Homenaje al prohombre del saber policial

from Revista Casur, edición 68 / especial aniversario

Centésimo Vigésimo Sexto Aniversario de Casur

CRÓNICAS

Brigadier general (r)

Fabio Arturo Londoño Cárdenas

Policía, cristiano, estudioso, trabajador, esposo, padre y abuelo, sin pretensiones, con un corazón lleno de sabiduría, así fue el brigadier general Fabio Arturo Londoño Cárdenas, considerado como uno de los oficiales de la institución policial con más conocimientos sobre ciencia, doctrina e historia de policía.

Nacido el 21 de febrero de 1929 en la ciudad de Medellín, es el mayor de 8 hermanos criados en el seno de una familia católica, de donde obtuvo sus firmes convicciones religiosas y morales y su arraigo a las costumbres paisas que siempre conservó con orgullo.

Desde muy joven se interesó por la defensa de los valores, el respeto y la convivencia pacífica de una so-

ciedad a la que quiso servir, razón por la que decide formar parte de su amada Policía, que se convirtió en su verdadera vocación.

Así, en el año 1950, comenzó su carrera al obtener su grado de subcomisario, haciendo parte del Curso de Oficiales No. 8 “Promoción Juan José Rondón”, Curso de “Los Sabios” como se les conoce en el ámbito policial.

Disciplinado y exigente, siempre quiso del policía un hombre formado con principios, valores, ética, profesionalismo y ejemplo para la sociedad, según manifiesta su esposa Consuelo Fernández, con quien se casó en 1961 y de cuya unión nacieron sus tres hijas, Constanza, Jimena y Marcela, a quienes les enseñó la importancia el valor de la familia.

Dios y la Patria siempre fueron su prioridad, sin dejar por ello de lado el amor a su familia y su hogar, según recuerda Constanza.

Jimena afirma que siempre admiró a su padre como policía y abogado, por lo que siguió sus pasos al estudiar Derecho y convertirse en abogada como él.

Para Marcela fue un gran hombre de quien aprendió y recibió ejemplo de virtudes, conocimientos y principios morales y religiosos, que siempre procuró transmitir a toda su familia y especialmente a sus cinco nietos. Su nieta mayor Ana María lo define como un hombre sabio, innovador, siempre a la vanguardia, ella dice: “Mi abuelo fue mi gran inspiración, le debo lo que soy, no solo como persona sino también como profesional”.

Ha sido considerado el padre de la ciencia de Policía en Colombia, aportando sus conocimientos a

través de la docencia, de sus libros y demás escritos, donde deja plasmadas sus investigaciones y estudios como legado a las futuras generaciones policiales.

En su trayectoria en la Policía se desempeñó, entre otros cargos, como al alcalde de Quibdó, comandante del Departamento de Policía de Norte de Santander, Tolima y Bogotá, y su ultimo cargo siendo brigadier general fue Inspector general de la Policía Nacional.

Al retirarse de la Institución fue administrador general de la Universidad de la Sabana, luego fue nombrado director de la Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional, posteriormente, se vinculó nuevamente a la Policía para continuar con su labor académica como director del Centro de Estudios Superiores de Policía, donde además de dedicar más de 28 años a la docencia, la investigación y el estudio de la Ciencia de Policía, dejó su mayor legado en sus 16 libros y otros escritos y alcanzó la materialización de un sueño con la realización del Congreso Internacional de Ciencia de Policía, que convocó con gran éxito policías de todo el mundo, por varios años.