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Dos poemas Julieta Gamboa
Cordón umbilical
A veces late. Quiere extender sus funciones muchos años después de haber sido cortado. Se parece a un órgano fantasma que reconoce su actividad primaria: arrancar compuestos nutritivos. Con él encuentro en la atadura de las dependencias un placer oscuro. Succiono y me alimento de ficciones de continuidad. Después queda un orificio que se abre a lo profundo. La necesidad permanece. Conectada a otros de quienes me sostengo, de quienes extraigo el alimento, el hambre causa más hambre y más: se multiplica. torre de marfil |
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