Obra Reciente
HÉCTOR FRANK Obra Reciente
HÉCTOR FRANK
O LA ESCALA INFINITA Visitar periódicamente el estudio habanero de Héctor Frank puede convertirse en un ejercicio de inquietante optimismo. Cada vez tiene cosas diferentes que mostrar, y no porque, infatigable, vaya sumando piezas de distintos formatos y en disímiles soportes, sino porque las series o colecciones temáticas se suceden vertiginosamente; y cada nuevo campo le pide una paleta, una estrategia composicional y una iconografía inéditas, al menos en su práctica personal. Cabe decir que este artista no alcanza mesetas en su ascenso. Más bien sube peldaños de una escala infinita, como esos trompetistas que arriban a una nota tan alta, tan limpia y tan hiriente que nos hacen pensar que más allá sólo queda el abismo, para, a la noche siguiente, volvernos a sobrecoger con otros prodigios. Si Héctor Frank fuera músico, su principal virtud sería el staccato que consigue en cada pieza; y su ritmo, como su propia vida, prestissimo. Y en verdad no sé si lo anterior es una virtud o un defecto. Me preocupa, sobre todo, ese pulso de gran tensión que echa Héctor Frank consigo mismo. No se remansa. No indaga de modo horizontal. Quiere tocar hueso en cada incisión y por eso hunde sus pinceles hasta el fondo. Claro que la mía es una observación de amigo. Los coleccionistas han de estar felices, pues la obra que de él adquieran no se “parecerá” a ninguna otra que lleve su firma. Cada pieza resulta una aventura irrepetible. Un juego muy en serio de ese niño curioso que no ha dejado de ser, el mismo al que no se le podría “enseñar” nada, ya que todo, desde el complejo mecanismo de un reloj, hasta la disposición de las estrellas en la bóveda celeste, debe aprenderlo —¿aprehenderlo?—por su propio esfuerzo.
Sin embargo, su marca es más que reconocible. Porque Héctor Frank no puede sino parecerse a sí mismo. Todo lo que su retina y sus manos trasiegan, sale con un sello altamente propio. Y no importa que los ingredientes nos lleven a pensar en Miró, Basquiat, Dubuffet o nuestro Feijoo. Aquí se da un proceso de influencias más por afinidades electivas que por el estudio y la síntesis conscientes. Coincidencia de mundos. Órbitas que se ponen en fase. Intuición versus intelección. Una misma inocencia ante el acto, siempre grave, de crear. De nuevo la socorrida metáfora de Dios como un crío que amasa el universo. Casi siempre las obras de Héctor Frank se conforman a partir de una imagen antropomorfa central. A ésta se van adicionando elementos temáticos, objetos encontrados y planos de colores que no consiguen, como los pintores naives, la perspectiva. Son rostros severos, que se asombran de ser observados. Personajitos contenidos en un orbe de texturas y colores del cual no se quieren escapar, porque ahí están muy a gusto. Ellos constituyen el fondo. De manera que no sería muy arriesgado avanzar la idea de que para nuestro artista, hombre del Renacimiento en pleno siglo XXI, lo importante es la sinergia y no las partes aisladas. Atrapa, plasma, no disecciona. Más que obras en sí, son obras para sí, con una gran conciencia individual, que no intentan representar, ni simbolizar, ni sugerir ni aludir. Solo quieren ser. ¡Nada menos que eso!
Alex Fleites
El Vedado y Diciembre del 2010
HÉCTOR FRANK
Or the infinite scale
Paying regular visits to Héctor Frank’s studio in Havana may become an exercise of disturbing optimism. Each time he has different things to show, and not because, untiring, he keeps adding pieces in different formats and dissimilar supports, but because the series or thematic collections follow one another vertiginously, and each new field demands from him new palette, compositional strategy and iconography —at least hitherto not known in his personal practice. One may say that this artist does not reach plateaus in his ascent. He rather climbs steps of an infinite scale, like those trumpeters who reach such a high, clean and piercing note that they make us think that only the abyss lies beyond, and then, startle us again the following night with other wonders. If Héctor Frank were a musician, his main virtue would be the staccato he achieves in each piece; and his rhythm, like his own life, would be prestissimo. And I really do not know if the above-mentioned is a virtue or a flaw. I am particularly concerned with that high-tension trial of strength of Héctor Frank with himself. He does not quiet down. He does not search horizontally. He wants to feel the bone in each incision, and that is why he pierces his brushes down to the bottom. Mine, of course, is a friend’s remark. Collectors must be happy, since the work of his they purchase will not “resemble” any other bearing his signature. Each piece is a unique adventure. A very earnest game by that eager child he has not ceased to be, the same one who could not be “taught” anything, since he had to learn —catch?—everything by his own effort, from the complex mechanism of a watch to the arrangement of the stars in the firmament.
His seal, however, is more than identifiable. Because Héctor Frank cannot but resemble himself. Everything his eye and hands handle emerges with a highly personal seal. And no matter if the ingredients make us recall Mirò, Basquiat, Dubuffet or our Feijóo. A process of influences emerges here, due more to elective affinities than to the conscious study and synthesis. Coincidence of worlds. Orbits that go into phase. Intuition versus intellection. One and the same innocence in the face of the always earnest act of creating. Again the well-worn metaphor of God as a baby kneading the universe. Héctor Frank’s works are almost always created from a central anthropomorphic image. Thematic elements, found objects and color planes that, like in naive painters, do not achieve perspective, are gradually added to it. Severe faces amazed of being observed. Minute characters contained in a world of textures and colors from which they do not wish to escape because they are very much at ease in it. They are the background. So it would not be too risky to advance the idea that, to our artist—a man of the Renaissance in full 21st century—the important element is the synergy and not the individual parts. He captures, gives concrete form, does not dissect. More than works in themselves they are works for themselves, with high individual conscience, which do not attempt to represent, nor symbolize, nor suggest, nor allude. They just want to be. Nothing less than that!
Alex Fleites
El Vedado and December del 2010
No 2 de la serie SueĂąos recurrentes Mixta sobre cartulina 76 x 56cm 2010
No 6 de la serie Espejismos Mixta sobre lienzo 120 x 120cm 2010
No 10 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 140 x 110cm 2010
No 4 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 130 x 120cm 2009
No 6 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 100 x 120 cm 2009
No 5 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 130 x 120cm 2009
No 7 de la serie SueĂąos recurrentes No 1 de la serie Espejismos Mixta sobre lienzo 90 x 76cm 2009
Mixta sobre cartulina 76 x 56cm 2010
No 18 de la serie SueĂąos recurrentes Mixta sobre cartulina 76 x 56cm 2010
No 2 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 100 x 120cm 2009
No 2 de la serie Espejismos Mixta sobre lienzo 110 x 140cm 2009
No 4 de la serie SueĂąos recurrentes Mixta sobre cartulina 76 x 56cm 2010
No 1 de la serie Auto parlantes Mixta sobre lienzo 120 x 100cm 2010
Sin TĂtulo Mixta sobre madera 73.5 x 81cm 2010
No 3 de la serie Auto parlantes Mixta sobre lienzo 90 x 76cm 2010
No 3 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 130 x 120cm 2009
No 1 de la serie SueĂąos recurrentes Mixta sobre cartulina 76 x 56cm 2010
No 2 de la serie Auto parlantes Mixta sobre lienzo 120 x 100cm 2010
No 7 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 90 x 76cm 2010
No 8 de la serie Aproximaciones Mixta sobre lienzo 100 x 120cm 2009
Héctor Frank Heredia García La Habana, Cuba, 28 de Julio de 1961
Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
Exposiciones Personales 2010
Héctor Frank. Hotel Mercure Sevilla. La Habana, Cuba. Figuraciones. Unión Francesa de Cuba. La Habana, Cuba. Desde dentro del espejo. Galería Carmen Montilla. La Habana, Cuba.
2008
Figuraciones. Galerie de La Fontaine. Uzes, Francia.
2007
Menú degustación. Restaurant “El Templete”. La Habana, Cuba. Complementos. Galería Luz y Oficios. Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño. La Habana, Cuba.
2006
Solo. Galerie du Losange. Grenoble, Francia.
2005
Espacio privado. Rue Scheffer. Paris, Francia. Héctor Frank. Galerie Dorée. Lyon, Francia.
2003
Sinfonía cromática. Galería del Hotel nh Parque Central. La Habana, Cuba.
2001
Con frankeza. Galería Hotel Parque Central. La Habana, Cuba Sugerencias. Casa de la Cultura de la Habana Vieja. Cuba
Exposiciones Colectivas 2010
Feria de Arte latinoamericano, ETNIART Bruselas, Bélgica Reflejos. Malaca, Malasia Reflejos. City Art Gallery Bdn Bhd. Kuala Lumpur, Malasia
2009
Encuentros. Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño. Habana Vieja. Ciudad Habana, Cuba.
2008
Contemporary Cuban Art. Biblioteca Pública de San Ramón. California, USA.
2007
Vértigo. Grenoble, Francia
2006
Cuban Art and Design. International Week 2006, University of Texas - Pan American Clark Gallery. USA. Peintures, aquarelles, gravures. Galerie Dorée. Lyon, Francia. Quiero pintar contigo. Proyecto entre artistas cubanos y niños autistas. Galería de la Academia de Bellas Artes San Alejandro. La Habana, Cuba. Subasta de Arte 2006. Museo de Arte Contemporáneo, Ciudad de Panamá, Panamá. Subasta de tableaux modernes et contemporains. Hôtel Des Ventes. Lyon Presqu´île. Francia.
2005
Salón Playa. Galería de Arte Servando Cabrera. Playa. La Habana, Cuba.
2004
Arte cubano. Espace d’ Exposition Natifartdesign. Isla de Guadalupe, Francia. Guayasamín en nosotros. Galería Oswaldo Guayasamín. La Habana, Cuba Este soplo de buen tiempo… Miramar Trade Center. La Habana, Cuba
2003
Salón Playa. Galería de Arte Servando Cabrera. Playa. La Habana, Cuba
2002
Homenaje. Galería Hotel nh Parque Central. La Habana, Cuba
2001
1,2,3@abstracción.com. Complejo Morro-Cabaña. La Habana, Cuba II Feria Internacional de Palms Springs. California. USA
2000
Arte cubano. DuVall Gallery. San Francisco, USA
en contracubierta:
No 8 de la serie Auto parlantes Mixta sobre lienzo 164 x 184cm 2010