VENEZUELA
2011
Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Mercedes a Luneta - Parroquia Altagracia Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30 www.casabello.gob.ve Antología 8vo Festival Mundial de Poesía 2011 Homenaje a Reynaldo Pérez Só ©Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Caracas - Venezuela 2011 Presidente Luis Alberto Crespo Coordinación editorial y edición Ánghela Mendoza IIustración y fotografía Homero Hernández Portada y diagramación Ánghela Mendoza Corrección de textos Ximena Hurtado Yarza Dep. Legal: If60520120801234 ISBN: 978-980-214-281-1
América ARGENTINA BOLIVIA BRASIL CHILE COLOMBIA CUBA ECUADOR EL SALVADOR ESTADOS UNIDOS GUATEMALA MÉXICO NICARAGUA PARAGUAY PERÚ URUGUAY
Jorge Boccanera Rubén Vargas Ledo Ivo Elicura Chiuailaf Horacio Benavides Arlen Regueiro Cristóbal Zapata Manlio Argueta Mark Nowak Maya Cu Choc José Ángel Leyva Vidaluz Meneses Lilian Sosa Dida Aguirre Eduardo Milán
19 25 31 37 45 51 57 63 69 75 81 87 93 99 105
El Caribe HAITÍ TRINIDAD Y TOBAGO JAMAICA PUERTO RICO REPÚBLICA DOMINICANA
Michée Dasmar Eintou Springer Tanya Shirley David Cortés Cabán José Mármol
113 119 125 131 137
Europa y África ESPAÑA FRANCIA INGLATERRA KENIA
Xuan Bello Yves Jacques Bouin Zoë Skoulding Caroline Nderitu
145 151 157 163
Venezuela Reynaldo Pérez Só 171
AMAZONAS ANZOÁTEGUI APURE ARAGUA BARINAS BOLÍVAR CARABOBO COJEDES DELTA AMACURO DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL
Reina Quero Marcos González Raday Ojeda Marcos Veroes Ana María Oviedo María Elena Ferrer Zonia Molina Deibi Díaz Ismari Marcano Ángel Malavé Farruco Sesto Lotty Ipinza Miguel Márquez Gonzalo Ramírez Enrique HernándezD’Jesús
185 191 197 203 209 215 221 227 233 239 245 251 257 263 269
Ennio Tucci GUÁRICO Gino González LARA Neybis Bracho MÉRIDA Karelyn Buenaño MIRANDA Jesús García MONAGAS Celso Medina NUEVA ESPARTA Maury Valerio SUCRE Sixto Sánchez TÁCHIRA Dímitra Giagtzidakis TÁCHIRA Jesús Montoya TRUJILLO Rafael Cárdenas VARGAS Zuleima Zamora YARACUY Yony Osorio ZULIA Atala Uriana FALCÓN
275 281 287 293 299 305 311 317 323 329 335 341 347 353
Si dicen patria
Si dicen patria Aquí están los que no saben hacer más que labrar con las palabras, con los gestos, con el cuerpo en movimiento, con la voz, con los colores y las formas, con la imaginación, con los sonidos, con las ideas. Si dicen patria Aquí están quienes hacen música del barro, quienes hacen hablar a las piedras, los que trocan al viento en pinceles, los que hacen cantar a las hojas de los árboles, confeccionan canciones de cuna con el estruendo de los truenos, los que de la confusión hacen nacer la luz. Si dicen patria Aquí está el rumor ancestral, el eco eterno, la pulsión magnífica, profunda, de nuestro pueblo persistiendo hoy como desde antiguo.
El murmullo del andar de millones vueltos polvo y vueltos a nacer en una rueda loca indetenible. Si dicen patria Aquí traemos lo necesario, fibras, hilos, barro, colores, cuatro, bandolas, tambor, ideas, palabras, canciones, gestos, bailes, sueños, memoria. (Todo eso y un pueblo, ¡la redención!) Si dicen patria Aquí llegan, entonces, se agolpan, los millones que abrieron las brechas, los caminos: los Robinson, los Alí, los Aquiles, los Rengifo, los Bracho, los Pío Tamayo, los Quintero, los Valera Mora, los Acosta Saignes, los Reverón. Y como han dicho “patria” Aquí nos hemos venido a poner el corazón.
Para que como ayer, en Carabobo, florezca. Y como han dicho “patria” Aquí trajimos nuestras cosas para irnos con Chávez a defenderla. Para que siga entre nosotros la patria, la patria buena.
Pedro Calzadilla
América
neraJorgeBoccaneraJorgeBoc
Argentina
ccanera Jorge Boccanera
Bahía Blanca, 1952. Publicó, entre otros libros de poesía: Los espantapájaros suicidas; Contraseña; Música de fagot y piernas de Victoria; Los ojos del pájaro quemado; Polvo para morder, Antología personal; Tambor de jadeo; Libro del errante y Marimba; esta última editada en Argentina, Uruguay, Costa Rica, Cuba y Venezuela. Recibió, entre otros galardones, el Premio Casa de las Américas (Cuba, 1976). Entre sus ensayos y trabajos críticos, figura, entre otros: Confiar en el misterio/ Viaje por la poesía de Juan Gelman. Es autor de libros de historias de vida, crónica y testimonios.
Poesía
Alejandra Pizarnik abre su cuaderno de apuntes A JORGE ARTURO
El hombre que saca la cabeza del agua, es un pez que se asfixia. El pez que mete la cabeza en el agua, es un hombre y se ahoga. El poeta escribe en la línea del agua, y se asfixia, y se ahoga.
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Cuchara
Nace del verbo dar, como si el corazón tuviera mango. Está hecha de lo que le falta. Nunca se guarda nada para sí. Podría medir el mundo, acunarlo, transportar su misterio, sus campanarios de agua de una orilla a la otra. Más a mano que un dios. Más humana que un perro.
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¿Será posible el sur?
¿Será posible el sur? ¿Será posible tanta bala perdida, al corazón del pueblo, tanta madre metida en la palabra loca y toda la memoria en una cárcel? ¿Será posible el sur? ¿Será posible tanto invierno caído sobre el último rostro de mi hermano, tanto salario escaso riendo con descaro en el plato vacío y el verdugo esperando? Mi territorio de una vez, gira en la oscuridad [de esa pregunta. ¿Será posible el sur? Si se viese al espejo ¿se reconocería?
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ubénVargasRubénVargasRubén
Bolivia
nVarga Rubén Vargas
La Paz, 1959. Ha publicado los libros de poemas: Señal del cuerpo (1986, segunda edición 2007); La torre abolida (2003). Ha dirigido, entre otras, la revista de literatura Alejandría (La Paz, Bolivia, 2006-2009). Actualmente es editor de “Tendencias”, suplemento cultural del periódico La Razón de La Paz, Bolivia. Ha sido crítico de poesía de la revista Vuelta, dirigida por Octavio Paz (México). Enseña en la carrera de Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, Bolivia.
I Infancia en Berlín hacia 1900 Fragmento
Cuando camina por las calles (siempre un paso detrás de su madre) o cruza el arco de hierro al otro lado de la ciudad, o cuando se pierde en los salones de madera y lavanda (la casa del padre es por naturaleza infinita) no sabe / nadie sabe un dibujo invisible comienza a nacer. El asombro y el olvido no tienen nombre aún. Los alfabetos, las postales, la llave que esconde en la sombra de un cajón tienen su edad. Pero alguien mira (y sabe). Un duendecillo jorobado fugitivo de una canción sigue sus pasos, asoma sobre su hombro, recoge sus olvidos (los que fueron y los que vendrán). Un día (sin falta) en la última frontera como una cinta muda se los regresará.
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Sopla el aire del porvenir en los senderos del jardĂn. El tilo apenas se inquieta al atardecer mientras transcurre su infancia hacia 1900, en BerlĂn.
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II Hijo de Saturno
Las fotografías de juventud (la frente alta, los ojos bajos) lo muestran como lo que es: un triste. En las ciudades de la diáspora gira lento y melancólico bajo el signo de su estrella, una órbita de demoras y desvíos. Una tarde desempaca sus libros. Ninguna prisa lo distrae, es el hombre con tiempo el coleccionista el que ordena las imágenes del mundo. Todavía le es dado habitar La intimidad de los objetos. Así se adentra pasajero taciturno cada vez más en un siglo de sangre y lodo.
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Brasil
LedoIvoLedo Ivo
Maceió, 1924. Se forma literariamente en Recife, trasladándose en 1943 a Río de Janeiro, donde continúa su actividad periodística iniciada en la provincia. Aunque estudió Derecho en la Universidad de Brasil, no ejerció nunca la abogacía. En 1944 publicó Las imaginaciones, su primer libro de poemas, al que le siguieron: Oda y elegía; Acontecimiento del soneto; Oda al crepúsculo, Cántico, Un brasilero en París, Magias, Estación central; Finisterra; O soldado raso; La noche misteriosa; Calabar; Mar océano y Crepúsculo civil.
El ruido del mar
Los domingos por la tarde vuelvo al cementerio [viejo de Maceió donde mis muertos nunca terminan de morir de sus tuberculosis y cánceres mortales que atraviesan el olor marino y las constelaciones con sus toses y gemidos y sus imprecaciones y sus esputos oscuros y en silencio los desafío a volver a esta vida que desde la infancia vivían lentamente con la amargura de los largos días adherida a sus [existencias monótonas y el miedo a morir de los que contemplan el [crepúsculo cuando, después de la lluvia, las hormigas cubren el suelo maternal de Alagoas y ya no [pueden volar. Les digo a mis muertos: levantaos, volved a este [día inacabado que os necesita y precisa de vuestra tos persistente [y de vuestros gestos airados y de vuestros pasos en las calles torcidas de Maceió. Regresad a los sueños insípidos y a las ventanas abiertas hacia el calor sofocante. Los domingos por la tarde, entre los mausoleos que parecen flotar en el aire azul suspendidos por [el viento, el silencio de los muertos me dice que nunca no [volverán. De nada sirve llamarlos. Del lugar en el que están [no hay regreso. Sólo nombres sobre lápidas. Solamente nombres. [Y el ruido del mar.
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Las herramientas
En las ferreterías de Maceió, la noche llega todavía con la claridad del sol en las calles ardientes. Pero alguna vez el silencio vendrá a inquietar a los alagoanos. El escorpión reclamará un refugio en el mundo desolado. Y el amor se abrirá como se abren las conchas entre las algas de la bajamar. En las estanterías, los utensilios se estremecen cuando las puertas se cierran con estruendo. Destornilladores, tuercas, tornillos, lo que cierra y lo que abre se reúnen como una promesa de constelación. Y sólo [entonces se hace de noche en las calles de Maceió.
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Las necesidades
Una puerta cerrada no es suficiente para que un [hombre esconda su amor. También necesita una puerta [abierta para poder partir y perderse entre la multitud [cuando ese amor estalle como un barril de pólvora en el arsenal alcanzado [por el rayo. No basta un techo para que un hombre se proteja del calor y de la tempestad. Para huir del [relámpago, cuando la lluvia cae en el silencio del mundo abierto como una fruta entre dos estruendos, él necesita un cuerpo tendido sobre la cama, un cuerpo al alcance de su mano todavía temerosa de avanzar en la oscuridad. En la noche que declina, en el día que nace, el hombre necesita de todo: del amor y del rayo.
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uailafElicuraChiuailafElicuraChi
Chile
iuailaf Elicura Chiuailaf
Kechurewe, 1952. Poeta, oralitor. Médico Obstetra. Es integrante de la Academia Chilena de la Lengua; colaborador de revistas nacionales: El Periodista, Punto Final; Escritor en Residencia en la Facultad de Literatura de la Universidad Católica de Santiago, (2011). Entre sus obras (mapudungun / castellano): El invierno y su imagen 1977; En el país de la memoria, 1988; El invierno, su imagen, y otros poemas azules, 1995; Muestra de oralitura indígena de América, 1997; Recado confidencial a los chilenos (ensayo, 1999). Ha recibido numerosos premios, entre los que se cuentan: poesía (1994); Mejores Obras Literarias del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, ensayo, (2000); Premio Municipal de Poesía, Santiago (1997). Lista de Honor de IBBY, International Board on Books for Young People (Organización Internacional Para El Libro Infantil Y Juvenil), 2010.
Sueño azul
La casa azul en que nací está situada en una colina rodeada de hualles, un sauce, castaños nogales un aromo primaveral en invierno —un sol con dulzor a miel de ulmos— chilcos rodeados a su vez de picaflores que no sabíamos si eran realidad o visión [¡tan efímeros! En invierno sentimos caer los robles partidos por [los rayos En los atardeceres salimos, bajo la lluvia o los [arreboles, a buscar las ovejas (a veces tuvimos que llorar la muerte de alguna [de ellas, navegando sobre las aguas) Por las noches oímos los cantos, cuentos y adivinanzas a orillas del fogón respirando el aroma del pan horneado por mi [abuela, mi madre, o la tía María mientras mi padre y mi abuelo —Lonko de la comunidad— observaban con atención y respeto Hablo de la memoria de mi niñez y no de una sociedad idílica Allí, me parece, aprendí lo que era la poesía las grandezas de la vida cotidiana, pero sobre todo sus detalles el destello del fuego, de los ojos, de las manos Sentado en las rodillas de mi abuela oí las primeras
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[historias de árboles y piedras que dialogan entre sí, con los animales y con la gente Nada más, me decía, hay que aprender a interpretar sus signos y a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento Tal como mi madre ahora, ella era silenciosa y tenía una paciencia a toda prueba Solía verla caminar de un lugar a otro, haciendo girar el huso, retorciendo la blancura de la lana Hilos que en el telar de las noches se iban convirtiendo en hermosos tejidos Como mis hermanos y hermanas —más de una vez— intenté aprender ese arte, sin éxito Pero guardé en mi memoria el contenido de los dibujos que hablaban de la creación y resurgimiento del [mundo mapuche de fuerzas protectoras, de volcanes, de flores y aves También con mi abuelo compartimos muchas [noches a la intemperie Largos silencios, largos relatos que nos hablaban del origen de la gente nuestra del primer espíritu mapuche arrojado desde el Azul De las almas que colgaban en el infinito como estrellas Nos enseñaba los caminos del cielo, sus ríos
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sus señales Cada primavera lo veía portando flores en sus orejas y en la solapa de su vestón o caminando descalzo sobre el rocío de la mañana También lo recuerdo cabalgando bajo la lluvia torrencial de un invierno entre bosques enormes Era un hombre delgado y firme Vagando entre riachuelos, bosques y nubes veo pasar las estaciones: Brotes de luna fría (invierno), luna del verdor (primavera) luna de los primeros frutos (fin de la primavera y comienzo del verano) luna de los frutos abundantes (verano) y luna de los brotes cenicientos (otoño) Salgo con mi madre y mi padre a buscar remedios y hongos La menta para el estómago, el toronjil para la pena el matico para el hígado y para las heridas el coralillo para los riñones —iba diciendo ella Bailan, bailan, los remedios de la montaña —agregaba él haciendo que levantara las hierbas entre mis manos Aprendo entonces los nombres de las flores y de
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las plantas Los insectos cumplen su función Nada está de más en este mundo El universo es una dualidad: lo bueno no existe sin lo malo La Tierra no pertenece a la gente Mapuche significa Gente de la Tierra —me iban diciendo En el otoño los esteros comenzaban a brillar El espíritu del agua moviéndose sobre el lecho pedregoso el agua emergiendo desde los ojos de la Tierra Cada año corría yo a la montaña para asistir a la maravillosa ceremonia de la naturaleza Luego llegaba el invierno a purificar la Tierra para el inicio de los nuevos sueños y sembrados A veces los guairaos pasaban anunciándonos la enfermedad o la muerte Sufría yo pensando que alguno de los mayores que amaba tendría que encaminarse hacia las orillas del Río de las Lágrimas a llamar al balsero de la muerte para ir a encontrarse con los antepasados y alegrarse en el País Azul Una madrugada partió mi hermano Carlitos Lloviznaba, era un día ceniciento Salí a perderme en los bosques de la imaginación (en eso ando aún). El sonido de los [esteros nos abraza en el otoño Hoy, les digo a mis hermanas Rayén y América: Creo que la poesía es sólo un respirar en paz —como nos lo recuerda nuestro Jorge
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Teillier— mientras como Avestruz del Cielo por todas las tierras hago vagar mi pensamiento triste Y a Gabi Caui Malen y Beti, les voy diciendo: Ahora estoy en el Valle de la Luna, en Italia junto al poeta Gabriele Milli Ahora estoy en Francia, junto a mi hermano Arauco Ahora estoy en Suecia junto a Juanito Cameron y a Lasse Söderberg Ahora estoy en Alemania, junto a mi querido Santos Chávez y a Doris Ahora estoy en Holanda, junto a Marga a Gonzalo Millán y a Jimena, Jan y Aafke, Juan y Kata Llueve, llovizna, amarillea el viento en Ámsterdam Brillan los canales en las antiguas lámparas de hierro y en los puentes levadizos Creo ver un tulipán azul, un molino cuyas aspas giran y despegan Tenemos deseos de volar: Vamos, que nada turbe mis sueños —me digo— Y me dejo llevar por las nubes hacia lugares desconocidos por mi corazón.
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esHoracioBenavidesHoracioHo
Colombia
oracio Horacio Benavides
Bolívar, 1947. Cursó estudios de Artes Plásticas en el Instituto Departamental de Bellas Artes, Cali. Actualmente está vinculado a la Asociación para la Promoción de las Artes Proartes, en Cali, donde realiza talleres de poesía con niños. Le fue otorgado el Premio de Poesía de la Secretaría de Cultura de Bogotá en el año 2001 y el Premio de Poesía Eduardo Cote Lamus en el año 2005. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Orígenes; Las cosas perdidas; Agua de la orilla; Sombra de agua; La aldea desvelada; Sin razón florecer; Todo lugar para el desencuentro y De una a otra montaña (Obra reunida). Ha publicado también dos libros de adivinanzas: Agua pasó por aquí y Ábrete grano pequeño.
Solo va el hombre solo en su mula la luna pone en camino a los dos jinetes una mula es de silencio la otra de casco sonoro un jinete va por el puente el otro por el rĂo los dos se encontrarĂĄn cuando entren en lo oscuro
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Escuché tu llamado, madre y cogí fuerzas para levantarme Era de noche y me fui adivinando el camino Quise guiarme por el sonido de la quebrada pero el agua no se oía, sólo los perros ladraban a mi paso Esta es la casa de Juan Chilito me decía pues eran tres los perros que ladraban Cómo no iban a ladrar si me faltaba la cabeza Voy por donde Pedro Daza pues ladran como cuatro o como seis volvía y me decía Cómo no iban a ladrar si me faltaban las piernas Al fin di con tu casa, madre Tu casa como una nube blanca entre tanta negrura Pensé que dormías agotada por la pena y no quise despertarte y me fui yendo por donde había llegado
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Oigo en la hondonada un perro un perro que ladra y ladra como persiguiendo presa Debe ser Evelio Silva corriendo por el bosquecito escarbando en los troncos podridos comiendo gusanos blancos Evelio Silva que luego sentado en la colina con la cabeza en alto otearรก el viento
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RegueiroArlenRegueiroArlenRe
Cuba
RegueiroArlen Regueiro
Ciego de Ávila, 1972. Poeta, narrador y dramaturgo. De formación autodidacta. Es, desde 1992, miembro de la Asociación Hermanos Saíz de jóvenes artistas y escritores, de la cual fue secretario ejecutivo y vicepresidente en la provincia Ciego de Ávila durante los años 1998 y 2006. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Fue uno de los integrantes de la Gira Nacional de Poetas y Trovadores La estrella de Cuba, por el Bicentenario de José María Heredia, 2003. Durante el 2006 participa en la Gira Por la Ruta de Martí, recorriendo junto a un amplio grupo de jóvenes escritores e intelectuales cubanos el trayecto de nuestro héroe nacional desde Playitas de Cajobabo hasta Dos Ríos, donde realiza varios recitales poéticos junto a varios poetas de su generación.
Ciudad de rostro oscuro Fragmento
Entonces uno de los siete ángeles de las siete copas vino a decirme: Ven, voy a mostrarte el juicio de la famosa prostituta establecida al borde de las grandes aguas. Con ella pecaron los reyes de la tierra, y con el vino de su idolatría se embriagaron los habitantes de la tierra. Dicho esto, me llevó al desierto: era una nueva visión. APOCALIPSIS
I Dicen que el tiempo nos legó la desmemoria que se nos vino encima como un agravio [interminable mutándonos todo las manos graves de existir y el temblor hirsuto del silencio Dicen que extraviamos el hombro derecho el corazón de inviernos malherido por la espalda que somos nada Dicen que no volvemos y en la palabra se nos dilatan los naufragios cuando el mundo es un reflejo una mirada oscura [intransitable II Puesto que toda ciudad puede habitar en otra yo te saludo libertad errante yo te aclamo en el riesgo de las llamas que se ciernen sobre ti como la serena aventura de los rostros
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III Ciudad transparente
yo te escucho de [memoria en el himno maternal que me precede Soy instrumento cuerpo indetenible donde alumbrar el abismo donde la ciudad es más que Ciudad Promontorio de arenas Isla Morada del imposible Universo IV Pero la ciudad no es el ciclo exacto de la duda ni el temible vértigo donde los años renuncian a la sed de otros parques La ciudad no es respuesta solo pregunta no es lo que se dice sino más bien lo [que se ignora Impuros vitrales que corrigen la luz Páramo que asoma al margen de sus ruinas y amanece cual relámpago V Desde todos los días me recorro en los umbrales infinito como el ángel mutilado del otoño cuando tu cuerpo ciudad [no es el que resucita sino aquel que aduerme la partida [mas no sueña sacrificando toda su rigidez su pasmo
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VI Mi rostro no es mi rostro sino un continuo azar de invocaciones que precoz se yergue y vacila reencarna en mí y piedra le padezco cuando me duele y es el adviento la intemperie danzando en la entraña fatal de la tormenta VII Diminuta ciudad quiero poseerte atravesar todo el polvo la sal que me engendra el cuerpo de un hombre por el ave nacida ayer ceniza de mi vientre Ciudad límite frontera Precipicio de constelaciones Ciudad agua incendiada Inmanente de la tierra reencarnas en mí y piedra te padezco cuando son los espejos otro rostro otro cuerpo en el cual la ciudad siempre es la misma procurando el semblante que las llagas me [oscurecen
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ataCrist贸balZapataCrist贸balZap
Ecuador
pataCristóbal Zapata
Cuenca, 1968. Ha publicado los libros de poesía Corona de cuerpos (1992), Te perderá la carne (1999), Baja noche (2000), No hay naves para Lesbos (2004), Jardín de arena (2009) y el cuarteto narrativo El pan y la carne (2007), Premio Nacional de Cuento Joaquín Gallegos Lara de ese año. Ha editado la antología de relatos de Huilo Ruales Historias de la ciudad prohibida (1997), y la poesía reunida de Roy Sigüenza, Abrazadero y otros lugares (2006), ediciones precedidas de exhaustivos estudios introductorios. Actualmente trabaja en el Departamento Curatorial de la Bienal de Cuenca.
La niña en el charco
Desprevenida con su falda corta veo pasear a la niña sobre el charco. Ignora que el agua es azogue donde se refleja su calzón blanco. Descubierto su secreto más tierno en ese turbio espejo de agua sólo quiero volver a encontrar su imagen entre las ondas que deja a su paso. Pero es tan súbito y fugaz el misterio más repentino y veloz que el deseo o el aire. Cuando torno a abrir los párpados sobre el opaco cristal ya no hay nada. Apenas consigo con mis dedos acariciar la suave ondulación del agua.
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Ritual
Ceremonia tantas veces reiniciada: una mujer desnuda abre sus piernas despacio, en silencio y le recuerda a tu cuerpo que tiembla la hĂşmeda cavidad de tu origen el manantial nocturno de tu escritura.
De Te perderĂĄ la carne.
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26 de septiembre de 1998
Then night, the nigth-the jungle hour ROBERT LOWELL
Esta noche no está en los planes de nadie, se anuncia baja y larga, larga. Para aplazar el duelo, el desquiciamiento hemos abocado nuestros cuerpos a un deseo [amargo: en un abrazo hemos deshecho el amor, tan pronto perdimos su memoria. En la oscuridad se escucha ya la desbandada de los lebreles. La cacería ha empezado: siento el terror de los esclavos, el pánico [ancestral. Vamos a destrozarnos sin ninguna convicción ni [destreza pero tan velozmente como dos iniciados. Destruirse es un don natural: los hombres lo hacemos demasiado bien.
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aManlioManlioArguetaManlioAr
El Salvador
rgueta Manlio Argueta
San Miguel, 1935. Poeta y novelista. Algunas de sus obras: En el constado de la luz, poesía, 1968; El Valle de las Hamacas, narrativa, 1968; Caperucita en la Zona Roja, Premio de Novela de Casa de las Américas, Cuba, 1977 y Rosario de la Paz, novela, 1996. Ha dirigido la Librería Universitaria y el Departamento de Extensión Cultural en La Universidad Nacional en San Salvador. Actualmente dirige la Biblioteca Nacional. Otras de sus obras son: Canto a Huistalucxitl (1956/57); Un hombre por la patria; De aquí en adelante (1970); Las bellas armas reales (1979); Un día en la vida (1981); La guerra florida (1982).
Sobre un ramo de rosas que te ofrecí
De un retrato que Sir Edmund me pidió de Antonia
¿Somos una serie de frases desencasilladas? Postrarse ante la realidad patas arriba Donde sólo nosotros nos paramos sobre la cabeza. ¿Qué hacemos —decí— qué hacemos mientras [esos muchachos se pegan de balazos en el corazón? ¿Qué hacés vos para tener conciencia de la felicidad? ¿La felicidad es una botella de aguardiente casero? ¿Mamá viviendo conmigo y mis hermanos en una [casa de putas? ¿Dar vueltas alrededor de un jardín zoológico? ¿Recabar datos en la computadora bestial? ¿Qué hago cuando discutimos sobre los animales inteligentes que somos, escribiendo poemas robados a otros más [inteligentes pero quizás un poco menos inmortales por eso [de la alimentación base? ¡Somos una serie de frases desencasilladas! ¿Nunca habrá tiempo suficiente para contener en [esta copa de teatro lírico a la humanidad? No hay duda, Antonia, en esta lucha deben [parecerse los buenos Y los malos. Y nosotros que hemos ido como colgajo de ropa [sucia De la mano de algunos quizá más poderosos, Llevando ese complejo más cabrón que todas las [desesperaciones:
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La inferioridad como luminosa tragedia. Conclusi坦n sobre la vida: Una cesta donde resplandece el pellejo de los [muertos. Esa palabra tuya Revelando al mundo lo desconocido. 多Tenemos derecho a considerar estas cosas [sencillas? 多Esa terrible paranoia, esa locura, de aprender a cantar a los seis a単os para salvar la vida?
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Poema Birth control
Esta noche no dormiremos juntos, hay sarampión en la ciudad y podrías quedar embarazada, cosa grave: parirías un monstruo, una flor. Morirías entonces de pesar y yo de frustración me moriría. Esta noche no dormiremos juntos, no beses esta piel de perro en celo. No me hagas caer en tentación. Podrías concebir lo que no quiero. Además, mejor vivir sin hijos ¡por Dios! con tanta mala muerte.
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wakMarkNowakMarkNowakMar
Estados Unidos
rkNowak Mark Nowak
Nueva York. Poeta, activista social y profesor universitario. Es un poeta documental, crítico social y activista sindical, cuyos escritos incluyen hasta Apagar apagar (epílogo de Amiri Baraka), “Editor’s Choice”, del New York Times y el libro recientemente publicado sobre los desastres mineros del carbón en los EE.UU. y China, La montaña de carbón elemental (2009). Adrienne Rich ha escrito sobre su obra, “la regeneración de la rica tradición de la literatura de la clase trabajadora”.
Preguntas para la discusión en clase:
¿Cuáles creen ustedes que son algunos de los costos secundarios de la extracción del carbón? Escuché el anuncio, tenemos 12, — tenemos 12 vivos. Miré a los otros que estaban en la habitación, esperando una reacción, porque no vi que nadie saltara de inmediato. Y entonces vi a alguien apretar una y otra vez el puño cerrado, y entonces me di cuenta de que habían escuchado el mismo anuncio que yo. Le comenté a alguien que la otra vez yo había tocado las tejas del techo cuando había pegado mi salto. No podía creer el anuncio. Simplemente pensé que era fantástico. Entonces arranqué a correr. Entré por la puerta de atrás, salí por la puerta lateral hacia el frente de la oficina de la mina, gritando, aullando. Estábamos así — y no sé quiénes entre todos los presentes lo hizo, pero sé que yo lo hice. Me acerqué al menos a cuatro o cinco de ellos tratando de gritarles en la cara, decirles que se despertaran. Incluso llegué a ponerles las manos encima, sacudiéndolos. Algunos de ellos no hicieron lo mismo que yo. Recuerdo que se tomaron la molestia de poner una lámina de madera sobre el suelo de la mina para que se sentaran, lo arreglaron todo ellos mismos— lo que para nosotros los mineros es una cama en la que sentarnos. Sabes, los que extraen el carbón no se sientan directamente sobre el suelo, siempre ponen algo sobre él. Y esa es una de las cosas que se me grabó en la mente, esa, que ellos lo hicieron así.
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Extensión: Estimular a los estudiantes a que diseñen otra simulación de ganancia/pérdida para una industria distinta. Recuérdenles que deben pensar en todos los costos asociados a la industria y tratar de crear un ejercicio que pueda realizar en corto tiempo el resto de la clase. Díganles que preparen una hoja de cálculo para que la completen los otros estudiantes después de participar en la simulación, en la que puedan calcular su ganancia o su pérdida.
Traté de examinar a todo el mundo, — le tomé el pulso a todos. Buscaba un pulso. Y creo que la mayor parte de ellos había sufrido de hemorragias hasta quedar exangüe, y había algunas evidencias físicas que estaban a la vista. Quiero decir que pensé, sabes, en las hemorragias, en que la mayoría se había desangrado, en algunos de ellos había espuma, mucha espuma, y un pulso. Estaban helados. Y parecían haber fallecido.
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Tang Xufang, esposa de uno de los mineros desaparecidos, trajo su ropa desde uno de los dormitorios, hizo un montón con ella y le pegó fuego, una vieja tradición china que, algunos creen, permite que los muertos a los que amaron usen los objetos en la otra vida. “¿Por qué nos abandonaste tan pronto?”, aulló Tang mientras arrojaba una maleta rosa sobre la fogata. Tang dijo que habló por última vez con su marido, Xiao Guangshun, un día antes del accidente. La llamó a su casa en la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, para decirle que le había enviado por cable 125 dólares. Después del accidente, Tang se dirigió a la mina en tren, pero no pudo cruzar la barrera de la policía hasta que arribaron los reporteros chinos, horas después, y exigieron que abrieran las puertas. Bien, el procedimiento regular, si tiene usted tiempo para reunir los materiales y llevarlo a cabo, es tomar bloques de concreto o fragmentos de piedra y encontrar un lugar apropiado y construir un muro y tratar de no dejar ningún orificio. Entonces toma usted lo que tenga a mano, un panel de madera, una cortina o cualquier cosa, y trata de taparlo bien y sellarlo. Si no encuentra nada más, se usa barro del piso. Uno está hablando de momentos de desesperación. Lo lamento. Sólo quería… explicar esa parte del asunto. Era amigo cercano de todos estos muchachos que murieron así y sé por lo que pasaron. Los hombres que murieron. Era mi equipo.
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CuChocMayaCuChocMayaCuC
Guatemala
Choc Maya Cu Choc
San Miguel, 1968, hija de padres qeqchi’es. Sus primeros textos poéticos publicados aparecieron en la revista de Emprofola en 1986 y en la revista Noticias de Guatemala, bajo el seudónimo Nicté del Valle, en 1991. En el año 2002, a invitación de Francisco Morales Santos, publica su primer libro en solitario, La rueda, con la Editorial Cultura. Un tercer libro, Recorrido, es publicado en el año 2005 sin sello editorial. Este título contiene una selección de textos de sus anteriores libros más otros textos inéditos. Es integrante del equipo de Comunicación del Segundo Encuentro Mesoamericano de Estudios de Género y Feminismos (FLACSO, IUMUSAC, VOCES DE MUJERES. Guatemala, mayo de 2011).
Zaz
un machetazo zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro zaz, otro Y sigo viva IncreĂblemente, sigo viva y veo las caras de todos los que me pegan y veo las caras de los demĂĄs la boca tapada los ojos ausentes queriendo no ver y sigo viva yo queriendo ver Ahora mi cuerpo se aguada y ya no siento el dolor mi boca tapada oĂdos abiertos el zaz final y mi cabeza cae y rueda a mis pies y a los pies de ellos
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hay sangre hirviendo pero me fui con mi cabeza rodante uno la agarró yo, que tuve un salvaje ancestro que ofreció el cuerpo de la abuela de mi abuela a sus dioses eternos hoy soy sacrificada, de nuevo, sin razón y mi cabeza queda ahí ojos abiertos oídos abiertos boca tapada pero aún tiene ganas de gritar mi boca y gritará...
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Mayo
Habrá algo en cada pino para mis sueños habrá musgo en cada espacio de mis venas
habrá
habrá flores en cada espina de esperanza una canción en cada paso de alma estará mi mundo crecido en cada una de ellas las que son de ellos los que viven
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osテゥテ]gelLeyvaJosテゥテ]gelLeyv
México
va José Ángel Leyva
Durango, 1958. Poeta, narrador, periodista, editor y promotor cultural. Ha dirigido importantes revistas nacionales, entre las que destacan Alforja y La Otra, Actualmente dirige la Coordinación de Publicaciones de la Universidad Intercontinental. En 1999 recibió el premio del XXIX Certamen Nacional de Periodismo, en el área de reportaje cultural, otorgado por el Club de Periodistas. Ha publicado más de quince libros, entre los que destacan: Botellas de sed (1988); Catulo en el destierro (México 1993 y 2006, Francia, 2007); Entresueños (1996); Aguja (España, 2009); (Italia, 2010), (México-Quebec, 2011), Habitantos (Colombia, 2010). Otros de sus libros son: La noche del jabalí. Fábulas de lo efímero (novela) 2002.
Nagual 1 Falange darwiniana
De los cinco hay uno que gobierna El dedo acusador no tuvo suerte de ser segundo en el índice animal Homínido Obediente a sueldo apunta y dispara sobre el otro El cordial juega a hacerse el inocente cuando llega primero al placer Suele también significar obscenidad y ofensa El superego está en el anular Paga los platos rotos o esconde la mano en [situaciones en que es preciso mentir y aparentar aplomo Con el meñique se llega a acuerdos y a amistades [largas Entre los más pequeños el contubernio es la [constante pero no deciden qué hacer ni son imprescindibles Cuando el pulgar se alza frontal ante los cuatro toca sus puntas y vuelve a recordar la hazaña Él deshizo la ruta del mono y lo llevó al [entendimiento No hay vuelta atrás La vida es una cuenta regresiva El futuro es esta luz perdida en las cenizas La mano agarra empuña toca cuenta pulsa juega acaricia escribe gesticula con los cinco sentidos y las cinco falanges del saber El pulgar domina en la tribuna el circo Empoderado apunta aprobatorio el cielo o deja caer sin gravedad la uña hacia la tierra Sentencioso mordaz individual alegre el dedo gordo revienta la asamblea Multánime se eleva o condesciende a ser arma o instrumento huella dactilar pasaje visto bueno
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Nagual 2 Ente
El paso de la noche al alba, de la tarde al sueño: [mediodía de un pueblo abandonado. Hurgas en el vientre de un cadáver. Carroñeas infancias. Su terror te [sabe a fósforo y a calcio, a juego inmortal entre las fauces. La muerte niña no se cansa de inventar más [trabalenguas, que lenguan la traba con un esparadrapo. No hay mortajas de verdad en estas ruinas. [Hablan las piedras de casas señoriales. Discuten los huesos con enseres y con clavos. Láminas de hierro y de cartón muerden el polvo o como alfombras mágicas se [elevan. Se oxidan y se pudren los viajes muy temprano, [antes siquiera de empezar la historia.
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Nagual 3 Alas
¿Has puesto la carnada al ángel? La trampa y el [anzuelo están desocupados. Eres la burla del demonio; no deja de alterar la ubicación del tiempo. Fíjate [bien por dónde andas. Tal vez no has removido los [escombros y hay un rumor de alas inaudible. Fíjate bien donde se aprieten más la sombras, su cuchicheo es [argamasa de nombres y de oídos. No temas despertar y ver [que no eres nada de aquello que escuchaste. Estás allí, [atento a cada señal de la memoria, pendiente del agua que [beben el camaleón y el buitre. Todo camino al más allá cambia de sitio.
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sesVidaluzMenesesVidaluzMen
Nicaragua
nesesVidaluz Meneses
Matagalpa, 1944. Licenciada en Humanidades con mención en Bibliotecología, Universidad Centroamericana. Poeta, ensayista y articulista. Perteneció al equipo fundador del Ministerio de Cultura de Nicaragua en 1980. Fue Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Centroamericana, (UCA) 19921997; Enlace Nacional de la Coordinadora Civil (2002-2005), entre otros. Ha sido promotora cultural y activista social. Algunos de sus títulos en poesía son: Llama guardada, poesía (Managua, Nicaragua, 1974), Llama en el aire (Antología Poética 1974-1990). Managua (1991), Sonreír cuando los ojos están serios (2006).
Compañera
Sacudís con firmeza las cadenas y su atronadora caída no te estremece. Vas al encuentro de tu destino infinito de persona. Hacés propio tu nombre y lo sembrás como bandera en territorio liberado. Ya nada te detiene Ya vos misma reconocés tu propio paso. Dueña de tu camino. Consciente de la porción de historia que te corresponde, compañera.
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Última postal a mi padre general Meneses
Debiste haber cumplido años hoy y ya no estás, para tu bien. Guardo tus palabras y tu postrera ansiedad por mi destino, porque la historia no te permitió vislumbrar este momento, mucho menos comprenderlo. El juicio ya fue dado. te cuento que conservo para mí sola tu amor generoso. Tu mano en la cuchara dándole el último desayuno al nieto, haciendo más ligera la pesada atmósfera de la despedida. Cada uno en su lado, como dos caballeros antiguos y nobles abrazándose, antes el duelo final, fatal.
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Karla Dolores
Karla Dolores es un poema japonés. Sus ojos fueron hechos de palabras rasgadas. y su piel, de finísima porcelana, fue robada a Lin Fu, el alfarero. Karla Dolores, el mejor poema que tu madre no escribió: tú te hiciste. Karla Dolores es un poema japonés que en su pequeñez mueve inmensidades.
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anSosaLilianSosaLilianSosaLili
Paraguay
ianSosaLilian Sosa
Asunción, 1954. Es actriz e hizo teatro y cine. Escribe poesía en guaraní y en castellano, parte de la misma está publicada en antologías, revistas, y en el libro Ha Ko’ë Sapy’a (Y de pronto amanece). Es también autora de cuentos cortos y de literatura para niños. Como artista plástica firma sus obras con el seudónimo de Talili.
Se derrite la luna
Desde allá, desde mis tendones, reptas por mi cuerpo; entre suaves caricias muy lentamente subes y, a mitad del camino, un instante te detienes: a los costados del nido de la selvática luna recoges miel. Porque deseas llegar a las recónditas entrañas de esa luna hurgas en las orillas del paraíso, alimentas silencios, lames los veneros plenos y, ya en total desasosiego, arde la selva: yo jadeo, tú tienes sed; mi cuerpo viborea, la fiebre se mece en nuestro lecho y rezuma gotas de luna desleída. En la linde de la desesperación siento que te arrastras; vas trepando por mi cuerpo y, como tizón encendido, latiendo entras en mí: bulle el manantial, la cintura se contrae, hay suspiros, gemidos, jadeos, se encienden los bríos;
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hay un temblor de pies, un ovillarse y, al reventar el cansancio, declina la fiebre. Se derrite la luna, se deslĂe. Y al lloviznar en la penumbra baĂąa de leche su nido.
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Semidiós
Cuando miro tu cuerpo se yergue una larga fuerza frente a mí, a horcajadas, completamente desnudo. Y a mí misma me digo: ¿será ése en verdad un hombre o un semidiós redivivo para mí? Me estremezco por tenerte; y, sin poder contenerlas, mis manos buscan tu piel ardiente para de nuevo empezar a conocerte. Cuánto amo tu cuerpo, madera de fuego, leño, kurupa´ y primigenio que arde fácil y se deshace cuando lo acaricio. Otjalá fuera sólo mío la hermosura de tu cuerpo y tenerte —como te tengo— y cuando alimentes mis estremecimientos, mi vida te sentirá suya, cuando ya el tiempo esconda sus cenizas.
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rreDidaAguirreDidaAguirreDida
Perú
aAguirreDida Aguirre
Tayacaja, 1953. Doctora en Ciencias de la Educación, docente universitaria en la Universidad Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco, ha publicado en las revistas: Canto de los Colores y Nostalgias Andinas de México, entre otras. Libros publicados en quechua con traducción al español: Arcilla (1989). Jarawi (1999) ganador del Primer Premio en el Segundo Concurso de Poesía en Lengua Quechua, organizado por la Universidad Nacional Federico Villarreal, Lima. Incluida en las antologías: de Poesía Peruana siglo XX, de los años 60 a nuestros días, por Gonzales Vigil. (1999), y Poetas Peruanas de antología, por Ricardo Gonzales Vigil (2010). Libro en edición Qaparikuy.
En la tierra de candela
Es mi cabeza plomo puro mis ojos brasas ardientes gusanito de candela fría en tu fuego helado me cuajara con estas llamas habitado en mi corazón hojitas de capulí ¡ay si tus hojitas yo fuera! en este holocausto del mundo yo que en el nudo de esta tierra estoy enraizada.
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Wamani padre mío, desde las calaveras y los huesos yacentes de tu falda (ofrenda vivificante de los profanos) estoy arañando la tierra caliente de tu corazón, para cobijarme en las tormentas y relámpagos y en el cobre mismo de tu piel. Wamani Padre mío, necesito ahora la unidad de tu viento, lluvia y tus manos de puquial en el fuego crepitante del horno de mi corazón cerca muy cerca a tus ojos de tierra.
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Esos tu ojitos rajados y tu rostro moreno como arcilla cocinada botón de oro nudito de agua es. ¿acaso el sol te está besando mucho en su regazo de relámpagos? ¿acaso el viento a tu carita colorada está lastimando mucho? tú que sólo en las quebradas y abras creces amante corazón mira esta flor de espinas cantando desde el origen de los manantiales ojo del arco iris a esos tus ojitos rajados a ese tu rostro moreno como la arcilla cocinada.
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oMilรกnEduardoMilรกnEduardoM
Uruguay
Milán Eduardo Milán
Rivera, 1952. Por motivos políticos se exilió en 1979. Residente en México, fue miembro del consejo de redacción de la revista Vuelta y es actualmente miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (FONCA) de México. Entre sus publicaciones se pueden contar: Estación estaciones (1975); Esto es (1978); Nervadura (1985); Errar (1991); Nivel medio verdadero de las aguas que se besan (1994); Habrase visto (2004); Unas palabras sobre el tema (2005); ensayo: Una cierta mirada (1989) y Ensayos unidos (2011); Pulir huesos. Veintitrés poetas latinoamericanos, 1950-1965 (2007) y, en colaboración con Andrés Sánchez Robayna, José Ángel Valente y Blanca Varela, elaboró Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (2002).
cochambre una grasa que se adhiere al recipiente —al receptor, al lector al consumidor de poesía que va a donde— ¿a dónde va? por la barda de piedra bajo los álamos sigue un destino de piedra discontinua coche hambre entre estas tierras el hambre va a pie con el vaho de la luna llena encima ¿dónde es pie, lejos? noche hambre ¿a dónde va? precisamente a ninguna parte en eso se parece —en parte— al viejo poema colgante de las ramas del atardecer Europa no escribiría así está situada en el fenómeno, igual que los “hermanos” detrás del muro en el fenómeno, han rejuntado un tal nosotros por oposición al ellos total, y no me siento luna amarilla, plato amarillo siempre sin sus dos cubiertos al costado el tercero es prescindible, se bebe.
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hora de que explique la samba —o samba é brasileiro, sem explicar mais do que o movimento corpo de baile, mulher que move a praia pra cá do mar, nao mete areia na água— la samba metafísica la samba más allá del porche, del porqué por eso el Che nos arrasa cada vez que mueve el sol —sin permiso— ¿no hemos pedido demasiado [permiso que, al tenerlo, ni el permiso nos cree, ve azorado ése quién es? a la casa, al apartamento que se renta casi a sí mismo con esa clase que aprendió, media -no me atrevo al techo-de-lata-leche-escasa del postigo viento fustigado —ganado la historia del permiso, de la ganadería, monstruo que no deja ganar— estoy diciendo liso, llano [verbal, pradera adentro, la que entra al alma, la domina samba que le da un ajuste al cuerpo, al alma lo correntino, lo entrerriano, ahí va miren el río Gualeguay le dice el Gualeguay —ay, les dice lo mismo le dice el Uruguay —ay, les dice.
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eso que se ve tan parecido a un paisaje es un paisaje fue intimidad de hueso sostenía un barco sobre el agua sostenía el frágil equilibrio de la vista aún ondulando, péndulo, corcho perdida la botella verde que llevaba el SOS cuatro colores —violeta verde, rojo y el que guardas bajo el ala alumbraron un atardecer, tú y yo, intenso hoy descompuesto en jarchas— convulsivos balbuceos de jarchas no sos, sólo eres.
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El Caribe
asmarMichéeDasmarMichéeDa
Haití
asmar Michée Dasmar
Puerto Príncipe, 1980. En su poesía se evidencia la experiencia de haber vivido el terremoto que sacudió a Haití en el 2010. El poeta Dasmar, aparte de asumir y dominar el creole, realizó y culminó estudios del idioma francés en la Universidad de las Antillas, Guyana. Esto corrobora la realidad multilingüística de ese universo culturalmente plural y diverso que es este Caribe al que pertenecemos, entre muchos otros, por igual Venezuela y Haití, unos en sus insularidades y otros desde esta fachada continental de la cual siempre seremos los bolivarianos una puerta abierta. Actualmente, Dasmar vive en Barinas (Venezuela), y lideriza junto a algunos universitarios e intelectuales venezolanos, dirigentes culturales y sociales, la creación del Colectivo BolívarPetión, organización orientada a estrechar los lazos entre estos dos países.
He visto a mi juventud evaporarse como el viento arrastra al humo del cigarrillo. Un viento violento rápido como un clic en internet, un flash fotográfico. Se fue, surfeando por el aire para jamás volver a ser. He visto a mi juventud saltar del ascensor y caer en un pasado muerto, huyendo como ondas de melodías extrañas.
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Se lucha por días, se lucha por años, constantemente el desaparecer de una juventud egoísta y fuerte puestos confortables ocupando. Permanecer es su plan hasta que el enemigo, la muerte más violenta, ejerce su juicio y el polvo regresa a su origen, la tierra.
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Puerto Príncipe, Haití quiero contarte patria mía cómo ellos me han tratado. Hice mía la patria de Simón. En tu ausencia, Puerto lindo, ellos me amaron y yo con gran amor recibí el cariño de los hijos de Alí. Puerto Príncipe mío ten paciencia, pronto estaré contigo.
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pringerEintouSpringerEintouSp
Trinidad y Tobago
pringer Eintou Springer
Escritora, bibliotecaria y promotora cultural. En 1986 se graduó de Ciencias de la Información en la Universidad de Londres, Inglaterra. Fue Directora de la Biblioteca Nacional de Patrimonio desde 1993 y Diputada de la Asamblea Nacional Democrática. En 1994 fue miembro del Sistema de Información Cultural de Latinoamérica y el Caribe. Fue la primera escritora de Trinidad y Tobago que participó en el Festival de Poesía de Edinburgh. En 1996 mereció la Medalla de Plata Hummingbird por su aporte a la cultura de su país. Fue incluida en Ah come back home: perspectives on the Trinidad and Tobago Carnival (2000). Preparó The Caribbean: the lands and their peoples (1987, en coautoría), y es autora de los poemarios Out of the shadows (1986) y Moving into the light (2000).
Sobreviviente
Ustedes me conocen mi nombre Sobreviviente. Sobrevivo a través de la fuerza de la cultura mía, que golpea con ritmo en el cuero del tambor; que golpea con ritmo en el acero de la lata, que canta en la canción de calipso. Cuando me arrancaron de raíz del vientre de mi mae en África, los mares se volvieron rojos y millones murieron en ese enorme cruce en el que me trajeron aquí para hacer azúcar de caña Rey; pero me llamo sobreviviente. Me hacen esclavo, un huérfano, un árbol arrancado desde la raíz,
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pero me llamo sobreviviente. En estas nuevas tierras el Caribe, echo raíces nuevas, y tiendo ramas también, porque me llamo sobreviviente. En guerra declarada con subterfugios, doy la pelea con toda mi fuerza, y rompo las cadenas que me ataban prieto, porque me llamo sobreviviente. Ahora yo todavía peleo para saber quién soy, para quererme a mí mismo, para liberar mi mente, sobreviviendo sobreviviendo a través de la fuerza de la cultura mía, que golpea con ritmo en el cuero del tambor; que golpea con ritmo en el acero de la lata, que canta en la canción de calipso;
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sobreviviendo, sobreviviendo, a travĂŠs de la fuerza de la cultura mĂa. Me llamo Sobreviviente.
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Jamaica
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Jamaica. Poeta y profesora. La poesía de Shirley actúa como testigo de lo que sucede a su alrededor, sin embargo, es un testimonio sesgado, que ha llegado a ser tan enredado en la vida de sus “personajes”, que poco a poco hemos llegado a la convicción de que ha borrado las líneas que nos permiten distinguirla de las personas que entran en su trabajo. Y sin embargo, a pesar de su inteligencia espiritual, se trata de poemas de la sensualidad terrenal y el humor festivo que están plenamente arraigados en el día de todos los detalles de la vida, amor, temor, riendo y con esperanza. Es autora del bestseller jamaiquino La que duerme con los huesos (2009).
¿Dónde está Dios en medio de todo esto?
Es difícil de tragar que el cuerpo se esté vaciando —el constante flujo de las heces color alquitrán— cuando sabes que el cáncer no tiene nada que buscar en la cueva de una mujer que cultivaba rosas y que trajo un árbol de mango desde la mismísima Jamaica para los vecinos que no podían darse el lujo de viajar. Luna, rebanada de la luna, hija de la señorita Iris la chismosa del pueblo y del señor Zacarías, el granjero, debiste haberle dicho “no” al hombre negro azulado que pidió tu mano en matrimonio e infierno pero no podemos culparlo por el residuo de lágrimas contenidas que se tornaron tumores en tu páncreas; lo amaste a él, y a los hijos que te dio. Debemos forzarnos a aceptar esto como lo has hecho tú: ¿Alguna vez oyeron ustedes todo lo que le [hicieron a Jesús? Esto no es nada.
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Esto no es nada. Tiramos de la sábana manchada que está debajo [de ti balanceamos tu peso de un lado al otro. Esto no es nada. Tú sonríes, con la sonrisa de un viajero que por fin ve las puertas del paraíso justo ahí, a la vuelta del camino. Esto no es nada. Cepillamos tu cabello entretejido de plata, ya prácticamente sin brillo, te frotamos hielo sobre la boca, masajeamos tus piernas hinchadas. Esto no es nada. Salimos de la casa a llorar, nos quedamos cerca de la puerta en caso de que se nos convoque a presenciar tu último aliento. Nos reímos del más joven de tus hijos porque no ha dejado de llorar desde que nos dieron la noticia. Dile de nuevo, abuela —esto no es nada.
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El poder de la oraci贸n
I Tirada en la orilla como algo que no ha querido un pescador roja y latiendo en la luz dorada del ocaso. II Me muerdes con el fervor de alguien que tiene a Dios en la boca.
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ánDavidCortésCabánDavidCortés
Puerto Rico
ésCabán David Cortés Cabán
Arecibo, 1952. Ha publicado: Al final de las palabras (1985); Una hora antes (1990); El libro de los regresos (1999); y, Ritual de pájaros: Antología personal 1981-2002 (Mérida, Venezuela, El Otro el Mismo, 2004). Su libro inédito Islas, saldrá próximamente publicado por la Editorial Monte Ávila, Caracas, Venezuela. Sus reseñas literarias y poemas han sido publicados en revistas y periódicos de Estados Unidos y el extranjero. Actualmente trabaja en un nuevo libro de poesía titulado: La leve superficie.
Dichosos otros que han visto más
Ahora nuestra casa es una paloma que se aleja en el mediodía sus ojos no me ven porque soy un extranjero un saltimbanqui que desconoce su oficio Quién pudiera padre besar sus hermosas barbas Pero me he puesto a cantar para que usted no vea mi destierro He ido caminando hasta llegar al riachuelo hasta alejarme un poco de la ciudad de los niños que bostezan a esta hora las mujeres que miran la catarata hecha por [manos de hombres y me miran a mí que no entiendo su idioma y me refugio a la orilla de un árbol árbol que me ofrece su gran ramaje porque ya no lo verán los ojos que pasan con las pestañas adormecidas ah ese camino que cruje sin más verde sin más sol Ya no espero nada padre a la verdad no espero [nada Solo veo a los que pierden su amor han nacido y no tienen mucho tiempo para pensar en sus pasos Yo lo he dejado todo para ver mi casa volando lo veo a usted apretando mi mano más hermoso y radiante más leal sin más riquezas que estos hijos sin condecoraciones Dichosos otros que han visto más bástenos a nosotros la leve ramita donde anida el [dulce canto y el paisaje de la casa volando.
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Y ahora quién sostiene al mirlo
Y ahora quién sostiene al mirlo quién la inauguración del próximo instante porque llega rodando como leve isla y se detiene y es el perfil para los que pasan y no ven pero el mirlo es el mirlo un círculo solamente un pequeño jirón de plumas silbando en el viento un lujo y un yugo para mí que hubiera preferido [no verlo porque vuelve una, otra y otra vez (los mirlos [insisten) y deja su brillo en el cristal.
De Ritual de pájaros.
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Oscuro sin más lealtad
Oscuro sin más lealtad que estas palabras que encienden la noche y sus esferas yo te persigo sin sosiego como si fueras un hermoso desafío rigor del amor y sus placeres migajas que recojo a ciegas de aquel profundo fuego inextinguible jardín o fábula de bienaventuranzas de quien ardió en la hoguera de quien arde
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rmolJoséMármolJoséMármolJos
República Dominicana
séMármol José Mármol
Santo Domingo, 1960. Poeta y ensayista. Estudió Filosofía, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduándose, en 1985, con honores académicos, y posgrado en Lingüística Aplicada, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Fue profesor de Filosofía y coordinador de esa cátedra en importantes universidades dominicanas como la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino. En 1982 obtuvo el diploma de Lengua Francesa, que otorga la Alianza Francesa de Santo Domingo.
Medio día en el Ozama
Techos que son huella del despojo y la miseria. Aguas retenidas en su fluir de penas. Vivir es acaso pender de lo terrible. El paso de los autos se oye a distancia; es un rumor de frases de plomo, sordomudas; es una espuma negra batida por las barcas, un brazo de muñeca, un zapato vencido. Una ribera triste, arrodillada, la que a los puentes habla sus desdichas. Vivir es acaso encender la vellonera, beberse la botella, atarse cada noche con ardientes caderas, hasta que el día siguiente devuelve los ayunos. Un río es el himno milagroso de la vida. Un río es alimento necesario de la muerte, lo deshecho indefinido, el tránsito lento de la podredumbre. Los transeúntes sueñan con encontrar sus rostros en el flujo de lodo vegetal, en la estela que anuncia la luna como un ruego. Los fósiles confiesan sus ansias incumplidas, ilusiones por cobrar, promesas arrastradas por las últimas crecidas. Techos que son humo, vapor, putrefacción. Vivir es, acaso, clavarse al madero de los días miserables y cansados. Cuerpos que son huellas de dolor y agonía. Techos que son hojas del viento de la ira.
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El barrio carioca de Copacabana
Cuánta gracia despierta resumen esos cuerpos, bellamente tallados por la calamidad. Exhibe poderosa la ciudad su decadencia y el Cristo vigilante, empinado al cenit, implora compasión a la Virgen de los Prietos. Yo retorno solo por ruidosas aceras; hube dejado atrás contriciones y orgías de máquinas veloces en calles encendidas. Los buses azuzaron la osadía de las aves y un testimonio queda de elevadas paredes roídas por la mugre, de niños cuya suerte abonó un plomazo atroz. Retorno solitario, alguien se me opone en glamoroso traje de peligro y porfía. Surjo de la nada, sabiéndome un extraño, me pierdo en un tramo de la multitud, de seres aferrados a su mismidad, gente que sube y baja sin subir ni bajar, detenidos en un triste reposo que se inflama. Asmático es el mar del barrio de Ipanema, en San Conrado es ágil y en Botafogo extenso y sereno como un cielo. Ese mar voluptuoso con almizcle y piruetas, se come iracundo, como animal sagrado, las radiantes nalgas y bíceps morenos de la muchedumbre, allá en Copacabana. Los cariocas no toman en casa el café, arena y asfalto les convidan temprano. A toda hora pesa la música en el viento, alcoholes desperezan sus cándidos demonios, comedores de frutas, churrascos y legumbres. Libera los muchachos, hijos del desamparo, que beben y disfrutan sus últimos prodigios, la pelota de fútbol, la lluvia en el portal, la mirada inconclusa de una muchacha en cueros, diciéndote reposa, me voy a desnudar. La voz de Gal Costa, Chico Buarque, la magia en los dedos de Jobim. La calle Ulrich me acogió en un viejo aposento, desde donde miro a las
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seis de la tarde, turistas y buhoneros, prostitutas y pillos, las tiendas y los rostros ungidos de dolor. Bajo la noche mansa y deleites votivos, la ciudad enternece a esbirros y sicarios, a presbíteros jóvenes de agobiante pobreza. El circo resplandece al despuntar la luz, con pequeños altares sembrados en las rocas, provistos de baratas ofrendas e intenciones. Los cariocas son presas de la veneración a los dioses del aire, del sexo y del sol. Solitario me dejo flotar por pinos altos y cenagosos lagos, en un corrillo espeso de la noche más clara, donde opalina tiembla la ciudad de mis sueños, la ciudad de lo horrendo y lo sublime copulando. Río de Janeiro, ciudadela del cosmos. Asmático es el mar y mece sus angustias. Ahora la gente danza, ríe, se saluda, la pelota de fútbol, la samba, el alcohol.
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Europa y Ă frica
oXuanBelloXuanBelloXuanBelloXu
España
XuanBelloXuan Bello
Paniceiros, 1965. Publica en 1982 su primer libro de poemas, Nel cuartu mariellu, escrito con tan sólo dieciséis años. Ha sido cofundador de algunas revistas asturianas como Adréi, Zimbru y colaborador asiduo de otras como Clarín. Actualmente colabora, entre otros medios, con El Comercio y el ABC. Invitado a los festivales internacionales de poesía de Bilbao, Palma de Mallorca y Barcelona. Su último libro publicado es: Nel cuartu mariellu (1982); Llibru de les cenices, Los nomes de la tierra (1990); El llibru vieyu (1994); Los caminos secretos (1997); La vida perdida (1999). Antología bilingüe Ambos mundos (2010). Premio Ramón Gómez de la Serna, que concede un jurado de críticos al mejor libro del año publicado en Madrid, por Historia universal de Paniceiros, entre otros.
Cabo Vidio (Cudillero)
Crece y danza el mar, entrega su cuerpo de espuma y lejanía a las rocas de mi cuerpo. Yo vi zarpar negras naves hacia la ausencia negra. Yo soñé contigo en la tierra estéril los palacios blancos, las estrellas nuevas, el rumbo exacto de la belleza. Vivir vive en mí, el corazón de los marinos muertos en su viaje. El desierto entrevisto por mi abuelo en Dakar. La nostalgia de una carta que a punto estuve de enviar. Conozco un muelle en el que estuve solo y sé lo que duele el destierro y ser de ningún sitio. El mar. El mar. El mar. Imagen divisada en un atlas de la infancia. El remanso azul de tu vientre, la curva de la piel cuando deseo. Islas de luz alzándose en lo oscuro. La flor azul de la aventura y lo que yo más amo.
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Maya
Guiados por la mano secreta del aire van por el camino, lentos, los bueyes del sol. Es verano y anochece. De la espesura del silencio surgen voces jóvenes y escolares. Ese acento perfecto de la sed (¿no oyes el fluir del río en la distancia?) acompaña hoy mis palabras. Nada más perturba el paso de las horas, del tiempo que dulcemente va quemando paja dorada y tierra reseca. Mientras tanto pasas, con la bicicleta de la mano, ríes y saludas alegre. Otra vez cumplo quince años y tú apenas trece.
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Paniceiros
Conozco un país donde el mundo se llama Zarréu Grandiella Picu la Mouta Paniceiros Un mundo que perdió sus caminos Jerusalén levantada en la palma de la mano de un [niño Un mundo que era alto luminoso esbelto Naciente y fuente y vocación de río Donde los hombres callan y el silencio es renuncia Donde olvidamos el ser Donde claudicamos Un país donde la casa cae cae el hórreo el puente el molino la iglesia el hombre también cae Donde la mirada era pura sencilla la huella que había dejado la nube en el cielo Donde tan sólo nos queda la memoria corrompida de la infancia Nuestra soledad Este abandono nuestro.
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ouinYvesJacquesBouinYvesJacqu
Francia
uesBouin Yves Jacques Bouin
1951. Es comediante y dedica gran parte de su arte a las lecturas y la creación de espectáculos poéticos. Es el creador de la asociación La Voz de las Palabras (2002), en la que fue responsable de los festivales literarios TemPoésie y Salut Poètes! Participó en 1995 en la edición de la revista Courant d’Ombres. Figura en cinco antologías publicadas por la editorial Le Temps des Cerises, la última en 2011: Nous, la multitude. Algunas de sus publicaciones recientes son: Par celle (2011). Elle ne passe jamais bien loin (2010). De mots et d’amour (2007). Otras publicaciones: La parole en appel dans le silence des mots (1989). Une passée de paroles (1997).
Las lágrimas que revelan o tragamos
Por ellas Que anuncian la vida En la desolación de las carnes Que inundan el duelo de los deseos Iluminan la mirada de los por qué Que brotan en el interior Y el cuerpo pesa lleno de ellas Que separan o reparan Un gesto las espanta una sonrisa las retira Retenerlas aumenta La brecha de los enigmas del amor En los sollozos de las partidas La sangre caliente de los regresos Una bolsa de agua se enrolla Estalla y corre como lava División de las aguas en los cuerpos Lo que ignoramos de la alegría o el dolor Para las que brillan al borde de la pestaña Vienen calientes y saladas de un oleaje fecundo Y proveen sin retener los alimentos del sexo El dorso de una mano ya no basta En el océano inmenso del ojo caen Las lágrimas
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Entre silencio y ruido la voz plantea los enigmas
Por ella De la que no sabemos bien Lo que canta Por las palabras que eleva El silencio que alcanza Las guerras que admite Los amores que sostiene Enjambre de sonidos en el fondo del cuerpo Que transportan a los siglos hiel y miel Compa帽era sin tregua Como la marea al borde de los labios A lo hondo va Y viene de la respiraci贸n Que es ella Inquieta o serena Agua de los deseos y de los encantos A las suaves o violentas horas del drama A garganta anudada O a garganta desplegada A veces como un mantel de paz se extiende La voz
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La habitación de infancia la habitación de enfrente
Por ella Cuya ventana pliega Bajo la luz de los pasos Levantamos la mirada hacia su resplandor de [página vacía Su resplandor de ensoñaciones una noche de luna [llena La lámpara como una fiesta inmóvil Bate su plenitud de silencio Pasamos por la ciudad De una sola ventana por mil Solo queremos descubrir allí la sombra incierta De un movimiento de mujer del que ningún [cuerpo se viste Por ella cuya lámpara sigue encendida Uno vuelve sobre sus pasos A alimentarse de la hendidura Que la luz dé a luz En la nostalgia del tiempo que se repite Como las palabras del poema Nostalgia de la que el tiempo se alimenta Las bodas del regreso Es una esperanza de palabras ¿Vueltas al pasado? Deseamos un rostro Una mirada una sonrisa Tomaríamos toda una noche En sus brazos la inquietud La puerta se abre apenas un ruido Lo oscuro de pronto habita el vacío Al otro lado del olvido familiar se adivina La habitación
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gZoëSkouldingZoëSkouldingZoëS
Inglaterra
ëSkouldingZoë Skoulding
Poeta, músico, escritora y profesora. Sus más recientes poemarios son: Remains of a Future City (2008), preseleccionado por el Premio Libro Gales del Año 2009, y The Mirror Trade (2004). Ha realizado trabajos en colaboración con otros artistas, como el poeta Ian Davidson con quien publicó Dark Tires (2007); From here, con imágenes de Simonetta Moro (2008), y You Will Live on Your Own Cathedral con sonido de Alan Holmes (2009). Es miembro del grupo Parking No-Stop de Rock Alternativo, cuyo álbum Species Corridor fue dado a conocer por la discográfica Klangbad en 2008. Ha dictado conferencias en la Universidad de Bangor, y ha sido editora de la revista trimestral internacional Poetry Wales durante 2008.
TRADUCCIÓN DE KATHERINE HEDEEN Y VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ
Biblioteca
donde los libros se han fundido unos con otros y los títulos se han decolorado ellos dejan una memoria de papel de palabras fijadas en la materia filtración de tinta bajo la superficie la letra aparece al otro lado de la página como dos historias que retroceden y avanzan a la vez tenías que decidir había algo que perder y volver a encontrar años más tarde amarillo en una bóveda estrujado o apenas zorruno lo salvaje ya clandestino había algo inflamable donde jugarte la vida en el calor de sus lomos la repetición de una palabra una y otra vez debajo de la prensa a martillo traída al mundo
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Columnas 2
oh ciudad radiante tus bulevares se alzan en domos cada uno marca el punto de visiones o decapitaciones desde este punto el arreglo estรก completo su partitura debajo de mis manos que se agitan la falsa nota desterrada como los pobres que improvisan una vida en alguna parte en los suburbios el laberinto se ha convertido en un muro de tejo singular sus caminos canalejas de tinta en los ramos los espectadores se sientan afuera los poros de sus cuerpos se abren con el placer que disfrutan tan fรกcilmente afectados por el aire que amarillea el papel donde se les escribe mientras la lignina se rompe todas las partes de esta ciudad deben estar puestas en รกngulo hacia el
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sol pero debajo en los pasajes de cristal de joya nos hartamos de amatista y pájaros de azúcar compuestos en texturas pluma broche itálica muy por encima de nosotros donde el techo de vidrio se filtra electrónica callada de siringa y garra y por dentro no escuchas mientras los nervios y el corazón te estallan música de cámara anecoica sin fin y los muertos solo dejan de comprar cuando mueren
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NderituCarolineNderituCarolineNd
Kenia
derituCaroline Nderitu
Finales de los años 70. Nderitu es una poeta, promotora de los derechos de la mujer y ambientalista. Se inició en la poesía a la edad de cuatro años, se formó en la Universidad de Kenniatta en 1997. Su trabajo es conocido por enviar mensajes de consolidación y unión de los grupos étnicos de Kenia y hace énfasis en la necesidad de introducir mejoras en el sistema de alfabetización en África. Tiene tres publicaciones en su haber: Los versos de Caroline, Toca tu tambor y Solamente amor.
Para llegar a un lugar completamente nuevo
¡Necesitamos salir del lugar Donde el canto y el cuento De nuestros niños de África Siente casi siempre tanta pena! A un lugar donde Las vidas de nuestros niños desborden Con momentos y eventos De realización, de logro Necesitamos llegar a llegar a un lugar [completamente nuevo Necesitamos salir de un lugar En el cual la mayoría de nuestros niños Reciben burlas y son sofocados Por el furioso, feroz, vicioso anillo de la miseria Heredado de una generación a la siguiente Como algo que la madre entrega a su descendencia Para llegar a un lugar de verdadera [transformación radical Un lugar en el que podamos abrazar la necesidad De sofocar la tentación de la codicia [contemporánea Cuando tantos de los nuestros viven en la desgracia Necesitamos llegar a llegar a un lugar [completamente nuevo Necesitamos salir de un lugar Donde esperar y desear Por Mejoría Desarrollo La conciencia del propio poder
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Momento a momento Se convierte En el elemento que define Cómo viven y cómo deberán vivir nuestros niños A un lugar en el que Le estrechemos la mano a la oportunidad Donde disfrutemos de la cálida compañía de la [educación Y dónde nos dé por volar, con las alas de la [transformación Y que nuestros niños se eleven, se eleven, ¡Y digo se eleven Para que lleguen a cualquier forma de nombrar Que los distinga! Necesitamos llegar a un lugar completamente [distinto ¡Necesitamos llegar a un lugar en el cual Cada niño esté seguro de estar seguro Cuándo sea Dónde sea Quién sea Que él o ella sea! ¡Necesitamos llegar a un lugar Donde nosotros Nosotros mismos estemos orgullosos de cómo [sonamos Cuando nos definimos a nosotros mismos!
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¡Necesitamos llegar a un lugar en el cual Nuestra imagen No pida disculpas Por quienes realmente somos! Yo voy a llegar a un lugar completamente nuevo ¿Vendrás tú?
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Venezuela
S贸ReynaldoP茅rezS贸ReynaldoP茅re
Venezuela
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Tocuyito, 1945. Poeta y maestro del verso breve. Llega a Maracay en 1966 para estudiar Ingeniería Agrónoma y luego a París (19671969). Publica por primera vez sus poemas en la revista venezolana Zona Franca y más tarde en el “Papel Literario” de El Nacional. En 1971 funda con Alejandro Oliveros, J.M. Villarroel París, Eugenio Montejo y Teófilo Tortolero la revista Poesía, que más tarde estará a su cargo por más de cien números. Imparte Talleres de Lectura de poesía en 1975, en la Universidad de Carabobo, en donde realiza estudios de Medicina y Educación hasta el 2000. Actualmente ejerce la Medicina en el Centro de Medicina Integral de la Alcaldía de Valencia. Fue el poeta homenajeado en la octava edición del Festival Mundial de Poesía, Venezuela 2011.
sĂŠ que soy la causa de algĂşn mal nada encuentran sino este ser que calla y que nada sabe como el viento
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no me importo porque yo no soy un hecho de importancia como mi padre o como mi madre ellos eran diferentes o el pedazo de tierra tras la casa eso era mĂĄs importante
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a momentos hablo solo en este cuarto yo supongo que alguien me oye atentamente e incluso me contesta las cosas que digo no las sé nunca pero pienso que debo tener algún buen amigo repartido en cualquier lado le hablo hasta por horas él me asiente inclinado al otro extremo de la cama lo que me da más miedo es que una noche se pierda o se quede dormido y se olvide de pronto entonces corro hacia la puerta golpeándome
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torpe y sabio sapo extendido en la charca si entro sales y salgo si entras cuando la vaca venga estarĂŠ quieto y dulce
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frente a la puerta no hay sino la puerta solo ella impenetrable un vacĂo se me cubre a la vista camino hacia ella ausente
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la cortina sube hasta el viento y el hombro se deja llevar donde el mismo no tiene sue単o y demasiado viento aire sobre las hojas idas y juguetes en aquellas manos propias se es feliz por una y otra gota de agua la vaca ha de mirarme eternamente
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todo el imperio de un hombre se reduce en ir hacia él la sombra que sustenta el mástil y el velamen se empeña en colocar otro lugar que de donde vaya traiga sus pertenencias de él sólo viene y de sí se hincha ser pobre en el sonido del mueble avejentado ocaso del imperio todo rei y substancia
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Px
la paciente de la 4a. cama es demasiado vieja para parir su carne manchada de obscuro su abdomen globuloso y espectacular se infla hacia abajo alguien se queda viendo y demasiado pronto la vida nueva se resbala roja verdosa y blancuzca como tripas de un volcán es demasiado vieja es demasiado pequeño el niño junto a otro enorme de 4 kilos pero la ventaja entre uno y otro es casi ninguna porque la madre del otro es demasiado joven y el dolor fue demasiado intenso cuando las tijeras cortaron los tres planos profundos como con odio la madre vieja nada le interesa sabe que las tijeras no la cortaron que las suturas no se hicieron y que un niño aunque flaco seguirá siendo un niño
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es un mercado
la sala de los enfermos llora uno y una médica explica los gases arteriales del paciente pequeño que tuerce los ojos y su respiración no parece existir pálido sudoroso y frío la enfermera se desplaza a la cama de enfrente y rompe una ampolla de un medicamento puro cristalino trasparente mientras la enferma mira la jeringa resignada ayer se murió éste fue muy tarde pero este otro está esperando darlo de alta y vaya a su casa que es mejor morir viendo el cielo y donde los gases arteriales circulen silenciosos dentro del cuerpo de uno en el silencio de uno
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he visto mi calavera detrás de mi piel quizá es por la luz incidiendo desde un lado que blanquea más el pelo y una palidez se marca y se aprofunda a los lados pero la belleza que me contrasta también a los lados hace que luzca la vida en un nudo ligero casi suelto de una mano ausente en un movimiento venido desde algún recuerdo que regresa después que los años contaron hijos o restaron amigos y familiares de las conversas o después que no se pudo pedir perdón con alguien que dejó la puerta cerrada
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se dispuso
sobre la mesa extendido claro era abierto el sol sobre una esquina sin palabras pues los ojos estaban tan ciertos contra el techo que nada se haría más amplio que el estar ahí acostado ningún aroma ruido o el acorde diera un movimiento uno solo que todos esperaran
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QueroReinaQueroReinaQueroRein
Amazonas
naQueroReina Quero
San Juan de Manapiare, 1965. Pertenece al pueblo indígena Baré. Se inició como poeta en el liceo Santiago Aguerrevere en el año 1984, bajo la tutela del profesor Bernardo Rojas quien incentivó a un grupo de jóvenes a incursionar en la poesía. En un periódico de la localidad se publicó por vez primera una de sus obras. Fue fundadora de la página literaria “Kurimakare” del boletín Biblioselva en el año 1994. Actualmente pertenece del grupo de poetas y escritores amigos de la Biblioteca Pública del Estado. Ha dado a la publicidad su obra Kurimakare.
Amigo poeta
No es tan fácil ser poeta arte de entretejer palabras, es hilar las ideas en la cabeza y dejarla crecer en cada corazón contar con una fuente de inspiración, la sensibilidad humana y la libre imaginación. Amigo poeta alma del pueblo ¡Lo que vibra en la vida hermano! un buen amigo que te acompaña en el quehacer cotidiano. El que va de mano con la realeza, con elegantes profesionales y la olvidada pobreza. Amigo poeta agua que se derrama en el desierto de la cruel ignorancia de niños, jóvenes y ancianos, brinda oportunidad al caído y al infeliz desorientado. Claras líneas del divino saber enseña a escribir y a leer. Amigo poeta semblante de lo escrito peregrino de caminos no recorridos, llena los espacios con tus gritos pintor de paisajes en el cielo infinito. Consuelo del alma sola y triste del niño abandonado y hambriento en las calles de mil peligros y muertes. Amigo poeta creador de frases valientes relucientes en suprema imaginación universo vivo en el deleite del soñar
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barco repleto de ilusiones saltarinas desde una flor hasta una ágil bailarina. Acumulador del desperdicio ajeno e hilador de nuevos horizontes. Amigo poeta de semblante taciturno a veces tomado por un vagabundo. Mente cuajada de ideas enternecedoras lenguaje universal de sordos y mudos el que ríe su derrota y llora su triunfo. Desconocedor de cadenas y fronteras el gotear del manantial en agua fresca. Amigo poeta declamador de emociones confianza del corazón enamorado es la esencia de la vida misma, es la amarga miel y la dulce hiel, es el clarín de las voces retenidas, es la que oprime el verdugo en los labios de los sufridos. Amigo poeta libertador de horizontes de verdades de oprimidos de aptitudes de emociones de almas. Amigo poeta labrador de conciencias…
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Mis ojos Fragmento
Mi Dios… Por provocar tu enojo río de aguas… Descendieron de mis ojos. Mis ojos son horizontes por donde corren libres caudales de emociones hasta desvanecerse en cálidos suspiros. Mis ojos son oasis en un embravecido desierto que brama en dolor la ardiente soledad que derrama mi alma. Mis ojos son cuencas que vierten diluido el dolor de mi pecho marcando surcos a través de los años. Mis ojos son ventanas donde se asoma mi corazón revestido de paciencia en espera de la promesa aún sin cumplir… Mis ojos son riachuelos que riegan con ternura el retoño de mi esperanza que en marzo floreció en un frío amanecer…
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nzรกlezMarcosGonzรกlezMarcosGo
Anzoátegui
onzálezMarcos González
El Tigre, 1958. Especialista en Dificultades de Aprendizaje, Especialista en Dinámica de Grupo, magister en Orientación de la Conducta. Profesor universitario. Fue presidente del Ateneo de El Tigre. Dirigió la revista literaria Escarabajo. Coordinador de la Bienal Literaria Tomás Alfaro Calatrava. Ha obtenido las siguientes distinciones literarias: Bienal Nacional de Poesía Ipasme, Bienal de Poesía Mercedes Pérez Freites. Ha publicado Celajes de la sombra, (2004), Soles húmedos (2007), ¿Es la escuela un paraíso? (2010).
No hay inocencia Adolescente apenas empuĂąa la destreza oral Promete engullir hasta los bronquios Traga pues Nadie vendrĂĄ por ti
De Celajes de la sombra.
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Bailan el muerto para espantar la muerte En ella viven ahuyentado la tumba Y como pueden viven la vida agujereada DĂĄndole voces al cielo con las detonaciones Para que no se duerma Dios en el horizonte Pues apenas un simple parpadeo Y la sangre ensancha sus dominios Por eso prolongan el silbido del acero Y dan la fiesta de las balas perdidas Para que duren las ganas de no estar triste Y sean breves las fatigas Que se cuelgan en el cielo al revĂŠs
De Celajes de la sombra.
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El antiguo doblez de la apariencia
te subyuga el abismo negro del espectĂĄculo devora tu comedia la petrificada razĂłn de tu pequeĂąa imagen te amortaja
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edaRadayOjedaRadayOjedaRada
Apure
ayOjedaRaday Ojeda
San Fernando de Apure, 1984. Poeta. Abogado egresado de la Universidad Bicentenaria y Especialista en Crítica de Artes por el Instituto Universitario Nacional de las Artes, Argentina, 2010. Miembro fundador de la Bienal Nacional de Literatura José Vicente Abreu y de la Comisión Conmemorativa del Centésimo Natalicio del poeta Julio César Sánchez Olivo. Se ha desempeñado como facilitador del programa Cultura en Curso y como trabajador del Sistema Nacional de Imprentas. Ha publicado Plaquette de poesía (2008) y Tinaja de oscuro paisaje (2009) ha tomado cursos en las siguientes áreas: idiomas modernos, derecho, arte, filosofía, cine, semiótica y antropología. Actualmente coordina la Plataforma del Libro, Pensamiento y Patrimonio Documental, adscrita al Gabinete Ministerial de la Cultura del Estado Apure.
Nostalgia
Siempre víctima del sueño diurno, nunca fui capaz de auscultar esa lejanía. De repente vienen hasta mí, lugares donde mi madre hundía sus manos y arrastraba oro bajo mi lengua. Lejano como el arco del cielo, así la sombra cierra mis ojos. La sed inflama la noche, guinda a sus tobillos, huesos para conjurar el buen viaje de los navíos. Cada mordisco en el lomo, ilumina los rudimentos de niebla, que ofrendan los dioses para plantarnos su milenaria nostalgia de animal huido. Pero a dónde la orilla, si la proa busca el signo abandonado en las mohosas riberas del Arauca. Algo grazna en la boca del estómago, se asemeja mucho a ese templado lenguaje, que tantas veces oí de los canoeros de mi tierra, allá lejos, muy lejos, donde el llanto alumbra esa quemadura que dejan los ríos.
De Casa de oración y ayunos, inédito.
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PARADO en línea horizontal cavé la tumba del sol mis manos dragaron ansiosas la suciedad con que aparecían los amaneceres las uñas se consumieron ofrendándose al barro y a la podredumbre. Creí retornar al sitio pecaminoso donde fornicaron mis ojos con tres bestias en celo rumiantes al son de la luna,
¡odié la vida!
Soy animal de carga sin pasto, sombra o agua semoviente de una mujer blanca. El epitafio del sol resume mi fiel existencia. La planicie quema una de mis costillas esta tierra es negra, oscura. El sol hiere las manías del ojo y escupe fuego desde las aquiescencias.
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Las cenizas que se levantan huelen a memoria, mientras zamuros con turbantes encendidos: vuelan sobre mĂ, creyĂŠndome un cadĂĄver.
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rcosVeroesMarcosVeroesMarcosV
Aragua
VeroesMarcos Veroes
Barquisimeto, 1965. Es docente graduado en el área de Lengua y Literatura del Pedagógico de Maracay. Se desempeña como maestro de Aula. Ha publicado el libro de relatos titulado Vencedores (1986). Su obra ha sido incluida en la Muestra de minificción Aragüeña (19792000) en el año 2001 y en el Cuento breve en Venezuela (1970-2004) (2005). Se ha desempeñado como editor y diagramador del Sistema Nacional de Imprentas El perro y la rana durante los años 2009 y 2010. En la actualidad es el delegado del ámbito editorial de la Red de Escritores Socialistas de Venezuela en el estado Aragua, también dirige la revista literaria Pie de Página de la misma agrupación.
NO HAY SOMBRA pálida que me sustente. Quiero estar en el campo con los bucares los cedros y los mijagües que regalan su espacio mundano porque les sobra tiempo. En la sombra del árbol no hace falta iglesia o capilla para encontrarme.
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Rompe en destellos el hielo a mitad de la noche ahoga las risas de mujeres vulgares Nada mejor que el aroma de robles modelados en barricas de robles encendidos sin fuegos Tu cuerpo en mi boca enciende regustos Mi garganta con tus fuegos se aclara y declaro tu fuerza tu tono
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Me han maldecido tantas veces que ya no encuentro calma las imágenes la poesía las palabras lo poético me abandonan Es muy tarde para reescribir para empezar de cero Afuera la luna ilumina las calles adentro la sequía envejece al cuerpo la falta de sal cumple su tarea La nobleza de estos tiempos reposa en lo impredecible a la apuesta de que no vuelvo sobre mis pasos jamás
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edoAnaMaríaOviedoAnaMaríaOvie
Barinas
iedoAna María Oviedo
Valera, 1964. Poeta, editora, músico y promotora cultural. Realizó estudios de Letras en la Universidad de los Andes. Asesora permanente de la Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, coordinadora de la Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo del estado Barinas en sus cuatro ediciones, fue coordinadora del Consejo Nacional de la Cultura y presidenta del Instituto Autónomo Municipal de la Cultura y Patrimonio de la Alcaldía Bolivariana Socialista del Municipio Barinas (20082010). Ha publicado De fuego o de ceniza (1997), Flor de sal (2000), Ruegos (2001), la antología Domingo oscuro (2007) y Crueles, treinta y siete canciones y un poema de amor (2010).
Fragmento
I C贸mo muestro el deseo. Su amarga fuerza esta vez busca la belleza. Me conmueve una voz, un canto 谩spero. II Callada, aprehendo tu agreste belleza, claro animal sin artificio. III Inocente. Separado de las palabras como por un seto de espejos. IV No dices palabra. Insisto en que tu lengua sea flor de sal sobre mis quemaduras.
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V Habla. Aún entre tus brazos me cercan las palabras. VI Me hiere tu pálido quehacer, tu mudez obstinada. Tocas mi fondo de algodón, bello, hábil y cálido, pero ningún secreto logra estremecerte. VII Vuelo secreto. Levedad que te separa de mi piel hasta que, hermoso, te diluyes en el aire. VIII Dices no. Me demoro en el centro del fuego y el silencio.
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IX Un ĂĄngel es menos cruel que mi deseo. La culpa nada dice sobre ĂŠl y las palabras son ciegas ahora que por primera vez contemplo. X Hago este amor desde el silencio. Las palabras describen, cifran, sellos de fuego. XI En las noches, es tu desnudez mortal, terrible, la Ăşnica luz.
De Flor de sal.
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Bolívar
rer María Elena Ferrer
Ciudad Piar, 1973. Escritora y poeta. Licenciada en Letras con mención en Historia del Arte, egresada de la Universidad de los Andes en la ciudad de Mérida, Venezuela. Ejerció como asistente en el Departamento de Curaduría del Museo de Arte de Lima, Perú (2003 2004). Directora del periódico comunitario El Pescador, del Núcleo de Desarrollo Endógeno Aldea de Pescadores, Anzoátegui (2007). Investigadora y Coordinadora del Departamento de Museología del Museo de Arte Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar (2009- 2010). Poeta y ponente invitada al Festival Mundial de Poesía, Bolívar, Venezuela (2010). Ha publicado En medio de las bestias (2010).
Las poetas del Feng shui
Salí del óvalo imperfecto, salí por curiosidad; salí bienaventurada, salí coronada, salí con la metáfora reluciente, con la palabra cocinándose en el caldo flamígero de la saliva y la herejía. Me aguijoneó el vaho blando, el tupido miasma. Recorrí las arenas rojas, la explanada inhóspita. Atravesé ruinas monolíticas, bosques de hiedra y oloroso cedro, coexistí con la salamandra, la orquídea, el perro siamés. Bullía en una dimensión vegetal. Aglutiné verdores, leguas circulares, irrumpí en el lagar, recinto lustral donde se pisotea la petulancia, maldije el cáncer de los pájaros, los malos versos, las malas poetas, las poetas del Feng shui las poetas a ratos, esas de la retórica vaga, imprecisa, las del verbo relativo, rumiante, las que defienden la gramática del horóscopo, las inseparables, las medusas de cabellos alisados. Me faltó el aire, me faltó indulgencia, me refugié en los limosos manglares,
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me acrisolé con la lluvia fría, con el río que origina y funda ciudades, con el bálsamo del azufre quemado. La boca pétrea disipó las espesas nubes, se tragó entera la tiniebla. Me abracé a la fiebre de las hojas, a las flores purpurinas. Empecé la danza del réprobo, la extravagante liturgia de los jaguares asexuados, la melopea agreste de la aeda solitaria, bienaventurada coronada imperfecta.
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La Belleza
¡La Belleza! ¿Dónde la Belleza? ¿En el jeroglífico de la piedra? ¿En el rostro trifacial de alguna divinidad? ¿En los solsticios y equinoccios? ¿En el blanco sobre blanco? ¿En la dura nuez? ¿En la perspectiva renacentista? ¿En una gárgola corroída? ¿En un carruaje tirado? ¿En lo andrógino? ¿En el cortejo y coraje prometido? ¿En la felicidad hurtada? ¿En lo pasmoso, prodigioso y portentoso? ¿En la aspiración del ladrillo? ¿En el mediodía solitario? ¿En el prodigio del pistilo? ¿En la majestad de los santos? ¿En el extravío del lirio? ¿En el amparo y desamparo de los hoteles? ¿En la sutileza y la puñalada del genio? ¿En las arenas? ¿En el temperamento de la naturaleza? ¿En el presagio del trueno? ¿En los ojos que aguardan con las luces apagadas? ¿En el cordero? ¿En el pez? ¿En el almíbar de la fruta? ¿En el sudario del ausente? ¿Dónde la belleza? ¿Dónde? ¡Dónde más sino en tus brazos!
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olinaZoniaMolinaZoniaMolinaZoni
Carabobo
iaMolina Zonia Molina
Licenciada en Orientación, egresada de la Universidad de Carabobo. Abogada en ejercicio también egresada de esa casa de estudios. Especialista en Gerencia Educativa, título obtenido en la Universidad Bicentenaria de Aragua, Columnista de artículos en el diario Notitarde.Realizó talleres con Eugenio Montejo, con Adelys Rivero, en la actualidad ha dictado talleres de Poesía Infantil en Institutos de Educación Superior e igualmente ha dictado cursos de Poesía Infantil en varios Institutos de Educación Básica. Su primer libro publicado La ranita azul, en el año 2002. Tiene un poemario inédito, Transcurrir.
Envejecer
Hoy percibí el efecto de los años Mis manos ya no tienen Fuerza Mis pies, me pesan para Andar Mis ojos, ya no miran La luz Mis oídos, no escuchan Tu voz Mi cerebro está lleno De lagunas del pasado Hoy me di cuenta que envejecí sin poder Atrapar el tiempo
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Estamos
Junto al sol Atrapando el día Descifrando lo Que tiene Guardado el universo La pelota de los niños Es la esperanza La maleta carga huellas De los hombres El rostro del poeta Está marcado en su poema Los puentes saben Los secretos Estamos Creyéndonos dueños del mundo Cuando sólo somos sus esclavos
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Poemas
Anda despacio Para que recojas La alegría del día Para que te lleves El pensamiento de la gente Anda despacio Para que puedas cambiar con el amor La desarmonía Recobrar los pensamientos de los abuelos Sentir en tus labios La frescura de tu primer beso Anda despacio Para que estés consciente Que estás en el planeta Y tienes alas para volar Puedes atrapar el secreto de los árboles Anda despacio Para que te inspires En un nuevo poema Donde esté inmersa la paz de los hombres
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DíazDeibiDíazDeibiDíazDeibiDíazD
Cojedes
DeibiDíazDeibi Díaz
San Carlos, 1978. Docente, poeta y dramaturga venezolana. Se ha desempeñado como guía de sala en exposiciones de arte (Museo Casa la Blanquera) y miembro de las comisiones organizadoras de eventos de carácter regional y nacional, como el Festival Internacional de Boleros, Festival Mundial de Poesía y el Encuentro por la Diversidad Cultural, capítulo Cojedes. Actualmente es Coordinadora Editorial de la Red de Escritores de Venezuela, capítulo Cojedes. Escritora Invitada al IV Festival Mundial de Poesía, Cojedes, miembro del Comité Organizador del 3er Encuentro de Escritores Llaneros, San Carlos, 2008. Miembro del Comité Organizador de la 2ª Bienal Literaria Víctor Manuel Gutiérrez, y 4º Encuentro de Escritores Llaneros, San Carlos, 2010.
Redención
Descubres la medida de tus sueños en la delicada silueta y la táctil fragilidad de mi aliento Te ofreces entonces a otra vida detienes las caídas, los retornos Te sostienes Desnudo de piel y de palabras mi aliento te sostiene
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Desayuno
Y si pudiĂŠramos desperezar al olvido moldearlo al antojo del humo que reciĂŠn se [escapa Ya no tendrĂas culpa en esta vida Tampoco nudos de barro ni cigarrillos en la garganta
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Vienes a encontrar mi nombre
Vienes en un silbido amoroso y febril un tiempo minucioso y de orfebre desde el arrabal más triste y la canción más [distante Lleno de palabras vienes conociendo el rincón perfecto de mis [dedos y el círculo encantado de mi boca
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ariMarcanoIsmariMarcanoIsmariM
Delta Amacuro
MarcanoIsmari Marcano
Tucupita. Docente, investigadora, poeta y escritora. Actualmente, es Profesora Titular de la Universidad de Oriente, en Ciudad Guayana, donde labora desde el año 1988. Su afición por la poesía, es desde siempre y para siempre. Cree en Dios por sobre todas las cosas y en el don divino que poseen los versos y la prosa como medio de expresión y comunicación del sentir humano. Cuarenta poemas para un solo amor, es una de sus obras publicadas cuyos versos, que confiesan anhelos de un alma enamorada, han servido de inspiración para la puesta en escena de una sensible y conmovedora obra de teatro. Entre sus obras inéditas se encuentran: Relatos para la reflexión, Vehemencias, En el umbral del alma, Vereda de cuentos, Una moderna historia de amor y Poemario celestial.
Vida vacía
Vida vacía de avezadas penas… sin fin en su martirio Destellos de luz apagándose entre quimeras Pensamientos casi extintos… y a pesar de ello… no se dan por vencidos ¡Alegría proscrita!... a galope huyendo a su laberinto Vida vacía… vacía, vacía Gritos del alma deambulan por las sendas del silencio Quiero los sueños secuestrados… en el ocaso de las penas ¡Las penas mías! ¡Las penas espinas! Penas inmortales Penas que presagian Fantasmales designios
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Cuentos absurdos
¡Peregrina tarde! Aún no sabe donde posarse Pensamientos trémulos me invaden cuando siento la altivez del viento venciendo la calma Oda… de sentimientos confusos y a veces… sórdidos como la nada Un riachuelo de ideas prófugas corre sin prisa por mi alma Espera inaudita que esclaviza las horas… mientras pienso en los cuentos absurdos construidos… sin ningún motivo Cuentos de amor inventados con los pocos besos robados La fragilidad de lo vivido ya no sustenta… ¡ni siquiera… una sola ilusión! Ahora, tu misma indiferencia ¡Te engaña! Ocultando el camino emprendido en busca del horizonte para el encuentro de mejores amores
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Pesadumbre
Todos los caminos se cruzan… se enredan y me conducen a lo mismo Al mismo hastío A los propios predios… de un tiempo dormido Dando tumbos entre la rutina pasan inviernos y… primaveras de alegrías y decepciones Las penas me acorralan Mientras los delirios latigan las mismas raíces ensalzadas de mi alma La elocuencia de tu silencio dice más… de lo callado y murmuran más… de lo pensado No me culpes de mi llanto ¡Con amarte tengo bastante! ¡No… pises!... mi corazón Arrastrado a los pies de tu arrogancia ¡No calles! ¡No huyas! Adonde llegues Mi amor estará esperando Donde te escondas Te encontrará mi corazón en pena
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véÁngelMalavéÁngelMalavéÁnge
Distrito Capital
elMalavé Ángel Malavé
Poeta, editor. Licenciado en Educación, egresado del Centro Experimental para el Aprendizaje Permanente (CEPAP - UNESR). Fundador del Taller de Creatividad y Literatura Crelit, donde se funda la revista literaria Formas. Fundador de la revista Ronkera, libreta literaria de Caricuao donde nace la editorial Ronkera, la cual edita: Ciudad Satélite: primera antología de poetas de Caricuao, entre otras. Colaborador de la editorial La Espada Rota, revista Trapos y Helechos, Kue-yú Latinoamericana, revista A Plena Voz. Director de la editorial La Hoja de la Calle. Ha publicado entre otros: Detrás de esa cortina de humo (1988); He roto la copa donde nací (1989); Calle Real (1997); La casa y otros amores.
Todo hubiese sido distinto si no enciendes la luz. Despertarás y me preguntarás cómo te fue. Sé que he perdido mis hábitos. El vino y la cerveza brotan por mi cuerpo. Entendí que el mundo es un solo desorden. La mirada de esa muchacha vale más que 20 mil excusas. Sé que dormiré. Al despertarme tomaré de nuevo mis hábitos. Lo que no podrá desprenderse de mí es la mirada de esa muchacha.
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Vengo a pedirles un pedazo del día a preguntarles qué debo hacer tomé la decisión de construir un jardín en el mar Sólo queda un pedazo de sueño y esa mujer que es la soñada Quiero recuperar el andar grabar en las paredes las consignas vigentes de antiguas esperanzas y partir.
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AĂşn queda historia para triturar me desnudan las raĂces soy para la tierra pan perenne amo a las mujeres que se perdieron en la noche beso las vĂrgenes perdidas por la luna recojo de mis casas mis calles mis plazas mis bares la llave con que abro en luz la puerta del abismo.
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rrucoFarruco Sesto
Galicia, España. Poeta, ensayista, arquitecto, pintor y columnista. Ha desempeñado el cargo de Ministro de Infraestructura, Presidente del Instituto del Patrimonio Cultural, Director Principal del Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (Fondur), Ministro del Poder Popular para la Cultura, y actualmente es Ministro de Estado para la Reconstrucción Urbana de Caracas. Ha publicado, entre otros, los títulos Fatigas y fulgores: Antología personal; Desnudo el tuyo tan hermoso y para nosotros necesario (dibujos y poemas); Libro de la luna interior; Antología personal de 576 páginas; Isolda; y Con la cabeza en otra parte (dibujos).
Miel Fragmento
Miel. Miel de vida. Bondadosa miel, del que sueña. Miel escondida. O perdida y en el anochecer buscada. Secreta. Miel para los hombres. Miel para un hombre. Miel para los solitarios y sus compañeros. Miel para quienes hacen de la poesía del vivir una violación de límites. Para los rebeldes. Miel de la música silenciosa que divide en dos partes la existencia. la parte ligera y movediza. Y aquella que se asienta ante las edades como una roca. Miel de la llanura. Paisaje dulce cruzado por caballos y lunas enormes.
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Miel del mar de las palabras, con sus archipiélagos, horizontes abiertos, tempestades, asfixiantes calmas. Miel de páramo. Agazapadita. Oyendo el rumor del viento. Miel de los sucesos anhelados, mas nunca ocurridos, prefigurados, no manejados por la voluntad, sino por las mareas de la imaginación. Miel salada cuando viene con lágrimas, cuando llega envasada en alguna desgarradura interior. Miel diminuta, proporcionada a la pequeña escala de las cosas casi desapercibidas. Miel sin objeto, al aire suyo, como deambulando. Miel de las que prematuramente lanzan señales prodigiosas.
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Y de aquellas que dibujan planetas fugaces. Miel que trae el aroma de algas y restos marinos secรกndose al sol. Miel que en la decadencia mรกs extrema alivia las torceduras con un beso.
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Valencia, 1953. Poeta, y cantante de ópera, ha participado en diversos recitales y lecturas en todo el país, algunos de los cuales son: Recital de Poesía en la Universidad de Carabobo, 1998; Primer Festival Mundial de Poesía 2004; Lecturas de Poemas en el homenaje al poeta Juan Sánchez Peláez, 2006; Recital de Poesía Casa Nacional de las Letras Andrés Bello 2007-2010. Algunas de sus obras publicadas son: “Aforismos” del libro Alteraciones, revista Imagen, Caracas, 1990; Alteraciones (1992); Vastas sombras. Diálogo nocturno (2004); Está incluida en la antología del Primer Festival Mundial de Poesía, Caracas, 2005.
En el ojo izquierdo estabas loca Alejandra se te caía un poco al abismo en el derecho Pizarnik todavía sonreías ligeramente irónicamente.
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Estoy comiendo polvo con pepinos escuchando a Chopin y a unos hombres paleando tierra concertadamente en la orilla de la carretera parecen armonizar de pronto el piano subyug贸 al sonido de las palas la belleza de Michelangeli era m谩s honda que la zanja que abr铆an en cruz y el enorme esfuerzo demoledor encontr贸 aliento en las sutilezas.
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Volví a tu casa entre montañas acicaladas no estoy segura si a buscarte a ti o a mí ese lugar sólo me devolvió el pasado un tiempo azul animado luminoso mientras la mujer me convencía que comprara la casa (está en venta, querido) te veía atravesar de la cocina al patio con tu incendiaria sonrisa infalsificable pensé que volveríamos a las andadas a la ternura a la complicidad a las peleas neuróticas a esa vida epicúrea que inventábamos tan bien la nostalgia me enrostró lo imposible de mis deseos jamás volverías del polvo lunario que eres ahora entonces esperaré la profecía del eterno retorno de las mismas cosas.
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árquez Miguel Márquez
Caracas, 1955. Escritor, poeta, crítico, gerente cultural. Ha colaborado en revistas y publicaciones diversas donde ha dado a conocer su sabiduría literaria. Una de sus más resaltantes gestiones es la creación de la Editorial El perro y la rana. Recientemente presidió la Imprenta Cultural del Ministerio de Poder Popular para la Cultura. Ha publicado Cosas por decir (Premio Fernando Paz Castillo; 1982); Soneto al aire libre (1984); Casa, al paso (1987); Poemas de Berna (1991): A salvo en la penumbra (1999); Linaje de ofrenda (2004); La memoria y el anzuelo. Antología poética (2007); El arte de la lectura (2005); Abramos esta historia. Conversaciones políticas con Juvencio Pulgar (2008); Vecindades plurales. Anotaciones de un lector (2009), y Reserva y esplendor (2011).
La venganza de las cosas
un taxi es un peligro público, especialmente cuando está enamorado: encuentra signos zodiacales en la ropa de los pasajeros, presagios en las placas de otros carros, pasa por las esquinas como un tango fugaz en Buenos Aires. Nada se puede hacer cuando no cobran su trabajo y ríen como idiotas detrás de los edificios. Ríen y escuchan la radio. Ellos, por definición y por su oficio, deberían ser escépticos y tacaños: dedicarse a lo suyo con el rigor de un cura novato o un sargento satisfecho. Inmunes a la belleza y al deseo, uno espera que los taxis no sufran ni lleven consigo la vida, la que transforma el aceite en bálsamo, cambia gasolina por metáforas, hace fiestas por cualquier motivo. Yo fui taxista: por eso sé de lo que hablo. Mi carro, una noble lata a la que cuidé mucho, un día se puso a pensar en sí mismo y me llevó al desastre. Sé que los objetos están vivos: he visto piedras de cristal de roca levitar al lado mío como un levísimo suspiro, de continuo hablo con los ceniceros y aquel sacapuntas, para no ir más lejos, me contó que se llamaba Miguel.
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Pero los taxis son otro asunto: deberían ser implacables, tener un corazón de acero, ojos vacíos. No tener puntos de vista, ilusiones, ni preguntas.
Eran otros tiempos… Hoy, hasta los taxis buscan pareja y se atropellan unos contra otros cuando la rabia es así, y las tigras están en celo. Lo peor es que ya no sabemos qué hacer con una realidad tan susceptible, con este hervidero de opiniones. Un poema enigmático lleva por título: “La venganza de las cosas”. Otro, escrito con rencor, dice en un verso: “Aquí lo que hace falta son bozales”. Lo cierto es que hay algo indefinible animando cada átomo del universo y nadie piensa en abdicar, enmudecer o detenerse. En este taxi hasta la muerte fuma y luce collares espléndidos cuando recorre la noche con el cabello suelto.
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Por eso, a estas alturas, lo único que sé, mientras pasan las avenidas, los ríos de gente, los cines, los semáforos, es que vivir es tan intenso y tan riesgoso como la existencia que lleva un taxi enamorado por el laberinto apasionante de Caracas.
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Caracas,1965. Poeta y ensayista. Ha publicado en el terreno de la poesía del libro Ciudad sitiada (2006). Diversas colaboraciones suyas han aparecido en distintas publicaciones de Venezuela y de nuestra América (libros colectivos y revistas). Ha intervenido en recitales, foros, coloquios, seminarios y conferencias, tanto en Venezuela como en nuestra América. Profesor durante largos años en el Instituto Superior de Artes Visuales Armando Reverón (hoy Unearte). Responsable de un buen número de prólogos para el Fondo Editorial El perro y la rana y Monte Ávila Editores. Dirige en la actualidad la revista de crítica cultural Día-Crítica.
Por Solimar Fragmento
A la memoria de Solimar Cadenas
I Ahora lanza tu grito hacia todo lo que no oye, hacia todo lo que arremete contra el genuino hablar, no menos que contra el vivo enmudecer. Cuéntate entre los que procuran, el vallejiano día diurno que quiere comenzar. Nómbrate entre los que van tras el llamado a la comunión. Cuéntame y nómbrame entre ellos y ellas, no en vano y sí en vilo. Cuéntame y nómbrame, entre quienes siguen,
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no en vano y sí en vilo, al turco Nazim, por la estela de su himno, para beber el sol en cuencos de barro y la luna en tazas de peltre. Y no en vano y sí en vilo, al llegar esta hora en voz de muerte, y contra su incesante resonancia en todo, no quiero decirte adiós, Solimar. Cuéntanos y nómbranos, contigo. Sigue interpelándonos en nombre de la pureza que no se resigna ni cede.
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Cuéntanos y nómbranos, contigo. Sacúdenos, bienaventurada Florentina, con el temple de tu dulzura valiente y fiel a toda prueba. Cuéntanos y nómbranos, contigo. Ayúdanos, Sol y Mar en nosotros, a unir todos nuestros miedos, todas nuestras lágrimas, en un solo coraje, en una sola y combatiente ternura. Cuéntanos y nómbranos, contigo. Solimar, adalid nuestra.
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Jesús Enrique Hernández D´Jesús
Mérida, 1947. Es poeta, cronista, artista plástico y fotógrafo. Dirige las editoriales Tierra de Gracia y La Draga y el Dragón. Ha sido distinguido en el Concurso de Poesía de la revista Imagen, en 1972, con Yo aparecía pareciéndoles. Recibió el Premio Municipal de Poesía Manuel Díaz Rodríguez, en 1985, del Distrito Sucre, por su obra Los poemas de Venus García. Entre los muchos títulos que ha publicado destacan Muerto de risa (1968), Estamos en las muñecas (1980), Magicismos (1990) y La difícil claridad (2000), además de los libros de crónica y testimonio Los últimos fabuladores y Bolívar, fábula de fabuladores.
A una hora
Yo como a mí todo se me olvida entonces yo bajo mañana más de mañana Yo llovía y me arrimaba hasta el portal alzaba sin humos sin mordidas de culebra la vista al pasar la mañana De mí vienen con los cántaros adrede llevándome sobre los hombros en las espaldas allá en los restos: muy adentro a la amanecida pues me echaba a rodar prendido en los guijarros pasando hasta el arroyo y recién brillaban los ojos de los pavos Yo abrí la pajarera y levantando vuelo como si no hubiese visto nada se me anilló una víbora templada desde arriba con la lengua revoloteaba a los primeros rayos del sol levanté luego contemplando los cerros ante las flores bebía agua en un jarro de barro
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Y me llegué bien lejos casi tuve que amarrarme las piernas Yo fui rodeado junto a un gallo y solamente ardía moviendo la cabeza Pero de pronto me di cuenta de que me perseguían Yo fui perseguido y me defendí hasta que todos se fueron volando En medio de la confusión bajé todavía más de mañana
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El culebrero
La culebra está edificada sobre un sueño perdido Ya no puede más callar el desierto Las palabras no son mejores que los pensamientos Hoy es la eternidad mañana el mediodía del pasado
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Falcón
nioTucciEnnio Tucci
Mérida, 1986. Poeta, docente, promotor literario y editor. Integrante y cofundador del Grupo Musaraña en Coro. Obtuvo el Premio de Poesía (2007) y Cuento (2009) del IX y XI Concurso Rafael José Álvarez, de la Universidad Francisco de Miranda en Coro, y el I Festival Nacional Cuando Nombro la Poesía (Instituto de la Juventud, 2010). Coeditor de la antología binacional Me Urbe. Venezuela-Chile (2009); Esta Bolero es nuestra (2008), y el Cuadernillo de poesía. Nuevas voces (2010). Autor de Tiran piedras los niños (2009), y el libro No se estacione en proceso de publicación. Actualmente se desempeña como editor de Ediciones Madriguera en Falcón, coeditor de la revista Cubile, la hoja poética Madriguera y la colección Libros Antiofídicos.
No hay nada qué esperar pero tener esperanza, tragarse el corazón de una palabra pero que siga palpitando, poner el letrero de no estacione y mantener las puertas abiertas, mirar más allá de lo evidente sin subir lo suficiente para hacerlo, cambiar el mundo conservándolo todo como está, porque es mucho el riesgo de cambiar pero es imperativo hacerlo. A quién hay que matar para vivir...
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Palabras salvavidas
Pensar en Dios ponerse en sus manos y confiar en la fe. Orar en silencio y amar al que apunta que es tu igual. Amar al Dios de los dos porque es lo que queda entre el miedo a la nada y a la vida. Andar con Dios encomendarse a Él y apuntar bien la última palabra cuando sepas quÊ palabra te va a salvar la vida.
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Llega
Esta noche que llego distinto vengo recorriendo callejones de peligro pero lo vales. ¡Llega! hazte presente evapora los mares y derrite los polos el agua potable no nos basta —mi nena—. ¿Cuánto tienes que esperar? ¡Apúrate! rompe con todo esto, desintégrame de una vez por todas o castígame a besos de piedra hasta morir que no quede un borracho en la calle un hijo preso. Mil hombres siguen muriendo pero no importa nacieron 1145 hoy 1144 nuevos padres y madres, no dejemos que los números nos digan qué hacer. Inclúyeme en las estadísticas si te atreves.
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Guárico
González Gino González
El Socorro, 1962. Educador y cantor, es militante de la Canción Necesaria, así como de experiencias en la difusión de un discurso alterno y contracultural (Los Cayapos, Misión Boves). Ha participado en eventos nacionales e internacionales de solidaridad con los pueblos oprimidos. Ha llevado su canto a Francia, Argentina, Bolivia, El Salvador, Colombia y otros países. Aunque su fuerte es la música llanera recia, con arpa o bandola, también ha incursionado en la ranchera y otros géneros. Algunos de sus libros publicados son Pensamiento conuquero de un campesino estudiao, ensayo (1997), En la anca de la tormenta, poemas (1999), Máscaras de la mercancía, ensayo (2002). Algunos de sus trabajos discográficos editados: La historia del sacudón (1993), El mundo es un viejo tuerto (1997), La tenencia de la tierra (1998).
Es tan pesada la voluntad y yo tan perezoso que ya ni peleo cuando voy o vengo que es igual que estar detenido y me asaltan pensamientos al pensamiento desde los que fueron momentos vividos hasta la saciedad y me empalagan al límite de la náusea hasta los ecos de la información que rehúyo diariamente pero no logro evadir es que son tan sensibles los sentidos me retumba estruendosamente en la mente lo que no quise ver ni escuchar eslóganes propagandísticos canciones mediocres me acosan las voces persuasivas del mercado es inevitable esta esponja que soy pero ya no peleo me quedo quietecito relajo el músculo para que me pase el calambre porque ella sola se exprime ante la presencia tajante de mis convicciones.
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Una risa
Una risa una risa es una risa pero una risa por la tarde de un sol reposado en los quince años calculados según el ímpetu de tu sangre que te sorprende de improviso en el camino con la suerte de que en ese instante te conceda una mirada sin martirio en la milésima de un segundo en que el viento alborota sus cabellos y unos senos erguidos se avalanchan sobre ti como un relámpago certero en tus cincuenta años más que una risa son un infarto de alegría
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Para no decir laberinto digo que ando en la espesura y me culpo divino entre las sombras celosas que me arropan del calor y yo enamorado incluyendo el instante de la dulce despedida en que aĂąoro otro ĂĄrbol sin desprecio del que estoy.
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Lara
Bracho Neybis Bracho
Maracaibo, 1981. Escritor, editor, actor y promotor cultural. Ha obtenido los premios literarios: José Numa Rojas de la UCLA-Carora-estado Lara (poesía), 1998. DAES ULA, Mérida (poesía), 20022003. DAES ULA, Mérida (narrativa), 2003. Licenciado en Letras de la Universidad de Los Andes. Director de Cultura de la Alcaldía Bolivariana del Municipio G/D Pedro León Torres, Carora. Investigador de la historia del arte contemporáneo latinoamericano y europeo. Colaborador de varias revistas culturales y políticas del país. Ha sido publicado en la Biblioteca Hispánica de España, en el Diccionario Nacional de la Literatura Venezolana, así como en varias antologías poéticas de Venezuela: Imaginar la distancia, poesía larense del siglo XX de Yeo Cruz, II Antología de Poesía de la Asociación de Escritores del Estado Mérida (2006).
¿En abril fue de día? aquella fue la noche de los cuchillos no sé de qué lugar venían las balas dónde temblaban las aguas lo fugaz del silencio se prolongaba en todas las heridas del día el motín zarandeaba el tiempo la oquedad rebatía el mando del adalid pólvora a destiempo nubarrones de siglos perdidos nadie silbaba por simulación algún recuerdo hecho canción rebatiña fugaz sangre inclemente cósmico polvo de la noche las aves desconocían la pérdida de sus alas algo se borraba desde lo adentro de una mirada eran fuertes las sombras del olvido el asombro se consumaba el canto disipa ya la madre nocturna aquella fue la noche de los cuchillos la gris y moribunda alegría de celebrar el resto del corazón la desdicha de navegar todos los oscuros mares de la vida aquella fue la mazmorra y quema de la utopía la más criminal noche de los cuchillos
De Ceremonia de fuego.
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En San Marcos todos los cujíes tienen su melodía su orquesta de sombras perdidas cada tuna en el camino jura su soledad abriga el amanecer con calma brisa de polvo amarillo borrando las huellas de todo tiempo vivido el barro recompone las heridas y en sus grietas de pieles se hunden los recuerdos en San Marcos los yabos sostienen los vidrios de todas las penas [saciadas licores que viajaron con sus mujeres etéreas al campo sombrío de las soledades el ocaso llega a las cumbres de un violín el sol se hunde en los trastes del olvido
De Ceremonia de fuego.
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Acaricia con tu ancla el centro del lirio GIOCONDA BELLI
Ya quisiera que al final del día yazca sobre mis manos el clarín dulce de sus senos y la clara mañana vea sepultada la amarga ausencia de sus caderas ya quisiera que al final del día esta tenue y ligera lluvia traiga la incordura de esa mujer que ayer envuelta en incertidumbres abrazó todos mis deseos tan solo quisiera fugaz a vuelo de pájaro relampagueante como sus ojos fundirme incrédulamente sin penurias ni dogmas sobre las cálidas manos de esa mujer
De Ceremonia de fuego.
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Mérida
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Mérida, 1980. Poeta. Licenciada en Idiomas Modernos en la Universidad de los Andes. Tesista en Letras mención Literatura Hispanoamericana. Algunas de sus obras son: Sin duelos ni retornos (1998, página Penúltima escritura, Mérida).La ciudad nos cantará para abrazarnos (1999, Mención Especial Poesía Premio DAES, Universidad de los Andes).Complejo de Dido (2003, Premio DAES, Universidad de los Andes). Siniestra (2005). Trópico de Circe (2006, Fundación Editorial El perro y la rana, Certamen Mayor de las Artes y las Letras 2004). Hailiras (2010, inédito).La condición del fuego (2011).
Cantigas a mi amigo
No me digas que también padeces tú esa lavativa de las estrías sentimentales ya somos tres y no encontré estación para acampar contigo (el que se queda para engarzar pabilos con alambres será madeja arrancándose por dentro) Cuando a uno le detectan que padece las estrías sentimentales (solo un chismoso engulle bien lo que ello [implica) saltan airosos los tentáculos del pecho y al fin pernoctan su avidez en aquel corazón [deferente echado a los cerdos botado ayer en inhóspitos tugurios por haber sido un nunca conveniente todo por el todo rufo como el día.
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Suralgia
En los pasajes con ventura al Sur no es que la muerte no sea pesadumbre; sĂłlo que a veces cruzar el puente puede ser un salmo. En las innĂşmeras casas del abajo no es que el esperpento y los cuervos no [circunden; solo que a veces los amarran con el perro o con las sillas. En las aldeas de este meridiano no es que los malos augurios no sean pronunciados, solo que a veces algĂşn fonema de una planta se atraviesa.
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Hijo de la vida y la muerte
Tres horas zurcen una misma mutación: en una, el alma ríe; la otra es padecer. La última es el árbol sin temporadas ni sombra.
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JesúsGarcíaJesúsGarcíaJesús
Miranda
sGarcía Jesús García
Ocumare del Tuy, 1976. Actualmente es facilitador de procesos de aprendizaje de la unidad curricular Diversidad Cultural, en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), así como de los talleres de Creación Literaria en la misma casa de estudios. Tiene bajo su cargo la instancia de Educación de la Asociación Cooperativa Cultural Página del Sur, de Ocumare del Tuy. Es miembro principal del ámbito organizacional de la Red de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela, capítulo Miranda, desde septiembre de 2010.
Procluz solar
No pretendo faltar el respeto a la memoria si le pienso o dejar pasar el orgullo por debajo de la mesa quiero en esta hora advertir al tiempo y a sus [demonios que pueden seguir jugando a los desaparecidos yo encenderé velones por su retirada rezaré rosarios con letanías de versos no esquivo la nostalgia ni toreo las angustias con la irónica carpeta del olvido desde pequeño en el Tuy mi madre me enseñó a embestir las tristezas y aunque corneada el alma en ruedos de la [traición herido me levanto con una sonrisa entre labios.
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EN LA ACADEMIA de las letras me hice poeta en sus aulas de calle junto a mis hermanos analizando instantes dando la voz abierta y el puño cerrado a los pobres del pueblo haciendo de la rabia verso y el amor balas tantas veces me dieron soledad por cárcel me refugié en los rincones de la poética sus pasillos en ocasiones lúgubres me condujeron al encuentro de mis espectros preferidos opté por recursos cotidianos e íntimos y con lágrimas por tinta culminé casi siempre intentos de escritura.
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ELUCUBRACIONES MECIÉNDOSE tras [las cortinas del paisaje muerto después de subvertir cada nostalgia los pobres alzados proponen desde las oníricas [órdenes llamar a concurso a los antes olvidados limpiar la sangre de las lanzas que atravesaron las [artes y la palabra es necesario también desempolvar la rabia para gritar más fuerte que los galápagos en medio de la lezna del desteñido olvido.
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Monagas
Medina Celso Medina
Profesor del Instituto Pedagógico de Maturín desde 1984. Licenciado en Educación Mención Castellano y Literatura (UDO). Magíster en Literatura Latinoamericana (UPELMaracay). Doctor en Filología Hispanoamericana (Universidad de Salamanca. Graduado con la mención magna cum laude). También ha impartido docencia en la UCV, Universidad de Carabobo, Universidad de Oriente y Universidad de Salamanca. Promotor de publicaciones literarias. En Cumaná fue director de la revista Cálice, de la Dirección de Cultura del Estado Sucre, por más de diez años dirigió el suplemento cultural “Araya”, en el diario La Región de Cumaná. En este mismo estado fundó la Biblioteca de Temas y Autores Sucrenses.
FábulasAutorretrato en cuerpo presente
Yo el brumoso borracho apedreado por Magdalenas de senos frondosos y de labios fáciles hace mucho que perdí mi brújula Mi barco encalló en estas arenas cenagosas. Asisto hoy a mi entierro Tardé mucho en enterarme de mi muerte Y en este ataúd pido me devuelvan mis recuerdos Oh, qué corazón tan blando tengo Me apiado de mi cadáver feo bicho que aún exhala alcohol ¿Por qué pesa este cuerpo tan ligero de carne? ¿Será que aún fermentan en él mis locuras? ¿O que los sueños de los muertos se alimentan de plomo? Sospecho que pronto me abandonarán las mujeres “Anacreonte, estás calvo y viejo”. Sí. Y muerto.
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Carta desde Ítaca
Hace veinte años que partiste y aún tejo Homero cuenta cosas de ti que creo muy poco ¿Qué te retiene Circe? No lo sé. La otra vez oí decir que no fue su embrujo lo que te atrapó sino su gracejo ¿Dónde viste a Homero querido astuto? ¿Cómo pudiste convencerlo para que cantara por aquí tan inverosímiles relatos que te excusan tu ausencia durante estos tiempos? Claro, se requiere ser ciego Para creer en tus artimañas.
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Soto
El espacio rama que juega con el laberinto bisagra que vive abriendo la insondable utopía Bien adentro Aquí estoy Atrapado por las madejas Nunca el vacío fue tan elocuente El hierro es luz plástica Jolgorio para el ojo descuidado que no distingue su cuerpo del acero que lo cobija El alma de Ariadna merodea por estas hendiduras y el sol derrite sus amarillos a paso lento Todos los caminos me desvían Nada avizora la luz al final del túnel Pero mis pies tienen ojos que saborean la fiesta del extravío Me rememoro Soy el niño cabalgando sobre hierros que se [doblan gozosos de flexibilidad Y la luz celebra el milagro que multiplica las sombras
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auryValerioMauryValerioMauryV
Nueva Esparta
Valerio Maury Valerio
Nueva Esparta, 1963.Cursó estudios superiores en la Universidad de Oriente, núcleo de Sucre. Título recibido: licenciada en Educación, mención Castellano y Literatura. Maestría en Literatura venezolana Universidad de Carabobo. Título obtenido: magíster en Literatura Venezolana. Algunas de sus obras aparecidas son Desde el sortilegio de mi duda (1998). Publicaciones en revistas de literatura y páginas de cultura de periódicos Predios, Escenario, Periódico de Sucre, El Sol de Maturín, Revista del Sur, Tropel de Luces.
Uno no sabe cuál es el color de los pensamientos Es difícil imaginarlo A veces son rosas como el vino y van tornándose bermejos cada vez que los absorbes Otras veces tienen tonos espontáneos Pendiendo de los atardeceres. Si han sido dilapidados tienden a impregnarse Del matiz de las cosas o del mediodía en punto con puesta de sol por la mañana. Pero generalmente se parecen a la pátina del agua Según la edad de quien los piense.
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Finamente tejida La traslúcida tela de la araña Me enreda Se nutre de mi piel Me ahoga Y no descansa hasta Poseer el néctar de mis ojos Que han descubierto la tenue luz de las acacias.
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Soy una mujer deshabitada por influencia de las palabras a veces absorbo mares de soledad entre mis pupilas riego planicies de ardentías allí florecen algas en rápida descomposición.
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Sucre
Sánchez Sixto Sánchez
Valera, 1953. Obtuvo la licenciatura en Letras en la Universidad Central de Venezuela (1987). Es autor de los poemarios: Continuidad (1981), Respiradero (1991), Caminos en la oscuridad (1996), Desde la periferia (2000), Sin tiempo (2004). Respiradero (re-edición, 2010). Participó en los talleres de poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (1982). Se formó en los talleres del Rajatabla (19811982), en el Taller del Actor (1984-1985), Perteneció al elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro (1986-1989).
Amén
Cuando yo sea el muerto no me arreglen una sonrisa que de vivo no tuve ni acomoden mi barriga aparentando ser más flaco si pueden, dejen sonar música estridente, sicodélica las manos detrás de la cabeza como si estuviera en la playa pónganme las medias y la correa que compré para esa fecha ¡y por favor! A las fotografías no les reclamen por mis actos les juro que jamás responderán.
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El otro (entrega primera)
Si yo fuese otro no me aceptaría ni como vecino a quemarropa me lanzaría bombas atómicas por correo me haría llegar flechas envenenadas. Resultado de una encuesta personal. Pero como no soy otro y yo soy yo hago el ridículo sin metáforas disculpándome tanto odio.
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IV
La palabra se detiene entre sus puntos sobre el verbo una inclinación la coma descansando respiraciones en MAYÚSCULA se alza la tinta pálida y la muerte atraviesa cinco veces un texto donde un círculo languidece muerte, muerte, muerte, muerte, muerte del dolor doblemente sentido dolor insólito, dolor analítico dolor psicológico, dolor metafórico dolor anatómico, dolor especulado se escribe sobre el hombre interminablemente que interminablemente desaparece.
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mitraGiagtzidakisDĂmitraGiagtzi
Táchira
idakis Dímitra Giagtzidakis
Táchira, 1976. Hace parte de la generación “almada”, jóvenes escritores que han ganado un lugar en la poesía tachirense y que poco a poco empiezan a tener relevancia en su país, gracias a un constante trabajo con la palabra y un compromiso sincero con la poesía y su tiempo. Es ganadora del Primer Premio en la Bienal de Poesía Félix Armando Núñez, Maturín. 2010, y miembro de la Red Nacional de Escritores capítulo Táchira. Algunas de sus obras publicadas son: Antología de la nueva poesía tachirense Los Dragones de papel, 2004. Donde aclaran los abismos (2008).
Y sucede que me cans茅 de nombrar, agonizar. Mi voz se qued贸 sin tinta, sin manos, sin ojos, sin sangre. Cicatrizan mis labios. Soy lumbre anocheciendo.
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Un halo se despeja lento en las sombras de la niebla, del otro yo de mi mano, intentando evidenciarme. Plena como mujer preĂąada, lumĂnica en mi psique, sola en mi cordura, oscura en mi sino, rodeada de infinitud.
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A Juan Calzadilla
En la reiteraci贸n de lo vivido escribir un poema nuevo En esta repetici贸n inconclusa de semanas gemelas de trasnochos hermanos Hablar siempre de destiempo Con iguales signos y diferentes letras
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MontoyaJesúsMontoyaJesúsM
Táchira
Montoya Jesús Montoya
Poeta especializado en poesía experimental. Participó en la primera edición del evento Conéctate y Convive, UCAT (2010-2011) (poesía experimental-perfopoesía). Fundador del grupo literario Los Hijos del Lápiz. Organizador y artista del evento Las Tres Gracias (combinación de artes visuales, música y perfopoesía). Colaborador del blog de poesía español Los proscritos.
Hay una anciana que es mi voz mientras duermo.
HE SIDO ENGAÑADA, ESTAS PALABRAS NO SON MÍAS ESTAS VISIONES BRILLANTES NO SON MÍAS * Ningún sol amanece dos veces sobre mi pobre corazón ahora. * ¿Qué hago yo para que el ruido no medite si no está? * Dentro de este sueño emerjo como el único respiro de mil espejos quebrados. * Me han robado todo lo que salvo y lloro en silencio. * Fuera de este sueño atroz, yo renacía del alma de una mujer marginada y el timbre de mi garganta no lo tocaban dos esferas cargadas de incertidumbre. * Marginada y sin rumbo, así era yo antes de este sueño, como una cometa en el cielo,
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abandonada y añorada por todas las manos al mismo tiempo. * Perdí rostros cuando desperté por acompañar el sueño en otra parte. * ¿Estoy soñando? * Largo y vacío podría ser el trayecto de este sueño, si te cosen la boca con el tercer enigma aunque no quieras. * Morir es renacer en un sueño sin tiempo, y yo, estoy muerta en este sueño. * Quisiera despertar siendo adversa al Juicio Final, pero es imposible aunque grite por ser muda y delicada, pero es imposible aunque duerma por no tener ojos y verlo todo, como un viento que raya el corazón de un santo. * Alguien devuélvame la realidad como la tuve tan cerca, tan mía, tan tenue y fundida en todos los castigos. Alguien por favor abra esta puerta y cárgueme en sus brazos hacia las veredas oblicuas de esta bellísima ciudad de mierda.
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* Tírenme en lo más profundo del océano y verán cómo me crecen alas. * Sin ser este sueño fui uno de ustedes sin ser este sueño tuve escudos y pensamientos invisibles rebotando en todos mis recuerdos. * Ignorante y hechizada estuve entre ustedes, agitando mis dedos al compás de la geografía y la industria, rompiéndome los tobillos de tanto brincar para tocar a Dios. * Ahora sueño en el regazo de alguien que duerme. * Bastaría que me acariciaran sin cesar para sentir, bastaría que soplaran mis labios y negaran oírme aunque yo grite. * He sido desechada hasta por la muerte, los árboles se mueven acarreando mi alma en su brisa ESTO NO ES EL CIELO ESTO NO ES EL INFIERO ESTO NO ES EL PURGATORIO ESTA NO ES LA REALIDAD. HE SIDO ENGAÑADA.
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Trujillo
rdenasRafael Cárdenas
Licenciado en Educación, poeta y escritor, promotor del libro y la lectura. Ha publicado los poemarios Vivencias (ganador del Certamen Mayor de las Artes y las Letras, capítulo Literatura/2006) y Con la ciudad a cuestas (Fondo Editorial Los Ojos de la Lechuza 2008). Poemas suyos aparecen en la Antología del 4to. Festival Mundial de Poesía, capítulo Trujillo, en la de Poetas Solidarios, España, 2008 y en la revista Espantapájaros en España y Chile 2011. Fue finalista en el Certamen Internacional de Poesía Erótica El Búho Rojo, España, 2008. De los ganadores del Concurso de Poesía Breve de la Librería Mediática, 2009 y finalista del mismo concurso en el 2011. Le fue conferida la Orden Generalísimo Francisco de Miranda en su única clase por su labor cultural en la Alcaldía del Municipio Miranda del estado Trujillo.
Olvido
Hay paisajes que mis ojos niegan entonces escribo la soledad en la bruma a golpe de silencio sepulto los nombres que [mi boca calla Hay un intento de refugio en el pensamiento cuando viene de lejos una voz que se proyecta y sin palabras logra decir lo que fue en otro [tiempo De tanto achicar la memoria poco a poco se escapa entre las manos el olvido
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El jazmín
En el patio su verde terquedad siempre verde regala el olor después de la llovizna Pareciera que el tiempo no pasara bajo estas [ramas que estas aves fueran los mismos músicos de ayer con los mismos brazos abiertos bajo un cielo [intacto Erguido ante los años —sabio de calendarios y lunas— el viejo jazmín deja caer diminutas lágrimas de nácar y olvido
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Hay momentos
Hay momentos en que las horas pesan como una culpa antigua Quisiera cruzar esta casa de usencia y rumores caminar la orilla de los or铆genes abrir el espejo y contar uno o uno los naufragios ser el cronista del salitre, de los puertos en espera la voz de este mar que se antoja inm贸vil
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Vargas
moraZuleima Zamora
San Felipe, 1945. Actualmente labora en la Misión Sucre, dando clase de Estudios Jurídicos en dos aldeas universitarias, Aldea 10 de Marzo y Aldea Eugenio María de Hostos. Se inició en la poesía desde muy niña, casi toda su poesía permanece inédita. En el año de 1997, escribió el libro Espejismos; luego es en el 2001, cuando la Fundación América Tierra Mestiza, publica su poemario En la memoria del viento; ya en el 2003, escribe una serie de poemas ¿Y la tormenta…? como su respuesta poética a la tragedia de Vargas, la cual la impactó mucho, al igual que a todo el pueblo de Vargas. Escribe poesía y también cultiva el cuento.
Los duendes verdes del alba
¡Qué pena trae a la fuente la infinita caracola de la brisa! Una congoja salada tejen los musgos ligeros en derredor del estanque llanto viejo llanto helado eriza la fina piel de una mujer inconclusa residuos de antiguos lechos llenan de líneas cruzadas su torso blanco de diosa frota incesante las manos de malanga disecada bordados de agujas frías los ribetes empedrados del turbio ojo de agua la noria alcanza la noria un redondel de ceniza preso en la frente del día justo por la madrugada cuando se escapan los duendes verdes del agua.
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Cuyuní
Enigmático Cuyuní asiento de qué oscuras leyendas de sierpes emplumadas y gnomos amarillos de princesas raptadas entre la selva virgen mil lunas llevas arrastrando tus misterios por un lecho de rocas trepidantes que acentúan tu voz de pedernal histérico vozarrón que hasta al relámpago asusta cuántos duendes acuden a tu ribera plúmbea a lavar sus sayos malolientes a teñir de gris sus pálidas ojeras para salir por esos parajes solitarios y asustar a los niños rezagados que escapan a la dura presión de sus regentes cuánto mijo olvidado crece en el desenfreno de [la selva cuánta barbarie rescata la mirada presente de la fosa oscura de tu vientre de rocas [desdentadas apenas visible entre la maraña sin fin de la sabana eres acaso la pesadilla de un aborigen desvelado perseguido en la terrible noche del tiempo por un demonio onírico cuya faz telúrica le sigue hasta el silencio del tepuy le acosa sin cesar en el sosiego de la churuata-madre que guarda en su entraña de cristal de roca el secreto espectáculo de la naturaleza y gritara ¡CUYUNÍ! ¡CUYUNÍ! Con esa fuerza indómita que parió la flecha, el puma y las miradas de granos de café
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de tu incierta raza —pero qué puede decir mi voz de poeta— de un ayer pleno de mitos cómo deshojar el libro pétreo y penetrar el enigma que descifre lo mágico lo ignoto ¡Ay eslabón perdido! ¡Ay cadena de hallazgos! ¡Ay agua de la selva-madre!
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Yaracuy
nyOsorioYony Osorio
1958. Licenciado en Ciencias de la Educación, mención Lengua y Literatura, en la Universidad de Carabobo, ex integrante de la Fundación Casa de la Letras Gilberto Antolínez, Fondo Editorial para la Región Centro Occidental y Centro Experimental de Talleres Artísticos. Fue Coordinador del Programa Letras en el Aula. Dirigió la revista Zonalterna de la Zona Educativa del Estado Yaracuy. Autor del libro de poesía Soñador de sal de la Editorial El perro y la rana. Es presidente del Fondo Editorial Cuadernos de la Buena Voluntad y es director de la revista Hoguera Verbal, ganadora de la Mención Honorífica Premio Nacional del Libro como mejor revista y es fundador de la red de Escritores de Venezuela, capítulo Yaracuy y Vocero Principal de la Mesa de Articulación de las Letras, las Artes y Otros Colectivos.
La esperanza es unicornio de sueños carnada de los desamparados bala perdida en el ojo del pájaro que emprende el vuelo de su derrota simulación de la vida frente al enemigo regreso del guerrero de la noche absoluta extremaunción para quienes no cosecharon nada amarga angustia del cáliz que seca tus labios recuerdo de cenizas esparcidas por el tiempo nostalgia en el ojo del ciego danza fecunda que nos sorprende rótulo de la historia que nos fabula.
De Soñador de sal.
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Dónde mis cabras
Dónde mis cabras pastan la agonía de este silencio. Dónde mis cabras doblan las campanas de átomos a punto de florecer. Dónde mis cabras cavan el sepulcro de olivos y esperanza. Dónde mis cabras beberán el vino de este dolor que no estalla. Dónde mis cabras juntarán a los hombres para la última cena.
De Ecología del dólar, inédito.
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Diosa del templo
Diosa del templo, destello de aguas profundas donde nace la historia, precipitada de luces y otras esencias cabalgas remotas legiones, que labran la huella de la otra mirada, poblada del humo sagrado de los ancestros. Diosa del templo, destello de aguas profundas donde nace la historia. Diosa blanca, negra, amerindia “crisol de razas”, Bolívar, arcoíris cruzado por la vía láctea madre tierra, patas de danta de jaguares, venados y montañas. Diosa del templo, destello de aguas profundas donde nace la historia, serpiente dorada de recuerdos círculo de las edades sumidas en las piedras, donde germina tu imagen al pie de la montaña, lecho de mujer tu casa, espejo de aguas [milenarias
De Este pobre barro pensativo, inédito.
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Zulia
laUriana Atala Uriana
Maracaibo, 1950. Docente en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Docente en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Docente en Literatura Indígena en la Universidad del Zulia (postgrado). Docente en el Sector Indígena, Fronterizo y Rural. Representante por Venezuela, en las áreas de situación económica y social de los pueblos indígenas en Colombia, Ecuador, Bolivia, México, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos (Nuevo México). Participante por Venezuela en el área de Literatura, Narrativa y Poesía en Cuba, Ecuador, Colombia y Bolivia. Ha publicado Wayunkeera (cuento). La Narrativa corta del Zulia. Antología 1839 -1987; La mujer y su palabra. (1978).
Mi palabra
Mi palabra se quedó prendida en la piel del pasado, se quedó en el polvoriento camino que ya está cansado de serlo. Se perdió en los ojos tristes de mi abuelo que lloró impotente ante la diabólica numerosidad del extraño. Mi palabra se perdió en el canto melancólico y se quedó golpeando el momento de la oscura reflexión del híbrido ser.
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Lagarto
Cual soplo divino en tu cuerpo verde agua, te inflas de amor ante el apetecido olor de la floreciente vida. Hermano lagarto heraldo del invierno, y del Padre Creador. ÂżCuĂĄndo volverĂĄs con el mensaje de amor?
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Wayuu
Hijo de complicada vagina dentada, Wolunka danzaba ansiosa esperando el prodigioso momento de la nueva vida. Wolunka, hija de lluvia y tierra Wolunka, Wolunka danzarina Wolunka, madre wayuu.
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