FORMACION DE BASES- DIRECTOR DE JUEGO

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CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN BALONCESTO. FORMACIÓN DE DIRECTORES DE JUEGO. LOS BASES

CURSO DE ESPECIALIZACIÓN. FORMACIÓN DE DIRECTORES DE JUEGO

ESCUELA NACIONAL DE ENTRENADORES


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ORGANIZACION DEL CURSO 1. OBJETIVOS. 1.1. FORMATIVOS. Proporcionar unos conocimientos complementarios a los entrenadores a modo de formación continua y actualizada. Los temas de estos cursos de especialización vienen a profundizar en determinados conocimientos de actualidad y relacionados con las inquietudes del momento del baloncesto español.

1.2. ACADÉMICOS. Estos cursos también están destinados a facilitar una formación obligatoria dentro de los bloques de prácticas de los cursos federativos. No obstante, no son excluyentes hacia el resto de los entrenadores que deseen una formación continua.

1.3. INSTITUCIONALES. Mediante un modelo de formación atractivo, la F.E.B., puede liderar y encauzar las inquietudes y necesidades de formación de jugadores y entrenadores del baloncesto español. El modelo propuesto es de mayor flexibilidad de temas y de una mayor interacción entre los entrenadores que reciben los contenidos y los profesores que los imparte. Es un modelo, mucho más dinámico que el tradicional modelo de clase magistral de conferenciante.

2. ORGANIZACIÓN DEL CURSO. La organización y realización de estos cursos es responsabilidad de las Federaciones Autonómicas. A su vez, La Federación Española proporcionará la ayuda técnica necesaria para la óptima ejecución de dicho curso. Mediante estos cursos se pretende proporcionar una formación continua a los entrenadores. Esta formación continua está organizada de forma presencial y no presencial.

2.1. ORGANIZACIÓN TEMPORAL. El modelo propuesto consta de dos partes. Una presencial y otra no presencial. Los contenidos pueden cuantificarse en un crédito (1 CRÉDITO = 10 HORAS) 2.1.1. Parte presencial. La parte presencial puede desarrollarse a lo largo de 4 HORAS, las cuales podemos distribuir en tres partes por este orden: •

1 hora y 30 minutos, desarrollados en una clase teórica sobre los contenidos del curso.

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30 minutos. Una vez desarrollados los contenidos, se expone de forma más práctica un video sobre los contenidos. Este sería el video confeccionado por el área de prensa de la F.E.B.

2 horas de carácter práctico. En este horario, el profesor puede responder más específicamente a las posibles cuestiones que planteen los alumnos y profundizar en aquellos temas que crea más conveniente.

Igualmente se desarrolla un TALLER PRÁCTICO en el cual los alumnos, individualmente o en grupo, desarrollan una serie de prácticas y ejercicios consecuentes con los contenidos. Este taller implica más participación de los alumnos y toma de decisión. Igualmente, facilita la interacción ALUMNO - ALUMNO; PROFESOR - ALUMNO.

HORA 9:30 (16:30) 9:40 – 11:00 (16:40 – 18:00) 11:00 – 11:15 (18:00 – 18:15) 11:15 – 12:45 (18:15 –19:45) 12:45 – 13:30 (19:45 – 20:30)

CONTENIDOS

INSTALACIÓN

PRESENTACION VIDEO Y CLASE TEORICA

AULA O PABELLON

DESCANSO CLASE PRÁCTICA

PABELLÓN

DEBATE

PABELLÓN

2.1.2. Parte No presencial. El contenido horario de esta parte se cuantifica en 6 HORAS. Se debe desarrollar antes y después de la parte presencial. Para ello, los alumnos deben disponer de los textos con antelación suficiente como para que puedan asimilarlos suficientemente. Este tiempo debe ser al menos de 15 días. Posteriormente a la parte presencial, los alumnos deberán desarrollar una memoria de la actividad en el que se incluyan una serie de ejercicios acordes con los contenidos y propuestas de formación sobre el tema.

2.2. EVALUACIÓN. Para tener éxito con este modelo, se debe conseguir un grado adecuado de participación por parte de los alumnos. Por ello, entendemos que para recibir un certificado de superación, los alumnos deben asistir obligatoriamente a la parte presencial, al igual que deben realizar todas aquellas actividades propuestas en la parte no presencial. Dichos trabajos pueden ser calificados por el propio profesor del curso o por profesores de las escuelas autonómicas o de la escuela nacional.

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2.3. PROFESORADO. Los profesores que impartan estos cursos pueden ser desde profesores de escuelas autonómicas, escuela nacional, entrenadores de prestigio a jugadores de una gran trayectoria deportiva en el puesto específico. No obstante, debemos huir de proporcionar una formación aislada y desconexa. Por ello, es importante que los profesores que sean asignados tengan unos criterios comunes de que contenidos hay que proporcionar y de que forma. Hay que recordar que estos contenidos han sido diseñados de forma consensuada con un gran número de técnicos. Esto no condiciona la libertad de cátedra y a su vez da coherencia a la formación de los entrenadores en todas las federaciones autonómicas.

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CONTENDIOS DEL CURSO Es importante resaltar que los contenidos con los que se confecciona este curso están consensuados con los entrenadores y técnicos que están más implicados en la formación de jugadores. Estos técnicos, han desarrollado unas conclusiones en las jornadas de formación de jugadores I y II en las que determinan cuales son los aspectos más relevantes a tener en cuenta en la formación, selección y desarrollo de jugadores con proyección. Las conclusiones, aún sin desarrollarse, se pueden establecerse en tres bloques de contenidos:

1. NECESIDADES BÁSICAS EN LA DIRECCIÓN DEL JUEGO. Destinado a proporcionar a los entrenadores las herramientas básicas para detectar en sus jugadores las cualidades básicas en los BASES. Cualidades psicológicas como la voluntad, determinación, liderazgo, personalidad, etc., no son fáciles de entrenar pero si se pueden detectar y potenciar a aquellos jugadores que ya las posean.

1.1. Cualidades psicológicas para un gran director de juego. 1.1.1. Objetivo primario. El deporte. 1.1.2. Explotación plena del talento. 1.1.3. Relajación - activación. 1.1.4. Competitividad. 1.1.5. Seguridad y confianza. 1.1.6. Autocontrol. 1.1.7. Autoconocimiento. 1.1.8. Capacidad de concentración.

1.2. Cualidades de relación con el equipo. 1.2.1. Comunicación dentro del grupo. 1.2.2. Cualidades de liderazgo deportivo. 1.2.3. Liderazgo del director de juego en el grupo deportivo.

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2. CAPACIDADES TÉCNICAS EN EL DESARROLLO DEL JUEGO. Resaltando los aspectos ofensivos básicos como el bote, el tiro y especialmente el pase. El director de juego no solo debe saber dominar estos fundamentos individuales, sino que además debe saber aplicarlos con inteligencia, interpretando las acciones del juego y proporcionar a sus compañeros las acciones más acertadas en cada momento (contraataque, ataque posicional, equilibrio juego interior-exterior, etc.) En cuanto a los aspectos defensivos, resaltar la inteligencia y anticipación de las acciones antes que el poderío físico. La mayor virtud de estos jugadores debe ser la inteligencia aplicada al juego.

2.1. Cualidades físicas relacionadas con el puesto. 2.1.1. Dimensiones antropométricas en relación a realización de acciones técnicas. 2.1.2. Velocidad de reacción y gestual en relación a las acciones técnicas.

2.2. Capacidades y dominio de las técnicas específicas. 2.2.1. Dominio y aplicación de los diferentes tipos de pases. 2.2.2. Dominio y aplicación de los diferentes tipos de botes. 2.2.3. Tipos de lanzamientos en relación al puesto específico. 2.2.4. Dominio y aplicación del Bloqueo Directo 2.2.5. Dominio del juego del 1x1 y del 2x2 2.2.6. Capacidades defensivas del uno contra uno. 2.2.7. Importancia del base reboteador. 2.2.8. Ayudas defensivas. 2.2.9. Anticipación defensiva.

2.3. Interpretación adecuada del juego. 2.3.1. Elección de realización sistemas de juego de ataque más adecuado. 2.3.2. Elección de realización sistemas de juego de defensa más adecuado. 2.3.3. Interpretación del contraataque:

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a) Inicio. b) Avance. c) Finalización. 2.3.4. Interpretación adecuada en relación a: a) Elección del ritmo de juego adecuado b) Tener en cuenta al compañero más acertado en ataque y al defensor en peores condiciones c) Opción más conveniente en función de tiempo y marcador. d) Determinación de las decisiones más adecuadas en función de ajustes defensivos específicos. e) Opción de decisiones estratégicas colectivas en momentos específicos.

3. COMUNICACIÓN ENTRENADOR – DIRECTOR DE JUEGO. Los bases son la extensión de los entrenadores en el campo. Por ello, debe entender y conocer absolutamente las intenciones del entrenador en los entrenamientos y las competiciones. Las técnicas de comunicación y estrategias de motivación y confianza son imprescindibles para conseguir que los jugadores en formación adquieran suficiente independencia ante las decisiones en el juego.

3.1. Componentes de la comunicación. 3.1.1. Contenidos 3.1.2. Transmisión de las intenciones. 3.1.3. Comunicación verbal y no verbal 3.1.4. Interpretación de la información por parte de los jugadores 3.1.5. Respuestas del base a los mensajes recibidos.

3.2. Formas de comunicar. 3.2.1. Director de juego con el entrenador. 3.2.2. El entrenador con el director de juego. 3.2.3. El director de juego con el resto de los jugadores. 3.2.4. Personalizar la comunicación

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3.2.5. Razones de la ineficacia de las comunicaciones 3.2.6. Reuniones del entrenador con el director de juego a) Reunión al comienzo de la temporada. b) Reunión a mediados de la temporada. c) Reunión previa a partidos relevantes o campeonatos.

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4. NECESIDADES BÁSICAS EN LA DIRECCIÓN DEL JUEGO. Existen algunos aspectos en las capacidades individuales de los directores de juego que son difícilmente entrenables. Estos aspectos no solo son cualidades innatas o genéticas que no se pueden modificar con el entrenamiento, sino que partiendo de capacidades dadas por el jugador, los entrenadores podemos detectar la magnitud de las mismas y además podemos optimizar las cualidades conducentes a la mejora del rendimiento. Estas capacidades van evolucionando con los procesos de madurez de los individuos a lo largo de su vida deportiva. Igualmente, los entrenadores debemos y detectando estas variaciones ya que hechos en la vida personal y deportiva de los jugadores condiciona ineludiblemente estos aspectos. Para finalizar, entendemos que ciertos aspectos son objeto de entrenamiento por profesionales del ámbito específico, como son los psicólogos deportivos. Desde estos pequeños apuntes no se pretende desarrollar en profundidad esta ciencia, sino presentar de forma esquemática las posibles actuaciones y capacidades de estos jugadores para la optimización de su rendimiento.

4.1. Cualidades psicológicas para un director de juego. Como hemos mencionado anteriormente, no se puede considerar que estas cualidades psicológicas permanecen inalterables a lo largo de la vida deportiva de los jugadores. Igualmente, son en algún grado, entrenables, pero siempre, partiendo de unas magnitudes propias del individuo. La experiencia en entrenamiento de diferentes técnicos manifiestan que, las conductas de comportamiento que presentan los directores de juego en las competiciones y entrenamiento son características. Esto no quiere decir obligatoriamente que dichas conductas deportivas sean reflejo directo de sus conductas humanas en la vida cotidiana. Es muy posible encontrar directores de juego introvertidos en su vida personal, pero con una gran capacidad de liderazgo, creativos, con lo que algunos entrenadores definen como con cierto descaro en el juego. En lo que a los técnicos no ocupa, es conocer como se pueden potenciar estas cualidades psicológicas en busca del óptimo rendimiento, no solo del propio jugador, sino del grupo deportivo o del equipo. 4.1.1. Objetivo primario. El deporte. El baloncesto es un deporte de colaboración y oposición. Esto significa que constantemente los jugadores deben interpretar correctamente las acciones de los compañeros y los rivales. Los entrenadores, desde nuestra posición externa a las acciones de juego y gracias a nuestra experiencia y conocimiento podemos realizar los análisis más adecuados. Mucho más difícil es analizar las intenciones de los compañeros y rivales en el mismo momento que se están realizando y además en un estrés físico importante. Los jugadores que mejor deben realizar estos análisis son los directores de juego, los bases, que interpretan constantemente las circunstancias del juego y en función éstas (marcador, jugadores en racha, tiempo de juego, puntos fuertes y débiles del equipo propio y rival, etc.) toman decisiones sobre las actuaciones más adecuadas.

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Esto implica por parte del director de juego un constante pensamiento sobre las características y acciones del juego, no solo cuando juega sino cuando no lo hace. No obstante, este no es un pensamiento abstracto, es lo que Sampedro, J. (1999) denomina inteligencia motriz en el pensamiento táctico. Este pensamiento táctico no es generalista. Debe ser adatado y aplicado a las acciones y reglamentaciones del baloncesto. Igualmente, es entrenable, pero es evidente que podemos determinar que no todos tenemos esta capacidad de pensamiento en espacio y tiempo. Es decir, existen jugadores más “inteligentes” tácticamente que otros y por otra parte, los cocientes de inteligencia tradicionales no miden esta capacidad de pensamiento motriz. Existen diferentes teorías sobre el control de las acciones en actividades deportivas. Por lo que respecta al baloncesto, podríamos señalar la teoría del modelo híbrido o “Teoría del Esquema” propuesta por Schmidt (1975). Esta teoría propone que los jugadores/as pueden aprender y almacenar en su memoria ciertos esquemas motrices generales, a partir de los cuales se pueden generar, en función de la situación y el ambiente, nuevos programas motores específicos. Básicamente se trata de concretar un esquema motor general a una determinada situación a través de un programa motor específico.

Especificaciones de respuesta

PERCEPCIÓN DECISIÓN ELECCIÓN DE RESPUESTA

ESQUEMA MOTOR GENERAL

Programa motor específico

EJECUCIÓN Retroalimentación. FEED-BACK RESULTADO

Representación esquemática de la “Teoría del Esquema” propuesta por Schmidt. En Ruiz y S. Bañuelos (1997)

El máximo desarrollo de estas capacidades sólo es comprensible con el máximo compromiso del jugador. Es decir, un jugador desarrollará mas o menos su inteligencia motriz en tanto en cuanto más o menos importancia le dé el mismo al deber de desarrollar y entrenar esta capacidad. Esto solo se realiza con el entrenamiento. Por lo tanto, la determinación del propio jugador por mejorar es crucial en el desarrollo del jugador. 4.1.2. Explotación plena del talento.

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En lo que se refiere a este apartado, expondremos la explotación del talento a partir de propiedades de la personalidad del director de juego. Sobre los diferentes estudios realizados sobre la personalidad en el ámbito del deporte destacamos dos de las inquietudes más importantes: a) ¿Son necesarias determinadas características de personalidad para practicar un determinado deporte? b) ¿La práctica de un determinado deporte produce cambios en la personalidad de los deportistas, y si es así en que grado? En cuanto a la primera pregunta, parece intuitivo que si son necesarias determinadas capacidades de personalidad para desempeñar el puesto de base. Si parece razonable que son necesarias una serie de cualidades físicas, porque no va a ser necesario unas aptitudes psicológicas. No obstante, las investigaciones en este ámbito (Coleman y Griffith (1926,1928) Ogilve (1968), Tutko, Lyon y Ogilve (1969) y Mogan (1978, 1980)), no demuestran que no existen perfiles psicológicos por especialidades deportivas (y mucho menos por puestos específicos dentro del deporte). Es decir, las cualidades generales de personalidad tienen poca relación con la propensión a participar y mucho menos a obtener éxito deportivo en determinadas especialidades. Sin embargo, es mucho más fácil predecir (sin la absoluta certeza) quién no será un gran jugador de alto nivel en vista de alguna carencia. Por ejemplo, un jugador joven fácilmente desmoralizable, sin la necesaria ambición por la mejora o la insuficiente capacidad de esfuerzo o constancia. Por lo que respecta a la segunda pregunta. Las investigaciones en el ámbito de la salud mental han determinado que si se obtienen mejoras y cambios por la practica de determinadas actividades deportivas. Si planteamos que el medio social es capaz de modificar nuestras conductas humanas, podemos entender que el deporte es una más de estas conductas. La mayor o menor dedicación a esta actividad puede afectar en mayor o menor medida el desarrollo de ciertas cualidades de la personalidad, como la capacidad de liderazgo, el valor del esfuerzo, etc. No obstante, al igual que puede potenciar dichas cualidades, el deporte de alto rendimiento puede tener un carácter “deformador” de la personalidad promoviendo la competitividad exagerada, la no aceptación de la derrota, la intolerancia ante los errores de compañeros, etc. En los estudios realizados por Morgan (1980), si se establecen diferencias entre población sedentaria y deportistas de alto nivel (remeros) en relación a estados de ánimo. Morgan, determinó que los deportistas presentaban mayor grado de determinación o voluntad que la población general y sin embargo presentaban menores niveles de tensión, fatiga, irritabilidad o confusión en sus tareas que la población sedentaria. La determinación y voluntad si podría ser un indicador de obtener el máximo rendimiento de su proceso de entrenamiento. Es decir, es destacable y perceptible la capacidad que tiene un determinado jugador por explotar al máximo su rendimiento. La capacidad de ser entrenado al máximo y entrenar en un equipo al máximo de las capacidades posibles. En nuestra experiencia como entrenadores, hemos visto muchas veces estas conductas en los directores de juego acordes con esta capacidad. Son muy exigentes con sus actuaciones responsabilIzándose del curso del equipo y para ello solicitan de sus compañeros ese máximo esfuerzo. 4.1.3. Relajación - activación.

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En los diversos textos de bloque común y específico de los cursos de entrenador de baloncesto se desarrolla claramente la necesidad de desarrollar por parte del jugador un nivel adecuado de activación para la obtención del mejor rendimiento. Es evidente que algunos jugadores rinden más en entrenamiento que en competición. El miedo al fracaso pude condicionar en gran medida el rendimiento en competición. En muchas ocasiones, los directores de juego, se sientes excesivamente responsabilizados de las actuaciones del equipo. Esto, sin duda puede afectar a su capacidad de relajación en determinados momentos. Para ello, los bases deben asumir un grado de responsabilidad aceptable, y nunca por encima del determinado por el entrenador. Es éste, según las capacidades del propio jugador, quién deba hacer descansar en él más o menos carga para proporcionar la tensión adecuada. Por lo tanto, hay que evitar un grado de ansiedad que condicione las decisiones del jugador. Es inevitable sentir temor a fracasar, estar preocupado por el resultado de una competición, pero los directores de juego, en definitiva son, o deben ser, los jugadores que mejor dominen y controlen su temor y ansiedad. Esto, inevitablemente condiciona la seguridad del grupo ante dicho reto. Muchas veces, hemos apreciado que cuando el base se siente excesivamente presionado, transmite esa ansiedad al resto de los jugadores. Si esto ocurre, es evidente que la conducta contraria, puede ayudar al resto de jugadores con demasiada ansiedad con controlar dentro de la propia competición su grado de temor al fracaso, siempre y cuando aprecie en el director de juego un mayor autocontrol. Es decir, el control y la seguridad de un jugador puede proporcionar menor estado de ansiedad al resto. Esto no quiere decir que los bases sean jugadores que compitan absolutamente relajado, sino que puedan dominar la tensión, alcanzando un grado de excitación óptimo para el mejor rendimiento. 4.1.4. Competitividad. Es palpable el hecho que existen jugadores que disfrutan de la competición mas cuando el logro del éxito es mas difícil. Esto es una conducta humana habitual, pero que se destaca más en determinadas personas. El gusto y disfrute por competir, por vencer, por superar un reto difícil, supone un grado de disfrute y entusiasmo elevado. Evidentemente, un reto de gran dificultad conlleva, por un parte, un gran éxito si se alcanza pero por otra parte, un gran temor ante el fracaso. No obstante, la magnitud de estos dos aspectos no es la misma. Existen estudios que demuestran una correlación inversa entre estas dos variables. En tanto cuanto, sea mayor el deseo de éxito y triunfo, es mucho menor el temor a la derrota. Existen jugadores, que dichos retos suponen motivaciones extras y afrontan dichos retos desde la perspectiva del deseo del éxito. Los responsables en la dirección de juego deben manifestar el deseo de éxito e intentar transmitir ese deseo al resto del grupo. Esto minimiza el temor al fracaso de algunos jugadores. 4.1.5. Seguridad y confianza. Estos dos conceptos se basan en un conocimiento objetivo de las posibilidades individuales y del equipo. Las expectativas de éxito tiene mucho que ver con los pensamientos positivos y la seguridad, pero basado en las capacidades objetivas. Los jugadores que hacen el mejor análisis de las capacidades propias y del equipo que

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dirigen deben ser los bases. De poco sirve pensar que un mismo el mejor jugador del mundo y que su equipo puede ganar a cualquiera (mucha seguridad y confianza en si mismo), si nunca se ha conseguido ningún triunfo relevante. Basándose en este conocimiento próximo a la realidad es crucial el pensamiento positivo en superar determinados retos. Si por el contrario un transmite dudas o desconfianza ante la posibilidad de superar un reto asequible, esto minimizará las posibilidades de rendimiento del equipo y de cada jugador. Cuantas veces, en algún tiempo muerto, los entrenadores decidimos una jugada de últimos minutos para que un determinado jugador lance a canasta. Cuando damos las instrucciones y señalamos al jugador con la expresión “la tiras tu”, podemos percibir la seguridad que manifiesta en si mismo (alguna vez nos ha pasado que contestan con un: “¿yooooo?”. Esto es una información tangible que dicho jugador no confía en su actuación siendo objetivamente el más adecuado para lanzar. Los directores de juego no deben ser personas que crean que pueden conseguir cualquier cosa, con excesivo grado de confianza o seguridad. Deben se suficientemente objetivos para valorar las circunstancias y mantener y transmitir un planteamiento positivo hacia determinados retos objetivamente alcanzables. Básicamente, deben mantener posturas subjetivamente positivas, basadas en conocimientos objetivos. 4.1.6. Autocontrol. Esta es una de las cualidades mas importantes del director de juego. El base es un jugador que debe interpretar las acciones de compañeros y adversarios y a su vez estimar las acciones mas importantes en función de determinadas circunstancias del juego. Esto supone un elevado control de diferentes variables de juego (jugador en racha, jugador con muchas faltas, virtudes y defectos defensivos de sus rivales, no solo de su defensor directo, etc..) Pero también puede pasar que la sensación de falta de control de estos aspectos conduzca a un sentimiento de falta de autocontrol. El hecho del entrenamiento de diferentes situaciones intentando manejar las diferentes variables puede, sin lugar a dudas, ayudar al entrenamiento de autocontrol. Sin embargo, la pérdida de control circunstancias del juego no es la única que puede modificar la sensación de autocontrol. Otros circunstancias externas al juego, (público, medios de comunicación, errores arbitrales, etc.) puede condicionar y afectar al propio control del individuo y por lo tanto al resto de las circunstancias del juego. Es necesario que dichas circunstancias se contemplen para evitar que afecten en mayor grado al sentimiento de autocontrol. Es una conducta humana el excusar la perdida de autocontrol por los aspectos anteriormente mencionados, como si eso fuera suficiente justificación. Debemos huir de eso. 4.1.7. Autoconocimiento. Como hemos visto anteriormente, tiene que ver mucho con el aspecto de seguridad y confianza. El autoconocimiento implica una evaluación constante y objetiva de las conductas en entrenamiento y competición, valorando las actuaciones, el proceso y el resultado de las mismas. Una evaluación objetiva y consciente de las aptitudes propias y del equipo conducen a un proceso de mejora más rápido, ya que los jugadores focalizan más la atención en aquellos procesos de entrenamiento más importantes.

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Evidentemente, los directores de juego deben realizar estas valoraciones sobre sus capacidades, pero es necesario que también lo realicen sobre las capacidades del equipo ya que sobre éstas podrá explotar más sus virtudes y esconder mejor los posibles puntos débiles. Estos jugadores, identifican antes los errores y además conocer mejor los mecanismos de corrección de esos errores. Cuántas veces hemos visto a nuestros bases dar instrucciones concretas a algún jugador sobre sus actuaciones en entrenamiento y competición. Esas instrucciones normalmente no solo conllevan el aviso del error, sino que además proporcionar al resto del equipo unas posibles soluciones. 4.1.8. Capacidad de concentración. Esta facultad está íntimamente relacionada con la anterior. La capacidad de prestar atención a los aspectos relevantes del juego es determinante para proporcionar soluciones adecuadas. Concentrarse es focalizar la atención exclusivamente en aquello que es relevante para el rendimiento. Sin embargo, como hemos visto anteriormente, hay una gran cantidad de variables a controlar dentro del juego. Sería, por lo tanto, ideal poder mantener una elevada atención a un elevado número de variables. Según los estudios sobre fijación de la atención, esto es prácticamente imposible. Aunque existen jugadores que son capaces de mantener atención a un determinado número de variables, éstos son reducidas con respecto al juego. Por lo tanto, no es tan importante mantener una elevada atención a un número reducido de elementos, sino el poder determinar y priorizar en cada momento, en aquellos elementos del juego en los que focalizar la atención. Es decir, elegir que hay que fijarse en cada momento para tomar las decisiones adecuadas. Pero como todo comportamiento humano, esta atención y concentración no es constante ni inalterable. Por lo tanto, es necesario tener recursos que nos permitan recuperar la atención, pero no genéricamente, sino en determinados elementos del juego. Los bases, son en muchas ocasiones los que mejor priorizan a la hora de focalizar la atención en los elementos del juego mas importante para cada momento y en muchas ocasiones proporcionan a sus compañeros los mensajes necesarios para que éstos fijen su atención el los aspectos importantes.

4.2. Cualidades de relación con el equipo. Las relaciones que se dan en un equipo de baloncesto son, sin duda, muy complejas. En la constitución del equipo convergen ciertos factores (fichajes de jugadores expertos y veteranos, jugadores jóvenes, jugadores en proceso de formación, clasificación, historia, entorno social etc.), por lo que no podemos definir un grupo sin las circunstancias que lo conforman. Es decir, un mismo grupo en circunstancias diferentes se comporta de diferente forma. Uno de los aspectos mas importantes es la estructura de organización del grupo deportivo o equipo. Esta organización son el conjunto de normas y roles que se generan dentro del equipo. De manera que los jugadores que componen un equipo se reparten diferentes responsabilidades y funciones con el objetivo de alcanzar el fin común. Esto hace que la referencia del grupo se anteponga a los intereses individuales.

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Como hemos visto, no todos los jugadores desempeñan las mismas funciones y sobre ellos descansan diferentes grados de responsabilidad. Esto importante, ya que los directores de juego son en gran medida los que asumen parte de las decisiones de la forma de juego del equipo en situaciones concretas. Una vez constituido el equipo o grupo, es de crucial importancia para un rendimiento óptimo que cada jugador asuma su papel específico. A esto lo denominamos cohesión de equipo. Para Carron (1982), esta cohesión de equipo sería: “El proceso dinámico que se refleja en la tendencia a unirse y mantenerse unidos en la búsqueda de metas y objetivos”. En definitiva, anteponer los intereses del grupo a los individuales. No obstante no podemos determinar absolutamente que una mayor cohesión determine mejores resultados deportivos, ya que estos últimos están mediatizados por otros muchos factores, pero parece evidente que si pudiéramos aislar dichos factores es razonable pensar que se obtendría mejores resultados. 4.2.1. Comunicación dentro del grupo. Es evidente que dentro del equipo los canales de comunicación no surgen espontáneamente. Dentro de un equipo de baloncesto, el entrenador no puede estar solventando constantemente los conflictos y problemas que se dan en el entrenamiento. Estos conflictos no son meramente personales, sino que habitualmente tienen una naturaleza de comprensión del juego e interpretaciones personales sobre las actuaciones individuales. A menudo son malos entendidos sobre lo que cada jugador debe realizar en situaciones concretas. Como se ha tratado anteriormente, los directores de juego deben poseer cualidades de análisis e interpretación adecuada del juego elevadas. Por ello, deben transmitir en determinados momentos mensajes a los compañeros para conseguir minimizar las interpretaciones equívocas del resto de jugadores. Si los bases, no realizan estas funciones y dejan en manos del entrenador el absoluto control de estas situaciones, es muy posible que se produzca un falta de comunicación y sobre lo que se espera de cada jugador en cada situación ya que no podemos como técnicos realizar todas las correcciones posibles. Esto, además de provocar un desgaste excesivo del entrenador, limita en alguna medida la relación de cohesión del grupo. El base no de “mandar instrucciones” de “hacer ver” a sus compañeros las mejores opciones. Esto, sin duda reforzará la imagen de líder deportivo dentro del equipo. Para ello debe respetar tres normas básicas. Lorenzo (2000): a) La comunicación es un proceso dinámico de ida y vuelta, pues no solo consiste en transmitir mensajes sino también en recibirlos e interpretarlos. Los bases deben saber “escuchar” a sus compañeros e interpretar sus mensajes. b) La comunicación se basa en mensajes verbales y no verbales. En el ámbito deportivo, mas del 70% de los mensajes corresponden con comunicación no verbal. Los gesto y la entonación es de vital importancia para transmitir los mensajes. c) La comunicación está compuesta por tres elementos: CONTENIDOS (es la información), MOTIVACIONES (el grado de deseo o temor que conlleva las actuaciones relacionada con el mensaje) y EMOCIONES (vivencia placentera o displacentera en el echo de la transmisión).

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COMUNICACIÓN CONTENIDOS

EMOCIÓN MOTIVACIÓN

4.2.2. Cualidades de liderazgo deportivo. El liderazgo se podría definir como la capacidad de las personas de influenciar en el comportamiento de los individuos y de los grupos para conseguir objetivos. En el ámbito del baloncesto, es fácil identificar directores de juego que han sido líderes deportivos en sus equipos y en selecciones nacionales. No obstante, es mucho más difícil determinar las circunstancias que les han convertido en líderes. Lorenzo, (2000) determina una serie de características en la definición de los líderes deportivos: a) ENTUSIASMO. Debe creer firmemente en lo que hace y dice y poder transmitir ese entusiasmo al resto del equipo. b) INTELIGENCIA. Lo que en el primer capítulo hemos definido como inteligencia táctica, es imprescindible para solventar los problemas de juego que se dan en la competición. Pero, quizá sea necesaria otras cualidades de inteligencia en cuanto a relaciones personales y detección de indicios dentro del propio grupo. La anticipación de intenciones de los miembros del grupo hace que se puedan dar respuestas adelantadas ante posibles problemas. c) AMBICIÓN. El deseo de superación del individuo y del grupo que lidera es esencial para la optimización del rendimiento. El líder se exige a él y al grupo el máximo esfuerzo en las realizaciones colectivas. d) FLEXIBILIDAD. Es necesario adecuar cada una de las cualidades del líder para cada situación y cada momento, respondiendo a las expectativas del grupo cuando lo demande. e) FIRMEZA. En el sentido que sus decisiones son meditadas y valoradas. El cuestionamiento de las decisiones del líder constantemente hace que pierda legitimidad ante sus decisiones o aportaciones al grupo. f) OPTIMISMO. Deber ser objetivo ante las situaciones y valorarlas lo más precisamente posible. Una vez realizado este análisis debe proporcionar la visión más positiva posible en alcanzar los objetivos previstos. Este aspecto lo explica perfectamente una frase de Winston Churchill: “Los pesimistas ven dificultades en cada oportunidad, los optimistas ven oportunidades en cada dificultad”.

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g) EMPATÍA. El líder debe saber ponerse en la situación de los demás miembros para entender sus comportamientos, conociendo sus cualidades y defectos y valorando las circunstancias del momento y situación. h) AUTOCONFIANZA. Como lo hemos desarrollado anteriormente, el líder debe estar seguro que sus decisiones y actuaciones son las más adecuadas para el grupo. 4.2.3. Liderazgo del director de juego en el grupo deportivo. Basándonos en el modelo multidimensional de Chelladurai (1980) de liderazgo deportivo, los elementos constitutivos en el liderazgo deportivo se fundamentan en: CONDUCTA REQUERIDA DEL LIDER. Sería la conducta esperada por los bases ante determinadas situaciones. Es decir, lo que se espera que hagan los directores de juego ante diferentes situaciones en competición y entrenamiento. La forma de comunicar y relacionarse con el resto del grupo. CONDUCTRA PREFERIDA DEL LIDER. El grupo o equipo también tiene sus preferencias en función de su constitución e intereses acerca de las actitudes y comportamientos del líder, especialmente aquellas conductas relacionadas con ellos. CONDUCTA REAL DEL LIDER. Son los comportamientos reales del líder en sus actuaciones. Las habilidades concretas y como resuelve los problemas que se presentan. RENDIMIENTO Y SATISFACCIÓN. La coincidencia de lo esperado y lo real provoca un determinado grado de satisfacción del grupo con respecto del líder y posiblemente el rendimiento del grupo con respecto a las actuaciones y decisiones del propio líder. ANTECEDENTES DEL LIDERAZGO. Serían las condiciones previas y actuaciones anteriores del líder en el mismo grupo o en otros diferentes. En determinados grupos en los que adquieren un líder nuevo (fichaje), el grupo tiene un conocimiento de formas de actuación del propio líder. CONSECUENCIAS DEL LIDERAZGO. Según Chelladurai estima que los jugadores que reciben el etilo de entrenamiento, instrucción y trato que prefieren, el resultado y rendimiento es el óptimo. ANTECEDENTES

CONDUCTA DEL LIDER

Características situacionales

Conducta requerida

Características del líder.

Conducta actual

Características del resto de jugadores

Conducta preferida

CONSECENCIAS RENDIMIENTO Y SATISFACCIÓN

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5. CAPACIDADES TÉCNICAS EN EL DESARROLLO DEL JUEGO. Resaltando los aspectos ofensivos básicos como el bote, el tiro y especialmente el pase. El director de juego no solo debe saber dominar estos fundamentos individuales, sino que además debe saber aplicarlos con inteligencia, interpretando las acciones del juego y proporcionar a sus compañeros las acciones más acertadas en cada momento (contraataque, ataque posicional, equilibrio juego interior-exterior, etc.) En cuanto a los aspectos defensivos, resaltar la inteligencia y anticipación de las acciones antes que el poderío físico. La mayor virtud de estos jugadores debe ser la inteligencia aplicada al juego.

5.1. Cualidades físicas relacionadas con el puesto. Este es quizá uno de los aspectos mas fácilmente cuantificables en la selección, detección y formación de los directores de juego. El componente físico es un factor más en la valoración de las aptitudes de los bases pero, no podemos decir que sea el definitivo. Existen diferentes estudios (Rodríguez Alonso (1997), Refoyo, I (2001), Colli y Faina (1982), Hernandez Moreno (1988), que diferencian claramente entre la características de estímulos físicos por puesto específicos. Acorde con este argumento podemos aportar una serie de datos que pueden clarificar la naturaleza del esfuerzo en competición de los bases. Por lo que respecta a la distancia, los bases son los jugadores que recorren más metros en comparación con el resto de los puestos específicos (entre 5000 y 6000 metros). Igualmente, presentan frecuencias cardiacas medias más altas que el resto de los jugadores (180-184 latidos/minuto), que la concentración de ácido láctico en sangre (indicador de metabolismo anaeróbico) es también mayor que para el resto (alrededor de 6,5 mmol/l), pero que los valores máximos de este metabolito es inferior (alrededor de 8,5 mmol/l). Si además de los datos anteriores, contemplamos que los directores de juego son los que, con respecto al resto de puesto específicos, los que poseen un valor de consumo de oxígeno relativo más elevado (entre 55 y 60 ml/kg/min), podemos deducir que los bases son los jugadores que tienen una mayor capacidad de resistencia. No obstante, esta capacidad de resistencia es innata o está condicionada por el tipo de estímulo que tienen que realizar. No hay una respuesta completamente certera pero podemos suponer que ambos aspectos tienen que ver en el resultado final. Los bases debe tener una condición genética suficiente para desarrollar este tipo de cualidad, pero también, la características de los estímulos físicos que realizan cuando juegan, van dirigiendo a lo largo de su vida deportiva y especialmente en su desarrollo su capacidad de resistencia. 5.1.1. Dimensiones antropométricas en relación a realización de acciones técnicas. Las dimensiones corporales son un factor de gran peso en el rendimiento deportivo en el baloncesto. De todos los estudios realizados sobre el tema (Vaccaro, P, et al (1979), Riezebos, et al (1983), Morrow et al (1980), Sinning (1973), parece que el porcentaje de masa grasa adecuado para el óptimo rendimiento ronda entre el 6% al12% en hombre y entre el 8% y el 14% en mujeres. Pero uno de los aspectos mas importantes es la longitud de los segmentos corporales, a la vez que interesa conocer la altura óptima. Lentini, N.A. (1987) estima que los aleros son los jugadores más altos y delgados,

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mientras que los pivots son más altos y fuertes. Los bases se situarían en una situación intermedia, es decir, con un componente longilineo (ectomórfico) importante, pero también con un componente de desarrollo músculo esquelético apropiado (mesomórfico), siendo el de menor importancia el componente graso de la constitución corporal (endomórfico). Pero lo relevante en este apartado es conocer la adecuada relación entre longitud de los segmentos corporales y por analogía, longitud corporal) y velocidad gestual de esos segmentos corporales. Según las leyes físicas en relación a los momentos de fuerza (M), éstos momentos de fuerza, son determinantes en las velocidades de rotación de los segmentos corporales. Es decir, a mayor eje de palanca (longitud del segmento), más fuerza es necesaria para hacer girar dicha palanca o segmento a una velocidad determinada. Por lo tanto, debemos encontrar en los directores de juego el punto intermedio entre suficiente longitud de segmentos corporales, que evidentemente proporcionan mayor ventaja en el juego por su altura, y la velocidad con la que los jugadores son capaces de mover sus propios segmentos. Aunque, como veremos en el siguiente apartado, la capacidad de velocidad está muy condicionada por el porcentaje de fibras musculares rápidas. 5.1.2. Velocidad de reacción y gestual en relación a las acciones técnicas. En cuanto a la velocidad de desplazamiento podemos citar los valores de velocidad de desplazamiento en los siguientes estudios: Estudio

Andando

Colli y Faina (1985)

Trotando

Vel. media

Vel. alta

942

1542

991

Hdez. Moreno (1987)

828

3091

1577

267

Riera (1992)

814

3052

1568

265

Janeira y Maia (1998)

1838

1905

734

478

Distancia recorrida en metros, en función de la velocidad de desplazamiento. Basándonos en estos datos, podemos apreciar que el mayor porcentaje de metros recorridos se realizan a una velocidad intermedia y solo un pequeño porcentaje acoge desplazamientos a altas velocidades. Referidos a la velocidad, hay que añadir que en el estudio de Sampedro, J., y Cañizares, S. (1993) realizando un análisis sobre las distancias recorridas por un base durante partidos de categoría nacional e internacional, el 43% de las acciones se realizaban sobre acciones defensivas y que el 66% de los desplazamientos (2495 m., de un total de 3755 m.) se realizaron a una velocidad superior a 3 m/s. Riera, J. (1992), manifiesta los siguientes porcentajes en relación a la velocidad de desplazamiento y el tiempo: el 50% de tiempo total los desplazamientos se realizan a una velocidad inferior a 1m/s, el 39% del tiempo se realizan desplazamientos entre 1 y 3 m/s y solamente el 11% se realizan desplazamientos superiores a 3 m/s. Por su parte, Fox. E.L., y Mathews, D.K. (1976) determinan que las velocidades de desplazamiento son superiores, encontrando que, el 15% del tiempo total de juego, la velocidad se sitúa entre 3 y 5 m/s y que exclusivamente el 1,25 % supera el los 5m/s.

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En cuanto a la velocidad máxima desarrollada por un jugador en juego, Grosgeorge, B., y Bateau, P. (1988) determinan que nunca se rebasan los 6.94 m/s (25 km/h). Pero quizá lo más clarificador en cuando a manifestaciones de velocidad, Martín Acero, R. (1999), determina que los requerimientos de velocidad de desplazamiento en el baloncesto se refiere a manifestaciones de velocidad de reacción, capacidad de aceleración, resistencia a la velocidad y resistencia a la fuerza rápida . En el mismo sentido, y mucho más importante en el puesto de base, Verma, S., y col. (1979) manifiesta, que el baloncesto requiere velocidad de reacción, velocidad de sprint y resistencia a la velocidad. Es decir, los bases deben poseer una gran capacidad gestual en relación a acciones aisladas y concretas (tiro, pase o bote), debe poseer igualmente, una gran capacidad de reacción ante estímulos de contrarios y compañeros. En este aspecto es interesante incluir el concepto de anticipación deportiva que forma parte ineludible de la inteligencia motriz. Y por último debe poseer una gran capacidad de aceleración y deceleración, especialmente necesaria en cambios de dirección y ritmo, así como en paradas.

5.2. Capacidades y dominio de las técnicas específicas. La primera inquietud que nos aborda en este apartado es el conocer cuál es el nivel óptimo de dominio de técnicas que un director de juego debe dominar. Es decir, ¿es el base el jugador que más dominio debe tener del abanico más amplio posible de técnicas?,o por el contrario, ¿debe ser un “especialista técnico” de los elementos que más utiliza? Es evidente que todos los puestos específicos en el baloncesto deben de cumplir unas funciones específicas de juego. Para ello, se deben dominar unas técnicas específicas para el mejor cumplimiento de estas funciones y estilos de juego de cada jugador. Esto no quiere decir que se procure una formación polivalente en el ámbito del entrenamiento de la técnica, por lo que en la formación de los jugadores se debe atender a este aspecto multilateral. Pero, una vez mencionado estos aspectos, el director de juego es en muchas ocasiones el responsable de tomar unas decisiones estratégicas que deben seguir sus compañeros. Estas decisiones están relacionadas con el ritmo de juego, detectar al compañero con mejor acierto para proporcionarle más lanzamientos, apreciar puntos fuertes y débiles del rival, etc. Estas decisiones, implica, a menudo, que deba solventar un gran número de situaciones diversas, debiendo aplicar unas determinadas técnica. Por todo esto, y teniendo en cuenta que el director de juego debe dominar las técnicas específicas de su puesto, es, entre todos los jugadores, el de mayor dominio y polivalencia técnica

5.2.1. Dominio y aplicación de los diferentes tipos de pases.

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El modelo técnico correcto del pase no se supedita a un modelo determinado, sino al resultado final. Un pase adecuado es aquel que llega a su destino en el espacio adecuado y tiempo preciso. Es evidente que las circunstancias del juego hace improbable que se repitan dos pases idénticos en un partido. Por lo tanto, el aspecto de decisión y anticipación en la “lectura” de movimiento de los compañeros y rivales es, sin lugar a dudas, un elemento importantísimo en la determinación del pase adecuado. Por eso los bases son especialista en proporcionar los mejores pase, no solo por que los ejecutan correctamente, sino que además interpretan adecuadamente las acciones de compañeros y rivales para el balón llegue al lugar adecuado en el momento adecuado, facilitando al compañero la recepción y alejando el balón de los defensores. De las acciones de pase más importantes realizadas por los directores de juego, destacamos: a) INTERIOR. Cuando, el balón pasa de situaciones exteriores a lugares próximos a canasta. Es esencial la precisión y velocidad de estos pases, ya que los jugadores que lo reciben (jugadores interiores) no disponen de mucho tiempo para ganar la posición adecuada en la recepción. Por esto, los bases deben apreciar al momento adecuado en el cual sus compañeros pueden recibir con mayor ventaja. Estos pases precisos proporcionan sin lugar a dudas, mayor seguridad y confianza en los jugadores que lo reciben, ya que si éstos son imprecisos, los jugadores interiores deben realizar mayor esfuerzo para ganar una posición más estable en la recepción, cosa que no siempre es fácil ya que su defensor trata de impedírselo. En este tipo de pases, incluimos los pases sobre puertas atrás y bombeados, así como los conocidos “alley oop”. Todos estos pases son de gran riesgo de pérdida si no se realizan con la adecuada precisión. b) POR EL PERÍMETRO. Utilizado en las inversiones de balón de un lado del campo al otro en un ataque posicional. Estos pases tiene un gran riesgo, ya que cuando el balón se desplaza por el aire, no hay forma de cambiar su trayectoria. Un robo de balón en la circulación exterior provocará un fácil contraataque del equipo rival. La valoración del riesgo de este pase es fundamental a la hora de realizarlo. c) SOBRE PENETRACIÓN. Es, quizá de las acciones más características de los bases. Se fundamenta en el rebasar al defensor directo y provocar una ayuda defensiva. Esto provocará un inevitable desajuste defensivo que el base debe interpretar para pasarle el balón al compañero más adecuado. Este compañero puede ser el jugador interior cerca del aro, o por el contrario, si se realizan segunda y terceras ayudas, el jugador tirador en el perímetro. La elección del momento y lugar del pase es fundamental en la formación de los directores de juego ya que estas acciones proporcionan al equipo una aportación de puntos con gran ventaja sobre la defensa. Es esta habilidad de interpretación y lectura del juego lo que hace que los bases sean los jugadores que realizan mayor número de asistencias, proporcionando con sus acciones, situaciones de lanzamiento libres de marca a sus compañeros.

5.2.2. Dominio y aplicación de los diferentes tipos de botes.

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El base es, sin lugar a dudas el jugador que más utiliza este recurso técnico. No solo utiliza este recurso para progresar el balón de un espacio a otro, sino que, como condiciona el reglamento, debe mantener la posesión del balón mientras ordena a sus compañeros los movimientos adecuados. Entre las acciones sobre los diferentes tipos de bote o dribling más importantes destacamos los siguientes (Torres, A., y Arjonilla, N. 1999): a) DE PROTECCIÓN. Imprescindible mantener la posesión del balón mientras ordena y observa la circulación de sus compañeros y rivales. El poder mantener el mayor número de elementos del juego a la vista (compañeros, rivales, canasta, etc.) debe ser compatible con una protección adecuada ante el defensor directo. Los directores de juego actuales, son capaces de mantener la posesión del balón orientándose hacia la canasta contraria, evitando darle la espalda (posición que proporcionaría mayor protección del balón). Por lo tanto, es muy importante que los bases tengan un manejo excepcional del balón y puedan proteger el mismo de cara a la canasta. Esto, además facilita las acciones de dribling sobre el defensor directo, ya que se puede actuar más rápidamente para rebasar al oponente directo. b) DE VELOCIDAD. Además de proteger el balón, como ya hemos mencionado anteriormente, en el base, habitualmente, recae la responsabilidad de trasladar el balón del campo de defensa al de ataque. Para obtener la suficiente ventaja sobre los rivales, este traslado debe hacerse de la forma más rápida posible. Esto proporcionara, sin duda, una ventaja numérica a la hora de lanzar a canasta con una mayor posibilidad de acierto. Por lo tanto, los bases no solo deben ser lo más rápidos, sino que deben serlo mientras trasladan el balón. En cuanto a otras habilidades de bote, incluimos las siguientes (Torres, A., y Arjonilla, N. 1999): c) ARRANCADAS Y PARADAS. Cuando el base supera a su defensor directo, compromete indudablemente la estructura defensiva del equipo contrario. Un dominio adecuado de las diferentes arrancadas (directa, cruzada, en reverso), favorece indudablemente el poder rebasar a su defensor directo. Si bien es muy importante el incremento de velocidad (aceleración en las arrancadas) es casi más importante la capacidad de deceleración (paradas). Una adecuada ejecución de las paradas, proporciona un especio de ventaja sobre el defensor directo, especialmente para los lanzamientos. Este aparatado en los directores de juego es un aspecto importantísimo, ya que, al estar en posesión del balón mas tiempo que sus compañeros, son, normalmente los jugadores que reciben una atención defensiva alta. Una ejecución adecuada de estas paradas libera momentáneamente esta presión defensiva. d) CAMBIOS DE DIRECCIÓN Y DE RITMO. Incluimos estos dos aspectos en un mismo apartado, ya que normalmente van muy vinculados. Como ya hemos mencionado anteriormente, el director de juego es el principal encargado de trasladar el balón. Los cambios de dirección y su dominio facilitan esa labor manteniendo la protección del balón. No obstante, en el baloncesto moderno, la creación de espacios libres de juego es importantísimo. Es por esto que, la combinación de cambios de dirección con cambios de ritmo, favorece la utilización de

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esos espacios libres. En estos cambios de ritmo no es tan importante la velocidad del desplazamiento, sino la posibilidad de incrementar sustancialmente dicha velocidad. Este concepto es crucial si se entiende que los espacios libres lo son momentáneamente y que hay que aprovecharlos en esas fracciones de tiempo, antes o después son espacios de utilización de menor aprovechamiento. 5.2.3. Tipos de lanzamientos en relación al puesto específico. De entre todas las categorías realizadas sobre los tipos de lanzamiento, nosotros nos limitaremos a escoger aquellas acciones de lanzamiento más habituales en las acciones de los bases. Entendemos que los bases no tienen por que ser los mejores lanzadores del equipo pero si deben saber escoger el momento adecuado para realizar sus lanzamientos. Son esos momentos en los que el equipo no encuentra opciones claras de lanzamiento y en la que los tiradores están fuertemente marcados sin posibilidad de recibir y lanzar con cierta ventaja. Es por esto que los directores de juego deben tener capacidad de poder descongestionar al equipo realizando lanzamientos acertados en momentos en los que la posibilidad de anotar por parte del resto del equipo está mermada. Esto no quiere decir que los bases no realicen lanzamientos a canasta si no se da esta circunstancia pero si queremos dejar claro la importancia de los lanzamientos de los bases en esos momentos. Entre los lanzamientos más habituales destacamos: a) LANZAMIENTOS DE LARGA DISTANCIA. Es muy importante que los bases tengan un buen acierto en este tipo de lanzamiento. Esto no quiere decir que tengan que lanzar mucho, pero si que cuando lo hagan posean un porcentaje de acierto adecuado. El acertar en este tipo de lanzamientos favorece al base la realización de acciones de dribling, ya que la defensa sobre él será más intensa en espacios más lejanos permitiendo la posibilidad de rebasar a su defensor si se aproxima demasiado. Estas acciones también son habituales en situaciones de bloqueo directo cuando el defensor directo decide pasar el bloqueo por detrás o de tercer jugador. Esto permite al base un tiempo para el lanzamiento y romper la estrategia defensiva del equipo con respecto a este tipo de acciones. b) TIROS EN CARRERA. Cuando el base rompe la primera línea de defensa sobre su defensor directo y consigue encaminarse a canasta sin oposición debe manejar de forma eficiente el lanzamiento en carrera. Es evidente, que normalmente tenga desventaja en altura con respecto a las posibles ayudas (especialmente de los jugadores interiores). Por ello, debe manejar los gesto técnicos de las fintas o engaños con una gran velocidad de ejecución para poder rebasar al defensor que realiza la ayuda con cierta ventaja. La velocidad y las fintas son los mejores aliados en este tipo de acciones. c) TIROS DESPUÉS DE PARADA. Utilizado fundamentalmente en acciones como las anteriores en las que el director de juego aprecia que las ayudas defensivas están situadas muy cerca del aro, por lo que la mejor decisión es realizar una parada y lanzamiento. Este opción conlleva una mayor dificultad táctica (decisión entre parar y tirar o seguir penetrando) que técnica. Este es uno de los aspectos que más deben desarrollar cuando se decide lanzar y determinar la ventaja sobre el defensor propio y el ayudante. 5.2.4. Dominio y aplicación del Bloqueo Directo

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En el baloncesto moderno el número de situaciones reducidas como el bloqueo directo son habituales dentro de los sistemas de juego. De la realización y ejecución de estas acciones depende en mucho el acierto y rendimiento del equipo. Los espacios más habituales de realización de estas acciones suelen estar localizados por el perímetro favoreciendo la creación de espacios libres de juego y los jugadores que habitualmente realizan estas acciones son un jugador interior y el base. Es éste quién en función e las acciones de los defensores debe tomar una serie de decisiones de forma instantánea con el fin de obtener el mejor resultado. El siguiente gráfico determina un mapa de decisiones posibles que el base debe determinar para la realización óptima de este tipo de acciones:

BLOQUEO DIRECTO INTERIOR - EXTERIOR OPCIONES DE LOS DEFENSORES

POR DELANTE

POR DETRÁS. DE TERCERO

FLASH. Ayuda y recup.

2X1

LAS OPCIONES DEL ATACANTE EN FUNCIÓN DE LA DEFENSA

Cambio de dirección al lado contrario

Parada y tiro. Cambio de dirección

Pase a continuación de bloqueador

Pase a compañero desmarcado

5.2.5. Dominio del juego del 1x1 y del 2x2 En los aparatados anteriores ya hemos tratado la importancia del dominio del bote en los directores de juego. No obstante, debemos determinar cual es la mejor opción en función de determinadas situaciones dentro del campo. En este apartado destacamos el concepto de VENTAJA sobre el defensor directo. Es decir, el propio jugador debe realizar una valoración de la situación más ventajosa para poder lanzar o rebasar a su defensor. Esta valoración de la ventaja es variable para cada jugador, ya que cada uno posee características individuales que

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determinan cuáles son las acciones más exitosas para cada uno de ellos. Por ejemplo, El lanzamiento en “Bomba” de Juan Carlos Navarro, es sin duda una forma de lanzar y rebasar a su defensor exitosa para él, pero es evidente que no muchos jugadores lo realizan y muchos menos con el éxito de base internacional. Los entrenadores debemos evaluar las capacidades de los directores de juego en relación a la obtención de ventaja sobre su defensor directo, en relación a sus capacidades no en relación a una concepto inalterable. De entre todos las situaciones de uno contra uno, destacamos a) UNO CONTRA UNO EN EL PERÍMETRO. Imprescindible en este tipo de situaciones el dominio de los cambios de dirección, de ritmo, fintas y arrancadas. Como mencionamos anteriormente, el poder rebasar la primera línea de defensa provoca un gran desajuste defensivo al equipo contrario. No obstante, cuando un base intenta l penetración y su defensor retrocede en exceso, el dominio de los lanzamientos tras paradas. Estas paradas deben ser de gran eficiencia para procurar el equilibrio necesario para el lanzamiento. b) UNO CONTRA UNO EN EL INERIOR. Parece paradójico determinar estas situaciones para el puesto de base. Son situaciones cerca del aro y generalmente de espaldas a él. Creemos muy importante el dominio de estas situaciones, especialmente a aquellos directores de juego de gran envergadura y altura. Estos bases disponen de este recurso si sus defensores son manifiestamente mas bajos que él. En este caso, es importante el dominio de los pivotes, fintas de tiro y lanzamientos de gancho. Pero lo más importante en estas situaciones es el momento de elección de cada una de las opciones anteriores. El propio base debe evaluar la ventaja sobre su defensor y si el equipo contrario realizan ajustes defensivos para evitarlo, por lo que podrá ir alternando situaciones de perímetro con situaciones cerca del aro. Por lo que respecta a situaciones de 2 contra 2, podemos valorar las siguientes circunstancias: a) DOS CONTRA DOS EN EL PERÍMETRO. Fundamentalmente realizado por dos jugadores exteriores. El base y otro escolta o alero. Es necesario el dominio de las fintas de desmarque, las puertas atrás y los cortes. La comunicación entre los dos compañeros es esencial para dar el pase adecuado en espacio y tiempo. b) DOS CONTRA DOS INTEROR-EXTERIOR. Excluyendo las situaciones de bloqueo directo ya tratado anteriormente, destacamos las situaciones de pases desde el exterior a jugadores interiores y sobre ellos se realizan desplazamientos laterales (para buscar un tiro exterior) o un corte hacia el aro (buscando una penetración). 5.2.6. Capacidades defensivas del uno contra uno. Dentro de este apartado debemos contemplar las capacidades defensivas individuales del propio director de juego y de las estrategias defensivas propuestas por el entrenador. Aunque como ya hemos mencionado, los bases deben ser la primera línea defensiva del equipo, existen una variedad importante en relación a sus capacidades físicas. Existen jugadores con una gran velocidad gestual y de desplazamiento que tienen una mayor capacidad de presión sobre el bote del balón, sin embargo otros, de más envergadura pueden defender mejor los lanzamientos de larga y media distancia. Igualmente, existen entrenadores que prefieren basar sus defensas en

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una elevada presión al balón, por lo que determina el tipo de defensa del director de juego. Por todo esto, determinaremos las conductas más adecuadas en función la situación del balón: a) LEJOS DEL ARO. El objetivo principal es que el de retardar el avance del balón. Dependiendo de las intencione del entrenador la presión debe ser mayor o menor (defensas presionantes todo campo). Con el actual reglamento de posesión en campo defensivo en 8”, utilizar estrategias de presión en campo de ataque puede proporcionar atractivas recuperaciones de balón. Pero esto conlleva el riesgo de ser rebasado, si esto ocurre, el base debe realizar un sprint hacia canasta contraria y recuperar su posición delante del base contrario. La distancia adecuada entre atacante y defensor, será aquella en la que se pueda mantener la presión adecuada y el riesgo de ser rebasado sea el mínimo posible. b) EN EL PERÍMETRO. Son las situaciones habituales defensivas en campo de defensa. No es probable la recuperación del balón sobre el bote del rival, por lo que el base debe procurar, en primer lugar, no ser rebasado, y en segundo lugar, conducir el baló hacia espacios de bajo riesgo de anotación (hacia las bandas). Para ello, debe tener un “uso inteligente de las manos” (TORRES, A. (1999)). Este uso, hace referencia a mantener las manos orientadas hacia el balón evitando el que base contrario pueda botar el balón con trayectorias perpendiculares al aro. Es decir, intentar que el bote sea lo más alejado posible a los pies del propio base defensor, enviando al rival hacia las bandas. Muy distinta debe ser la distancia en relación al bote del base contrario, si no hubiera empezado a botar, hay que evitar el ser rebasado, dando mayor distancia pero sin dejar de defender el tiro exterior. Una vez que deja de botar, no se puede permitir que el base atacante pueda percibir fácilmente a sus compañeros, reduciendo la distancia del defensor y aumentando la presión sobre el pase o el tiro. c) EN EL INTERIOR. Dependiendo de las características individuales del defensor y de las instrucciones del propio entrenador la defensa se podrá realizar por delante, por detrás o en tres cuartos. A estas situaciones hay que tener en cuenta, como en el apartado anterior, si el jugador ha botado, está botando o ha dejado de botar. 5.2.7. Importancia del base reboteador. El baloncesto actual exige de todos los jugadores un nivel de exigencia muy elevado por la gran cantidad de contactos. El base no es ajeno a esta realidad. Es evidente, que los rebotes ofensivos proporcionar mayor número de posesiones y por lo tanto mayor número de ocasiones para lanzar a canasta, esto provoca que sean cada vez más intensos las intenciones por atrapar rebotes de ataque. Los bases, deben ayudar a sus compañeros a parar esta “avalancha” de contrarios hacia el balón. No puede alejarse, esperando que sus compañeros atrapen el balón y luego se lo pasen. Debido a la magnitud de los contactos, no es fácil que un jugador interior (o exterior), pueda bloquear a un rival y posteriormente salte a por el balón. Es esa quizá, la misión de director de juego. Cuando todo el mundo está realizando funciones de contención, su función es atrapar lo antes posible el balón. Esto además de asegurar la recuperación del balón también proporciona una mayor rapidez en el encadenamiento de la transición defensaataque, eliminando un pase intermedio.

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Igualmente, en ataque, aquellos bases con condiciones antropométricas adecuadas, pueden comprometer a sus defensores cargando el rebote de ataque (especialmente en carrera), ocupando a sus defensores en frenar sus intenciones. 5.2.8. Ayudas defensivas. El base es quizá el jugador que más ayudas defensivas debería recibir, ya que defiende al jugador que más vez intenta rebasar a su defensor directo. No tenemos datos estadísticos sobre el número de ayudas defensivas que reciben los base o de las que realizan. Sin embargo, muchos técnicos explican la importancia de las ayudas que proporcionar los bases a sus compañeros. Estas ayudas se deben en gran medida en la velocidad de desplazamiento y en la anticipación defensiva. Es como si vieran la jugada antes de realizarse. Entre las primeras ayudas destacamos las realizadas de frente al atacante con balón (habituales en penetraciones a canasta) y las realizadas lateralmente (habituales en situaciones exterior-interior) Entre todas las posibles ayudas, destacamos las segundas o terceras ayudas. Esto conlleva que en muchas ocasiones debe defender a jugadores mucho más altos y fuertes que él mismo y por ello debe suplirlo con astucia e inteligencia. 5.2.9. Anticipación defensiva. Como ya se ha mencionado, la anticipación defensiva es aquella en la que el propio director de juego es capaz de prever lo que va a ocurrir antes de que ocurra. Existe bibliografía en el ámbito de la psicología deportiva en el análisis de la anticipación deportiva. (Drowatzsky, 1997). Estos estudios se basan en el concepto de indicio antes de que ocurra el propio estímulo o situación de juego. Este indicio no lo percibe y mucho menos lo interpreta cualquier jugador. Los bases deben ser los “expertos” en este tipo de indicios. Por lo tanto, si se percibe el

I N D I C I O

E S T Í MUL O

RE SP UE ST A

indicio, se puede anticipar la respuesta:

Ante periodo

Tiempo de reacción

Tiempo de respuesta o acción

Plan de respuesta motriz sin anticipación (En Ruiz y S. Bañuelos basado de Drowatzsky, 1997) Pero lo importante de esta anticipación es el no “anticiparse antes de la cuenta”. Imaginemos una situación de segunda ayuda. El base percibe el indicio que el jugador que está penetrando va a realizar un pase a otro debajo del aro y se pone delante de él. Esto sería una acción adecuado, pero seguro que el jugador que penetra decide pasar el balón al defensor del base que tiraría desde posiciones de perímetro.

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La anticipación adecuada sería aquella en la cual el base se sitúa en situaciones intermedias, es decir, cerca del jugador que va a recibir pero permitiendo el pase. Una vez, que el jugador atacante suelte el balón, debe saltar a interceptarlo. Básicamente es como si se pusiera una “trampa” al pasador, invitando a pasar el balón, pero interceptándolo en el momento del pase.

5.3. Interpretación adecuada del juego. Está es, quizá, la misión más importante de un buen director de juego en los partidos. Es un tópico la afirmación: “El base, es la extensión del entrenador en la pista”. Esta sentencia, que muchos entrenadores comparte, significa mucho más que la capacidad de decisión en juego. Es la capacidad estratégica sobre el devenir del partido. Los base no solo tienen que decidir sobre los movimientos de compañero y rivales en cada acción de juego. Debe contemplar en su análisis muchos mas aspectos. Este análisis es lo que hace que el director de juego se distinga del resto de jugadores. Algunos de esos aspectos son tratados en el apartado 2.3.4. La pregunta en cuestión es: ¿Estos procesos de análisis se pueden aprender?, o por el contrario, ¿son innatos a determinados individuos? El ser humano es inteligente y adaptativo, lo que conlleva capacidad de aprendizaje. Es decir, todos los jugadores pueden aprender. No obstante, también es concebible que no todos los individuos aprenden o se adapta al mismo ritmo. Por lo que podemos valorar que algunos individuos aprenden más fácilmente algunos aspectos que otros. Es decir, nos ponemos en un punto intermedio. Existen individuos que tienen condiciones innatas a desarrollar estos análisis, peor que se ven estimulados ante aprendizajes significativos. Estos aprendizajes son los que el entrenador propone para que el base desarrolla su “inteligencia de juego”. 5.3.1. Elección de realización sistemas de juego de ataque más adecuado. La imagen del base preguntando al entrenador mientras bota el balón hacia campo de ataque es cada vez menos habitual. En muchas ocasiones es el propio director de juego el que decide que sistema de juego de ataque es el más apropiado para cada momento y solo ocasionalmente existe una mirada de confirmación con el entrenador sobre que sistema es el mas adecuado jugar en situaciones especiales. Dentro del propio análisis que debe realizar el base debe entrar entre otros factores: •

Sistema defensivo planteado por el equipo contrario (individual, zonal o mixto)

Aplicación concreta de ese sistema de juego defensivo (si hacen traps y en que localización, defensa de los jugadores interiores, defensa de los bloqueos directos, etc)

Marcador y tiempo restante.

Número de faltas del equipo contrario (colectivas e individuales de jugadores específicos)

Situación de mayor o menor acierto de sus compañeros.

Etc.

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No obstante, no queremos insinuar que el base tome esta decisiones exclusivamente sin contemplar la opinión del entrenador. La comunicación entre el director de juego y el entrenador en momentos puntuales (tiros libres de rival o compañero, transiciones defensivas u ofensivas de baja velocidad, momentos previos a saques de banda, etc.)

permite que con breves mensajes del entrenador, el base pueda determinar la estrategia de

competición mas adecuada para cada momento. 5.3.2. Elección de realización sistemas de juego de defensa más adecuado. En el baloncesto actual se caracteriza por la gran variedad de propuestas defensivas. Estos sistemas de juego abarcan desde defensas individuales, zonales, mixtas, cambiantes… y especialmente alternativas. Es en estos casos donde el base toma la mayor parte de las decisiones en sistemas defensivos. Dependiendo de las circunstancias o situaciones del propio juego ya entrenadas (después de cesto, después de balón perdido, después de tiro libre, etc.) avisa a sus compañeros sobre la siguiente defensa a proponer. Igualmente, el base tiene una visión más general de los posibles fallos defensivos con respecto a segundas o terceras ayudas, por lo que puede orientar y aconsejar a sus compañeros dentro del propio juego. 5.3.3. Interpretación del contraataque: ¿Cuál es la mejor opción en la traslación del balón en un contraataque?, ¿el pase o el bote?. Esta determinación está muy condicionada en función de la estrategia del entrenador. Como quiere el entrenador que se realice preferentemente. Y por otro lado, por la situación del propio juego. Imaginemos que el sistema previsto fuera el contraataque sobre pases, pero en una circunstancia determinada no existiera posibilidad de realizar ningún pase. ¿Renunciamos al contraataque?. Parece evidente que NO. Es pues, el director de juego el que debe decidir cual es la mejor opción ante esta situación. A esta decisión de análisis del juego, debemos incluir dos de mayor dificultad. La exigencia de realizar estas decisiones y ejecuciones a una elevada velocidad (poco tiempo para percibir y decidir) y la gran necesidad de precisión en botes o pases. Por lo tanto, el base debe decidir con muy poco tiempo, cual es la mejor opción de entre todas para trasladar con velocidad y precisión el balón hacia la canasta contraria. Este jugador, debe ser suficientemente analista para diferenciar entre lo que es velocidad y la precipitación en el juego. El director de juego, cuando realiza contraataque, no puede nunca precipitare, pero paradójicamente, tampoco puede ser lento en sus decisiones.

a) Inicio. Es evidente que el contraataque empieza en la recuperación del balón, ya sea con robo, pérdida del rival, rebote o canasta recibida. Una vez que esto sucede, determinaremos cuales son las funciones básicas del director de juego.

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Sainz, M. (2000), determina una serie de localizaciones de recepción del primer pase de contraataque. Estas serían: Áreas de Recepción del primer pase. Sainz, M. (2000) Área de Pase Extra

Área del Aro

Área de Pase Extra

Área del Área Corta

Área Corta Centro

Área Larga

Área Larga

Sainz, también determina que esta recepción se puede hacer de forma directa, es decir con UN APOYO, o con un pase intermedio, DOS APOYOS.

X

X 1

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2

b) Avance. El siguiente paso es el avance del balón. Este se puede hacer mediante la utilización de calles. La más tradicional es la de 3 calles. Una vez determinadas las calles el balón se puede trasladar por la calle central o las calles laterales.

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Para Sainz, la mejor opción es trasladar el balón por el centro: “Mi filosofía es que el balón debe avanzar por la calle central ya que la situación del driblador es más optima para pasar a derecha ó izquierda. Esto no quiere decir que no utilice el avanzar el balón por calle lateral.” En el caso de no poder realizar ningún pase a compañeros adelantados en situaciones laterales, el base debe seguir por la calle central hasta la altura de la línea de tiros libres. A partir de ese momento se comienza la culminación del contrataque. c) Finalización. Todo contraataque busca situaciones de ventaja en superioridad numérica. Esto puede realizarse con los jugadores de primer contraataque (aleros) con situaciones de 2 x 1 o 3 x 2, o segundo contraataque (trailers), fundamentalmente en situaciones de 4x3 o 5x4. Es el director de juego el que debe determinar ese pase definitivo hacia el compañero con mayor ventaja posible. Existen ocasiones que aun pasando el balón en situaciones de ventaja, el resto de jugadores no aprecian esa superioridad y no deciden lanzar, en ese caso, el pase de seguridad y referencia que permite el base para enlazar con la transición o el juego posicional es en muchas ocasiones imprescindible para darle continuidad al juego. 5.3.4. Interpretación adecuada en relación a:

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Este aspecto es, quizás, el qué mas distinga a los bases con respecto a sus compañeros. Dirigen el juego y por lo tanto deciden en muchas ocasiones cuál es la mejor opción de estilo de juego a cada momento. De entre muchas posibilidades hemos seleccionado las siguientes: a) Elección del ritmo de juego adecuado. Es el rimo que favorece al propio equipo o incomoda al rival. La realización de ataque rápidos, utilización de contraataque o por el contrario ocupar el mayor tiempo de posesión posible es una labor nada fácil y que tiene que interpretar el propio base. Determinar cuando hay que seguir corriendo para realizar canastas fáciles o intentar desgastar al equipo contrario con defensas prolongadas. Esta elección puede estar predeterminada por el entrenador pero la elección en cada posesión recae en el propio base. b) Tener en cuenta al compañero más acertado en ataque y al defensor en peores condiciones. Dentro de los sistemas de juego, existen una variedad de posibilidades de lanzamientos desde diferentes localizaciones y de diferentes jugadores. El base puede detectar, cual, de entre sus compañeros está en una situación de ventaja clara frente a su defensor directo, ya sea por una limitación física (envergadura, estatura, rapidez, etc.), o por faltas acumuladas de dicho defensor que limita su defensa. Igualmente, hay veces que en nuestros equipos tenemos jugadores con “rachas” de mucho acierto. El director de juego debe saber interpretar este acierto sobredimensionado de su compañero y saber suministrarle adecuadamente de las opciones de lanzamiento adecuado. Esto no significa que solo e le pase el balón a dicho jugador sino que puede utilizar una mayor concentración defensiva a su compañero para aportar puntos desde otros flancos. c) Opción más conveniente en función de tiempo y marcador. Esta lectura no es siempre fácil. Sobre la conveniencia de realizar ataque rápidos o lentos en función del tiempo restante en muchas ocasiones recae en el base. Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones de final de partido o de cuarto con los tiempos muertos agotados. En esos momentos no nos queda más opción que confiar una breves instrucciones al base para que las interprete adecuadamente. Estas instrucciones en muchos casos conllevan un breve mensaje verbal pero que los jugadores deben saber descifrar para realizar la mejor opción posible. Igualmente en defensa, los bases son los que deben anticiparse a sus compañeros en determinar o no la conveniencia de presionar más o menos a sus respectivos atacantes, o de realizar faltas personales para evitar el avance del tiempo. d) Determinación de las decisiones más adecuadas en función de ajustes defensivos específicos. En determinadas situaciones de final de partido con marcador apretado, es habitual que el equipo contrario cambie algunas decisiones estratégicas en defensa. Por ejemplo, un equipo que ha estado realizando en todo el partido cambios defensivos ante bloqueos directos, decide que al final del partido, realizar dos contra uno en esa situación. El base no puede bloquearse ante el nuevo ajuste, aunque no se la hayan realizado durante el partido. Debe saber reaccionar y anticiparse a las posibles variantes defensivas.

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No obstante, no solo debe hacerlo para evitar la pérdida, sino para encontrar el punto débil e ese ajuste y atacarlo con sus compañeros. e) Opción de decisiones estratégicas colectivas en momentos específicos. En ocasiones, como hemos mencionado, cuando el entrenador ha agotado los tiempos muertos, y el partido se encuentra con marcador ajustado al final del partido, los directores de juego determinan las situaciones reducidas mas adecuadas para obtener ventaja sobre sus rivales. Estas situaciones de 2 contra 2 o 3 contra 3 (triángulos ofensivos), exige una lectura adecuada de las acciones de la defensa para obtener el mejor resultado posible. Estas decisiones recaen en elección de espacio y jugadores en el propio base. Igualmente, en defensa, en muchas ocasiones, el propio base decide realizar determinadas situaciones de defensa de 2 contra 1 a aquellos jugadores que a su juicio están en peores condiciones técnicas. O por el contrario decide realizar una falta personal a un jugador que a lo largo del partido ha tenido un porcentaje mediocre.

6. COMUNICACIÓN ENTRENADOR – DIRECTOR DE JUEGO. Los bases son la extensión de los entrenadores en el campo. Por ello, debe entender y conocer absolutamente las intenciones del entrenador en los entrenamientos y las competiciones. Las técnicas de comunicación y estrategias de motivación y confianza son imprescindibles para conseguir que los jugadores en formación adquieran suficiente independencia ante las decisiones en el juego.

6.1. Componentes de la comunicación. No descubriremos ahora la importancia de las capacidades y habilidades de comunicación que un entrenador debe poseer para obtener el mejor rendimiento de sus jugadores. Entre todas ellas, la más importante sería, quizás, la habilidad de saber comunicarse y entenderse entre entrenador y especialmente director de juego. El éxito de un equipo, en muchas ocasiones reside no solo en las informaciones o contenidos de los mensajes sino en los canales comunicación que se utilizan Para optimizar la comunicación entre el entrenador y el director de juego hay que tener en cuenta una serie de elementos. 6.1.1. Contenidos Son el objeto, que no objetivo, de la comunicación. Son la intenciones, ideas, pensamientos que se desean transmitir. Es evidente, que un mismo contenido puede transmitirse de muchas formas diferentes y que los jugadores reciben la información en mayor o menor magnitud no solo por lo que se quiere comunicar sino como se hace. Un ejemplo evidente puede ser cuando un jugador comete un error en defensa por falta de concentración o atención y el entrenador no dice: “Debes estar más atento y concentrado para evitar que vuelva a ocurrir”. A menudo, basta con una mirada, para que el jugador interprete el mensaje adecuadamente contemplando todo el contenido de la frase anterior.

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6.1.2. Transmisión de las intenciones. Es evidente, con el ejemplo anterior, que no solo se transmiten contenidos sino intenciones de actuación posteriores. El entrenador debe asegurarse que el mensaje es recibido adecuadamente y que los jugadores conocen las consecuencias de ese mensaje. Imaginemos la situación anterior, pero con el matiz que el jugador no se ha dado cuenta de su error y supone que dicho error ha sido debido a otro compañero, cuando recibe la mirada del entrenador no entiende por que se le acusa. En este caso, el entrenador debe utilizar el mejor medio para que el jugador entienda lo que pretende de él. 6.1.3. Comunicación verbal y no verbal. El componente emocional se expresa primordialmente por mensajes no verbales, como el tono de voz, la postura corporal, expresiones faciales, gestuales, etc. Por lo tanto, los contenidos para poder ser interpretados correctamente deben contemplar la carga no verbal. Cuántas veces hemos proporcionado instrucciones emocionales mas que técnicas en tiempos muertos o en descansos de partidos comprometidos. Aunque, debemos saber dosificar dicho componente emocional ya que un exceso puede provocar confusión en los jugadores a la hora de saber que se espera de ellos. Como formas más habituales de comunicación no verbal podemos incluir: MOVIMIENTOS DEL CUERPO. Llevarse las manos a la cabeza, agitarlos, bajarlos en gesto de abatimiento, etc., son movimientos que proporcionan una determinada información. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS. El aspecto físico, de vestimenta, la forma de presentarse en los entrenamientos y competiciones dice bastante sobre la importancia que uno le da al aspecto corporal o físico. CONDUCTAS TÁCTILES. Las palmadas en la espalda, colocar una mano en el hombro cuando te hablan, chocar manos, etc., son características conductas táctiles con mensajes diferentes. CARACTERISTICAS VOCALES. Referido al tono y a la forma de presentar los argumentos. La inflexión, entonación, pausas, etc., es un ejemplo de esto. POSICIÓN CORPORAL. Colocación de nuestro cuerpo con respecto a los demás. Dar la espalda a algún miembro del equipo, orientación, etc. 6.1.4. Interpretación de la información por parte de los jugadores Aunque en la mayoría de las circunstancias en la interpretación que realizan los jugadores acerca de las instrucciones del entrenador es correcta, existen momento de elevada tensión competitiva que hace que los jugadores reclamen mensajes más explícitos. Es en esos momentos, en los cuales debemos asegurarnos de una interpretación correcta, buscando la confirmación de los jugadores. La utilización de instrucciones claras, breves y concretas son de mucha ayuda. 6.1.5. Respuestas del base a los mensajes recibidos.

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En relación a esto último, no es fácil conocer la respuesta interior de los directores de juego con respecto a nuestros mensajes, salvo que decida comunicarlo. No obstante, existen varios indicios exteriores que puede utilizar el entrenador para valorar si el mensaje ha sido comprendido o no (mirada perdida o fija, confirmación con la cabeza de lo que se refiere, movimiento de inquietud o atención, etc.) Igualmente, la relación entre el director de juego y el entrenador para determinar la comunicación entre ambos. Un mensaje determinado puede tener diferentes significados dependiendo de la relación entre ambos. Por ejemplo, una relación no muy amistosa entre ambos, si el entrenador comenta al base: “has jugado bien”, el jugador puede valorar que el entrenador lo dice porque han ganado el partido.

6.2. Formas de comunicar. Como hemos visto anteriormente, es necesario que exista la mejor comunicación posible entre el entrenador y los directores de juego. Dicha comunicación debe respetar una serie de pautas para que sea lo más sincera y veraz posible. Para ello, las actitudes del entrenador y director de juego deben contemplar una serie de pautas: 6.2.1. Director de juego con el entrenador. No se puede considerar al director de juego como un jugador mas en lo que respecta a tomar decisiones en el juego. Esto determina cierto grado de delegación de responsabilidades del entrenador hacia este jugador. Y decimos cierto grado, ya que el entrenador debe asumir su parte de responsabilidad. El grado de ésta concesión debe ser claro y preciso para evitar malo entendidos. Con el fin de obtener esta claridad de comunicación, el entrenador debe crear un ambiente propicio que estimule al base a iniciar la comunicación siempre que lo necesite, trasmitiendo la convicción de que siempre está disponible para dicha comunicación. Si los directores de juego no transmiten mas que observaciones triviales al entrenador, es posible que no confíe en decir realmente lo que piensa por posibles represalias. 6.2.2. El entrenador con el director de juego. El entrenador es el director del grupo, del equipo, pero no quiere decir que no pueda recibir consideraciones de los componentes del propio equipo. Si nosotros como entrenadores entendemos que cualquier sugerencia del base es una falta de respeto a su persona y su autoridad no conseguiremos una comunicación de ida y vuelta, serán simplemente instrucciones que deben ser cumplidas evitando la toma de responsabilidad y compromiso de los bases en el rendimiento del equipo. Esto no quiere decir, que las sugerencias a aportar deban cumplir un canal de comunicación adecuado, que no distorsione la cohesión del grupo y que pueda anteponer el individuo al grupo. En definitiva, sugerencias si pero con las normas de comunicación que se establezcan por el grupo. 6.2.3. El director de juego con el resto de los jugadores. El entrenador no puede solventar absolutamente todos los problemas y situaciones que se presentan. En muchas ocasiones, debe dejar que el propio grupo solvente dichas circunstancias. Esto tiene que ver con la imagen que tiene el equipo de liderazgo del director de juego. Los jugadores deben ser estimulados a solucionar dichos conflictos pero siguiendo los conductos apropiados. Un líder no legitimado por el grupo, es decir un director de

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juego que exige desmesuradamente a sus compañeros y recrimina constantemente es difícil que no obtenga los resultados de dirección esperados. En este apartado, es definitivo contemplar una comunicación bi-direccional, ya que si el base no contempla la perspectiva de sus compañeros es difícil que éstos confíen en comunicarles sus verdaderas intenciones. 6.2.4. Personalizar la comunicación A la hora de realizar una determinada comunicación no solo hay que tener en cuenta las circunstancias ambientales en las que se da dicha situación. Esto condiciona el mensaje. Imaginemos un pabellón de cinco mil personas gritando. El entrenador intenta hacer llegar su mensaje al base al otro lado del campo, aunque los contenidos pueden ser los mismos, la forma de comunicación es diferente. Por ello, el entrenador debe garantizarse que la forma que determine tiene que garantizar el entendimiento del mensaje por parte del base. A esto hay que añadir las circunstancias previas al mensaje. No es el mismo mensaje cuando el entrenador llama la atención al base de su equipo sobre una determinada actuación del base rival cuando dicha actuación ha ocurrido una vez o cuando ha sido una actuación reiterada. De igual modo, imaginemos una circunstancia de final de partido con marcador apretado o con mucha ventaja de puntos. Por último, el entrenador también tiene que tener en cuenta como percibe el director de juego el mensaje. Cuales son las características de personalidad de dicho jugador y como responderá ante mensajes de diferente entonación. Por ejemplo, a la hora de corregir un error, hay jugadores que responder mejor a una mensaje severo y exigente que a un mensaje de más condescendencia y viceversa. 6.2.5. Razones de la ineficacia de las comunicaciones Después de analizado anteriormente, parece claro que una comunicación ineficiente entre entrenador y base influye negativamente en el rendimiento del equipo y del propio jugador. Esta ineficiencia puede deberse a las siguientes causas: a) AUSENCIA DE UNIFORMIDAD EN LA COMUNICACIÓN. El entrenador debe mantener una uniformidad en la comunicación para conseguir la coherencia en la misma. Esto evita ambigüedades y malentendidos con lo que entiende que el entrenador espera el director de juego. b) DIFERENTE INTENSIDAD EN LAS COMUNICACIONES. Aquel entrenador sosegado y tranquilo que en los partidos se encrespa e irrita, provoca que la comunicación sea variable, permitiendo que el componente emocional ocupe un papel predominante. Este componente emocional puede tergiversar el mensaje y pude ser interpretado erróneamente por el jugador. Cuando esto sucede habitualmente, es factible que el base se adapte a estos cambios y no afecte excesivamente a dicha comunicación, pero esto lleva un periodo de tiempo de adaptación en los que dicha comunicación es deficiente. c) LA SOBRECARGA DE INFORMACIÓN. Hay veces que en nuestro afán de comunicar y corregir circunstancias del juego, proporcionamos mucha más información que la que el jugador puede procesar. En este caso, el jugador no elimina aquella información que estima sobrante, sino que provoca enorme confusión sobre las instrucciones interpretando erróneamente la información. Es mucho mejor, asegurarse de que el director de juego recibe instrucciones claras, breves y sencillas.

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d) LOS MENSAJES TRANSMITIDOS EN FORMA NEGATIVA. Muchas veces, el único contenido que realiza el entrenador con el jugador es el de recordarle el error cometido. No queremos decir que no se deben realizar mensajes de contenido negativo, pero deben dosificarse adecuadamente con respecto al propio jugador, a la situación de juego, etc. Los jugadores son humanos y siempre son más receptivos a mensajes de carácter positivo que negativo. e) INTERPRETACIÓN EQUÍVOCA DEL MENSAJE. En determinadas situaciones competitivas de elevada tensión, es posible que aunque el mensaje sea claro, el jugador no lo interprete correctamente, fundamentalmente por la disminución de la capacidad de atención debido presión por resultado adverso o falta de tiempo. f) DIFICULTADES DE ATENCIÓN DEL DEPORTISTA. Imaginemos una situación en la que el entorno no condiciona la capacidad de atención del jugador, sino que son pensamientos internos o preocupaciones (miedo al fracaso, pensamiento de poder lesionarse, problemas personales, etc). Esto debe ser conocido o por lo menos percibido por el entrenador para proporcionar el mensaje más adecuado y conseguir la atención del jugador. g) FALTA DE RETROALIMENTACIÓN. Es necesario que el jugador que realiza alguna acción sea correcta o no conozca la evaluación de dicha acción. En jugadores expertos, dicha evaluación no tiene que ser necesariamente constante, pero en jugadores en formación debe ser un requisito imprescindible en el proceso de entrenamiento. h) ACTITUDES NEGATIVAS. Cuando, el entrenador o el director de juego mantienen actitudes inamovibles y tercas ante determinadas situaciones. Aunque existan emisión de mensajes por ambas partes, dichos mensajes jamás llegan a su destino ya que no se desea ser recibidos. El entrenador debe reconducir estos empecinamientos ya sean propios o del director de juego ya que este comportamiento reduce las posibilidades de mejora. i) DIFERENTES OBJETIVOS. Esto puede provocar una gran desintonía. Aunque es misión del entrenador determinar los objetivos principales, en algunas ocasiones, los directores de juego perciben un punto de vista diferente y estiman que éste es el correcto. El convencimiento del jugador debe ser primordial. Este convencimiento puede conllevar proporcionar, en algunas ocasiones, más información adicional que en una situación normal el jugador no tiene porque conocer. Por ello, es conveniente convencer en vez de imponer. 6.2.6. Reuniones del entrenador con el director de juego Si la mayoría de los entrenadores de baloncesto estiman necesario una reunión semanal con el equipo, e importante tratar en éstas temas concretos y previamente establecidos. Hay que huir de mensajes redundantes y evitar cargar a los jugadores con consignas repetidas y aburridas. No obstante, como ya hemos mencionado, el director de juego debe asumir parte de responsabilidad en la dirección del equipo y debe conocer y compartir los objetivos que se espera alcanzar. Igualmente, debe participar y opinar sobre los procesos de mejora del equipo y de los compañeros, aportando su punto de vista en el análisis

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de los puntos fuertes y débiles. Se pretende, pues, convencimiento de los el director de juego hace con el equipo, ya para estar completamente convencido, debe participar en algún grado en el establecimiento de determinados objetivos. a) Reunión al comienzo de la temporada. En esta primera reunión. El entrenador debe presentar al base cuales son las metas principales a conseguir por el equipo. Para ello, el entrenador debe presentar del director de juego los aspectos que el equipo va a necesitar de él. Igualmente, el entrenador debe intentar provocar la ambición del jugador en el sentido de proponerle objetivos y metas a alcanzar en su ámbito individual (mejora del tiro exterior, de la defensa, etc.) Una vez establecidos dichos objetivos, el entrenador debe hacer ver al jugador cual es el esfuerzo necesario para conseguirlo, este compromiso de máximo esfuerzo el imprescindible para obtener los mejores resultados. Este esfuerzo o trabajo debe ser planificado en sesiones y periodos de trabajo. No está de mas, que el jugador aporte su punto de vista sobre la adecuación de los programas temporales de entrenamiento, como optimizar los métodos de entrenamiento para mejorar individuales y colectivas, programar los periodos de descanso (es importante que el entrenador conozca el estado de cansancio no solo físico, sino también anímico de los jugadores). b) Reunión a mediados de la temporada. Este tipo de reunión tiene un carácter de evaluación continua. Se pretende conocer el punto de vista del director de juego no solo sobre el rendimiento o expectativas de rendimiento del equipo sino también las individuales. A menudo por circunstancias de calendario deportivo, a partir de mediados de temporada se reajustan los objetivos de rendimiento focalizando la atención en determinados rivales. La información que aporta el director de juego sobre sus sensaciones ante esos rivales ayuda al establecimiento y adecuación de los sistemas de juego. Independientemente de las situaciones presentadas anteriormente, el base puede proporcionar su opinión sobre las mejores opciones dentro de los sistemas de juego, en ataque o defensa, destacando las asociaciones de determinados jugadores y virtudes o defectos de algunos compañeros. No podemos olvidar que ésta opinión es valiosa pero no puede mediatizar absolutamente las decisiones del entrenador. Mas bien son una fuente más de información del entrenador. c) Reunión previa a partidos relevantes o campeonatos. Ante determinados partidos relevantes o campeonatos es importante contemplar la opinión del base ante determinados aspectos como son: CONOCER EL GRADO DE MOTIVACIÓN. Existen jugadores que ante este tipo de competiciones estás activados adecuadamente, ya que les supone un reto. CONOCER EL GRADO DE ANSIEDAD. Sería el aspecto contrario al anterior, es importante apreciar si el jugador va a disfrutar con esta competición o si por el contrario percibe un enorme riesgo de fracaso.

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ESTABLECER LOS PUNTOS FUERTES DE EQUIPO PROPIO. Tanto en defensa como en ataque, valorando el rendimiento ante rivales similares a los que nos vamos a encontrar. Por su parte, el base aportará su visión de aquellas situaciones de juego en las que hay mejores opciones y que percibe al equipo con un juego más cómodo. EXPONER EL CALENDARIO DE COMPETICIÓN. En todo campeonato por concentración, existe un calendario y horario de partidos. Es importante, que el director de juego conozca con antelación el orden de los equipos rivales y que proporcione al entrenador su visión de dicho calendario. (por ejemplo, no es lo mismo enfrentarse a un equipo que hace pocas rotaciones al inicio del campeonato que al final) Si no fuera un campeonato, sino un partido único de gran importancia, además de proporcionar información sobre el rival, el entrenador recogerá del jugador las sensaciones que ha tenido cuando se ha enfrentado a ese equipo y a determinados jugadores del equipo. También es importante que el base aporte su opinión acerca de cómo poder vencer a los rivales o que conductas debe realizar el equipo. EXPOSICIÓN DE LO QUE SE ESPERA DE ÉL. Es evidente, que el entrenador debe recoger propuestas, pero es igualmente importante que deje claro al jugador que es lo que debe hacer y como debe hacer, no solo a nivel técnico, o táctico sino que también se debe incluir un aspecto preparación psicológica frente al reto. Es muy importante que el director de juego sienta la confianza del entrenador en este tipo de competiciones y este momento es óptimo para manifestarla.

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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA. LORENZO, J. (2000). La preparación psicológica del deportista y del entrenador. C.O.E., U.A.M. Madrid. REFOYO, I. (2001). La decisión táctica de juego en relación a la respuesta biológica de los jugadores. Una aplicación al baloncesto como deporte de equipo. Tesis Doctoral. U.C.M. Madrid. RUIZ, L.M. y SÁNCHEZ, F. (1999). Rendimiento Deportivo. Gymnos. Madrid. SAINZ DE AJA, C. (1998). Dirección de equipo y de partido. Curso de Entrenador Superior de Baloncesto. F.E.B. Almunia de Doña Gomina. SAINZ, M. (2001). El contraataque. Curso de Entrenador Superior de Baloncesto. F.E.B. Málaga. SANCHEZ, F. (2000). El entrenador como director y manager de deportistas y equipos. C.O.E., U.A.M. Madrid. TORRES, A. y ARJONILLA, N. (1999). Fundamentos individuales. Curso de Entrenador de Primer Nivel. F.E.B. Madrid. TORRES, A. y ARJONILLA, N. (1999). Fundamentos individuales. Curso de Entrenador de Segundo Nivel. F.E.B. Madrid.

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CUESTIONARIO Y TRABAJOS

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PROFESOR/ES:

ALUMNO: LOCALIDAD:

FECHA:

ESCUELA NACIONAL DE ENTRENADORES


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1. CUESTIONARIO: El presente cuestionario pretende valorar los conocimientos adquiridos en la parte presencial y no presencial. Para contestarlo debe tener en cuenta los contenidos contemplados en los textos proporcionados y las consideraciones que proporcionen los profesores.

1.1. En que consiste el concepto de Programa Motor Específico. 1.2. ¿Son necesarias determinadas características de personalidad para practicar un determinado deporte?, o, ¿la práctica de un determinado deporte produce cambios en la personalidad de los deportistas, y si es así en que grado?

1.3. Qué normar básicas hay que respetar según Lorenzo, J., en la comunicación dentro del grupo.

1.4. Cuales crees que son las cualidades que debe poseer un líder.

1.5. Cuál crees que es la importancia del lanzamiento a canasta en los bases.

1.6. Actuaciones del director de juego en el contraataque.

1.7. Cuáles son los componentes de la comunicación no verbal.

1.8. Comenta las consideraciones a tener en cuenta en las reuniones del entrenador con el base.

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2. TRABAJO: Con este trabajo no solo se pretende valorar los conocimientos adquiridos, sino conocer las propuestas personales con respecto al curso. Evidentemente, la defensa de las propuestas personales deben estar suficientemente razonadas y argumentadas.

2.1. El director de juego debe ser un líder del grupo dentro del campo o no necesariamente.

2.2. Consideras que en el baloncesto moderno, el entrenador deja al base que tome decisiones estratégicas importantes. (elección de defensa, ataques, últimos minutos, etc)

2.3. Para ti, son importantes las reuniones entrenador-base. Si es así, cómo las afrontarías como entrenador y que objetivo tendrían esas reuniones.

2.4. Una vez desarrollado el curso, crees que el puesto de base requiere una atención específica a nivel técnico, táctico, psicológico, etc., en el entrenamiento dentro del equipo. Si es así, cuáles son tus propuestas.

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