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Conclusiones
LA AGENDA 21 DE LA CULTURA
En relación con la situación de los sistemas de indicadores en la A21L, además de su escaso grado de ejecución, podemos señalar como el ámbito competencial municipal predominaba frente al regional o provincial. Como consecuencia de esto, los indicadores presentan dificultades de homologación entre municipios, afectando a las posibilidades de evaluación comparada. Remitimos a los apartados dedicados al sistema de indicadores culturales y al observatorio cultural para tratar en detalle estas cuestiones.
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El siguiente esquema presenta un modelo de análisis que ha resultado útil para la valoración de las A21L y puede facilitar la interpretación y planificación en las A21 de la Cultura.
En definitiva, en el caso de la A21 del medio ambiente en España los factores que han condicionado su éxito han sido:
•Escasa cultura ambiental de partida (valor social no dominante, inexistencia de Ministerio de Medio Ambiente hasta 1996), lo que redunda en la dificultad de incorporar la noción de sostenibilidad y sus principios de integración y transversalidad.
Esquema 3.1. Modelo de análisis de la A21L
METODOLOGÍA VARIABLES SIGNIFICATIVAS
Visión y perspectiva de desarrollo sostenible: –Cultura Ambiental: Multinivel (Local-global). –Rol de la Administración Central (promoción a través de campañas y Transversal. estrategias). Grado de coordinación entre niveles de las AA.PP. Implicación de las redes asociativas municipales. –Funcionamiento por departamentos estanco y rigidez burocrática en la Administración.
Planificación estratégica participada –Cultura democrática de las AA.PP. y vertebración de la sociedad civil.
Proximidad. –Grado de autonomía local (Estructura constitucional y dinámicas de descentralización).
Fuente: elaboración propia (2007)
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•Escasa reacción del Estado español frente a Río 92: deberemos esperar hasta el 2003 para certificar la existencia sobre el papel de una campaña nacional de A21L o de una estrategia nacional de desarrollo sostenible.
•Bajo nivel de coordinación intermunicipal, inactividad en la práctica de la Federación Española de Municipios y Provincias frente a las A21L.
•Escaso interés y apoyo de las Administraciones autonómicas al proceso. Necesidad de coordinar y hacer coherentes las políticas impulsadas desde los diversos niveles de la Administración.
•Municipios caracterizados por estructuras departamentales burocráticas, escasa cultura de la planificación y una débil autonomía municipal Las limitaciones competenciales, financieras y organizativas de los municipios españoles suponen serias restricciones. En la actualidad se plantea, entre grandes reticencias, el debate sobre la necesidad de una segunda descentralización, que favorezca la transferencia de recursos y competencias desde el nivel autonómico hasta el local.
•Relativo bajo grado de madurez democrático de la sociedad (escasa cultura de la co-rresponsabilidad, falta de vertebración sociedad...) y administración española (procedimientos de toma de decisiones poco participativos). Recordemos lo cercana en el tiempo que aún se encuentra la celebración del veinticinco aniversario de los ayuntamientos democráticos.
•Necesidad de impulsar las actuaciones de formación a todos los niveles (políticos, técnicos, asociaciones ciudadanas, sindicatos, patronal), dados los bajos niveles generales de conocimiento y sensibilización en materia de desarrollo sostenible y ,especialmente, en relación con los valores de la participación ciudadana.
•Importancia de la identificación, organización e implicación de los actores claves para el desarrollo de las A21L en los diferentes niveles territoriales (tanto a través de redes formales como informales, destacando en ese sentido las NTIC)
Frente a este contextualización que nos permite la experiencia de la A21L, al Agenda 21 de la Cultura cuenta con al ventaja de presentarse en un momento y en un entorno que posibilita el planteamiento «preventivo» y proactivos que trate de superar las dificultades detectadas. Por otra parte frente a las restricciones más evidentes que
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aparecen en el campo el medioambiente, dadas la frontera de posibilidades limitada que impone la gestión medioambiental, en el campo de la cultura, las posibilidades y las naturaleza de las intervenciones son infinitas y en consecuencia el propio proceso es un proceso que requiere de unas elevadas dosis de creatividad e innovación social, por lo que tanto desde el punto de vista de la participación individual como colectiva, las recompensas psicológicas pueden ser mucho más gratificantes.
En definitiva la Agenda 21 de la Cultura es un documento maduro, que plantea un marco de referencias ideológicas y normativas sensatas, que parte de un concepto de cultura útil para las necesidades y las demandas de desarrollo de una comunidad, que incorpora los conceptos claves sobre la relación de un territorio con su dimensión simbólica y que apunta a elementos procedimentales operativos para la incorporación de la cultura como elemento estratégico al desarrollo. A pesar de todas estas consideraciones las realidades culturales son tan diversas, los modos de relación social tan variados, los esquemas de articulación colectiva tan diferentes, que el documento tiene que entenderse como un texto que simplemente focaliza los acentos en algunos conceptos clave para el desarrollo de las políticas culturales locales pero que de ninguna manera puede entenderse como un canon restrictivo y limitador de l concepción del universo simbólico de un espacio. Flexibilidad, debate social y creatividad son los necesarios ingredientes en la receta del desarrollo local a través de la cultura.
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