Reflexión teórica y categorías de análisis. Ana Luz Borrero

Page 1

Reflexión teórica y categorías de análisis para el estudio de la transformación política de la Audiencia de Quito en el período de la Independencia Dra. Ana Luz Borrero Vega Introducción Esta ponencia pretende aportar con la reflexión teórica, así con nuevas categorías de análisis y conceptos sobre el período independentista en la Audiencia de Quito, ahora que conmemoramos el Bicentenario del 10 de Agosto de 1809. tratar se relacionan con el surgimiento de

Los temas que voy a

las luchas autonómicas, el proceso

independentista particularmente el caso de Quito, la transformación política y el constitucionalismo liberal monárquico, la conformación de los nuevos Estados y la construcción de nuevos imaginarios políticos. Se busca analizar la presencia o la conformación de una ideología “insurgente”, quiénes fueron los actores y la influencia de estos procesos a nivel regional y local. En el período surgirán nuevos conceptos y nociones, tales como soberanía popular, elecciones, igualdad de derechos, sufragio, representación, libertad, libertad de prensa1, república, nación, Estado. Las nociones a las que me refiero, estuvieron presentes en el mundo hispanoamericano a finales del siglo XVIII y a inicios del Siglo XIX, período en el que cambiarán las relaciones de poder, s e crearán nuevas normas legales y una nueva institucionalidad. Las nuevas comunidades políticas y gobiernos independientes, se fundaron sobre los principios de la soberanía del pueblo y de la república representativa. En Quito y en 1

Las Cortes promulgan el decreto de 10-XI-1810 sobre la libertad de prensa (corroborado más tarde por el artículo 371 de la Constitución de 1812, ver Javier Fernández Sebastián, Iberconceptos-España, Opinión Pública, 2004, S.E., pág. 7.

1


otras regiones de Hispanoamérica durante ese período, con la salvedad de las diferencias regionales, se

sufrió en este período de algo más de una década,

enfrentamientos, guerras, batallas y luchas internas entre caudillos, formación de milicias, ya sean “insurgentes” o “ patriotas”. Los conceptos de “revolución” 2 y de “liberalismo”, sufrirán una constante transformación en esa misma época y que sin duda han sufrido una gran modificación hasta la actualidad.

Enfoques y modelos interpretativos sobre la Revolución Política en tiempos de la independencia Existen varios modelos interpretativos sobre la independencia, la historiadora Mónica Quijada3,

realizó una propuesta dirigida a la identificación y análisis crítico de los

grandes modelos interpretativos que se han generado en torno a la Independencia hispanoamericana, distingue primero a los discursos interpretativos, de larga duración, que la autora denomina como los discursos de legitimación, utilizados por los independentistas, para justificar sus acciones frente a sus poblaciones y al mundo. Entre las primeras tentativas de interpretación dentro del discurso de la legitimación está el de la “metáfora filial”4, de que llegada a la madurez todo hijo (las colonias) se independiza del padre, es decir de la metrópoli; en segundo lugar, está el discurso de los patriotas, que se fundamenta en el concepto de la “usurpación” por parte de los españoles de los territorios americanos, los revolucionarios, herederos directos de las madres indias, por derecho de nacimiento podían construir nuevas patrias. Dentro de la línea legitimadora está también la denominada concepción “pactista”, que formaba parte del pensamiento neo-escolásitco, que argumentaba que frente al vacatio regis, la soberanía retornaba al pueblo, un pacto realizado entre el monarca y el pueblo.

2

El término revolución, utilizado para el movimiento independentista quiteño, que se inició en 1809, ha sido utilizado por diferentes historiadores, como De la Torre Reyes, Navarro, Ramos Pérez, Landázuri Camacho, Lynch y Rodríguez, Ver Christian Büschges, Familia Honor y Poder, La nobleza de la ciudad de Quito en la época colonial tardía (1765-1822), Quito, Biblioteca Básica de Quito N. 12, FONSAL, 2007, pág. 247 3 Ver Mónica Quijada, Modelos de interpretación sobre las independencias hispanoamericanas, Lecciones sobre Federalismo N. 3, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Universidad Autónoma de Zacatecas, México, 2005. 4 En Mónica Quijada, el argumento de la metáfora filial, fue propuesto por el Abate de Pradt, en Francia.

2


Estas tres visiones interpretativas, constituirán lo que Quijada5 denomina “el modelo institucionalista”, que constituye el primer modelo interpretativo, que ha predominado desde los inicios de la Independencia hasta la primera mitad del siglo XX. Este modelo miraba a los movimientos de la independencia como una “reacción lógica surgida de los sentimientos nacionalistas”, que se fueron configurando de manera progresiva a lo largo de la colonia, en términos de las teorías más recientes dirá Quijada, la nación precedió al Estado, el movimiento era contra España, fue una gesta criolla, y una reivindicación de los oprimidos. La lengua en la que se escribió la mayor parte de las publicaciones referentes a este modelo fue el castellano. El segundo modelo es el que la autora denomina “materialista”, surge a partir de los años sesentas del siglo XX, cuyo principal representante es el historiador británico John Lynch, este modelo fue principalmente escrito en inglés, y sigue vinculado al anterior, al institucionalista, ya que la causa de la emancipación, sería la reacción de los criollos frente a la metrópoli y en contra de ella. En la interpretación se produce una influencia del materialismo dialéctico, forma parte de la historia social e inscribe la emancipación dentro de la perspectiva de la lucha de clases. Como otros historiadores, considera que entre las causas de la independencia están las reformas borbónicas6. Este modelo, no toma en cuenta lo que Quijada denomina complejidad poliédrica de los procesos históricos y múltiples realidades. El tercer modelo, plantea nuevos enfoques y replanteamientos teóricos y temáticos. Este modelo comienza a tomar fuerza desde hace dos décadas, este nuevo modelo denominado “político” por Mónica Quijada, es a su criterio un modelo revolucionario, está representado por la propuesta teórica e interpretativa de dos historiadores contemporáneos: François-Xavier Guerra y Jaime Rodríguez. Es este modelo interpretativo el que considero pertinente, para abordar la transformación política, en la región Sur de la Audiencia de Quito durante la crisis del régimen colonial e Independencia, sobre el que trato en este ensayo. El modelo está redactado en francés y en castellano.

5

Mónica Quijada, Modelos de Interpretación sobre las Independencias…, pág. 14. Lynch y Halpering-Dongi, están dentro de la misma perspectiva, habría que analizar con mayor profundidad el modelo materialista.

6

3


El modelo planteado por los dos historiadores nombrados es multifacético, rico, complejo y permite nuevas tentativas investigativas. Uno de los aportes de este modelo es la contextualización de los procesos independentistas hispanoamericanos, dentro de un proceso más amplio geográfico, y también la posibilidad de la resemantización de una serie de conceptos y nociones, así como de la conjugación de una serie de categorías entretejidas.

El modelo político, permite una mejor comprensión de la

historia política de América Latina del siglo XIX, además que reivindica la idea de una cultura política propia, que ayuda a explicar los imaginarios y las prácticas políticas de esa época. François-Xavier Guerra7, en sus investigaciones sobre historia política de la primera mitad del siglo XIX en Hispanoamérica, estudiará la importancia de la creación de los espacios de opinión y la conformación de un pensamiento independista, su visión de “espacio público”, y opinión pública, desde la perspectiva habermasiana. Guerra habla de una revolución sui-géneris en la América Hispana, la cual:

“se instrumentó y

legitimó no contra la monarquía, sino precisamente en nombre de un rey ausente, contra una dinastía generalmente considerada “intrusa” e ilegítima”8. En el período estudiado por Guerra9, se va fraguando, la importante idea política de “la proclamación de la soberanía de la nación”, como el primer acto de las Cortes reunidas en Cádiz10, el 24 de septiembre de 1810, premisa que luego estará presente en todas las constituciones independientes americanas, como es el caso de la Constitución de Cuenca, de noviembre de 1820. F.-Xavier Guerra, sugiere que un cambio ideológico tan rápido como el que se produjo entre 1808 y 1812, se dio gracias a la contingencia histórica, que llevó a que ocurra un 7

En los estudios de Guerra, encontramos una categoría histórica muy importante para el análisis del período, el de la “sociabilidad”, que nos permite analizar el mundo relacional interindividual. Esta noción no es un neologismo, se encuentra en el campo semántico de lo social ya en el siglo XVIII, los términos “sociedad”, “social”, sociabilidad”, se imponen entonces como categorías cognitivas a partir del cual los actores piensan el mundo interrelacional como un conjunto dotado de un cierto sentido. Ver Erika Prani y Alicia Salmerón (coord.), en Conceptualizar lo que se ve François-Xavier Guerra historiador, homenaje, México, Instituto Mora, Historia Política, 2004.

8

Javier Fernández Sebastián, “Revolucionarios y Liberales. Conceptos e Identidades Políticas en el Mundo Atlántico”. En Las Revoluciones en el Mundo Atlántico.,..falta., pág. 223. 9 Antonio Annino y François Xavier Guerra (coord.), Inventando la Nación, Iberoamérica del siglo XIX, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, pág. 132. 10 Ibíd., pág. 132.

4


suceso inédito e inesperado, que conduce a repensar el problema de la nación, la soberanía, la representación en la América Hispánica. Cuando se reúnen en Cádiz las Cortes extraordinarias en 1810, el grupo revolucionario, que luego se le conocerá como “liberal” defenderá y sostendrá referencias mentales, totalmente modernas11 Dentro de la Península, un papel protagónico en la revolución hispánica, jugó el pueblo de las ciudades, es decir la acción colectiva de un conjunto social, dentro de los territorios urbanos, en las “colonias”, también actuó el pueblo, dirigido por las élites urbanas, que actuaron a favor del Rey, y en busca de una forma de autonomía. Una línea similar a la de Guerra, presenta el historiador ecuatoriano-americano, Jaime E. Rodríguez O12, quién plantea una visión revisionista, bastante criticada en el medio académico ecuatoriano, que permite una nueva interpretación sobre los acontecimientos históricos independentistas, en su controversial tesis, afirma que la Independencia de Hispanoamérica, no fue un movimiento específicamente anticolonialista, sino que formó parte de la revolución política del mundo hispánico13 y fue el resultante de la disolución de la monarquía española14. En lugar de hablar de la Independencia, sugiere una “revolución democrática” que ocurría en el amplio contexto del mundo Atlántico, esta perspectiva amplía el enfoque espacial tradicional que se tenía sobre este proceso en el país. Un momento de fractura con el antiguo orden, se produce a partir de 1808, con la disolución de la monarquía española, surge una nueva nación, España, pero también las nuevas naciones latinoamericanas. El resquebrajamiento del sistema político imperial, da paso a un

11

François -Xavier Guerra, “El Ocaso de la Monarquía Hispánica”, en Annino, Antonio y François Xavier Guerra (Coord.), Inventando la Nación, Iberoamérica en el proceso de la Independencia, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, pág. 135. 12 Profesor de Historia de la Universidad de California, Irvine. 13 Autores como López-Alves utiliza el término “revolución política”, para caracterizar al cambio político e institucional, que se produjo en ese período. Esta revolución dio paso a un cambio en las instituciones de gobierno, se crearon nuevas organizaciones políticas, surgieron las nuevas naciones, pero esta “revolución” no implicó cambios radicales en la estructura de las relaciones de clase y en el modo de producción. Ver Fernando López -Alves, La formación del Estado y la democracia en América Latina, 1830-1910, Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2003. 14 Jaime E. Rodríguez O., La Revolución Política durante la época de la Independencia, El Reino de Quito 1808-1822, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Corporación Editora Nacional, Biblioteca de Historia N.20, 2006, pág. 10

5


tránsito, no totalmente drástico entre el Antiguo Régimen y el liberalismo15. Con el establecimiento de los derechos constitucionales, se produjo la coexistencia entre el derecho al voto, y la política del Antiguo Régimen, la de los cuerpos, y a su vez de la moderna liberal.16 Para Jaime Rodríguez17, la teoría política hispánica evolucionó de manera paralela al pensamiento político en los países protestantes y en Francia. El autor se fundamenta en amplias investigaciones, empíricas y teóricas; en las que demuestra su interés por el estudio del discurso político en la América Hispana y en España, previo al proceso de la independencia.

Analiza, las Sociedades de Amigos del País, las revistas, gacetas,

diarios, etc., estas ediciones difundieron ampliamente las nuevas ideas, expresadas de diferentes maneras en folletos, periódicos, que se volvieron aún más populares después de la revolución francesa. También es importante la difusión de estas ideas, a través de la comunicación oral en espacios públicos, en los cafés, y en las tertulias sobre temas políticos, está también presente en la literatura y en las ciencias. En las Cortes de Cádiz se minó la posición del gobierno realista, el lenguaje de las Cortes, que estuvo presente en medios impresos, como la Gazeta de México, donde La declaración de Olarte, afirmaba que: “desde este momento españoles americanos, ustedes han sido elevados a la dignidad de hombres libres…nuestros destinos no dependen

de ministros, virreyes, o gobernadores, están en nuestras manos…”.

Cuando el Rey Fernando VII, revocó la Constitución de 1812, los nuevos principios del constitucionalismo hispano, ya formaban parte del discurso insurgente. Sobre la unidad política ideológica, de este período estarán de acuerdo otros historiadores, tal es el caso de Alfredo Jocelyn-Holt18, en una caracterización del ambiente ideológico de la época, señala que, en el mundo urbano en Suramérica y en la región andina, hacia fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, se produjo un alto 15

El primer liberalismo español, insiste en la moderación, la virtud y el respeto a la Ley. El concepto del liberalismo como movimiento , como agente político, es más precoz y relevante en el ámbito español, que en los países vecinos. El olvido en la historia occidental del liberalismo gaditano, es constante en las historias clásicas occidentales. Ver Javier Fernández Sebastián, Op. Cit., 200.., pág. 233. 16 El liberalismo naciente, acoge las flamantes ideas del progreso y de la civilización, presenta un discurso teleologista, que cobija sus proyectos de futuro bajo el manto de la necesidad histórica. Ver Javier Fernández Sebastián, Op. Cit., pág. 231. 17 Jaime E. Rodríguez O., La Revolución Política en el Reino de Quito…, pág. 31. 18 Alfredo Jocelyn-Holt Letelier, “Caracterización del ambiente ideológico”, en Historia de América Andina, Vol. 4, Crisis del Régimen Colonial e Independencia, Germán Carrera Damas (ed.), Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Libresa, 2003. pág. 59.

6


grado de unidad intelectual, fruto de lo que se ha denominado “Ilustración tardía”, la misma que se mantuvo bajo las ideas del republicanismo liberal hasta 1830, época en que esa unidad política-ideológica va transformándose y variando según la fuerza que toman los aspectos locales y autónomos en cada uno de los países que conformaron los nuevos estados nacionales en la región. En Quito, fue importante la presencia de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, que influyó en el grupo letrado de la región, así como en los burócratas, el clero, las universidades y la elite de los comerciantes locales19. Ekkart Keeding20, demostró en una reciente obra, a los que hoy en día tienden a negar la existencia de un movimiento ilustrado hispanoamericano o hispánico en general, que a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se asiste en Quito a la introducción de nuevos lenguajes políticos, para ello fue importante la introducción y el desarrollo de la prensa, la reforma de los estudios universitarios y misiones científicas hacia la región ecuatorial. A inicios del XIX, en el caso latinoamericano, es importante señalar también el aporte ideológico y político que tuvieron las logias masónicas, las facciones políticas, las redes asociativas, las nuevas sociabilidades, la “sociabilidad democrática”, el cambio en el entorno político.

La mayor parte de los estudios sobre los movimientos insurgentes, han enfatizado sobre los objetivos políticos de los criollos, y han ignorado y excluido a los campesinos y a los indígenas, que también formaron parte en los movimientos insurgentes, pero no se puede seguir negando la importante participación de las poblaciones subordinadas durante la revolución hispanoamericana.

El

historiador

colombiano, Alonso

21

Valencia , cuando al habla sobre los actores de la insurrección en el ámbito andino, sostiene que estos procesos no fueron solamente protagonizados por la nobleza y las élites criollas, sino también por sectores medios y masas populares. La acción no se 19

Alfredo Jocelyn-Holt Letelier, “Caracterización del ambiente ideológico…, pág. 60. Ekkart Keeding, Surge la nación. La ilustración en la Audiencia de Quito, 1725-1812, Quito, Banco Central del Ecuador, 2005. 21 Guillermo Bustos, “La Producción Historiográfica Contemporánea sobre la Independencia Ecuatoriana (1980-2001). Una aproximación”, en La Independencia en los Países Andinos, Nuevas Perspectivas, Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, Universidad Andina Simón Bolívar-Quito, OEI, 2004, pág. 188. 20

7


queda solamente en las ciudades, la misma postura sostienen Guedea, y Ducey, quiénes toman como ejemplo el caso de la Nueva España. Virgina Guedea22, analizará la actuación de los insurgentes de la sierra mexicana entre 1808-1812, sus acciones se dirigían a la creación de un nuevo orden político en sus territorios. Tanto Guedea, como Rodríguez, mantienen que una de las características de cambio político del movimiento insurgente, es su deuda ideológica con la Constitución española. La tradición política sobre los derechos de los ayuntamientos, estará ya muy firme para 1820. En el caso mexicano, que puede ejemplificar lo de otras regiones, sentimientos antiespañoles, contra los chapetones, o gachupines como se los denominaba en México, van surgiendo a partir de 1810 en adelante. Según Alan Knight23, se va permeando la idea de un “nacionalismo cultural” en la conciencia popular, lo que lleva a que los campesinos vayan formando potencialmente los ladrillos para la construcción de la nación. Los municipios, las patrias chicas, serán el loci, de las nuevas identidades. Los

campesinos

independentista,

e

indígenas,

demostraron

su

agencia

durante

el

período

no necesariamente estaban del lado de los insurgentes, también

encontramos casos de indígenas a favor de la monarquía, como es el caso de los indios cañaris en la zona de Cuenca, que lucharon junto al Rey, y en contra de la Junta de Quito24, el Gobernador español Aymerich, condecoró a los indígenas cañaris en 1811, por haber demostrado valor, cuando lucharon contra las tropas de Carlos Montúfar que avanzaban hacia el sur, en el sector de Juncal. Al otro lado de los Andes, en el Perú, en Iquicha, a pocos días de la batalla de Ayacucho, en 1824, una movilización indígena, pedía el retorno de Fernando VII, y estaba en contra de la patria traidora, bajo el mando de Antonio Huachaca, ex oficial del Ejército español, en su rebelión buscaba: “salgan los señores militares que se hallan en ese depósito, robando, forzando a mujeres casadas, doncellas, violando hasta templos, a más los 22

Virginia Guedea, "El pueblo de México y la política capitalina, 1808-1812," in Estudios Mexicanos 10, México, 1994, págs. 78-83. 23 Alan Knight, "Peasants into Patriots: Thoughts on the Making of the Mexican Nation, in Estudios Mexicanos, 10, México, 1994, pág. 146 24 Alfonso María Borrero, Cuenca en Pichincha, Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana Tomo II, segunda edición, C, tomo II, 1972.

8


mandones, como son el señor Intendente nos quiere acabar con contribuciones y tributos…y de lo contrario será preciso acabar con la vida por defender la religión y nuestras familias e intereses”.25

Erick Van Young26, analiza esa primera etapa en que los rebeldes clamaban “legitimidad” en su lucha27, pero a la vez desafiaban a las autoridades españolas, este historiador ha propuesto una denominación a esta acción de fidelidad de los procesos insurgentes en América Española, que ha denominado una forma de “monarquismo naive”, ya que actuaban en defensa del Rey, y por cierto apoyaban a Fernando VII. La historia política contemporánea, ha mantenido un diálogo con la historia del derecho y esto ha permitido importantes aportes historiadores sobre las relaciones entre la Constitución de Cádiz y las independencias. Es a través de los estudios de Manuel Chust28, Ivana Frasquet, Inés Quintero, Catalina Reyes, Federica Morelli29, Jaime Rodríguez, Juan Marchena30,

Scarlett O’Phelan, entre otros, quiénes estudian los

impactos del constitucionalismo gaditano en América, así como las interdependencias mutuas en el tema político entre América y España, que podemos llegar a una mejor comprensión y utilización de los conceptos innovadores que comenzaron a formar parte del imaginario político en la América hispana, como es el caso de la soberanía, la formación de juntas, las elecciones31, los debates constitucionales, las prácticas parlamentarias, la representación, entre otros. 25

Heraclio Bonilla, “Rey o República: dilema de los indios frente a la independencia”, en La Independencia y transición a los estados nacionales en los países andinos: nuevas perspectivas, Memorias del Módulo Itinerante de la Cátedra de Historia de Iberoemérica Cartagena de Indias, Agosto 10 a 13 de 2004. Santander, Universidad Industrial se Santander, OEI, 2004, pág. 367. 26 Eric Van Young, "The Raw and the Cooked: Elite and Popular Ideology in Mexico, 1800-1821", in The Indian Community of Colonial Mexico: Fifteen Essays on Land Tenure, Corporate Organizations, Ideology, and Village Politics, eds. Arij Ouweneel and Simon Miller, Ámsterdam, Centro de Estudios de Latinoamérica, 1990. 27 Recordar el argumento legitimista de la independencia hispanoamericana, del que hablaba Mónica Quijada. 28 Ver Manuel Chust, (coord.), Doceañismos, constituciones, e independencias. La Constitución de 1812 y América, Madrid, Fundación MAPFRE, 2006. 29 Morelli, Federica, Territorio o Nación, Reforma y disolución del espacio imperial en Ecuador, 17651830, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2005. 30 Juan Marchena, Revolución, Representación y Elecciones. El impacto de Cádiz en el mundo Andino, Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, 2002, Artículo, notas de clase. 31 El término “elecciones constitucionales”, no necesariamente tiene el mismo significado en la actualidad, que el que tuvo en el período que se analiza. En las democracias contemporáneas, según el politólogo Raymond Aron, la competencia electoral y las elecciones, se introducen a partir de las ideas

9


Los movimientos Juntistas: Las juntas provinciales que se crearon a partir de los sucesos del 2 mayo de 1808 (en Madrid)32, invocaron el principio legal hispánico, según el cual, en ausencia del rey33, la soberanía recae en el pueblo, estos principios políticos se compartían tanto en España como en América. Es así como se explica que, los grupos locales defendieran esta idea a partir del momento en que se produjo la ausencia del legítimo rey. Los americanos expresaron su fidelidad al rey Fernando VII y su oposición contra los franceses y Napoleón. Es en el contexto de la independencia, en el cual las ciudades y los cabildos, asumirán la representación de la soberanía popular34. Las Juntas de Gobierno instaladas en La Paz el 16 de julio y en Quito el 10 de agosto de 1809, influyeron en las transformaciones políticas que se dieron en España, Scarlett O’Phelan Godoy, afirma que la influencia se daba en ambas direcciones: “Los cambios políticos que se dieron en las colonias españolas no fueron exclusivamente un reflejo de lo que ocurría en la metrópoli, sino que de alguna manera la península también absorbió las propuestas que plantearon sus colonias, a través de los programas que sustentaron las tempranas juntas. La influencia se dio entonces, en ambas direcciones. Inclusive, es probable que la creación de juntas en las colonias acelerara la decisión de formalizar las Cortes de Cádiz y redactar una Constitución, como en efecto se hizo en 1812”.

liberales de la igualdad humana, o la idea de que los hombres puedes escoger por sí mismos su gobierno, en Introducción a la filosofía política. Democracia y Revolución, Barcelona, Paidós, 1999. 32 Jaime E. Rodríguez O., La Revolución Política durante la época de la Independencia, El Reino de Quito 1808-1822, Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Corporación Editora Nacional, Biblioteca de Historia N.20, 2006, pág. 40. 33 La concepción del origen de la autoridad, es conocida como la doctrina del “derecho divino de los reyes”, ésta proviene de una época anterior a la Edad Media, planteaba que la autoridad del príncipe derivaba directamente del Dios. Pero, esta visión es contraria a la tradición hispánica, que considera que el Rey recibe del pueblo su autoridad. 34 Según Brian R. Hammett la constitución española de 1812 resolvió el problema de soberanía traspasándola a la “nación”, es decir a la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, solamente debía definirse si la soberanía se podía y debía ejercer en el plano nacional, regional, o federal, en “Ideologías, partidos y otras organizaciones políticas. 1820-1870. in Vásquez Josefina y Miño Grijalva Manuel (coord.), La construcción de las naciones latinoamericanas. Ediciones UNESCO, Trotta. París. 2003. Pág. 114.

10


Con las Cortes de Cádiz, la tradición y la innovación se entrelazan inextricablemente. Gran parte del imaginario liberal, proveniente de Cádiz, permitirá la transformación de los lenguajes y de la cultura política de los territorios americanos. Entre los legados de la constitución liberal está el primer artículo, que señala que “la Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”, esta afirmación no garantizó la mencionada unidad. Una situación que no se nos puede escapar del análisis de los efectos de la constitución gaditana, y que llama la atención de Federica Morelli35, es cómo la primera constitución liberal de la monarquía española, relativamente moderada, pudo transformarse en un conjunto de repúblicas unitarias o federales tan fragmentadas políticamente. Como estudio de caso, para ejemplificar el impacto de Cádiz en la formación de una nueva cultura e imaginario político en la Audiencia de Quito en la segunda década del Siglo XIX, donde se integra la idea de la representación electoral. Los vecinos de Cuenca, Guayaquil, por ejemplo, participará en las elecciones de los representantes por la Audiencia de Quito a la Junta Central36, luego elegirán a los representantes del cabildo constitucional. Podemos afirmar que la revolución política37, se introduce en estos territorios, y que los vasallos se convierten en ciudadanos, un nuevo ideario surge en la región, se habla de libertad, de justicia38. A los indígenas por primera vez, se les permitirá participar en elecciones para representantes de los cabildos o ayuntamientos constitucionales. Otras propuestas historiográficas sobre la Independencia latinoamericana Para Lynch y para varios historiadores sociales latinoamericanos, los procesos vividos en Quito y en Hispanoamérica fueron parte de una revolución independentista creadora 35

Ver Federica Morelli, Reseña del libro, Doceañismos, constituciones, e independencias. La Constitución de 1812 y América, Madrid, Fundación MAPFRE, 2006, Manuel Chus (coord.), en Nuevo Mundo, Mundos Nuevos, 24/01/2007, revista digital.

36

La ciudad de Cuenca, eligió a José María Vázquez de Noboa, a José María de Landa y como representante a la Junta Central al miembro del cabildo cuencano Fernando Guerrero. Ver Neftalí Zúñiga, “Drama y Grandeza de Carlos Montúfar”, en Boletín de la Academia Nacional de Historia, Nº 149-150, Quito, 1987, pág. 93.. 37 López-Alves utiliza el término “revolución política”, para caracterizar al cambio político e institucional, que se produjo en ese período. Cambian las instituciones de gobierno, la organización política, surgen las nuevas repúblicas, pero esta “revolución” no implicó cambios radicales en la estructura de las relaciones de clase y en el modo de producción. Ver Fernando López -Alves, La formación del Estado y la democracia en América Latina, 1830-1910, Bogotá, Grupo Editorial Norma, 2003. 38 Actas del Cabildo de Cuenca entre 1808 y 1812 (trascripción), y documentación de la gobernación de esta provincia durante el mismo período, a más de las investigaciones realizadas por varios autores tanto de la historiografía tradicional como la contemporánea.

11


de las naciones americanas, producto del desarrollo de una identidad o conciencia criolla y americana, resultante de sus estructuras socioeconómicas y geopolíticas específicas. Para Tulio Halperín Donghi39, la independencia de las colonias se explica como un proceso, que surge como consecuencia de la reformas borbónicas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y la formación de una identidad En la misma línea está Timothy E. Anna, quién señala que en el período colonial tardío, se produjo un quiebre de la lealtad colonial hacia España y la ideología imperial. Esta ruptura se produjo tanto en el ámbito de las ideas, como de la política y la economía, que comenzó a debilitar gradualmente el régimen colonial e impulsar la aspiración a la independencia40, poco a poco en diferentes lugares, las elites criollas, se opusieron a las reformas administrativas, a la pérdida de cargos en la administración colonial, a los nuevos impuestos y contribuciones establecidas el imperio absolutista de finales del siglo, involucrado constantemente en las guerras europeas, este mismo modelo interpretativo habíamos visto en Lynch y en historiadores marxistas. En el caso particular de la Audiencia de Quito, interpretaciones históricas sobre la Independencia, publicadas a partir de los años ochenta en adelante, consideran que el movimiento insurreccionista, fue una movilización social de “Antiguo Régimen”. Esta visión la sostiene Demélas, Saint Geurs, Dueñas y Büschges41, entre otros, quiénes consideran como tal a la revolución quiteña de 1809-1812, y la creación de la Primera Junta de Gobierno Autónoma en América del Sur. Según la concepción de los autores antes citados, esta insurrección, ocurre dentro de una sociedad tardo colonial, estamental y corporativa, dominada por una elite criolla, que mantuvo su poder pese a los cambios políticos y la aplicación de nuevas normas legales, que se dieron a inicios del siglo XIX. 39

Ver Tulio Halperín Donghi, Reforma y disolución de los imperios ibéricos, 1750-1850, Madrid, 1985. Ver Timothy E. Anna, “Casos de Continuidad y Ruptura: Nueva España y la Capitanía General de Guatemala”, en La Crisis estructural de las sociedades implantadas, Historia General de América Latina, Tomo V, París, Ediciones UNESCO/Editorial Trotta, 2003, págs. 159-183. 41 Los historiadores Marie-Danielle Demélas, Yves Saint Geours, Carmen Dueñas y Christian Büschges, definen a la revolución de Quito como premoderna, pero cada uno de ellos tienden hacia una interpretación distinta, Demelás considera que fue un movimiento conservador y religioso, Dueñas define el movimiento como una continuación del espíritu colonial, que trató de enfrentar el proyecto despótico y centralista borbónico, por otro lado Büschges, considera que las nociones de soberanía esgrimidas en la época de la Junta Quiteña provenían de la escolástica y no de la modernidad francesa. Ver Guillermo Bustos, “La Producción Historiográfica Contemporánea sobre la Independencia Ecuatoriana (1980-2001). Una aproximación”, en La Independencia en los Países Andinos, Nuevas Perspectivas, Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, Universidad Andina Simón Bolívar-Quito, OEI, 2004, págs. 186-87. 40

12


Una visión matizada entre el criterio de una “movilización social de Antiguo Régimen” y un tránsito hacia un gobierno moderno, es la que

presentara recientemente la

historiadora Federica Morelli42, quién, define la situación de la revolución de Quito, como la conformación

de gobiernos mixtos, y al cabildo como un gobierno

intermediario que forma parte de la tradición hispanoamericana, “la monarquía española, por tanto, no llegó, antes de su disolución, a reformar los poderes territoriales intermediarios; éstos al contrario, se demostraron en grado de defender y consolidar el conjunto de los cuerpos que habían garantizado la cohesión de la sociedad colonial durante tres siglos”. Esto nos muestra el poder de lo local en el manejo de la administración territorial y la profunda relación entre los movimientos revolucionarios y los intereses locales y regionales. Conclusiones La Revolución de Quito y la independencia americana, en el momento del de la conmemoración del Bicentenario, necesita de nuevos enfoques teóricos y categorías de análisis innovadoras, que permitan comprender los procesos de la transformación política y de la “revolución” hispanoamericana de principios del siglo XIX, así como los cambios en los imaginarios político y en los discursos, las continuidades y discontinuidades de lo político. El ámbito de las transformaciones y de los procesos fue hemisférico, continental y regional. Es necesario la revisión de los tiempos históricos: la larga duración y las coyunturas, los actores y sujetos, las relaciones entre sociedad y Estado, las tramas sociales, económicas y políticas, las complejas estructuras. La conformación de una nueva nación-Estado, donde juegan tanto las fuerzas centrífugas como centrípetas.

Cómo la guerra en los pueblos de la América

Hispana y la región Andina, llevaran a la construcción de un antes y un después, de la definición de las nuevas naciones y de la construcción de la modernidad. En el modelo se trata de evitar una visión teleológica, el proceso revolucionario, éste fue caótico e imprevisible y determinó nuevas formas en las relaciones sociales, y dio paso a la aparición de nuevas identidades territoriales, una de las más fuertes, la quiteña, que luego se plasmó en el Estado de Ecuador. 42

Federica Morelli, Territorio o nación. Reforma y disolución del espacio imperial en Ecuador, 17651830, Madrid, Centro de Estudios Históricos, Políticos y Constitucionales, 2005, pág. 12.

13


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.