Arquitectura y cultura en la contemporaneidad

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HISTORIA III DEL VALLE Chiara Bellizzi / Catarina Staric 2018


ร NDICE 05 - Aproximaciรณn 10 - 01 29 - 02


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43 - 03 50 - ProposiciĂłn final 53 - Vivienda colectiva y centro cultural en La Boca 57 - Centro de reciclaje abierto a la comunidad en Puente Saavedra. 60 - BibliografĂ­a

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APROXIMACIÓN

Nos encontramos en un periodo donde la arquitectura, el campo del diseño y de las artes vuelven a reformularse y actualizarse en su contexto espacio-tiempo, lo cual complejiza mucho más su análisis y propone nuevos desafíos a la hora de interpretar, proyectar y cuestionar las diferentes expresiones que reflejan nuestra actualidad. Para poder aproximarnos al contexto actual, retrocedemos al Siglo XX donde a partir de diferentes movimientos políticos de carácter global, post revolución industrial (1820-1840), transformaron las relaciones sociales y económicas a escala global, donde el pensamiento se subor-

Fotografía de la construcción del Banco de Londres, 1960.

dinó a la búsqueda de prototipos homogeneizados y universalizados. A su vez, los hechos mencionados tuvieron repercusión directa en América Latina, siendo nuevo hogar para inmigrantes europeos que buscaban un futuro con mejores posibilidades huyendo del periodo entre guerras; que cargaban consigo ideales, modalidad de trabajo y habitar que adicionaron características notorias a nuestra identidad entendida como política del devenir, la de la alteridad, la del tejido entre varias culturas y varias comunidades dentro de un proyecto social que las acoge, ora en la integración, ora en el


conflicto. 1 Diferentes personalidades de múltiples campos comenzaron a caracterizar la modernidad como sinónimo de renovación, conflicto y mixtura, donde necesariamente proponían formas y lenguajes nuevos, como por ejemplo David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera en el campo del muralismo, el artista Antonio Berni y la artista Tarsila do Amaral, en la pintura, los arquitectos Antonio Bonet, Clorindo Testa y Oscar Niemeyer, etc. Sus focos estaban puestos en romper convenciones y cánones del pasado y generar tendencias nuevas y alternativas para la sociedad. J.M.Montaner relata que “una de las cuestiones que toma mayor protagonismo en la arquitectura es la búsqueda de mayor expresividad (...) la expresión tiene relación con la función; es la base de la belleza que la composición puede alcanzar, y es resultado de la técnica y de los materiales utilizados que pueden ser expresados de manera más o menos auténtica”. A su vez “cada momento viene definido por una posición concreta respecto a la cuestió básica de la expresividad”. 2 1 Del Valle, Luis. Arquitectura y Cultura en Latinoamérica, página 39. Pintura de Alfaro Siqueiros.

2 Montaner, Josep María, La Moderni-


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Es interesante complejizar la interpretación de los procesos proyectuales en América Latina asumiendo su historia desde antes y después de su incorporación al mundo occidental, entendiéndola como parte de un mundo cada vez más globalizado pero que a su vez sigue siendo dependiente de sociedades con modelos políticos y económicos dominantes, lo cual “la fragmentación, la heterogeneidad o las abruptas desigualdades son una forma de la identidad.” 3

dad Superada. Editorial GG, Barcelona, 1997.

3 Del Valle, Luis. Arquitectura y Cultura en Latinoamérica, página 02.

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“De allí que dentro del fenómeno de los trasvasamientos culturales se debiera analizar no tanto las postulaciones de un esquema del tipo ajenidad-propiedad sino formas vinculadas a la apropiación relativa, a la subyugación y fagocitación, a la reformulación, la traducción y la traición, formas que son propias de los procesos de hibridación cultural.”4

4 Del Valle, Luis. Arquitectura y Cultura en Latinoamérica, página 02.

Pintura de Tarsila do Amaral.



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La Tallera, México. 2010

Umbráculo Paraguay. 2007



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Las transformaciones del mundo contemporáneo tuvieron repercusión en Latinoamérica, a través de diversas interpretaciones en el campo de la arquitectura donde la transversalidad disciplinar, la genealogía mestiza y las hibridaciones que construyen nuevos lenguajes fueron algunos de los tópicos que relacionan las dos obras que mencionaremos a continuación.

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“Adaptamos de Europa únicamente las influencias fofas que envenenan nuestra juventud ocultándose los valores primordiales [...] Reintegramos a la pintura y a la escultura sus valores desaparecidos, [...] sus nuevos valores” 1

5 Siqueiros, Alfaro. Vida Americana. Edición de mayo. Barcelona, 1921.


En La Tallera de Frida Escobedo se realiza una reforma, de la ex-casa taller de David Alfaro Siqueiros, utilizando un método de montaje y collage sobre la obra existente reafirmando algunos de sus programas -talleres y viviendas entrelazadas como formas de disolver los límites entre el hogar y la producción- , operando de forma crítica sobre las relaciones entre lo público-privado, abriendo sus fachadas (con menor grado de privacidad o totalmente público ) exponiendo a las formas como acto político de la ruptura de normativas, y proponiendo hibridaciones que articulan y afirman sus intereses y maneras de observar el mundo. Las residencias son destinadas para artistas, críticos, curadores y académicos - que además de producir e investigar brindan conferencias y talleres- . Estas relaciones dan continuidad a la reformulación de conceptos sociales, de programa y de innovación que profundiza la arquitecta sobre lo propuesto por Siqueiros y Rivera (que tuvieron como objetivo construir un taller de muralismo para ensayar nuevas técnicas de pintura, materiales,

aspectos geométricos, perspectiva, etc.). Los programas anteriores se reformulan como espacios ya no únicos de taller sino también de exposición -como por ejemplo la Sala de Arte Público en la obra “La Tallera Siqueiros”- ; lugares que ahora buscan complejizar las estrategias contemporáneas a fin a las dimensiones públicas de las artes, su carácter social y la inmersión en lo político. Áreas destinadas para la realización de intervenciones en fachadas con la posibilidad de abrirse por momentos a la calle. Al mismo tiempo estas salas también están destinadas a talleres para la comunidad, con el fin de construir espacios de conocimiento colectivo, promoviendo marcos de aprendizaje con una estructura que apela a la reflexión. Los nuevos programas de los espacios exteriores toman un carácter social que intenta intensificar el diálogo y la comunicación del grupo barrial, resignificando el “patio” de la antigua casa pasando a ser un nuevo lugar de encuentro, intercambio y esparcimiento -basándonos en


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la relación inmediata a la plaza y la conformación de un “único” lugar-. Al convertir esta casa-taller en un centro cultural-taller-residencia se agregan programas de librería (con títulos relacionados al artista y temáticas según las exposiciones que se encuentren en ese momento, es decir que los libros son temporales), un bar y baños públicos. El proyecto continúa con la construcción de la identidad del lugar, toma los discursos pre-

vios generados por David Alfaro Siqueiros (1896-1974), muralista mexicano instruido en Europa con influencias del cubismo y de los frescos del Renacimiento, marxista, sindicalista (Fue parte de la fundación del Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Mexicanos Revolucionarios) y docente. Redactó en Barcelona para la revista “Vida Americana” un manifiesto llamado “Tres llamamientos de orientación actual a los pintores y escultores de la nueva generación americana”, donde abiertamente expuso su postura en relación al campo de


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las artes: “Acerquémonos por nuestra parte, a las obras de los antiguos pobladores de nuestros valles los pintores y escultores indios;nuestra proximidad climatológica con ellos nos dará la asimilación del vigor constructivo de sus obras, en las que existe un claro conocimiento elemental de la naturaleza. Adoptemos su energía cinética.”1 1 Siqueiros, Alfaro. Vida Americana. Edición de mayo. Barcelona, 1921.

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Sin dejar por fuera que este país tuvo junto a estos grandes artistas y otros una tradición del muralismo mexicano, en parte por las formas de expresión de sus pueblos originarios y por los murales Jesuitas, ambos como dispositivos de transmisión de creencias, culturas y principalmente -en los tres periodoscomo manera de transmitir y comunicar a toda la población, analfabeta o no, las formas de ver y entender al mundo según cada actuante. En la Revolución


Mexicana2 Siqueiros realiza murales a pedido por las autoridades del Estado para transmitir las ideologías a toda la población. La decisión de protagonizar el arte murario en el centro cultural actual se da por la comprensión de Escobedo sobre la relación entre arte, política y su carácter público. Por estos motivos el proyecto decide abrir el patio de la vivienda -el cual contenía dos grandes murales experimentales- hacia el ingreso a La Tallera. No sólo realiza este ingreso de forma tal que genere una expansión del espacio urbano y público sino que también decide intencionar aún más “colgando” los murales en este sector y utilizando el método de perspectiva que genera un ambiente que abraza y fomenta la interacción entre la obra y la comunidad. “Abandonemos los motivos literarios, hagamos plástica pura. Desechemos las teorías basadas en la relatividad del arte na2 La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de Noviembre de 1910.

cional; universalicémonos, que nuestra natural fisonomía racial y local aparecerá en nuestra obra inevitablemente.”3 La apertura de la obra y su integración con la plaza es una intención marcada, pero al observar el espacio no notamos una propuesta de uso concreto como, por ejemplo, utilización de equipamientos y sub-programas anexos (como ferias o mercados específicos de producción ba3 Siqueiros, Alfaro. Vida Americana. Edición de mayo. Barcelona, 1921.


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rrial). Por lo tanto, nos aventuramos a concluir que no parece ocuparse de generar un marco práctico de intercambio orientado desde y para la comunidad. Se mantiene como dos espacios opuestos: el de residencia-investigación y el de exposición-educación. Por la jerarquía proyectada en la disposición programática y la puesta en práctica al priorizar la actividad pu-

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ramente académica, termina acentuando la diferencia de clase entre el “académico/a y el vecino/a”. Por ello lo entendemos como un sitio donde la producción propia no pasa a ser el medio de visibilización de la problemática social de sectores populares y organizaciones sociales , generalmente invisibilizadas en la agenda mediática hegemónica- y de la construcción colectiva de conocimiento aplicada al fortalecimiento de la gestión de lo público. “Esa universalidad abstracta de la función se sustenta en la dimensión deológica, generada y sostenida desde los centros de poder y, que como toda ideología, ha penetrado en todos los ámbitos culturales.”4 Entonces, permanecen anclados resabios de una lógica burguesa de formación cultural, donde la cultura es un medio de segregación de 4 Giordano, Liliana. Del privilegio de la

función a la lógica del habitar, pág. 1. Instituto de la Espacialidad Humana.Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.


clase generalmente ligado a tendencias que responden a diversos intereses hegemónicos que terminan impregnando en el imaginario social valores aparentemente democráticos pero que a su vez fomentan posiciones jerárquicas asociadas a capacidades y méritos individuales. “El concepto de ciudad mestiza explica nítidamente varias características de estas ciudades como las resistencias a las formas burguesas (dadas en las prácticas de la “informalidad” o ilegalidad urbanas, que incluyen no solo formas alternativas en la dimensión socioeconómica sino además figuras culturales como las “picarescas” urbanas…”5 La casa Gertopán, situada en el barrio residencial de Bernardino Caballero en Asunción, Paraguay , proyectada por Javier Corvalán + Laboratorio de Arquitectura es 5 Fernandez, Roberto. El laboratorio Americano, Arquitectura, geocultura y regionalismo. Cap. VIII, pág. 100 y 101.

una reforma que partió de un pedido de su propietaria, la escritora y artista plástica Susana Gertopán, quien había comprado el lote pero no contaba con mucho presupuesto para poder realizar dicha reforma. El requisito inicial fue el armado de un espacio de trabajo/taller. Se sugieren cambios explícitos en elementos arquitectónicos preexistentes, donde pasan a tener no sólo diferentes usos sino que empiezan a significar otra cosa. Un ejemplo de ello es la columna toscana en el patio que en escala en comparación con volumen nuevo construído, pasa a tener otra proporción además de ser el elemento estructural que sostiene parte de la cubierta. En relación a esto, es notoria la combinación de dichas columnas con los puntales y vigas de madera de demolición, generando un efecto “inacabado” que remite a la diversidad a la hora de combinar elementos en el proceso constructivo. Como resultado propone una nueva estética compleja, en permanente equilibrio inestable.


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“El énfasis en la hibrida21 ción no sólo clausura la pretensión de establecer identidades “puras” o “auténticas”.1 1

García Canclini, Néstor. Noticias recientes sobre hibridación, Revista Cultural de Música, México, 2003. Página 06.


“El énfasis en la hibridación no sólo clausura la pretensión de establecer identidades “puras” o “auténticas”.6 A partir de dicha estrategia, es claro el posicionamiento de cómo relacionar los diversos factores intervinientes. Se construye una nueva lógica a través de una combinación de una continuidad histórica tipológica con la extrañez del uso de elementos “no nobles” pero a su vez comunes e identificables con la cultura local. “Las decisiones y operaciones son parte de una interpretación, una re-escritura continúa, escribiendo y reescribiendo a la manera de un palimpsesto o de una serie de superposiciones que va tejiendo un modo de reflexionar y de dar forma como en una urdimbre que conecta y otorga sentido”7 En relación a la cuestión espacial, se reformula el uso y disposición de la tipología de galería, habi6 García Canclini, Néstor. Noticias recien-

tes sobre hibridación, Revista Cultural de Música, México, 2003. Página 06.

7 Del Valle, Luis. Estrategias Proyectuales, Argentina, página 02.

tual en Paraguay debido a sus condiciones climáticas ubicándola en la azotea de la vivienda, superponiendo actividades tanto de hogar/esparcimiento y taller, que pueden realizarse en simultáneo. Es interesante la decisión de elevar la galería pero a su vez mantener la galería original de la casa adicionando la protección de la cubierta. Otro elemento destacable fue la decisión de mantener casi íntegramente la planta baja original de la casa, donde en cada espacio se puede reconocer su función programática (y convencional). Pero a su vez el acceso está en el contrafrente: direccionando el recorrido a través del patio pasando por el estadío de umbráculo, que es definido como un lugar cubierto de ramas u otros materiales para resguardar las plantas del sol. Esa relación entre los estadíos al recorrer la casa también puede encontrar una semejanza al resultado original de la casa chorizo, donde la totalidad estaba integrada por diversas partes construidas de acuerdo a las necesidades de las familias que las


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habitaban. Se pone sobre la mesa la olla popular con ingredientes de la cultura y modos de habitar italianos de una generación antecesora, propios de una geografía diferentes mezclados con el uso de la galería, la materialidad y el

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contexto tanto climático, socio-económico y urbano paraguayos, que terminan dando como resultados al día de hoy en el siglo XXI una mixtura anómala que caracteriza a América Latina.


¿Se pueden separar arquitectura y cultura? Nuestros valores y consumos de la vida cotidiana generan sentido reproduciendo o resignificando aquello que se considera “legítimo”, haciendo que las cosas sean de una manera y no de otra. La cultura es siempre política. Y a raíz de eso, la arquitectura es uno de las tantas expresiones prácticas de dichos valores. Eso es lo que las hace inseparables. ¿Cómo masificar esta postura proyectual para alcanzar a más sectores de la sociedad? La ubicación de lo proyectual como herramienta que se renueva y transforma y con ella la necesidad de ser transdisciplinar fundamentalmente con las/ los usuarios, para dar así nuevos sentidos de uso y generar mejores formas de habitar, hoy por hoy sigue siendo un requerimiento de

consumo de una clase social específica, que muchas veces se apropia de cierta estética disidente para revalidar su estatus y cultivar la cultura de lo exótico, lo único, que se diferencia de lo común. Por lo tanto, en ese sentido nos abre un interrogante que es el de cómo construir arquitectura popular y masiva utilizando algunas de las estrategias proyectuales que hemos mencionado en párrafos anteriores, entendiendo que vivimos en una sociedad capitalista, donde existe un modelo de producción dominante orientado a definir productos para públicos masivos y “universales”. Así sucede en la cultura, en la moda, en las relaciones sociales y por lo tanto en la arquitectura. Lo “bueno y legítimo” pasa a ser aquello que parte de una incidencia masiva. Por lo cual, para disputar el sentido de lo anteriormente mencionado, es necesario


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proyectar políticas generales para transformar la sociedad pero que al mismo tiempo sepa adaptarse a las propuestas, necesidades y diferencias de cada grupo en particular. Estas son las variantes distintivas que generarán identidades, técnicas y proyectos específicos para una arquitectura caracterizada por su heterogeneidad, como de su mutabilidad en el tiempo. Es desde ahí que se transformarán las lógicas sociales, sacudiendo estereotipos y estigmas normados, en busca de una justicia proyectual y social.

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Por lo cual, mismo realizando acciones contrahegemónicas, es necesario formar parte del sistema de producción de arquitectura y cultura masivos. Incidir también se trata de salirse de proyectos destinados a las/los “convencidos”, o a la clase snob que se distingue a partir de lo “distinto”.


“Lo propio y definitorio de la arquitectura es ser habitada, y lo propio y específico del habitar humano es su carácter histórico, mutable y múltiple. En los modos de ocupar el espacio para habitarlo se ponen en juego cuestiones políticas y sociales, biológicas y simbólicas, organizativas y rituales. En definitiva, podemos decir que los modos de habitar, propuestos y dispuestos por las conformaciones que nos circundan, definen rasgos esenciales de nuestra identidad personal, grupal y cultural.”8

8 Roberto Doberti. Lógicas y Analogías Explorando el Habitar. pág.1.


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La técnica aparece como posibilitadora de la forma de expresión, relacionándose con los niveles significativos haciendo posible la construcción de los relatos propios de las obras. A través del oficio, la investigación material, sus posibilidades de texturas, tectónica, transparencias, tramas, tamices y diversas formas experimentales o no, se convierte en un medio para la generación de múltiples discursos. De ese modo se fomentan diversas interpretaciones, que están profundamente ligadas a las percepciones sensoriales encontradas a través de la sensibilidad del uso de los materiales en cada obra. Frida Escobedo reinterpreta la capacidad de transmitir mensajes y construir espacialidad de los murales mexicanos y arquitecturiza sus significados en los muros/fachadas de la obra, utilizando una técnica donde el muro se convierte en uno de los protagonistas, definiendo espacios donde las texturas, los tamices de luz y las transparencias son facilitadores de una atmósfera interior y exterior, reforzando la intención de disolver lo público-privado y de atraer las miradas del exterior.

La construcción de estos muros se realizan de forma seriada con ladrillos premoldeados, pudiendo realizar moldes y colados “in situ” o en un taller y a su vez un armado artesanal generando nuevas formas de trabas entre cada pieza, utilizándolo de una manera no tradicional. Previamente hubo una exploración del comportamiento del material, de las aperturas que posibilita, la capacidad portante y sus dimensiones, pensando en la innovación de la diversidad que el material puede alcanzar. Este experimentalismo técnico se transforma en un gran componente del discurso crítico de la obra, dándole identidad a los programas culturales y a la obra en su totalidad, permiten abrirse o cerrarse como también resaltar los usos de cada espacio desde el exterior, siendo parte de la expresividad de un proyecto que no se conforma con los usos tradicionales y genera un laboratorio material y de la tectónica, continuando y reformulando las ideas del ex dueño de la vivienda sobre la investigación y la exploración de los límites de la técnica.


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En este sentido la obra se convierte en sí misma en una gran caja-mural que comunica, interactúa y construye espacialidad urbana en sintonía a los murales. La caja se posa como una nueva piel por fuera de la anterior, aportando a través de su materialidad y experimentación formal logra una densidad y tectónica, que por momentos se difumina o trasluce. Por medio de sus muros artesanales genera una rusticidad expresiva que es la que le permite materializar las posturas tomadas, mencionadas anteriormente, ante lo público-privado, aportando de manera física una postura decisiva ante el lugar, que no pasa desapercibida y que reformula su identidad. Recupera la mano de obra artesanal produciendo una recalificación de la misma aportando conocimiento especializado, valorizando el trabajo obrero como arte. Considerando el término con relación a la producción no industrializada, con tiempo y dedicación, herencia de la mano de obra de culturas originarias, en este caso precolombina1. Se 1 El arte precolombino es la manera como se designa al conjunto de realizaciones

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le otorga más valor debido al trabajo especializado que requieren por el actuante, como por el nivel simbólico que contiene. “Laboratorio colonial y liberal, persistencia de lo arcaico, instauración heterogénea de lo híbrido, como consecuencia final de los diferentes procesos políticos, sociales y culturales de las diferentes formas de las mestizaciones. He aquí algunas de las líneas de interpretación de América como modernidad fracturada y modernización imperfecta.”2 Como forma de reafirmar las intenciones del estudio, La Tallera no sólo abre los dos grandes murales de Siqueiros a la plaza y su entorno urbano, como mencionamos en el tema anterior, sino que los reafirma como obras artísticas y decide “colgarlos” mediante una estructura metálica ad hoc en su fachada. Brindando artísticas e intelectuales como escultura, arquitectura, arte rupestre, cerámica, textil, metalista y pintura realizadas en el continente americano durante el período América precolombina. 2 Fernández, Roberto. El Laboratorio Americano. Arquitectura, geocultura y regionalismo. Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 1998.


sensación de liviandad de los murales y jugando con sus perspectivas para que el observador y la habitabilidad del lugar sea comunicacional e imponente, convirtiendo este área como parte integrada al programa. Del mismo modo que la Tallera, la casa Gertopán es una reforma con la adición de un nuevo elemento arquitectónico que modifica las condiciones del lugar preexistente. Podemos dividir el trabajo ejecutado en varias partes. En consecuencia a la estrategia proyectual del Gabinete de Arquitectura, se evidencia la postura frente a lo que menciona Roberto Fernández como confrontar la lógica económica (o de otorgamiento de valor a un episodio de transformación urbana mediado por un acto proyectual) con los criterios de sustentabilidad. 3 Se teje una relación de técnica con contexto, financiamiento e ideología. Fernández Cox, en los años ochenta, en su texto Modernidad Apropiada mencionaba “las 3 Fernández, Roberto. Rastros de modernidad otra (Inteligencia Proyectual). Teseo Editorial, Bs. As, 2013.


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elites latinoamericanas en general, disponen de una influencia desacostumbradamente alta, por la fuerte jerarquización informal de nuestras sociedades. Estas tan influyentes elites niegan recurrentemente nuestra identidad mestiza, se autorracionalizan como culturalmente europeas (o norteamericanas, más tarde). La modernidad en sí misma, en cuanto hecho histórico propio de cada situación (...).4 La actitud diferencial de Corvalán de expresar su trabajo como parte de una experimentación técnica y programática profundamente arraigada a la identidad mestiza, es que en paralelo toma postura sobre el desprejuicio al resultado final, en relación tanto a la apariencia del proyecto como al nuevo planteo respecto al hábitat, en este caso, paraguayo. De este modo, podemos interpretar una postura crítica o díscola que termina siendo disyuntiva a lo que es considerado como lo estéticamente correcto. Para realizar el montaje de la cu4 Fernández Cox, Cristián. ¿Regionalismo crítico o modernidad apropiada? Editorial Summa n° 248, Buenos Aires, 1988.


Corte longitudinal y transversal La Tallera.


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Corte longitudinal y transversal Umbrรกculo.

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bierta realizada con láminas de pallets superpuestos, se reutiliza un material pobre o de demolición que no tiene uso en la arquitectura. En paralelo se la cubre con policarbonato transparente para impedir el paso del agua. La utilización de estos elementos define un lenguaje.

chorizo preexistente para acentuar dicha tipología. La intervención que se realiza en la planta baja es realizar un muro ondulado con construcción tradicional (mampostería de ladrillos y mortero de cemento) que atraviesa todos los ambientes y reorganiza la disposición de la casa.

“(...) Importa relevar los diferentes gradientes y declinaciones de la concepción técnica en relación con el lugar, los medios productivos, la voluntad de expresión, los posicionamientos ideológicos o la interpretación de la técnica entendida tan solo como un recurso técnico-constructivo o como un medio de expresión y de elaboración de un relato.”5

El uso y combinación de las técnicas resuelve necesidades prácticas. Así como se utiliza la construcción tradicional en el interior de la vivienda, en la fachada se construye un muro-tamiz de ladrillo común que, sumado a los demás elementos de la obra estimulan los sentidos debido al uso de texturas, colores, estados de materiales y modo de combinarlos y repetirlos.

La decisión de recuperar la tradición de la artesanía como parte de una estrategia proyectual basada en la prueba-error también es parte de un discurso alternativo en un contexto de mecanización y automatización del trabajo. Por otro lado, se eliminan algunos muros existentes de la casa 5 Del Valle, Luis. Arquitectura y Cultura en Latinoamérica, página 30.

Enlazando con lo anterior, la obra resulta en una Intensa interpretación del modo de ser en la arquitectura del territorio. Conforma una identidad de su historia local y cultural. Según Fernández, se establece un criterio valorativo de aspecto de esa segunda naturaleza que podría ligarse a la idea de ampliación de patrimonio o estructuras de interés vinculado a parámetros de valor histórico,


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cultural, psicosocial, antropológico”. 6 Visto la recuperación de lo material, como método artístico sobre la construcción, se encuentra en el lugar del saber al trabajador popular y se lo posiciona como productor, especialista, desarrollador, vinculando de forma transversal los oficios. Citando a Juhani Pallasmaa, “la herramienta, la práctica cualificada de un oficio implica la imaginación con la mano; todo ejercicio magistral del oficio proyecta determinada intencionalidad y una visión imaginada del trabajo u objeto en la mano”.7 El material, tanto en su contextura como en su aplicación también es transmisor de ideas y reflexiones acerca del entorno que se vive. Es trascendental cuando construye identidad: representa literalmente la construcción de un pueblo. Los pueblos originarios trabajaban la técnica respondiendo a las cuestiones climá6 Fernández, Roberto. Rastros de modernidad otra (Inteligencia Proyectual). Teseo Editorial, Bs. As, 2013. 7 Pallasmaa, Juhani. La mano que trabaja. Editorial GG, 7ma edición. Año 2012.


ticas y a la materia prima que proporciona su contexto geográfico. En la actualidad interfiere además la economía local, como también la reivindicación de la artesanía o lo artesanal, respondiendo mediante las formas de utilizar estos materiales a determinadas condicionantes relacionadas a nuevas tecnologías para protecciones solares, acústicas, térmicas, etc. necesarias que necesitaran los distintos espacios formales del habitar. Por ello es interesante analizar quiénes y de qué modo habitaron nuestros territorios y repensar si en la actualidad persiste el legado que dejaron. Los colonizadores impusieron

sus modelos a una sociedad a la cual ellos formaban parte pero a su vez sojuzgaban a los habitantes originarios. Con las primeras Independencias, se comienzan a moldear proyectos de carácter nacional, pero a su vez realizados a merced de las burguesías nacionales que en definitiva ubicaron a la arquitectura originaria en los estratos más “humildes” en las zonas alejadas de los centros urbanos, justificando dicha acción etiquetándolas de precarias e insalubres con el devenir de las reformas de adaptación a normas de sanidad. Desde ese entonces existe una connotación cargada de subjetividad en la sociedad que se ponen en juego cuando se repiensa una nueva


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lógica cultural y social en base a la reformulación de las culturas autóctonas. “El camino actual de aceptación permanente de modelos morfológicos desconociendo los planteos teóricos que los justifican y la acumulación acrítica de formas debe ser abandonada desarrollando a la vez una teoría y práctica propias de la arquitectura. Ello implica la profundización en el estudio de tipologías ambientales y sociales, enfatizando la comprensión de sus raíces en un contexto histórico cultural.”8 8 Gutiérrez, Ramón. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Ediciones Cátedra. 1983. Estados Unidos.

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Estudiar y utilizar materiales y técnicas ligadas a nuestras raíces permite también construir nuevas tecnologías de sustentabilidad y de fortalecimiento de la economía popular, enfocando la producción en alternativas que resuelvan distintas problemáticas sociales, además de reconocer con la práctica valores característicos de nuestra identidad.



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Las obras reafirman las concepciones previas del lugar y su contexto mediante propuestas proyectuales concretas, una se posiciona como espacio público abierto a la comunidad y en constante interacción con la plaza contigua, también llamada con el nombre del artista Siqueiros, la otra toma otro carácter de escala ante la trama urbana compacta entre medianeras. No solo respetan el territorio sino que también afirman culturas propias de cada país y de nuestro continente y construyen, a partir de esto, ciudad. En La Tallera se reinterpretan las ideas de lugar re-calificándolas, se integra al programa de la plaza Siqueiros, brindando la capacidad de construir características nuevas, la tallera reabre sus puertas a la comunidad, muta de uso para convertirse en un espacio cultural y de aprendizaje. Se convierte así en un foco del barrio como también en una referencia, generando un imaginario colectivo, simbólico y cultural de la zona, aportando un carácter social de creación de oficios e intercambios intelectuales como también un área de recreación y

encuentro. Toma de esta forma las problemáticas locales con respecto al desempleo y a la falta de educación que lo conlleva, buscando la generación de espacios de aprendizaje como comentamos anteriormente. En este sentido podemos afirmar que la obra tiene un gran peso social en cuanto reconoce problemáticas de la comunidad y realiza acciones proyectuales sobre esto con el fin de modificar estas situaciones. Aunque al mismo tiempo hemos demostrado que se podría haber interferida con más profundidad y de una manera más transversal. No podemos negar que la obra construye lugar a partir de la interacción y reciprocidad con sus entornos sociales y culturales, como también con el contexto que la configura y los programas que la rodean. También en este sentido podríamos decir que se proyecta como complementariedad, complemento en su programa cultural-recreación y de espacios de taller, como también entre la vivienda académica y el espacio para la generación de conocimiento y comunicación de


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los mismos, entre una plaza de reencuentro y esparcimiento y centro que aporta a su identidad e integración. El lugar es resultado de una acumulación de sustratos culturales, reivindica la memoria cultural dándole un gran grado de importancia -demostrado con el levantamiento y apertura de sus murales- y sobre ellos toma apropiación planteando un centro cultural, un nuevo programa, donde nuevos artistas comunicarán sus experiencias. Se entiende a la identidad de la obra y su contexto como un tejido complejo y en constante construcción, como superposición de diversidades físicas, temporales y culturales. En la casa Gertopán, el proyecto se posiciona desde una actitud de extrañamiento con la colocación de un elemento insólito como resulta ser la cubierta hecha de pallets. Como anteriormente mencionamos, el pallet no es un material convencional de uso en la arquitectura y mucho menos para realizar una cubierta. Con la reinterpretación de la galería en la azotea y a su vez la preservación de la galería


Vista aĂŠrea La Tallera.


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Vista aĂŠrea Casa GertopĂĄn.

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existe en la planta baja, se afirma la postura de generar un lazo o identificación con las relaciones culturales históricas del lugar que fueron determinando los modos de habitar del país en cuestión. La acción de entender los modos de habitar individuales y colectivos y la relación de los mismos intenta cargar al proyecto de sentido y significación. “El proyecto es un elemento cualificador del territorio bajo nuevas advocaciones o modos de señalarlo, y el cambio en la idea de lo que se considera un objeto arquitectónico ha traído aparejada una modificación en las concepciones precedentes.”1 Mismo construyendo un elemento de tal magnitud y con un efecto contrastante con su contexto, dicha contraposición se encuentra regulada, donde así como resulta en un collage con la casa chorizo, también conforma un collage a escala barrial, conformando un nuevo criterio de totalidad. 1 Del Valle, Luis. Arquitectura y Cultura en Latinoamérica, página 17.

Se realiza una intervención de acupuntura urbana que reactiva y recalifica el potencial territorial a escala barrial, donde como menciona Roberto Fernández cuando habla de la iniciativa Favela Bairro: “[...] desarrollan ese criterio buscando ampliar el carácter de la pequeña dosis interventiva a procesos más comprehensivos de recalificación ambiental y consolidación de estos asentamientos precarios y marginales”2 Con esto último pretendemos eliminar el preconcepto de asociar la acción de acupuntura urbana/ arquitectónica, el collage y la reutilización de recursos renovables explícitamente al acondicionamiento en zonas de sectores marginalizados sino que también debemos apostar a promover esta herramienta como puntapié para generar proyectos sustentables que tiendan al desarrollo de nuevas tecnologías habitativas y fomenten la interacción social en la construcción de las mismas, 2 Fernández, Roberto. Inteligencia proyectual. Manual de investigación en arquitectura. Colección VAI. Teseo Editorial. Buenos Aires, 2013, página 100.


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planteando respuestas superadoras a las vías tradicionales. “No podemos confundir ese eufemismo burgués que muchas veces supone el “desarraigado” cosmopolitanismo del “ciudadano global” (si es que uno y otro existen en cuanto tales) que algunos autores señalan (paradójicamente arraigados en su propio eurocentrismo) como propio de la vida urbana en cuanto tal -afirmación ligada a una idea de ciudadanía que expresa un determinado modo de ejercer soberanía sobre el planeta “anclada” a una cierta idea de civilidad a la cual esta “pertenece” (con las muy variadas y ambiguas implicaciones que esto supone), con el sentido identitario de pertenencia a lugares específicos y concretos que experimentan los que nunca han tenido nada (los pobres y/o excluidos) y que por tanto conservan y defienden como única propiedad; a fin de cuentas, tal “sentido de pertenencia” no es otra cosa que una autoafirmación cultural y, de tal suerte, una especie de “declaración de existencia”; en esta medida, la misma acusa tanto una cierta clase

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de “adscripcionalidad espacial” o territorialidad, como una de pertenencia a un determinado sentido de grupo o de colectividad en cuanto tal.”3 En ese sentido, consideramos que cualquier práctica articuladora social debe partir de una posición de conocimiento de nuestra historia, entendiendo los cambios cíclicos y que la materialización debe representar y acompañar los cambios en el tiempo (no estar definida en un momento temporal específico sino que pueda transformarse y adaptarse) y a un lugar, que funcione como espacio cultural cualitativamente apropiado, individual y colectivamente donde con el paso del tiempo, por consecuencia de intercambios físicos y simbólicos, se llena de connotaciones que lo hace único e irrepetible.

3 Yori, Carlos Mario. El concepto de topofilia entendido como teoría del lugar. pág.12.


PROPOSICIÓN FINAL (…) La mentalidad colonial cree que todo lo autóctono es negativo y todo lo ajeno positivo. Por el ideologismo porque prefiere manejar la abstracción conceptual y no la concreta realidad circunstanciada. El mesianismo impone civilizar. La ideología determina el cómo, el modo de la civilización.”1

1 Jauretche, Arturo; en Zoncera 1. La madre de todas. Civilización o Barbarie http:// www.nuevaszonceras.com.ar/ noticias/ zoncera-n%C2%BA -1-civilizacion-y-barbarie-0


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Nos encontramos ante muchas posibilidades de interpretación pero no podemos negar que todas son parte de una convivencia que sigue generando múltiples hibridaciones y mestizajes.

generar una idea lo más totalizadora posible y con ella una estrategia para modificar o afirmar un objetivo. Dicho proceso no es simple y concreto sino que más bien es complejo y heterogéneo.

Son diversos los modos de pensamiento, donde partes opuestas conviven y de esta forma se reformulan la continuidad de la construcción intrincada de la cultura. Este continuo proceso no es pacífico ya que está transversalmente marcado por batallas culturales donde el lenguaje, las relaciones sociales y en definitiva los modos de habitar se resignifican de acuerdo con las conveniencias estratégicas de los contendientes, y siempre una visión predominará por sobre la otra. Entonces, el saber se construye por múltiple entendimiento y no por una idea de causa-efecto o desde un concepto “universal” que marca estereotipos, dejando por fuera expresiones disidentes.

“La arquitectura alternativa para Iberoamérica deberá ser una afirmación de su continuidad cultural y que ratifique una política de integración contextualista que permita consolidar los centros urbanos y sectores barriales en una escala comunitaria adecuada.”1

Es parte de la pluralidad y de la contemporaneidad entender a todos estos procesos desde una perspectiva particularizada ya que cada uno presenta problemáticas propias, para después

Contemporáneo es disputar todos los medios, todas las herramientas: discurso, organización, libros, televisión, teatro, dibujo, arquitectura: todos los canales posibles de expresión para transformar los esquemas más profundos del orden ético y lógico de las personas. 1 Gutiérrez, Ramón. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Ediciones Cátedra. 1983. Estados Unidos.


VIVIENDAS COLECTIVA Y CENTRO CULTURAL. La Boca


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En este proyecto podemos hablar sobre las concepciones de lugar, específicamente de los modos de apropiación y generación de una identidad propia, y que al mismo tiempo acompaña y enfatiza las identidades del barrio. También observaremos por qué esta respuesta proyectual no llega a abarcar de una forma profunda su búsqueda por lo cual su discurso, por momentos, es contradictorio. Podemos afirmar que logra una escala urbana, mediante

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un programa que completa los establecimientos sociales y culturales -de carácter público- en la Boca ya que propone responder a la demanda habitacional del asentamiento La Madrid, el desempleo y la precarización laboral. Con la generación de nuevos puestos de trabajo ( tanto en la construcción del edificio como en los nuevos programas) y con los espacios necesarios para ejecutar talleres de formación educativa para niños y adultos, como también espacios destinados al uso recreativo (con pro-



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gramas públicos de auditorios y plazas cívicas) en pos de generar una alternativa extra-curricular para la juventud del barrio como también permitir a los adultos de las familias flexibilidades en los horarios laborales. Es así que continúa y afirma una construcción simbólica del barrio, utilizando una materialidad del tipo industrializada con perfiles metálicos componiendo su estructura, chapas acanaladas particulares de la zona -las cuales mantienen la escala cromática particular de la Boca- y con mamposterías en sus muros cerrados. También podemos decir que los proyectos que comprenden estas características revalorizan la zona y su contexto próximo. Es por esto que es necesario acompañar este tipo de decisiones con una gestión pública gubernamental que proteja al barrio para que el mercado inmobiliario, en conjunto con los cambios del planeamiento urbano, no realicen proyectos que alteren la identidad barrial como también especulen el valor del suelo como

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negocio inmobiliario. En este sentido, la finalidad proyectual corre un riesgo que no dependerá únicamente del usuario ni del programa. En una escala más chica vemos la relación que el proyecto plantea con su contexto inmediato, el cual no continúa con el discurso que tiene a nivel urbano-barrial, ya que en cuestiones espaciales no respeta las alturas de los edificios adyacentes -invadiendiéndolos visualmente como también con la generación de grandes sombras- y con su materialidad, ya que solo se encuentran viviendas del tipo casa chorizo únicamente de mampostería. Es por esto que vemos necesaria la vinculación de todos los conceptos planteados a lo largo de todo el trabajo -proyectuales, significativos, técnicos y de concepciones de lugar, contexto y territorio- como también de sus análisis en las distintas escalas y niveles ya que las obras de arquitectura en general abarcan y repercuten en las formas y modos de habitar de la sociedad.


CENTRO DE RECICLAJE ABIERTO A LA COMUNIDAD. Puente Saavedra

SUELO ENTERRADO // SUELO ELEVADO Modificación de la bóveda

Creación de columnas

tallerforma&proyecto

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buenos aires justa - pliegue general paz

buenos aires justa - pliegue general paz

arquitectura cuatro 2017

arquitectura cuatro 2017

Adjunto: Santiago Bozzola - jtp: Martín Encabo - Docentes: Matias Rochon - Daniela Bravo Adjunto: Santiago Bozzola - jtp: Martín Encabo - Docentes: Matias Rochon - Daniela Bravo Alumnos: Staric - Costa - Scarlata Alumnos: Staric - Costa - Scarlata

Traslado banco en eje y Estiro banco en eje x

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arquitectura cuatro 2017 Adjunto: Santiago Bozzola - jtp: Martín Encabo - Docentes: Matias Rochon - Daniela Bravo Alumnos: Staric-Costa-Scarlata

Traslado baranda en eje y

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El proyecto pretende ser una incia para el análisis- se procede vestigación de experimentación a re-dibujar un recorte intenformal, donde indaga nuevas cionado la relación con el suelo estrategias que incluyen opera(en este caso el proyecto está NODO PUENTE SAAVEDRA ||| APLICACIÓN DEL PROTOTIPO | Subcategoría: Corte sector ciones paisajísticas-arquitectónienterrado en el suelo). Se alteran tallerforma&proyecto buenos aires justa - pliegue general paz cas a partir del reconocimiento, elementos arquitectónicos, moarquitectura cuatro 2017 Adjunto: Santiago Bozzola - jtp: Martín Encabo - Docentes: Matias Rochon - Daniela Bravo selección y alteración de cualidificando la relación de escalas Alumnos: Costa - Scarlata - Staric dades específicas preexistentes y proporciones, multiplicando, en obras de arquitectura latinoarotando, repitiendo elementos; mericana. En este caso, el maobteniendo diferentes pruebas terial de trabajo fue el Museo de que a su vez resultan en diferenBrasilia, de Oscar Niemeyer. tes especialidades con los mismos elementos. A partir de dicho material - entendido como un proyecto Se modifica el material con plasexistente que sirve como referen- ticidad pero al mismo tiempo


NODO PUENTE SAAVEDRA ||| FLUJOS | Subcategoría: Circulación de personas por esquina (por minuto) | Lunes 9hs

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evitando perder las características propias del objeto arquitectónico-espacial. Este proceso no consiste en pensar una idea de proyecto sino que cada resultado es parte de la generación de diversas hipótesis de actualización del uso del suelo, promoviendo la generación de mayores niveles de articulación espacial a partir de la potenciación de oportunidades de transformación a nivel paisajístico, ambiental, urbano y arquitectónico. Para implantar este objeto arquitectónico aparentemente caren-

NODO PUENTE SAAVEDRA ||| HABITACIÓN | Subcategoría: Organización de usos ||| Espacios privados

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te de contexto y relación con el territorio, se realiza un análisis del sitio cruzando componentes del lugar, usos programáticos de dicho nodo, vacíos y llenos (espacios edificados y no edificados), generando un resultado proyectual. En este sentido, el procedimiento referido a la estrategia es lineal, donde una fórmula genera “a” y “a + b será indudablemente c”: todo factor observado del contexto era cruzado necesariamente a otro, asimilando el proceso a una “causa-efecto”. Se diluyen los límites discipli-


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NODO PUENTE SAAVEDRA ||| HABITACIÓN Y FLUJOS | Subcategoría: Espacios mixtos y circuitos de transporte público

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nares utilizando al nodo como lugar de intervención, donde se proyecta un centro de reciclaje enterrado en el suelo pero a su vez abierto a la comunidad. En ese sentido se altera la concepción de lo “coherente” de proyecto para el racionalismo y se crea una racionalidad alternativa, con fundamentos obtenidos a partir de los análisis mencionados anteriormente. Al estar enterrado, el proyecto parece operar con incertidumbre: es necesario si o si sumergirse y recorrerlo. Si bien se evidencia un planteo

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NODO PUENTE SAAVEDRA ||| HABITACIÓN Y FLUJOS | Subcategoría: Espacios mixtos, circuitos de transporte público y personas por esquina

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estratégico con una postura fuerte de intervención para el lugar, notamos que no termina reconvirtiendo el paisaje urbano existente sino que crea directamente un nuevo elemento que si bien tiene relaciones y lógicas con el contexto, no toma elementos preexistentes que son posibilitadores de una mejor articulación con el territorio, que en definitiva es uno de los elementos más importantes y necesarios a tener en cuenta para pensar nuevos paisajes urbanos como potenciadores de inclusión social.


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