AntologĂa 2009
Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Mercedes a Luneta - Parroquia Altagracia Apto. 134. Caracas. 1010. Venezuela Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30 Antología 6to Fetival Mundial de Poesía 2009 Homenaje a Juan Calzadilla 1ra edición Fundación Caracas - Venezuela 2009 Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Coordinación editorial y Edición Ánghela Mendoza Diagramación y portada Ánghela Mendoza IIustración Homero Hernández Corrección de textos Ximena Hurtado Alejandro Silva Dep. Legal: If6052010800972 ISBN: 978-980-214-237-8
AntologĂa 2009
América y el Caribe
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Ángel Zuaznabar (Bolivia) Antonio Miranda (Brasil) Clemente Padín (Uruguay) Don Paul (Estados Unidos) Eduardo Embry (Chile) Elizabeth Neira (Chile) Ernesto Centurión (Paraguay) Humberto Ak`abal (Guatemala) Irma Pineda (México) Jota Mario Arbeláez (Colombia) Julio Cesar Pol (Puerto Rico) Lino Bolaños (Perú) Margarita Laso (Ecuardor) Martín Salas (Colombia) Nena Cantillo (Colombia) Otoniel Guevara (El Salvador) Paul Dutton (Canadá) Rodolfo Alonso (Argentina) Susana Cella (Argentina) Víctor Rodríguez Núñez (Cuba) Waldo Leyva (Cuba)
15 21 29 35 41 47 55 61 69 75 81 89 97 103 109 115 121 127 133 139 145
África y Asia
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Hannan Awwad (Palestina) Ibtisam Barakat (Palestina) Nadia Chaaban (Líbano) Pamela Ateka (África)
155 161 169 175
Europa y Oceanía
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András Simor (Húngria) Claudio Pozzani (Italia) Dimitris Houliarakis (Grecia) Lauren Williams (Australia)
185 193 199 205
Venezuela
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Juan Calzadilla
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Pedro Núñez Díaz (Amazonas) Jesús Salazar (Anzoategui) Alejandro Ramírez (Aragua) Ángel Fuenmayor Bolívar (Bolívar) Carlos Eduardo Reyes (Carabobo) Johnny Figueroa (Cojedes) Wanelgy Hospedales (Delta Amacuro) Farruco Sesto (Distrito Capital) Blas Perozo Naveda (Flacón) Víctor Hugo Rodríguez (Falcón) Rosa María Castillo (Lara) Héctor A. López (Mérida) Josér Enrique Saéz (Miranda) Rosa Anka (Monagas) Juan Alfredo Briceño (Portuguesa) Sixto José Sánchez (Sucre) América Martínez (Táchira) Octavio González (Trujillo) Víctor Tortoza (Vargas) Daniel Figueroa Figueroa (Yaracuy) Hilario Chacín (Zulia)
227 235 241 247 253 259 265 271 277 283 289 295 301 309 315 321 327 333 339 345 351
Y el verbo se hizo poesía El mundo es pequeño para el poeta. Sólo la poesía lo hace vasto, porque sin ella, el mundo, el mundo al que el poeta llama tierra —no sería, pues, sin el hombre y el hombre es el poeta, porque todo poeta es el hombre—, no habría lugar ni ser que lo explique y lo transforme en pensamiento y emoción. Sin la poesía, en verdad, es pequeño el mundo. Sin ella habitamos el gran vacío donde giramos —y yacemos— y nos creemos solos. Pero basta con sabernos el otro y los otros, aquél y la humanidad entera, para entender que no hay mundo solo porque la tierra que la forma es humana y porque somos ella al darle nombre, borde y ámbito, idea y sentido a su esplendor, a su ofrecimiento sin medida, su amable trino y su rumor verde, su lluvia y sus aguas, y lo estrellado y lo albo. Pero sometemos su pureza al odio y a la guerra, a la injusticia, a privilegiar el mercader y prometer la pobreza. Sobre su cuerpo agujereado de misiles y de tumbas de inocentes, fundamos las empresas de los imperios económicos y bélicos y le sembramos veneno y basura, cambiamos en pocilga o desecamos sus ríos y asfixiamos sus mares obligándola a exterminar naciones indefensas y a asesinar a sus habitantes como a sus paisajes en nuestro nombre.
La tierra, ella, reclama ser la otra, la que nombra y dice el poeta, la que nos abraza a todos y nos reúne. Hablamos entonces de la tierra humana del Principito y Don Quijote, redimida por la fraternidad de los hombres, de cualquier pueblo, en cualquier lugar donde habite nuestro ser amante del amor humano, cada vez que la tierra empuña su fruto y lo defiende, no importa cuál sea su criatura, tú y todo cuanto vive y tiembla. Hablamos entonces de un sueño colectivo que algún día habrá de ser posible porque así lo quiere el reclamo del ofendido, la respuesta del excluido, la acusación del desposeído, aquel que Vallejo viera pasar con un pan al hombro, metido en nuestros pechos y aún no almuerza o el de más allá, el que se hermanara con Celan en su poesía de campo de concentración verbal para advertirnos que por cada piedra que levantemos encontraremos a aquellos que necesitan del abrigo de las piedras. De esa tierra herida y levantada, una y mil veces, trata este encuentro de los poetas de todos los pueblos —el de Venezuela, el de sus hermanos de otras naciones— en la 7ma edición del Festival Mundial de Poesía. Helos aquí, siempre antiguos, siempre nuevos, como la palabra con los que dan nombre, razón y sentimiento a su ser histórico y por tanto humano, terrestre. Han venido a fraternizar con nuestro país en su búsqueda tenaz y ansiosa por ser soberana, no sólo con fi-
sonomía geográfica, social y política propias, sino también cultural, vale decir, sensible a lo sublime y liberador. Nadie como la poesía podría serle más fiel a esta voluntad nuestra de elegir a América como patria y al ideario bolivariano como conciencia integradora de los pueblos de este Continente. He aquí, de nuevo, como cada año, a los poetas de la tierra entera —la de Venezuela y la de sus hermanos del mundo—. Han dejado sus lejanas moradas para venir a recorrer los cuatro horizontes de nuestro país a fin de alimentar en nuestros espíritus los valores que difunde la poesía desde el alba de las civilizaciones. Los venezolanos de los caseríos, los pueblos, las ciudades, les abrirán las puertas de sus casas y sus pechos para oír y compartir los lenguajes múltiples del poema, dichos y mostrados en la lengua del hombre, la más antigua, la más niña, y necesaria por ello, por terrestre. Uno de los nuestros, un poeta que ha hecho de su pasión vital testimonio escrito y reflexivo, William Osuna, a quien esta fiesta universal rinde tributo, habrá de avivar, en los días que siguen, a modo de fuego central de la razón y el sentimiento, aquella labor bíblica, y por tanto poética, cuando la palabra se hizo poesía así en la tierra como en el hombre. Luis Alberto Crespo
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America y el Caribe
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Bolivia
Ángel gel Zuaznabar
La Paz, 1955. Escritor y artista plástico, Bachiller en Artes (1975), Licenciado en Literatura (UMSA, 2005) con postgrados en Historia del Arte (París, 1976), Artes Gráficas (Barcelona, 1976) y Educación Superior (La Paz, 2006). Ha publicado los libros: Los jardines después de la lluvia (1976); Papeles amarillos (1977); Antología poética (1992); Mucho brillo es peligroso (2005); Licantropía (2005) y Gotacoral (2009). Ha obtenido los premios: Diseño Gráfico (1982); Premio Nacional de Grabado (1983); Mención Especial del Premio Nacional de Cuentos Franz Tamayo (2002); Primer Premio de poesía en el Festival Internacional de Cultura (2004) y Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal (2004).
http://zuaznabar-angel-palabras-yvoces.blogspot.com
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Fantasma
Aquí en la noche espesa y líquida oigo pronunciar su nombre simple aquel que le pusieron los árboles, [las paredes y yo que no podía callar con sus silencios y [caricias aquel que recorría mi voz aún sin palabras que decía en los bordes: soy una máscara de aire flotando en el vacío espeso de mi alma pienso, huelo y no siento nada déjame flotando con donaire así decía a tiempo de desaparecer en [círculos de pensar que era nadie y no sentía nada… pero, existe y no puedo negar la humedad de su travesía errante y peregrina presiento y sólo así cabe imaginarlo en sus rincones, en sus frágiles vagares me busca, intenta conversar conmigo decirme que no es sino un algo transitorio que busca cumplir algo que no cupo en su [devnir por la vida, y ahora despojado de toda prisa [ajena es una palabra jamás pronunciada un giro de sus manos un adiós que suene a bienvenida una fragilidad ya convencida simplemente, un fantasma.
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Imantado viento
Imantado viento que me incumbe tibia su luz apenas enterrada entre labios y pájaros, deleita su remota vanidad aún sin fuga súbita perfección su voz tan clara la tenue horizontalidad del cielo no sin espejo su máscara riente plateado velamen de la sombra denso glaciar de remolino gris mustio pasajero del crepúsculo si clamas clara noche por la pluma húmeda, silbaré una melodía azul mármol quebrado tu ciega llovizna estatua de polvo esculpida en vidrio mariposa tallada en un instante y puede no ser un espacio quieto donde adormecido repose el vuelo en escabel de humo alquitarado sin cúmulos ni estelas derretidas donde quepa tu sombra transparente.
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Algo de algas
Algo indetenible se abrasa al tiempo con sus manos de sierpe y arena construye una catedral sin mitos una maravilla sin andamios, intermitente donde la espuma corre por las venas promiscua su cabellera voluptuosa su cuello, el inasible puente vertical que cruzo tropezando en cada beso coruscante, los remilgos ramilletes que se colocan a los bordes, paciente. Algo impenetrable se acomoda en los [bordes con sus riegos maturinos y sus brisas de [besos con sus tres mil trenes unos tras otros un intermitente haz de relojes de arena donde tropieza el pulso de lo inconcluso donde se detiene el cĂĄlido saludo de nadie escorzada bisagra de una inmensa puerta este sol nuestro que dificulta las sombras que hace transparente cuanto araĂąa.
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tonioMiran AntonioMirandaAnt Traducci贸n de Trina Qui帽ones y Jorge Ariel Madrazo.
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BRASIL
Antonio tonioMiranda
1940. Poeta, novelista, profesor universitario y licenciado en Bibliotecología por la Universidad Central de Venezuela, con maestría en Inglaterra y doctorado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de São Paulo. Vivió en Venezuela desde 1966 hasta 1973, donde participó en la creación del grupo de teatro Rajatabla con Carlos Giménez y Xulio Formoso. Ha publicado muchos libros de poesía, ensayos y novelas, y es el actual director de la Biblioteca Nacional de Brasil. Mantiene un portal de poesía iberoamericana.
www.antoniomiranda.com.br
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Condicionados
Condicionados dirigidos manipulados conducidos como reba単os dormidos como tuercas clavos ruecas ajustados presionados clasificados divididos en un orden que hace mucho ya no tiene sentido. Vamos indiferentes caminando vamos callados aguantando vamos y vamos y vamos y nos vamos quedando postergados enga単ados conformados Y nos vamos consumiendo y nos vamos enga単ando pudriendo y so単ando resignados perdidos alienados. Y vamos y vamos y vamos trabajando y vamos y vamos avaros consumiendo y vamos y vamos y vamos y vamos
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quedando quedando quedando
quedando
quedando.
(Letra para una canci贸n compuesta por Xulio Formoso)
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En Stonehenge
Toda génesis procede de la tierra. Toda génesis está manchada de impureza y horror Conde de Keyserling
I ¿Quién erigió estas piedras votivas en un esfuerzo sobrehumano e insano? ¿A qué dioses evocaba a qué fuerzas se refería a qué fenómenos aludía y reverenciaba? ¿Cuánto puede el hombre en su obstinada recreación, todo o nada? ¿Y la cultura es siempre contra natura en su vana fatuidad? II ¿Cuáles los límites de la materialidad en que vagamos errantes y sagaces? Pretendida eternidad en estas piedras inertes… III En las ruinas prehistóricas (atribuidas a los druidas) de los tiempos simultáneos contradiciéndose: yo, perplejo, buscando
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el nexo entre la fragilidad humana y la vana materialidad de aquel momento. ÂżEn quĂŠ momento volveremos a ser tierra regresaremos a la comĂşn mineralidad?
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Mi primer amor Fragmento
La vida que se espera en el final de todo Basílio da Gama, 1601
I Un cuerpo erecto, excitado, en la revelación de su plenitud, por la primera vez. ¡En la pubertad, un susto! Cuerpo a cuerpo, cubriéndose, descubriéndose, brindándose, desnudándose: temor, temblor. Armas en descanso apoyadas en la tierra, ingles en llamas proclamas de amor precipitándose; fiereza de la ira, ternura y belleza, ímpetu. Acosado, asustado, ardor en las entrañas de extrañas emociones. Ciego deseo que se niega y reniega sin remisión, ni culpa, engaño; fingimiento. Tan justo como grandemente [bello, ser-siendo. ¿Qué nombre tenía aquel amor del momento? ¡Aquel encantamiento furtivo!
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ePadínClemententePadínCleme
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Uruguay
Clemente entente Padín
Lascano, 1939. Poeta, artista y diseñador gráfico, performer, curador, videísta, multimedia y networker. Licenciado en Letras Hispánicas en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación en la Universidad de la República de Uruguay. Director de las revistas Los huevos del Plata (1965-1969), OV U M 10 y OV U M (19691975), Participación (19841986) y Correo del Sur (20002003). Autor de veinte libros publicados en Francia, Alemania, Holanda, Italia, España, Venezuela, Estados Unidos y Uruguay. Ha exhibido colectivamente sus obras en más de 220 exposiciones y 1.200 muestras de arte correo, desde 1969 hasta el 2003.
http://clementepadin.blogspot.com
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Paratexto De cómo las palabras AMOR, MUERTE, REVOLUCIÓN, ESPERANZA, ALEGRÍA, YO, TÚ, NOSOTROS y otras... se reúnen y se niegan a ser usadas como paños de lágrimas o banderas desplegadas por algún poeta...
Eso fue el título.
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Performance
Este verso debe leerse de frente al pĂşblico. Este verso debe leerse de espaldas al pĂşblico. Este verso debe leerse caminando. Este verso debe leerse acostado boca arriba. Este verso debe gritarse. Es-te ver-so de-be si-la-bear-se. Este verso debe declamarse. Este verso debe repetirse. (ad libitum)
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Homenaje a John Cage
Poema para leer con los ojos cerrados.
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nPaulDonPaulDonDonPaulDon
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Estados Unidos
Don nPaulDonPaul
1950. Es el autor y productor de más de veinte libros y álbumes. Sus libros de poemas incluyen Bengalas, Pulsante, como usted, y AmeriModern. Don Paul ha sido la persona más joven en ganar la beca Wallace Stegner en Escritura Creativa de la Universidad de Stanford. Su trabajo ha sido elogiado por Jeannette Armstrong, Malcolm Cowley, Lawrence Ferlinghetti, Todo sobre el Jazz, BAM, Grabación Niños, el San Francisco Bay Guardian, Sonido Elección y URB. Comenzó a visitar América Latina en julio de 1987, cuando él, Alice Walker, Billy Bragg, entre otros, fueron invitados a la Feria del Libro en Managua, Nicaragua. En noviembre de 2008 Don Pablo participó en la Feria Internacional del Libro de Venezuela. En la actualidad trabaja en el sureste de Luisiana, con una organización que él cofundó con el nombre de Reconstruir Verde.
www.wireonfire.com
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Co’mun’is’ta!
En la disco los colores se funden entre ellos. Los pasos caen como hachas, las caderas [se quiebran, el “toque” sube y baja sobre el encerado piso de madera con marcas, cabalgantes ritmos de samba de la variopinta banda, su líder viste de blanco como Xavier Cugat y agita [un cacho de cannabis. Todos se unen al coro: ¡Aiyajo! ¡Ayayjo! Arriba, luego de escaleras alfombradas, las [hileras en las mesas cantan, marcando el ritmo con las palmas, y, cerca [de la baranda tres mujeres giran, un tono de piel conduce a cualquier otro. Plácidos bebedores gritan también: “¡Aiyayjo! ¡Ayayjo!”. ¡Maravillosa Ipanema! El viejo con cara de gnomo y su compañera, bailan como si llevaran frutas en el pelo, bienvenidos y animados con naturalidad.
De Primera versión, 1983.
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Hortencia
La cara de Hortencia cambia por destellos, por pretextos. Sus ojos y sus dientes relucen Como flechas de indios. Con una risa aguda como un niño encantador. Hortencia tiende la mano sobre mesas. De la sociedad para excitar la [conversación. Arriba, en el teléfono del hotel, sin embargo, Hortencia arruga la frente con compasión cuando un paciente al que ha llamado le cuenta a ella psicóloga [sus problemas. Su ropa de trabajo tiene muchos bolsillos, sus botas son como de capataz —o mejor aún, de bucanero. Cuando está en su apartamento, [no obstante, Hortencia pisa suavemente descalza, robusta, con la piel parda como el cacao, como un indio en el bosque.
De Primera versión, 1983.
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Mujer de manos grandes
Celia de Nigeria se graduó como abogado en Londres, se fue a Jamaica con su marido de hecho y sus dos hijos, y después a la Nicaragua sandinista. Alta como un girasol con una sonrisa que era como una danza [sobre el agua, le enseñaba lengua a los niños en Managua, su casa eran dos habitaciones hechas de [bloques grises. Para los frijoles, las tortillas y el sueño. Con sus manos que se sentían grandes y [cálidas como el polvo, con la potencia que salía de las faldas, con su luminosidad como una estrella en la tierra, Celia Groves fue y es una de las heroínas de cada día.
De Primera versión, 1983.
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duardoEmbryEduardoEmbryEd
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Chile
Eduardo duardoEmbry
Valparaíso, 1938. Reside en Southampton, Inglaterra. Ha publicado su poesía, tanto en su país como en el extranjero. Realizó estudios sobre la censura poética en Madrid, durante los años sesenta, y sobre la revista Cuadernos de Ágora (1956-1964). También ha publicado un manuscrito satírico del siglo XVIII, Descripción de las grandezas de la ciudad de Santiago de Chile..., Consiglio Nazionale delle Ricerche Bulzoni Editore, (Roma, 1994). Durante su estancia en el estado Sucre, Venezuela, publicó la Historia del periodismo de la ciudad de Cumaná en tiempos del General Bermúdez (1825- 30), y Andrés Bello y el periodismo de provincia de 1825.
http://eduardoembry2.blogspot.com
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El poeta agradece el haber nacido
Por más agua bendita que traigan las lluvias y los ríos nunca quisiera haber sido yo mismo una catedral gótica; imagine usted, este neófito que escribe, por más hermoso que sea, ¿cómo podría llegar a ser la Notre Dame, o la catedral de Burgos del cerro Cordillera? pobre lenteja verde, qué ridículo me vería con arcos aguzados sobre mi cabeza, o que mis piernas fuesen dos columnas casi tocando el cielo, y mi pobre fachada que ya no tengo, la torre principal mi campanario; yo que nunca me he puesto una corbata al cuello, ni zapatos demasiado brillantes, no me vería bien con una bóveda de crucería, o a dos brazos sujetando arcos y agujas, ay, madre mía, tu tesorito agradece el haberme traído a este mundo, hecho de carne y hueso, brillando entre tanta naturaleza salvaje.
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Mirando la fotografía de mi padre
Estando todavía tendido en el horizonte, padre mío, sin que nadie se diera cuenta me he metido de cabeza por tus pies, me he llenado de pan y huevo, de patatas y ensaladas con tomate, y así embetunado hasta las orejas, embutido en tu pecho, bien ajustado en tus [brazos, toda mi cabeza ha tomado la forma de tu [cabeza, mirando esta emblemática fotografía tomada a dos pasos del vivero de langosta, me doy cuenta cómo he desaparecido, quien se mira al espejo para certificar que no estoy soñando, eres tú, padre mío; miro tu nariz, es igual a [mi nariz, mis orejas son tus orejas, el modo de llevar el abrigo, las gafas oscuras, es igual al estilo de mi abrigo y mis gafas; por lo visto, por más de treinta años estás dentro de esta bolsa con la ropa mía, con todos tus huesitos, uno por uno, intactos, tú, con arrugas, yo, por acá, con mis quebran.
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Del Siglo de Oro para atrás
Sabiendo que no se sabe nada del Siglo de Oro para atrás sólo puedo soñar como un pez de colores en una página iluminada; nueva estrella por aquí, por encima de mi cabeza, a mil millas por segundo, un cometa; esto es lo que se veía detrás del trono de Juan II de Castilla, y todavía temblando por mis visiones, oigo una voz ‘chico, tú eres como un semidiós’, qué ridiculez, me digo; la voz insiste: ‘no contradigas a tu pluma’; dentro de la biblioteca me siento en casa, soy un pez feliz junto a sus paraguas, dentro de una pecera un gran caballero, cuando el rey se tomaba la cabeza a dos [manos, la telefonía móvil me trae un aviso, ‘hijo, te espero en casa, la cena está [preparada’, doy un salto de pez que abandona su [pecera, dejo los libros encima del escritorio, bajo corriendo las escaleras del edificio, se me caen las gafas, quito el candado de mi bicicleta, y para no tocar nada, suave como una pluma, ciego, sin ver nada, atravieso volando el cementerio oscuro, al salir a la avenida, ya veo la casa toda iluminada.
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ElizabethNeiraElizabethNeiraEl
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Chile
Elizabeth ElizabethNeira
Sa nt i a g o, 1973 . E s p o et a y artista visual. Ha desarrollado un trabajo donde fusiona la literatura y el performance, propuesta con la cual ha participado en diferentes encuentros. Ha publicado textos poéticos en distintas antologías en Chile, Argentina, Perú, México y España. Es autora de los poemarios Abyecta y El soliloquio de la reina. Actualmente dirige la colección de cuadernillos de emergencia Abyecta, Ediciones Rabiosamente Independientes. Ha desarrollado la docencia en talleres literarios en el Centro Cultural La Pirámide, México. Ha sido becaria del Fondo para las Artes del Gobierno de Chile en dos oportunidades.
www.elizabethneira.blogspot.com
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Corazón de molotov
Corazón de molotov aparta de mí tus manos con sombra todo el veneno del mundo corre por tus [venas perforadas no quiero estar cerca cuando te vueles los [sesos no quiero ser yo quien limpie las flores carnosas de tu inteligencia esparcidas por [el piso de la habitación no quiero quitar la sangre de los muros, el techo, los vidrios, la ropa, la calle, el auto, la avenida entera por cuadras y cuadras a la redonda no quiero que las esquirlas de todo este desastre me rebanen la cara y se encarnen en mis mejillas dibujando con cicatrices el mapa detallado de tu gran muerte ni quiero secarme llorando cuando te [apagues después de la última explosión ojalá sea mentira que una vez me quisiste más que a tu vida misma.
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Hoy mi d(olor)
Es que el mundo totalmente vivo Tiene la fuerza de un infierno Clarice Lispector
Hoy mi dolor es una leche verde que orino por la maĂąana y luego bebo a manera de terapia haciendo esfuerzos titĂĄnicos para no vomitar urinoterapia dicen que le llaman.
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Naturaleza muerta
No para dulces delicias; No el cojín ni las pantuflas; No a los pacíficos estudios; No a la riqueza segura y empalagosa; No es para nosotros la diversión refinada. ¡Precursores, oh precursores! Walt Whtiman
Esta noche llegarás a casa de madrugada, borracho y [gritando derribarás la puerta de una patada mientras yo me reviento llorando. Una vez adentro me amenazarás con el cuchillo carnicero, me obligarás a desvestirme y riendo me mostrarás desnuda y agarrada de las mechas a tus amigos. Luego te enojarás conmigo, me dirás que los estoy provocando, a tus amigos, me dirás que soy una zorra, una perra de mierda, caliente, me abofetearás y me escupirás. Echarás a los truhanes que te acompañan a botellazos. Quedarán los vidrios esparcidos por todo el piso Yo intentaré recogerlos para que no te cortes los pies por la mañana, pero en el suelo me patearás con saña. Sacarás tu sexo muerto como una anguila mucho rato hervida y me forzarás a resucitarla. Entre sollozos lameré y lameré sin resultado alguno, me dirás que soy una estúpida, me golpearás en la cabeza y mientras me desvanezco ocurrirá el gran milagro. Entonces
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me penetrarás por detrás, yo gritaré de dolor, tu reirás y reirás como el mismo demonio. Yo lloraré, me desmayaré y en medio del charco de sangre me dormiré maldiciendo mi suerte. Al otro día no habrá palabras amables, me exigirás desayuno, yo taparé mi cara amoratada frente a las vecinas, que ya lo saben todo, porque es siempre la misma historia. Para ti huevos revueltos, pan tostado, una cerveza y cigarrillos que he pedido fiados al casero de la esquina. Para mí nada, solo rumiar mi gran rencor Antes de irte hasta no sé cuando, mearás mis plantas y robarás todos mis ahorros, después rociarás la casa con gasolina. Prenderás fuego a todo lo que tengo, acabarás con mi pequeño reino de mujercita tuya y reirás y reirás muy fuerte mientras yo llamo a los bomberos maldiciendo el día en que nací. Pero en el fondo de mi corazón mártir quedará intacto un altar para orar por ti.
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Beso de orugas
Beso de orugas abrazo con púas babas ácidas encerrando bocas caníbales infinitas de grandes grutas espectaculares, hoyos negros besos negros con la lengua cavando minas [antipersonales perversidad en llanuras carnosas. Apareamiento en baño público mostaza en la entrepierna ardiendo condones como papel de lija y la pena impertinente golpeándome la cabeza contra la puerta. Luego la derrota natural de la especie de esta especie de sapos insaciables en que nos hemos convertido nosotros los príncipes y las princesas.
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enturi贸nErnestoCenturi贸nErnes
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Paraguay
Ernesto sto Centurión
Asunción, 1980. En el año 2000 culmina sus estudios de Arte Dramático (teatro) en el Instituto Municipal de Arte de la ciudad de Asunción. En el año 2001 inicia sus estudios de Letras en la Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Filosofía. Ha realizado viajes al exterior del país, donde participó en foros, encuentros políticos, festivales artísticos en Argentina, Brasil, Uruguay y España. Trabajó como asistente de Lengua Española en colegios de París, Francia. Actualmente forma parte del Grupo de Cultura Alternativa, con compañeros artistas militantes del P-MAS, con el fin de conformar un frente artístico-cultural como instrumento generador de conciencia crítica frente a los medios masivos de desinformación.
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Voces
Mil voces se agolparon en la sala del palacio... unos cantan otros rĂen, unos bailan, otros lloran... ÂĄHa muerto el rey! El hambre del pueblo se aplaca hambre de igualdad y amor hoy muriĂł el rey, el pueblo Soberano es...
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La sombra
Y la delgada sombra de la guerra nos revela, cada día la lucha omnipotente en todos los lugares y resguarda cada instante el presente vivo cada instante como octavillas “guerra” contra la injusticia de hoy en todas partes y como renacer de un mañana.
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Otra vez
Duérmete que la luna llora
Un sitio ventilado y oscuro encontró, cerca de un arroyo o de una estrella fue, se fijaba en la luna oscura y no sé, ella se iba impregnando en su ser, colores verdes respiraba y no sé que delirio la causó: es normal—dijo—luchar por bajar al mar. Y sintió su belleza en el agua que besaba embriagada, tranquila quedó en la oscuridad galáctica, y con el viento hacía el amor, amor locura frustrada... besos secos sentía en sus labios y la luna fue a buscar al mar, en busca de oscura luz de sol para reposar su desnudez romántica y brillar cual novia del mundo, de poeta otra vez...
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oAk`abalHumbertoAk`abalHumb
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Guatemala
Humberto mbertoAk`abal
Momostenango-Totonicapán 1952. Autodidacta. Habla lee y escribe en maya-k’iche y español. Entre sus obras encontramos: Ajyuq El animalero(1990); Guardián de la caída de agua (1993); Hojas del árbol pajarero (1995); Lluvia de luna en la cipresalada (1996) y Ajkem Tzij Tejedor de palabra (1996). Ha recibido numerosos reconocimientos entre ellos: el Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars (1997) Ne u c h â t e l S u i z a; P r e m io Continental Canto de América (1998) Unesco México; Medalla del Milenio (2003), otorgada por la Asociación Cultural Vicenta Laparra Guatemala; Premio Internacional de Poesía Pier Paolo Pasolini (2004) Roma Italia y ha sido Condecorado Chevalier de L’ordre des Arts et des Lettres (2005), por el Ministerio de Cultura de Francia.
http:// humbertoakabal.lalupe.com
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Y nadie nos ve
La llama de nuestra sangre arde inapagable a pesar del viento de los siglos. Callados, canto ahogado, miseria con alma, tristeza acorralada. ¡Ay, quiero llorar a gritos! Las tierras que nos dejan son las laderas, las pendientes… Los aguaceros poco a poco las lavan y las arrastran a las planadas que ya no son de nosotros. Y aquí estamos parados a la orilla de los caminos con la mirada rota por una lágrima… Y nadie nos ve.
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La voz
Sobre las montaĂąas las piedras para nuestros rituales. Las oraciones se hacen en libertad. Desde allĂ se contempla el cielo y el viento se lleva la palabra. En los templos no hay cielo, solo voz encarcelada.
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Silencio
Hablo para taparle la boca al silencio.
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Caracol de cinco colores
Milpa verde madre de nuestro maĂz, aliento de la vida. Guacamaya colorada, ave del sol, dueĂąa del amanecer. Paloma blanca, encaladora del nido donde nace el viento. Piedra negra, guardiana de la noche, luz de los sueĂąos. Fuego amarillo, hermano de las mariposas, altar donde se apaga el aire. Caracol de cinco colores, ombligo del tiempo: que la luz se mantenga en los cinco puntos de los caminos del pensamiento.
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Marimba
No quiero escucharte marimba. ¡No quiero! Y no obstante te amo con toda mi alma. Quisiera irme lejos, lejos donde no me atormenten los recuerdos. Caminar por el aire para no dejar huellas… ¡Que el recuerdo se pierda y no me encuentre nunca!
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maPinedaIrmaPinedaIrmaPined
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México
Irma daIrmaPineda
Juchitán, Oaxaca, 1974. Es poeta y traductora. Es autora de los poemarios Doo yoo ne ga’ bia’ (De la casa del ombligo a las nueve cuartas); Xilase qui rié sicasi rié nisa guiigu’ (La nostalgia no se marcha como el agua de los ríos); Xilase Nisado’ (Nostalgias del mar) y Ndaani’ Gueela’ (En el vientre de la noche). Ha publicado en diversos medios nacionales e internacionales como La Jornada, Tierra Adentro (México), Trieste (Italia), El Rapto de Europa (España), La poesía Señor Hidalgo (España), Poesie (Yugoslavia) y Galerna (EE. UU.). Su obra ha sido incluida en las antologías Voces del corazón de la tierra (México), Prometeo (Colombia), Voces de antiguas raíces (Italia) y Translit (Canadá).
www.nacionmulticultural.unam.mx/eliac
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La flor que se llevó
Somos la vida no la historia que renace porque tus anhelos no bastaron para borrar el color de mi piel en las manos del mundo Estamos aquí presentes en los sueños de pájaros y flores somos fuego y sol luz y calor que alumbra los caminos en medio del asombro luz y calor que entibia los cuerpos en las noches del amor cuando mujer y hombre nos [hacemos uno para continuar la estirpe y ser de nuevo la vida. *** Existen seres con el corazón abierto como flores maduras que alimentan aves hay seres con el corazón hecho fango atrapado en el camino carroña tirada en el monte pescado olvidado lejos del mar existen sueños águilas que suben rumbo al [cielo hay sueños que caen a la tierra y se parten como calabazas que derraman [sus semillas las que el sol secará antes de renacer
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existen noches que se van con los pies ligeros del aire hay noches que se quedan grabadas como palabras esculpidas en estelas de piedra hay noches que son largas tan largas que pueden formar ríos de lágrimas. *** Cuando el mundo extendió su ropa de noche su estrellado manto el que nosotros solíamos mirar como luciérnagas pendiendo del frondoso tamarindo vinieron ellos con sus brazos de metal y fuego incendiaron la noche despertaron a la tierra con sus gritos de fieras y los gemidos de animal herido que escapaban de la nariz y la garganta de mis hermanos. *** Soy la mujer tierra que rasgaste para [depositar tu semilla lavo mi cuerpo para ahuyentar el miedo limpio las huellas de pétalos rojos sobre la tierna palma del petate no soy más la niña capullo que esperaba el día en que las manos de su amado la hicieran florecer
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te llevaste mi flor ¡serpiente! sin piedad la arrancaste mis ramas no tuvieron fuerzas para [detenerte la lluvia de mis ojos no será suficiente para humedecer el suelo y hacer que mi flor renazca. *** soy el surco en la piel de los campos herida abierta para depositar la vida soy las ámpulas en la manos de los hombres que interrumpen el alba los que abren los ojos antes de que se abra [la flor del día los que marchan con jícaras rotas los que esperan la sonrisa que dibuja signos sobre su rostro soy los hombres del corazón de la tierra. *** Esta es la guerra nos dijiste y disparaste al aire para que todos los pájaros se marcharan esta es la guerra nos dijimos y empuñamos nuestra palabra.
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Colombia
Jota Mario Mario Arbeláez
Cali, 1940. Fue uno de los primeros discípulos de Gonzalo Arango cuando fundara el nadaísmo, en 1958. En 1966 apareció su poemario, El profeta en su casa. En 1980 ganó el Premio Nacional de Poesía de La Oveja Negra y Golpe de dados con Mi reino por este mundo; en 1995 el Premio Nacional de Poesía Colcultura con La casa de memoria, y en 1999 el Premio Nacional de Poesía del Instituto Distrital de Cultura con El cuerpo de ella, cuya edición francesa fue lanzada en París por la Unesco, en 2001. En México, en 2006, ediciones Alforja publicó la edición definitiva de Paños menores, libro con el que acaba de recibir el Premio Internacional de Poesía Chino Valera Mora, organizado en Venezuela.
inmaculadadecepcion.blogspot.com
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La lectura en tinieblas
Mi padre no me dejaba leer la Biblia ni el Manifiesto Comunista para que no gastara la poca luz que podía pagar para la casa. Me quitaba el bombillo y dormía con él bajo [la almohada remordiéndole la conciencia pero al pie de la cama de mi cuarto también roncaba la nevera e instalado a los pies de mi cama con la [nevera abierta leía de la medianoche a los gallos de la crucifixión de San Pedro cabeza abajo, del intento de lapidación de Pablo en Listra y de la pasada por la espada de Santiago en los Hechos de los Apóstoles, de las tribulaciones de Panait Istrati, las duras prisiones de Nazim Hikmet y las torturas de Julius Fucik en su reportaje al pie del patíbulo, hasta que se me helaban los huesos.
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Poema de invierno
Llovió toda mi infancia. Las mujeres altas de la familia aleteaban entre los alambres descolgando la ropa. Y achicando [hacia el patio el agua que oleaba a los cuartos. Aparábamos las goteras del techo colocando platones y bacinillas que vaciábamos al sifón cuando [desbordaban. Andábamos descalzos remangados los [pantalones, los zapatos de todos amparados en la [repisa. Madre volaba con un plástico hacia la sala para cubrir la enciclopedia. Atravesaba los tejados la luz de los rayos. A la sombra del palo de agua colocaba mi abuela un cabo de vela y sus rezos no dejaban que se apagara. Se iba la luz toda la noche. Tuve la dicha de un impermeable de hule que me cosió mi padre para poder ir a la escuela sin mojar los cuadernos. Acababa zapatos con sólo ponérmelos. Un día salió el sol. Ya mi padre había muerto.
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Antepasados
Mis antepasados entraron a sangre y fuego [en América conquistando y arrasando. Mis antepasados se defendieron con los [dientes de esta invasión de bárbaros. Mis antepasados buscaban el oro para [cuadrar las arcas de sus monarcas y [saciar sus propias sedes. Mis antepasados ocultaron el oro de sus [ritos al sol bajo tierra y bajo las aguas. Mis antepasados nos robaron la tierra. Mis antepasados no pudieron recuperarla. Cómo siento en el alma no haber estado en [el cuerpo de mis antepasados. ¿De parte de cuál de mis antepasados me [pondré contra cuáles?
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Puerto Rico
Julio ulio Cesar Pol
Ponce, 1976. Estudió una maestría en Economía en la Universidad de Puerto Rico. Se encuentra realizando estudios doctorales en Economía en los Estados Unidos. Ha publicado cuentos y poesía en revistas como El sótano 00931 (2001); Encuentro (1997); Desde el límite (2002); Letras salvajes (2004); Borinquen literario (2004); Hostos Review (2005); Aullido (2006); Prometeo Digital (2006); Los poetas del cinco (2007) y Baquiana (2007). Obtuvo premios en los certámenes del ICPR Junior College, Universidad de Puerto Rico en Ponce, Universidad Politécnica de Puerto Rico, Círculo Jaime Marcano, Certamen del Círculo de Recreo de San Germán, Pen Club de Puerto Rico y el Certamen de Poesía Olga Nolla. Fue Director de la revista El Sótano y Coordinador General de los encuentros de (De)Generaciones. Es editor de la antología Los rostros de
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la Hidra (2008) con las casas de Isla Negra Editores y Ediciones Gaviota. Sus primeros libros La luz necesaria (2006) e Idus de marzo (2008), fueron publicados bajo el sello de Isla Negra Editores.
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Más…
Ni más, ni menos. Más Blas de Otero
Mientras más nos quiten. Más… Con dientes de menos con palabras de más. Más. Si nos arrancaron nuestros hijos sin sangre viva, ni mujer. Más fuertes que nunca más libres. Más. Mientras más sangre inocente mientras menos paz. Más. Sin techo, ni trabajo alivianada es la carga más ligero el paso adonde queremos llegar. ¿Con menos razones? Con más… Por mis muertos que me esperan por mis vivos por llegar mientras menos nos dejan. Más.
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Vivo en el lado más triste de la ciudad
Vivo en el lado más triste de la ciudad. Aquí las niñas salen con sus nalgas de fruta y sus traumas psicovaginales a gastar el cheque de seguro social que trabajaron con el sudor de su sexo. Las viejas ventean su entrepierna para ver si el olor a leche cortada puede calmar al caimán oscuro que no [duerme ni con agua de azahar, ni con manzanilla ni con el ron de las cuatro —antes de que llegue el marido— ni con el eyaculador precoz del vecino que tiene quince años. La manteca se empieza a calentar a las [cinco y, si no, a las seis los nudillos del amante esposo. Ya hace tiempo no se oye que estén jodiendo a los homosexuales de la calle veinte y a las doce de la noche, cuando hacen fila y nadie duerme deben estar los hombres del barrio ofreciendo el clavel como sacrificio. El caldo de orines y cerveza que arrojaron en la acera sube. Junto al olor a aceite y a axilas [desempleadas
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que esperan un milagro y los cupones para la quincena que viene. Abajo el del punto diezma al senador y al policía. Y da como sacrificio a dos corderos que creyéndose lobos le quisieron tumbar dos o tres mil pesos. El cura nos viene a visitar en cuaresma a reclutar al nene como monaguillo y [amante. Yo no hago nada. Vivo en el lado más triste de la ciudad. Porque aquí ocasionalmente los fetos tapan los drenajes y el agua sucia devuelve a los niños al umbral de la puerta que debió ser su casa.
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Fábula
Voy a sacarte los ojos, Vida como el cuervo que soy y que criaste. Me congregaré con todos tus hijos alrededor de tu casa —los mismos que llevan tus marcas— Y haremos nudos con tu pelo largo y negro y te ahorcaremos de cada mástil de este [mundo. Rellenaremos tu carne de flores y cáscaras de naranjos. Cortaremos tus colmillos, y tus pies y manos bañadas con la savia de nuestras vísceras. Con mis dedos arrancaré ese reflejo de dolor en tus ojos. Porque son ásperos y fríos como el acero no te damos nuestros pies y manos, [ni nuestros ojos. Pero romperemos su pecera de cristal la de algún niño burgués —alejado de ti— Y te daremos sus ojos, y sus piececitos [rosados y sus manos tersas como la leche. Leeré a tu espíritu convulso fábulas de igualdad y de justicia: —testamentos, manifiestos comunistas o cartas de derechos—. Y te hablaremos de la esperanza y de todas las seducciones teleológicas con las que nos has mantenido sedados. Te esconderemos hasta el fin de esta generación...
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Hasta que nuestro recuerdo muerto se deshaga entre la bruma... Por mis hijos y por los hijos de mis hermanos. AmĂŠn.
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Perú
Lino sLino Bolaños
Piura, 1955. Autor de cientos de canciones, tres cantatas y una ópera rock. Ha actuado en el Centro Cultural Español, La Estación, El Ekeko, Taberna 1900, el atrio de la iglesia San Francisco, entre otros lugares. Ha realizado presentaciones en Los Ángeles, Miami, Buenos Aires, Santiago y Montevideo. Ha cantado en todos los canales de señal abierta, en Radio Programas del Perú, Radio Nacional, etc. Condecorado por la Municipalidad de Cajamarca en el Encuentro de Poetas Patio Azul. Mención Honrosa en el Premio COPÉ de cuentos (Petróleos del Perú) por El encuentro. Es director ejecutivo de Ediciones e Los Lunes.
www.linobolanos.blogspot.com
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Sabiduría moderna
La ciencia de este tiempo nos enseña que la tierra no es la tierra: ni somos la cosa por sí misma. Vago por el fondo de los textos las fórmulas y sus modificaciones por la iluminada razón del escondrijo circulo en la perdida maraña de saber lo que se sabe. Nada tiene un nombre verdadero confluyen inciertos mecanismos infinitos laberintos que anudan el ser que conocemos. No somos nada de lo que parecemos y nuestros cuerpos se enfrentan con su esencia de sílice y carbono caminamos
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buscando la sombra que cobije nuestras desnudas espaldas bajo el sol que no es el sol. Y la materia peso puro explosiona desde un punto infinitamente pequeño de existencia hasta el espacio en expansión que nos conforma. Y en ese extraño devenir nuestra sustancia roza y transgrede el principio de la fórmula. Nada tiene nombre propio somos resultado de complejas variaciones unidas entre sí por algo que no llegamos a entender. Nada tiene nombre: el tiempo no es el tiempo sino un número elevado al cuadrado por una constante atravesada por la luz
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El ser es al mismo tiempo lo que no es materia no se explica sin antimateria. Nada tiene un nombre sólo la existencia está delimitada por el caos. Pero consuélate hijo de hombre que lo único se ha unificado se está perfectamente encadenado con la actual razón para aprehender ko humano: nada tiene un nombre definido pero, eso sí todo tiene un precio.
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Hombre tendido en el campo
A mis soledades voy De mis soledades vengo Lope de Vega
No el de las piedras no el del viento: el del fondo del río el sonido que cruza los sembradíos. No el del agua arrastrando el entido el sonido en sí mismo ajeno, mío el sonido que ríe: el sonido. No el de las piedras no el del río el del fondo del tiempo el origen mismo del pensamiento.
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Las Cataratas de Huamantanga
As a man is, so he sees W. Blake
Los hombres caminan en tu búsqueda pero nadie conoce el destino del agua hemos visto el verdor apagarse y volverse [a encender hemos visitado el calor de las hojas y al punto la savia bendita circula en nuestras [verdes entrañas hemos grabado al futuro los líquenes sumados a la roca invariable y sujetado las lianas desde las cuales ascendemos a la profundísima altura hemos caminado por horas, pidiendo [perdón a las piedras y al fin, hemos llegado a tu gigantesco silencio, detrás del estruendo a tu ahora indomable como si estuvieras, de pronto, a la mano. Te hemos visto entonces caer como un chorro infinito de vida y los hombres, estatuas a la nada mirándote absortos por un instante absoluto. Y luego el retorno las fotos el suave paisaje que se pierde en la bruma.
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Ecuador
Margarita Margarita Laso
Quito, 1963. Es escritora, cantante y productora. Ha publicado cuatro libros de poesía: Erosonera (1991); Queden en la lengua mis deseos (1994); El trazo de las cobras (1997) y Los lobos desarmados (2004). En el año 1997 obtuvo el premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade por su libro El trazo de las cobras. Actualmente es articulista del periódico Hoy de Quito. Tiene once discos compactos con énfasis en lo nacional ecuatoriano donde ha combinado el legado del cancionero patrimonial con compositores contemporáneos. Ha propuesto el encuentro de músicas regionales y generacionales en escenarios donde se fortalecen vínculos de identidad.
www.margaritalaso.com
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Un ceibo que cuida el horizonte tiene menos orgullo que el que orilla tus piernas un ceibo en tus piernas africanas matará mi deseo la cadera cruje como un cangrejo un crujido en la tenaza de mis huesos matará mi deseo trago de ardienteagua un ceibo te orilla los crujidos una huella de hollín los vellos y tobillos y una equis que enrosca mi cintura una equis matará mi deseo.
De Erosonera, 1991.
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ven a mi encuentro si te atreves en a mi encuentro si te atreves pa’ bailar conmigo riñones hay que tener Zamacueca peruana
Permito que pases la lengua por el filo de una carta que no me has dirigido permito que roces con la piel de las ternillas [pétalos ajenos que no los de mi lirio de agua permito que las rodillas distancies al ritmo de otras danzas que no las del catre que sostiene [mis amores tolero que te rías porque sé que te sobran [mandíbulas y no me nutren tus huesos pero de ellos [haré buenas castañuelas tolero que te duermas porque sé que [sueñas que yo te persigo tu sudor soporto tu vello pertinaz
serpiente que se [levanta al paso de otras porque con él cepillo [mis caballos
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pero escúchame Alicia ¡ay! de una mentira antes de que juegues conmigo
aunque en mis labios rebote tu negra [sangre de drago
guisaré un bistec Alicia una mentira y guisaré un bistec con tus riñones.
De El trazo de las cobras, 1997
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ínSalasMartínSalasMartínSalas
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Colombia
Martín sMartín Salas
Montería, 1964. Poeta, actor, fotógrafo y gestor cultural. Estudió derecho en la universidad de Cartagena diplomándose en Gestión Cultural y Derecho Probatorio. Fundador y director del Festival Internacional de Poesía en Cartagena de Indias, fundador y director de la revista de poesía Siembra y del taller de poesía que lleva el mismo nombre. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Estaciones de un cuarto vacío marrón; Parece que estoy solo en esta fría trampa del universo. Ha participado en encuentros y festivales de poesía en Medellín, Bogotá y Bayamo, Cuba. Está presente en varias antologías de poesía colombiana.
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Alguien ha decidido quedarse en casa. Es la mañana, el cuerpo en su quietud percibiendo la luz del patio. ¿Cómo nombrar la ansiedad de los ojos, y de la mano que escribe? No logramos integrarnos a la vida; somos un borde, el límite entre la casa y el universo. El cuerpo cae, la mañana desaparece. sobrevive la palabra.
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Descansa la isla bajo el cielo También descansan las piernas, los pechos y todos los sexos Pero la isla es un ojo despierto constatando las nubes: “esto somos: un cielo azul que para toda la vida será gris ”. Y en mitad de lo que existe la voz de un joven que canta champeta Su voz también es la noche, el olvido de las piernas, los pechos y todos los sexos que a esta hora descansan en la isla. Sólo queda el ruido del mar, la oscuridad, y una isla olvidada en el tiempo.
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La casa defiende sus voces y cada movimiento de los que en ella han [vivido basta con acercarse a una de sus paredes para que se den los nacimientos toda la historia y toda la vida la contiene [la casa debajo del libro o muy cerca de la silla, los muertos nos saludan el día se prolonga (ya somos el viajero de la infancia) ningún quejido ha partido a buscar descanso la casa es un baúl de milagros siempre que exista un animal insomne, todo será frágil, para el amor y la memoria.
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Colombia
Nena oNena Cantillo
Cartagena, 1981. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas y suplementos literarios de la costa colombiana y la capital del país. Es colaboradora activa en la organización del Festival literario Off-Off. Se desempeña como “todera”, pues ha iniciado tres carreras que aún no concluye, (ní concluirá) según afirma. Actualmente adelanta estudios de producción de radio y TV en la Escuela Superior de Bellas Artes de Cartagena; hace parte del taller literario La Urraka de la generación fallida. Su producción poética y narrativa se encuentra recogida en su libro De princesas retorcidas y mujeres inconvenientes, aun sin publicar.
www.nenainconveniente.blogspot.com
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Carta a Laura
Los cazadores escasean. Las caperucitas aun existen; solo que no se cubren de llamativo rojo, Laura; prefieren descubrir el torso y echarse mucho lápiz labial. Los lobos feroces abundan. Frescos e incipientes. O viejos ya; Apoltronados en el piloto de sus carros [carísimos. De lobos, conservan la mirada, el diálogo y las intenciones. Algunos huelen a Giorgio Armani. Me ha tocado ver cosas….. …lobos con garras entrecruzadas, sentados desde el otro lado del escritorio, observándola a una con mirada delatora, Laura Garantizando que el camino que señalan es el más fácil para llegar a destino! —Ellos no saben que cuando sonríen, sólo distingues caninos y sus ganas [babeates— Queda sonreír y creerse Scherezade. Los lobos. También los encontramos pueriles, imberbes; casi siempre sin saberse lobos [Algunos rechazan ese grado y tratan de hacerse hombres… y lo logran]
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Te has encontrado con un lobo que se [esconde bajo el rótulo de poeta, y después de leerle tus escritos, te confiesa que escuchaba el nacimiento de tus senos y suelta el comentario de que tienes un lindo [trasero, él prolonga su discurso y tú observas su hocico raído, cuentas 32 monocuspídeos que le hacen de cárcel a su lengua lisonjera y babosa Mientras vagamente escuchas la oferta de llevarte al mundo de los buenos poetas, de los grandes poetas. ¡¡¡Que eres una iluminada!!! ¡Carcajéate! Los lobos. Hace días, uno con cara de poeta hospedado descaró sus garras al confirmar que no soy postre de su jefe; si lo hubieras visto Laura, con el rabo entre las patas al mencionarle que su jefe se reiría mucho cuando se lo contara. No se lo pienso contar. Me da pereza retomar el oficio de Scherazade. Los lobos, Laura. Sucede que soy una mutante. Me divierto al caperucitarme y después cambiar a loba lobuna caperuza loba o loba caperuza
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O caperuza con aspiraciones de loba O loba con ilusiones de caperuza, todo depende de la perspectiva, Laura. Te descubro que me cansé de andar todo el tiempo sola. De que sean mis ojos los que me acaricien frente al espejo; y te confieso que detrás de la puerta despreso a un ente que no se si llamar lobo, poeta, hombre o caperuzo. Sin embargo, su piel me sabe a salvación. Y pon atención que no lo he confesado todo… El otro retazo es que éste ente también me destaja y cena. Creo que ambos somos mutantes, la cosa es que nos donamos en mutuo acuerdo. Me ha dicho que debemos comprar un reloj con alarma. Tal vez no entiendes Laura….Estoy llegando tarde a casa. Decidí desfilar a este despeñadero confortable, de abrazos peludos y definición inexacta, antes que llegue esa mala hora en que se me acaben los cuentos la pequeña jauría se me abalance y no me quede más que correr o aceptar. Los lobos, Laura.
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El Salvador
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Quezaltepeque, La Libertad, 1967. Estudió Agricultura y Periodismo. Ha obtenido diversos premios por su poesía. Ha publicado una docena de títulos de poesía y ha sido traducido al sueco, húngaro, eslovaco, rumano, inglés, francés, italiano y alemán. Fundó varios grupos literarios y entre los más destacados tenemos: Taller Literario Xibalbá, en El Salvador, Imagen (Imposible Agrupación de Escritores Nocivos) en Nicaragua y Grupo Ritual en Quetzaltenango, Guatemala. Dirigió las revistas Alkimia, Metáfora y Solopoesía. Actualmente coordina el Suplemento Cultural Tres Mil de Diario Co Latino, preside la Fundación Metáfora y dirige el Encuentro Internacional de Poetas El Turno del Ofendido.
http://otonielguevara.blogspot.com
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Crónica de la ausencia
Mi llanto fue fugaz: Sólo duró una infancia. Mientras vos acudías al mundo en el nervioso fulgor de una mirada yo declaraba mi soledad entre las piedras donde la Abuela tendía al sol las ropas inventadas por sus manos. Mientras vos te mecías en el tibio hospital de una palabra yo hurgaba besos en medio de las plantas. Yo aún no conocía las púas venenosas del naufragio. Pero tuvo que suceder y mis lágrimas brotaron del ojo de mi [perro mis lágrimas regaron impetuosos [cañales mis lágrimas decidían ser mi [sombra… Mi llanto es una ropa que no uso. (Tu amor el aire que en mi pecho faltaba).
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Página imborrable
Tu cuerpo es una página solamente una página pero mis dedos te rozan y el aire se estremece de esa manera se me hacen las palabras pero no las escribo no las digo solamente las oigo en mi mirada yo no sabré jamás qué es un poema tal vez indague los secretos de un ángel o la razón de la insistencia del invierno quizás descubra a qué huele el olvido o de cuántos violines se compone la muerte pero el poema es algo impenetrable yo suelo agonizar después de cada beso soy un barco que se hunde en sí mismo nadie me ocupa para cubrirse de los [aguaceros voy por el mundo con unos pocos versos y una radiante página: tu cuerpo.
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Testamento del hijo
Yo que no sé cómo se bordan los paisajes y que no sé de qué color es el deseo supe de siempre de tu sed atormentada como se sabe que Dios no es usurero no puedo inflar ningún globo terráqueo ni andar descalzo sobre una Vía Láctea pero conozco la leche de sus besos que nutren mis infancias derrotadas nunca he visto la nieve no he visto preso nunca a un terremoto pero he visto sufrir a los payasos y perdones he visto pudriéndose en los labios si alguna vez me obligan a morirme te dejo un gran amor para tus viajes
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Canadá
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Toronto, 1943. Su obra se mueve dentro de las fronteras de la literatura y la música. Sus libros de poesía, de ficción y sus grabaciones de trabajos como solista y en grupos musicales, han obtenido amplio reconocimiento en Canadá, Estados Unidos y Europa. Algunas de sus obras: El libro de los números (1979); Hablaescucha (1983); Retratos visionarios (1991) y La máquina de escribir plástica (1994). Paul Dutton fue miembro, durante 18 años, del grupo de performance sonoro Los Cuatro Jinetes.
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Esto y aquello
no es lo que dije, sino lo que quise decir de lo que tenía que decir que debe decirse sobre lo que quise decir que es esto: decir lo que quise decir sobre lo que dije que tenía que decir que lo que debí haber dicho que es “Quise decir que no es lo que dije sino lo que quise decir”. No es lo quise decir, sino lo que dije que debería de decirse sobre lo que quise decir. Quiero decir que dije lo que quise decir. Dije “aquello” pero lo que quise decir fue “esto” quiero decir que lo que dije fue” no es lo que dije sino lo que quise decir sobre lo que dije que era lo que era lo que tenía que decir sobre esto”. Quiero decir que quise decir que y lo que quise decir sobre aquello es esto. No que “aquello” es “esto”, pero digamos que lo es, y lo que quiero decir es que esto es lo que quise decir: “aquello”. En otras palabras, esto
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Haiku perdido
En el único salón que importa un leve sonido oscurece el único pensamiento que cuenta.
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Ojos de él, ojos de ella
los ojos de ella como ojos son ojos como son los ojos como ojos los ojos de ella son ojos y como ojos serán como ojos los ojos de ella serán como son los ojos y sus ojos son como los ojos son y como son los ojos son los ojos de ella los ojos de él son como son los ojos de ella y como los ojos de él son como los ojos de ella los ojos de ella son como los de él los ojos de ella son los ojos de él exactamente como los ojos de él son como los de ella y los ojos de él son de ella a los ojos de él y a los ojos de ella los ojos de ella son de él o son los ojos de él de ella a los ojos de él o los de ella de él a los de ella los ojos de él y los ojos de ella son ojos y los ojos de él son a sus ojos como son los ojos de ella a los ojos de él como son los ojos son los ojos de ella como los ojos de ella a los ojos de él y los ojos de él son como son los ojos de él a los ojos de ella los ojos de él son los ojos de ella a los ojos de ella o a los de él como los ojos de él son los ojos de ella a los ojos de él o a los de ella los ojos son ojos exactamente como los de él son de él o los de ella de ella sólo los ojos de ella son los ojos de ella y son los de él exactamente como los ojos de él son los ojos de él y son de ella los ojos de él son los ojos de él a los ojos de ella los ojos de ella son los ojos de ella a los ojos de él los de él son de él a los de ell los de ella son de ella a los de él de él o de ella los ojos son ojos
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Argentina
Rodolfo odolfo Alonso
Buenos Aires, 1934. Poeta, traductor y ensayista. Es una de las voces más reconocidas de la poesía latinoamericana contemporánea. Fue el más joven de la legendaria revista de vanguardia Poesía Buenos Aires. Ha publicado más de veinte libros. Fue el primer traductor de Fernando Pessoa en América Latina. Tradujo también a muchos autores de diversos idiomas, entre ellos Giuseppe Ungaretti, Marguerite Duras, Cesare Pavese, Paul Éluard, Carlos Drummond de Andrade, entre otros. Antologías de su obra poética fueron publicadas en Bélgica, España, México, Colombia, Francia, Brasil, Venezuela, próximamente, Italia y Cuba. Premiado en Argentina, España, Venezuela, Brasil, Colombia y Estados Unidos.
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Ruido de fondo
Las manos de la nieve la nieve que cae en sueños tus sueños como sombras que asombran nuestro día el día que no aclara lo claro de tu risa que ríe sin que lo sepas saber que no eres mía mi pequeña insistencia que insiste en recordar el recuerdo que vuela volando ante el olvido sin olvidar tu cuerpo el cuerpo que ilumina iluminando frondas la frondosa alameda álamos contra el cielo el cielo de tu boca la boca de la muerte la muerte que no muere morir de haber vivido viviendo como vives la vida que me das te doy lo que me duele el dolor padre y madre la madre amante hembra las hembras junto al fuego el fuego que es la especie la especie está en peligro peligran nuestros miedos los miedos luto en flor Florencia nunca nunca nunca será Las Vegas ni veo en Delfos lumbres
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para alumbrar Wall Street estrías del planeta planetas que se extinguen extintos valles fértiles fértiles sueños manos las manos que se aman al amor de lo hecho hacer lo que se pueda poder hablar decir te digo lo que canto cantar como las manos manos que construyeron construir sobre el abismo abismos que se abren y abriéndose se cierran sobre gargantas libres libertad y justicia justicia entre las manos las manos de la nieve.
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Gauguin recuerda a Francia en Mururoa
“¿Te dejé por Tahití, triste madrastra, para morir soñándote, pintando tu nevada Bretaña? Al color libre y salvaje huí, a adormecerme en los senos cobrizos de Tehura, al resplandor del tamarindo, lejos de tus gendarmes. Pero estabas allí: jueces, archivos, sables, mercaderes. ¿Morí una vez, lejos de ti, ajeno, y he de verme morir en Mururoa? ¿Volveré a ver morir lo que admiraba por obra tuya nuevamente, madre mortal? ¿Qué puede un maorí, qué pueden brujos sabios contra el hechizo blanco, seco, ácido, letal, inexorable? La dulce vida no será la misma. ¿Libertad, igualdad, fraternidad? La gracia huye espantada, suicidándose, a arrojarse en el mar. En sus abismos que alguna vez creímos insondables. Bajo el altar del atolón, el cáncer de coral su misa negra extiende. Francia, nodriza cruel, si quieres luz cría vida. Si sueñas con abismos que sean tus abismos, no los de otros, sino en tu propio suelo. ¿Te arrastrarás, así, tú misma al muro? ¿Ya ni en la paz de los abismos crees, reina árida?”.
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La muerte feliz
A lo que fue Albert Camus
Ya no tengo sorpresas de mi cuerpo, de mi cuerpo feroz y delicado. Porque aunque nunca hablemos de la muerte, la muerte es la medida en cuanto [hablamos. Negamos para ser, somos negando, y el futuro es ayer, ayer futuro: sólo el presente está desubicado. Porque el voraz abismo nos transcurre negamos para hacer, somos negados. El instante, perpetuo Laocoonte, Prometeo que delira, encadenado a una nube que muerde, a una paciencia que Sísifo soñaba. Hechos destino a sabiendas o no, punibles, sanos.
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aCellaSusanaCellaSusanaCella
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Argentina
Susana aSusana Cella
Buenos Aires, 1954. Es doctora en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde trabaja como profesora e investigadora. Es autora de los poemarios Tirante; Río de la Plata; Eclipse; De Amor (dientes, paredes arrugadas) y Entrevero, las novelas El Inglés y Presagio, el ensayo El saber poético; La poesía de José Lezama Lima y el Diccionario de Literatura Latinoamericana. Publicó poemas y ensayos en revistas y capítulos de sus libros en Argentina, Chile, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, México, Perú y Uruguay. Ha participado en jornadas literarias y festivales poéticos en Argentina y el exterior.
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Y la luz
Y la luz en la triste estrella interrogada y la luz al pleno de la tarde de verano y la luz subida a nosotros como foco en suelo amando y la luz sofocada en los andenes de los subtes enfrentados y la luz cuando hablaste para deshacernos [madrugada.
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Desasimiento
Por salvar del desaire tanta melancolía y sentimiento me deshago por no ahogarme de la honda voz a mí debida por no deshacerme del todo y andar, como si nada, en el día. Segrego mis manos de las tuyas, de mi cuello tu boca de mi enredada frente tu pelo ondeado leve de mi pecho tu doliente brazo de tu brazo mi perpetuo ojo de tus ojos la luz creada de mi oscuro la íntima melodía de nuestro tedio infatigable las noches que le daban vida de nuestras vidas, un amor a punto de consumirlas.
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El muerto en las entrañas
Paralelo a la ribera anda parejo sin que se le [acorte el trecho en el el puro suelo de cemento la mirada [clava en el agua allá abajo nomás que puro ruido tierra aceitosa y paredones de óxido le acerca. Para sus adentros guarda sin verlos [ni querer oler el gustoso barro subido en vapor a [la baranda de huecos triangulares y cruces traspasadas porque en las entrañas al muerto lleva y sabe que hallaría su nítida mano en el horizonte que doblando va a parar por el círculo del deseo o por inversa ruta tentando la mano el roce cariñoso que el confrontado silencio desbaratase y corazón con corazón midiera la inmensidad del légamo donde juntamente y con causa cierta, habría de guardarse a [mejor condición la palabra que las tripas enderece, y sin [revuelto ni retorcido aguijón, deje el camino libre en sus cuatro estrictas dimensiones para al tiempo buscarle la vuelta y testar el acopio y la abundancia, la mano tendida hacia el mar.
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úñezVíctorRodríguezNúñezVíct
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Cuba
Víctor tor Rodríguez Núñez
La Habana, 1955. Es poeta, periodista, crítico, traductor y profesor universitario, Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin, es profesor de esa especialidad en Kenyon College, Estados Unidos. Entre sus poemarios se encuentran: Con raro olor a mundo (Premio David, 1981); Noticiario del solo (Premio Plural, 1987); El último a la feria (Premio EDUCA, 1995); Oración inconclusa (Premio Renacimiento, 2000); Actas de medianoche I (Accésit Premio Fray Luis de León, 2006) y Actas de medianoche II (Premio Leonor, 2007). Es autor de la monografía Cien años de solidaridad: Introducción a la obra periodística de Gabriel García Márquez (Pre mio Enrique José Varona, 1986); y seleccionó y prologó la obra del mismo autor, La soledad de América Latina: Escritos sobre arte y literatura, 1948-1985 (1990).
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¿Arte poética?
Para María Santucho y Víctor Casaus
Saqué unos ojos miopes una nariz bisiesta unos labios que no puedo juntar un pelo de camello más un cuerpo de atleta retirado También el mal genio de mi padre el dolor en el lado de mi madre el lunar sospechoso de mi abuela el cólico nefrítico de todos y hasta las fiebres constantes de mi hijo Razones que me obligan a tener mala opinión de la belleza.
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Contraseña
A la entrada del Báltico te esperan las gaviotas el agua será oscura como uno de tus sueños sin verano la costa será clara como nada de mí a la entrada del Báltico allí las dejé yo el cielo estará cerca casi podrás tocarlo con mis dedos el barco se alejará como nada de ti guarda la contraseña todo buen corazón es un prismático.
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Conjuros
Mi madre recoge flores silvestres entre los árboles de Selva Negra. El pico del tucán las plumas de la lapa el canto del chorlito qué no la embrujen. Y no se quede atrás en el sendero ni se vaya a perder entre tantos colores. El danto la guardatinaja el armadillo qué se aparten de ella Y acabe de subir esta colina desde donde hoy la miro por primera vez. Esa vela que alumbra los ojos de mi madre. La vela desnudísima con su candela áspera y su alma de cera. La vela que no duerme deshilando las sombras. La vela que no cesa de volver luz su miedo y quieta se consume. Esa vela que solo con tu aliento se aviva. La vela que no logran a pesar del insomnio apagar estos versos.
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Cuba
Waldo aWaldo Leyva
Villa Clara, 1943. Después de 1959 trabajó como instructor de teatro y asesor de historia, mientras estudiaba licenciatura en Literatura Española y Latinoamericana en la Universidad de Oriente, en la cual ejerció más tarde como profesor. En esta provincia fue director de la revista Columna (Santiago de Cuba) y miembro del consejo de redacción de El Caimán Barbudo. Recibió el premio de poesía en el concurso Uvero con su libro De la ciudad y sus héroes (1974). Su poesía ha sido traducida e incluida en antologías editadas en la URSS, Estados Unidos, Chile, México, entre otras. Fue combatiente internacionalista y militante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Pertenece a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y es presidente de su sección de Literatura.
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Ptolemaicas
Cuando descubrí, de niño, la palabra infinito, y, más que la palabra, esa falta sin fondo de que hablara Vallejo, sentí una angustia inapresable, un vacío en el pecho que todavía hoy me estremece cuando pienso en la sustancia ilusoria del horizonte. Al caer las primeras sombras de la noche perdía la voz, corría en círculos alrededor de la casa como si pudiera construir fronteras redondas, y lloraba, lloraba desconsoladamente sin saber que mi pena era la misma que sufrió Pascal y que sufrieron todos los sabios después que descubrieron que era falso el Empíreo, y el cielo de los cielos, y que la tierra no era más que una mariposa girando en torno al sol. Siempre sospeché que Ptolomeo no ignoraba la naturaleza infinita del universo y que su sistema fue el único modo que encontró para protegernos de esa angustia. Todavía, en las claras noches del verano, me descubro sufriendo el destino de las estrellas que caen a ningún sitio y que siguen, con su rastro de luz, dividiéndome el pecho.
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Lo oscuro perderá en esta porfía
Estoy en un baile extraño de polaina y casaquín que dan, del año hacia el fin, los cazadores del año José Martí
I Este tiempo en el que vivo, no es el tiempo que soñé el porvenir que busqué tiene un horizonte esquivo. A veces, cuando recibo el júbilo de otro año, tengo la impresión que engaño, que estoy haciendo otra apuesta, porque esta ya no es mi fiesta, estoy en un baile extraño. II Con mi más humilde traje salí a buscar el futuro sin sospechar que este muro estaba al final del viaje. Ahora busco en mi equipaje y es inútil el trajín, nada me resulta afín entre el sueño y la ocasión, y he de entrar en el salón de polaina y casaquín.
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III Sé bien que aunque lleve puesto un falso atuendo de gala, soy yo quien entro a la sala. Nadie ignora que detesto el traje que se me ha impuesto, y que junto el figurín que finge oír el violín para no escuchar la orquesta estoy yo, que odio esta fiesta que dan del año hacia el fin. IV No sé si podré algún día vencer la altura del muro pero sí sé que lo oscuro perderá en esta porfía. Mientras, en la poesía, mis cicatrices restaño. Finjo que asumo el engaño de este juego torpe y burdo que ofrecen, desde el absurdo, los cazadores del año.
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Yo no pedí nacer
Cuando un hombre y una mujer se juntan, ¿tendrán en cuenta que al hacer el amor son como dioses, que del acto de amarse, de intercambiar sus jugos esenciales, puede venir después un ser que tendrá un nombre, un modo de tocar las cosas, un rostro para el beso o el azote? Mientras funden sus cuerpos hasta lograr que la piel sea una sola, que baste una boca para respirar, que lata un corazón para los dos, ¿pensarán entonces que nadie le ha pedido venir a este paisaje? ¿Serán capaces de ofrecer disculpas?
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País de la memoria
Cae lenta una lluvia de invierno, sin sospechar que moja el penúltimo diciembre de este siglo. Duele el metal del agua que se precipita. Entre sábanas que guardan la memoria de [la estirpe, mi mujer suda una antigua fiebre, mientras yo intento reconstruir un mapa por el que alguna vez pasaron hombres y [caballos. Es un país de la memoria, al que regreso cuando revientan las crisálidas y se confunden las estrellas con las altas [copas de los árboles. Mañana, cuando el sol borre de nuevo las [gotas del invierno, las sábanas se beberán el agua de los ríos y no habrá sombras ni altas montañas ni fiebres ni palomas.
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Ă frica y Asia
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annanAwwadHannanAwwadHa Traducciones de Lisa Blackmore.
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Palestina
Hannan annan Awwad
Jerusalén, 1951. Es poeta, académica, narradora, investigadora y profesora pacifista. Fue acompañante de Yasser Arafat ante las Naciones Unidas, Ginebra y otros foros internacionales por la Paz, siendo representante de Palestina en la radio, televisión y foros públicos internacionales. Es miembro de la Comisión del Medio Oriente, cuya meta es lograr establecer la paz en dicha región y fundadora de la Liga de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF por sus siglas en inglés).
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He elegido el peligro
Me han torturado, han arrancado las paredes de mi cuarto. Han cavado mi tumba entre multitudes de rencores. Han robado mi ropa. Han crucificado mi juventud usando la traici贸n y la c谩rcel. Me han torturado. Han pintado mi muerte de las paredes del [silencio. Me han arrancado las cuerdas de mi voz. Me han acosado. Soy m谩s capaz de discernir que la muerte [es mi muerte. Me han torturado, han ocultado la luz y la luna. me han hecho escoger entre morir y [permanecer. Pero yo he escogido el peligro Me muevo paso por paso sin fijarme en las zanjas en mi camino. Tu luz, tus ojos han encendido mis llamas. Tu coraz贸n, tu mar, tus ojos, me permiten pisar mi camino.
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Oh, amado mío, Oh, soldado, en el ejército de mi país. Oh, el que merodea en las profundidades de mi corazón. Grito, oh, amado mío. Oh, el que se mueve sigilosamente hacia [la tierra, hacia la casa, el campo, el suelo que trilla. En mi tierra mi llano y mis estepas. Posiblemente tropiece mi caballo, posiblemente pierda algo de mi botiquín, quizás rompa una costilla, me aparta de [mi corazón pero yo gritaré Yo gritaré Oh, mi amor, todavía acato mi promesa; no me he quitado la ropa negra. Oh, mi amor, pronto de regreso del sol hacia el sol. Tú que regresas del corazón, cerca de mi corazón. Oh, mi amor,
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oh, soldados que nos vienen en el alba como una canción y una llama. Oh, mi amor, no me eches la culpa. Quizás pierda algo de mi juventud quizás pierda mi boda y mi ropa, quizás pierda mi vida. El verdugo quizás me haga sufrir toda clase de tortura. Pero yo, oh, mi amor, te reencontraré en un libro. Oh, mi amor, te viviré como una tortura, te viviré en mi tormento.
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Palestina
Ibtisam btisanBarakat
Jerusalén, 1963. Es escritora, poeta y profesora. Autora palestino-americana nacida en Beit Hanina, donde su vida cambió totalmente a la edad de tres años cuando Israel invadió esta zona en 1967, hecho que ha influenciado enormemente en su poesía. Obtuvo una licenciatura en la Universidad de Birzeit, cerca de Ramala; en 1986 se muda a Nueva York, donde obtuvo una maestría en Periodismo en la Universidad de Missouri, Columbia. Su libro Saboreando el cielo: una infancia palestina (2007), fue reconocido como un libro “notable” por la Asociación Americana de Bibliotecas y en 2008, ganó el premio Mejor Libro de No Ficción para Niños y Jóvenes otorgado por la Asociación Internacional de Lectura. En estos momentos se encuentra realizando su segundo libro.
www.ibtisambarakat.com
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De una palestina para el mundo: ¡Auxilio!
Soy una refugiada en un campo de Gaza ¡Auxilio! Aquí, aquí, bajo los escombros ¡Auxilio! He perdido mi hogar ¡Auxilio! Dos veces antes de ésta ¡Auxilio! Ahora perdí a mi familia ¡Auxilio! Mis piernas, y uno de mis ojos. ¡Auxilio! Quiero caminar hasta el jardín ¡Auxilio! Una sola vez más antes de resignarme a [que esto ha pasado… ¡Auxilio! Estoy en el campo de refugiados de Jalazone [en Ramala ¡Auxilio! No me he sentido feliz en 60 años ¡Auxilio! Todos mis sueños tienen lugar ¡Auxilio! En sitios de los que tuve que huir a la fuerza ¡Auxilio! Me obligaron a dejarme a mí misma ¡Auxilio! Estoy en Siria ¡Auxilio! He comprado una puerta ¡Auxilio!
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Exactamente igual a la puerta de la casa [en Haifa ¡Auxilio! Para fingir que todavía vivo allá ¡Auxilio! Al final de cada día encajo mi llave en mi [fantasía ¡Auxilio! Y ésta gira como la hoja de un cuchillo ¡Auxilio! Quiero apretar mis brazos en torno al monte Carmelo ¡Auxilio! Estoy en Qalqilya ¡Auxilio! Del lado de adentro del muro ¡Auxilio! El sol aquí se pone una hora ¡Auxilio! Antes de ponerse en otras ciudades ¡Auxilio! El muro es demasiado alto aquí ¡Auxilio! Me siento como una niña ¡Auxilio! Quiero llegar a ser más alta que el muro ¡Auxilio! Y ver el horizonte ¡Auxilio!
Estoy en Estados Unidos
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¡Auxilio! Pago impuestos para que una parte de ellos ¡Auxilio! Sirva para matar a mi pueblo ¡Auxilio! En Gaza y en Jenin y Hebrón ¡Auxilio! Estoy aquí, contigo… ¡Auxilio! En este instante… ¡Auxilio! Quiero darte las gracias ¡Auxilio! Por saber de nuestro sufrimiento y por ayudar.
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Prisionera palestina
Tengo una prisionera palestina bajo mi cuidado podría matarla de hambre y nadie lo sabría Amnistía Internacional no sabría más de lo que sabe sobre los palestinos en Israel. Podría tratarla con desprecio, nunca celebrar alguno de sus éxitos, llamarla de las peores formas podría matarla mil veces al día o una sola vez… a sangre fría quién va a preguntar por el alma de una palestina… seis millones de judíos y ahora sesenta y un años para los palestinos… Esa prisionera a mi cuidado soy yo misma. así que habré de liberar a una palestina.
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Los árabes despiertan
Sucede que la herida está ahora en lo más profundo de nuestro sueño… Comenzó en tiempos del colonialismo la pérdida y el dolor ancho y profundo ¡Cuán solos hemos estado! Divididos, conquistados, temerosos… Ahora que la herida está en lo más profundo de nuestro sueño y una pulgada más adentro despertamos.
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Líbano
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Trípoli, 1941. Escritora, poeta traductora bilingüe árabe-español. Vivió en España, donde obtuvo un doctorado en Letras con la calificación cum laude. Entre los años 1983 y 1987 algunos de sus poemas fueron musicalizados e interpretados por el músico y poeta chileno, residente en Madrid, León Canales. Participó en importantes manifestaciones culturales del mundo árabe, tales como la de Mirbad en Irak (1986-1989) y el Congreso Internacional de Al-Mutamid Ben Abbad, en Marrakech, Marruecos (1995), y en las celebraciones del centenario del nacimiento de García Lorca en El Cairo, Egipto (1998). Obtuvo la Medalla del Centenario de Pablo Neruda, otorgada por el presidente de Chile, Ricardo Lagos, en reconocimiento por la traducción al árabe que realizara de la obra del gran poeta chileno y
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de otros relevantes poetas latinoamericanos, entre ellos el nicaragüense Rubén Darío. Varios periódicos españoles, así como también los más importantes diarios de diversos países árabes, han publicado sus artículos. Actualmente es colaboradora, especializada en los temas de América Latina, del periódico Kuwaití Awan y fue la primera autora que escribió en el mundo árabe sobre el Presidente Hugo Chávez, en el diario árabe internacional AlHayat, editado en Londres.
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Ayer, por la tarde
Ayer por la tarde, a las cinco de la tarde, como en el llanto de Lorca para Ignacio Sánchez Mejías, Beirut tenía cita con la muerte, y se bautizó con la sangre purísima de su hombre inocente, de sus bellísimos niños que andaban tranquilamente por las calles, que estaban intentando estudiar en un rincón de la casa... Ayer, a las cinco de la tarde, cual toro negrísimo de Lorca, la muerte, con su máscara más salvaje, sus garras más agudas, sorprendió a los inocentes, que no supieron a donde huir, y quedaron en un instante trozos humanos ensangrentados en las calles de Beirut... Ayer, a las cinco de la tarde, el humo negrísimo de los incendios, llenó el cielo tranquilo, acostumbrado hace diez años, a ser testimonio de los desastres en el infierno del Líbano... Beirut.. desde esta mañana, el sol reluce
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majestuoso en tu cielo, como si nada hubiera pasado. Beirut, Beirut, ¿Cuál es la ideología patriótica y humana, que merece la terrible matanza, de la tarde pasada? Beirut ¿No te sientes quemada por el fuego de tu propio infierno? ¿No te sientes helada en tus propias cenizas?
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Carta a Ahmed
De noche, la tía cierra los ojos, pero no duerme, el rato de sueño es una horrible pesadilla: la casa sin techo está bombardeada, y nosotros indefensos no sabemos a donde ir... La conciencia del mundo está muerta, podrida, sepultada en la nieve. ¿Por qué cercan tu inocencia en Beirut? Ahmed. De noche, la tía cierra los ojos, pero no duerme, está pensando en ti anhelando verte, secar tus lágrimas y protegerte, eres tan inocente tan indefenso. Ahmed, de día, como de noche la tía piensa en ti, no come, tú tienes hambre, no bebe, tú tienes sed, la luz de la mañana es negra, negrísima, tú vives en la oscuridad en el refugio, sin luz, sin agua, sin comer. Los grandes rigen el mundo,los pequeños pueblos no tienen derecho en vivir. Temprano, conociste esa verdad... Ahmed: me duele la conciencia tú tienes sed.
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Kenia
Pamela Pamela Ateka
Kenia, 1976. Poeta y oradora, se ha destacado como promotora cultural y activista política. Ha realizado presentaciones en muchos países de todo el mundo, entre ellos: Estados Unidos, Reino Unido, España, Etiopía, Egipto, Sudáfrica, entre otros. Pamela es fundadora de la Comunidad de Grupos Focales (CFG) cuya información aparece publicada en el portal web: www.cfgkenya.org. Autora del libro de poesía Canta África Canta. En el 2006, Ateka fue merecedora del Premio Reebok de Derechos Humanos y ha dirigido tres festivales de poesía en Kenia durante los años 2005, 2007 y 2008.
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No a la guerra
¿Apartarías tu lanza para recoger una pera? ¿Podrías tirar tu espada y comenzar a usar las palabras? ¿Te quitarás tu vestimenta de guerra y usarás aquella de la paz? ¿Puedes destruir tu arco tu flecha e inclinarte ante el Consejo de Ancianos? Cuán dulces son las peras en lugar de lanzas cuán dulces son las palabras en lugar de espadas qué nobleza inclinarse ante los ancianos qué hermosa es la vestimenta de la paz no la de la guerra llega la calma cuando la sangre del guerrero se enfría.
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Máscaras
Tómalo o déjalo todos usamos máscaras máscaras para esconder las agitaciones en el interior de nuestras almas construimos un muro una fortaleza tan fuerte tan segura que no la traspasen es un sueño hecho realidad las sonrisas que mostramos la risa estereotipada como títeres que saludan con sonrisas plásticas tratan de engañar al mundo como si la vida fuese sólo de sonrisas en su interior existe una persona herida sin esperanzas por fuera ¡Una máscara!
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Sobreponerse
Yo me levantaré por sobre esta discriminación esta segregación esta pobreza por la belleza que observo Yo me levantaré por sobre el miedo la inquietud las angustias y sí por sobre la pobreza por la belleza que observo esta belleza que miro me causa dolor dolores de cabeza tristeza y sufrimiento esta belleza que veo me da fortaleza yo me sobrepondré.
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Occidente
A caballo vinieron el juego era domar con armas sin cacerolas con armas no es divertido para conquistar lo que no estĂĄ conquistado profanar lo no profanado domar lo salvaje domar y esclavizar a los desvalidos sin fama el juego para domar es ahora con papeles sin caballos sin armas y asĂ renunciamos a nuestros derechos.
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La corriente de la vida
Al final del tĂşnel atraviesan ellos los tenaces los fuertes aquellos que pueden soportar las olas del tiempo.
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Europa y OceanĂa
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morAndrásSimorAndrásSimorA Traducciones de Eliseo Diego y Fayad Jamís.
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Hungría
András András Simor
Budapest, 1938. Poeta, miembro de la famosa antología poética Danza del fuego, traductor litarario, ensayista, profesor, Redactor en Jefe de la revista literaria, artística y del pensamiento político Ezredvég (Fin del milenio). Ha realizado una gran antología de la poesía española desde el Poema del Mio Cid hasta los poemas de las nuevas generaciones, incluyendo también una gran antología de poesía hispanoamericana desde Juan de Castellanos hasta los poetas contemporáneos. Es Redactor Jefe de la serie de los libros Z, en la cual han sido publicadas obras de Ramon Llull, Simón Bolívar, José Martí, Nicolás Guillén, Roque Dalton, Víctor Valera Mora y otros autores extranjeros y ganador de varios premios, entre ellos del premio literario de la Asociación de los Sindicados Húngaros, Cruz de Oro de la República de Hungría, el
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Diploma de la Uni贸n de los Escritores y Artistas de Cuba, la Medalla Amistad del Consejo del Estado de Cuba, el grado de Caballero de la Orden al M茅rito de Chile.
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Variación sobre un poema de César Vallejo
I Unos se tiran de cabeza al río. ¿Hablaré del audaz arco del puente? A Robeson le pegan por la calle. ¿Alabaré después al Metropolitan? Les enferman la tierra a los hambrientos. ¿Me asombrarán sus médicos, entonces? Pelan al rape a una muchacha negra. ¿Disfrutaré a la linda “Miss” del año? Muestran al indio humilde en sus corrales. ¿Quién va a tratar con ellos del futuro? El leprosolio de Quynh-Lap destruyen. ¿Compartiremos temas culturales? Un paria duerme con el pie a la espalda. ¿Hablar, después, a nadie de Picasso? Steinbeck sube al avión en uniforme. ¿Le haré un ensayo por sus viejas glorias? Charlan sobre la paz junto a la horca. ¿Conferenciar, después, sin un revólver? II A este le canta el hambre en el estómago. ¡Supiera de Beethovan, de su cólera!
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Un herido contempla sus entrañas. De conocer a Puskhin, lo haría suyo. El maniatado pugna por librarse. Mentara a Lorca, pero qué es su nombre. Aquel busca refugio en lo lejano. Rimbaud seguro que sería su amigo. Otro aguarda una bala en la cabeza. Ignora que es ya un cuadro de Derkovits. Un niño pinta con betún a solas. Nadie le ha hablado nunca de Siqueiros. La miseria hizo huir al viejo József. Jamás leyó los versos de su hijo. A los sin pan habrá que presentárselos. La poesía también les hará falta.
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Si se apaga la luz
Si se apaga la luz,
no interrumpas la conversación que comenzaste, en la [oscuridad no eres diferente, no olvides que algunos se [alegrarían mucho si cambiaras de tema. Pero ¿por qué cambiar [de tema? eres el mismo de hace unos minutos, busca una vieja lámpara, prosigue la conversación, no gesticules, pues ya no hace efecto, habla concretamente, no, señor, usted se [equivoca, en vano abriga esperanzas, en vano calcula, tú sigue como antes pues eres el mismo, tú debes terminar tus frases.
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Todo puede ocurrir todavía
Las ropas en la silla, como quiera. Quedó en sus pliegues algún gesto de ayer quizas o de anteayer que dice: no me miren: quiero pasar sin que nadie se dé cuenta. Mañana me pondré las mismas ropas y con ellas otra vez el gesto mismo, pero ahora es ya de noche, puede muy bien que haya un momento en que se rompa el “perdónenme” de [siempre, en que mi rostro y mi palabra se vuelvan más severos y yo diga sin pena mi verdad en lo adelante, duermo, es ya de noche, se acabó el día de ayer y el de anteayer, todo puede ocurrir todavía.
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Ármame
Dichoso el tigre: tiene dientes, también el oso: garras tiene, y a mí ¿qué cosa me defiende? Señor ¡tenga yo garras, dientes! Creador, al que tú creaste según tu imagen, no lo armaste ni defensor le procuraste al que no rasga o muerde a nadie. Lo muerden los de diente armados, los otros rásganle el costado. Mientras se lame, así callado, ¡endiéntalo, Señor, engárralo!
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udioPozzaniClaudioPozzaniCla
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Italia
Claudio audioPozzani
Génova, 1961. Publicó un volumen de cuentos, Dai piedi freddi (1989), y una novela, Kate e io (1991). Es poeta y per former. Ha participado en numerosos encuentros poéticos y festivales en París, Lyon, Grenoble, Roma, Bolonia y Florencia. En 1985 fundó el Círculo de los Viajeros en el Tiempo, del cual es director. En 1995 nace el Festival Internacional de Poesía de Génova, el cual dirige, y que se repite cada año.
www.pozzani.org
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Busca en ti la voz que no oyes
(Invocación para voz, caja torácica y soledad)
Busca en ti la voz que no oyes. Cómete el universo si no la comprendes. Casas bajas de tejados inclinados lagrimeando lluvia por canalones ya [oxidados. Perfume de tierra, de hojas, de estanques y siniestros paisajes de cándido mármol. Busca en ti la voz que no oyes Cómete el universo si no la comprendes. Gusanos que yacen bajo en fondo fangoso ratas que nadan en arroyos de acero. Humo de niebla, autos veloces devorando fugaces tallarines de asfalto. Busca en ti la voz que no oyes. Cómete el universo si no la comprendes. Sombras de creta caminan cansadas sacudiendo hacia abajo la cónica cabeza. Oblicuos fantasmas proyectados en el muro recuerdan fugas y caballos de Frisia. La oscuridad empieza a reflejarse en tu [mente mientras todo se vuelve efervescente y [verde…
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Danzo
Danzo la danza de las ideas geniales esperando que tú me digas algo nuevo. Danzo la danza de los perdedores y los [perdidos sabiendo que mis pasos serán vanos. Danzo la danza de los ingenuos felices pensando que mi sudor le sirva a alguien. Danzo la danza de los que se aprovechan y danzaré hasta que tú me pagues. Y danzo, danzo, danzo para vencer mi arrogancia. Danzo, danzo, danzo, el porqué no tiene importancia. Danzo la danza de los malditos porque el spleen me llega hasta el tórax. Danzo la danza de los presuntuosos porque tú también lo eres si te crees a mi [nivel. Danzo la danza de los indeseados: me he entrenado mucho ante las puertas [cerradas. Danzo la danza de los que no soportan ¿puedes echarte un poco más allá por favor? Y danzo, danzo, danzo mientras resista en pie. Danzo, danzo, danzo porque eres tú quien me lo pide.
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Una vida fuera de lugar
Fuerte con los fuertes débil con los débiles. Incapaz de obedecer no apto para mandar tocando el éxito siempre un paso atrás y con el cuerpo demasiado adelante. Fuerte con los fuertes débil con los débiles. He destruido vidas sin hacer prisioneros arrastrando las cadenas para mantenerme despierto. He dejado un rastro húmedo y negro como un caracol ulceroso y maldito. He dejado en herencia un banco vacío en una clase de párvulos. Fuerte con los fuertes débil con los débiles.
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rakisDimitrisHouliarakisDimitri Traducciones de Rafael Pati単o y Julia Osuna Aguilar.
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Grecia
Dimitris isHouliarakis
Atenas, 1957. Estudió en Varsovia y en Lodz. Ha publicado cinco libros de poesía: Pentup Life (Vida confinada), el más reciente, en 2002. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, castellano, sueco, húngaro y esloveno. Ha traducido a W. B. Yeats, James Joyce, W. H. Auden, Eugene O’Neill, Rudyard Kipling, Bruno Schultz, Wislawa Szymborska, Tadeusz Ro zewicz, Zbigniew Herber t, entre otros. Editor del “Suplemento Literario” del periódico To Vima. Recibió el Premio de Poesía Diavazo, 2003 y es miembro de la Sociedad Helénica de Autores.
www.agencetopo.qc.ca/whois/full_dimitris.html
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Dandole azucar a una mosca
Lo que queda del mustio verano tú que zumbas desganada costumbre de tu [raza entre las cortinas corridas en la persiana echada de la ventana. Qué fuerza pensé te lleva a dejar la fresca seguridad de la habitación en [penumbra por la muerte segura del patio y de la calle donde las hambrientas aves del otoño esperan ávidas los pocos insectos que han quedado y claro a ti. Un impulso suave en el frío cristal me hace querer estrujarte pero algo me [impide darle este final a tu vida; ¿compasión? o quizás la ilusión de que dos terrones de azúcar que te di puedan traer de vuelta el tiempo la ilusión de que puedo a una época muerta a través de las neuronas de tus alas transparentes al menos por un momento traer de vuelta y darle vida.
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La tumba de Beneficia
Aquí yace Beneficia dieciséis años extranjera de origen libio Una enfermedad marchitó de madrugada mi [cuerpo y no gocé de caricia de hombre en mi pecho y de la dulce luz del sol me vi privada para [siempre y a mis queridos padres no los volveré a ver. Caminante que pasas piensa un momento en la pobre Beneficia que murió y está enterrada aquí. Porque era yo joven y bella y ahora en el jardín petrificado del sueño traspaso lo eterno que mi alma echó a volar desde mi pecho como una brisa matutina.
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Cirios de niños
Enciende los cirios de los niños una vez más con tus cintillas amarradas en torno enciéndelos y que brillen sobre el polvoriento baldío e inclinen de cerca sobre el cuerpo animados cirios que sostuvimos una vez enciéndelos y que nos entibien un poco se tú escolta de la fría tierra de la sombra y la piedra. Si sólo pudiéramos despertar súbitamente y que allí en la oscuridad los cirios quemaran y chorrean su cera sobre sonrosadas manos y nosotros niños con total devoción en el templo con ojos asombrados de pie estuviéramos, y mirando adelante [esperaríamos.
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Australia
Lauren urenWilliams
Melbourne, 1958. Es una reconocida figura en el panorama poético de Australia desde hace 20 años. Luego de su participación en el 5to Festival Internacional de Poesía de Medellín en 1995, obtuvo una licenciatura en Idioma Español en la Universidad de Trobe, Australia. Desde entonces ha leído sus propias traducciones en Madrid, Barcelona, Costa Rica, Venezuela y nuevamente en Colombia. Algunos trabajos de su autoría son: The Sad Anthropologist (El antropólogo triste); Bad Love Poems (Malos poemas de amor) e Invisible Tattoos (Tatuajes invisibles).
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¡Peligro! Castellano en bruto
Mi castellano es un robot sin pilas, en las manos de un bobo espástico. Mis palabras están como muebles puestos malamente en casa la silla encima de la mesa, la cama en la puerta. Mi vocabulario es un amibo, creciendo, tan tento, invisible para los científicos. Mi lengua es un palo despuntado a la merced de detalle fino, o viceversa. Dame un diccionario y yo lo uso como un ladrillo en contra de la lápida sepulcral del lenguaje asesinado por mí. ¡Mira! Mi bolígrafo está goteando con prueba directa. Mis frases están minado (¡Error! ¡Malentendido!) y robado: Yo soy un hombre sincero. Por supuesto no tengo dinero. En verdad, juro que no espero nunca manejar un Pajero*. Discúlpeme, castellano. Yo soy poeta con machete, perdido en un bosque encantado.
*En Australia Pajero es una marca de automóvil.
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Encantamiento
Medellín Medellín Medellín El nombre zumba en la boca como un insecto o la vibración de una campana. Ombligo en los pliegues verdes de la barriga bailarín de Colombia, un súbito crisol de incandescencia, un derrame de diamantes en la negra [palma de la noche. De día. una humeante escudilla de montañas sorbida por los nubosos labios del cielo. Largos cuerpos de vapor entran [deslizándose, a tenderse encima del aire como curiosos [gigantes, mirando, mientras que abajo, la ciudad se [revuelve en su caldera de diesel y salsa, cumbia y cocaína, aguardiente y sangre, dinamita y poesía. Las esculturas irradian una belleza punzante la atmósfera truenosa. En las calles el fantasma del tango baila con los paisas de ojos oscuros que montan el escorpión que es su ciudad, caballeros enloquecidos por la eterna [explosión de esmeraldas bajo sus pies.
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Al hombre casado
Hombre, tengo miedo. Creía que yo era hoja soplada por el viento contra el cristal de tu [ventana, mirando adentro al milagro de un árbol cubierto de luces, colores, cajitas [misteriosas… Pobrecita yo, estoy perdida. Momentáneamente fijada en la belleza que nunca puede ser la mía. Alrededor del árbol espléndido hay una familia, como hojas, brillando, mostrándome que no soy brillante, que no soy hoja, que soy grisácea, una mariposa nocturna adorando lo que me duele.
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Neurosis Suburbana
En el jardín del frente de la casa: un gran árbol de eucalipto, tres anuncios Se Vende Cada mañana la esposa se queja de las hojas que tiene que barrer del frente para no desanimar a los compradores. Ella quisiera tumbar el árbol. Entretanto diez hojas de eucalipto han caído en el jardín del frente de la casa de la vecina. Ella las apila en un montoncito, las recoge con sus dedos y las tira en un bote de la basura aunque su casa no está en venta.
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Su boca radiante
Ella es una morena hermosa, de tonos “atardecentes” , y lustrosa. No tengo ningún empaste dice. ¿Quieres ver? y abre la boca. Vislumbro un arco de blanca abrumadora perfección. ¿Quieres ver una historia de horror? [le pregunto. Ella sabiamente declina y se aparta pero sus dientes permanecen en mi mente, su boca joven y animal que le da cierta pureza. Pienso en el hombre que la tuvo brevemente [y la perdió, su caída en el vino y la desesperación. Pienso en el hombre que la tiene ahora, sus dibujos de fieras y sus gruñidos, sus colmillos lechosos e [inocentes. Él tiene el aspecto de un hombre que ha encontrado a la improbable mujer de sus sueños, que ha entrado en la perfección de su boca radiante.
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Venezuela
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JuanCalzadillaJuanCalzadillaJu
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Venezuela
Juan uanCalzadilla
Altagracia de Orituco, 1931. Prolífico poeta, pintor y crítico de arte venezolano. Estudió en la Universidad Central de Venezuela y en el Instituto Pedagógico Nacional. Es cofundador del grupo El Techo de la Ballena (1961) y de la revista Imagen (l984). Recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1997. Es uno de los poetas más destacados de la vanguardia literaria venezolana. Entre sus libros se encuentran: Dictado por la jauría (1962); Malos modales (1968); Oh smog (1978); Antología paralela (1988); Minimales (1993); Principios de Urbanidad (1997); Corpolario (1998); Diario sin sujeto (1999) y Aforemas (2004), reedición 2008).
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Ran ura Entre lo y lo que puedes hacer no lo vas a salvar sal
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que te propone hay un gran abismo tando de orilla a orilla.
ÂżQuĂŠ busco en la poesĂa?
No extensiones, sino brevedades. O, si no, extensiones formadas por brevedades. O brevedades cortas, intensas como el jadeo de alguien que viene a toda carrera.
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Poética continua y visiva
—¿Si temes que el aliento de las palabras se te escape por los espacios que dejas entre ellas, ¿por qué no las pegas? —Esoesloqueestoyhaciendo.
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Poema
POEMA CON FORMA DE TRIANGULO POEMA CON FORMA DE TRIANGU POEMA CON FORMA DE TRIAN POEMA CON FORMA DE TRI POEMA CON FORMA DE T POEMA CON FORMA DE POEMA CON FORMA POEMA CON FOR POEMA CON POEMA C POE P
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11 de abril
LA MÁSCARA MÁS ACRE LA MÁSCARA MASACRE LA MÁSCARA MÁS CARA LA MÁS CARA MASACRE
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Preguntas tipo C
Quiero saber si hacer el sexo es [transcendental. Quiero saber en qué momento hacer el sexo es bueno o malo, si hace daño o si no se agota en la [obscenidad detrás de una mirada entornada dirigida [hacia el techo. Quiero saber si cabalgar los sexos nos vuelve más místicos o más feroces. Quiero saber si hay más placer en el sexo por el hecho de que lo hagamos sobre [una cama. O de pie en la sacristía a la luz de una lamparita de aceite.
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La visitación
Cuando despertó supo que el ángel la había [visitado esa nocho por el reguero de plumas que dejó en la [cama.
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Consejos a los jóvenes poetas
No lo digas todo de un golpe. Dilo poco a poco. Manda al diablo la versificación y la métrica. La impostación y la retórica. Promedia tus necesidades de verbalización de modo que tu discurso no resulte largo [ni torpe. El poema como el aliento debe ser corto, y las palabras no demasiado enfáticas para que cuando te sientes a escribir digas con exactitud todo lo que nunca has llegado a saber de las cosas.
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Autorretrato
Lo que el retrato dice de mí no crean que me reconforta ni me espanta. Cuando me miro en él me veo perdido como si, más que plasmar mi autorretrato, lo que hice fue cavar mi propia fosa. Ya quisiera yo verme de cuerpo entero en [mi retrato, libre de edad y de los estragos del tiempo sin recibir amenazas de una superficie extraña y lisa que tomándose atribuciones sobre mi persona y hablando en mi nombre se empeñaba en demostrar que ese al que yo miraba fijamente, mientras el azar guiaba locamente mis trazos, no era yo sino otro. Por más empeño que puse en construirme [paso a paso obediente a las líneas del gesto automático aferrado al pincel y abusando de las tintas sobre la virgen tela sólo alcancé a arrojar brochazos que no paraban de decir que ese al que veía en el retrato no era yo sino otro.
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oNúñezPedroNúñezPedroNñez
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Amazonas
Pedro zPedro Núñez
Puerto La Cruz, 1949. Promotor cultural que desde muy joven formó y promovió varios círculos de lectores donde prevalecía la temática política. Es miembro fundador de la agrupación teatral Ente 34 que funcionaba en la parroquia Caricuao, sector Ruiz Pineda. Desde 1981 reside en el estado Amazonas adoptando la naturaleza, sus ríos, la selva y los tepuyes como fuente de inspiración. Recibió el premio Regional de Poesía en el Festival de Amazonas en 1990. Ha escrito para diversos periódicos y revistas de circulación regional y nacional.
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Galeria selvatica
La esmeralda galería sabiamente susurra sus intensos verdores, en un aire mojado, la lengua de brisa tararea la canción por las aves silbada, la maraca chamánica hace burbujas al moverse las hojas en los verdores…, acometidos pájaros en viajes de cometas patinan de musgo los espacios, engrosando mi pecho henchido de emociones. Nosotros vertemos cantos aromáticos de las canteras del alma que la avarienta brisa lleva en briznas y hojarascas espantando los diablos y borrando las borrascas hasta matarlas.
Metros, escuadras, pantógrafos y leyes; cárceles malbaratando el agua en las [clepsidras sin ver el lapislázuli cielo o la escarcha de pantera, nocturnal con su dije plateado; este ambiente donde se tritura el verbo con precisos escalímetros, donde se cocinan blasfemias para alimentar maldades… ¡Exorcismo…!
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En un nevado de cocuyos y cascabeles el alma se aliviana en un desbordarse el rĂo sobre el lienzo.
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Disgregar
Mi cuerpo encharcado de angustias se retuerce en el fango, grazna el cuervo extranjero que quiere disputarse la carroña, añorante este garabato de añicos prepara el rechazo; achica el curvilíneo horizonte en un ardor de ojos caminantes. La otrora iglesia se sonríe entre roídas caries del tiempo, su mueca corroe la estructura en un fatídico aviso de sentencias, derrumbando las tumbas, los sarcófagos hacen párrafos de historias de antropófagos hombres deambulando los grisáceos humos del desconcierto. Así yace el impúdico tronco atosigado, tirado ahí, a merced del comején… quebrándose uno a uno sus disecados dedos doblegados. El cielo hace fanfarrias luminosas, blasfema en su látigo lumínico groseros tímpanis, los redobles amarran los presagios comenzando a caer la misma lluvia y en los bares los mismos diálogos… en un eterno girar de manecillas, la misma arena desplazándose, el mismo aburrido tiempo me reclama.
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Ahí está ese filo de cuchillo en su corte bruto e instantáneo tiñendo de sangre verde el desgarre de la orilla del tiempo; se enfrenta mi mano queriendo parar la brisa fatal blandiendo su celaje; huellas de fantasmas surgidos de cavernas ululantes Las garras se rasguña el manto de piel de pantera… de cocuyos ausentes…. y en el ósculo un glaucoma cómico. Divertido el pájaro fatídico medita sus maldades meridianas, y él, inerte, solo se desgasta. Así sin esperanza ni Dios, la tristeza se atraganta, el mismo aburrido tiempo me reclama.
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La memoria
Ese film, blanco y negro de acetato, se desmorona en relojes por sus bordes y el sonido solo será oído por los sordos que de sapiencia oyen; el pulsar de sus cuadros, cada vez mas arrítmicos al caer del farallón sin flores en lluvia de rayones incómodos, ¿retocar…? ¡imposible…! no hay diestro para la tarea nadie borda sin hilos ni lima con lo liso. Aquella tarde que morí cuando dejé de ser círculo, me convertí en una elipse de puntas infinitas como todo lo muerto… Desenfocadas imágenes aun donde la profundidad de campo cuente; la lente sucia lamida por el tiempo la lía el [polvo y dejan de ser lisos los reflejos se desgastan las formas, las liba el aire en espejismos dejando formas sin orillas; orillas difuminadas de olvidos miradas en el ápice de la perspectiva sin lograr penetrarla.
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Anzoategui
Jesús JesúsSalazar Cordero
Médico egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1958. Articulista de la publicación literaria Garúa de la Universidad de Oriente, donde también fueron publicados muchos poemas suyos. Ha publicado los siguientes libros: Tangires, libro de poemas; Aldea de Maracapana, en coautoría con Néstor Millán; Eroscuar, poemario y El Arte de curar en la ciudad de los Cumanagotos, historia de la medicina en Barcelona. Tiene varios libros inéditos: Biografía con mis amigos, ensayos; Los maderos celestes, poesía; Poemas sensoriales; Guanta, aldea precolombina; El Valle de los cangrejos. Miembro fundador de la Asociación de cronistas del estado Anzoátegui y Cronista Oficial del municipio Guanta de este estado.
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Canto
Gracias a la germinación que multiplica. A los cuerpos desnudos que fructifican. A la energía de los vientos ríos mares. A la tierra madre que los contiene.
De Tangires, 1982.
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Inventario
Coloco en el haber de las desventuras la peque単a ficha del ahora. Queriendo ser voy sintiendo del ayer nada del porvenir tampoco. Solo una cruz de azabache como recuerdo de mi ni単ez difusa. Y una cruz de madera acaso como emblema del futuro incierto.
De Tangires, 1982.
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Hay
AlegrĂas que parecen penas carcajadas que producen llantos Debajo del cielo los hombres Por encima nada mĂĄs que la nada Lamentos que aspiran y cantan lo mejor del viento suspiros detenidos en rincones del alma.
De Eroscuar, 1987.
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Aragua
Alejandro androRamírez
Maracay, 1959. Durante la década de los 80 cursó estudios de Ingeniería Química. Fue tallerista del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) entre 1988 y 1989, además de colaborar con varias publicaciones de la prensa regional. Actualmente se desempeña como guionista de videos históricos y literarios. Los temas de este escritor casi siempre transitan lo mitológico y lo sagrado. Incluso el amor, desde su pluma, descubre su cualidad trascendente, su naturaleza deífica. La brevedad, tan difícil es su sello. Entre sus obras se destacan: Animal de lujo, (1992); Narrativa de Aragua (1970-1996).
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El aspirante
El aspirante cada noche se arrodilla frente a su cama y comienza a orar. Se levanta, se mira en el espejo. Cuidadosamente observa su espalda. El resultado es invariable, nada. Reflexiona sobre su fracaso, descarta algunos aspectos. Una vez identificado el problema, se siente más tranquilo, se concentra aún más en su resolución. Después de muchas noches, mientras el aspirante duerme, el ángel baja desde el cielo. Entra por la ventana y se posa junto a su cama. El aspirante lo sueña tal cual es en ese instante. El ángel suavemente levanta las sábanas y le observa las alas que comienzan a despuntar. El ángel emprende el vuelo para regresar a la noche, pero va rogando por las alas del aspirante que no se rompan con la primera ventolera.
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Lluvia
Veo las espinas del sol a travĂŠs de las espinas de la lluvia ella horada la piel y beso la herida cuerpo del sagrado animal la lluvia se mueve con el cielo arriba camina sobre las calles de la ciudad mira a travĂŠs de los espejos el frĂo viento que golpea.
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Discurso del ángel
Hubo un tiempo en que hubiera querido retroceder la historia hasta el punto en que se ha iniciado esta bifurcación malévola. Ahora nada es igual, se ha revocado mi sentencia a contar y a repetir infinitamente mi falta. Se me ha devuelto el inicio del camino: ya puedo volver a las paredes blancas, a los juegos aéreos de ángeles huérfanos. Y pensar que por un momento quise abandonar mi nombre y mi sombra como restos de una dignidad inservible. Tal vez, en algún día de posible futuro, en algún lugar recóndito, una historia, una leyenda, palabras… hablarán de un ángel que recobró sus alas y ahora puede contemplar la tierra desde arriba. El remordimiento ha desaparecido. Mas no lo hice por las ilimitadas promesas de un esquivo paraíso de miel y vino. Fue la mujer que encontré parada en una esquina, me propuso una algarabía en mis sentidos, cuando me dijo: hago las posiciones que tú quieras vamos al hotel. Ella, frágil, víctima y victimaria, casi transparente, capaz de romper el aíre sin tocarlo, casi azul, toda feminidad. Silencio para ser preñado. Ella pasó sin bajar los ojos y con la mirada pidió oro y mis alas a cambio de su cuerpo.
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Bolívar
Ángel gelFuenmayor Bolívar
El Palmar del Orinoco, 1929. Siendo muy jóven emigró de su lugar nativo y fue a dar a las riberas del Aro, donde comenzó sus estudios con el maestro “Paco”, procedente de Ciudad Bolívar. Con ayuda de algún libro, fue formándose en solitario y sirvió como maestro de sus hermanos. Con sus escasos conocimientos, a los 23 años fue designado preceptor de la Escuela “Felipe de Inciarte”, en el caserío La Vigía (Heres). En un viejo cuaderno tuvo relación con la poesía de Jesús María Zerpa, y ese descubrimiento despertó en él su interés por la décima, sonetos, y canciones. A los setenta y ocho años logró la edición de su primer libro Poemas caureños y tiene extensa obra inédita.
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Las manos de la enfermera
I El pueblo venezolano Ha dedicado este día, con respeto y alegría,a este honroso ser humano, quien al pasarnos la mano con su profesión sincera, echa el dolor para fuera porque su mano es calmante, bálsamo tranquilizante las manos de la enfermera. II Esta abnegada mujer que va vestida de blanco, siempre con su gesto franco, cumpliendo bien su deber lleno de bondad su ser, sonriendo, aunque llorar quiera, dando vida, aunque muera, Al ver de dolor morir, un ser que busca vivir en manos de la enfermera. III Cuán santa es su profesión, curar, cuidar, consolar, desvelarse, hasta llorar, dara dar satisfacción, por brindarle protección al paciente, de manera que no se sienta un cualquiera sino con mucha confianza, que mantenga su esperanza en manos de la enfermera. IV Su nombre... ¿Qué importaría? Importa lo que profesa, puede llamarse Teresa, Hortensia, Gladis, María, Ana, Cristina, Lucía, Lola, Ramona u Hornera Sunilde, como se quiera, todas son buenas conmigo, a todas yo las bendigo En el día de la Enfermera.
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Hermano campesino
I A ti, hermano campesino de la tierra guayanesa, te dedico, con franqueza, este canto con cariño, conozco bien tu camino lleno de inseguridad, es delito tu humildad, peca tu franca sonrisa, con la cual se encoleriza el cruel que te da maldad. II Campesino, sé que es duro trabajar día tras día, tú lo haces con alegría como pisando seguro poco a poco, y sin apuro, con incansable tesón, bregando con tu azadón el surco abriendo y sembrando, con tus músculos sudando, sonriente tu corazón. III Campesino, con amor, sigue arando tu parcela, entre más, debes quererla, amarla y darle calor que ella invierte tu sudor en fruto grato y precioso, y comerás delicioso de lo que en ella produces, sigue, que ella re conduce a un futuro muy hermoso. IV Campesino, soy tu hermano, yo también soy campesino, uno al tuyo mi destino, codo a codo, mano a mano, juntos sembremos el grano con amor y sin afán, sigamos haciendo el pan nuestro de cada día, quememos nuestra energía que cosecha nos darán.
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¡Bienvenidos a maripa! Fragmentos
I Bienvenidos aquí, al Primer Encuentro Círculos de Lectores de Guayana, reciban el cariño de una hermana contenta por hacerse aquí el concentro. II Estoy feliz por poderles servir con la bondad de esta tierra caureña, con la amena atención con que se sueña cuando esperamos un buen porvenir. III La biblioteca es la Siso Martínez, que fue el nombre que el pueblo le otorgó, con aguas del Caura la bautizó, por ella se han forjado buenos fines. IV Nace el treinta, noviembre, setenta y nueve con tan sólo dos mil textos de lectura, pero ellos me trajeron la cultura que cada día en ella se promueve. V En siete días cumple veintiocho años culturizando a jóvenes y adultos, es un gran honor tener pueblos cultos, se les atiende, igual, sin excepción, con respeto y mucha educación, solo exijo orden y la obra devuelta.
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Carabobo
Carlos arlos Eduardo Reyes R.
Este escritor venezolan muestra a través de su poesía un diálogo que se produce entre lo más sensible del hombre y su relación con el entorno, llevandolo a ver la dualidad de la existencia.
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Ciudad en el sueño que camina conmigo
La ciudad muestra su azul en la soledad vespertina la urbe me acompañó cuando cruza las [calles con sus esquinas mudas ya no hay solidaridad que dore mi piel ni risas que escuchar la espera es una noche sin financiado la ciudad inclina su tristeza pero la sigo caminando en el tránsito de estas horas crepusculares la urbe es un paso perdido en el tiempoya ido pero he vuelto desciendo del trasnocho hacia el ruido de las palabras algunos me escuchan pero no me atienden no comprenden la magia citadina estoy parado pensativo en el silencio de la noche el día abre sus manos es tarde noche mañana brillante es todo anhelo por regresar la ciudad deja retazos de tristezas pero mi alegría devela mi deseo de vivir con las travesuras de la urba.
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Este
Este cansancio agobia este camino este humo que sale de los montes este solidaridad que tanta tarde es noche este tiempo que pasa en el silencio este volver a ser palabra esta fatiga ambulatoria ¡¡Resiste!! ¡¡Sobrevive!! no hay descanso el ruido es un desgaste un sepulcro en llamas este cansancio este camino este sobresalto fiebre y sudor este...
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Recuerda
Recuerda si alguna vez recuerdas lo que fuimos búscame en la luz del solidaridad en [la lluvia que deja esta nostalgia recuérdame en la piel de la intimidad en una cena con candilejas en el calor del beso de tus labios en el trasnocho de cuerpos sudorosos si alguna vez te alejas presurosa o con la lentitud del que no desea irse asume mi recuedo ríete de aquellas travesuras que solíamos hacer bendice aquellos gestos esas palabras las locuras que hicimos mi terca libertad que he defendido no olvides que soy hombre cuerpo y razón itinerante.
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Cojedes
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Sus textos literarios han sido publicados en varios medios impresos nacionales e internacionales. Es Miembro de la Red de Escritores de Venezuela del estado Cojedes y ha participado en diferentes festivales y eventos literarios en calidad de organizador. Actualmente coordina el Plan Revolucionario de Lectura en esa localidad.
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Esfera brillante
Y te levantas tarde o más bien la casa está sola y afuera también para ti modorra de mañana tardía el reto de enfrentar a la esfera brillante hoy maldita y lacerante.
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Danza de los círculos misteriosos
El misterio está única y precisamente en que dos círculos —hechos eso sí a la imagen y semejanza se fundan mas no se superpongan ya sabes el lecho de la danza.
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Vuelta al mundo
Un domingo regular peor aĂşn el lunes es inminente mĂĄs el pertinaz malestar de una resaca indoblegable y sedienta plus calor espeso de San Carlos ventilador difusor apenas todo es como volar y asĂ debe ser la conciencia plena del profeta o el viaje astral del charlatĂĄn.
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esWanelgyHospedalesWanelgy
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Delta Amacuro
Wanelgy yHospedales
Tucupita, 1953. Sus estudios académicos los realiza en St Thommas Aquinas High School, en la isla de Trinidad y Tobago, donde estudia el idioma inglés como lengua secundaria y obtiene el título (GCE) General English Certificate en el año 1978; en la actualidad cuenta con veintidos años de servicios como docente en el área de inglés y recientemente agregado a la Secretaría de Cultura del estado Delta Amacuro. Se inicia en el campo literario a la edad de 13 años escribe sus primeras poesías; le canta a la naturaleza, al dolor, a la injusticia y hasta al mismo crimen; llora y sufre en silencio; ama apasionadamente, cuenta con 500 poesías inéditas.
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El rincon de la casa
I Yo amaba el rincón de la casa, amaba la vereda junto al río, el loro parado en la estaca y el niño, en la cuna dormido. II Telaraña, el tejar del tiempo de la casa vecina, cantar de gallos; crepúsculos armonioso que se filtra por las celosías. III Croar de ranas, luciérnagas furtivas de las noches frías ¡Oh, pericias! De manos amadas al amasar la harina de los trigos. IV ¡Mantas, maculadas de colores! Mil mariposas, jardín de primavera apamate, que brindabas tus sombras al borde de la larga carretera. V Río abajo, pasaba la canoa río arriba, iba dejando al pueblo, y en lontananza en un sonar de olas véanse los sombreros.
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VI Hundiese el canalete, como un reto, el de llegar primero yo amaba esas cosas en un decir ¡te quiero! VII Un estrechar de manos, y aquel olor a cedro y el banco chico, junto a la entrada, donde solías descansar el perro. VIII Y el gato blanco, felino correteaba detrás de los conejos yo amaba esas cosas, en un decir ¡te quiero! IX Y hoy al notar la ausencia vuelve a mi mente, el gato blanco que debe de estar viejo, el loro charlatán a quien llame (cerebro) y aquel olor a cedro. X Yo amaba esas cosas en un decir ¡te quiero!
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La batalla
Para soler la presencia cuenta, para contar la unidad germina para sembrar la simiente espera, una razón que le dé la vida. Llenó el rocío el cerrojo abierto, cerró la cuenta el vacuo rocío y aquella luz que cruzó lo incierto por estar fuera, desde adentro vino. Quedó la obra de las manos muertas, pero a la obra se aferró la vida y una batalla se quedó despierta en las vorágines de la pesadilla. Una palabra se quedó en el viento y otra palabra desde el viento vino, para soler la presencia cuenta, para contar la unidad germina.
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Distrito Capital
Farruco FarrucoSesto
Galicia, España. Poeta, ensayista, arquitecto, pintor y conferencista. Ha publicado los libros: Fatigas y fulgores: Antología Personal; Desnudo el tuyo tan hermoso y para nosotros necesario (dibujos y poemas); Libro de la luna interior; Antología personal de 576 páginas; Isolda; Dibujos con la cabeza en otra parte y otros. Ha desempeñado cargos como Ministro de Infraestructura de Chile, Ministro de Estado para la Cultura, Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y Ministro del Poder Popular para la Cultura, entre otros.
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Carta de un estoico a su mujer
Amor, las cosas que ahora se me ocurren este día de invierno, cuando la lluvia pega en la ventana de nuestros sentimientos. Hoy, por ejemplo, pienso en qué sería de nosotros, si todo nos fallase, si la vida que estamos construyendo su aliento nos negase. Y digo que no importa, nada importa siempre que estemos juntos, aunque sea en el punto de un latido perdido en este mundo. No importa dónde estamos, dónde estemos. No importa lo que somos o seremos. Tu y yo formamos un planeta extraño, un universo de dos elementos. El cielo de la vida es nuestra casa, el cielo de la vida, con su infierno. No importa lo que venga o lo que viene. No importa lo que pasa o lo que pase. Tu y yo juntamos todas nuestras fuerzas para que el tiempo no nos desamarre. Tu y yo juntamos todas nuestras fuerzas hasta que el tiempo estalle. (Porque al final, amor, porque al final se rompe el tiempo y todo lo deshace) Y luego, ya sin tiempo, ya sin tiempo, sin lugar y sin tiempo, iremos río arriba de la ausencia, navegando, subiendo, hasta alcanzar el punto donde nada de nosotros perviva: ni el recuerdo.
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Tal vez si acaso, la pequeña huella de un amor que quería ser eterno, de un amor que quería y que no supo, ser eterno.
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Apenas un pensar
Apenas un pensar, a contramano de todo lo [sentido, Apenas un pensar, volteando los mundos [heredados, Apenas un pensar, regresando los r铆os a su [origen, Apenar un pensar, desatando los lazos. Apenas un pensar, dando fin al silencio y [la cordura del que nada imagina, del sometido. Apenas un pensar, por amor, por amor solo, que estalle en las manos, que se revuelva contra toda condici贸n predeterminada. Apenas un pensar que no busque flores, Que no quiera frutos anunciados. Apenas un pensar, Apenas un pensar distinto.
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Falcón
Blas Perozo PerozoNaveda
1943. Ha ejercido como profesor de la Universidad de Los Andes. Libros publicados: Caín (1969); Babilonia (1971); Maracaibo City (1983); Mala fama (1988); Mala lengua (1989); El río el rayo (1993). El poeta Blas Perozo Naveda, se adscribe a una generación posterior al grupo Apocalipsis de Maracaibo. Para romper con ellos, su poesía toma aliento de la poesía Beatnik, y de los poeta venezolanos de más reciente aparición, Caupolican Ovalles y Víctor Valera Mora.
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Ahora en el pozo escribo este poema de amor porque es mi especialidad para ti que nada sabes de cábalas de esta ciudad y de su palabra como un hilo muy largo escribo qués para ti y no para nadie. Para alguien como vos escribo desde la canción más antigua de esta ciudad que nunca llevó por nombre Puerto de Palos para alguien como vos escribo desde el misa de once llamando a misa de bronce de mi madre Aura Naveda de Perozo desde los años 30 después de la Segunda Guerra Mundial en esta ciudad bautizada tres veces desde ahí muchacha desde ahí te escribo yo porque estáis lejos y me acogota la nostalgia y vos que nada sabéis y vos que no te apartáis del teléfono esperando el aló de mi llamada toditos nosotros morimos así de puros valientes que somos nosotros los Navedas descendientes de María Naveda llena de flores un día de agosto en que la más ilustre de las abuelas pobres que tocaron la guitarra
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y cantaron por la radio se murió sin pedirle permiso a nadie sin avisarle a uno ni decirle a uno me muero chao y entonces acostarse así como así en su lecho de flores y en las lágrimas de todos nosotros los Navedas que dicho sea de paso nada sorprendidos estábamos aunque sí muy tristes como judíos que parten o ven partir los trenes porque mi abuela la famosa desde este momento mismo María Naveda se le había ocurrido morirse como cualquier abuela del mundo de derrame en el interior de su pequeña cabeza de derrame de sangre como si no hubiera alguna vez cantado en la radio mi abuela de ojos verdes mi abuela narizona mi abuela que habla sola por toda la casa mi abuela que ahora es un ánima una finada una difunta ilustre muerta en su lecho de flores es sólo una abuela muerta en su lecho de flores en cambio mi abuela María Naveda viva sorda y todo canta y gruñe y limpia vidrios y se bate hasta la muerte con televisores y radios rosario en mano mi abuela María Naveda la Blanca viva
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cuenta su vida y arrastra los pies mi abuela viva desde los años veinte María Naveda la famosa se viene desde muy lejos para morirse muchos años después un día de agosto de calor y muy probablemente de tristeza ella que no es una abuela cualquiera muerta de calor como cualquier abuela cualquiera de este mundo como cualquier abuela cualquiera que se muere y sale un aviso que dice que todos nosotros los de la familia lloramos su muerte y más que eso dice el aviso que todos nosotros los Navedas comenzamos a morir un día de agosto a la edad muy tierna de 85 años tal cual ha muerto la primera de la estirpe de calor sin haber podido repartir las bendiciones de rigor nosotros los de esta pequeña familia descendientes de un tal don Tomás Naveda morimos así ya todo el mundo lo sabe desde este día de agosto de puros tercos y mulos que somos toditos los Navedas.
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rHugoBolívarVíctorHugoBolíva
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Falcón
Víctor arVíctor Hugo Bolívar
Punto Fijo, 1949. Abogado y escritor. Ha ganado va rios premios literarios. Entre sus poe m a s d e s t a c a n C a r ta a Sharon Stone y otros poemas novelados; Yodo radiactivo; Urbe propia; Confesiones de última hora y Manera sencilla para olvidar a un poeta. Ha participado activamente en la Editorial Ediciones del Cerro, de la cual es uno de sus fundadores.
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Yo buzo
Cuando me sumerjo en tu mar lo hago como los buzos veteranos, primero dejo que las olas empujen sus espumas; despuĂŠs empiezo a descender, muevo los brazos lentamente, lo mismo hago con las piernas, cuando llego a cierto nivel de profundidad, busco tu montoncito de algas, las olisqueo con intensidad. Me hundo en ellas, logro enredarme con los peces que te habitan, con los pulpos y los camarones que te rodean, con las dos montaĂąitas marinas que se asoman lentamente, justo en ese instante: aprieto el gatillo del arpĂłn.
De El sudor de los pĂĄjaros.
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Carta a Sharon Stone
En la bajaíta te espero Sharon Stone, quieras o no, reirás, llorarás, morderás el [polvo. temblarás cuando te veas sin ropas, habrá ráfagas de fuego, será como cruzar el océano en una balsa rodeado de tiburones, nacerán soles, lunas, estrellas y qué sé yo. Me importa un comino que me lleven al Tribunal Penal Internacional, sería el primer idiota a quien le apliquen las leyes, ¿y por qué a mí? Sí yo no destruí las Torres Gemelas, no ordené la invasión a Vietnam, ní destruí Afganistán, tampoco me robé el petróleo de otros no pertenezco a la CIA, ni al Pentágono. En la bajaíta te espero Sharon Stone…
De Carta a Sharon Stone y otros Poemas Novelados.
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Muertos propios
Descubres el tiempo cuando aparecen tus muertos, esos que te son propios y te adoloran el alma. Descubres entre tus pertenencias a tus muertos… Te traen recuerdos, momentos, canciones, palabras, sucesos, anécdotas. Al finalizar el año tus muertos se desbordan, se atraviesan en el cielo, en el árbol seco de una carretera, en un pájaro que salta frente a tus ojos y en la almohada blanca.
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CastilloRosaMarĂaCastilloRosaM
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Lara
Rosa María MaríaCastillo
Es Profesora de Castellano y Literatura y ha coordinado varios talleres literarios. A partir de la década de los noventa, cuando establece su significativo vínculo literario con el escritor Gilberto Vásquez, intensifica su actividad literaria, la búsqueda poética duda, se tambalea, se fractura. Logra transfigurarse, con la imantación de la escritura de Armando Rojas Guardia. Toda la obra de esta poeta larense está subtitulada como antetextos, entre ellas se ha ido tejiendo un tramado móvil, reescritura y circulación de la imagen: interrogantes, enigmas que movilizan y retienen su sentido como cuerpo de la escritura.
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Texto
Hoy dejo que la tristeza instale su postura. Un afuera extraviado me amenaza, pero me basto a mí misma con mi nada. Con esta ausencia que reduce su palabra a solo gesto. Inconfesable se presiente este momento cuando intentas acunar en tu delirio el rostro de la muerte. Apropiarse de los bordes, de las leves sonrisas, de tu guiño cuando dices “tal vez”. Ayer viví otra vida, fui sacada del curso de la muerte. Lo discontinuo espera el desafío de la palabra. Rota la pista paternal, caigo, me escurro por la herida. Pero me basto con mi piel. Nada pido. Nada puedo pedir. Mi cuerpo se extravía en el eco mortal del sinsentido. Son voces, mortifican el gesto de la muerte que todavía se aloja aquí. Nada puedo pedir, pues sin saberlo, desde siempre, me hice al sufrimiento. Me lo apropié, cuando todo mi espacio se hizo centro. Te has aferrado al péndulo que se detuvo en la caída. Y se desvae en tiempo suspendido. Queda tu sombra, posee la delgadez de tu perfil. La pista parental, irreductible ¿Es ésta la señal del abandono? ¿Expulsada de todo territorio, ahí, entredicha, en el lecho de la muerte? Sin espacio posible para ti. Para los lloros. Aún la guerra ronda y contamina los límites de la pasión, otrora silenciosa, que irrumpen este adentro. De Diario de Sahiswal. Antetexto de Cartas de Saigón.
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Texto
Aún queda algo por decir. Por ejemplo, que algunos ríos no volverán a su memoria antigua, ni habrá de pronunciarse más su nombre. Que ella ya no espera nada, sólo desea un puñado de silencio arrojado con amor sobre su cuerpo exhausto.
De Diario de Sahiswal. Antetexto de Cartas de Saigón.
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Texto
... pero ahora, ni cuerpo ni espacio quedará para esta voz atormentada. No habrá más dios que una ausencia…así, retomaré mi duelo, liviana, débil, de pensamiento, conmigo, frente a esta impredecible travesía de mi retorno.
De Diario de Sahiswal. Antetexto de Cartas de Saigón.
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Mérida
Héctor A. éctorA. López
1961. Profesor de Literatura, Universidad de Los Andes, conferencista y poeta cuyos trabajos han sido publicados en revistas y periódicos nacionales e internacionales. Se ha desempeñado como Coordinador de Cultura de la Facultad de Humanidades y Educación de la Univesidad de los Andes (ULA), Secretario de Cultura de la Seccional de Profesores de Humanidades, hasta diciembre 2005 y encargado de la Editorial Apula. Entre sus títulos publicados se destacan: Bajo tu nombre (1993); Del sagrado prodigio (1997); La música caribeña en la literatura de la postmodernidad (1998); Peninsulares (2003).
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Salen fantasmas en la casa de la calle del viento se descorren palabras un torbellino lame le memoria el olvido sin angustias bajo el pecho continĂşa su golpe de horas.
De Bajo tu nombre.
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Troya
En algún lugar se suscitó una batalla de ello fue testigo nuestro espacio nosotros hijos menores nada vimos pero grandes resplandores de guerreros nos marcan los genes y hoy veinticinco de algún mes de la Era de Acuario algo nos duele... Y seguimos aquí forjando silencios mientras aún no encontramos no nos devuelven los restos del abuelo.
De Del sagrado prodigio.
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Mientras llueve y a ratos sale el sol, a la orilla del verso casi en oración espero el milagro, trabajo en él. —No ese mágico, extraordinario. El que nos devuelve a la Arcadia, a la tierra prometida o el paraiso. No. El de la felicidad eterna, paz y armonía [absoluta— No ese milagro, nada de absoluciones, de perdones [perpetuos. Este es más simple, más carnal. Un milagro que tenga el peso justo de la casa y el oficio deseado, ese que hacemos sin esfuerzo y con mucha alegría. El milagro que en definitiva me lleve a ti, me devuelva tu gracia. Ese que me permita esa sencilla confesión de amor. No sé si llegará o si ya está en camino pero yo, igual trabajo en ello: en estos versos. De Peninsulares.
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Miranda
José zJosé Enrique Saéz
1957. A los 13 años parte para España regresando a los 19. Obtiene en Barcelona, el primer lugar de la declamación y la poesía en el año 1974, comenzando desde allí a experimentar el mundo de la métrica, la metría y el metro en la prosa y en el verso. Admirador de Federico García Lorca, Antonio Machado y al poeta Tuyero Juan Alberto Paz; a su regreso de España se establece en San Antonio de Cúa donde vive a desde el año 1984. Ha dictado talleres de teatro y poesía. Es colaborador y luchador social reconocido por comunidades e instituciones del municipio. Obtuvo varios reconocimientos y nombramientos por diversas obras de su autoría.
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Canta lluvia
Canta lluvia sobre los techos… Llenos de cinc y alegrías, ¡Canta! Tu monótona melodía; que llenan de amor los pechos… Madres llenas; de esperanzas y caricias ¡Cantan placidas y Socialistas! ¡Tú pues: llueves para todos! Mojas, con igual equidad… ¡Cuando cantas, cuando arrullas!; con tu música maternal ¡Duerme el rico y el socialista! Bajo tu sonoro caudal. ¡Canta, canta Socialista! ¡Lluvia: mojas por igual… Techos de cinc y de juntas! desean contigo cantar… ¡Lluvia de paz y por la paz! Pintada: de roja rojita. Tú llueves para todos y gustas ¡Tus Misiones: saben a todos mejorar! ¡Llueva Comandante llueva! Hermoso en su gobernar… ¡Viva: la lluvia de Chávez, panita! Canta el pueblo Socialista. ¡Lluvias de aguas vivas! Corrientes de agua derraman … ¡Amor y Solidaridad! ¿Cómo no amarte vida? con esta forma hermosa de amar! Lluvias de igualdad Socialista. ¡Lluvias: de aguas vivas! Oyentes de nuestro clamor; ¡Es, su voz clara al llamar! ¡Sí!, ¡a la lluvia Socialista!
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¡Sí!, ¡por la reforma enmendar! El Soberano es, la vida ¡Canta: lluvia pluralista! Llena de amor tu cantar… ¡Son Sandino y Solimar! Cantores, del pueblo Socialista, ¡Alegres y hermosos van! Haciendo patria; los panitas. ¡Llueven la cultura plena! Con el ¡Sí! en él enmíendan ¡Poetas y pueblo… se llenan! De lluvia, llena de paz… ¡Canta lluvia pluralista! Revolucionaria, en nuestra verdad. ¡Canta Alí, desde el cielo! Su voz se deja escuchar… En nuestra patria y su suelo; bañado de libertad… ¡Cantan Alí y Sandino! Hermosos en su cantar.
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Destronado el imperio
Destronado el Imperio Español… ¡Tomado por los Bonaparte! Venezuela toda, se sublevó oyose el grito, en buena parte… Y… a Vicente Emparan, díjosele:¡No! ¡Tras la señal de Madariaga! Aquel cura conspirador… contra José I; el intruso; yerno y hermano de Napoleón, Quien desde 1808... a Fernando VII destronó; subyugando la corona, ¡vasallo el pueblo gritó! No… ¡No queremos vuestro mando!... ¡Pues, tampoco mandaros; quiero yo! infinito: aquel grito se oye… 199 años después; … y como verán pues:
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¡Aún gritamos al Imperio! ¡Con vosotros; Venezuela… No! imperialistas de oportunio… Cual coronas; del Norte son; tan, intrusos como los Bonaparte; empero; apátridas en su don ¡La corona en Venezuela! En 50.007 metros, se estació… Allá en el Pico Bolívar; en gélidas nieves; se coronó. ¡Mas; aquel grito subyugante! Aún trona con devoción; ¡De los Imperios avasallantes, el venezolano se sublevó! …Señores: somos libres; desde el 19 de Abril de aquel 1810 cuando se dijo al Imperio: No. ¡Vivirán por siempre aquellos héroes:
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Francisco Salias, Feliciano Palacios, Juan Germán Roscio, José Cortés de Madariaga (El Cura) y entre otros muchos Martín Tovar Ponte… quienes encabezaron la revuelta y petición de cese en el mando del Capitán General Vicente Emparan! ¡Sí! Aquel día… 19 de Abril de 1810. Sublime tú… día de jubilo… cantó el pardo y con él; el enroscado cabello suyo lleno de sudor y faenas… lleno de sueños y de dolor. 19 de Abril glorioso; tú, día, el pueblo al Imperio lo negó; así… nacía la Primera República… en premuras se moldeaba a la nación.
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Monagas
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Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Central de Venezuela. En 1990 ingresó a la Escuela de Letras de la misma casa de estudios. Ha participado en diversos talleres de creación literaria. Se ha destacado como profesora en la Universidad de Oriente desde 1992. Fue merecedora del Premio Nacional del libro: Mención Honorífica a la Mejor Promotora del Libro Venezolano en el 2003. Sus artículos y poemas han sido publicados en revistas como A plena voz. Dentro de su obra literaria se destacan los títulos: Mimetismo pendular (1987); Huídos de Saturno (1999) y Eros y pedagogía (2004).
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Procluz solar
Ven ven halo mĂo acorta adelgaza umbrales juega penumbras matices del espectro espacio solar. Despacio suenan mis latidos se reducen campanas a un solo pensar espejos piedras lanzan trastornan signos efervescencia turbadora abaten mi oscilar.
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Siete azul
Escudo de fรกcil tejido sucumbes al suave temblor desamparo Eres presa รกvida a las manos gitanas al suicidio azul cola del remordimiento Despierta cerro demente acuna ocultas lunas Una vez mรกs con los ojos sentados en el cielo me pregunto dรณnde estoy.
De Mimetismo pendular, 1985.
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Sonaikan
Luna de aguas vine a cerrar las sombras la casa se mantiene cálida olvida la estupidez eterno es el frailejón y la amada serranía nos ofrece su regalo todas las mañanas tomar un café saboreando los pezones con tu caída azabache.
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Portuguesa
Juan oJuan Alfredo Briceño
Guanare, 1968. Yerbatero y escritor desde los 16 años, se desataca como compositor de poesía, verso, cuentos. Ganador del I Concurso Literario Historias de Barrio Adentro, auspiciado por la Fundación Editorial El perro y la rana. Actualmente trabaja en dos composiciones literarias tituladas El vuelo victorioso del águila de América del Sur hacia el futuro y un poemario romántico.
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Coplas, versos, poesĂa, recetas y cuentos indios
Poesía mil orquídeas: mirando las estrellas, en el bello firmamento abanas y morichales troyo con fundamento en mi caballo moro bajo la luz de la luna busco mi aposento en la flor de arichuna llanero a carta cabal compositor y poeta que en la sabana se inspira donde el rocío mañanero y el trino del canto de las aves abre sus dulces cantos y el canto de la chenchena hace botar el quebranto al ordeñador que canta una tonada para despertar el alba del amanecer para la dura faena del campo venezolano donde el poeta campesino y desconocido escribe una bella letra a lo más bello y radiante que existe, que son las mujeres cuando se está enamorado y mil orquídeas perfuman su pluma para escribirle a la mujer que ama en el caney de sus sueños y entre poesía le dice bellas son las perlas, bellos son tus ojos bajo tu mirada hechicera sobre el matiz rojo de tus labios linda flor de primavera que sobre el azul de los mares está tu radiante mariposa de mil colores dulces son tus besos como la miel que me embriagan de amor
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en una noche de luna llena mi querida reina si hace frío piensa en mí para que el jazmín que perfuma tus encantos y el abrojo de las flores se dibuje un cuadro de mil rosas rojas carmesí para ti y el azul de una noche clara alumbre nuestro amor para comparar tus encantos porque eres amor mío la hortensia que adorna mi cuarto como mil luceros que ilumina mi mente cuando en este momento piense en ti mi corazón sufre en la soledad de tu ausencia y tus besos bella de mi amor a ti te quiero con todo mi corazón mujer de mis sueños y de mi ilusión a ti te amo con loca pasión porque eres como el manantial de amor que el agua fresca de tus pechos la beberé como elixir de vida y llenaré tus encantos con el calor de mis besos.
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Versos Fragmentos
I Lirio blanco soberano flor real del universo de mis cantares llaneros hago de la copla un verso. II Bella nieve de los Andes azul infinito de los mares dame tu amor catira y se me quitan los pesares. III Del verso soy la metáfora. Del pescador soy la rede donde tiro mi atarraya no hay pez que no se me enrede. IV Chabasquén es una flor biscucuy una gardenia guanare una orquídea acarigua una selenia. V Para escribir un verso se necesita inspiración mirando una bella negra enamorado de corazón.
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Sucre
Sixto José José Sanchéz
Valera, estado Trujillo, 1953. Egresado de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Locutor, tallerista, actor y profesor. Se ha destacado como director de varias obras de teatro. Entre sus publicaciones se mencionan: Continuidad (1981); Respiradero (1991); Caminos de la oscuridad (1996); Desde la periferia (2000) y Sin tiempo (2004).
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Cuando se es niño
Ni se escribe ni se entiende cuando se es joven se escriben cosas que no se entienden cuando se es adulto se entienden cosas que ya no se escriben cuando se es viejo se escribe sobre las cosas entendidas pero al final cualquiera que vea el cadáver ¡exclamará! éste: ni escribe ni entiende. Rompiendo fotografías la Luna sola en el cielo yo en la Tierra en el horizonte un teléfono íngrimo sobre [una roca la sombra de mis pies se hunden en el agua hambriento miro el pasado de algunas [fotografías donde un joven disfrazado de hombre vestía las galas de un soldado asustado saluda cordialmente al clip de la cámara buscaba una interesante pose para su [identidad se fumó el jardín del patio de su casa y fue hospitalizado por alucinógenos [aterrizajes ese joven con mi nombre, nacido cuando [nací pensamiento de mis más azules [pensamientos es el difunto que remolco desde la [adolescencia
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cuando él se afeita, sangro a mis recuerdos no les crece el bigote un único favor le pido a la nula, mula, [diabética Luna que se dé la vuelta y me deje en la [oscuridad. Desempleado sentado en una piedra. Irá nuevamente al malecón a llenarse de aire los pulmones sintiendo que vive una película en la cual no tiene parlamentos. La sal pegada al paladar ciudadano que salta el horizonte. A su lado se sentarán las promesas de los personajes que se imagina porque él es el dueño de cada uno y cada uno un ensayo de su estupidez. Una ola le moja el cigarro, otra la franela una tercera le sacude la dignidad. ¡Un momento, señores cangrejos! Se ha levantado para orinar se santigua en este día crónico donde ni en su casa lo esperan.
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Hotel del 84
Entré en la habitación, abrí las gavetas de un peinador con espejo, corrí las cortinas, observé las fisuras del techo, pelotitas de chicle se sostenían en lo alto, tornillos desparramados por el piso, una jarra con agua, dos vasos plásticos. Ella abre la regadera, se percata que hay agua, es su manía. Se sienta en la cama, se desnuda sin espectáculo, retiene la respiración bajo la almohada. Hundo mi lengua en su avispero nervioso.
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Táchira
América éricaMartínez
Caracas, 1981. Poeta, editora y comunicadora social. Profesora universitaria, imparte clases de Periodismo en la Universidad de Los Andes (núcleo Táchira). Su ejercicio profesional ha estado vinculado con la actividad cultural tachirense, desarrollando un trabajo de difusión patrimonial en distintos museos de la ciudad. Cofundadora y colaboradora de la revista Sujeto Almado. Actualmente dirige las publicaciones de Nadie Nos Edita Editores. Fue galardonada en el 2006 en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras. Obra suya aparece publicada en la antología de la nueva poesía tachirense Los dragones (2004).
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I No encontrarás el camino de vuelta tus huellas se fundirán con el sendero trazado por los que ya se fueron los alcanzarás abrevarás tu sed como ellos lo hicieron te inclinarás ante su orilla y lo que soy se ahogará en el leteo después de beber olvido seguirás andando yo permaneceré aquí con este irresoluto juego de memoria disperso en la mesa repitiéndome —mientras develo cada carta— que siempre fue igual que nunca vi a nadie volver de ahí que al olvido se va como se va a la muerte. II Tú, relato y correlato de mi lengua yo, tu apologista en un principio fuiste carne y te hice verbo.
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III La palabra, ebria de contención, trepó hasta la punta de mi lengua desde ahí se despeñó hacia el silencio desgarrándolo. IV Anúnciame espanta las sombras que ladran a mi [paso y los ojos curiosos que desde los [resquicios me ven andar a tientas desandando alláname el camino que tropiezo porque no estaba escrito que volviera (el polvo sacudido de mi cuerpo se levanta de nuevo y se me pega) anticípame nada quiero dejarle a la sorpresa salí de mí huyendo de este grito pero el grito me alcanzaba adonde fuera V Cada tarde repetimos este infame juego convocados por la rutina
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tĂş entonas lamentos mirĂĄndome con tristeza yo sacudo de mi vestido las horas como quien desesperadamente intenta deshacerse de un enjambre de insectos.
De Al olvido se va como a la muerte.
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GonzรกlezOctavioGonzรกlezOcta
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Trujillo
Octavio avioGonzález
Boconó, 1962. Licenciado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de los Andes (ULA, 1990), realizó los cursos del doctorado en Literatura Española e Hispanoamericana que ofrece la Universidad de Salamanca, bienio 1996-98. Ha publicado ensayos en diversas revistas y actas de congresos en Venezuela y España. Sus libros publicados son Los vastos dominios (1991) y El poeta desconocido (2009). Mantiene una larga lista de libros inéditos tanto en prosa como en verso. Como pintor, ha expuesto en Venezuela y España.
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Ex jugador
He venido a solas de mañana a este parque solitario para comprobar si aún encesto. Tantos años sin jugar, tanto tiempo alejado del deporte y de las canchas, leyendo, pintando, escribiendo. La niebla matinal se espesa lenta alrededor como un vientre íntimo y en su envoltura puedo probarme sin ser [visto. Traje conmigo un balón prestado que a pesar de la insistencia se obstina en fallar y fallar en casi todos mis intentos. Antes, cuando a menudo encestaba como un dios joven y tan dueño de [Saturno, el balón era un planeta y el aro era su anillo, todavía lo recuerdo; ahora soy yo quien vive sin balón y rodeado de un anillo de silencio. ¿Pero cómo atinar otra vez en el cesto si al hacernos contemplativos vamos perdiendo la puntería cuando disparamos al tablero?
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Los árboles de este frío invierno se van quedando también sin hojas y las pocas que ahora quedan son abatidas por el viento. Del otoño sólo quedan ya estas hojas pardas que se arrastran descoloridas por el piso, de mis viejos disparos acertados el recuerdo de cuando el aro no era esquivo. Es cierto, ya no encesto como ayer, escribo.
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6.00 A.M.
El suero cae gota a gota de la botella y gota a gota, lento, baja por la sonda hasta mi vena después de la dolorosa operación. Las enfermeras deambulan sonámbulas a esta hora por los pasillos como grandes algodones blancos y avanzan en silencio hasta la herida cruenta, viva, semejante al [amor. El quejido de los enfermos terminales se expande desde las camas cercanas y se queda detenido en el aire con la misma quietud pasmosa de un feto levitando en un frasco de formol. Huele a desinfectante en todo el hospital, a gasa ensangrentada, a alcohol. De pronto, a mi derecha, escucho un súbito aleteo en el balcón y asombrado lo corroboro a la luz del alba: una paloma acaba de posarse tras la [ventana. El efecto alucinante de la morfina me hace creer que esa paloma, como creían los antiguos, trae una [anunciación, un mensaje divino, la curación; pero en la mesita de noche de mi izquierda El anticristo de Nietzche que hace días leo me hace imposible creer que en verdad esa [paloma sea un emisario salvador que del cielo envía [Dios.
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ozaVíctorTortozaVíctorTortozaV
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Vargas
Víctor VíctorTortoza
Güire, 1946. De joven gustaba recitar, declamar, decir sus décimas en eventos o actos culturales, tanto que la gente lo buscaba para que dijera sus versos, pero no los escribía, ya que no sabía hacerlo. Su fuente de inspiración, siempre ha sido el campo, las costumbres del pueblo, sus tradiciones y las mujeres hermosas. Estimulado por los cambios en materia educativa propiciados por el actual Gobierno Nacional se animó a espantar las sombras del analfabetismo, logrando así, la expresión escrita de sus poemas. En la actualidad se encuentra ordenando su primer cuaderno de poemas Desahogo del alma, integrado por historias de amor, décimas y prosas.
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Décimas Escriba conmigo
De inmediato empezaré una importante tarea acerquense pa’ que vean y pregúntenme después ponga primero una V y una I de integridad un poquito mas allá C T O y R y verá que no requiere, demasiado practicar haga una J elegante la O, la S y la E si dice VÍCTOR JOSÉ, siga escribiendo pa’ lante pongale T de triunfante, la O de organizativo la R de repetido, T,O, Z y A y de inmediato tendrá, mi nombre con mi apellido mi nombre es VÍCTOR JOSÉ y mi apellido TORTOZA mi hobby la buena fe y las mujeres hermosas en mi huerto tengo rosas, margaritas y manzanas, en mi patria soberana, tengo la playa y la luna, abrazar una a una, las bellas venezolanas.
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Homenaje a la Misión Ribas
Las sombras y las pesadillas salieron de nuestra mente gracias a ese Presidente que está sentado en la silla
Yo empecé a hacer poesía en el año ochenta y cuatro utilicé garabatos que yo mismo no entendía me metí a la Misión Ribas con otra gente sencilla y Meliza Manzanilla fue quien nos facilitó yo les juro que salió las sombras y las pesadillas. Nos enseñaron historia la ciencia y la matemática y otras cosas democráticas para limpiar la memoria la geografía, la alboria el Oriente, el Occidente los ríos y sus vertientes los lagos y las lagunas y las sombras una por una salieron de nuestra mente. Desde mi canta poeta le digo al país que no soy analfabeta y eso me hace muy feliz las cosas que me aprendí, me las grabé para siempre mis cartas son más frecuentes mis letras son más legibles
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y todo eso es posible gracias a ese Presidente. Debemos de aprovechar esta importante conquista con un Frente Socialista en cada comunidad basta de tanta maldad de ese grupito que humilla con pรกginas amarillas confundiendo nuestra gente y atacar al Presidente que estรก sentado en la silla.
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igueroDavidFigueroaFigueroDa
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Yaracuy
David avidFigueroa Figueroa
San Felipe, 1945. Sus trabajos poéticos han sido publicados en periódicos y revistas dentro y fuera del país. Tiene publicados los siguientes poemarios: El amor es una trompeta de sueños; Ronda sin fin; Plural cercanía; Mariposas de sol; Las batallas de Eros; Tiempo de colibrí; Tauroquia y Voces del arca. También ha sido publicada su creación en las antologías: Jóvenes poetas de Lara y Yaracuy (1980); Antología de la poesía yaracuyana (1983); Invitación a la poesía (1987); Americanto (1993); Los pasajeros del arca (1994); El ámbito de la rosa (1995) y Golosina y caña dulce (1999).
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Renacer
Matad al pesimista de pupila enlutada Vicente Huidobro
En vez de mieles le proporcionan misiles Kazaam como lluvias abrileñas caen sobre la tierra y la convierten en cementerios y recuerdos. Recuerdos que traen a Nerón multiplicado… multiplicado y un Adolf Hitler retratado de pie a cabeza o de cabeza a pie. El fósforo no es la cerilla que enciende los fogones, por el contrario, quema la carne de cuerpos en florecimiento. Las espigas convertidas en arañas que copulan los huesos donde Heráclito de Éfeso pintó el fuego de la dialéctica, llenándonos de lo real y el gran misterio de la utopía. Oasis de inviernos gracias al mismo hombre con sus dobles, si acaso puede llamarse hombre al ser que acaba con su semejante. Yo diría, más bien que su nombre cabal sería hiena o piraña que cambiaron la virtud por bancos, crematística o afines. Pero un día cercano, más cercano que lo cercano seremos luz, hecho laurel y más unido que lo unido, diremos con el Che Guevara: “Cada uno de nosotros, solo, no vale nada”
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Rescate
Oh pastor de lobos tienes los dientes de la breve luz que azuza nuestros días Giuseppe Ungaretti
Plácido se ve su semblante al contemplar los muertos, sus muertos. La siembra convertida en camposantos, que de santo sólo tienen la cruz. La sonrisa perdida en los agujeros de topos que nunca vieron sus ojos. Lámparas encendidas de lujuria para cambiar el bien por el mal y hacer del prójimo un simple montón de huesos solitarios y fatigados. Aquí es donde toma presencia nuestro Pablo Neruda y pedimos en voz alta: “¡Devuélveme el esclavo que enterraste! sacude de las tierras el pan duro del miserable, muéstrame los vestidos del siervo y su ventana” Es que somos los corazones que la canción llena de guitarras para que la palabra con su leño vivo ahuyente las carnicerías de aquellos que siempre han creído que la humanidad es un banco y nada más, un banco donde se almacena no solamente el dinero sino también las vísceras de aquellos cuerpos sin primavera, sin otoño, sin domingos… Incomprendidos, siempre incomprendidos los
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que viven mirándose las uñas, mirándose la espalda que nunca podrán ver, mirándose el pie que no le anda. Habitemos, habitemos de estaciones donde las rosas sean las primeras y veremos la sangre pasearse solamente en las venas de los seres vivos. Y las caras plácidas se convertirán en la otra moneda que jamás soñaron.
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Zulia
Hilario Hilario Chacín
La Guajira, 1978. Wayuu, del clan Uliana. Licenciado en Educación Mención Español y Literatura de la Universidad de La Guajira. Especialista en Lengua y Literatura en la Universidad de Holguín, Cuba. Actualmente cursa estudios de Comunicación Social en la Universidad Cecilio Acosta en Maracaibo. Es integrante de la Fundación Cultural Indígena “O Uliwo U” y autor del primer libro editado por el Sistema Nacional de Imprentas Zulia, de la Fundación Editorial El perro y la rana, el poemario bilingüe para niños Nuchonnii Juya (Los hijos de la lluvia), así como otros libros de distintos géneros que conserva inéditos.
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Wayuuchon
Wayuuchon, de cabellos lacios, de ojos negros. no llores más, que el oso malo te escucha allá en el monte. wayuuchon, no llores más, te traeré del monte iguarayas rojas, y cerezas maduras. niño lindo no llores más, que yo velaré tus sueños.
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Tachime’ese Mi mauto
Mi mauto chiquitico bebe leche, en una totuma de oro. Salta, corre ligerito El cabrito. Cuando brinca derrama la chicha de mi abuela Paulalia. Mi cabrito crece se va haciendo un hombrecito. Es rebelde, y me asusta con sus cuernos de bronce.
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Yo mismo fui, yo mismo me trasladé, y los niños de la guajira no estaban bien, la guajira estaba seca, mis padres no estaban sembrando. Libélula mentirosa, No volveré más a creer en ti. No hay cosa más hermosa que decir siempre la verdad. Donde está la verdad está Dios.
Libélula mentirosa
Patchano’ui alaawa’ata
Envié una libélula para que fuera a ver los niños de la guajira, para que fuera a ver a mi padre, para que fuera a ver a mi madre. Volvió la libélula diciendo: Los niños de la Guajira están bien, tu padre está muy bien, y tu madre también. la Guajira está llena de agua, Tus padres están sembrando.
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