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July 22, 2022 | catholicnewsherald.com 11
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Padre Julio Domínguez
Al encuentro de la Eucaristía
Continuamos con la segunda parte de la meditación del Evangelio de San Lucas 24:13-35. Después de salir al encuentro de sus discípulos, les da una explicación de todos los textos de la Escritura que se referían a Él. Vemos como Jesús usa la Biblia y la historia del pueblo de Dios para iluminar el problema que hacía sufrir a los dos amigos, y para aclarar la situación que ellos estaban viviendo. La usa, asimismo, para situarlos dentro del proyecto de Dios que venía de Moisés y de los profetas.
Y así les muestra que la historia no se había escapado de la mano de Dios. Jesús usa la Biblia no como un doctor que ya sabe todo, sino como un compañero que va a ayudar a los amigos para que recuerden lo que habían olvidado. Jesús no provoca un complejo de ignorancia en los discípulos, pero procura despertar en ellos la memoria: “Cuanto les cuesta creer todo lo que anuncian los profetas”.
Nosotros, con la ayuda de la Biblia, debemos ayudar a las personas a descubrir la sabiduría que ya existe dentro de las mismas, y transformar la cruz, señal de la muerte, en señal vida y de esperanza. Aquello que les impedía caminar, se vuelve ahora fuerza y luz en la caminada.
Que maravilloso sería poder estar en ese momento en que nuestro Señor Jesucristo fue recorriendo todos los pasajes que se referían a Él en las Escrituras.
De un momento de duda, nuestro Señor se aprovecha para darles un resumen completo de lo que ya venía escrito de Él y que estos discípulos, al igual que muchos otros, no habían entendido que era precisamente el plan de la voluntad del Padre que el Mesías padeciera.
Desde la promesa en el proto-evangelio con la promesa del Mesías, comenzando con Abraham y pasando por los profetas, les fue explicando uno por uno los pasajes que se referían a Él.
Les reafirmó que estaba escrito que el Mesías tenía que padecer y sufrir, pero también tenía que resucitar al tercer día de entre los muertos.
Les echa en cara su dureza de corazón y su falta de fe y de esperanza por no conocer las Escrituras. Señor, eso mismo nos lo dices hoy, pues nos decimos cristianos y desconocemos completamente las Escrituras.
Los seres humanos somos así, nos desanimamos fácilmente ante las dificultades de la vida. Si encontramos una cruz en nuestros caminos inmediatamente tomamos el camino de la retirada, lejos del
Mi experiencia en el Camino de Santiago
Hay muchas definiciones acerca del Camino de Santiago. Sin embargo, hablando en castellano, el Camino de Santiago es el viaje de peregrinos hacia la ciudad de Santiago de Compostela, en donde se encuentra la tumba del apóstol Santiago debajo de la Catedral que lleva el mismo nombre que la ciudad.
Desde el siglo IX, pasó a ser una de las más importantes rutas de peregrinos en Europa, y la columna vertebral del reino de la península Ibérica.
Literalmente hablando, el camino de Santiago es precisamente eso, un camino, una ruta a la cual -durante todo el año- actualmente acuden miles de peregrinos de todas partes del mundo. En 2019 se marcó un récord de peregrinos que arribaron a Santiago, nada menos que 347,578.
El camino se puede hacer a pie, en bicicleta o a caballo. El camino está siempre abierto para el que quiera hacerlo, con una red de iglesias, albergues, bares (nombre que reciben todas las cafeterías y ventas de comida) y fuentes de agua para beber.
El camino de Santiago es una experiencia que, a mi manera de ver, tiene que estar en la lista de cosas que es necesario realizar antes de morir, lo que los estadounidenses llaman ‘bucket list’. Es un peregrinaje a donde la persona se puede fácilmente encontrar consigo mismo y con Dios, por medio de la naturaleza, de los paisajes, del compañerismo, el dolor, el cansancio, y la belleza de las siete catedrales por las que uno pasa, sin contar cientos de iglesias con una antigüedad de siglos.
Hay muchos caminos o rutas que llegan a Santiago, pero la más popular es el camino francés, el cual empieza en Saint Jean-Pied-dePort, Francia. Son nada menos que 32 días a pie o 13 en bicicleta.
Sin embargo, como en todas las cosas, hay un pero. El Camino de Santiago es adictivo. En tan solo cuatro años y con mis rodillas en no muy buena condición, he recorrido tres caminos, el francés, el portugués, y hace pocos meses nuevamente el francés, pero en esta ocasión en bicicleta.
El 25 de julio se celebra la festividad del Apóstol Santiago. La ciudad se viste de gala con quema de pólvora, fiestas, carnavales y Misas. Y si la festividad del Apóstol cae en domingo, hay indulgencias y se abre la puerta de la misericordia en la Catedral, la misma que cuenta con el incensario más grande del mundo.
Dicho en una sola frase, es una experiencia maravillosa. Sin saber en dónde pasaré la noche, con una mochila en la que se llevan pocas pertenencias, tres mudadas de ropa, cansancio y adversidades, pero viviendo un gozo, una felicidad que se siente en el aire y que fácilmente se transmite. Para mí, son momentos que solo se pueden comparar con un pedacito de cielo. Buen Camino.
EL DIÁCONO SIGFRIDO DELLA VALLE es coordinador del Ministerio Hispano del Vicariato de Smoky Mountain. (Izquierda) El Diácono Sigfrido Della Valle, segundo de la derecha, de pie, junto con su hijo y otros peregrinos delante de la Catedral de Santiago de Compostela, durante “el momento más maravilloso del camino, contento por finalizar triste a la vez al saber que se acaba el peregrinaje”. (Abajo) El cuarto domingo de Cuaresma de este año 2022, el Diácono Della Valle tuvo el privilegio de servir en el altar durante la Misa del peregrino. “Para mi fue una gran sorpresa ver que el celebrante era Monseñor Julián Barrio Barrio, Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago de Compostela”, dijo Della Valle.
FOTOS CORTESÍA DIÁCONO DELLA VALLE
El Apóstol Santiago a caballo, o Santiago Matamoros, óleo sobre lienzo, de Francisco Camilo, Madrid, 1615-1673.
¿Quién fue Santiago?
Fue uno de los 12 apóstoles del Señor. Hermano de San Juan evangelista, se le llamaba el Mayor para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres, Zebedeo y Salomé, vivió en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tuvo una pequeña empresa de pesca.
Formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: “desde ahora serán pescadores de hombres”, dejó sus redes, su padre y empresa, y se fue con Jesucristo.
Antiguas tradiciones del siglo VI afirman que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Se cree que su cuerpo se encuentra en la Catedral de Santiago de Compostela, santuario al que han peregrinado miles y miles de peregrinos por siglos.
El nombre proviene de dos palabras, Sant y Iacob, porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles, del que es su santo patrón, en sus batallas gritaban: “Sant Iacob, ayúdenos”. Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.
Campaña DSA 2022 supera mitad de la meta
CHARLOTTE — El aumento de los costos de los alimentos, combustible y otros artículos esenciales ha provocado una mayor demanda de asistencia. Todos juntos como católicos, uniendo nuestros dones en la Campaña de Apoyo Diocesano anual (DSA), podemos ayudar a miles de personas necesitadas en todo el oeste de Carolina del Norte.
Hasta la fecha, el DSA 2022 ha recibido $ 4.8 millones, aproximadamente el 76 por ciento de su meta de $ 6.3 millones, con unos pocos meses restantes en la campaña de este año para recaudar los $ 1.5 millones faltantes.
“La fe es más preciosa que el oro”, el tema de la Campaña de Apoyo Diocesano 2022, hace eco de la celebración del 50 aniversario de la diócesis y ha sido tomada la Primera carta de Pedro 1:7: “Para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo”.
“La fe es más preciosa que el oro”, nos recuerda que nuestra fe en el Señor, y en su amor por nosotros, es más importante que cualquier otra cosa en nuestras vidas”, señaló el Obispo Peter Jugis en su carta anunciando la DSA de este año.
La campaña de la DSA financia más de 50 ministerios y programas que sirven a miles de personas en toda la diócesis. En particular, la DSA es una importante fuente de financiamiento para Caridades Católicas de la Diócesis de Charlotte en sus servicios de asesoramiento, despensas de alimentos, apoyo al embarazo, reasentamiento de refugiados, ministerio de ancianos, Respeto a la Vida y otros programas, así como los programas y ministerios del Vicariato de Educación.
La DSA también apoya los ministerios multiculturales, la educación de los 46 seminaristas, el diaconado permanente, y el Congreso Eucarístico anual.
El Vicariato de Educación recibe el 31 por ciento de los fondos recaudados en la campaña. Otros fondos de la DSA se asignan a Caridades Católicas (30 por ciento), vocaciones (14 por ciento), ministerios multiculturales (13 por ciento), y el Congreso Eucarístico y el ministerio diocesano de vivienda (6 por ciento). Se proyecta que los costos administrativos de la campaña serán del 6 por ciento.
Los feligreses en todas las 92 parroquias y misiones ayudan a financiar la DSA anual. A través de sus contribuciones, las personas de toda la diócesis pueden unirse para hacer la obra del Señor, obras de amor y servicio que ninguna persona o parroquia puede hacer sola.
El año pasado, los feligreses recaudaron $ 6.2 millones, alcanzando el 100 por ciento de la meta anual.
El Obispo Jugis pide a los feligreses que, al celebrar el 50 aniversario de la diócesis, nos unamos como una familia diocesana para compartir el amor de Dios con los demás a través de nuestras oraciones y donaciones financieras a la Campaña de Apoyo Diocesano, siempre dando gracias a Dios por el precioso regalo de nuestra fe, que realmente es “más preciosa que el oro”.
— Catholic News Herald
Cómo apoyar la DSA
n ONLINE: Visite www. charlottediocese. org/dsa para realizar una donación online segura. n TELÉFONO: llame al 704-370-
3332 para hacer un regalo por teléfono. n CORREO: Envíe la carta de compromiso que recibió por correo o en Misa a: Diocese of Charlotte, 2022 Diocesan Support Appeal, 1123 S. Church St., Charlotte, N.C. 28203. (Los compromisos deben ser honrados hasta el 31 de diciembre de 2022.) ¿Preguntas? Contacte a David Walsh al teléfono 704370-3302 o email dvwalsh@rcdoc.org. (Izquierda) El Padre Jason Barone es felicitado por los parroquianos después de ser formalmente instalado el 5 de julio como pastor de la Iglesia San Judas en Sapphire. (Arriba) Imagen exterior de la parroquia. Más abajo, como parte del rito de instalación del párroco, el Padre Barone profesó el juramento de fidelidad.
LIZ CHANDLER Y PATRICIA GUILFOYLE | CATHOLIC NEWS HERALD
Día trascendental para la Parroquia San Judas
Misión de montaña se convierte en parroquia
PATRICIA L. GUILFOYLE EDITORA
SAPPHIRE — El 5 de julio marcó un hecho histórico para los católicos en Sapphire y para la Diócesis de Charlotte, ya que la Misión San Judas fue elevada a parroquia y su administrador, el Padre Jason Barone, fue instalado como su primer pastor.
La pintoresca iglesia de montaña se llenó de feligreses durante una Misa especial que contó con la declaración oficial de la nueva parroquia y la instalación de su párroco. Presidió la Misa, con el Padre Barone, Monseñor Patrick Winslow, en representación del Obispo Peter Jugis.
La ocasión marcó la primera vez en 15 años desde que la diócesis creó una parroquia a partir de una misión. La última vez sucedió en 2007, cuando cuatro misiones fueron elevadas a parroquias por el Obispo Jugis: San José en Kannapolis, Nuestra Señora de las Américas en Biscoe, y Nuestra Señora de Guadalupe y Vietnamita San José en Charlotte.
La nueva parroquia fue anteriormente una misión de la Parroquia Sagrado Corazón en la cercana Brevard.
Durante la Misa especial, el Padre Barone hizo una profesión pública de fe y prestó juramento de fidelidad a la Iglesia en el altar, en presencia de Monseñor Winslow.
En su homilía, Monseñor Winslow reflexionó sobre la ocasión trascendental, señalando que fue hace 50 años, el 27 de junio de 1972, cuando la Iglesia San Judas fue dedicada por el Obispo Michael Begley. Solo unos meses antes, Begley había sido ordenado e instalado como el primer pastor de la nueva Diócesis de Charlotte.
Monseñor Winslow también elogió la “tenacidad y convicción” del Padre Barone al solicitar al obispo que elevara a San Judas como parroquia. Recordó haber conocido al Padre Barone cuando todavía era seminarista, en una asignación de verano en la Parroquia San Juan Bautista en Tryon, donde el Padre Winslow era entonces pastor. Dijo haber visto la fe del Padre Barone profundizarse a lo largo de los años, y estaba agradecido de tener la oportunidad de instalarlo como pastor.
“Con gran sinceridad y afecto, no podría estar más orgulloso”, dijo Monseñor Winslow. “¡Le deseo lo mejor, Padre Barone, y a todos ustedes, buena suerte!”
El Padre Barone agradeció al Obispo Jugis y a todos los que hicieron posible la celebración del día.
“Me siento muy honrado. Gracias, que Dios los bendiga a todos”, señaló.
Los católicos del área han cuidado de San Judas a lo largo de los años, comenzando a fines de la década de 1960. La iglesia debe sus inicios a la Sra. Gene Howerdd, quien se enfermó y rogó a San Judas que si podía recuperar su salud, haría todo lo posible para recaudar los fondos para levantar una capilla en Sapphire Valley, y si pudiera, se llamara San Judas en su honor. El Padre Charles Mulholland, entonces pastor en Brevard, solicitó permiso al Obispo de Raleigh para establecer una nueva misión, llamarla San Judas y comenzar los planes para construir una nueva iglesia. Se dio el permiso: la Sra. Howerdd había cumplido parte de su promesa y se dispuso a completarla.
El donativo inicial vino de los Howerdds: varios acres a lo largo de la autopista 64 en los que se podría construir la iglesia. El segundo vino del Padre Mulholland. A través de su hermano, profesor de la Universidad Católica, organizó que los estudiantes de arquitectura asumieran el diseño de la capilla como un proyecto de clase. Se enviaron modelos a escala de los cinco mejores diseños a Sapphire Valley para que los feligreses pudieran elegir su nueva iglesia. Uno, una capilla octogonal de piedra de campo, fue elegido como el complemento perfecto para el entorno de montaña.
Cincuenta años después, San Judas sigue siendo una comunidad unida y acogedora.
“Es un lugar especial, es el cielo”, dijo Judy Manasseri, quien se mudó del norte del estado de Nueva York hace dos décadas para hacer su hogar en Sapphire Valley en medio de Smoky Mountains.
La feligresa Julie Flick estuvo de acuerdo. “Es una comunidad muy amorosa”.
Pasión por el deporte, por la vida
CÉSAR HURTADO REPORTERO
CHARLOTTE — El torneo de fútbol Copa Congregación, que reúne cientos de niños y jóvenes en los campos deportivos de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Charlotte, pronto concluirá.
Cada semana, decenas de padres de familia acompañan a sus hijos e hijas que asisten a este torneo que no premia el talento, sino el esfuerzo y participación de los jóvenes deportistas.
En ocasiones alguno de ellos puede faltar, uno de los miembros del cuerpo arbitral puede ser reemplazado, hasta el infaltable heladero vendedor de paletas puede alejarse momentáneamente.
Sin embargo, una figura siempre es vista en todas las fechas, durante toda la extensión del campeonato, de principio a fin, en la apertura y clausura. Inagotable, recorriendo el campo, dando instrucciones, vigilando la seguridad de los niños, supervisando el más mínimo detalle. Es Richard Sierra, creador, organizador y, desde el año 2000, miembro del equipo administrativo de la parroquia.
Sierra, de padres colombianos, nació en Nueva York en 1971. A los 8 años, por un motivo familiar, regresó a Colombia con sus padres. Su amor por los deportes es innato, ya en Estados Unidos jugaba hockey, deporte que intenta practicar en Colombia, donde era completamente desconocido.
Es en este país donde se enamora del fútbol, iniciando a jugar en la escuela como portero, aunque “siempre pedía se le ubicara en otra posición”.
En Medellín, su padre lo llevó a ver jugar al Atlético Nacional, el equipo de camiseta rayada verdiblanca, al estadio local. “Nunca se me va a olvidar la impresión de, al terminar de subir las gradas, ver el césped del estadio. Algo impresionante”.
Jugando como marcador derecho, poniendo esfuerzo y dedicación, su juego mejoró muchísimo. Tras mudarse a Pereira, ciudad a unas 160 millas al sur de Medellín, es convocado al seleccionado pre-juvenil del estado de Risaralda, paso previo para luego ser elegido, junto con otros cinco compañeros al preseleccionado nacional juvenil.
Todo indicaba que Richard sería una estrella del fútbol colombiano, hasta que sucedió lo impensable ¡QUÉ DOLOR!
“Me lesioné en una jugada, salí cargado del campo”, nos relató. El diagnóstico: rotura de ligamento, dos años de descanso.
Al año y medio comenzó su recuperación, pero “la rodilla se me salía y me decían ‘Elvis Presley’ por la quebrada de pierna”. El problema, inicialmente esporádico, se volvió cada vez peor.
“No pude llegar, no la pude hacer, tenía que dejar el fútbol, y eso fue dolorosísimo para mí. Empecé a beber, a frecuentar malas compañías, quería refugiarme en algo y no escuchaba a nadie”.
Gracias a Dios, sus amigos del fútbol lo rescataron. “Hasta hoy les agradezco muchísimo lo que hicieron por mí”.
La lesión lo alejó del profesionalismo, no de la práctica deportiva, y comenzó a trabajar y estudiar, inclinándose por la administración.
En Pereira conoció a Gloria, con quien se casó en 1994, y a quien le confesó su pasión por el fútbol. “Solo si me cortan las piernas dejaré de jugar fútbol”, le dijo.
Por la difícil situación económica, social y de inseguridad que atravesaba Colombia, acompañado de su esposa e hijo de tres años, retornó el 7 de enero de 1997 a Estados Unidos.
En Charlotte consiguió trabajo en Duke Power, mientras su esposa se desempeñaba como maestra.
Todo iba viento en popa, hasta el 6 de enero de 2000, cuando la vida nuevamente le jugó una mala pasada. ¿POR QUÉ YO, DIOS MÍO?
Exactamente tres años después de haber llegado a Estados Unidos, Richard fue atracado en las calles de la Ciudad Reina y recibió un disparo.
Tras pasar dos días en coma inducido, entubado, en sala de cuidados intensivos, Richard despertó y se enteró que tenía una bala alojada en la columna vertebral, que nunca recuperaría la movilidad y quedaría atado, de por vida, a una silla de ruedas.
Permaneció mes y medio internado en el hospital. Tras regresar a casa, su esposa debió dejar de trabajar para atenderlo, los beneficios laborales concluyeron y las finanzas domésticas se vinieron abajo.
Un día su padre llegó a visitarlo y lo encontró deprimido, llorando. “Richard”, le dijo, “tienes dos posibilidades: o te pegas un tiro y acabas con eso, o sigues para adelante”.
Esas palabras inicialmente lo enfadaron, pero luego entendió que tenía que reaccionar, no podía ser una carga, “que tenía que sobrellevar el hecho, y aprender a hacer todo de nuevo, como un niño”.
Empezó por perdonar al criminal, pero la carrera era de largo aliento y las deudas no esperaban.
AYUDA PROVIDENCIAL
Richard y su esposa asistían a la antigua Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en la calle Shenandoah. Gloria, en mayo de 2000, desesperada tocó la puerta del Padre Vicente Finnerty, el párroco por aquellos años, buscando ayuda para pagar la renta.
El Padre le dijo: “He estado buscando urgentemente una secretaria. Hoy le pedí a Dios que me enviara una. Usted es la primera que me toca esa puerta, ¿quiere ser mi secretaria?”. El sí no se hizo esperar.
El Padre Vicente se convirtió también en el soporte espiritual de Richard. Más tarde le ofreció trabajo en diseño y administración.
Han pasado más de 22 años desde entonces. “Ahora mismo no necesito nada en especial para valerme por mí mismo para todo. Claro, hay cosas que no puedo hacer, especialmente si son de altura, de acceso por escaleras. Pero la ciudad es muy accesible y me ha ayudado mucho”, dice Richard.
¿VIVO CON ALEGRÍA?
“Cada día de mi vida. Hay momentos en los que siento que me faltan las piernas. Pero no estoy frustrado. Estuve como voluntario en el hospital para ayudar a personas que sufren el mismo problema que yo, pero resulta que ellos me ayudaron a mí al poder ver la gravedad de otros casos más serios que el mío”.
Su pasión por el deporte también lo ayudó. Hace ciclismo y pesas, lo que lo mantiene física y mentalmente sano.
“Me quedé sin fútbol para siempre, pero gozo al ver a los niños jugar. Esos niños le pagan a uno ahí mismo. Verlos en la cancha, fuera de casa, reunidos como equipo, alejados de las pantallas, es invalorable. Lo que aprendí del fútbol lo comparto con ellos, lo convierto en una herramienta útil ahora, pese a que no puedo jugar. Vivo el deporte a través de ellos”.
FOTOS POR CÉSAR HURTADO | CATHOLIC NEWS HERALD Cuidando el mínimo detalle, atento a todos los aspectos del torneo de fútbol para niños y jóvenes, Richard Sierra, creador y organizador de la Copa Congregación de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, vuelca sus conocimientos futbolísticos en los niños y jóvenes deportistas y les transmite la alegría del deporte que, debido a azares de la vida, está imposibilitado de practicar.
Lecturas Diarias
JULIO 24-30 Domingo: Génesis 18:20-32, Colosenses 2:12-14, Lucas 11:1-13; Lunes (Santiago Apóstol): 2 Corintios 4:7-15, Mateo 20:20-28; Martes (Santos Joaquín y Ana): Jeremías 14:17-22, Mateo 13:36-43; Miércoles: Jeremías 15:10, 16-21, Mateo 13:44-46; Jueves: Jeremías 18:1-6, Mateo 13:47-53; Viernes (Santos Marta, María y Lázaro): Jeremías 26:1-9, Juan 11:19-27; Sábado: Jeremías 26:11-16, 24, Mateo 14:1-12 JULIO 31-AGOSTO 6 Domingo: Eclesiastés 1:2, 2:21-23, Colosenses 3:1-5, 9-11, Lucas 12:13-21; Lunes (San Alfonso María de Ligorio): Jeremías 28:117, Mateo 14:13-21; Martes: Jeremías 30:1-2, 12-15, 18-22, Mateo 14:22-36; Miércoles: Jeremías 31:1-7, Mateo 15:21-28; Jueves (San Juan María Vianney): Jeremías 31:31-34, Mateo 16:13-23; Viernes: Nahúm 2:1-3, 3:1-3, 6-7, Mateo 16:24-28; Sábado (Fiesta de la Transfiguración del Señor): Daniel 7:9-10, 13-14, 2 Pedro 1:16-19, Marcos 9:2-10 AGOSTO 7-13 Domingo: Sabiduría 18:6-9, Hebreos 11:1-2, 8-19, Lucas 12:3248; Lunes (Santo Domingo de Guzmán): Ezequiel 1:2-5, 2428, Mateo 17:22-27; Martes: Ezequiel 2:8-3, 4, Mateo 18:1-5, 10, 12-14; Miércoles (San Lorenzo diácono): 2 Corintios 9:6-10, Juan 12:24-26; Jueves (Santa Clara): Ezequiel 12:1-12, Mateo 18:21-19:1; Viernes: Ezequiel 16:1-15, 60, 63, Mateo 19:3-12; Sábado: Ezequiel 18:1-10, 13, 30-32, Mateo 19:13-15