Esta Caracas, ciudad que por ese dinamismo capaz de generar y albergar ilusiones que con el tiempo se transforman en dolorosas frustraciones, en menos de cincuenta años ha realizado la proeza de pasar, de ser unánimemente conocida como "sucursal del cíelo", a ser sentida por muchos como la "antesala del infierno" y por no pocos como "el infierno mismo". Hoy podemos encontrar en ella las huellas indelebles de ese proceso de deterioro de las condiciones de la vida urbana, en la ejemplar colección de muestras de las distintas formas de entender la vivienda de los Sectores Populares en la ciudad.