1 minute read

Dos poemas

Julieta Gamboa

Cordón umbilical

Advertisement

A veces late. Quiere extender sus funciones muchos años después de haber sido cortado.

Se parece a un órgano fantasma que reconoce su actividad primaria: arrancar compuestos nutritivos.

Con él encuentro en la atadura de las dependencias un placer oscuro.

Succiono y me alimento de ficciones de continuidad.

Después queda un orificio que se abre a lo profundo. La necesidad permanece.

Conectada a otros de quienes me sostengo, de quienes extraigo el alimento, el hambre causa más hambre y más: se multiplica.

No me sacia la función parasitaria de mi cordón adulto. Lo extiendo; lo vuelvo un lazo flexible para arrancar de otros aprobación, palabras: más alimento.

Una estrategia de mi cuerpo para dar oxígeno a mi sangre.

Augurio

Una cicatriz interna se reproduce en una cicatriz externa: una no visible esconde detrás una marca irregular que aguijonea en sus alrededores.

Todo parece normal en una superficie que oculta los trayectos los tránsitos de numerosos cuerpos sobre sí.

Un relieve con los bordes azulados; se ve, brota de pronto en la parte llana de la piel. Es un signo de las huellas encubiertas, sobrentendidas.

En ese perímetro irregular descansa la erosión del miedo las voces que no pueden salir y crecen dentro: tejidos mutantes anidan en las capas subcutáneas como brotes de materia orgánica y palabras.

This article is from: