LA CASA EN EL ESPEJO
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Mercedes a Luneta Parroquia Altagracia Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30 William Osuna Daniel Molina Ánghela Mendoza ©Mariajosé Escobar Caracas, Venezuela 2015 Jennifer Ceballos Ximena Hurtado Yarza Ánghela Mendoza
Fundación Casa Nacional de las Letr as Andrés Bello
Presidente Director Ejecutivo Coord. de prod. Editorial
LA CASA EN EL ESPEJO Diagr amación Corrección de textos Diseño de colección Dep. Legal: lf60520158001614 ISBN: 978-980-214-347-4
LA CASA EN EL ESPEJO Mariajosé Escobar
Un anti-prólogo
Digo que este texto es un anti-prólogo porque seguramente no toca los elementos que tradicionalmente tocaría un prólogo. Los prólogos tienen ese tono laudatorio; parece que su telos es el panegírico. Sin embargo, debo decir que este texto me reconecta con lo mejor del idioma, nuestro idioma. Su autora es, ante todo, una lectora. Una lectora que, llegado el momento, escribe; rompe el silencio. Escribir poesía es tal vez una de las cosas más inútiles que haya. En verdad, en una contemporaneidad trepidante, cuando lo que se exige es lo rápido, lo fugaz, lo trivial… ¿Qué sentido tiene allí la poesía? Poco o nada. Pero hay reservas íntimas, resortes emocionales que saltan desde dentro, bullen sin parar ante la palabra bien dicha, ante la nota que dice: “el alma se me ha vuelto pájaro”. Entonces la violación del silencio (su rapto por el orden de logos) tiene un sentido más definitivo y abarcante. Toca leer con la piel abierta como para que todas las palabras salten en uno, como si todas las bellas frases fuesen deseadas de un tirón. Entonces la poesía –¡coño la poesía!–, viene a reafirmarnos más humanos. Digo más: pensé que los diminutivos se habían “extinguido” con Ramón Palomares campesino. Pero Mariajosé Escobar (amiga al modo contemporáneo: en
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el Facebook) escribe con palabritas pequeñas, como inocentes, como sin querer queriendo (¡qué frase más hermosa!); dice sin incomodidades lucecita, cunita, trocito, caminito, sietecito… como si fuese un idioma hecho de ternura. Y uno la lee y acaso también se está leyendo uno. La lectura es como una tautología de uno mismo. Mariajosé escribe directo. Deja la sed tras su paso de palabras. Entonces la manida figura del espejo resurge, toma otros bríos con nuestra joven autora: vuelve lo refractario, lo transparente, lo disímil, la transfiguración, el otro reflejo que también mira (la otra mirada, las muchas miradas de la casa atrapada en el espejo). Pero también hay como un efluvio, un susurro entre íntimo y desterrado; una voz a veces fémina o asesina (¿qué pasó con la ternura y los diminutivos?); ahora hay un algo más visceral y esencial, una voz mujer y deseante que reclama dominios. El poema Al borde de la cama: Invasión sorprende por el juego de los amantes, tan principios del XIX, así, con el ustedeo que juega al devaneo. Y la voz continúa, trasegando por casi todo lo decible. Habla del poeta lacerado por el sol-salitre-playa, el que murió de azul en su destierro marino. Mariajosé entonces opta por algunas infidencias; su poesía a veces repta y es amago. Otras veces nombra desde
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la piel, piel femenina que se distingue desde un elocuente y sugestivo Ella… ¿Ella quién, Ella cómo, Ella cuándo? En Los logócratas George Steiner sostiene que: “Leer, en el verdadero sentido del término, una página de Kant, un poema de Leopardi, un capítulo de Proust es tener acceso a los espacios del silencio, a las salvaguardias de la intimidad…”. Mariajosé y su libro son un exhorto al buen silencio; a una lectura sin prisas. Tengo la insana costumbre de leer siempre más de una vez los libros; este que reposa en las manos del lector me lo leí dos veces. En ambas oportunidades pude encontrarme con frases poderosas y sencillas. Es lo bueno de la poesía, nos descubre siempre a mitad de camino, allí donde la sed no cesa y las posibilidades, como la primavera, son inexorables. Poema sol: “el alma se me ha vuelto pájaro” La contra: Yo tengo el frío puñal de hueso para abrirle la barriga a la madrugada y desangrarla de luz.
Johan López
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¿Quién soy? Primero una pena, luego el soportar. (…) Una vez dije: El mar en mí no deja dormir Ahora lo sé, sé qué significa la vigilia estoy atenta llevo algas apegadas a mi cuerpo. (…) La casa está aquí, aquí los fuegos y las aguas aquí el lar “Pero tú, tú sufriste tanto, para todo esto” (…) Por ello lavo la casa Y este grito solitario... ¿qué será?
Hanni Ossott
Yo no sabía que la casa de la infancia me hiriera después y que sus gasas, sus cortinajes, sus ropajes se apegaran acumulados a mi piel interior Hanni Ossott
A mamá Betty Gámez por hacerme ser quien soy A papá Gilfredo Escobar por quererme como soy A Juan Pío Rondón porque como soy me ama A Caneo Arguinzones por la amistad, el insomnio compartido las alegrías y las tristezas
La antesala
Una mano en el espejo testigo silente del día a día ojo despierto pero si lo toco me es más cercano menos hostil ¿Acaso es Él lo cierto? o la realidad anda dormida por zaguanes desperdigados en la memoria El ojo se metamorfosea se invierte o la que cambia soy yo Al tocarlo el espejo vomita o vomito yo sobre la conciencia algo muerto Sangre fluvial plagada de peces dormidos en el vestíbulo Mi mano se hunde paso de un zaguán a otro ando descalza pisando peces podridos pegajosos antesala de eso que Es 13
I HABITACIÓN FRENTE AL ESPEJO LO FRAGMENTARIO
La casa
Esta noche he sido devorada por los espejos mi realidad en negativo se hace transparente entro en una casa habitada por ellos Puedo caer dentro del reflejo y ser transportada a otro y a otro en donde soy una mĂşltiple-caleidoscĂłpica el grito surge pero nada se oye y soy una y varias u n a
e n
p e d a z o s
en la casa de los espejos  
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La grieta
De puntillas me asomo a la grieta florida del insomnio magma de barro hecho cenizas Abrazar la hoguera cada noche hasta que mi piel calcinada se acrisole Derramar un poco de alcohol para los muertos convocarlos con el canto explorar la grieta y ver cara a cara cara y cruz al insomnio con sus flores sangradas
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Ofidio
Hoy un día más o menos un día menos lo sé un día más que da paso a una noche que se agiganta Y otra vez es un día nuevo ¿para qué? para dar paso a una noche que se desdobla y multiplica Vomito culebras y cuando sale la última tan llena de miasmas yo también me escurro con ellas y ya no más otro día pues me arrastro hasta la ventana
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Sol
de noche en hilo hasta ti me elevo y me visto con las plumas de las aves de la Tierra y vuelo junto a ellas camino en los tejados lluevo entre la hierba Sol de la noche serena el alma se me ha vuelto pájaro fina hebra y queda flotando y es sonido y clamor En esta noche soy guacamaya y soy cuervo soy ave de mar y ave rapaz Al llegar a la ventana me asomo emplumada a la cunita de un niño y en él hundo mi pico carnicero Pero no no sólo eso en la madrugada trinaré en su ventana como si nada y amaneceré desnuda multiplicada nuevamente mujer pero muerta entre las ramas 20
La contra
Yo tengo la contra la contra la tengo yo el bebedizo las flores las yerbas Yo tengo el tambor el pie descalzo Yo tengo el puñal de hueso y en las manos piedras frías la pócima el bastón la palabra nocturna la mirada andante Yo tengo el frío puñal de hueso para abrirle la barriga a la madrugada y desangrarla de luz
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Asedio
Ella inmensa no sabe que la asedio Hoy creciente creciente sonrisa que se burla de mí blanca como neón Ella es quien me obliga a contemplarme hasta que me asqueo Ella es voz de mujer torturante negativa del hombre amado negativa de su risa negativa de su falo Odio sus guirindajos lucecitas que todos aman pero esta vez tengo algo planeado tengo el puñal mi contra mi salvación Ella cae otra vez callada callando no lo sabe yo finjo dormir luego salto hacia ella y ya no la asedio más La ocupo 22
desEncuentro
Salté desde mis ojos hacia adentro como si de un trampolín se tratase caí en esa casa Y verte ahí todavía niña Yo traía el bullicio Ella me miró en la transparencia ojos piedra con los que me habló de lo que soy: fuego torrente eco de voces cosquilleo en la sangre noches sin reposo bostezos en la escuela y círculos concéntricos Salté desde mis ojos hacia adentro buscaba qué silencios Sentía algo pegado al rostro ya no me reconocía al pasar fugaz por el espejo pero tampoco la reconocí a ella
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Es un espejo
durante el día cae y se destroza se vuelve a unir cada noche En el descanso el espejo se recompone se amalgama y la realidad parece sostenerse finamente con alfileres En el insomnio me hago sangrar por dentro –minuciosamente– con trocitos de vidrio En el reflejo deshecho me miro –múltiple lacerada– y la realidad no es más que un conjunto policromado yuxtapuesto y no amortigua un golpe silente contra la pared
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No es casual
Existe un impulso orgánico una piedra angular de la que brota un maná multicolor Se trata aquí y en cualquier parte de una vivencia cristalizándose en el borde de una botella de agua Es algo que invita a despellejar la noche a entregarme a una vorágine atravesando sinapsis Existe un impulso orgánico que me lleva de la mano a lanzarme a la ventisca que hiere y me deshace en pedazos en ecos en prímulas
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Itinerario
Conozco los caminos que pueden llevarme a la locura sé también de los que me traen de regreso marcados con migas de pan Cada uno de ellos los han transitado mis pasos aferrada a una fina hebra Se trata de un andar de puntillas por la casa en la madrugada midiendo cada tacto de pie para que nadie lo note Se trata de un desmesurado terror al sueño hacerse violenta en lo líquido hacer flaquear resistencias diques con este pecho mío convertido en pulpa de fruta Y de pronto volver volver por el caminito de migas de pan pequeños puntitos que me guían de regreso ¿He regresado de veras? No será que estoy dormida 26
bajo los efectos soporĂferos de otro fĂĄrmaco intravenoso Conozco los caminos que pueden llevarme a la locura pero los pĂĄjaros
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Marioneta
Cuerpo mío cruzado de virutas Ojos míos ya fijos Sonrisa pintada impostada toda yo Transitar las calles de Caracas o del mundo los caminos cercada por hilos Marioneta ¿de quién? desnuda resistiendo Marioneta ¿fabricada por quién? la que anda y trastabilla la que hace mímicas sobre el papel
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Queda la sed
En mi lengua hoy se desnuda un alacrán en mi pie la orquídea contraparte de la ponzoña Con la vista trato de fijar la realidad a la que quiero atarme aquel poste esa calle ese niño llorando y su madre aquel carro y la moto y la señora que lleva pan cuadro tras cuadro una línea tras otra pero el boceto interior queda borrado no logro aprehenderlo En el horizonte matinal he buscado la hebra que me lleve a la permanencia Ha transcurrido el día queda la sed
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II HABITACIÓN ELLA
Ella I
Ella tiene cabellera lĂquida su pie desnudo camina en mis adentros y me pierde De sus senos han surgido dos serpientes aladas ante mĂ invitaciĂłn al misterio En el borde de su ombligo hay una duda a punto de caer al precipicio celestial o infernal interrogante Cabalgar por su cuerpo es ingresar a un reino callado y dormido Ella es piedra angular de mi voz sediento crisol de lluvias Ella me sumerge me ata a sus caderas Ella terrible llena mis noches de ecos de tacto y cadencia Ella terrible es mi necesidad
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Ella II
Ella salía de la espesura de lo que es humedad y contingencia movía la rueca y se arrastraba en silencio Ella salía del barro mismo latente de la savia Viene sin aún despertar pero reconoce la tierra que pisa Nace larval nocturna viscosa Se arrastra surge Cuando llega se alza luego se diluye y vuelve a ser agua
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Ella III
Ella abre su vientre ante mi mirada me sumerge en su cama y me ofrece la estampa de su pie desnudo Ella tiene los rizos de las araùas tejedoras una piel negra besable pero helada devora y acaricia sitia y ocupa A veces me ocurre que en ella escribo a veces ocurre que en ella muero –una y otra vez– ante el espejo
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Ella IV Plegaria Ella entró en la ducha apoyó la cabeza contra la pared Finas gotas calientes surcaron su espalda humedecieron sus cabellos acariciaron su pubis Ella se dobló hacia adentro envolvió sus rodillas con los brazos se meció hacia adelante y hacia atrás Pidió en silencio al agua aquello que no puede ser pronunciado y que sólo el agua sabe escuchar
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Ella V Eclosión Latente como una laguna dentro de la tierra me elevo poco a poco y sin dolor nazco He de emerger como halada hacia arriba cuando en mí se genera la vida y explota Subterránea y abisal en tus profundidades me he gestado en silencio para que no lo notes esperé el momento de brotar de irrumpir en el presente de dejar de ser embrión devorándote y Ser esperé el momento de nacer
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Ella VI Palabras Para Geraldine Giménez por creer en mí
Estoy poblada de palabras palabras redondas, blancas, alargadas, transparentes, palabras que se empujan unas con otras y juegan a la ere compulsión por escribir No tengo manera de desprenderme de ellas ¿quiero hacerlo? palabras chatas, negras y rosadas como caracolas me invaden Mi vientre crece durante meses De pronto viene el pequeño animal ese animalillo agudo que roe me bebe el vientre y entonces no más palabras sólo silencio
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PersecuciĂłn
Las palabras me buscan presiento sus vibraciones su paso redoblado por mis riscos su caĂda en ciertos farallones de la memoria su aleteo vorĂĄgine
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Preguntas en los espejos
¿De dónde emerge todo esto? ¿de algo anegado y pútrido en mi cerebro? ¿de una fisura maloliente del yo? ¿de un espejo hecho trizas? ¿de un ombligo por el que sale luz? ¿de un andar nocturno semiinconsciente? ¿del fuego que golpea el iris? ¿de la hondonada de tu espalda? ¿de la enredadera de mi pubis? ¿del cuchillo de mi madre? ¿de la luz transparente de la mañana? ¿del sol negro de la noche? ¿de la luna de día aún en la conciencia? ¿de tus labios que duermen tan tranquilos? ¿de los zumbidos en los oídos? ¿de los diagnósticos psiquiátricos? Silueta de mujer enredada en su cabello violenta sucesión y la mujer insomne buscándose respuestas
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Trece de junio Ella es una blanca Beatriz, y de pie sobre el creciente de la luna, visitará la mar de mis dolores R amos Sucre
El insomnio circular te trae de vuelta a mí he perdido la cuenta de cuántas veces he deseado la visita de tu blanca Beatriz Cuánto me hiere el espejo en el que se insinúa tu silueta más allá de tu fantástico asilo el mío propio Cuánto dolor antropófago narcótico Cuánto silencio entre tú y yo y tanto discurso del contemplativo Quiero asirme a la cintura de tu Beatriz amar sus senos su cabellera sus ojos
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Beatriz, la muerte –imaginal, imaginada– deseada por mí Beatriz como respuesta a veces única Comparto contigo la lluvia sobre páginas desnudas tan desnudas como ella único paliativo antes de su llegada Tal vez mañana tal vez mañana sea para mí trece de junio también
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Boceto para Reverón
Te esparces te difuminas eres a veces boceto borrado de ti mismo En El Castillete te amarras formas andróginas escalan tu cintura palmo a palmo y tú las detienes con la cuerda para que no te sitien Tus muñecas te miran los ojos anhelantes las besas secretamente sin que Juanita se entere La cuerda con la que retienes a tus asaltantes está por romperse el delicado hilo que te ata la luz te traga vorágine El mar viene y te rasga la garganta al salir el grito sobre el papel
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Llovizna “Con la misma urgencia” A Juan Calzadilla con admiración, cariño y agradecimiento por su amistad
Urge ver la lluvia Juan como tú la has visto ver sus finas gotas aferrándose al marco de la ventana mirar una precipitarse y escuchar su llanto silencioso al caer Para eso hay que hacer un alto en este tiempo de innumerables repeticiones En medio de la tarde cansados los ojos de lo cotidiano seca la garganta al llegar a casa o en medio del tráfico Sembrar germinar nuestro Ser hecho otro responder a lo urgente a lo necesario ¿Cómo no va a ser urgente? 44
la tarea del pez naranja transitando sueĂąos urge ver la lluvia Juan como tĂş la has visto
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Naufragio A Caneito
Se me viene el impulso de no volver la tarea pospuesta la de Alfonsina y el mar la de las olas contenidas en la garganta se me viene el impulso de disiparme en brisa marina para renacer en ojos asustadizos de gaviotas porte単as
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III HABITACIÓN EN LA CAMA
A Juan Pío Rondón, Desde lo múltiple ofrendo
Transfiguración I: serpiente
Crezco desde la espuma mi cuerpo se yergue vengo a verte dormir La quietud de tus párpados tu respiración lenta esa pasmosa tranquilidad del durmiente que puede ir a donde sea sin moverse sin saberlo mientras yo mientras duermes he venido a verte dormir a deslastrarme de urgencias en lo ignoto ese espacio tuyo que me está vedado Y cuando sé que volverás a despertar me enrosco en tu cuerpo cual serpiente marina me deshago en espuma y justo cuando abres los ojos soy ya sudor en tu piel
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Transfiguración II: gato montés
Sus manos pez oscilan por mi cuerpo Un gato montés bordea el precipicio de mi insomnio y su mirada me transfigura Ahora soy yo el gato montés trepo huelo busco su olor me lleva a un valle está dormido me acerco sigilosa Él sueña que es un pez y que navega por mi cuerpo yo lo devoro Camino alrededor de su cuerpo desmembrado yo gato montés lloro su cuerpo que he deshecho En su iris sangrado veo mi imagen me transfiguro vuelvo a ser yo Y un gato montés me engulle en la habitación de mi amado 52
Transfiguración III: lagarto
Él, lagarto piedra hecha de viento y espuma camina por el techo mientras ruego la visita del sueño reparador que me fue arrebatado La piel del lagarto es fría escamas rugositas porque ha bajado a mi cama porque puedo tocarlo ojos tristes lengua zigzag Él tampoco duerme e imagino que en otro tiempo fue el sembrador de los ríos claros y que persigue algo que también le arrebataron De pronto me mira y me siento lagartear junto a él muevo mi cola de un lado a otro me cuenta en una lengua que nunca más hablaré que sí que es Él el que cultiva la Vida 53
Transfiguración IV: barro
Del barro hemos surgido tú y yo primero dedos manos brazos cabezas tronco piernas pies nos hemos ido fundiendo –pigmalionándonos– Tú y yo de arcilla moldeándonos el uno al otro Seres primigenios caminando materia recién creada y de pronto El despertar
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Transfiguración V
Transfigurada yazco sobre ti Soy este corazón hecho llaga hecho sangre que te lame Mi forma humana está a punto de develar la pústula que hay en mí la que carcome desde el parto de mi madre En mí muere la simiente envenenada con la ponzoña de un error de sinapsis y oscuros desperfectos químicos Mi legado es estéril como planta que no da fruto podrida por dentro carcomida de gusanos Este corazón miasma sangrienta fruto único desprendido no semilla no rizoma
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transfigurada yazco sobre ti fruta hecha gusanera
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Oscilaciones
Estoy en la casa del sonido vibra la quietud de cada gota húmeda caracolada que se lanza frágil al viento a morir y puedo oírla caer Crispada en nervios sobre ti me yergo Me trasparentas la tristeza de la tarde haces cierta la mesa servida Tú cuando como en silencio y me extiendes la mano sin hablar y es esa mirada tuya la que me regresa a lo material a lo cierto más allá de mis farallones Y de pronto en la cama estoy en la casa del sonido mientras te miro dormir
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Mirarte dormir
Hay algo abismal en un hombre dormido se puede caer en el vórtice de su respiración hay algo siniestro en esos ojos que se mueven lentamente de lado a lado en sus finas pestañas pobladas en su rostro sin gestos en su pene insinuado apenas por las sábanas Hay algo terrible doloroso en esa naturalidad de estirar los brazos emitir profundos suspiros encorvar la espalda ladear el cuerpo y dejarse caer así sin más Mientras de este lado de la cama yo me deshago me recompongo 58
y vuelvo a deshacerme Puedo mirar tus sueĂąos tranquilos desde mi pesadillesca vigilia desde mi desandar la cama desde mi desordenar el cuarto buscando algo perdido mientras tĂş y todos los otros
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Caníbal
Lo acuchillé minuciosamente dormía y lo acuchillé lo primero fue un grito ahogado pero el primer golpe fue en el cuello y ya no pudo moverse hundí mi cuchillo en su piel blanca que se abrió como pulpa de pomarrosa su sangre me corrió por las manos por los brazos la bebí Seccioné mis partes preferidas ese cuerpo que tanto me satisfizo su sexo talismán simiente sus manos las metí en el horno para mantenerlas tibias sus pies los más hermosos pies de hombre jamás vistos sus brazos emboscada de serpientes marinas sus ojos sus ojos los guardé en un cofrecito de mi colección 60
Latir
Yo veo un batir de pájaros de tormenta vuelan sobre mí y puedo tocarlos anidan en mi cerebro escucho sus trinos parloteos Yo siento como late el corazón de un pájaro en mi pecho y puedo degustar el sabor de su lengua cuando me besa
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Espacio vacío I
Aprendí a cocinar a mezclar yerbas especies orégano en rama canela paprika Aprendí de sabores y cada vez que él cocinaba se poblaba la casa de aromas y cantos de otras tierras de sombras de dromedarios y carpas de velos y la eterna Sherezade que a través de su boca me contaba un cuento cada noche
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Espacio vacío II
Aprendí a hacer el calendario maya es un arte de círculos concéntricos de símbolos y colores Giran las imágenes en direcciones contrarias y uno a uno los años desfilan en mi retina Pero se acabaron los tiempos medibles con ese calendario y ya no sirve de nada
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Espacio vacío III
Aprendí a escuchar atentamente a Clío su guitarra a suspender el pensamiento ese flujo continuo secuencia interminable de flashes aprendí a sortear el insomnio al escuchar la música de las cuerdas de Clío ahora ella no está ni él pero yo aprendí
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Sinestesia
El eco persiste el eco el eco aún en este silencio el sol me calienta las manos y hago fotosíntesis de esta tristeza respiro y este aire frío/tibio de Buenos Aires me invade pero el eco persiste Desdoblada desdoblante ¿quién es el eco? Desde qué borde puedo lanzarlo al vacío y si lo lanzo en medio de la madrugada caerá en un pozo y entonces serán las ondas las ondas
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Al borde de la cama: Invasión Para A B
Usted sabe que lo miro y envía desde lejos ejércitos a sitiarme Me rodea con ese su cuerpo inmenso pero mi ciudad para usted es impenetrable No crea que yo no lo miro yo lo busco por las tardes por las madrugadas Usted mueve sus piezas sus ejércitos por oleadas ellos se suben a mí sus miradas me rodean la espalda sus manos mariscales de ese ejército suyo me adivinan en la penumbra Yo mando flotas de amazonas juegos de espejos que se desnudan ante usted y me salvan
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Birongo
Esta piel devenida en escamas desanda caminos entre tus pasos y los míos Con birongo me juego la última oportunidad de tenerte y sólo podré ganar Dados en doble seis cuatro ases y cuatro cruces yo repito todas las contras y conjuro este encuentro
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Envite Para M A G
En el umbral un siete de bastos inspecciona mi vigilia Se crece la herida por las tardes al volver del trabajo Esa baraja es mi contra contra la mala jornada y los presagios contra eso de soĂąar peces muertos y amanecer entre ellos babosos pestilentes El sietecito de bastos estĂĄ allĂ y me cuida me dice al oĂdo si estoy despierta o dormida Riego las matas recompongo el desorden y correteo con el siete en la cabeza que habita esta casa de ausencia
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Vuelo A Cruz Salmerón Acosta
Estar solo te hace más consciente de tu cuerpo como si en el Otro ese de venas carne pechos se borrara por fragmentos Larva de mí la carencia ha hecho estación en mi piel que cae a pedazos El poeta del color azul trajo la lluvia cuando se fue porque no quería llevarse el azul de la tierra su soledad se extendió por el pueblo entero se hizo azul en cada lágrima ante su féretro el poeta abrazó su cuerpo herido y voló hacia el cielo azuleado pintado por su voz
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BALCÓN TERRORES NOCTURNOS
MonĂłlogo
En la ebriedad de esta madrugada trato de acercarme de puntillas a ese borde en el que habita el silencio Quiero reconciliarme con ĂŠl tocar su cuerpo beberme gota a gota su lĂquida faz A veces se me muestra desnudo como piel a ser recorrida con besos como posibilidad de encuentro como caricia que va creciendo y creciendo hasta herir a veces se me esconde y me sorprende al cruzar la esquina en un nuevo desespero En la ebriedad de esta madrugada silencio quiero poseerte burlarte golpearte y con manos mojadas mojada la piel
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desdibujarme borrador inservible arrugar mi existencia y empezar otra pรกgina en blanco
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Conjuro
La lluvia me condensa la angustia que se crece lenta As de bastos tijeras en cruz repito el conjuro de la abuela pero no redime no funciona la lluvia me sube a los labios al salir el grito Mi cuarto se inunda pero no hay peces s贸lo agua que se estanca en la conciencia
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Planos seriados
Tengo terror a las formas repetidas y en el mundo todo se repite es seriado La violencia sería una válvula La cadencia de las palabras -seriadas tambiénescape cierto Pero la palabra no es escape y a la vez sí la palabra se hace mundo te vincula La palabra es escape y es prisión –prisión seriada, una más– ¿entonces? La salida no es el escape es profundizar la angustia abrir más la llaga recorrerla hasta que duela y duela más Seriado el tiempo repetido en el que escribo
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Terrores nocturnos
Horror al sueño eso sí pero por qué en él la locura está más cerca Horror a la locura entonces a la soledad que la llama la procrea Horror al sueño a la soledad a todo lo que pueda precipitar una caída que parece destino unas manos que surgen de paredes un fuego que quema vísceras un cuchillo por el que me hice poeta para seguirme hiriendo –minuciosamente– Una obsesión que se repite de un polo a otro una esfera y el reflejo en ella se deforma pero es que no hay forma cierta
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Lepra A Cruz SalmerĂłn Acosta
Despojos de carne en la conciencia jirones de mĂ que se arrastran son restitos de cordura los que quedan en esta cotidiana lucha soy vencida Despojos de carne pues me muerdo pero el azul sigue allĂ intacto y nadie sabe nadie
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Pesadilla
Tenía un sueño áspero. No sabía si despierta, si dormida, me dejaba caer lentamente. Una serpiente alada salió de mi boca, me enroscó. De mi ombligo surgió un árbol, pleno de manzanas, que durante el paso de la noche, crecieron y se maduraron. De mis oídos un par de arbustos espinosos, me rodearon. Una de las manzanas cayó en mi estómago. Y comenzó; un calor que se expandía desde mi vientre a todo mi cuerpo, un calor que al llegar a mis manos las helaba. De mis venas nacieron sombras que se esparcieron recortadas por todo el cuarto. Las semillas de la fruta cayeron en mis senos, y una niña se arrulló en ellos y se quedó dormida. Con las luces de la mañana, todo seguía allí. Hasta la niña, con sus ojos tranquilos. La tomé en mis brazos y se deshizo en polvo.
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Obsesión
Mi angustia tiene forma de espiral la piso y me lleva a otra onda y a otra El pecho materno del que bebí veneno es espiral cinética en él puertas puertas ninguna ventana ¿quién llama tras ellas? Sueño invariable repetido El seno materno es escalera caracol desesperada y desesperante alguien golpea y golpea tras cada puerta Esas voces tan cercanas tan ciertas y la abro y otra puerta y otra Angustia frente al despertador
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El que habita
tú habitante crepuscular que vives en mí calladito Enróscate en mis ojos multiplícate vibra pero no te muestres
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Esperas
Algo de noche tienen tus alas algo de ráfagas tus pezuñas silente me miras desde la ventana Algo de calor hay en tus huesos y hasta de fiebre se diría Siento como mía tu pústula la herida abierta Siento como mía la espina en tu ojo sangrante la cicatriz la carne viva esa que se abre cada noche que no cesa de torturarnos Silente me miras desde la ventana allí estás dispuesta a ser mi alteridad a ser esa contraparte antropófaga Con la noche en tus alas merodeando Con ráfagas en tus pezuñas arañándome la cara me miras desde la ventana y esperas
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Fecundación
Algo pasa con mi sombra hoy le di palabra suelta y no ha dejado de murmurar ella sabe ella sabe ella sabe ella sabe Hoy mi sombra se ha trastocado y danza por mi cuarto me persigue hasta el balcón puedo verla independiente me seduce me bebe los labios y me invita a la cópula Cómo resistir si utiliza las palabras justas las mías Hoy desperté con el vientre abultado y sin su reflejo en la pared
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Monstruo
Él pinta su ala en la transparencia me invita a volar desde la ventana redobla los ecos del reino que hemos perdido Él bordea mi insomnio con pasos de hojarasca con gemir de tormenta con ojos de ave
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Alucinaci贸n
En el espejo una cayena surge de la cayena una esfera de la esfera un pez por su boca sale una fuente que se lo lleva en cada escama se refleja un lobo hambriento un gigante que pisa la esfera y se cae Una ni帽a que corta la cayena y todo desaparece
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ÍNDICE
Un anti-prólogo La antesala
7 13
I HABITACIÓN FRENTE AL ESPEJO LO FRAGMENTARIO La casa La grieta Ofidio Sol La contra Asedio desEncuentro Es un espejo No es casual Itinerario Marioneta Queda la sed
17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 28 29
II HABITACIÓN ELLA Ella I Ella II Ella III
33 34 35
Ella IV Plegaria Ella V Eclosión Ella VI Palabras Persecución Preguntas en los espejos Trece de junio Boceto para Reverón Llovizna Naufragio
36 37 38 39 40 41 43 44 46
III HABITACIÓN
EN LA CAMA Transfiguración I: serpiente Transfiguración II: gato montés Transfiguración III: lagarto Transfiguración IV: barro Transfiguración V Oscilaciones Mirarte dormir Caníbal Latir Espacio vacío I Espacio vacío II Espacio vacío III
51 52 53 54 55 57 58 60 61 62 63 64
Sinestesia Al borde de la cama: Invasión Birongo Envite Vuelo
65 66 67 68 69
BALCÓN TERRORES NOCTURNOS Monólogo Conjuro Planos seriados Terrores nocturnos Lepra Pesadilla Obsesión El que habita Esperas Fecundación Monstruo Alucinación
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Este libro fue editado por la Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Está compuesto con la familia tipográfica Apple Garamond Fue impreso por la Fundación Imprenta de la Cultura, durante el mes de junio del 2015. Año de la conmemoración del centenario del nacimiento de César Rengifo, quien manejó la idea bolivariana de la fuerza de los pueblos para el cambio.
1000 ejemplares