Colección de Arte Cortés

Page 1

COLECCIÓN DE ARTE





A mi abuelo Pedro Cortés Forteza y a mi padre, Ignacio Cortés del Valle quienes con su ejemplo nos inculcaron a los que les hemos seguido el significado de levantarse cada día a ser mejores personas, a hacerlo mejor.


EXPOSICIÓN COLECCIÓN DE ARTE CORTÉS Museo de Arte de Caguas


H

oy nos regocijamos enormemente por traer ante ustedes la magnífica exposición

de la Colección de Arte Cortés, en celebración de los setenta años de Chocolate Cortés. Se despliega esta colección en las tres salas de nuestro Museo. La exposición Colección de Arte Cortés le da la bienvenida a obras ejemplares del Museo de Arte de Caguas y el Museo, a su vez, abraza, en diálogo pertinente, las obras de esta importante colección. En ella, por primera vez, el Museo de Arte de Caguas recibe la obra de artistas de reconocimiento nacional e internacional, como: Rafael Tufiño, Carlos Raquel Rivera, Antonio Martorell, José Morales, Rafael Trelles, Carmelo Sobrino, Nayda Collazo, los cubanos José Bedia y Manuel Mendive, los haitianos Charles O’Bas y Wilson Bigaud, el mexicano José Luis Cuevas, el uruguayo Fernando Iturria, el argentino Antonio Seguí, los dominicanos Inés Tolentino, José García Cordero y Ramón Oviedo, entre otros grandes artistas de nuestra América. La exposición nos brinda la oportunidad de que, en una misma ocasión, comulguen piezas monumentales de artistas puertorriqueños como Arnaldo Roche Rabell y Alfonso Arana. También disfrutaremos de piezas emblemáticas de otros maestros del patio como Carlos Irrizarry, Augusto Marín y Carlos Osorio, confrontándose a la vez, con obras que nos exigen agudizar el ojo para ir al detalle, como los grabados del colombiano Helio Salcedo. La exposición se complementará con un interesante programa de actividades que incluye magníficos conciertos al aire libre, hasta estimulantes talleres de arte en espacios públicos. Hoy celebramos, pero celebramos doblemente, porque con la Colección de Arte Cortés también inauguramos una nueva etapa para el Museo de Arte de Caguas y para el Municipio Autónomo de Caguas. Con este proyecto comenzamos la nueva temporada de exposiciones del MUAC, donde mostramos lo que será nuestra agenda en los próximos años; y de la misma manera, el Municipio Autónomo de Caguas, a través de una visión de futuro, que integra la participación corporativa y privada, el apoyo de la comunidad cagüeña, en particular; y la sociedad puertorriqueña en general, para abrir un nuevo diálogo de crecimiento y desarrollo mutuos.


Todo esto como parte de nuestra aportación para crear una educación de avanzada fundamentada en una visión de gobierno que cree en el desarrollo de un nuevo país, un país donde reinen el arte y la cultura, el pensamiento crítico, la paz; un país que por medio de su relación con otros países, se enaltezca, orgulloso de su identidad y cultura nacional. En esta celebración de los 70 años de Chocolate Cortés, Caguas se consolida en plaza importante de la cultura; espacio criollo que nos servirá de imprescindible referente nacional. La exposición es una muestra de uno de los elementos que conforman nuestra cultura y fortalece aún más la misión de nuestro Museo de Arte de Caguas de velar porque se mantengan y preserven nuestros valores culturales, históricos y patrimoniales. Elogiamos a la Institución y a la familia de Chocolate Cortés por proteger un símbolo importante de nuestro pueblo. Es nuestro compromiso salvaguardar y proteger el patrimonio local e internacional de Chocolate Cortés, que durante setenta años ha estado en todas las manifestaciones de las artes como reflejo de la vida de la familia puertorriqueña. ¡Hoy, nuevamente, celebramos!

William Miranda Marín, Lcdo. Alcalde | Municipio Autónomo de Caguas


L

os aztecas lo consideraban la bebida de los dioses. Para los europeos fue la bebida de la aristocracia, la que distinguía por su exquisito aroma y sabor. Para nosotros hoy día, envueltos en un mundo ajetreado y cambiante, el chocolate caliente se ha convertido en símbolo de lo que es importante, valioso, de lo que es duradero y hay que proteger. Este mensaje, por ejemplo, lo hemos visto plasmado en los últimos años en exitosas novelas tales como “Agua para chocolate”, “films” internacionales como “Chocolat”,” el “best-seller” de automejoramiento “Chocolate caliente para el alma”… y si nos remontamos un poco más atrás, quién no recuerda haber bailado o cantado al ritmo del chacha-chá “El Bodeguero” y su inolvidable estribillo “… toma chocolate, paga lo que debes”. Elíxir del alma, es lo que ha sido y sigue siendo el chocolate; y lo mismo ha sido aquí en Puerto Rico. Elemento entrañable de nuestra cultura, el chocolate caliente, el Chocolate Cortés, ha sido por setenta años un protagonista activo en el transcurrir de nuestra historia, un símbolo de los valores más sólidos que nos distinguen como pueblo. Andrew Viglucci en una columna titulada “Making Daily Living in Puerto Rico Better” (The San Juan Star, 27 de diciembre, 1998), nos recuerda la costumbre de familias y amigos de reunirse para compartir y dialogar, disfrutando con el Chocolate Cortés, mejores tiempos que añora y desea para el Puerto Rico del presente.

Foto del árbol y fruto del cacao (Theobroma cacao)

Esmeralda Santiago en su autobiografía “Cuando era puertorriqueña” narra cómo al mudarse de Puerto Rico a Nueva York en los años cincuenta, compartir en familia del Chocolate Cortés era un casi rito que mitigaba el embiste de la dura experiencia en la nueva y extraña urbe... Hasta Toño Bicicleta, el notorio forajido, bajaba de su escondite en las montañas a los pueblos aledaños a comprar una barra de Chocolate Cortés para obsequiar a su novia el día de San Valentín. Sorpresivamente, mientras escribía este mensaje recibí una carta de una dama puertorriqueña residente desde hace muchos años en Estados Unidos. En ella preguntaba sobre los libritos de cuentos infantiles que en los años cincuenta venían con El Chocolate Cortés…


Quería saber de quién había sido esa idea (de mi padre) para agradecerle, ya que según relata, fue con esos libritos que aprendió a leer en un barrio de Guayama llamado Guamaní. Leer esa carta fue conmovedor. Me enorgullece también el hecho de que fuimos participes del nacimiento de la televisión en el País junto al muy admirado y respetado don Rafael Quiñones Vidal, quien en su programa Tribuna del Arte, el cual patrocinamos por largos años, no sólo fue fuente de entretenimiento sano y enaltecedor para el Puerto Rico de su época, sino que también presentó y encaminó a muchos de nuestros grandes intérpretes de la canción popular de hoy día. Y hablando de intérpretes, puedo mencionar el famoso “jingle”: “Choco, choco, chocolate, Chocolate Cortés” que Pellín Rodríguez popularizó y hasta convirtió en un cantar popular a finales de los años sesenta. Son ya cuatro generaciones de nuestra familia en menesteres empresariales que orgullosamente afirman la capacidad de tesón y visión de nuestra gente en crear su presente y construir su futuro. Continuar el exitoso camino ya labrado por mi abuelo y padre es el reto que enfrentamos los que ahora dirigimos el destino de la Empresa, un reto cuya complejidad se acrecienta ante las realidades que se viven en el Puerto Rico de hoy. Como parte de esa tarea reconocemos que como empresarios puertorriqueños, tenemos el ineludible compromiso de contribuir a afianzar y desarrollar lo mejor que podamos dar como pueblo. Así pues, vemos la educación como llave fundamental para un nuevo horizonte en Puerto Rico. Una educación donde el componente de las humanidades sea piedra angular hacia un sólido entendimiento de quiénes somos, de las alturas que podemos alcanzar, y que nutriéndose del tesoro infinito de la cultura universal nos sensibilice a lo que nos corresponde aportar a ella. Esta presentación de la Colección de Arte Cortés con la que damos comienzo a la celebración de los Setenta Años del Chocolate Cortés, así como los eventos culturales que la acompañaran, la vislumbramos dentro de ese marco educativo, un aporte a diseminar y compartir algo de lo que hemos identificado como bello, tanto en el quehacer artístico de Puerto Rico como aquel que surge mas allá de nuestras costas. Confiamos que esta exhibición toque y abra puertas en la mente y alma de todos aquellos que de una forma u otra pasen ante ella. Pero sobre todo, que sea vehículo para capturar y fortalecer la esencia de esos momentos cuando en familia nos sentamos a compartir unidos con una tasa calientita, sabrosa y reconfortante de Chocolate Cortés.

Ignacio Cortés Gelpí Presidente | Sucesores Pedro Cortés, Inc.


EL ARTE DE COLECCIONAR EL ARTE DE COLECCIONAR EL AR

Y

podríamos continuar esta oración que se muerde la cola al infinito así como el coleccionista insaciable va aumentando su apetito devorador en la medida que perfila su arte conocedor del arte de otros. Si la historia del coleccionismo moderno comienza con el gabinete de curiosidades, la vitrina de lo único, el atesoramiento de lo extraordinario, sea natural o fruto del artificio, en la pequeña historia el niño que todos fuimos inicia la acumulación de juguetes, lo sean o no, involucrados en el juego de la posesión, su aumento, exposición e intercambio de tan disímiles objetos como las estampillas de correo, carritos, muñecos de peluche, canicas, soldaditos que solían ser de plomo y ahora de plástico, y mil y una noches de ensueño en pos del frágil pero creciente tesoro infantil. El coleccionista de arte, al igual que el artista cuya producción ansía, crece en la práctica de su oficio, se educa en el mirar y en querer saber cómo, cuándo, dónde y por qué esa imagen que nos seduce llega a ser lo que es: una obra de arte enmarcada en el tiempo y el espacio que la vio nacer, en la tradición que continúa y renueva con la cual intenta romper y en el futuro del cual el coleccionista quiere, necesita, demanda ser parte importante. Porque su colección, el acto discriminatorio de pagar el importe establecido por el mercado y sus veleidades le permite aportar a esa importancia, acrecentar el valor, jerarquizar tanto el objeto adquirido como a quien lo adquiere. El coleccionista se recrea y re-crea en el luminoso objeto de su deseo al poseerlo. Y cuando es colocado sobre un pedestal o colgado en un muro, ese objeto establece un diálogo con los otros componentes de la colección, es transformado en su percepción para bien o para mal por la proximidad de sus acompañantes, pasa a ser parte de una nueva lectura de significados que por sí solo no tendría. El coleccionista conocedor, el coleccionista cultivado crea su colección utilizando las piezas adquiridas de un modo similar al del artista al ordenar sus colores en una paleta de pintor y utilizarlos para realizar la obra. Una colección se inicia, crece, desarrolla, cambia de rumbo, se renueva, vuelve atrás, revisa, renuncia a viejos amores y se entrega a nuevos entusiasmos en un fervor afín a la pasión, que mueve al artista creador de la obra cortejada por el amante insatisfecho que la requiere. Un coleccionista no limita su pasión al tamaño y cantidad de las paredes en su residencia u oficina. Sería entonces sólo un decorador de interiores, honrosa función y un arte en sí, pero insuficiente para el avivado fervor que le anima. Si en el pasado la Iglesia, la nobleza y el Estado fueron los mayores coleccionistas motivados por la fe y el poder heredados por la incipiente burguesía, seguidos por el mundo empresarial y su voluntad de inversión económica, en el presente el coleccionismo se diversifica aún


TE DE COLECCIONAR EL ARTE DE COLECCIONAR, ETC., ETC.

más en la práctica, aunque delimitado su alcance por la capacidad adquisitiva y el criterio que le acompaña. Los museos, cuya historia data de apenas cuatro siglos, nutren, y sus nutridos por las colecciones adquiridas, donadas o prometidas, establecen el canon y enmarcan la creación artística definiendo categorías cronológicas, estilísticas, técnicas, culturales y políticas; la conserva, restaura y expone. Queda, sin embargo, en gran medida olvidado un importante sector del coleccionismo raras veces reconocido: el coleccionismo del artista. Éste es en cierto modo un coleccionismo involuntario y muchas veces incómodo que comprende gran parte de la obra del propio artista, en ocasiones la mejor, que por ser tan personal o adelantada, o tan atesorada por el autor, no encuentra o no se expone al favor del mercado y permanece en la penumbra del almacén o en alguna pared privilegiada del artista. Pero, no menos importante, esta colección comprende muestras escogidas por el propio artista o por sus compañeros de oficio que por medio de compra, canje o regalo contiene significativas obras reveladoras tanto del autor como del artista convertido en coleccionista. Y volvemos al coleccionista convertido en artista en virtud del arte de coleccionar. Gestión por demás importante en Puerto Rico donde los museos son de reciente creación (alrededor de medio siglo, siendo el de la Universidad de Puerto Rico el primero) y con relativa escasa colección de lento crecimiento. Dentro de este panorama la colección de Ignacio Cortés, hijo, evidencia el desarrollo, entusiasmo y conocimiento de este empresario en el arte de Puerto Rico y el Caribe. Al igual que otros coleccionistas que se reconocen en el proceso mismo, pronto descubrieron que habían agotado sus paredes, que su afán de re-creación rebasaba la capacidad de sus muros, tanto de hogar como de empresa. Porque Chocolate Cortés, la empresa familiar que preside Ignacio Cortés, hijo ha desarrollado una conciencia y práctica de servicio a la comunidad que va más allá de su función alimentaria. El fomento de la vida cultural con aportaciones tanto económicas, como de servicio le han conducido a mostrar al gran público esta colección en el Museo de Arte de Caguas por primera vez. Resulta esperanzador este generoso gesto de compartir una colección privada que mediante esta iniciativa comienza una trayectoria pública que augura futuras muestras tan necesarias para nuestra educación continuada en el arte. Y es imperativo señalar que esta educación no termina nunca, que el arte es un modo del conocimiento, un instrumento del saber, un acercamiento en muchos casos insospechado a verdades difíciles de acceder por otros medios; que el valor ornamental del objeto artístico, si bien es meritorio, no es el único. El arte es también riesgo, aventura y convivencia, sobradas razones para agradecer esta exposición.

Antonio Martorell


O’ BAS, CHARLES | RA – RA, 1949, óleo sobre masonite, 24” x 20”, Haití


C O RT E S Í A S En el Caribe no sólo se fusionaron razas y etnoculturas diferentes, sino hombres y mujeres de diferentes estadios de evolución histórico-social. El Caribe fue una especie de máquina del tiempo que unió en un mismo medio social a gentes de la comunidad primitiva, del llamado modo de producción asiático, del feudalismo y de los comienzos del capitalismo. Y allí se mezclaron. Cada uno aportó no sólo su raza y las costumbres ligadas a la identidad de su etnocultura, sino la conciencia inherente a su momento de evolución histórica. Tal es la razón de la presencia muy natural en el Caribe de formas de pensamiento mitológico vivo integradas con el racionalismo programático “occidental” propio de la vida moderna. Gerardo Mosquera Editorial Letras Cubanas 1983

A

bordar una colección desde la práctica curatorial contemporánea es un acto de exploración cuidadosa en la diversidad que es signo de nuestros tiempos. Armar una exposición desde una colección de arte implica hilvanar imágenes que bien por sus asuntos, por sus similitudes o variantes formales se corresponden. La vitalidad de cada obra se mide ante la magnitud de la totalidad, ante el balance de los contrastes que perfilan sobre el tono general. El proceso obliga a detectar criterios prevalecientes del coleccionista que predominan ante las fuerzas de los cambios en el arte y en el mercado. Además, nos lleva a repasar la práctica del coleccionismo desde que se inicia el proceso de adquisición, reconociendo las ofertas en el mercado, las corrientes de moda y la actividad económica. La visita inicial a la Colección de Arte Cortés reveló una muestra rica en variedad de medios en las artes del Caribe y América Latina. En la colección conviven materiales culturales etnográficos de algunos pueblos del África con ejemplares de fotografía moderna, pinturas de variados formatos y estilos, grabados, dibujos, collage y esculturas. La colección es una muestra de asuntos, conceptos y exploraciones artísticas de los artistas de nuestro entorno geográfico desde mediados del siglo XX. Entre el conjunto de obras es patente el predominio de la pintura entre los otros medios. Ante el panorama domina por cantidad la obra de artistas puertorriqueños entre magníficos ejemplos de arte mexicano, dominicano, cubano, haitiano, uruguayo, salvadoreño, colombiano y argentino, entre otros. El arte de lenguaje estilístico figurativo, abstracto y expresionista cruza fronteras geográficas lo cual nos conduce a una puesta en escena de la colección basada La Colección de Arte Cortés se muestra por primera vez al público puertorriqueño en ánimo de celebración por el setenta aniversario de Chocolate Cortés con el compromiso de Sucesores Pedro Cortés de contribuir


a la calidad de vida, la educación, la cultura y la salud de nuestro pueblo. La revitalización del centro histórico de Caguas y la dinámica cultural que se ha generado como resultado de los incentivos y apoyo a las artes de Puerto Rico y la región, propician la ocasión. La exposición de la Colección de Arte Cortés inaugura como proyecto de difusión de las artes, promoviendo la apreciación y la creación artística desde el Museo de Arte de Caguas, un principal eje cultural en la Isla. La exposición de setenta obras de arte y el análisis de las mismas nos impulsó a la organización de la muestra y el texto que la acompaña en áreas que facilitarán el aprecio y el análisis por sus valores formales, temáticos y técnicos.

L A V I TA L I D A D P R I M A R I A El arco de las Antillas Mayores con sus islas: Cuba, República Dominicana, Haití y Puerto Rico está presente en tiempos y estilos en la Colección Cortés. La expresión artística haitiana ofrece cuadros con narrativas de contenido histórico, social religioso y étnico que deslumbran por su cromatismo y cuidado compositivo. En el óleo Paisaje, M.Louissaint nos ofrece una imagen onírica en tonalidades altas que seducen por su efecto atmosférico, la costa como motivo se traduce a un horizonte de cielo y mar inalcanzable. En RA RA, Charles O’ Bas plasma una sinfonía en grises con dramático efecto en la profundidad y los contrastes claro-oscuros. Las casas clausuradas y la cordillera al fondo son mudos testigos ante la procesión agitada que serpentea hacia el primer plano. En la pintura El ahogado, de Wilson Bigaud, apreciamos la narrativa de un suceso trágico en una playa haitiana. La composición ubica a los personajes para obligar a un movimiento visual elíptico sobre el espacio pictórico. Desde la aglomeración de gente en el primer plano, el ojo recorre hasta identificar la figura del difunto al fondo y como eco del horizonte. El recorrido visual termina en la ambulancia. La yola vacía en la costa sugiere el féretro y el viaje a la eternidad. La gente agrupada observa el suceso con distancia emotiva, la vida continúa. La sabia primaria en San Juan rinde fruto, en el cafetín Cantalicio vemos la bullanga y algarabía puertorriqueña

ante la fachada de un bar and grill pueblerino. En El sabor lo dice todo, Nick Quijano con su estilo inspirado en el arte ingenuo retrata la cultura popular boricua. Rafael Ferrer a su vez traduce el naive dominico-haitiano en su paisaje playero y, contrario al formato tradicional de la genuina pintura popular, la escena la ofrece en un formato grande. Si las obras haitianas muestran un cuidado en la aplicación de la pintura, en The Red Bandana Ferrer pinta con desenfado, logrando texturas pictóricas y efectos de movimientos con trazos pequeños. El lenguaje ingenuo en las formas se complementa con una calculada composición. Ferrer pinta sus dos mulatas desde alta mar, la espesura de los pigmentos alude a un oleaje bravío. Al fondo una casa con sus dos ventanas entre un cocotero, parece un rostro con una mirada de asombro ante el juego de las dos ninfas criollas. Desde Cuba, Manuel Mendive interpreta el naive criollo inspirado en los mitos yorubas. Energías del agua es alegórica a las diosas que rigen los cuerpos líquidos, el mar, los ríos, las quebradas y las lagunas. Las deidades de la práctica afro-cubana son el motivo creativo de Mendive. En sus obras las formas son figura humana y de animal en metamorfosis. La fantasía pictórica encubre la iconografía que representa a los Orishas. Las energías de la naturaleza y de los cuatro elementos Mendive las traduce a formas híbridas y a color.


JOSÉ BEDIA | Playón Chico, Islas del deseo, 2004, óleo sobre lienzo, 34” x 103”, Cuba

José Bedia se inspira en el mundo de los muertos y los espíritus. Iniciado en los misterios de las prácticas mágicoreligiosas afrocubanas, su arte expone algunos códigos de fe. Sus lienzos son fragmentos del universo en que se codifican las tensiones entre la vida y la muerte. Los luceros en el infinito son testigos del drama entre el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad. Bedia dibuja y pinta con el mejor pulso del artista del neolítico, su línea es afín a los dibujos de las antiguas vasijas griegas. La belleza oscura de sus obras contiene la energía magnética de la noche que se traduce en luminosidad para el iniciado. En Playón chico: Islas del deseo y en Recuerdos del Darién, Bedia ofrece lejanas vistas de la costa y el monte que arropan con la oscuridad nocturna y la vegetación la magnitud mágica y el deseo. En Búsqueda bíblica azul, por Fernando Varela, el lienzo a distancia parece una abstracción. Es realmente una radiografía que reduce a líneas esquemáticas un lejano monte sagrado o mastaba que marca el horizonte bajo el cual corren túneles que mueren en altares y ejes con cruces y tumbas. Con una composición y factura impecables, Varela metaforiza sobre la muerte que es vida. El Edificio abandonado en San Juan, de Manuel Hernández Acevedo, es parte y puente entre lo primario y lo expresivo. La frontalidad en la imagen y la excesiva atención a los detalles lo ubican entre los primarios-ingenuos, sin embargo las formas logradas mediante manchas e insistentes trazos

cortos lo delatan como expresionista. El artista retrata el San Juan revestido por el desgaste de los siglos. Es la antigua ciudad antes de la transformación sufrida en los años setenta cuando la maquillan y convierten en una monería de Pava prints.

L A V I TA L I D A D P R I M A R I A Y EL SIGNO DE LO EXPRESIVO Cuando los artistas se inspiran e interpretan el lenguaje gráfico infantil, lo traducen a signo, abstracción y síntesis de formas. Ante esa intención, la aplicación de la pintura y el color fuera y dentro de la línea de contorno que define las formas, busca recuperar la libertad espontánea del pulso del niño. Intenta expresar la libertad de la inocencia, el impulso de la expresión antes del conocimiento académico. Ese es el caso con las obras de Carmelo Sobrino. En Un día de febrero la carretera y el peaje le permiten traducir imágenes sobre el paisaje metropolitano de fines de siglo, los autos substituyen las palmeras idílicas. En Calle San Agustín la gasolinera, el signo de pare y la torre de la iglesia son tejido de mancha, línea y color. Las enrevesadas composiciones comunican sobre el caos visual y auditivo en el denso espacio urbano de la Isla. El auto es forma emblemática de la civilización en el siglo XX. Omnipresente y Atrévete son dos lienzos de Arnaldo Roche, conocido por su estilo neo-expresionista a partir la década


ARNALDO ROCHE RABELL | Omnipresente, 1987, óleo sobre lienzo, 84” x 95 ¾”, Puerto Rico

de los ochenta. En Omnipresente, Roche ofrece su imagen de Dios. La figura a manera de un ídolo-chamán está rodeada de objetos que representan el mundo animal y vegetal, el tiempo y la belleza; pero este dios apoyado en dos sillas parece tambalearse. Las plantas y las aves de ese paraíso criollo permanecen ajenas a la inminente caída del ídolo. En Atrévete, la figura cubre sus genitales con una guitarra y su mirada con un machete. El fondo es un tejido ornamental de rejas con cortinas de encaje en las dos esquinas superiores. En la pintura Roche comenta sobre la

venda que tienen los boricuas ante la situación colonial, el pueblo ha quedado ciego. La técnica pictórica de Arnaldo Roche de frotar con gruesas capas de pigmento el modelo y los objetos, a su vez recubiertos con lienzo, le permiten hacer registro gráfico mediante la técnica del frottage. En ese proceso la flexibilidad de la tela ante el contorno y volumen de los modelos, provoca una distorsión que el artista enfatiza en el proceso de remoción del pigmento en los contornos, revelando colores subyacentes que afloran. Roche es un pintor de expresión calculada. La singularidad


de su técnica, el formato de gran dimensión, la maestría en el diseño y la narrativa sugerida lo destacan entre su generación. Cuando el pitirre es obra sobre papel de Edgard Rodríguez Luiggi. El dibujo recoge la enérgica expresión del artista. El plano de la obra da pistas de un proceso espontáneo y en ocasiones calculado. La exploración técnica lleva a la elaboración de formas y efectos que se convierte en imagen que corresponde con la idea. La cruz es poste, la mancha oscura es nube negra, los chorros que emanan de ella son lluvia y relámpago, el fondo gris es cielo encancaranublado. En La parte superior y en el centro del plano en escritura de línea nerviosa leemos: “Cuando el pitirre entonaba su canto, el perro sato marcaba su territorio”. El estilo de escritura se refiere al graffiti y a la expresión pública pueblerina; sin embargo el dibujo del pájaro y del perro son de una precisión que surge de la mano de un artista de temperamento para el arte pictórico. Las manchas y los efectos atmosféricos del fondo amarran en un todo la composición. Rodríguez Luiggi ofrece otra lectura que reflexiona sobre la condición política de Puerto Rico. Como Roche, anda con balance la cuerda floja entre la energía expresiva-emotiva y el pensamiento sopesado. La cuerda floja es un hilo que camina una figura de palitos entre las dos torres gemelas del nine-eleven que despegan de la cabeza de una modelo de modas newyorkina. De su mano sale un hilo que conforma en letras cursivas las palabras - los inocentes - que a su vez atraviesa un avión con su gran cola de humo negro. Rafael Ferrer en su collage muestra un juego entre formas e imágenes de revistas fashionistas, incluye palabras del pensamiento automático que se refieren a la lucha partidista en la isla entre el PPD, el PNP y el PIP con alusiones a la muerte, el deseo, el sexo y el arte. Con ironía y humor Ferrer retoma el ejercicio de escritura automática de los surrealistas y lo actualiza a la manera Basquiat. Ambos desde la distancia de la Isla acudieron a la memoria para con juegos de palabras referirse a los modos de expresión. Las palabras que perdieron su significado, lo ganan con humor e ironía. Forever never es la ciudad como moda sobre el fragmentado pedestal del arte, es la isla de Manhattan bajo el ataque del nueve-once. “El pan es Pam en la proximidad de las siglas PPD, el Pam es integral y de dos libras. Los pedales son dos ideales”, se pregunta. La obra es magnífico ejemplo de collage y medio mixto en un calibrado balance con los cortes irregulares que simulan desgano, aparentan temblequera en el pulso

y torpeza con dibujos aquí y allá en lenguaje “outsider”. Todo divertidamente, fríamente calculado. Luis Cruz Azaceta se destaca desde la década de los ochenta por ser un neo-expresionista caribeño - de Cuba - dedicado a los temas del exilio y la migración. Su obra es de fuerza crítica y de peso visual por el patético asunto de la angustia retratada en los seres que se lanzan al mar en un viaje de ida sin regreso. El bote y la yola que significaban la pesca, en su obra es signo de escape, vehículos de fragilidad evidente ante la soledad y fuerza del mar. La figuración de intensas líneas expresionistas pinta la dramática fuga cubana como muestra del problema universal. En Burócrata: Party Bureaucrat II retrata a un ejecutivo de corbata comprimido por el cilindro de una llanta que hace las veces de balsa. Vehículo que ya no es instrumento de escape y salvación sino de aprisionamiento. José García Cordero es conocido hoy por sus pinturas enigmáticas donde el misterio asoma la sombra del terror. En la exposición se muestra una pintura donde el enigma es matizado por las formas saturadas de color. La obra Interior en la Playa Popa es abigarrada imagen de frutos del mar entre otros alimentos que se desbordan en una pesada mesa y que semejan un paisaje soñado por un Dalí caribeño. Al fondo un horizonte de mar y tierra sirve de plácido contraste a la mesa servida para una bacanal playera. Debajo de la mesa observa un perro cuya mirada confunde la nuestra por no reconocerla como temerosa o amenazante. El perro, imagen recurrente en sus obras, vela como un guardián la escena neo-surrealista de corrosivo cromatismo. Entre Los grandes maestros del arte dominicano sobresale Ramón Oviedo. La obra Figuras es un dibujo a tinta sobre papel de enérgicas líneas, medios tonos grises y altos contrastes de luces contra un fondo negro. En el plano la línea de contorno conforma figuras, dos de ellas exaltadas por la presencia de un perro fiero. La distorsión en los rostros, en pánico uno de ellos, contribuyen a la tensión y a la fuerza gráfica de la imagen. En pequeño formato, la obra demuestra una enorme vitalidad y expresión. Esquemáticas figuras humanas en reducidos tamaños juegan, viven, saludan y riñen en amplio escenario donde un gran muro con sus vanos sugieren nichos o ventanas, puertas o balcones en un ambiente gris cálido. Con algo de humor las figuras son parte del repertorio plástico


RAFAEL TUFIÑO | Abolición, c. 1965, 10” x 15”, xilografía, Puerto Rico

de Ignacio Iturria. Predominan en la obra las armonías monocromáticas en marrón con impastos. Iturria ubica sus personajes deformados en nichos de anónima arquitectura. Es una mirada distante a un detalle de la ciudad. La sobriedad y el peso visual de sus fondos lo contrarrestan las pequeñas, ligeras y simpáticas figuras. Divertida y simpática parece a primera vista la escultura Madre naturaleza, de Federico Uribe. Una aglomeración de figuritas de resina plástica, animales, insectos, juguetitos de niños y plantas reviste el torso femenino, invitando a una inspección minuciosa de la obra que participa de la estética kitsch. La escultura es una muestra del llamado neo-rococó latinoamericano que seduce la mirada con la decadencia decorativa de las últimas décadas del siglo XX. Nos remite a los ejercicios con esa propuesta estética por el puertorriqueño Pepón Osorio, entre otros. La obra representa la fertilidad de la Madre Naturaleza. El cuerpo femenino decapitado y mutilado revestido de flora y fauna, es forma híbrida entre un torso pétreo clásico y un maniquí de tienda por departamentos. El cuerpo antiguo de la diosa del amor abrazado por el hervor de la jungla fantástica es metáfora de visualidad apocalíptica. Esa vibración visual equivalente a la efervescencia de la vida está presente en otras muestras de arte en la

colección. Ejemplo de ello son: Los perros, de José García Cordero, la jauría en primer plano silente y en observación amenazante es ejemplo de los ejes visuales multiplicados en el espacio pictórico.

L A V I TA L I D A D D E L O E X P R E S I V O Y LA IDENTIDAD La agilidad compositiva está presente en Abolición, de Rafael Tufiño, grabado xilográfico en el que la liberación de esclavos se traduce a narrativa visual que corre en zigzagueante movimiento tanto de izquierda a derecha como desde la superficie hacia el interior. La imagen en formato pequeño proyecta la fuerza visual de una obra monumental, el diseño armoniza la estructura compositiva clásica con el lenguaje gráfico moderno en un canto a la libertad. Dos estampas del maestro Tufiño sobre el tema de la maternidad representan el auge del grabado en San Juan a partir de los sesenta. El cuidado de la madre y su devoción por la criatura entre brazos o en la cuna, evidencian la maestría de Tufiño para el dibujo y los cortes en madera del grabado. La identidad en Puerto Rico es un proceso de construcción continuo que se apoya en expresiones culturales anteriores


que mantienen vigencia. La continuidad y la ruptura son parte del proceso de formación y configuración de la identidad. Las artes visuales son esenciales en el proceso de construcción, estudio y de análisis de la identidad nacional. La colección de Arte Cortés cuenta con obras que recogen el proceso de búsqueda, definición y reconfiguración de la identidad nacional mediante el arte.

la maleza de tierra adentro. En el grabado el artista resume el impacto destructivo del fenómeno atmosférico sobre la agricultura. La mata de plátano, alimento principal de las familias jíbaras en las primeras décadas del siglo XX, yace desmembrada mientras la palma real permanece altiva en la distancia.

La pintura Figuras, de Augusto Marín, nos remite a imágenes del arte precolombino en la Isla. La obra es un magnífico ejemplo de abstracción que permite la lectura de las formas que a su vez interpretan el mundo visible. Un hombre y una mujer se enfrentan de perfil, unidos por el aliento, la palabra o un beso. Observa al fondo a la derecha una figura que nos recuerda a la diosa Caguana de Utuado. Los referentes iconográficos locales corresponden a su vez con ejemplos de iconografía universal y con estilos

Frontal y altivo, el jíbaro pintado por Ramón Frade en el 1905, es motivo para la obra serigráfica de Carlos Irizarry. En La transculturación del puertorriqueño el jíbaro de Frade- icono del arte nacional del pasado siglo- se va desfigurando y transformando en un ser monstruoso según es abordado por la modernidad y por la penetración cultural estadounidense. Irizarry, pionero del proceso foto-serigráfico en la isla, expone en su gráfica su visión de la transformación y deformación del puertorriqueño a través del tiempo y en su tránsito del ámbito edénico de la montaña a la ciudad tanto en la Isla como en el continente. La figuración realista-romántica de Frade, Carlos Irizarry

manejados por artistas en otros países.

la traduce a una abstracción moderna.

En Calle Cruz, de Casiano, la imagen de una casa colonial en el Viejo San Juan con su zaguán representa la arquitectura de la antigua ciudad. La escena es un paseo por la típica calle sanjuanera camino a las bohemias nocturnas de la Ciudad Capital.

En La Zafra I, Roberto Parrilla interpreta, a la manera de inscripción gráfica, una imagen fotográfica emblemática del trabajador de la caña. El alto contraste disuelve los rasgos del hombre elevando la imagen a un icono pop.

La serigrafía es una muestra extraordinaria del empeño de los artistas gráficos puertorriqueños durante las décadas del sesenta y setenta para lograr, a través de la técnica, efectos pictóricos. Casiano reproduce bien las texturas ilusorias de los muros desconchados y de los juegos de luz y sombra sobre el cuerpo arquitectónico. Su amor por la vieja ciudad y su gente ha quedado plasmado en la imagen. Simplificando las formas y definiéndolas con líneas angulares, Jorge Rechany aborda una escena típica en colores planos. Presenta La piragua como un ejemplo de cómo abordar un asunto del folclore desde un estilo que proviene de la estética moderna. Desde las tintas negras y sus variaciones de grises se atisban claros de luz y cielo entre el caótico paisaje tras el paso de la tormenta Santa Clara, grabado de Carlos Raquel Rivera. Podemos decir que el yaucano es maestro inigualable interpretando la espesura y la densidad en los bosques tropicales de la Isla. Nadie como él ha logrado reproducir el misterio de la naturaleza en las penumbra del monte y

Antonio Martorell acude al álbum de fotos de su familia y desde algunas imágenes elabora varias series; ABC es un ejemplo de esos trabajos. La obra tiene referentes formales que la vinculan con el “film noir” y el arte pop. Una silueta de un hombre en traje y sombrero se repite en negro, en cálidos tonos naranjas y en blanco. La silueta cálida es apertura y vano que muestra a un joven que observa hacia la izquierda. La figura en negro está invertida y se aproxima a la silueta en tonos naranjas. Se observan o se acercan. La obra es autobiográfica y trata sobre el padre ausente pero presente en la psiquis del hijo. ABC armoniza diversos procesos técnicos como la serigrafía, la xilografía y el collage. En Techo ajeno, moneda propia realizada en el Barrio, Nueva York en óleo sobre papel y en formato redondo, Martorell propone la moneda nacional. Su autorretrato es fogosa afirmación de identidad puertorriqueña, su rostro envuelto en bufanda de lana y gorro de piel, la nariz roja por efectos del invierno. El retrato demuestra un proceso ágil de aplicación de pigmentos en saturación cromática y altos contrastes dejando pastas y marcando con precisión las líneas de carácter. La pintura buena es mejor retrato en


WALTERIO IRAHETA | La primera costilla, 2000, medio mixto sobre cartón, 21” x 20 ½”, San Salvador


la medida en que el artista capta los rasgos esenciales de su personalidad y la esencia anímica que la acompaña.

L A E X P R E S I Ó N R E A L I S TA , LA REALIDAD MÁGICA Y LA ABSTRACCIÓN El dibujo Rama es una de las obras que Martorell realizó como parte de sus estudios del centenario árbol La ceiba de Ponce y de los efectos del azote a la naturaleza por los huracanes. Las líneas fluidas y dramáticas que definen la rama cruzan los soportes de papel en diversos tonos y colores. La economía de gestos, la definición limpia y precisa nos recuerdan los dibujos orientales a tinta. La definición exacta de la forma mediante el dibujo con matizaciones en grises y detalles de manual anatómico describe la obra La primera costilla, de Walterio Iraheta. Simulando grabados antiguos pero en estilo realista, Iraheta ofrece las imágenes de un hombre y una mujer gesticulando con las manos. La obra es un collage que destaca los quemados tonos dorados del papel y su oxidación para armonizar la fragmentación en la totalidad de la imagen. La figura humana también es asunto en los dibujos de Inés Tolentino. La República Dominicana es una cantera de excelentes dibujantes y pintores. Las tres obras sobre papel en medio mixto de la artista, son muestra de ello. Tolentino retrata personajes que representan estereotipos del espacio social añadiendo a las figuras elementos que las reubican en una dimensión fantástica. José Morales interpreta la identidad, las pasiones y el deseo en su arte. El díptico De hueco en hueco es una pintura de asunto nihilista en que apreciamos en el primer módulo el tubo de una ducha en dibujo esquemático expresivo y en el segundo módulo, una dramática escena de dos seres flotando, tratando de evitar ser succionados por unas perforaciones o simplemente jugando perversamente en ellas. Es una obra sobre la ansiedad y la desesperanza. El tema grotesco es compensado a su vez por una factura impecable, la composición y la superficie muestran el cuidado conocido de las manos del pintor. En Macho con barquito y en Desnudo, reconocemos otro acercamiento a la pintura, los trazos y las aplicaciones

expresivas del color se complementan con pinceladas que definen acertadamente los contornos de las formas. El varón presente y girando la cabeza sostiene su juguete, ella sentada y elegante, comparte su desnudez. En Morales el asunto y la narrativa se construyen a la par con la superficie, sus obras son despliegue ejemplar de epidermis pictórica y contenido. En Existencia sin halagos Aby Ruiz ofrece una pintura de un cuerpo en contracción. De perfil y con el rostro oculto, la imagen es una cruda referencia al pensamiento nihilista. La inmovilidad del cuerpo se compensa con la dinámica de la mancha diagonal del chorro de agua. Fernando Páes elabora su imagen artística desde los procesos de la pintura y la gráfica. Posmodernista, se apropia de la imagen cargada de significado para construir su cuadro brindando la posibilidad de otras lecturas. En Cualquier cosa que esté en el centro del mundo, el lienzo teñido en tintas anaranjadas añejadas recoge la imagen a tres cuartos de un círculo enmarcado por un paseo o arco de ladrillos blancos que en su casi centro -la composición es descentrada- muestra una nave. La obra nos remite a las cartografías antiguas, el plano pictórico es océano parcialmente contenido por la arquitectura, el lienzo sugiere una extensión espacial infinita, análoga a la visión medieval del universo.

L A A B S T R A C C I Ó N E X P R E S I VA , E L SIGNO CONCEPTUAL La naturaleza ha sido fuente de referencia para los artistas que prefieren expresarse a través del estilo abstracto. En Paisaje de Playa y en Naturaleza muerta, por Richard Pagán, apreciamos dos ejemplos del acercamiento a los géneros del paisaje y la naturaleza muerta desde un proceso de pintura que se dirige a la abstracción. En ambos casos el proceso pictórico está más cerca del impresionismo que del expresionismo. Pagán se da a conocer sobre todo por sus lienzos de estilo expresionista abstracto. En Bestia de amor, del pintor cubano Moisés Finalé, las matizaciones medias en tonos de tierra y fuego seducen nuestra mirada. La imagen nos remite a las formas híbridas de Wilfredo Lam y a las artes africanas que fueron motivo de inspiración para los artistas modernos en Europa que adelantaron la formulación abstracta.


RICHARD PAGÁN | Naturaleza muerta, 1984, acrílico sobre lienzo, 41 ½” x 31”, Puerto Rico


La Colección de Arte Cortés incluye obras que representan la nueva abstracción que surge como resultado del agotamiento del arte minimal y el neo-expresionismo a finales de la década del ochenta. Tiempos, de Nayda Collazo y Paisaje nocturno, de Enoc Pérez, son ejemplo de ello. Ambos artistas expuestos a la corriente del neoconceptualismo se mantienen pintando y utilizando los medios tradicionales para hacer arte.

En Paisaje nocturno, de Enoc Pérez, el plano pictórico es atmósfera oscura que encubre gestos y trazos que sugieren signos, el misterio que ofrece el plano en su baja tonalidad obliga a una lectura cercana de la superficie, la proximidad invita a descifrar los trazos como códigos. Tiempos, de Nayda Collazo, trata de ritmos, ascensos, aperturas y la levedad en el tránsito.

Nora Maité Nieves, en su obra 144 chocoláts se acerca a la pintura y a la abstracción desde su interés por la pintura contemporánea. La obra se compone de 144 módulos que representan piezas de chocolate, cada módulo en variaciones tonales del marrón y de texturas. La pintura se propone como atractivo comestible y por su sensualidad visual. La obra recupera el referente comercial y cotidiano como signo de la cultura consumerista que es asunto desde la estética pop.

L A V I TA L I D A D D E L O E X P R E S I V O , LA ABSTRACCIÓN Y LO FANTÁSTICO El realismo social manejado por los tres grandes maestros mexicanos en las primeras décadas del siglo XX, ejerce presiones entre algunos artistas y círculos del arte que responden con estilos y temas asociados a las corrientes modernas. José Luis Cuevas representa esa ruptura;

HELIO SALCEDO | 24 cartas de sentimiento absurdos, 1981, intaglio, 23” x 29”, Colombia


JOSÉ LUIS CUEVAS | Divina comedia, 1972, Litografía y chine collé, 30” x 22 ½”, México


Divina comedia es un ejemplo de su trabajo. Cuevas es ante todo un dibujante de asuntos decadentes inspirados en las zonas deterioradas de la ciudad y sus personajes. En su obra gráfica retrata la descomposición social ubicada en ambientes penumbrosos. Su corrosiva línea tiene su referencia en el dibujo y grabado de los postcubistas, los surrealistas y los expresionistas. Desde esa corriente estilística se manifiesta gráficamente Helio Salcedo, quien recibe premio en la Quinta Bienal de San Juan del Grabado. En Puerto Rico a partir de los setenta y desde la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano, se disfrutaba de las estampas que presentaban variaciones de estilos vinculados con el imaginario fantástico y el realismo mágico en las técnicas que mejor le sirven, el intaglio con su aguafuerte y punta seca, la litografía y la serigrafía. En la xilografía, la imagen fantástica y mágica estaba presente en estampas manejadas desde México y Brasil por artistas que continuaban y enriquecían la tradición de la gráfica popular de volantín y cordel. Las dos serigrafías de Joaquín Reyes, Sato enamorao de la luna- homenaje a Rufino Tamayo y Mona vana, demuestran la contribución de Reyes a la escena artística en San Juan y su ruptura con la joven tradición gráfica local. El artista realiza unos diseños de estructura compositiva mínima pero de intensa tensión visual. La economía de elementos visuales evidencia su dominio del lenguaje gráfico. En Un guineo para Cristina, Jorge Morales Zeno dibuja en actitud de juego, levantando aquí y allá sobre el plano las imágenes emblemáticas de su discurso plástico. Distanciado de las propuestas del arte de compromiso social y del rigor técnico académico, el artista crea sus personajes de fábulas. Siempre regresa al paisaje como referencia, en ocasiones él propone una obra que versa sobre lo político.

EL REALISMO MÁGICO – FANTÁSTICO Y LA PRIMARIA EXPRESIÓN Podemos decir que la figuración en el arte fantástico que surge en respuesta al arte moderno raya con la caricatura, con la imaginería de los comics. La imagen construida por la imaginación sobre el referente real se ofrece como alternativa icónica. En El hijo del aviador, de Antonio

Seguí, ese tipo de figuración ilustra los desplazamientos de ejecutivos de la ciudad. Con paso elegante la figura central domina la escena entre dos casas con sus ventanas enmarcando habitantes que responden a números; al fondo entran y salen del plano un perro, una nube y un avión. Seguí es celebrado por este tipo de figuración, en sus obras representa la metrópolis. En ellas la narrativa es sugerida por las formas que proyectan una cierta levedad. Las figuras y las cosas parecen flotar en un ámbito donde no existe la gravedad. En sus pinturas y gráficas predomina una paleta cromática de grises y colores de intensidad lumínica alta. Williams Carmona representa también el sector de artistas que se expresan desde el estilo identificado con el realismo mágico literario latinoamericano, pero que prefiero llamar pintura de realismo fantástico. En Carmona sus obras comentan sobre la migración y el exilio de los cubanos, sobre la cultura mágico-religiosa en su isla y las penurias que padece su pueblo por el bloqueo. Con una técnica impecable desarrollada por los métodos docentes del arte de la era soviética-cubana, Carmona da riendas a su imaginación y ofrece en su obra Transculturación infinita una escena enigmática bañada en cálidos tonos quemados. En Libera tu ángel, Pedro Sánchez Cortés acude a las formas que identifica con la libertad y el confinamiento para construir su pintura. La centralidad compositiva provee serenidad visual. La comodidad que ofrece la habitación con sus detalles sugiere una tentación en el plano terrenal que evita el vuelo hacia la libertad que provee la fe. El salvadoreño César Menéndez está presente en su obra De la serie: El Circo, una pintura de formato grande y misteriosa belleza. Maestro de la tenebrosidad y el color, de la composición dinámica y la perspectiva, la pintura trata sobre el arte de los maromeros desde una posición aérea. En primer plano dos cuerpos hermosos en sus proporciones, se mecen ocultando sus rostros enmarcando el eje cromático de la composición. La atmósfera azul al fondo activa los tonos ocres, dorados, anaranjados y verdes en las formas. La obra es un ejemplo extraordinario del realismo mágico- fantástico. El maestro cubano Roberto Fabelo es conocido por sus imágenes fantásticas donde enlaza la figuración realista y la imaginación. La mujer, su cuerpo, el mar y sus mitos son asuntos recurrentes en la obra de Fabelo. En


RAFAEL TRELLES | Jinete de Junio, 2004 , óleo sobre lienzo, 45 ¼” x 77 ½”, Puerto Rico

Caracola demuestra su virtuosismo en las técnicas del dibujo y la acuarela. Roberto González en Hombre pájaro afirma la excelencia de la escuela cubana de arte. La pintura manejada con una técnica que se inspira en la pintura académica europea, es metáfora visual que funde la figuración clásica con el disloque ganado desde las prácticas surrealistas. La pintura es otro ejemplo, en la colección, del postmodernismo antillano. En Puerto Rico el maestro de la pintura y el arte de estilo y asunto realista mágico-fantástico es Rafael Trelles. La obra Jinete de junio demuestra su mano para la pintura, que en su proceso, oculta el paso sobre la superficie en aras de crear una imagen ilusoria. Esa ilusión pintada debe producir el efecto de un espejo que reproduce el mundo visible y que a su vez refleja otro mundo, el de la imaginación. La imagen-espejo es mágica en la medida en que reproduce al detalle las formas de la realidad visible pero es pintura fantástica en su intención de hacer imagen del mundo de las ideas, de las imágenes soñadas. Lograr un arte mágico-fantástico desde los sueños y las pesadillas,

desde el análisis de nuestra realidad, desde los mitos y con conocimiento de las ciencias de luz y las ocultas, requiere de destrezas técnicas y dominio de los materiales. La pintura es entonces una de las artes de la alquimia. La exposición de la Colección de Arte Cortés es un paseo por los modos de pensar y sentir el mundo y la vida en el Caribe y América Latina en las pasadas cinco décadas. Las setenta obras en las salas del Museo de Arte de Caguas son una selección de la totalidad de la colección. Ofrecemos este análisis de las obras para propiciar lecturas a fondo del arte que se exhibe, para provocar el estudio de las mismas. La variedad y vitalidad de las obras obligan a una visita paciente y concentrada para alcanzar una apreciación inspirada. El arte como vehículo de interpretación y confrontación en la sociedad te brinda una oportunidad para el transporte a otros niveles. Te invita a la dimensión del pensamiento, a los espacios del sentimiento. Te invita a la creación.

Humberto Figueroa Torres Museo de Arte Pío López Martínez, Universidad de Puerto Rico en Cayey


MUESTRA COLECCIÓN DE ARTE CORTÉS


La vitalidad primaria

WILSON BIGAUD | El ahogado, c. 1982, acrílico sobre masonite , 22 ½” x 29 ½”, Haití


La vitalidad primaria

NICK QUIJANO | El sabor lo dice todo, 2005, gouache sobre papel, 22” x 29 ½”, Puerto Rico


La vitalidad primaria

MANUEL MENDIVE | Energías del agua, 2003, óleo sobre madera y bajo relieve, 28” x 39”, Cuba


La vitalidad primaria

FERNANDO VARELA | Búsqueda bíblica azul, 1991, gouache y tinta sobre papel, 40 ½” x 26”, Uruguay


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

CARMELO SOBRINO | Un día de febrero, 1990, óleo sobre lienzo, 44” x 38”, Puerto Rico


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

RAFAEL FERRER | Inocentes, 2005, collage, gouache, grafito sobre papel, 30” x 22”, Puerto Rico


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

LUIS CRUZ AZACETA | Burócrata: Party Bureaucrat II, 1994, acrílico, carbón y fotografía sobre lienzo, 43 ¾” x 38 ¾”, Cuba


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

JOSÉ GARCÍA CORDERO | Interior en Playa Popa, 2000, acrílico sobre lienzo, 75” X 90”, Santo Domingo, R. D.


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

RAMÓN OVIEDO | Figuras, c. 1987, 11 ¼” x 15 ½”, tinta sobre papel, República Dominicana


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

IGNACIO ITURRIA | Sin Título, 1999, óleo sobre lienzo, 23” x 31”, Uruguay


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

FEDERICO URIBE | Madre naturaleza, 2004, escultura en medio mixto y materiales prefabricados en resina plástica, 32” x 16” x 12”, Colombia


La vitalidad primaria y el signo de lo expresivo

JOSÉ GARCÍA CORDERO | Perros, 1995, serigrafía, 22 ½” x 27”, Santo Domingo, R. D.


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

RAFAEL TUFIÑO | Canción, c. 1965, 13 ½” x 13 ½”, xilografía, Puerto Rico


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

AUGUSTO MARÍN | Figuras, 1971, óleo sobre madera, 33” x 44 ½”, Puerto Rico


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

CARLOS RAQUEL | Santa Clara, 1957, linóleo, 21” x 33”, Puerto Rico


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

CARLOS IRIZARRY | La transculturación del puertorriqueño, 1977, serigrafía, 26 ½” X 38 ¼”, Puerto Rico


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

ANTONIO MARTORELL | ABC, 1979, serigrafía, xilografía y collage, 33 ½” X 22 ½”, Puerto Rico


La vitalidad de lo expresivo y la identidad

ANTONIO MARTORELL | Techo ajeno, moneda propia, 1994, óleo sobre papel, 33” diámetro, Puerto Rico


La expresión realista, la realidad mágica y la abstracción

JOSÉ MORALES | Macho con barquito, 1983, acrílico sobre lienzo, 46 ¼” x 32”, Puerto Rico


La expresión realista, la realidad mágica y la abstracción

JOSÉ MORALES | Desnudo, 1983, acrílico sobre papel, 47” x 32”, Puerto Rico


La expresión realista, la realidad mágica y la abstracción

FERNANDO PÁES | Cualquier cosa que esté en el centro del mundo, 1998, pigmento, cola y xeroxgrafía sobre lienzo, 61” x 74”, Brazil


La abstracción expresiva, el signo conceptual

INÉS TOLENTINO | Sin Título, c. 1995, medio mixto sobre papel de estraza, 25 ½” x 20”, República Dominicana a


La vitalidad de lo expresivo, la abstracción y lo fantástico

JOAQUÍN REYES | Sato enamora’o de la luna, Homenaje a Rufino Tamayo, 1992, serigrafía, 23” x 31”, Puerto Rico


El realismo mágico-fantástico y la primera expresión

Antonio Seguí | El hijo del aviador, 1998 , mixto sobre lienzo, 22” x 18”, Argentina


El realismo mágico-fantástico y la primera expresión

Williams Carmona | Transculturación infinita, 1999 , óleo sobre lienzo, 24” x 36”, Cuba


El realismo mágico-fantástico y la primera expresión

CÉSAR MENÉNDEZ | De la serie: El Circo, 1997, óleo sobre lienzo, 57” x 58 ½”, El Salvador


C AT Á L O G O D E O B R A S

1. BEDIA, JOSÉ Recuerdos del Darién, 2007 óleo sobre lienzo 36 ½” x 119 ½” Cuba

10. FERRER, RAFAEL Forever never, 2005 collage, gouache, grafito sobre papel 30” x 22” Puerto Rico

2. BEDIA, JOSÉ Playón Chico, Islas del deseo, 2004 óleo sobre lienzo 34” x 103” Cuba

11. FERRER, RAFAEL Inocentes, 2005 collage, gouache, grafito sobre papel 30” x 22” Puerto Rico

3. BIGAUD, WILSON El ahogado, c. 1982 acrílico sobre masonite 22 ½” x 29 ½” Haití

12. FERRER, RAFAEL Nada, 2005 collage, gouache, grafito sobre papel 30” x 22” Puerto Rico

4. CASIANO, ANGEL Calle Cruz, c. 1975 serigrafía 23” x 18” Puerto Rico

13. FERRER, RAFAEl The Red Bandana, 1984 óleo sobre lienzo 72” x 60” Puerto Rico

5. CARMONA, WILLIAMS Transculturación infinita, 1999 óleo sobre lienzo 24” x 36” Cuba

14. FINALÉ, MOISÉS Bestia de amor, 1997 óleo sobre lienzo 45 ¼ “ x 34 ½ “ Cuba

6. COLLAZO LLORÉNS, NAYDA De la serie Tiempos #8, 1999 acrílico sobre lienzo 36” X 36” Puerto Rico

15. GARCÍA CORDERO, JOSÉ Perros, 1995 serigrafía 22 ½” x 27” Santo Domingo, R. D.

7. CRUZ AZACETA, LUIS Burócrata: Party Bureaucrat II, 1994 acrílico, carbón y fotografía sobre lienzo 43 ¾” x 38 ¾“ Cuba

16. GARCÍA CORDERO, JOSÉ Interior en Playa Popa, 2000 acrílico sobre lienzo 75” X 90” Santo Domingo, R. D.

8. CUEVAS, JOSÉ LUIS Divina comedia, 1972 Litografía y chine collé 30” x 22 ½” México

17. GONZÁLEZ, ROBERTO Hombre pájaro, 2002 óleo sobre lienzo 31” X 37” Cuba

9. FABELO, ROBERTO Caracola, 2004 acuarela sobre papel 29 3/4” x 22 ” Cuba

18. HERNÁNDEZ ACEVEDO, MANUEL Casa clausurada, c. 1978 serigrafía 20 ½” x 15 ½” Puerto Rico


19. HERNÁNDEZ ACEVEDO, MANUEL Edificio abandonado en San Juan, c.1978 serigrafía 21” x 16” Puerto Rico

28. MARTORELL, ANTONIO Caja registradora, 1991 xeroxgrafía y punta seca 13 ¾” x 8 ½” Puerto Rico

20. IRAHETA, WALTERIO La primera costilla, 2000 medio mixto sobre cartón 21” x 20.5” San Salvador

29. MARTORELL, ANTONIO Techo ajeno, moneda propia, 1994 óleo sobre papel 33” diámetro Puerto Rico

21. ITURRIA, IGNACIO Sin Título, 1999 óleo sobre lienzo 23” x 31” Uruguay

30. MENDIVE, MANUEL Energías del agua, 2003 óleo sobre madera y bajo relieve 28” x 39” Cuba

22. IRIZARRY, CARLOS Julia de Burgos, 1983 serigrafía 25” x 31” Puerto Rico

31. MENÉNDEZ, CÉSAR De la serie: El Circo, 1997 óleo sobre lienzo 57” x 58.5” El Salvador

23. IRIZARRY, CARLOS La transculturación del puertorriqueño, 1977 serigrafía 26 ½” X 38 ¼” Puerto Rico

32. MORALES, JOSÉ Tú que sí puedes, 2001 óleo sobre lienzo 40” x 64” Puerto Rico

24. LOUISSAINT, M. Paisaje, 1980 óleo sobre lienzo 11 ¼” x 15 ½” Haití

33. MORALES, JOSÉ De hueco en hueco, 2001 óleo sobre lienzo díptico, 60” x 51 ½” c/u Puerto Rico

25. MARÍN, AUGUSTO Figuras, 1971 óleo sobre madera 33” x 44 ½” Puerto Rico

34. MORALES, JOSÉ Macho con barquito, 1983 acrílico sobre lienzo 46 ¼” x 32” Puerto Rico

26. MARTORELL, ANTONIO ABC , 1979 serigrafía, xilografía y collage 33 ½” X 22 ½” Puerto Rico

35. MORALES, JOSÉ Desnudo, 1983 acrílico sobre papel 47” x 32” Puerto Rico

27. MARTORELL, ANTONIO Rama, 1992 medio mixto sobre papel 27” X 96” Puerto Rico

36. MORALES, JOSÉ Sin Título, 2002 políptico - 5 piezas óleo sobre lienzo 21” x 18” c/u Puerto Rico


37. NIEVES, NORA MAITÉ 144 Chocoláts, 2005 144 bastidores de 4” x 4” c/u enamel, pigmento, polyuretano y “modeling paste” sobre lienzo 59” x 59” Puerto Rico 38. O’ BAS, CHARLES RA – RA, 1949 óleo sobre masonite 24” x 20” Haití 39. OVIEDO, RAMÓN Figuras, c. 1987 11 ¼” x 15 ½” tinta sobre papel República Dominicana 40. PÁES, FERNANDO Cualquier cosa que esté en el centro del mundo, 1998 pigmento, cola y xeroxgrafía sobre lienzo 61” x 74” Brazil 41. PAGÁN, RICHARD Paisaje de playa, 1984 óleo sobre masonite 23 ½” x 15 ½” Puerto Rico 42. PAGÁN, RICHARD Naturaleza muerta, 1984 acrílico sobre lienzo 41 ½” x 31” Puerto Rico 43. PARRILLA, ROBERTO La Zafra I, 2001 polímero sobre lienzo 32” x 48” Puerto Rico 44. PÉREZ, ENOC Paisaje nocturno, 1990 Óleo y café sobre lienzo 36” x 30” Puerto Rico

45. PHILIPE, DUTTY Café Haitien, 1981 acrílico sobre lienzo 23 ¼” x 29 ½” Haití 46. QUIJANO, NICK El sabor lo dice todo, 2005 gouache sobre papel 22” x 29 ½” Puerto Rico 47. RECHANY, JORGE La piragua, c.1979 serigrafía 20 ½” x 29” Puerto Rico 48. RIVERA, CARLOS RAQUEL Santa Clara, 1957 linóleo 21” x 33” Puerto Rico 49. REYES, JOAQUÍN Sato enamora’o de la luna, Homenaje a Rufino Tamayo, 1992 serigrafía 23” x 31” Puerto Rico 50. REYES, JOAQUÍN Mona Vana, 1975 serigrafía 25” x 19.5” Puerto Rico 51. ROCHE RABELL, ARNALDO Omnipresente, 1987 óleo sobre lienzo 84” x 95 ¾” Puerto Rico 52. ROCHE RABELL, ARNALDO Atrévete, 1988 óleo sobre lienzo 71 4/4” x 48” Puerto Rico 53. RODRÍGUEZ LUIGGI, EDGARD Cuando el pitirre, 2001 medio mixto sobre papel sintético 43” X 36” Puerto Rico


54. RUIZ, ABY Existencia sin halagos, 2006 óleo sobre lienzo 30” x 40” Puerto Rico

63. TOLENTINO, INÉS Sin Título, c. 1995 medio mixto sobre papel de estraza 25 ½” x 20” República Dominicana

55. SALCEDO, HELIO 24 cartas de sentimiento absurdos, 1981 intaglio 23” x 29” Colombia

64. TRELLES, RAFAEL Jinete de Junio, 2004 óleo sobre lienzo 45¼” x 77 ½” Puerto Rico

56. SALCEDO, HELIO De los espacios interiores, 1974 intaglio 16 ½” x 7 ½” Colombia

65. TUFIÑO, RAFAEL Canción de cuna, c.1970 monotipo 13 ½” x 13 ½” Puerto Rico

57. SÁNCHEZ CORTÉS, PEDRO Libera tu ángel, 1996 acrílico sobre lienzo 24” x 22” Puerto Rico

66. TUFIÑO, RAFAEL Abolición, c. 1965 10” x 15” xilografía Puerto Rico

58. SEGUÍ, ANTONIO El hijo del aviador, 1998 mixto sobre lienzo 22” x 18” Argentina

67. TUFIÑO, RAFAEL Canción, c. 1965 13 ½” x 13 ½” xilografía Puerto Rico

59. SOBRINO, CARMELO Un día de febrero, 1990 óleo sobre lienzo 44” x 38” Puerto Rico

68. URIBE, FEDERICO Madre naturaleza, 2004 escultura en medio mixto y materiales prefabricados en resina plástica 32” x 16” x 12” Colombia

60. SOBRINO, CARMELO Calle San Agustín, 1992 medio mixto sobre masonite 37 ½” X 25 ½” Puerto Rico 61. TOLENTINO, INÉS Serie: En lo que el mundo se viene abajo; Los desórdenes del amor, 1996 medio mixto sobre papel 25 ½” x 20” República Dominicana 62. TOLENTINO, INÉS Serie: Los desórdenes del amor, 1995 medio mixto sobre papel 25 ½” x 20” República Dominicana

69. VARELA, FERNANDO Búsqueda bíblica azul, 1991 gouache y tinta sobre papel 40 ½” x 26” Uruguay 70. ZENO, JORGE MORALES Un guineo para Cristina, 1989 tinta sobre papel 15” x 21” Puerto Rico


C R É D I TO S

MUNICIPIO AUTÓNOMO DE CAGUAS

SUCESORES PEDRO CORTÉS, INC.

WILLIAM MIRANDA MARÍN Alcalde

IGNACIO CORTÉS GELPÍ Presidente

Departamento de Desarrollo Cultural

DENISE SHEHAB LICHA Coordinadora de Exposición

MARILÚ CARRASQUILLO RAMÍREZ Directora MYRTA MARTÍNEZ DELGADO Directora Auxiliar IRMA IRANZO BERROCAL Directora Auxiliar

LOURDES SASTRE FERNÁNDEZ Relaciones Públicas LYDIMARIE APONTE TAÑÓN Diseño gráfico JOHN BETANCOURT Fotografía

LYMARI SÁNCHEZ TORRES Ejecutivo I

MUSEO DE ARTE PÍO LÓPEZ MARTÍNEZ MUSEO DE ARTE DE CAGUAS ELSA MARÍA MELÉNDEZ TORRES Curadora JUSTO CÉSAR REYNOSO LIMÓN Registro MARIBEL NAVARRO CONCEPCIÓN Oficial Administrativo II

HUMBERTO FIGUEROA TORRES Curador de la muestra Ensayo: Cortesías ANTONIO MARTORELL CARDONA Ensayo: El arte de coleccionar arte

23 de agosto de 2007 - 19 de enero de 2008

JEYMY RENTA ACOSTA ANGEL HERNÁNDEZ ALAMO Preparadores de montaje CINDY MARTÍNEZ MERCED Guía de Museo ELSA MARCANO ORTIZ Seguridad ASUNCIÓN CANTRES CORREA Editora

MUSEO DE ARTE DE CAGUAS


PO BOX 363626 SAN JUAN PUERTO RICO 00936-3626 | 787.754.7040 / 87.754.7130 | FAX 787.753.3842 | WEB PAGE WWW.CHOCOLATECORTES.COM


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.