Antología 9no FMP 2012

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Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Mercedes a Luneta - Parroquia Altagracia Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30 www.casabello.gob.ve Presidente William Osuna 9na Antología Festival Mundial de Poesía 2012 Homenaje a Enrique Hernández D’Jesús ©Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Caracas - Venezuela 2013

Coordinación editorial y edición Ánghela Mendoza IIustración Carlos Contramaestre Mónica Piscitelli Fotografía Homero Hernández Portada y diagramación Ánghela Mendoza Corrección de textos Ximena Hurtado Yarza Dep. Legal: If60520138001508 ISBN: 978-980-214-299-6



La infatigable poesía

William Osuna

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América ARGENTINA BOLIVIA BR ASIL CHILE COLOMBIA CUBA ECUADOR ESTADOS UNIDOS GUATEM ALA MÉXICO NICAR AGUA PERÚ URUGUAY

Gabriel Impaglione Jessica Freundenthal Wilmar Silva Paula Ilabaca William Ospina Basilia Papastamatíu Humberto Vinueza Paul Hoover Francisco Morales Santos Minerva Villarreal Juan Carlos Vilchez Roger Santiváñez Roberto Appratto

19 25 31 37 43 49 55 61 67 73 79 85 91


Caribe Myrurgia Mutueel HAITÍ Gary Klan JAM AICA Mervyn Morris PUERTO RICO Luis Díaz CUR AZAO

99 105 111 117

Europa Sonia Betancort ESPAÑA Jesús Munárriz FR ANCIA Michel Butor ITALIA Emilio Coco PORTUGAL Ana Luísa Amaral ESPAÑA

125 131 137 143 149


VENEZUELA Enrique Hernández D’Jesús 157 AM AZONAS ANZOÁTEGUI ANZOÁTEGUI ANZOÁTEGUI AR AGUA AR AGUA BARINAS BOLÍVAR BOLÍVAR CAR ABOBO CAR ABOBO CAR ABOBO COJEDES DELTA AM ACURO DTTO. CAPITAL

Ana Carolina Saavedra Carlos San Diego Gustavo Pereira Tarek William Saab Guillermo Cadrazco Mariozzi Carmona Xiomara Ortega Carmen Rodríguez Daniela Saidman Vielsi Arias María A. Rendón I. Víctor M. Pinto Miriam Rodríguez Luis Camilo Guevara Eddy Godoy

181 187 193 199 205 211 217 223 229 235 241 247 253 259 265


DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL DTTO. CAPITAL FALCÓN LAR A LAR A MÉRIDA MÉRIDA MIR ANDA MONAGAS PORTUGUESA PORTUGUESA SUCRE TÁCHIR A TRUJILLO TRUJILLO VARGAS YAR ACUY ZULIA

José Javier Sánchez Miriam Caldera Yanuva León Enrique L. Ordaz María Auxiliadora Chirinos Ramón Querales Carlos César Rodríguez Hermes Vargas Antonio Trujillo Miguel Mendoza Barreto Carmen Hernández Jesús Pérez Soto Esmeralda Torres Manuel Rojas Julio Borromé Jorge Valero Damarys González Rafael Garrido Nicanor Cifuentes

271 277 283 289 295 301 307 313 319 325 331 337 343 349 355 361 367 373 379


La infatigable poesĂ­a


La poesía nombra el brillo y su reverso. Un poeta la vio como un cometa perdido en la noche universal, alumbraba mundos varios, llevaba su luz hacia las esquinas liberadas. Allí estaba entre las multitudes, decretaba el fin de toda guerra, años cuarenta, del siglo pasado. Antes estuvo en Madrid, montada en los trenes en busca del quinto regimiento, encendía el fuego ácrata de las minas y los sindicatos, la patata roja de Miguel Hernández. Dos peldaños más abajo agitó su antorcha entre los cables de la plaza roja, sonaba las campanas de las grandes catedrales: el humo de las fábricas expandía el desafío igualitario por toda Europa. La poesía es pez soluble que nada a contracorriente, monta querellas en los campos magnéticos, juega y danza con aquellos muchachos de los años veinte.

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Abarca espacio lúdico, se entromete en los festines de los poetas áulicos y les revienta el laúd en la cabeza a los reyes. Si se le quiere enjaular, resultaría inútil para los celadores, ella sería capaz de invertirles las señales que dan hacia los pasos perdidos. La poesía vive fuera de nosotros desprendida del claustro donde ardía en llama viva Teresa de Ávila: santa poesía que escondes el verbo balbuciente de Juan de Yepes en la trascendencia, te adoramos en los pulpos de seda que entrevió en los espejos de París aquel Isidoro Ducasse: malditos marineros que apagaron su pipa en el corazón de Baudelaire, ¡abajo el general Aupick! François Villon: esta noche mereces tu copa de ajenjo. La poesía hizo que Vishnu en su cielo de oro y esmeralda nos devolviera al Ganges desde sus divinos pies; convirtiera el prana divino en cantares de gesta; poesía necesaria, verbo profético para los días venideros. En el

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catálogo cotidiano nos enumeró los manjares divinos y los colores de la naturaleza; el hombre y la mujer enlazados en las infinitas posiciones de la lujuria, atados de manos y pies hasta esparcir su simiente más allá de su casa. Bienvenidos todos y bienvenida la infatigable poesía. La poesía también es fiesta innombrable, es el río que llena las habitaciones y cubre con su manto los últimos pasajeros de calles de sol y de nubes. Poesía es vestidura y protección de los días alados y desérticos, túnica posible, amor por los ausentes, poesía es el día que comenzó a nacer.

William Osuna 15




eGabrielImpaglioneGabrielImpag


Argentina

aglioneGabriel Impaglione

Buenos Aires, 1958. Poeta y periodista. Dirige la revista literaria Isla Negra, coordina ediciones en italiano y sardo de Isola Nera e Isola Niedda. Ha publicado Echarle pájaros al mundo (1994); Breviario de cartografía mágica (2002); Poemas quietos (2002); Bagdad y otros poemas (2003). Tiene más de una treintena de publicaciones en la web y en diarios y revistas.



Codicia

Diluvio de óxidos donde barca alguna salve [nada agua roja de tajo de cañón y de billete agua roja para la amapola y los grillos agua roja para el niño y la mujer y para el río sobre todas las casas y los campos sobre cada paloma y cada palmo de ay y de [socorro un diluvio caliente de óxido con hueso [quemado sobre tierra dividida sobre manos caídas colibríes peces algodón manzanas sobre cada refulgencia ahogada en sí misma sobre silencio fragmentado y alertas inútiles sobre las hojas de los diarios impunes y los [impunes sobre las huellas en la arena y la hierba de las [plazas un diluvio caliente de terminante óxido alzando vapor de hachas bocas rotas sobre el viento de piedra de maquinaria [negra sobre refugios llantos refugiados diluvio caliente de terminante óxido oxidófago que completará la nada hasta que polvillo [luego como larga noche lenta y muerta se acumule espeso brutal lleno de dientes asfixie el sueño del humus borre cauces grietas senderos cada vestigio de la [historia hasta establecer su gobierno de oquedades el hueco de la metáfora destruida.

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Orden imperial

EEUU apoyó y financió el intento de golpe de Estado del 11 de abril, contra el Gobierno del Presidente Chávez Venezuela, 2002

Golpeblando golpeduro invasión de golpe [golpear con plan de peste disuelta en café tinto, en [la lluvia en viento cualquiera que llegue a Miraflores. Peste diseminada por los visores de la cloaca esas pantallas relampagueantes que muestran la mierda que produce la casta peste que salpica del aliento del servil peste que se toca en la tinta de los diarios peste que se come se traga, peste inoculada que crezca hasta la epidemia y llegue a [Miraflores. Peste que se condense y llueva trujillos y [videlas, germine fujimoris, disuelva el amor, rompa [el coraje, caiga con hachas de talar el canto peste verde verde como un dólar que [muerda la hierba, desintegre el pan, borre Miraflores. Peste decolorante de banderas, peste [corrosiva,

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removedora de conciencias, peste carnívora, peste dentellada contra los andamios, [pestepolilla al asalto de libros y cuadernos, peste [cazasueños que se cuele por las ventanas de Miraflores. Peste de todoesmío y quieromás, caballería apocalíptica marchando a la [cruzada del sacroleoducto, armados de racimos de [pestes fosforadas, de tumorales pestes que ocupen [Miraflores. Golpeblando golpeduro invasión de golpe [golpear hasta que no quede vestigio de libertad, poema en el aire, el mínimo rastro de los ojos de Simón que [llaman al abrazo universal. Hasta que no quede ala en vuelo, hombre en su sudor, una mujer [enamorada, hasta que desaparezca Miraflores.

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ssicaFreudenthalJessicaFreude


Bolivia

enthalJessica Freudenthal

Madrid, 1978. Poeta y gestora cultural. En poesía ha publicado Demo (2011); Hardware (2004, Mención Honorífica en el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal); Hardware segunda edición corregida y aumentada (2009) y Poemas ocultos (2006). Tiene dos libros inéditos: El filo de las hojas y Árbol. En ensayo y trabajos de recopilación, Julio de la Vega: obra poética (2008); Cambio climático: panorama de la joven poesía boliviana (2009). Ha publicado artículos y traducciones en revistas impresas y digitales.



Árbol

I mi padre tiene una novia de mi edad mi padre dice engañó a mi madre con seis [mujeres de las que se enamoró mi padre siempre engañó a mi madre –siempre– puede reducirse a quince o [veinte años mi padre y mi madre se hicieron novios a los [quince años y se casaron al borde de la mayoría de edad mi madre es hija de un militar mi madre es hija de un militar que dicen [estuvo involucrado en la muerte del Che Guevara y la [nacionalización de la Gulf Oil Company mi padre es hijo del hombre de confianza del [presidente que hizo la revolución de 1952 el padre de mi padre fue exiliado por el padre de mi madre yo soy hija de mi madre y de mi padre tengo una hermana y dos hermanos mi hermano mayor lleva el nombre de mi padre y el nombre del hermano mayor [de mi madre el hermano mayor de mi madre murió en un [accidente de aviación –dicen que no fue un accidente– dicen que sabotearon el avión para que cayera el gobierno de mi abuelo militar que nacionalizó la Gulf y el estaño mi hermano menor lleva el nombre del Cid campeador y el del hermano menor de mi madre que es también el de su padre

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yo llevo mi nombre y el nombre de la hermana mayor de mi padre muerta por un ataque de epilepsia en el oriente boliviano la madre de mi padre dice que nació en un lugar donde el cementerio es más grande que el pueblo, y que no conoció la palabra [amor mi hermana lleva su nombre y los dos [nombres de mi madre el hermano menor de mi madre lleva el [nombre de su padre –pero no lo usa nunca– la hermana menor de mi madre es [adoptada –pero ese es un secreto a voces– yo soy esposa de mi esposo yo no uso el apellido de mi esposo mi esposo era el novio de la hija segunda del hermano menor de mi madre mi madre y el padre de mi esposo tuvieron [un romance mi padre se puso algo celoso mi madre era enferma de los celos auscultaba los bolsillos de mi padre y lo llamaba como loca por teléfono yo sufro de celos mi marido me ha engañado varias veces yo nunca he podido engañar a mi marido no me he atrevido todavía madre y padre madre patria pacha mama el árbol familiar no conoce sus raíces

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no puede verlas en la oscuridad y profundidad de la tierra allí debajo escondidas lejanas a la copa al aire y a las ramas en las ramas de este árbol cuelgan los muertos los suicidios el hermano de la madre de mi padre se pegó un tiro la noche de Navidad el hermano menor de mi padre aspiró [cocaína hasta detener su corazón el primo hermano de mi madre se lanzó por las cataratas del Niágara muertes poéticas muertes el padre de mi madre murió de cáncer de páncreas el padre de mi padre murió de enfisema pulmonar a este árbol le cuesta respirar no conoce sus raíces los apellidos recorren toda la estructura se desvanecen se hacen transparentes

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vaWilmarSilvaWilmarSilvaWilma

Tr aducci贸n de Luiz Carlos Neves


Brasil

arSilvaWilmar Silva

Río Paranaíba; Minas Gerais, 1965. Se encuentra en Belo Horizonte desde 1986. Poeta, actor, dramaturgo, actor. Curador del Proyecto Poesía Martes. Ha publicado poemas en revistas y suplementos en Brasil y en el extranjero: Portugal, Italia, Francia, con traducciones al español, italiano y francés. Ha efectuado actuaciones con sonido: Desmarcado, Afrorimbaudelia, Solo Solo, Subida al Paraíso, Ais etc. Creó en 2002 en Belo Horizonte, Anome Libros, publicaciones dirigidas a todos los géneros y ejercicios con la palabra y el papel. Curador del proyecto Martes Poéticos, de la Secretaría de Estado de Cultura de Minas Gerais. Algunas de sus obras publicadas son: Moinho de Flechas (1994); Solo de Colibrí (1997); Arranjos de Pássaros e Flores (2002); Estilhaços no Lago de Púrpura (2006), entre otras.



réquiem

Mi tierra es el ganado pastando a la orilla del río Paranaíba, remoliendo pasto verde y trazando en las pisadas fuertes la infancia de mis pies niños El niño de tirapiedras que no mató pajaritos. El niño de pantalón corto galopando en la vieja yegua pampa y buscando en el recodo de invernada del río los becerros y las vacas lecheras mansas o locas en aquellos montes de aquel sertón Paranaíba Oh, mi tierra, mi suelo paraníba, donde tantas tardes de viento puro y libre, esperé a una gitana para que me leyera y hasta inventara los surcos marcados de mis manos Oh, tierra de mi vida, aguas sensuales del virginoso río, de mi paranaíba, guárdame la infancia de esa lejanía de allá.

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cielo de los ojos

A Jade

yo vi el cielo yo no vi el cielo no vi el cielo o vi el cielo yo vi las yerbas en el cielo yo no vi las nubes en el cielo yo vi el suelo yo no vi el suelo no vi el suelo o vi el suelo yo vi las nubes en el suelo yo no vi las yerbas en el suelo yo vi el suelo sin suelo vi el suelo al suelo yo vi el suelo sin suelo vi el suelo al cielo al cielo

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estuario

nadie es una piedra por que nadie se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra nadi es una piedra por que nadi se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra nad es una piedra por que nad se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra no es una piedra por que na se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra n es una piedra por que n se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra es una piedra por que se vuelve una piedra porque una piedra es una piedra

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aPaulaIlabacaPaulaIlabacaPaula


Chile

aIlabacaPaula Ilabaca

Santiago,1979. Licenciada en Letras mención Lengua y Literaturas Hispanoamericanas. Licenciada en Educación y profesora de Castellano. Actualmente se dedica a la gestión cultural. Ha publicado los libros: Completa (2003); La ciudad lucía (2006); La perla suelta (2009); Estados de mi corazón: cuadernos de viaje (2010) e (in) completa (2010).



La ciudad Lucía

I 1. close into symbols la ciudad lucía lentejuelas pasmadas avenidas un mimo ángel me sedujo un mimo ángel negro hirsuto no en la alcantarilla no cabe lucía parada frente a la moneda afirmada a un símbolo no había paso no había cebra pero de la mano saltaba parecía dibujo 3d podemos irnos podemos lucía esconderse del mimo es el signo 2. the boy with the gun la mañana se abrió visceral el luminoso tenía ojo cerrado de rodillas frente al hotel presentía un encuentro pero no caminé por parís londres parís lucía me miraba en ventanales hermosos cuando la arcada y la iglesia hombres de plomo con metralletas atrás quedaban como posibilidades uno me miró la cabeza repetí la artimaña lucía y con una bala la falda me rozó mientras una micro lucía una micro al vacío rajaba 3.- winter city pobre lucía pobre zapatos demasiado grandes

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no tenía pelo no tenía faltaba cariño en el brazo un mimo en una cebra persiguiéndola como broma cumplir el ciclo lucía la cañería es tan chica no cabe tu cadera por ahí ella se quedaba recordando a la madre hacía un hoyo en el asfalto un hombre pasaba en topless lucía una náusea se rascaba la cabeza de nuevo un mimo en una cebra persiguiéndome como broma cumplir el ciclo lucía la cañería es tan chica no cabe mi cadera por ahí pero ella hacía un hoyo metía los dedos por mi vulva callejera se reía una broma lucía una broma cumple el ciclo del mimo más hermoso encaramado a una cebra la ciudad siempre es indulgente II 1. I’d inmerse you in flame your milk and your passion lo dijo lucía me lo dijo adentro y me miraba para que yo di lucidara el misterio y lo veía lo veía en los lugares en la moneda en la mañana atada tenía mi lengua tenía los

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dientes para pasármelos para que lo dijera pequeño ángel maldito marrón ángel ángel marrón nadando en la ciénaga se aleja hoja brillo onda olor café no ha vuelto al dolor lucía mantiene sagrado al sufrimiento tighter tighter tighter el barro chicharreando

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Colombia

OspinaWilliam Ospina

Padua, 1954. Periodista, narrador, ensayista y poeta. Fue redactor de la edición dominical del diario La Prensa de Bogotá y el diario El Espectador. Es miembro fundador de la revista Número, publicación de circulación trimestral cuyo propósito es la promoción de la cultura colombiana. En 2009 ganó el Premio Rómulo Gallegos por su novela El país de la canela. En poesía ha publicado los títulos: Hilo de arena (1986); El país del viento (1992); ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995); África (1999); La tienda de la esquina (2007), entre otros.



En las mesetas del vaupés

Qué son las canoas sino los árboles [cansados de estar quietos. Qué son los postes de colores sino los [árboles hundiendo sus raíces en el cielo. Qué son los puentes colgantes sino los [árboles jugando con el vértigo. Qué son las alegres fogatas sino los árboles [contando su último secreto. Follaje de las ondas que va quedando atrás [con el golpe del remo. Follaje de sonidos que en torno de los [postes enardece al guerrero. Follaje de invisibles caminos que comienza [en el confín del puente. Follaje de humaredas que ascienden en [desorden entre las titilantes orquídeas. Con granadillo hice el bastón para espantar [a los malos espíritus. Con la madera del caobo hice las cuentas de [un collar para tu pecho oscuro. Con fruto seco del tekiba hice la copa en la [que le ofreciste el agua. Con la madera del laurel hice esta flecha.

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Invocación sobre el Río Negro

Hiere aprisa las aguas, amigo, De ti dependo ahora para llegar a las riberas [del día. Ya muchos meses estuviste inmóvil Bajo los pies del pájaro. Ahora es tuya la forma de la hoja, Y el viento es más espeso y tiene peces, Y atrás la oscuridad se está llenando De garras y de gritos y de puntas de hierro. Hijo del árbol, sé más dócil que nunca: Vuela como la flecha, dile tu prisa A la lenta serpiente que nos lleva en su lomo. Mata las blandas leguas, espada negra. Todo a mi espalda es cólera, Y sólo enlaza su cordel a mis ojos La cenicienta luz de la estrella. Única ala alterna de mi solitario descenso, Divide la enmarañada cabellera del agua, Apártame ese atrás lleno de barcas negras. Por la caverna hostil de la noche, A cada golpe ansioso de mi corazón hiere el [agua. Bastón del fugitivo, espada del que huye, Sagrada rama, Rema.

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El Geólogo

Aquí hubo un mar hace un millón de años. El hombre no lo sabe, mas la piedra se acuerda. Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas, Todo de piedra ya, forma magnífica Que se negó a ser polvo. Ante el peñasco y el guijarro, piensa Que acaso fueron seres dolorosos, Sangre y pulmones palpitantes. Entre la ciega roca Y el trémolo extasiado de la salamandra Tan sólo hay tiempo.

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íuBasiliaPapastamatíuBasiliaPapas


Cuba

stamatíuBasilia Papastamatíu

Argentina, 1940. Editora, crítica literaria y periodista. Actualmente es subdirectora de la revista la Letra del Escriba y miembro del Consejo Editorial de Ediciones Unión. También es la coordinadora general del Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar y del Café Literario Aire de Luz para la promoción de la nueva poesía cubana. Ha publicado los libros de poesía El pensamiento común (1966); Qué ensueños los envuelven (1984); Paisaje habitual (1986); Allí donde (1996); Dónde estábamos entonces (1998); Espectáculo privado (2003) y Cuando ya el paisaje es otro (2008).



Que nuestr a derrota

no alimente nuevos apetitos No enterremos todavía nuestros pensamientos Que nuestro desconsuelo no nos obligue a mentir (¿Pero si no mentimos podrían acaso creernos?)

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Pasaban de largo

paseando su inhumana imagen de enemigos soberbios (¿dónde estábamos entonces?) y por la embriaguez de sus mentes ¿pretenden acaso ahora vivir libres de nuestro juicio ¿querrán ser tan bárbaros ¿tal destino ambicionaban ¿quién mitiga y qué protege ¿habrá razones para llorar estos son los hierros de sus bocas y estos sus despojos (que no nos sean adversos)

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Ciudad en cenizas

palabras que la pura razón ha construido en su extremado celo palabras que saltan en pedazos y se extinguen en el lugar del duelo y que pronto olvidará la memoria como hace con nuestros muertos

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umbertoVinuezaHumbertoVinue


Ecuador

ezaHumberto Vinueza

Guayaquil, 1942. Ha publicado los libros de poesía: Un gallinazo cantor bajo un sol de a perro (1970); Poeta tu palabra (1989); Alias lumbre de acertijo (1990) y Tiempos mayores (2001). Recientemente, en enero de este año, obtuvo el Premio Honorífico de Poesía José Lezama Lima, otorgado por la Casa de las Américas (La Habana, Cuba), por su antología poética Obra cierta. En 1991 recibió el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade, por su libro Alias lumbre de acertijo.



SI AL CERO se le resta el cosmos su saldo conforma un diptongo acéfalo en busca de lo que el azar ofrezca en alguna alegoría si al total se lo multiplica por la nada su cómputo queda pendiendo de la misma [deducción que se obtiene luego de repartir el uno como unidad al infinito si al universo se le resta lo contrario del cero el resultado es la asimetría de una intimidad adyacente entre simulacro y memoria en resumen: idea hecha de inconclusos [firmamentos donde comienza el sinconfín del otro lado y de todos los lados del armisticio roto con [los Dioses.

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LA CANCIÓN SE canta a un oído cósmico

a una audiencia que ofrece su intimidad en [sacrificio

se palpa el borde de la letra con la [membrana sonora el cauterio de otras purezas en el interior transparente del aire de la voz que nunca será humo descifrando la traslación de su relieve un momento antes del arrebato de un [código místico un segundo antes de compartir la avidez con [desenfreno una ráfaga antes de la incontinencia de los otros las canciones heredan y legan no cualquiera no ninguna otra incitación que no sea esta retentiva de la vida en la voz para cantar a dúo con la muerte o en trío con la resonancia de una [certidumbre que aguarda en otro tiempo.

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LA LLUVIA PONE a prueba las virtudes de quienes atravesaron ida y vuelta el [inframundo mas los saldos cesantes de persona ya son arcilla entre manos hábiles y la palabra delata olor a posteridad o tentación de arraigo no es suficiente creer en el ritual de la confesión y el enredo del compás sanguíneo y la pericia de las formas que mueven este paso y del íntimo gesto que las junta sino compartir el arrastre de durar y ser más vuelo nupcial en todo tiempo menos mortales en lo insondable del [principio más terrestres sin ningún augurio sobre todo sin ningún augurio la ceniza es una sola.

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ooverPaulHooverPaulHooverPau

Tr aducci贸n de Mar铆a Bar anda


Estados Unidos

ulHooverPaul Hoover

Virginia, 1946. Poeta, editor, profesor y promotor cultural. Ha desarrollado un extenso trabajo sobre la poesía y el lenguaje, principalmente con la Escuela de Nueva York (grupo informal de poetas, pintores, músicos y bailarines, creado en 1950). Actualmente, es profesor de Escritura Creativa en la Universidad Estatal de San Francisco. Ha publicado, entre otros, los libros: Desolación: Souvenir (2012); En el idioma y en la Tierra, traducido por María Baranda (2012); Más allá de la puerta del atrio: Selected Poems de Nguyen Trai (2010); Soneto 56 (2009); Poemas en español (2005).



Ciudad en cenizas

Tengo dos ataúdes pero una sola esposa que me ama como ama al vecino. Tengo un ala y un largo itinerario de vuelo. Tengo dos hijos y la hora del día, su tarda oscuridad en un paisaje reluciente. Tengo una pequeña religión hecha de [silencio y un furioso corazón batiente. Tengo un [mapa del sitio donde el beso es más profundo, una doble catedral para mis cielos y mis [infiernos y una sola pluma aceitosa. Sin importar dónde me asiente el mundo sigue moviéndose a su ritmo conocido. Tengo dos mentes y un ojo para ver los singulares problemas del mundo como si fueran mi retrato. Tengo relámpagos difusos y un par de [lentes viejos. Tengo dos radios pero un sólo mensaje sutil en transmisión, que llega como el vino. Tengo un tengo y dos tambienes. Entre ellos cruje el mundo como la diferencia y la distancia. Tengo dos incendios y un bombero muy adormilado, deseos inmortales y una sola vida nunca viva y nunca muerta.

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Cor azón

Las cosas simples como el pan no puedes ni pensarlas. La lección de la piel tocando la piel, la lección de la tierra girando en la oscuridad, la lección de las cosas como son. La mente se desploma bajo el peso de tanto pensamiento. Casi es trágico. El camino no piensa en la distancia. El camino sólo es el camino. Las palabras no nos piensan, palabras en la mesa entre otras carnes, palabras como el paso del verano. Con sus vestidos de organdí azul los policías están eufóricos. Transparente e irreverente la ancha cara del relámpago se lanza hacia la superficie del agua. El siglo está lleno de historia y de las peores intenciones. Las peores de las peores intenciones, y todo lo que puedo beber últimamente es esta puerca agua bendita.

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La infancia y su doble

Todo es más real cuando encuentra su [espejo. El lago gris y su cielo gris, la piel y el sonido de los tambores, y las ancas de un disfraz de caballo confundido contra la línea del cielo. La ausencia dobla la esquina y mira dentro de sus ojos, y la presencia, cualquiera que haya sido, tiene menos formas que habitar. Mi abuelo se quedó dormido con una pierna en el fuego, y ahora la otra está perdida porque su tumba está perdida. No es ficción. Tu cuerpo cambia siete veces, siete veces se disfraza con la carne más débil y con la más fuerte, y luego encuentra su ausencia como la boca encuentra el lenguaje.

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esSantosFranciscoMoralesSan


Guatemala

ntosFrancisco Morales Santos

Sacatepéquez, 1940. Poeta, editor y crítico literario. Es miembro fundador del grupo literario Nuevo Signo, dirigió el periódico La Gran Flauta y la edición de Las plumas de la serpiente. Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 1998. Ha publicado en poesía: Agua en el silencio (1961); Ciudades en el llanto (1963 y 1965); Germinación de la luz (1966); Tenebrario (1969); Escrito sobre olivos (1971); Cuerno de incendio (1976); Cartas para seguir con vida (1977 y 1993); Ceremonial para el olvido (1979); Poesía para lugares públicos (1976); Conjuros contra gangrena y tumba (1978); Al pie de la letra (1987); Madre, nosotros también somos historia (1988/1990/1998), entre otros.



Algo muy personal

Del mismo modo que aman los pájaros sus alas, amo este trozo de papel sencillo donde echan raíces mis palabras. Es otro continente que descubrí hace tiempo y que día a día pueblo con la pasión del hombre. Es un punto de encuentro entre sus obsesiones y las mías. De manera, pues, que su oficio es atar cabos, recoger señales, desvanecer fantasmas, darle voces de aliento a la esperanza.

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Como todos los hombres

Un poeta es un hombre de rutinas y como tal, repite el abc del día –hoy, mañana, siempre–, memoriza papeles, mapas, máscaras (debo decir caras), desecha lo inasible; se apoya en sus recuerdos para saltar al futuro; sale al ruedo a lidiar la incertidumbre. Se devela a sí mismo para entender al mundo. Va y viene por las calles defendiendo secretos que acaso a nadie importan. Dice verdades, se equivoca, acepta el error y rectifica. Ríe, como si en sus adentros tuviera una cascada y a veces, cuando llora, flotan rostros encima de su llanto.

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Resplandores

Al remover la tierra, se abre un paréntesis y en él afloran trozos de antigua alfarería: vasijas, vasos, incensarios, platos; aparecen piedras talladas y redondas que han de rodar por más siglos; figurillas de jade de collares; cuchillos de obsidiana con la sed apagada para siempre; se levantan estelas que nuevamente empiezan la tarea de relatar hazañas de caballeros tigres, y en nombre de sus antiguos dueños hablan pitos y flautas zoomorfos; toman forma: un canal de riego, una terraza, un altar ceremonial. Al remover la tierra afloran calaveras y huesos: unos muestran floridas inscripciones, otros, el más reciente ayer.

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ealMinervaVillarrealMinervaVilla


México

arrealMinerva Villarreal

Montemorelos, 1958. Poeta y maestra en Letras Españolas por la UANL, institución en la que es profesora. Es directora de la Capilla Alfonsina de la UANL, donde dirige la colección de poesía El Oro de los Tigres, y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Es autora de los libros: Hilos de viaje; Entretejedura; Palabras como playas; Dama infiel al sueño; Pérdida (Premio Nacional Alfonso Reyes de Poesía 1990); Epigramísticos; La paga común del corazón más secreto; El corazón más secreto (Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 1994) y Adamar, entre otros.



Mi señor es montaña mi señor es jauría es montaña cima de montaña y mentira que ha de bajar porque el cielo es puro rapto pura mentira duro de escalar está el cielo Besa mis labios, anda, baja Mi señor es montaña mi señor es jauría es montaña cima de montaña y mentira que ha de bajar porque el cielo es puro rapto pura mentira Anda, baja, azótame Mas Él flotando entre las nubes sonríe se aleja Mi señor es mañana

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Sobre la silla el vestido con el que me desposo El tĂĄlamo humedecido bajo las sĂĄbanas la certeza en el vientre Te has ido y tu ausencia crece como la niĂąa que viene a habitar esta casa

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La casa que construiste fue [arr asada Vi cómo sucedió cómo se desprendían paredes y ladrillos El techo voló sobre los huesos y el paisaje entre la hierba abrió echó raíces bajo las plantas de mis pies Estoy anclada y esta casa mojada por la lluvia esta casa azotada por el viento hecha polvo y materia que crece Esta casa soy yo

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anCarlosVilchezJuanCarlosVilche


Nicaragua

ez Juan Carlos Vilchez

Estelí, 1952. Poeta y médico. Es miembro fundador y presidente de la Junta Directiva del PEN Internacional (Poetas, Ensayistas, Novelistas), capítulo de Nicaragua. En 1968, con quince años de edad publica en el diario Prensa Literaria. En 1970, comienza sus estudios de Medicina en Barcelona, España y luego se traslada a la ciudad de Hamburgo. Ha publicado los libros de poesía: Viaje y círculo (1992); Bestias de papel (1996); Versiones del Fénix; Zona de perturbaciones (2002); En un lugar llamado dónde (2005); Confesiones y relatos (2009) y Vicisitudes de un paisaje (2011).



Siempre Ícaro

Sólo Ícaro me llaman. Desde el centro inevitablemente la cúpula del cielo me succiona y una mancha estelar incrustada en las líneas de mi mano me persigue. Así sobre un filo del espacio camino equilibrando la sed de movimientos que me acosa. ¡Pero esta vez iré más lejos! La primera caída siempre fue inmortal los golpes que terminan por hundir a la eternidad harán un traje nuevo a mi destino. Y heme aquí horadando la raíz de mis alas escrutando adolorido el ojo de la bóveda traduciendo la escritura de mis brazos para ensayar una y otra vez una y otra vez mi próximo vuelo.

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Esta mujer

A María Victoria

Esta mujer de tierno follaje y labios rojomaduros ha tenido el descaro de regalarme un pájaro. Algo así como una tórtola atreviéndose urraca quizás águila descendiendo quetzal sobre la rama o cuervo desplegando pavo real entre las flores. Podría ser el pájaro-secretario que habita las arenas de Kalahari mezcla de cernícalo/ faisán/ abubilla que quiere posar cenzontle sobre mi brazo extendido o la lechuza-lora de Nueva Zelanda –llamada también kakapó– que ahora resucita gorrión en la palma de mi mano. ¿Y yo qué puedo hacer con ave de tal [naturaleza ejemplar sin apellido no clasificado aún por la ornitología? Es una especie tan secreta que he decidido adoptarla averiguar su alimento y afilar su pico pulir su plumaje y aguzar su oído

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proteger su mansedumbre y su pupila ofrecerle un lugar en el mundo y un nido en mi casa seguir las huellas de su origen y de su nombre sobre las cenizas vivas del coraz贸n.

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áñezRogerSantiváñezRogerSant


Perú

tiváñezRoger Santiváñez

Piura, 1956. Periodista, poeta y profesor. Estudió Artes Liberales. Prosiguió estudios de Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima y obtuvo un doctorado en Literatura Latinoamericana por la Temple University, Filadelfia. Cofundador del suplemento cultural Asalto al Cielo (1986) y del sello editorial del mismo nombre, así como de Comité Killka (1990) y del Centro Contracultural El Averno (1998). Como poeta es autor de Eucaristía (2004); Dolores Morales de Santivánez Selección de poesía (1975-2005); Amásteis (2007), entre otros.



El silencioso incienso de su aroma Es maroma aromada a la manera En que Amor se calza zapato de cristal Mientras amorcillos cazan corazones En la bóveda vedada brilla la luz Estás echada bien cachada a tu solaz Horas horadadas en el solitario frío Que con dulzura se aposenta & junta Los cuerpos deliciosos chilly chilla Amor en la línea curva de su espejo Se mira se adora se perfora el anillo Solar rumor inverso del pubis apretado

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Triángulo sobre piel blanca en contraste Frente a mi soledad feliz aquel instante De belleza ingrávidazul zumo celestial Cedida al deseo respira tu aliento sobre el Tiempo que aspira a tenerte para siempre Disfrutando del más dulce imaginado Resplandor un ansia que se esparce En el aire inicial solaz de mi falo entre Tus labios casi sin tocarlo sosiego in Descriptible tu voz en mi oído transpor Tada a la púber afternoon de tu tibieza Aún en el verano ochenta y dos & el short Granate o turquesa brindados por la virgen De Lima a la divina & secreta relación Por ella protegida como sílabas de una Cábula insólita imposible de olvidar A la manera en que escucho tu joven Canción cada instante renovada por el Hálito del oleaje & sus tumbos inmortales Arribando a lo lejos cordilleras ancestrales De nuestro santo apellido que flota mudo En el más raro paraíso

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Porque si hay una canción yo la Escucho callado con las ondas Magnánimas acuáticas del corazón Donde moran los dioses ocultos su Mergidos en la mayólica celeste a Ratos lucinda por el sol esposo de La luna o supremo Señor do Natura Exhibe su terrible biquini de Amor Consagrado al deseo que es un vi Ento suave en la oquedad deste paraíso Desnudo como un atardecer bañado Por la inmovilidad de los árboles Atrapados en el espacio incontemplado Pero templado de ti toda mi vida Entonces escondo mi linaje de nube O me tiendo sobre la yerba perfecta A soñar con la luminosidad extinta Que sinembargo pinta de azul la Noche aproximándose recóndita ha Cerse un día de nuevo otra vez cin Cel de la bajada en trineo por la Dulce ondina andina

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toRobertoApprattoRobertoApp


Uruguay

prattoRoberto Appratto

Montevideo, 1950. Poeta, ensayista, narrador, crítico literario y profesor de Literatura, tanto de enseñanza media como universitaria. Ha publicado nueve libros de poesía: Bien mirada; Cambio de palabras; Velocidad controlada; Mirada circunstancial a un cielo sin nubes; Arenas movedizas; Cuerpos en pose; Después; Levemente ondulado y Lugar perfecto. En el área de narrativa ha publicado: Íntima; Bárbara; La brisa; 18 y Yaguarón y el ensayo Se hizo de noche.



Decir “¿Cómo?” Decir “Es difícil” Decir que no se puede decir Decir que no hay palabras Decir que si se empieza a hablar se pierde [todo Decir que no se sabe cómo Decir “me es imposible” Decir “no es así” Decir “dejame pensarlo” Decir “tal vez si tuviéramos un minuto” Decir “pará un poco” Decir “no sé por dónde empezar” Decir “mmmmmm” Decir “esteeee” Decir “las palabras no entienden lo que [pasa” Decir “no sé si es necesario decirlo” Decir “¿vos me entendés?” Decir “es decir” Decir Decir “en fin” Decir “bueno, es así:” Decir “es esencialmente una cuestión de [lenguaje” Decir “perdoname, pero” Decir Decir “es…” Decir “es algo que...” Decir “me gustaría mucho” Decir “no sabés cuánto” Decir “no, ahora no, pero si me das unos [días” Decir.

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Pérdida pérdida pérdida La pérdida la más pérdida No hay otra cosa que Pérdida todo lo que puedo pensar Es pérdida no admite traducción Es pérdida no es la palabra pérdida Es pérdida salgo a la calle Y es pérdida prendo la luz del cuarto Pérdida pienso un rato y es estrictamente Pérdida fantaseo sobre el futuro pero en [seguida Es la pérdida no es más que pérdida Lo que puedo hacer es pérdida lo que se me [ocurre Es pérdida si me lamento es en razón de La pérdida todo lo demás se confronta Con la pérdida si alguna vez hubo otra cosa Hoy es la pérdida no es la imagen de la [pérdida Es la pérdida No es una reflexión sobre el estado actual Es la pérdida no es el deseo de otra cosa [que pudiera Eventualmente consolar sino La pérdida la pérdida no es la debilidad que [viene Luego de la pérdida no hay luego de la [pérdida Es la pérdida Acá la conciencia no juega no puede porque Es la pérdida por lo tanto la pérdida Hace ver la pérdida y sólo la pérdida Si uno mira para ahí.

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Uno deja de escuchar Pero eso sigue trabajando La idea (si puede llamarse así) De unos puntos que se reproducen: Es el efecto de la música. Cambios en la [mente. Uno vuelve a escuchar Y capta la serie de sonidos, tal como va Y entiende, desde arriba, Que la capacidad de disfrutar ese diálogo Abre otros espacios que no estaban ahí. Algo Se mantiene en pie a pesar de los errores: Fuera de eso El ímpetu del solo enardece el aire Y eso es lo que se puede decir, es lo que se [puede: Con las piernas cruzadas en actitud de [meditación Escucha el resto del tema.

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elMyrurgiaMutueelMyrurgiaMutu


Curazao

ueel Myrurgia Mutueel

Locutora, productora, presentadora y docente. Su trabajo poĂŠtico estĂĄ orientado a la literatura como un proceso de terapia de las emociones, asimismo toma conciencia del hecho de que no a todo el mundo le gusta leer por lo que nace en ella la voluntad de acceder a medios y formas de hacer atractivo y permanente el interĂŠs por la lectura.



Envidia

¿Dime por qué envidias? No tienes idea de cómo conseguí Lo que quieres poseer de mí No me culpes de no tener Y en vez de envidiarme Lucha, suda y si sigues mis pasos lo [alcanzarás. ¿Por qué me envidias? La rabia te consume Al envidiarme siempre Castigándome, chismorreando Y haciéndome sufrir ¿Crees que así vas a conquistar mi gloria? ¿Por qué eres envidioso? No robé tu éxito Eres responsable de tu felicidad ¿Qué fé y fatiga pusiste para lograrla? La victoria está en tus manos ¿Por qué te empeñas en ser envidioso ?

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HOMBRE NEGRO

Cómo me gusta que me llamen hombre [negro Mira mis ojos: llenos de furia te desafían, Cuando me taladres con tu mirada al entrar [en la cueva de mi ser Camina en la aventura caliente de la selva [de mi alma Pisa el suelo de mi angustia Abraza la agonía de mi lamento Ven a probar el sudor compuesto de pasión y dolor de mi pasado y mi presente Este hombre negro es quien puede [enseñarte qué es la vida. Soy yo, el hombre negro, que sufrió [encadenado Luché, me rebelé, peleé por la libertad Soy yo, el hombre negro, que probé mi [propia sangre Soy yo, quien limpié mi propia herida Soy yo, quien tuvo que edificar encima de [un pasado de tortura Una existencia de sonrisa nueva lavada con [lágrimas Es este hombre negro quien sabe [conquistar la vida A pesar de que la muerte se le haya [mostrado Desnuda tu mente para este hombre negro Yo mismo te cubriré con mi piel Siente tu cuerpo arder cuando las espinas De mi existencia desgarren tu anhelo Déjame hincar mi mano en tu deseo

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Ahogarte en el hondo mar de mi hombría Soy yo, quien sabe hacer que tu cuerpo se [estremezca Soy yo, el hombre negro, quien sabe [desahogar a una mujer Soy yo, el hombre negro, que ha estudiado Para triunfar y superar la opresión con [intelectualidad Soy yo, el hombre negro, que sé cómo pisar [una serpiente Hincharme y aumentar de tamaño, [sin envenenarme Soy yo, el hombre negro, que puede dejar que la amenaza huya Con un suspiro de un león furioso Y, más que un hombre simple, yo, [hombre negro, ¡Guerrero soy!

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Tr aducci贸n de Eva Molina


Haití

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Mons-en-Barœul, 1926. Poeta, narrador, profesor y filósofo. Uno de los escritores franceses más importantes. Desde 1960 ha publicado en poesía: Ilustraciones, (4 volúmenes); obras radiofónicas como Seis millones ochocientos diez mil litros de agua por segundo y varios ensayos inspirados en sus numerosos viajes que son en parte el resultado de una combinación de arte visual y palabras, con aspectos urbanísticos, como Repertorio (5 volúmenes, 1960-1982).



Madrid

En el país del gran señor que deshizo los [rostros Y del oso blanco más grande que todos los [otros En ese país de juegos mortales Donde veíamos al hombre con su capa [desafiar a la bestia mítica Teníamos noches fieras y alegrías Donde la amistad sola tenía algo que decir Era el tiempo de antes Aquel en que la grieta no se abría Velado por el entusiasmo de una juventud [hecha de risas y poemas Escuchábamos entonces a García Lorca y a [Machado Son las cinco de la tarde Era la hora en que el torero moría en la [arena de Madrid Hora de barras y flamencos Recuerdo a una muchacha que encontré [por azar Caminamos con ella en Madrid hasta el alba Con aquel que citaba a Cervantes desde lo [alto de un balcón

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Y los serenos que respondían rápido al [llamado de nuestras manos Era la hora de las cenas interminables Y de los paseos por la Gran Vía hasta la [alborada Releíamos a Hemingway y a Lorca Son las cinco de la tarde

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Exilio

Echo de menos Los ruidos de la tarde y las fragancias El gallo que canta a la media noche Los perros en celo bajo la ventana Me hostiga El rumor sordo Del tambor En la hondura de la tarde Y este hombre Que hace reír a los pequeños Con un montón de botellas sobre su cabeza Había también Todos esos ruidos de trópicos Los cocuyos o qué sé yo Acentuando la noche a gritos Como en un concierto de sombras Había Pero tendría que enumerarte Todo lo que había Era Para no creerlo Era El alma de la isla Que vive y se mueve Con El olor para mí único De la flor de la cananga Había tardes y mañanas de ensueño Había había había Pero ya no hay más Que el recuerdo

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Tr aducci贸n de Diego Sequer a


Jamaica

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Kingston, 1937. Poeta y profesor en la Universidad de las Indias Occidentales (University College of the West Indies), en Mona, Jamaica, desde 1960. Ha publicado varios poemarios y ha editado la obra de otros escritores caribeños. Sus trabajos poéticos incluyen: The Pond, Shadowboxing, Centro de Examen y un título sobre la Semana Santa. También editó el libro Faber Book of Contemporary Caribbean Short Stories de breves historias contemporáneas del Caribe y publica ensayos en inglés.



Pelando una nar anja

Solían decíme Pela una naranja perfeto y te sale ropa nueva Pero cuando mi pai intentó enseñáme a pasá el cuchillo hasta el otro pulgá Yo movía el arma como un serrucho y la condená cáscara se rompía toda Y si usté tiene tiempo me puede vení a vé con mis trapos viejos pelando

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Un canto contra la muerte

Para Aidan y Ruth

Digan familia Digan amigos Digan esposa Digan amor Digan vida Digan enseñanza Risa Lluvia Luz del sol Digan ciclo Círculo Música Recuerdo Digan noche & día Digan luna & sol Digan Pronto nos vemos

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Tener ojos que ven

El ciego guiado por el muchachito va golpeteando por la calle, y yo, tontamente, me siento acusado por tener ojos que ven. Aquel hombre ciego que con frecuencia está [en la parada sintiendo al borde de la ventana –“gracias, Dios lo bendiga” arrastrándose a [bordo– crece como un ácaro en mi mente. Y hojeando una revista soy interpelado por un aviso: “dígame, ¿de qué color es el viento?” No permitiré que una culpa espuria me domine y me conduzca a la tristeza, y aún así creo ver una conexión sombría.

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LuisDíazLuisDíazLuisDíazLuisDíaz


Puerto Rico

zLuisDíaz Luis Díaz

Carolina, 1975. Poeta y músico. Se ha destacado como uno de los principales referentes del hip hop en español mediante el empleo de un fraseo poético y un contenido políticamente comprometido. Ha sido miembro de varios colectivos musicales y literarios durante su carrera, como Conciencia Poética, Tonguas (spoken word), el Taller de Cantautores y Vanguardia Subterránea, colectivo de hip hop cuya propuesta le dio forma a la escena independiente del rap boricua y que ha influenciado dicho movimiento artístico en el resto del mundo hispano. Actualmente se destaca como MC (vocalista) del grupo Intifada.



No será televisada

No será televisada, por sus radiodifusoras, Ni la red, ni por la prensa, dueña de las [emisoras Son voceros de la banca, los programas de [partido Del que paga los anuncios, música para su oído Mantener entretenidos, complacidos a la [audiencia Con su prensa para brutos, menos cultura y [de ciencia Glorifican la violencia porque vende [suscripciones Sin pudor y sin decencia publican los editores Cursan comunicaciones los de copu y de [sagrado Para adornar ese shopper hecho en el [supermercado Yo los veo resignados en aquel nido de ratas Aceptar con desagrado lo que Washington [relata Llegan noticias en latas, dobladas al español El bochinche es lo que vende, lo que mueve su [motor Da color, es lo que prende, luces, cámaras, [acción Maquilla tras bastidores cada rostro y su dolor Propaganda amarillista, una bachata rosada Deportadas fantasías, masacres en mi portada Oye bien, no digas nada, la jefa será multada [Por que la revolución… No será un cuento de hadas programado en [Disneylandia

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Dice más el cine mudo que esa comedia adaptada Atrapadas por un carro, se mueren a carcajadas Lloran a moco tendido con su estúpida balada Para llegar al trabajo con los radios en AM Con políticos mediocres, los morones de FM Con el mismo sonsonete víctimas de la payola Puestas a todo volumen las rameras de Motola Nos entierran en motoras, se ha escapado un [angelito Gozan en los titulares sobre el cuerpo del delito En las internacionales traman un golpe de Estado Crucigramas sin respuestas, personajes censurados Extra, extra, ay bendito, esta sí es en exclusiva Parecen más importantes las noticias deportivas El orgullo nacional siempre en la contraportada Porque la revolución… No será por pi bi es, no la hará la efe ce ce No saldrá en la bi bi si, por sus siglas en inglés Al derecho o de revés, el amor y el interés Fueron a la redacción y fue más el interés El boletín de la CIA que reparte el nuevo día Con el dinero que suple tiene llena su alcancía Dicha vieja dinastía, Federico y compañía Abran sesiones de chismes y que muera la poesía Yo no leo porquerías, no creo su hipocresía Tanta mierda, tanto estudio y total su porquería Vende como pan caliente, pero sin las calorías Tanta pintura y capota y se tapó la tubería Ahogados en la saliva de una sopa de palabras La mejor nunca se dice y será galardonada Por el ciudadano Kane, por que en la guerra [avisada

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Porque no entrarán las moscas nunca a las bocas [cerradas Le darán notas de EFE, le entrarán a bofetadas Porque nuestra solución no la da prensa asociada Mucho menos CNN ni en las buenas o las malas Goza el público de FOX y la verdad secuestrada Saltará las barricadas, su noticia mutilada Llenarán de pepper spray y será falsificada Macaneada por la ley, un payaso en la portada Porque la revolución… shhhhh no digas nada.

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etancortSoniaBetancortSoniaBe


España

etancortSonia Betancort

Tenerife, 1977. Poeta, profesora y editora. Es doctora en Literatura Española e Hispanoamericana, máster de Estudios Latinoamericanos, Experto Universitario en Lenguas y Culturas de India e Irán, y licenciada en Humanidades. Ha centrado sus investigaciones literarias en el estudio de la literatura española e hispanoamericana. En este momento prepara la publicación “No es una pieza de museo. Borges y las culturas de la India” (2012), en la que descubre y analiza un manuscrito inédito de Jorge Luis Borges.



La vie en rose

La vida es absolutamente rosa. Mirada de cerca reproduce un fractal [portátil, la fructosa de una granada, un algodón [de azúcar. Huele a colonia de bebé y se elastiza como [el chicle. Es un gran chicle de fresa que sucede en los primeros segundos de la boca. La vida, asombrada de paralizar su pincel en el ramillete de la novia. La vida, coloreada por un diseñador de cocinitas, sumergida en un lago de Senegal, pensada por un amante de Tokio. La vida es la infancia agitada, un cordón de jóvenes gacelas que muestran sus encías al atardecer. El salmón crudo que despierta en la lengua [después del amor, los arañazos débiles de una herida que [se cierra, el tono pulido de la sangre lavada. La vida es como la muerte, absolutamente [rosa. Nacemos del rosa de un sexo inflamado y vamos al rosa de la tierra y el mar. Al rosa de la ceniza, con su pétalo latente, al fucsia de los tulipanes, al cuello de los [flamencos,

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al ne贸n de los ojos de los roedores, a las [huellas del coral, a las patas de los avestruces, a la voz de los [delfines. La vida es rosa, melanc贸lica y magenta. La vida no es m谩s que el amor. La primera caricia, la primera mordedura de la piel en la piel.

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I La ira no es una bestia, ni siquiera un animal. Parece más bien un niño asustado. II En la ira perfecciona el amor sus cicatrices, tajaduras por donde se precipita el dolor. III La ira fue bloqueando las puertas del [corazón, sus ascensores, sus escaleras de incendio. Algunos la confundieron con un pelotón de [fusilamiento, otros, la vieron llorar en llamas, correr como bueyes o rinocerontes con desenfrenados latidos en la boca. De nada sirvieron bomberos y astronautas, psicólogos, poetas e ilusionistas. Un soplo de ceniza ocupó para siempre vigas y techos, paredes y umbrales del [ánimo. Porque la ira es una granada seca, un círculo [de Dante, la voraz inflamación de una tristeza, [un vómito de fuego que rara vez deja de arder en el corazón [quemado.

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España

Munárriz Jesús Munárriz

Navarra, 1940. Licenciado en Filología Germánica por la Universidad Complutense de Madrid. Desde su fundación en 1975 dirige las Ediciones Hiperión, que en 2004 recibieron el Premio Nacional a la mejor labor editorial cultural. Desde 1999 hasta 2003 presidió la Asociación Cultural Sansueña para el fomento de la Creación, la Promoción, la Traducción y la Difusión de la Poesía, integrada en la Red Europea de Traducción Colectiva de Poesía Contemporánea. Ha publicado los siguientes títulos: Viajes y estancias; De aquel amor me quedan estos versos; Cuarentena; Esos tus ojos; Camino de la voz; Otros labios me sueñan; De lo real y su análisis; Corazón independiente, entre otros.



Yo primero

Que lo que ha de llegar, tarde o temprano, me llegue en cualquier caso antes a mí; tengo prioridad por veterano y porque ya no sé vivir sin ti. Siento dejarte todo algo liado y tan poco resuelto el porvenir; no he sido previsor ni organizado, ¡había siempre tanto por vivir! Te quedará pendiente algún encargo, los libros, los papeles, el jardín de mis versos, ya sé que te harás cargo de todo, pese al lío y el trajín. Por desgracia, no habrá segunda parte para guardarte sitio y esperarte.

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A Heine, con unas versiones

En medio del camino de la vida escribiste: ¿Dónde, de vagar cansado, tendré mi último reposo? ¿En el sur, bajo palmeras? ¿Bajo tilos, junto al Rin? ¿Me sepultarán las manos de un extraño en el desierto? ¿O descansaré en la arena de una costa, junto al mar? ¡Qué importa! El cielo de Dios me envolverá, aquí o allá, y mis lámparas mortuorias nocturnos astros serán. Pero varó tu barca junto al Sena, en París te apagó la enfermedad y descansas en el que fue tu barrio, aquí, en el cimetière Montmartre. Grabados en la tumba están tus versos en hermoso alemán y quien te sepultó fue Mathilde, la esposa dulce, humilde, vulgar que decidiste unir a tu destino y te fue fiel hasta el final.

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Pidió que reposaran a tu lado sus restos y ahí quedan, bajo el más modesto y orgulloso de los nombres: [Frau Heine. El esplendor astral indiferente alumbra tumbas y cementerios, y lo que queda en ellos, qué más da. Tus poemas en cambio, colega, siguen vivos y aunque tú no los puedas escuchar, créeme, en español suenan de maravilla. Tómalos, tuyos son. Y un poco míos. Con ellos te he venido a visitar.

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Tr aducci贸n de Maritza Jim茅nez


Francia

elButor Michel Butor

Mons-en-Barœul, 1926. Poeta, narrador, profesor y filósofo. Uno de los escritores franceses más importantes. Desde 1960 ha publicado en poesía: Ilustraciones, (4 volúmenes); obras radiofónicas como Seis millones ochocientos diez mil litros de agua por segundo y varios ensayos inspirados en sus numerosos viajes que son en parte el resultado de una combinación de arte visual y palabras, con aspectos urbanísticos, como Repertorio (5 volúmenes, 1960-1982).



Soledades enredadas

Para Mahi Binebine

Yo estoy solo tú estás solo él está solo mirando su espejo como nosotros todos estamos solos como ustedes todos y como ellos todos persiguiéndose los unos los otros en largas filas sin verse ni oírse manos apartadas intentando palpar el vacío Estamos sin embargo en ciudades con millones y millones las muchedumbres se cruzan sin ruido en un estruendo horrible y sin embargo es como en el Sahara donde se buscan caravanas En los glaciares de la Antártida nos construimos iglús Si yo observo más detenidamente veo los contornos tocarse superponerse ustedes son dos presintiéndose el uno deseando habitar el otro deslizarse en su otra piel observar con sus nuevos ojos y conmoverse con su corazón Yo que creí conocerme estoy completamente perdido

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Quién era yo en qué hogar adquirí alguna consistencia En qué horno de jade donde cae una nieve de hollín Yo solo te descubro a ti ella y él nosotros todos y ustedes todos De dónde he venido yo Qué capricho de qué dios jugando a los dados me superpuso a tu forma sobreimpreso en tus vísceras Yo no me quejo sino por tu voz yo no respiro sino con tu aliento yo no sangro sino con tu sangre yo no estoy solo sino en tu soledad Los perfiles se multiplican mientras los rostros se alargan Es un suburbio del abandono Una manifestación que parte río abajo olvidando todo lo que la ha causado Indignaciones propuestas Banderines iluminados Nada será ya como antes han dicho los dirigentes enojados bellos discursos cantos panfletarios incendio de lenguajes estereotipados una pirámide de gritos volcándose en los palacios no hay tiempo para elegir un cementerio decente

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Nadamos los unos en los otros TĂş mi piscina mi vivero familias y clanes conviven razas y tribus se mezclan en la prensa del tiempo que pasa en la pintura del perdĂłn un elĂ­xir de soledades bĂĄlsamo en nuestra hambre

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Italia

lioCocoEmilio Coco

Poeta, hispanista, traductor y editor. Entre algunos de sus trabajos más recientes destacan: Antología della poesía basca (1994); tres volúmenes de Teatro spagnolo contemporáneo; El fuego y las brasas (poesía italiana contemporánea); Los poetas vengan a los niños y Jardines secretos. Como poeta ha publicado: Profanazione, le parole di sempre (1994); Contra desilusiones y tormentas (2007); Il dono della notte (2009, Premio Alessandro Ricci-Città di Garessio, Premio Città di Adelfia, Premio Metauro).



El don de la noche (Fr agmento)

No dejes que te hechice con su rostro de sencilla muchacha al natural, con sus dulces sonrisas y cariño. Hace de todo para enamorarte refiriéndote historias prodigiosas de un país habitado por poetas con verdes campos, viñas lujuriantes, donde Alceo te aguarda con un brindis por el poeta y por el traductor, deseando escuchar sus piezas líricas en tus endecasílabos sonoros. No acerques a tu labio aquella copa de vino amodorrado que te ofrece bajo falsa apariencia. Ya tu Muerte te lleva a la otra orilla de la Estigia, donde reinan las hórridas tinieblas. Llegar al veintidós es un enredo de pasillos, rincones engañosos. Me pierdo fácilmente y me dirijo al punto de salida. La enfermera me ve titubeante y me acompaña amablemente hasta aquel recodo que me conduce recto hasta tu cuarto. Ha venido esta noche, ha colocado el goteo en la barra. Es manitol, le calmará el dolor durante un rato. Se encoge de hombros, finge desconsuelo, baja la cama y pide que le ayude a incorporarte: Para que descanse. Te acomoda despacio en la almohada la cabeza, te acerca el brazo al cuerpo que ya no reacciona. Hasta la puerta

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la sigues con tus ojos refulgentes. Es muy guapa. Tendrá unos veinte años. Se ha parado a las siete y diecisiete. Desde anteayer no suenan ya las horas. Oyendo los tañidos del reloj de noche me sentía menos solo en la cama de al lado, controlando si en sueños te arrancabas el catéter, te extraías la aguja de la vena. Son ya las seis y cuarto esta mañana, miran si tienes fiebre y te colocan otro goteo con el manitol. ­Estoy sentado junto a la ventana. Los dos jugamos a quién es más listo: Cuanto más te descubres más te arropo. Así tendría que llegar la muerte, como viene el amor y tu defensa se vuelve vana. Un viento que te lleve a una isla lejanísima y desierta donde ambos competís a ver quién logra embriagarse con más besos y mimos sin querer saber nada del mañana. Así tendría que yacer contigo, como una amante tímida que a oscuras su pecho ofrece a tus ardientes labios sin que pretenda nada, distrayendo tu corazón de cualquier otra pena. ¿Te atreverías a dejarla sola, a una joven tan bella y apasionada?

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Así tendría que cerrar tus ojos, como la madre aquellos de su niño que llora en plena noche y se empecina en quedarse despierto, y en sus brazos lo aprieta suavemente, con su aliento rozándole los párpados, lo pone en la cuna, se encanta al contemplarlo. Es de noche cuando es más peligrosa y prepara sus trampas con astucia. No te fíes, es experta transformista, ora es dragón de fauces horrorosas, ora muchacha tímida y sumisa. Esta noche la tengo en mi regazo, mas no quiere dormirse la traviesa, se debate, patea caprichosa y me desarma con una sonrisa. Más se rebela cuanto más la aprieto, me araña con sus uñas puntiagudas y me golpea el pecho con los puños. No me doy por vencido, soy tozudo. Acunaré tu Muerte, y hasta el alba.

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Portugal

aral Ana Luísa Amaral

Lisboa, 1956. Profesora de la Facultad de Artes de Oporto. Tiene un doctorado sobre la poesía de Emily Dickinson y publicaciones académicas (en Portugal y en el extranjero) en las áreas de Inglés, Literatura, Literatura Americana, Literatura Comparada y Estudios Feministas, dentro de la Dirección del Instituto de Literatura Comparada Margarida Losa. Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas como el castellano, inglés, francés, árabe, alemán, holandés, ruso, húngaro, búlgaro, rumano, polaco y croata. Ha publicado entre otros títulos: Cosas del partir (2001); La épica del texto antiguo (1994); A veces el Paraíso (1998 y 2000); Imágenes.



Una botánica de paz: visitación

Tengo una flor de la que no sé el nombre En el balcón, en común acuerdo con otros aromas; la flor del beso, un rosal, una mata de hierba luisa Pero esos son prodigios para otra mañana; es que esta flor generó hojas de verde asombro, minúsculas y leves no la amenazan bombas ni románticos vientos, ni misiles, o tornados, ni ella sabe, aunque esté cerca, de la sal inversa que el mar trae Y el cielo azul del otoño al fingir verano es para ella una bendición, mínima con la poca agua que le dio Debe ser esto una especie de paz: un secreto botánico de luz.

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El don de la noche

¿Cuántas veces te vi y me sorprendí mirándote ? Sintiendo la tentación de espiarte y el deseo de amar lo que no tenía Cómo saber por los sueños más desnudos que me asaltaban, que yo no era un paisaje para ti? Ven lujuria sólo donde hubo amor y un crimen tan enorme de lujuria: pero yo te quise indefenso como una fiesta, tus labios una fiesta para mí Cuántas veces estuve pensando en mi crimen y en la historia de los hombres juzgándome! Pero lo que vi en la bandeja del crimen fueron los ojos con los que me mirabas (yo un paisaje finalmente) y la lujuria que hay siempre en el amor.

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Imperfecciones solares

El sol que así se abate sobre mí es mío, en la plausibilidad de la palabra, en la negación de la idea Condición implacable, esta de tener un cielo, casi tener un Dios, ver abismos de frente y retornar después a los minúsculos gestos de poner la mesa, ordenar papeles organizar la vida cuentas, sustracciones, que son necesario calentar, como el destino En el ajuste del sol, mi sueño esta noche fue contigo Y es como si viviera en diferido: frases de frente, sílabas que se imponen, perfiladas solamente me dejan dormir en espacios muy cortos, como si respirara sin confort, la lluvia en un horror de vidrio claro Y todavía, tengo un cielo, opuesto que sabe redimir, Pero cielo ¿Qué mística habrá en este poner versos, unos sobre otros, piezas de juego, pirámides de plástico o madera, los faraones ausentes? Convoco el sol, que es mío, pero no calienta Y estoy casi completa en esa imperfección.

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ezD’JesúsEnriqueHernándezD’J


Venezuela

’Jesús Enrique Hernández D’Jesús

Mérida, 1947. Es poeta, cronista, artista plástico y fotógrafo. Dirige las editoriales Tierra de Gracia y La Draga y el Dragón. Ha sido distinguido en el Concurso de Poesía de la revista Imagen, en 1972, con Yo aparecía pareciéndoles. Recibió el Premio Municipal de Poesía Manuel Díaz Rodríguez, en 1985, del Distrito Sucre, por su obra Los poemas de Venus García. Entre los muchos títulos que ha publicado destacan Muerto de risa (1968); Estamos en las muñecas (1980); Magicismos (1990) y La difícil claridad (2000), además de los libros de crónica y testimonio Los últimos fabuladores y Bolívar, fábula de fabuladores.



Gallina enamorada y endiablada

Los ingredientes:

Gallina tierna de 1 kilo y 800 gramos, Ron de canequita, Anís del mono, unas cuantas gotas de frenesí, Soya, Polvo de Mostaza, 300 gramos de Jamón de Parma, 300 gramos de Hongos frescos, 2 Cebollas, 2 Pimentones, 2 Huevos, 300 gramos de Pan rallado, Pimienta blanca, Sal al gusto, 2 copas de Vino blanco, Caldo. La prepar ación:

Una gallina enamorada es peor que El Diablo Enamorado de Jacques Cazotte: La había visto con mis ojos, esperando todos los socorros del arte, pisando casi el umbral de la muerte, pasando por todos las fases del agotamiento y del dolor. Una gallina enamorada camina como una gallina enamorada. No mira a los lados, sus ojos se desorbitan y se empañan, se amañan, se inquietan y buscan el mundo alrededor de las flores, de la fragancia, de los suspiros, del disparate, del amatorio. Es una gallina que se divierte de verdad, con su tiempo. La gallina prepara ceremonias. Organiza fiestas amorosas, se compromete con la felicidad, anda por el buen camino de los pensamientos eróticos, por el buen camino del lecho afectuoso. Una gallina que vive para el amor. Para la providencia de este plato, necesitamos una gallina tierna, sumamente tierna que pese más o menos un kilo y ochocientos gramos. Que no le hierva la sangre, que le salga todo mejor de lo que ella espera. Y sea sencilla y fácil. Y la gallina será más aguda con su carne, más sabrosa y más gustosa.

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Cuando la gallina haya creado la felicidad, la agarra por el pescuezo y déle vueltas, vueltas y vueltas. En su momento de agonía la ama. Gallina amada es más deliciosa, es más apetitosa. Se desnuda la gallina de sus plumas, con agua hirviente, y le verá su forma más lujuriosa. Y ahí es cuando le inyecta por todo el cuerpo licores distintos, mejor dicho, licores que la aturdan: ron de canequita, Anís del Mono y unas cuantas gotas de frenesí. La acuesta sobre una cacerola que cubra su cuerpo. La riega de soya y de polvo de mostaza. La deja así por toda la noche. A la mañana siguiente, la abre por detrás con mucho detenimiento, y le introduce el relleno con el jamón de Parma y los hongos frescos cortados en cuadritos, mezclado con las cebollas y los pimentones en trozos circulares. Los huevos, el pan rallado, la pimienta blanca y la sal al gusto. Después de introducirle el relleno, cose el agujero con pabilo. Vuelve a bañar la gallina con dos copas de vino blanco y soya. La mete al horno con la olla tapada, a 250 grados centígrados por tres horas. Cada hora la revisa y le agrega caldo. Después que haya sudado y esté a su punto la saca del horno, la deja enfriar y la corta verticalmente.

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La pierna de mi amada

Plena es la pasión y el movimiento voluptuoso Su semblante enlaza la lluvia Los vientos siembran los presagios el desnudo siente el fulgor Veo como se inquietan las vestiduras del [espíritu Englobo los orificios del contraste la diferencia múltiple de la existencia Marchan las estaciones en las manos de barro El fondo del cielo está en su sitio La simetría del gesto es el regocijo Toda antigua condición se deja cautivar del [límite El arte de la macana orienta la ocasión Virtud nueva Razón del destino Se activa la combinación de los signos La idea de la palabra viviente En el horno de cerámica cocinaré a fuego lento la pierna de mi amada

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Hazle el amor a mi paloma

Con torpe vaivén la paloma Menudos pies y cuerpo grueso. Se mueve hacia un grano y lo toma: tanta inocencia como peso Jorge Guillen

...entre los romanos; un epigrama de la decadencia dirigido a un enano, decía La piel de una pulga te viene demasiado grande

Gaston Bachelard

Hazle el amor a mi paloma tócala enámorala agárrala Hazle el amor a mi paloma habítala con movilidad dibuja sus confines refúgiate en ella describe las condiciones del botánico toma su punto sensible entra en la alubia encaja tu lengua Escucha el níspero agarrado del árbol el viento que baja de la montaña lo abre encuentra la lluvia El deseo La palabra sirve en su estado primitivo Hazle el amor a mi paloma permite la precipitación de la sensación extrema concentra la persistencia La vigilia la vocación del paisaje

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La naturaleza se conserva Busco del soñador el lápiz del soñador la distancia Hazle el amor a mi paloma cada parte del sabor te incita el gesto me hacer ver el silencio Escribo cartas sobre la lengua porque vengo de una zona de comedores de lirios Me veo iluminado en el presentimiento la noche inclina el frío en los pezones tempestuosos levanta el olor de las flores frescas la complicidad de la camisa los hace aparecer ansiosos A mí se me hace agua la boca El aire se arrebata Los pétalos del bombillo entrelazan el ruido de la madera Yo cuelgo en mi zarcillo de navegante según las adivinaciones de las tablas de multiplicar Sumo y resto el cuerpo de nido Cargado de fuentes lechosas En vuelta de la espalda la acaricio con la lengua No vacilo en descender y pintar su sexo de eternidad Y saco de este profundo bosque el perfume y la cumbre inocente

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Pero hazle el amor a mi paloma Enciendo el fogón y en la cama nos suicidamos en la dolce vita Las manos más veloces que los ojos encajan en el guante En el mar quieto el velero se aleja como viene Siga en el cercano bosque ande con la boca suelta mantenga las caricias frecuente lo sensible la coincidencia de los contrarios la forma compleja de los elegidos Ella no tiene alma para comer en este [momento el dolor me impulsa ¿Qué es lo qué tiene en la sangre? Hielo Hazle el amor a mi paloma entra a la región del erotismo el erotismo se deja confundir el corazón desnudo se trenza en las playas y escucha las cigarras el día se hace la penumbra de la noche me toma entre sus brazos me obsesiono entre sus pechos

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detengo el latido de su corazón el designio queda en la sombra navego en la angustia en el caballo de la alta colina brillan sus ojos Ella me muestra su destreza su cuerpo se refugia se agita en el resplandor del trapecista Hazle el amor a mi paloma En la cama sueño que estoy caminando sobre la arena ando lejos Mucho más lejos en el ajedrez la paloma se mueve por todo el tablero ¿Cómo no entregar mi corazón tan de repente? Así de repente recurro al corazón de la mujer que amo bebo en sus labios whisky champaña y por eso me persiguen El sentido de mi paloma es buscar en la colina el camino del cielo sigo la nostalgia El viento bordea mi boca me toca el cabello con la desdicha grito deseando sexo y nada más

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Eloísa abandona a Abelardo Dulce Eloísa creíste que en las palabras estaba el amor enamorada de un asceta por un goliardo Si soy un hombre sospechoso por tenerte no te abandono en la atracción los hilos del cojín la velocidad del tiempo el árbol cargado de frutas abriga tu grieta me sacudo me vuelvo grotesco soy el delirio y vivo el verbo incoherente conservo la duda empresa desesperada de un hombre [sospechoso de todo acto de amor de la vida y la muerte Las aves se duermen en el techo y despierto en las voces Hazle el amor a mi paloma y no me hagas sufrir La mujer que no me hace sufrir no me interesa A mí me gusta sufrir Hazle el amor a mi paloma

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El ciprés está sediento Soy el más cotidiano aparecido disfrazado de cordero Cae el sol poniente en el silencio de la rama Viene del árbol y de las cenizas Y yo me caigo del nardo

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Al cantar el alba envuelvo mi cabeza inducido a permanecer atado a las cabras y a sus pรกrpados

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La dulzura es el ejercicio irreparable de la belleza La dulzura es la crueldad

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Soy la montaña menos impulsiva Los árboles tenemos hábitos El enigma los enigmas palpables

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Quédese quieto, quédese quieto– le dice el jugador al sufrimiento –Es muy valiente– le dice el significado a la apariencia –Es un secreto– le dice la mitad de la vida a la otra mitad

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La belleza estรก en el ojo

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A su tiempo ni antes ni despu茅s el vuelo de la golondrina lleva mi desolaci贸n al firmamento

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1 al fin este viejo desgraciado y bello dejará de ponerme los cachos Mi abuela

mi abuelo primaveral y sudoroso caballero alto de la bota roja de La Punta incendiario maromero falsificador de billetes de lotería contrabandista de armas alto y complaciente jugador de gallos enemigo del Concejo Municipal pintor del espíritu santo en la iglesia de La Parroquia coleccionista de monedas y morocotas pájaro primaveral de La Pedregosa tocador de flauta en la banda de Ejido engañaba a sus amigos quitándose la cabeza y de nuevo se la acomodaba y se suicidó a una edad alta por no tener fuerzas de seguir haciendo el amor 15 mi abuelo era muy tierno y no sólo eso

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ojalá hubiese sido solamente eso si él no se arroja al suelo no da razones para defenderse cuántas veces quiso de verdad devorar hasta los mismos muertos que no dan vueltas con sus brazos él abandonó los brazos y ahora dan vueltas alrededor de él cortan girasoles y se los acomodan en los cabellos los más largos en sus orejas 16 y su sombrero deformado nos ha conducido hasta aquí terminado de viajar por unos granos de maíz acá nos inclinamos sonrientes de cualquier manera mi abuelo estallaría con el plumaje después de todo desapareció como si fuera poco lanzó sus ojos estremeciéndose sobre el cuerpo 18 se reunió a pesar de muchos problemas venciendo a la muerte en todo caso no quiso prestarle atención ni siquiera al agua que corría fiel en su florido sexo 19 mi abuelo volador de papagayos

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25 años después se dieron cuenta que en las ferias compraba cotufas almendras y nueces y las cargaba en sacos para ir a las peleas de gallos en donde él era el triunfador con el gallo pico despistado o el colorado después de celebrar escarbaba las lluvias regresaba de mañana jugaba hasta masacrarles a varias gallinas la cabeza y esperaba hasta que comenzara a oscurecer de nuevo 26 junto a los galleros salía por el pueblo a pasear sus cabezas se elevaban en los mismos cohetes y sus caras encendidas y mi abuelo preparado terminaba explotando en un viaje de noche 33 fue de los últimos en dormir en el sereno ya lo han buscado y han hundido todos sus miembros

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con rápidos movimientos en el puro monte como si hubiera sucedido de madrugada a pesar de no tener idea de la noche y de los días bordó helechos con los dedos de su mano derecha y con los de la otra mano acarició como a su propia vida al fuego 34 cantaba exaltado al principio siempre solo hasta el día en que conoció algunas ánimas y peleó con ellas 38 ese día lo encuentran para verlo convertido en golondrina y fuera de él 39 “o cuando sea la hora de los muertos vorazmente erguida la voz que hiela en un gran vuelo sobre el monte de los poetas se hará una oferta de cuatro centavos y veinte monedas que cuesta

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la barriga sudorosa y primaveral de mi abuelo” 40 las ánimas acompañaron a mi abuelo justo hasta el momento en que yo estaba dándole vueltas alrededor yo le di muchas vueltas él mismo no se dio cuenta de las vueltas que le di tal vez las vueltas le gustaron a lo mejor no de todas maneras yo seguiré con las vueltas a mi abuelo 41 y en medio de las islas las caballerías de avispas soltarán al viento los lirios a los pájaros marinos quien no comprenda esto no comprende a mi abuelo primaveral y sudoroso caballero alto de la bota roja

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L a v a n i d a d e s l a

De mĂ­ dicen que yo

l u z t e r r i b l e m e n t e

soy un egocĂŠntrico

h e r m o s a

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Amazonas

raAna Carolina Saavedra

Carabobo, 1970. Vive desde hace 16 años en el estado Amazonas, docente y cantora, gerente cultural y promotora social. Ha desarrollado trabajo social con comunidades indígenas panare, yanomami, guahibos, piaroas y otras etnias que hacen vida en el estado Amazonas y el estado Bolívar. Ha trabajado con el Centro Amazónico de Investigación de Enfermedades Tropicales (CAICET), Circuito Judicial Penal del Estado Amazonas, Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, y colegios y liceos. Un libro publicado: El lugar de las imágenes perdidas. Ha publicado en diversas revistas y periódicos.



No quiero amar un alma que no refugia a la utopía, ¿dónde podremos guardar los frágiles [minutos? la dispersión del alma cuando el paisaje es [perdurable fragmentados iremos a los reversos estaremos guardados allí en el umbral donde pisa el desamparo miraremos los bordes por donde se escapa el espejismo de la vida ataremos los recuerdos a los faros de una [calle húmeda. El extenso camino de la idea nos enfrenta a un mundo incognoscible. Puedo verte abrazado al desconsuelo cuando la guerra nos alcanza en el límite del [verbo y se derrama la imagen de tus ojos.

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Me afino el oído desde la indianidad, todo comienza en mirar el fruto de la cocura, la he visto cargada y espléndida, el sonido del hueso me asiste en un trance, visiono mujeres ataviadas de noche. Mi pecho retumba, escuchar es un milagro entre la infinitud y los [tiempos. Los pájaros presencian la santa promesa de los [misterios. El árbol desde donde está ve el rostro del viento. Saltan las ramas anunciando tempestades. Veremos la luna de marzo, universales, alineados, fecundos, –lloveremos– Se ha hecho un templo de piedras encima de [las aguas.

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Una duerme cuando reposan los colores otra despierta mientras cae el aguacero, cubiertas de luminosidad son las formas más la selva húmeda y sus espíritus de [barro. Una de ellas es un destino abre puertas para hallar su cuerpo danza con invisibles áureas de un remoto [lugar, viene del silencio infinito como parte del soplo de la primera vida ha traído la raíz de un árbol desnudo.

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DiegoCarlosSanDiegoCarlosSan

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Anzoátegui

nDiegoCarlos San Diego

Caserío Los Dos Caminos, estado Anzoátegui. Carlos Ostos, mejor conocido como San Diego. Ha escrito cinco libros de poesías como lo son Alboroto de pájaros, Hacia un puerto de río, Ciruelas santas (inéditos), Los mare-mare, y Baldíos (publicados). El poemario Baldío fue escogido para realizar una obra de teatro, por el grupo Teatro 3 y la Compañía Nacional de Teatro (CNT). Participó en el IX Festival Mundial de la Poesía 2012, en donde representó al estado Anzoátegui.



La danza del pezón

Mira a los cerros de la Mesa de Guanipa Sin vestido. Sin alas. Así quieta. Respirando. Allí está la etnia que amontonó el polvo para succionar miel y leche así digan que es petróleo. Es vertical y amplia negra bañada por la luz canela de un sol verde Guanipa más que una irrupción en el pecho es agua dulce del seno descubierto sin la pena de algún robo.

Oye su ceremonia.

Trasladando la tierra a veces pienso que es un baile de mujer himba trasladando la tierra.

Nomás óyela. Disfrútala.

Yo la oigo en los pasos de la semilla cuando la humedad comienza a amamantarla. Tiene una paciencia de iguana en silencio.

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Se desplaza con una simpatía de silbido.

Vertical y amplia.

Ocres pezones. Coro de püddai.

Corazón rojo. Cuerpo de inciensos. Humo bermejo de granos triturados.

Guanipa de África. África de Guanipa.

Neekara kari`ña Kari`ña negra.

Son los cerros tus pezones. Caminas y se mueven. Mana el agua que el oro crudo quisiera [imitar.

Leche y miel para quienes no dejan de [vivir.

Son esas murallas color de parto esa artesanía levantada por la Virgen entre la garganta y la pluma del pecho en los [farallones tus pezones de progenitora alma de cocuyo ecología para la próxima familia.

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Yaavoon

Mรกs que en silencio

resistimos por el instinto que tiene el pรกjaro de ser feliz.

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Anzoátegui

ereiraGustavo Pereira

Punta de Piedras, estado Nueva Esparta, 1940. Poeta y crítico literario, doctorado en Estudios Literarios en la Universidad de París. Fundador del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales y del Centro de Investigaciones Socio-Humanísticas de la Universidad de Oriente. Formó parte del grupo Símbolo (1958). Fue director y fundador de la revista Trópico Uno de Puerto La Cruz. Ha publicado más de treinta títulos, entre otros: Preparativos del viaje (1964); En plena estación (1966); Poesía de qué (1971); Libro de los somaris (1974); Vivir contra morir (1988); El peor de los oficios (1990); Escrito de salvaje (1993); Historias del paraíso (1999) y Oficio de partir (1999). Recibió el Premio Nacional de Literatura 2001, Premio XII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (1997) y el Premio Fundarte de Poesía (1993).



Somari del sombrero que jamás usé

Para tener presente el sombrero que jamás [usé tengo el sombrero que jamás uso Así transcurro el tiempo Trastabillando entre lo que tengo y no [anhelo y lo que anhelo y no tengo

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Somari

El inĂştil intento de acercarse a la verdad conduce a otros intentos...

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Canci贸n con sol par a mi amiga

Mi amiga tiene un sol que no conozco Un sol dentro del pecho que sale de sus ojos y me abrasa A cada roce suyo capitulan la calle la ventana y mi destino Es como si cayeran uno a uno los males de este mundo y se alzaran en vilo los hechizos en el polvo O como si mojados por la lluvia se estremecieran los amantes alucinados de repente Mi amiga tiene un sol desconocido que me asedia en su lecho y me sojuzga.

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SaabTarekWillamSaabTarekWill

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Anzoátegui

lamSaabTarek Willam Saab

Anzoátegui, 1963. Poeta y abogado. Actualmente, gobernador de su estado natal. Activista de los derechos humanos y uno de los partidarios más conocido y cercano al presidente Hugo Chávez, a quien ha nombrado en innumerables discursos como el Poeta de la Revolución. Ha publicado los títulos: Los ríos de la ira (1987); El hacha de los santos (1992); Príncipe de lluvia y duelo (1992); Al Fatah (1994); Ángel caído ángel (1998); Cielo a media asta (2003); Cuando pasen las carretas (2004); Poemas selectos (2005); Los niños del infortunio (2006); Memorias de Gulan Rubani (2007); Un paisaje boreal (2009), entre otros.



Sar a Kipur (Fr agmento)

I Quisiera imaginar que es un pequeño tronco en forma de barca navegando en los confines de las aguas nevadas son hojas sin ramas sin flores Un pequeño tronco en forma de barca II aterido de cruzar precipicios rebotando al paso veloz de rocas blancas precipitadas hacia el fondo de las montañas hasta ser una línea invisible en el horizonte de Yaret…

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III El débil tronco es el cuerpo de una niña que debió llamarse Zahara o tal vez Sara Kipur (((yo corría corría todo cedía bajo mis pies descalzos IV

Vi caer árboles

paredes balcones enteros con madres dentro escapé del terremoto más no vencí mi destino de inocencia (ahogada)

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en las frías corrientes del río Kunhar V Ahogada bajo techos y ladrillos pude haber sido madre de unos niños que el mediodía celebra niños tostados de fiebre cazadores de manchas solares

en los estanques

donde el color de millares de peces iluminan mis ojos…

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llermoCadrazcoGuillermoCadra

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Aragua

azcoGuillermo Cadrazco

Villa de San Benito Abad, Colombia, 1962. Reside en Venezuela desde 1970. Escritor venezolano, en 1989 egresa como actor de la Escuela de Arte Dramรกtico del estado Aragua. Desde entonces ha integrado diversos grupos literarios y colabora con las principales revistas de la regiรณn. Su poemario Visiones fue galardonado con el Primer Premio en el Concurso Literario Elina Cabrera Sosa de San Sebastiรกn de los Reyes, en 1986.



Busco de la vida un bosque luminoso donde el cazador tenga por oficio repartir [canciones y no apagar la voz del pĂĄjaro del rĂ­o

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Representando la imagen de mi infancia en RincĂłn Grande los ĂĄrboles continĂşan su recorrido Van con aromas de atardeceres y deslizan su giro de fragancias en los correderos de mi vida

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Amanecí no sé de qué manera pero amanecí tal vez hoy me sea posible encontrar la [incógnita perdida ésa que busco siempre con afán la del paraíso encantado de tu especie esa maravilla a ritmo natural que nace en ti que me despierta y me mantiene no sé [cómo

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aMariozziCarmonaMariozziCarm


Aragua

monaMariozzi Carmona

Aragua, 1963. Ha realizado estudios de Medicina en la Universidad de Carabobo (UC), de Canto en el conservatorio de Música de Maracay, de Dramaturgia en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y de Arte en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ha publicado: El santo oficio (teatro, 1988); Euraquilón (1992); Reflexiones para una teoría escénica (1997) y Antígona hoplita (1998). En 1996 realizó el guión y la dirección de escena de la Antología de la zarzuela para la Compañía Regional de Ópera.



Cuando vinieron A llevárselo Sonia se quedó muda La banda le acabó el rancho Las pocas cosas Platos de peltre Cucharillas y vasos Rodaron y se llenaron de tierra Quedaron negros Porque era negro el barro No más la sacó del letargo El llanto de Elenita. Se separó de la pared en que estaba La única de pie Tomó la niña Y se echó escaleras abajo Y se la tragó la ciudad.

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Tocaron Era extraño Porque los vecinos Llamaban a voces Ese silencio No gustaba a Martha Así que ella dejó el pocillo con el guarapo En el suelo Se levantó lentamente y alisó la falda Impecable y de tachones Y haló la portezuela endeble. Ante ella De pie El hijo teñido de bermejo. Y otra vez Martha tenía pegado ese color Otra vez la falda Con ese color con ese color con ese color.

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Rosa Baja De madrugada Tiene los brazos llenos Ojalá Pudiera regalar Pero no es suyo Es ropa recién lavada Recién planchada Ella ya no carga hijos Las hijas están igual Los brazos llenos Las calderas abiertas Los chamos desnudos Y la tierra dibujando la cara.

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OrtegaXiomaraOrtegaXiomaraO

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Barinas

OrtegaXiomara Ortega

Barinas, 1974. Docente de Educación Especial ligada a las artes escénicas, visuales y a la literatura desde hace más de veinte años. Perteneció al grupo Teatro para Niños Telón, cafés literarios y al Colectivo de Arte Efímero en Barinas. Premio de Relatos Breves de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (1997). Obtuvo Mención Especial en Poesía en la III Bienal Ramón Palomares (2007). Ha publicado los libros: Artesanal letra escrita a puño –en flor– y lápiz (2007) y Entre el ojo y la hoja.



Olvido que soy mujer

Olvido que soy mujer no porque tenga mala memoria sino porque me da pereza serlo cuando es la abreviatura de una existencia cuadrada, diminuta y teatral –protagonista de telenovela– Me doblego en silencio ante un beso en mi pecho justo en mi pezón No tengo tetas, ni traseros en adorno y belleza –sólo tetas para amamantar– No tengo ternura de muñeca ni la paciencia de la niña buena ni dulzura de la mujer delicada Un día me di cuenta que ser mujer no es otra cosa que ser esto, toda yo y por eso camino con la mano en puño la otra en flor Me doblego en silencio ante un beso en mi pecho justo en mi pezón

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La orilla de mi cama

A José Roberto Duque

La orilla de mi cama es una barca inundada pero que no se hunde, flota entre las palabras hembra, besos, dedos y ombligo en un río con eses finales para no estar sola. En la orilla de la barca que navega entre almohada y almohada que abrazo a veces frenética a veces sumisa les voy dejando arrugas en las telas y hasta en mi cara. En la orilla de mi cama hay dos almohadas, una finjo que es tu pecho y la otra que es tu [alma.

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Entre el ojo y la hoja, Nยบ5.

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Bolívar

ríguezCarmen Rodríguez

Monagas, 1974. Licenciada en Educación mención Castellano y Literatura. Profesora de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) de Puerto Ordaz. Coordinadora del Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Arte (CIELA)-UNEG. Investigadora de temas referidos al área de literatura con énfasis en la literatura infantil e historia cultural. Artista plástico. Premio Nacional de Literatura Estefania Mosca (2010). Autora del poemario La pasión disimulada (2010), y del libro Un hombre con raíces y antenas.



Yo quiero leerte siempre De corrido, sin parar, Como si fueras un libro eterno Como mi lectura preferida y recurrente Yo quiero leerte SIEMPRE Pero sales en fascículos quincenales, Bajan el tiraje, Retrasan tu entrega Te regresan al depósito Te cancelan... Te cambian de nombre y también de editor… Y yo que anhelo tu llegada siempre recibo excusas: Falta tinta para imprimirte, Falta papel para darte cuerpo... Y yo... Que quiero leerte SIEMPRE, te recibo de a [poco Ojalá que cuando salgas en Edición Especial Aunque ya no tenga vista y sólo pueda [ojearte por fuera Tú sientas que te estoy leyendo...

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Leer tus silencios me hace doler el amor Esa nada en la que habitas y la ansiedad eterna del quién sabe Me desgastan como ácido Sé de silencios, sé que de este abismo no hay recuperación Sé que ya no puedo adivinarte.

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Él tiene un corazón erótico Yo muero por sus manos dulces paseando [sobre mi espalda Él me quiere mala Yo lo quiero hecho de besos chiquiticos Y él me quiere en llamas No me desea la muerte, Sólo que me caliente y arda como en un [infierno.

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manDanielaSaidmanDanielaSai


Bolívar

idmanDaniela Saidman

Bolívar, 1977. Ha publicado los poemarios XXXI hojas de otoño (2002) y América y otros cafés (2007). Sus poemas están publicados en la antología Amanecieron de bala. Panorama actual de la joven poesía venezolana, y El corazón de Venezuela: patria y poesía. Realizó estudios de Letras en la Universidad de Los Andes. Es articulista en diversos medios de comunicación impresa y digital del estado Bolívar. Actualmente tiene un programa de radio llamado Voces del Sur en la emisora La Voz de Guayana.



Desaparecidos I

60.000 OJOS

30.000 hojas empecinadas en reaparecer en decir presente a los presentes aunque de ellos no quede más que la juventud de las imágenes porque desde antes estaban yéndose vaya a saber dónde se cuelan los adioses sin tumba y dónde las canciones de cuna que cantamos para arrullarlos dónde sus sueños y sus pasos y sus gritos dónde estábamos que no dijimos nada

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Desaparecidos II

Te arrebataron el rostro y sin embargo miras mirรกndonos mirรกndolos con todo su odio incendiar los campos y los cuerpos porque ambas cosas son lo mismo te arrebataron las manos pero no pudieron con la caricia te quitaron hasta la vida y sin embargo vives en presente para siempre y entre nosotros te arrebataron el rostro es cierto pero nunca la voz disuelta como grito en la nuestra

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Desaparecidos III

Tengo, tengo este amargo sabor que sube que estalla y se demora en el vientre tengo en la boca un odio, un pasado en los [ojos sobre todo la irremediable convicci贸n del [futuro en la cintura y ese, tu rostro que desaparecido despierta cada noche para encender el miedo mientras aqu铆 te arrullo y me dejo nacer en tus muertes en tus otras vidas

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Carabobo

elsiAriasVielsi Arias

Valencia, estado Carabobo, 1982. Licenciada en Educación, mención Artes Plásticas. Ha participado en los talleres de poesía del Ateneo de Valencia y del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. Forma parte del Centro de Estudios para el Arte del Departamento de Artes Plásticas de la Facultad de Educación de la U.C. Ha publicado en poesía Transeúnte (2005).



Ocaso

La tarde baja del cerro y entra a la casa. Mi madre recoge el dĂ­a en los tendederos. Yo cuento las palomas que bajan al patio de Antonio MĂĄrquez. El pueblo se queda quieto con la noche y cierra sus puertas.

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La soledad acomodaba los rincones

En los dĂ­as mudos de la casa, la soledad acomodaba los rincones. Pasaba un carro cada cinco horas y los pĂĄjaros se apoderaban del silencio.

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La peste vino a llevarse las gallinas; vino con su frío de muerte; trajo el luto a la casa. Dejó el silencio acomodado con su excremento seco y su reguero de [plumas. Vino a dejarnos sin cantos ni cacareos en las [mañanas. ¿Qué es este silencio hondo que nos ocupa?

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Carabobo

ndónI.María A. Rendón I.

Carabobo, 1986. Poeta y actriz. Licenciada en Educación mención Lengua y Literatura, egresada de la Universidad de Carabobo. Ha participado en diferentes concursos y festivales nacionales e internacionales de poesía. Ha publicado Sótanos (2005) y Otros altares (2007). Hoy trabaja en dos nuevas producciones: un poemario titulado Aunque no diga lo correcto y un ensayo que llevará por nombre Razón doméstica; el carácter feminista de la poesía de la mujer venezolana.



Creo en dios así con minúscula quizá porque me da la gana… esa “D” mayúscula me pesa como una cruz. Mi dios me da licencia para maldecir y no encuentro redención más que en mi conciencia. Mi dios no tiene historias, ni parábolas ni verdades “apócrifas” mi dios no sabe leer! Mi dios entendería si algún día tengo que [matar halando el gatillo de la verdad con mirada decidida puesta en un enemigo [mortal o empuñando la espada que defiende a aquellos que han sido [despojados de todo criminalmente. Mi dios, con minúscula, no cree en el rito de las palmas unidas no le interesan mis pecados, ni los tuyos, ni los diez mandamientos encarnados en la [sumisión. Sé que no todas las veces debo perdonar y ante el oprobio desnudo una sola mejilla. Mi dios ha ido conmigo a infiernos de este [mundo

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donde he reclamado todo sin otra plegaria que la acción ni más profecía que la dialéctica. Mi dios y yo creemos en todos los seres, todas las cosas y formas en la duda y la certeza Mi dios, sólo sabe del amor. Porque sabe tanto del amor hace que algo me duela que mucho me duela. Definitivamente mi dios se escribe con [minúscula se nombra todos al unísono… mi dios son todas las cosas, incluida yo. Toda mi blasfemia no es contra él, sino contra mí.

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El peor analfabeto es el analfabeto político Bertold Brecht

Vendiste por tres lochas el hermoso cuadro que te arrebató treinta madrugadas, porque el hambre era mucha la vergüenza poca. Nunca ocuparás una silla donde toque decidir el destino del país. No. Tú escribes para que un académico con la barriga llena diga: no todo está perdido. Pintas para adornar la sala del burgués, pero eres un feliz y miserable poeta [hambriento. Sigues siendo ese humilde poeta “apolítico” felizmente complacido con la dieta del aplauso…

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orM.PintoVíctorM.PintoVíctorM.P

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Carabobo

PintoVíctor M. Pinto

Carabobo, 1982. Poeta, estudiante de Educación, mención Lengua y Literatura en la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo. Fundador del grupo literario Litterae ad Portam y director de la revista La Tuna de Oro. Forma parte del comité organizador del Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores de la Universidad de Carabobo. Su poemario Mecánica obtuvo el Premio Único en el Concurso Internacional de Poesía Ciudad de Valencia en el 2005.



Dos policías levantan un cuerpo

Sujeta sus piernas a las tuyas, que yo abrazo mis brazos a sus brazos. Siente bien su peso porque es la ausencia de la voluntad. ¿Ahora ves la belleza del baile? Los pies y las manos moviéndose junto al otro en la música que brota de los golpes. ¿Ves toda la voluntad que impulsa el canto de un hombre en otro? Escucha bien el peso de este cuerpo, que el ritmo de su carne sea quien una nuestros pasos.

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La mujer y el bonsay

La mujer se pone aparte de sí misma y una parte de hombre en su corte de pelo, y el cigarro que fuma como varón, ponen aparte la ternura que no fue perfumada en el cuello. La violencia sujeta al árbol y su crecimiento, y es real la pequeñez y es bella la deformidad y aun natural el olor de las hojas. La mujer sujeta al pantalón, a la camisa, a su vida de hombre, sabe halar hacia el tallo una postura semejante al azote del viento. Y se venda a sí misma el pecho y es real el anhelo y aun natural, cuando camina entre mujeres.

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EGO

Ante la quebrada, encierro unas cucarachas en un pote de vidrio. Sus patas rozan lentamente los bordes [brillantes, mientras el agua se lleva mi cuerpo sin moverme. Elevando el recipiente hacia el sol, contra sus reflejos, se resbalan en la pulida superficie. La corriente que me espeja carga con todas mis posturas, pero ninguna es el movimiento del agua.

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uezMiriamRodrĂ­guezMiriamRod

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Cojedes

dríguezMiriam Rodríguez

Cojedes, 1954. Poeta y educadora. Licenciada en Educación y magíster en Administración y Supervisión de la Educación; profesora universitaria en las áreas de Lengua y Literatura, y Orientación Educativa. Ganadora del Premio Municipal de Poesía en San Carlos en 1991. Autora de los siguientes libros publicados: Con tu enigma, poemario (1991); Educación; ética y dignidad ensayo (1996); Atardecer de humo poemario (1998); Pilares discursos y conferencias (2007); El diario de Beatriz poemario (2007).



Me pregunto

¿Qué ha sido de tu sed en esta ausencia de mares ¿qué hiciste en tanto tiempo ajeno? ¿qué hice yo cuando tú no estabas? ¿Dónde están las páginas de mi diario que no hablan de ti? ¿Dónde estás ahora? ¿cómo es tu cama? ¿bajo qué sol caminas? ¿pensarás en mí? Esta noche el poema guarda silencio Yo estoy aquí perdida en esta nueva ausencia desconocida ante esa palabra que me asusta (distancia) ¿cuándo vuelves?

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La noche y yo

El poeta regresa de los espejos y cuenta todos los mosaicos del salón Se asoma al monótono paisaje y mira la calle con ausencia le perturba el ruido de los automóviles y vuelve al patio El poeta tiende los ojos sobre la herida [horizontal que lo separa del cielo se recuesta en una cruz de palma y enciende un cigarrillo (solo nos falta la lluvia) El poeta observa el humo que asciende voluptuoso desde su boca Se acerca otra vez a la ventana y comienza la tertulia con las primeras horas de la noche Recuerda a los federales a los héroes de la independencia a los conquistadores a los primeros habitantes de la urgencia El poeta cierra la ventana lo aturde el silencio apaga el cigarrillo contra los escombros se sumerge en la sombra de los rincones y desaparece en las páginas del libro que leemos

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En la intimidad del mar

Volaremos en la intimidad del mar con alas de cuervo Tu irĂĄs al encuentro de los rĂ­os que galopan el borde plateado de la luna yo serĂŠ la vigilia en tu regreso

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Delta Amacuro

oGuevara Luis Camilo Guevara

Tucupita, Delta Amacuro, 1938. Poeta. Colabora en numerosas publicaciones periódicas nacionales. Comenzó a publicar ya pasados sus treinta años, algunas de sus obras son. Festejos y sacrificios (1971); Las cartas del verano (1973); Murales de la tarde (1973); Travesol (1986); Inocente de los bestiarios (2000). Como compilador: Poetas y prosadores carabobeños (1956, coautor); Nuevos narradores de Venezuela (1985, coautor).Ha sido distinguido con el Premio de Poesía Alarico Gómez de la Asamblea Legislativa del Estado Bolívar (1969); Premio de Poesía José Rafael Pocaterra (1972).



Voladores

Suelto hilo hasta los límites irremplazables y me doy cuenta del imposible que resulta perseguir las formas ya imaginadas Así cruzan veloces voladores y cortan tras mucha faena belicosa mis principios y finales de jornadas Tras el huracán que se lleva los restos multicolores no desaparece nunca el aroma donde soy sometido a nuevos desafíos

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Diablo de verdun

Es el final de la calle y ni siquiera hay rosas la candela brinca de un lugar a otro Nadie osa mirar ni las rejas ni los portones abiertos ¿Para qué se hicieron esas telarañas esos ventanales esos jardines y esas intensas amapolas al aire? Anda conmigo sombra de los vendavales y condúceme condúceme pronto a la mansión donde retienes mi otra parte inmortal.

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A Ram贸n Palomares

Es un pintor que canta Es un pintor con los colores menos escandalosos que existen un pintor salvaje que acaricia

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Distrito Capital

dyGodoy Eddy Godoy

Distrito Capital, 1968. Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Es miembro fundadora del Centro para la Paz y el Desarme Nuclear de la UCV y miembro de la Fundación Esta Tierra de Gracia. Es además editora de libros de poesía. Fue redactora de la Revista Nacional de Cultura. Ha publicado: Yerba negra (1986) y El misterio común (2001); poemas de profunda intimidad, vividez, erotismo depurado, introspección y creación de un mundo visto con ojos nuevos y conocimiento del lenguaje poético, según escribió Juan Liscano.



I Soy tantas y todas que a veces mudo la piel como las serpientes. Pero no soy sino tiempo cuando me fundo: latido, instante, relámpago. II Con lentitud te hago y deshago en mi piel que anochece. Ráfagas de sombra desdibujan tu entorno y te borran. Sin embargo y para siempre coincides con mi cuerpo al despertar. III Puede ser silencio en el recuerdo, olor a mandarinas y gusto a tarde. Esa infancia mía de mayos largos se parece a lo eterno: Vuelve a comenzar cada día. IV Para otra vez encontrarnos deja que llueva distancia. que la luna mude la piel, que seamos neblina.

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V Es muy simple y se parece a los otros pero ese cuerpo es mi felicidad. A veces es más bien un lugar: una casa, una isla, una selva que habito sólo con caricias. Otras, es una sensación amada que perdura en la piel con apariencia de latido y me colma. VI Vengo de una muerte breve, cargada de gemidos. Traigo a cuestas la noche, un silencio de viaje y tus olores. Pareciera que vengo de la vida. VII Te beso con olores que se adelgazan mientras siento tu cuerpo. Callados tejemos verbos con hilos invisibles, cabalgando el silencio profundo de la [noche. VIII Repaso tu cuerpo como quien visita una ciudad antigua. Me detengo en cada parte tuya y en tus olores.

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Reconozco mi cuerpo en tu cuerpo (algunos rastros míos ya no me pertenecen). Repaso tus sabores en mis palabras y las palabras en tu boca donde la noche es una constelación de silencios.

IX Lleno de Río mi cuerpo te sigue por el mundo en el recuerdo indeciso de unas hortensias blancas o en un puerto de sombras y lloviznas. Te busca, te intuye en el abrazo remoto. En cada lugar de esta tierra mi cuerpo te busca sin prisa, sin mapa (con pájaros revoloteando los pezones, [la boca) en el oro azul de la niebla en la montaña. X Si recuerdo mi infancia como un patio sembrado de árboles de mandarinas donde caían lentamente las tardes es porque después anduve por caminos largos y difíciles buscando ese paisaje adentro.

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Distrito Capital

hez José Javier Sánchez

Distrito Capital, 1970. Poeta, docente y promotor de lectura. Fundador de la Red de Escritores de Venezuela, de la Red de Escritores por el Alba y de la Red Nacional de Promotores de Lectura. Coordinó el Proyecto Nacional de Promoción de Lectura Leer es Entender. Sus poemas han sido traducidos al árabe y al portugués. Ha publicado: Fragmentos para una memoria (2007); Una mirada por la décima urbana. Antología de decimistas urbanos (2008); Hasta que el recuerdo lo permita (2009); Código postal 1010 (2010).



Si la ciudad entonces

Si la ciudad no cabe más en cada casa u oficina si termina sacándote del cuarto si ha invadido esa vida normal que todos llevan Si la ciudad se trasnocha entre semanas y se [queda cantando serenatas hasta entrada la [tarde del domingo si exalta los amores si consuela a los tristes si hace de la lluvia un símbolo de este tiempo donde provoca danzar a canto y grito y desnudarse en las avenidas y amarse en los mercados y recitar a los malditos en las catedrales si la ciudad permite rendirle tributo a los [muertos y leer poesía atravesándola en el subterráneo o ver la metáfora desde el metrocable si aún esta ciudad le da tregua a los amantes y [esperanza a los viudos y sexo ardiente a los jóvenes que salen [corriendo de las universidades a los hoteles a [las residencias o a casa de las tías Si es posible evocar algunas tradiciones de [siglos pasados con la feligresía de los pueblos que corren en la lluvia en las flores de papel y [en las velitas en el cuero africano en el cacao y en cada una [de las yerbas

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Si es posible que esta ciudad combine la [amoxicilina con el jengibre y la miel que valga la pena un malojillo un trago de aguardiente o un habano Si se pueden visitar los bares chinos almorzar paella en La Candelaria asistir todas las madrugadas a cualquier calle [del hambre a los cines en función de medianoche y bailar una salsa cualquier lunes Si esta ciudad da tregua para que se busquen [padre e hijo se beban un café y hablen del amor de los [divorcios del crack o la política de sueños imposibles del aborto o el cáncer Si esta ciudad permite que una franela roja no sea solo una franela [roja o sea una franela roja según el caso Entonces debe ser verdad que no estamos tan [eternamente jodidos Que no somos tan tristes / que no se acaba el [mundo que esta ciudad aún vive en cada poro en cada [ilusión en cada rabia

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Burdel del cine Broadway

Ciento veinte escaleras nos llevan a la gloria no estoy subiendo al barrio asciendo al centro [del placer por poquísimas monedas estas niñas te dan quince minutos de alegría de [agonía de canto de lágrimas un lunar postizo y un buen rímel un olor a cloro y a rubor y ese jabón barato que te lava la gloria En cinco minutos no serás ni el pasado para [ellas solo presente y porvenir así todos los días canten la misma canción [sobre el mismo acetato no hay más allá de lo acordado no se besa en la boca no se chupa la teta no se abraza giran como tornados para derrotar tu hambre [en dos segundos y si eres masoquista vuelves si eres tonto vuelves si estás solo vuelves Ellas no descenderán de su reino así un príncipe azul las encierre en un rancho o [una pensión por varios meses Ellas no se van no vuelven se quedan en la única altura que les toca donde nadie las toca.

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Distrito Capital

CalderaMiriam Caldera

Vargas, 1952. Poeta y narradora. Se ha desempeñado en el campo de la educación y la promoción cultural, impulsando la organización y participación popular mediante talleres de lectura colectiva y expresión literaria. En la actualidad trabaja en el Ministerio del Poder Popular para la Cultura en formación de promotores y promotoras de lectura. Su poemario Aquí nada hace sombra obtuvo Primera Mención en el Premio Nacional de Poesía José Sánchez Negrón (1990).



A veces

Mi cuerpo es una llama que el viento no toca

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Alucinada me acerco a la noche para encender el dĂ­a

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Brisa

Mueve ruidosamente las ventanas no sabe que ĂŠl duerme

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Distrito Capital

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Distrito Capital, 1984. Escritora y poeta. A pesar de no poseer un libro en solitario, ha sido antologada en representativas publicaciones nacionales como: Amanecieron de bala. Panorama actual de la joven poes铆a venezolana del colectivo editorial La Mancha y en otras publicaciones. Ha participado en numerosos recitales a nivel nacional e internacional.



ELLA ABRIÓ la boca

justo a la hora del hambre para tragarse a las mujeres que giraban en el salón: la de muslos firmes con ojos de no saber la de colores y escándalos oportunos la inteligentemente comedida la felina impresa en series la de sexo consolador la chiquita de notables calificaciones la que asentía con frenesí la que lloraba frente al espejo a todas las tragó en un bostezo sideral exacto nocturno pero no quiso comerse aquella mano abierta algo cierto había en sus dedos entonces la echó a volar.

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ELLA SENTADA comiendo piña

los zapatos cortos de muñeca grande el vestido rojo que apenas cubre el [nacimiento de sus piernas comiendo piña que una mano le alcanza una mano como decir del recuerdo como decir todas las manos en cinco dedos como decir todos los relojes en ese ofrecer [de piña como decir la piña de todos como decir que ella yo que he dejado de ser hace tantas piñas y [tantas manos ella sentada ahora los zapatos largos de mujer pequeña el vestido blanco que la cubre toda sin comer la piña que una mano le niega una mano como decir del olvido una mano ya sin dedos que hace tapa sobre su boca.

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FINGIR LA CABEZA de caballo

a media tarde cuando languidece el espíritu y las guayabas se imponen belleza

cabeza de caballo sin cuerpo sin cascos sonoros sobre ningún camino sin hombre violento encima siendo llaga cabeza de caballo sola pariendo formas relinchando al revés este mundo cansado fingir que soy cabeza fingir que de caballo a media tarde cuando se apagan los vientres y los niños lloran detrás del mar.

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Falcón

OrdazEnrique L. Ordaz

Falcón, 1941. Poeta y docente. Licenciado en Educación por la Universidad de Carabobo en 1977. Fue director del Instituto de Cultura del estado Falcón. Sus libros publicados son: Lámpara oscura de la casa, novela (1993); La memoria es el signo, narraciones; Lujuria de viaje, poesía (1986); El texto de Ana coautor (1999), entre otros.



Lujuria de viajes (Fr agmento)

Desde el puerto de de la imaginacioフ] se desplaza un viajero insomne que fragua su periplo por inusitados caminos; descansa en una como real carroza que le conduce a traveフ《 de impensadas estaciones en las que encuentra a veces su desesperacioフ], a veces su solaz. Los senos del oprobio el cesto de las fresas prohibidas casi un veneno de la humedad del encaje casi un parque de guerra. Devanar las espuelas hasta el filo es calcular el riesgo desde su vaso de peltre como devanar una naranja mientras pasa el comedor con la mala costumbre de comentar sobre muertos de sus guarderiフ‖s. La muerte sobreviene con galones y monedas en mano inviste sus caballeros salidos de mercados oscuros corridos en lisonjas honorables de oficio.

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Señales (Fr agmento)

El calor de esta luz es igual a la de mi [primera tristeza... Se alborotan los gatos en el tejado. Mis hermanos disparan y la noche se [sumerge como una ballena... Nosotros en su vientre encendemos velas Y rezamos todas las noches con los sapos Y la gota de agua de la piedra. Mi madre era blanca y bonita... Todo vuelve con olor de fruta madura. Con mi tía que ríe. Con la enumeración de los viejos del [pueblo. El miedo fue lo más importante para [quienes vivimos allí... Las lluvias eran el resto de la vida... Apenas pasaba una noche de fiesta. Sufríamos el terror de un gigante “colmillos [de oro” Parado en la esquina... Llegamos a viejos, Y él sigue allí Sin que le caigan los años.

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Materia iluminada (Fr agmento)

Materia exigua... Ahora estás preparada para el arrebato Subirás a esa otra tierra que dejaste La promesa llega con lo prometido. Como el agua a las hojas las especies a la boca del hombre Abandonado el mal la frívola farola la soledad de un cuerpo prohibido Subirás sobre tu propia pasión a la meseta de los santos olivos Quedarán lejos los muros el ave oscura del ventanal... La ardiente amada será sólo una escritura El confín del desierto es el trueno Serás ahora materia iluminada.

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Lara

Chirinos María Auxiliadora Chirinos

Siquisique, estado Lara, 1958. Profesora egresada de la UPELIPB. Docente, investigadora, miembro del consejo editor de Maltiempo Editores, formó parte del grupo literario Huella Tinta de Barquisimeto. Activa en su escritura, es una autora fundamental de la poesía larense escrita con mano de mujer.



Informe sexual

A pesar de un vientre simiente de un hijo mis dos senos, uno semisoñando y otro [despierto a pesar de un dulce toro que me rompe el [pañuelo “Un Kamasutra” meditado como Buda “Un Informe Hite” dormido en mi [habitación Dijiste tú, que no sabía hacer el amor Esta mañana aparecieron tres avisos [sentimentales Primer aviso: Se ofrece cuentacuentos Repertorio “Las mil y una noches”. [Sherezade Segundo aviso: Marinero con rumbo a Ítaca anclada en el puerto tengo un siglo esperándote. Penélope Tercer aviso: Se entrega mujer por [primera vez al hombre que la ame. María Magdalena.

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Cuando lo conocí llevaba un morral de sueños sacaba hermosas piedras dibujaba figuras difíciles rombo y trapecios y paralelepípedos alzaba todas las banderas de la solidaridad. Ahora creció, estudió en Harvard, conoce la gramática, el Ulises de Joyce desde mis cuarenta le veo pasar lejos yo soy una muchacha sentada a orilla de un río dándole formas a las piedras escapadas de aquel morral de sueños.

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Mi madre me enseñó a sentarme bien mi padre selección mis canciones mi hermano aquellos vestidos mi esposo me recordó que era su esposa aquel día celebraron mi cumpleaños crucé las piernas bailé bolero toda mi familia asombrada exclamó “las mujeres son peligrosas a los cuarenta”.

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Lara

eralesRamón Querales

Lara, 1937. Reside en Barquisimeto donde se desempeña como Cronista Oficial del municipio Iribarren. Ha recibido cinco premiaciones nacionales de poesía y una estatal así como el Premio de Literatura Antonio Arráiz mención Ensayo, otorgado por el municipio Iribarren. Su obra publicada consta de más de sesenta títulos; poemarios: Aguas negras; Exiliado del alba; La guaroa; Habitación del olvido, entre otros ensayos, antologías, trabajos bibliohemerográficos y de historia municipal.



Ángel caído

I Echaste, Sierpe, echaste de su dominio al Ciego, al Débil y balbuceante anciano que es aquel a quien adeudas nombre y vida II Abandonaste a tu acosado padre en medio del combate cuando sus muros y espadas apenas si ofrecían la posibilidad de una retirada Te entregaste en la Puerta que debiste defender quebraste tu Lanza tu Escudo, Sierpe de Veneno, yace en un oscuro rincón cubierto de hierbas ya altas III ¿De qué modo mantienes en el alma

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los tormentos de tu ruindad? ¿Logras alguna vez despoblarte de los acosos? ¿Obtienes alguna forma de la piedad? ¿O como tu Escudo entre las hierbas ya altas te abandonas cubierto por la desolación? IV Tu padre reivindicará su Ojo y su Fortaleza y la Palabra pero en ti un filo cortará siempre te atará una soga un árbol mezquinará las tablas de tu ataúd

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Traspuestas ya las fronteras de la edad cuando los dioses se entregan a la turba y echan sobre sus hombros los maderos de su ataúd yo abro las puertas de las semillas, paralizo el ojo de las agujas, rompo los talones de la fortaleza, fatigo los músculos detengo el suceso de mí mismo, acepto los vencimientos, desato los nudos por cuya memoria estaba vinculado; deposito mis temores en la falsa caverna donde soy la sombra de lo que seré. Mendigo astuto y solitario reúno en mis bolsillos toda razón de olvido.

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Mérida

dríguez Carlos César Rodríguez

Guanta, estado Anzoátegui, 1922. Poeta y ensayista. Fue fundador de la Asociación de Profesores de la ULA y Apula en 1958 y su primer presidente. Algunas de sus obras publicadas son: Los espejos de mi sangre (1944); Follaje redimido (1959); Aire iluminado (1963); Hora íntima (1987) y Anubizajes (2004) que recoge toda su poesía publicada e inédita. Como ensayista ha publicado: El retrato de Antonio Machado (1965) y Glosa a la Silva criolla a un bardo amigo, entre otros.



Oración a Carlos por la paz

1 Nos acerca el crepúsculo, la hora íntima. En las colinas del corazón agoniza el sol de los venados. Se espesa la penumbra. Mira, pasan los dioses, tus amigos. 2 Que la rosa solar se siga deshojando día a día pétalo a pétalo en lentísimo otoño y la Tierra sonría por siempre en rumorosa paz, sin Hiroshimas. 3 Que nadie hiera el aire. Dame la mano. Díctame una rosa.

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Río Albarregas

A Alejandro

Toda la noche el río se desveló cantando al lado de mi casa. No quedó ni una estrella sin abrir las pupilas para verte, Albarregas, para oír tus canciones arrullando el sueño de los árboles. Como la sangre entre las venas, ciega, soñabas con mirar sobre los campos el aire florecido de la aurora. Alguna vez Homero te dio el secreto de caminar cantando entre las sombras.

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A un sauce

Reclina, sauce, la verde sombra en el agua dormida. DĂŠjala entrar en el fingido cielo. DĂŠjala ahondarse con las nubes que siguen de memoria la alta ruta del viento.

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Mérida

argas Hermes Vargas

Caracas. Pintor, poeta, ensayista, colaborador de las revistas Prisma (Bogotá), Carmín (Buenos Aires) y Sol a Sol (París). Ha publicado Trasegar (2005), un libro que reúne varias instancias poéticas y le sigue Aghadir (1997). En ensayo: Lo agreste en la poesía de Joao Cabral de Mello Neto y Rafael José Álvarez. Parte de su vida la pasó en San Felipe, donde formó parte de los talleres libres de la Escuela de Artes Plásticas Carmelo Fernández en su vieja sede de la quinta avenida.



El bosco

El cuadro ve al ojo El ojo mira al cuadro Ambos se encuentran En un punto Tenso Donde la mirada del รกngel lo ordena todo.

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El yelmo

La resistencia a la pasión A Gisela y Marcos

Los amantes se encuentran en el castillo y descubren su anonimato La comparecencia entre los opuestos Somos la brizna del páramo tardío Aún cuando el sol no advierte la llegada de la soledumbre Se confiesan la traición en un debut de pasos distraídos la mesa del rincón es la escogida por ella para plantar la dulzura ajena en ambos La torre principal se asemeja al encuentro de una amada perdida. De nuevo el castillo explica la tozudez [en la cual el gorjeo de los pájaros advierte lo frágil del [silencio dejado por la tormenta.

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La mano sobre esa espalda húmeda La mano entre el vientre y la sonrisa Tú, a cuatro leguas del norte lejos de la cama y la mano Tú, allá en la rama donde no se toca muy alto la mano que todo puede deslízase entre piernas la mano a unos segundos del pubis Tú, me dejas en mi silencio póstumo La mano fría tranquila, se retira.

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Miranda

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Miranda, 1954. Poeta, artesano y Cronista Oficial del municipio Los Salias. Director y fundador de la revista literaria Trapos y Helechos. Ha publicado los poemarios: De cuando vivían los pájaros (1984); De cuando vivían los pájaros y otros poemas (1990); Vientre de árboles (1996); Taller de cedro (1998); Alto de las yeguas (2002, Premio de Literatura del Municipio Libertador de Caracas en el 2003); Blanco de orilla (2003); Unos árboles después (Premio Ramón Palomares del Ateneo de Escuque, 2005), entre otros. Actualmente dirige la Revista Nacional de Cultura.



A Juan SĂĄnchez PelĂĄez

CortĂŠ la rama sesgada hacia la tierra eso impide lo fatal protege el tejido y las hojas regresan de la muerte para lo nuevo la luna hace lo suyo y Dios guarda el misterio

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Dios lija nos borra con hojas de yagrumo y el silencio de los astros esta ceniza es su labor

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Para Alí Pérez

Todo el universo es un campo de árnicas lo alumbra esa flor de Bonalde soñaba esto y volví por unos cascos a esta tierra donde los caballos a cualquier hora son el alba tienen un don dentro de la niebla

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Monagas

BarretoMiguel Mendoza Barreto

Caicara de Maturín, 1960. Licenciado en Historia por la Universidad Central de Venezuela. Actualmente es el Director de Cultura del estado Monagas. Algunas de sus obras son: Cuadro o acaso sombra que me habita, cuentos (1991); Bajo el neón (1997); Calle Urica Nº 81 (1999); Calle IV Nº 14; Calle Bolívar Nº 63; Separata dedicada a Susan Sarandon. Obra inédita: Antología narrativa del estado Monagas; Calle de la niña Isabel; Calle Piar; Final Avenida El Ejército. Algunos de los premios que ha obtenido son: Primer Premio Bienal Latinoamericana José Rafael Pocaterra, 2002; Primer Premio Bienal Literaria Tomás Alfaro Calatrava, 2002; Primer Premio Bienal Augusto Sánchez Negrón, 2002; Primer Premio Bienal de Literatura Augusto Padrón, 2000; Primer Premio Concurso de Literatura Julián Padrón, 1984.



La noche circula entre las calles

y parece una boca abierta que devuelve el sueño hacia su asombro Encuentro que en medio de lo usual el arco del silencio y desaparecen las [puertas batidas tantas veces frente a mi rostro Una mujer puede ser cualquier carcajada penetrando la ventanilla si recorres la ciudad y revientan los azotes de la tristeza. Entonces puede tu vida reflejarse en los [cristales fracturarte en cada abandono y hacer mariposas obscuras con los adioses A veces cuando nuestro nombre no es más que la forma organizada donde se concentra la amargura Te vuelves hacia ti porque no hay ningún lugar a dónde ir.

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En estas esquinas entristecidas [de Maturín

mis ojos se aferran al grito y sólo mis distancias acompañan en la insistencia de nombrarme debajo de la [piel. Presencio las aguas perderse hacia la inutilidad y me voy con ellas empeñado en quedarme callado acabado en la vida de las calles y la felicidad del alfabeto A veces cuando nombro algún pueblo en que he vivido y donde mis dientes se llenan de la noche doy inicio a mi reciclamiento entre las letras [mayúsculas y los continentes entristecidos. Uno a uno me desconciertan los carros apresurados . Las mujeres se colocan en las fachadas de las [ciudades y yo no puedo más que esgrimirme en lo que [soy esta línea desolada donde siempre me quedo a medianoche. A decir verdad yo no puedo más que cantarle a tus ojos y pronunciarte con todo tu nombre sumergido entre mis manos.

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De este destrozarme las manos [en las puertas

sólo he acumulado líneas muy profundas en las manos trato de lanzar el rictus de mi piel como si fuera un despojo o una fotografía y queda la soledad más grande que nos deja la soledad por eso te miro en el espejo de mis ojos reflejado en el [espejo te miro y ya no eres tú ni soy yo sólo algo que me envuelve y no me deja [dormir.

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Portuguesa

ándezCarmen Hernández

Arenitas, estado Guárico, 1977. Docente de Educación Integral egresada del Instituto Pedagógico de Caracas (2005). Docente de Lengua y Literatura egresada del Instituto Pedagógico Rural El Mácaro (2011). Participó en el VII Festival Mundial de Poesía. Se ha dedicado en el ámbito educativo a la investigación del hecho literario y el rol del docente en Educación Básica y Media. Actualmente es docente en el Liceo Rural Bolivariano Arenita y docente asesor en la Universidad Bolivariana de Venezuela, Misión Sucre. Contribuye a la difusión cultural a través de la narración oral y la poesía. Autora del poemario Preludio (2011). En este momento realiza curso introductorio de Maestría en Investigación de la Universidad Rómulo Gallegos, estado Guárico.



Perdida

¿En cuál estado ha quedado mi vida? Envidiada Ultrajada Angustiada Desolada Despojada Negociada Esperaré una señal que me indique el sendero que he de seguir y lanzaré migajas de pan para que un buen día me encuentres.

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R apto

El oscuro manto la persigue, la acosa, la rapta (como a Helena) y sólo EROS o AFRODITA evitarán aquella muerte.

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Cuerpo de mujer

Mi cuerpo es, simplemente es. El destierro, el despojo, tu encanto. Sobre él, lentamente se levantan insólitos mundos, intransitables, inmutables, desnudos, ¿Y tú? ¡Me ves! me deseas ardiente incontrolable, sobriamente enmudecido, añorando transitar esos mundos Desterrándome, despojándome, encantándome Porque mi cuerpo es, simplemente es... Cuerpo de Mujer.

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Portuguesa

rezSoto Jesús Pérez Soto

Portuguesa, 1978. Licenciado en Educación Integral con maestría en Gerencia y Liderazgo en Educación. Docente de aula en el grupo escolar José María Vargas y profesor de la Unellez, Unefa, Colegio Universitario Fermín Toro. Su oficio de escritor abarca la poesía y la narrativa. Autor de los poemarios: Fragilidades y El sapito feo y de los libros: Educar en tiempos de incertidumbre y La literatura es un juego divertido, este último escrito con el dramaturgo y novelista Tomás Jurado Zabala.



Maya

Que el planeta Marte se verá como luna llena que eso lo predijeron los mayas que la ciencia tiene dudas yo escucho leo y luego pienso ¿qué más dirán los códigos mayas? ¿y si dijeran que estoy enamorado? que babeo por una indiecita –mestiza según ella– que la pienso luego de escucharla y para mí es una luna llena ¿y si dijeran más sobre el amor la ternura la vida? Ves mi indiecita yo sabía que lo nuestro estaba escrito yo ser maya Tú ser luna llena aunque la ciencia no lo crea

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Para llegar al corazón de la alegría

Destornillamos a la tristeza hasta que sus piezas sirvan para inventar un carrito de juguete en el que se pueda viajar hasta la fantasía en compañía de Harry Potter El Gato con Botas El Niño Jesús y Los Tres Reyes Magos No para que traigan Mirra oro e incienso sino juguetes amigos pájaros y novias

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Culpable

Aunque tu mirada exprese inocencia y tu sonrisa tenga la ternura del mundo Aunque tus manos jam谩s hayan tomado algo ajeno y tu coraz贸n no tenga malas intenciones eres culpable y mereces estar encerrada en la c谩rcel de mi coraz贸n Eres culpable porque me robas la calma

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Sucre

resEsmeralda Torres

Bolívar, 1968. Tiene más de veintiséis años viviendo en Cumaná, estado Sucre. Descubrió su inclinación por la narrativa hace veinte años, cuando decidió sumergirse en las letras para reproducir historias mezcladas con sueños, personajes imaginarios, anécdotas y episodios marcados por la historia venezolana. Obtuvo Mención Especial por su obra poética Diario para una tormenta, en el marco de la I Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira.



Esta Magdalena, puta vieja que ven recostada en la rocola de un recuerdo, pide perdón por los agravios cometidos. Suena su canción y la entristece. Esta vieja mujer quiso ser salvadora de mundos, no pudo salvarse a sí misma, en su eterno afán de pronunciar la palabra precisa. Se equivocó tanto que a sus pies, yace un charco de arrepentimientos.

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Magdalena se desgaja y desea. Recorre la ciudad y en cada madero de luz dibuja una seĂąal. Pretende partir, pero antes quiere recorrerla toda, desangrarse en ella, vaciarse, partir liviana. Quiere tambiĂŠn que cuando nada de ella quede, ningĂşn Cristo tenga sosiego. Quiere atormentar en cada cruz dibujada, su desamparo.

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Magdalena sale a la calle. Suelta su pelo, brotan mariposas azules. Vuelan alto. Observa cĂłmo se elevan mientras sus dedos, quedan cubiertos de un polen celeste. No limpia su mano la Magdalena. Prefiere dejarlo caer, grano a grano en un viejo paĂąuelo que saca de su falda. ServirĂĄ para curar una herida vieja que trae en el costado. No se baja ilesa de una cruz.

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Táchira

lRojas Manuel Rojas

Táchira, 1955. Poeta, narrador, ensayista, promotor cultural y editor. Fue galardonado con el Primer Premio del II Concurso Nacional de Poesía del 8º Festival Mundial de Poesía de Venezuela en el 2011, por su obra Desnudo en la catedral. Ha publicado los títulos: Los espacios socavados (cuentos cortos, 1994); Hojas de ceniza (1999); Con el paso del tiempo (2004); Ceremonia del ocaso (poesía, 2006); La mano del moribundo y otros cuentos (2007); Cuentos urbanos (2010) entre otros.



En un momento, alguien tocará mi puerta, y yo la abriré como todas las noches. Vendrá a mi habitación como siempre con su traje de ángel (¿ángela?) y yo le daré calor como lo he hecho, desde hace siglos. Se acostará en su cama de aire, con su almohada negra, su baby doll de gaznate su sonrisa de pelícano. Se encerrará en el armario, como lo ha hecho desde tiempos [inmemoriales, desde –creo– que construyeron esta casa. No me asusta dormir con ella de vecina. Entre su cama y la mía hay una distancia [abismal. Ella lo sabe. Yo también. Así compartimos la misma habitación. Ella en su morada de muerte. Yo, en mi morada de vida.

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La luz está encendida en el pasillo por donde desandan nuestras sombras antes del amanecer en un fondo azul de cielo por abrirse a otros colores y a otras miradas Llegó la hora de cambiar el paisaje de permutar las ansias por las flores de cambiar el odio por la vida de amar sin correspondencia y desarmar las palabras Arribamos a la hora del amanecer del resurgir del empezar de nuevo de construir la memoria escapar hacia las nuevas metáforas y ser únicos en el planeta

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La justicia no tiene gesto ni acordes musicales ni manos que la suavicen No es lo que creemos o lo que sentimos lo que palpamos no La justicia es un nido de escorpiones es un cuenco vacío donde el viento arremete de improviso y tiene vestido y forma y uña de lobo arremete va de prisa contra el que no tiene ley ni abogado ni armas con qué defenderse La justicia es cóncava de espirales firmes de estrictas enseñanzas La justicia es la justicia y contra ella no hay palabra que la contenga porque está hecha de garras de rasgaduras mortales de fuego y viento demoledor que nos arrebata los sueños en un instante en una sentencia en una culpa que no es hasta que se demuestre lo contrario

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Foto de archivo


Trujillo

Borromé Julio Borromé

Trujillo, 1970. Poeta, ensayista y promotor de la lectura. Cursó estudios de Lenguas y Literaturas Clásicas en la Universidad de Los Andes. Ha publicado los poemarios: Tiempo de pájaros dormidos (2002); Camisa de plumas (2004); Salmos al exilio (Premio Certamen Mayor de las Artes y las Letras, 2006); Desnuda te ves más alta (2007). Sus poemas aparecen en Amanecieron de bala. Antología de la joven poesía venezolana (2006) y en el libro Corazón de Venezuela: patria y poesía (2009). Ganador de la Bienal de Poesía Gustavo Pereira del estado Nueva Esparta 2012.



El Tartamudo

Piensa Cuando no habla. Escucha Cuando no ve. Ve cuando no aprende. Señala Cuando nada hay antes del comienzo. Dice: El agua corre. Y no hay agua. Camina Cuando está sentado. Es fácil oír Lo que no es. Tener apego Antes de reposo alguno Desprenderse al lugar vencido. Sin una palabra en sus labios Sin una traducción de su imagen Todo se ha olvidado.

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Poeta

Sin necesidad del cuaderno Atest贸 su cabeza de muchas palabras. Nadie lo vio abrir la boca Era una tarde Cay贸 el pizarr贸n. Dios le iba dictando Sin demasiado arreglo El nacimiento del mundo.

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La sonata del grillo

Todas las cosas tiemblan Suceden a escondidas. Cuando nadie te ve Tu pedaleo m铆stico Acrecienta la noche. La convicci贸n del grillo Su no estar Tras cada chasquido de hierba.

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Trujillo

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Trujillo, 1946. Poeta, articulista y viceministro para América del Norte y los Organismos Multilaterales. También es embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). Estudió en la Universidad de Los Andes y recibió su maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Londres. Ha publicado el poemario El verbo de los ángeles, cuyo contenido recopila vivencias y semblanzas de estampas y recuerdos de nuestra tierra venezolana, además del libro: La diplomacia internacional y el golpe de 1945, entre otros.



Cantares de calandria

Los anhelos del amor con buena fortuna van cuando entona la calandria su cantar con mucho afรกn La mirada embrujadora de sus ojos sol radiante con su garra de pantera y una antorcha rozagante Con su reino los desvelos donde impera el arco iris en su colmena esperanza despertar de los jazmines

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El chamán emplumado

A Enrique Hernández D’Jesús

Con undívaga mirada de las almas ausentes en ignota lumbre busca la profecía de la tribu Abreva en el sueño un misterioso reino adivina entre plumas certeras sentencias En vasija de ausencia ahuyenta los truenos dibuja en las sombras arrugas de anciano Conjura las penas con leche de sapo predice el futuro fuego de lumbre ¡Le mira la sombra y se va!

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Manglares

Humedales sagrados de especies nutrientes En aguas mutantes celosos guardianes En nidos de arena dormitan las olas Sombrillas flotantes despiertan capullos Deidades que cantan en aguas brumosas esteros del mar afinan sus flautas En copas de espuma se fugan los coros

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Foto de archivo


Vargas

zálezDamarys González

Distrito Capital, 1973. Reside en Carayaca, estado Vargas. Es licenciada en Artes Plásticas, mención Pintura, egresada del Iuesapar (ahora Unearte). Miembro del grupo literario Nosotros de la Casa de la Poesía de Vargas Juan José Breca. Docente de la Escuela Técnica Robinsoniana de Artes Voces de Carayaca.



Cosquilla intermitente (Fr agmento)

Ella toca con una mirada viejas cuerdas [dentro de mí funde los techos de mis cuevas como invisible [ápice de una llama y se levanta la inmensa bóveda de ultramares [y violetas fríos, amplios, silenciosos boca gigante con aliento boreal se convierte en un gran arco y yo soy el [vértice observado por un campo visual que se refleja en el [espejo cóncavo y me devuelve, multiplicadas, las dos lucecitas [de mi rostro se doblan, pesadas, las ramas del cielo, [cargadas de luz el tiempo asoma las bobinas secretas que [esconden sus agujas y las echa a rodar en la noche cuando nada está supervisado salta el minutero y se encaja en cualquier [tierra se extiende la red blanca que libera los [minutos eufóricos. Crece, elegante y sobria le rebotan invisiblemente luciérnagas [descontroladas y se convierte en flor orgullosa con [gamuzados brazos que activan interruptores en el aire. Se asusta con los movimientos de su energía [desbocada abraza su cuerpo

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capullo intermitente que no resiste [permanecer florecido canta y ríe cual pájaro salvaje de origami [plateado deja un rastro abundante y perturbador mientras multiplica enérgicos ecos que [introducen su risa en la sala móviles de aluminio que vuelven a sonar con mínimos giros del pensamiento. Delicada y rápida aparece y desaparece de [mis galerías hace permeables y suaves mis silencios fija una cosquilla en la mirada y la deja [vibrando en la memoria. Su vestido hace incisiones en el aire construye túneles, puentes efímeros, [los atraviesa con zancos y antorchas frágil equilibrista con los hombros deformados llora y el cielo le obsequia una flota de [cohetes hilos de cuarzo brevemente inadvertidos en [una secuencia de reflejos que desvanece las calles y los cuerpos. Su mirada soñadora nada en cápsulas de agua sus ideas inquietas tienen cartílagos de alas. La despierta el sol, frunce el ceño y me abraza sus ojos reproducen relámpagos pequeños alegría nerviosa que asoma las puntas de los [dedos a través de sus pupilas como bocetos de conejos saltando de [sombrero a sombrero.

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Dos criaturas intranquilas coexisten en ella abarcan ambos extremos de mi campo visual tienen látigos bordados con pedrería y [cascabeles fantasía translúcida, truco de espejos, tortura [sofisticada que me persigue y desaparece aún adentro de mis ojos cerrados. La pequeña y la grande se suplantan en un [solo cuerpo han crecido sus manos que ahora recortan y [mueven caminos encienden soles, arrancan gajos e injertan [pensamientos han crecido sus piernas capaces de resbalar y [bailar dibujando elipses y diagonales marcar huellas complejas llenas de tepuyes y [laberintos crear matrices e imprimir grabados bajo la [superficie pero en su corazón producen frescas y eufóricas versiones del [mundo dos niñas.

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Foto de archivo


Yaracuy

GarridoRafael Garrido

San Felipe, Yaracuy, 1948. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Laboró por años en la Biblioteca Nacional de Venezuela, sede San Felipe, y en la imprenta del estado Yaracuy. Perteneció a los grupos literarios Rendija y La Oruga Luminosa, de San Felipe, y al Centro de Talleres Artísticos de esa ciudad. Participó en diversas actividades literarias nacionales organizadas por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela. Es articulista cultural y literario del diario Yaracuy al Día. Sus libros de poesía publicados son Vapores (1978); Telemaquia (1990) y Recado amoroso (2010).



I Un pensamiento amante atraviesa como un pรกjaro las pรกginas de este libro.

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II A nosotros nos toca, de nosotros depende en parte, ser amantes, vivir sin engaño, esperar. Y esperar –ya lo dijo Hanni Ossott–, no en el borde, sino en el umbral de una [nueva vida. Afuera todo es trepidación y angustia e imagino que tarda porque es lenta, traviesa como una niña a la que distrae la ciudad, la cual no conoce como yo: El Parque Junín, El Mercado Viejo, El Terminal de Pasajeros o la calle del infeliz ahorcado de la catorce, la calle donde jugábamos pelota de goma, la calle que yo se me desde ñema.

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III A Hanni Ossott

Solo falta lo que faltó siempre: esperar, así decía ella, con la voz ronca de [María Félix. Pero, ¿a quién esperar tanto?, le pregunté [una vez en un pasillo de la escuela de Letras, y ella respondió con otra pregunta no menos [impaciente: ¿Valdrá la pena esperar tanto si al final [nadie vendrá? ¡Cómo que nadie!, le contesté yo, [lleno de la espera que constantemente ella fijaba y constantemente aplazaba, mientras huía por una rampla asustada, y huía de mí, lo sé, la requería como Eros a Afrodita en una página de Apuleyo.

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Foto de archivo


Zulia

entesNicanor Cifuentes

Zulia, 1950. Director, docente e investigador escénico desde el ámbito de la Antropología Teatral. Ha publicado dos poemarios. Niño que de tanto norte fallece, merecedor del Segundo Premio en el Concurso Nacional de Poesía Ramón del Valle Lavaux de Ciudad Bolívar (1985) y Aguaite del desagüe. Palabreo de soledades (1993). Integró el colectivo de artistas que junto a Flor Romero fundó el Museo de Arte Popular Rafael Vargas de Cabimas.



Parteluz

Esta es la parteluz que me enjagϋeya leños del traspatio gárgolas por encima de gargantas atraviesa la tarde mi perdiz tiznándolo todo suda el hombre amarrado a su bestia pasa mujer de medio luto a próximos padecimientos ésta es la parteluz que me enmemoria desde donde corro al barro de milenarios matajéis al parpadeo incesante cadillo mariposa al ardoroso hato de aljibes en vigilia ésta es la parteluz de tanto encandilamiento dónde mi trilla el abrojo que aparté y aquel gesto que a todos nos juntó el papaú eructa a mediodía la mamaú se extravía de rezos era tiempo de lluvias de árboles desesperados de cuerpos cortos que apenas acariciábamos ésta es la parteluz de mis adentros antiguo rosetón me calmaba emergía a los patios en señal de contentos me daba el cante contra el silbido de la tan espesa noche ¿dónde el ebanista del templo falleció dónde la tanta procesión renunció a su fragancia al fecundo amor de sus devotos dónde mi parecer encuentra al otro dónde mi manglar reposa?

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ésta es la parteluz de mis asombros de mujer que cuidó sus senos en totumas de ergantes aguas de mujer que entreabrió su alma a todo pueblo en el que le tocó vivir de mujer que salitres que nunca más supo de los suyos de mujer enamorada que danzó tantas plazas piraguas y convites de mujer que no soporta tantas bullas del ahora tantos silencios compartidos ésta es la parteluz que me lleva al envés de estos días al agrio gesto de llorar mis antiguas muñecas mis antiguos fogones ¿quiénes para el próximo amase de juntez para aquellas lunas que habitaban nuestros cuerpos para aquel marullo que incrustamos en la piel como una condecoración? ésta es la parteluz que apenas nos ofrezco sabiendo que en vos hay un ave por desprenderse ¿Habrá?

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Ay de mi hato

Ay de mi hato escasamente ahumado escasamente habitado qu茅 decir pronunciara si me toca labio grueso susto sin espalda entre alcayatas ay de mi hato con apenas fog贸n que me encandila todos se han ido todo es salitre en las espaldas ay de mi hato.

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