Taladro de banco
La numerosa familia de los taladros cuenta con un miembro de lujo, tan robusto como servicial: el taladro de banco, también conocido como taladro vertical o de columna, prensa taladradora o taladro de pedestal. Diseñado como máquina estacionaria que puede montarse sobre una mesa de trabajo o directamente sobre el piso si su tamaño es mayor, es la herramienta ideal para talleres, industrias pequeñas o incluso el hogar. Son varias las ventajas que reúne frente a un taladro manual: •
Exactitud: son mucho más exactos. Pueden perforar un orificio perfectamente alineado con el ángulo preciso que se necesita. Usar un taladro manual para ese tipo de tarea podría convertirse fácilmente en un intento fallido, incluso por parte de un profesional.
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Velocidad: si nuestro trabajo consiste en perforar varios agujeros, por ejemplo, sobre una placa de madera o metal, un taladro de banco no sólo realiza la tarea de manera más rápida, sino también más simple. Esto es porque el movimiento del mandril y el husillo se realiza mediante una palanca que funciona sobre una cremallera y un piñón, lo que proporciona al operador una ventaja mecánica considerable.
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Potencia: un taladro manual tiene una potencia muy limitada, mientras que uno de banco tiene una velocidad variable que permite un mejor control para el usuario.
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Precisión: pueden perforar un agujero a la profundidad precisa y en el ángulo preciso, ya que el ángulo del husillo se fija en relación con la mesa, permitiendo que los agujeros se perforen de modo preciso y repetitivo.
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Seguridad: un taladro manual puede deslizarse fácilmente en la mano del usuario. Por el contrario, un taladro de banco proporciona más estabilidad para la pieza de trabajo, ya que la mesa permite que una morsa o abrazadera ubique y ajuste firmemente la pieza, haciendo que la operación sea mucho más segura.
No es casual, entonces, que una herramienta tan útil ya tenga varios siglos de existencia y de hecho haya sido, como otras prensas, una de las primeras máquinas en inventarse. El taladro de banco evolucionó a partir de herramientas manuales que se usaban para perforar la madera y otros materiales, como el antiguo y aún hoy presente berbiquí, con su familiar forma en “U”. Con el tiempo, el diseño fue adaptándose a las exigencias crecientes de un mundo industrializado, dando lugar a los primeros taladros verticales que, como apreciamos en la siguiente figura, pasaron de los primitivos modelos con poleas y ejes de transmisión del siglo XIX (figura de la izquierda) a los modelos de la década del ’30 que ya introducían un motor eléctrico (figura de la derecha).
Aunque la tecnología actual ha incorporado taladros industriales sumamente sofisticados, la versión moderna del primitivo taladro de las figuras de arriba es una herramienta muy apetecida tanto por carpinteros como por mecánicos y operarios de mecanizado, ya que, además del perforado usual permiten realizar tareas tan numerosas como escariado, roscado, avellanado, rectificado… ¿Qué es y cómo funciona un taladro de banco? Los taladros estacionarios o máquinas taladradoras constituyen un gran grupo de herramientas poderosas, algunas de las cuales, por su tamaño y costo, solo son aplicables a la industria. Ese grupo comprende los siguientes tipos de máquinas taladradoras:
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Vertical o de columna Radial Horizontal De torreta De husillos múltiples CNC
El taladro de banco pertenece al primer grupo de máquinas taladradoras verticales o de columna, que son las más sencillas y económicamente accesibles. Se caracterizan por la rotación de un husillo vertical en una posición fija que está soportado por un bastidor de construcción en forma de “C”, al igual que los balancines y las prensas plegadoras de chapa, por ejemplo. El manejo de una máquina taladradora de columna es simple, porque consiste en solo dos movimientos principales. •
Movimiento de rotación de la herramienta de corte (broca): proporcionado por el motor eléctrico de la máquina a través de una transmisión por poleas y engranajes.
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Movimiento de avance o penetración de la broca en la pieza de trabajo: puede realizarse manualmente o automáticamente. Precisamente la naturaleza de este movimiento de avance es el que distingue los dos tipos básicos de este tipo de máquinas.
Así es como tenemos dos clases de taladros de columna: a) Sensitivos El movimiento de avance se realiza manualmente. Están diseñados para trabajos ligeros en madera, metal, plástico y materiales similares, en los que deben perforarse orificios pequeños, tarea que requiere alta velocidad y movimientos manuales de avance. Pueden ser de columna corta, en cuyo caso la base de estas máquinas va montada sobre un banco de trabajo (de ahí el nombre “taladro de banco“) o de columna larga, por lo cual la base puede atornillarse al piso. Pueden manejar brocas de hasta 15,5 mm de diámetro. La broca se inserta en la pieza de trabajo exclusivamente a mano, por lo que el operador “siente” la acción de la herramienta de corte a medida que esta atraviesa la pieza de trabajo. De ahí la denominación “sensitivo”. b) No sensitivos Son muy similares en diseño a los taladros sensitivos, pero de mayor tamaño, peso y potencia, lo que los hace ideales para taladrar agujeros grandes y efectuar operaciones pesadas de mecanizado en piezas de tamaño mediano, pudiendo lograr orificios con un diámetro de hasta 50 mm. Son de columna larga, por lo que todos los modelos se atornillan al piso por medio de pernos y tuercas. Como están equipados con inserción motorizada de la broca, no son del tipo sensitivo, ya que un mecanismo de impulsión con engranajes cambia las velocidades y el avance del husillo, permitiéndole adaptarse a diferentes tipos de piezas. También pueden tener un mecanismo para elevar o descender la mesa de trabajo e incorporar incluso un depósito de líquido enfriador integrado en la base. Dado que este artículo trata sobre taladros de banco, vamos a enfocarnos exclusivamente en este tipo de máquina sensitiva, cuyo rango de precios la ubica dentro de las posibilidades tanto del profesional como del aficionado. Componentes principales de un taladro de banco Todas las máquinas taladradoras presentan una serie de componentes básicos comunes, que son: una columna, una base, un cabezal taladrador provisto de motor y accesorios, una mesa de trabajo y una manivela. Dependiendo del tipo de máquina y de su complejidad, se añaden otros componentes. Por ser el más sencillo, el taladro de banco tiene solamente las piezas mencionadas.
Base o placa de asiento: soporta a la máquina dándole estabilidad y aportando un montaje rígido para la columna. Está construida generalmente en hierro fundido y puede soportar vibraciones. Viene provista de orificios para poder atornillarla al banco de trabajo o al piso. También contiene ranuras que permiten fijar una morsa o abrazaderas para sujetar la pieza de trabajo o, llegado el caso, sujetar la propia pieza de trabajo. Columna: construida en acero fundido, es el miembro principal de la máquina que se erige desde la base y sobre la cual van montados otros componentes, como la mesa y el cabezal de taladrado. Puede ser de tipo caja, redonda o tubular, aunque este último diseño es el más común. La altura de la columna es la que determina que el taladro sea de banco o de piso. Mesa: Puede ser redonda o rectangular y se usa para soportar la pieza de trabajo. Su superficie es perpendicular a la columna, y mediante un conjunto de manija y cremallera puede elevarse, descender o girar en torno a la columna. En algunos modelos es posible inclinar la mesa en ambos sentidos para taladrar agujeros en ángulo. La mayoría de las mesas tienen ranuras en T para sujetar sobre ellas matrices, dispositivos de sujeción o piezas de trabajo de gran tamaño. Cabezal taladrador: está montado en el costado superior de la columna y aloja el mecanismo para girar la herramienta de corte y hacerla avanzar hacia la pieza de trabajo. Este mecanismo consiste en un husillo y
un motor de accionamiento que están conectados por medio de una correa trapezoidal y poleas escalonadas en la parte superior de la máquina, como muestra la siguiente figura.
Cabezal de taladro – Taladro de banco La correa transmite el movimiento del motor al eje o husillo que sujeta e impulsa la herramienta de corte y que se encuentra dentro de un manguito o camisa. Así el husillo comienza a rotar a velocidades que varían entre 50 y 2000 rpm. Para producir el movimiento de avance, un piñón conectado a la manivela que gira el usuario engrana con una cremallera, desplazando el manguito hacia arriba y hacia abajo e impulsando consecuentemente el husillo en ambas direcciones sobre la pieza de trabajo. En este video podemos ver una descripción de los componentes de un taladro real y la demostración de estos movimientos. Capacidades de los taladros de banco El mercado ofrece una amplia gama de taladros sensitivos, tanto de banco como de pie. Conocer sus capacidades puede orientarnos sobre el tipo de trabajo que puede realizar cada uno, por lo que en el siguiente gráfico resumimos los rangos de algunas características que ofrecen fabricantes reconocidos de taladros sensitivos.
Consejos para el mantenimiento de un taladro de banco Como toda máquina herramienta, del modelo más económico al más sofisticado, un taladro de columna requiere un mantenimiento que en el caso de los taladros de banco es sencillo, pero no ello prescindible. Veamos qué debemos tener principalmente en cuenta para asegurar una larga vida útil de nuestra herramienta. a) Lubricación La lubricación de un taladro estacionario es importante debido al calor y la fricción generados por las partes móviles. Por ello debemos consultar cuáles son los métodos de lubricación recomendados en el manual del fabricante. En líneas generales, primero debemos limpiar correctamente el taladro después de cada uso, poniendo especial atención en las ranuras y orificios de la mesa y la base, así como en los componentes del mecanismo de transmisión y de avance. Para eso, debemos asegurarnos de retirar las virutas de las correas, poleas, el husillo y el manguito, de manera de evitar daños tanto en las partes móviles como en el ajuste de precisión. Después, colocaremos una capa ligera de aceite en todas las superficies sin pintar para evitar la oxidación. b) Cuidados especiales El funcionamiento de un taladro de columna en condiciones adversas requiere atención especial. Por ejemplo, si la máquina se usa en un taller de carpintería, que implica condiciones extremadamente polvorientas, debemos usarla a las velocidades más bajas para evitar un rápido desgaste abrasivo en las piezas móviles y lubricar la máquina con mayor frecuencia. En condiciones de frío extremo, conviene encender la máquina a baja velocidad y dejar que las piezas y los lubricantes se calienten antes de aumentar las velocidades. El metal se vuelve muy quebradizo ante el frío
extremo, por lo que no debemos golpear la máquina con herramientas duras. Por su parte, el calor extremo puede provocar el sobrecalentamiento del motor, por lo que es preferible usar la herramienta en ciclos intermitentes de encendido/apagado para mantener en todo momento una baja temperatura del motor. Por supuesto, a estas medidas debemos añadirle las referentes a la seguridad y protección personal en el uso de máquinas eléctricas. Muchas de esas medidas, de aplicación general en diversas herramientas y que también son válidas para los taladros de banco, FUENTE