: http://www.revcuartadimension.com.ar/ y acceder a los números disponibles.
Inelia del Pilar Ahumada Ávila, conocida esotéricamente como Inelia Benz, es una chilena que dice tener origen extraterrestre y se ha paseado por el mundo tratando de ayudar a las personas a cambiar entender su interior para mejorar su vida. Aunque parezca ilógico el planteamiento de esta mujer, explica que los extraterrestres no son necesariamente seres de carne y hueso, sino que también existen en otras dimensiones como “seres de luz”, esto quiere decir que pueden influir en cualquier parte sobre nosotros al punto de llegar a encarnarse en el cuerpo humano, fenómeno del cual Benz habría sido protagonista. Según constata en una entrevista realizada en Inglaterra a Proyecto Avalon, esta mujer nació en Chile, pero cuando era muy pequeña partió a Inglaterra, Irlanda y España para radicarse finalmente en la ciudad de Sacramento en Estados Unidos. Entre las curiosidades que contó, llama la atención la manera en que ha aprendido lo que sabe. Indica que cuando no sabe algo, la información le llega automáticamente, lo que le ha permitido conversar con personas con idiomas totalmente diferentes entenderlas perfectamente. Lo mismo que cuando era niña, dice que le costó mucho comenzar a ver por la vista, ya que sólo veía a través de la glándula pineal (“el tercer ojo”) y no desde sus retinas por lo que siempre se caía. Dentro de las misiones que tendría esta mujer en la tierra, se encuentra la de elevar la vibración del planeta, por lo que ha decidido hacerse conocida a través de un sitio web en el cual publica diversos artículos con consejos y datos para mejorar la vida de las personas.
May 12, 1976 - Passo Fondo, Brazil
Empire State 19 多?
1960 - Cordoba, Argentina
April 2, 1966 - Balwyn, Melbourne, Australia