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REBECA GUINEA STAL / DIRECTORA CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA SANTIAGO
La ciudad de Chillán se ha convertido en la capital regional más joven de Chile. El gran salto adelante que supone pasar de ser una tranquila ciudad de provincia a convertirse en flamante capital regional, plantea enormes desafíos que sitúan, tanto a la urbe como a sus habitantes, ante un momento crucial en el cual las decisiones que se adopten marcarán un antes y un después en la historia chillaneja.
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Las opciones son múltiples y, en este sentido, Chillán tiene hoy una oportunidad única para recapacitar sobre su pasado, presente y futuro, apoyándose en el reconocimiento y valorización de su fuerte identidad y particular naturaleza.
Subrayar la necesidad de dar cabida a estos procesos reflexivos y acompañar durante los mismos, ha sido la razón de la promoción del proyecto Chillán: Paisaje Moderno. Territorios en Transformación, que durante dos años ha llevado al Centro Cultural de España a trabajar conjuntamente con las instituciones y comunidades regionales en el intento de buscar respuestas a preguntas locales con transcendencia global. No es casualidad, por tanto, que uno de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 sea, efectivamente, mejorar la planificación y la gestión de las ciudades, para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles (ODS 11).
En aras a la consecución de estas premisas y, haciendo frente al enorme desafío de una probable transformación urbana de Chillán, hemos creído necesario apoyar el diseño y la implementación de un proceso abierto y democrático, en el que se pudieran identificar los elementos que constituyen su memoria para, de esta forma, establecer los anclajes que faciliten la visualización de su futuro.
Este complejo pero enormemente fructífero proceso se asentó en tres pilares fundamentales. En un primer término se organizó un seminario internacional que, durante dos días, congregó a diferentes investigadores, arquitectos y autoridades a reflexionar en abierto sobre el modelo de ciudad que podría implementarse de cara a la nueva situación administrativa Chillán, sacando a relucir sus maravillosas peculiaridades arquitectónicas, su rico patrimonio inmaterial y los posibles peligros que podrían acecharla durante el proceso. Durante estas fecundas jornadas se le pidió a la ciudadanía que participara activamente en estas sesiones, así como en talleres e intervenciones urbanas organizadas al efecto.
Posteriormente se decidió trabajar desde la orilla artística con el fin de poner en valor tres elementos fundamentales que identifican la complejidad chillaneja dentro y fuera de su demarcación. De esta manera, el edificio que albergaba al afamado cine O’Higgins fue transformado –de la mano de la artista Carolina Ihle y estudiantes del Diplomado de Patrimonio– en sede del nuevo Archivo Regional. El paradigmático edificio de la COPELEC, considerado uno de los grandes exponentes nacionales de la arquitectura moderna y declarado Monumento Histórico en 2008, fue recreado por el artista Leo Portus, al mismo tiempo que se ponía sobre la mesa la necesidad de transformarlo en el centro cultural de la nueva capital regional. Finalmente, el trabajo de las mujeres de Quinchamalí fue revalorizado por la artista Catalina Bauer, quien investigó el proceso de creación en cerámica junto a la artesana local Gabriela Garcia, impulsando a la alfarería de esta pequeña población a ser presentada ante la UNESCO para integrar la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Como último eslabón, esta publicación, documento que pretende mostrar el camino recorrido, enfatizando la idea de que las pequeñas acciones son capaces de generar grandes cambios, a modo de efecto mariposa, siempre y cuando se unan virtuosamente la voluntad pública y la privada.