Director General. Julio Castillo López @JulioCastilloL Director General Adjunto. Sergio Gómez Hernández @chekogmz Diseño Sergio Gómez Hernández sgomez@castilloperaza.mx Fotografía Alberto Jiménez López @MacPirata Tecnología Eduardo Nader Kuri
Editorial En conmemoración por el 14 aniversario luctuoso de Carlos Castillo Peraza hemos elegido septiembre para hacer un número dedicado en su totalidad a su memoria. Reunimos y tomamos testimonios, algunos de ellos de artículos publicados, otros de discursos en foros y otros más de entrevistas directas. También, don Salvador Morales, panista histórico de Baja California, nos regaló un testimonio lleno de nostalgia y afecto. Aquellos que siembran concordia y esperanza cosechan nostalgia e historia. En las palabras de cada uno de los testimonios de la revista encontrarán las flores que mi padre citaba en Pemán: Y, al fin, rendido quisiera poder decir cuando muera: Señor, yo no traigo nada de cuanto tu amor me diera…. ¡todo lo dejé en la arada en tiempos de sementera! Allí sembré mis ardores, vuelve tus ojos allí, que allí he dejado unas flores de consuelos y de amores… ¡y ellas te hablarán de mi!
Identidad y Esperanza, es una publicación digital mensual GRATUITA y sin fines de lucro. Los comentarios incluidos en esta publicación son responsabilidad total de sus autores.
Espero que salir un poco de coyunturas para adentrarnos en territorios más nostálgicos no desconcierte a nadie, el siguiente mes seguiremos con la misma línea editorial que hemos manejado. A nombre de todos los que hacemos posible la Fundación Carlos Castillo Peraza, muchas gracias. Julio Castillo López Director General
La revista “Identidad y esperanza” es el órgano informativo de la Fundación Carlos E. Castillo Peraza con domicilio en Niza #23- A colonia Juárez, delegación Cuauhtémoc, México D.F. CP 06600. Es una publicación mensual distribuida de manera electrónica en todo el país. Web: www.castilloperaza.mx
Mail: contacto@castilloperaza.mx
Twitter: @Castillo_Peraza
Facebook: FundacionCarlosECastilloPeraza
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
2
La democracia y el cambio.
Ideas fuerza.
El valor de la democracia.
S
e puede pedir a un pueblo que vive en democracia soportar una crisis económica. Se puede pedir a un pueblo que progresa tolerar un régimen de excepción. Pero no se puede, simultáneamente, pedir al mismo pueblo que padece hambre, renunciar a la democracia. Es más, si se calculara el costo económico de la falta de democracia y de un Estado de Derecho, se llegaría a la conclusión de que es menos oneroso para el País vivir legal y democráticamente que sobrevivir bajo el imperio de la influencia, el monopolio del poder y la corrupción. Mejor aún: la democracia y el Estado de Derecho desatan energías y confianzas que por sí mismas activan el ámbito de lo económico.
*Castillo Peraza, Carlos. Disiento. México, 1996.
IDENTIDAD Y ESPERANZA
3
Personajes ilustres
Carlos E. Castillo Peraza Ex Presidente Nacional del CEN del PAN 1993-1996.
Fundador y director del Instituto de Estudios y Capacitación Política 19791979-1984. Colaborador editorial en la revista La Nación. Fundador y director de la revista Palabra de Acción Nacional 19871987-1998. Fundador y presidente de la Fundación Rafael Preciado Hernández AC, 19931993-1996. Consejero nacional 19791979-1998. Miembro del Comité Ejecutivo Nacional 19791979-1984 y 19901990-1998. Asesor del presidente nacional del PAN, Luis H. Álvarez, 19871987-1993. Asesor del candidato del PAN a la Presidencia de la República, Manuel J. Clouthier, 19871987-1988. Diputado federal 19791979-1982 y 19881988-1991. Candidato a alcalde de Mérida 1984. Candidato a gobernador de Yucatán 1981. Presidente nacional del PAN 19931993-1996. Candidato a Jefe de Gobierno del DF 1997. FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
4
Nació en Mérida, Yucatán el 17 de abril de 1947 y falleció el 9 de septiembre de 2000 en Bonn, Alemania. Casado con Julieta López Morales con quién tuvo tres hijos: Carlos, Julio y Juan Pablo. Estudió la licenciatura en filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM 19681968-1971, concluyendo sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Italia y licenciatura en letras con especialidad en historia de la filosofía griega y medieval en la Universidad de Friburgo, Suiza Periodista en diversos medios nacionales como El Universal, La Jornada, Reforma, Proceso, así como en los medios internacionales El País (España), Il Sábato (Milan, Italia), 30 Giorni e Incontri (Roma), L´Avennire (Italia), La Opinión (Los Ángeles, EUA); Nexo (Buenos Aires), Informativo CLAT (Caracas) y Convergence (Bruselas) entre otros. Catedrático en Centro Universitario Montejo de Mérida, Seminario Católico de Mérida, Universidad La Salle
IDENTIDAD Y ESPERANZA
5
Conocer y reconocer a dirigentes como Carlos Castillo Peraza es una de las fortalezas que tiene nuestro partido. El haber contado con su participación, con su trabajo, con su visión y con su compromiso sólo se puede agradecer. Gustavo Madero Muñoz, Presidente del PAN. 11 de septiembre de 2013.
Carlos, como amigo, no exigía lealtad a la amistad. No exigía lealtad a su manera de pensar. Tenía amigos dentro del PAN y fuera del PAN, tenía amigos que pensaban como él dentro del PAN y tenía amigos que no pensaban como él dentro del PAN; pero Carlos no veía un sospechoso en un amigo, no veía a un potencial traidor en un amigo. No exigía militar en su propio pensamiento, ni siquiera en su partido. Por lo tanto la amistad para Carlos era la libertad. Germán Martínez Cázares. 11 de septiembre de 2013.
En una entrevista con él, a mediados de los noventa, aprendí de Carlos Castillo Peraza que nunca debería ser materia pública el con quién se viste o desviste una persona. Carlos murió en el año 2000 y no le tocó atestiguar cómo, con palabrería moralista y una hipocresía colectiva que él y yo suponíamos agonizante, se ha tejido una tenebrosa capa de confusión para justificar intromisiones en la vida privada de los personajes públicos. – Ciro Gómez Leyva. 29 agosto 2014.
Hablar de Carlos Castillo es hablar de un ser especial. lo conocí en un curso de CICOPAN, en las oficinas ubicadas en Ángel Urraza, a mediados de los ochentas. Si no me equivoco era el, el primero que se llevaba a acabo con el objeto de capacitar a los nuevos panista que como yo queríamos conocer la historia del partido, sus principios y doctrina. La plática de Carlos me impacto de una manera muy especial, por su profundidad filosófica. Así era Carlos profundo, apasionado, visceral. Sus discursos y conferencias dejaban a la concurrencia con la boca abierta. Era capaz de voltear una votación 180 grados, como sucedió cuando fue electo Presidente del PAN en 1992. Yo tenía miedo de que ese carácter le impidiera ejercer la presidencia de manera imparcial, sin embargo creo que fue un muy buen presidente. Lydia Madero
Yo lo lloré por egoísmo, porque la política sin él perdió todo el sabor; toda la esencia. Maribel Porres de Leal
Hay muertes que se penan en plural, como si se perdieran muchas vidas en la desaparición de una sola. Yo he penado así la muerte de Carlos Castillo Peraza, como si hubiera perdido de un golpe a varios amigos, además de a este yucateco entrañable y múltiple cuyo adiós inesperado se extiende cada día sobre un territorio mayor de mi memoria. Carlos Castillo era varias personas a la vez, una conjunción extravagante, en muchos sentidos fantástica, de dones, secretos y saberes. Con cada faceta de Carlos Castillo habría podido tenerse una conversación de toda la vida. Con el periodista o con el
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
6
político, con el católico profundo o con el filósofo, con el pecador promedio o con el teólogo, con el lector insaciable o con el aficionado enciclopédico al béisbol. Era un amigo de fondo, incondicional cuando había que serlo, inteligente siempre donde cuenta, que es en el corazón, cuidadoso y atento a los detalles. Las virtudes esenciales de su amistad tenían los arreos mundanos de un conversador inspirado, lleno de historias, humor y elocuencia, de memoria infalible, sarcasmo sacrílego, y una sintaxis oral de cláusulas que parecían leídas mientras eran dichas. Héctor Aguilar Camín, Proceso 1246, 18 de septiembre de 2000.
No tuvimos tiempo de despedirnos, de decirnos adiós, de tomarnos la mano para rezar juntos y acompañarlo hasta el umbral de Dios. Recordé las palabras con las que siempre solía despedirse de mí: “Javier, reza mucho por mí, reza mucho”. Salí de aquella reunión, recé el rosario y me puse a llorar como nos ponemos a llorar todos de cara a la muerte. Javier Sicilia, Proceso 1247, 25 de septiembre de 2000.
La democracia entendida como obligación de vida, asumida como responsabilidad de servicio al ser humano, a todos, de cualquier clase y credo, en cualquier lugar; entendida como servicio al semejante pero, fundamentalmente, como entrega y comprensión al diferente. La política entendida como riesgo, como peligro, como sacrificio al que indefectiblemente había que enfrentar. La política entendida como verbo y la actividad política como verbo encarnado, como democracia en acción. Por eso Carlos escribió, y estoy seguro que más que comunicando estaba rezando el credo personal en que fundada su actividad pública: “…asumo mi propia responsabilidad y corro mi propio riesgo. Pongo la parte que, de acuerdo con mi conciencia, estimo que me toca. Hago públicos mi convicción y mi compromiso. No puedo, al menos por ahora, hacer mucho más. No me hubiera perdonado hacer ni un poco menos”. (Castillo Peraza, Disiento, Plaza y Janés, 1996, p. 141) Humberto Aguilar Coronado, Discurso a nombre del Senado de la República, durante la entrega post mortem de la Medalla Belisario Domínguez.
Castillo Peraza fue uno de los primeros panistas que reflexionó desde el PAN sobre las responsabilidades de Acción Nacional, no meramente como núcleo opositor, sino como protagonista del gobierno. Los votos empezaron a colocar al viejo marginado en los centros de decisión. El político yucateco apostó entonces a la negociación y al pacto. Su partido tenía que reconocer su nuevo papel y arriesgarse al acuerdo. Se trataba entonces de una opción aventura para un partido cuya identidad estaba marcada por el afán de denuncia. Jesús Silva-Herzog Márquez. Reforma, 16 abril 2007
IDENTIDAD Y ESPERANZA
7
Yo había conocido a Carlos en los años sesenta en nuestra Mérida natal, no mucho después de haber sido él reclutado en el Colegio Montejo por Jorge Ojeda Ramírez, a la sazón presidente diocesano de la ACJM, que Castillo Peraza llegaría a presidir nacionalmente años después, en los tiempos en que esta agrupación -hoy casi desaparecida- era frecuentemente la antesala de la militancia partidaria, por lo general en el PAN. "La amistad me llevó a la militancia apostólica y ésta a la política", escribió en Disiento (Plaza y Janés, 1996) si no recuerdo mal, pues cito de memoria. Desde sus mocedades, su cabeza grande, estatura baja y ojos y cabello claros motivaron a algún yucateco a apodarlo Piolín, en referencia al simpático canario que, en las caricaturas, suele estar a punto de ser devorado por el gato Silvestre. Y en los tiempos en que Carlos presidía el PAN, su oficina estaba poblada de muchos Piolines en ceniceros, tarjetas, tazas, muñecos y, a veces, hasta en las corbatas del intelectual y líder político. Eduardo R. Huchim. Reforma, 20 de octubre de 2007
Carlos Castillo Peraza, por su parte, sabía que la ruptura del 88 expresaba algo muy profundo: a una sociedad plural que no cabía -ni lo deseaba- bajo el manto de un solo partido. Y que la diversidad de ideologías, intereses, programas, que convivían y conviven en nuestro país, requerían de un formato político para expresarse y competir de manera institucional y pacífica, es decir, democrática. Tenía clara conciencia que quienes gobernaban eran una fuerza real, que no estaban tullidos, que ningún exorcismo lograría desaparecerlos y que podían lo mismo dilatar el cambio que acelerarlo. Y sabía también que formaban parte de la nación y que legítimamente debían ocupar un lugar en la transición y en la democracia. De ahí la necesidad de diseñar una serie de reformas que hicieran confiables, transparentes y equitativas a las elecciones. Pieza medular, estratégica, para ofrecerle un cauce al cambio político. Esas reformas tenían que ser pactadas porque la oposición no tenía la fuerza suficiente en el Congreso para hacerlas, por sí sola, realidad. Y si eso se alcanzaba, el resto lo haría la sociedad, puesto que en la misma coexistían pulsiones, ideologías y programas diversos que a esas alturas ya no se identificaban con el ideario y la organización política de la "Revolución Mexicana". Escribió en 1993: "Creo recordar que fue Lenin quien alertó contra el peligro que corre de morir irremisiblemente el pez que agoniza en la arena, a centímetros del mar, porque en lugar de saltar hacia el agua se dedica a soñar con ser pájaro", y en 1990: "el trazado de utopías es mucho más gratificante que la búsqueda en común de soluciones. La estética lo es más que la ética". Mientras él llamaba a salir del "castillo de la pureza", para a través del diálogo construir el tránsito hacia el pluralismo (El porvenir posible, FCE, 2006, p. 424, 390 y 384). A fin de cuentas, decía, "demócratas son los que se toman el trabajo de construir los instrumentos e instituciones que favorecen a la democracia" (Ideas fuerza, Fundación Rafael Preciado, 2003, p. 99). José Woldenberg, Reforma. 25 de octubre de 2007
El único intelectual de la nueva generación fue el filósofo Carlos Castillo Peraza. Apasionado, complejo, lúcido, Castillo tomó el sitio vacante desde Christlieb en la modernización ideológica del PAN. El partido conquistó las primeras gubernaturas de su historia en Baja California Norte (1989) y Chihuahua (1992), alcanzó mejores niveles en los comicios presidenciales de 1994 y un lugar de creciente influencia (que no siempre usó con responsabilidad y visión) en las Cámaras. Durante los años noventa, panistas y neopanistas caminaron en razonable armonía, entre sí y con la izquierda partidaria. Los unía el objetivo común de poner fin al viejo sistema político. El gobierno de Zedillo allanó el camino a una competencia equitativa. El sistema se resquebrajó en 1997 y dejó de existir en el 2000, con la llegada de Vicente Fox, un caudillo de la generación de ruptura. Por desgracia, ese año murió Castillo Peraza y con él la posibilidad de afianzar el triunfo con un cuerpo de ideas que retuviese la identidad del PAN pero abriera ventanas al nuevo siglo. Enrique Krauze, Reforma. 9 de agosto de 2009
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
8
Escribiendo en otro contexto, Carlos Castillo Peraza, ese gran pensador y estratega que murió demasiado temprano, decía que lo que hay que darle a los hijos es raíces y alas. Ésa también sería una buena prescripción para que el país enfrente con éxito el desafío que nos ha impuesto el momento actual. Luis Rubio, Reforma. 16 de agosto de 2009
La pregunta para nosotros es cómo desarrollar esas formas decentes de vivir en las que el poder se distribuya, sea transparente en su operación cotidiana y rinda cuentas. La tarea es grande y su complejidad mayor. Pero, como decía Carlos Castillo Peraza, ese visionario del PAN que tanta falta le ha hecho a sus gobiernos, hay que "resistir la tentación de destruir lo imperfecto para sustituirlo por lo perfecto imposible". Luis Rubio, Reforma. 4 de julio de 2010
Sí, como perros acosados. La actitud que Carlos Castillo Peraza acuñó en 1993 cuando arribó a la dirigencia nacional panista en medio de cuestionamientos internos y externos por la política de acercamiento con el gobierno salinista. Castillo decía entonces que aquellos ataques perseguían avergonzar a los panistas de su militancia y por ello prometía dirigir un partido bajo la lógica de la apuesta propia. Dejar el síndrome de los perros acosados para pasar a la apuesta por sus propios recursos e historia. Roberto Zamarripa, Reforma. 21 de septiembre de 2009
IDENTIDAD Y ESPERANZA
9
EN RECUERDO DE UN QUERIDO AMIGO Salvador Morales Muñoz
Hoy 9 de septiembre de 2014, hace 15 años que, en forma por demás inesperada, murió lejos de su amada patria, CARLOS CASTILLO PERAZA, ejemplar hombre, buen amigo.
Muchos de sus amigos y conocidos lo recordarán como un gran intelectual, filósofo de profesión, incansable lector y prolífico escritor; generador de ideas y extraordinario orador. En las sesiones de Diputados o de Congreso General, todo mundo guardábamos silencio cuando ocupaba la tribuna. Son memorables muchos de sus discursos, como lo son también sus incontables escritos y libros, así como conferencias y pláticas informales. Siempre tenía mucho que enseñar. Desde mi experiencia personal, lo quiero recordar en su aspecto humano, en su trato afable, de trovador y poeta, así como en su inigualable sentido social, que lo hacía emprender diferentes y constantes acciones para ayudar a quien o quienes lo necesitaran. Fuimos compañeros en la LI Legislatura del Congreso de la Unión. Me distinguió siempre con su amistad. Nuestras pláticas eran más que frecuentes y le gustaba que le invitara algún cigarrillo marca “PARLIAMENT”, que llevaba desde Tijuana, ciudad en la que aún radico. En 1980 hubo un gran temblor de tierra en Oaxaca, los geólogos dijeron que había sido de 7.8 grados en la escala de “Richter”. Afectó principalmente a la ciudad de Huajuapan de León. Ambos teníamos amigos y compañeros allá. Me propuso que fuéramos al siguiente día para ver cómo había afectado el terremoto a la ciudad y, sobre todo, a nuestros compañeros y amigos. Tratar de hacer algo por ellos y por la ciudad, así como, en caso necesario, proponer en la Cámara de Diputados alguna acción inmediata. A nuestro regreso se hizo alguna propuesta de ayuda para los damnificados. Nos trasladamos hacía Huajuapan a bordo de un coche Volvo, que yo había llevado desde la frontera y conservé en el Distrito Federal todo el periodo de la Legislatura. Me platicó Carlos que él había aprendido a manejar mientras estuvo en Europa, en un vehículo de la misma marca como en el que viajábamos. Llegamos por la tarde a la ciudad, la recorrimos, vimos los enormes destrozos ocasionados por el terremoto, entre ellos la Iglesia de la ciudad, que fue severamente dañada. Tomamos fotografías y notas de todo lo que pudimos y escuchamos el clamor y peticiones de la gente. Visitamos a los amigos y compañeros, teníamos varios desde nuestros tiempos de “acejotaemeros”; constatamos que milagrosamente todos nuestros conocidos, y el pueblo en general, habían resultado ilesos. De esta manera concluía nuestra labor en Huajuapan. Me pidió Carlos que regresáramos de inmediato; yo pensé que lo haríamos hasta el siguiente día, pero ambos tuvimos miedo de que fuera a haber alguna réplica, comunes tras este tipo de eventos, y resultáramos dañados o no pudiéramos regresar; además de que ahí nada podíamos hacer por la ciudad y su gente. El trabajo lo teníamos que realizar, rápido y bien, pero en La Cámara de Diputados.
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
10
Iniciamos el regreso ya de noche. En silencio transitábamos sobre una carretera, entonces nueva, pero esa noche desierta. Caímos de pronto en cuenta que viajábamos en una noche sin luna, bajo un cielo claramente despejado y lleno de miles y miles de brillantes estrellas. Me pidió que detuviera el coche y me estacionara a la orilla de la carretera, buscando un lugar seguro, me advirtió. Así lo hice y me invitó a bajar. “Mira que bellísimo y espectacular paisaje nos ha dado Dios esta noche. ¡Qué hermoso cielo, qué impresionantes se ven las estrellas!”, agregó. Largo rato estuvimos sin decir palabra, contemplando aquel maravilloso e inesperado espectáculo, mientras sentíamos que poco a poco se iban “deshaciendo los nudos” que habíamos acumulado durante el día en nuestro recorrido por la ciudad de Huajuapan y tras la visita a nuestros amigos. Me pidió que volviéramos al coche y ambos “sentimos”, casi físicamente, que habíamos lanzado hacia el cielo estrellado, la tensión y estrés acumulado en unas cuantas horas. Me pidió que pusiera música. Yo traía todos los “casetes” que hasta entonces se habían gravado con la música y canciones de Atahualpa Yupanqui. Puse uno de ellos, a lo largo del camino habrían de ser todos y repetimos alguno. Me contó entonces que había estado en París alguna vez que este señor se presentó por allá y que no había lugar que fuera capaz para albergar a la gente que quería escucharlo, “a pesar de que sólo canta en argentino”, agregó en son de broma. Primero empezamos “tarareando” casi en silencio las canciones que escuchábamos, pero poco tardamos en cantar todas y cada una a voz en cuello. Habíamos convenido detenernos en Puebla, pasar el resto de la noche en algún hotel, descansar un poco y al día siguiente continuar el viaje hasta la Ciudad de México. No quisimos interrumpir la alegría, la felicidad momentánea, que habían inspirado en nuestros espíritus aquellas canciones, aquella música sureña, pero universal, de manera que seguimos hasta nuestro destino final. Llegando a la ciudad fui a llevar a Carlos a su casa, vivía entonces con su esposa Julieta y sus niños, en un departamento de la Colonia Cuauhtémoc. Yo aún “saboree” unos minutos más la música, hasta llegar a mi propia casa. Esa recordada noche comprobé lo que alguna vez antes me había dicho otro común amigo: “En el corazón de cada yucateco anida un alma de trovador y poeta”. Cuánta razón tenía. Mientras escribo estas líneas, y por asociación de ideas, vino a mi memoria el recuerdo de otra noche quizá tan bella como la descrita. Fue en mi ya muy lejana niñez; mi madre me levantó de la cama con inusual premura; me llevó al centro del enorme patio de la casa de pueblo, me pidió, casi ordenó, que mirara al cielo y dijo: “Ve las cosas tan bellas que hizo el Señor para todos nosotros. Cada quien tenemos una estrella en el cielo. Aquella brillante que vez es la mía, agregó, apuntando con el dedo índice “su Estrella”. Algún día irás a visitarme allá. Escoge la tuya”, terminó mi mamá. Tal vez tenía razón mi madre y algún día iré a su estrella, pero también te visitaré a Ti, amigo Carlos, para darte un fraternal abrazo. Llevaré unos cigarrillos “Parliament” y todos los discos de Atahualpa Yupanqui que pueda, para que volvamos a cantar juntos alguna canción de ese “Gaucho” que tanto nos gustaba escuchar “aunque cantara en argentino”. ¡Hasta entonces…!
IDENTIDAD Y ESPERANZA
11
12
13
LXVI Consejo Nacional México, D.F., 9 de marzo de 1996.
Extracto del informe del presidente del Comité Ejecutivo Nacional al Consejo Nacional. “TODO LO DEJÉ EN LA ARADA…” Señoras y señores consejeros: Cumplo con la última vez el deber de informarles de los trabajos realizados por el Comité Nacional de Acción Nacional y de los resultados obtenidos en el año de gestión que hoy cerramos. El documento que leeré incluirá también unas breves consideraciones acerca del momento político, que desde mi punto de vista, atraviesan el partido y el país, así como unas cuantas frases de agradecimiento a ustedes y a todo el partido, otras a los candidatos a la presidencia que hoy competirán por los votos de ustedes, y unas más, personalísimas, de adiós. No hablaré del futuro: creo que eso compete hoy a los licenciados Felipe Calderón Hinojosa y Ernesto Ruffo Appel. Trataré además, de ser escueto y no utilizar más tiempo del necesario. Cada rubro de información está apoyando en amplia documentación proporcionada por las diversas dependencias del Comité Nacional, a la disposición de cualquiera que desee consultarla. […] Las cuentas están debidamente auditadas, tanto por la Comisión de Vigilancia de este Consejo como por auditores externos, que revisan no sólo las del CEN, sino las de los Grupos Parlamentarios, de la Asamblea del Distrito Federal, de EPESSA, de Promociones Económicas y de las Fundaciones “Rafael Preciado Hernández” y “Miguel Estrada Iturbide”. […] Promoción Política de la Mujer funciona en las 32 entidades federativas de la República. […] Acción Juvenil organizó 30 cursos de capacitación, a los que asistieron en total mil jóvenes […] Se mantuvieron y ampliaron las relaciones nacionales del CEN y el partido con organizaciones sindicales, empresariales, religiosas, académicas y sociales. Participamos en el seminario llamado “del Castillo de Chapultepec” y suscribimos allí acuerdos importantes en materia de reforma electoral, junto con otros partidos. Continuamos la edición periódica de nuestras revistas La Nación y Palabra, así como la del boletín internacional bilingüe, del partido. […]
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
14
Los conflictos internos, afortunadamente no muchos, entorpecen la tarea del partido en tres estados. Comenzamos a advertir una tendencia, apenas incipiente pero peligrosa, de manipular al partido desde los ámbitos de gobierno con posibles intenciones de asegurar candidaturas ulteriores para quienes ya ejercen cargos de elección popular. Habrá de hacer frente a esta tentación. A quienes llevaron la responsabilidad de la Secretaría General, así como de las Secretarías adjuntas durante estos tres año, mi agradecimiento fraterno. Este ha sido el trabajo de un año en el que, además de la vida ordinaria del partido, participamos en elecciones locales diversas en Jalisco, Guanajuato, Yucatán, Durango, Chihuahua, Baja California, Zacatecas, Aguascalientes, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Tlaxcala, Baja California Sur, Puebla, Quintana Roo e Hidalgo. En algunos de estos estados hubo dos procesos distintos y en distintas fechas. En todos, nuestro nivel de participación fue superior a los inmediatos anteriores. […] Durante sus respectivos recorridos por el país, en busca de la adhesión de ustedes, los licenciados Calderón Hinojosa y Ruffo Appel han percibido con claridad nuestras fallas, las han hecho saber y han incluido su atención y remedio en sus propuestas, hoy a consideración de ustedes. Creo que los dos están conscientes de que tenemos que hacer un gran esfuerzo de reflexión para renovar y ampliar los principios doctrinales, los postulados ideológicos y los pronunciamientos programáticos de Acción Nacional, con el propósito de fundar hoy la tradición panista del siglo próximo. Los fundadores de tradiciones no miraron hacia atrás. Los fundadores de Acción Nacional no nos dejaron como herencia un modo de ver hacia el pasado, sino una manera acertada de mirar hacia el futuro. Con modestia, la fidelidad y con audacia hay que emprender este camino. Lo saben ambos. Ambos así lo desean. Quiero ahora dirigirme a ellos dos. Primero, para felicitarlos por su decisión de servicio y por la muestra clara de vocación democrática y de competencia limpia que han dado a lo largo de sus campañas. Ernesto es, para mí, no sólo es el primer gobernador panista de la historia del país y de Acción Nacional, sino el gobernador panista que mejor ha comprendido y vivido la relación entre el gobierno y el partido, con lealtad sin fisuras hacia la institución. Felipe es, por su parte, para mí, el ejemplar y talentoso secretario general de convicciones y fidelidad a toda prueba, y el candidato que encabezó con éxito en Michoacán una de las más importantes batallas políticas de Acción Nacional. Los dos han sido y son amigos y compañeros, cuya generosidad conozco como panista y agradezco como presidente. Uno de los dos ganará. Les pido, como amigo, como compañero y como presidente , que en esta fase final de su fraternal competencia mantengan la actitud que han demostrado hasta hoy y recuerden esas tradiciones no escritas de nuestra organización que son, ante todo, tradiciones de ética política, para que la contienda concluya en la hermandad, en la unidad y el efecto democráticos que marcan a IDENTIDAD Y ESPERANZA
15
Acción Nacional y lo distinguen de cualquier otro grupo político. Nuestra fuerza es nuestra democracia. También, por si les puede servir, comparto aquí, brevemente con ellos y con las señoras y señores consejeros esta experiencia: un presidente de Acción Nacional, por sentido de Estado y amor a la patria, por cuidar al país y por cuidar al partido, tiene con frecuencia que nadar contra la corriente y las tendencias ideológicas o políticas dominantes, y toparse, incluso dentro de la institución, con resistencias de diversa índole. […] Añado y confirmo que cualquiera que sea el que gane, me pongo sin reticencias a sus órdenes. Nunca
ha pasado por mi mente dejar de ser panista. Mi decisión de no buscar la reelección es sólo expresión de una voluntad de poner mis modestas suelas dentro de las huellas amplias, profundas y luminosos de Don Manuel Gómez Morin, quien nos enseñó a todos que no hay que aferrarse al poder, ni siquiera cuando natural y hasta legítimamente puede uno hacerlo. Así lo hizo él en 1949, y nos lo explicó con
estas palabras. “Ha quedado concluida una etapa en la vida de nuestra institución y es menester hacer frente a las necesidades y posibilidades de una etapa nueva… No porque se haya agotado la tarea que nunca terminará, sino porque a ella se han sumado nuevas posibilidades y responsabilidades nuevas que requieren también nuevas capacidades y métodos y vocaciones nuevas…”
Los tiempos que vive el país no son fáciles. La economía sigue produciendo desempleados, pobres y miserables, y se debate en callejones sin salida para la pequeña y mediana empresas, así como para los deudores; el fraude electoral aniquila a la política; el gobierno y su partido lanzan una ofensiva virulenta contra Acción Nacional; los restos de todos los naufragios políticos se coagulan y lanzan el anzuelo a algunos panistas que parecen necesitar psicológicamente credenciales democráticas firmadas por adversarios de su propio partido; las peores mafias políticas se apoderan de la cúpula priísta; las intenciones democratizadoras del titular del Ejecutivo –verificables en la mayoría de las elecciones locales de 1995- se ven frenadas por un caciquismo local empecinado en volver a ver al pasado, ahora por medio de atrasos electorales perpetrados con guante blanco y amparados bajo la cobertura del federalismo. Los acabamos de ver en Puebla y en Quintana Roo.
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
16
Acción Nacional no puede ni debe permitir retrocesos en democracia. Los fraudes electorales municipales no son asunto de coyuntura: son la estructura misma, permanente, del sistema político mexicano, al que hemos combatido durante 56 años. En este lapso el país ha sido objeto de cuantos experimentos económicos y sus consiguientes fracasos han querido los diversos gobiernos. Lo único que les da común denominador, estructura, es el fraude electoral. Y porque queremos precisamente un cambio estructural, ponemos todo el énfasis en el combate contra tal regreso de la barbarie. Nuestra convicción e historia democráticas así como nos lo imponen. Estamos, pues, en la batalla. En la misma batalla por la democracia, que ilustra y signa nuestra acta de nacimiento como partido político. Nuestra voluntad de diálogo está más que probada. Nuestra seriedad política no está en duda. Pero los abusos no son tolerables, ni nos tolerarían soslayarlos nuestros militantes y electores vulnerados por el atraco. No hay fraude electoral insignificante ni pequeño; por eso nos levantamos de las mesas políticas, decisión que, al parecer irrita más al sistema que las guerrillas, el terrorismo o la violencia. Estimo que se aproximan tiempos difíciles y que debemos estar anímica y organizativamente preparados para enfrentarlos. La batalla por el federalismo auténtico y la autonomía municipal pasan por la lucha a favor de la democracia. La sobrevivencia de la nación depende de que sepamos construir una política democrática nacional, a través de un sistema de partidos. La informalización de la política, como la de la economía, sólo es solución aparente. Como partido político, Acción Nacional no puede ni debe ceder a la tentación antipolítica a la moda, ni callar frente a las opiniones inexactas, si no es que dolosas, de los que descalifican a quienes militamos políticamente en un partido. Hipócritamente el gobierno manda a Washington a sus agentes para defender el trabajo del Procurador General de la República, al mismo tiempo que su partido lo agrede casi cotidianamente. Nuestros gobiernos municipales y estatales están siendo objeto de una campaña de agresión y desprestigio, que se suma, en la mayoría de los casos, a la mezquindad centralista en la distribución de los recursos fiscales. También en este ámbito tendremos que actuar. Ya hemos empezado a hacerlo en el evento municipalista mencionado. Repito: no serán fáciles los años que se avecinan. Me atrevo a sostener, una vez más, que tenemos con qué dar la batalla y lo tenemos en el interior de nuestra organización; que debemos renovar la apuesta por nosotros mismos. Quiero agradecer al Consejo Nacional, como órgano toral de Acción Nacional, su respaldo, su apoyo y su entusiasmo constantes, inquebrantables. El partido tiene entre sus hijos a su Consejo Nacional, siempre ancla y velamen del navío: factor de serenidad por un lado, impulso hacia adelante por el otro. Reitero que, como lo dije hace tres años, lo aterrador y riesgoso de la función del presidente se convierte en alentador y esperanzador en virtud de la comunidad de militancia. El nombre del presidente es el del peligro; el nombre de panista es el de la salvación. Les agradezco lo que en cada momento hicieron para salvar al militante del presidente. Este agradecimiento se extiende y profundiza a quienes, de manera directa, estuvieron conmigo en el Comité Nacional y en las coordinaciones legislativas supliendo mis deficiencias, moderando mis intemperancias, corrigiendo mis fallas y ayudándome a evitar todos los males evitables que puede
IDENTIDAD Y ESPERANZA
17
generar un hombre precario y contingente, falible y pecador, que asumió la responsabilidad de encabezar a Acción Nacional tal vez con poca conciencia de lo que esto significaba e iba a significar. Me parece conveniente subrayar que el equipo técnico y de servicios que consiguió para el partido tantos y tan importantes logros, es un grujpo de profesionales muy jóvenes. Finalmente, les pido, señoras y señores consejeros, que transmitan a los dirigentes y militantes del partido al corazón de Acción Nacional, mis palabras de acción de gracias. Los hechos están allí. Son ya parte del pasado. El presente es el del cambio de mando. Del futuro ya no me toca hablar a mí. Apenas me toca pedir perdón por lo que hice mal y agradecer lo que tantos, por el partido, hicieron bien. Al final de este intenso tramo de vida que ustedes me ayudaron a disfrutar, no encuentro mejores palabras para decirles lo que siento, que aquéllas de José María Peman: “Señor, ya no tengo nada de cuanto tu amor me diera; todo lo dejé en la arada en tiempo de sementera; allí regué mis ardores vuelve tus ojos allí; que allí, ha dejado unas flores de consuelos y de amores: ellas te hablarán de mí”
Hasta la vista.
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
18
IDENTIDAD Y ESPERANZA
19
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA
20
IDENTIDAD Y ESPERANZA
21
Apóyanos en las redes sociales para seguir creciendo.
@Castillo_Peraza
FundacionCarlosECastilloPeraza
FUNDACIÓN CARLOS E. CASTILLO PERAZA