Frente a la violencia contra MUJERES Y NIÑAS, actuamos, comunicamos, transformamos la ciudad Guía de comunicación para la prevención de la violencia sexual en el espacio público
El Quito que queremos
Augusto Barrera Guarderas ALCALDE METROPOLITANO DE QUITO Andrea Nina Pereda PRESIDENTA DE LA FUNDACION PATRONATO MUNICIPAL SAN JOSE Nilka Pérez Larrea DIRECTORA EJECUTIVA DE LA FUNDACION PATRONATO MUNICIPAL SAN JOSE Lucía Salamea Palacios ONUMUJERES Equipo de trabajo: Azucena Sono, coordinadora de Proyecto FPMSJ Cecilia Mena, técnica asociada ONUMUJERES Graciela Ramírez, Técnica SIS Elaboración de la Guía: Paulina Ponce Diseño, ilustración y diagramación: Catalina Pérez Colaboración de las Administraciones Zonales Quitumbe: María Hernández y su equipo Eloy Alfaro: Jenny Romo y su equipo Pablo Jiménez Prado, Secretario Metropolitano de Inclusión Social Quito, marzo de 2013
I. Índice Presentación 3 1.
La violencia también está afuera 4 1.1 ¿Qué es la violencia sexual? 4 1.2. ¿Qué pasa con la violencia sexual en el espacio público en Quito? 5
2.
La violencia contra las mujeres no es natural, ni normal
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2.1
6
3.
El espacio público y la violencia contra las mujeres 3.1 3.2 3.3 3.4
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Nuestras voces
Violencia Violencia Violencia Violencia
física sexual sicológica simbólica
8 8 9 10 10
Ciudades seguras, libres de violencia sexual
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4.1 4.2 4.3
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Violencia: sutil y silenciosa Palabras y acciones para pensar Señales de alerta
Localizando la violencia sexual
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5.1. 5.2. 5.3.
13 14 14
Problemática en los espacios públicos El problema en cifras Rutas de acoso y violencia sexual
6.
7.
8.
9.
Romper el silencio y denunciar la violencia sexual
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6.1
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Bien informadas, más alertas
Estrategia comunicacional frente a comportamientos machistas
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7.1 7.2
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¿Para qué nos sirve la información? Un modelo de comunicación
¿Quiénes intervienen en el proceso comunicacional?
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8.1. 8.2. 8.3. 8.4.
21 21 22 22
Mujeres empoderadas organizadas y no organizadas Organizaciones en territorio Medios de comunicación Instituciones públicos
Mensajes y acciones clave para detener la violencia contra las mujeres y las niñas en el espacio público 9.1. 9.2. 9.3. 9.4. 9.5. 9.6.
La violencia no es un hecho natural Machismo, lo cierto es que… El derecho a una vida libre de violencia Respondiendo a la violencia sexual en el espacio público Diez formas de hacer un barrio sin violencia sexual Los servicios metropolitanos de atención y prevención integral de la violencia basada en género.
23 23 24 25 26 28 33
10. Registrando la experiencia comunicacional para mejorarla
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11. La ordenanza No. 0235
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Presentación
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WWWCuando pensamos en la ciudad, generalmente, vienen a nuestra mente imágenes de las calles, las plazas, la infraestructura, los autos, los servicios básicos. Sin embargo, la ciudad está llena de personas diversas que conviven y se relacionan entre sí, dando lugar a un complejo orden social y cultural que nos constituye. La ciudad la hacen esencialmente las personas, con sus experiencias vividas y aspiraciones. Vivimos la ciudad de maneras distintas. Las mujeres y las niñas enfrentan un escenario violento en el espacio público, caracterizado específicamente por violencia sexual. La ciudad se presenta para las mujeres como un espacio socialmente pensado y aceptado para los hombres y donde ciertos comportamientos, miradas, actitudes, palabras y gestos traducen relaciones inequitativas entre hombres y mujeres. Frente a esta situación el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, la Fundación Patronato Municipal San José, ONUMUJERES, los barrios y las mujeres de las administraciones zonales Eloy Alfaro y Quitumbe implementan el Proyecto “Quito, ciudad segura para las mujeres y las niñas”, con los objetivos de generar y aplicar leyes, normas programas y presupuestos municipales que garanticen el derecho a una vida libre de violencia en los espacios públicos; y sobre todo, modifiquen los patrones de apropiación del espacio público para las mujeres y las niñas desde un enfoque de derechos. En este contexto, la comunicación es un elemento central para la participación y articulación ciudadana, pero sobre todo es una herramienta que permite profundizar el diálogo y la reflexión colectiva sobre los pensamientos y actitudes que mantienen y reproducen la violencia contra las mujeres. Es esa acción reflexiva la que permite transformar la ciudad en un escenario de derechos e igualdad para todas y todos. La presente guía para la acción comunicativa contiene estrategias de prevención de la violencia contra las mujeres y niñas que pueden ser implementadas en la escuela, el barrio, el mercado, el transporte o la calle y permiten aunar todos los esfuerzos personales y colectivos para que Quito sea la ciudad incluyente y segura que todas y todos aspiramos.
Augusto Barrera Guarderas Alcalde Metropolitano de Quito
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FRENTE A LA VIOLENCIA CONTRA MUJERES Y NIÑAS, ACTUAMOS, COMUNICAMOS, TRANSFORMAMOS LA CIUDAD
Guía de comunicación para la prevención de la violencia sexual en el espacio público Quito, ciudad segura para las mujeres y las niñas
1. ¿Dónde está la violencia sexual? Las mujeres sabemos que la violencia ocurre dentro de nuestras casas, es algo que hemos escuchado, visto y hasta vivido en algunos casos. Para la violencia intrafamiliar se han hecho leyes, campañas, hay información y también lugares donde acudir para solicitar apoyo, orientación y protección. Esta forma de violencia contra las mujeres todavía existe, a su vez podemos hacer mucho más para enfrentarla, pero la violencia no está solamente dentro de la casa, la violencia también está afuera. Afuera están: las calles, las plazas, los mercados, el transporte público, el parque, la escuela, los juzgados, el hospital, las canchas deportivas, los lugares de recreación, el trabajo, a todo esto se le conoce como el espacio público, espacio que es de hombres y mujeres, pero donde las personas no somos tratadas por igual. Las mujeres enfrentamos en este espacio la violencia, especialmente la violencia sexual, como si fuera una situación que tenemos que vivir por el hecho de ser mujeres.
¿Qué es la violencia sexual? Es cualquier acción que obliga a la mujer, contra su voluntad, a soportar actos de naturaleza sexual o a realizarlos. Son actos que atentan con la integridad física, afectiva, la libertad y el deseo y que resulten humillantes o dolorosos para las mujeres. Se puede mencionar como ejemplos de este tipo de violencia: bromas, expresiones groseras, comentarios desagradables, propuestas sexuales indeseables o cualquier acto o relación sexual no consentida por la mujer (acoso, violación, incesto, explotación sexual).
Guía de comunicación para la eliminación de la violencia sexual en el espacio público
La violencia sexual contra las mujeres es una afectación a nuestros derechos humanos a nuestro estado de ánimo y calidad de vida propia y de nuestras hijas e hijos, nuestro derecho a transitar libremente por la ciudad.
¿Qué pasa con la violencia sexual en el espacio público en Quito? Un 68,4% de mujeres manifestó haber sufrido alguna vez acoso o abuso sexual, en una encuesta realizada por el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, en la zona sur de la ciudad; estos datos, sin embargo esconden la situación de violencia de muchas mujeres que no quieren hablar sobre este tema. La mitad de los hombres encuestados dijo haber tocado a una mujer con obscenidad. Esto confirma una fuerte ocurrencia de la violencia sexual en el espacio público. A qué edad: es más frecuente la violencia sexual en el espacio público contra mujeres de entre 18 y 32 años. Dónde está la violencia sexual: el transporte público y la calle son los lugares identificados por las mujeres donde ocurren hechos de acoso con mayor frecuencia. Las mujeres son mayoritariamente usuarias del transporte público municipal, más que los hombres. Habría menor riesgo en plazas, mercados o centros educativos.
En qué momento: hay una mayor incidencia en la tarde y noche, no necesariamente en horas pico. Es por esto que el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito trabaja por hacer una ciudad segura para las mujeres y las niñas y empezó esta actividad en las administraciones zonales de Eloy Alfaro y Quitumbe; pero para hacer una ciudad diferente, sin violencia sexual, hacen falta manos, por eso las mujeres frente a la violencia actuamos, comunicamos. Mujeres y hombres tenemos derecho a la ciudad, esto significa que tenemos derecho no solo a acceder a lo que ya existe: la infraestructura, las prácticas y hábitos de la ciudad, sino a crear, construir y cambiar la ciudad de acuerdo a nuestras necesidades y deseos; al cambiar la ciudad nos cambiamos nosotras mismas. La ciudad es un espacio de convivencia pero sobre todo de existencia.
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2. La violencia contra las mujeres no es natural, ni normal Las distintas manifestaciones de violencia contra las mujeres se deben, sobre todo, al poder que ejercen o quieren ejercer los hombres sobre las mujeres, poniéndolas a ellas en una situación de sumisión frente a ellos, esta relación es llamada también cultura patriarcal1. Cada sociedad a lo largo de la historia ha dado a ellas y ellos roles definidos. En el caso de las mujeres destinados al espacio privado, relacionados con el cuidado y educación de los hijos e hijas, la alimentación, la atención de la casa, entre otros. En cambio, el espacio público para los hombres, las responsabilidades productivas que se refieren principalmente a la obligación de trabajar para dar el sustento económico a la familia; la política, la toma de decisiones es de ellos. Los cuerpos, los roles y los espacios que supuestamente deben ocupar hombres y mujeres han sido previamente asignados, separados y diferenciados por la sociedad. En la calle, la conducta de las mujeres es puesta en cuestión permanentemente; se controla su forma de vestir, los lugares donde circula y en qué horarios, si va acompañada o a solas. Esto ha sucedido por mucho tiempo, se piensa que es algo natural y permitido, más aún, muchas veces las mujeres, niñas, jóvenes o adolescentes agredidas son señaladas como culpables o responsables por la conducta de los agresores, sin embargo, la violencia no tiene excusa, ni debe ser justificada.
Nuestras voces* No todas las mujeres viven de igual forma la violencia sexual, existen factores como la condición socioeconómica, étnica, edad, procedencia u orientación sexual que agravan nuestra situación. Las mujeres cuya actividad productiva es la venta ambulante de comida en las calles manifiestan ser agredidas física y verbalmente, les quitan los carros en los que trabajan y los productos que venden por su condición de inestabilidad laboral. En las calles están expuestas a robos, accidentes de tránsito, persecución y agresión. Mujeres indígenas vendedoras ambulantes en Quito *Testimonios y análisis tomado del Proyecto Ciudades Seguras para Mujeres y Las Niñas del Municipio de Quito. El patriarcado es un concepto que hace referencia a una distribución desigual del poder entre hombres y mujeres, en la cual los varones tendrían más importancia que las mujeres en uno o varios aspectos como la participación en el espacio público, político o religioso. 1
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Asociada a su actividad eminentemente apegada a las calles, las trabajadoras sexuales conviven con la inseguridad social generalizada (robos, drogas, maleantes), que fácilmente se puede llegar a convertir en violencia sexual. Difícilmente son aceptadas en el barrio como vecinas, y menos, toleradas en su espacio de trabajo cuando este se encuentra cerca de un barrio. Mujeres trabajadoras sexuales en Quito
El racismo y el sexismo es una realidad cotidiana para las mujeres afrodescentientes en Quito. Esto se debe a que se piensa erróneamente como personas favorables a tener relaciones sexuales sin mayor problema. Este hecho deriva en que sean víctimas de acoso sexual con mayor frecuencia que las mujeres mestizas. Los lugares en que sufren esta violencia son la calle, transporte, el barrio y la plaza. Mujeres afrodescendientes de Quito Frecuentemente las jóvenes colombianas viviendo en el sur de Quito reciben ofertas de prostitución, se les pregunta el precio de su cuerpo en la calle, en definitiva, se les solicita algún tipo de acto sexual a cambio de dinero. Mujeres colombianas refugiadas o solicitantes de refugio en Quito
Si existen aspectos culturales y sociales que hacen de la violencia algo natural, también existe la posibilidad de cambiarlos para desnaturalizarla y lograr una convivencia en condiciones de igualdad para disfrutar de una vida libre de violencia.
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3. La violencia contra las mujeres en el espacio público En las ciudades hay muchas formas de violencia. Cuando las mujeres ocupamos el espacio público pareciera que este le pertenece sobre todo a los hombres, sus comportamientos hacen que las mujeres enfrentemos situaciones donde vemos a la violencia cara a cara. Palabras, miradas y hasta contactos físicos no solicitados, ni deseados pueden provocarnos temor y una sensación de inseguridad mientras recorremos la ciudad. Es importante identificar las violencias que existen, pero este es solo un primer paso para señalarlos como hechos repudiables. La ciudad nos pertenece a todas y todos en igualdad de condiciones, las mujeres queremos ciudades seguras.
¿Pero cuáles son los tipos de violencia y cómo reconocerlas? 3.1
Violencia física
Es el daño, herida o lesión del cuerpo, que causa una persona a otra, mediante el uso intencional de la fuerza. Son formas de violencia física:
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Golpes Bofetadas Empujones Puñetazos Patadas Mordeduras
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3.2. Violencia sexual Es el acto sexual o intento de realizarlo donde una persona usa la fuerza mientras que la otra no está de acuerdo. Es un tipo de violencia que causa ansiedad, malestar, dolor y que tiene consecuencias en la salud y bienestar de las personas. Son formas de violencia sexual:
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El acoso sexual, en el trabajo, en la casa, la escuela, la calle o el transporte público. Gestos, frases, acercamientos no buscados ni deseados. Miradas dirigidas, especialmente hacia ciertas partes de cuerpo como genitales, senos y nalgas. Obstrucción del paso. Conversaciones, insinuaciones, expresiones verbales que tienen contenido sexual. Exhibicionismo, mostrar los genitales o tocarse frente a otra persona en el espacio público. Violación Tráfico y explotación sexual, cuando se comercializa a una persona con fines sexuales.
En el espacio privado también son formas de violencia sexual: el abuso sexual infantil; el incesto; la violación en las relaciones de pareja.
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3.3. Violencia sicológica Son comportamientos de una persona que causan daño en las emociones y los pensamientos de otra. Esta forma de violencia lleva a que la propia imagen personal se vea disminuida, que una se sienta menos. La violencia sicológica asusta y nos hace sentir inseguras. Son formas de violencia sicológica: casi me choca! mujer tenía que ser!!!!
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Abusos verbales que ridiculizan y humillan Insultos Ironías (burla sutil y disimulada) Amenazas
3.4. La violencia simbólica Es el tipo de violencia más silenciosa pero con efectos tan graves o peor que las otras porque terminamos aceptándola como algo legítimo y natural o culpándonos entre nosotras mismas de su existencia. En las sociedades, las familias, las instituciones y los medios de comunicación se muestran y asumen como normales ideas que dan a las mujeres un lugar diferente y menos importante que los hombres. Este tipo de violencia mira a los hombres con poder sobre las mujeres. Los medios de comunicación tienen un papel muy importante al naturalizar la violencia contra las mujeres porque la presentan como habitual y por tanto irremediable. Programas de televisión, noticieros, anuncios publicitarios y vallas construyen un deber ser de las mujeres, un ideal de belleza inalcanzable que, sin embargo, es fuente de discriminación en base a cierto estereotipo de cuerpo y roles.
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La violencia simbólica aparece en:
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Publicidad e información difundida por medios de comunicación. Letras de canciones. Refranes populares. Piropos callejeros. Juegos tradicionales o juegos de video. En las conversaciones cotidianas. Textos escolares, religiosos. Restricción en estudios, recreación, ocio, por el hecho de ser mujer. En las relaciones de pareja (leen tu correspondencia, escuchan tus llamadas telefónicas). Controlan las decisiones sobre tu cuerpo, sexualidad, salud.
Entonces la violencia simbólica y las otras violencias, que están tanto en el espacio público como en el privado, viven en lo cotidiano, es aquí que se juntan. En el cotidiano se construye la experiencia de vida de una persona a corto y largo plazo, ejerciendo influencia directa en la educación, salud, bienestar, en la forma de relacionarse, de pensar y hacer las cosas.
4.
Ciudades seguras, libres de violencia sexual
El comportamiento cotidiano del hombre dirigido a limitar la libertad y autonomía de las mujeres se manifiesta de manera aparentemente inofensiva y sutil, e incluso logra pasar desapercibido porque en la mayoría de los casos la violencia contra las mujeres no supone un acto condenable por la sociedad. Este control y abuso de poder son difíciles de identificar por lo que ocurren con total impunidad, sin embargo provocan sentimientos de desvalimiento, confusión, culpa y dudas que nos impiden disfrutar de espacios públicos seguros y sin violencia. Las agresiones verbales y físicas sobre las mujeres son una expresión de machismo.
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4.1.
Violencia: sutil y silenciosa
La prohibición de “salir” por parte de sus padres y madres es uno de los reclamos frecuentes de las adolescentes. Ellas quieren salir a pasear en el parque, a dar vueltas, a jugar, a estar con amigos y amigas, conversar, lo que sea, pero no pueden hacerlo en libertad por temor a los “peligros” que pueden enfrentar en la calle como: asaltos, robos, secuestros, violaciones, malas amistades, vicios, entre otros.
4.2.
Palabras y acciones para pensar:
- Tus padres te dicen que las hijas importa más que los hijos, pues ellos no van a salir perjudicados, las únicas perjudicadas somos nosotras. - Te dicen que la ciudad es muy peligrosa porque eres muy joven y mujer, en cambio los hombres no corren mayores riesgos. Ellos sabrían defenderse, nosotras no. - Te dan permiso para salir solo después de haber terminado las tareas de la casa y el colegio. El ocio (tiempo libre) no es para nosotras. Si en la adolescencia tratan de limitarnos estos espacios, con el pasar del tiempo pesará sobre nuestros hombros el rol reproductivo que conlleva una mayor identificación de la casa como un espacio natural, el que supuestamente debemos ocupar. La calle, el barrio, el parque, los centros comerciales se transforman en espacios no seguros. En cambio, el hombre mantiene una total apropiación del espacio público como su espacio propio.
4.3. Señales de alerta: - Alguna vez te dijeron un piropo vulgar o agresivo que te molestó, pues esto es considerado una manera de acoso sexual. - En alguna ocasión, al utilizar el transporte público fuiste manoseada. - Al pasar por la calle recibiste una mirada obscena2 que te asustó o disgustó. - Al esperar o detenerte en la calle has recibido una propuesta de tipo sexual y “morbosa”. - Te acusan de andar provocativa y te mandan mano. 2
Acto que ofende, especialmente en lo relacionado al sexo.
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A pesar de que en la mayoría de casos son agredidas las mujeres, esto no quiere decir que no hay violencia contra los hombres en el espacio urbano, pero el impacto en las mujeres es más penetrante en la medida en que limitan su derecho a transitar libremente por la ciudad.
5.
Localizando la violencia sexual
Las mujeres a diario esquivamos actos violentos en ese transitar desde nuestros hogares hasta los espacios públicos y viceversa. En las calles, el transporte público, el parque, el centro educativo o en los barrios estamos expuestas a situaciones de acoso sexual, tanto físico como verbal, hasta la agresión y violación. Estas situaciones limitan nuestra movilidad, disfrute y participación en la ciudad. Los ambientes de machismo y violencia intrafamiliar que suceden puertas adentro, continúan en la calle y están presentes en otros espacios como los medios de comunicación. De acuerdo a la percepción de las mujeres se señala que “los hombres, independientemente de su edad, etnia y condición social, se apropian de los espacios públicos y del derecho a utilizarlos como lo decidan, y de abusar de este poder y de este espacio sobre las mujeres”3 . Esto ha ocasionado el encierro de las mujeres a los espacios privados o cambios de actitud, de lugares y horas de salida, de forma de vestir o de transitar. De allí que el confinamiento privado y la adopción de una actitud recelosa e incluso hostil en público se hayan convertido en estrategias de defensa. Pero recuerda, todas las mujeres y niñas, como ciudadanas con iguales derechos, deben ser capaces de disfrutar de los espacios públicos libremente y de forma segura, intactas, en virtud de su género (UNIFEM, Ciudades Seguras, 2008).
5.1. Problemática en los espacios públicos: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Existencia de “economías ilegales”, relacionadas con drogas, alcohol y centros de “diversión” y tolerancia. Se considera el consumo de alcohol como el factor en el desencadenamiento de delitos de violencia intrafamiliar y riñas callejeras. Limitado control y presencia de las instituciones públicas: control policial, arreglo y mantenimiento de los espacios públicos, alumbrado y servicios generales urbanos son insuficientes. Presencia de grupos considerados violentos (pandillas) y de delincuentes. La mayor parte de delitos e incidentes violentos ocurre hacia el final de semana, relacionado al consumo de alcohol y drogas, apertura de sitios de diversión, entre otros. La noche es el momento de máxima inseguridad, por riñas callejeras, se identifica mayores robos y violencia intrafamiliar.
Acto que ofende, especialmente en lo relacionado al sexo. Estudio preliminar sobre violencia sexual en el sur de Quito. Noviembre, 2011.
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5.2. El problema en cifras • • • •
Los problemas de acoso y violencia en espacio público pasan inadvertidos y no ha sido objeto de una reacción social o una intervención pública ajustada a las dimensiones del problema. Cerca del 85% de las mujeres no han denunciado estos hechos. La re-victimización social, la culpa y los reproches de la misma familia o comunidad junto con la falta de sanciones disuaden a las mujeres a denunciar. Frente a la denuncia, cerca del 70% de mujeres señala que el personal las hace sentir vergüenza o subestiman el daño.
5.3. Rutas de acoso y violencia sexual: Hogar – calle - centro de estudio o trabajo- regreso al hogar Transporte público – la aglomeración es un factor de riesgo incluso en las paradas de buses Las discotecas /fiestas – centro comercial – estadios La calle – el parque – las paredes (mensajes que buscan en las paredes a mujeres con las que no se enamoraran, las acosan por esta vía) La cancha: agresiones a mujeres y niñas, provocando que las mujeres no acudan a hacer deporte porque son intimidadas. Las zonas deportivas son espacios de agresión física y verbal.
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•
•
Mujer trabajadora:
Discriminación laboral y profesional por parte de hombres y mujeres.
Vendedora:
Poco respaldo a las iniciativas productivas de las mujeres.
• Adolescente:
•
•
•
•
•
Restricción y prohibición para salir a la calle.
Madre embarazada:
Discriminación y prejuicio al negar su derecho al estudio y/o trabajo.
Mujer afrodescendiente:
Son víctimas de acoso sexual con mayor frecuencia.
Trabajadora sexual:
Conviven con la inseguridad social generalizada (robos, drogas, delincuentes).
Joven colombiana:
Reciben ofertas de tipo sexual a cambio de dinero.
Niña trabajando en la calle:
Expuestas al tráfico y trata de personas (explotación laboral y/o sexual).
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Pareja lesbiana:
Son estigmatizadas y discriminadas.
•
Niñas y niños en el transporte público:
No tienen ningún trato preferencial.
•
Niñas y adolescentes:
Son acosadas por personas alcoholizadas en el trayecto de regreso a la casa, en el mercado o en los lugares de recreación.
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6.
Romper el silencio y denunciar la violencia sexual
Si hemos establecido que los patrones culturales patriarcales-machistas contribuyen a que exista y se ejerza la violencia sexual en contra de las mujeres y niñas en el espacio público, también reconocemos que podemos cambiarlos cuando estamos informadas, nos comunicamos y trabajamos en la casa, el barrio, la escuela, el transporte, los parques y la ciudad para asegurar espacios de convivencia en igualdad y equidad. Varios estudios sostienen que la violencia sexual en contra de las mujeres incrementa el índice de inseguridad de la ciudad y afecta a la calidad de vida de la mujer, de su familia y su entorno social. Escuchar, informar y comunicar a todas las familias de los barrios involucrados, es decir a hombres y mujeres, es clave en la conformación de una ciudad segura, recuerda que esto no es una labor exclusiva de nosotras, quienes hacen el Municipio, los medios de comunicación (y sus periodistas de radio, televisión, periódicos), el policía, el chofer del bus y su ayudante pueden y deben contribuir a que las mujeres y niñas accedan al espacio público, seguras y tranquilas.
6.1. Bien informadas, más alertas La comunicación no debe ser asumida como una actividad para “suministrar información” ni para “efectuar publicidad”, sino como un momento de encuentro, reflexión y aprendizaje en los barrios que apunten al cambio de comportamientos violentos que afectan la integridad de las mujeres. En los barrios, la comunidad ha sido testigo de actos de acoso sexual, intentos de agresión sexual y maltrato a la mujer por parte de sus parejas, padres, hermanos y familiares y desconocidos también, con total pasividad e inmovilidad para actuar y sancionar estos hechos. A través de la acción ciudadana y de la educación se puede enfrentar la violencia contra las mujeres y niñas en el espacio público. La participación de las organizaciones barriales es fundamental, los padres y madres de familia asisten con regularidad a estas reuniones barriales y luego ellos comentan en su hogar. De este modo las niñas y niños están informados por sus padres y profesores sobre lo que deben hacer en caso de ser violentadas física o sicológicamente.
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Las personas que “toman la decisión” de actuar en circunstancias de agresión y violencia contras las mujeres o las niñas, ponen el ejemplo para que otras personas también estén alertas. Hay que cambiar actitudes y prejuicios para que se erradique el machismo y la violencia hacia la mujer, destacando el proceso de capacitación y estimulación a lideresas en nuestros espacios.
En la dinámica del barrio aún persiste la unión, amistad y familiaridad entre los habitantes lo que ayuda a que exista una comunicación directa entre las personas. Otro aspecto que puede ayudar a detener la violencia en el espacio público es la organización, la participación y la sororidad , estos elementos son factores protectores frente a la violencia. La población luego de ser informada sobre la importancia de poner fin a la violencia sexual en el espacio público logra procesar internamente la importancia de este aspecto, lo que le permitirá ser una comunicadora/ comunicador habitual en su espacio cotidiano.
Con la entrega de información de manera directa, clara y oportuna a la comunidad se rompe el silencio que deja la impunidad de la violencia, permitiendo que más mujeres se organicen, asuman acciones concretas como la denuncia y la sanción social a los agresores.
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7. Estrategia comunicacional frente a comportamientos machistas La comunicación nos permite interactuar con las personas que son parte de una realidad, pero además de esto, es una llave que hace posible cambiar dicha realidad. Frente a situaciones de violencia que enfrentamos las mujeres, la comunicación es una herramienta que puede sacar a la luz los imaginarios construidos en la ciudad en torno a la seguridad y a las mujeres. Con la comunicación podemos cuestionar las pautas culturales e incluso cambiar comportamientos negativos a través de la información.
7.1. ¿Para qué nos sirve la información? • • • • •
Para saber que tenemos derecho a una vida libre de violencia en el espacio público. Para reconocer actos de violencia sexual de hombres a mujeres, aunque se hayan asumido como “normales”. Para poder actuar en caso de enfrentar violencia en lo personal o si alguien más la enfrenta. Para conocer los mecanismos de denuncia de la violencia. Para organizarnos y participar con acciones colectivas frente a la violencia contra las mujeres en los espacios de la ciudad.
7.2. Un modelo de comunicación La presente guía plantea que la comunicación se desarrolle en base a un modelo de acción ciudadana que observe, cuestione y actúe frente a la violencia sexual en el espacio público contra mujeres y niñas. La comunicación como estrategia nos pone frente al desafío de cambiar todo aquello que está establecido y que sostiene y mantiene la violencia para contar con nuevos escenarios de convivencia en igualdad de condiciones para hombres y mujeres; se plantea trabajar en los siguientes niveles:
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decisión opinión información sensibilización
En este momento se elaboran mensajes y material que contenga la información que queremos difundir.
actúo
tomo una posición frente al tema
Cuando en un grupo se logra que las personas pongan atención sobre un tema y que sea el centro de las conversaciones se puede decir que se ha generado opinión alrededor de un tema. Para esto es importante que en las organizaciones de todo tipo se pueda socializar la información sobre la violencia contra mujeres y niñas en el espacio público, se dará un gran paso si el tema se puede mirar como importante y si las organizaciones ponen manos a la obra en acciones concretas para cambiar los comportamientos machistas que son la base de esta violencia.
Finalmente, luego de informar y de que el tema se haya convertido en prioritario, el objetivo final de usar la comunicación para enfrentar la violencia, es que las mujeres, adolescentes, niñas estén informadas y puedan actuar en caso de violencia en el espacio público.
La comunicación significa sobre todo poner en común ideas, acciones, sueños. Por lo tanto la comunicación es importante para poner en común la necesidad de tener una ciudad libre de violencia contra las mujeres en el espacio público. No es un trabajo contra alguien, es un trabajo a favor de una convivencia ciudadana sin violencia.
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8. ¿Quiénes intervienen en el proceso comunicacional? En la perspectiva de hacer de Quito una ciudad inclusiva y segura para las mujeres y las niñas se plantean las y los siguientes actores como parte del proceso comunicacional, que actúen de manera integrada para generar acciones comunicacionales colectivas potentes que permitan enfrentar la violencia sexual en el espacio público y privado. Es importante tomar en cuenta que la comunicación debe hacerse de forma democrática y por lo tanto es importante no solo recibir información, sino producirla, acceder a los medios de comunicación, pero mejor aún si podemos tener medios propios; lograr que los temas que nos interesan se traten en los medios de comunicación, pero que además toda la ciudadanía hable de ellos. Se requiere hacer comunicación sobre todo para hacer nuevos mensajes, que cambien las formas violentas de relación, pensamiento y comportamiento hacia las mujeres y las niñas. Se trata de generar un intercambio, un diálogo, una transformación de las formas culturales que mantienen la violencia. Para el proceso que implica ciudades seguras es tan importante lo que dicen las personas que conocen y manejan el tema como quienes, aunque no lo conceptualicen, lo viven.
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8.1. Mujeres empoderadas organizadas y no organizadas Las protagonistas fundamentales del proceso comunicacional son mujeres que quieren conocer y que están decididas en tomar acciones para enfrentar la violencia en el espacio público privado y hacer del Distrito Metropolitano de Quito una ciudad segura. En manos y boca de las mujeres empoderadas estará la motivación de procesos comunicacionales para hacer reflexiones comunitarias sobre la violencia y las formas de enfrentarla y avanzar en el cambio hacia una sociedad más justa y equitativa. Pueden ser mujeres organizadas o no, pero que en todos los casos estarán empoderadas, que quiere decir conscientes de tomar poder, no como una forma de dominación sobre otros sino como una forma de gobernar y decidir sobre su propia vida y apoyar a las otras mujeres en la defensa de sus propios derechos.
8.2. Organizaciones en territorio Son todas las organizaciones que están cercanas a las mujeres y donde se pueden desarrollar procesos comunicacionales. Son espacios reconocidos en la comunidad y que tienen un rol en la organización y participación colectiva. Son los espacios donde difundir los mensajes prioritarios y además aliados potenciales para lograr compromisos a favor de una ciudad segura para mujeres, niñas y niños. • • • • • • • •
Organizaciones barriales Organizaciones juveniles Liga deportiva Colegios y escuelas Centro Médico Gremio de transportistas Iglesia Colectivos culturales
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8.3. Medios de comunicación Son radio, prensa y televisión, importantes pero no imprescindibles para el trabajo propuesto. La información tradicionalmente se ha concentrado en estos medios, sin embargo se propone la generación de medios propios. Una cartelera, perifoneo, un video casero son otros medios de comunicación que están en nuestras propias manos. Los medios tradicionales tienen la potencialidad de ser masivos, pero tal vez el trabajo más importante es el focalizado en nuestros propios territorios.
8.4. Instituciones públicas Son las instituciones que tienen a su cargo la implementación del Plan ciudades seguras del Distrito Metropolitano de Quito y que serán un apoyo tanto en el desarrollo de contenidos como en la implementación general de los procesos comunicacionales. Las instituciones son: • Fundación Patronato San José • Los servicios metropolitanos de atención y prevención integral de la violencia basada en género. • Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana • Secretarías Metropolitanas de Inclusión Social, Comunicación, Seguridad Ciudadana, Movilidad • Administraciones Zonales
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9.
Mensajes clave para detener la violencia contra las mujeres en el espacio público
9.1
La violencia no es un hecho natural
A la salida de los centros educativos o trabajo las mujeres no podemos esperar en la esquina de una calle, en la parada de buses o recorrer el centro comercial y el mercado distraídas, porque enseguida llega un hombre que te hace una propuesta morbosa, te hace una invitación malintencionada o te pregunta el precio por tu cuerpo.
Descripción de la violencia. Qué derechos nos amparan
¿Qué digo?
¿Qué hago?
Las miradas, palabras o contacto físico no solicitados, pueden provocarnos temor y una sensación de inseguridad.
¡Cállese!, no tiene derecho a hablarme de esa manera vulgar y grosera.
En este estado, las mujeres prefieren caminar acompañadas, delimitan su ruta de tránsito, marcan sus puntos de encuentro sin oportunidad de disfrutar su recorrido y/o decidir permanecer en la casa antes que en la calle.
No tiene derecho a molestarme, usted está acosándome y no puede hacerlo.
En primera instancia hay que identificar la violencia como un hecho inaceptable que requiere como respuesta la sanción social al agresor.
Recuerda que estos actos limitan nuestros derechos y libertades en el disfrute de la ciudad. Asimismo, las autoridades tienen el deber de garantizar el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas.
Si no se va me voy yo, pero a llamar a la policía porque lo que usted hace está mal. ¡Auxilio! me está molestando, me agrede.
La ciudadanía debe ser la primera en responder ante estos hechos y no esperar que la agresión incremente. Si eres testigo ante estos hechos y no dices ni haces nada para apoyara a la agredida te conviertes en cómplice del delito.
9.2. Machismo, lo cierto es que… Descripción de la violencia. Qué derechos nos amparan No podemos ir tranquilamente a la cancha de fútbol o al parque del barrio porque lo acaparan los hombres, lo utilizan en algunos casos para emborracharse, fumar, hay peleas e insultos.
La sociedad asigna a las personas una serie de características por el solo hecho de ser hombres o mujeres. El estereotipo nos muestra maternales, sumisas, caseras, tímidas, mientras ellos se proyectan agresivos, independientes, indiferentes y la clave asociados a la calle, apropiados del espacio. Estas características sociales asignadas a ellas limitan sus derechos y libertades a la recreación, practicar deporte, la organización y participación en la planificación de la ciudad. Recuerda que todas y todos nacemos libres e iguales ante la ley.
¿Qué digo? Los machos dicen: Los varones a la calle, las mujeres a la casa. Pero lo cierto es que: Si te enseñaron que los hombres pueden salir a la calle, se olvidaron de decirte que las mujeres también lo hacemos. Éste también es mi espacio. Los machos dicen: Los niños a jugar fútbol y las niñas a lavar los platos. Para eso eres mujercita. Pero lo cierto es que: Ni te sirvo, ni me sirves. Los niños y las niñas tienen derecho a jugar y ambos pueden también lavar. Libérate de esa mentalidad de menosprecio, para que los hombres aprendan a ser autosuficientes y realizar actividades domésticas. Los machos dicen: Aquí mando yo. Pero lo cierto es que: Ni es solo tu espacio, ni eres superior a mí. Somos diferentes, pero valemos igual.
¿Qué hago? Identifica y reconoce que el machismo resalta lo masculino y subvalora lo femenino, haciendo uso de la violencia física, verbal, sicológica o simbólica en las relaciones interpersonales. Esto lo aprendemos desde niños y niñas. De ser el “macho” a una nueva manera de entender su masculinidad les permite recuperar su capacidad de ternura, la posibilidad de disfrutar el cuidado de los niños y atender a las personas que requieren cuidados especiales. Para promover el acceso libre y sin violencia de los espacios púbicos de tu barrio puedes organizarte en la misma comunidad. Con un barrio organizado puedes: • Promover actividades en el espacio público para niños, niñas, adolescentes, adultos mayores. • Planificar estrategias de seguridad ante un acto de agresión o violencia.
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9.3. El derecho a una vida libre de violencia Descripción de la violencia. Qué derechos nos amparan Las mujeres son cuestionadas sobre los lugares por donde circulan, los horarios que escogen, si van solas o acompañadas. La violencia se vuelve tan natural que incluso se llegan a señalar como culpables o responsables a las mujeres por la conducta de los agresores. Pero recuerda la violencia no tiene excusa, ni debe ser justificada. La Constitución garantiza el derecho a una vida libre de violencia en el ámbito público y privado. La violencia contra las mujeres constituye una violación de los derechos humanos y libertades. La eliminación de la violencia contra las mujeres es condición indispensable para su desarrollo individual y social.
¿Qué digo? Voces de mujeres frente a la violencia: Si sufrimos de violencia tenemos que ser valientes y denunciarlo. Si no reconocemos la violencia no la podemos detener. La violencia contra las mujeres nunca es natural, es producto de una sociedad machista. Los medios de comunicación trivializan las noticias sobre un asesinato o agresión sexual a la mujer y la esconden como un crimen pasional (por amor) o por honor. Así, se naturaliza socialmente la violencia
Si te vis tes prov oca tratada como ta dora te expone s a ser l.
¿Qué hago? La violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas no es un asunto privado, sino público. Constituye un grave problema que la sociedad debe cambiar. La comunidad propone: talleres, conciertos, foros, encuestas, brigadas de seguridad, apoyo policial, participación en la planificación del espacio público, entre otros. Recuerde que todos los servidores públicos metropolitanos (en las áreas de salud, seguridad, movilidad, etc.), que tuvieren conocimiento de actos de violencia basada en género, están obligados a aplicar los protocolos existentes en atención inmediata a la víctima.
Si sales sola y en la noche Como an te da esperab s con malas com expones. as. pañías, q ue Las muj eres som os débile hablamo s y por e s. so no res muje s y ya se la . A las s hab sibles solo le n, son sen e ofend
La violen cia siem pre existe y existirá . La violen cia una m isma la provoca .
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9.4
Respondiendo a la violencia sexual en el espacio público Descripción de la violencia. Qué derechos nos amparan
Piropos agresivos de los hombres, esto atemoriza a las mujeres ya que es una invasión de su espacio propio. (Grupo focal de mujeres en Quitumbe)
¿Qué digo?
No te he pedido que me hables y no me gusta cómo lo haces, no lo vuelvas hacer, es un falta de respeto y una forma de violencia La violencia verbal es una de las a las mujeres manifestaciones de violencia de género más invisibilizadas pues El problema de una toma diversas formas que han mujer en el espacio sido naturalizadas en un contexto público es un problema cultural dado como la violencia de todas y todas verbal en el espacio público que actuamos frente a este es frecuentemente confundida hecho. como “piropo” y por tanto inocuo o aislado. Palabras, frases con contenido sexual es una forma de agresión verbal. En el lenguaje se esconden formas de pensamiento que miran a las mujeres como objetos.
Te ampara el derecho de transitar libremente por la ciudad y el derecho a no recibir un trato diferente y discriminatorio por el hecho de ser mujer.
¿Qué hago? No dejarse ganar por el miedo. La primera persona que me puede defender soy yo misma, así que no permito que me digan cosas ofensivas y violentas. Pero no te sientas sola, mientas más mujeres denunciemos la violencia se evidenciará éste como un problema. Es importante cuando se va por la calle mirar y estar atentas, puede que estemos frente a una inminente situación de violencia o alguien más requiera de nuestra ayuda. Responder inmediatamente y en voz alta para que las otras personas sepan lo que está sucediendo y si es preciso el agresor sea identificado por todos.
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Descripción de la violencia. Qué derechos nos amparan Violencia sexual: El 83% de las mujeres en Eloy Alfaro y 85% en Quitumbe identifica el transporte público como inseguro. Se encuentran una lista de los lugares y líneas de transporte más inseguros. La percepción de la seguridad en el transporte público tiene una variación en relación con las horas del día, los días de la semana y las semanas del mes. Respecto a la variación en las horas del día, se identificó que las horas pico y en general, las horas de la noche son más peligrosas. Esta variación de horas es percibida tanto por las niñas de los colegios quienes son un blanco fácil y frecuente de los delincuentes.
¿Qué digo?
¿Qué hago?
No me toque. Aléjese de mí. Usted no puede tocarme, no lo conozco, mi cuerpo es mío. Por favor ayuda.
De ninguna manera una alternativa es quedarse callada. Pido ayuda a la persona más cercana, es importante acercarse hasta el conductor y alertarle inmediatamente. Denuncio: El Municipio, mediante la ordenanza 235 ha asumido como una responsabilidad el facilitar tanto el auxilio a las víctimas como el acceso a presentar la denuncia formal. Pero una vez que se ha efectuado el respectivo trámite ya es una competencia de las instancias judiciales.
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9.5 Diez formas de hacer un barrio sin violencia sexual Para hacer un barrio seguro para las mujeres y las niñas el primer paso consiste en dar un vistazo a las cosas que se dicen y se hacen dentro de nuestras casas. No favorecerá un barrio más seguro el decir a las niñas y adolescentes que no pueden salir a la calle o que no pueden vestirse de tal o cual manera. Por otra parte, se debe hacer una revisión de lo que transmitimos como madres y padres respecto del uso del espacio público. La educación que damos a hijas e hijos debe pasar por una permanente revisión, lo más común es que eduquemos como nos educaron, entonces el primer desafío está dentro y el siguiente es con lo que sucede fuera de casa. Lo que hagamos para nuestro barrio demandará de alianzas, conversaciones, acciones, en resumen requerirá de una movilización que mientras más incluyente sea mejor. Entonces manos a la obra, a continuación algunas ideas para intervenir nuestros barrios.
1. Fortalecer la organización y la participación barrial alrededor del derecho a una ciudad libre de violencia contra las mujeres en el espacio público Mientras más, mejor. La organización y la participación no solo son importantes porque se puede posicionar un tema en la colectividad y porque así la comunidad es más fuerte y puede responder mejor a situaciones que le aquejan. La organización y la participación son factores que protegen a sus integrantes de varias situaciones adversas entre ellas la violencia. Mientras más mujeres y hombres se vinculen a trabajar en actividades e iniciativas para enfrentar la violencia en el espacio público, al conocer y estar adecuadamente informadas e informados es posible tener respuestas adecuadas para una misma y para otras mujeres que lo requieran. Por esto la organización es tan importante.
2.
Las mujeres nos organizamos, tomamos y mejoramos los espacios el barrio
La mayoría de espacios públicos del barrio no son pensados ni hechos para mujeres, sin embargo las mujeres podemos organizarnos y tomarnos uno o varios espacios del barrio y hacer de este un símbolo con un mensaje claro: los espacios públicos nos pertenecen a las mujeres y tenemos derecho a disfrutarlos libres de violencia.
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Para esta actividad se propone convocar a las mujeres y niñas del barrio, identificar un lugar importante, hacerle todas las adecuaciones necesarias: pinturas (murales con mensaje), ubicación de plantas, iluminación, etc. y aprovechar este espacio como punto de encuentro y reunión de las mujeres. Una vez adecuado el espacio se pueden organizar actividades artísticas, culturales y sociales para dialogar sobre las formas de tener un barrio libre de violencia contra las mujeres.
3.
Identificar y actuar frente a las situaciones de riesgo
Cuando el barrio nos pertenece cada vez más, es posible proponer o apoyar iniciativas para hacer de nuestras comunidades lugares seguros en la ciudad. Es importante como una de las actividades prioritarias de la organización hacer un pequeño diagnóstico de situaciones de riesgo que puedan influir en el libre tránsito de las mujeres. Situaciones como lugares poco iluminados, lugares abandonados o sucios, grupos de personas que beben alcohol y venden o consumen droga son necesarias reconocer, coordinar al interior de las organizaciones y con el Municipio para encontrar soluciones efectivas. No se trata de tener una confrontación frente a estos temas sino más bien de cambiarle el rostro al barrio con alternativas que puedan fortalecer y construir la ciudadanía para tener espacios seguros para las mujeres y las niñas. No se trata tampoco de cercar la calle o dejar de salir, sino identificar los riesgos para plantear una solución.
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Frente a temas como este la participación de padres, hermanos, parejas, amigos es fundamental, son actores importantes contra la violencia de género, actualmente implica otras formas de ser hombres o lo que se conoce como masculinidades.
4. Capacitación a guardias de seguridad y policía comunitaria Las personas que cuidan habitualmente de la seguridad del barrio son la policía comunitaria y también los guardias de seguridad. Siempre se encuentran en el barrio y enfrentan muchas formas de violencia, pero para asegurar que también estarán atentos a la violencia contra las mujeres en el espacio público es importante llegar hasta ellos con información sobre el tema. Será información de utilidad para el desarrollo de sus funciones como para su vida personal.
5. Charlas sobre la violencia contra las mujeres en el espacio público El presente manual es una posibilidad para conversar con la vecina, con las y los jóvenes, con la dirigencia barrial, entre otros, entonces aproveche. Charlas y reuniones son oportunidades importantes para informar y preguntar sobre cómo viven y sienten las mujeres la violencia sexual en la ciudad. Conversar es vital para reconocer que la violencia no es natural y para conocer los efectos que produce sobre las mujeres. Conversar por una parte nos libera pero además nos permite mirar opciones, caminos y salidas para enfrentar la violencia.
6. Espacios de escucha en el barrio A veces antes que recibir información es más urgente la escucha para las mujeres que enfrentan la violencia en general y en particular la violencia en el espacio público. En una de las reuniones con mujeres de Quitumbe y Eloy Alfaro se planteó la idea de tener espacios de escucha. Esto acompañado de un proceso para escribir estas historias puede ser una experiencia solidaria, novedosa e interesante para responder a una necesidad de las mujeres de expresarse.
7. Tarjeta roja para detener la violencia Una tarjeta con un color simbólico es una forma de identificación de las personas, en este sentido se puede crear en el barrio una tarjeta para las personas que están a favor o en contra de una ciudad libre de violencia contra las mujeres en el espacio público. Frente a situaciones de violencia se puede contar con una tarjeta roja para entregarle a la persona que violenta, que contenga información precisa que pueda cuestionarla sobre su actitud.
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Frente a situaciones positivas, que han respondido efectivamente a casos de violencia en el espacio público se puede usar la misma herramienta pero en el sentido de felicitar la acción y darle unos pocos elementos para ampliar la información, en estos casos puede ser una tarjeta verde.
8.
Afiches y carteles en las tiendas
Las tiendas del barrio son puntos de encuentro y de diálogo cotidiano. Por esta razón una fórmula adecuada para dar de qué hablar es llevar afiches y carteles, con mensajes clave para hacer una ciudad libre de violencia contra las mujeres en el espacio público, que pueden ser elaborados por las propias mujeres del barrio. Esto junto a una explicación de las y los dueños de las tiendas sobre el tema puede generar un debate interesante y de gran alcance en el barrio. Si se identifica como una necesidad se pueden hacer otros tipos de productos impresos como cartillas, folletos, plegables, de acuerdo a la in formación que se requiera difundir y a lo que las personas en el barrio precisen. Los contenidos de estos productos deben tener un sentido de utilidad para las personas, solo así los usarán y cumplir su función informativa.
9.
La radio
La radio también se mira con una potencialidad importante para la difusión de mensajes a un gran público. El proceso para tener espacios en radio puede empezar con gestionar espacios de entrevista en las radios más escuchadas en el barrio. Luego de esto se puede plantear a la radio tratar el tema en sus programas o tener un corto segmento en uno de ellos. Finalmente, si hay las condiciones y la apertura de la radio se puede solicitar un espacio para un programa de radio.
10.
Otras formas
Y bueno, cuando no hay las condiciones para contar con un espacio radial el perifoneo siempre es una alternativa en el barrio. Recuerde que es importante que los mensajes sean elaborados de forma novedosa para que llamen la atención pero sobre todo para que la gente recuerde contenidos que sean prioritarios difundir. No se puede dejar de mencionar que la tecnología puede jugar a nuestro favor cuando de comunicación se trata. Medios como los teléfonos celulares e incluso los fijos pueden ser de utilidad para enterar a las vecinas y vecinos de temas prioritarios. Asimismo, el uso de internet, específicamente de redes sociales, permite la creación de comunidades en el espacio virtual con capacidad de transmitir mensajes rápidamente, además de contactarse con barrios en otras partes del país y del mundo que tengan experiencias similares.
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Algunas experiencias en Quito El Municipio del Distrito Metropolitano de Quito cuenta con algunas experiencias ya implementadas para enfrentar la violencia contra las mujeres en el espacio público entre las que se cita: Quiero andar tranquila, calles sin acoso y el primer concurso Mujeres juntas por una vida libre de violencia.
Quiero andar tranquila, calles sin acoso El objetivo de la campaña es crear conciencia en la ciudadanía de que el acoso hacia niñas y mujeres en los espacios públicos de Quito, no es natural y constituye una de las formas más comunes de violencia de género, que atenta contra sus derechos. Se busca entonces el empoderamiento de las mujeres para decir “NO” a estos abusos y el apoyo de los hombres en esta cruzada. Por eso, entre los mensajes que quiere llevar esta campaña a la ciudadanía están “Me visto como quiero ¡Exijo respeto!”, “¡Estamos hartas de morbosidades!”, “Los bacanes no son patanes”. Desde el lanzamiento de la campaña, se ha trabajado en diversos ejes de la estrategia distrital para poner fin a la violencia de género en el espacio público. En este sentido, se ha capacitado a 500 funcionarios y funcionarias municipales, entre personal del sistema de Trolebús y la Policía Metropolitana, para que den una respuesta adecuada cuando se presenta un caso de acoso hacia las mujeres. También se ha desarrollado un protocolo de atención a las mujeres acosadas en el transporte público.
Primer Concurso MUJERES JUNTAS POR UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA La Administración Zonal Eloy Alfaro presentó el Primer concurso “MUJERES JUNTAS POR UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA” en la V Asamblea de Mujeres realizada en marzo de este año, en el marco del Proyecto “Quito Ciudad Segura para las mujeres y las niñas”.
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El objetivo fue promover que las diferentes organizaciones de mujeres desarrollen proyectos a través de acciones e iniciativas colectivas encaminadas a la eliminación de la violencia de género en los barrios, sectores y parroquias de la Administración Eloy Alfaro desde un enfoque de género y derechos humanos. Además, este concurso motivó la organización de las mujeres para el ejercicio y exigibilidad de sus derechos. El concurso contó con la participación de aproximadamente 33 mujeres que desde sus organizaciones y actividades plantearon 5 proyectos sociales. El proyecto ganador fue: Mujeres soberanas, combatiendo la violencia, conquistando dignidad, presentado en alianza con varios colectivos y organizaciones de mujeres de la zona Eloy Alfaro, incluidas mujeres adultas mayores que participan en el Programa Sesenta y Piquito. El problema que les preocupa es la exclusión e invisibilización de las mujeres en espacios comunitarios, en particular la violencia machista ejercida en contra de lideresas comunitarias. Este proyecto está encaminado a fortalecer los liderazgos y su participación en la vida política y comunitaria mediante encuentros de diálogo que generen mecanismos para conseguir una vida libre de violencia en todos los ámbitos.
9.6
Los servicios metropolitanos de atención y prevención integral de la violencia basada en género.
En todo el proceso comunicacional será de mucha utilidad para las mujeres que hayan atravesado por violencia en el espacio público, contar con información sobre dónde buscar apoyo pero además dónde denunciar. Para esto será importante mencionar y referir a los Los servicios metropolitanos de atención y prevención integral de la violencia basada en género que son espacios de atención ciudadana integrados creados para facilitar de manera eficaz, eficiente e integral el ejercicio de los derechos y el acceso oportuno a la administración de justicia formal y alternativa a través de la atención y prevención de la violencia intrafamiliar –VIF, género, maltrato infantil y delitos, enmarcados en las políticas de seguridad ciudadana, equidad social y de género en el Distrito Metropolitano de Quito. Actualmente, los Los servicios metropolitanos de atención y prevención integral de la violencia basada en género son siete, distribuidos en las Administraciones Zonales del Distrito Metropolitano de Quito: Centro de Atención Integral Las Tres Manuelas en la Zona Centro, Quitumbe, La Delicia, Calderón, Tumbaco, Valle de los Chillos. Los CEJ brindan servicios gratuitos en el área legal, psicológica, trabajo social y de promoción de derechos y prevención de la violencia, para ello cuentan con un equipo de profesionales de: abogados/as, trabajadoras sociales, psicólogos/as y promotores de derechos.
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10. Registrando la experiencia comunicacional para aprender de ella y mejorarla Una experiencia comunicacional puede llagar a ser una práctica concreta y sistemática de enseñanza y aprendizaje, de gestión o de relación con la comunidad que ha mejorado procesos y demuestra resultados. Para registrar las acciones y actividades comunicacionales que contribuyan a una ciudad segura para las mujeres y las niñas te puedes apoyar en la sistematización, una herramienta de fácil uso que permite explicar los cambios positivos o negativos, los factores que intervinieron, los resultados y las lecciones aprendidas que dejó la experiencia recogida, es un ejercicio de escribir y guardar una memoria de nuestras acciones.
Para qué registramos las experiencias - Mejorar el conocimiento que se tiene y las prácticas futuras. - Mejorar las experiencias, ya que se llevan a cabo procesos de reflexión y análisis que permiten la retroalimentación. - Empoderar a las personas que participan del desarrollo de las experiencias. - Compartir con otros miembros de la comunidad los aprendizajes fruto de la experiencia.
Qué vamos a registrar • • • •
Experiencias que debido a los resultados que han generado o debido a los métodos utilizados, llaman la atención. Experiencias que han sido exitosas, alcanzaron los objetivos, solucionaron el problema que existía. Experiencia que aún no finalizan, sin embargo se considera importante capturar y registrar los métodos utilizados debido a su carácter innovador. Experiencias negativas, que puede generar importantes lecciones aprendidas sobre lo que no se debería hacer.
Pasos para el desarrollo de la sistematización o registro • • • •
Definición del objetivo El objeto de análisis El eje de sistematización Recolección de información
4. Comunicar los resultados La sistematización no habrá cumplido plenamente con su objetivo hasta que se hayan comunicado los productos resultantes de dicho proceso.
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El diseño de esta estrategia de comunicación debe partir por preguntarse a quién queremos comunicar nuestros resultados como: actores directamente involucrados, contraparte públicas y/o privadas, otros entes interesados. Será importante tomar contacto con otras mujeres que estén implementando procesos parecidos a nivel barrial.
Técnicas de investigación Entre las técnicas de investigación más usadas que permiten la recolección de insumos útiles para analizar las diferentes experiencias a registrar se puede mencionar: La observación, la entrevista, el cuestionario, los grupos focales, entre otros. Entonces, a más de implementar una experiencia comunicacional es importante escribirla, reconstruyéndola para que los aspectos positivos puedan potenciarse y si hubiera dificultades o cosas que no salieron bien, se puedan tomar los correctivos necesarios.
11.
La ordenanza No. 0235
El Municipio del Distrito Metropolitano de Quito cuenta con una ordenanza, es decir que es de obligatorio cumplimiento y que constituye una respuesta frente a la violencia contra las mujeres. La ordenanza tiene por objeto “hacer efectivo el principio de igualdad y no discriminación, la prevención, protección integral de las mujeres contra la violencia de género.” También en la ordenanza se expresa que “El Distrito Metropolitano de Quito reconoce la violencia contra la mujer como una vulneración de los derechos humanos fundamentales, sea que esta se manifiesta en el ámbito público o privado, siendo un problema sistémico cuya prevención y erradicación es competencia concurrente metropolitanas.”
de los organismos, órganos y dependencias
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A continuación el sitio donde puede descargarse la ordenanza, es nuestra, conozcámosla y difundamos su contenido.
http://www.quito.gob.ec/ picar en
servicios y luego en ordenanzas y resoluciones metropolitanas y por último ordenanza 235
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12. Bibliografía • • • • • • • • • • • • • •
•
Acosta, Luis Alejandro. Guía práctica para la sistematización de proyectos y programas de cooperación Técnica. Oficina Regional de la FAO para América Latina y El Caribe. 2005. Bedoya, María Elena y Salazar Betty. Triciclos, espacios lúdicos y objetos culturales de la infancia en el Ecuador. Quito – Ecuador. Centro de Equidad y Justicia. Protocolo de atención en casos de violencia sexual en el sistema metropolitano de transporte de pasajeros de Quito (trolebús). Quito - Ecuador. CEPAR-CONAMU, Violencia contra la Mujer. Marco Legal básico de protección contra la violencia de género. Resultados de la Encuesta demográfica y de Salud Materna e Infantil. Quito – Ecuador. 2006. Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros. Presentación Campaña no te calles, Quito – Ecuador. Fundación Patronato San José. Sexo y género: diferencias biológicas, sociales y culturales. Cartilla 1. 2010. Fundación Patronato San José. Las identidades de género. Cartilla 2. 2010. Fundación Patronato San José. Relaciones de género, desigualdad e inequidad. Cartilla 3. 2010. Fundación Patronato San José. Violencia contra las mujeres y convivencia. Cartilla 4. 2010. Las mujeres no denuncian el acoso verbal en la calle. Diario El Comercio 09/02/2011. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Construyendo una ciudad para todas. 2012. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Estudio preliminar sobre violencia sexual en el sur de Quito. Revantós, Isabel. El Parc de Collserola: Estrategias de Comunicación para mejorar el disfrute del parque. El proyecto Bici como ejemplo. Secretaría de Inclusión Social del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Informe del diagnóstico rápido sobre “percepciones de la violencia sexual contra las mujeres en el Sistema de Transporte Público Trolebús”. Quito - Ecuador. Utreras, Emili. Estrategia de Comunicación del Proyecto Quito, Ciudad Segura para las mujeres y las niñas. Fundación Patronato Municipal San José / Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. 2012.
www.quito.gob.ec