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January 1, 2021 | catholicnewsherald.com
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‘Todo vuelve a Jesus’ El Obispo Jugis conmemoró la Solemnidad de María, Santa Madre de Dios, el 1 de enero
Rafael Prieto
La nostalgia que llega con los años
L
a vejez es complicada. Aún más con la vaina del Covid-19. Los tiempos de la piel de bronce dorada, con Australian Gold y Hawaiian Tropic, han dejado un legado de pecas y marcas imposibles de borrar en la cara y las manos. Las libras de más que antes se eliminaban rápidamente con una dieta temporal de granos (menestra en mi adorado Ecuador), se resisten a desaparecer. En las orejas y las cejas se empiezan a desarrollar unos cabellos que se transforman en gruesos alambres. Ese fenómeno obliga a aprender con paciencia la ciencia del depilador, los peines y las tijeras. Los ojos que lograban descifrar la letra más diminuta a distancia, para la copialina y otros menesteres, ya no ven lo mismo y se requiere inundar de gafas todos los anaqueles y rincones de la casa. La operación lupa es “mandatoria”, como decimos los hispanohablantes de Estados Unidos. Aquí en la tierra de libertad donde, con toda razón, en una emergencia parar en la autopista para orinar en un potrero está prohibido, unos pañales modelo calzoncillo se hacen indispensables cuando se hacen largas jornadas. Uno tiene que estar pendiente diariamente del azúcar en la sangre, la presión arterial y los triglicéridos. Ahora, en tiempos de pandemia, la toma de temperatura se me ha convertido en obsesión. Igual me ha dado, por razones sanitarias de prevención, mantener las fosas nasales repletas de Vick VapoRub, que me da el aspecto desagradable de tener mocos colgando perennemente. Un frasco repleto de cápsulas de Ricola para conservar la garganta limpia y fresca es mi compañía inseparable. A mí se me dañaron las piernas después de mover unos pesados parales de unas carpas en la Coalición. Fue en la hermosa celebración novembrina de Panamá en 2018, pletórica de murgas, tambores y cumbias. Sentí un corrientazo que llegó a la columna vertebral. El asunto derivó en una ciática, que en mi absoluta cobardía de contender el dolor me lanzó a refugiarme en mi futón gris, y convertirme en un sedentario inmarcesible. Mis sicólogos de cabecera siguen siendo Sabina, Serrat, el fallecido Aute, Ana Belén, Pablo, Silvio, Natalia, Ana y Jaime. Mis héroes de la pubertad, la mayoría se han ido, Leonardo Fabio (‘Quiero aprender de memoria...’), Sandro (‘Por ese palpitar que tiene tu mirar’…), José José (‘Hay que ver cómo es el amor que vuelve a quien lo toma gavilán o paloma’…). La lista es interminable. Los genes de mi madre me han protegido de desentejarme y quedar con la testa como una bola de billar. De la misma forma, la dentadura firme que heredé de ella, se mantiene bien. Lo que no me legó mi madre es una fórmula para combatir la nostalgia. Ese duelo eterno por no haber permanecido en Paipa, mi pueblo querido, para evitar su metódica destrucción. Me hace falta estar con mi padre, que en su noveno piso de existencia se mantiene, bello, lúcido y entero como los urapanes del parque Jaime Rook. Veo los árboles en mis recorridos frecuentes que hago con Google Maps, en los que me apabulla la tristeza. Tengo necesidad de abrazar a mi hermana menor y a Sonita. Quiero estar con mis hermanos extendidos, los Prieto Neira, los Prieto García y los LaRotta, que siempre están en mi corazón. Quisiera encontrarme con mis primos franceses, los descendientes de Pablo Solano y Jeanne Vassas. Ir como intruso, como lo hacía de niño, y departir con Nathalie, Pablito y Quique, con el precioso lago Sochagota de panorámica. Disfrutar del cariño y el buen humor de la matrona de la familia. RAFAEL PRIETO es un laureado y reconocido periodista colombiano en Estados Unidos. Actualmente escribe para Qué Pasa Mi Gente en Charlotte.
SUEANN HOWELL REPORTERA SENIOR
CHARLOTTE — Conmemorando que en el octavo día después del nacimiento de Cristo, San José pronunció públicamente el nombre de Jesús por primera vez, el Obispo Peter Jugis recordó a los reunidos en la Catedral San Patricio por la Misa del 1 de enero, la distinción de Nuestra Señora como Madre de Dios y que el llevar el nombre de cristianos es “todo por Jesús”. “Al octavo día después del nacimiento del Niño, se le da el santo nombre de Jesús al niño nacido de María. Eso es lo que estamos conmemorando en este, el octavo día de Navidad, un evento muy significativo en la vida de Jesús según la ley judía”, explicó el Obispo Jugis durante su homilía en la Misa a capacidad reducida, transmitida ‘en vivo’ desde la catedral para los fieles de la Diócesis de Charlotte. (El 1 de enero es normalmente un día sagrado de obligación, pero el obispo continúa dispensando la obligación de asistir a Misa en persona). Fue al octavo día después del nacimiento de Jesús que San José le dio el nombre que el ángel le había señalado antes que fuera concebido. En su homilía, el Obispo Jugis recordó que durante esa ceremonia religiosa judía, Jesús fue incorporado al pacto de Dios con Israel. También señaló que, “Es por Jesús que FOTO PROVISTA POR JAMES SARKIS María tiene el título de Madre de Dios. Si no El Obispo Peter Jugis celebró una Misa transmitida ‘en vivo’ por redes hubiera Jesús, no habría razón para el título sociales el 1 de enero, conmemorando la Solemnidad de María, Santa de Madre de Dios”. Continuó, “Es por Jesús Madre de Dios, desde la Catedral San Patricio en Charlotte, para los fieles que San José tiene su vocación como padre de la diócesis. adoptivo (de Jesús)”. “Todo vuelve a Jesús. Todo depende de Jesús”. asumimos la gran responsabilidad de vivir nuestra “La Santísima Madre y San José tienen el vida diaria en fiel testimonio de ese nombre que privilegio extremo que Dios les dio de recibir a llevamos”. Jesús en el mundo y elevarlo a la edad adulta. ¡Qué El Obispo Jugis animó a las personas a pronunciar inmenso honor les otorgó Dios!”. el nombre de Jesús como una bendición para sus Y, luego continuó, “Qué tremendo honor nos familias por el Nuevo Año, basándose en la antigua ha otorgado Dios. También es debido a Jesús que oración: “El Señor te bendiga y te guarde. Que el llevamos el nombre de cristianos ... Nuestro nombre rostro del Señor brille sobre ti y tenga piedad. El como pueblo toma su nombre de Cristo: ‘cristiano’. Señor te mire con bondad y te dé paz. Entonces Somos conocidos en esta vida como seguidores de invocarás Mi nombre y yo los bendeciré”. Jesús el Salvador”. Al concluir su homilía, el Obispo Jugis dijo: El nombre Jesús significa “Dios salva”, señaló. “Comencemos este Año Nuevo con esa bendición “Así como San José y la Santísima Madre del Señor, junto con San José, junto con nuestra asumieron una gran responsabilidad, así también Santísima Madre, la Madre de Dios, pronunciando nosotros, como cristianos, que llevamos Su nombre, ese santísimo nombre, Jesús”.
Ministerio Hispano ofreció saludo por fiestas decembrinas
Domínguez
CHARLOTTE — El Padre Julio Domínguez, a nombre del Obispo Peter Joseph Jugis; el canciller y vicario general, Padre Joseph Winslow; el equipo de coordinadores de vicariato y suyo propio, envió dos mensajes en video a la comunidad católica hispana de la Diócesis de Charlotte con motivo de la celebración de las fiestas de Navidad y Año Nuevo a través de redes sociales.
n El mensaje del 25 de diciembre lo puede encontrar en www.facebook.com/CNHEspañol y www.youtu.be/2izl3IClpQ n El saludo por Año Nuevo, publicado el 31 de diciembre, está disponible en la misma página de Facebook y en https://youtu.be/IBKvUydhfq0 El Padre Domínguez, director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Charlotte, destacó los aspectos positivos de este difícil año y la esperanza de mejores tiempos para 2021. — César Hurtado, reportero