Boletín informativo, número 90. Junio 2022

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Boletín informativo de Cáritas Diocesana de Sevilla Junio 2022

Número 90

SOMOS LO QUE DAMOS. SOMOS AMOR.


Sumario 3 Carta del director Memoria 2021

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Campaña

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Calidad

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Nuestras Cáritas

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Cara a cara. Alvar Sánchez

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Breves

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Proyectos

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Recomendaciones

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Boletín informativo de Cáritas Diocesana de Sevilla Director de Cáritas Sevilla Mariano Pérez de Ayala Jefa de Comunicación María José Carralero Realiza Departamento de Comunicación: Ainhoa Ulla Joaquín Cano Mercedes Romero Macarena Pérez

Plaza San Martín de Porres, 7. 41010 - Sevilla Telf: 954 34 71 84 comunic@caritas-sevilla.org www.caritas-sevilla.org Colaboran en este número Mariano Pérez de Ayala Manuel Garrido Natividad Morente Joaquín Cano Pablo Guija María Galán Manuela Torres Juan Antonio Morquecho Gil

Imprime Impresiones Ordás Teléfono: 954 35 64 09 Foto de portada Campaña de Caridad 2022 Cáritas Diocesana de Sevilla autoriza la libre difusión y reproducción de los contenidos de esta revista, citando autoría y procedencia.


Carta del director

Solidaridad y acogida con los refugiados Mariano Pérez de Ayala Director de Cáritas Diocesana de Sevilla

El inicio de la guerra de Ucrania desencadenó una ola de solidaridad en nuestros pueblos y ciudades con múltiples iniciativas dirigidas a la acogida de personas que abandonaban esa nación huyendo de los horrores de la guerra. La sociedad en general percibió la urgencia de acoger a estas personas y todo el mundo se sensibilizó ante la realidad de sufrimiento y desamparo de los refugiados de Ucrania. Pero me gustaría aprovechar esta circunstancia para reflexionar sobre la realidad del asilo y la protección internacional de las personas refugiadas. Según datos de ACNUR, 82,4 millones de personas viven forzosamente lejos de su hogar por guerras, violencia y graves violaciones de sus derechos fundamentales. Esto supone más del 1% de la población mundial y el número más alto jamás registrado por ACNUR. Actualmente, Siria es el primer país de origen de las personas refugiadas en el mundo, debido a una guerra que se ha cobrado cerca de 500.000 vidas y ha obligado a huir del país a 6,7 millones de personas. Junto a Venezuela (4 millones), Afganistán (2,6 millones), Sudán del Sur (2,2 millones) y Myanmar (1,1 millones) representan el 68% de todas las personas que buscan refugio en el mundo. Sin embargo, contrariamente a lo que se piensa, el 86% de las personas refugiadas tratan de buscar refugio en países vecinos, generalmente con escasos recursos para poder garantizarles una acogida digna y el respeto de sus derechos humanos. Turquía, con 3,7 millones de personas refugiadas, es el principal país donde se quedan atrapadas debido a las políticas de cierre y externalización de fronteras de Europa. Colombia, Pakistán, Uganda y Alemania completan la lista de los cinco principales países de acogida del mundo. A lo largo de 2021, en España se presentaron un total de 88.762 solicitudes de asilo, un 25% menos que el año anterior. Hubo ese año un récord de resoluciones de expedientes, con 114.919, incluyendo los acumulados de otros años. No obstante, solo el 5% fueron resueltos favorablemente, una cifra muy inferior a la media europea del 33%. Ello significa que ese 95% de personas que solicitan protección internacional en nuestro país y a las que se les

deniega, quedan en absoluta situación de vulnerabilidad, sin documentación y sin posibilidad de trabajar en nuestro país o de acceder a ningún tipo de ayuda pública. La Unión Europea ha arbitrado para los ciudadanos que vienen huyendo de la guerra de Ucrania un procedimiento urgente de acogida temporal que les permite tener permiso de residencia y trabajo por un plazo de un año, con la posibilidad de ampliación a otros dos y acceso a sistemas de ayudas para atención primaria, vivienda, así como la cobertura de gastos sanitarios, escolarización de menores, etc. Tanto las ayudas que provienen de las Administraciones, como la solidaridad de organizaciones y también de personas a título individual, están siendo una respuesta eficaz ante la llegada y la integración de personas que se ven obligadas a abandonar Ucrania por razón de la guerra. Ello no nos puede hacer olvidar a otros muchos que vienen huyendo de las guerras olvidadas de África, de las actuaciones de los grupos de terrorismo yihadista, de dictaduras ignominiosas… Ya se anuncia por parte de Cáritas Internacional y de Manos Unidas, entre otras organizaciones, la situación de hambruna desencadenada en naciones del África subsahariana y que está obligando a desplazamientos importantes de población. Muchos de ellos están a escasos cientos de kilómetros de nosotros, a las puertas de Europa. Muy pocos se acuerdan de ellos, nadie fleta autobuses para traerles y acogerlos en nuestras casas…les ponemos vallas y concertinas, firmamos tratados con países terceros para que no los dejen pasar. Crecen los discursos de odio y rechazo. O nuestra mirada y nuestra reacción es de igual intensidad ante todas las realidades de sufrimiento que generan los fenómenos de movilidad humana, sean estos provocados por la razón que sean, o no seremos fieles a nuestra aspiración a la fraternidad entre todos los seres humanos.

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Memoria 2021

Cáritas Diocesana de Sevilla acompañó en 2021 a 14.233 familias invirtiendo cerca de diez millones de euros

Un total de 3.626 personas se beneficiaron de los programas especializados de Cáritas. El número de personas beneficiarias de las ayudas, 42.669, desciende a niveles de 2019, sin embargo, la inversión aumenta debido, entre otras causas, a la cronificación de la pobreza y el agravamiento de la situación de muchas familias que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad antes de la pandemia. El pasado 20 de junio, se presentó en rueda de prensa la Memoria 2021 para rendir cuentas de nuestra acción durante el pasado año. En la presentación estuvieron presentes don José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla y Mariano Pérez de Ayala, director de Cáritas Diocesana. Cáritas Diocesana de Sevilla constata, tras dos años desde el inicio de la pandemia que, la crisis social y económica que ha generado la COVID 19, ha vuelto a golpear con mayor fuerza a aquellas personas y familias que ya se encontraban previamente en una situación de exclusión. Los datos aportados por el último informe FOESSA sobre el impacto de la crisis en Andalucía así lo reflejan. Aunque ha sido una situación que ha afectado a la población en general, no ha afectado a todos por igual, de la misma forma en la que tampoco todos han contado con los mismos recursos para afrontar los efectos de esta crisis.

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Según la Fundación FOESSA, un 26,3% de la población andaluza, que en el territorio de nuestra archidiócesis supone una cifra cercana a las quinientas mil personas, se encuentra en situación de exclusión, la mitad de ellos en exclusión severa. Una situación generada principalmente por factores de exclusión como el desempleo, las dificultades de acceso y mantenimiento de la vivienda o las carencias económicas para los cuidados de salud, además de la brecha digital que ya supone un factor de exclusión más y que dificulta el acceso a prestaciones y servicios a los que estas personas y familias tienen derecho. Los resultados de este estudio también revelan que los hogares en los que el sustentador principal es una mujer, los que tienen dos o más hijos, los jóvenes entre 29 y 35 años y la población extranjera han sido y son, los colectivos más afectados por la actual situación.


Memoria 2021 Algunos rasgos de las personas y familias atendidas Desde el trabajo de atención desarrollado por las Cáritas parroquiales, el perfil de las personas y familias beneficiarias se ubica a lo ancho del espacio social de la exclusión y la precariedad, aunque son constantes significativas: •

Carencia e insuficiencia de rentas. Situaciones de desprotección social, carencia e insuficiencia de subsidios sociales y recursos públicos de respaldo.

Situaciones de ausencia o debilidad de apoyos familiares y sociales.

La monoparentalidad femenina. Graves situaciones de deterioro psicopersonal y desvinculación social. La falta de cualificación profesional y educativa, sumada, a veces, a condiciones de desmotivación y desmovilización personal.

Incidencia de factores objetivos de precarización y bloqueo de las posibilidades de promoción personal: desempleo, explotación laboral, irregularidad, temporalidad, bajos salarios.

Dificultades y obstáculos para la regularización de la situación jurídica y administrativa constituyen un factor de precarización de primera magnitud para las personas migrantes.

Somos lo que damos En medio de este contexto, y ante realidades tan diferentes, el compromiso de Cáritas con estas personas y familias continúa inalterable. Aunque, pasado el momento de emergencia, el número de familias atendidas haya descendido respecto a 2020, rozando niveles de 2019, lo cierto es que la grave situación que viven muchas de ellas, antes y a causa de la crisis, ha exigido una mayor inversión en los recursos ofrecidos para responder de la manera más eficaz y adecuada a sus necesidades, sin dejar de lado el objetivo no solo de cubrir gastos inmediatos, sino de intentar posicionarlas en una situación de promoción que les facilite el camino hacia la inclusión.

De esta manera, durante 2021 las Cáritas parroquiales acompañaron a 14.233 familias, una atención de la que se beneficiaron de forma directa 42.669 personas y que necesitó la inversión de 5.044.515 euros, un 3,2% menos que el ejercicio anterior. Aunque la inversión de las Cáritas en atención primaria ha descendido ligeramente, las ayudas en alimentación (2.458.273 €) y los gastos derivados de la vivienda (978.572€) continúan siendo las principales demandas. Como mencionábamos antes, además de cubrir necesidades inmediatas, Cáritas continúa apostando por la promoción de las personas a las que acompaña, un trabajo que se desarrolla a través de los centros y proyectos de atención específica a los que se deriva y en los que participan muchas de las personas que son atendidas en las parroquias. Así, en el Programa de Empleo participaron 962 personas, de las cuales, 186 consiguieron un puesto de trabajo que les permitió volver a insertarse en el mercado laboral. Desde la atención a la grave exclusión, 487 personas fueron atendidas por nuestros proyectos de personas sin hogar a través de la atención en calle y el centro de atención integral ‘Amigo’; 248 mujeres participaron en 10 proyectos específicos; 342 personas en proyectos de infancia y adolescencia; 508 migrantes fueron atendidos a través del proyecto Nazaret y 4 proyectos parroquiales, la mayoría de ellos precisaron acompañamiento en asesoría jurídica sobre nacionalidad y extranjería; en los proyectos de atención a personas mayores participaron 450 personas, el Centro de Educación Especial San Pelayo contó con 154 alumnos, y la

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Memoria 2021 empresa de economía social de Cáritas Diocesana, Bioalverde SL, facilitó la inserción laboral de 28 personas. Además, Cáritas Diocesana de Sevilla presta un servicio de información general, asesoramiento jurídico y orientación en materia de Seguridad Social y Vivienda, de la que se beneficiaron en 2021, 741 personas. Por último, la entidad colaboró el pasado año con un proyecto de Cooperación Fraterna, junto a la Diócesis de Nador y Oujda, a través del cual se pudo atender a 447 personas que están desarrollando su proyecto migratorio y han necesitado algún tipo de ayuda, especialmente sanitaria. Para poder desarrollar toda esta acción, Cáritas Diocesana de Sevilla invirtió el año pasado un total de 9.920.625 €. Esta cifra es fruto de la inversión de los 6.052.680 € de Cáritas Diocesana y los 3.867.945 € invertidos por las Cáritas parroquiales. De estos datos cabe destacar dos cuestiones: El 66% de los ingresos con los que Cáritas ha contado durante el año 2021 provienen de fondos privados entre los que destacamos las aportaciones de las Cáritas parroquiales, socios, donantes y empresas colaboradoras. También es reseñable que la aportación procedente de subvenciones públicas ha aumentado hasta suponer el 34% de los ingresos. De los 6.052.680 € millones aportados por Cáritas Diocesana, cerca del 50% se destinó a programas de promoción integral de las personas, inclusión social, inmigrantes, empleo y economía social; y

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un 38% se destinó a reforzar la labor de las Cáritas parroquiales y otras instituciones con las que colaboramos. Ayuda, promoción e integración Desde la entidad de la Iglesia, queremos seguir prestando una cuidada y personalizada atención a las personas y familias privadas de los recursos más básicos; además de dirigir nuestro trabajo a la promoción de las personas desde una dimensión transformadora actuando sobre los factores estructurales determinantes de la exclusión social, exigiendo soluciones innovadoras, viables y eficaces. Por este motivo, proponemos a las administraciones públicas, a nivel nacional, autonómico y local: •

El mantenimiento estable de las medidas provisionales relativas a la mejora de la salud, la vivienda, el empleo o la protección social.

La implementación de medidas que reduzcan la precariedad de los empleos no cualificados que afectan singularmente a los sectores excluidos y la complementación retributiva a los salarios escasos con prestaciones o deducciones fiscales.

La garantía de un sistema de salud pública de calidad, de atención a la dependencia y a la salud mental, de modo que los recursos sanitarios lleguen a todas las personas y en todas sus necesidades.


Memoria 2021

Políticas eficaces frente a la exclusión residencial para el acceso y mantenimiento estable de la vivienda digna y segura.

Recursos para la superación de la brecha digital y el mantenimiento del acceso presencial a los servicios públicos evitando la exclusión de quienes quedaron fuera de los medios digitales.

La mejora urgente de la cobertura y tramitación fluida del Ingreso Mínimo Vital y la Renta Mínima de Inserción Social de Andalucía, de manera que alcancen a todas las personas que los necesiten y sean eficaces para sus necesidades básicas.

Quisimos también recordar a nuestros gobernantes que estas exigencias vienen avaladas por la constatación de que la mayoría de las familias y personas que sufren condiciones de pobreza, privaciones o exclusión social se levantan cada mañana con la esperanza, iniciativa y esfuerzo necesarios para salir de su situación y recorrer el difícil camino que los separa de la integración, en la búsqueda de trabajo, en el estudio, en la participación en programas formativos de servicios sociales públicos y privados, demostrando así la falsedad del supuesto efecto desincentivador de las prestaciones sociales. Los miles de personas y familias sevillanas que engrosan las filas de la exclusión social son incapaces de superar con recursos propios sus difíciles condiciones de vida generadas por un sistema socioeconómico caracterizado por la injusticia y la desigualdad.

Necesitan ineludiblemente de políticas públicas dirigidas a la transformación estructural de tales condiciones y a la solidaridad efectiva de todo el conjunto social. Para finalizar, queremos volver a poner en valor la solidaridad de tantas personas que colaboran con nosotros. Sobre todo, a los 2.739 voluntarios que trabajan día a día por ayudar a las personas que más lo necesitan, a los técnicos y colaboradores de la institución cuya vocación les hacer permanecer al lado de los más vulnerables y defender sus derechos, y cómo no a la solidaridad de los miles de socios y donantes particulares, y a las más de setenta empresas cuyo compromiso hacen también que nuestra acción sea posible. Día de la Caridad. Somos lo que damos. Somos amor. Como cada año, la Memoria 2021 de Cáritas Diocesana de Sevilla se presenta con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi, Día de la Caridad y fecha muy importante para nuestra institución. Este año, junto al lema #SomosLoQueDamos, Cáritas ha llamado a la sociedad a ser, en la cotidianidad, esperanza, justicia y amor para los demás. Es el testimonio cristiano que da vida a nuestro lema de campaña de este año y que titula hoy nuestra memoria.

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Campañas

Somos lo que damos Somos amor Desde Cáritas queremos poner en valor el amor por los demás como propuesta de vida: una invitación a la comunidad cristiana y al resto de la sociedad a construir nuestros proyectos personales y colectivos de vida desde un amor concreto y social, un amor ágape de mesa compartida, comprometido con todo lo que nos importa: - con las personas, y en especial, con aquellas más frágiles y vulnerables; - con la Creación y nuestra casa común, su cuidado y preservación; - con la justicia y los derechos humanos para conducir nuestras relaciones y el bienestar común. Se trata de vivir y reflejar un amor que da la vida a otros, que se comparte en fraternidad y que es fiel, capaz de sostenerse en el tiempo, de permanecer, no desde el voluntarismo sino desde una experiencia de encuentro personal y comunitario con el Evangelio de Jesús. En Cáritas somos testigos de que este amor mueve los corazones de muchas personas que quieren ayudar, colaborar, participar en un proyecto de sociedad nueva que se construye menos desde el individualismo y más desde un nosotros compartido que piensa en el “para todas las personas”. Los cristianos y cristianas estamos llamados a vivir en coherencia con este amor y a reflejarlo en el día a día, en nuestras acciones y decisiones, en un estilo de vida más sencillo y austero, en una forma de ser que lleva a hacerse pan para otros, a tejer red y relaciones con otros diferentes, a contagiar alegría, esperanza y confianza en que juntos, como sociedad, a pesar de vivir divididos, podemos experimentar comunión y fraternidad. Ser del grupo de seguidores de Jesús nos compromete a compartir la mejor versión de nosotros mismos, y a enredarnos e implicarnos en la vida de los otros. Es un compromiso que pone en

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juego nuestra forma de mirar, de pensar y de sentir para volcarse en la vida concreta y con nombre que nos pide cuidado, acogida, protección, sanación. Vivir de forma comprometida significa vincularse, no pasar de largo ni mirar para otro lado. Comprometerse desde el amor y por amor nos lleva a superar el miedo al fracaso, al conflicto, a la monotonía o a la inercia, y nos invita a situarnos en el permanecer, en la fidelidad, en el “estoy aquí aunque no me veas o no quieras verme”. Nuestro compromiso como creyentes, como comunidad cristiana, como Cáritas, no puede dejar espacio a la tibieza ni al conformismo. Debe procurar que la verdad de Jesús se abra espacio en los lugares comunes de la vida cotidiana para que las corrientes de solidaridad fluyan y se puedan encauzar en favor de quienes más lo necesitan.


Calidad

Calidad y calidez en la atención de Cáritas a las personas más desfavorecidas Manuel Garrido Fuego Responsable de Calidad

Cáritas Diocesana de Sevilla, con el apoyo técnico y económico de Cáritas Española, está realizando un proceso encaminado a la definición, implantación y certificación de un Sistema de Gestión de Calidad según la Norma ISO 9001:2015. El ámbito de aplicación de esta norma se circunscribirá a los departamentos de Empleo, Grave Exclusión y Migraciones y está previsto que los trabajos finalicen en el cuarto trimestre del 2022. Para Cáritas, la calidad es una exigencia ética, ineludible e imperativa que emana de nuestro Modelo de Acción Social y del Marco de Intervención con Personas en Grave Situación de Exclusión Social. Es un compromiso ético con los más desfavorecidos, que tienen el derecho a la mejora de su calidad de vida y bienestar, mediante un acompañamiento y atención con la mayor calidad y calidez posibles, desde la centralidad de la persona. La implantación de un sistema de gestión de calidad, responde al compromiso derivado de la propia identidad de Cáritas como servicio organizado de la caridad por parte de una Iglesia que es “comunidad de amor” y donde “la caridad necesita también de organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado”. Por eso, “a la espontaneidad debe añadirse también la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones similares” (Deus Caritas Est 19, 21, 31). Este compromiso con la calidad nos debe llevar a orientar de forma permanente nuestra organización y recursos para responder, con la máxima eficacia, a los retos que la realidad cambiante de la pobreza y la exclusión demandan en cada momento, todo ello con una mirada global y abierta al mundo.

Para ello es fundamental establecer modelos de mejora continua, orientados a la satisfacción de las personas, al incremento de la eficacia en los resultados e impactos, a la mejora en la eficiencia en la aplicación de recursos, y al equilibrio entre eficacia en las intervenciones y la gestión. La gestión de la calidad, además, nos debe ayudar a sistematizar los procesos de trabajo y decisión, estableciendo sistemas de medición, planificación y evaluación, permitiendo reducir la arbitrariedad y facilitando la gestión del conocimiento y la transparencia. Por último, es necesario poner de relieve que la implantación de este sistema de gestión de calidad, pretende dar respuesta a una serie de compromisos que se expresan en la política de calidad de Cáritas Diocesana de Sevilla: •

Garantizar el cumplimiento de los derechos fundamentales de la persona.

Proporcionar el acceso a los recursos necesarios para que las personas atendidas puedan tener una vida digna.

Informar, denunciar y sensibilizar a la opinión pública sobre las situaciones de pobreza y vulnerabilidad, sobre sus causas, consecuencias y la posibilidad de participación en el cambio.

Implantar y mantener un Sistema de Gestión de Calidad basado en los requisitos de la Norma UNE-EN ISO 9001:2015 que permita valorar los resultados alcanzados, con actividades que puedan identificarse, describirse y evaluarse, en el marco de un proceso de mejora continua.

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Nuestras Cáritas

Cáritas Parroquial de San Eutropio en Paradas Natividad Morente Directora CP San Eutropio

En plena campiña sevillana se encuentra la villa de Paradas, fundada en 1460 por Don Juan Ponce de León, quien, según su testamento, mandó edificar en el término municipal de Marchena una iglesia en honor al Santo Mártir de Saintes, San Eutropio. Nuestra parroquia da cobijo a diversos grupos parroquiales, así como a cuatro hermandades de penitencia, el Grupo de Fieles Virgen de los Remedios y la Asociación Parroquial San Eutropio. Paradas cuenta con 6.850 habitantes, lo que facilita conocernos prácticamente todos. Las cinco personas que forman nuestro equipo forman parte de la familia de los usuarios. Antes de su renovación, el grupo Cáritas parroquial estaba formado por personas mayores, muy limitadas en su actividad por razones de edad. Su labor se ceñia al reparto de alimento y el pago esporádico de algún tipo de suministro. Desde hace unos años trabajamos por cambiar el sentido de Cáritas: tratando de humanizar la relación de ayuda; queriendo reconocer a un hermano en cada persona que se acerca a nosotros; queriendo poner el corazón, además del oído, en la atención, porque Cáritas es también una llamada al corazón, al corazón de la comunidad, una experiencia viva y participada de solidaridad, de sensibilidad y de compromiso compartido con las personas que necesiten de nosotros. Mi prójimo es cualquier persona que tenga necesidad de nosotros. El mayor sufrimiento de las personas en situación de pobreza radica, a veces, para ellos, en la vergüenza de la misma pobreza. Con la ayuda de técnicos y formadores de Diocesana, hemos trabajado para que los voluntarios crean en el cambio hacia una sociedad más justa, un voluntariado activo que aporte a la sociedad no sólo

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desde las tareas realizadas, sino también desde las actitudes expresadas, capaz de organizarse y dar respuestas coherente desde la acción, que plasme a través de su participación, unos valores como la solidaridad, la gratuidad y la igualdad, en definitiva hacerse presente junto a las personas que viven la injusticia de la pobreza. Cáritas ha tenido la valentía de llamar a la puerta de ayuntamiento e instituciones, pedir las ayudas sociales que le corresponden a muchas personas y, por desconocimiento, no recibían, incluyéndolos en los planes de emergencia y talleres de empleo. Cáritas, parroquia, los grupos parroquiales y las hermandades trabajan cada día de la mano, atentas a las necesidades de nuestros hermanos, trabajando con mucho tesón y mucha imaginación. Solidaridad, misericordia, generosidad y, sobre todo, acoger y comprender... Es increíble cuánto se aprende de las hermandades: son presente y futuro en nuestra vida de parroquia. Sus grupos jóvenes destacan en el arte de amar, en la caridad viva y presente reflejada en las


Nuestras Cáritas necesidades de la parroquia. Nos dice el papa Francisco de la comunidad parroquial que “es y está llamada a ser comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero”. Proyectos como “Aprendo Contigo”, apadrinado por el Grupo Joven de la Hermandad de Jesús Cautivo y Santísima Virgen del Mayor Dolor, ha hecho posible por tercer año consecutivo aportar a la Cáritas ayuda de material escolar. En coordinación con la Hermandad de Jesus Nazareno y Santísima Virgen de los Dolores, se ha puesto en marcha un proyecto que rebosa ilusión y esperanza: “Desayunos con alma”, un buen desayuno alegra el cuerpo, un desayuno nazareno alegra hasta el alma. Este proyecto va dirigido a familias con niños en edad escolar, sin recursos, donde la hermandad proporciona el desayuno a estas familias. “Camina conmigo”, propio de la Cáritas de San Eutropio, donde participan todas las hermandades de penitencia, el Grupo de Fieles Virgen de los Remedios y la Asociación Parroquial San Eutropio, hace posible la entrega de calzado nuevo a todos los niños de familias atendidas por Cáritas. La situación social y económica es dura para inmigrantes, parados de larga duración y mayores con escasas pensiones. Por ello, en cada persona, ante cada problema que surge, se nos llama a actuar junto a ellos a servir y a ayudar. Hay momentos en que pensamos que nos faltan fuerzas para seguir, es entonces cuando verdaderamente hay que creer en Dios.

Trabajamos en muy buena sintonía con Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Paradas, estamos presentes en la Mesa de Trabajo y Vivienda, existiendo una magnífica relación, nos informan de las ayudas, prestaciones y servicios de los que nuestros usuarios se pueden beneficiar, que son de gran ayuda en el trabajo diario. Cada vez hay más personas que no pueden elegir cómo y qué comer por falta de ingresos. Debemos ayudar a las familias a cubrir sus necesidades básicas de forma digna, en función de la edad, cultura o necesidades especiales; llevando a cabo una actividad tan fundamental como es poder tener una alimentación digna que contemple el acceso a productos frescos como carne, verduras o pescado. No podemos esperar que los pobres llamen a nuestra puerta, tenemos que salir a su encuentro. Cada día nuestro grupo intenta llenarse de Dios, intenta ser sonrisa de tantas personas que no la tienen, ser mirada de ilusión para quienes la han perdido. Intentamos ser valientes y llamar a Dios por su nombre. Cada día trabajamos por una sociedad más justa, que otorgue las mismas oportunidades a todas las personas. Oración, trabajo y de la mano del Señor intentaremos llevar a cabo todos los proyectos de esta Cáritas.

Terminar con la pobreza no es un sueño ni una utopía, sino una responsabilidad de todos. Vivimos en una sociedad desesperanzada. Mientras haya personas que vivan sin disfrutar de los mismos derechos que nosotros, no podemos quedarnos al margen. Nuestra Cáritas ha trabajado los últimos años por la dignidad de la persona en la alimentación, calzado y vestido. En definitiva, trabajar por una Cáritas humanizada.

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Nuestras Cáritas

Fray Carlos Amigo, gran promotor de la pastoral diocesana de la caridad

Joaquín Cano Técnico de Comunicación

El pasado 27 de marzo falleció en Madrid, a los ochenta y siete años, fray Carlos Amigo Vallejo, cardenal de la Iglesia y arzobispo emérito de Sevilla. Con su partida a la Casa del Padre, don Carlos deja en nuestra comunidad diocesana una honda sensación de tristeza, consecuente con la huella de su testimonio personal, de su extraordinario carisma y de su extenso ministerio pastoral en la archidiócesis. El episcopado hispalense del cardenal Amigo cubrió un extenso período de veintisiete años -entre 1982 y 2005-, de enorme significado histórico para nuestro país y nuestra archidiócesis. Fueron, en general, años de grandes modernizaciones y cambios de todo orden. Años de conquista y consolidación de grandes niveles de bienestar, en el plano social, que también produjeron, sin embargo, nuevas fracturas sociales. Años también de grandes cambios en la vida de la Iglesia postconciliar, que se asomaba a la postmodernidad y a los desafíos de la nueva evangelización con el formidable impulso del magisterio social de Juan

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Pablo II y Benedicto XVI. En esta cierta perspectiva histórica, nos gustaría apuntar algunas ideas sobre la relación de fray Carlos con nuestra Cáritas, una institución a la que reconoció, acompañó, cuidó y promovió hasta convertirla en un referente pastoral de la Iglesia diocesana. La importante actualización institucional, como, en general, el importante desarrollo de la pastoral de la caridad conseguidos al final de su episcopado, no fueron, naturalmente, el resultado de un proceso lineal, planificado y controlado, sino más bien providencial, trabajosamente conquistado y no siempre vivido con viento favorable. Destaca, sin embargo, como corriente subyacente durante estas tres décadas, la atención permanente prestada por don Carlos a las diversas manifestaciones de la “cuestión social”. El paro, en los ochenta: “Muchos son los problemas de la Iglesia de Sevilla y a todos quisiera Cáritas dar una respuesta inmediata -escribía en 1984-, pero en esta jornada del Día nacional de Caridad va a fijar su atención sobre un problema que está muy presente en las preocupaciones sociales


Nuestras Cáritas y caritativas de nuestra Iglesia diocesana: el paro laboral”. Las realidades emergentes de pobreza, con palabras que resuenan hoy como un aldabonazo sobre nuestras conciencias: “Diez millones de personas malviven en Europa, entre ellas setecientos sesenta mil españoles. Son los emigrantes. [...] No debemos querer para quienes nos llegan de fuera aquello que no querríamos para los nuestros que se debaten en tierras extrañas. Lo absurdo sería que no resonasen aquí las voces con que pretendemos defender al emigrante español en Europa”. Las pobrezas persistentes: “Habíamos pensado -escribía entrados los noventa- que con el desarrollo y el bienestar desaparecerían las viejas formas de pobreza. Sin embargo, continúan: carencia de vivienda, alimentos, trabajo, droga, alcoholismo, juego, prostitución, violencia, racismo, xenofobia, enfermos, ancianos, deficientes, inmigrantes, transeúntes, refugiados... Para qué seguir”. Pero, junto a ello, quizás sea el reconocimiento de la dimensión pastoral de Cáritas como una “acción eclesial esencial” lo que constituya su intuición más genuina del prelado. La enunciaba ya en 1983, en los primeros compases de su gobierno diocesano, cuando escribía: “Cáritas es el gran servicio de la comunidad cristiana en favor del amor fraterno, como la cara visible de cuanto celebramos en la fe, la realización práctica y efectiva de lo que predicamos con la palabra. Por eso, en ninguna comunidad cristiana debe faltar Cáritas”. De ahí brotarán precisamente tres intenciones fundamentales y permanentes durante toda su trayectoria: el respaldo incondicional a la labor de la institución, su dimensionamiento pastoral y la implantación en las parroquias. La importante reforma estatutaria de 1987, mediante la que se aplicaron las condiciones de la reordenación diocesana de 1984, fue quizás el primer gran hito institucional del pontificado. La reforma precipitó importantes novedades organizativas, como la participación a través de la asamblea anual, la representación de las zonas territoriales de la diócesis en el Consejo Diocesano o una nueva estructura de servicios en la que ganaba peso la formación, que obraron como verdaderos factores desencadenantes de la gran renovación de los años noventa. La continua apelación a la organización, al encuentro y a la

coordinación cristalizó ya en 1990 en la creación de la Fundación Cardenal Spínola de Lucha contra el Paro, un hecho verdaderamente significativo del avance pastoral e institucional, como primer gran fruto de la colaboración entre Cáritas Diocesana, los movimientos apostólicos, las hermandades y las organizaciones eclesiales. A finales de la década de los noventa, en noviembre 1998, se celebró en la archidiócesis el Congreso Diocesano de Caridad y Pobreza, convocado por el arzobispo como acción pastoral en el horizonte del Año Jubilar, que movilizó y congregó a cientos de personas durante sus fases de preparación y celebración, y supuso un formidable acontecimiento de revisión pastoral y de participación del laicado. El congreso, junto con la carta pastoral “Caridad y pobreza”, publicada con motivo del mismo, constituyen, quizás, la culminación de la intención pastoral del cardenal en relación con la institución, y tendrán repercusiones inmediatas y decisivas en el plano la integración de la pastoral sociocaritativa y en el reconocimiento de la función y referencial de Cáritas en la misma. En 2005, Cáritas Diocesana celebraba su cincuentenario y, con él, un nivel de madurez institucional y organizativo directamente entroncado con el de la Cáritas de nuestros días. Así lo reconocía el cardenal en “La Caridad en la vida de nuestra Iglesia”, segunda gran carta pastoral sobre la institución, en la que exhortaba al fortalecimiento de la dimensión evangelizadora y la eclesialidad. En 2007, con ocasión del vigésimo quinto aniversario de su pontificado, don Carlos quiso que el regalo de la archidiócesis fuera la creación de un centro residencial de Cáritas para personas sin hogar. Este es el Centro Amigo, verdadero referente de la lucha contra contra la exclusión, que lleva precisamente su nombre y queda entre nosotros como signo del compromiso, afecto y respaldo mostrado durante su ministerio pastoral y aun hasta el último día.

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Nuestras Cáritas

10 años de Cáritas Universitaria

Pablo Guija Presidente de Cáritas Universitaria

Se cumple en pocos meses el décimo aniversario de Cáritas Universitaria, constituida en octubre de 2012 por decreto del entonces arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, con el fin de estimular y consolidar la labor caritativa que realizaba la Pastoral Universitaria desde su creación en 1988. Comenzaba, de este modo, a realizar su labor, primero, en la Universidad de Sevilla, a través de la colaboración con el Vicerrectorado de Estudiantes, y más tarde, desde 2014, en la Universidad Pablo de Olavide, a través del programa de becas “La Rosa Blanca”, bajo la supervisión del Vicerrectorado de Estudiantes, Cultura y Compromiso Social.

que desempeña sus servicios en colaboración con ellas. Además, mantiene estrechos lazos de cooperación con la Hermandad de los Estudiantes; y colabora y trabaja coordinadamente con las Cáritas parroquiales en el desarrollo de su acción social.

Cáritas Universitaria es una institución caritativa y social de la Iglesia de Sevilla que, fiel al mandato evangélico de Jesucristo, realiza un servicio de asistencia, formación y ayuda a estudiantes universitarios y, en general, a miembros de la comunidad universitaria en dificultades sociales y económicas. Pertenece, por un lado, a Cáritas Diocesana de Sevilla, de quien recibe el respaldo institucional; y, por otro, está íntimamente unida a las universidades de la archidiócesis -la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide -, puesto

La labor de acogida es uno de los ejes de nuestra actividad. En ella nos abrimos, nos encontramos y tendemos nuestra mano a los estudiantes que acuden a nosotros en demanda de ayuda. Se trata de una labor difícil, con situaciones a veces duras y complejas provocadas por situaciones familiares, problemas de salud, etc... A estas personas, además de hablarles de las posibilidades de ayuda que podemos ofrecerles, procuramos orientarlas hacia los recursos universitarios (ayudas de comedor, programas de alojamiento,

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El voluntariado de Cáritas Universitaria está formado actualmente por un grupo de unas treinta y cinco personas, entre profesores, estudiantes y personal de administración y servicios. Y su funcionamiento está estructurado en torno a las dos grandes líneas de acción desarrolladas: la acogida y el programa de Personas Sin Hogar (PSH).


Nuestras Cáritas ayudas propias), hacia las Cáritas parroquiales o hacia los servicios de Cáritas Diocesana. El perfil de los estudiantes solicitantes de ayuda va evolucionando con el tiempo, observándose más demanda de estudiantes extranjeros últimamente. Durante la pandemia, esta actividad de Cáritas Universitaria ha tenido que adaptarse al entorno y las herramientas digitales, si bien en estos momentos se ha recuperado la presencialidad. Junto a la acogida, el programa de Personas Sin Hogar se desarrolla en el seno de Cáritas Universitaria con una doble misión: por un lado, acompañar a uno de los colectivos más vulnerables, olvidados e invisibilizados de la sociedad; y, por otro, dar a conocer esta realidad a la comunidad universitaria. Si bien no era el primer proyecto de este tipo en Sevilla (el proyecto “Levántate y anda” de la parroquia de San Vicente fue el primero en una Cáritas parroquial), tuvo desde su inicio un carácter diferenciador: nunca ha estado circunscrito a un área particular o barrio, sino que acude a aquellas zonas de Sevilla con más presencia de personas sin hogar, sin importar lo lejos que estén. Todas las semanas, voluntarios vinculados a la comunidad universitaria se organizan en varias “rutas” y, propiciando la ocasión mediante el ofrecimiento de un café o un caldo, tratan de entablar conversación con estas personas, de interesarse por ellas y por su situación. Una conversación siempre consentida, siempre amable, siempre buscando que se sientan escuchadas. Esa es la labor del voluntario, establecer vínculos donde hay desvinculación, intentar, al menos por un rato, por unos minutos, una conversación normal y fraterna. A veces, con el tiempo y la confianza, se consigue ayudar a estas personas en otro nivel.

Pablo de Olavide: el Programa Estudiantes, de la Hermandad de los Estudiantes, en colaboración con la Fundación Manolo Maestre Dávila, la Fundación Casablanca y la Fundación OHL, en la primera; y el programa patrocinado por la Obra Social de la Fundación “La Caixa” y a la Fundación Persán en la segunda. Desde Cáritas Universitaria damos gracias a Dios por estos diez años que vamos a celebrar, por todos los voluntarios que lo hacen posible, por la confianza que depositan en nosotros las personas que lo solicitan, por las universidades que nos apoyan y promocionan, y por las instituciones que generosamente colaboran con nosotros. Y seguimos pidiendo para que el Señor, que comenzó la obra buena, Él mismo la lleve a término.

Tanto los voluntarios de acogida como los colaboradores en el programa de Personas Sin Hogar reciben formación por parte de Cáritas Diocesana, lo que propicia momentos de encuentro, convivencia y reforzamiento de la identidad. También se busca compartir momentos de oración para cuidar la verdadera motivación. Además de estas dos líneas de acción, Cáritas Universitaria colabora también en los programas de becas y ayudas sociales para estudiantes universitarios en situación de necesidad realizados en la Universidad de Sevilla y la Universidad

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Cara a cara Alvar Sánchez, sj Delegación Diocesana de Migraciones de Nador

“Dios se revela en la movilidad humana: o la abrazamos o la rechazamos” Alvar Sánchez es jesuita, con estudios de Educación Infantil,

Psicopedagogía

y

Teología.

En

su

trayectoria profesional y de vida, destaca su trabajo en el Servicio Jesuita a los Refugiados (SJR) en la República Democrática del Congo, Ruanda y Sudán del Sur, destinos en los que estuvo coordinando la intervención educativa en favor de desplazados, refugiados y de la población local. Actualmente es Promotor de Proyectos en la Delegación Diocesana de Migraciones (DDM) de Nador, en Marruecos. El equipo de trabajo en el que está inmerso, coordina diferentes intervenciones en favor de la población más vulnerable en la Región Oriental de Marruecos y con la que Cáritas Diocesana de Sevilla colabora desde 2018 desde Cooperación Fraterna.

Alvar, cuéntanos cómo llegaste a Nador y qué misión cumples aquí.

¿Pensabas encontrarte con esta cuando te destinaron a Nador?

Como jesuitas, nos vamos ubicando en aquel ámbito de misión que responde más a esa vocación dentro de nuestra vocación religiosa. Hay quienes sentimos una llamada, quizás más misionera, y por ello responden los destinos de los últimos años al Servicio Jesuita para los Refugiados y, bueno, de alguna forma también he acabado en Marruecos, en esta herida que es la de la Frontera Sur, tratando de ofrecer un acompañamiento a las personas en situación de movilidad, a través de la Delegación Diocesana de Migraciones, con lo cual no estamos en una obra jesuita, sino que estamos al servicio de la Iglesia local, de una diócesis africana. Y bueno, en esta tierra de mayoría musulmana, también tenemos una presencia muy humilde como Iglesia, pero con una ambición muy importante, y con mucho impacto entre las personas que se hallan en situación de movilidad, y cuya situación actualmente es dramática.

Cuando vi el volumen de personas en movilidad… hubo una especie de contraste. En ese momento yo venía de un lugar donde estábamos presentes en cuatro campos de refugiados en Sudán del Sur, con un total de 145.000 refugiados. Entonces, claro, ser enviado a un lugar donde apenas había 4.000 personas, al principio piensas que va a ser una intervención de otro tipo.

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realidad

En seguida me sentí profundamente impactado por algunos informes y diagnósticos. Quien realizó el diagnóstico con ayuda de otras personas de la ONG, es un compañero jesuita con mucha experiencia en África, y allí él me confesó que, a pesar de haber estado en tantos contextos y tantos lugares duros, nunca había visto tanto sufrimiento como el que había presenciado en estos bosques.


Cara a cara En el momento en el que llegué, fallecían una media de seis migrantes al día. Ahora, ese número se ha multiplicado. En 2019, fallecieron poco más de novecientas personas, en 2020 más de 2.100 personas, y el año pasado, 4.404 fallecieron en las rutas de acceso a España, según el colectivo Caminando Fronteras. Muchas de estas personas que antes han estado en Nador, ante la imposibilidad de poder progresar en su ruta migratoria hacia el norte, debido a la militarización y a la externalización de esta frontera que Europa proyecta sobre la costa africana, lo que hacen es buscar una alternativa, y se desplazan hacia el sur del país tratando de salir hacia las Islas Canarias… claro, allí se encuentran con un oleaje increíble, inaudito de un océano. Nada que ver con el oleaje de un mar, y por eso el número de víctimas va creciendo exponencialmente año tras año. ¿Cómo describirías la situación actual en la frontera de Nador? ¿Y en Oujda? Dolorosa. La semana pasada hubo un nuevo intento de salto. Fue el cuarto, previamente habían sido tres, dos de ellos multitudinarios. El primero, rompió todos los tristes récords de personas en un mismo intento de cruzar una frontera. Todos estos intentos se han saldado con muchos heridos. Algunos de ellos no responden a los estímulos, algunos de ellos han quedado hemipléjicos... nos resulta muy difícil señalar y juzgar, simplemente lo que hacemos es valorar lo que no debería suceder. Es un desafío que no tenemos resuelto. Actualmente la herida en esta frontera se ensancha y se ahonda, y no estamos a la altura de poderla responder como desearíamos, por lo cual lo que hacemos es acompañarla con los medios que tenemos, que gracias a Dios no son pocos. No son pocos quienes hacen posibles esta intervención humanitaria de la Iglesia en esta frontera. Entonces, desde el agradecimiento y también a veces desde la impotencia, intentamos acompañar a personas que nos cuestionan por su sufrimiento, y sobre todo, por su desprotección.

¿Cuál es el trabajo que desempeña la Delegación Diocesana de Migraciones de Nador con las personas migrantes que se encuentran en la ruta migratoria hacia Europa? La Delegación Diocesana de Nador ofrece una intervención con vocación de respuesta integral a las necesidades de las personas que atiende y que realiza a través de distintos equipos de intervención: - Equipo médico. Atención a las personas heridas y enfermas que necesitan ser derivadas a servicios sanitarios. - Equipo social. Atención a madres, retornos voluntarios y personas demandantes de asilo. - Equipo psicosocial. Información y sensibilización en las comunidades en frontera. - Equipo mujer. Atención a la mujer. Embarazadas y madres. - Espacio de acogida. Acompañamiento seguimiento a personas convalecientes.

y

- Equipo de asesoramiento jurídico. - Equipo de país de origen. En Senegal, GuineaBissau y Guinea Conakri. Sensibilización, protección y prevención ante los riesgos de la ruta migratoria. Acompañamiento psicosocial a las familias ante la desaparición o muerte de un ser querido. Acompañamiento psicosocial ante el abandono de la ruta migratoria, a familias y los retornados. ¿Cómo describirías a las personas que llegan al proyecto, cuál es el perfil mayoritario que atendéis en la frontera? Me atrevería a decir que hay dos perfiles mayoritarios que son mujeres embarazadas y jóvenes heridos. Luego también hay una sensibilización a comunidades que se va haciendo sistemáticamente a propósito de lo que comentábamos antes de los derechos, de la situación en frontera, de las posibilidades en países de destino, de los riesgos de la migración irregular, etc.

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Cara a cara cuántas no, pero no tenemos ni idea de cuántas personas intentan atravesar el desierto, cuántas lo consiguen y cuántas no. ¿Cuál es la mayor diferencia entre un lado y otro de la frontera? ¿Cómo es ese espacio y esos tiempos previos a cruzar la frontera? Hay diferentes momentos y diferentes realidades. La realidad de la persona que encuentra en Marruecos ese espacio para respirar, para recuperarse de una ruta que ha ido erosionando sus fuerzas. Son personas que se rehacen, incluso personas que encuentran un espacio para su integración, sobre todo en el sur del país. Aquí, en el norte, la respuesta es más humanitaria, no tanto de desarrollo como de emergencia, por lo tanto, hay equipos médicos. Son personas que también encuentran aquí ese trampolín a partir del cual progresar en su ruta migratoria, y eso evidentemente les pone en situación de riesgo, por que es otro colectivo y otro momento del camino.

¿Cómo es el camino, las rutas, hasta llegar a esa frontera, con qué experiencia llegan a vosotros? A nosotros nos llega de todo. Lo que hemos podido construir a lo largo de los últimos años ha sido un puente de relación y de colaboración muy bonito con la otra frontera, la de Argelia a través de la parroquia de Oujda. Cuando en nuestro hospital de la ciudad derivan a una persona herida de gravedad, la derivan al hospital de la provincia en la diócesis vecina, la de Oujda, que es el hospital universitario. Las personas que vienen desde Oujda han vivido la Ruta Norte y vienen por Argelia. Algunas vienen después de haber sobrevivido al infierno de Libia. Sabemos que al sur de Trípoli, las personas son prácticamente tratadas como objetos, son un comercio...y eso a las puertas de Europa. También recibimos personas que llegan a través de Mauritania por la Ruta del Oeste. Es otro tipo de ruta, porque han tenido que atravesar un desierto. Son diferentes desafíos; siempre decimos lo mismo, sabemos más o menos cuántas personas intentan cruzar el mar y cuántas lo consiguen y

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También es un lugar donde no queremos renunciar a poder ofrecer espacios formativos, sobre todo a menores. Aquí hay niños que han interrumpido su escolarización, hay niños que están creciendo sin una estimulación. También está la persona que después de haber puesto en riesgo su vida varias veces, dice: “ya no puedo más, he visto morir a mi gente, no voy a ser yo el siguiente”, y nos pide volver. Luego, el momento vital más duro es el de la persona que ha perdido ya toda referencia y en su desesperación, empieza a perder la cabeza. Cada vez más frecuentemente nos encontramos con un perfil que nos exige dar una respuesta a la salud mental de las personas, algo que en 2018 era prácticamente inexistente, y que por desgracia, en la actualidad es cada vez más habitual. El papa Francisco nos llama a “Acoger, proteger, promover e integrar”... ¿Qué fronteras debemos romper en nuestras comunidades parroquiales? La primera frontera a romper es en nuestro interior y tiene que ver con nuestra conciencia, poder ver el mundo: no entender esta realidad como una amenaza ante una situación en la cual yo me encuentro y que de alguna manera me he trabajado y me he ganado. Nosotros formamos parte del intento desesperado de la otra persona, porque es una de cada siete personas en el mundo


Cara a cara la que vive y trabaja fuera del país en la que nació. Eso que posibilita que esta gran familia humana de la aldea global encuentre proyectos vitales para realizar su apuesta vital, eso no es una amenaza para nadie, eso es un derecho que podemos ejercer las personas y que está reconocido, con lo cual, primera frontera, esa: a través de qué ojos miramos esa realidad.

atrevemos a criminalizar a personas que vienen sin nada?

Creo que también debemos ponernos otras fronteras, romper fronteras y también trazarnos líneas rojas. Nosotros como sociedades democráticas y estados de derecho, no debemos consentir la criminalización de las personas que escapan de un conflicto, de una represión, de las consecuencias de la degradación ecológica, de los desastres naturales, etc.

Es impresionante el testimonio que estas personas expresan, la confianza en Dios, son personas que se ponen en sus manos, y su resiliencia nace de allí. Hay algo que se da en esta frontera, dentro de este caos… que es admirable. Dentro del drama se da la sonrisa, la complicidad, la fe, la ayuda, la solidaridad, el humor… se celebra la vida.

Creo que eso es un mensaje a compartir y ya, más interiormente, creo que excluir o consentir que se excluya de nuestro círculo al extranjero, tratar de apartarlo, nos condena a un olvido mutuo, y eso tiene consecuencias: limita nuestra humanidad y limita nuestra libertad. Lo que nos hace más libres es poder amar y poder vencer los miedos que nos impiden amar y acoger. Entonces, o somos fermento de una cultura de hospitalidad, de inclusión o de solidaridad, o entonces, ¿qué solidaridad humana, liberadora y hospitalaria estamos viviendo? La movilidad humana es algo inherente a nuestra historia, y últimamente por desgracia, estamos siendo testigos de desplazamientos masivos a causa de la guerra, del hambre, de la pobreza… ¿Crees que se percibe el dolor de forma diferente dependiendo de su procedencia? Qué importante es construir una narrativa que nos ayude a reconocer al otro como persona. ¿Por qué nuestra sociedad se está volcando con la acogida a las víctimas de Ucrania? ¿Y por qué nuestra sociedad se está blindando contra las personas que vienen del conflicto salafista, del cambio climatológico, de una miseria, una hambruna y unos niveles de inseguridad alimenticia altísimos? No vale decir que somos racistas, no es eso. El tema es que hay una narrativa que nos impulsa a obrar de un modo u otro. El lenguaje es el vehículo del pensamiento; si a nosotros nos repiten un cierto discurso, vamos a pensar de una manera determinada, esto es así, y os puedo hablar de tantos titulares que hablan de “asalto”, de “avalancha”, de “ataque” … “viernes negro en la Frontera Sur”, “tantos migrantes han llegado a…”. Pero, ¿qué es eso?, ¿cómo nos

Convives y trabajas a diario con personas que, probablemente, “mañana” cruzarán la valla o el estrecho para poder construir su propio proyecto vital ¿Cuál es tu experiencia de Dios en medio de todo esto?

La fe y Dios juegan un rol importantísimo en la esperanza de la vida de las personas, y de esa resiliencia, nosotros no sólo somos testigos, sino que nosotros recibimos también el bálsamo y el alimento para continuar en pie. Hay momentos que son muy duros. A nuestro rol de sostén se suma el testimonio de las personas y la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, que nos impulsa,de derrota en derrota, hasta la victoria final. La iniciativa popular parlamentaria para la modificación de la disposición transitoria sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, que tiene como objetivo final regularizar de forma extraordinaria la situación de los migrantes irregulares que entraran en España antes del 1 de noviembre de 2021, es un paso para la integración de todas esas personas que ya viven en nuestro país, que han podido llegar por vías y caminos como los que se encuentran en Nador y en Oujda… ¿Qué pasos o iniciativas son importantes tomar antes de que las personas lleguen a España? Creo que es fantástico que una sociedad encuentre los mecanismos administrativos y legales para regularizar a las personas que han llegado y/o que se encuentran en territorio nacional en situación administrativa irregular, es algo de lo cual podemos estar orgullosos, y sobre todo motivar e incentivar; tenemos el ejemplo de otros países mucho más desafiados por la falta de recursos que España, que han acogido y regularizado a un montón de personas. Va a ser para ganar, lo dicen todos los estudios: los refugiados devuelven más de lo que reciben a sus sociedades de destino. En un primer momento,

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Cara a cara evidentemente, necesitan una ayuda, pero después, todos los estudios lo ponen de manifiesto y lo revelan, merece la pena pronunciarlo y celebrarlo. ¿Qué debe hacer la Iglesia al respecto?, ¿debe sumarse a estas iniciativas?, ¿debe iniciar propuestas nuevas? Contribuir al cambio de narrativa es importantísimo, visibilizar las redes de las comunidades de acogida. Hay redes de hospitalidad que son familias que han decidido abrir sus puertas a una persona migrante. Esos espacios de inclusión, de solidaridad, de acogida, de hospitalidad… son los que generan un discurso y una narrativa preciosa que como Iglesia necesitamos visibilizar, compartir y anunciar como buena nueva, porque estas personas lo están diciendo, “hemos recibido más de lo que ofrecimos el día que abrimos nuestra puerta”.

Exponernos ante ese sacrificio del inocente, que por amor sacrifica su vida por quienes ha dejado atrás, eso nos transforma, y nos transforma a todos. Y el no querer ser transformado hace que nos defendamos de ello. Nos defendemos de ello con pretextos intelectuales: que si sostenibilidad, que si aquí no caben todos… Pero nos estamos defendiendo de ello por una razón más honda, y es la transformación personal de que algo tan grande que está aconteciendo delante de tus ojos va a producir en ti. El día en que nos dejemos tocar por el sacrificio y el sufrimiento de las víctimas que por amor dan sus vidas, yo creo que ese día vamos a rezar de una manera diferente, y nos vamos a relacionar con Dios de una manera diferente, y también con el hermano, con la hermana, y con nosotros mismos.

A veces llaman la atención las posturas encontradas con respecto a las migraciones dentro de la Iglesia ¿Hacen falta voces dentro de la Iglesia que se pronuncien?

Las noticias de Ucrania, ¿qué respuestas generan con las personas con las que trabajáis?

Sí, y también explicar lo que sucede. ¿Por qué se producen estos movimientos dentro de la misma iglesia? La movilidad humana encierra un dinamismo teofánico. Dios se pronuncia en la movilidad humana, y ante esa revelación de Dios, o nos lanzamos a abrazarla o nos defendemos de ella. Ojalá con algunas cosas dejásemos de pactar. Y una de ellas es el sacrificio y el sufrimiento de las víctimas. El día que dejemos de pactar con eso tenemos el mundo salvado, y la familia humana salvada. Pero, sin embargo, todavía condenamos el sufrimiento del inocente por nuestro beneficio.

La verdad es que todos estamos preocupados por el conflicto en Europa y sobre todo por las consecuencias que puede tener. También nos cuestiona el desaparecer del mapa mediático. Lo que sucede en la frontera ha desaparecido, el foco es otro. Por eso es importante conectar ambas cosas, por eso es importante decir: “¡ey!, que lo que está sucediendo en el Mediterráneo, lo que está sucediendo en la frontera con Polonia, y en la misma Ucrania nos está hablando de una misma realidad”.

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Breves

Encuentro del Grupo Confederal de Voluntariado Joven María Galán de la Oliva Técnica de Formación y Voluntariado

El fin de semana del 1 al 3 de abril tuvo lugar la segunda reunión presencial del Grupo Confederal de Voluntariado Joven, en el que participan más de 20 jóvenes de 12 Cáritas Diocesanas. Este encuentro, es el segundo espacio de trabajo que se tiene de manera presencial, desde que se integraran al grupo de trabajo jóvenes voluntarios, hace algo más de un año. En esta ocasión pudimos congregarnos 9 técnicos y 16 voluntarios jóvenes, para seguir trabajando por dar protagonismo a los jóvenes y cederles el testigo para que sean ellos mismos quienes reflexionen, proyecten y materialicen las acciones que desde Cáritas Española se van a ofrecer a los propios jóvenes.

Por la tarde, las comisiones de trabajo ya configuradas con anterioridad (comunicación, experiencia y formación) se reunieron para planificar las actividades a desarrollar hasta final de curso. También se trabajó un audiovisual para la campaña Mundial 2021-2024 de Cáritas: “Juntos. Actuemos hoy por un mañana mejor”, prioridad para el voluntariado joven. Posteriormente tuvo lugar una puesta en común de las conclusiones de cada comisión, que se presentarán a Cáritas Española. Tras un día de intenso trabajo y reflexión, la noche estuvo protagonizada por un juego de rol, que dio paso a un espacio de distensión y diversión.

Desde Cáritas Diocesana de Sevilla, participan Ángela Mora, voluntaria joven que desarrolla su acción de voluntariado en el proyecto de infancia Maparra (Jesús Obrero) y María Galán, técnico del departamento de acompañamiento a los territorios, formación y voluntariado.

El domingo estuvo dedicado a evaluar el Encuentro, a realizar propuestas de mejora y posibles iniciativas futuras. Finalizamos el encuentro con una eucaristía, presidida por D. Vicente Martín, Delegado Episcopal de Cáritas Española, que nos acompañó en esa jornada. Durante la misma, agradeció la vocación de servicio de los jóvenes y ofreció una mirada de entusiasmo y optimismo ante los retos que están por llegar.

La reunión del grupo comenzó el viernes tarde, y fueron llegando los participantes de las distintas diocesanas para la cena. La noche fue el momento elegido para que todos los que habíamos acudido nos presentáramos a través de diversas dinámicas divertidas que permitían romper el hielo y establecer los primeros lazos entre todos.

Todo el encuentro fue un regalo, ejemplo y testimonio vivo, de la acción del voluntariado joven en las Cáritas diocesanas. Esperamos que nuestra participación en el grupo confederal, sea un aliciente que nos ayude a seguir impulsando y desarrollando iniciativas dedicadas al voluntariado joven de nuestra diócesis.

La jornada del sábado fue larga e intensa. Por la mañana, tras el desayuno y la oración dirigida por la Comisión de Formación, acudimos a visitar CEDIA 24 Horas, un centro de Cáritas Diocesana de Madrid que atiende a personas sin hogar, abierto siempre y donde se ofrece una atención integral todos los días del año. Durante la mañana, pudimos conocer el recurso, compartir un café y conversaciones con los participantes del proyecto, en un clima de confianza y apertura. Compartimos dinámicas de entretenimiento y juegos diversos, que, en palabras de los propios participantes, ayudó a dejar a un lado durante una mañana “la mochila” que cada uno carga a sus espaldas e historias de vida.

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Breves

Jornada de Puertas Abiertas Proyecto Nazaret Durante los meses de mayo y junio, se han celebrado diversos actos en torno a la Jornada de Puertas Abiertas del Proyecto Nazaret, que se celebró por primera vez después de la pandemia el 2 de junio en nuestra sede de la Calle Ciclismo. El 17 de mayo, acompañados de tres institutos, realizamos una visita virtual al Proyecto Nazaret para que los alumnos a los que habíamos visitado desde Sensibilización pudieran conocer el proyecto desde otra perspectiva. Mohamed y Seckou, dos participantes del Proyecto, fueron los que dirigieron la visita y atendieron a todas las dudas y preguntas de los chicos. El 2 de junio, la Jornada de Puertas Abiertas estuvo dividida en dos: por la mañana, el equipo y los participantes de Nazaret recibieron a las entidades con las que trabajan y colaboran e instituciones de la zona, así como a los voluntarios y parroquias de la zona. Durante la mañana, el encuentro ayudó

a todas estas entidades a conocer mejor el Proyecto Nazaret, y su funcionamiento, y pudieron dialogar sobre el trabajo que realizan en el mismo campo otras instituciones y crear así lazos y redes de trabajo más fuertes. Por la tarde, la Jornada se centró en la convivencia entre participantes, voluntarios, familiares, vecinos. Pudieron escuchar así, los testimonios de participantes, además de disfrutar de un rato de convivencia compartido y de las actuaciones musicales de Ballena Gurumbé y Africa Move.

Webinar sobre alimentación y vestido Bajo el título “El alimento y el vestido como derecho. Cuestión de dignidad, autonomía e inclusión.”, el pasado mes de febrero, tuvimos una nueva formación online de Cáritas Diocesana que giró en torno a estos temas en clave de derechos. La webinar contó con María Martínez, técnico referente de Cáritas Española, que nos habló sobre la Estrategia confederal sobre la alimentación y el vestido en clave de derecho, con la que pudimos conocer la estrategia confederal a la que nos hemos sumado para dignificar los procesos de ayuda a través de la alimentación y el vestido. En su intervención, analizó también desde un sentido crítico los derechos fundamentales que

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rodean esta necesidad, y en consecuencia, la obligación y responsabilidad que tenemos desde nuestra institución en velar su respeto y acceso. También formaron parte de la formación el testimonio de la experiencia de José Antonio Rodríguez, director de la Cáritas Parroquial de San Pío X, y una lectura creyente de la realidad, a cargo de Carlos Carrasco, Párroco de Nuestra Señora del Rocío, que reflexionó sobre la importancia del cuidado en la cobertura de las necesidades básicas en nuestras Cáritas. Si te perdiste esta formación, puedes ver la grabación en nuestro canal de Youtube “Cáritas Sevilla”.


Proyectos

Economía Social: un trabajo integral. Es importante que cada persona asuma el poder que le otorga el consumo. Porque adquirir productos o servicios de una determinada empresa y no de otra, debe conllevar una reflexión sobre la inversión que se hará con nuestra compra. La economía también puede ser social y solidaria, y es por ello la apuesta que Cáritas española está realizando con la creación de empresas de inserción sociolaboral. Compañías que no solo ofrecen a la población servicios de calidad, sino que tienen como valor principal la integración sociolaboral de personas en situación de vulnerabilidad. Además de generar puestos de empleo para ellas, las acompaña en su formación profesional y personal, de cara a su integración en el mercado laboral convencional. En Cáritas, a través de BioAlverde, combinamos ética económica, sostenibilidad medioambiental, inserción sociolaboral y consumo responsable. Su actividad se desarrolla en dos áreas: por una parte, gestionamos residuos textiles, recogidos a través de los contenedores rojos, cerrando el ciclo con la venta de prendas nuevas y seminuevas, en una tienda de moda sostenible y solidaria; y además, nos encargamos de la explotación de una finca ecológica de 30 hectáreas, desempeñando labores desde la producción de alimentos, hasta su posterior distribución, ligadas a la comercialización tanto de sus propios productos, como externos, en la tienda del espacio ecológico. Los proveedores con los que colaboramos destacan por desempeñar su labor siguiendo los valores del comercio justo; siendo, además, negocios locales o cercanos a Sevilla. Solo en 2021, se generaron 28 puestos de inserción entre ambos servicios. En ellos, además de aprender cuestiones técnicas, realizaron una serie de cuestiones formativas y prácticas. El objetivo de estas acciones está orientado a mejorar sus capacidades de cara a la obtención de un puesto digno. Además, entre octubre y enero se desarrolló el IV Curso de agricultura ecológica para personas en situación de exclusión social, con diez participantes en total. En él, aprendieron sobre cultivo, recolección, almacenamiento y comercialización de productos

ecológicos, además de otras cuestiones relacionadas con la agricultura ecológica y la sanidad vegetal. Posteriormente, fueron incluidos en la bolsa de trabajo de BioAlverde. En el reciclado textil, gracias a la participación ciudadana, actualmente, contamos con 118 contenedores en la provincia, que han hecho posible junto a las recogidas masivas de las cáritas parroquiales y otras entidades el alcance de más de 987000 kilos de ropa recogidos en el último año, traducidos en puestos de trabajo. Además, los convenios de colaboración con ayuntamientos siguen en alza tras la última incorporación del municipio Coria del Río. De esta forma, se puede disponer de espacios en vías públicas para la instalación de contenedores. Para cerrar el ciclo del reciclaje textil, hemos abierto en 2021 la primera tienda de moda sostenible y solidaria, en la Plaza del Salvador. El establecimiento invita a todas aquellas personas que lo conozcan, a cambiar su forma de adquirir moda por un consumo consciente, sostenible y solidario. Y este año, inauguraremos en Nervión, un negocio de cafetería y ecomercado, con una amplia variedad de productos sostenibles, que cuentan con certificación ecológica, donde además de facilitar hortalizas de cosecha propia de la finca, se ofrecerá variedad de artículos de proveedores de proximidad y confianza. Además, junto con la visita de más de 500 escolares a nuestra huerta ecológica, participamos también en congresos y charlas en universidades, colegios y asociaciones donde trabajamos para reforzar los valores de sostenibilidad, solidaridad e igualdad social. Gracias a todo este trabajo, la inserción sociolaboral de personas en situación vulnerable es posible.

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Proyectos

Encuentro de mayores

Manuela Torres Voluntaria del Proyecto de Mayores CP Nª Sra de la Oliva

El encuentro de grupos de mayores que celebramos el día 11 de mayo en el Convento de Consolación, de Utrera, resultó un día inolvidable para todos. La idea de la excursión era visitar el santuario, fundado en el siglo XVI. La iglesia del convento es el santuario de Nuestra Señora de Consolación coronada y está maravillosamente conservada. La Virgen, en el retablo, es una preciosidad. La organización fue estupenda. Desde aquí agradecemos a las personas que lo prepararon cómo se volcaron con todo, por todos los detalles con que agasajaron a los que pudieron asistir. Muchas gracias en nombre de todos. La excursión empezó a las 11, con nuestro grupo de once esperando al autobus y recordando a los que no podían venir. Allí estábamos con nuestro ramo de flores para ofrecer a la Virgen, todos arreglados para una ocasión especial y con mucha ilusión. Éramos el último grupo que recogía y todos tan contentos nos subimos al autobús. Al subir

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conocimos al padre Pepe, vietnamita y párroco de una de las Cáritas. Una persona encantadora que luego concelebró la eucaristía con varios sacerdotes más de las parroquias que participaban. Al llegar al santuario, antes de entrar en la iglesia, nos ofrecieron un piscolabis de fruta y zumos para aliviar el calor y refrescarnos. Además, un regalito muy práctico que contenía un rosario y un abanico. Y así entramos en el santuario. A cada grupo se le ofreció participar en la eucaristía con una tarea, tanto en la Palabra, como en las ofrendas y en las peticiones. La nuestra, además de entregar el ramo a la Virgen, que hizo Pepi, era la ofrenda del pan y el vino, que en este caso hicieron Antonio y Marta Alicia. La eucaristía resultó muy bonita y participativa. Al terminar, nos explicaron la historia del comienzo del santuario, cómo llegó la Virgen de Consolación y algunos de sus milagros. También realizamos una visita por la iglesia, en la que se guardan muchos recuerdos, entre ellos una maqueta de la primera


Proyectos

“choza”, que fue la primera iglesia. Todo muy interesante. Del claustro pasamos a un salón precioso del monasterio en el que había montadas mesas. Allí nos sentamos por grupos parroquiales, comimos, bebimos, hablamos, reímos y cantamos. Hubo baile, rifa y premios. Todos contentísimos y muy participativos.

reuniones estupendas. Este último encuentro al Santuario de Nuestra Señora de la Consolación desbordado todas las expectativas. ¡Esperamos

seguir

adelante,

conociendo

y

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acercándonos a sus necesidades!

De vuelta en los autobuses todos decían lo bien que habían pasado el día y lo agradecidos que estaban. Resultó un día de convivencia estupendo. Nuestra Cáritas es la de Nuestra Señora de la Oliva, en el barrio sevillano del mismo nombre. Hace unos meses, Noemí, trabajadora social de Diocesana nos explicó este proyecto de mayores que Cáritas había puesto en marcha. Nos encantó, porque en nuestro barrio hay bastantes personas mayores con muchas necesidades, siendo la soledad una de las más importantes. Así que, con muchas ganas, se empezó a crear el grupo avisando y visitando a las personas conocidas que vienen a las acogidas, pensando en sus dificultades y con mucha ilusión de crear el proyecto de mayores de nuestra Cáritas. Con la ayuda y asesoramiento de Cáritas Diocesana echamos a andar y ya hemos celebrado cuatro


Recomendaciones

Una lectura social del NuevoTestamento Título: Una lectura social del Nuevo Testamento Autor: Fidel Aizpurúa Editorial: Verbo Divino Número de páginas: 272 Año: 2019 Juan Antonio Morquecho Gil Equipo de formación de Cáritas Badajoz

Fidel Aizpurúa, hermano menor capuchino, licenciado en Filología Hebrea, doctorado en Teología y profesor de Nuevo Testamento de la Facultad de Teología de Vitoria nos invita a una lectura social, a mirar a la realidad y desde la realidad con el texto bíblico como catalejo, a hacer teología con la Biblia en una mano y en la otra el periódico, una mezcla que nos lleva a un discernimiento de la realidad a la luz de la Palabra. Esto supone ir más allá del simple discurso religioso como única clave de comprensión de la Palabra. Y adentrarnos en la aventura del encuentro entre Palabra y realidad, Dios y humanidad. Contemplar la Palabra “viva y eficaz” (Heb 4,12) al servicio de la realidad, al Dios encarnado al servicio de la humanidad. “No he venido a ser servido sino a servir” (Mt 20,28). Y discernir lo que acontece desde la Palabra no solo para descubrir lo que hay, sino también lo que falta, lo que encierra, las posibilidades y horizontes que se abren ante nosotros. A lo largo de sus páginas, recorre los veintisiete libros del Nuevo Testamento conectándolos con temas del actual tiempo social: la economía de la justicia, la igualdad frente a la injusta desigualdad, la ética de la laicidad, la dignidad de la vida, las limitaciones y posibilidades de la vida comunitaria, la construcción de la libertad, la reconciliación, la bondad, la espiritualidad para un trabajo decente, la convivencia en pluralidad, la sociedad integradora,

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el horizonte de una relaciones humanas nuevas y humanizadoras, la opción por Jesús y por la práctica de la justicia, la comunión frente al poder y la esperanza en una sociedad fraterna. Todo el contenido se presenta desde unas claves interpretativas como son la capacidad de diálogo entre la Palabra y la realidad social para llevarnos a lo profundo de la vida. Ayudar a unificar las diferentes experiencias vitales entre quien lee el texto y vive en el hoy. Despertar la conciencia de común pertenencia a la familia humana. La historicidad como principio de comprensión y la visión de la pobreza como criterio hermenéutico. La lectura de los fenómenos significativos de nuestros mundos para “escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio” (GS. 4). Y todo ellos como un proceso de humanización, anuncio del reino de Dios, que levanta al hombre de lo superficial e inhumano. Para una lectura social del Nuevo Testamento, la premisa es que se trata de una Buena Nueva que no sólo tiene a los creyentes como únicos destinatarios, sino también a todo aquéllos que de algún modo puedan sentirse interpelados o atraídos por la oferta de Jesús. Así, la realidad social aparece como un lugar de encuentro con quien, aunque sean indiferentes al hecho religioso, si están preocupados respecto al hecho social. Este anhelo e inquietud común por transformar un medio social injusto e inhumano, nacidos de la fe, por la que “confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia” (2Pe 3,13), nos llama a colaborar por la generación de unas estructuras que promuevan una sociedad y una humanidad nuevas, inspiradas por los principios y valores del reino de Dios que de manera inagotable podemos encontrar en una lectura honesta y encarnada de la Palabra de Dios.


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