Conclusiones

Desde nuestra perspectiva como Arquitectos, siempre tuvimos la pregunta de como habitar el espacio, que sensaciones genera y su funcionalidad. Pensando en esto, empezamos a experimentar las diferentes formas de vivir la arquitectura, una muy particular fue taparnos los ojos y recorrer un pequeño espacio, llegaron sensaciones de miedo, frustración e incertidumbre, fue ese el punto donde nos fijamos en las personas con discapacidad visual y lograr aportar algo desde la arquitectura apoyándonos en la tecnología, en pro de esta población.

Tuvimos un largo camino en el cual aprendimos por medio de las entrevistas realizadas a personas con discapacidad visual, que su forma de vivir es muy variable y depende mucho de la manera en que adquirieron su discapacidad, sea de nacimiento, por alguna enfermedad o accidente, entendimos sus capacidades y también sus dificultades, el principal reto siempre fue ayudar a estas personas a tener una mejor calidad de vida.

Teniendo esto en cuenta, nos centramos en un modelo de integración que se adhiera a la arquitectura nueva o existente, aportando nuevas soluciones y formas de habitar la vivienda, haciéndola más segura, práctica y confortable para la población con discapacidad visual y su núcleo familiar.

En nuestro proceso logramos conectar nuestro aprendizaje laboral y aplicarlo a esta investigación ya que tenemos dos compañeros que trabajan con empresas enfocadas en la domótica y automatización, en dichos trabajos esta se utiliza como un lujo, nosotros aplicamos muchas de las funciones que se pueden lograr en la vivienda automatizada para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad visual, como por ejemplo el manejo de electrodomésticos por medio de una aplicación móvil, la seguridad y el acceso a la vivienda, los sensores de movimiento y además de esto generamos por medio de la materialidad unos diferenciadores de espacios.

Nos queda un gran camino por recorrer, pero rescatamos que en estos dos años, aprendimos un poco de como la arquitectura debería ser incluyente y adaptarse a las necesidades de sus usuarios, mejorar las condiciones de vida y aprovechar los nuevos avances tecnológicos resolviendo muchos de los problemas que la arquitectura misma no logra hacer por si sola.

No obstante, la implementación tecnológica, representa una inversión económica de consideración, la cual limitaría el fácil acceso a ella, estando esto sujeto a niveles adquisitivos.

Esto nos lleva a pensar o considerar, una posible política de integración social, centrada en las personas con discapacidad visual, donde se brinde acompañamiento y accesibilidad a estos dispositivos tecnológicos, mediante convenios publico-privados, que incluyan sectores como la construcción, tecnología bienestar social.