Catálogo "La Mirada Inquieta"

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Del 30 de enero al 28 de febrero de 2015 Casa de Cultura de Almansa


Conocer a Ángel es, en mi caso, una circunstancia puntual y marcada por los hechos que las personas nunca podemos controlar y que nos vienen dados... ya se sabe aquello de que a los familiares no los elegimos nosotros. Observar sus fotografías, recorrer las imágenes de una exposición como ésta con las que nos obsequia es otra forma de conocerle y por la que optas libremente, al margen de circunstancias, opción de la que obtienes el deleite de disfrutar con algo que no deja indiferentes ni a tus ojos ni a tus sentimientos. Estas fotografías te hablan y una vez que te detienes a escucharlas aprecias lo que te dicen. El autor muestra quien es y como es a través de sus fotos. Decía Ortega y Gasset que nada de lo que hacemos sería nuestra vida si no nos diésemos cuenta de ello y dejáramos su correspondiente constancia. Pues bien, Ángel elige para ello su quehacer fotográfico. La fotografía es una excelente herramienta para elaborar el testimonio vital de hechos y personas, el retrato de situaciones y lugares y, por supuesto, de los propios autores, de los fotógrafos. Y máxime cuando el fotógrafo da un paso hacia delante en el trabajo técnico

y busca algo más: el hechizo, la inspiración que convierte la fotografía en arte. La técnica se aprende, se trabaja y se mejora; pero el genio, la inspiración, se tiene o no se tiene. Y Ángel tiene ese don, quizá en su caso un don genético, herencia que no figura en testamento alguno pero del que se impregnó en aquel cuarto oscuro donde su padre, Mario Bonete, revelaba sus fotos. Como él, Ángel se vuelca en su obra y desnuda su personalidad en cada fotografía que realiza. La del viajero que capta el misterioso paisaje de Rumanía, el color del fin del mundo en Islandia, el motero que se encuentra recorriendo la Ruta 66 por las carreteras norteamericanas. Su ojo fotográfico, capaz de captar el contraste de la dureza de la calle o la vida misma con la dulzura de ciertos retratos o la suavidad de algunos paisajes, es el magnífico testimonio que nos aporta esta exposición y que nos perfila la personalidad del autor. Juan Luis Hernández Piqueras


Ya no recuerdo, debido al tiempo que ha pasado, la primera vez que miré a través de un visor fotográfico, seguramente fui empujado a hacerlo por la gran afición que tenía mi padre a la fotografía y que desde muy pequeño me inculcó. Pero lo que sí tengo claro es que desde entonces no he dejado de hacerlo, y al asomarme a la vida a través de ese visor aparecen ante mí imágenes que en alguna ocasión, por suerte, han sido capaces de hacerme sentir el impulso de presionar el disparador del obturador, desde ese mismo momento la imagen que queda grabada en el carrete/sensor de la cámara forma parte de la historia de mi vida.

que llevas la cámara al hombro y pasa de repente ante ti la fotografía y disparas, de cualquiera de las maneras el impulso de disparar te ha hecho crear.

El haber tenido durante tanto tiempo la afición a la fotografía, me ha dado la posibilidad de poder disfrutar de esos momentos en los que decides colgarte la cámara para salir a cazar alguna imagen preconcebida o aquellos en los

Espero que os sean sugerentes.

Las fotografías que se muestran en esta exposición, suman infinidad de historias, viajes, conversaciones, personas, situaciones, kilómetros y momentos vividos que al mirarlas te pueden contar historias ocultas tras la imagen, en ningún momento se pretende mostrar arte en esta colección de fotografías, son sencillamente una consecución de imágenes fruto del impulso de apretar el disparador de la cámara de fotos por tener la mirada inquieta.

Ángel Bonete Piqueras



Todo fot贸grafo busca la conciencia y la memoria de su tiempo. Sergio Mendoza


km cero Comienza esta propuesta de viaje fotográfico con dos imágenes de Almansa, lugar que ha sido y es, el hogar de Ángel Bonete, pero también su escuela fotográfica. Las largas horas de laboratorio con su maestro y padre, el fotógrafo Mario Bonete, uno de los pioneros de la fotografía en Almansa, han educado esa mirada inquieta e instintiva del buen cazador de imágenes, así como su oficio y apego al blanco y negro.



el viaje Ángel realiza una aproximación documental al viaje y sus paisajes, en los que el tratamiento de los cielos y la ausencia de personas transmite, una sensación nostálgica de espacios abiertos, donde la huella de lo que fue y el concepto romántico de perdida se entrelazan. Son lugares que se muestran como escenarios de glorias naturales y adversidades humanas, en los que es el espectador quien finaliza la obra, imaginando tanto las ausencias como las presencias, que están latentes en cada fotografía. La serie de viaje, finaliza con cuatro imágenes que representan la llegada, aparece por primera vez el hombre en un plano alejado y lo que antes era dramatismo ahora es sosiego y serenidad.









, la metropolis Continua la propuesta de viaje a la cultura de nuestros días que nos hace Ángel, con la aparición de la ciudad. Laberinto de hormigón, cristal y acero. Es el triunfo del hombre sobre el medio. Las imágenes son de mirada frontal y composición equilibrada, pura fotografía documental. En realidad nos está introduciendo en la casa que habitamos y sus personajes.



ciudadanos Es el centro de la exposición, yo diría su alma, ahora la composición es más libre, acentuando un mayor ritmo en las imágenes que son mucho mas complejas. Los puntos de fuga nos arrastran en la búsqueda de nuevos sujetos, el fotógrafo no solo observa a la gente, se acerca al motivo y se integra mediante el uso de un angular. Condensa sentimientos y realismo en esta serie, en la que el observador puede interpretar lo fundamental de la historia de esas personas, así como del contexto en el que viven.







ruta 66 Esta pausa conceptual en la exposición, nos propone una mirada antropológica a los caminos de la Ruta 66 Estadounidense. Como si de un viajero del XIX se tratara, la pasión del fotógrafo se manifiesta, en la recreación de un mundo casi ideal y fantástico, rastro de aquel que marcó las comunicaciones y el estilo de vida, entre los años 20 y los 50 Norteamericanos. Se trata en definitiva de una reconstrucción estético y filosófica de aquellos territorios.





miradas Lo importante en esta serie es el singular, aunque no se renuncia al contexto, la atención se detiene ahora en la persona individualmente. El relato se focaliza y trata de captar la esencia del personaje principal de la escena, que, aun siendo instantáneas de calle, muestran complicidad y sinceridad en la mirada, lo que intensifica la fuerza de estas imágenes, y su valor como representación de lo humano. La serie finaliza con cuatro imágenes que vuelven a alejarnos y presentarnos situaciones de la vida cotidiana en una ciudad que podría ser cualquiera, con sus relaciones y contradicciones. Es de nuevo la vida en estado puro.









origen Esta muestra de Ángel Bonete Piqueras finaliza, con dos imágenes que vuelven a la naturaleza, y que reivindican las interpretaciones de la fotografía de paisaje de los grandes autores como Ansel Adams o Sebastião Salgado. El punto de vista intenso y el tratamiento del monocromo, consiguen que estas obras sean una experiencia sensorial compleja, que una vez contextualizadas en la exposición, proponen una reflexión acerca del hombre y su entorno, cerrándose así el circulo de este trabajo con esta vuelta al los orígenes de la vida en el planeta.



Comisariado: Cecilio Sรกnchez y Sergio Mendoza Textos: Sergio Mendoza Edita: Ayuntamiento de Almansa Imprime: Imprenta Municipal D.L. AB-23-2015


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