Comentando el mundo (Actual 2015)

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COMENTANDO EL MUNDO del 2 al 31 de enero de 2015

AUTORES   La selección de autores viene dada por el trabajo que han llevado los artistas a lo largo de los últimos años, enmarcando su obra dentro del contexto de la fotografía contemporánea. En la selección hay tres autores con un bagaje ya considerable, al que incorporamos otros tres que vienen empujando con una obra en la que proponen que la supuesta dicotomía entre la fotografía documental y la fotografía artística no es tal.

Marta Corada Rafael Lafuente Imanol Legross Lara Palomero Chemanu Ruiz-Clavijo Carlos Traspaderne



COMENTANDO EL MUNDO La mirada de la reflexión A fecha de hoy, la fotografía documental ocupa muchos campos y se ve en diferentes soportes. Si atendemos a la cantidad, la prensa es el centro de atención de miles de reporteros y millones de lectores, bien sea en papel o en la red. La ciencia, la naturaleza, el urbanismo, la educación, la industria y otras muchas actividades necesitan de la fotografía para documentar sus procesos, establecer teorías y sacar conclusiones. Hay otra forma de entender el documentalismo, fuera de los clásicos patrones en los que los hechos eran el centro de atención. Capturar el momento decisivo ya no es tema para la nueva generación de documentalistas, que basan su discurso en la reflexión; nunca la fotografía había estado tan cerca de la filosofía. Como suele decir el escritor y fotógrafo Eduardo Momeñe: el documentalista contemporáneo va a los sitios cuando parece que hay poco que ver, pero mucho que reflexionar. El fotógrafo que se mueve bajo esta forma de entender el mundo, habla sobre él, opina y establece una reflexión visual basada en fotografías. Esto es lo importante: las fotografías como discurso, como relación directa con el pensamiento. El fotógrafo contemporáneo huye de evidencias, aunque a primera vista sus imágenes lo parezcan; huye de sentimentalismos, aunque su discurso sea tremendamente espiritual; huye de conceptos como feo o bonito, triste o alegre; su única misión es COMENTAR EL MUNDO. Hoy la fotografía está integrada en todos los soportes de comunicación, el cine, el video y los soportes multimedia se unen a renovadas formas editoriales; nunca se habían publicado tantos fotolitos, ni tan interesantes, como en la actualidad. Esto hace que la fotografía sea algo vivo y el más actual de los textos, eso sí: texto visual.



Marta Corada

Postmemories La idea propuesta en estas fotografías sacadas del proyecto Post Memories, que fue comenzado por la autora en el 2012, difumina la barrera entre la fotografía documental y un relato de ficción generado desde un punto de vista más artístico. Las imágenes resultantes entrarían dentro de la fotografía narrativa y documental contemporánea pero también podríamos usar términos como el fotomontaje, tratamiento digital, el timelapse etc. La obra de Marta así como la de otros artistas fotógrafos contemporáneos difumina de algún modo la barrera de lo que se considera fotografía documental y lo que forma parte de la fotografía artística, fusionando estas dos ideas de algún modo. Las nuevas tecnologías y una visión del mundo que nos es común, cuando parece que todo está ya visto y fotografiado, nos abre paso a un rico y muy sugerente lenguaje fotográfico. Post Memories estudia y observa la relación entre los individuos que comparten un mismo espacio. Mediante la toma de múltiples fotografías sobre una misma escena se generan estas imágenes que se columpian entre realidad y ficción. La serie muestra escenas únicas y enigmáticas; los personajes que las componen comparten gestos y acciones, intercambian miradas y son seleccionados intencionadamente por la autora, que trata de enfatizar una teatralidad, por encima de la mera cotidianeidad. Los básicos conceptos Espacio/Tiempo y Memoria son alternados, otorgando un sentido diferente a la escena final. Se genera entonces una realidad convenida por el artista, donde el significado es amplio y queda siempre abierto a la conciencia e interpretación de cada uno.











Rafael Lafuente

El patio (2014) Uno de los aspectos que más me interesa de la fotografía es su ambigüedad, una cierta indefinición de su naturaleza que le hace estar en tierra de nadie, a medio camino entre la fidelidad del documento y las ensoñaciones de la ficción. De algún modo todos mis trabajos reflexionan sobre ese “lugar intermedio” del medio fotográfico, habitualmente desde la evocación del lugar. Las imágenes que forman la serie “El patio” son resultado de un proceso de trabajo con dos partes bien diferenciadas. En un primer momento se realiza un trabajo de campo, que consiste en la recopilación de datos sobre el terreno: fotografías, mediciones, anotaciones... A partir de estos datos objetivos se procede a la reconstrucción de esos lugares, generando así una realidad de segundo orden que funciona como síntesis del lugar, y que será fotografiada para obtener la imagen final.













Imanol Legross

Quince fotografías Y quince años del siglo veintiuno, se cumplen pues 189 años de la diana alquímica con la plata y la luz de Nicéphore Niépce . Aquella mañana su cámara oscura estuvo mirando por su ventana hacia la calle Le Gras durante ocho horas seguidas hasta que aquella vista quedo atrapada para siempre en su invento. Durante el tiempo transcurrido se han producido infinidad de avances tecnológicos en las máquinas, las películas y los procesos de revelado y los fotógrafos humanos han aportado su sensibilidad artística creando una nueva visión objetiva de la compleja realidad. ¿Pero realmente existe un punto de vista objetivo? Lo dudo, la historia de los maestros de la fotografía es la suma de personales y muy subjetivas formas de mirar y conservar lo que otros no ven. Puede que yo no sea la persona adecuada para escribir sobre un fotógrafo, pero me lo ha pedido un amigo. Verán, yo no distingo bien entre la iconografía pintada en Chauvet hace treinta mil años y la de la fotografía subjetiva de Otto Steinert (1915–1978) Me consta que Imanol Legross es consciente de la magnitud del campo que profesa, sé que ha corrido riesgos por tratar con mercurio y que se ha manchado las manos con otros muchos productos químicos. Conoce las características técnicas de las sucesivas maquinas patentadas y sabe quienes son los fotógrafos que la historia y el tiempo han transcendido. No en vano es discípulo devoto de un maestro excepcional: Jesús Rocandio. En el ultimo momento pues, ya no son quince, sino puede que veinticinco. El año pasado necesitaba apartarse de la realidad ombligista de La Rioja y para vivir su experiencia no se le ocurrió otro sitio peor que el desastroso artificio colonial europeo de Israel y Palestina. No quiero saber qué cámaras, objetivos y sensibilidad de películas utilizó y me da igual que sus fotos fuesen químicas o digitales. Sé que disparó allí unas trescientas cincuenta veces y he visto con detenimiento las ciento seis que ha ido seleccionando a lo largo del año transcurrido desde “su viaje iniciático”. Ahora, veo al fin las veinte que ha seleccionado para esta exposición. Por no repetirme con Pessoa y ser convenientemente judío, usaré la referencia alleniana de Zelig. Imanol Zelig es al menos diez fotógrafos distintos, la exposición de sus fotografías debiera tener pues diez paredes, pero ello le parece excesivo y va a ocultarles algunas de sus personalidades. ¿Se mostrará unitario como el odioso meme semita, se llame Yahvé, Dios o Alá?. Les invito a interpretar cuantos puntos de vista hay en estas veinte fotografías; es fácil. Si finalmente no cambia el titulo, hay cinco que hablan explícitamente del paisaje, a las que yo me atrevería agregar “Muro desde el coche” y “Perro”. De las trece restantes hay otro evidente grupo de ocho que podríamos denominar “Retratos de seres humanos” y quedarían por tanto cinco pendientes de asignación, “Tarjeta chica”, “Puerta con barrera”, “Ventana” “Retrato niña” y “Bicicletas tiradas”. Esto no es sino un estúpido ejercicio de teoría de conjuntos, pero esa última fotografía estaba entre mis favoritas cuando vi las ciento seis, al principio. Imaginé inmediatamente a un Imanol atento a los juegos de los niños, ¿había suficientes fotos para atestiguarlo, en otra ocasión conceptual? Sólo pude captar una foto en la que un trozo del correaje, en la espalda de un soldado, podría evidenciar un arma. Quizás estaba prohibido disparar sobre ellas, quizás Imanol suprimió, por demasiado obvias, esas obturaciones. Carmelo Hernando









Lara Palomero

Besos curriculares Trescientas palabras que acompañen a las fotos... un exceso para mí semejante cantidad, y además le doy vueltas y más vueltas y sólo se me ocurre una: “silencio”, que no es lo mismo que si no se me ocurriera nada… El silencio entre una palabra y otra cuando hablo, los espacios en blanco entre las que escribo, el refugio callado que me ofrecen los sitios al mirarlos cuando necesito coger aire y respirar. Pero esto no es una muestra de palabras, sino de espacios intermedios, allí donde quien más o quien menos reposa alguna vez, imágenes comunes, anodinas a veces, que discurren entre el mirar una cosa y la siguiente, que a veces no nos llaman la atención, pero que a mí, cuando lo hacen, me llevan a lugares que nada tienen que ver con lo que miro pero que son mucho más reales que lo que veo. Lugares donde nada parece importante y a la vez contienen todo lo que hay.









Chemanu Ruiz-Clavijo

LA CAJA QUE SOÑABA CON 1956. Nunca he creído en el más allá, ni en lo paranormal, sabía que las cámaras fotográficas asumen la responsabilidad de capturar y documentar el tiempo, aquello que deseamos que sea inmortal, otras creencias populares nos hablan de su capacidad para “robar el alma”, pero no tenía ni idea que el cacharro viejuno que tenía entre mis manos era capaz de viajar en el tiempo. Podría adornar esta historia al estilo Spielberg, contando cómo la encontré en un extraño anticuario del Chinatown neoyorkino, y que un viejo tuerto me advirtió que no se mojase ni le diese de comer después de medianoche... Pero como tantos, se la compré a un tipo que no le veía mayor utilidad que la de un pisapapeles bonito. Me contó que su abuelo prácticamente no la había usado. La cámara estaba nueva, y por su número de serie sabía que la había fabricado algún boche allá por el 56. Cada vez que miraba por el visor sentía que era ella la que apuntaba hacia las escenas y no yo. Su peculiar aroma a cuero y hierro me seducía, yo me dejaba llevar...disparaba sin tener claro a que lo hacía...una y otra vez... y cuando la cerraba, volvía a la realidad. Pero la verdadera sorpresa fue cuando positivé aquellas emulsiones. Imágenes tomadas en 2014, pero donde misteriosamente aparecía una y otra vez reflejado 1956. Desconcertantes escenas de otro tiempo que habían sobrevivido a Adenauer, Kruschev o la Thatcher. Aquella vieja Rollei, que había estado tantos años hibernando en un armario, se había despertado un día y seguía soñando con los 60. Como alemana de pro seguramente pensaba que no hizo su trabajo en su día...y que aún tiene que disparar muchas veces para llegar al siglo XXI. Lejos de reflejar aquellas naves voladoras con las que soñaba Fritz Lang en 2014, la cámara mostraba ante mí imágenes impasibles al paso de los años. Escenas congeladas de otro tiempo, que habían sobrevivido al noveno plan desurbanístico maquinado por algún concejal arrabalero. Siempre se ha relacionado la fotografía con la magia, unas veces de una manera más narrativa y otras más paranormal. Existe la creencia generalizada de que una fotografía puede robar el alma, pero nunca había oído que pudiese viajar en el tiempo.





















Carlos Traspaderne

Riberia: un río entre tierras. Los procesos de construcción de identidades son largos, complicados y, mayormente, absurdos. Las comunidades humanas no se forman por afinidades selectivas, sino a empellones por (sin)razones históricas, políticas, antropológicas, sociológicas y demás (i)lógicas. Cuando un grupo de gente comparte un sitio más o menos común, tiende a buscar parecidos para liar regiones, naciones, estados, etc, casi siempre delimitados por imposiciones geográficas: mares, cordilleras, ríos. Ríos como el Ebro, un caudal de agua que suele ser complicado de vadear, que para cambiar de lado necesita puentes, una obvia metáfora del encuentro voluntarioso de pueblos vecinos. Pero con el término Riberia queremos simbolizar no a entidades separadas por una vía fluvial, sino a los parecidos entre los pobladores de las orillas, que nos permiten el atrevimiento de bautizar así a su país. Si en otros sitios el río ha aglutinado a los habitantes de ambas costas, entre La Rioja, Navarra y Aragón siempre ha sido una trinchera civil que ha separado a aquellos que se parecen más de lo que creen. Si un explorador remontase el Ebro sin saber nada de sus indígenas, como un Livingstone o un Pizarro cualquiera, desembarcando aleatoriamente, seguramente sería obsequiado con los mismos cardos, borrajas y pimientos, ofrecidos por simpáticos lugareños que hablan alto en idéntico acento. Al visitante habría que explicarle en largas y tediosas lecciones por qué esos tipos se hacen apellidar con gentilicios diferentes, cuando cualquier indocumentado supondría rápidamente que pertenecen a la misma tribu. Vayamos a lo geográfico. Riberia podría ser el trozo de tierra que baja, ya pasado Logroño, hasta bien entrado Aragón, pasando por lo que podrían ser su bicéfala capitalidad: Calahorra y Tudela. Los límites Norte y Sur viene marcados por el comienzo de La Montaña, como susurran azorados los riberos para referirse a cualquier población colocada sobre el más leve promontorio con verde. Porque Riberia es una tierra llana y roja, moldeada por su gran río en milenios de erosiones. Una cuenca sedimentada con la más rica de las tierras, que de no estar regada por el caudaloso río sería un auténtico solar, un erial como las Bardenas. Esa paradoja nuclear de Riberia se contagia a sus habitantes, formados como su tierra por estratos acumulados de la Historia: íberos, vascones, celtas, romanos, godos, musulmanes y cristianos. Estos últimos acastillaron sus reinos para tejer las fronteras actuales, a pesar de todo lo que unió a los pobladores durante siglos: las tribus prerromanas comunes, la lengua romance navarro-aragonesa o las intensas relaciones comerciales. El ribero somete su terruño con la misma entereza que el Ebro arrastra la zaborra. Sin contemplaciones, transforma su hábitat para adaptarlo a sus necesidades. Toma y readapta materiales sin concesiones a futilidades como la belleza o al buen gusto, practicando la sinceridad que otorga el pragmatismo. Esta forma de moldear el entorno es la seña más directa y contundente de la independencia estética de Riberia, y es la que se ha intentado plasmar en estas imágenes. enero de 2014


















AUTORES  La selección de autores viene dada por el trabajo que han llevado los artistas a lo largo de los últimos años, enmarcando su obra dentro del contexto de la fotografía contemporánea. En la selección hay tres autores con un bagaje ya considerable, al que incorporamos otros tres que vienen empujando con una obra en la que proponen que la supuesta dicotomía entre la fotografía documental y la fotografía artística no es tal. -Rafael Lafuente (Logroño 1975). Estudió, en la Escuela de Artes Aplicadas de Logroño (1994-1996), y es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca Se formó como fotógrafo de forma paralela en cursos dirigidos por el Premio Nacional de Fotografía 1995, Javier Vallhonrat (2000); Víctor Steinberg (2000-2001) y Ana Torralva (2001). También participó en cursos relacionados con el cine, bajo la dirección de Angel Lozano y del ex director de la Filmoteca Española Juan Antonio Pérez Millán, y con la edición de imágenes. Su obra ha recibido diversos premios en certámenes de fotografía. En 2001, ganó el Certamen ‘Jóvenes Creadores’. En 2002 y 2004, obtuvo el primer premio en la Muestra Joven de Artes Plásticas de La Rioja Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. En 2004, en la muestra ‘Diversas zonas del espacio infinito’ en la Sala Amós Salvador En 2005, fue seleccionado en el I Festival ABC de Fotografía Colectiva, seleccionado para la muestra + Arte’, en 2007 en Espacio Urbano del IRJ. ‘Mise en scène (Escuela de Diseño, Logroño, 2008), Lugares intermedios (Ses Voltes, Palma de Mallorca, 2009)-. En 2010 es seleccionado por Jesús Micó para participar en la muestra Talent Latent, dentro del Festival Internacional de Fotografía SCAN (Tarragona), exposición individual en la Sala Kursala (Universidad de Cádiz). Su última exposición individual se ha celebrado en la Galería Spectrum Sotos de Zaragoza, en 2013. Desde hace años desarrolla proyectos vinculados a espacios construidos. En la actualidad Compagina la fotografía de prensa y profesional con el desarrollo de su obra personal.


-Imanol Legross (Haro 1983) Daguerrotipista, compagina las técnicas del XIX con los conceptos más contemporáneos de la fotografía actual. ha expuesto su obra en diversas ciudades de España. En la actualidad trabaja en soporte analógico con cámaras de gran formato. Investigador incansable de los medios de expresión que le ofrecen los soportes fotográficos es una de las promesas de la fotografía riojana. Colabora con artistas en la ejecución de proyectos multidisciolinares .Vive y trabaja en Haro.

-Chemanu Ruiz-Clavijo (Logroño 1978) Diseñador Industrial por el IED en Madrid. 2 premios internacionales de Diseño de producto (Caimi brevetti Milán y American Hardwood Export Council). Ha trabajado en el departamento de Diseño Avanzado de Alfa Romeo en Milán. Fundador de Estudiosat, diseño e ingeniería de producto. Exposición de proyectos para las ferias más importantes del sector: Orgatec Colonia, salón del mueble de Milán, la bienal de diseño Sant Ettienne en París, Salón Interiour en Bélgica y NUDE Valencia Forward. Miembro fundador de la Asociación de Diseñadores Industriales de La Rioja. Miembros de la Asociación de Diseñadores de Madrid (dimad) Desarrollo de una labor activa en el mundo de la educación del Diseño Industrial, impartiendo clases, talleres y charlas en diferentes escuelas y asociaciones (Politécnico de Milán, Universidad de Sevilla, IED Madrid, Escuela Superior Diseño de La Rioja, Centro Tecnológico Calzado Arnedo, FER...). Fotógrafo profesional, compagina su actividad de ingeniería con la fotografía artística, Ha expuesto en diversas localidades y publicado sus fotografías en catálogos de exposiciones colectivas. En la actualidad prepara dos exposiciones con el título: “el futuro ya está aqui”.

-Lara Palomero (Logroño 1974) Desde hace tiempo la cámara que tanto usa para mirar hacia afuera se ha convertido en un instrumento para mirar hacia adentro.Es el elemento que le separa en ocasiones, pero ha encontrado otra utilidad, la de sacar desde ella. El afuera y el adentro ya no están tan lejos. Lara Palomero ha expuesto individualmente en Galería e22 y Cámara Oscura y fue seleccionada para la exposición colectiva “Miradas de mujeres” de la edición 2014. Mantiene el blog “mardearal”, donde expone su forma de entender el mundo.

-Carlos Traspaderne (Logroño, 1983) Licenciado en Historia del Arte y Comunicación audiovisual Desarrolla su trabajo tanto en imagen fija como en video documental y videoinstalaciones. Ha comisariado diversas exposiciones de carácter histórico, participa en foros y como ponente en debates sobre imagen y semántica. Escribe habitualmente para catálogos de arte y coordina diversos blogs de fotografía, Ganador de la beca Jóvenes con proyección por su proyecto audiovisual “círculos”. En la actualidad esta dirgiendo proyectos documentales, enmarcados en una estética contemporánea.

-Marta Corada (Logroño, 1984) Comenzó sus estudios artísticos en la Escuela de Arte de Logroño. Posteriormente se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y cursó fotografía en Barcelona. En el 2011 se trasladó a Londres, ciudad en la que reside actualmente, y al año siguiente obtuvo una residencia artística que le permitió desarrollar su proyecto fotográfico “Post Memories” en la ciudad de Shanghai. Ha participado con sus obras en diversas exposiciones en China, Barcelona, Salamanca y La Rioja, entre otros lugares.



COMENTANDO EL MUNDO La mirada de la reflexi贸n

Logro帽o, enero de 2015


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