La clementina puertas adentro

La Clementina

puertas adentro por Catherine Yรกnez Lagos

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Día a Día Ecuador

Lunes 21 de abril de 2014

La Clementina

Esta hacienda encierra una pequeña ciudad, donde los agricultores activan la producción, hasta la hora en que concluya la cosecha Catherine Yánez Lagos • Guayaquil

L

a Clementina es algo parecido a un gran mito. Todos saben que existe, que se dice que es la hacienda bananera más grande del país y que los Noboa enrumbaron en esos terrenos, de 11.500 hectáreas, todo su imperio económico. Pero en su interior guarda más que eso. Actualmente la planta de obreros llega a 1.916 trabajadores y cada uno reconstruye, a su manera, el paso de las anteriores administraciones.

Gerardo Mendoza es el que más recuerda. Llegó a la hacienda cuando tenía 10 años; hoy tiene 71 y está jubilado desde hace 4. “Esto era de unos suecos (…) La cosecha se iba por el río porque no había estos carreteros. Iban en unos lanchones, en balsas grandes, allí llevaban la fruta largo a Guaya-

puertas adentro quil”, relata este extrabajador.

La apariencia ahora ha cambiado. Existen caminos polvorientos; las plantaciones bananeras aumentaron -hay 12 empacadoras dedicadas a esta fruta- y los contenedores trasladan el banano que se comercializa con dos compañías: Nelfrance Export S.A. y Coragrofrut.

Sin embargo, estos nombres no siempre fueron los más populares en La Clementina.

La protagonista anterior fue la marca Bonita, que pertenece a la Exportadora Bananera Noboa (EBN S.A.).

En mayo del 2013, esta empresa perdió la hacienda como consecuencia de un embargo.

La entidad encargada de ejecutarlo fue el Servicio de Renta Internas (SRI). Esta acción se produjo por una deuda de 94 millones de dólares que mantenía la exportadora debido a la falta de pago de impuestos correspondientes al 2005.

Durante esa época, Mendoza aún se mantenía activo en la hacienda. Él fue supervisor de banano por 40 años y lo que recibe men-

sualmente, a manera de jubilación, son $ 219.

El traspaso actual de administración a él no le afecta. Aunque ya experimentó un proceso similar. “Los suecos alzaron maletas y se fueron (…) No nos liquidaron. Noboa empezó y nosotros seguimos trabajando con él”, recuerda.

En ese tiempo, el jefe máximo era Luis Noboa Naranjo, quien adquirió La Clementina en 1973. “En esta empresa ganábamos más que un profesor, más que los funcionarios públicos. Teníamos un salario de 3.500 sucres”, recuerda Fanny Jaña, quien labora en el área de ganadería. Ese buen semblante que ella relata, terminó en 1998, año en que Álvaro –hijo de Luis- se hizo cargo de la propiedad.

Ahora la hacienda vuelve a cambiar de propietario. La Cooperativa de Producción y Comercialización La Clementina (Cooproclem) es el sello de los nuevos jefes. En realidad, se trata de 1.754 trabajadores afiliados a esta organización, la única ofertante del remate en que entró la hacienda y que finalmente, lo ganó.

A pesar de lo bien que suena esta transformación, los obreros de la hacienda rompen los estereotipos de nuevos dueños. No tienen prendas de marca ni ternos que los hagan ver como ejecutivos. Tampoco ganan como gerentes. El salario mensual que reciben es el básico ($340); cobran semanalmente, los viernes.

Vivir al estilo La Clementina En la casa de Maritza Dulcey no se evidencian lujos. Ella vive en San Rafael, uno de los 16 caseríos que se encuentran dentro de La Clementina. “Uno tiene que poner medias en las llaves cuando se quiere el agua limpia, porque si no salen cosas amarillentas”, menciona esta mujer, quien ya le sabe las mañas a cada desperfecto.

La vivienda que ella habita es de cemento y cuenta con un alcantarillado ya rebosado. El patio es de tierra, limita con una zanja,

1.714

Número de trabajadores afiliados a Cooproclem.

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PP encuesta Fotos: Pilar Vera

Utilidades jugosas por primera vez en una década Luego del embargo que experimentó la hacienda, el SRI recaudó utilidades por sus siete meses de administración.

El plazo para pagar esos haberes venció el 15 de abril. “Por primera vez en una década se van a pagar utilidades a los trabajadores de La Clementina”, dijo Juan Avilés, director regional del SRI. Según el funcionario, el monto asciende a $ 2’186.471,41. Aunque hace una precisión. “De allí se paga utilidades a los trabajadores de $ 327.970,71 y se cancela impuestos de $ 516.662,31, porque la administración generó una renta”.

El artículo 97 del código de trabajo señala la forma en que se debe repartir este monto. “El empleador o empresa reconocerá en beneficio de sus trabajadores el 15% de las utilidades líquidas”. Pero a su vez, dicho porcentaje se distribuye: 10% para los trabajadores de la empresa y el 5% restante será entregado en proporción a sus cargas familiares.

Esta es la primera vez que las utilidades en la hacienda llegan a esta cantidad. Entre 2000 y 2010, el grupo Noboa se declaró nueve veces en cero dólares en esta área.

los cordeles se templan entre cañas y el agua poco fragante forma pequeños riachuelos.

Nadie sabe el año en que se construyeron las viviendas. Los trabajadores llegaron y se establecieron. Según Liliana Mora, su casa –ubicada en el caserío central- ya ha sido habitada por cuatro familias. “Esas planchitas de zinc ya me arreglaron, porque daba no sé qué ver para arriba”, cuenta esta mujer que en la puerta de la cocina ha atravesado una cuchara para que haga las veces de aldaba.

Esta situación se replica en la mayoría de hogares. Cristóbal Chévez lo ha confirmado. Él, junto a otro compañero, están encargados de recoger las necesidades en cada sector. “La tubería manda un moho. Las alcantarillas están tapadas. Las tazas de los baños son antihigiénicas”, detalla este trabajador y miembro del consejo administrativo de la cooperativa.

En este lugar, los servicios básicos carecen de mantenimiento desde hace 4 años.

La energía eléctrica llega, pero no es un beneficio común. “Todos mis años que he trabajado en la estación de bombeo, lo he hecho a base de pura vela”, asegura Segundo Zabala, quien desde hace dos años dejó la hacienda y ahora vive en La Unión.

Piedad Orna tiene 20 años ocupando la misma casa. Nació e hizo su vida en la hacienda.

¿Quiénes administran Clementina?

En este caso se decidió con la CFN que no solamente se designe un administrador, sino que exista una junta de administración del fideicomiso*... para que haya un nivel de control al administrador.

Se consideró que el número óptimo sería tres personas que conformen la junta. Se estableció que debía ser Senplades* por un lado, que está a cargo del proyecto del Buen Vivir dentro de esta área; Magap* obviamente por la orientación agrícola que tiene del predio y la otra que es el deudor, osea la Cooproclem*.

Administrador designado del predio: Rafael Altamirano

Carlos Ordeñana, gerente de Cooproclem Aclaraciones *Fideicomiso: Figura jurídica mediante la cual el titular de un bien, lo entrega a otro para que se cumpla una determinada condición. *Senplades: Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo. Representante, Santiago Vásquez. *Magap: Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca. Representante, Hugo Dután.

Cooproclem: Cooperativa de producción y comercialización La Clementina. Representante, Carlos Ordeñana.

Un puente conecta a la parroquia La Unión con el ingreso a Clementina. ellas. “Para ir a Babahoyo cuesta 75 centavos”, comenta esta mujer que ya sabe el horario de su especie de expreso popular. Cada cuarto de hora pasa uno y ella aguarda en la entrada.

Lucio Aguilar se encarga de sembrar y replicar matas en el sector Nancy.

Por ello, la idea de Chévez es contar con una base de datos actualizada. Lo siguiente es ejecutar y solucionar los problemas.

La moto, el transporte que domina Mientras eso ocurre, las motos no dejan de chirriar en la hacienda. Estos vehículos hacen las veces de 4x4. Con ellas, los trabajadores toman atajos y aguantan piedras.

Y es que quienes no están motorizados, no llegan a tiempo. A las 04:50, un despertador público se activa en La Clementina.

Suena a interferencia telefónica, se dispersa

en los predios y anuncia el pronto desfile de motos y bicicletas. Los nuevos dueños llegan como pueden. Le hacen flete al vecino, llevan la mascota en la parte de adelante y los machetes camuflados en las botas.

-Coompaaa- es el grito que acompañado de un movimiento de mano, sirve de saludo entre la mayoría de obreros. Las respuestas se enredan en el aire y se quedan en la puerta principal. Las motos rugen y compiten con las dos líneas de transporte que también recorren la hacienda. Se trata de el Dorado y la Citam.

Ana Morocho es obrera y hace uso de

Hora de la tonga Si hay alguien querido en La Clementina es la tonga. Llega todos los días a las 10:00 y parte en camiones media hora después. Esta palabra es sinónimo de comida: viene en canastas amarillas y las mujeres se amontonan por colocarla en el carro correcto.

- ¿Dónde está la Nueva? ¿Quién va a San Felipe?

Son las preguntas que rebotan en cada tramo. Pese a ello, Anabel Troya no se pierde. Ella transporta 20 canastas, lo hace en un triciclo y ese es su mayor negocio. “Bajo el puente con tongas y no pasa nada”, cuenta la mujer que hace gala de su equilibrio sobre los pedales.

El costo que Troya cobra por movilizar la tonga de sus vecinas es de 30 centavos. Sus canastas están etiquetadas en restos de cartón. Allí se escribe el nombre del obrero y la empacadora hasta donde debe llegar la comida. Este cachuelo se replica entre mujeres y deja flacas ganancias. ...continúa en las páginas 6 y 7

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...viene de la página 5 Viernes, el día más esperado La serenidad que trae la hora del almuerzo es comparable a la satisfacción monetaria que produce el viernes. El reloj ya ha pasado de las 14:00 y los trabajadores se amontonan en una puerta.

-Toquen el timbre- grita uno de ellos. La respuesta es inmediata y el candado que sirve de cerradura empieza a hacer ruido.

Luego de eso empezarán los chiflidos, las rejas se abrirán y los obreros saldrán a toda carrera, como si hubiesen visto una Metrovía vacía y recién estacionada.

Pero aquí la realidad es otra. Lo que se disputa es ser el primero de la fila y cobrar de una la semana de trabajo. Benjamín Ramírez sale con su rol de pagos y a la mano lleva el

efectivo. Esta vez alcanzó $ 79,65, pero con los descuentos que tiene recibió $ 48.

El ingreso que él aspira -al igual que la mayoría de sus compañeros- tener un día de estos, es su liquidación. “Yo tengo 27 años de trabajo y no es justo no recibir ni un centavo”, comenta Ramírez, quien ya tiene planes para cuando ese billete ingrese. Lo primero será renovar su moto que ya lleva 15 años de recorrido sin descanso. Esa será la inversión número uno.

Todos saben que es día de pago en La Clementina y la plata se reparte a la salida de la fila. Las deudas se despiertan en los alrededores. “Nos dan $ 5 o $ 3, depende. A veces nada, porque no cobran nada; salen con el papel en blanco”, menciona Mercedes Caleño, quien se instala en una silla con libreta de cuentas en mano. La misma posición adoptan cinco comerciantes más que

afilan los bolígrafos para sumar y restar.

En La Clementina el fiado abunda. Sin contar que la cachina de los viernes es las más bacán de la semana. La camisa arremangada y sudada cambia por la camiseta limpia. No hay rastro de tierra en las manos y las botas se han covertido en zapatos.

“

Que nadie nos avasalle, que tengamos una mejor vida, eso es lo que aspiramos y para eso es lo que queremos trabajar Fanny Jaña - Trabajadora

“

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Fotos: Pilar Vera

PP encuesta ¿En cuánto quedó la deuda del grupo Noboa?

“Del total de impuestos por pagar quedan $ 3’500.000. Pero a eso hay que sumarle las costas -gastos adicionales- que se hizo para poder mantener a esa hacienda operando. Esas costas sumaron un total de 2.8 millones de dólares. Pero de ese monto, 1 millón se fue para pagar deudas que La Clementina tenía con sus trabajadores.

La saldo que le debe grupo Noboa al Servicio de Rentas Internas (SRI) es de $ 6´342.646,58”.

Observación: El saldo por impuestos del 2005 sigue generando intereses.

Juan Miguel Avilés, Director Regional Litoral Sur del SRI

¿Por qué se redujo el interés del 8% al 5% en el crédito concedido?

Cuando las puertas no se abren a tiempo en el día de cobros, los trabajadores ingresan a toda prisa para ser los primeros.

Actividades extras

“El Gobierno Nacional lo que hace es capitalizar a la Corporación Financiera Nacional (CFN). Nos da recursos sin costos que pasan a ser patrimonio de la institución y nosotros, en retribución, lo que hacemos es darle la tasa de interés del 5 %. Una tasa de interés del 5 %, a 15 años prácticamente no existe en el mercado”.

¿De cuánto serán las cuotas que Cooproclem debe pagar?

Los trabajadores tienen acceso a terrenos para cultivar lo que gusten. Lo denominan tareas y la medida es de 10x100 metros. Las cosechas les significa un ingreso extra.

Lavar ropa ajena es común entre las mujeres que habitan La Clementina. El precio, normalmente, se calcula por tina y varía entre $ 7 y $ 10.

“Es un dividendo trimestral de $ 986.000 en el período de gracia, es decir 2 años. Y luego son dos millones de principal, más intereses”.

María del Carmen Barrera, presidenta de la CFN

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LA CLEMENTINA EN CIFRAS Los agricultores son quienes activan la producción de esta hacienda. Las labores inician a las 06:00, aunque las motos empiezan a rugir una media hora antes. En las empacadoras retumba la bachata y en el resto de predios, el silencio es el protagonista.

Anteriormente la compañía sueca Aktivolakge, fue la patrona de los terrenos. Luego llegó el grupo Noboa y finalmente hoy, son los trabajadores a través de Cooproclem, los que han adquirido Clementina.

Realidad que se concretó a través de un crédito de 80 millones de dólares otorgado por CFN. En 15 años la deuda se cancela y los nuevos patronos, serán los mismos jornaleros.

N

Caluma

Divisiones del terreno

o Agua Fria Ester

ECUADOR

11.500

Ingreso principal de la hacienda ita oP

Cotopaxi

hectáreas es la extención de la hacienda Estero Paliza

Rí

hectáreas dedicadas a potreros.

Actualmente existen 5.247 cabezas de ganado. La idea del Magap es reducir la frontera ganadera a 2.500 hectáreas y dedicar la otra parte a la siembra de otros cultivos.

La Unión

Los Ríos

5.000

Manabí Bolívar

2.546

Detalle

Guayas

Río

Río Santa

Ros a

hectáreas dedicadas al banano. En esta área existen 12 empacadoras.

n

yo

Pla

Juan Montalvo

200

hectáreas comprenden una reserva forestal, denominada Samana.

75

hectáreas dedicadas al limón. De ellas 32 están sembradas, 13 produciendo y las demás se encuentran en etapa de crecimiento.

11

hectáreas dedicadas al café.

Escuelas

Dispensario médico

Centro de abasto interno

Estos planteles son fiscales y están a cargo del Estado.

La unidad de salud es atendida por una doctora y tres enfermeras.

Canchas deportivas

Cooperativas que recorren la hacienda

Solo trabajadores tienen acceso a comprar. No se adquiere en efectivo sino a base de descuentos en el salario. $ 25 es el cupo máximo que tienen semanalmente en víveres.

Cabe aclarar que en la mayoría de caseríos hay una de indor.

Citam y Dorado.

4

1

4

2

Iglesias

20

libras de arroz, es la cantidad límite con un valor de $ 6,90.

4

3

1.916

1

una católica y dos evangélicas.

libras de la carne es el cupo por semana, $1,25 es el costo por libra para los trabajadores.

obreros trabajan en la hacienda.

1.714

Trabajadores están afiliados a la Cooperativa de Producción y Comercialización La Clementina (Cooproclem).

Gráfico: PP El Verdadero

Sectores habitados (en número de casa casas) San Clemente Viejo Beldaco Santa Rosa Palizada 1 San Clemente Nuevo

47 30 3 11 24

Nancy Bellavista San Rafael Robles Cauje

11 8 39 7 1

Patricia: Pita: San Felipe Central (aproximadamente) Otros sectores

26 1 2 56 2