HERRAMIENTAS PSICOLÓGICAS PARA EL ENTRENADOR DE CANTERA. Fernando González Guirval. Psicólogo deportivo en la FAB.
El autoconocimiento del entrenador es el punto de partida para su crecimiento profesional. Partir de tus límites ayuda a fijar objetivos concretos, a mejorar personal/profesionalmente y hacer mejores a tus jugadores.
Afrontar el estrés y saber abordar “situaciones difíciles”, nos permite controlar nuestras respuestas y ser estables y medidos en las decisiones. Entendemos el estrés como un desequilibrio sustancial (percibido) entre la demanda y la capacidad de respuesta (del individuo) bajo condiciones en las que el fracaso ante esta demanda tiene importantes consecuencias (percibidas) Mc Grath (1970). Antes, durante y después de los partidos, así como en los entrenamientos, nuestro comportamiento, y respuestas están determinados en parte por cómo afrontamos y percibimos una “situación estresante”. Interpretar una situación como estresante variará de unos entrenadores a otros, e interpretar la situación como estresante dependerá de factores como el público, lo que está en juego, el arbitraje o el equipo contrario. Conseguir centrarte en ti, en tu labor y en tus rutinas son claves para mantener tu identidad independientemente de la situación.
La inteligencia emocional, es un aspecto muy tratado en las investigaciones y manuales psicológicos para entrenadores. El concepto de inteligencia emocional es entendido como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos (Goleman). Las dimensiones de la inteligencia emocional serían las siguientes: ♦ Dimensión YO de la IE.
♦ Dimensión SOCIAL de la IE
1. Autoconciencia
4. Empatía
2. Autoconfianza
5. Motivación
3. Autocontrol
6.Competencia social
Dentro de la Inteligencia emocional en su dimensión Social; la empatía, motivación y la Competencia social confluyen en un aspecto fundamental para la mejora y desarrollo formativo/deportivo de los jugadores de cantera, la critica 1
constructiva. La crítica es una de las funciones más importantes que un entrenador debe realizar y llevarla a cabo de manera adecuada es fundamental, pues como hemos comentado antes, es clave para la evolución del jugador, el equipo y la cohesión de todo el conjunto. En éste sentido, algunos consejos para realizar una crítica adecuada a un jugador serían: •
Se concreto
•
Ofrece soluciones
•
Permanece presente ( cara a cara)
•
Permanece sensible (empatiza)
Además de lo expuesto anteriormente, dentro de la Inteligencia emocional es importante abordar la autoconfianza del jugador ya que es el elemento psicológico de mayor importancia a la hora de trabajar con deportistas jóvenes. Transmitir esa confianza en el jugador joven será sembrar para el futuro sobre una mayor estabilidad emocional que no dependa del ambiente o resultado y sí de su trabajo. El motor de esa confianza es el entrenador y su entorno, siendo fundamental alimentar objetivos deportivos realistas, centrado en el rendimiento del jugador y permitiendo que tanto las derrotas como las victorias sean vías de aprendizaje. El fracaso no existe como término en la formación de cantera y sólo se acercaría a esa sensación, cuando un chico con valores, inquietudes e ilusiones se nos va de las manos y deja el deporte, ese sentimiento de pérdida y cuestionarnos qué podríamos haber hecho de manera diferente, nos sobrevuela en la mente en esos momentos.
Igualmente importante en la mejora de la comunicación del entrenador con sus jugadores, es la necesidad de abordar los aspectos relacionados con la comunicación no verbal y la comunicación paralingüistica. La idea es que comunicar no es sólo decir con palabras sino también transmitir intenciones e ideas con nuestro cuerpo, mostrando actitudes y criterios cuando nos comunicamos con nuestros jugadores. Saber manejar la mirada, los gestos corporales, así como el tono, volumen, latencia y velocidad de nuestras palabras, por ejemplo en un vestuario o tiempo muerto, favorecerá una mejor consecución de los objetivos deportivos propuestos. 2
Una vez que conocemos nuestros límites a través del autoconocimento y aspectos más sociales de la Inteligencia emocional, conseguimos un mejor ajuste
de
nuestras
emociones.
Si
además
fomentamos
una
mejor
comunicación con nuestros jugadores jóvenes gestionando la comunicación no verbal y paraligüistica, estamos en un punto adecuado de equilibrio que nos permiten desarrollar herramientas psicológicas para la intervención con el equipo en distintos contextos; entrenamientos, partidos, torneos… etc.
Las herramientas psicológicas perseguirán aumentar en el jugador su motivación, autoconfianza, autoestima, mejorar la atención, fomentar la cohesión de grupo y apoyar en situaciones difíciles entre otras.
Herramientas psicológicas como el reforzamiento; positivo, negativo, social y material, junto a herramientas centradas en la corrección de errores, mediante feedback positivo y negativo (técnica del sándwich), la búsqueda de preguntas durante los entrenamientos que favorezca las respuestas de los deportistas, puede ayudar a que los jugadores/as crezcan deportivamente de manera saludable, anticipando las consecuencias de sus elecciones dentro y fuera del campo. En éste sentido debemos hacer pensar a los jugadores jóvenes a que tomen decisiones por ellos mismos, fomentado la atención en los entrenamientos y orientándolos en sus decisiones favoreciendo su reflexión y pensamiento activo durante el juego.
Las conductas deportivas de los jóvenes jugadores, serán la clave a observar y valorar por parte del entrenador de manera que se pueda acelerar su proceso de aprendizaje deportivo. Estas conductas serán las medidas operativas de los objetivos propuestos al inicio de la temporada y de nuestro modelo de valores deportivos que subyacen en nuestro planteamiento como equipo. Así por ejemplo, valores como el compromiso de todos será el punto de partida, le seguirán los objetivos deportivos que definan el planteamiento defensivo pudiéndose así visualizar y medir por el trabajo de ayudas defensivas de los deportistas favoreciendo una buena defensa.
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En una 茅poca de perdida de valores y en el que la educaci贸n reglada pierde fuerza, la formaci贸n deportiva debe apoyar esas dificultades formando y ayudando a construir j贸venes deportistas que lleguen a adultos con gran autocontrol, confianza en ellas/os mismos, asertivos y con alta competencia social que les permita aportar y sumar en sus vidas tanto deportivas como personales/sociales.
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