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La Rebelión de Coré, Datán y Abiram 36
3. GRACIA PARA OBEDECER
31 de marzo
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^ Año Bíblico: Rut 1-4
a. ¿Por qué Dios confirmó su pacto eterno con Abrahán a través de un juramento? Génesis 22:16–18; Hebreos 6:13–18.
“Esta promesa [Génesis 22:18] dirigía los pensamientos hacia Cristo. Así la entendió Abrahán. (Véase Gálatas 3:8, 16), y confió en Cristo para obtener el perdón de sus pecados. Fue esta fe la que se le contó como justicia.”—Patriarcas y Profetas, pág. 387.
“En el monte Moriá Dios renovó su pacto con Abrahán y confirmó con un solemne juramento la bendición que le había prometido a él y a su simiente por todas las generaciones futuras.”—Ibíd., pág. 148.
“Abrahán era humano, y sus pasiones y sus inclinaciones eran como las nuestras; pero no se detuvo a inquirir cómo se cumpliría la promesa si Isaac muriera. No se detuvo a discutir con su dolorido corazón. Sabía que Dios es justo y recto en todos sus requerimientos, y obedeció el mandato al pie de la letra.”—Ídem.
b. ¿Qué demuestra que la obediencia a la ley de Dios siempre será vista en la vida de los que están bajo el pacto de la gracia? Génesis 26:5.
“El pacto con Abrahán también mantuvo la autoridad de la ley de Dios. El Señor se le apareció y le dijo: ‘Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.’ El testimonio de Dios respecto a su siervo fiel fue: ‘Oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes,’ y el Señor le declaró: ‘Estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones, por alianza perpetua, para serte a ti por Dios, y a tu simiente después de ti.’ Génesis 17:1, 7; 26:5.”—Ibíd., pág. 387.
“El apóstol Pablo presenta claramente la relación que existe entre la fe y la ley bajo el nuevo pacto. Dice: ‘Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.’ ‘¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.’ ‘Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne [no podía justificar al hombre, porque éste en su naturaleza pecaminosa no podía guardar la ley], Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, mas conforme al espíritu.’ Romanos 5:1; 3:31; 8:3, 4.” —Ibíd., pág. 389.
4. EL PACTO EN EL SINAÍ 1 de abril
^ Año Bíblico: 1 Samuel 1-3
a. ¿Por qué se estableció otro pacto en el Sinaí y cuál era su propósito? Deuteronomio 4:35–37.
“Durante su servidumbre, el pueblo había perdido en alto grado el conocimiento de Dios y de los principios del pacto de Abrahán. Al libertarlos de Egipto, Dios trató de revelarles su poder y su misericordia para inducirlos a amarle y a confiar en él. Los llevó al mar Rojo, donde, perseguidos por los egipcios, parecía imposible que escaparan, para que pudieran ver su total desamparo y necesidad de ayuda divina; y entonces los libró. Así se llenaron de amor y gratitud hacia él, y confiaron en su poder para ayudarles. Los ligó a sí mismo como su libertador de la esclavitud temporal.
“Pero había una verdad aun mayor que debía grabarse en sus mentes. Como habían vivido en un ambiente de idolatría y corrupción, no tenían un concepto verdadero de la santidad de Dios, de la extrema pecaminosidad de su propio corazón, de su total incapacidad para obedecer la ley de Dios, y de la necesidad de un Salvador. Todo esto se les debía enseñar.”—Patriarcas y Profetas, pág. 388.
b. ¿Por qué el pacto hecho con Abrahán es llamado un pacto “nuevo” aunque fue hecho antes que el del Sinaí? Hebreos 9:16–20.
“Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo. Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención. Fue aceptado por fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. La ley de Dios fue la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.
“Otro pacto, llamado en la Escritura el pacto ‘antiguo,’ se estableció entre Dios e Israel en el Sinaí, y en aquel entonces fue ratificado mediante la sangre de un sacrificio. El pacto hecho con Abrahán fue ratificado mediante la sangre de Cristo, y es llamado el ‘segundo’ pacto o ‘nuevo’ pacto, porque la sangre con la cual fue sellado se derramó después de la sangre del primer pacto.”—Ibíd., pág. 387.
Jueves
2 de abril
^ Año Bíblico: 1 Samuel 4-7
5. LIBERACIÓN DEL ESPÍRITU DE ESCLAVITUD
a. ¿Qué no comprendían los israelitas cuando se comprometieron en el pacto del Sinaí? Éxodo 24:7; Romanos 10:2, 3; Juan 15:5.
“Los israelitas… no comprendían que sin Cristo les era imposible guardar la ley de Dios; y con excesiva premura concertaron su pacto con Dios. Creyéndose capaces de ser justos por sí mismos, declararon: ‘Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.’ Éxodo 24:7.”—Patriarcas y Profetas, pág. 383.
b. ¿Cómo podemos estar en peligro hoy de cometer el mismo error que los hijos de Israel cometieron en el Sinaí? Romanos 8:15.
“El espíritu de servidumbre se engendra al tratar de vivir de acuerdo con la religión legal, al tratar de cumplir con los requisitos de la ley con nuestras propias fuerzas. Hay esperanza para nosotros solamente cuando estamos bajo el pacto Abrahámico, que es el pacto de la gracia mediante la fe en Cristo Jesús.”—The Youth’s Instructor, 22 de septiembre, 1892.
“Todo servicio religioso, por atractivo y costoso que sea, que se esfuerce por merecer el favor de Dios, toda mortificación de la carne, toda penitencia y laboriosa obra para obtener el perdón del pecado y el favor divino—todo lo que nos impida depender completamente de Cristo, es abominación a los ojos de Dios. No hay más esperanza para el hombre que cesar su rebelión, su resistencia a la voluntad de Dios, y considerarse a sí mismo un pecador que perece, arrojándose sobre la misericordia de Dios. Podemos ser salvos únicamente a través de Cristo.”—The Signs of the Times, 24 de agosto, 1891.
Viernes
3 de abril
^ Año Bíblico: 1 Samuel 8-11